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SOCIEDAD ANONIMA. LA ASAMBLEA.

El órgano de gobierno de la sociedad anónima es la asamblea. La ley general de sociedades recepta


la teoría organicista que implica que existe distribución de funciones entre distintos órganos. Así
podemos encontrar un órgano de administración y representación que es el directorio y el presidente
del directorio respectivamente en el caso de la SA, un órgano de fiscalización que puede ser la
sindicatura o el consejo de vigilancia o ambos y también encontramos el órgano de gobierno. El
órgano de gobierno es la asamblea que está integrada por todos los accionistas.
Los caracteres de la asamblea: es un órgano colegiado, es un órgano interno a diferencia de la
representación, es un órgano no permanente ya requiere convocatoria previa, tiene una competencia
determinada y esta explicitada en los arts. 234 y 235 que fijan taxativamente la competencia de la
asamblea para evitar la superposición con otros órganos. La asamblea tiene autonomía limitada por
el orden del día, solo puede decidir dentro de este marco, es decir sobre los puntos incluidos en el
orden, salvo algunos escasos supuestos que están previstos en el art. 246. Sus decisiones son
manifestación de la voluntad social y se aplica la regla de la mayoría: no es necesario que todos los
accionistas estén de acuerdo, sino que alcanza en principio la mayoría y las decisiones son
obligatorias para todos los socios y deben ser cumplidas por el directorio. Pero una aclaración: son
obligatorias para todos los socios y para el directorio siempre que sean conforme a la ley y el
estatuto, porque si no podrían ser impugnadas según el art. 251 o también podrían generar el
derecho de receso. Cuando generan este derecho en el socio no dejan de ser obligatorias, pero
algunas decisiones posibilitan que el socio disconforme se retire.
Clases de asambleas: según los accionistas que participen pueden ser asambleas generales o
especiales. Las asambleas generales se dan cuando participan todos los accionistas y las
asambleas especiales son las que participan alguna clase de accionistas para resolver algún
asunto atinente a esa clase. En la sociedad se pueden establecer distintas clases de acciones según
los derechos que confieren. Muchas veces en los estatutos se van a ver como clase A, clase B, clase
C, etc. de acciones que confieren distintos derechos. En ese caso, si tenemos previstas en el
estatuto distintas clases de acciones podríamos celebrar asambleas de clase, asambleas especiales
de esa clase, según se trate algún derecho específico de cada una de las clases. Según la materia o
tema a tratar podemos diferenciar a las asambleas entre ordinaria y extraordinaria. La asamblea
ordinaria trata los asuntos contemplados en el art. 234 y de asamblea extraordinaria o sea los
contemplados en el art. 235. Las asambleas pueden ser a la vez ordinarias y extraordinarias porque
el orden del día puede contener puntos referidos de competencia de la asamblea ordinaria y de
competencia de la asamblea extraordinaria y en ese caso se convoca en el doble carácter.
La asamblea ordinaria resuelve taxativamente sobre los temas previstos en el art. 234: el balance
general, el estado de resultados, la memoria, el informe del síndico, la distribución de ganancias y
toda otra medida relativa a la gestión de la sociedad. También es competencia de la asamblea
ordinaria la designación, remoción, fijación de la retribución de directores, síndicos y miembros del
consejo de vigilancia. También trata la responsabilidad de los directores, síndicos y miembros del
consejo de vigilancia y también es su competencia el aumento de capital hasta el quíntuplo. Los
asuntos que le competen tienen que vincularse entonces con la gestión de la empresa societaria y
no pueden implicar la modificación del estatuto, ese es un tema excluyente de la asamblea
extraordinaria.
A la asamblea extraordinaria le corresponden los temas que están enumerados en el art. 235:
modificación del estatuto; aumento de capital superior al quíntuple; reducción y reintegro de capital;
rescate, reembolso y amortización de acciones; fusión, transformación, escisión, disolución,
nombramiento de liquidadores y consideración de su gestión; limitación o suspensión del derecho de
preferencia en la suscripción de nuevas acciones; emisión de bonos y debentures. Tiene una
competencia residual porque son las materias que no sean competencia de la asamblea ordinaria
según lo prevé el art. 235.
Es un órgano que para actuar requería convocatoria. Hoy en día también está admitida la
autoconvocatoria de la asamblea que fue una introducción del código civil y comercial que fue luego
admitida por la IGJ para las sociedades en el ámbito de CABA. Los legitimados para convocar a
asamblea son el directorio y la sindicatura. En su momento se prohibía la autoconvocatoria y había
numerosos dictámenes de la IGJ, pero luego tuvo que adecuarse al criterio del código civil y
comercial que en el art. 158 b) admite que las reuniones de socios, en este caso las asambleas,
sean auto convocadas para eso tienen que ser unánimes, o sea todos los socios tienen que estar
presentes y tienen que votar en el mismo sentido. Esto es para no dejar a ningún socio afuera,
porque si se reúne la mayoría y decide, tal vez el socio minoritario nunca se enteró que hubo una
asamblea, nunca lo convocaron y así se logrará una decisión que lo perjudica. El principio es que se
requiere convocatoria y el único caso de que se puede omitir la convocatoria es el supuesto cuando
están todos los socios presentes y todos los socios votan igual. Corresponde convocar asamblea de
acuerdo al art. 236 cuando el directorio o la sindicatura lo juzgue; necesario cuando lo soliciten
accionistas que representen por lo menos el 5% del capital, aunque el estatuto podría establecer una
exigencia menor: no lo puede agravar, pero sí puede imponer un porcentaje menor. En este caso
(cuando lo solicita un porcentaje minoritario) el directorio o el síndico deben convocar la asamblea
dentro de los 40 días desde que lo solicitan los accionistas que representan por lo menos el 5% y
sino puede hacerlo la autoridad de control o la autoridad judicial.
Desarrollo de la deliberación: primero es necesario lograr el quórum. Quórum es el número
mínimo de capital representado en la asamblea que autoriza la deliberación válida, es decir
que autoriza a sesionar. Acá el quorum se computa por capital. La regulación del quórum lo
encontramos en los arts. 243 y 244 según se trate de asamblea ordinaria o asamblea extraordinaria.
El quórum se computa sobre las acciones con derecho a voto, no es por persona o sea no
cuento los accionistas, cuento el capital y para contar el capital necesito contar las acciones con
derecho a voto. En la asamblea ordinaria en primera convocatoria el quórum se constituye con la
mayoría de acciones con derecho a voto y en segunda convocatoria el quórum se constituye con
cualquier número de acciones presentes. En la asamblea extraordinaria la primera convocatoria se
constituye con el 60% de las acciones con derecho a voto, salvo que el estatuto exija un quórum
mayor (no puede establecer uno menor) y en segunda convocatoria se constituye con el 30% de las
acciones con derecho a voto, salvo que el estatuto exija un quorum mayor o menor. Acá sí puede ser
mayor o menor. ¿Es necesario que el quórum constitutivo se mantenga posteriormente durante la
deliberación? Según Richard y Muiño no porque consideran que es un requisito de iniciación, pero la
postura mayoritaria es la contraria, que el quórum debe mantenerse durante toda la asamblea. La
siguiente etapa es la etapa de la deliberación y acá tenemos distintos puntos para analizar: el
presidente de la asamblea, que es un cuarto intermedio, el derecho a voz, las mayorías y las actas.
La deliberación debe estar dirigida por el presidente de la asamblea que generalmente es el
presidente del directorio o sea tenemos que el presidente del directorio, que es el representante legal
de la sociedad y que además generalmente preside la asamblea, salvo que el estatuto disponga otra
cosa. Si es una asamblea convocada judicialmente o por la autoridad de control va a ser presidida
por el funcionario que éstos designen. Esto está previsto en el art. 242. En relación con el cuarto
intermedio, la asamblea puede pasar a un cuarto intermedio por una sola vez y debe continuar
necesariamente dentro de los 30 días siguientes. Sólo pueden participar en la segunda reunión
(porque no es una segunda asamblea: es la segunda reunión) los accionistas que cumplieron con los
requisitos legales para participar en la primera reunión, por ej. el depósito de las acciones. Esto
porque se trata de la misma asamblea, no es una segunda convocatoria, es una segunda reunión,
pero siempre forma parte de una misma y única asamblea, con lo cual puede haber un único cuarto
intermedio. Durante la asamblea todos los accionistas tienen derecho a voz, incluso los titulares
de acciones preferidas sin derecho a voto. También tienen voz los directores no accionistas, los
síndicos o miembros del consejo de vigilancia y los gerentes generales. Todos ellos deben
obligatoriamente concurrir a la asamblea, pero solo tienen voto en la medida en que les corresponda
como accionistas y aún en este caso su derecho de voto tiene limitaciones porque por ejemplo no
pueden votar si se decide sobre su gestión o sobre su responsabilidad. Estas limitaciones están
previstas en los arts. 240 y 241. En cuanto a las mayorías, tanto en la asamblea ordinaria como en
la asamblea extraordinaria, las decisiones deben aprobarse por mayoría absoluta de votos
presentes, no de acciones con derecho a voto. En este caso, a diferencia del quórum, la mayoría se
computa sobre votos. La mayoría absoluta es la mitad más uno. Esto puede ser agravado por el
estatuto: el mínimo es la mayoría absoluta de los votos presentes y el estatuto podría pedir por
ejemplo una mayoría agravada del 75% de los otros presentes o la unanimidad. Puede agravar la
mayoría, pero no la puede este disminuir. Acá lo más importante con relación a las mayorías es tener
en cuenta que no es lo mismo mayoría de votos con mayoría de acciones con derecho a voto porque
en este último caso no se aplica la pluralidad de votos, estamos computando en mayoría de acciones
con derecho a voto. Si yo tengo una acción con derecho a un voto es una acción y si yo tengo una
acción con derecho a cinco votos: es una sola acción. Esta es la gracia de permitir que haya
acciones con derecho a más de un voto. Supongamos que somos dos socios: yo tengo una acción
con cinco votos y mi socio tiene una acción con un voto y si computamos acciones con derecho a
voto yo tengo una y él tiene una ahora si computamos votos yo voy a tener cinco votos y mi socio va
a tener uno. Esto aclara que en cuanto a las mayorías el quórum se computa sobre las acciones y
las mayorías se computan sobre los votos. Por otro lado, la ley prevé supuestos especiales. En
estos casos las decisiones deben adoptarse por mayoría de acciones con derecho a voto. Acá no
estamos hablando que no se computa sobre voto, se computa sobre acciones. Es una excepción y
en este caso todos tienen un voto y el voto plural no aplica y tiene un voto quien tiene una acción con
derecho a un voto y también tiene un voto el que tiene acciones con derecho a voto plural. Estos
supuestos especiales son los casos del art. 244 in fin que es por ejemplo transformación, cambio
fundamental en el objeto, etc. son todos los supuestos que también van a servir para habilitar el
derecho de receso. También el art. 70 que prevé la constitución de reservas facultativas y el art. 94
inc. 9 que habla de la disolución por cancelación de oferta pública o cotización de las acciones. Estos
son los supuestos donde las mayorías se computan por acciones y no por votos.
Para convocar a la asamblea, en la primera convocatoria se requiere la publicación de edictos por 5
días en el boletín oficial con una anticipación de entre 10 y 30 días y en el caso de las SA del art. 299
se debe publicar también la convocatoria en un diario de gran circulación en el país. La segunda
convocatoria requiere la publicación de edictos por 30 días en el boletín oficial con una anticipación
de 8 días como mínimo. La segunda convocatoria se da en caso de fracaso de la primera y esta
segunda convocatoria debe celebrarse dentro de los 30 días siguientes a la fecha en que debiera
haberse realizado la primera. Hay ciertos casos en que se convoca simultáneamente, se hace un
único aviso convocando tanto para primera como segunda convocatoria. Esto tiene que estar
autorizado por el estatuto y si son para el mismo día debe haber un intervalo no menor de una hora
entre la primera y la segunda convocatoria. Si se trata de una asamblea unánime, es decir si todos
los socios están de acuerdo, se exime la obligación de publicar la convocatoria, cuando se reúna la
totalidad del capital social y las decisiones se adopten por unanimidad. Son los mismos supuestos
que me permitían hacer la asamblea autoconvocada. No es que no se convoca, sino que la
convocatoria no se publica, no hay aviso de convocatoria, se convoca por directorio y el directorio
deja constancia que habiendo comunicado los accionistas su voluntad de asistir a la asamblea y de
votar unánimemente todos los puntos del orden del día se prescinde de convocatoria. Por supuesto
que luego la asamblea tiene que ser celebrada en esos términos: tienen que concurrir todos los
accionistas y tienen que votar todos en el mismo sentido porque si no fracasa esta convocatoria y
habrá que convocar a otra con la publicación de edictos. Solo en este supuesto se permite evitar la
publicación, pero tener en cuenta que no son edictos porque los edictos son judiciales, sino que son
avisos. Estos avisos tienen que tener como contenido el carácter de la asamblea (si es ordinaria,
extraordinaria, general, de clase o especial), tiene que tener la fecha, hora y lugar de reunión. La
reunión no necesariamente tiene que ser en la sede social, la reunión puede ser dentro de la
jurisdicción. El aviso también debe contener el orden del día y los recaudos especiales fijados por el
estatuto para la concurrencia.
En cuanto al orden del día la asamblea sólo puede considerar y resolver sobre los temas que allí
figuran sino la decisión es nula, salvo que esté el presente el 100% del capital y la decisión se
adopte por unanimidad. Tener en cuenta que la unanimidad y la presencia de todo el capital es
excepción para varias cosas: la publicación de la convocatoria, de la necesidad de convocatoria,
(porque puede ser auto convocada) o incluso pueden resolver sobre puntos que no están previstos
en el orden del día si es que hay unanimidad.
Una vez finalizada la asamblea tiene que labrarse un acta. Hay un plazo de cinco días y el acta es el
resumen de las deliberaciones, las votaciones, los resultados y las decisiones adoptadas. Una vez
clausurada la asamblea el directorio debe labrar el acta y debe ser firmada dentro de los cinco días
de clausura de la asamblea. La norma dice que tiene que firmar el presidente del directorio y los
accionistas designados para firmar, por eso siempre se designan dos accionistas, porque habla en
plural (dice accionistas designados). Esto no significa que no hayan concurrido todos, pero como
requiere un tiempo para que se elabore el acta la ley permite que sólo la firmen después dos
accionistas en prueba y dejando constancia que fueron todos los que figuran como presentes y que
las decisiones transcriptas son las que efectivamente se tomaron.
Con respecto a la impugnación de decisiones asamblearias: ¿se pueden impugnar las decisiones
que toma la asamblea? Dijimos habíamos que eran obligatorias tanto para los accionistas como
para el directorio. Sin embargo, estas decisiones pueden ser impugnadas cuando son contrarias a la
ley o al estatuto de conformidad con lo previsto por el art. 251. Son legitimados activos para
impugnar los accionistas que no votaron favorablemente. Esto es distinto a lo que es la legitimación
activa para el derecho de receso: acá no me ha me habla de los que votaron en contra habla de los
que no votaron favorablemente. Esto incluye a los que votaron en contra y a los abstenidos. Esto es
lo que entiende la doctrina y la jurisprudencia mayoritaria, que en este caso la legitimación activa la
tienen los abstenidos también. Además, pueden impugnar la decisión los ausentes que acrediten su
calidad de socio al momento de la decisión, con lo cual sí estuvieron ausentes, pero ya eran socios a
la fecha de la asamblea que toma la decisión si pueden impugnar. También pueden impugnar los
accionistas que votaron favorablemente con la condición que su voto sea anulable por vicio de la
voluntad, es decir por error, dolor o violencia. También pueden impugnar las decisiones de la
asamblea los síndicos, directores, miembros del consejo de vigilancia o la autoridad de control. La
impugnación de una decisión asamblearia requiere de una demanda judicial que se interpone contra
la sociedad y ante el juez de su domicilio. La impugnación de la decisión asamblearia debe
promoverse dentro de los tres meses de clausurada la asamblea y es un plazo de caducidad. Hay
numerosa jurisprudencia que considera que, si la nulidad es absoluta, por aplicación de las normas
del código civil y comercial la impugnación es imprescriptible, con lo cual siendo la nulidad absoluta
se podría reclamar sin este límite del plazo de los tres meses. En este caso de la nulidad absoluta
estamos hablando que sería imprescriptible e inconfirmable. Adicionalmente la ley prevé que se
puede solicitar una medida cautelar de suspensión de decisión asamblearia, porque mientras tramita
el juicio de impugnación esa decisión está produciendo un daño grave a la sociedad. Si el juez la
otorga la decisión se suspende hasta que termine el proceso de impugnación de la decisión. Los
requisitos para solicitar la medida cautelar son que la decisión cause un daño grave, que la
suspensión no cause perjuicios a terceros y obviamente el depósito de una contracautela. Una vez
que la asamblea tomo la decisión y le empiezan a caer las revocaciones y/o se dio cuenta que se
cometió un error se puede convocar una nueva asamblea para revocar la decisión que está trayendo
las impugnaciones. Una vez revocada la decisión por otra asamblea posterior no se pueden iniciar ni
continuar las acciones de impugnación, pero subsiste la responsabilidad por los efectos producidos.
No hay límite temporal para revocar las resoluciones, pero tiene que ser antes de la sentencia
porque sino hay responsabilidad por las resoluciones que se declaren nulas. Los accionistas que
votaron favorablemente responden ilimitada y solidariamente por las consecuencias de las
decisiones y además los directores, miembros del consejo de vigilancia y los síndicos son
responsables si correspondiese. Este art. 251 ha generado una importante discusión doctrinaria. Una
parte importante de la doctrina, por ejemplo Fargosi hace una interpretación amplia del art. 251 y
considera que esta norma comprende tanto los casos de nulidades relativas como los casos de
nulidades absolutas y en ambos casos hay un plazo de tres meses. Para la postura mayoritaria el
art. 251 no rige en caso de nulidades absolutas, no se aplica el plazo de tres meses, sino la
normativa del código civil y comercial según el cual si la nulidad es absoluta la acción de nulidad es
imprescriptible porque la nulidad absoluta no puede quedar consentida ni confirmarse.

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