Está en la página 1de 8

INTRODUCCIÓN

¿ES EL ESCEPTICISMO SEGÚN NIETZSCHE COMPATIBLE CON EL MÉTODO


CIENTÍFICO?

ANALISIS

Nietzsche parte de la premisa de que el conocimiento es una invención humana,


un objetivo que se ve distorsionado por el lenguaje y la colectividad, si la realidad
que entendemos nosotros por “verdadera” es un entramado de reflejos traducidos
por nuestro sistema nervioso central, seguimos construyendo una realidad que
toma sentido una vez estos reflejos son interpretados por nuestro razonamiento;
no estamos precisamente construyendo una verdad, y hemos antepuesto una
ilusión sobre la “realidad”.
El concepto de escepticismo también significa revisar, dudar y siempre estar
atento, se podría entender precisamente no como una negación de la posibilidad
de la razón si no como una victoria de la misma al entender que hay límites, que
se van a escapar de nuestra percepción de la realidad, no solo por nuestra
condición humana si no porque la vida a existido y seguirá existiendo una vez la
raza humana haya desaparecido.
El método científico rectifica el escepticismo que abordo Nietzsche, incluye una
percepción no antropocéntrica y una revisión de los valores, como se erigieron,
que es lo bueno y lo malo según el lenguaje, la historia y la colectividad.
Poner al hombre no en el centro si no bajo la lupa de la moral, puede darnos luces
más eficaces no de un propósito pero si de un significado, un significado que se
vuelve interpretable si seguimos escépticamente las premisas del método
científico, entendiendo nuestros límites de la razón y dándonos el lugar que nos
corresponde dentro de la naturaleza que es ninguno en particular.
No hay conocimiento puro, todo conocimiento es siempre una fuerza activa e
interpretativa, hijo del impulso vital concreto que lo desencadena. El entendimiento
deforma la realidad en la misma medida en que la crea. (Lizcano M, 2007)
Según Pirrón de Ellis, El escepticismo es toda concepción por la cual no es posible
conocer la verdad ya que se niega al hombre la adquisición del conocimiento; no
obstante para Nietzsche el conocimiento es la invención del mismo con el fin de
satisfacer sus propias necesidades.

Nietzsche plantea la duda sobre el conocimiento, ya que para este hace parte de
la invención humana refiriéndose a él como ´´inexistente´´ siendo solo para la
integración social.
La lógica es igual al método científico lo cual es totalmente verdad, él cree que el
conocimiento humano está en la capacidad de crear con la mente siendo este
subjetivo ya que cada persona es un mundo diferente, del mismo modo él afirma
que, “el conocimiento se acaba cuando la persona muere”.

El conocimiento es la creación del hombre ya que es la forma de poder crear, y


transformar su realidad para así dominar el universo y la naturaleza.

Según Nietzsche el lenguaje es el mecanismo por el cual se puede simbolizar el


conocimiento por lo que este es objetivo ya que se necesita un consenso social,
es decir, “las palabras significan las cosas que representan al mundo”.

Nietzsche fue considerado un hombre antilógico, anti epistemológico porque la


lógica se rige por leyes naturales mientras que la naturaleza no se puede dominar
ya que todas las leyes fueron creadas por los humanos.

El escepticismo o nihilismo de Nietzsche y la ciencia

El escepticismo es la doctrina que asegura que la verdad no existe y que, en caso


de que exista, el ser humano es incapaz de conocerla; y el nihilismo es la corriente
filosófica que sostiene la imposibilidad del conocimiento, y niega la existencia y el
valor de todas las cosas.

¿Hay en Nietzsche una metafísica estética?

El escepticismo es la doctrina que asegura que la verdad no existe


y que, en caso de que exista, el ser humano es incapaz de conocerla.
Se puede comenzar diciendo que, para un filósofo tan pegado al cuerpo como lo
era Nietzsche, la metafísica no iba a ser de otro modo sino estética. Su vida era
consecuente con su filosofía, todo lo hacía desde la estética. Su enfermedad le
recordaba siempre dónde estaba lo que realmente significaba algo, en su cuerpo,
a través de su cuerpo. Su cuerpo, siempre sufriendo, siempre está allí, presente,
real.
Es lo único real. Permanecer con esa noción.

La tradición filosófica alemana tenía los ojos lejos de la realidad, se podría decir
que no tenían los ojos en ninguna parte, porque no estaban viendo nada con ellos.
Por ejemplo, Kant, quien basa todo su sistema de conocimiento en algo intangible.
Nietzsche, en una suerte de inevitabilidad, devuelve la mirada filosófica al cuerpo,
su propuesta es a partir del cuerpo, es estética. ¿De qué otra forma podría ser
para alguien cuya existencia es un constante recordatorio de lo vivo que está y de
lo real de la sensación física? Pero, ¿cuál es su propuesta?

Para responder, hay tener en cuenta varias cosas.

Que Nietzsche se mueve entre polos opuestos.


Cosas que parecen contradecirse, como una metafísica estética, pero que
funcionan.
¿A qué se refiere con esto?

También hay que tener presente a la naturaleza, que es creadora, y que el arte es
lo más cercano que se tiene al proceso creador de la naturaleza. ¿Cómo es esto?
El arte lleva lo invisible a lo visible; lo que no es, a lo que es. Nietzsche afirma que
la filosofía debe imitar el arte, habla de una filosofía poética. Existe una regresión
a este punto en breve.

Si se tiene en cuenta su texto el nacimiento de la tragedia, se ve una primera


propuesta estética. Allí se habla de la época en la cual el pueblo griego tenía
sentimientos extremadamente sensibles, la época de la tragedia ática. Nietzsche
explora en dicha obra el cómo se creó y cómo murió la tragedia, con el propósito
de usar esta investigación para hacer su propuesta: devolver esa sensibilidad
perdida. No se profundizará en el nacimiento y la muerte de la tragedia, pero sí en
la afirmación de la vida que surge de esta sensibilidad.

El arte, como se mencionó antes, es de gran importancia, es la tarea metafísica


por excelencia, como escribe en el prólogo a Richard Wagner: “[...] yo estoy
convencido de que el arte es la tarea suprema y la actividad propiamente
metafísica de esta vida [...]” (Nietzsche & Sánchez Pascual, 2001, p. 40). El arte
es lo único que realmente se puede conocer, es el lenguaje más cercano a la
realidad, una metáfora perfecta para mostrar la capacidad de crear, construir
realidades. Es la tarea más importante porque es la más real, la más vital, la más
visceral, la que motiva a vivir. Siendo la tarea más real, es corpórea, el arte
trabaja con el cuerpo, se siente. Justo como Nietzsche siente su enfermedad,
cada segundo, cada instante con la mirada hacia el cuerpo. Ser humano que se
piense sin cuerpo no se está pensando en su totalidad.

La vida es trágica, y la sensibilidad de los griegos, les permitía transformar su


sufrimiento y su conocimiento de lo dolorosa que es la vida en aquello que les
motivaría a seguir vivos, esto a través de la tragedia, su máximo y más honesto
despliegue artístico. Se habla de cómo el sentimiento trágico resulta siendo jovial,
ya que es la consciencia del dolor de la vida, la cual irremediablemente afirma. Se
necesita estar vivo, realmente vivo, para sufrir, para sentir. La vida es creación y
muerte, se transfigura y es eterna. La fragilidad de la vida la siente el trágico, en
sus huesos, la afirma, y en esta se encuentra la motivación para seguir viviendo.
Nietzsche quiere recordar ese modo de vivir y sentir la vida. Propone recuperar
esa sensibilidad perdida.

Propone un regreso al cuerpo, un recordar que donde no se puede salir de él. Una
afirmación del cuerpo, de la vida, de aquello que está presente. Como dice en el
apartado 341 de la gaya ciencia

“¿Qué dirías si un día o una noche se introdujera furtivamente un


demonio en tu más honda soledad y te dijera: "Esta vida, tal como la
vives ahora y como la has vivido, deberás vivirla una e innumerables
veces más; y no habrá nada nuevo en ella, sino que habrán de volver
a ti cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada gemido, todo
lo que hay en la vida de inefablemente pequeño y de grande, todo en
el mismo orden e idéntica sucesión, aun esa araña, y ese claro de
luna entre los árboles, y ese instante y yo mismo. Al eterno reloj de
arena de la existencia se le da vuelta una y otra vez y a ti con él,
¡grano de polvo del polvo!"? (Nietzsche & Jara, 1985, p.200)”

Reafirmar la vida, amarla, sufrir y en ese sufrimiento recordar dónde está el


sentimiento, lo real. Se sabe que la vida, la cual se vive a través del cuerpo; y el
arte, que es lo que mejor recrea el poder creador de la naturaleza y también es
corpóreo, son lo único real. Siendo así, la filosofía debe entonces imitar al arte,
ser visceral, desgarradora de entrañas. La filosofía que debe imitar al arte, la
filosofía poética; el lenguaje poético, el arte como aquello a través de lo cual es
posible una metafísica estética, ¿cómo se puede hablar desde los sensible de
algo que no es sensible? con el arte, lo más real y vivo. En Nietzsche hay y se
habla de una metafísica estética porque era inevitable, basados en su vida y su
pensamiento, que fuera cualquier otra cosa. Una filosofía corpórea, con un
lenguaje poético (artístico), es lo único concebible para este pensador. “Mirar” al
cielo buscando respuestas es inútil, lo único que se puede hacer es mirar hacia
abajo, hacia el propio cuerpo, y a través de él, de lo sensible, hacer filosofía,
construir conocimiento y hacer preguntas.

Aunque el escepticismo niega o pone en duda la existencia del conocimiento, se


basa en el pensamiento crítico buscando pruebas verificables; el escepticismo
sería una base fundamental de la ciencia donde todo es cuestionable.
Según Nietzsche, el origen de la ciencia reseña dos causas:
La Utilidad, lo cual nos brinda un mayor control de la realidad y el dominio del
universo natural, recodando frecuentemente que la eficacia no es una señal de
verdad.
La ciencia es importante enseñarla a quienes sepan cuestionar, a quienes
encuentren aceptar los aspectos ocultos de la naturaleza, del origen de la
existencia
“Nietzsche rechaza la supuesta objetividad del conocimiento científico, la
existencia de leyes naturales, la racionalidad del mundo y el poder
explicativo de las matemáticas” (Historia de la Filosofía. Volumen 3:
Filosofía Contemporánea. Editorial Edinumen)
Nietzsche conoce muy bien la diferencia entre el hombre racional y el intuitivo.
El primero se encarga de la estructura ideal de la razón, asumiéndolo como
verdad dándose tranquilidad. Mientras que el segundo, se apega a negarse a
cualquier creencia de tipo social, político, religioso, y científico que la crítica al
lenguaje deduce. La crítica nietzscheana deja paso a la creatividad y a la
invención,

CONCLUSIÓNES

Friedrich Nietzsche es un filósofo reconocido por su manera de criticar y


cuestionar lo que todos temen, mostrar diversos puntos de vista jugando con el
límite de las cosas, dar a conocer sus disgustos acerca de otros y diferentes
pensamientos. Aun así, aunque pueda parecer un ser totalmente descabellado si
le interpreta y conoce mejor, puede lograr entender su laberinto de subjetividades,
se dará cuenta que quizás él pueda influenciar mucho y quizás sus frases, libros,
si tengan razón, solo hay que tener una mente totalmente abierta, ya no pensar
más como un ser totalmente racional, si no ver mucho más allá de toda moral y de
todo limite.

Las personas tenemos la tendencia a agrupar nuestros conocimientos y queremos


saber la razón de por qué ocurren o no determinadas situaciones. Vivimos
cuestionando cuál es la relación entre experiencias que nos ocurren a diario. A lo
largo de la historia han existido grandes pensadores y en este caso cabe
mencionar a Nietzsche, quien ha influido con sus conceptos en la sociedad. Casi
siempre nos cuestionamos sobre las razones para explicar algún fenómeno,
algunos, creen poco en que ciertos hechos ocurran, esta visión de la vida real es
lo que llamamos escepticismo. La mayoría de las veces a los escépticos se les
conoce como personas frías, calculadoras, inhumanas y mecanizadas, pero esto
no es tan real. Estas personas tienen creencias o convicciones que racionan y
fundamentan en la lógica, en conocimientos científicos y en hechos comprobados,
no en el deseo que sea verdad. El escepticismo a pesar de las facilidades y los
avances tecnológicos que la ciencia ha encontrado a lo largo de la historia,
actualmente, existe una gran desinformación sobre aspectos del conocimiento
humano, un gran número de personas no consigue distinguir fácilmente entre una
realidad posible y una realidad ficticia.

Un escéptico no acepta ninguna verdad sin antes haber pasado por un sin número
de argumentos y validaciones; un escéptico acepta la verdad cuando no existen
argumentos o justificaciones que puedan invalidarla.

Miremos el escepticismo como el método sano para hacer crecer la ciencia, para
cuestionarnos y buscar en el día a día nuestra verdad, cuestionemos todo
continuamente; cuestionemos cada una de las ciencias que nos dieron el poder
sobre las leyes del planeta; la física, la química, la biología, entre otras, es el
cuestionamiento y la duda lo que nos lleva a lograr los avances en la ciencia, en la
industria y en la tecnología.
Friedrich Nietzsche relaciona la ciencia con las leyes naturales, critica
principalmente la forma como los científicos han concebido las leyes naturales que
sigue la misma tendencia de la modernidad, a reducir todo a un común
denominador; Nietzsche no fue considerado un “amigo” de la ciencia; puesto que
un amigo para él sería quien pudiera ser su verdadero enemigo, paradójicamente
o jocosamente esto nos lleva a concluir que tuvo que ver la ciencia como un
enemigo para considerarse amigo de la ciencia. La ciencia debe ir más allá de los
márgenes establecidos por la autorreflexión de la razón o por la lógica y teoría de
la misma.
Lo que nos propone Nietzsche es permitir acercarnos a una dimensión nueva de la
ciencia. Una ciencia que deje libre al pensador del lío de un conocimiento cuya
legitimidad se mide en términos de utilidad. Así, la idea de resultado va a
desaparecer para ser sustituida por la de respuesta. Una ciencia, algo efímera,
orientada a los espíritus libres.

Tener la mente abierta, tener una actitud serena frente al conocimiento y sobre
todo, no esperar nada definitivo o trascendental; buscar razones y no creencias;
llegar a resultados sin importar su utilidad y cuán modestos sean por esta razón
nunca será fuente de frustraciones; he aquí el mundo del conocimiento adonde
nos invita Nietzsche.
Habría sido ilusorio concluir que el libre pensamiento y el enfoque científico, como
son presentados por Nietzsche, habrían constituido una especie de solución que
habría permitido, como en un encanto, superar todos los obstáculos e
inconvenientes que se crean frente al proceso del conocimiento. Porque apenas
estos obstáculos se superan, otros se presentan; y estos son de tal magnitud que
dan al conocimiento un carácter trágico por ser insuperable. Desde luego, no hay
otra alternativa que aceptarlo y asumirlo como tal.
Nietzsche llega a confirmar que nuestro deseo de saber, de conocer; por ser
precisamente eso, un deseo, no puede ser en esta situación sino, inevitablemente
prisionero de nuestros instintos; y según el nivel de desarrollo de estos, luego se
entenderá la gran cantidad de limitaciones que exigirán a nuestra capacidad de
conocer y de saber.
La rutina de nuestros sentidos nos ha involucrado en una diversidad de emociones
fraudulentas que constituyen, a su vez, la base de todos nuestros juicios y
conocimientos. Por esta razón no se puede anhelar a un conocimiento de la
realidad. Dicho de otra manera, querer que nuestros conocimientos puedan llegar
a una objetividad es simplemente inviable.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Nietzsche, F., & Jara, J. (1985). La ciencia jovial. Venezuela: Monte Avila
Editores.
2. Nietzsche, F., &; Sánchez Pascual, A. (2001). El nacimiento de la tragedia o
Grecia y el pesimismo. Madrid: Alianza.
3. Nietzsche, F, The Gay Science with a Prelude of Rhymes and an Appendix
of Songs, critical Inquiry, 2010.
4. Nietzsche, Friedrich, El Nacimiento de La Tragedia, Journal of Chemical
Information and Modeling, 2004
https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004
5. Ferro, J, Nietzsche y El Retorno de la Metáfora, Ediciones Uninorte, 1984.
6. González Gómez Alberto Elías. Nietzsche y Landauer. Influencia y crítica.
Articulo Xipe Totek. 2019, Vol. 28 Issue 111, p277-289. 13p.
7. El escepticismo clásico y moderno como precursores de las teorías
postmodernistas. Revista de Filosofia. may-ago2004, Vol. 47 Issue 2, p51-
64. 14p. ISSN 0798-1171Lenguaje: español, H.C.F. Mansilla Universidad
de Zurich Zurich-Suiza

También podría gustarte