Está en la página 1de 64

Título:

Nueva Esparta Bicentenaria (1816-1817 / 2016-2017)


Manual de Lecturas Patrióticas

Autor:
Iván Gómez León

ISBN:
lf 71320153701644

Editor:
Gran Comisión Ejecutiva para la Celebración
de la Era Bicentenaria del Estado Bolivariano
de Nueva Esparta (2015-2017).

Diseño de Portada
Adolfo Golindano. Réplica del Maestro Pedro Ángel González,
Bolívar en Santa Ana, año 1930.

Diseño y Diagramación:
Eduardo Molina

Impresión:

Edición:
3000 ejemplares. La Asunción, Julio 2015.

Publicación con fines culturales. Distribución gratuita.


ÍNDICE

*Iván Gómez León:


La Celebración de la Era Bicentenaria del Estado Bolivariano de Nueva
Esparta (1816/1817 – 2016/2017)...................................................................7

*Carlos Mata Figueroa:


Decreto Ejecutivo mediante el cual se crea la Gran Comisión Ejecutiva
para la Celebración de la Era Bicentenaria del Estado Bolivariano de
Nueva Esparta. (2015-2017).........................................................................11

Lecturas Patrióticas
1816
*Paul Verna:
Inicio de la Expedición de Los Cayos. (31 marzo 1816)................................15

*Iván Gómez León:


Batalla Naval de Los Frailes. (2 mayo 1816).................................................17

*Iván Gómez León:


La Expedición de Los Cayos arriba a la Isla de Margarita.
(3 mayo 1816).................................................................................................20

*Iván Gómez León:


Simón Bolívar es electo Jefe Supremo de la República y
sus Ejércitos. (6 mayo 1816)..........................................................................22

*Iván Gómez León:


Simón Bolívar anuncia que en Santa Ana del Norte ha
nacido la Tercera República. (8 mayo 1816).................................................26

*Iván Gómez León:


Bolívar en Carúpano 1816. (Carúpano, 1 junio 1816)...................................28

*Simón Bolívar:
Decreto de Abolición de la Esclavitud. (Carúpano, 2 junio 1816).................31
Lecturas Patrióticas
1817

*Francisco Javier Yanes:


El título de la Nueva Esparta a la Provincia de Margarita.
(12 mayo 1817)...............................................................................................35

*Francisco Javier Yanes:


La Nueva Esparta..........................................................................................37

*Iván Gómez León:


La Batalla de Los Barales. (17 julio 1817).....................................................39

Francisco Javier Yanes:


Batalla de Matasiete. (31 julio 1817).............................................................49

*Iván Gómez León:


Significación histórica del cerro de Matasiete.............................................51

*Alfredo Sánchez Marcano:


La Batalla del Portachuelo de El Maco. (7 agosto 1817)..............................53

*Iván Gómez León:


Batalla de Juangriego:
El pueblo margariteño ratifica su vocación libertaria.
(8 agosto 1817)................................................................................................56

*Iván Gómez León:


El día que la isla de Margarita se declaró libre
de la dominación colonial española. (17 agosto 1817)..................................58

Bibliografía...................................................................................................61
LA CELEBRACIÓN DE LA ERA BICENTENARIA
DEL ESTADO BOLIVARIANO DE NUEVA ESPARTA
(1816/1817 – 2016/2017)

Lcdo. Iván Gómez León


Presidente del IADECEBNE

E s sabido por todos que desde 1810 hasta 1817 el pueblo margariteño se
incorporó decididamente a las luchas por la independencia del dominio
colonial español y en este breve lapso se distinguió como un notable
ejemplo para todos los pueblos del mundo en lucha por su liberación.
Esta imagen de pueblo insurgente se fue construyendo paso a paso bajo la
sabia conducción de auténticos líderes revolucionarios y asumiendo todos los
riesgos que exigía aquella confrontación política y militar contra un enemigo
cruel e inhumano.
El historiador Vicente Lecuna, en magistral síntesis, basado en amplia
documentación consultada, describe el estremecedor panorama y las difíciles
condiciones en las cuales se desarrolló nuestra gesta libertaria: “En la horrorosa
contienda de 1813 y 1814, según los cálculos más prudentes, Venezuela perdió
la cuarta parte de su población, es decir, unas 225.000 almas. La ruina de la
riqueza pública fue todavía mayor en las provincias de Caracas, Barinas y
Cumaná, teatro de las más grandes devastaciones y crueldades. Bandas de
forajidos, sobreexcitados por Boves y sus secuaces, asolaron el país con el
último rigor e hicieron desaparecer de su suelo, según la expresión de Bolívar, la
obra de tres siglos de cultura, de ilustración y de industria. (Lecuna. Proclamas
y Discursos del Libertador. 13 de abril y 6 de mayo, página 106 y 109). Como
en la guerra de los bárbaros, los realistas mataron sin piedad toda especie de
personas, cebándose en las clases ilustradas, de donde había partido el impulso
revolucionario. Emigraciones en masa en diferentes direcciones sufrieron
males de todo género. La mayor parte de cuantos huyeron a Oriente perecieron
por el hierro, la miseria, las enfermedades y el cansancio, salvándose los menos
en los montes o en las Antillas, donde no era raro encontrar sin saber de sus
padres, o padres ignorantes de la suerte de sus hijos. De la vida política
desaparecieron los procedimientos legales españoles, reemplazados por un
régimen de saqueos, asesinatos y violaciones de todo género. Aunque este
estado de cosas se modificó a la llegada del ejército de Morillo, continuó la
guerra sin cuartel, con la secuela de exacciones de todo orden, reclutamientos
forzosos, prisioneros, fusilamientos y degüellos. Los bárbaros repugnaban las
tendencias legalistas del simulacro de gobierno establecido después de la
muerte de su feroz caudillo; entre los mismos españoles no faltaban oficiales y
funcionarios que consideraban el país como definitivamente perdido para
España a causa de la preponderancia de los elementos demagógicos en las
tropas vencedoras, por una parte, y de las arraigadas convicciones de los
7
republicanos, por la otra, opinión, si se quiere, presentimiento, muy
generalizado en los elementos ilustrados del bando realista; mientras en los
patriotas, pasada la primera impresión de las derrotas, renacía el entusiasmo por
su causa y se recordaba con admiración al general Bolívar, dispuesto siempre a
marchar a la cabeza de sus huestes en defensa de la libertad, animándolas con el
incentivo de la gloria, su carácter enérgico y resuelto y afectuosa
amabilidad.(Informe de John Sbrimoury al teniente gobernador y
comandante en jefe de Curazao, de 29 de setiembre de 1814. Lecuna. Doc.
Inéd. III). Aunque estas últimas impresiones, recogidas de diversos
documentos, reflejaba hechos positivos, éstos no eran suficientes para inclinar
la balanza a favor de la revolución, aun en el caso de restablecerse de nuevo la
guerra en condiciones iguales para ambos contendores, porque Venezuela, cuna
de tantos libertadores, encerraba también en parte de su población el más
acendrado sentimiento realista, dispuesto a luchar hasta la última extremidad.”
(*)
La clave de sus triunfos y la lección que dimanó de sus circunstanciales
derrotas estuvo centrada en la participación activa de todo un colectivo
mediante la escenificación de una guerra de resistencia que lo consagró como
un pueblo heroico.
Una revisión de estos siete intensos años nos pone en contacto con una
secuencia de sucesos extraordinarios que en 2016 y 2017 cumplirán doscientos
años. Estos son:
*31 de marzo 1816: Inicio de la Expedición de Los Cayos bajo la
conducción del Libertador Simón Bolívar. Puerto de Los Cayos de San Luis,
república de Haití.
*2 de mayo 1816: Batalla Naval de Los Frailes.
*3 de mayo 1816: Arribo y desembarco de la Expedición de Los Cayos al
puerto de Juangriego.
*6 de mayo 1816: Nacimiento de la Tercera República de Venezuela. Santa
Ana del Norte.
*12 de mayo 1817: Título de Nueva Esparta a la Provincia de Margarita.
Pampatar.
*1/2 de junio 1816: Arribo del Libertador Simón Bolívar al puerto de
Carúpano procedente de Margarita y decreto de abolición de la esclavitud.
*15 de julio 1817: Batalla de Los Barales. Municipio Tubores.
*31 de julio 1817: Batalla de Matasiete. La Asunción.
*7 de agosto 1817: Batalla del Portachuelo de El Maco.
*8 de agosto 1817: Batalla de Juangriego.
*17 de agosto 1817: Culminación de la guerra de independencia. Pampatar.
Por tan significativas razones nuestro Gobernador G/J Carlos Mata Figueroa
8
decretó la creación de la Gran Comisión Ejecutiva para la Celebración de la Era
Bicentenaria del Estado Bolivariano de Nueva Esparta 2015-2017 (publicado
en Gaceta Oficial. Número Extraordinario E-3.262. La Asunción, 05 de
febrero de 2015) con el propósito de exaltar tan significativas efemérides y
alentar el espíritu patriótico en las presentes generaciones.
En el contexto de tan glorioso pasado, Santa Ana del Norte –“la perla de más
quilates que atesora orgulloso Margarita”, al decir del destacado historiador
José Luis Salcedo Bastardo- refulge con luz propia al convertirse en la máxima
demostración de patriotismo marcada por la presencia de nuestro Libertador
Simón Bolívar en el acto que lo reconoció el 6 de mayo de 1816 como Jefe
Supremo de la República y sus Ejércitos y al Gral. Santiago Mariño como su
Segundo, naciendo así en esta hermosa Villa la Tercera República de Venezuela
y la Colombia que fue su más preciado sueño.
Doscientos años han sido suficientes para hacer este acto de justicia al
gigante pueblo margariteño, que esperaba pacientemente la hora anhelada de su
reconocimiento, de su reivindicación y su tratamiento como “luminaria perenne
de la libertad en América”.
Desde Santa Ana del Norte partirá esta gran cruzada que reconciliará a
nuestra gente con sus valores históricos trascendentales tangibles e intangibles
a través de las siguientes iniciativas, también contempladas en el Decreto
Ejecutivo a que hemos hecho referencia. Son las siguientes:
*Realizar las gestiones conducentes para la restauración de la casa natal del
prócer Francisco Esteban Gómez para proyectarlo como Museo Histórico
Militar del estado Nueva Esparta.
*Efectuar los trámites conducentes a la adquisición del terreno contiguo a la
Biblioteca Justa Mata Gamboa para la edificación de la Biblioteca Central
“Pbro. Dr. Andrés Márquez Gómez”, hijo ilustre de la ciudad de Santa Ana.
*Iniciar las gestiones para la creación de la Casa de la Cultura-Museo en
homenaje a Pedro Ángel González, en cuyo espacio funcionará el Centro
Nacional de Restauración de Bienes Muebles.
*Recuperar el monumento histórico Fortín España y la ornamentación de
sus alrededores a objeto de la incorporación de sus referencias históricas a los
programas educativos y al turismo regional.
*Impulsar, previa aprobación de la Universidad de Oriente, la reapertura del
Museo del Hombre Insular, a los fines de desarrollar programaciones culturales
y educativas al servicio del progreso integral de la comunidad regional.
*Promover el Templo Colonial de Santa Ana, el cual cumplirá funciones no
sólo de carácter religioso sino también pedagógico, destacando la importancia
de Santa Ana del Norte en relación con la vida, obra y acción histórica del
Libertador Simón Bolívar.
*Realizar los trámites para la remodelación y acondicionamiento integral
9
del Auditorio Felipe Natera Wanderlinder, para colocarlo al servicio de las
actividades culturales y educativas que realizan las agrupaciones y
organizaciones locales, regionales y nacionales.
*Gestionar ante la Asamblea Nacional la Declaratoria del 6 de mayo de
1816 como efeméride nacional.
*Diseñar estrategias que permitan sufragar la edición de la revista
“Margariteñerías”, iniciativa del escritor y promotor cultural Felipe Natera
Wanderlinder, distinguida como Patrimonio Cultural de Nueva Esparta, en
reconocimiento a sus 47 años dedicados a la divulgación de la historia y la
cultura de nuestro pueblo insular.
*Gestionar la solicitud al Instituto de Recuperación y Mejoramiento
Ambiental del estado Nueva Esparta (IRMANE), la elaboración y ejecución de
un novedoso programa de corte ambientalista y de participación popular con el
objeto de recuperar la imagen de Santa Ana del Norte como “Ciudad Jardín de
Margarita”.
*Cualquier otro que contribuya a enriquecer el espíritu y el propósito del
presente Decreto.
La celebración de la era bicentenaria, en la Nueva Esparta producto del
genio del digno sacerdote chileno José Cortés de Madariaga, tendrá un
profundo sentido y contenido de carácter histórico asociado a nuestras luchas
actuales por construir un mundo mejor.

Santa Ana del Norte, 24 de abril 2015.

(*) Vicente Lecuna, La Expedición de Los Cayos. Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos
C.A., 2006, pp. 11-12.
10
11
12
Lecturas Patrióticas
1816
INICIO DE LA EXPEDICIÓN DE LOS CAYOS
31 DE MARZO 1816
Paul Verna (*)

B olívar y su comitiva –la componían Francisco Antonio Zea, Pedro


Briceño Méndez, Pedro Ramón Chipía y los edecanes Guillermo
Chamberlain y Rafael Pérez- desembarcan en Los Cayos (procedentes
de Jamaica) el 24 de diciembre de 1815.
Es en el ambiente de esa ciudad haitiana donde el Libertador iba a pasar casi
tres meses organizando su primera expedición. Fue así como Los Cayos fueron
la cuna del pequeño y glorioso ejército expedicionario en el que están presentes
casi todos los futuros héroes militares de Colombia y Venezuela, que iban a
cubrirse de gloria en los campos de batalla de Costa Firme. Hablando de sus
compañeros de la expedición de Los Cayos, en su proclama a los pueblos de
Venezuela del 22 de octubre de 1818, desde su cuartel de Angostura, el
Libertador decía: “Perdida Venezuela y la Nueva Granada, la isla de Haití me
recibió con hospitalidad. El magnánimo Presidente Petión me prestó su
protección y bajo sus auspicios formé una expedición de trescientos hombres
comparables en valor, patriotismo y virtud a los compañeros de Leónidas.”
El 2 de enero de 1816, Bolívar visitó a Petión en su palacio de Puerto
Príncipe y desde aquel momento tuvo la certidumbre de que ya había triunfado
en su propósito: conseguir la ayuda material y moral del Presidente para
organizar una expedición que le permitiera invadir a Venezuela y liberarla de
sus cadenas realistas. Bolívar no se equivocaba en sus esperanzas, pues tres
meses después de su entrevista, salía con una expedición de ocho goletas, casi
trescientos hombres y, además, con 6.000 fusiles, una imprenta, dinero,
pólvora, municiones y otros equipos militares, todo regalado por Petión, fuera
del aporte de Brión y de Sutherland.
En Puerto Príncipe, Bolívar encontró a varios compatriotas suyos que se
habían refugiado en Haití años antes y vivían amparados por la generosa
protección del gobierno haitiano. En esos días, le llegó la noticia oficial de la
caída de Cartagena en manos de Morillo y la salida de casi 2.000 de sus
defensores con sus familias, las cuales prefirieron embarcarse como fuera sobre
los azares del mar en vez de rendirse al enemigo. El 6 de enero de 1816 llegaron
a Los Cayos los primeros emigrados de Cartagena en las goletas Constitución y
Sultana. Más tarde otro grupo de refugiados arribó a bordo de la fragata
Americana y de la goleta La Estrella, después de pasar por muchas peripecias
y sufrir los más horribles tormentos.
Al anclar los barcos en el muelle de Los Cayos y al enterarse de que se
trataba de los fugitivos de Cartagena, decenas de ciudadanos haitianos
acudieron voluntariamente para ofrecerles su ayuda. Luego se presenció un
espectáculo verdaderamente conmovedor: las principales familias de Los
15
Cayos ofrecieron cada una albergue en su propia casa a familias enteras,
especialmente a las que tenían hijos menores. No hubo en Los Cayos, en
aquellos días, casa de haitiano en la que no estuviesen hospedados dos o tres
venezolanos o granadinos. Y con los que carecían de todo, los haitianos
compartían la comida y hasta la ropa.
Cuán distinta era la hospitalidad sincera de los haitianos hacia los patriotas,
comparada con los fríos y hostiles recibimientos que se les daban en las colonias
inglesas del Caribe. Verdad es que las grandes potencias que se decían modelos
de civilización y defensores de la cristiandad no dieron en aquella época
ninguna muestra ni de lo uno ni de lo otro.
Una vez de regreso a Los Cayos, después de haber logrado la promesa formal
de ayuda por parte del Presidente Petión, el Libertador se ocupó activamente de
los preparativos de su proyectada expedición. Difícil tarea que, finalmente,
debió superar por cuanto las desgracias y los padecimientos físicos habían
avivado entre los exiliados los viejos rencores largo tiempo contenidos y los
cuales estallaban ahora a la luz del día, en las mismas calles de la ciudad. Un
verdadero viento de locura colectiva parecía soplar en Los Cayos.
No obstante, el tiempo transcurre rápidamente y los preparativos de la
expedición se hacían con más entusiasmo y celeridad. El Libertador no desistía
de sus propósitos ni ante la incomprensión de algunos, ni ante las maniobras de
los disidentes. Ya había recibido del Presidente Petión, antes del 15 de marzo de
1816, toda la ayuda prometida. Todo estaba casi listo. Un soplo revolucionario
animaba el espíritu de los refugiados y ya hinchaba las velas de las goletas
libertadoras ancladas en el puerto.
Para los últimos días de marzo de 1816, las angostas calles de Los Cayos se
llenaron de un bullicioso vaivén. Casi trescientos emigrantes se preparaban a
embarcarse y era el momento de los efusivos abrazos antes de lanzarse a otra
aventura militar y marítima. Los expedicionarios dejaban tras ello, los unos, sus
esposas y niños; los otros, un hermano, un pariente, algún amigo, que desde
hacía meses residía en Los Cayos o en Puerto Príncipe.
El 31 de marzo de 1816 la expedición libertadora partió del puerto de Los
Cayos de San Luis con destino a la gloriosa Isla de Margarita.

(*) Paul Verna, Bolívar y los emigrados patriotas en el Caribe. (Trinidad, Curazao, San
Thomas, Jamaica, Haití). Caracas, Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE), 1983,
pp. 53 y sigs.
16
BATALLA NAVAL DE LOS FRAILES
2 DE MAYO 1816

Iván Gómez León

E l desarrollo de las incidencias de la Expedición de Los Cayos, gesta


heroica que organizara el Libertador Simón Bolívar y que partiera
desde la república insurgente de Haití el 31 de marzo de 1816, tuvo
varios momentos estelares. El primero de ellos se escenificó el 2 de mayo, a
escasa distancia de la isla de Margarita, objetivo final de la expedición, y se le
conoce como la Batalla Naval de Los Frailes.
Los prolegómenos de tan trascendental suceso lo explica el historiador
Vicente Lecuna de esta manera: …”el 15 de diciembre de 1815 los
margariteños, no pudiendo soportar el régimen opresivo de un reglamento
impuesto por Morillo, ni las tropelías de sus autoridades, se alzaron en masa,
dirigidos por Arismendi; en ardientes combates al arma blanca obligaron a las
tropas españolas a encerrarse en las fortalezas de Santa Rosa, Pampatar y
Porlamar y en la línea fortificada de La Asunción, de las cuales no salieron sino
para sufrir derrota tras derrota.” /…/ La rebelión de Margarita obligó al
gobierno a formar una escuadrilla armada para bloquear la isla. A toda carrera
recogiéronse los buques dispersos en la costa, hasta entonces encargados de
proteger el comercio, a saber: el bergantín Intrépido, de catorce cañones, y las
goletas Morillo,Ferrolana, Rita y Rosa. Provistas estas naves de lo necesario,
y acompañadas de varias lanchas cañoneras, fueron a bloquear la isla en el mes
de marzo; el gobierno puso guarniciones de españoles a bordo de las
principales.”… (1)
Al día siguiente el Mayor General Santiago Mariño, desde el Cuartel de la
Villa del Norte, suscribió el siguiente Boletín del Ejército Libertador de
Venezuela, Número 1, en el cual describe de manera precisa y detallada las
circunstancias en las cuales se desarrolló la victoriosa batalla naval:
“Cuando la desgraciada caída de Cartagena hizo creer á nuestros tiranos que
iba á terminarse la contienda con los defensores de la independencia de la
América del Sur, se vió continuar con asombro el fuego de la libertad en la isla
de Margarita.
“Los restos dispersos de Venezuela y de Cartagena se reunieron en la ciudad
de los Cayos, República de Haití, y el Capitán General de los ejércitos de la
Nueva Granada y Venezuela, Simón Bolívar, concibió el grandioso proyecto de
auxiliar á aquella isla y libertar á toda Venezuela. Los magnánimos sentimientos
del Comandante General de la marina, Capitán de navío, Luis Brión,
contribuyeron eficacísimamente á allanar todas las dificultades y el 31 de
Marzo dio la vela la escuadra independiente, á sus órdenes.
“Después de una navegación sumamente feliz, reconocimos el 1° de Mayo
las islas de los Testigos, y á las 6 de la tarde del mismo, estando al O. de ellas, á
distancia de ocho leguas, se puso la escuadra en facha para esperar el amanecer
17
del siguiente día.
“Luego que amaneció, hizo la escuadra derrota al O.; y á las 7 de la mañana
se vieron las islas de Los Frailes, y al mismo tiempo las alturas de la Margarita. A
las 9, cantó el vigía vela enemiga al O., que salía por abajo de la tierra, corriendo
con las amuras á estribor, y se reconoció ser una goleta grande de gávia. Poco
después se avistó un bergantín, también enemigo, corriendo la misma vuelta que
la goleta, ciñendo al viento: y entonces dispuso el Comandante que siguiese la
escuadra al mismo rumbo que los buques mencionados, así para llevarlos fuera
de la tierra, como para reconocer con mayor facilidad el fondeadero de donde
habían salido. Verificado esto, se hizo formar la línea de batalla; y clavando el
pabellón nacional al palo mayor, dejó la Comandanta correr sobre el bergantín
y la goleta, que al momento tomaron caza, largando alas y todas las velas que
pudieron, corriendo al N.O. La goleta, cuya marcha era superior á la del
bergantín, quiso ceñir más el viento, cuando el Comandante dispuso que las
goletas General Mariño, Júpiter y Conejo le dieran caza, y que los demás
buques siguiesen las aguas de la Comandanta sobre el bergantín.
“A las 11 del día, habiendo llegado á tiro de fusil, dispuso el Comandante que
la goleta Constitución atacase al bergantín por babor, y la Comandanta
rompió sus fuegos de artillería con sus gruesas piezas por estribor del bergantín,
el cual nos correspondió con su artillería y fusilería y con bastante actividad.
“La goleta Constitución dirigía sus fuegos de artillería por la codera de
babor del enemigo; y luego que estuvieron muy inmediatas rompió el fuego
nuestra infantería, continuando el de artillería; en pocos momentos se
desmanteló al enemigo que resistía siempre con la mayor tenacidad: en este
tiempo fue herido el Comandante de Marina y el Capitán de Fragata Renato
Beluche tomó el mando de la Comandanta y de la escuadra, y sufriendo un
fuego terrible abordó la Comandanta al enemigo, que infructuosamente
intentó rechazarlo; pero nuestros valientes marineros, habiendo tomado
posesión del alcázar de popa, hicieron retirar á los enemigos á la bodega y
arriaron la bandera española. Se encontró al Capitán de dicho buque muerto en
la cámara de un balazo en la cabeza, al piloto y al cirujano; y sobre la cubierta y
bodega, 42 muertos y 31 heridos, ahogándose muchos por haberse arrojado al
mar. El bergantín es el de guerra nombrado Intrépido, de 14 cañones de á 8,
entre los cuales 6 culebrinas de bronce, con 140 hombres de tripulación y su
Comandante, el Teniente de Fragata, Don Rafael La Iglesia.
“A las 5 de la tarde, después de algún tiroteo de ambas partes, arrió la goleta
el pabellón a la nuestra, General Mariño, que estaba en actitud de abordarla, y
se encontró al Capitán gravemente herido, 16 entre muertos y heridos. La goleta
es la de guerra nombrada La Rita, armada con una pieza de á 18 en colisa, dos
carronadas de á 24 y dos cañones reforzados de á 8, con 90 hombres de
tripulación; su Capitán, el Alférez de Fragata, Don Mateo Ocampo.
“Por nuestra parte sólo tuvimos á bordo de la Comandanta siete muertos,
entre ellos el bravo oficial de marina Barthelemy, y ocho heridos; y á bordo de la
General Mariño dos, levemente heridos.
18
“El Comandante General de Marina y el Capitán de Fragata Renato Beluche
se condujeron en el combate de este día, con toda la bravura y habilidad que
justamente se esperaba de su valor y conocimientos; y el Capitán General,
altamente satisfecho, elevó en el acto al primero al carácter de Almirante, y el
segundo al de Capitán de Navío: los capitanes, oficiales y tripulaciones de los
buques que entraron en combate, llenaron satisfactoriamente su deber y los
demás quedaron con el sentimiento de no haber encontrado enemigos que
combatir.
“Nuestras operaciones de este día han terminado el bloqueo puesto á la parte
Norte de la isla, cayendo en nuestro poder las únicas fuerzas que lo hacían,
como habría sucedido con cuantas se nos hubieran presentado; y en el mismo
instante habríamos entrado en comunicación con la heroica isla de Margarita, si
la aproximación de la noche no hubiera obligado al Comandante General
interino de Marina, á ponerse en facha para aguardar el amanecer del día
siguiente, en el que lo verificamos á las 8 de la mañana.
“Cuartel General de la Villa del Norte, en la isla de Margarita, á 3 de Mayo de
1816.
SANTIAGO MARIÑO, Mayor General” (2)

Bolívar interpretó en gesto sublime que esta victoria era una positiva señal
que auguraba el éxito total de la expedición. Así el 8 de mayo escribió a su
pariente José Leandro Palacios: “Llegué por fin a ver otra vez al país de
Venezuela, y si el primer suceso puede ser un presagio para los que le siguen,
tengo el derecho a esperar que lograré libertar dicha república.” (3)
Vicente Lecuna precisó con mucho detalle la significación y trascendencia
de este suceso: “Decisivo por muchos años fue este gloriosísimo combate:
Margarita logró pronto su libertad y convertida en base de los corsarios permitió
a éstos mantener en jaque a la marina española, conservar libres las costas del
oriente de la Tierra Firme y facilitar por tanto el aprovisionamiento de armas y
municiones del ejército libertador.” (4)
Portando este triunfal bautizo de fuego, que agregaba a su ya extraordinaria
experiencia militar, Bolívar arriba al puerto de Juangriego al frente de su
gloriosa expedición.

Referencias Bibliográficas:
(1) Vicente Lecuna, La Expedición de Los Cayos. Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos,
C.A., 2006, pp. 14-15.
(2) Memorias del General O' Leary. Edición facsimilar del original de la primera edición,
con motivo de la celebración del sesquicentenario de la muerte de Simón Bolívar, Padre de
la Patria. Caracas, Venezuela, Ministerio de la Defensa, 1981, tomo XV, pp. 52-54.
(3) Iván Gómez León, Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera República de
Venezuela. Recopilación de textos. Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos, C.A., 2006, p.
108.
(4) Vicente Lecuna, Ob. Cit., p. 66.
19
LA EXPEDICIÓN DE LOS CAYOS
ARRIBA A LA ISLA DE MARGARITA
3 DE MAYO 1816

Iván Gómez León

E l 3 de mayo de 1816, en horas del mediodía, Simón Bolívar,


capitaneando la Expedición de Los Cayos, y aún saboreando la victoria
lograda el día anterior en los mares de Los Frailes, pisa tierra
margariteña por el puerto de Juangriego. Este segundo momento estelar de su
carrera política y militar lo comparte con dos jóvenes líderes oriundos de la
región insular: Santiago Mariño, que lo acompaña en la expedición desde su
partida de tierra haitiana, y Juan Bautista Arismendi, quien lo recibe, que al
momento está investido de la gran responsabilidad de Jefe Militar de la isla de
Margarita, y a quien se le debe haberlo convocado a reunión para acordar las
estrategias a desarrollar y darle continuidad a la lucha revolucionaria
emprendida, misión cumplida de manera exitosa por el Comandante Francisco
Olivier y por el Teniente Coronel José Jacinto Rodríguez, trasladados en la
balandra Aurora, capitaneada por el Comandante José María García. (1)
El día 8 de ese mismo mes, el Mayor General Santiago Mariño, desde el
Cuartel General de la Villa del Norte, suscribió el siguiente Boletín del Ejército
Libertador de Venezuela, Número 2, en el cual describe los detalles de aquel
suceso:
“Apenas comenzaba á aparecer el día 3, cuando la escuadra hizo vela con
dirección al puerto de Juan Griego, al Norte de la isla de Margarita; y no
habíamos aún llegado al fondeadero, cuando una flechera vino de tierra á bordo
de la Comandanta, con pliegos para S.E. el Capitán General. En seguida vino
el Excelentísimo señor General en Jefe Juan Bautista Arismendi á
cumplimentarle como Jefe Supremo de Venezuela, con cuyo alto carácter había
sido ya reconocido por el ejército y habitantes de la isla.
“Este bravo General y sus oficiales fueron recibidos por la escuadra con
todo el entusiasmo que inspiran las brillantes pruebas de valor, que
repetidamente han dado en la heroica revolución de esta isla.
“La división española que cubría aún la ciudad de la Asunción, capital de la
isla, en donde se había fortificado de un modo inexpugnable por las calles y las
alturas, y en donde poseía el castillo San Rosa, la evacuó en la noche del 2, con
tal precipitación, que dejó armas, pertrechos y víveres, y se retiró al puerto de
Pampatar; y nuestros valientes guerreros ocuparon el 3 todos sus puntos, sin
disparar un solo tiro de fusil.
“La felicidad con que se ha abierto esta campaña libertadora, nos hace
esperar con mucho fundamento que se aproxima á paso rápido la libertad de
20
toda Venezuela; y que nuestros enemigos, abrumado con el peso de los crímenes
que han cometido en nuestro territorio, van á ser exterminados.
“El cuadro que presenta la ciudad de la Asunción no es otro que el de una
población evacuada por una banda de bárbaros. No han dejado piedra sobre
piedra: todo ha sido devorado por el fuego y podemos predecir que el sistema de
destrucción que han adoptado los españoles va á hacerles una guerra aún más
terrible que la de nuestras armas.
“En los días 4 y 5 se tomaron las medidas necesarias para que la escuadra
emprendiese el bloqueo de Pampatar y con este objeto dio la vela en la tarde del
6 y en la mañana de ayer se ha presentado delante de dicho puerto.
“El enemigo se fortifica; pero nuestras operaciones van á ponerlo en la
alternativa de rendirse ó perecer.
“Cuartel General de la Villa del Norte de la isla de Margarita, á 8 de Mayo de
1816.
SANTIAGO MARIÑO, Mayor General” (2)
Rosauro Rosa Acosta en su obra Los hombres de Matasiete, sintetiza el
extraordinario momento histórico de la siguiente manera: “Bolívar regresa a la
Patria. El 3 de mayo de 1816 llega por el puerto de Juangriego después de haber
vencido en el combate naval de Los Frailes a los buques enemigos que trataban
de bloquear nuestras costas. Bolívar, pues, al frente de la llamada Expedición de
Los Cayos, está en la Isla donde se le da la bienvenida franca, cordial y
generosa. La llegada de Bolívar fue día de júbilo en toda Margarita, pero
festejado de manera amplia en la parte norte de la Isla, libre desde hacía varios
meses por la tenacidad, el valor, la constancia de Juan Bautista Arismendi y de
su pléyade de Oficiales.” (3)
Aquel día maravilloso nuestro pueblo insurgente lo convirtió en ocasión
para expresar su gran contento y alegría. Juangriego se vistió de fiesta. Mucha
gente, que se trasladó desde diferentes lugares de la isla, fueron testigos de aquel
suceso y quienes no pudieron llegar al puerto, lo vieron y saludaron en su
movilización hasta Santa Ana del Norte, próximo lugar de encuentro entre el
pueblo rebelde margariteño y su máximo líder.

Referencias Bibliográficas:
(1) Rosauro Rosa Acosta, Diccionario Margariteño Biográfico, Geográfico e Histórico.
(Colección Contemporánea “Gustavo Pereira”, N° 1). Isla de Margarita, Fondo Editorial del
Estado Nueva Esparta, 1996, p. 167 y p. 416.
(2) Memorias del General O' Leary. Edición facsimilar del original de la primera edición,
con motivo de la celebración del sesquicentenario de la muerte de Simón Bolívar, Padre de
la Patria.Caracas, Venezuela, Ministerio de la Defensa, 1981, tomo XV, pp. 54-55.
(3) Rosauro Rosa Acosta, Los hombres de Matasiete. Caracas, Fundación Rosauro Rosa
Acosta, 2012, p. 6.

21
SIMÓN BOLÍVAR ES ELECTO JEFE SUPREMO
DE LA REPÚBLICA Y DE SUS EJÉRCITOS
6 DE MAYO 1816

Iván Gómez León

E l día 6 de mayo de 1816, luego de cumplir con el protocolo militar de


rigor, el Libertador y la dirigencia revolucionaria, ya instalada en Santa
Ana del Norte, acordaron efectuar una asamblea para tomar las
decisiones pertinentes en forma democrática, pero al sumar el número total de
expedicionarios y pueblo margariteño combatiente, sobrepasaba las trescientas
personas. El único lugar que podía albergarlas era, indiscutiblemente, el templo
colonial.
El sagrado recinto se convirtió así en la magna sede de aquella trascendental
reunión. Sus bancos sirvieron de asiento a los revolucionarios y las sillas y
mesas utilizadas por el sacerdote en sus oraciones y misas fueron ocupadas por
la alta dirigencia para instalar el presídium. Los que no pudieron entrar al
templo se instalaron en sus alrededores y allí permanecieron hasta la
culminación del magnífico encuentro.
Es pertinente informar al lector las razones que explican por qué Santa Ana
del Norte resultó seleccionada para constituirse en el escenario ideal donde
tuviera lugar este suceso histórico trascendental. Leamos las consideraciones
expuestas por el ilustre Pbro. Dr. Andrés Márquez Gómez en su obra titulada
Árboles, pájaros y niños: “Para la época inmediata al 19 de abril de 1810,
Santa Ana era la población más importante del norte de la Isla. Para 1819,
Margarita estaba dividida en dos cantones, cada uno con seis parroquias. Santa
Ana era la cabecera del Cantón Norte y a su jurisdicción pertenecían Santa Ana,
Juangriego, Tacarigua, Pedrogonzález, Altagracia y San Juan. /…/ EL General
Juan Bautista Arismendi escogió al Norte para su residencia. Esto no es un
hecho casual. Hombre astuto, que olfateaba el peligro a la distancia y que
medía muy bien los pasos que daba, porque se sentía perseguido y más que
perseguido acosado por enemigos implacables, y su cabeza puesta a precio,
sabía que entre los habitantes del Norte estaba seguro. La gente de este pueblo,
adicta a la causa de la independencia, era incapaz de una traición. Allí
Arismendi hizo su casa y vivió con su primera esposa Doña María del Rosario
Irala, y muerta ésta, allí contrajo nuevas nupcias con la ilustre caraqueña Doña
Luisa Cáceres Díaz, nuestra máxima heroína. Allí, finalmente, sorteó las
insidias que le tendió las intrigas y el odio de Urreiztieta y sus conmilitones.
Nunca un norteño delató al héroe, ni se dejó tentar, en su pobreza, por el alto
22
precio puesto a su cabeza, ni se dejó intimidar con amenazas y castigos para que
se apartara del camino de la lealtad prometida al héroe que lucha por la Libertad.
/…/ Esta adhesión total a la causa de la independencia, le mereció a Santa Ana
ser escogida como cuartel general de los patriotas. Allí residía el Jefe de las
fuerzas republicanas con su Estado Mayor; allí había un hospital atendido por
las mujeres del Norte, para los heridos de la guerra; allí estaban bien custodiados
los numerosos prisioneros cogidos a los españoles en los combates anteriores y
allí, finalmente, todo el pueblo era un gran taller donde se fabricaban numerosos
útiles necesarios para el ejército.” (1)
De aquel tercer momento culminante de la Expedición de Los Cayos, quedó
para la posteridad una esplendorosa acta, que copiamos textualmente:
“En la Villa del Norte de la Isla de Margarita, a seis de mayo de mil
ochocientos diez y seis, reunidos en la Iglesia Parroquial de dicha Villa los
Excmos. Sres. Capitán General Simón Bolívar como Presidente, Generales en
Jefe Santiago Mariño y Juan Bautista Arismendi, el de División Manuel Piar, el
de Brigada Gregorio Mac Gregor, el Intendente General de Exto. de Margarita,
Comandante General, Teniente Coronel Francisco Esteban Gómez; el Mayor
General, Teniente Coronel Pablo Ruiz, el Sargento Mayor de Infantería
Teniente Coronel José Maneiro; Coronel de Caballería, Teniente Coronel José
Celedonio Tubores, el Mayor General de la misma, Coronel Francisco Morales,
el Sargento Mayor Policarpo Mata y el Presidente del Gobierno Político
Provisorio Francisco Sánchez y los Coroneles Expedicionarios Manuel Valdéz,
Luis Ducoudray, Pedro María Freites, Sebastián Boé, Vicente Landaeta, Carlos
Soublette, Miguel Martínez y Pedro Ramón Chipía, abrió la sesión el Excmo.
Señor Capitán General exponiendo en un discurso que sin embargo de que el
Excmo. Señor General en Jefe Juan Bautista Arismendi le había cedido la
Presidencia de la Junta, renunciaba si ésta tenía a bien elegir a otro. El General
Arismendi votó el primero confirmando la Presidencia en el Capitán General y
el resto de la Junta siguió unánimemente su voto.
“El Excmo. Señor Presidente manifestó en seguida a la Junta que el objeto
principal para que se había reunido era elegir un jefe único que fuese reconocido
como Supremo de la República y de sus Ejércitos y se nombrase un segundo que
deba sustituirlo en caso de muerte. En el mismo discurso hizo una ligera relación
de los sucesos que lo obligaron a abandonar por algún tiempo a su país; de la
generosa protección con que le acogió el Presidente de Haití, permitiéndole que
se uniera en aquella República a los restos dispersos de Venezuela y Cartagena,
para venir a auxiliar a esta Isla, con una expedición cuyo mando y dirección se le
confirmó por acuerdo de una Junta celebrada en Los Cayos. Concluyó
deponiendo en manos de la Junta la autoridad que ha ejercido, pidiendo se le
23
permitiese retirarse de la sesión para que los miembros de la Junta tuviesen en su
ausencia una completa libertad. El Excmo. Señor Juan Bautista Arismendi tomó
entonces la palabra, demostró que era innecesaria la separación y que todos los
Jefes presentes podían libremente exponer su opinión.
“La Junta se adhirió entonces a este voto y el Excmo. Señor Presidente
permaneció en la Sala. El General Arismendi continuando su discurso
manifestó a la Junta que él había cedido ya el mando al Excmo. Señor Presidente
y ratificaba la cesión recomendándole de nuevo como Jefe Supremo de la
República de Venezuela, protestó que en lo sucesivo deberá ser aquella una e
indivisible, con desconocimiento de la división anterior del Oriente y Occidente
y se desnudó de su autoridad depositando su bastón en manos del Presidente,
quien no lo admitió hasta que los Jefes de Estado Mayor del Ejército y de los
expedicionarios hubiesen discutido y acordado quién debía ejercer esta
Suprema Magistratura. Después de haber oído a los primeros y exigida la
votación de todos, quedó sancionada unánimemente que la República de
Venezuela será una e indivisible, que el Excmo. Señor Presidente Capitán
General Simón Bolívar se elige y reconoce como Jefe Supremo de ella y al
Excmo. Sr. General Santiago Mariño por su segundo. El Señor Presidente
aceptó la elección que hacía en él la Junta para el honroso e importante cargo de
Jefe Supremo. Protestó que la salud de la Patria era su único objetivo y que a ella
consagraría sus desvelos y fatigas, igual aceptación hizo el segundo. Resolvió
luego la Junta a propuesta del Señor Presidente que habiendo en el Ejército y en
las varias partidas de guerrillas que sostienen la causa de la libertad en el interior
de Venezuela muchos jefes y oficiales de los cuales algunos no tienen su
nombramiento y origen legítimo mientras que otros están privados por
moderación de lo que justamente merecen, S.E. el Jefe Supremo debería
legitimar aquellos y recompensar a estos según el mérito de ambos. Pero muy
particularmente resolvió con unanimidad la Junta que el Excmo. Sr. General
Arismendi sea ascendido al carácter de General en Jefe y los Comandantes
Zaraza, Cedeño, Roxas, Monagas, al de General de Brigada y los Jefes de
Estado Mayor de Margarita al de Coroneles, quedando el señor Arismendi
encargado de proponer al Jefe Supremo los demás Generales y oficiales del
Ejército de esta isla para que sean premiados por éste, conforme a sus méritos.
“El Sr. Presidente del Gobierno Provisorio de la Isla presentó a la
consideración de la Junta un expediente que leído por mí el Secretario de orden
del Sr. Presidente de la Junta, contenía un decreto del Excmo. Señor General
Arismendi estableciendo un Gobierno Político Provisorio para esta Isla
compuesto de tres individuos removibles cada tres meses, y encargado además
de la subdelegación de las Rentas Nacionales. La Junta después de todo el

24
contenido del expediente y lo que se expuso en discusión, aprobó este
establecimiento y lo sancionó en el carácter de provisorio recomendando al
mismo tiempo a S.E. el Jefe Supremo el arreglo de los Gobiernos Políticos
Provisorios que deberán instalarse al paso que se vayan liberando las
provincias.
“La Junta terminó la sesión dando las gracias al Gobierno Provisional de
Margarita por su buena administración en el ejercicio de sus funciones con lo
que se concluye esta Acta que firmaron los dichos Señores Presidentes y Vocales
ante mí, el Secretario que certifico. Simón Bolívar. Santiago Mariño. Juan
Bautista Arismendi. Manuel Piar. Gregorio Mac Gregor. Francisco E. Gómez.
Pablo Ruiz. José Maneiro. Jh. Celedonio Tubores. Francisco Morales. Policarpo
Mata. Juan Francisco Sánchez. Manuel Valdéz. Luis Docoudray. Pedro Freytes.
Sebastián Boé. Vicente Landaeta. Carlos Soublette. Miguel Martínez. Pedro
Chipía. Pedro Briceño Méndez, Secretario.” (2)
Para concluir la sesión, el Pbro. José Vicente Gómez, vicario cooperador del
Padre Pedro Manuel Romero, ofició una misa en acción de gracias en presencia
de todos los congregados en el templo. (3)
El historiador José Luis Salcedo Bastardo en estudio titulado: La Villa de
Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera República de Venezuela,
ha señalado las referencias que le otorgan a esta asamblea caracteres de
trascendencia: *En este pueblo insular, La República de Venezuela fue
decretada “una e indivisible”. *Allí nació la Colombia que fue el sueño sublime
de Bolívar. *Este tercer intento fue una misma jornada que culminó en
Carabobo y más tarde en Ayacucho. *De Santa Ana del Norte partió la
convocatoria al Congreso de Angostura, de cuyas deliberaciones resultó
aprobada la Ley Fundamental de Colombia y donde Bolívar pronunciaría el
discurso, que fue, “la más grande expresión de su genio”. (4)
De esta manera, la isla de Margarita, por intermedio de Santa Ana del Norte,
se inscribió en el itinerario y en el entrañable afecto del Padre Libertador.

Referencias Bibliográficas:
(1)Andrés Márquez Gómez, Árboles, pájaros y niños. Porlamar, Ediciones Fundación
República Insular, 2004, pp. 76, 78 y 79.
(2)Iván Gómez León, Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera República de
Venezuela. Recopilación de Textos. Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos, 2006, pp. 102-
104.
(3) Andrés Márquez Gómez, Ob. Cit., pp. 15-17.
(4)José Luis Salcedo Bastardo, La Villa de Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera
República de Venezuela. La Asunción, Gobierno Bolivariano del Estado Nueva Esparta,
Instituto Autónomo de Cultura del Estado Nueva Esparta (IACENE), 2013.

25
SIMÓN BOLÍVAR ANUNCIA
QUE EN SANTA ANA DEL NORTE
HA NACIDO LA TERCERA REPÚBLICA
8 DE MAYO 1816

Iván Gómez León

E l espíritu visionario del Libertador Simón Bolívar se manifestó de


nuevo con toda su fuerza el 8 de mayo de 1816: En Proclama dirigida al
pueblo venezolano, suscrita en el Cuartel General de Santa Ana del
Norte, manifestó que el 6 de mayo (día en que se efectuó la asamblea de
revolucionarios en el templo colonial), había nacido la Tercera República de
Venezuela, es decir, el tercer intento revolucionario por lograr nuestra
independencia absoluta del dominio colonial español.
La Proclama en referencia dice así:
“SIMÓN BOLÍVAR”
Jefe Supremo de la República y Capitán General de los Ejércitos de
Venezuela y de Nueva Granada, &.,&.,
“Venezolanos:
“He aquí el tercer período de la República…
“La inmortal isla de Margarita, acaudillada por el intrépido General
Arismendi, ha proclamado de nuevo el Gobierno independiente de Venezuela y
le ha sostenido con un valor sublime, contra todo el imperio español.
“Nuestras reliquias dispersas por la caída de Cartagena, se reunieron en
Haití. Con ellas y con los auxilios de nuestro magnánimo Almirante Brión,
formamos una expedición que, por sus elementos, parece destinada a terminar
para siempre el dominio de los tiranos en nuestro patrio suelo.
“Venezolanos, vuestros hermanos y vuestros amigos extranjeros no vienen a
conquistaros: su designio es combatir por vuestra libertad, para poneros en
actitud de restaurar la República sobre los fundamentos más sólidos. El
Congreso de Venezuela será nuevamente instalado donde y cuando sea vuestra
voluntad. Como los pueblos independientes me han hecho el honor de
encargarme la autoridad suprema, yo os autorizo para que nombréis vuestros
diputados en Congreso, sin otra convocación que la presente; confiándoles las
mismas facultades soberanas que en la primera época de la República.
“Yo no he venido a daros leyes, pero os ruego que oigáis mi voz: os
recomiendo la unidad del Gobierno y la libertad absoluta, para no volver a
26
cometer un absurdo y un crimen, pues que no podemos ser libres y esclavos a la
vez. Si formáis una masa sola del pueblo, si erigís un Gobierno central y si os
unís con nosotros, contad con la victoria.
“Españoles que habitáis a Venezuela, la guerra a muerte cesará si vosotros la
cesáis: si no, tomaremos una justa represalia y seréis exterminados.
“Venezolanos, no temáis la espada de vuestros libertadores: vosotros sois
siempre inocentes para vuestros hermanos.
“Cuartel General de la Villa del Norte, a 8 de mayo de 1816.
SIMÓN BOLÍVAR.” (1)
Bolívar vuelve sobre el tema en su célebre Discurso de Instalación del
Consejo de Estado en Angostura (hoy, Ciudad Bolívar) el 15 de febrero de
1819, cuando expresa: “Por la asamblea de Margarita el 6 de mayo de 1816, la
República de Venezuela fue decretada una e indivisible. Los pueblos y los
ejércitos que hasta ahora han combatido por la libertad, han sancionado, por el
más solemne e unánime reconocimiento, este acto que, al mismo tiempo que
reunió los estados de Venezuela en un solo, creó y nombró un poder ejecutivo
bajo el título de Jefe Supremo de la República.”… (2)
Historiadores mediocres y escasos de visión han pretendido ignorar la
trascendencia histórica de aquel suceso ocurrido en Santa Ana del Norte de la
isla de Margarita, pero ahí están los documentos elaborados de puño y letra por
el mismo Libertador Simón Bolívar. Por eso afirmamos que a Santa Ana del
Norte jamás se le podrá arrebatar el augusto título de “Cuna de la Tercera
República de Venezuela”.

Referencias Bibliográficas:

(1)Iván Gómez León, Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera República de
Venezuela. Recopilación de textos. Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos, C.A., 2006, pp.
106-107.

(2)“Discurso pronunciado por el Libertador en Angostura el 10 de noviembre de 1817 al declarar


solemnemente instalado al Consejo de Estado.” Manuel Pérez Vila. (Compilación, Notas y
Cronología), Simón Bolívar. La Doctrina del Libertador. (Biblioteca Ayacucho, 1). Caracas,
Fundación Biblioteca Ayacucho, 1994, p. 78.

27
BOLÍVAR EN CARUPANO
1 DE JUNIO 1816

Iván Gómez León

L a segunda ocasión en que el Libertador Simón Bolívar visita la ciudad


portuaria de Carúpano ocurre en el año 1816: viene encabezando la
expedición que partiera desde Haití, y luego de hacer escala en la isla de
Margarita, pisa esta tierra oriental el 1° de junio, después de aplastar la
resistencia de Martínez de Pinillos, quien guarnecía la plaza. En esta
oportunidad prolonga su permanencia por espacio de treinta días, ya que el 1° de
julio se lanza hacia las costas centrales de Venezuela.
A los efectos de nuestro análisis la Proclama del 2 de junio, dirigida a los
habitantes de Carúpano, representa el cordón umbilical que une los
planteamientos del año 1814 con los de 1816, cuando reitera sus principios
libertarios expuestos en forma categórica en el Manifiesto de Carúpano, al
explicar la razón de su presencia. La lucha continúa:
…”Vuestros padecimientos bajo la tiranía española me han traído a vuestro
país a la cabeza de una expedición, cuyo único objeto es libertar a Venezuela.
Mis tropas guiadas por el honor sólo aspiran a dividir con vosotros las
felicidades que os promete el restablecimiento de la libertad.
“Yo os convido con la paz; os ofrezco el goce de vuestras vidas, propiedades
y honor; seréis respetados y considerados como hermanos. Restituíos a vuestras
casas. No temáis nuestra espada que sólo se empleará en defenderos contra
nuestros verdaderos enemigos.” (1)
De nuevo la adversidad rodea las vicisitudes de su estadía. A pesar de todos
los inconvenientes que se le opusieron, emite el 2 de junio un decreto,
trascendental en los anales de nuestra historia: el de la liberación de los
esclavos. Manuel A. Salvati, describe este suceso de la manera siguiente:
“Informado el Libertador, que era masón gr :. 3 de las atrocidades cometidas por
Morales, quiso visitar los sitios manchados con la sangre de las víctimas, arengó
al pueblo que le seguía a todas partes, haciéndole inspirar confianza en la
victoria de las armas republicanas, y, por último, parado sobre el montón de
tierra donde existió la Logia, invocó, a presencia del pueblo, al Gran Arquitecto
del Universo, y dictó y firmó el célebre Decreto por el cual declaraba libres a
todos los esclavos que empuñasen las armas contra la opresión tiránica de
España.” (2)
No existe ningún elemento de juicio para continuar sosteniendo la tesis de
que Bolívar sanciona este decreto sólo por satisfacer compromisos personales
contraídos con el General Alejandro Petión, Presidente de Haití, a manera de
respuesta al decidido respaldo que le brindara a su empresa libertadora. La
actitud de Bolívar frente a la esclavitud tiene un trasfondo mucho más profundo.
En tal sentido, consideramos acertado el juicio del doctor J. L. Salcedo
Bastardo, cuando expone: “El problema de la esclavitud es lo que más
28
exhaustivamente considera el Libertador. Abolir esa institución fue uno de los
propósitos dominantes y sostenidos a través de toda su carrera política; nunca
como en esas ocasiones cuando ratificó su palabra libertadora Bolívar respondió
mejor a su título. Así tocaba el núcleo del aspecto social de la revolución que en
el aspecto económico así como en el político, jurídico y moral, integraría en
obligatoria convergencia la obra magna.” (3)
Aquí también advertimos una expresión significativa que bien merece ser
destacada: Esta decidida actitud del Libertador, marca el preludio de la
sincronía entre uno de los planteamientos fundamentales de la revolucionaria
concepción ideológica que sustentaba y el indicador más aberrante de la
realidad social y económica en la cual desarrolla su dinámica actividad.
Es contradictorio el testimonio de los historiadores en relación al
cumplimiento del decreto del 21 de junio, mediante el cual el Libertador ordena
incendiar y destruir el “cortijo de Carúpano-Arriba”, a consecuencia de la
reiterada negativa a incorporarse a las filas revolucionarias por parte de unos
sectores de su población. Aun cuando no interesa a los fines de este estudio
especular en torno a este asunto, sólo queremos destacar un curioso dato que
anota Tavera Acosta cuando refiere el suceso: “Y no sólo se publicó por bando y
se fijó en los lugares públicos /el decreto/ sino que también fue impreso allí por
Juan Bailío y circuló en hojas sueltas. Bailío era el tipógrafo que manejaba la
imprenta traída en la expedición, imprenta en donde ya en Juangriego, habíanse
editado las alocuciones del Libertador, de Mariño y de Arismendi, de que ya se
ha hecho mención páginas antes.” (4)
Si aceptamos la precedente afirmación, el documento adquiere una
connotación que hasta ahora no había sido considerada: se inscribe entre los
primeros antecedentes históricos de la imprenta en Carúpano, importante
iniciativa que permanece excepcionalmente aislada hasta 1853 -treinta y siete
años- en que fue trasladada desde Cumaná la prensa tipográfica de Antonio
María Martínez. Colocada bajo la administración de Basilio Ágreda, Pedro
Arismendi Brito le da continuidad en ese mismo año, al comenzar a editar el
periódico El Eco del Paria, “nutrido de buena doctrina y selecto material”. A
partir de esta fecha hasta el año 1900, bajo la égida de Juan Bailío y Simón
Bolívar, circularán en Carúpano unos cincuenta y dos órganos de prensa. (5)
“Un mes hace que estoy aquí ocupado en levantar y organizar el ejército”…
le informa a Monsieur J. B. Chasseriau el 27 de junio de 1816. Y en la misma
fecha, comunica a Martín Tovar Ponte: …”Yo, hasta ahora me he estado quieto
mientras organizaba el ejército, y tomaba mil providencias indispensables para
asegurar el éxito de la campaña”… Efectivamente, a través de las
numerosísimas cartas enviadas desde esta ciudad, que sobrepasan el centenar,
se evidencia el superior esfuerzo que invierte prácticamente desde su arribo a
esta posición estratégica de tierra firme, con la finalidad de …”desembarcar a la
costa de Ocumare a la cabeza de mil hombres y antes de 8 días tomaré la capital,
desde donde marcharé al Oriente de Venezuela a auxiliar a los hermanos que
quedan contendiendo por la misma causa”. (6)

29
No exagera el Libertador cuando anota que ha tomado “mil providencias” en
esta oportunidad, toda vez que salta a la vista que desde el 1° de junio hasta el 1°
de julio lo absorbe esta impostergable tarea. En ágil estilo epistolar, con
precisión y detalle, todo, absolutamente todo, lo registra su pluma de auténtico
estratega: ascensos, instrucciones, recomendaciones, previsiones, órdenes,
advertencias, requerimientos, sanciones, traslados; efectiva labor que se hace
posible en virtud del admirable conocimiento y dominio de la peculiaridad de
aquella realidad geográfica.
Las referencias a Carúpano, Río Caribe, Cariaco, Guiria, Maturín, Cumaná,
Yaguaraparo, Guarapiche, El Pilar, San José, Casanay, Guayacán, Cariaquito,
El Rincón, Carúpano Arriba, Canchunchú, Guinimita, Tunapuy, La Esmeralda,
contenidas en la documentación existente, permiten visualizar el amplio
espectro de la incorporación de tan humildes comunidades a las contingencias
del proceso revolucionario y su radical transformación en escenario del cual
surge, mediante la inversión de supremos esfuerzos, hombres y recursos.
Pensamos, en consecuencia, que sobradas razones tuvo Tavera Acosta cuando,
en magistral síntesis, afirmó: “Muchos son los sucesos que guarda en sus anales
esa ciudad /Carúpano/ en relación a la época terrible en la que tanto realistas
como republicanos se extremaron en violencias y horrores. En ninguna de las
poblaciones del Oriente de Venezuela se combatió tanto por la independencia
patria como en Carúpano.” (7)
Todas las ideas expuestas a lo largo de estas consideraciones preliminares,
nos permiten concluir en que, sin lugar a dudas, Carúpano y por extensión toda
el área que constituye hoy la región nororiental del Estado Sucre, representa una
referencia obligada cuando se trate de precisar los alcances del itinerario
cumplido por Simón Bolívar en la gestación y desarrollo de su empresa
libertadora.
No es necesario volver a insistir para demostrar que desde el verdor de
nuestros campos, la quietud de nuestros pueblos y del azaroso mar que nos
abraza, emergieron los destellos primigenios que delinearon el perfil de nuestro
ser nacional.

Referencias Bibliográficas:
(1)Iván Gómez León, Bolívar en Carúpano 1814/1816. Carúpano, Colegio Universitario de
Carúpano, Homenaje al Libertador Simón Bolívar en el Bicentenario de su Natalicio, 1983, pp.
12-13.
(2) Manuel A. Salvati: Anotaciones históricas sobre la Masonería en Carúpano desde 1814
hasta 1918. México, D.F., Editorial Menphis, 1962, pp. 20-21.
(3) J. L. Salcedo Bastardo: Visión y revisión de Bolívar. Tomo II. Caracas, Monte Avila Editores
C.A., 1977, p. 89.
(4) Bartolomé Tavera Acosta, Historia de Carúpano. (Biblioteca de Autores y Temas
Sucrenses). Cumaná, Tamimat S.R.L., 1981, p. 159.
(5)Iván E. Gómez L., La prensa de Carúpano en el siglo XIX (1854-1900). Carúpano, Colegio
Universitario de Carúpano, 1986. (Inédito).
(6)Iván Gómez León, Ob. Cit.
(7) Bartolomé Tavera Acosta, Ob. Cit., p. 100.
30
DECRETO DE ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
CARÚPANO, 2 DE JUNIO DE 1816

Simón Bolívar (*)

República de Venezuela
SIMÓN BOLÍVAR

J efe Supremo de la República y Capitán General de los Ejércitos de


Venezuela y de la Nueva Granada, &, &, &.

A los habitantes de Río Caribe, Carúpano y Cariaco.


Salud.
Considerando que la justicia, la política y la Patria reclaman imperiosamente
los derechos imprescriptibles de la naturaleza, he venido en decretar, como
decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo
español en los tres siglos pasados. Considerando que la República necesita de
los servicios de todos sus hijos, tenemos que imponer a los nuevos Ciudadanos
las condiciones siguientes:
Artículo primero: Todo hombre robusto, desde la edad de catorce hasta los
sesenta años, se presentará en la parroquia de su Distrito a alistarse en las
banderas de Venezuela, veinte y cuatro horas después de publicado el presente
decreto.
Artículo segundo: Los ancianos, las mujeres, los niños y los inválidos,
quedarán eximidos desde ahora para siempre del servicio militar; como
igualmente del servicio doméstico y campestre en que estaban antes empleados
a beneficio de sus señores.
Artículo tercero: El nuevo Ciudadano que rehúse tomar las armas para
cumplir con el sagrado deber de defender su libertad, quedará sujeto a la
servidumbre, no sólo él, sino también sus hijos menores de catorce años, su
mujer y sus padres ancianos.
Artículo cuarto: Los parientes de los militares empleados en el Ejército
Libertador gozarán de los derechos de Ciudadano y de la libertad absoluta que
les concede este decreto a nombre de la República de Venezuela.
El presente reglamento tendrá fuerza de ley y será fielmente cumplido por las
Autoridades Republicanas de Río Caribe, Carúpano y Cariaco.
Dado en el Cuartel General de Carúpano, firmado de mi mano, sellado con el
provisional de la República y refrendado por mi Secretario de Estado y Guerra a
2 de junio de 1816. 6° de la Independencia.
SIMÓN BOLÍVAR.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ.
Secretario de Estado y Guerra.

(*) Iván Gómez León, Bolívar en Carúpano 1814/1816. Carúpano, Colegio Universitario de
Carúpano, Homenaje al Libertador Simón Bolívar en el Bicentenario de su Natalicio, 1983, pp.
11-12.
31
Lecturas Patrióticas
1817
EL TÍTULO DE LA NUEVA ESPARTA
A LA PROVINCIA DE MARGARITA
12 DE MAYO 1817

Francisco Javier Yanes (*)

E l 8 de mayo de 1817 reunió el General Mariño, como segundo jefe de la


república, varios empleados y ciudadanos respetables en la ciudad de
Cariaco para que estableciesen un gobierno provisorio, análogo a las
circunstancias en que se hallaba Venezuela a conformidad de lo que el jefe
supremo había dicho en su proclama de 8 de mayo y 28 de diciembre del año
anterior y discutida la materia se declaró instalado el Soberano Congreso de
Venezuela, resignando el presidente general Mariño la autoridad de segundo
jefe que se le confirió por la junta celebrada en Margarita (el 6 de mayo de 1816,
Santa Ana del Norte) y en su virtud se nombró para servir el poder ejecutivo al
general Fernando Toro, coronel Francisco Javier Mayz y general Simón Bolívar
y por suplentes a Francisco Antonio Zea, José Cortés Madariaga y Diego
Vallenilla. Se designó para la residencia del gobierno federal la ciudad de La
Asunción, capital de Margarita.
Trasladóse el gobierno a la isla y desde luego procedió a librar las
providencias y decretos que estimó convenientes para la organización de todos
los ramos de la administración. Entre estos merece atención el que sigue:
“Palacio de Gobierno en Pampatar, mayo 12 de 1817. 7mo. En conformidad
con lo dispuesto por la Constitución Federal, se declara que al Soberano
Congreso de Venezuela debe tributarse en cuerpo el tratamiento de Honorable
Congreso; al Poder Ejecutivo, el de Respetable; al Poder Judicial, el de Recto; a
los Ministros de los tres poderes, Capitanes Generales y Almirante, el de
Honorable por cortesía, tratándoles en la correspondencia oficial de ciudadano
y usando siempre de os y de vos, y comuníquese. Así lo decretó el respetable
Poder Ejecutivo y lo rubricaron. Hay dos rúbricas. Casiano Bezares,
Secretario.- Honorable Presidente Cortés, Ministro Zea.- Casiano Bezares,
Secretario de Estado interino.”
Habiéndose tenido noticias positivas de que venía de España una expedición
destinada contra Margarita, publicó el siguiente decreto:
“El Supremo Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela reinstalado
felizmente para su honor y libertad deseando llenar sus grandes obligaciones
cuenta con el esfuerzo de los pueblos virtuosos que le han proclamado y le
aman. Ellos se han convenido para su elección y sostenimiento y este pacto tan
sagrado debe cumplirse a costa de todo sacrificio, como dirigido al mayor bien
de una preciosa porción del género humano que noblemente se eleva al rango a
que aspiran el corazón y el alma del hombre. En consecuencia es de la primera
atención el establecimiento y organización de la fuerza que ha de salvar la
República y que su Gobierno protector ordena, ofreciendo a los pueblos su
35
seguridad, conservación y prosperidad a cuyo efecto la medida de las
circunstancias es la Ley Marcial bajo los siguientes artículos:
1°. Todos los individuos que se hallen en esta isla desde 14 hasta 60 años son
soldados de la República y como tales se presentarán a los respectivos
comandantes militares dentro de veinticuatro horas precisas, los cuales tomarán
razón de sus nombres, edad, vecindad y ocupación para pasarlo inmediatamente
al Supremo Gobierno.
2°. Son exentos de esta presentación los individuos ocupados efectivamente
en la marina, pues sirviendo en ella a la República, pertenecen a la jurisdicción
del almirantazgo y su jefe.
3°. Durará esta ley cuatro meses contados desde el día de su publicación.
4°. Los que faltasen a la presentación y alistamiento, sin una causa notoria,
serán tratados como enemigos de la Patria y castigados según las circunstancias.
5°. Los comandantes militares quedan obligados y responsables al
cumplimiento de esta ley y, en consecuencia, deben arrestar cualquier individuo
que no la haya observado, participándolo inmediatamente al Supremo
Gobierno.
6°. Igual responsabilidad y obligación tendrán para con los desertores de la
marina, remitiéndolos a disposición del honorable Almirante y Capitán General
de los ejércitos de Venezuela.
Publíquese en todos los partidos de la isla y fíjese en los lugares públicos
para su observancia y ejecución. Palacio de Gobierno en Pampatar a 13 de mayo
de 1817. José Cortés Madariaga. Francisco Antonio Zea. Casiano Bezares,
Secretario interino.”
En el 17 de mayo decretó que en las banderas de los buques de guerra debían
usarse siete estrellas azules en campo amarillo y los mercantes sólo la tricolor.
En el 24 del mismo mes se designaron premios y recompensas a los extranjeros
que sirvan en la marina nacional, y en el 26 se cedió a favor de la marina la parte
de presa que corresponda al Estado en las que se hagan en la Guayana.
En esta misma fecha –agregamos nosotros- a proposición del sacerdote José
Cortés Madariaga se distingue a la Provincia de Margarita con el título de
Nueva Esparta, por cuanto su heroísmo y abnegación revolucionaria hacía
recordar la rebeldía del antiguo pueblo griego.

(*) Francisco Javier Yanes, Historia de Margarita. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, Fundación Editorial el perro y la rana, 2008, pp. 83-85.
36
LA NUEVA ESPARTA

Francisco Javier Yanes (*)

S i Grecia y Roma se gloriaban de su Leónidas, Temístocles, Epaminondas,


Arístides, Horacios, Mucíos, Fabios, Fabricios, Scipiones; Margarita se
jacta de tener en su seno otros tantos héroes, cuanto son sus hijos, y la
posteridad mirará como sus redentores y hará siempre grato recuerdo de
Arismendi, Gómez, Joaquín Maneyro, Juan Miguel y Saturnino Lares,
Celedonio Tubores, Nemecio Malaver, Juan Fernando Fermín, Francisco
Campos, Pablo Ruiz, Domingo y Ceferino González, Juan Rodulfo, Andrés
Mata y Juan Galindo, Juan Manuel Fermín, Policarpo y Andrés Mata, Apolinar
Lares, Gaspar Marcano, José Manuel Fermín, Francisco Adriano, Juan Bautista
Espinoza, Manuel Lego, Benítez, Tenías y otros innumerables que con su valor
y constancia libertaron la patria, sacrificando sus vidas y propiedades, sin más
sueldo, ración ni recompensa que la dulce satisfacción de haber cumplido con el
deber sagrado de libertar su patria de los tiranos. (**)
Si la antigua Esparta se creía invencible por el entusiasmo de sus mujeres, las
cuales animaban a sus esposos e hijos para que peleasen con valor, recibiendo
con alegría la noticia de su muerte cuando habían seguido su consejos,
Margarita, la Nueva Esparta, puede gloriarse de que sus hijas han hecho esto
mismo y tal vez algo más. En efecto, todas las margariteñas han concurrido
personalmente a la guerra contribuyendo para su sostén con todas sus galas,
adornos y preseas; se han ocupado en el servicio del ejército conduciendo los
pertrechos, cargando en hamaca los heridos, curándolos en los hospitales con
los medicamentos que ellas mismas proporcionaban, haciendo la comida y
cargando el agua para la tropa y, lo que es más, arrojando enormes piedras
cuando los enemigos atacaban los puntos en que se hallaban, recibiendo
siempre con una especie de alegría la nueva de sus maridos, padres, hijos y
deudos quienes habían expirado en defensa de la patria. El que escribe esto
testifica el hecho que sigue: informado de que una noble guaiquerí había
perdido en el ataque de Juangriego su marido, dos hijos, su padre, hermanos y
otros parientes, interrogó a la misma, si era cierta esta relación, y respondió: “sí,
es verdad que allí murieron todos y lo que siento es que éste (señalando hacia un
niño como de cuatro años que tenía a su lado) no hubiese sido grande para que
también hubiese muerto allí por su patria”. ¡Ah! expresión sencilla y
naturalmente expresiva de todo lo que encierra el amor a la patria. ¡Sentimiento
sublime y raro de que no nos habían dado idea los escritores políticos, filósofos
y elocuentes del antiguo mundo! Esta mujer deseaba en aquella situación, que el
solo hijo que le quedaba hubiese sido grande, no para que venciese, sino para
que hubiese muerto allí por su patria.

37
(*) Francisco Javier Yanes, Historia de Margarita. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, Fundación Editorial el perro y la rana, 2008, p. 105.

(**) A esta lista de patriotas margariteños el Gral. Francisco Esteban Gómez en su


Observaciones… a la obra de Yanes, consideró que debería agregársele estos otros nombres
quedando aún inconclusa: Francisco Javier Gutiérrez, Rafael Picaso, José María Paz, José María,
Mateo y Gabriel Guerra, venerable cura Ber. José Tadeo Rey y Peruena, Loreto Arismendi, Juan
Simón Marcano, Ceferino González, José Jacinto Rodríguez, Marcos, Gabriel, José Antonio y
Joaquín de Silva, Francisco Cedeño, Benito Jimeno, José María García, Ricardo Mesa, Diego
Piñerúa, Manuel Maneiro, Ramón Gómez, Juan Plaza, Nicolás Guevara, José Sarmiento, Rafael
y José Rafael de Guevara, Ramón Camejo, José María el Muerto, Juan José de la Riba, Lucas
Ortega, Manuel Ribas, Marcos García, Julián Méndez, Gerónimo Rodríguez, Juan Manuel
Aguilera, Francisco Clemente González, Cleto Rodríguez, Félix Bastardo, Juan Bautista y
Simón Irala, Pedro Bejarano, Pedro Sánchez, José González, Domingo Rosa, Juan Esteban
Figueroa, José Dolores Salazar, etc., etc. pp. 168-169.

38
LA BATALLA DE LOS BARALES
17 DE JULIO 1817

Iván Gómez León

D esde el mes de mayo de 1817 se supo en Margarita que el general


español Pablo Morillo, procedente de Guayana y haciendo escala en
Cumaná, preparaba una poderosa expedición con la amenaza de
derrotar definitivamente al activo movimiento revolucionario que allí actuaba,
destruir sus pueblos y labrantíos y, en general, a toda su población, para
escarmentar de esta manera su rebeldía y desafío al poder colonial español.
En conocimiento de tan graves circunstancias, el 23 de junio desde La
Asunción, el general patriota Francisco Esteban Gómez lanzó “al mundo
imparcial” un Manifiesto en el cual expresaba lo siguiente ante la inminencia
de esta nueva agresión y la decisión revolucionaria de hacerle la más resuelta
resistencia:
“Desde que Dios formó el Universo o vasto país en que habitan los viadores
(hace ya el espacio de seis mil y más años) están enumeradas las revoluciones
que lo han afligido y que han de humillar y destruir la especie humana.
“Venezuela ocupa la última página de esta historia lamentable.
“El 19 de abril de 1810 entonó el himno sacrosanto de la libertad y en tres
períodos remarcables ha hecho los más fuertes sacudimientos para obtener su
completa emancipación. Jornadas muy gloriosas, acciones brillantes y
distinguidas son las pruebas más ineluctables del valor venezolano.
“La isla Margarita, parte integrante, y hoy muy principal de los pueblos
confederados, levantó igualmente el estandarte del honor y de la gloria, y siguió
los pasos de sus conciudadanos. El 4 de mayo de aquel año depuso con la mayor
moderación al mandatario peninsular, el mismo que a la entrada de Monteverde
en Caracas fue el cómitre destinado para afligir en las bóvedas y pontones de
Puerto Cabello, entre otros americanos, a los hijos de Margarita.
“Cartagena promueve la reacción del año de 1813, y un jefe con los sufragios
del pueblo, destruyó al intruso tirano y rompe las cadenas de sus hermanos
oprimidos. Todos bendicen la obra del Libertador y desean que ella sea tan
durable como fue pronta en su formación.
“Mas el genio del mal aparece otra vez en esta comarca: se abre una nueva
campaña, y después de mil triunfos y proezas, cae el mismo pueblo bajo el yugo
de un aborto del infierno, teniendo que salvarse sus restos por la emigración que
emprendió por ásperos caminos, en una estación calamitosa, para trasladarse a
39
las Antillas, en donde han presentado al hombre sensible un cuadro el más
lastimoso, pues que ninguno ha podido ver sin emoción una multitud de
personas honradas y pudientes, que antes buscaban con quien distribuir su
fortuna, vivir para conservar una mísera existencia solo por la merced de
extranjeros, cuya generosidad fue tan franca como obligatoria al
reconocimiento de los buenos americanos. Si algún día la providencia
condolida de sus padecimientos se digna concederles la bien merecida carta de
Manumisión y que puedan formar un gobierno justo y liberal, que afiance para
siempre los derechos inalienables del hombre, ellos podrán y sabrán remunerar
con distinguidas recompensas los beneficios y hospitalidad que han recibido de
algunas colonias.
“Una tercera época de redención se presenta en favor del pueblo disperso; el
mismo redentor triunfa de los opresores en el mar, y en esta tierra de libertad,
pero nuevos acontecimientos hacen que no se crea cerrado el círculo de la
revolución. La furiosa lava de este volcán continúa sus erupciones, mas los
amantes de la independencia, deseosos de este bien, y ambiciosos de su libertad,
queriendo tomar asiento entre las naciones que cubren la tierra y a gozar de
todos los beneficios que emanan de esta, se han resuelto a todo por conseguir
tamaños bienes, y así la muerte no les espanta, y sólo la consideran como un
descanso que pondrá fin a una vida agravada con la servidumbre y cubierta con
la ignominia.
“A pesar de tan nobles sentimientos, de tan generosas y liberales ideas, no
faltan americanos desnaturalizados, que bien avenidos con la servidumbre, se
prosternan servilmente ante los ídolos que existen en la Iberia y que sólo
pueden conocerse en este mundo por los órganos del fanatismo, del error y la
superstición, sin conocer ellos mismos los males que atraen sobre el suelo de su
nacimiento y sobre sus propias personas. Pero a estos seres degradados y
envilecidos es preciso advertirles que sobre sus cabezas penden agudas espadas
y que a sus pechos amenazan los afilados puñales de los libres. Un grito
universal conspira a borrarlos de los nobles seres que hermosean la naturaleza.
La alternativa de los hijos de la Gran Colombia es Morir o Vencer, aunque ya es
preciso decir por esta vez, que en medio de los azares de la guerra, cuando la
Margarita contaba con algunos pueblos de la parte oriental del continente,
advierte que algunos de ellos han intentado y de hecho se han sustraído, de la
noble federación venezolana, sólo por temores a terror, pánico, espanto de los
fantasmas.
“La ciudad de Cariaco ha sucumbido de un modo inconcebible, y sus
desórdenes pueden trascender a los pueblos comarcanos. La Margarita, por
conservar la unidad que salva los estados, recibió en su seno al Gobierno
40
Supremo de Venezuela convocado por el General Mariño y el 31 de mayo último
a los doce días de su instalación se ausenta en nuestra escuadra con dirección a
Maturín. La isla, fluctuando sola en los peligros, bloqueada en el día por dos
corbetas y cinco bergantines; amenazada en fin por un grande ejército y nuevas
fuerzas navales, ha ratificado sin embargo el juramento que hizo el 17 de
noviembre, y no hay duda que tendrá ahora el buen éxito que entonces, cuando
en diez acciones campales batió la formidable fuerza del General Morillo.
“Tres mil republicanos que han admirado al mundo por su constancia y valor
se hallan en el día con las armas en la mano decididos a resistir a todo trance las
pretensiones y choques de la tiranía. La Margarita podrá ser reducida a cenizas,
pero no esclavizada. El enemigo ha jurado su exterminio y amenaza que muy
pronto vendrá a pasearse por sus terrenos, gloriosos campos de Marte; y en tal
conflicto ella suplica a las naciones imparciales y despreocupadas vuelvan a
fijar su vista en la nueva lucha que sin duda será más terrible que la que acaba de
sostener y que sirvió de espanto, terror y confusión al mismo pueblo que
pretendió esclavizarla.
“¡Naciones grandes y generosas! No permitáis que las falanges de nuestros
asesinos acaben de consumar la obra de iniquidad y de exterminio que
pretenden, ni que cubran de llanto y luto a los pacíficos moradores de Margarita
sólo porque no quieren ser esclavos de la nación más bárbara del globo.
Conduélanse los hombres justos y filantrópicos de este siglo de Luces y razón de
un pequeño y pobre pueblo que ha sabido dar al mundo culto lecciones sublimes
de civismo, en el concepto que si le dispensaren los auxilios de que necesita para
la defensa a que se prepara, jura a presencia de los cielos y la tierra que los
ejemplos de la valerosa Grecia, con todo el brillo con que se hizo admirable en el
universo, poco excederán a los que se prepara a dar el pueblo margariteño y no
habrá sacrificio que no tribute a la justa libertad que en el siglo XIX ha
proclamado el nuevo mundo. Ciudad de la Asunción de Margarita, junio 23 de
1817 – 7mo. Francisco Esteban Gómez.” (“Manifiesto del General Francisco
Esteban Gómez al mundo imparcial”). (1)
La trágica presunción finalmente se confirmó. A mediados de julio, la
referida expedición, integrada por un ejército de más de 3.000 hombres, bien
provisto y equipado, con una escuadra numerosa capaz de sostener el más
estrecho bloqueo, levó anclas en Cumaná y tan pronto pisó tierra margariteña,
hecho ocurrido el 17 de julio, Morillo publicó, desde su Cuartel General del
Campamento de Los Barales, la siguiente Proclama:
“Habitantes de Margarita. Desde Ocaña os prometí en abril del año último
que vendría sobre estas costas para castigar a los sediciosos y restablecer el
orden que habían alterado.
41
“El hipócrita y despreciable Arismendi decía que os engañaba y que la
presunción y el orgullo dirigía mi voz desde las orillas del Magdalena. Ya veis si
he cumplido mi promesa, después de dejar sumisas al Rey, y gozando de su
antigua felicidad las hermosas provincias del Nuevo Reino de Granada. Juzgad
ahora de mi conducta y conoced vuestra situación.
“Habitantes de Margarita. Sé todos los pormenores de vuestra revolución y
conozco los infames que la han causado. Estos mismos por la mayor parte os
abandonan a vuestra propia suerte, como cobardes que son, al momento que he
aproximado, y huyen a la sola idea del riesgo que les amenaza.
“Ese Arismendi, nacido para vuestro mal, tan cobarde como ruin, no vendrá
en vuestro auxilio, ni tampoco la multitud de miserables que han blasonado,
cuando nada temían de cerca: ahora todos emigran, os abandonan con diversos
pretextos; y el pirata Brión, concluye con saquear la isla y fugarse con sus
buques.
“En este estado, os convido nuevamente con la clemencia de nuestro amado
soberano el Sr. Dn. Fernando VII cuyo augusto y magnánimo corazón se
complace solo en el bien y felicidad de sus vasallos. Aprovechaos pues de ella y
contad con el perdón de vuestros crímenes si os sometéis desde luego.
“Sabéis por experiencia que sé cumplir mis ofertas y que mi palabra es
inviolable. Vuestra suerte no puede ser dudosa, cuando es constante que además
de la división expedicionaria que acaba de llegar de la península, tengo a mi
disposición las divisiones del ejército, cuyo valor y decisión son bien conocidos.
“Si a pesar de este paso que doy en obsequio de la humanidad como una
consecuencia de los principios que siempre han dirigido mi conducta, os
empeñáis en vuestra rebeldía, como lo habéis manifestado desde el momento de
mi desembarco, nada habrá que detenga mis empresas; y cesando las
consideraciones y las esperanzas de vuestra reducción, marcharé sobre vosotros
con fuerzas respetables que están a mis órdenes: la desolación y el terror irán
delante de ellas; y si los traidores de Barcelona acabaron con su mísera
existencia, en esta isla desleal no quedarán ni las cenizas, ni aún la memoria de
los rebeldes que despreciaron la piedad del Soberano y se empeñaron en su
exterminio. Cuartel General del Campamento de los Barales, 17 de julio de
1817 – El General en Jefe – Pablo Morillo.” (2)
Ese mismo día lanzó una fulminante intimación a Francisco Esteban Gómez:
“Don Pablo Morillo &. Al Comandante de la fuerza armada que se halla en
Margarita. Las tropas del Rey, bajo mi mando vuelven otra vez a pisar el suelo de
esta isla, y espero que pronto se halle toda ella sometida a la dominación de su
legítimo Soberano.
42
“Conozco muy bien vuestros comprometimientos y estoy persuadido que la
masa general de los habitantes no ha querido atraerse sobre sí tantos y tan
desastrosos males. Vuestra desgracia es obra de un hombre perverso; y la sangre
que se ha derramado y las inquietudes y zozobras que os han traído es el presente
más digno que ha podido haceros su detestable corazón.
“Soy conocido de todos vosotros; y mi lenguaje y mis sentimientos no deben
seros sospechosos. Estoy dispuesto a emprender una campaña, cuyo resultado
no puede ser dudoso; bien sabéis los medios de que dispongo, harto suficientes
para realizar mis planes.
“Sin embargo, amante de la humanidad y siempre propenso al bien, he
meditado haceros esta intimación acompañada de una proclama al pueblo de
Margarita, en que con la franqueza propia de un militar, le manifiesto mis
intenciones.
“La suerte os ha colocado en una situación en que podéis hacer la verdadera
felicidad de vuestra patria, tomando el único partido que os aconseja la razón y
el deber.
“Si hacéis desarmar los habitantes; si os sometéis con ellos a la obediencia de
nuestro amado Soberano el Señor Don Fernando VII cesará toda hostilidad: se
olvidarán los acaecimientos pasados y podéis contar con la protección del
gobierno de S. M. Los jefes o personas leales que os acompañen a este servicio
importante serán atendidos igualmente y recompensados a proporción del
mérito que contraigan.
“El encargado de presentaros esta intimación os instruirá menudamente en
todo lo que deseéis saber para dirigir vuestra conducta.
“No se me culpará en lo sucesivo de los desastres que puedan seguirse si la
obstinación y la infidelidad es vuestro partido; pudiendo aseguraros que sin
amenazar vanamente, ni hacer ostentación de mi poder, será tan ejemplar el
escarmiento de esta isla, que no quedará uno solo que no sufra el castigo de sus
crímenes, ni que conserve la memoria de los hechos sangrientos y terribles que
sufrirán ellos y sus familias. Cuartel General de los Barales, 17 de julio de 1817
– Pablo Morillo.” (3)
Al día siguiente, Francisco Esteban Gómez, desde el Cuartel General de
Sabana Grande, le contestó en estos términos:
“El General en Jefe del Ejército Libertador de la isla de Margarita. Al Exmo.
Señor General en Jefe de las tropas del Rey.
“Exmo. Señor: Los espartanos de Colombia han visto con bastante
admiración el parlamento inesperado que V.E. les envía: extrañan el bárbaro
43
estilo de intimar la rendición de esta isla, después de haber hostilizado
atrevidamente sus costas sin preceder aquel requisito y se complacen al ver que
V.E. ha conocido su yerro, cuando ya todos se hallan irritados y revestidos con
las nobles insignias del valor para vengar los nuevos ultrajes que se les irrogan.
“Las tropas del Rey que tiene V.E. bajo su mando nada han adelantado con
pisar otra vez las áridas playas de Margarita y el esperar por esto que vuelva a la
tiránica dominación española, es tan difícil como que V.E. cumpla las promesas
que hace bajo la mentida frase de que su palabra es inviolable.
“Si V.E. conoce los comprometimientos de la masa general de esta isla, debe
también sacar por consecuencia, que no es ya la causa de un particular la que
defendemos y que el general Arismendi a quién V.E. atribuye el origen de
nuestras desgracias, lejos de traernos esos supuestos males puso en nuestras
manos el precioso don de la libertad y supo conducirnos a la cumbre de la gloria
dejándonos a su partida sabias lecciones para defendernos y fieles modelos para
vencer españoles.
“La sangre que se ha derramado y la que se derramará, emana del íntimo
impulso que tiene todo hombre al defenderse de su enemigo y del implacable
odio que profesan los margariteños a sus opresores y no de las ideas perversas
de nuestro héroe; del entusiasmo que a todos nos anima para sepultarnos entre
las ruinas de nuestro país con cuantos objetos amables poseemos, antes que
dejar a la posteridad el confuso lunar de la humillación y vasallaje en el
brillante cuadro de nuestras victorias.
“Cierto es que V.E. es bien conocido de nosotros, y jamás borrarán de su
memoria los margariteños la duración, aunque efímera, de sus pasadas
promesas: males de toda especie cayeron sobre nosotros en vez de los
prometidos beneficios: un grito general se oyó en toda la isla y este lastimoso
clamor fue el que instigó al pueblo a usar del derecho de insurrección que le
permite la ley de la naturaleza y de todas las sociedades.
“Desde entonces ratificó el juramento que antes había hecho por su
independencia y libertad y tomando por divisa morir o vencer borró para en
adelante las palabras de perdón y olvido de lo pasado con que todos los jefes
españoles ocultan y abrigan sus verdaderas intenciones y disfrazan sus tramas
para sacrificarnos.
“Así, pues, está por demás repetir estas promesas, como también el paso que
V.E. ha tendido la bondad de dar a favor de la humanidad, enviándonos su
proclama e intimación, no pudiendo dejar de advertirle que hemos fijado muy
atentamente la consideración en la amenaza que nos hace V.E. de la total
desolación de la isla si no convenimos con la que soberanamente nos intima. Por
44
tales expresiones de V.E., por los comprometimientos primitivos y por los que
en virtud de la conducta de los agentes de V.E., en esta isla, tomó el pueblo
resolutivamente, acabará de conocer los uniformes sentimientos de estos
habitantes, para el último arreglo de su conducta, debiendo añadir, que si V.E.
fuere vencedor se hará dueño de los escombros, de las cenizas y de los lúgubres
vestigios que a su pesar quedarán de nuestra constancia y valor con más brillo
que los de Sagunto y Numancia. Si la fuerza y los medios que están a disposición
de V.E. son tales cuales nos los pinta, bien podrá coger por triunfo, para
satisfacer la tirana ambición de su soberano, y complacerse en ellos, la área
estéril y desolada de la isla Margarita, pero jamás podrá decir que se le rindieron
sus ilustres defensores. Cuartel General de la Sabana Grande a 18 de julio de
1817. 7mo. Francisco Esteban Gómez.” (4)
La descripción del suceso histórico está contenida en el Boletín del Ejército
Libertador de Margarita, suscrito en La Asunción el 25 de julio de ese año:
“La suerte de la decantada expedición española de los jefes Canterac y
Coupigni y en la que el tirano Morillo amenazaba confundir a Margarita, ha sido
tan feliz para nosotros cuanto debía esperarse del valor y entusiasmo de sus
defensores.
“Este General español se presentó en el puerto de Guamache el 14 de julio
con 22 velas, y luego que fue avistado dispuso el benemérito General Francisco
Esteban Gómez que marchasen nuestras tropas a contenerlo en las costas de
Sotavento. El enemigo en número de 3.000 hombres desembarcó en las alturas
de Las Cuicas y Bancolargo, y el benemérito jefe de estado mayor Coronel
Joaquín Maneyro le sostuvo una dura acción con 400 infantes y 500 caballos
forzándole a permanecer en las playas y cerro de La Vela sin atreverse a registrar
el campo de batalla. Aterrado Morillo con este ensayo envió un parlamentario el
17 ofreciendo perdón y haciendo promesas lisonjeras que fueron altamente
despreciadas.
“En este encuentro murieron tres oficiales subalternos y fue herido el jefe del
estado mayor de la caballería Celedonio Tubores; siete muertos y veinte heridos
tuvo la tropa, después de haber peleado con un valor distinguido y la pérdida del
enemigo fue considerable. (Sabana Grande, 18 de julio).
“Este permaneció en sus posiciones por dos días y dispuso el jefe de estado
mayor que nuestras tropas se retirasen dos leguas al centro del Valle de San Juan,
para que adelantando aquel sus marchas en nuestra persecución, lográsemos
darle una acción en campo raso, donde pudiese obrar la caballería; pero él faldeó
los cerros sin aproximarse nunca a la llanura.
“Esta operación impelió al General en Jefe a convocar una junta de guerra en
45
la que se resolvió la retirada del ejército a la línea del Caranay en el pueblo de
San Juan para que nuestra caballería no padeciese, y a fin de alejar al enemigo de
sus buques, facilitando nuestros recursos y forzándolos a un choque.
“Colocado nuestro ejército en el Caranay el enemigo protegido por sus
buques, marchó por la costa del Sur: en la Cruz del Pastel tuvo un encuentro con
nuestra caballería y a la entrada de Porlamar otra con una división confiada al
mando del Teniente Coronel Luis Gómez que guarnecía aquel punto: esta se
sostuvo hasta que aquel fue herido, retirándose en orden a la ciudad. El enemigo
tomó posesión de los escombros del pueblo y penetró hasta el del Valle del
Espíritu Santo, donde hubo algunas escaramuzas, siendo al fin evacuado.
“No hubo tiempo para destruir las fortalezas de Pampatar y las cortas fuerzas
que las guarnecían viéndose atacadas el 24 por todas las de Morillo, no
empeñaron en su defensa, retirándose el mismo día a la capital. (La Asunción,
25 de julio de 1817).” (5)
Por su parte, Mariano de Briceño en su Historia de la Isla de Margarita.
(Hoy Nueva Esparta). Biografías del General Juan B. Arismendi y de su
esposa la señora Luisa Cáceres de Arismendi, incorpora otras referencias
que contribuyen a conocer más detalles:
“En la tarde del 13 de julio (1817) fondeó la escuadra de Morillo frente a la
punta de Mangles en el puerto de Guamache, costa del Sur. Al siguiente día hizo
reconocimiento en la costa, llamando por varios puntos la atención del enemigo.
Al amanecer del 15, efectuóse el desembarco bajo la protección de las corbetas
de guerra Descubierta y Diamante. Poco tiempo fue preciso para formar en
tierra las compañías de cazadores en columnas, las cuales favorecieron después
el desembarco del resto de la división de Canterac; pero sufriendo los fuegos
dirigidos contra ellos por los cuatrocientos fusileros que mandaba en aquel
punto el Coronel /Joaquín/ Maneiro, en terreno que la naturaleza misma
defiende. A veinte pasos de la playa se encuentra un espeso bosque de tunales y
de arbustos, enramados y cubiertos de espinas agudas y resistentes que lo hacen
del todo inaccesible.
“Los realistas, luego que se vieron expuestos al fuego nutrido que salía de
este bosque, destacaron por el centro la columna de Cazadores. El Brigadier
Canterac con cuatro compañías de Navarra, se dirigió por la derecha. El General
en Jefe siguió detrás de los Cazadores con parte del batallón de Burgos,
enviando algunos destacamentos por la izquierda. Poco después la acción se
hizo general.
“Los margariteños prácticos del terreno y de sus veredas más transitables,
causaban gran quebranto a las compañías que dirigía Canterac. Los fuegos eran
46
certeros y tanto más sensibles, cuanto que se asestaba a los oficiales con
cuidadosa preferencia. Varios de estos morían en tan formidables emboscadas,
cuando para desalojar guerrillas tan modestas, la columna española se internó
en una senda muy estrecha, consiguió arrollarlas pero a costa de bajas en
extremo lastimosas.
“Más vivo fue el ataque todavía por el centro. Lo sostuvieron con furor los
insulares, hasta que se vieron abrumados por el número mayor de tropas que
cayeron sobre ellos, al asomar el refuerzo del batallón Burgos que Morillo
conducía a retaguardia de las compañías de Cazadores. A los españoles que
tuvieron que vencer las malezas del terreno, y que sufrir fuegos nutridos de
emboscadas cupo la peor parte en la primera repulsa hecha a su invasión.
Nuestra pérdida consistió en tres oficiales y siete soldados muertos, y en ocho
heridos incluso en éstos el bizarro Jefe de la caballería Celedonio Tubores.
“Los realistas replegaron a Los Varales maltrechos, cansados y sedientos.
Canterac, que había creído que presentarse en la menguada Isla, y vencer, era
obra de un momento, hubo de conocer que la empresa era sumamente peligrosa.
“Morillo, en vista de comienzo tan penoso, determinó suspender sus
operaciones hasta recibir víveres y agua, de lo cual carecía. Consideró entonces
nuevos planes para dar cima a la empresa que al principio tan fácil pareciera.
Uno de ellos fue que los oficiales usasen el mismo traje de soldado, para evitar
que fuesen blanco preferido de los tiros enemigos. El otro tuvo en mira tentar las
vías pacíficas. El General en Jefe expidió una proclama (Julio 17) en la cual,
lejos de atraerse con suavidad a los rebeldes, los hería vivamente en su amor
patrio. El Pacificador los excitaba a que se rindieran a las armas del Rey,
ofreciéndoles el perdón de sus crímenes.” (6)
En su obra titulada Diccionario Margariteño Biográfico, Geográfico e
Histórico, Rosauro Rosa Acosta reseñó las biografías de algunos combatientes
en Los Barales: José Francisco Aguilera (p. 16); Francisco Bermont (p. 59);
Pedro Boadas (p.63); Andrés Brito (p. 73); José Brito (p. 73); Pedro José
Espinoza (p.131); José María Fernández de Carantoña (p. 147); Esteban
Figueroa (pp. 150-151); Andrés Galindo (p. 160); Celedonio Gamboa (p. 161);
Juan García (p. 168); Tomás García (p. 169); Luis Gómez (p. 179); Francisco
González (p. 184), entre otros. (7)
Por lo que podrá apreciarse la Batalla de los Barales constituye, en la historia
de nuestro proceso independentista, un símbolo indiscutible de la viril
resistencia revolucionaria ante la agresión del ejército español que, bajo la
conducción del General Pablo Morillo, amenazaba con la total destrucción de la
Isla de Margarita. La actuación estelar del Coronel Joaquín Maneiro, líder

47
fundamental de esta acción heroica, significó el presagio de la humillante
derrota que días más tarde le propinaría en Matasiete al arrogante Morillo el
General Francisco Esteban Gómez, líder del pueblo margariteño en armas.

Referencias Bibliográficas:
(1) Francisco Javier Yanes, Historia de Margarita. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, Fundación Editorial el perro y la rana, 2008, pp. 87-89.
(2) Ibidem., p. 89-90.
(3) Ibidem., p. 90-91.
(4) Ibidem., p. 91-92.
(5) Ibidem., p. 93-94.
(6) Mariano de Briceño, Historia de la Isla de Margarita. (Hoy Nueva Esparta). Biografías del
General Juan B. Arismendi y de su esposa la señora Luisa Cáceres de Arismendi. (Colección
Vigilia, 27). Caracas, Ministerio de Educación, Dirección General, Departamento de
Publicaciones, 1970, pp. 226-228.
(7) Rosauro Rosa Acosta, Diccionario Margariteño Biográfico, Geográfico e Histórico.
(Colección Contemporánea “Gustavo Pereira”, N° 1). Isla de Margarita, Fondo Editorial del
Estado Nueva Esparta, 1996.
48
BATALLA DE MATASIETE
31 DE JULIO 1817

Francisco Javier Yanes (*)

E l jefe enemigo, creyendo atemorizadas nuestras tropas por su reunión en


la capital, osó presentarse el 31 /de julio, 1817/ a las siete de la mañana
en el cerro de Matasiete con 2.000 españoles y 600 criollos; llamando
igualmente la atención con sus buques por los puertos de Manzanillo,
Constanza y Juan Griego, y manteniendo un fuego continuo de artillería. El
General Gómez /Francisco Esteban/ observó aquella operación, excitó las
tropas al combate, y sin que el enemigo observase nuestros movimientos,
mandó el Jefe de Estado Mayor que emboscase las tres compañías de cazadores
de los batallones General Bolívar, General Mariño y el General Arismendi
desde la Quinta de Hidalgo hasta el Guamal; que la caballería se colocase de San
Francisco a la Casa Fuerte que está en pie de la Caranta y que todas las alturas se
reforzasen. Verificada esta operación después de haber ostentado el enemigo
sus fuerzas y observado nuestras operaciones, empezaron a bajar el cerro
dejando en su extremo solo el cuerpo de reserva con Morillo, ocupando sus
cazadores las empalizadas y cocales inmediatos desde la huerta de Espinoza
hasta la de Gerónimo Rodríguez en cuya casa tenía aquella apoyada su
izquierda.
El parte de la Batalla de Matasiete es el siguiente:
“El cuerpo de reserva provocado por ocho carabineros al mando del coronel
Pablo Ruiz, descendió de la altura a las ocho y media de la mañana, dejando en
ella a Morillo y cien hombres emboscados a su inmediación. Habiéndose
aproximado al centro la reserva, se emprendió como a las nueve, de una y otra
parte un vivísimo fuego: el enemigo pretendió cargar por el flanco izquierdo
sobre nuestros cazadores de la derecha; pero la Caranta sirvió su artillería con
tal acierto que les forzó a replegar con mucha pérdida. El general comandante
de las tropas, el Jefe del Estado Mayor y el subjefe del mismo que corrían la
línea y exhortaban a aquellas a sostener el combate, tuvieron sus caballos
muertos, pero siguieron mandando a pie la acción.
“El enemigo comenzaba a flaquear por el ala derecha, pero se conservaba
con firmeza su izquierda y centro; y viendo el General Gómez sus resistencia,
mandó cien hombres de caballería a las órdenes del mayor de este cuerpo
teniente coronel Rafael Picazo para que les llamase la atención por la parte de
Cazorla, y cincuenta carabineros y otros tantos lanceros a las del coronel de
igual arma Policarpo Mata a incomodarlos por la Noria; mas observando que
ningunos de estos movimientos los consternaban se puso a la cabeza de la
caballería para romper el ala izquierda lo que tampoco fue posible conseguir por
el obstáculo de las empalizadas, a cuyo abrigo se formaron en columna.

49
“A las dos y media de la tarde se participó subía el pequeño cerro, colocado
frente a la batería de la Libertad cuya operación se conoció que no era para
atacar, sino para llamar la atención; mas a nuestras tropas siempre serenas y
firmes nada las arredraba, antes bien cobraban más ánimo al ver deshechos los
cuadros y columnas enemigas. Afligido su centro de izquierda por la muerte del
jefe que la mandaba, y por el destrozo que había sufrido, el General avanzó en
este momento con rapidez sobre ella, y logró matarles once oficiales y doce
soldados.
“A las cuatro las tropas que ocupaban el Cerro Colorado bajaron a marcha
redoblada a incorporarse con el resto de su ejército, en cuyo tránsito perdieron
mucha gente, retirándose al abrigo de las empalizadas y bosques sosteniéndose
solamente parte del ala izquierda y reserva en columna sólida. Nuestras fuerzas
aunque en aptitud de perseguirlas, no pudieron verificarlo porque sobrevino la
noche.
“El resultado de esta larga acción fue que sólo 300 hombres de infantería
protegidos por una corta caballería y por la Caranta derrotaron completamente a
los 3.000 valientes con que Morillo nos amenazaba con total exterminio; acción
gloriosa para las armas de la República para timbre de los margariteños y
lección que puede servir de escarmiento a los tiranos. Nuestra pérdida fue de
cinco oficiales muertos de caballería e infantería, y diez heridos de las dos
mismas armas, incluyéndose también sesenta soldados fusileros y veinte de
caballería que rindieron sus vidas cubiertos de honor y gloria. La del enemigo no
bajó de quinientos entre muertos, heridos y dispersos. (Asunción, 1° de agosto
de 1817).”

(*) Francisco Javier Yanes, Historia de Margarita. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, Fundación Editorial el perro y la rana, 2008, pp. 94-95.

50
SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA
DEL CERRO DE MATASIETE

Iván Gómez León

E n el espacio geográfico ocupado por el Cerro de Matasiete, sus múltiples


accesos, sus alturas, sus faldas, el área llana ocupada por sembradíos de
cocales y todas sus adyacencias, tuvo lugar el 31 de julio de 1817 la
Batalla de Matasiete, suceso político-militar de alta trascendencia para los
intereses de la revolución de independencia tanto de la región insular como para
Venezuela toda.
Efectivamente, en aquel día memorable las fuerzas insurgentes margariteñas
se enfrentaron decididamente al ejército invasor y, luego de unas ocho horas de
combate, lograron derrotarlo de manera humillante. De ese enfrentamiento, el
victorioso resultado se debió a la magistral conducción del General santanense
Francisco Esteban Gómez, quien al mando de unos trescientos combatientes
insulares, logró la proeza de triunfar frente a un ejército invicto en guerras
europeas, muy bien armado y entrenado, integrado por unos tres mil soldados,
dirigidos por el General español Pablo Morillo.
El triunfo de Matasiete constituyó el momento culminante de las luchas
patrióticas escenificadas en la isla de Margarita desde el 4 de mayo de 1810,
fecha en la cual el pueblo margariteño decidió incorporarse a la lucha
revolucionaria siguiendo el ejemplo que Caracas dio el 19 de abril del mismo
año.
A consecuencia de esta incuestionable victoria de las armas de la República,
el 17 de agosto siguiente el General Pablo Morillo y su desafiante ejército, que
traían expresas órdenes de exterminar a nuestro pueblo de manera e inclemente
y sin ningún tipo de contemplaciones, humillado por el arrojo y valentía del
pueblo insular, abandonó la isla de Margarita por el puerto de Pampatar. Con tal
motivo, tremoló en esta región la bandera mirandina, reconociéndose como
primer territorio venezolano libre de dominación extranjera.
El heroísmo demostrado por nuestro pueblo en mil batallas y la
consecuencia vital demostrada en momentos de victorias y derrotas ante su
máximo líder, el Libertador Simón Bolívar y el ideario que defendía con las
armas y las ideas, le valió el honroso título de la Nueva Esparta (antes Provincia
de Margarita) y su digna representación en una de las ocho estrellas que
engalanan el azul de nuestro pabellón nacional.
Este suceso histórico constituye el más preciado tesoro moral que guarda el
pueblo insular en su memoria colectiva por cuanto lo identifica y equipara al
mismo nivel de tantos pueblos del mundo que en diferentes épocas se han
convertido en ejemplos de decisión y coraje dispuestos a asumir roles
51
protagónicos en el empeño de alcanzar su liberación de todos los colonialismos
a costa de cualquier precio.
El triunfo de las armas republicanas sobre las armas colonialistas generó en
aquellos tiempos, y aún hoy, una copiosa literatura insuflada de amor por la
tierra insular. Un lugar destacado ocupan las obras fundamentales: De
Francisco Javier Yanes, autor de la primera Historia de Margarita, publicada
con anotaciones de Francisco Esteban Gómez, el héroe de Matasiete; de
Mariano de Briceño, autor de la obraHistoria de la Isla de Margarita. (Hoy
Nueva Esparta). Biografías del General Juan Bautista Arismendi y de su
esposa la señora Luisa Cáceres de Arismendi y del prócer Gaspar Marcano,
Poema del Teniente Coronel y Licenciado Gaspar Marcano y otras
producciones patrióticas de 1816 y 1817 relativas a la guerra de
independencia en Margarita. De la bibliografía más reciente es obligatorio
citar la obra de Jesús Manuel Subero, titulada Matasiete Montaña de la
Gloria.
En la actualidad, en momentos en que el pueblo venezolano se dispone a la
lucha patriótica para alcanzar su segunda y definitiva independencia, ahora
frente a la agresión imperialista y sus aliados internos, esta referencia que marcó
con tinta indeleble el proceso histórico regional en los albores del siglo XIX,
adquiere una significación extraordinaria, porque en estos sucesos
trascendentales deberá apoyarse la gesta revolucionaria que alcanzará la
implantación de la democracia bolivariana en tierra venezolana.
Conscientes del valor moral y de las enseñanzas de dignidad que se
desprenden de sus ejecutorias, consideramos que este espacio geográfico debe
merecer un destino superior que sirva para la educación patriótica del pueblo
venezolano y neoespartano, como recurso para sembrar en las presentes
generaciones el reconocimiento del sentimiento patriótico que animó nuestras
luchas libertarias en el pasado y que ahora deberán convertirse en palanca para
darle continuidad a la insurgencia revolucionaria lanzada a la conquista de una
democracia auténtica, liberadora y consecuente con el sacrificio de quienes se
inmolaron para legarnos una patria digna y soberana.
El Cerro de Matasiete y el magnífico triunfo revolucionario que lo tuvo
como escenario debe merecer el más ardiente celo por su conservación intacta
como suelo sagrado. Hacer lo contrario, significará pisotear la memoria
histórica de la Nación y la más sublime enseñanza de nuestra historia regional,
de la cual hoy nos sentimos orgullosos.

52
LA BATALLA DEL PORTACHUELO DE EL MACO
7 DE AGOSTO 1817

Alfredo Sánchez Marcano (*)

D espués de la vergonzosa derrota de Don Pablo Morillo, el 31 de julio de


1817, en Matasiete, en que se vio precisado a pasar toda la noche en el
campo de batalla por la dificultad de trasladar a Pampatar el
considerable número de heridos, las fuerzas realistas resolvieron atacar el
puerto de Juangriego, donde se encontraba una pequeña batería y una que otra
embarcación guerrera. Al efecto, el 7 de agosto salió Don Pablo Morillo de
Pampatar, pasó a Porlamar y de allí a San Juan. Dice Morillo en la
correspondencia que dirigió desde Juangriego el 10 de agosto de 1817 al
Capitán General Interino Don Juan Bautista Pardo, que los patriotas anunciaron
su proximidad a San Juan con un cañonazo. Francisco Esteban Gómez, que se
encontraba en La Asunción, se enteró de la movilización de Morillo por dos
soldados que milagrosamente habían salvado sus vidas. El Comandante
General Francisco Esteban Gómez encargó del mando en La Asunción a Juan
Miguel de Lárez y en la tarde del 7 de agosto, el mismo día que Morillo salió de
Pampatar, se dirigió a Juangriego. Visitó todos los puntos fortificados;
responsabilizó a Ceferino González del comando; arengó a la tropa, la cual
jubilosamente lanzó sombreros al aire y dio vivas a la patria, después de haber
hecho el juramento sagrado de vencer o morir. Con el calor de los abrazos
emocionados, se dirige Francisco Esteban Gómez a El Maco, donde se
encontraban el Coronel José Joaquín Maneiro y Pablo Ruiz a quienes había
mandado desde La Asunción a proteger el Portachuelo con doscientos infantes y
cien hombres de caballería. Una vez que conferenció con ello y enardeció a la
tropa, se marchó a La Asunción.
Don Pablo Morillo, al observar que los patriotas anuncian la proximidad del
ejército realista al valle de San Juan, ordena a la primera columna que iba a la
cabeza del batallón, reconozca el Portachuelo, mientras que él, con un batallón
del regimiento de Navarra y de Burgos, se dirigía a ocupar San Juan. Por otra
parte, el brigadier Canterac recibió el encargo de vigilar y amenazar una
trinchera y batería patriotas que se encontraban en la retaguardia de su ejército.
El Batallón de Cazadores, al mando del teniente coronel Francisco Ximénez,
inicia la acción protegido por el II Batallón de Granada.
La lucha librada en el Portachuelo fue heroica. El mismo Morillo narra el
empeño de los margariteños por ocupar las posiciones de donde eran
desalojados; dice que “repetían sus ataques con resolución” y que los patriotas
53
“retrocedieron hacia unas casas inmediatas, donde reforzados con gente que les
llegó del Norte decidieron ocupar el puesto del que acababan de ser
desalojados”. Estas casas son precisamente las de El Maco.
Morillo elogia el valor con que peleó el capitán español Joaquín Sumoza y se
refiere a la lluvia de ese día. Según los informes que tenemos, en ese 7 de agosto
de 1817 un fuerte aguacero cayó en el Portachuelo. Los patriotas protegieron
sus armas en las casas de El Maco y el ejército español, por haber mojado las
suyas, tuvo que atacar a la bayoneta. El coraje de los margariteños por
reconquistar los puntos que perdían fue digno de encomio y en ese día de valor
espartano demostrado en cada palmo de terreno que se defendía, murieron el
valiente oficial sanjuanero Francisco Benítez y el capitán Vicente de González,
caraqueño. La noche tendió su extenso manto espeso y negro sobre el
Portachuelo y el ejército realista se envolvió en él toda la noche para desplazarse
en la madrugada del otro día a cometer una de las más grandes atrocidades que
registra nuestra historia, en que Don Pablo Morillo con su propia espada
degüella a 18 margariteños y la laguna frente al fuerte de Juangriego se tiñe de
sangre patriota con los 500 valientes que pierden allí sus vidas después de haber
combatido heroicamente.
El licenciado Don Gaspar Marcano, nativo de San Juan, al tener
conocimiento de que Morillo invadiría la Isla de Margarita, expone su vida al
trasladarse violentamente de Trinidad, en un bote inseguro, para ofrecer sus
servicios a su querida Isla. Del canto poético que escribió con motivo de la
Batalla del Portachuelo transcribimos lo siguiente:

El enemigo en fuerza poderoso

al norte su vanguardia dirigía

ocupando a San Juan y vigoroso

al cerro que nombramos La Vigía

pero Maneiro siempre valeroso

en el sitio de El Maco le impedía

profanar esta villa pura y santa

porque en ella jamás puso su planta.

54
Continúa Don Gaspar su historia en prosa con lo siguiente:

Si el sitio registrara disputado

aun ahora que es libre de la llama

absorto quedarás y pasmado

mirando un tronco aquí, allá una rama

un árbol con mil balas traspasado

que al pasajero dicen: si la fama

quiere dar grandes hechos a la prensa

imprima estos vestigios de defensa.

Y, refiriéndose al valiente oficial caraqueño Don Vicente de González,


escribe:

Con perpetuo renombre en sus anales


grabe el buril en bronce y el pincel
la memoria de Vicente de González.

En los días en que nos propusimos y logramos que la Legislatura del estado
Nueva Esparta decretara la elevación de nuestro caserío a Municipio, nuestro
obispo, Monseñor Chirivella bendijo la primera piedra del pequeño obelisco
que pensábamos erigir en el Portachuelo, en recordación de la batalla.
Desafortunadamente no ha sido posible cristalizar hasta el momento esta idea.
Es necesario indicar con una lápida a las generaciones presentes y futuras que en
el Cerro de Puya la sangre de la patria chica fue la misma que se ofrendó en el
altar de la gloria y del valor en Juangriego y Matasiete.

(*) Alfredo Sánchez Marcano, El Maco: pueblo trabajador y progresista. (Conferencia dictada
sobre algunos aspectos de la historia de El Maco, Municipio Simón Bolívar del Estado Nueva
Esparta el 12 de octubre de 1982 en la Seccional Zulia del Centro Cultural Bolívar). S.l.e., s.e., s.f.
55
BATALLA DE JUANGRIEGO:
EL PUEBLO MARGARITEÑO RATIFICA
SU VOCACIÓN LIBERTARIA
8 DE AGOSTO 1817

Iván Gómez León

E n las luchas por nuestra independencia del dominio colonial español, el


puerto de Juangriego cumplió un importante papel de carácter político-
militar. Su ubicación estratégica al norte de la isla de Margarita le
permitía mantener contactos y relaciones con el área del Caribe y, en plena
confrontación con el ejército español, por sus playas arriban a la isla todos los
suministros que servirán para apoyar la resistencia armada. Debido a estas
circunstancias, Juangriego es escenario de extraordinarios sucesos.
El destacado historiador margariteño Rosauro Rosa Acosta en Prólogo a la
obra de Ramón Borra Gómez, titulada En aquel 8 de agosto, explica muy bien
este tema y argumenta el significado moral que tuvo para la causa
independentista la inmolación de los patriotas margariteños en la también
denominada Batalla del Fuerte. Leamos con atención:
“Con la independencia que alumbró el 4 de Mayo, Juangriego fue el puerto
sede de los insurgentes. Se habilitó para el comercio. Se le construyeron
defensas. Alarifes y artilleros insulares levantaron en pocos meses el fortín que
bautizó la Junta Provincial con el hermoso nombre de Libertad. Trincheras,
parapetos, fosos. Cañones rescatados de los naufragios se llevaron a sus colinas
entre cantos y lemas de fervor patriótico.
“Su rada, base de la Flota Sutil. Por allí entraban de las Colonias los víveres
y los armamentos y se despachaban a Cartagena, Saint Thomas o Haití los
pliegos con las noticias o las solicitudes de auxilio.
“Juan Antonio y José Rafael Fermín, Diego Piñerúa, Cristóbal y José María
García, Antonio Díaz, Manuel Camejo, Bernardo Terrero, supieron acortar
rumbos y maniobrar sus naves para evitar persecuciones.
“En los mástiles de la Vengadora, Chigüichigüe, Tía María, Guaricha,
Rosario, Conejo, Patria y de otras balandras y piraguas lució siempre y
vencedora la enseña mirandina. Durante nuestra gesta, Juangriego es teatro de
grandes acontecimientos.
“Con apenas unos cuantos hombres armados de voluntad y osadía, Ramón
Gómez, siguiendo instrucciones de Arismendi, la noche del 15 de noviembre de
1815, ataca y se apodera de la guarnición del puerto. Los fusiles que allí logra
56
servirán para dominar en Santa Ana del Norte y hacer que se marchiten en pocos
meses los laureles de Urreiztieta, de Pardo y de Moxó.
“Por la acción inicial de Juangriego, la isla queda libre de enemigos durante
el año 16.
“Por su puerto, el 3 de mayo del citado año, entre aclamaciones, arriba el
Libertador. Será Jefe Supremo de los Ejércitos. Nace la Tercera República.
“El 8 de agosto de 1817 tendrá Juangriego su gloria y su martirio. Morillo
lleva allí todo el poderío de su ejército y de su escuadra y todo el odio y el rencor
que lo plena después de la derrota de Matasiete.
“Aquí demostrará el margariteño su heroísmo en toda plenitud y el inmenso
amor que siente por su terruño. Sólo unos cuantos centenares de hombres mal
armados se enfrentan a los veteranos de los regimientos de Clarines, de Granada
y de la Unión.
“La lucha es tan feroz y la defensa de nuestros hombres es tan desesperada,
que el mismo jefe realista se asombra de este arrojo: 'Parecía cada uno de ellos
un tigre'; 'y como eran membrudos y agigantados arrojaban piedras de gran
tamaño con la misma facilidad como si fuesen muy pequeñas'.
“A pedradas quedaron fuera de combate numerosos soldados españoles.
“Pero la suerte no acompañó a los patriotas, la súbita explosión de un
repuesto de municiones, sembró la muerte y la confusión en nuestras filas. Los
demás serían atravesados por las bayonetas enemigas en la Laguna de los
Mártires. Más de 600 cadáveres quedarán por meses blanqueando al sol sus
huesos.
“La batalla de El Fuerte, como se conoce en la historia, fue, según la
afirmación de Don Andrés de Silva: 'una de las luchas más cruentas y
encarnizadas de la isla'.” (1)

Referencias Bibliográficas:
(1)Rosa Acosta, Rosauro: “Prólogo”. Ramón Borra Gómez: En aquel 8 de agosto. La Asunción,
Imprenta Oficial del Estado Nueva Esparta, 1982.

57
EL DÍA QUE LA ISLA DE MARGARITA
SE DECLARÓ LIBRE DE LA DOMINACIÓN
COLONIAL ESPAÑOLA
17 DE AGOSTO 1817

Iván Gómez León

E l día 17 de agosto de 1817, bajo el amparo del silencio y de la noche, el


Gral. Pablo Morillo y su ejército abandonaron la isla de Margarita por el
puerto de Pampatar con destino a Guayana. De esta manera, concluyó el
ciclo heroico de nuestras luchas revolucionarias iniciado el 4 de mayo de 1810:
siete años difíciles en los cuales el insurgente pueblo margariteño demostró con
su abnegación y patriotismo el significado de la lucha por un máximo ideal y en
el cual se transformó en ejemplo para todos los pueblos del mundo que
adquieren el compromiso de alcanzar su liberación.
Francisco Esteban Gómez en las “Observaciones” que hizo a la Historia de
Margarita de Francisco Javier Yanes, registró este hecho histórico de la manera
siguiente:
“El 15 de agosto llegó a la Margarita la noticia de la toma de Guayana que fue
celebrada con salvas, repiques de campanas y del mejor modo que permitían las
circunstancias. A pocos días salieron en comisión adonde el jefe supremo los
ciudadanos Manuel Guerra y teniente José Sarmiento, participando haber
abandonado la isla Morillo. Después de la salva nos tomaron los españoles
prisioneros dos vecinos de los Robles que iban a ver sus labores, se les preguntó:
'¿qué tiroteo era el que habían tenido los insurgentes en la ciudad?' Ellos que no
sabían nada de las novedades de Angostura, contestaron: 'Que los tiros eran
celebrando la patrona de la isla que es Nuestra Señora de Asunción'. Preguntó
uno: '¿Si los insurgentes tenían bastante pólvora?' Y uno de los mismos
españoles contestó: '¡Toma..! conque tienen para celebrar la Virgen y no han de
tener para hacernos la guerra'; los mandaron a Pampatar y se pudieron escapar
de sus uñas en el camino para contar el cuento.” (1)
Francisco Javier Yanes en su obra citada, nos pone en contacto con la
angustiosa situación en que quedaron nuestras comunidades a consecuencia de
los excesos cometidos por el ejército español bajo el mando del Gral. Pablo
Morillo en su demencial empeño de doblegarlas e hincarlas de rodillas ante su
fuerza y poder militar:
“Libre Margarita de enemigos trataron sus defensores de volver a sus
antiguas ocupaciones de labor, cría y pesquería, pero no fue posible llevar a cabo
sus buenos deseos, porque el pacificador no había dejado en pie ni casas ni
árboles, ni embarcaciones, ni animales, ni simientes, reduciéndolo todo a
cenizas y emporcando los pozos de agua de que se proveen los habitantes de la
isla, por lo que experimentó una grandísima necesidad, a la que fue consecuente
58
una peste que hizo desaparecer más personas que la misma guerra. El almirante
Brión estableció el almirantazgo en el puerto de Juan Griego y comenzaron los
vecinos a levantar algunas casas aunque con muchos costos y fatigas.” (2)
Este período histórico constituye el más precioso tesoro moral que el pueblo
margariteño ha legado a nuestro país, por cuanto lo entregó todo y no pidió nada
a cambio; porque en ningún momento, ni aún en la hora más difícil, vaciló en su
empeño; porque fue consecuente con el único y máximo ideal: la liberación
nacional.
Será compromiso de la revolución bolivariana reivindicar la esencia de estos
valores patrióticos que subyacen en lo más profundo del sentimiento regional y
tomarlos como guía y enseñanza en el proceso de construcción de nuestra
democracia bolivariana.

Referencias Bibliográficas:
(1)Francisco Esteban Gómez, “Observaciones que Francisco Esteban Gómez hace sobre la
Historia de Margarita escrita por el doctor Francisco Javier Yanes y somete a la consideración
de sus conciudadanos que quieran reunirse a revisarlas.” Francisco Javier Yanes, Historia de
Margarita. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Fundación Editorial el perro y
la rana, 2008, p. 169.
(2)Francisco Javier Yanes, Historia de Margarita. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, Fundación Editorial el perro y la rana, 2008, p. 106.

59
BIBLIOGRAFÍA

*Briceño, Mariano de: Historia de la Isla de Margarita. (Hoy


Nueva Esparta). Biografías del General Juan Bautista
Arismendi y de su esposa la señora Luisa Cáceres de
Arismendi. (Colección Vigilia, 27). Caracas, Ministerio de
Educación, Departamento de Publicaciones, 1970.
*Gómez León, Iván E.: Bolívar en Carúpano 1814/1816.
Carúpano, Colegio Universitario de Carúpano, Edición Homenaje
al Libertador Simón Bolívar en el Bicentenario de su Natalicio,
1983.
*Gómez León, Iván E.: Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de
la Tercera República de Venezuela. Recopilación de Textos.
Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos, C.A., 2006.
*Lecuna, Vicente: La Expedición de Los Cayos. Porlamar, Verbo
Publicaciones e Impresos C.A., 2006.
*Memorias del General O' Leary. Edición facsimilar del
original de la primera edición, con motivo de la celebración del
sesquicentenario de la muerte de Simón Bolívar, Padre de la
Patria. Caracas, Venezuela, Ministerio de la Defensa, 1981, tomo
XV.
*Rosa Acosta, Rosauro: Diccionario Margariteño Biográfico,
Geográfico e Histórico. (Colección Contemporánea “Gustavo
Pereira”, N° 1). Isla de Margarita, Fondo Editorial del Estado
Nueva Esparta, 1996.
*Rosa Acosta, Rosauro: Los hombres del 4 de Mayo. Caracas,
Fondo Editorial IPAS-ME, 2010.
*Verna, Paul: Bolívar y los emigrados patriotas en el Caribe.
(Trinidad, Curazao, San Thomas, Jamaica, Haití). Caracas,
Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE), 1983.
*Yanes, Francisco Javier: Historia de Margarita. Caracas,
Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Fondo Editorial el
perro y la rana, 2008.

61
Iván Gómez León
Nació en Porlamar, Estado Bolivariano
de Nueva Esparta. Licenciado en
Historia de la Universidad Central de
Ve n e z u e l a . P o s t g r a d o e n
Administración y Planificación de la
E d u c a c i ó n S u p e r i o r. P r o f e s o r
Universitario. Delegado de Extensión
Cultural de la Universidad de Oriente,
Núcleo de Nueva Esparta. Sub-
Director Académico del Colegio
Universitario de Carúpano. Luego,
Instituto Universitario de Tecnología
“ J a c i n t o N a v a r r o Val l e n i l l a ” .
Actualmente, Universidad Politécnica
Territorial de Paria “Luis Mariano
Rivera”. Coordinador de Cultura de la Alcaldía del Municipio Bermúdez.
Carúpano. Estado Sucre. Coordinador de Cultura y Educación de la Alcaldía
del Municipio Gómez. Estado Nueva Esparta. Delegado de la Casa de la
Diversidad Cultural del Estado Nueva Esparta. (Ministerio del Poder Popular
para la Cultura). Presidente del Instituto Autónomo de Cultura del Estado
Nueva Esparta. IACENE. Actualmente, Presidente del Instituto Autónomo
para el Desarrollo Cultural del Estado Bolivariano de Nueva Esparta.
IADECEBNE. Calificación Académica: Docente Jubilado. Categoría:
Titular a Dedicación Exclusiva. Publicaciones (sólo referidas al Estado
Nueva Esparta. Selección): *Cubagua: Un llamado a la conciencia
nacional. *Cultura Insular: Testimonio de lucha, denuncia y resistencia.
*Batalla de Matasiete: Documentos insurgentes de ayer para
comprender la revolución bolivariana. *El pueblo margariteño debe
volver a Matasiete. (La Historia y la Cultura Regional como fundamento
en la construcción del socialismo venezolano del siglo XXI). *Dr.
Francisco Antonio Rísquez: Imagen de dignidad y conciencia
revolucionaria.*Santa Ana del Norte: Cuna auténtica de la Tercera
República de Venezuela. Recopilación de textos, entre otros.

También podría gustarte