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Randy Emilio Ramirez (10141911)

Hilma Contreras

Nació el 8 de diciembre de 1913 en San Francisco de Macorís y murió en su pueblo natal el


15 de enero de 2006 a los 95 años. Hija de Juana Castillo y del reputado médico doctor Darío
Contreras, primer cirujano dominicano especializado en ortopedia y precursor de esa
especialidad en el país. Narradora, ensayista y educadora. En el año 2002 se convirtió en la
primera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura, galardón que hasta entonces había
sido concedido sólo a hombres.
Hilma Contreras Fue la primera mujer en hacer literatura con un marcado acento de género,
en el cual destacaba las condiciones de sometimiento social, legal y afectivo de las mujeres.
Es una maestra del relato breve y un artífice del cuento psicológico. Su escritura es clara,
tersa, su lenguaje moderno y, sin embargo, sus cuentos hacen pensar y cautivan, no sólo por
la plasticidad lírica sin excesos, sino por su dominio de la técnica narrativa que va, desde la
tensión dramática y el detalle trágico, hasta la sorpresa final que desconcierta o remansa lo
narrado. A ella está dedicada la Feria Internacional del Libro 2013.

Ahora seremos felices

Este texto trata de abrir la idea de la fidelidad conyugal, como principio para el ideal de la
felicidad de una pareja, que en esta historia se ve impedida de concebir (por la invalidez del
marido de la protagonista) un fruto de su amor: un hijo. Es un cuento donde el referente es la
función autorial de proyectar la no superioridad de lo femenino sobre lo masculino, y
viceversa. Y si se quiere, una complicidad en silencio de los personajes sobre lo que ocurre:
la llegada de un forastero, errante, desconocido, sin nombre, que embaraza a la compañera
de un hombre bueno, que anhela la felicidad en su hogar, pero que no puede corresponder a
su mujer por un impedimento físico.
Quizás el enfoque de esta historia, elaborada de una manera sublimemente emotiva y
humana, responde a un valor: el amor incondicional, que se llena de significados. Es como
la contraescritura a la condena de la infidelidad conyugal; una infidelidad conyugal
consentida por omisión/aprobación por el marido, y que no pide ni requiere explicación
alguna luego de consumado el acto.
Opinión:
Literalmente, es un relato hermosamente llevado que sacude las percepciones y, aquello que
se acepta como circunstancias dominantes o azar concurrente. Su argumento es doblemente
simbólico en una sociedad tradicional y patriarcal que, en la época en que Hilma Contreras
lo escribe, el homicidio a casusa de adulterio era excusable. Hilma vierte la historia, la
estructura, la ideologiza en oposición a la opresión sexual de los géneros. Aquí, la
prerrogativa no es la satisfacción masculina/femenina, sino el resultado, la afirmación de un
consentimiento tácito para que suceda el milagro de un embarazo esperado.

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