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“Apoyemos a Malala – la educación de las niñas es un derecho” es el lema de un acto que tuvo
impulsar políticas para garantizar el derecho de todas las niñas de acudir a la escuela. El acto
asesinato por haber defendido el derecho a la educación de las niñas pakistaníes, a quienes el
régimen talibán prohibía ir a clase en el valle del Swat. Esa prohibición viola el derecho humano
REFLEXION:
Después de haber leído el libro de Malala, los eventos que más me llamaron la atención fueron
cuando ella narra toda su historia desde su atentado, la entereza que guardo mientras la conducían
de un hospital a otro en helicóptero y las sutiles palabras que su padre le decía besándole la frente,
las mejillas y la nariz: “hija mía, eres mi valiente hija, mi maravillosa hija”.
Lo que una niña de 15 años tuvo que padecer por reclamar el derecho legítimo que tenemos de
estudiar y la igualdad de sexos. La cantidad de personas que estuvieron al pendiente de su salud, así
como la de sus familiares. Personas que están en contra de su lucha y las que estaban a su favor.
El miedo que tuvieron los gobernantes de su país para su traslado a otra nación y la intervención de
la familia gobernante de los emiratos árabes unidos con su avión medicalizado privado para su
eventual traslado a Inglaterra.
La historia de Malala nos abre los ojos a otro mundo y nos impulsa a creer en la esperanza, la verdad,
los milagros y la posibilidad de que una persona -una persona muy joven- puede inspirar el cambio
en su comunidad y más allá.
Cuando me preguntan, ¿cómo he podido superar las dificultades? viendo al problema como una
posibilidad de tener que aprender alguna nueva habilidad para poder superarlo, cambiando la
manera en la cual interpretamos estas crisis sólo así podremos responder mejor ante ellas.
Manteniendo una actitud ganadora, Superar las dificultades de la vida, con el dolor y los golpes que
eso supone, nos hace más fuertes y nos prepara para ser mejores. Cada fracaso superado aumenta
nuestra resiliencia, es decir, nos da una mayor capacidad para adaptarnos, reajustar y seguir
adelante.
¿Qué personas me ayudaron a crecer? Estas personas que me ayudaron a crecer fueron mis
familiares y un grupo muy reducido de amigos que veían más en mí que yo misma, porque estaba
tan abrumada de los problemas que no veía solución a las dificultades por las que estaba pasando.
Los derechos humanos son como armadura: te protegen, son como las normas, porque en ellas se
explica cómo puedes comportarte y son igual que los jueces, porque puedes recurrir a ellos. Son
abstractos, como las emociones, y como ellas, pertenecen a todos, independientemente de lo que
pase.
¿Qué y cuáles son los derechos de las personas y cómo puedo ejercer mis derechos? Los derechos
Son como la naturaleza porque pueden ser violados; y como el espíritu porque no pueden ser
destruidos. Como el tiempo, nos tratan de la misma forma a ricos y pobres, a viejos y jóvenes, a
blancos y negros, altos y bajos. Nos ofrecen respeto y nos obligan a tratar con respeto a los demás.
Así como la bondad, la verdad y la justicia, sobre las que a veces podemos estar en desacuerdo al
definirlas, pero que reconocemos cuando las vemos.
Los derechos son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar
de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición.
Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son
interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
Podemos defender nuestros derechos, en primer lugar, respetando los derechos de los demás en
cada una de nuestras actividades diarias, y cuando desarrollemos proyectos sociales, económicos y
ambientales para mejorar la calidad de vida de todos, también ejerciendo las acciones y usando
herramientas legales disponibles para protegerlos y defenderlos, tales como la acción de tutela, las
acciones populares el derecho de petición, el voto, el plebiscito, el referendo, etc.
En segundo término, participando en todas las esferas de la vida social y política, y especialmente
ejerciendo los derechos de participación.
¿Qué me impide seguir mis sueños? En ocasiones lo que me impide seguir mis sueños es el miedo
interno a quizás no llevarlos a término o no conseguirlos, pero que he sabido manejar con
optimismo transformando y superando todos esos miedos para lograr mis metas.
● La historia de Malala no solo refleja cómo se intenta despojar a las niñas del derecho a la
educación sino, cómo se vulneran muchos otros derechos humanos de las mujeres y también de los
hombres (aunque en menor medida) en su país.
Escribe qué formas se utilizan para anular los derechos de las mujeres:
¿En algún momento has sentido que te han vulnerado tu dignidad o tus derechos?
Si he sentido que me han vulnerado mi dignidad y mis derechos cuando, me humillaron,
menospreciaron mi trabajo, mis aptitudes y mis capacidades. Y cuando padecí por violencia
intrafamiliar.
¿Conoces algún caso, en tu entorno, donde se violen los derechos humanos y la dignidad?
Descríbelo.
Algunos ejemplos de violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales incluyen:
El desalojo forzoso de personas de sus hogares (derecho a una vivienda adecuada).
Teniendo en cuenta lo anterior puedo describir un caso que sucedió recientemente en mi
municipio y fue la invasión de un sector que hace parte de terrenos del municipio, por un
grupo numeroso de familias desplazadas por la violencia en el departamento. Estas familias
exigían al gobierno departamental y municipal una ayuda para solucionar esta lamentable
situación, como lo es de obtener una vivienda adecuada y digna, pero el gobierno municipal
vulnero sus derechos al desalojarlos a la fuerza con el smat y la policía de dichos predios. En
este caso se observa claramente que se vulneran los derechos tanto de hombres, mujeres
y niños.
● Malala dice en una de las páginas de su libro: “Los micrófonos me hacían sentir como si
llegará a todo el mundo”. Antes que aprendiera a hablar, Malala iba a gatas a las aulas
vacías y hacía como si enseñara. Cuando se enteró que los talibanes iban a cerrar los
años, recibió el regalo más extraordinario que podía imaginar: fue invitada a hablar en las
Si te dieran la palabra, ¿qué le dirías al mundo? Escribe un discurso que no deje a nadie
indiferente.
Si mi voz pudiera cambiar al mundo les diría que pararan las guerras que causan muertes a
inocentes, y que nosotros mismos somos los que estamos causando nuestra propia destrucción con
los conflictos políticos, y los problemas ambientales. BASTA, no se dan cuenta que la vida es tan
corta para que nosotros mismos suframos tanto, para que vivamos con miedo, para que busquemos
la felicidad en cosas, Cuando realmente lo único que necesitamos es VIVIR. Y todo sería perfecto si
pudiéramos vivir en paz, cada uno con sus semejantes, sin apariencias ni falsedades. La Humanidad
se viene equivocando desde hace miles de años, pues hace la guerra para dominar a otros, cuando
deberíamos amigarnos y difundir el amor entre todos nosotros para vencer a los odios y las
esclavitudes y las hambrunas y desigualdades que azotan a la Humanidad.
¿Qué harías para hacer felices a los que te rodean? ¿Y para hacer del mundo un lugar mejor?
Todos hacemos cosas para hacer de este un mundo mejor… pero no nos paramos a pensarlo.
Construir un mundo mejor es mucho más sencillo de lo que parece, y empieza por ti mismo.
Simplemente con los que te rodean. Si sales de casa y haces feliz a una persona, ya has cambiado
algo. Si haces bien tu trabajo, creas un mundo mejor a tu alrededor. Todos y cada uno de nosotros
impactamos en el mundo que nos rodea, de manera consciente o inconsciente. Cada palabra, cada
gesto y cada acción influye en los demás con una serie de consecuencias, intencionadas o no.
Construir un mundo mejor, a nivel profesional o personal, debería ser una de nuestras prioridades.
Por ese motivo, para poder crear un mundo mejor, tanto para nosotros como para los que nos
rodean, el principal sustantivo a emplear es la Compasión; ser generosos, amables y compartir con
los demás, es un cambio significativo en este mundo.