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"Presentación Del Libro: “coordinando Grupos: Una Lógica Para Los

Pequeños Grupos” De Graciela Jasiner"

(*) Presentación Del Libro: “coordinando Grupos: Una Lógica Para Los Pequeños Grupos” De Graciela Jasiner, Buenos
Aires, 2007.

Liliana Donzis

Tengo el honor de haber sido invitada por Graciela a presentar su libro Coordinando grupos:
una lógica para los pequeños grupos. Es una grata invitación que me cursó , y también es una
gratísima noticia que este libro se haya publicado. Por muchos y variados motivos.
Conviene empezar por el final. Es un libro importante. Es un libro no sólo que vale la pena
leer, sino que además tiene la osadía de aunar psicoanálisis de la mejor estofa y una
problemática, el campo problemático de los grupos. Entonces, ésta es una de las grandes
noticias que trae la existencia de este libro.
También es una gran noticia que una amiga como Graciela lo presente, y que en este tema
poco transitado en la actualidad en Buenos Aires, podamos debatirlo.
También para mí es un honor compartir este espacio con amigos y colegas muy queridos que
nos honran con su palabra. Un poco más a unos que a otros los conozco de diferentes
momentos de mi vida.
Es decir que estar aquí concierne a mi propia historia. Incluso compartir el espacio de la
Escuela Freudiana de Buenos Aires con Graciela. Asi como tambien mi propia historia en
relación a la práctica con y en grupos. Cada página del libro que hoy presentamos evocó mis
reflexiones. Tanto mis reflexiones de antes como las de ahora. También evocó mi juventud
–no tan lejana, desde ya–. Y también me evocan la vida misma.
Encontré en el libro de Graciela una renovada y excelente apreciación, y también una
profunda investigación, sobre los pequeños grupos. Puedo decir que nos presenta un
recorrido que ,desde Pichon Rivière hasta nuestros días, se fue transformando en su decir y
en su praxis.
¿Ha cambiado la concepción de los grupos entre antaño y ahora? Ésa es mi pregunta, y creo
que Graciela trae una respuesta bien fuerte.
Entiendo que hay un cambio en la concepción, y además me parece que vale la pensa
subrayar desde el título mismo: Coordinando , un gerundio. Coordinando, en activo.
Coordinando una praxis activamente con los grupos.

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Advertimos entonces que este volumen concierne a una praxis, es decir a una articulación
entre teoría y práctica. Un hacer activo en un campo del saber. Mancomunados hacer y
saber, savoir y faire, ella nos porta y creo que nos lo dice a cada momento en su libro, que
porta un saber hacer. Un saber hacer del analista, en este caso una analista que ha tenido la
osadía –la osadía– de hablar, de trabajar y de profundizar en esta temática.
Graciela nos invita a una atenta lectura en la que no exagera la profundidad de sus propios
avances, lo que surge de su nutrida experiencia, y también trae un aporte ético. Una lectura
ética atenta a la lectura de sus maestros. Y esto también es poco frecuente. Es poco frecuente
entre nosotros la ética de la cita. Poder invocar y mencionar las fuentes en las que se
abrevan sus lecturas.
La atenta lectura que trae –voy a mencionar algunos– de sus y nuestros maestros: Freud,
Lacan, Pichon Rivière, Bion, Isidoro Vegh. En la página 64 dice: “¿Cómo paga cada uno la
deuda con sus maestros? Algunos quedan entrampados pagándoles por lo que han recibido;
otros, con la sabiduría de la vida que avanza sin cesar. Pagamos nuestra deuda hacia abajo
con los [por-venir], con nuestros hijos, con nuestros discípulos, allí donde hemos recibido unas
marcas, las que propician ‘pagaremos’ en un don a ellos –Borges–. Aquí, entonces, ¿cómo
pagamos nuestras deudas?” .
Les voy a hacer un brevísimo comentario. Cuando Graciela me invitó a presentar este libro,
mientras hablábamos por teléfono, le dije “ ya sé me va ocurriendo que voy a decir”. Recorde
un cuento de Borges y aún no había leído su libro.
Borges, en El jardín de los senderos que se bifurcan, elegí de este texto tres o cuatro frases
alusivas. Dice: “Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente,
precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos. Innumerables
hombres en el aire, en la tierra, en el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí. A mí
también”. “Yo me había preguntado de qué modo un libro puede ser infinito, esta infinita
noche. No consentiré otro procedimiento que el de un volumen circular, un volumen cuya
última página fuera idéntica a la primera, pero bien diferente. Un volumen con posibilidad de
continuar indefinidamente”.
A mí me pasó esto, leyéndolo. “Recordé la única noche, en el cuento de Las mil y una
noches, cuando la reina ya no está por una mágica distracción del copista, se pone a repetir
textualmente la historia de Las mil y una noches, con riesgo de llegar otra vez a la noche, y así
hasta el infinito”.
Como ocurre, como es natural, en la praxis las enseñanzas se aunan junto a los varios
porvenires. No a todos. Ni jardín ni senderos que se bifurcan. Casi en el acto comprendí: El
jardín de los senderos que se bifurcan era la novela que plantea varios porvenires, no a
todos, le sucedió la imagen de la bifurcación en el tiempo, no en el espacio.
La perspectiva de la obra , prosigue Borges,en nuestra teoría. Es que en toda decisión, cada
vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras . Es
así que Borges, que creía en infinitas series de tiempo, nos dice que no hay un tiempo
después del absoluto. En una ruta urgente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes

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y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que
especularmente se ignoran abarcan todas las posibilidades. “No existimos en la mayoría de
esos tiempos. En algunos existe usted y no yo, en otros existo yo y no usted, en otros los dos.
En éste, usted llega a mi casa ,al jardín, y me encuentra en otros lugares, casi en el lugar del
fantasma”.
Ahora el jardín real. Yo conocí a Graciela en los años 90. Pero pudimos habernos encontrado
en el tiempo en el que estuve muy cerca como analizante y discípula de Tato Pavlovsky. En
los 70 –ustedes lo deben recordar bien– podría haber conocido a Graciela a traves de amigos
comunes , y sin emabrgo no nos conocimis en este tiem po. En ese tiempo “convergente”
Graciela alojo las angustias de algunas personas que padecieron las inquisiciones de la
dictadura. Y pudo brindar muchísimo.
En otro tiempo convergente, pero aún no nos conocíamos, pensábamos a Guattari y a Lourau.
Y sin embargo tampoco nos encontramos en ese espacio tiempo. Es en un mismo espacio en
que nuestras palabras y nuestras ideas convergieron,mucho tiempo mas tarde nos conocimos
en: la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
El mayor, entonces, de mis respetos y mis cariños a quien trabajando con grupos en un
espacio como la Escuela Freudiana, coordinando ese real, apuesta a la chance de pensar
una lógica en tres dimensiones –real, simbólica e imaginaria– de los grupos, en el que es
posible trabajar y refelxionar sobre la tarea.
Estamos ahora en deuda con las reflexiones que nos brinda en un espacio donde se unen
todos los espacios. Es decir, en su libro. Los grupos, Hernán Kesselman está aquí y lo cito se
convirtieron en la historia temida de muchos psicoanalistas en Buenos Aires. Ahora bien,
Graciela lo toma en su libro, ¿qué hacemos con los grupos cuando se presenta la ocasión?
Graciela afirma: “Si estamos en relación al inconsciente y la transferencia, un psicoanalista
tendrá algo que decir y hacer”. Agrego, si se me permite, porque me parece que la teoría de
Graciela está en el centro de la producción que nos brinda generosamente, la grupalidad es el
campo de la transferencia. Y también es el campo de las identificaciones.
El lazo afectivo, primer lazo afectivo, que Freud llama de identificación, permite al sujeto entrar
en el lenguaje para que el lenguaje agujeree el soma, y lo transforme cuerpo humano,con el
humus del lenguaje. Cuerpo de la palabra. En ese estado del otro que solemos llamar Otro
con mayúscula, el Otro materno, el Otro primordial, que nos transmite la lengua materna y nos
invita a un nuevo lazo que nos humaniza. Y por ende, y fuertemente, nos enlaza
identificatoriamente, es asi que lo gregario es la chance de la agruparnos por la via de la
palabra ..
... Un niño que puede anudar palabra e imagen que esta en condiciones de agruparse será un
niño bien encaminado. ¿Qué quiere decir? Que el sujeto no es sin losb otros, es decir,
transita por la vida de los grupos y en ellos pueda efectuar su tarea, y su apuesta.
Recomiendo una vez mas la atenta lectura de lo que nos formula Graciela Jasiner en este
libro que hoy nos presenta y que nos ofrece elementos para repensar tambien la subjetividad
de la epoca.

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