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Universidad Tecnológica de Santiago

UTESA

Recinto Santo Domingo de Guzmán

Anteproyecto de Grado

DPG 010-006

Tema

“Indicadores de infidelidad entre pareja heterosexual”

Sustentante

Luis Carlos De La Rosa Feliz

215-3576

Docente

Dr. José María Valenzuela Cabral

Santo Domingo, Distrito Nacional, Republica Dominicana

Febrero 27, 2021


Índice
Página
Capítulo 1. Introducción
Introducción………………………………………………………………………………..
Objetivos de la Investigación……………………………………………………………..
Generales
Específicos
Pregunta(s) de Investigación…………………………………………………………………
Generales
Especificas
Hipótesis de la investigación………………………………………………………………..
Justificación de la Investigación……………………………………………………………..
Definición de términos………………………………………………………..

Capítulo 2. Revisión de la literatura


los Indicadores de infidelidad entre pareja heterosexual en el contexto
general………………………………….
Estado de la ------ (Indicadores de infidelidad entre pareja heterosexual ) ----- en el
contexto dominicano……………
Teorías generales vinculadas al problema que se investiga…………………………………

Capítulo 3. Diseño metodológico


El/los enfoque(s) investigación se usara en el estudio ……………………….
El/los tipo(s) investigación se usara en el estudio…………………………….
El/los diseño que se usara en el estudio……………………………………….
Participantes……………………………………
Población y muestra que cubrirá el estudio………………………
Métodos y técnicas que se usara en la recogida y análisis de los datos…………….
Instrumentos para recoger los datos del estudio……………………………….
Procedimientos……………………………………..
Limitaciones………………………… ………….. ……….
Plan de Acción del Proyecto……………………………………………………
o Actividades a Realizar
o Presupuesto de Gastos Estimados para una investigación
Referencias…………………………………………………………………………….
Apéndices…………………………………………………………………………..
Apéndice A
Apéndice B.
Tablas…………………………………………………………………………………….
Tabla A
Tabla B
Capítulo 2. Revisión de la literatura

Contexto general

1. Actualmente lo que define a una pareja como tal son el sentimiento y el compromiso de pertenencia
mutua, mismos que se traducen en el deseo de compartir e intercambiar experiencias, sobre todo
emocionales y sexuales de manera exclusiva y permanente (López, 2009). Desde el punto de vista de
Wainstein y Wittner (1999), la pareja es una identidad social acotada, basada en la relación entre dos
personas. Se comporta como una unidad o sistema, y esto es reconocido así por los(as) que los(as)
rodean; siendo dentro de la pareja como institución social donde se producen relaciones diádicas entre
sus miembros.

2. Dentro de la relación de pareja, existe un fenómeno social y psicológico: los celos, que surgen como una
respuesta adaptativa ante la amenaza de perder algo considerado como propio, este algo puede ser la
pareja o la relación misma. Es un sentimiento que emerge en una persona como resultado de un
desmedido afán de tener algo sólo para sí, dando como resultado la protección de la relación (Fernández
& Echeburúa, 2010).

3. Definir un fenómeno tan complejo como los celos, implica una serie de diversos factores que actúan
desde diferentes niveles de análisis, tales como el individual, grupal y el sociocultural; por ende, los celos
son un fenómeno a nivel social y psicológico. Lo anterior debido a la forma en que las personas
responden a los celos en las diferentes culturas. Además los celos están relacionados con las normas y
valores de la cultura en la que se vive, incluyendo la etnicidad, clase y género; donde las opciones de
responder ante los celos tienen que ver con la evaluación que la cultura hace de la ofensa, de la amenaza
implicada y de la asignación de la responsabilidad (Reidl, 2005).

4. Hupka (1984) considera que los componentes de las emociones o las situaciones a las que ellas se
refieren (en este caso los celos) tienen un significado denotativo que es aprendido a través de la
adquisición del vocabulario así como un significado semántico que es aprendido a través de la
aculturación. La combinación de ambos significados crean una situación socio-psicológica o problema
que es familiar para las personas y para el cual están preparados a responder de determinada forma.

5. Reyes (1998) afirma que el medio cultural en el que se encuentre la persona influye sobre los procesos
cognoscitivos involucrados en lo que lo que la persona busca, la forma en la que lo evalúa y por qué lo
evalúa en la forma en la que lo hace. La cultura influye en el proceso de evaluación de los celos al
designar los eventos que indican a la persona que puede perder o ya perdió a su pareja ante un rival, o
bien, cuando deba sentirse amenazado el concepto que de sí mismo cuando tenga que compararse con los
otros. Asimismo la cultura influye en los celos, especificando las condiciones que permitan a la persona
concluir que el evento celoso ya ocurrió y creando las condiciones que predisponen a las personas a
llevar a cabo evaluaciones en las que una situación se perciba amenazada o dañina.
6. Existen numerosas definiciones de los celos. En casi todas ellas se reconoce que son una emoción
compleja, compuesta de varias emociones simples negativas, tales como el miedo, ira, tristeza. Se
considera que los celos surgen ante la percepción de una amenaza a la relación por parte de un o una
rival. Al percibir dicha amenaza, aparece un estado emocional en el que se experimenta una o varias
emociones primarias (Barrón & Martínez, 2001). Algunos autores como Fernández y Echeburrúa (2010)
expresan que los celos son un sentimiento que emerge en una persona como resultado de un desmedido
afán de tener algo solo para sí. Se trata de un sentimiento fundado en el deseo de poseer al ser querido y
el temor de perderlo en beneficio de un rival. Los celos son la reacción de malestar ante lo que se percibe
como una amenaza (sea real o no) para la relación de pareja. Por su parte, Díaz-Loving, Rivera y Flores
(1986), hacen referencia a los celos como un concepto de múltiples dimensiones. Afirman que éstos son
un estado sentimental y emocional que se desarrolla ante la real o imaginaria violación de la regla de
exclusividad por parte de un miembro de la pareja que siente enojo, dolor, necesidad de poseer y
desconfianza hacia su pareja.

7. Por otro lado, los celos cumplen con algunas funciones que se pueden considerar positivas o favorables
para la persona. Por ejemplo, permiten que las personas mantengan, protejan o restauren los lazos
sociales frente a amenazas que atentan contra el individuo o la relación; también ayudan a establecer las
reglas básicas entre los miembros de la pareja. También se han vinculado a los celos como causantes de
comportamientos o situaciones negativas, verbigracia, la violencia doméstica. Se ha visto que en una
situación de celos, hay más agresión hacia la pareja entre más se ame y más compromiso se dé en la
relación, manifestándose como enojo y deseos de castigar a la pareja (Reidl, 2005).

8. Es conocido que en la relación de pareja existen diferencias entre hombres y mujeres en la evaluación de
diferentes procesos psicológicos y conductas vividas dentro de la misma, y los celos no son la excepción
(López, 2009). Diversas investigaciones argumentan que los celos se dan con una frecuencia similar entre
hombres y mujeres, siendo lo realmente distintivo el modo de expresión en uno y el otro. Al respecto, los
psicólogos evolucionistas refieren que la predisposición genética explica dichas diferencias. Los celos
son vistos como un mecanismo cuya finalidad es el mantenimiento de la relación con la pareja. Al ser
frecuente la infidelidad entre los seres humanos, los celos actúan como una señal de alarma ante una
posible amenaza (Buss & Shackerford, 1997). Por tanto, los celos en los hombres constituyen una alerta
ante amenazas a la seguridad de su paternidad, desarrollando celos sexuales para garantizar la
transmisión de sus genes. Para las mujeres, manifestar celos emocionales es la forma de cuidar su
descendencia, evitando que su pareja desvíe recursos hacia otra familia (Buss, 2000).

9. Para los hombres, los celos se manifiestan habitualmente en forma de ira o de agresión (Fernández &
Echeburrúa, 2010), igual al momento de sentir celos, los hombres responden más ante las amenazas de
tipo sexual; a diferencia de las mujeres quienes responden ante amenazas a la relación, esto quizá porque
son las dimensiones que se les ha enseñado a valorar diferencialmente a lo largo de su vida (López &
Martínez, 2001). Para el caso de las mujeres, según Barelds y Dijkstra (2007) expresan mayor malestar y
rumiación, cuando se sienten amenazadas ante la posibilidad de que su pareja se involucre con otra
persona. En tanto que los hombres, se sienten más amenazados ante la posibilidad de la existencia de
relaciones genitales de su pareja con otra persona (Fernández, 2001).
10. Si los celos han sido objeto de estudio dada la complejidad del impacto en las relaciones de pareja
heterosexuales, también se ha realizado investigación para explorar su influencia en las relaciones
homosexuales. Al respecto, Barelds y Dijkstra (2006) señalan que tanto hombres como mujeres
homosexuales responden con menos malestar e intensidad (Sagarin, Vaughn, Guadagno, Nicastle &
Millevoi, 2003) ante el posible engaño de su pareja. Por el contrario, Symons (1979) sugiere que los celos
sexuales son parte de las relaciones entre hombres. De la misma manera, Castañeda (2000) argumenta
que el rasgo distintivo de la pareja lésbica es su identidad afectiva. Todas las emociones-amor, éxtasis,
deseo, odio, celos, enojo- se expresan abiertamente.

Contexto dominicano

1. Más infidelidad femenina. Las consultas aseguran que en los últimos años ha aumentado la infidelidad
de la mujer, hasta en un 35% de ellas. Entre los motivos que  más  se mencionaron  están: aumento de la
independencia económica, arduas horas de trabajo rodeadas de hombres y en múltiples ocasiones
compartiendo con los mismos  más horas  activas que con sus propios esposos, influencia de las redes
sociales, influencia de las amigas que son infieles, influencia de la televisión y el cine, venganza hacia su
pareja por infidelidad o maltrato, sentirse indeseada y hasta el romanticismo perdido en sus relaciones de
parejas.
2. Los jóvenes se comprometen menos a las marcas. En las edades entre 18 a 30 años se observó que es
más débil la fidelidad a las marcas y que la misma podría variar  por razones de precio, de moda,
apariencia o por avances tecnológicos. Sin  embargo, la  relación  al alto costo de  una marca aparece
como el principal motivo que podría  provocar el cambio  hacia la competencia de ese producto.

3. El doctor Luis Ortega, médico psiquiatra, consideró que la infidelidad, sea con una persona de igual
sexo o de sexo diferente, deja un efecto negativo en la pareja, ya que en ambos casos el hecho tiene igual
dimensión desde el punto de vista emocional, porque deja un trauma psicológico muy difícil de superar.
Explicó que cuando se cualquiera de los dos casos, es una indicación de que el hombre o la mujer que
comete la infidelidad tiene un problema de tipo emocional en una o las dos partes. No obstante, opinó que
se debe tratar a la pareja igual si es homosexual, lesbiana o heterosexual e igual en lo que tiene que ver
con la relación, aunque, aclaró que legalmente en el país todavía las leyes no permiten el casamiento
entre parejas de igual sexo.

Ortega sostuvo que en República Dominicana, donde la educación para el matrimonio se basa en el
principio de que sea entre un hombre y una mujer, resulta difícil a una pareja aceptar lo ocurrido luego de
años de convivencia, sin que la preferencia sexual se haya comunicado previamente, ya que a su entender
habría sido más comprensible y aceptable. De su lado, la joven psicóloga Graciela Wilson expresó que la
infidelidad tiene efectos emocionales negativos en cualquiera de los casos, por la conducta aprendida en
el hogar y las escuelas con respecto al matrimonio.

Teorías de la infidelidad

Teoría Evolucionista.
Desde una perspectiva evolucionista, las conductas de infidelidad,
y sus diferencias entre hombre y mujer, responden a las diferencias adaptativas que han tenido que
afrontar cada uno de los géneros, para garantizar su supervivencia y la conservación de sus genes en las
próximas generaciones. (Canto, García y Gómez, 2009).
La psicología evolucionista destaca diferencias significativas entre hombres y mujeres, basados en el
gasto de energía que invierte el hombre en la reproducción en comparación con la mujer, el primero ha
tenido una ventaja adaptativa en la producción múltiple de espermatozoides, lo que le favorece el rápido
éxito de sus genes, además de tener la posibilidad de reproducción en cualquier tiempo, por otro lado la
hembra ha desarrollado la capacidad de formar un solo óvulo fertilizante por ciclo menstrual y con
probabilidades distintas para que se dé la fecundación, y una vez este suceso ocurre, es necesario esperar
un periodo de gestación de 9 meses que determinará el éxito reproductivo con el nacimiento del feto en
formación. (Vargas e Ibáñez, 2005).

Sucede lo mismo, en otras especies, por ejemplo en leones, jirafas, búfalos y ciervos, la conducta sexual y
la relación entre la hembra y el macho es bastante similar a la que encontramos en los humanos, en
términos de gasto energético y de las facilidades o dificultades que tiene el macho y la hembra
respectivamente para la reproducción, se ha encontrado que en estas especies la maternidad también
implica largos periodos entre los tiempos de embarazo, lactancia y cuidado de las crías, que reducen las
posibilidad de reproducción de la hembra y mientras esto ocurre, las posibilidades de reproducción del
macho aumenta, pues no están enfocados al cuidado de las crías y el ambiente favorece que continúe con
procesos de cortejo y en consecuencia de reproducción (Ceccarelli, 2017).

Según Vargas e Ibáñez (2005), el objetivo de que los machos copulan con muchas hembras es que sus
genes se conserven con el tiempo; estos autores manifiestan que se ha encontrado que, una cosa es la
monogamia social y otra las cuestiones reproductivas. Es decir, algunas especies tienden a permanecer
juntas por mucho tiempo, y en teoría solo se aparean entre sí, este fenómeno se consideraría monogamia
social. Sin embargo, se ha encontrado que en realidad las crías solamente pertenecen en un 30% al padre
social, debido a los amoríos de la hembra fuera de su relación social, y en los hombres se encuentra la
fecundación de sus genes en óvulos que no son los de su pareja social.

Teoría Sociocultural.
Socialmente los seres humanos están inmersos en una cultura que guía su comportamiento, es decir, la
cultura construye y establece normas morales que guían la manera de obrar de los seres humanos y a su
vez, modifican su forma de pensar sobre lo que es correcto o no, dicho de otra forma, dependiendo de la
cultura a la que pertenezcamos consideraremos algunas acciones como aceptables o inaceptables.
(Vanegas, 2011).

egún Haidt (2012 citado en Balenciaga 2018) afirma que existen diferentes dimensiones de moralidad:
cuidado/daño, equidad/engaño, lealtad/traición, autoridad/subversión y santidad/degradación. Así,
podemos ser seres morales en una o varias dimensiones; como por ejemplo la del cuidado en una cultura
de equidad, o ser morales en un aspecto e inmorales en el otro, como la relación sociedad y religión, en
donde es común encontrar una disrupción de lo moral, o como es bien conocido, el surgimiento de las
dobles morales o morales múltiples, es decir, lo que nos permite entender fenómenos como la infidelidad
en las personas con valores morales desarrollados, es esa capacidad que existe en los seres humanos de
ser contradictorios y de acuerdo a la clasificación de Haidt, los comportamientos polígamos pertenecen a
la dimensión lealtad/traición donde resalta el opuesto del valor, en este caso la traición es uno de los
aspectos inmorales que se presenta y en equivalencia a una relación de pareja corresponde a la infidelidad
(Balenciaga, 2018).

Teoría Sistémica
Desde la concepción de las teorías sistémicas, Coddou y Méndez (1994), definen las características más
relevantes en el sistema de pareja. En primer lugar, en una relación de pareja se considera como un
sistema dinámico, que favorece el conocimiento íntimo de las personas implicadas y la intensificación
emocional por las experiencias interpersonales, además de facilitar la sana confrontación de argumentos
contrarios. Como segunda característica, encontramos la necesidad de establecer límites bien definidos en
el que solamente se permite la inclusión de las dos únicas personas que conforman la relación, y por lo
cual es necesario mantener constantemente un proceso de reconstrucción, conforme a los patrones
comportamentales que se vayan dando en el transcurso de la relación. Y, finalmente, se considera el
sistema de pareja como único y diferenciado del sistema familiar, ya que los primeros establecen sus
propios objetivos y fortalecen la relación de manera particular, a través de las experiencias propias que se
dan en la pareja como lo es la intimidad, la sexualidad, la complicidad, entre otros. (citado de Álvarez y
Marian, 2009).

Cuando se forma una pareja cada miembro tiene un estilo de vida, que ha construido desde el hogar.
Según Santa Cruz (2007) las costumbres tomadas de las familias de cada uno de los miembros de la
pareja no son fáciles de empalmar, y generan algunas dificultades para construir una pareja estable. En
este proceso es importante que cada una de las partes de la pareja, tengan la capacidad de negociar y
establecer unas nuevas costumbres propias de la nueva familia, a partir de las experiencias familiares
anteriores. Sin embargo, Santa Cruz (2007), refiere que al ser este un proceso complejo y de construcción
constante, se puede presentar algún evento de infidelidad, ya que, en esa búsqueda de estabilidad en la
relación, la pareja puede estar presentando constantes enfrentamientos o discusiones sobre situaciones de
la vida cotidiana, que no se solucionan oportunamente, generando un deterioro en la relación, y
haciéndolos vulnerables a establecer una vinculación sexual o emocional con una tercera persona.

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