Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ÍNDICE
Enfermedades cardiovasculares
5. Bibliografía............................................................................................................... 24
Las Cardiopatías Congénitas son alteraciones estructurales del corazón o de los grandes
vasos intratorácicos. Existen múltiples cardiopatías congénitas, unas de carácter y evolución
leve con buen pronóstico y otras mucho más complejas y de pronóstico incierto. Puede
ocurrir que estas lesiones congénitas cardíacas se combinen entre sí de manera que un
mismo paciente presente varias alteraciones.
Actualmente la mayor parte de los recién nacidos con cardiopatía congénita se diagnostican
antes del parto mediante ecocardiografía y nacen así con un diagnóstico de presunción, lo
que permite recibir atención especial precozmente y mejorar su pronóstico.
Las Cardiopatías Congénitas con clínica neonatal inmediata al nacer tienen una elevada
mortalidad, sobre todo si se abandonan a su evolución natural. Es por ello fundamental
establecer un alto índice de sospecha en los casos no diagnosticados prenatalmente, para
iniciar cuanto antes el tratamiento médico, que en la mayor parte de las ocasiones será el
paso previo a su corrección quirúrgica.
En todo caso, los progresos en el diagnostico por imagen, la cirugía cardíaca, las técnicas
de hemodinámica y los cuidados intensivos han mejorado el pronóstico de muchas estas
lesiones complejas.
• El cierre del foramen oval es pasivo por aumento de presión en la aurícula izquierda
(secundaria el incremento del retorno venoso pulmonar) y la disminución de ésta en la
aurícula derecha (tras el cierre del conducto venoso).
• El cierre funcional del ductus se produce a las pocas horas de vida, por contracción
de su capa media muscular (en relación con el alto contenido de O2 y los niveles más
bajos de prostaglandinas circulantes).
3.1. Cianosis
En centros con fácil acceso a la ecocardiografía puede que no sea necesaria realizar la
prueba de la hiperoxia completa.
El recién nacido con insuficiencia cardíaca puede presentar taquipnea (frecuencia respiratoria
>60pm), taquicardia (frecuencia cardíaca >180 pm) con o sin ritmo de galope, estertores,
hepatomegalia y retraso del llenado capilar; además antes de estos signos también suelen
asociarse dificultades de alimentación con fatiga y sudoración con el esfuerzo de la succión.
Son indicios de shock incipiente, la piel marmórea y la coloración grisácea del recién nacido.
Por ello es importante la palpación de las extremidades, prestando especial atención a la
temperatura y al relleno capilar. La disminución de pulsos distales es muy indicativa de
obstrucción-estenosis del arco aórtico. Una presión sistólica de más de 10 mm Hg en la
parte superior del cuerpo, comparada con la inferior es anómala y sugiere este tipo de
lesiones.
Pueden ocasionar estos síntomas de insuficiencia cardíaca, las lesiones estructurales del
corazón que ocasionan sobrecarga de presión y de volumen.
Es importante recordar que aunque las cardiopatías congénitas son la causa más frecuente
de insuficiencia cardíaca en el niño, otras alteraciones cardíacas que no se acompañan
de malformaciones estructurales, pueden producir insuficiencia cardíaca en el periodo
neonatal; sirvan como ejemplo las miocarditis, la isquemia miocárdica transitoria del recién
nacido, las arritmias severas, o el taponamiento cardíaco, que por compresión extrínseca
compromete el llenado ventricular.
Además, varias patologías no cardíacas pueden causar insuficiencia cardíaca: por ejemplo
la anemia grave que acompaña a la enfermedad hemolítica del RN, la sepsis, las fístulas
arteriovenosas, los trastornos hidroelectrolíticos graves, la hipotermia severa…
Se auscultan también soplos por insuficiencia mitral o tricúspide transitoria después de asfixia
perinatal; estos desaparecen en las primeras semanas de vida. También es relativamente
frecuente auscultar en neonatos el soplo inocente de Still, de carácter vibratorio o piante
que se percibe mejor en el borde esternal izquierdo o ápex. Estos son soplos sistólicos, de
poca intensidad y con características específicas.
Es importante realizar una medición de la presión arterial en las cuatro extremidades. Una
presión sistólica superior a 10 mm de Hg en la parte superior del cuerpo comparada con
la inferior es anómala y sugiere una coartación de aorta, hipoplasia de arco aórtico o arco
aórtico interrumpido. Sin embargo en ocasiones el gradiente de presión puede no estar
presente en el recién nacido con una anomalía del arco aórtico y con conducto arterioso
permeable no restrictivo.
3.5. Arritmias
Las alteraciones primarias del ritmo cardíaco pueden presentarse en recién nacidos con
corazones estructuralmente sanos o asociadas a cardiopatías y ser la primera manifestación
de la afección.
Con frecuencia otros procesos cuya etiología inicial no es una patología primaria del
corazón pueden causar arritmias; tal es el caso de algunos trastornos metabólicos, hipoxia,
hipotermia, sepsis, miocarditis, ingestión materna de drogas y tóxicos.
- Atresia duodenal.
- Atresia de esófago y fistula traqueoesofágica
- Atresia de vías biliares.
- Asociación VACTEREL: (defectos vertebrales, atresia anal, fístula
traqueoesofágica, anomalías renales, malformaciones en los miembros, 50%
tienen malformaciones cardíacas).
- Asociación CHARGE: (coloboma, atresia de coanas, retraso de crecimiento
y deficiencia intelectual, hipoplasia genital, malformaciones en pabellones
auriculares, el 50-70% presentan malformaciones cardíacas).
- Agenesia renal.
- Defectos del canal AV: defectos del canal aurículo ventricular o defecto de cojinetes
endocárdicos.
Comunicación interauricular
Comunicación interventricular
Lesiones con derivación Ductus arterioso persistente
izquierda-derecha Defecto de cojinetes endocárdicos
Ventana aortopulmonar
Retorno venoso anómalo
Coartación de aorta
Síndrome del corazón izquierdo hipoplásico
Lesiones obstructivas Interrupción de arco aórtico
Estenosis aórtica
Estenosis pulmonar
Lesiones
cianosantes Tetralogía de Fallot
Con
Doble salida de VD con estenosis pulmonar
disminución
de la Atresia pulmonar
vascularización
Anomalía de Ebstein
pulmonar
Ventrículo único y estenosis pulmonar
Además, la derivación puede dar por resultado sobrecarga de presión de una o más
estructuras. El que exista sobrecarga de presión dependerá de la localización y del tamaño
del defecto; una comunicación interventricular grande, producirá aumento de presión
ventricular derecha y arterial pulmonar y lo mismo puede ocasionar un gran ductus arterioso.
En la mayoría de los casos, los neonatos con lesiones de este tipo no se diagnostican por
síntomas de afectación grave, sino tras el hallazgo de un soplo o la aparición de insuficiencia
cardíaca durante el periodo neonatal tardío o incluso más adelante.
En muchos casos se presenta de forma aislada y se llama TGV simple. En el 40% de casos
se acompaña de otras malformaciones; la más frecuente la comunicación interventricular,
en menos ocasiones coexiste coartación de aorta o anomalías en la distribución de las
arterias coronarias.
que el ductus permanezca abierto y que exista un foramen oval no restrictivo. El tratamiento
inicial será pues la administración de prostaglandina E1 para mantener la permeabilidad
del ductus y si no se logra mezcla suficiente entre las aurículas, ampliar la comunicación
mediante el procedimiento de atrioseptostomía con balón (maniobra de Rashknid).
(El cortocircuito establecido por el ductus desde aorta hacia pulmonar, ocasiona una
sobrecarga de volumen en la aurícula izquierda que favorece que la sangre oxigenada
pase a la AD).
Pueden ser necesarias medidas generales para disminuir el consumo total de oxígeno del
organismo (sedación, ventilación mecánica) y mejorar el transporte de oxígeno (aumentar
el gasto cardíaco utilizando fármacos inótropicos).
Esta anomalía consiste en el drenaje anómalo de todas las venas pulmonares a la circulación
venosa sistémica, en lugar de a la aurícula izquierda.
Las venas pulmonares pueden conectarse a aurícula derecha de forma directa o indirecta
a través de un colector. El flujo sanguíneo sistémico depende de la existencia obligada de
un cortocircuito, a través del agujero oval, hacia el corazón izquierdo.
En general en los pacientes con drenaje infradiafragmático existe casi siempre obstrucción
al flujo del colector. En estos casos aparece cianosis marcada y progresiva, además de
signos de congestión pulmonar.
En esta variante obstructiva del retorno venoso anómalo total, se requiere una actuación
quirúrgica de urgencia, la cirugía está indicada sin demora una vez realizado el diagnóstico,
con el objetivo de redirigir el drenaje venoso pulmonar a la aurícula izquierda.
Las técnicas quirúrgicas se eligen según el tipo de conexión anómala. El pronóstico a largo
plazo depende de la presencia de hipertensión pulmonar previa y de la posible obstrucción
de la anastomosis quirúrgica a la aurícula izquierda.
Los neonatos que presentan estenosis pulmonar crítica y cianosis, necesitan tratamiento
urgente para disminuir la mortalidad. Estos niños pueden mejorar temporalmente con la
infusión de prostaglandina E1, para mantener abierto el conducto arterioso.
Tetralogía de Fallot
Las manifestaciones clínicas dependerán del grado de obstrucción del tracto de salida del
ventrículo derecho; cuando es leve puede dar poca sintomatología y en algunos niños el
cuadro inicial puede ser similar a una gran comunicación interventricular y pueden mostrarse
con síntomas de insuficiencia cardíaca, estos casos se conocen como “Fallot rosado”, ya
que no presentan cianosis hasta que la estenosis pulmonar se hace evidente.
Una estenosis de mayor magnitud produce una presión pulmonar más baja, un menor flujo
sanguíneo pulmonar y un aumento de flujo desde ventrículo derecho, a través del defecto
interventricular hasta la aorta. El grado de cianosis se relaciona con la magnitud de la
obstrucción que por tener un componente muscular, puede ser altamente dinámica y muy
variable.
En otras ocasiones la obstrucción del tracto de salida es tan severa, que el flujo pulmonar
depende de la permeabilidad ductal. Estos neonatos presentarán cianosis desde las
primeras horas de vida.
El tratamiento de esta cardiopatía depende del estado clínico del niño y de la anatomía
más o menos favorable que sobre todo está en relación con el desarrollo de tronco y ramas
pulmonares:
Médicamente con el objeto de prevenir la aparición de las crisis hipóxicas se utilizan beta
bloqueantes; sin embargo, la aparición de estos episodios son indicación de intervención
quirúrgica correctora.
Debido a la gran variedad de patrones anatómicos y clínicos, es ésta una cardiopatía que
presenta una amplia gama de problemas y variantes en su corrección quirúrgica.
Es ésta una cardiopatía poco frecuente pero muy grave. Consiste en una atresia de la
válvula pulmonar, con grados variables de hipoplasia ventricular derecha y de la válvula
tricúspide.
Anomalía de Ebstein
Es una cardiopatía poco frecuente pero que presenta grados muy variables de gravedad
anatómica. Puede ser tan leve que se identifique incidentalmente en una persona adulta o
tan grave que produzca muerte fetal.
En los pacientes con anomalía de Ebstein, las hojuelas posterior y septal de la válvula
tricúspide se encuentran adheridas al miocardio y por tanto desplazan al orificio de la
válvula hacia abajo, en dirección a la cavidad ventricular derecha, apartándolo del anillo.
Conforme se vuelve más pronunciado este desplazamiento, se incrementa la magnitud de
las consecuencias fisiológicas:
• El ventrículo derecho queda dividido en dos partes una parte atrializada y otra
denominada ventrículo derecho funcional. La zona de VD atrializada presenta
discoordinación del flujo y contracción, lo que interrumpe el patrón de flujo sanguíneo
unidireccional normal dentro del corazón y origina estenosis funcional.
En los casos más graves el ventrículo derecho funcional es tan pequeño que casi no puede
enviar sangre a la arteria pulmonar. Estos pacientes se comportan como si tuvieran una
“atresia pulmonar funcional” y este hecho domina el cuadro en el periodo neonatal, cuando las
resistencias pulmonares son elevadas, con lo que el neonato presenta cianosis y reducción
del flujo sanguíneo pulmonar. Existe cardiomegalia importante, a veces tan extrema que
el corazón ocupa la mayor parte de la cavidad torácica. Como la cardiomegalia es crónica
desde la vida intrauterina, los pulmones pueden estar hipodesarrollados y empeorar por
tanto la oxigenación. Cuando las resistencias pulmonares comienzan a disminuir, la cianosis
puede mejorar, porque el ventrículo derecho encuentra menos resistencia a la eyección.
Por todo ello en los neonatos con formas graves de anomalía de Ebstein, el tratamiento
tiene como prioridad preservar el flujo sanguíneo pulmonar, manteniendo el ductus abierto
y aplicando medidas para disminuir la presión pulmonar.
El feto tolera bien esta grave anomalía cardíaca intraútero, pues durante la vida fetal la
resistencia vascular pulmonar es mayor que la resistencia vascular sistémica y el ventrículo
derecho dominante mantiene una presión normal de perfusión en la aorta descendente,
mediante el cortocircuito del ductus. La aorta proximal y la circulación coronaria y cerebral
se perfunden de forma retrógrada.
Una vez realizado el diagnóstico o ante esta sospecha fundada, se debe de iniciar la infusión
de prostaglandinas.
Por todo ello debemos tratar de mantener el equilibrio entre el flujo pulmonar y sistémico
regulando las resistencias vasculares de ambos circuitos y ajustando apropiadamente
los parámetros necesarios. La hiperventilación o el aporte de oxígeno complementario
generalmente no obtiene beneficios significativos e incluso puede ser contraproducente
al causar una excesiva vasodilatación pulmonar y aumentar el flujo sanguíneo pulmonar a
expensas del sistémico.
El tratamiento inotrópico con dosis elevadas de los fármacos puede ejercer efecto perjudicial,
dependiendo de su acción sobre los lechos vasculares sistémico y arterial.
La supervivencia dependerá del tratamiento quirúrgico, que consiste en una reparación por
etapas mediante las técnicas de Norwood en edad neonatal, seguida por una intervención
de tipo Fontan en la infancia, o el trasplante cardíaco.
Coartación de aorta
El tratamiento con prostaglandinas en el manejo del recién nacido sintomático con coartación
de aorta severa, además del uso de inotrópicos, diuréticos y asistencia respiratoria han
permitido aumentar el número de pacientes que logran sobrevivir y pueden ser derivados
en estado hemodinámico estable para la cirugía correctora.
La estenosis aórtica crítica representa el 10% de todas las estenosis aórticas. Es más
frecuente en varones con una relación 4:1.
Si el grado de estenosis es muy severo puede causar muerte fetal; por ello en fetos en los
que se detecta esta patología intraútero, mediante ecocardiografía fetal, existe la posibilidad
de realizar angioplastia de dilatación valvular en el feto, con el objeto de evitar la progresión
de la estenosis y liberar el tracto de salida del ventrículo izquierdo.
La mayoría de los neonatos con estenosis aortica crítica presentan obstrucción severa, con
la consiguiente hipertrofia ventricular izquierda y signos de fibroelastosis endocárdica.
Tras el nacimiento muchos de los niños afectados por esta anomalía, mostrarán rechazo
del alimento, palidez, hipotensión arterial y pulsos débiles. Cuando el deterioro de la función
del ventrículo izquierdo es marcado, casi no se ausculta soplo, ya que el ventrículo no es
capaz de generar suficiente fuerza para la eyección, siendo entonces evidentes los signos
de shock cardiogénico. En general no se evidencia cianosis en las primeras horas, por
ello es difícil diferenciar el cuadro clínico con otras causas de shock como la sepsis o los
trastornos metabólicos.
5. Bibliografía
3. Urgencias y tratamiento del niño grave. 3ª edición. J. Casado Flores, Ana Serrano.