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I – Introducción
II – Análisis de la obra
Transmisión del texto: larguísima, extraña y compleja, hasta hoy. Abundantes copias,
destinadas especialmente a estudios gramaticales, lingüísticos y exegéticos. En el renacimiento,
deja se der material solo gramatical y léxico, y crece el interés por su contenido alegórico y
mixto.
La presentación
Libro I
“Yo”, impropio de la época. Desde el inicio (“Yo soy aquel que en otro tiempo). 33
versos iniciales, en una especie de prólogo, parecido a las tragedias, que funciona como una
síntesis inicial. El prólogo, Cartago y Juno en primer plano.
. Luego, la musa, reafirmando la condición autoral; se la invoca como Mnemosine
(memoria).
Troya odiada por Juno, por juicio de Paris y rapto de Ganimedes (descendente de
Dárdano, hijo de Tros, que da su nombre a Troya. Ancestro de Eneas). Cartago (fundada por
emigrantes fenicios de Tiro a finales del siglo IX a. C, Tras la caída de Tiro en poder de los
asirios, ciudad africana elegida por Juno para gobernar). Troya debía fundar roma: eso dictaba el
fatum. Juno solo pretendía postergarlo.
Fatum: lo dicho, dictaminado en la eternidad del verbum o del logos (deriva del verbo
latino faor, que significa hablar, decir. Por ello, fatum significa "lo dicho"). En el escudo de
Eneas está proyectado, como Ekphrasis (“ek” fuera “phrasis” explicar con signos: relato en
imágenes, como descripción que nos presenta el objeto de manera visual).
La imagen del Dux (en plural, duces; caudillo, cuya etimología deriva del
verbo ducere, cuyo significado es mandar. Posteriormente, el término derivaría en
el título de duque), lo hace responsable de un destino que oculta desolación y
angustia, se le suma a VIr insigne pieta), que irrumpe en el relato con su propia
voz, lamentando su negra suerte.
La respuesta de Júpiter es un momento culminante del libro I, expresando
la voluntad de Júpiter.
En la hierofanta (del griego hieros (ἱερός) = sagrado y faneia (φαίνειν)=
manifestar, es el acto de manifestación de lo sagrado). Eneas se revela así en su
lado divino, exaltado por Venus, y disolviéndose la nube que lo cubría.
La actitud de Eneas es dudosa: agradece, luego se marcha, y luego llora
ante indiferencia de Dido. En realidad, habla como Dux, es decir, como caudillo de
un asunto público, no privado, en nomrbe de todos. Busca un pacto de concordia y
buena voluntad. Eneas no falla por no ceder al Furor de Dido (arrebatada por la
sobredosis de amor divino de Venus, por medio de su hijo Cupido, que toma la
forma de Ascanio, al que rapta momentáneamente), porque sigue el Fatum, sin
prometer nada.
Eneida está más cerca de la novela que de la epopeya en el arte
compositiva, porque presenta transiciones coherentes, sin exageraciones, en
planos simultáneos. Un Cosmos verbal, con recorridos hermenéuticos infinitos.
Libros II y III – Cambio ode voz narrativa: de reina a voz de Eneas (Yo –
Eneas), que ahora es narrador y protagonista, metiendo sentimientos e
inversiones. Engaño de Sinón (Griego cautivo entre troyanos, que cometen un
error por sed de poder y dominio). Ignorar a Lacconte muestra que encarna una
metáfora y símbolo del destino de Troya, adverso por designios de dioses y por
propio error. Eneas, transformado en narrador ubicuo, que sabe más de lo que vio.
Recibe luego, al descansar, primera profecía (Héctor). Venus revela que la
culpable de Troya no es Helena, sino la inclemencia de los dioses. Lo heroico es:
Lo patrio (matar a Helena), y lo filial (no abandonar al poder).
El escape presenta una tríada masculina: tres adelante, una detrás. El
Gens es el núcleo de religiosidad arcaica: hay un culto a la gens (agrupación civil
o sistema social de la Antigua Roma. Cada gens comprendía a varias familias que
se identificaban a través del cognomen de los individuos, por lo que sus
integrantes eran agnados o gentiles entre sí y estaban dirigidos por varios pater
familias. En este sentido, la gentilidad era sobre todo un título de nobleza que
daba fe de la antigüedad e ingenuidad del grupo, algo en principio exclusivo de las
familias patricias). El paterfamilias es la cabeza civil, religiosa, del hogar: señor y
sacerdote. El hogar es el fuero central. El sacerdote, hereditario. La mujer, tuene
un culto doméstico, no tiene cognomen, sino nomen, sólo como asociada a un
varón: presenta un carácter subsidiario. “Sacerdocio hereditario”.
Los valores de supremacía masculina y de base parental se asentaban en
la religiosidad o Pietas. De Creúsa sólo queda una sombra.
Todo sucede por designio divino.
Libro III – Años de viaje marítimo y luego huída a Troya.
El viaje se da bajo la guía de los dioses, y revela el destino que le aguarda
a la nueva civilización futura.
Una posible lectura es que es un viaje de aprendizaje. La Eneida como un
libro de iniciación y aprendizaje: Eneas sería un neófito con revelaciones
progresivas de los Hados. Anquises tiene una función sacerdotal.
EL libro III es emocional, con cambios en las modalidades narrativas,
combinando con maestría. La tierra prometida no es sólo Roma, sino toda Italia.
Anquises Muere en Drépano.
Libro IV – Historia sentimental, de amor desdichado, con una economía
argumental. Similar al dos, pero predominio amatorio. La “tragedia narrativa”
romántica, aproximada a lo contemporáneo. Los sentimientos personales, ligados
a lo social, político o religioso, afectan a los pueblos de ambos: uno es fundar
Cártago, que sería el proyecto matriarcal de Juno, y Roma, el patriarcal de Júpiter.
El gran problema (la tragedia) de la Eneida es la tensión entre los
sentimientos y razones humanas, y el Fatum, de orden trascendente. Se mezcla lo
humano y lo divino. Eneas se va “Templando”.
Dentro del Cosmos poético, la Mímesis traduce la concepción de los
universales como Macrocosmos, como un todo ordenado por leyes divinas,
movidas por una relación de causa y efecto, organizado según principios de la
analogía.
La Univira, era la condición de la mujer Romana respetable (Era
importante que una mujer fuera univira, esto es, que se hubiese casado solo una
vez. La modestia en la autopresentación indicaba pudicitia. Pudicitia ("modestia"
o “virtud sexual”) era la personificación de la modestia y la castidad. Su
equivalente griego era Aidôs. Se esperaba que los romanos, tanto hombres como
mujeres, mantuvieran la virtud de la pudicitia. En la época imperial, César
Augusto procuró desarrollar un programa de reforma moral para animar a los
ciudadanos romanos a cultivar la pudicitia). Una situación rara, porque Juno era
reina y podía haber tenido poder sobre Cupido, viendo lo que pasaba. Esto
supone que la determinación de permanecer en la Pudictia de Dido no era muy
fuerte. Su hermana, especie de tentadora, la persuade por la necesidad de hijos,
de herederos y por la conveniencia de la unión con los troyanos. Lo hace con
preguntas retóricas y razones sociopolíticas. Lo que realmente hay detrás: el
riesgo del poder femenino, de alguien que se enajena en su pasión, la ciudad que
no avanza, la juventud que permanece inactiva en armas. Todo en consonancia
con el contexto de Marco Antonio y de Julio César.
El problema con las nupcias en la caverna: No responde a ortodoxia
ceremonial. El rito matrimonial se da por Juno en condición de prónuba (madrina),
y la presencia de Hymen, que preside este rito, así como las ninfas que dan
alaridos, extraño coro del epitalamio. (¿Boda real?). Juno propone a Venus un
pacto, pero con mutuo intento de engaño: Venus sabe que no ocurrirá, porque se
lo confirmó Júpiter, y Juno piensa en someter el futuro troyano (de Italia) a una
reina oriental.
El conflicto central está en la primera parte: el dilema de Eneas, entre
epicureísmo o estoicismo, dilema sobre el cual no vacila. Aquí hay ecos
nuevamente de Marco Antonio y Octavio. Eneas ama, pero sin furor, lo que le
permite razonar para elegir: se lo ve constituyendo Cártago, con Luxuriosus
(lujurioso, amante del lujo), como noble oriental, con espada, fastuosos regalo de
Dido. La referencia es Marco Antonio, contemporáneo. La victoria es moral:
Eneas, su fuerza, su capacidad de doblegar sus sentimientos más entrañables;
quedarse sería una traición a Troya. Hay parquedad del narrador y del personaje,
por el profundo dolor de abandonar Magnus amor.
Dido se parece a Ariadna de Catulo: niega la paz, y desea un vengador de
su estirpe.
Hay una subordinación al destino, cediendo lo supra individual, entrega
total que lo hace romano. Se desprende el “yo”, con sentimientos, gustos y
apetitos, disolviendo lo individual e inmanente. Piedad, privilegio del bien común
sobre el interés particular. El destierro de las pasiones, es el ideal virgiliano,
primero romano.
El fatum le otorga el imperio a Roma, y valida la importancia de sus
guerras, como las guerras púnicas. Es la fuerza que lo supera todo.
El relato escatológico, funde mito, leyenda e historia.
Libro V – Juegos en honor de Anquises
Paralelo al canto XXIII de la Illíada, con el caso Patroclo. Es diferente,
pero utilizado por Virgilio para fundar Romanidad: remedo homérico utilizado para
impulsar en Augusto la reimplantación de juegos para competir con grandes
festivales panhelénicos de Olimpia, Delfos.
La descripción concluye con Iusus Troiae (“Troiae”, Más relacionada con
Movimiento que con “Troya. Es
un evento ecuestre celebrado en la antigua Roma. Estaba entre los ludi ("juegos"),
celebrados en funerales imperiales, fundaciones de templos o en honor a una
victoria militar. El lusus se presentaba ocasionalmente en los Juegos Saeculares,
pero no se adjuntaba regularmente a un festival religioso en particular. La
participación fue un privilegio para los niños de la nobleza (nobiles). Era una
muestra de habilidad comunal, no un concurso). Singular importancia en el
proyecto de Augusto de impulsar organizaciones para entrenamiento de jóvenes
en toda Italia. Esta ya estaba, sólo la regularizó.
El sustrato mítico de las prácticas presentes y augusteas presentando
asociación “Victoria sobre Dido”, “Juegos en honor de Anquises”, “Victoria sobre
Cleopatra y juegos Actios”. Un relectura del pasado asociando a Iusus Troiae con
Eneas, y Anquises, con el origen de la fundación de Roma.
Los juegos de Anquises tienen una relación directa con la Pietas de
Eneas, uno de los aspectos centrales: el afecto y el respeto religioso hacia su
padre.
Anquises guía a Eneas, y se mantiene la función Post-mortem. Luego, los
juegos, la visión que se la l cadena semántica, entre hombres y dioses, con culto
romano que enlaza por intermediarios. El nexo humano y divino, por el custos
(custodio) del destino trazado por Júpiter. En vida, la función sacerdotal; luego,
muerto y tutelar de nueva progenie.
Libro V – Libro de Anquises – Preparación de la revelación final que
vendrá luego. En el Libro Vi, pasa a ser su portavoz, guía e instructor, hasta en los
campos elíseos.
Virgilio ratifica el poder patriarcal, luego de la determinación de Eneas de
vencer el poder femenino y seguir su destino. El culto romano antiguo es muy
diferente al griego: crece y se expande por costumbres patriarcales. Toda su vida
en manos masculinas (Venus y Eneas, como filiación maternal). Los que
constituyen con guerra y sangre los imperios son los varones (vir). Las mujeres
secundan, como esposas o madres. Esto se ratifica con que Iuturna y Camila
están a favor de los rútulos, y en contra de los romanos.
La Pietas es la línea dominante en este libro, y su religiosidad desplegada
en el ámbito cívico – familiar romano. El episodio de las naves, en que Juno
provoca el incendio de las naves impulsada por su Pathos, mientras se celebran
los juegos, enviando a Iris para arengar a las mujeres incitandolas a la rebelión. El
Furor del incendio es una demencia inducida para los actos sacrílegos. Ascanio lo
desbarata y Eneas es sacerdote, implorando a Júpiter, otra vez tentado de ignorar
el fatum quedándose en Sicilia. La deposición del destino es disuadida por
anciano(Náratos), que luego ratificará Anquises.
Sicilia tiene ancestros troyanos que se radicarán en el sur. Abandona
ancianos, matronas e inválidos o temerosos de lo venidero. A Italia sólo deberán
llegar los más fuertes, sacrificados y piadosos.
La Pietas es una forma de racionalidad de los hombres, frente a lo
irracional de las mujeres, desde la ira de Juno frente a la racionalidad de Júpiter,
pasando por Dido y el incendio de las naves. Las mujeres, trastornadas y
enajenadas por divinidades. La idea proviene de la vieja Atenas de Pericles, en la
que no debían operar en el orden público, a riesgo de extensos desastres; luego,
el triunfo del Actium.
Libro VI –Hades
SEGUNDA PARTE
Libro VII, Nuevo comienzo
Reinicio, repetición de esquema inicial, yo reaparece invocando a la musa.
Síntesis de la historia del pueblo que encontrarán. El acercamiento pacífico entre
pueblos, y la acción en tierra itálica, hasta el final. El poeta se dispone a narrar
horrendas batallas, matanzas, porque llega el ejército teucro extranjero, ya
anticipado con canto.
El furor de Juno sigue la misma estructura que el canto I. Juno se queja de
su impotencia. La recurrencia a fuerzas sobrenaturales, antes a Eolo, uno de los
dioses celestiales, y ahora a Ínferi, del averno, del reino de Plutón. Alecto y la
desconfianza a la eficacia de lo celestial.
La Furia es equivalente a la Erinia griega: Alecto, Tisífone y Megara. EN
esta versión, castigan a criminales y malvados y corrigen el orden
social(*Euménides, amables, benévolas). Su modo de actuar es como la discordia
(discors). Alecto, la que no descansa, a la que no le promete nada como Eolo, sólo
le permite desenvolverse. Ataca a Amata, Juno y a Perros, para que persigan a
ciervo que Julo mata. Todo se da en tres acciones Infundir el deseo furioso de
guerra a los itálicos (Amata y Turno), en los países del Lacio, que quieren castigar
la injuria de Silvia. Los troyanos buscan la paz y prosperidad, furor y cólera de
otros. Guerra, mal que se debe afrontar, pero no provocar, para reponer el orden,
la justicia y la civilización.
Todo se dispone para la guerra.
La anti-ilíada comienza en este libro, como ruptura romana a las victorias
cantadas por Homero, o si se quiere la venganza de Troya. No como los griegos,
que llegan para invadir la ciudad, sino que resultan agredidos los que llegan como
augurios de paz y prosperidad. Al final, el libro VII encabalga con el comienzo del
VIII. Hay un continuum con la secuencia que produce la impresión de bloque y
acelera sucesos de modo diferente. La idea es mantener una visión sobre las
huestes itálicas.
Uatro libros últimos: guerra del Lacio y más cercanos al tono homérico de
Ilíada. Las resonancias homéricas surgen por la aresteia (muestra de excelencia
heroica) de Niso y Euríalo, y también cómo fue diseñada la situación general de
los enfrentamientos bélicos. El paralelo con Homero, en la Aresteia y en los
enfrentamientos bélicos.
Dea Frigia Cibeles, nacionalizada romana en la seguda guerra púnica,
interviene y salva las naves (con Venus, diosa femenina, potente, inquietante pero
leal, cívica y patriótica). EL Fatum, dado por la desaparición y tansformación de las
naves que rubrica el establecimiento definitivo en el Lacio, tuerra que se
engrandecerá con los extranjeros y con las tierras locales. Turno, del lado de
Juno, lo interpreta de otra manera, de forma errónea, como desamparo a los
troyanos.
La Aresteia está en un segundo momento. Se muestra el sentimiento
maternal personal, diferente al paternal, que es el principio de organización social,
religioso e institucional. (Creusa, ni en el Hades se la recuerda con cariño)
El episodio de Niso y Euríalo presenta valor y arrojo de jóvenes con
entrañable amistad, afecto y lealtad mutuas. Para algunos, fallan por complacerse
en jactancia homérica individualista, en lugar de actuar por la el bien mayor de la
comunidad.
Libro x – Palante, hijo de Evandro