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UNA BREVE EXPLICACIÓN DE LA FUNCIÓN PROFÉTICA DEL PASTOR

ESTUDIANTES:

ANDRÉS FELIPE MENA ÁLVAREZ

DOCENTES: ÁNGEL GÓMEZ

CURSO: TEOLOGÍA PASTORAL

SEMINARIO REFORMADO LATINOAMERICANO

MEDELLÍN, AGOSTO DEL 2020

Tabla de contenido
I. El oficio profético en el Antiguo Testamento..................................................................3

II. La función profética del pastor...........................................................................................5

El Encargo de estudiar la palabra........................................................................................5

La importancia de predicar la Palabra.................................................................................7

Introducción
La predicación de la Palabra es la responsabilidad primordial del pastor, se puede

observar que de está manera el pastor cumple una función profética, la cual no puede

ignorar, lastimosamente esta función se ha visto en decaimiento con el paso del tiempo, son

pocos los pastores que tienen este deber claro, reconociendo que en su función profética

tiene un llamado sagrado a predicar las Sagradas Escrituras y que lo deben de realizar con

convicción, claridad y pasión, pero en el día de hoy se nota todo lo contrario, pastores con

falta de convicción en lo que proclaman o incluso ajenos a lo que predican, descuidando el

proclamar la voluntad de Dios a la grey.

En está función como profetas también debe haber un estudio ferviente por la

palabra de Dios, por conocer su voluntad, por oír su voz, así como los profetas del Antiguo

Testamento, pero se puede observar una negligencia en esta labor, no se dice que en todos

los pastores del mundo, pero sí en su mayoría, hay un descuido enorme en esta labor y por

lo general algunos suelen caer en la holgazanería, peor aún, comienzan a ver la Biblia como

un libro más, siendo ajenos a las doctrinas que predican.

Este ensayo nace de la preocupación en cuanto a cómo este oficio profético que

tiene el pastor cada día se va perdiendo y la predicación de la Palabra de Dios no es

tomando con reverencia tanto por el expositor como por la iglesia, por este motivo, el

primer punto que se tocará será el oficio profético y luego la función profética del pastor.
I. El oficio profético en el Antiguo Testamento

Cuando se habla de profeta las personas muchas veces tienden a tener la idea de que

se trata de una persona que revela acontecimientos del futuro, pero el profeta en el

Antiguo Testamento era la persona que hablaba delante, en el sentido de proclamar la

voluntad de Dios, era el agente que hablaba en el nombre de Dios, la misión del profeta

era testificar, así como lo declara Andre Lamorte: “el profeta bíblico no es un mago. Él

no fuerza a Dios. Por el contrario, está bajo el control divino. Es Dios quien invita,

dirige e impele”.1

Cabe destacar que el profeta es alguien que está cerca de Dios, en comunión

constante con Él, sabiendo discernir la voluntad de Dios y dándosela a conocer al

pueblo, para que este no tenga excusa y pueda andar en rectitud, notablemente el

profeta es una persona con un llamamiento a oír y hablar lo que Dios está diciendo,

poniéndolo en practica en su propia vida, por lo cual se puede afirmar que la función

del profeta es ser un recordatorio para el pueblo de la voluntad de Dios. Tal como lo

expresa R. C. Sproul:

En el Antiguo Testamento, el profeta principalmente era un vocero, un agente de


revelación por medio del cual Dios, en vez de hablar directamente desde el cielo a la
congregación de Israel, ponía sus palabras en boca de los hombres. Al estar el
profeta frente a la gente, Dios estaba detrás, lugar y postura que indicaba que el
profeta estaba hablando de parte de Dios.2
El profeta es alguien fiel que está dispuesto hablar todo lo que Dios le ordena, así

que en Antiguo Testamento Dios daba su palabra por medio de estos hombres. De este

modo se puede ver una similitud con el oficio pastoral, ellos tienen una función profética la
1
Andre Lamorte, “Profeta, profecía”, en Diccionario de Teología, ed. E.F. Harrison (Grand Rapids, MI:
Libros desafío, 2002), 492.
2
R. C. Sproul, Todos somos teólogos (El Paso, TX: Mundo hispano, 2015), 161.
cual consiste en hablar todo lo que Dios demanda. En el Antiguo Testamento abundaban

los falsos profetas quienes desviaban al pueblo del Señor, por lo cual los profetas de Dios

se tuvieron que enfrentar a las falsas enseñanzas. Ahora, en modo de comparación en estos

tiempos abundan las falsas enseñanzas y falsos pastores, de hay que el pastor en su función

profética debe luchar contra esto defendiendo la verdadera doctrina.

Se puede inferir haciendo un estudio sobre la vida y mensajes de estos hombres de

Dios y se observa que sus mensajes no eran humanistas, era un mensaje que no tenia que

ver con ellos mismos, sino que eran fieles a la revelación de Dios, no permitían que sus

emociones o pensamientos personales intervinieran a la hora de proclamar la Palabra de

Dios. Esto es algo que todo pastor debería tener en cuanto, ya que su labor en vigilar que

otros predicadores solo proclamen la Palabra de Dios. Nunca se puede separar esta labor

con la vida de piedad de los profetas del Antiguo Testamento, hombres con un celo por la

santidad de Dios.

Del mismo modo, el pastor debe mostrar un celo por la santidad de Dios, ser un

hombre piadoso, aunque él es un pastor delante de los ojos de la iglesia, antes los ojos de

Dios él es una oveja, un hijo de Dios, un pecador que fue rescatado de las garras del

infierno, y esto es algo que el pastor nunca debe olvidar. Ahora es importante ver la función

profética del pastor y el encargo de estudiar y predicar la Palabra de Dios.


II. La función profética del pastor

Para empezar, hay que aclarar que cuando se habla de la función profética del

pastor, no se está hablando de hacer profecías, como si el pastor fuera una especia de

vidente, sino que él da el mensaje de Dios, su objetivo principal es la exposición de la

Palabra de Dios, tal como lo dice Miguel Núñez: “el predicador debe estar consciente de

que la mayor necesidad de las ovejas es alimentarse de la Palabra de Dios”. 3 y esta debe ser

la mayor preocupación del pastor, ya que si las ovejas no son alimentadas debidamente, la

iglesia será débil y carente de pasión por Dios y fácilmente confundida por cualquier

engaño. Por esta razón es importante que el pastor en su función profética conozca las

Escrituras y sea diligente en su estudio. Y de está importancia se hablará a continuación.

El Encargo de estudiar la palabra

Es de vital importancia que el pastor conozca bien las Escrituras, de esta manera se

lo expresa Pablo a Timoteo en 2ª Tim. 2:15. La exposición de la Palabra de Dios es algo

demasiado serio, el pastor es responsable de dar cuenta al Gran pastor de las ovejas y no

hay excusas para que él dé una mala enseñanza, ya que Dios ha dado 66 libros infalibles y

sin errores, es deber del pastor estudiar y enseñar con esmero, permitiendo que la verdad de

la Biblia llegue a ser la estructura misma de su propio ser, siendo consciente del poder de la

Palabra de Dios, asimismo lo expresa Haddon W: “hay un poder que emana de la palabra

predicada”.4

El pastor debe ser movido e impactado por el estudio de la Biblia, en su función

profética él debe permitir que la Palabra de Dios lo corrija y exhorte, que lo humille y lo

3
Miguel Núñez, De pastores y predicadores (Nashville, TN: B&H Publishing Group, 2019), 137.
4
Haddon W. Robinson, La predicación bíblica (Grand Rapids, MI: Unilit, 2000), 15.
lleve a reconocer su dependencia de Dios, pero si es negligente en su estudio de las

Escrituras esto nunca pasará, porque él debe ser la primera persona en conocer la voluntad

de Dios, para poder transmitirla al pueblo. La finalidad de un buen estudio de la Palabra de

Dios es poder obedecer en todo lo que el Señor demanda. Porque un estudio de las

Escrituras sin practica es como una persona que está en medio de un gran lago con su bote

intentando llegar a la orilla sin utilizar los remos.

El pastor en su función como profeta no puede considerar la Biblia aburrida, para él

ella debe ser su alimento diario, su mayor placer es escuchar la voz de Dios por medio de

las Escrituras. El estudio de la Palabra de Dios requiere de esfuerzo, es un trabajo serio y

muchas veces aquello que requiere que las personas se esfuercen, puede llevarlas a

frustrarse o sentirse agotadas y fácilmente aburrirse, de igual manera lo expresa R. C.

Sproul:

la gente falla en su deber de estudiar la Palabra de Dios, no tanto porque sea simple
y aburrida sino porque es trabajo. El problema no es falta de inteligencia o de
pasión; el problema es que se tiende a ser perezoso”.5
Y esto es algo con lo que el pastor debe luchar constantemente y solo él, sino todo

creyente, recordando que Dios ordena de manera soberana que su Palabra sea enseñada

diligentemente. Si el pastor quiere encontrar perlas preciosas en las Escrituras, no las

encontrara haciendo un estudio superficial de ella. El pastor en su función profética en

como un minero que excava hasta lo mas profundo, para poder hallar las piedras mas

hermosas que no se pueden ver a simple vista. Pablo es demasiado enfático cuando le dice a

Timoteo “procura con diligencia (2ª Tim 2:15), es como si Pablo estuviera diciendo haz

5
R. C. Sproul, Cómo estudiar e interpretar la Biblia (Miami, FL: Unilit, 1997), 14.
todo tu esfuerzo, ejercítate, pon tu mayor solicitud y esto no se limita solo en presentarse

ante Dios como un obrero que no tiene de que avergonzarse, sino una persona que tiene

claro la importancia del estudio de la Palabra.

La Biblia debe ser ese acompañante viviente el cual lleva al creyente a glorificar a

Cristo y a veces esto es uno de los mayores problemas que puede enfrentar un pastor

empezar a ver la Biblia como otro libro más, por eso la importancia de un autoexamen,

permitiéndole al pastor reconocer sus fallas, todo creyente y pastor debe de reconocer que

no son inmunes a este tipo de cosas. Ahora es importante analizar la predicación en la

función profética del pastor.

La importancia de predicar la Palabra

El pastor en su función profética tiene una gran responsabilidad, ya que es el

encargado de darle a conocer a las ovejas la voluntad de Dios, predicadores centrados en la

voluntad de Dios llevaran a las ovejas a tener una mente centrada en el evangelio y no es

cosas triviales, que no son trascendentes. Hay que resaltar que los profetas del Antiguo

Testamento eran predicadores, basta con solo ver el ministerio de aquellos hombres, sus

predicaciones no consistían en fundamentos humanos, sino que era la voluntad que Dios les

revelaba, algunos pensarán que la predicación solo consiste en una buena oratoria y

retórica, pero la exposición de la Palabra es donde el pastor se limita a decir lo que Dios

manda.

El mensaje de Moisés en todo el libro de Deuteronomio es un claro ejemplo que el

pastor en su función como profeta debe de enseñar a las ovejas, en este libro se puede

considerar como una predicación pausada y sistemática, es un largo consejo instructivo,


donde él hace una recapitulación de todo lo que había vivido el pueblo de Israel, hay

consejos, mandatos y advertencias al no cumplir la ley de Dios y esta es una de las mayores

responsabilidades que tiene el pastor, guiar al pueblo a una obediencia hacia Dios. y

Spurgeon en su tiempo resalto esta tarea diciendo lo siguiente:

Las doctrinas enseñadas deben ser sólidas, importantes y abundantes. El pastor no


se sube al pulpito solo con el objetivo de hablar, sino que tiene que comunicar
instrucciones de la mayor importancia y por lo mismo no puede emplear tiempo
diciendo cosas fútiles por más bonitas que sean.6
La exposición de la Palabra debe tomar una posición prioritaria dentro de la iglesia,

asimismo lo reconocieron los apóstoles, cuando se presentó el problema de las viudas en

Hechos 6, declarando que no era justo que ellos desatendieran la Palabra de Dios por

atender a las meses. La predicación es la obra más excelsa del Pastor. También se puede

observar cuando Pablo le dice a Timoteo que le encarga delante de Dios y del Señor

Jesucristo que predique la Palabra (2ª Tim 4:1-2), aquí Pablo está haciendo una afirmación

solemne y enfática, por este motivo la predicación no puede ser sin convicción.

Pablo en 2ª Timoteo 4:1-2, no sólo le da la encomienda de predicar, sino que

también le expresa la naturaleza de ese encargo, primero le dice que inste a tiempo y fuera

de tiempo, y esto significa una persona preparada y despierta, que no pierde el sentido de

esta urgencia, como lo declara Jhon Stott: “toda predicación verdadera debe transmitir un

sentido de importancia y urgencia”.7 Y esto mismo se puede observar en la predicación de

los profetas del Antiguo Testamento, la urgencia por declarar la voluntad de Dios al pueblo

que muchas veces andaba descarriado.

6
Charles Spurgeon, Discurso a mis estudiantes (El paso, TX: Casa bautista de publicaciones, 2008), 121.
7
Jhon Stott, Segunda epístola a Timoteo, trad. De S. Hussey (Bogota: Desarrollo cristiano integral, 2010),
137.
El pastor en su función profética debe reconocer que es un heraldo de Dios, el cual

es responsable de un asunto de vida o muerte, ya que uno de sus deberes es anunciar el

peligro que corre el pecador bajo el juicio de Dios, el pastor en su función profética anuncia

la obra redentora de Cristo y hace un llamado al arrepentimiento y la fe. La predicación

debe mostrarle a la iglesia que este es un asunto urgente. Esto es una demanda bíblica

contra toda desidia del pastor o predicador.

Pero a pesar de eso muchas veces algunos pastores se suben a predicar sin

convicción de lo que dicen, creyendo en las doctrinas bíblicas de una manera superficial, no

teniendo ninguna comunión con las verdades que enseñan siendo tan ajenas a ellas, de este

modo lo expresa A. N. Martin: “¿Cómo pueden los ministros atreverse a llamar a otros a ser

obedientes a la palabra de Dios, sin ellos no son obedientes en este asunto?”. 8 El pastor en

su función profética debe velar por la vida de las ovejas, pero muchas veces esto no permite

que él vele por la de él mismo, la predicación primeramente debe impactar su vida, para

poder tener convicción de lo que dice.

8
A. N. Martin, ¿Qué está pasando con la predicación de hoy?, trad. De Wayne Aderse y David Alonzo
(Graham, NC: Faro de gracias, 2002), 16.
Conclusión

El oficio profético en el Antiguo Testamento consistía en mostrarle al pueblo la

voluntad de Dios, los profetas eran los voceros de Dios, hombres que tenían una relación

intima con el Señor, que, sin importar los pensamientos humanistas, la mayor preocupación

que estos hombres tenían era proclamar la Palabra de Dios. Y ahora, para este tiempo el

pastor también cumple una función profética, la cual consiste en anunciar la voluntad de

Dios a la iglesia en la cual el Señor Soberano lo ha puesto, siendo este su mayor deber, pero

esto debe ir acompañado con una vida de piedad y una relación intima con Dios, donde él

reconoce que, siendo un pastor, también es una oveja.

Este oficio profético debe estar acompañado por un estudio profundo de la Palabra

de Dios, ella debe ser la guía de pastor, su manual de vida. Siempre anhelado oír la voz de

Dios, siendo esta una de sus mayores necesidades para poder conocer lo que Dios quiere

decirle a su pueblo y a él también. En su oficio profético el deber del pastor es predicar y

esto no se trata de una buena oratoria, si no que él va a declarar únicamente una palabra

centrada en Dios y en su voluntad, exhortando a la iglesia y animándola andar como es

digno.
Biografía

A. N. Martin. ¿Qué está pasando con la predicación de hoy?. Trad. De Wayne Aderse y

David Alonzo. Graham, NC: Faro de gracias, 2002.

Lamorte, Andre. “Profeta, profecía”. En Diccionario de Teología, ed. E.F. Harrison, 492-

494. Grand Rapids, MI: Libros desafío, 2002.

Núñez, Miguel. De pastores y predicadores. Nashville, TN: B&H Publishing Group, 2019.

Robinson, Haddon W. La predicación bíblica. Grand Rapids, MI: Unilit, 2000.

Sproul, R. C. Cómo estudiar e interpretar la Biblia. Miami, FL: Unilit, 1997.

Sproul, R. C. Todos somos teólogos. El Paso, TX: Mundo hispano, 2015.

Spurgeon, Charles. Discurso a mis estudiantes. El paso, TX: Casa bautista de

publicaciones, 2008.

Stott, Jhon. Segunda epístola a Timoteo. Trad. De S. Hussey. Bogotá: Desarrollo cristiano

integral, 2010.

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