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Instituto Universitario Nacional del Arte

Área Transdepartamental de Crítica de Artes


Maestría en Producción de Textos Críticos y de Difusión Mediática de las Artes
Curso Propedéutico

La propuesta semiótica: el modelo ternario.


Creemos que para este curso –atendiendo a nuestra experiencia en el dictado de Semiótica de las Artes
en el posgrado– resultaría facilitador introducir algunas nociones sobre la semiótica y el modelo
propuesto para comprender el funcionamiento de diferentes fenómenos discursivos. En este primer
acercamiento definiremos la perspectiva desde la cual observaremos los fenómenos (cualesquiera
sean), es decir que plantearemos los instrumentos conceptuales para abordar distintas clases de objetos
de la cultura. Se trata, entonces de explicar la manera en que construiremos los objetos de análisis
en tanto que “semióticos”: de este modo definiremos qué estudiamos (los fenómenos, los objetos) y
desde qué lugar.

Debemos ser cautelosos y claros en la distinción entre el fenómeno y la perspectiva desde la que
miraremos dicho fenómeno. Definimos en primer lugar la perspectiva, aceptando los rasgos
metafóricos del uso del término en la construcción espacial: se trata de la vista del objeto que
seleccionamos, el ángulo de visión con el que miramos, el encuadre, el lugar desde dónde es mirado, la
distancia óptima en la que nos ubicamos para la observación, etcétera. En ese sentido, aproximarse al
objeto significa que comenzamos a construir una mirada, nuestra mirada, y es ésta es la que construye
nuestros objetos. Y desde este lugar comentaremos parte de la bibliografía.

Digamos, de manera provisoria, que de lo que estamos empezando a hablar es de los hechos de
significación, de la pregunta por la legibilidad de aquello que denominamos mundo, lo que nos
rodea, aquello en lo que estamos inmersos. La legibilidad del mundo es lo que nos lo hace
comprensible y lo que hace que podamos vivir en él y comunicarnos.

En primer lugar localizaremos uno de los trabajos de Eliseo Verón (de este semiólogo se seleccionaron
tres artículos en la primera unidad, tanto en la bibliografía obligatoria como la de referencia): nos
referimos al artículo sobre la Teoría de los discursos sociales. Este trabajo conforma la segunda parte
del libro La semiosis social, que, a su vez, forma parte de un grupo de artículos escritos entre 1976 y
1980 en los que lo que preocupa al autor es el modelo de aproximación a los fenómenos desde el
pensamiento ternario; es decir que se ocupa, genéricamente hablando, de las terceridades. Este

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pensamiento ternario es el involucrado, y por lo tanto, el que está en la base del modelo de signo que se
adopta Verón para enunciar su teoría.

Debemos, aunque sea de manera simple, y por lo tanto, incompleta recordar dos modelos de signo: los
signos de Saussure y Peirce.

Ferdinand de Saussure

Saussure dictó su Curso de Lingüística General en los primeros años del siglo XX. Muere en 1913 y
algunos de sus discípulos “reconstruyen el curso” y es esa reconstrucción la que llega hasta nosotros.
Ha habido discusiones, relecturas y críticas a esa reconstrucción pero eso no es lo que compete a este
seminario. Para que vayamos introduciéndonos en el pensamiento semiótico digamos que también las
lecturas erróneas o incompletas nos modelan.

La preocupación de Saussure era sentar las bases de una ciencia que estudiara “la vida de los signos en
el seno de la vida social”, objetivo básico de la ciencia que funda –la lingüística– para poder describir
el funcionamiento de las lenguas naturales.

Entre otros conceptos distinguía los de lengua y habla (la primera de carácter social e institucional, ya
que se trata de las normas, las reglas que habilitan la puesta en acto del lenguaje; la segunda, en
cambio, de carácter individual, en movimiento, en permanente cambio, ya que implica la actualización
de la lengua en cada puesta en acto).

Para Saussure estudiar la lengua significaba, al menos, los siguientes sentidos:

- el primer objetivo de la lingüística consistía en encontrar aquellos conjuntos de rasgos que


estuvieran presentes en todas las lenguas, es decir encontrar, las leyes generales que
institucionalizarían el funcionamiento de la lengua

- se trataba de estudiar la lengua en la combinatoria de lo que es historia y lo que tiene de actual: se


asume, de esta manera que el fenómeno de la lengua siempre es la determinación del pasado y su
manifestación actual

- y, por lo tanto, como proyecto de la lingüística, se debería llegar a la articulación de lo social y lo


individual

El signo saussuriano fue descripto como las “dos caras de la misma moneda”: una de ellas, el
significante; la otra cara, el significado. El significante es la imagen acústica (no sonido), aquello que
es percibido, en presencia. El significado, en cambio es el concepto al que refiere la imagen acústica,

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en ausencia. Es por lo tanto el resultado de una combinatoria de elementos psíquicos, fisiológicos y
físicos:

“El signo lingüístico no une un nombre a una cosa sino un concepto a una imagen acústica…
[esta es] la huella psíquica de ese sonido, la representación que de él nos da el testimonio de
nuestros sentidos” (de Saussure, 1915[1980:102]).

Es sensorial y material. Saussure insiste en que podemos no emitir sonidos y hablarnos


mentalmente ni recitarnos una poesía, sin sensorialidad. El signo lingüístico es, por tanto, una
entidad psíquica con dos componentes: concepto e imagen acústica.
La lingüística saussuriana establece dos principios:

1- La arbitrariedad del signo


La relación que une significante y significado es arbitraria: no hay ninguna relación de necesariedad
entre concepto “Árbol” y la imagen acústica árbol. Es una relación inmotivada: quiere decir que no hay
ninguna posibilidad para un individuo de cambiar nada.

2- Carácter lineal del significado


La linealidad de la temporalidad de la secuencia en el lenguaje significa que:
a) cada acto del lenguaje representa una extensión y
b) esa extensión se mide en una sola dimensión (sintagma, sucesión, tiempo). Esto ya deja de
manifiesto una diferencia con algunos fenómenos visuales, en los que no es posible pensar en una
estructura lineal y, por lo tanto, secuencial, sino que dichos fenómenos se estructuran en la percepción
en simultaneidad. Por ejemplo, un cuadro.

Se trata de un funcionamiento que combina la mutabilidad (dinámica veloz en los cambios) y la


inmutabilidad (el lenguaje se hereda, no se cuestiona su funcionamiento y sus normas, se ignoran sus
leyes aunque se la use) del signo; el proceso es un juego permanente de continuidad y alteración.

Charles S. Peirce
A diferencia de Saussure, Peirce era un lógico, no un lingüista, y decía que “la lógica [era] otro nombre
para la semiótica”. La preocupación de Peirce no era describir el funcionamiento de las lenguas
naturales sino que su proyecto era comprender cómo era que el mundo, en el sentido de su
construcción como significativo, es decir que la pregunta inicial tendía a describir el proceso por
el cual el mundo se torna comprensible, se hace legible socialmente.

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Dentro del sistema de los signos diseña un modelo –lógicamente explicativo– conformado por tres
componentes, a los que llama sujetos o soportes (el término sujetos no hace referencia a individuos
sino a sustratos del funcionamiento)1:

Representamen (también llamado signo) es algo que está en lugar de otra cosa para alguien desde
algún aspecto.
Esa otra cosa es el objeto, es lo construido por el representamen, siempre en el afuera, en ausencia.
Interpretante: se trata de un nuevo signo, un signo equivalente, un signo más desarrollado; es el
componente del signo que habilita la relación entre el representamen y el objeto. Es una
explicación, una emanación del objeto, su argumento; junto con el signo forma uno ampliado (en el
ícono es la species, en un índice es una parte del objeto, en un símbolo es la razón por la cual se
admite la representación)
Ground (perspectiva, campo semántico, tema): es ese “algún aspecto” en referencia a una clase de
“idea” en sentido vulgar. Toda cadena sígnica vuelve a un ground desde el que parte una nueva
cadena.
No es una relación compleja de relaciones binarias. Es una relación triádica “genuina”, en el que cada
posición está determinada por la relación entre los otros dos términos. Peirce pensó esta unidad como
una cadena que puede desarrollarse infinitamente desde cualquiera de sus componentes (semiosis
infinita).

Interpretante

Representamen Objeto
Objeto perceptible Lo representado, el afuera.
Puede haber más de un objeto para
un signo
1
En un trabajo anterior decíamos «Las categorías fenomelógicas son : “La priméité: l’être de la possibilité qualitative
positive ; la qualité sensible des choses. Le sentiment inanalysé, l’instinct, la sensation syncrétique et naïve, le bien-être
sans raison et sans conséquence, le ton de la voix. Savan (1980 :14) ajoute comme exemple : les ‘pulsions de l’inconscient’.
La secondéite : l’être de fait actuel ; l’existence individuelle. Les phénomènes rèels hic et nunc, le commandement, l’effect
par rapport à una cause, une phrase dite au moment où elle est effectivement dite. Pierce suggère : le brutal. La tercéité :
l’être de la loi qui gouvernera les faits dans le futur : le code, la médiation. L’aspect abstrait des phénomènes classes, lois,
formes, modèles ; suivant la terminologie américaine, on dira : le type dont les phénomènes sont des occurences, des token”
(Fisette 1990:7). “La primeridad: el ser de la posibilidad cualitativa de las cosas; la cualidad sensible de las cosas. El
sentimiento no analizado, el instinto, la sensación sincrética e ingenua; el bienestar sin razón y sin consecuencia, el tono de
la voz. Savan (1980:14) agrega como ejemplo: ‘la pulsión del inconsciente’. La secundidad: el ser del hecho factual; la
existencia individual. Los fenómenos reales hic et nunc, la orden dada, el efecto en relación con una causa, una frase dicha
en el momento en el que ella es efectivamente dicha. Peirce sugiere: lo brutal. La terceridad: el ser de la ley que gobernará
los hechos en el futuro: el código, la mediación. El aspecto abstracto de los fenómenos, clases, leyes, formas, modelos;
siguiendo la terminología americana, se dirá: el tipo de los cuales los fenómenos son sus ocurrencias, los síntomas” (Fisette
1990 :7). (La traducción es nuestra)». (Soto: 2008)
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Agregamos otros conceptos para completar esta revisión del signo peirciano:
Objeto inmediato: lo representado, la identidad directa con el objeto, lo común entre las diferentes
instancias de la semiosis.
Objeto dinámico: es la noción implicada en la identidad, chequeo con otros objetos (impresión en
mí a partir de una percepción; identidad de lo representado con lo efectivamente concreto)
Interpretante inmediato: esquema de representación, lo común en diferentes representaciones
Interpretante dinámico: efecto concreto sobre una de las instancias.

La teoría de los discursos sociales

Habiendo revisado de manera acotada el modelo de signo, volvamos al trabajo de Eliseo Verón.
Empecemos por las preguntas finales del texto de Verón (no confundir objetivo con camino): ¿es
posible estudiar los fenómenos sociales desde su producción de sentido?, ¿qué es ser un semiólogo?,
¿es posible ser un semiólogo? Y si es posible, ¿cómo seremos semiólogos? Ser semiólogo es la
definición de una práctica.

¿Es posible ser un semiólogo? Primera corrección a la pregunta: no se es semiólogo, se está en posición
de semiólogo... Estar en la posición de semiólogo es ubicarse frente a los fenómenos sociales como un
analista de los fenómenos de significación; es la posición desde la cual se le pregunta al fenómeno por
el proceso que hizo que se tornara inteligible, comprensible, legible.

El analista debe, por lo tanto, construir la escena de análisis: esto significa que debe ubicarse “como si
estuviera fuera del proceso de significación” sabiendo que está inmerso en él. El trabajo del analista
consiste, en primera instancia, en tomar una muestra de la semiosis (proceso de significación), un
recorte de materia significante para ser analizada, recorte al que se denomina discurso.

Al analista no le es dado el proceso de significación, por lo tanto debe reconstruirlo.

Red ………. Proceso ………. Circulación (No percibidos)


Fragmento ………. Producto ………. Diferencia Percibidos

Quiere decir que, a partir de los productos, de las materias significantes, de aquello que ha
extraído de la red perceptible y material (de la semiosis) el analista reconstruye el proceso de
significación.

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Algunos conceptos usados por Verón:

Sistema productivo: conjunto de instituciones y de sistemas de acciones y normas que se


encuentra en el interior de lo social...

Texto:
“...objetos empíricos...”,... conjuntos compuestos en su mayor parte de pluralidad de materias
significantes...” (Verón, 1987 [1996:17])

Discurso:
“Reservaremos la familia de términos discurso, discursividad, discursivo, para señalar un cierto
modo de aproximación a los textos. En efecto, un texto puede ser o puede no ser tratado desde un
punto de vista discursivo: se puede, por ejemplo, dividirlo en ‘enunciados canónicos’
(‘normalizarlo’) destruyendo de esa manera sus propiedades discursivas. La noción de discurso
corresponde por lo tanto a un cierto enfoque teórico en relación con un conjunto significante dado.
Como ya lo veremos, esta noción de discurso es inseparable de un conjunto de hipótesis relativas a
elementos extra textuales” (Verón, 1987 [1996:17]).

De este modo, es describirlo como un conjunto de operaciones discursivas, es decir, productoras


de sentido. Atraviesa, entonces lo semántico, lo sintáctico y lo pragmático. Continúa Verón:

“Un mismo texto puede ser sometido a diversas lecturas. Cada tipo de lectura alude a una
conceptualización específica de las condiciones de producción. Para tomar el ejemplo más simple:
un texto literario cualquiera puede ser objeto de una lectura ideológica. Me parece evidente que una
lectura tal no agota la discursividad presente en ese texto: la ‘literariedad’ no puede ser reducida a
lo ideológico, aunque por cierto la lectura ideológica de una obra literaria resulte, desde mi punto
de vista, no sólo posible y legítima, sino necesaria para un análisis completo de la obra como
fenómeno literario… En cada caso, la teoría por medio de la cual conceptualizamos las condiciones
de producción es diferente: teoría de lo ideológico, teoría de la literatura, psicoanálisis.” (Verón,
1987 [1996:18]).

Por otra parte, Verón utiliza el término red para referirse al proceso infinito de significación: es una
figura, una metáfora que “si se le pudiera atribuir una representación topológica, no es otra cosa que el
sistema de distancias variables, de desfasajes en transformación, entre condiciones de producción y
condiciones de reconocimiento”.

“La semiosis supone una relación entre tres sujetos. Este concepto de ‘sujeto’ se aplica
indiferentemente a los tres términos: hay pues que interpretar este término inglés de subject
como soporte, y no como “sujeto” en el sentido psicológico de la palabra. El signo, el objeto,
el intérprete, no son otra cosa que los soportes del proceso semiótico” (Verón, 1987
[1996:104]).

Reelaborando el signo triádico de Peirce, el esquema de la semiosis según Verón queda definido de la
siguiente manera:
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Esquematización del funcionamiento de la semiosis social
“El sentido como producción discursiva” (1976-1980)*

P (Di) (Di) R(Di)

(Oi)

*Verón, E., La semiosis social, Barcelona, Gedisa, 1996,

En la nueva esquematización del funcionamiento de la significación el signo deviene discurso, el


objeto deviene en el conjunto de representaciones y el interpretante en el conjunto de operaciones
que asignan sentido a una nueva discursividad.

El trabajo del analista consiste en que después de aislado aquello que va a ser sometido a un
análisis semiótico, se encuentren las propiedades (marcas) en el discurso analizado y que esas
propiedades sean el camino de articulación con los discursos que intervinieron en la generación
del discurso analizado (condiciones de producción) y con las lecturas que determinó (discursos en
reconocimiento que a su vez están restringidos por las condiciones de reconocimiento). La
conexión transforma las marcas en huellas.

“El punto de partida de la descripción es siempre la identificación de una marca interpretada como
operador. O, para decirlo de otro modo: la primera condición de la descripción de una operación es
identificar un operador en la superficie. [...] El operando puede estar ausente del texto que se analiza:
puede identificarse como marca en otro texto, o bien corresponder sencillamente al orden del
imaginario social” (Verón 2004: 51)

Producción - Reconocimiento

A continuación traemos una serie de citas de distintos trabajos de Verón para la definición de
producción y reconocimiento:

En “Para una lectura en producción del tours de Lingüistique Générale”:


“Una lectura en producción del texto del Cours es, pues, el complemento necesario del conjunto de
lecturas, en reconocimiento, de los textos que forman parte de las condiciones de producción del
tours. (...) si se considera el Cours en producción, los elementos decisivos de la argumentación que
en él se desarrolla resultan de las relaciones sistemáticas entre el Cours y sus condiciones

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ideológicas de producción. En otras palabras, en este nivel de análisis, se asiste en este texto a la
culminación del pensamiento positivista. Por el contrario, las lecturas ulteriores de este texto (su
reconocimiento) ya no fueron positivistas” (Verón, 1987 [1996:60-72]).
En “Los avatares de reconocimiento”:
Define el concepto de metadiscursos de reconocimiento: son aquellos que no producen
conocimientos específicos en el interior de una fundación, sino que más bien reflexionan sobre la
fundación en sí misma. (Verón, 1987 [1996:73-79]).

En “Nota de lectura”:
“...sólo hay metalenguaje a posteriori”: la coherencia del proceso (cualquiera que fuere) resulta de
una operación de reconocimiento (...) (Verón, 1987 [1996:80]).

En “El sentido como producción discursiva”:


“El análisis de los discursos no es otra cosa que la descripción de las huellas de las condiciones
productivas en los discursos, ya sean las de su generación o las que dan cuenta de sus ‘efectos’(...) Una
gramática de producción define un campo de efectos de sentido posibles: pero la cuestión de saber cuál
es, concretamente, la gramática de reconocimiento aplicada a un texto en un momento dado, sigue
siendo insoluble a la sola luz de las reglas de producción: solo puede resolverse en relación con la
historia de los textos.” (Verón, 1987 [1996:127-130]).

Referencias bibliográficas
de Saussure, Ferdinand (1980) Curso de lingüística general, Akal editor, Madrid. Edición original:
(1915) Cours de linguistique générale.
Verón, Eliseo (1996a) La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad, Gedisa,
Barcelona. Edición original: 1987.
Verón, Eliseo (2004) Fragmentos de un tejido, Gedisa, Barcelona.

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