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SEMINARIO DE EXPOSITORES COLOMBIA

UNA TEOLOGÍA DEL CAMBIO

Sebastian Guevara Gutiérrez

Consejería II

Enero 17 de 2021
CONTENIDO

UNA TEOLOGÍA DEL CAMBIO...................................................................................3

Querer el cambio es saber lo que somos....................................................................4

El conocimiento del cambio como el cambio mismo es una elección divina..........5

¿En qué se basa, pues, la teología del cambio?.........................................................6

¿Cómo promover la teología del cambio?.................................................................6

Apártese de cosmovisiones antropocéntricas............................................................6

Preocúpese por buscar el reino de Dios y su justicia................................................7

BIBLIOGRAFÍA...............................................................................................................8
UNA TEOLOGÍA DEL CAMBIO

Es cierto que pudiésemos utilizar este título como algo negativo, como algo que

busca llamar la atención de los desprevenidos incitándolos a seguir un evangelio

diferente; sin embargo, quiero utilizar el título como algo positivo, como una manera de

ver la teología bíblica de una manera práctica. Como se ha desarrollado durante las

clases de consejería el concepto de Cambio.

¿Por qué un cambio?

Lo primero que tenemos que identificar es a qué cambio nos estamos refiriendo.

La definición más clara para esto puede ser: Convertir o mudar algo en otra cosa,

frecuentemente su contraria. Cambiar la pena en gozo, el odio en amor, la risa en

llanto.1 Si lo aplicamos a la vida cristiana tiene todo el sentido, citando a Spurgeon

podemos encontrar aquel contraste de la vida confusa y desordenada sin Dios, a una que

ha sido completamente transformada y enfocada en la esperanza:

“Aparte de su amor inmenso, me siento indigno, corrompido, un conjunto de

miseria y pecado. No obstante, sé por certeza plena que por fe soy justificado mediante

los méritos de Cristo, y tratado como si fuera perfectamente justo, hecho heredero de

Dios y coheredero de Cristo, todo a pesar de corresponderme, por naturaleza, el lugar

del primero de los pecadores.”2

Este cambio parece abrumador, es algo maravilloso, pero a su vez insoportable

¿Por qué querer este cambio? Principalmente es lo que quiero mostrar en este trabajo.

1
[ CITATION Rea20 \l 3082 ]
2
[CITATION Cha881 \p 12-13 \l 3082 ]
Querer el cambio es saber lo que somos

Hace unos meses, tuve la oportunidad de inscribirme a una escuela de

conducción para poder expedir mi licencia. En Colombia existen diferentes licencias de

conducción, dependiendo de qué vehículo se quiera manejar; en mi caso, decidí expedir

mi licencia para servicio particular en moto y auto. Mientras desarrollé el curso me

sentía completo y ya deseaba empezar a manejar. Llegó tan ansiado momento y, al

conversar con el instructor me preguntó qué licencia había sacado, cuando le comenté

acerca de la licencia para vehículo particular (en Colombia, la licencia para vehículo

particular es B1) el instructor me preguntó por qué no expedí la licencia para servicio

público (la C1) ya que esa me da automáticamente la B1 y, de esta forma tendría 3

licencias y el costo hubiese aumentado sólo un poco (unos 60 dólares más). Cuando

me enteré de esto me sentí engañado y quería cambiar, aunque ya era demasiado tarde.

Cuando conocemos lo que somos hay dos opciones, mantenernos como estamos

o cambiar. También es cierto que podemos conocer quiénes somos por medio de nuestra

propia conciencia (Ro. 2. 14-15), aunque esta haya sido dada por Dios, otro medio es

gracias a la Palabra de Dios y ésta es la más efectiva ya que es la perspectiva de Dios,

no es la perspectiva humana la que muestra nuestra condición, es la de Dios (Mire Jer.

17.9-10). Las personas no desean el cambio porque se encuentran engañadas acerca de

su condición. Esto no es nuevo, La Escritura nos muestra que la dureza del corazón del

hombre ha creado ese estándar de autoengaño (mire Ro. 1. 21-23). Podemos, entonces

definir que un desconocimiento de acerca de quiénes somos es lo que no nos hace

querer el cambio.
El conocimiento del cambio como el cambio mismo es una elección divina

Este es el concepto más complejo de todos ¿Cómo puedo cambiar si es Dios

quien cambia el corazón? Como veíamos en Jeremías, no hay remedio para el corazón;

sin embargo, la solución de ese corazón irreparable se encuentra justo en el verso

siguiente, sólo Dios es quien conoce verdaderamente el corazón. Como Dios conoce

nuestro corazón, en su inmensa misericordia nos llama al cambio. Uno de los pasajes

donde encontramos el deseo divino de Dios acerca del cambio del corazón del hombre

se encuentra en el primer mensaje de Isaías acerca de la rebelión del pueblo de Israel

(Mire Is. 1. 18-20) En su contexto, el llamado de Dios muestra una garantía

incomparable acerca del cambio, la grana era un tinte de molusco que no se podía

remover con nada. Una mancha de este tinte hacía perder por completo la ropa. En

nuestra época, esta mancha sería equivalente a la mancha que el cloro genera en la ropa

de color, ese daño es irreparable; la promesa de Dios es que él volverá a dar el color

correcto. Si esa mancha era notoria y oscura, Él retornará el color y lo hará

completamente nuevo. La otra imagen muestra el color de la sangre, un color que es

escandaloso, como al cortarnos, una cantidad considerable de sangre sale y, ya sea

nosotros o quienes vieron el accidente, empieza a crearse un escándalo, Dios promete

limpiarlo por completo y, no solo eso, sino traer un color inmaculado, libre de color

escandaloso. Aunque este pasaje muestra un llamado tierno y maravilloso, la elección

del pueblo de Israel fue contraría (mire Is. 1.21-23). Volviendo a revisar los textos,

encontramos que la acción de Dios en el cambio de una persona es activa (Note Is. 2.

25-28) Dios mismo es quien transforma y restaura.


¿En qué se basa, pues, la teología del cambio?

Inicialmente, La Teología del cambio está enfocada en el estudio de Dios, sus

atributos, su carácter. Cuando comprendemos quién es Dios, podemos saber, también

que somos completamente diferentes de Él (mire Is 55. 9). Luego de adquirir, así sea un

poco de este conocimiento, es necesario conocer nuestro estado frente a Dios, el mismo

profeta Isaías tiene una experiencia que transformó su concepto de Dios y de sí mismo

(mire Is. 6.5), de la misma manera en la que Pedro miró el carácter de Cristo y temió:

Su angustioso ruego fue diferente: él le pidió a Jesús que se apartara, que le

diera un espacio, que lo dejara sólo. ¿Por qué? No hay que especular o leer entre

líneas porque allí lo dice claramente: “soy hombre pecador.” La gente pecadora no se

siente cómoda en la presencia de la santidad. (…) La miseria del pecado no quiere la

compañía de la pureza3

¿Cómo promover la teología del cambio?

Como creyentes, debemos promover la teología del cambio, ya que esta, en

resumidas cuentas, es el mensaje del evangelio. Promover la teología del cambio es

predicar el evangelio.

Apártese de cosmovisiones antropocéntricas

Sin embargo, cuando entendemos que la teología del cambio es un nombre más

sofisticado para la predicación del evangelio.4 Recordando el mensaje de Pablo dado a

la iglesia de Galacia, salirse del camino es algo muy sencillo y, desafortunadamente,

recurrente (Gá. 1.6) Pablo les aclara que no puede existir otro evangelio, sino que ese

3
[CITATION RCS98 \p 58 \l 3082 ]
4
Quisiera aclarar que, a pesar de utilizar la palabra “evangelio” no me estoy refiriendo a la predicación
del mensaje a los perdidos sino también la necesidad que, como creyentes, tenemos de recordar las
buenas nuevas de salvación. Una vida centrada en el evangelio no se basa exclusivamente en la
conversión, sino también en la santificación progresiva que tiene el creyente durante su peregrinaje.
tipo de conceptos agregados a la sencillez del evangelio5 crean un mensaje adulterado.

En la actualidad es muy común ver el mensaje adulterado, sencillamente porque la gente

no se siente identificada con la perspicacia del evangelio, necesitan algo más y esto sde

centra en sí mismos, el llamado de Pablo es claro, no debemos buscar agradar a los

hombres (Gá. 1.10)

Preocúpese por buscar el reino de Dios y su justicia

Los desvíos ocasionan solamente retrasos en el avance de la santificación

personal. Cuando centramos la vida cristiana en nosotros mismos, realmente no estamos

viviendo una vida CRISTIANA. Citando el comentario sobre Jer 6.16 Matthew Henry

menciona:

“Dios quería que, como buenos viajeros inquiriesen por los caminos buenos, los

antiguos, es decir, bien trazados y probados desde antiguo, que conducen

derechamente a buen término, en contraste con las sendas abiertas a capricho de cada

individuo, que no pueden conducir a ninguna cosa buena”6

No debemos buscar ninguna cosa innovadora, debemos buscar lo que nuestro

Señor mencionó en Mt. 6.33, preocupémonos por el reino de Dios, es nuestro lugar ya

que hemos sido cambiados, deseemos anhelosamente cuando nuestro Señor se acerque a

reinar con justicia. Mantengamos firme nuestro llamamiento y esto sólo a través de su

Santa Palabra. Recordemos siempre que hemos sido hechos nuevos en Cristo Jesús, que

nuestros deseos ya no son los que teníamos antes, sino que ahora son gloriosos porque

buscan imitar a Cristo Jesús.

5
Con esto no quiero decir que es un mensaje que no tiene valor, más bien, Cristo quiso mostrar un
mensaje claro, conciso (simple) pero, que, a su vez fuera la piedra de tropiezo para aquellos que no creen.
6
[CITATION Mat99 \p 826 \l 3082 ]
BIBLIOGRAFÍA

Henry, M. (1999). Comentario Bíblico de Matthew Henry. Vila de cavalls: Clie.


Real Academia Española. (2020). https://dle.rae.es. Obtenido de https://dle.rae.es:
https://dle.rae.es/cambiar?m=form
Sproul, R. (1998). La santidad de Dios. Graham: Publicaciones faro de gracia.
Spurgeon, C. (1988). Solamente por gracia. Grand Rapids: Portavoz.

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