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Cómo citar este documento: Dimier de Vicente, Dolores (2019). Educación y salud espiritual. Módulo 8: Salud
Espiritual. Material de Cátedra de la Diplomatura de Educación Sexual Integral de la Universidad Austral.
Lo espiritual en el ser humano permite el ejercicio de la libertad y crear un
mundo interior (…) es en primer lugar autoconciencia (…) no sólo es capaz de
salir fuera de sí mismo, y establecer vínculos con los otros y con el mundo, sino
que, además, es capaz de adentrarse, de dialogar consigo mismo, de tomar
conciencia de que existe. Esta toma de conciencia es fundamental para
convertir su vida en un proyecto personal (p.125).
Cabría entonces afirmar, que toda acción educativa con una perspectiva
humanista y solidaria, debería inspirarse en una propuesta coherente de
valores y actitudes, en la que niños, niñas y adolescentes no sólo aprendan
a pensar y a hacer, sino a ser y a compartir.
Vial (2016) define a la personalidad como el modo de ser de cada uno que
se va confirmando a lo largo de la vida. “Es lo que define a la persona
espiritual ante los demás y ante sí misma, lo que refiere a la interioridad de
un sujeto concreto y a su capacidad de diálogo” (p.17).
Ser libre equivale a ser capaz de dar pleno sentido a la propia vida; Educarse
para la libertad es cobrar sensibilidad para las cuestiones de sentido; Conferir
sentido a la vida, implica el arte de integrar elementos diversos y
complementarios (p.121)
La persona es un ser capaz de amar; por lo tanto, por ser una capacidad es
pasible de la educación, “no es algo dado de modo definitivo, sino que
requiere la integración del amor ‘en la persona’ y ‘entre las personas’. La
educación para un amor humano auténtico debe apuntar al logro de la
integración intrapersonal, a la elevación del amor emotivo, sensible,
sentimental a la esfera del amor personal” (Wojtyla, 2007, p.166). La libertad
es la facultad que hace posible que una persona se vincule con otra
voluntariamente2 posibilitando la entrega personal, el vínculo, el
compromiso, en definitiva, es la apertura personal al amor. Por lo tanto, es el
vínculo libre lo que hace posible el compromiso, contrariamente a la idea
de: “ser libre es ser independiente, o es estar desvinculado”.
2
Bernabé Tierno (2000) asegura, con respecto a la relación directa entre sentimiento de amor y razón, que la
verdad del amor es el sentimiento; pero cuando este sentimiento es puro, la voluntad se inclina a conservarlo con
perspectiva de permanencia y perpetuidad, ya que el amor sin decisión voluntaria se transforma en
sentimentalismo. Pero tampoco la decisión de amar, sin la mutua colaboración entre sentimiento y voluntad,
podría llegar a ser una parodia de un amor transformado en puro sentimentalismo.
realidades dotadas que traspasan los límites corporales por sus dimensiones
espirituales, constituyendo así, un nuevo campo de realidad.
3
Cabe recordar especialmente The Harvard Study of Adult Development. La investigación de la Universidad de
Harvard desarrollada durante más de 8 décadas que ha evidenciado la relación entre el bienestar y las relaciones
personales significativas, aquellos vínculos que permiten transitar la vida con mayor salud y sentimientos de
profunda felicidad.
la felicidad o autorrealización exige plenitud de desarrollo de todas las
dimensiones humanas. La armonía del alma se consigue si hay un fin, un
objetivo que unifique las tendencias, que dan unidad y sentido a la
conducta personal4.
El ser humano puede conocer y querer el bien en cuanto tal, el bien en sí, y
por consiguiente, el bien del otro en cuanto otro. (…) Y no sólo percibirlo y
quererlo, sino procurarlo positivamente y, si se puede hablar de este modo,
“construirlo”, darle vida. (…) No todo lo torna relativo a sí, a su satisfacción o
a su daño: puede querer y perseguir efectivamente el bien de los otros, es
capaz de realizar acciones por completo ‘inútiles’ desde el punto de vista de
su mera supervivencia biológica (p. 76-77).
Guardini (2006) afirma: “Sólo el yo puede ser altruista. Más aún […] es una
ley fundamental de la existencia humana, que justamente en el altruismo el
yo asciende, no sólo a la plenitud, sino a su ser-el-mismo” (p.77).
4
Hacerse la pregunta: ¿Qué tengo que hacer para optimizar los logros, para que la vida merezca ser vivida?;
¿puedo ser feliz o es una utopía? Vivir es ejercer la capacidad de forjar proyectos y llevarlos a cabo. Aquello que
cada persona espera de la vida y procura por todos los medios conseguir. Somos felices en la medida que
alcanzamos aquello que aspiramos…. O, aspiramos a algo que sólo responde a un anhelo de felicidad. Nuestra
perspectiva de felicidad por lo tanto es de cara al futuro.
desarrollo, adecuadamente integrados, en todas sus dimensiones
constitutivas (Ronchino. 2009, p.11).
- Moreno, J., Griffa, M. C., (2015). Claves para una psicología del
desarrollo. Argentina: Lugar Ed.