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Propuesta comunicacional

Profesora: Verónica Toller1

▪ Encontrar puntos comunes en un contexto plural y comunicar las


diferencias con asertividad. ¿Cómo transmito lo que pienso
teniendo en cuenta que puede haber otras personas que piensen
distinto? ¿Cómo identificar y comunicar valores comunes en
contextos plurales?
▪ Diversidad de biografías. ¿Cómo abordar cuestiones de familia
teniendo en cuenta la diversidad de familias que hay
actualmente?
▪ Sociedad plural, problemáticas plurales.
▪ ¿Es compatible explicitar mi postura sin limitar el diálogo con quien
no la comparte?

Aclaración de la cátedra:
Vamos a abordar la respuesta a estos interrogantes, empleando los 10
principios de la Comunicación Ciudadana (método elaborado por la
organización Catholic Voices). En cada principio hemos agregado las
recomendaciones que nos resultan pertinentes para el caso de la
presente Diplomatura.

Si bien es un método que ha sido creado para la comunicación de la fe,


los principios pueden aplicarse a la comunicación de valores en general.
Esto último es lo que buscaremos a través de esta unidad.

Fuentes: los siguientes libros, luego ampliados y comentados por distintos


autores en diversa bibliografía en distintos países.

«Catholic Voices: Putting the Case for the Church in the Era of 24-Hour
News». Austen Ivereigh y Kathleen Griffin. Darton, Longman and Todd (19
Aug. 2011)

1 Cómo citar este documento: Toller Verónica (2019). Propuesta comunicacional. Material de la

Diplomatura en Educación Sexual Integral de la Universidad Austral. No publicado.


«Who know where they stand. Catholic Voices and the Papal visit to the
UK». Jack Valero y Austen Ivereigh. Editor: Edusc (1 de enero de 2011)

Una versión más breve que recomendamos: ¿Cuáles son los 10 principios
de Catholic Voices para una buena comunicación? En:
https://www.arguments.es/comunicarlafe/los-10-principios-de-catholic-
voices-para-una-buena-comunicacion/#intencion

1 – Busca el valor que está detrás – Busca la intención positiva detrás de


la crítica – Y en lugar de enojarte, reformula
Es importante identificar qué valores pueden unirnos. La mentalidad
defensiva trae mayor antagonismo. Usa un discurso de entendimiento. En
lugar de actuar por reacción y con mentalidad defensiva, aplica frases
de encuentro y asume valores en común, valores que aparecen en
discursos que puedan no ser los tuyos o nuestros pero que, sin embargo,
contienen aspectos con los que podemos identificarnos.
Esto genera percepción de apertura, nos inscribe en un principio de
realidad y mejora el relacionamiento.

2. Aporta luz y no calor


El tema ya es acalorado de por sí. Procura mostrar dominio y
autodominio, evita gestos contracturados y respuestas agresivas. Lleva
ideas y emociones más que reacciones y agresiones. Puedes usar el
énfasis, que es bueno, pero moderadamente. La manera en que se habla
es parte de la iluminación que das.

Mantener la calma nunca falla. Es poco probable que una discusión


acalorada logre cambiar percepciones. El peligro está en que “ganarás”
la discusión pero perderás a la audiencia, bien sea de dos personas o, en
una emisora de televisión, de dos millones de personas.
Recordemos: la mayoría de los choques no se producen tanto por lo que
decimos sino por cómo lo decimos.

3. La gente no se acuerda de lo que has dicho, pero sí de cómo les has


hecho sentir
No pretendas ser erudito en la materia. Seamos personas que investigan,
que se nutren de datos sólidamente documentados, que analizan
perspectivas diversas (desde el punto de vista psicológico, social, de
salud, histórico, familiar, de la búsqueda de la realización personal, etc).
Estar convencidos de conceptos y contenidos es asumirlos y es
traducirlos, compartirlos. La erudición es fría, lo contrario de una buena
comunicación. Para comunicar, atinemos a palabras sencillas, que con
ellas podemos igualmente exponer cuestiones complejas. No tirar como
ametralladora sino buscar un trato directo, humano, persona a persona.

Podemos iluminar donde haya confusión, sin ponernos como modelos y


como la verdad a seguir. El eje es otro: está en la fundamentación que
demos y en la vivencia que demostremos. No se trata de “derrotar” al
otro sino, por el contrario, actuar con empatía y claridad.
Entonces: ¿he inspirado o acosado? Ese es un buen punto.

4. No cuentes, muestra
Hay que generar memoria gráfica. Los ejemplos, las historias, son de
impacto instantáneo. Muestran mucho más que toda una larga
explicación medulosa e intelectual. Prestamos más atención a la
experiencia que a los argumentos. La idea es mostrar con historias para
llegar más fácil al entendimiento. Cuando esa historia entró, lo demás es
echar semilla sobre tierra arada y regada. Ilustrar: historias de vida,
anécdotas, experiencias personales, situaciones hipotéticas que ayuden
a “imaginar” lo que quieres decir. No te sientas el portavoz de una
compañía distante, sino alguien encantado de compartir historias reales.

Las historias son moléculas de emoción. Si cuentas bien una historia,


transmites una emoción. Cada historia tiene un valor. Y no necesito
decirle a la audiencia qué hacer. La historia capta la esencia del valor.
Las historias se entienden mejor que las lecciones, se recuerdan por más
tiempo y se cuentan, quedan en la memoria.

Historias de vida, de superación. Momentos clave donde todo ha


cambiado. Por ejemplo, en lugar de explicar que el aborto es una
injusticia y una pérdida, y que ciertos abortos nos hubieran dejado sin
personas maravillosas e incluso genios, podemos ir directamente al caso:
citemos a Celine Dion, Steve Jobs, Andrea Bocelli, Juan Pablo II… Mejor
aún si llevamos ejemplos cercanos, de la realidad argentina. Historias de
superación ocurridas en hospitales o en hogares bien argentinos, o
vecinos, como Chile.

Mostrar, en este caso, es también poner imágenes. Pero no truculentas


sino llenas de vida. La foto de un bebé de 12 semanas de gestación según
una ecografía 3D o más.
5. Piensa en triángulos
Organización. Pocas ideas y muy claras, bien sostenidas, es preferible a
saber de todo y tener 200 datos en la cabeza que luego, al volcarlos,
salen disparados como catarata y me enredan a mí y al resto.

Llevar 20 ideas y querer exponerlas a todas es ir al fracaso. Necesitamos


ver lo sustancial, distinguirlo de lo accesorio, focalizar en los argumentos
principales y exponerlos con rotundidad, seguridad, con convencimiento.

Ser concisos, claros. Pulir las ideas reduciéndolas a los tres argumentos
principales que queremos proponer. Llevar dibujado en la cabeza el
esqueleto o armazón de estos argumentos (para ello, es bueno haberlo
dibujado efectivamente antes en un papel, para “verlo” en la retina de
la memoria).

Imaginar un triángulo. Y ver las interconexiones o los gajos que se


desprenden de ese tronco.

No permitas que los demás te distraigan y te hagan dejar tus ideas


principales. Tampoco esperes al momento “ideal” para sacarlas.
Simplemente, cada vez que te corresponda usar la voz (o que te las
ingenies para intervenir), vuelve a sacar el tema “derivándolo” de lo que
sea que se esté hablando.

Utiliza el estilo WEB DE ENUMERACIÓN: “Hay 3 cosas que me gustaría


apuntar acerca de esto…” Anunciar que son 3 genera expectativa y me
da un espacio para 3 ideas. Que la primera idea sea unitiva: encontrar la
intención positiva detrás de la crítica. Y desde allí, hacernos fuertes hacia
las demás razones.

6. Sé positivo/a
Principio básico. Hablar en positivo, a favor de y no en contra de. No seas
esa persona agorera o negativa que se opone a todo. Estás a favor de la
alegría, de la luz, de la vida. Eres realista y ves el conflicto, entiendes las
situaciones, pero tienes esperanza.

No te niegas a…, sino que propones algo mejor.

Habla de plenitud, de “educación sexual para un proyecto de vida


pleno”, por ejemplo.
No enjuicies nunca. No acuses. Promueve. Estás convencido/a de haber
encontrado el mejor camino, y eso es plenificante.

No somos policías de moralidad ni defensores de una vida de sacrificios


y penas. No vemos callejones sin salida. No somos moralistas enojones. Al
contrario. Somos humanos. Tenemos luz. Somos gente terrestre y del siglo
21, bien metida en las realidades. Tenemos convicciones. Buscamos
salidas reales que nos plenifiquen a todos y que sean inclusivas.

Ser positivo no es ser “simpático”. Ser positivo es ver caminos donde los
demás creen que hay puertas cerradas.

7. La compasión importa
Com-pasión. Padecer-con el otro. Y decirlo, mostrarse sensible, solidario.
Sentir con el otro su preocupación, dolor o pena. Requiere de empatía,
comprender la situación del otro y sus porqués. Sepamos entender, y
digámoslo.

Para eso hace falta relajar un poco. Estar menos tensos. No sentirse todo
el tiempo atacado o puesto en cuestionamiento: eso frustra y genera
reacciones agrias, además de ser muestra de egocentrismo. Si apelan a
prejuicios, sé inmune y mantén la calma.
No somos fríos ni insensibles representantes de posturas anticuadas. Hay
muchas maneras de salir de esta trampa: hablar de la propia experiencia,
contar historias que muevan a la emoción, dar ejemplos. Y la compasión
siempre es una herramienta válida.

8. Tener datos preparados, pero evitar actuar como un robot


Prepararse. Conocer. Acceder a datos, números, demostraciones
científicas. Todo ello ayuda a dar marco a la discusión. Pero las
estadísticas pueden resultar abstractas e inhumanas, y en la sociedad y
la política general, las estadísticas han servido para mentir y manipular.

Trata de que tu debate no se convierta en un ping-pong de estadísticas.


Si las usas, que sean cifras redondas (460 mil, no 463 mil 241 con 57…).

Claridad, simplificación (en vez de 30 de 100 personas, decir “uno de


cada tres”).

En la actualidad, los datos tienen un papel clave. Tú también tienes


números e información clara para exponer.
Cuidado con la falacia de la generalización. “Todos lo quieren”, “nadie
está de acuerdo”. Hay que desactivarla en cuanto surja. Y cuidado con
la falacia del número, montada sobre encuestas y estudios mal
informados. Sé muy prudente al presentar encuestas, a la par que no te
dejes amedrentar con ellas. Debes ir a lo esencial.

9. No se trata de ti
Egos, abstenerse. Cualquier crítica o ataque que surja no irá destinado a
la persona que está delante sino a la idea. No a quién sino a lo que
representa. Entonces, no lo tomes personal, no te ofendas y mantén la
calma.

Cero miedo, timidez y actitud defensiva. La fuerza está en la convicción


y se nota en la tranquilidad, que ayudará a su vez a mantener la claridad.
Lo otro tensa y enreda, confunde, enoja.
Y como no se trata de ti o tu fama sino de una idea mayor, no debes
centrarte en el éxito o el fracaso. Solamente en ser puente para una
propuesta que vale la pena.

10. Vas a dar testimonio, no a ganar


Ni actitudes de víctima ni de victimario. No vas a hundir al otro. No es el
objetivo ni es lo posible. Vas a dar testimonio de una realidad.

Y agregamos más consejos de esta cátedra

¿Cómo puedo explicar mis ideas con mayor asertividad?

CAMBIAR LA ESTRATEGIA
Hemos comunicado durante años lo mismo de la misma forma. ¿Hemos
logrado convencer? Recordemos a Einstein: querer lograr frutos distintos
haciendo siempre lo mismo es bastante inútil y poco inteligente. Hace
falta introducir cambios. Entre otras cosas, de la mirada interior: no se
trata de enfrentar sino de hallar puntos de encuentro entre unos y otros y,
a partir de allí, construir. Necesitamos trabajar el diálogo desde la firmeza
unida a la empatía. Jamás imponer; siempre, proponer.

EMPATÍA – CORTESÍA - CALIDEZ - NATURALIDAD


Hacernos amables (fáciles de amar). Tono de voz natural, no crispado.
Rostro sereno, relajado, no contracturado. Palabras llenas de luz. Emplear
matices al hablar: que se sienta la emoción, el interés, la duda, la fuerza.
La empatía es la capacidad de identificar y entender los deseos de los
demás, y responder (reaccionar) en forma apropiada para canalizarlos
en pro del interés común. Es darse cuenta de lo que sienten los demás,
sin necesidad de que me lo digan. Demostrar solidaridad y comprensión.

CONVENCE EL CONVENCIDO
“Si quieres que yo llore, llora tú primero”, decía Horacio. Las convicciones
dependen de la propia identidad. Tu convicción es tu mayor herramienta
y es la expresión que molesta a tus opositores. No vas a recitar datos ni a
exponer ideas como en un examen: vas a dar testimonio de aquello en
lo que crees. Y lo crees porque has visto que es verdad, con datos y
razones para afirmarlo.

ETHOS – PATHOS - LOGOS


Para Aristóteles, hay 3 tipos de discurso que motivan al otro a hacer algo:
El Ethos (quien soy importa. Todo lo que he hecho en mi vida hasta hoy.
Si me googleás, qué aparece. Reputación. La experiencia da
credibilidad. La fuerza del cambio radica en la persuasión, en que creas
en mí, en mis gestos, mi voz, estilo, si transmito confianza, la sensación de
que me importa lo que digo).
El Pathos (la emoción. Transmitir que siento interés, pasión, que me
importa. Pathos es también curiosidad, garra, enojo, búsqueda… Todo
eso abre el interés para poder llegar a la IDEA.).
El Logos (mi argumento tiene sentido. Doy datos, hechos, definiciones, y
lo hago desde tus definiciones, no desde mi mirada; empleo argumentos,
creencias, lógica).

COMUNICAR HONESTIDAD
Honestidad real, porque decimos la verdad y creemos en ella.
Lograr credibilidad. La transparencia gana enseguida buena reputación
y abre el camino a la sensibilidad del público.
La honestidad tiene mucho que ver con el Lenguaje No Verbal: se lee en
los ojos, en la mirada, en las manos abiertas mostrando palmas, en la
seguridad de la voz, en la humildad.

ALGUNAS TÉCNICAS ARGUMENTATIVAS


Además de la ya nombrada causa-consecuencia, resulta muy útil
aplicar: sentir general de la población, ejemplificación, apelación
emocional, citas de autoridad, uso de máximas y refranes, pregunta
retórica, analogías, uso de la definición, énfasis, contrario-sensu,
concesión, experiencia personal, hacer comparaciones, repetir lo ya
dicho, evocar imágenes, utilizar contrastes, apelar a las paradojas…

PARAGUAS DE TRES IDEAS


Argumentos: optar por tres buenos y fuertes. O crear tres paraguas donde
entren otros. No ir tras todos los argumentos a la vez (eso cansa,
confunde, abre cuñas para la refutación).
Recordar que hiperinformación es igual a desinformación. En todo:
atender a la máxima de CANTIDAD (solo la información necesaria),
máxima de CALIDAD (no hablar de lo que no sabe ni tiene pruebas),
máxima de MODALIDAD (sin ambigüedad, breve, ordenado), máxima de
RELACIÓN (que sea pertinente).
SABER CAPTAR LO ESENCIAL. Tener pocas ideas concretas y claras y
reiterarlas de distinta forma. O sea: decir lo que se va a decir; decirlo;
decir que se lo dijo.
No explorar ámbitos sobre los que no se tenga total certeza. Un
argumento refutable puede derrocar todos los otros.

USAR MARCADORES DE ATENCIÓN


Que concentren la atención en lo nuestro:
“Lo más importante de todo esto es que…”
“En síntesis, hay sólo dos cosas importantes: …”
“Permítanme decir tres cosas: una…, dos..., tres…”
“La clave de todo esto es que…”
“Así queremos que sea… y con esto lo podemos lograr…”
“Lo esencial de este asunto es que…”

ENSAYAR
Al hablar ante un auditorio, que no sea ese tu primer ensayo. Por el
contrario: probar antes de hablar, ya sea frente a un espejo o filmados
con el celular, o hablando a tus personas cercanas. Que te hagan una
devolución acerca de tu claridad, ritmo, pasión, contundencia, interés
del tema, tiempo empleado. Detalle: es importante que esas personas no
sean expertos en el tema. Así, podrán evaluar si les resulta interesante,
llamativo, y si eres claro al exponerlo.
Y no se trata de ensayar una o dos veces. La neurocientífica Hill Bolle
Taylor ocupa el puesto número 2 en el ranking de charlas TED. Cuenta
que ensayó su presentación más de 100 veces.

ORDEN
Usar un orden natural: primero, los argumentos; luego, la conclusión.
Usar la definición (claridad-claridad-claridad).

ESLOGAN
Es bueno utilizar un eslogan, UNA IDEA CENTRAL, frase breve y memorable
que sintetice mi objetivo, para que se grabe en la memoria del lector o
del oyente, televidente. E insistir al menos tres veces con ella, lo mismo
que con ciertas palabras clave. PENSÉMOSLO COMO UN TUIT: qué diría el
mejor tuit que sintetizara toda mi propuesta.

Ser precisos y breves. Generar sorpresa. Condiciones para una


comunicación efectiva y de impacto.

LA PRIMERA IMPRESIÓN CUENTA


“No hay segunda oportunidad para una primera mala impresión”, dice
un axioma de oratoria, basado en una expresión de Oscar Wilde.
Resultará muy difícil remontar una primera impresión débil, tímida,
insegura o que haya emitido señales de temor ante la audiencia, de
exceso de confianza en nosotros mismos (soberbia, vanidad) o bien, de
no dar la talla (estar mal preparados). Regla 90/90: el 90% de la impresión
que tu público tendrá de vos se producirá en los primeros 90 segundos de
tu exposición (Paul McGee en su libro How to Succeed with People). Si
debes exponer en público, lleva pensada una primera frase impactante,
memorable. Acompañar con gestos de confianza y de amabilidad. Mirar
a los ojos. Mantener la calma.

“EFECTO MARTILLO”
Repetir ideas, insistir, no reiterar palabras sino conceptos. También sirve
utilizar fórmulas de paralelismo sintáctico.

Vencer el MIEDO ORATORIO


Cuando hablamos en público, el cerebro está lleno de adrenalina. Y la
adrenalina puede hacer una de dos cosas: o paralizarte o impulsarte
mucho. El miedo surge de pensar que la gente te va a estar criticando,
viendo cosas en ti… Aquí, lo importante para vencer el miedo es estar
preparado.
Cómo prepararse:
1 – saber qué decir.
2 – cómo decirlo.
3 – en qué momento decirlo.
4 – cómo estructurar tu tema
5 – cómo pararte
6 – cómo vestirte
7 – cómo utilizar tus manos
8 – cómo utilizar tus ojos frente al público
9 – hacer o no hacer preguntas
10 – contar o no contar chistes
11 – argumentación de tres ideas
12 – apertura expectante y con promesa / cierre memorable
13 – buenas historias que contar
14 – cuáles serán los momentos de énfasis y cuáles los de pausas
psicológicas
Hay mucha información que debes controlar. Si tienes esto
estructurado… no debes tener miedo. El miedo surge de no saber qué
hacer.

¿Cómo lograr una comunicación efectiva y afectiva con niños, niñas y


adolescentes?

COMUNICAR AFECTOS - POR LA EMOCIÓN A LA RAZÓN


Las respuestas emocionales arrastran. Por “emocional” no entendemos
enojos, gritos, destratos, agresión. Por el contrario, hablamos de afectos.
Empatía. Relacionalidad, un ida y vuelta. Mucha sensibilidad con los
problemas, dudas y dolor ajeno.

Se entiende y se conoce solo aquello que se ama. Pues hagamos amable


nuestra verdad.

Un camino efectivo es el de contar historias, dar ejemplos, poner


anécdotas. La inteligencia se abre cuando el sentimiento ya actuó y bajó
las barreras. Llegamos por la emoción a la inteligencia.

Cor ad cor loquitur: la llave de la inteligencia está en el corazón. Carl Jung


decía: “Domine todos los saberes, conozca todas las técnicas, pero
cuando se encuentre con un alma humana sea solamente otra alma
humana”. Y Maya Angelou repetía: “no recordarán tanto lo que dijiste
sino cómo los hiciste sentir”. Utilizar el aspecto emocional mueve a la
reflexión más que las razones. Genera un cortocircuito en el análisis y lo
predispone a favor; luego, agregaremos los datos que tenemos y estos
caerán en terreno abonado.
CLARIDAD
Condición sine qua non. Evitar tecnicismos y palabras en otro idioma. Si
necesita alguna palabra de jerga especial, debe aclararla o definirla de
inmediato. No dar por sentado que todos entenderán.

Palabras sencillas. Comenzar por la conclusión y luego desarrollar el


argumento. Usar pocos argumentos. Si debo dar datos numéricos,
traducirlos al momento (“Un estudio realizado por la OMS en 2016, arrojó
que murieron más de 3 millones de personas por consumo nocivo de
alcohol a nivel mundial. Eso es igual a 1 de cada 20 muertes de la carga
mundial de mortalidad.”)

Misma idea, misma palabra: no emplear términos distintos o frases varias


para un mismo concepto.

Evitar usar muchas oraciones subordinadas, largas, complejas...

Utilizar frases cortas, con palabras claras y sentido independiente.


Siempre con actitud amable y sonriente. Pensando que cada frase podría
ser el título de la nota que surja a posteriori (siempre surgen notas de
prensa y comentarios luego de entrevistas sobre temas candentes).

Evitar el “¿me entienden?”. Mejor: “¿me explico?”, “¿soy claro?”. No


hacer sentir al receptor que es tonto o ignorante.

PRUDENCIA CORPORAL Y FACIAL


El pensamiento es invisible. Las emociones son observables. Los nervios se
ven: en las manos movedizas, en un pie que golpea el piso, en
movimientos insistentes, en dubitaciones, en ojos bajos… Tener todo esto
muy presente y evitarlo. No tamborilear dedos. No mover todo el tiempo
la pierna. No cruzar los brazos sobre el pecho. Mantener erguida la
espalda y hombros más bien atrás; en cambio, cuando digamos algo que
nos importa mucho o nos conmueve, rompamos esa postura e
inclinémonos un tanto hacia adelante. Mantener calma y relajamiento.

Sonrisas: hacia ambas comisuras. Sonreír solo hacia un lado puede verse
despectivo.

PREGUNTARSE Y PREGUNTAR
Generar movimientos de pensamiento. No construir todas las respuestas.
Más bien, hacer lo mismo, pero formulado como pregunta retórica para
que sea el otro el que encuentre esa respuesta. Plantear propuestas, no
dogmas.

SABER CONCEDER
Saber conceder verdades parciales que tengan los opositores, que no
nos hagan renunciar a nuestra tesis. Y seguidamente, sepamos retomar
nuestra idea central:
“Sí, ciertamente comprendo y comparto que hay niños y niñas que son
acosados en la escuela. Pero debemos atender también a los niños y
niñas que acosan, y burlan, porque seguramente estarán sufriendo algún
tipo de violencia.”

“No estar dispuesto a conceder nunca nada al adversario es una


estrategia incorrecta y equivocada. (…) muestra en quien adopta esa
actitud un rasgo de carácter, la tozudez, que casi nadie aprecia en los
demás. No es, por tanto, un buen camino para lograr la persuasión”.
(Manuel Atienza)

SENTIR GENERAL DE LA POBLACIÓN. O: USAR EL PRINCIPIO DE UNANIMIDAD


Una técnica argumentativa es la del “sentir general de la población”.
Ejemplos:

▪ los argentinos somos gritones, amigueros, amamos el fútbol;


▪ los votantes ya no están dispuestos a tolerar más corrupción;
▪ los consumidores no se dejarán engañar por aumentos
encubiertos…

Esto es, utilizar experiencias y sentimientos comunes de un grupo humano


y convertirlo en “ley” de todos. Para eso, hay que hablar en plural y dar
cosas por hecho: “todo el mundo piensa esto”, “todos los proyectos al
respecto subrayan que no es la solución buscada…”, “siempre podemos
encontrar otra salida…”

COMUNICACIONALMENTE, LO IMPORTANTE NO PRIMA SOBRE LO


INTERESANTE
Si hay que elegir entre conflicto y explicación serena, para los medios, irá
primero el conflicto. Sepamos estar en consonancia y tengamos
preparados datos llamativos, historias de vida, experiencias personales o
de terceros, refutaciones con frases eslogan pegadizas, etc.
Consejos para una comunicación inclusiva
▪ Mucha prudencia. Mucho respeto.
▪ La sinceridad y la serenidad son dos escudos que nos defenderán
de muchas malas interpretaciones o ataques. Jamás deben
faltarnos.
▪ Ídem, la humildad. Jamás ofuscarse. No abusar de la gestualidad.
Ojo, en TV cuando los otros hablan: las cámaras estarán buscando
reacciones en tu rostro.
▪ Ni agresividad ni timidez.
▪ Evitar la politización de los temas. Ir al fondo social o humano, no a
costados políticos.
▪ Evitar que los temas se observen como una cuestión religiosa.
Argumentar siempre desde la ciencia, la psicología, el sentido
común, la política, la economía.
▪ Nunca descalificar. No caer en falacias del tipo ad hominem.
Cuidado con que las palabras utilizadas ofendan a la posición
contraria. Respeto siempre.

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