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CONSUMO
APUNTES COMPLETOS
FLORENTINA TUTUNARU
UNED 2019/2020 BASADOS EN OTROS APUNTES
DERECHO DE CONSUMO
1. Introducción
El ámbito del consumo, genéricamente considerado, es de una extraordinaria amplitud y complejid
ad
En nuestro Derecho existió una disposición de carácter general, se trataba de la Ley 26/1984 (LCU),
fue objeto de refundición normativa en virtud de la aprobación del RD legislativo 1/2007 (TRLCU) que
fue reformado por la Ley 3/2014, con ocasión de la incorporación al Derecho español la Directiva
2011/83/UE.
Entre otras cuestiones importantes, dicha Ley 3/2014 derogó la regulación pretérita sobre la
protección de los consumidores en los contratos celebrados a distancia y los contratos
celebrados fuera de los establecimientos mercantiles, estableciendo un nuevo marco legal en tales
materias; al tiempo que incorporó la normativa europea sobre cláusulas abusivas en los contratos
celebrados con consumidores y sobre determinados aspectos de la venta y las garantías de los bien
es de consumo. En suma, alteró, para adaptarla al nuevo marco legislativo, incluso la noción de con
sumidor y usuario.
Las últimas modificaciones introducidas en el TRLCU se han producido a través del RD Ley 9/2017,
por la que se incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva 2013/11/UE y de forma muy
reciente por la Ley 4/2018; por el RD – ley 23/2018 (directivas de marcas, transporte ferroviario y
viajes combinados y servicios de viaje).
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En efecto, cabe afirmar que en los sucesivos informes emitidos por dicho Tribunal o Consejo se
señala con claridad y solvencia el camino a seguir en la mejora de la competitividad en directo
beneficio de los ciudadanos/consumidores.
Lo cierto es que, en la actualidad, las disposiciones especiales en favor de los consumidores cuentan
hoy día con legitimidad suficiente en una economía de mercado como la nuestra (art. 38 CE)
La norma básica de nuestro sistema jurídico- económico, con rango constitucional sustancial,
establece que las partes se obligan por el contenido de los acuerdos libremente adoptados (art.
1255CC): esto es, el principio de autonomía privada.
…sin una norma imperativa en contra, el contrato es ley entre partes y el instrumento que regula y
determina el alcance de las obligaciones y derechos de las partes contratantes.
Los fines de política jurídica que presiden e inspiran toda la legislación estén dirigidos a mejorar los
niveles de información y de transparencia del mercado, procurando que el consumidor decida con
mayor conocimiento a la hora de elegir entre las diferentes alternativas del mercado:
➢ Se desarrollan normas dirigidas a que la contratación se celebre de manera libre, sin engaño
➢ Existen numerosas disposiciones que favorecen el cumplimiento de lo pactado en beneficio
del consumidor (garantía del fabricante)
➢ Desarrollos normativos tendentes a la aplicación real del viejo principio romano neminen
laedere (deber de abstenerse de causar daño a los demás)
Uno de los graves problemas en la aplicación de las normas en protección de los consumidores ha
sido la falta de adaptación del Derecho procesal tradicional.
El derecho material aplicable propiamente dicho ha adolecido de vías adecuadas – económicas y
rápidas- para los pleitos de pequeña cuantía y de defensa de los intereses colectivos de los
consumidores.
Aparecía también como una tarea urgente la creación de procedimientos especiales o vías
alternativas extrajudiciales que faciliten el acceso a la justicia de los consumidores.
En relación con la vía extrajudicial, en nuestro Derecho interno, contamos con la reglamentación
del denominado sistema arbitral de consumo, regulado inicialmente por el R.D. 636/1993, de 3 de
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mayo, que desarrollaba la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios de 1984 y
las Leyes de Arbitraje de 1988 y 2003 en su respectivo período temporal de vigencia.
La norma en vigor es el RD 231/2008 – Sistema Arbitral de Consumo modificado por el RD 863/2009
sobre el arbitraje de consumo electrónico.
La Ley 44/2006 de mejora de protección de los consumidores y usuarios prevé en su disposición final
que en un plazo de un año el gobierno dictara una nueva regulación sobre el arbitraje virtual.
Asimismo, la disposición final sexta estableció que se determinarían los supuestos en que podrá
interponerse reclamación ante la Junta Arbitral Nacional frente a las resoluciones de las Juntas
Arbitrales territoriales sobre la admisión o inadmisión de las solicitudes de arbitraje, y los supuestos
en los que actuará un árbitro único en la administración del arbitraje de consumo.
La propia Ley señala como principios a observar por tales entidades los de independencia,
imparcialidad, transparencia, eficacia y equidad (art. 8).
Además, pueden señalarse como dos principios básicos de los procedimientos de los que estas
entidades conozcan:
En el proceso civil ha planteado especial interés la tutela colectiva del consumidor, los denominados
intereses difusos de los consumidores.
Tras la entrada en vigor de la LEC 1/2000 y la promulgación de la Ley 39/2002, así como los art. 53 a
58 del RD legislativo 1/2007, para resolver la contradicción existente entre la normativa en materia
de consumo y la procesal sobre las entidades que deben considerarse legitimadas para interponer
una acción de cesación y, a su vez, atribuir legitimación activa al Ministerio Fiscal para ejecutar
cualquier acción en defensa de intereses difusos y colectivos de consumidores y usuarios.
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A mediados de los años setenta se produjeron cambios en la CEE, desde un modelo concebido en
términos de productividad y rentabilidad económica se pasa a una política orientada cada vez más
hacia los objetivos de la calidad de vida.
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Titulo XI. Protección de los consumidores. Art. 129 A: “la comunidad contribuirá a que se alcance un
alto nivel de protección de los consumidores mediante…”
El art. 129 no cabe duda de que constituye una decisiva aportación a la implantación de la política de
protección de los consumidores.
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En el TFUE su art. 4 dice: “… la competencia compartida entre los estados y la Unión se aplicará … la
protección de los consumidores”
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… se ha ido extendiendo el uso de las expresiones “Derecho del consumo" o “Derecho de los
consumidores…
Esto puede significar tanto que estamos ante un nuevo Derecho especial, ante un nuevo sector o
corte sistemático del Derecho o, por el contrario, que razones de orden didáctico aconsejan agrupar
bajo una mínima sistemática toda una diversidad de problemas y controversias sociales que, con un
cierto fondo común, son regulados por nuevas disposiciones legislativas.
… resultaría inadecuado presentar el Derecho del Consumo como una rama radicalmente autónoma
o un sector sistemático propio y por completo separado, dentro del conjunto del Derecho.
… de manera paulatina se ha ido agrupando una serie de relaciones jurídicas e instituciones que han
reclamado un sector legislativo propio, al cual el intérprete puede acercarse con una cierta
independencia de otras disciplinas o, al menos, con una cierta visión interdisciplinar, inspirada en
todo caso por una ratio legis coincidente con el principio: la protección de los consumidores y
usuarios.
Algunos mercantilistas consideran que no cabe duda desde un punto de vista histórico el Derecho
mercantil, como Derecho especial para el tráfico profesional, está pensado no sólo para las relaciones
entre comerciantes sino también -preferentemente- para las relaciones con «terceros»
(consumidores o usuarios finales), en definitiva, para un tráfico de intermediación.
Sin embargo, esos mismos autores han reconocido que, con la Codificación, la exigencia de que la
compraventa mercantil haya de consistir en una compra para revender «con ánimo de lucrarse en la
reventa» (art. 325 C.Com.), hace que se regulen en el Código civil las ventas de empresarios a
consumidores. Es más, aunque algunos mercantilistas pretendan dejarlo en la sombra, el propio
artículo 326.1° del Código de comercio establece de manera paladina que “no se reputarán
mercantiles... las compras de efectos destinados al consumo del comprador o de la persona por cuyo
encargo se adquirieren”.
… no debe caber duda de que, en lo fundamental, el Derecho mercantil es el Derecho del empresario,
no del consumidor; mucho menos de los consumidores.
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«1. Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo,
mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los
mismos.
2. Los poderes públicos promoverán la información y la educación de los consumidores y usuarios,
fomentarán sus organizaciones y oirán a éstas en las cuestiones que puedan afectar a aquéllos, en
los términos que la ley establezca.
Estos supones el arranque de la política de defensa del consumidor, como principio del desarrollo de
la legislación ordinaria.
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La cuestión ha sido y es debatida por nuestros autores, casi desde la misma aprobación de la
Constitución y, sobre todo, tras la promulgación de la originaria Ley General para la Defensa de los
consumidores y usuarios, dado que su artículo 1.1.1° tiene el siguiente tenor literal:
“En desarrollo del artículo 51.1 y 2 de la Constitución, esta Ley tiene por objeto la defensa de los
consumidores y usuarios, lo que, de acuerdo, con el artículo 53.3 de la misma tiene el carácter de
principio general informador del ordenamiento Jurídico".
“En desarrollo del artículo 51.1 y 2 de la Constitución que, de acuerdo con el artículo 53.3 de la misma,
tiene el carácter de principio informador del ordenamiento jurídico, esta norma tiene por objeto
establecer el régimen jurídico de protección de los consumidores y usuarios en el ámbito de las
competencias del Estado".
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La afirmación del principio: otros autores consideran que la existencia de un principio o un derecho
no pueden anular los demás principios o derechos.
3.1. Presentación
Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los consumidores y Usuarios (LCU).
Se elaboró muy rápidamente debido a un envenenamiento masivo alimentario que provocó
centenares de muertos, siendo mal gestionado por el Gobierno de D. Adolfo Suárez.
El aceite de colza adulterado o síndrome toxico que tuvo lugar en 1981, había provocado la tragedia
y que dio origen de nuestra Ley.
El primer Gobierno de D. Felipe González se dotaría de un mínimo cuadro normativo para desarrollar
el art. 51 de la Constitución.
La LCU fue objeto de numerosas críticas por juristas por no haber contado con algún apoyo jurídico-
político.
La redacción originaria de la LCU era bastante breve y no incidía en normas contractuales Se trataba
de una primera aproximación a la regulación del consumo.
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Los objetivos fundamentales perseguidos por la LCU, por otra parte, los ponía de manifiesto su propio
preámbulo, de extraordinaria brevedad:
1) “Establecer, sobre bases firmes y directas, los procedimientos eficaces para la defensa de los
consumidores y usuarios.
2) Disponer del marco legal adecuado para favorecer un desarrollo óptimo del movimiento
asociativo en este campo.
3) Declarar los principios, criterios, obligaciones y derechos que configuran la defensa de los
consumidores y usuarios y que, en el ámbito de sus competencias, habrán de ser tenidos en
cuenta por los poderes públicos en las actuaciones y desarrollos normativos futuros en el marco
de la doctrina sentada por el Tribunal Constitucional”.
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• Ley sobre los contratos celebrados fuera de establecimiento mercantil y los contratos a distancia.
• Regulación dictada en materia de protección a los consumidores y usuarios
• Ley de Garantías en la Venta de bienes de consumo.
5.4. Sistemática
El TRLCU contiene 165 arts., 3 disposiciones transitorias, y 3 disposiciones finales, todo ello
estructurado en IV Libros.
❖ Libro I Disposiciones generales. Este primer libro es Tributario del texto originario de la LCU y
siguiendo su esquema contempla sucesivamente en cinco títulos las diferentes materias:
1. Los derechos básicos de los consumidores.
2. El derecho de representación, regulando detalladamente las asociaciones, y el Consejo de
consumidores y usuarios.
3. La Conferencia Sectorial como organismo básico de cooperación institucional.
4. La potestad sancionadora.
5. Las Acciones de cesación y el sistema arbitral de consumo como manifestaciones procesales
básicas del régimen peculiar de los consumidores.
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❖ Libro III Responsabilidad civil por bienes o servicios defectuosos, materia de extraordinaria
complejidad y dificultad.
- Ley 15/2015, de la jurisdicción voluntaria, modifica los artículos 19.2; 141, letra a); y, finalmente, el
artículo 163, sobre Garantía de la responsabilidad contractual respecto de los viajes combinados.
A nivel reglamentario: - RD 231/2008, de 15 de febrero que regula el sistema arbitral de consumo,
modificado por el RD 863/2009, de 14 de mayo.
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Por lo que se refiere a esta última, desarrolla el régimen de los horarios comerciales y encomienda
dicha regulación a las CCAA, las cuales habrán de respetar no obstante los mínimos fijados por la ley
estatal.
La determinación de dos periodos de rebajas (art. 25)
Otorgar a los comerciantes las autorizaciones, creación de Registros y su inscripción en las
denominadas ventas especiales (venta a distancia, ambulante, automáticas y en pública
subasta), salvo las ventas a distancia que excedan del territorio de la CCAA.
Homologación de máquinas de venta automática (art. 49.2)
Competencia sancionadora (art.63)
Los desencuentros en materia de horarios entre Gobierno Central y CCAA, y entre grandes superficies
comerciales y pequeño comercio, dio lugar a la redacción de la ley estatal Ley 1/2004 de 21 de
diciembre, de horarios comerciales, respetando amplios márgenes decisorios de las CCAA.
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El artículo 3, sobre el Horario global, declara: “1. El horario global en que los comercios podrán desarrollar su actividad
durante el conjunto de días laborables de la semana no podrá restringirse por las Comunidades Autónomas a menos de
90 horas. 2. El horario de apertura y cierre dentro de los días laborables de la semana será libremente decidido por cada
comerciante, respetando siempre el límite máximo del horario global que, en su caso, se establezca por la Comunidad
Autónoma. 3. Las Comunidades Autónomas que así lo consideren podrán establecer en su normativa aquellas
obligaciones de información al público en materia de horarios comerciales que mejoren el conocimiento del régimen de
horarios por parte de los consumidores”.
1. Ley 10/1981, Estatuto del consumidor, del País Vasco, derogado por la Ley 6/2003, del País Vasco,
Estatuto de las personas consumidoras y usuarias.
2. Ley 12/1984, Estatuto del consumidor y usuario de Galicia.
3. Ley 5/1985, de defensa de consumidores y usuarios, de Andalucía, derogada posteriormente por
la Ley 13/2003, de defensa y protección de los consumidores y usuarios.
4. Ley 2/1987, Estatuto de consumidores y usuarios, de Valencia.
5. Ley 3/1993, Estatuto del consumidor, de Cataluña
6. Ley 5/2013 de 12 de abril, para la defensa de los consumidores de la Comunidad Autónoma de la
Rioja
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Protección indirecta: alcanza todo el conjunto de medidas adoptadas o asumidas por los poderes
públicos que puedan arrojar alguna consecuencia en la promoción o persecución del nuevo principio
general del Derecho instaurado por el artículo 51 de la Constitución española: en especial, la
ordenación del mercado interior, libertad de la competencia, regulación de monopolios, política de
precios, regulación de importaciones, control de la actividad de los grupos transnacionales etc.
Protección directa: se concibe y concreta en las actividades o medidas realizadas mediante la
atribución de facultades, beneficios o derechos concretos en favor del consumidor.
La utilidad de establecer una noción legal de consumidor radica en que, salvo que la ley disponga
otra cosa, todas las personas incluidas en dicha noción legal podrán ejercitar los derechos, facultades
y beneficios que la ley les otorga, sin que sea necesario analizar caso por caso si la persona que
pretende hacer valer esos derechos está en la situación típica de consumidor reconocida legalmente.
Sin embargo, ello no significa que deba establecerse una única noción legal, ya que los diferenciados
propósitos de protección legal exigen una concepción también diferenciada.
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Si bien, en todas ellas subyace, en el fondo, el mismo tipo de adquirente de bienes y servicios al que
se trata de proteger.
La noción de acto de consumo, así como el resto de las definiciones dadas hasta el momento, son
incompletas.
El término “consumidor” tendrá significados distintos dependiendo de la finalidad protectora de la
legislación.
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El criterio del uso privativo limita la cualidad de consumidor de forma general a quien, sin ser
profesional, persigue la satisfacción de necesidades de carácter particular (personales, familiares...).
Quedaría excluido el empresario, por tanto, pero sólo cuando actúe como tal empresario.
Este tipo de definición, basada en el uso privado, familiar o doméstico de los bienes adquiridos, es la
más extendida.
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Con esta definición, la noción de consumidor gira en torno a la expresión “destinatarios finales”
(persona que adquiere los bienes o los servicios para un uso personal, familiar o doméstico).
Esta referencia al “destinatario final”, se debe relacionar con la economía de mercado (el
consumidor será destinatario final cuando haga uso de los bienes o los servicios personales o
familiares, aunque vuelva a desprenderse de ellos, como ocurre con los regalos a amigos, etc.…).
Por otro lado, se desprende también que no hay consumo frente a las Administraciones públicas
cuando estas actúan sometidas al Derecho Administrativo.
Tampoco son actuaciones de consumidores las que se realizan en condiciones especiales y distintas
a las del mercado, por ejemplo, las relaciones laborales existentes entre el cliente y la empresa.
En cambio, es elemento fundamental que la adquisición de bienes o servicios para uso privado se
realice con relación a un empresario.
Por esta razón, la protección de los consumidores no tiene sentido cuando las mismas se establecen
entre:
➢ particulares: porque la finalidad de la norma es defender al particular contra un empresario.
➢ empresarios: porque en los contratos entre empresarios se presume que son expertos en el
tráfico mercantil al dedicarse habitualmente a él.
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6.3. La interrelación existente entre los apartados segundo y tercero del articulo primero de
la Ley de consumidores
La definición recogida en el art. 1.2, permitía incluir en el tenor literal el “consumo empresarial”, por
ello se añadió el apartado 3 en el que se excluía del ámbito de aplicación de la ley a los adquirientes
de bienes para integrarlos en procesos de producción. La protección del consumidor se basa en la
desigualdad entre las partes debido a la mayor competencia y pericia del empresario.
No obstante, puede producirse igualmente desequilibrio, cuando el profesional no contrata dentro
del sector de su actividad habitual. En este caso, las adquisiciones realizadas por los profesionales
que no se relacionen en el tráfico de su profesión, podrían ser considerados como consumidores o
usuarios.
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Se exigirá que concurran los mismos requisitos que debe reunir el consumidor persona ficticia, por
lo tanto, se reducirá a las personas jurídicas que, sin finalidad de lucro, transmitan a título gratuito (o
a precio de coste) los bienes y servicios adquiridos.
Por ejemplo, lo serían las fundaciones o asociaciones que adquieren bienes o servicios para ser
utilizados por los miembros de la entidad.
La Ley define al consumidor y usuario como la persona física o jurídica, que interviene en las
relaciones de consumo con fines privados, contratando bienes y servicios como destinatario final,
sin incorporarlos en procesos de producción, comercialización o prestación a terceros”.
Podemos concluir que la refundición normativa ha mantenido la propia noción de Derecho interno,
siendo válido todo lo visto hasta ahora en lo referente a consumidores y usuarios.
Por ello, el Art. 3 expresa: “[…] son consumidores y usuarios las personas físicas o jurídicas que
actúan en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional”.
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“A efectos de esta norma y sin perjuicio de lo dispuesto expresamente, son consumidores y usuarios
las personas físicas que actúen con un propósito ajeno a su actividad comercial, empresarial, oficio o
profesión.
Son también consumidores a efectos de esta norma las personas jurídicas y las entidades sin
personalidad jurídica que actúen sin ánimo de lucro en un ámbito ajeno a una actividad comercial o
empresarial”.
Art. 4. Concepto de empresario. “Toda persona física o jurídica, ya sea privada o pública, que actúe
directamente o a través de otra persona en su nombre o siguiendo sus instrucciones, con un
propósito relacionado con su actividad comercial, empresarial, oficio o profesión”.
Art. 5 Concepto de productor. “Al fabricante del bien o al prestador del servicio o su intermediario,
o al importador del bien o servicio en el territorio de la UE, así como a cualquier persona que se
presente como tal al indicar en el bien, ya sea en el envase, el envoltorio o cualquier otro elemento
de protección o presentación, o servicio su nombre, marca u otro signo distintivo”.
Art. 7 Concepto de proveedor. “El empresario que suministra o distribuye productos en el mercado,
cualquiera que sea el título o contrato en virtud del cual realice dicha distribución”.
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4.Actividades de las llamadas profesiones liberales (predomina el ejercicio del intelecto, empresario
caracterizado por estar dotado de una específica titulación académica)
5. Actividad intermediaria en la circulación de bienes y servicios (la protección se extiende a los
consumidores cuando contratan no con el comerciante, sino con sus colaboradores, representantes,
mandatarios o agentes).
Tras la enumeración anterior, la LRLCU incluirá a todo tipo de empresarios, sin limitarse solamente a
los empresarios mercantiles.
Tampoco se distingue entre pequeños y grandes empresarios.
En función de la condición personal podemos distinguir:
➢ Comerciante individual: cualquier persona física o persona que reúna los requisitos para ser
empresario.
➢ Empresario social: supuestos en los que la estructura formal de la empresa se reserva a una
figura societaria cualquiera (Sociedades Anónimas, Sociedades Limitadas o Cooperativas;
sería empresario social cualquier persona jurídica).
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Los códigos no se refieren a consumidores, sino a partes contratantes, en las que además se
consideran iguales entre sí, es decir, se sitúan en el mismo plano sin distinción de la parte económica
débil.
En consecuencia, la formación del contrato de los Códigos Civiles está desfasada de los actuales
esquemas sociopolíticos de protección del consumidor.
No obstante, conviene estudiar la situación existente antes y después del triunfo del principio pro-
consumidor, para observar los cambios producidos.
2. El concepto de contrato
2.1. Idea inicial de contrato
En términos contemporáneos, es relativamente pacífico considerar que la idea de contrato responde
al acuerdo o pacto que, mediante la prestación del correspondiente consentimiento, vincula o liga a
dos (o, en su caso, más) personas respecto de una determinada conducta de carácter patrimonial
Nuestro Código Civil: “el contrato existe desde que una o varias personas consiente en obligarse,
respecto de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio”.
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cadena sucesiva de intercambios económicos, aunque no todos esos intercambios son de la misma
naturaleza, no pudiendo todos ellos calificarse como contratos;
Ej.: la asistencia médica de un enfermo se obtiene por mediación de otros esquemas más complejos
y por la intervención del Estado, que abarata o facilita dichos bienes.
Aunque es cierto que no todo intercambio de bienes y servicios es un contrato, tales intercambios
constituyen según los juristas, la base del contrato (el acuerdo en realizar un determinado
intercambio de un bien o servicio por otro bien o servicio).
El dinero es el medio de intercambio por excelencia, pero puede ser que no intervenga para nada;
Ej.: concedo a un constructor la posibilidad de levantar un edificio otorgándome la propiedad del
ático.
La patrimonialidad ha de estar presente en todo acuerdo contractual; mientras que otras figuras
jurídicas consistentes también en un acuerdo de voluntades;
Ej.: el matrimonio, no pueden considerarse propiamente como un contrato por faltarles la nota de
la patrimonialidad.
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Una vez respetados los límites institucionales de la autonomía privada, el contenido de los contratos
depende en exclusiva de la propia voluntad las partes, quienes pueden incluir las cláusulas que crean
oportunas.
La subordinación de la voluntad de las partes a las normas imperativas puede interpretarse como un
papel preventivo o negativo respecto al pacto contractual, no obstante, ha de tenerse en cuenta otro
tipo de consideraciones:
✓ El ordenamiento jurídico despliega también un papel de carácter positivo acreditando que la
voluntad de estas no es absoluta y todopoderosa.
✓ El ordenamiento jurídico otorga al contrato fuerza vinculante y posibilidades de actuación.
Art. 1091 CC: “las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las
partes contratante, y deben cumplirse al tenor de los mismos”.
El mínimum de elementos que acredita la existencia de un contrato válido viene representado por el
consentimiento de las partes, el objeto y la causa.
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Pero, dado el reconocimiento de la autonomía privada, es obvio que las partes pueden introducir en
el contrato previsiones complementarias (no requeridas legalmente) de las que dependa la propia
eficacia del contrato celebrado.
b) Elementos accidentales del contrato: pueden estar presentes por voluntad de las partes en un
determinado contrato, pese a que su presencia no es esencial (conforme al art. 1.261), ni
determinante, para que pueda hablarse de contrato válido.
Tales elementos accidentales son la condición y el término, los cuales, una vez integrados
asumen una extraordinaria importancia no pudiendo ser calificados de meros accidentes.
…en los contratos gratuitos asume una especial relevancia --- el modo
Advertir que la enumeración "de los requisitos esenciales para la validez de los contratos"
realizada por el CC no es completa respecto de algunas categorías contractuales: en los contratos
formales o solemnes constituye un requisito estructural la forma, en sí misma considerada; los
contratos reales requieren la entrega de la cosa pues si no, no hay perfección del contrato, etc.
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El desarrollo de dicho mandato constitucional se llevó a cabo en la Ley 26/84, de 19 de julio y después
con su texto refundido de 2007.
Las fases que dan lugar al cierre o perfección del contrato radican en la oferta de una parte y la
aceptación de la otra.
Determinar el momento de perfección del contrato es de suma importancia, pues a partir de dicho
momento la oferta pasará a ser irrevocable y las partes podrán compelerse al cumplimiento del
contrato y comenzarán a correr los plazos.
La oferta contractual se caracteriza por ser un acto unilateral y generalmente revocable. No obstante,
existen también numerosas ofertas de carácter irrevocable al menos durante un plazo temporal
determinado.
Ej.: la Ley de Contrato de Seguro.
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En definitiva, la oferta contractual, para ser realmente tal, requiere que se mantenga su condición
inicial en espera de la aceptación de la contraparte.
Si se modifican las condiciones de la oferta por el eventual aceptante se está realizando una
contraoferta, que ahora habrá de ser objeto de aceptación por el que inicialmente era oferente.
En definitiva, el silencio o la falta de actuación de quien no puede ser considerado aún eventual
aceptante no puede considerarse como una manifestación positiva de voluntad que lo vincule
contractualmente.
{El silencio puede implicar afirmación tácita en aquellos casos que, por relaciones previas o cuando
en el modo procedente de actuar entre dos personas, el que puede y debe hablar, no haciéndolo ha
de reputarse que consiente en aras a no faltar a la buena fe.}
Por lo general, cuando los contratantes celebran el contrato de forma directa y personal,
encontrándose ambos presentes, la oferta y la aceptación no ofrecerán problemas de importancia.
En cambio, cuando las negociaciones se estén llevando en la distancia y los contratantes no tengan
un medio que de forma inmediata les permita concluirlas, pueden surgir graves incógnitas en relación
con el momento de perfección del contrato.
El supuesto característico de la contratación entre ausentes ha venido representado por los casos
en que oferta y aceptación se hacen a través de carta, télex, fax.
¿Cuándo quedará vinculado el oferente por la declaración de la voluntad del aceptante, o en otras
palabras cuándo ha de entenderse celebrado el contrato?
Diversas respuestas han sido ofrecidas por la doctrina y jurisprudencia en forma de teoría;
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➢ teoría de la emisión, Según ella, dada la concurrencia del consentimiento de ambas partes
contratantes, debe considerarse perfecto el contrato desde el mismo momento en que el
aceptante emite su declaración de voluntad.
➢ teoría de la expedición o remisión: Bastaría que el aceptante remitiese al oferente la declaración
de voluntad para que este último quede vinculado contractualmente.
➢ teoría de la recepción. Ante las dificultades ofrecidas por las tesis anteriores (generalmente
desestimadas por el Derecho positivo) respecto del posible conocimiento por parte del oferente,
la teoría de la recepción exige que la aceptación llegue al círculo propio de actividad del oferente,
aunque la recepción no suponga efectivo conocimiento de la aceptación por parte de éste (por
no encontrarse “presente" en el lugar correspondiente).
El C. Comercio, art. 54, se adscribía a la tesis de la expedición o remisión como momento perfectivo
del contrato, “quedarán perfeccionados desde que se conteste aceptando la propuesta”.
Esta ley mantiene el primer párrafo del art. 1262 del CC, que establece que "el consentimiento se
manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación sobre la cosa y la causa que han de constituir
el contrato”.
El sistema sigue intacto en el fondo: consentimiento, objeto y causa constituyen el contrato. En
cambio, respecto de la perfección del contrato, dicha ley ha modificado el criterio de determinación,
unificando los ap. 2 y 3 del art. 1262 y el 54 del Código Comercio; ambos preceptos establecen ahora,
en sendos párrafos lo siguiente:
“Hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la aceptó, hay consentimiento desde
que el oferente conoce la aceptación o desde que, habiéndosela remito el aceptante, no pueda
ignorarla sin falta a la buena fe.
El contrato, en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la oferta. En los contratos
celebrados mediante dispositivos automáticos hay consentimiento desde que se manifiesta la
aceptación”
Como regla general triunfa el criterio de la recepción como determinante en relación con la
perfección del contrato.
Como regla especial, la aceptación es determinante en los casos de contratación automática,
habiendo consentimiento desde que se manifiesta ésta. En cuanto a la contratación electrónica, esta
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ley establece un cuadro regulador de una materia absolutamente nueva en el mundo del derecho,
dejando a salvo en todo caso:
a) Que los contratos electrónicos, como cualesquiera otros, serán válidos "cuando concurran el
consentimiento y los demás requisitos necesarios para su validez".
b) Que tales contratos se regirán por lo dispuesto en la Ley especial y en... los Códigos Civil y A mayor
abundamiento la Ley 3/2014 de 27 de marzo, contempla en su art. 94, bajo la rúbrica de
Comunicaciones comerciales y contratación electrónica que “en las comunicaciones comerciales por
correo electrónico u otros medios de comunicación electrónica y en la contratación a distancia de
bienes o servicios por medios electrónicos, se aplicará además de los dispuesto en este título, la
normativa específica sobre servicios de la sociedad de la información y comercio electrónico”;
señalando, además, que “cuando lo dispuesto en este título entre en contradicción con el contenido
de la normativa específica sobre servicios de la sociedad de la información y comercio electrónico,
ésta será de aplicación preferente, salvo los dispuesto en el artículo 97.7, párrafo segundo”
FLORENTINA TUTUNARU 35
DERECHO DE CONSUMO
El Art. 51 CE, ha sido transcrito en la LCU y en el TRLCU, donde contempla y enumera como “derechos
básicos de los consumidores y usuarios”.
El artículo 2 de la LCU y, posteriormente, el artículo 8 del TRLCU desgrana tales elementos, “son
derechos básicos de los consumidores y usuarios:
✓ La protección contra los riesgos que puedan afectar su salud o seguridad.
✓ La protección de sus legítimos intereses económicos y sociales; en particular, frente a las
prácticas comerciales desleales y la inclusión de cláusulas abusivas en los contratos.
✓ La indemnización o reparación de los daños y perjuicios sufridos.
✓ La información correcta sobre los diferentes bienes o servicios y la educación y divulgación, para
facilitar el conocimiento sobre su adecuado uso, consumo o disfrute.
✓ La audiencia en consulta, la participación del procedimiento de elaboración de las disposiciones
generales que les afecten directamente y la representación de sus intereses, todo ello a través
de las asociaciones, agrupaciones o confederaciones de consumidores y usuarios legalmente
constituidas.
✓ La protección de sus derechos mediante procedimientos eficaces, en especial ante las
situaciones de inferioridad, subordinación e indefensión.
FLORENTINA TUTUNARU 36
DERECHO DE CONSUMO
“todos los bienes y servicios puestos a disposición de los consumidores y usuarios deberán
incorporar, acompañar o, en último caso, permitir de forma clara y comprensible, información veraz,
eficaz y suficiente sobre sus características esenciales.”
Continúa el Art. 18.2 TRLCU: “sin perjuicio de las exigencias concretas que se establezcan
reglamentariamente, todos los bienes y servicios puestos a disposición de los consumidores y
usuarios deberán incorporar, acompañar o, en último caso, permitir de forma clara y comprensible,
información veraz, eficaz y suficiente sobre sus características esenciales...”,
El Art. 18 TRLCU establece lo mismo que su predecesor Art. 13 LCU (derogado en 2007), aunque
parece conceder más importancia al “etiquetado y presentación de los bienes y servicios” que, al
propio derecho a la información, cuestión que debiera haberse desarrollado legislativamente al
revés, dando más importancia al derecho básico a la información veraz que al etiquetado.
FLORENTINA TUTUNARU 37
DERECHO DE CONSUMO
Muchos de los contratos de consumo son de ejecución instantánea; es decir, se agotan de manera
inmediata. Pero ello no significa que deban ser todos.
Bastantes de los contratos de adhesión (Contrato de adhesión o contrato por iguales es aquel
contrato que se redacta por una sola de las partes y el aceptante simplemente se adhiere o no al
mismo, aceptando o rechazando el contrato en su integridad) celebrados por los consumidores son
de naturaleza duradera y, en muchos casos son contratos de suministros (ej. luz, agua,).
Este deber de información de los empresarios, debe atenderse tanto en los momentos anteriores a
la celebración, cuanto a lo largo de la consumación o ejecución del contrato.
Por otro lado, en relación al deber de información, la heterogeneidad de los posibles objetos
contractuales choca frontalmente con la necesaria generalidad de la norma jurídica.
FLORENTINA TUTUNARU 38
DERECHO DE CONSUMO
4. Orden de 15 febrero 1990, por la que se establece la normativa para etiquetado informativo de los
guantes.
5. Orden de 15 febrero 1990, por la que se establece la normativa para el etiquetado informativo de
los artículos de marroquinería, viajes y guarnicionería.
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DERECHO DE CONSUMO
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DERECHO DE CONSUMO
FLORENTINA TUTUNARU 41
DERECHO DE CONSUMO
Todo lo más, se llegaba a afirmar que la falta o deficiencia en la información relativa a los productos
podría dar lugar a sanciones administrativas, pero sin incidencia en el contrato privado.
Tras la publicación de la LCU se pensaba que el Capítulo IV daría como mucho lugar a una
sanción administrativa, pero no que llegara a afectar a la dinámica del contrato, desde el punto de
vista del Derecho privado.
FLORENTINA TUTUNARU 42
DERECHO DE CONSUMO
Una vez respetadas tales normas, las partes pueden establecer el contenido contractual que les
parezca más acorde con sus intereses y pretensiones, mediante los oportunos “pactos, cláusulas y
condiciones”, que pueden ser de lo más variopinto y diverso.
De ahí la importancia de tener en cuenta también a los contratos atípicos (aquellos que regulan de
forma novedosa y desconocida por el ordenamiento jurídico, sus relaciones jurídicas, no ciñéndose,
por tanto, a ningún modelo de contrato preestablecido).
La autonomía privada no se manifiesta sólo respecto de la forma del contrato, sino que también lo
hace respecto del tipo o modelo de contrato más favorable para sus intereses.
Finalmente, mencionar las normas dispositivas en relación con el contenido de los contratos típicos.
Las partes pueden sustituir el mandato de dichas normas por un pacto o regla de carácter autónomo.
FLORENTINA TUTUNARU 43
DERECHO DE CONSUMO
Si las partes no proceden a tal sustitución, el mandato normativo de las normas dispositivas pasa a
formar parte del contenido contractual.
Dentro de los contratos típicos podemos mencionar los recogidos en el Código Civil (compraventa,
arrendamiento…) o en cualquier otra disposición legal. Su regulación se limita a ofrecer el marco
básico del contrato, ofreciendo a las partes la posibilidad de modificar el resto al tener naturaleza
dispositiva.
… la regulación legal de los contratos típicos suele ser tributaria de una larga tradición histórica o de
una aplastante expansión sociológica de ellos.
Se caracteriza por escasas normas de carácter imperativo y mayor libertad contractual,
estableciendo las partes el “cómo y dónde se entrega la cosa o se presta el servicio, precio y
modalidad de pago, garantías específicas de la operación, et…,” las cuales quedan al arbitrio de la
voluntad de los contratantes.
FLORENTINA TUTUNARU 44
DERECHO DE CONSUMO
3.- Teoría de la aplicación analógica: habrían de aplicarse las normas propias del contrato típico que
presente mayor identidad de razón. Estas propuestas doctrinales son escasamente realistas y poco
operativas.
Finalizadas tales tareas, el contrato debe obligar también, a todo cuanto se derive o dimane del
acuerdo contractual objetivamente entendido.
En este sentido, para la determinación del alcance y significado exacto del contrato, hay que
proceder a la integración del mismo, según el tenor literal del Art. 1250 del Código Civil:
“los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no solo al
cumplimiento de los expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su
naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley”.
“La integración de la publicidad y propaganda en el contenido del contrato, aunque las promesas
publicitarias no hayan sido transcritas ni incorporadas ni objeto de documentos anexos o anejos al
contrato documentalmente considerado”.
FLORENTINA TUTUNARU 45
DERECHO DE CONSUMO
2. El contenido de la oferta, promoción o publicidad, las prestaciones propias de cada bien o servicio,
las condiciones jurídicas o económicas y garantías ofrecidas serán exigibles por los consumidores y
usuarios, aun cuando no figuren expresamente en el contrato celebrado o en el documento o
comprobante recibido y deberán tenerse en cuenta en la determinación del principio de conformidad
con el contrato.
3. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, si el contrato celebrado contuviese cláusulas
más beneficiosas, estas prevalecerán sobre el contenido de la oferta, promoción o publicidad”.
“los contratos con los consumidores se integrarán, en beneficio del consumidor, conforme al
principio de buena fe objetiva, también en los supuestos de omisión de información precontractual
relevante”.
➢ Serán relevantes las obligaciones de información sobre los bienes o servicios establecidas en esta
norma y cualesquiera otras que resulten de aplicación y, además:
• Las características principales de los bienes o servicios, en la medida adecuada al soporte utilizado
y a los bienes o servicios.
• La identidad del empresario, incluidos los datos correspondientes a la razón social, el nombre
comercial, su dirección completa y su número de teléfono y, en su caso, del empresario por cuya
cuenta actúe.
• El precio total, incluidos todos los impuestos y tasas. Si por la naturaleza de los bienes o servicios
el precio no puede calcularse razonablemente de antemano o está sujeto a la elaboración de un
presupuesto, la forma en que se determina el precio, así como todos los gastos adicionales de
transporte, entrega o postales o, si dichos gastos no pueden ser calculados razonablemente de
antemano, el hecho de que puede ser necesario abonar dichos gastos adicionales.
En toda información al consumidor y usuario sobre el precio de los bienes o servicios, incluida la
publicidad, se informará del precio total, desglosando, en su caso, el importe de los incrementos o
FLORENTINA TUTUNARU 46
DERECHO DE CONSUMO
descuentos que sean de aplicación, de los gastos que se repercutan al consumidor y usuario y de los
gastos adicionales por servicios accesorios, financiación, utilización de distintos medios de pago u
otras condiciones de pagos similares.
• Los procedimientos de pago, entrega y ejecución, la fecha en que el empresario se compró mete
a entregar los bienes o a ejecutar la prestación del servicio.
• Además del recordatorio de la existencia de una garantía legal de conformidad para los bienes, la
existencia y las condiciones de los servicios posventa y las garantías comerciales.
➢ El apartado 1 se aplicará también a los contratos para el suministro de agua, gas o electricidad cuando
no estén envasados para la venta en un volumen delimitado o en cantidades determinadas,
calefacción mediante sistemas urbanos y contenido digital que no se preste en un soporte material.
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DERECHO DE CONSUMO
“con objeto de garantizar que el prestatario (persona que recibe dinero pagando un interés junto
con la devolución del capital que le ha sido prestado), tenga a su disposición la información necesaria
para que pueda comprender en su integridad la carga económica y jurídica del préstamo que va a
contratar y que, por lo tanto, se pueda considerar cumplido el principio de transparencia”.
Sin embargo, en otros casos, no basta con la interpretación y la calificación para determinar el
contenido del contrato, sino que es necesario extraer consecuencias complementarias.
A esto se le denomina integración del contrato, en cuanto su resultado puede suponer la agregación
de derechos y obligaciones no contemplados por las partes ni por las normas de carácter dispositivo;
la sustitución de determinadas disposiciones convencionales, o la declaración de nulidad de algunas
cláusulas contractuales.
Ej.: una persona alquila para irse de vacaciones un bungalow, con piscina hípica, golf…. Cuando
llegan al lugar, no hay mobiliario alguno en el chalet. El gerente de la urbanización se escusa en
que las cláusulas del contrato no especifican nada de mobiliario, motivo por el cual el contrato es
perfectamente válido.
En este supuesto, la Ley ampara al arrendatario (el que alquila), asistiéndole lo dispuesto en el Art.
1258 del Código Civil.
La integración del contrato se encuentra contemplada en el Art. 1258 del Código Civil:
“los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al
cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su
naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.
La función del art. 1258 del CC no es reinterpretar el contrato o acuerdo dentro de los márgenes de
la autonomía privada, sino todo lo contrario, es delimitar la autonomía contractual impidiendo que
se produzcan efectos desconocidos a las reglas del tráfico jurídico.
La norma de carácter imperativo que se aplica con independencia de la voluntad de las partes entra
en juego cuando las mismas hayan previsto extremos que son indisponibles o contrarios a la Ley
imperativa.
En tal caso, las cláusulas pactadas habrían de ser sustituidas por las legalmente aplicables.
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DERECHO DE CONSUMO
El art. 1258 CC señala como tales la buena fe, el uso y la ley. Sin embargo, el escalonamiento
jerárquico de tales medios de integración debe ser el contrario:
• en primer lugar, la ley imperativa, en su defecto, la dispositiva;
4.3. La Ley.
Las normas imperativas aplicables a un contrato o acuerdo contractual, tendrá primacía incluso
sobre el acuerdo o cláusulas acordadas por las partes.
Las normas dispositivas cuyo contenido puede prescindirse en virtud del principio de autonomía de
la voluntad. Su ámbito normativo se reduce a los casos en los que los individuos no establecen una
regulación distinta a la dispuesta legalmente.
(Ej.: art. 1455 CC: los gastos de otorgamiento de escrituras serán de cuenta del vendedor, y los de la
primera copia y los demás posteriores a la venta serán de cuenta del comprador, salvo pacto en
contrario.).
Los usos tienen carácter normativo y, por tanto, integran el acuerdo contractual en cuanto a
costumbre.
Los usos normativos, al igual que las normas dispositivas, en caso de ser conocidos y no queridos
por las partes, pueden ser excluidos del acuerdo contractual.
La razón es sencilla, como la costumbre solo rige en defecto de ley aplicable, la legitimación
normativa o legal de la autonomía privada conlleva la posibilidad de excluir la aplicación de las
normas consuetudinarias.
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DERECHO DE CONSUMO
En la actualidad, tanto el art. 1258 del Código Civil, cuanto el art. 8 de la LCU, son normas imperativas
y aplicables, así lo acreditan nuestro Tribunales en múltiples sentencias.
El art. 8 de la LCU ha sido ligeramente retocado por la Ley 23/2003, de 10 de julio, de garantías en la
venta de bienes de consumo. Una vez promulgado el RD Legislativo 1/2007, es evidente que el texto
original del art. 8 LCU ha quedado expresa y formalmente derogado a través de la refundición, pero
la nueva disposición legislativa ha consolidado el valor normativo y su carácter de mandato
imperativo.
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DERECHO DE CONSUMO
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DERECHO DE CONSUMO
La cuestión a dilucidar no es la obligatoriedad del contrato, sino la de evitar abusos por las
condiciones generales de algunas de las cláusulas que contradigan los más elementales principios de
justicia contractual o de equivalencia de las prestaciones.
Con ello se consigue establecer un cierto equilibrio entre las obligaciones del suministrador y del
consumidor.
2.3. Las condiciones generales de la contratación en Derecho español bajo la regulación del
Código Civil.
La legislación española no contemplaba la materia, por lo que la cuestión se reenvió a la doctrina
jurisprudencial, la cual ha llegado a conclusiones similares a las legalmente prevista en Derecho
comparado.
La jurisprudencia española recurría a una interpretación progresista y finalista del artículo 1288 CC
“la interpretación de cláusulas oscuras de un contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese
ocasionado la oscuridad”.
Por otra parte, el Consejo de las Comunidades Europeas, aprobó la Directiva 93/13 sobre las
cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores.
La imperfección técnica de la LCU de una parte, y la publicación de la Directiva 93/13 de otra, trajeron
consigo los trabajos legislativos sobre las condiciones generales de la contratación y la erradicación
FLORENTINA TUTUNARU 52
DERECHO DE CONSUMO
de las cláusulas abusivas, promulgándose la Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre condiciones generales
de la contratación.
En concreto, pretende erradicar las cláusulas abusivas en la contratación que afecte a los
consumidores.
- 2ª.- Que originen un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes.
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DERECHO DE CONSUMO
• Una cláusula es condición general cuando está predispuesta e incorporada a una pluralidad de
contratos exclusivamente por una de las partes, y no tiene por qué ser abusiva.
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DERECHO DE CONSUMO
• cláusula abusiva es la que en contra de las exigencias de la buena fe causa en detrimento del
consumidor un desequilibrio importante e injustificado de las obligaciones contractuales, y puede
tener o no el carácter de condición general…
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DERECHO DE CONSUMO
Una de las razones de su elaboración radicaba en la condena del Estado español, en virtud de una
sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, por no haber incorporado varios
artículos de la Directiva 93/13/CEE.
Ante ello, dicha Ley procedió a la modificación del tenor literal de los art. 10.2 y 10 bis de la LCU.
Por su parte, la Ley 3/2014, de 27 de marzo, ha añadido nuevas garantías en esta materia. Una de
ellas está referida al tamaño de la tipografía empleada en los contratos adhesivos, prácticamente
ilegible para la mayoría de las personas.
De otro lado también ha sido modificado el Art. 81 TRLCU (Aprobación e información), de manera
que, de forma preventiva, las administraciones, los notarios y registradores, puedan realizar una
tarea previa de control de la ausencia de cláusulas abusivas en los contratos predispuestos por los
profesionales o suministradores de bienes y servicios.
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DERECHO DE CONSUMO
6.6. Las reformas introducidas por la Ley 5/2019, de 15 de marzo, reguladora de los contratos
de crédito inmobiliario.
La Ley 5/2019, ha modificado:
- La LCGC (de condiciones general de la contratación): “la redacción de las cláusulas generales deberá
ajustarse a los criterios de transparencia, claridad, concreción y sencillez. Las condiciones
incorporadas de modo no transparente en los contratos en perjuicio de los consumidores serán nulas
de pleno derecho”
- El TRLCU: “las condiciones incorporadas de modo no transparente en los contratos en perjuicio de
los consumidores serán nulas de pleno derecho”.
FLORENTINA TUTUNARU 57
DERECHO DE CONSUMO
La CE de 1978 declara que: “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y
adecuada, los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el
interés general para impedir la especulación.”
Los adquirientes o consumidores ven cómo en numerosas ocasiones sus expectativas se ven
gravemente frustradas porque: el inmueble entregado no responde a la calidad prevista / los metros
útiles no concuerdan con los ofertados / el precio pactado inicialmente ha sido incrementado….
Por estos motivos, la sociedad actual demanda la adopción de medidas a asegurar:
- la calidad de las edificaciones y,
FLORENTINA TUTUNARU 58
DERECHO DE CONSUMO
Vamos a hacer un breve recorrido cronológico por las disposiciones legislativas en relación con la
materia de consumidores y usuarios.
Dicha Ley establecía medidas preventivas para garantizar la aplicación efectiva a la construcción de
las cantidades dinerarias anticipadas, así como su devolución en caso de no llevarse a efecto.
Recientemente, la Ley 20/2015, de 14 de julio, de ordenación, supervisión y solvencia de las
entidades aseguradoras y reaseguradoras, de forma algo rocambolesca y sorprendente, ha dado
nueva redacción a la disposición adicional primera de la Ley 38/1999, de ordenación de la edificación;
disposición adicional que tendrá vigor a partir del día uno de enero de 2016, conforme a la siguiente
redacción:
Disposición adicional primera. Percepción de cantidades a cuenta del precio durante la construcción.
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DERECHO DE CONSUMO
Art. 53: “solo por ley podrán regularse el ejercicio de tales derechos y libertades”. Da el “pistoletazo
de salida” al desarrollo normativo sobre la defensa y protección de consumidores y usuarios.
a). Real Decreto 1507/2000, de 1 de septiembre, por el que se catalogan diversos productos, bienes
y servicios. Los anexos relacionan bienes, productos y servicios de uso o consumo común, entre los
cuales se encuentra la vivienda destinada a residencia habitual.
b). Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre Condiciones Generales de la Contratación. Juega un papel
importante en cuanto a fomentar la información.
3. NOCIONES INSTRUMENTALES.
3.1 E comprador o arrendatario como consumidor.
El RD 515/1989 delimita su ámbito de aplicación en el art. 1, para la venta o arrendamiento de
viviendas a los consumidores, entendiéndose por tales según el art. 3 TRLCU como, las personas
físicas o jurídicas destinatarios finales de los inmuebles, es decir, para satisfacer sus necesidades
personales o familiares y no volver a introducirlos en el proceso de comercialización.
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DERECHO DE CONSUMO
Únicamente la Ley 57/1968 (DEROGADA), ofrecía una definición incidiendo en que habrán de ser
“destinadas a domicilio o residencia familiar con carácter permanente o bien a residencia de
temporada, accidental o circunstancial”
Por otro lado, la Ley 29/1994, de 24 de noviembre, de Arrendamientos Urbanos (LAU), en base al
objeto sobre el que recae el contrato, la configura como “edificación habitable cuyo destino
primordial es el de satisfacer la necesidad permanente de vivienda del arrendatario”.
El legislador en su definición de vivienda, no se está limitando a la superficie de terreno delimitada
por los muros que la rodean, sino que incluye las zonas comunes y los servicios accesorios (jardines,
piscinas, zonas deportivas, etc..).
Finalmente, resaltar que la protección al consumidor de viviendas no se circunscribe a las que se
encuentren totalmente construidas, sino que se hace extensiva a aquellas que estén en fase de
ejecución.
La publicidad hoy día actúa como reclamo frente a los consumidores, por ello el RD 515/1989 invoca
el “principio de veracidad en la oferta, promoción y publicidad”, exigiendo que deberá ajustarse a
las verdaderas características, condiciones y utilidad de la vivienda, expresando siempre si la misma
se encuentra en construcción o si la edificación ha concluido.
Así mismo, faculta al comprador o arrendatario de una vivienda para exigir cuantos datos,
características y condiciones se hubieren ofrecido por vía publicitaria, “aun cuando no figuren en el
contrato celebrado”.
FLORENTINA TUTUNARU 61
DERECHO DE CONSUMO
• Identificación de la persona física o jurídica que actúe como vendedor o arrendador. Si es persona
jurídica, la inscripción en el registro mercantil.
• Plano del emplazamiento y de la vivienda misma, así como descripción y trazado de las redes
eléctrica, de agua, gas y calefacción y garantías de las mismas, y de las medidas de seguridad contra
incendios con que cuente el inmueble.
• Descripción de la vivienda con expresión de su superficie útil, y descripción general del edificio en
el que se encuentra, de las zonas comunes y de los servicios accesorios.
• A estos efectos, conviene introducir la diferenciación entre superficie útil, superficie construida y
superficie total.
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DERECHO DE CONSUMO
Además, existen otras informaciones que también habrá de ponerse a disposición del público o de
las autoridades, en el caso de contrato de compraventa:
A) Información sobre cumplimiento de normas urbanísticas: Copia de: autorizaciones para la
construcción, cédula urbanística, licencia de ocupación de vivienda, zonas comunes y servicios
accesorios.
B) Información relativa al régimen de propiedad horizontal: Estatutos y normas de funcionamiento
de la Comunidad de Propietarios, contratos de servicios y suministros de la comunidad, y en su caso,
un extracto de cuentas y obligaciones de la vivienda objeto de venta (cuotas de participación de cada
vivienda).
C) Información de los tributos: Información en cuanto al pago de los tributos que graven la
propiedad de la vivienda o utilización de la misma:
Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): Regulado por Ley 37/1992 de 28 de diciembre.
Este impuesto, grava las transmisiones patrimoniales cuando se realizan en el desarrollo de una
actividad empresarial.
El IVA es el impuesto que repercute la parte vendedora sobre la compradora, quien vendrá obligada
a pagarlo para gravar la entrega de la vivienda.
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DERECHO DE CONSUMO
• Precio total de la venta, incluyendo honorarios del Agente, y en su caso, el IVA o ITPAJD.
• Forma de Pago. De mediar aplazamiento se especificará el tipo de interés aplicable por tal
circunstancia, detallándose las cantidades a abonar por principal e intereses y fechas de vencimiento.
• Medios de pago admisibles para las cantidades aplazadas. Posible subrogación del consumidor en
alguna operación de crédito, aportándose cuantos datos identificativos del préstamo hipotecario,
Notario autorizante, fecha de esta e inscripción en el Registro de la Propiedad y la responsabilidad
hipotecaria que corresponde a cada vivienda, con expresión de vencimientos y cantidades.
En caso de no quererse por el comprador tal subrogación, parece evidente que los gastos de
cancelación deberán ser de cuenta del vendedor.
“se deberá tener a disposición del público y de las autoridades competentes copia del documento
en que se formalicen las garantías de las cantidades entregadas.”
La exigencia de medidas que aseguren las cantidades entregadas a cuenta por el comprador obedece
al espíritu protector e irrenunciable por parte de éste, afectando tanto a las personas físicas como
jurídicas que promuevan la construcción de viviendas, cuyo destino sea el de residencia familiar.
Las medidas a cumplir por el promotor son dos:
1.- En el supuesto de que la construcción no se inicie o no se finalice en el plazo convenido, se obliga
a garantizar la devolución de las cantidades entregadas a cuenta incrementándose el 6% del interés
anual, mediante contrato de seguro o aval solidario prestado por entidad bancaria.
2.- Todas las cantidades que se perciban en concepto de anticipo facilitado por los adquirientes,
deberán depositarse en una cuenta especial habilitada al efecto por el promotor de la construcción
en entidades autorizada, con la finalidad de que en ningún caso tales cantidades puedan ser
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DERECHO DE CONSUMO
destinadas a otros fines distintos de los que le son propios, con separación de cualquier otro tipo de
fondos pertenecientes al promotor.
Además, se impone la obligación de hacer constar expresamente en los contratos:
1.- Que el cedente se obliga a la devolución al cesionario de las cantidades percibidas, incrementadas
con los intereses legales del dinero en tres supuestos: si la construcción no se inicia / si no se termina
en los plazos previstos en el contrato / si no se obtiene la Cédula de Habitabilidad.
2.- Referencia al aval bancario o contrato de seguro suscrito, así como identificación de la entidad.
3.- Designación de la entidad y número de cuenta a través de la cual los adquirientes deberán hacer
entrega de las cantidades anticipadas pactadas en el contrato. Deberá entregarse al adquiriente en
el momento de normalización del contrato, copia de la póliza de seguro suscrita o del aval referido
anteriormente.
1.- Pueden negociar directamente con los suministradores de bienes, a través de una negociación
individual y dirigida a la firma del contrato.
2.- Pueden verse sometidos a adherirse a cualesquiera formularios contractuales que, con carácter
general, reclamen la aplicación de la Ley de Condiciones Generales de Contratación (LCGC). En
cualquiera de ambos supuestos, son de aplicación las normas protectoras de consumidores y
usuarios, si bien las disposiciones propias de la LCGC sólo entrarán en juego en los supuestos de
contratos de adhesión.
El RD 515/1989 establece en su Art. 9: “A la firma del contrato todo adquiriente tiene derecho a
recibir a costa del vendedor todos los documentos citados anteriormente”.
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DERECHO DE CONSUMO
Con ello se intensifica la protección al consumidor mediante una perfecta información, lo que
evidentemente tiene un extraordinario valor probatorio para el supuesto de que la ejecución del
contrato no se realice conforme a lo comprometido.
El RD impone esta carga al vendedor, no sólo en cuanto a su aportación, sino que deberá realizarse
a su costa.
7. INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO.
El Art. 3.2 del RD 515/2009 establece: “Los datos, características y condiciones relativas a la
construcción de la vivienda, a su ubicación, servicios e instalaciones, adquisición, utilización y pago
que se incluyan en la oferta promoción y publicidad serán exigibles aun cuando no figuren
expresamente en el contrato celebrado.
“Al margen de esta integración del contrato vía publicidad, lo cierto es que el RD no indica cuáles
son los mecanismos jurídicos de los que dispone el consumidor de vivienda en los casos de
incumplimiento contractual, limitándose a establecer una remisión al régimen sancionador.
Se comprende que el Ordenamiento Jurídico dispone de medios eficaces para conseguir la
reparación de los daños experimentados o sufridos por los consumidores.
Esta Ley dispone que la responsabilidad general de los diferentes agentes de la edificación por daños
materiales se exigirá de forma personal e individualizada, no obstante, se exigirá solidariamente
cuando no pueda ser atribuida en forma individualizada al responsable del daño o cuando exista
concurrencia de culpa, sin que pueda precisarse la influencia de cada agente interviniente en el daño
producido.
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DERECHO DE CONSUMO
• Durante 10 años: de los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos que afecten
a la cimentación, soportes, vigas, forjados, muros de carga u otros elementos es- estructurales y que
comprometan directamente la resistencia mecánica y la estabilidad del edificio.
• Durante 3 años: de los daños materiales causados al edificio por vicios o defectos de los elementos
constructivos o de las instalaciones que ocasionen el incumplimiento de los re- quesitos de
habitabilidad
• Durante 1 año: el constructor responderá de los daños materiales por vicios o defectos de ejecución
que afecten a elementos de terminación o acabado de obras.
Consecuentemente, la Ley impone un régimen de garantías con la obligación de suscribir un seguro
que cubra los daños antes reseñados, siendo los obligados tomadores de los seguros el promotor,
salvo pacto de que lo suscriba el constructor en los dos primeros casos, mientras que, en el tercero,
lo será en todo caso el constructor.
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En el art. 113, se establecen como requisitos, que el texto haya sido previamente aprobado por la
Delegación del Ministerio de la Vivienda de la provincia donde radiquen las mismas y la necesaria
inclusión en el texto de diferentes datos, los cuales habrán de componer en el anuncio en tipos
perfectamente legibles y de tamaño igual al predominante en la publicación donde se inserte.
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DERECHO DE CONSUMO
1. PREMISA.
Hasta la Directiva 2011/83/UE, y su posterior incorporación mediante la promulgación de la Ley
3/2014 (que modifica el TRLCU), el derecho español regulada de manera distinta y separada “los
contratos celebrados fuera del establecimiento mercantil” y “los contratos celebrados a distancia”.
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encontrarla en que en los contratos celebrados fuera del establecimiento mercantil, el consumidor
probablemente no reflexione acerca de su decisión de contratar, lo que no sucede en los contratos
celebrados a distancia en los que si tiene tiempo suficiente para ello, aunque corre el riesgo de que
la mercancía recibida no se corresponda exactamente con sus deseos, no sea conforme a la oferta o
a la publicidad que acompaña a la oferta, o que sea defectuosa, por lo que se concede un tiempo
para privar de eficacia al contrato.
a) Catálogo: es el medio esencial utilizado por las empresas más importantes (gran variedad de
dimensiones y formatos), pueden ser generales o especializados.
b) Ofertas hechas para “mailing”: a través de la publicidad postal, sobre un sólo artículo o varios
artículos, pueden incluir una orden de pedido o un sobre de respuesta, (el mailing es un formato
más de publicidad utilizado mayormente para promocionar servicios y productos de una marca).
Estos contratos no constituyen prácticas comerciales irregulares, sino que se trata de proteger al
consumidor contra sí mismo, contra su propio exceso de confianza, superando la situación de
FLORENTINA TUTUNARU 70
DERECHO DE CONSUMO
inferioridad contractual ante vendedores persistentes y que hacen uso de técnicas agresivas.
Características de este tipo de contratación:
1. El lugar donde se realiza el contrato (oferta y aceptación), no es el habitualmente reservado al
comercio.
2. Se dirige a personas que no han manifestado su deseo de contratar, jugando pues el factor sorpresa
a favor del empresario (porque el momento de la visita es elegido por él, y porque el cliente es
sorprendido, y puede sentirse incómodo ante la dialéctica persuasiva del comerciante).
3. Tales circunstancias impiden al consumidor comparar los precios o las calidades de ofertas
similares.
4. Dada la rapidez de la contratación, la decisión tomada por el consumidor puede no haber sido
suficientemente madura y reflexiva.
5. Como el contrato se realiza sin testigos, le resulta muy difícil al consumidor demostrar que ha sido
víctima de un comportamiento abusivo.
En nuestro país, la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista (LOCM), fue
la primera regulación estatal sobre las ventas a distancia. En Europa, ante este tipo de contratación,
se dictó la Directiva 7/97, de 20 de mayo, relativa a la protección de los consumidores y en materia
de contratos a distancia.
Esta Directiva, trajo consigo la necesidad de adecuar la LOCM, por lo que se publicó la Ley 47/2002,
de 19 de diciembre de reforma de la Ley 7/1996, 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista.
Como es natural, en adelante, nos referiremos a la redacción vigente en la actualidad TRLCU-2007.
FLORENTINA TUTUNARU 71
DERECHO DE CONSUMO
La Directiva 2011/83/UE, dio lugar a la Ley 3/2014, de 27 de marzo, por la que se modifica el TRLCU
y la Ley 7/1996, de 15 de enero.
En ella se refuerza “la información al consumidor y usuario en los contratos a distancia y los contratos
celebrados fuera del establecimiento del empresario”, tales como informar de la existencia y las
condiciones de los depósitos u otras garantías financieras, existencia y condiciones de los servicios
posventa, …
Contratos celebrados fuera del establecimiento mercantil: a) Contratos celebrados con la presencia
física simultánea del empresario y del consumidor y usuario, en lugar distinto al establecimiento
mercantil del empresario. b) Contratos celebrados en el establecimiento mercantil del empresario o
mediante el uso de cualquier medio de comunicación a distancia después de que haya existido
contacto personal e individual en un lugar que no sea el establecimiento mercantil del empresario,
con la presencia física simultánea del empresario y el consumidor y usuario. c) Contratos celebrados
durante una excursión organizada por el empresario con el fin de promocionar y vender sus
productos o servicios.
6. INFORMACIÓN PRECONTRACTUAL.
En la defensa de los consumidores y usuarios, la información precontractual es fundamental para
exigir a los suministradores de bienes y servicios una conducta adecuada a la buena fe, de tal manera
que, en todos estos contratos, deben quedar contemplados expresamente la documentación
suministrada a distancia.
Según los autores, en vez de extenderse la normativa (Art. 97 TRLCU) en redactar la imperativa
información precontractual, hubiera sido más efectivo buscar una fórmula general para dejar
establecido que cualquier aspecto relacionado con el contrato, habría de considerarse parte
integrante del mismo, y que, en caso de acreditar el consumidor su publicidad, cualquier
incumplimiento redundaría siempre en beneficio del consumidor y en perjuicio del empresario.
7. REQUISITOS FORMALES.
Requisitos formales de los contratos…. han de entenderse reducidos a la idea de que: - La información
precontractual haya sido suministrada.
- Que se acredite la voluntad consciente de celebración del contrato por parte del consumidor y
- Que finalmente, el empresario proporcione al consumidor una confirmación o copia del contrato
celebrado en papel o en cualquier otro soporte duradero.
FLORENTINA TUTUNARU 72
DERECHO DE CONSUMO
“1.- En ningún caso la falta de respuesta a la oferta de contratación podrá considerarse aceptación
de ésta.
2.- Si el empresario, sin aceptación explícita del consumidor y usuario destinatario de la oferta, le
suministrase el bien o servicio ofertado, se aplicará el art. 66 quater (consumidor y usuario receptor
no estará obligado a su devolución, ni podrá reclamársele pago……).”
El eventual silencio de quien recibe una oferta contractual no solicitada ni instada por él carece de
valor alguno.
b) Contratos de venta: el día en que adquiera la posesión material de los bienes solicitados o bien:
➔ En caso de entrega de múltiples bienes encargados: el día que adquiera la posesión material
del último de los bienes.
➔ En caso de entrega de un bien compuesto por múltiples componente o piezas: el día en que
adquiera la posesión material del último componente o pieza.
FLORENTINA TUTUNARU 73
DERECHO DE CONSUMO
l) El suministro de servicios de alojamiento para fines distintos del de servir de vivienda, transporte
de bienes, alquiler de vehículos, comida o servicios relacionados con actividades de esparcimiento,
si los contratos prevén una fecha o un periodo de ejecución específicos.
FLORENTINA TUTUNARU 74
DERECHO DE CONSUMO
a) “El empresario reembolsará todo pago recibido del consumidor y usuario, incluidos, en su caso,
los costes de entrega, sin demoras indebidas y, en cualquier caso, antes de que hayan transcurrido
14 días naturales desde la fecha en que haya sido informado de la decisión de desistimiento del
contrato del consumidor y usuario de conformidad con el artículo 106.
b) En caso de retraso injustificado por parte del empresario respecto a la devolución de las sumas
abonadas, el consumidor y usuario podrá reclamar que se le pague el doble del importe adeudado,
sin perjuicio a su derecho de ser indemnizado por los daños y perjuicios sufridos en los que excedan
de dicha cantidad.
c) No obstante lo dispuesto en el apartado 1, en caso de que el consumidor y usuario haya
seleccionado expresamente una modalidad de entrega diferente a la modalidad menos costosa de
entrega ordinaria, el empresario no estará obligado a reembolsar los costes adicionales que de ello
se deriven.
d) Salvo en caso de que el empresario se haya ofrecido a recoger él mismo los bienes, en los contratos
de venta, el empresario podrá retener el reembolso hasta haber recibido los bienes, o hasta que el
consumidor y usuario haya presentado una prueba de la devolución de los bienes, según qué
condición se cumpla primero.”
El empresario juega con la timidez o falta de tiempo del consumidor para la devolución del producto.
Art. 66 quáter TRLCU:
1.“Queda prohibido el envío y el suministro al consumidor y usuario de bienes, de agua, gas o
electricidad, de calefacción mediante sistemas urbanos, de contenido digital o de prestación de ser-
vicios no solicitados por él, cuando dichos envíos y suministros incluyan una pretensión de pago de
cualquier naturaleza.
En caso de que así se haga, y sin perjuicio de la infracción que ello suponga, el consumidor y usuario
receptor no estará obligado a su devolución o custodia, ni podrá reclamársele pago alguno por parte
del empresario que envió el bien o suministró el servicio no solicitado.
FLORENTINA TUTUNARU 75
DERECHO DE CONSUMO
En tal caso, la falta de respuesta del consumidor y usuario a dicho envío, suministro o prestación de
servicios no solicita- dos no se considerará consentimiento.
En caso de contratos para el suministro de agua, gas, electricidad –cuando no estén envasados para
la venta en un volumen delimitado o en cantidades determinadas–, o calefacción mediante sistemas
urbanos, en los que el suministro ya se estuviera prestando previamente al suministro no solicitado
al nuevo suministrador, se entenderá el interés del consumidor en continuar con el suministro del
servicio con su suministrador anterior, volviendo a ser suministrado por éste quién tendrá derecho a
cobrar los suministros a la empresa que suministró indebidamente.
2.Si el consumidor y usuario decide devolver los bienes recibidos no responderá por los daños o
deméritos sufridos, y tendrá derecho a ser indemnizado por los gastos y por los daños y perjuicios
que se le hubieran causado”.
Por eso: Art. 109 TRLCU: “Salvo que las partes hayan acordado otra cosa, el empresario deberá
ejecutar el pedido sin ninguna demora indebida y a más tardar en el plazo de 30 días naturales a
partir de la celebración del contrato.
En caso de no ejecución del contrato por parte del empresario por no encontrarse disponible el bien
o el servicio contratado, el consumidor y usuario deberá ser informado de esta falta de disponibilidad
y deberá poder recuperar sin ninguna demora indebida las sumas que haya abonado en virtud del
mismo; pudiendo exigir el consumidor, en caso de retraso injustificado, reclamar el doble del importe
adeudado.
FLORENTINA TUTUNARU 76
DERECHO DE CONSUMO
2. Sin embargo, si la compra hubiese sido efectivamente realizada por el consumidor y usuario titular
de la tarjeta y la exigencia de devolución no fuera consecuencia de haberse ejercido el derecho de
desistimiento o de resolución, aquél quedará obligado frente al empresario al resarcimiento de los
daños y perjuicios ocasionados como consecuencia de dicha anulación.
10.3 Solidaridad del empresario y sus agentes en contratos fuera del establecimiento
mercantil.
FLORENTINA TUTUNARU 77
DERECHO DE CONSUMO
Por lo general, el viajero recurre a las Agencias de viajes y Organizaciones para contratar el paquete
turístico denominado “todo incluido” (transporte, hotel, comidas y restaurantes, excursiones, etc.…).
Estos paquetes turísticos o “viaje combinado” por un precio global en el que viajero solamente debe
concluir un único contrato con la empresa de viajes.
De no ser así, la oferta sería muy reducida y el coste mucho más elevado, con la siguiente
imposibilidad para las personas con rentas medias o bajas de poder realizar viajes turísticos,
vacaciones o de placer, de vez en cuando.
Estas razones, ponen de manifiesta la necesidad de establecer el correspondiente marco normativo
“ad hoc” (que es apropiado o adecuado).
FLORENTINA TUTUNARU 78
DERECHO DE CONSUMO
2. En la celebración del contrato: se debe formalizar por escrito y ha de contener todos los detalles
del viaje.
3. Antes de la realización del viaje: en esta fase se presentan los problemas relacionados con las
posibles alteraciones del contenido contractual. Por lo que atañe al consumidor, se le permite ceder
a otra persona la reserva que tenga a su favor.
En lo que respecta al empresario turístico, se desarrollan una seria de cautelas legales para impedir
alteraciones en el contrato, o en todo caso, que dichas modificaciones permitan al consumidor
resolver o cancelar el contrato y exigir la correspondiente indemnización.
4.En la fase de ejecución del contrato, ante un posible incumplimiento contractual se establece la
responsabilidad de organizadores y detallistas. Se impone la obligación de adoptar soluciones
inmediatas y adecuadas para solventar los inconvenientes durante el viaje, sin perjuicio de las
indemnizaciones por daños realmente sufridos.
Se plantea aquí el problema de solvencia para hacer frente a las posibles indemnizaciones y
reembolso de los fon- dos depositados, conforme al cual se impone a las Agencias de viajes la
obligación de constituir una fianza destinada a esta finalidad.,
La razón es que “la fragmentación jurídica supone mayores costes para las empresas y obstáculos
para los empresarios que desean desarrollar actividades transfronterizas, limitando de este modo
las opciones de los consumidores”.
La transposición de esta Directiva al Derecho español se materializó, a través del RD Ley 23/2018, de
21 de diciembre.
3. ÁMBITO DE APLICACIÓN.
La diferencia entre el “viaje combinado” y los “servicios de viajes vinculados”, es que en los primeros
supone la contratación en bloque y de forma unitaria de un conjunto de servicios de viaje o
vacaciones, mientras que, en lo segundos, supone la contratación separada de todos aquellos
servicios, pero todos ellos celebrados para servir unitariamente para un mismo viaje o vacaciones.
FLORENTINA TUTUNARU 79
DERECHO DE CONSUMO
Se trata, por tanto, de una figura intermedia entre el viaje combinado, y la contratación totalmente
individualizada e independiente de los distintos servicios de viaje.
3.1 Ámbito objetivo: los conceptos de viaje combinado y de servicios de viaje vinculados.
El ámbito objetivo es delimitado por los conceptos “viaje combinado” y “servicios de viaje
vinculados”. ➔ Viaje combinado: caracterizados por 3 requisitos:
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DERECHO DE CONSUMO
Desde la primera Ley de viajes combinados de 1995, el organizador tenía la obligación de facilitar al
consumidor un programa o folleto informativo, claro y preciso sobre la oferta del viaje combinado.
La existencia de los folletos informativos, fotografías incluidas, constituye pues una práctica habitual
de los empresarios de la distribución de servicios turísticos.
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DERECHO DE CONSUMO
El TRLCU no se pronuncia sobre las consecuencias del incumplimiento del mismo, si bien, a tenor del
art. 1279 CC, el consumidor puede compeler a la Agencia de Viajes a cumplimentar este requisito y
se le entregue un ejemplar del contrato.
Como criterio análogo puede citarse lo establecido en materia de contratos fuera del establecimiento
mercantil: el contrato podrá ser anulado a instancia del consumidor si no se cumplen los requisitos
de documentación -por escrito, doble ejemplar, etc.
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DERECHO DE CONSUMO
f) En caso de viajar menor no acompañado, información que permita contacto directo con persona
responsable del mismo…
g) Información sobre procedimiento de tramitación de reclamaciones.
h) Información de que el viajero puede ceder el contrato a otro viajero….
El minorista proporcionará al viajero los recibos, vales y billetes necesarios, información acerca de la
hora de salida programada, horario de escalas, conexiones de transporte y llegadas…
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DERECHO DE CONSUMO
FLORENTINA TUTUNARU 84
DERECHO DE CONSUMO
El consumidor puede en todo momento desistir del viaje contratado, teniendo en tal caso derecho a
la devolución de las cantidades ya pagadas, pero en este caso le corresponderá al consumidor pagar
una indemnización a la Agencia de viajes, salvo que se esté ante situaciones de fuerza mayor.
Los importes indemnizatorios por desistimiento del consumidor:
1. Gastos de gestión, de anulación, y una penalización variable según la antelación con que se haga:
✗ 5 % del precio total del viaje: entre 10 y 15 días antes.
✗ 15 % del precio total del viaje: entre 3 y 10 días antes.
✗ 25 % del precio total del viaje: 48 horas antes.
Una vez comenzado el viaje, para los supuestos de incumplimiento, la Ley ha previsto una serie de
obligaciones de la Agencia de Viajes.
Art. 161.5 TRLCU “cuando una proporción significativa de los servicios de viaje no pueda prestarse
según lo convenido en el contrato, el organizador o minorista, ofrecerá, sin coste adicional alguno
para el viajero, fórmulas alternativas adecuadas, de calidad equivalente o superior a las especificadas
en el contrato”.
Primera medida: el Organizador deberá adoptar las soluciones adecuadas para la continuidad del
viaje. Si no satisface al consumidor, deberá facilitar el regreso al lugar de origen.
•Si las medidas adoptadas comportan un mayor coste para la Agencia, no puede reclamar el pago de
las cantidades suplementarias al consumidor.
•Si se produce un abaratamiento del viaje, se abonará la diferencia a favor del consumidor. Cuando
el incumplimiento afecte sustancialmente a la ejecución del viaje y el organizador no lo subsane en
un plazo razonable, el viajero podrá poner fin al contrato sin ninguna penalización, y solicitar tanto
la reducción del precio como una indemnización por daños y perjuicios, además se repatriará al
viajero en un transporte equivalente sin dilaciones indebidas y sin coste adicional.
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DERECHO DE CONSUMO
La regla general es que la Agencia de Viajes responde del cumplimiento de las obligaciones del
contrato y de los daños sufridos por el consumidor, con independencia de que las prestaciones deban
ser ejecutadas directamente por la Agencia o por otros prestadores de servicios (transportistas,
hoteleros…).
Ahora bien, para determinar el grado de responsabilidad, el legislador español establece como regla
general en favor de los viajeros, la responsabilidad solidaria tanto del organizador como del minorista
“con independencia de que estos servicios los deban ejecutar ellos mismos u otros prestadores”.
a) imputable al viajero
b) imputable a un tercero ajeno a la prestación de los servicios contratados e imprevisible o
inevitable, o
c) debida a circunstancias inevitables y extraordinarias.” En los demás casos, el contrato podrá limitar
la indemnización que debe pagar el organizador o el minorista siempre que esa limitación no se
aplique a los daños corporales o perjuicios causados de forma intencionada o por negligencia y que
su importe no sea inferior al triple del precio total del viaje.
FLORENTINA TUTUNARU 86
DERECHO DE CONSUMO
Por ello, “antes de que el viajero quede obligado por cualquier contrato, el empresario que facilita
servicios indicará de forma clara, comprensible y destacada que, cada prestador de servicios será el
único responsable de la correcta prestación contractual de su servicio”.
Ahora bien; si el empresario que facilita estos servicios de viaje vinculados omite esta obligación de
información, responderá de la ejecución correcta de tales servicios (responsabilidad exclusiva del
organizador).
El Art. 164 TRLCU, “obliga a los empresarios a constituir y mantener en permanente vigencia una
fianza.”
FLORENTINA TUTUNARU 87
DERECHO DE CONSUMO
El derecho de aprovechamiento por turno es una figura que, en sus coordenadas actuales, es de
reciente creación y de una gran indefinición en sus modalidades concretas.
Se puede definir, en términos descriptivos, como un nuevo instrumento jurídico que, respondiendo
a una técnica económica y de marketing y a un proceso de promoción empresarial de extraordinaria
agresividad, permite el acceso a una vivienda turística durante un determinado período de tiempo
anual en sucesivas anualidades
se trata de un mecanismo que no tiene como finalidad satisfacer una necesidad primaria y
permanente de vivienda, sino que su particularidad más relevante reside en que el uso del bungalow,
piso o apartamento se divide en fracciones temporales determinadas. De tal forma, el adquirente
ostenta el derecho de usar la vivienda durante un período concreto del año, siendo un derecho de
carácter perpetuo o temporal (pero de larga duración), según sea la fórmula utilizada.
El segundo párrafo de la exposición de motivos de la Ley 42/1998, daba precisa cuenta de la novedad
del fenómeno: en efecto, la promoción comercial del timesharing se ha producido sólo en las últimas
décadas del siglo XX, provocando de inmediato la preocupación de los legisladores en distintos países
europeos y, finalmente, en la propia Unión Europea, que han debido afrontar una serie de problemas
de distinta índole: terminológica, de configuración o naturaleza jurídica, socioeconómicos,
procesales, etc.
… uno de los problemas sustanciales de lege ferenda ha residido en determinar si la contratación al
respecto debía regirse por la lex rei sitae o por la lex loci.
La disposición adicional segunda de la Ley 42/1998: “Todos los contratos que se refieran a derechos
relativos a la utilización de uno o más inmuebles situados en España durante un período determinado
o determinable del año quedan sujetos a las disposiciones de esta Ley, cualquiera que sea el lugar y
la fecha de su celebración.”
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DERECHO DE CONSUMO
Se aprobó el 26 de octubre de 1994 la Directiva 94/47/CE del Parlamento Europeo y del Consejo
“relativa a la protección de los adquirentes en lo relativo a determinados aspectos de los contratos
de adquisición de un derecho de utilización de inmuebles en régimen de tiempo compartido”.
a) Información sobre la celebración del contrato: En el curso de las conversaciones previas o tratos
preliminares a la conclusión del contrato de adquisición de tiempo compartido se exige que el
vendedor entregue a cualquier interesado en la adquisición del derecho en cuestión un
documento o un formulario detallado en el que figure una información pormenorizada sobre una
serie de aspectos contractuales.
b) Las condiciones del contrato: Con esta finalidad se prevén una serie de disposiciones.
— Toda la información facilitada en el documento informativo debe quedar incorporada al
contrato.
— El contrato debe documentarse por escrito y tener un contenido mínimo.
— Lengua en que se debe redactar el contrato: en alguna de las lenguas del Estado de residencia
o de nacionalidad del adquirente, a su elección.
— Se consideran como no vinculantes las posibles cláusulas del contrato en las que el adquirente
renuncie a los beneficios de la Directiva o en las que se exonere al vendedor de las obligaciones
que derivan de la misma.
c) Procedimientos y formas de desistimiento del contrato: La referida Directiva consagraba la
posibilidad de que los adquirentes, una vez perfeccionado el contrato de adquisición de tiempo
compartido, puedan separarse de él. Dispone dos mecanismos que no se deben confundir y que
responden a supuestos de hecho distintos:
• Facultad de desistir unilateralmente
• Facultad de resolver el contrato
d) Prohibición de pagos anticipados: Como último eslabón de la cadena de medidas protectoras
para el consumidor adquirente establece la prohibición de cualquier pago realizado con
anterioridad al transcurso de los diez días naturales que tiene el sujeto para poder desistir sin
alegar causa alguna.
3. LA REGULACIÓN ESPAÑOLA
3.1. Trabajos preparatorios y anteproyectos en España
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DERECHO DE CONSUMO
Hasta la aprobación de la Ley 42/1998 nos hemos hallado frente a un vacío legal en la materia:
La Ley 42/1998 que tales contratos “quedarán sujetos a lo dispuesto en la presente Ley, sin perjuicio
de lo prevenido en la Ley de Arrendamientos Urbanos”
La definición del contrato de aprovechamiento de bienes de uso turístico da cobertura no sólo a los
contratos sobre bienes inmuebles, sino también a los contratos relativos a un alojamiento en
embarcaciones y caravanas, por ejemplo. En cambio, no quedan incluidos otros contratos que no se
refieren a un alojamiento, como los de alquiler de terrenos para caravanas; tampoco incluye fórmulas
tales como las reservas plurianuales de una habitación de hotel, en la medida en que no se trata de
contratos, sino de reservas que no son vinculantes para el consumidor..."
Las dos últimas décadas del siglo XX ha resultado sumamente corriente identificar el fenómeno de la
utilización temporal de inmuebles turísticos con el término multipropiedad.
FLORENTINA TUTUNARU 90
DERECHO DE CONSUMO
La Ley 42/1998 cuanto la 4/2012 no sólo dedican extensos y plurales pasajes de la exposición de
motivos a manifestar su rechazo y reprobación, sino que expresamente disponen en el texto
normativo correspondiente que:
— El derecho real de aprovechamiento por tumo no podrá en ningún caso vincularse a una cuota
indivisa de la propiedad, ni denominarse multipropiedad- dad, ni de cualquier otra manera que
contenga la palabra propiedad.
— A los efectos de publicidad, comercialización y transmisión del derecho de aprovechamiento por
tumo de bienes inmuebles, podrá utilizarse cualquier otra denominación, siempre que no induzca a
confusión a los consumidores finales y del mismo se desprenda con claridad la naturaleza,
características y condiciones jurídicas y económicas de la facultad de disfrute...
— ...está prohibida la transmisión de derechos de aprovechamiento por turno con la denominación
de multipropiedad o cualquier otra que contenga la palabra propiedad
5. RÉGIMEN NORMATIVO
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DERECHO DE CONSUMO
La imperatividad característica de las sucesivas Leyes que rigen la materia en España se acentúa en
relación con la escritura reguladora del régimen de aprovechamiento por tumo, cuyo extensísimo
contenido es contemplado en los artículos 5 y 26, respectivamente.
Por su parte, la inscripción en el Registro de la Propiedad del régimen de aprovechamiento por tumo
se configura como obligatoria… considerarse nulos de pleno derecho si se han celebrado antes de
constituirse el régimen de aprovechamiento por turno
— En primer lugar, debía presentarse al público como una oferta vinculante, en sentido técnico,
caracterizada -entre otras cosas- por ser irrevocable por el operador e inmodificable en sus
condiciones concretas.
— En segundo lugar, para acabar de complicar la cuestión, había de adecuarse a las prescripciones
sobre consumo de cada Comunidad Autónoma.
FLORENTINA TUTUNARU 92
DERECHO DE CONSUMO
La Ley 4/2012 sigue los mismos parámetros, pero, de añadidura, ha ampliado notoriamente el plazo
de ejercicio del desistimiento, que a partir de su entrada en vigor queda establecido en catorce días
naturales, computados a partir del momento en el que el consumidor cuente con toda la información
contractual y los documentos complementarios pertinentes (art. 12.2).
De otro lado, el párrafo sexto establece de forma clara y paladina que “el consumidor que ejerza el
derecho de desistimiento no soportará coste alguno ni tendrá que pagar ninguna contraprestación
correspondiente al servicio que pudiera haberse llevado a cabo con anterioridad a la fecha del
ejercicio de desistimiento”.
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DERECHO DE CONSUMO
El TRLCU no ha sufrido modificación alguna por la Ley 3/2014, de 27 de marzo, por la que se modifica
el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes
complementarias, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre.
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DERECHO DE CONSUMO
3. Un producto no podrá ser considerado defectuoso por el solo hecho de que tal producto se ponga
posteriormente en circulación de forma más perfeccionada”.
Respecto a los defectos de los productos, en Europa se ha adoptado las establecidas en
Norteamérica:
FLORENTINA TUTUNARU 95
DERECHO DE CONSUMO
No obstante, al lado del fabricante real aparecen una serie de sujetos equiparados al productor, nos
referimos al fabricante aparente, el importador comunitario y el distribuidor.
✗ fabricante aparente: aquel que se presenta en el mercado como fabricante sin serlo en realidad.
En la práctica se presenta esta situación con los denominados “productos blancos” o marca del
establecimiento distribuidor, por lo general en grandes superficies, hipermercados o grandes
almacenes.
➢ Daños personales: consistentes en la muerte y/o las lesiones corporales, tenidos en cuenta y
resarcidos a favor de cualquier persona, sea o no consumidor.
2.Subjetivo: que haya sido utilizada por el perjudicado. La consecuencia de este doble requisito es
que la protección respecto a los daños materiales queda reservada exclusivamente a los
consumidores, entendidos estos como destinatarios finales de los bienes.
FLORENTINA TUTUNARU 96
DERECHO DE CONSUMO
c) Que el producto no había sido fabricado para la venta o cualquier otra forma de distribución
con finalidad económica, ni fabricado, importado, suministrado o distribuido en el marco de una
actividad profesional o empresarial.
d) Que el defecto se debió a que el producto fue elaborado conforme a normas imperativas
existentes.
e) Que el estado de los conocimientos científicos y técnicos existentes en el momento de la puesta
en circulación no permitía apreciar la existencia del defecto.
2. El productor de una parte integrante de un producto terminado no será responsable si prueba que
el defecto es imputable a la concepción del producto al que ha sido incorporado o a las instrucciones
dadas por el fabricante de ese producto.
No habrá lugar a responsabilidad del productor o del importador cuando Art. 140.b TRLCU: “dadas
las circunstancias del caso, es posible presumir que el defecto no existía en el momento en que se
puso en circulación el producto”.
El fabricante o sujeto responsable debe aportar como prueba los datos que hagan presumir su no
participación en la producción del defecto. El supuesto es pensado para los casos en los cuales la
manipulación del distribuidor o intermediario ha sido decisiva en la alteración del producto.
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DERECHO DE CONSUMO
FLORENTINA TUTUNARU 98
DERECHO DE CONSUMO
Artículo 1902. CC: El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia,
está obligado a reparar el daño causado.
b) La responsabilidad civil global del productor por muerte y lesiones personales causadas por
productos idénticos que presenten el mismo defecto tendrá como límite la cuantía de
63.106.270,96 euros.
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DERECHO DE CONSUMO
Como se ha visto, los daños morales están excluidos del ámbito de aplicación de la responsabilidad
Art. 128 TRLCU, remitiéndose a la legislación civil general (Derecho Civil en materia de daños morales)
Artículo 133 TRLCU Intervención de un tercero. “La responsabilidad prevista en este libro no se
reducirá cuando el daño sea causado conjuntamente por un defecto del bien o servicio y por la
intervención de un tercero. No obstante, el sujeto responsable que hubiera satisfecho la
indemnización podrá reclamar al tercero la parte que corresponda a su intervención en la producción
del daño”.
Artículo 148. Régimen especial de responsabilidad. [……..] Sin perjuicio de lo establecido en otras
disposiciones legales, las responsabilidades derivadas de este artículo tendrán como límite la cuantía
de 3.005.060,52 euros”.
En cuanto al objeto de la indemnización, las normas aquí comentadas a diferencia de las que regulan
la responsabilidad por productos no establecen ninguna limitación al respecto, por tanto, caben aquí
todos los daños que el consumo o uso le ocasione al consumidor o usuario, daños corporales,
materiales y morales, y tanto daño emergente como lucro cesante.
De tal forma que queda comprendido en daños materiales directos la destrucción o en su caso el
deterioro del propio bien defectuoso. En todo caso, la parte de los daños no cubiertos o superiores
al límite podrán ser reparados bajo el régimen general del Código Civil.
✗ con los daños en bienes no destinados al consumo y usados preferentemente para este fin;
✗ y finalmente en relación con los eventuales daños personales que superen el límite de los 63
millones de euros contemplado para la responsabilidad por productos.
Por lo que se refiere a la LCU y la TRLCU, el régimen del CC sirve fundamentalmente para conseguir
la íntegra reparación de los daños sufridos, superando el límite indemnizatorio de 3 millones de euros
establecido en la LCU y la TRLCU.
• Dando cobijo a los supuestos excluidos del ámbito de aplicación de las Leyes de Consumidores y
Productos Defectuosos.
4. Las asociaciones sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de resolución
Judicial motivada.
5. Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar."
— Real Decreto 1522/1977, de 17 de junio: ejercicio del derecho de asociación sindical de los
funcionarios públicos (art. 28 de la Constitución);
— Real Decreto 3624/1977, de 16 de febrero: ejercicio del derecho de asociación de los funcionarios
civiles de la Seguridad del Estado (art. 28 de la Constitución), para, al año siguiente, actualizar la Ley
de 14 de jimio de 1976, reguladora del derecho de asociación política, en virtud de la Ley de Partidos
Políticos, de 4 de diciembre de 1978 (BOE del 8).
• asociaciones religiosas
• asociaciones deportivas
• las asombrosas asociaciones administrativas de contribuyentes previstas en la legislación de
régimen local
• centros de iniciativas turísticas
3. CONSTITUCIÓN DE LA ASOCIACIÓN
3.1. La pluralidad de persona
El presupuesto fundamental del nacimiento de la asociación viene representado por la unión o
agrupación de un número plural de personas, las cuales precisamente se asocian entre sí para
conseguir alguna finalidad que, por separado, deviene imposible o inoportuna.
La Constitución no precisa nada respecto del número mínimo de asociados y el antiguo artículo 3.B.1
de la Ley de Asociaciones de 1964 se limitaba a hablar de “varias personas naturales”, sin precisar el
número mínimo de miembros.
La Ley Orgánica 1/2002, siguiendo la regla antecitada de triafiunt collegia, establece en el
encabezamiento de su artículo 5.1 que “las asociaciones se constituyen mediante acuerdo de tres o
más personas físicas o jurídicas legalmente constituidas...” por lo que es indudable el triunfo de la
tesis criticada en relación con el número mínimo de asociados.
La LO 1/2002, conforme al cual:
“Podrán constituir asociaciones y formar parte de las mismas, las personas físicas y las personas
jurídicas, sean éstas públicas o privadas...” (art. 3).
“Las asociaciones se constituyen mediante acuerdo de tres o más personas físicas o jurídicas” (art.
5.1).
Quienes deseen constituir una asociación (o incorporarse a una ya existente) deben tener capacidad
de obrar, con carácter general, según requieren los respectivos artículos 3.a de las Leyes de 1964 y
de 2002. Conforme a ello, los menores de edad no podrían formar parte de asociación alguna, por
carecer de tal capacidad.
… el artículo 7.2 de la Ley Orgánica 1/1996 y concluir que, en relación con la protección y defensa de
los consumidores y usuarios, pueden pertenecer también a las asociaciones, como asociados, los
menores de edad.
Conforme a la vigente Ley de Asociaciones (art. 7.s.l LA), dicho contenido estatutario mínimo debe
comprender los siguientes extremos:
En relación con la licitud de los fines, la Constitución se limita a declarar la ilegalidad de “las
asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito” (art. 22.2) y a prohibir
“las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar" (art. 22.5).
j) “El patrimonio inicial y los recursos económicos de los que se podrá hacer uso".
k) “Causas de disolución y destino del patrimonio en tal supuesto, que no podrá desvirtuar el
carácter no lucrativo de la entidad”.
4. LA CONDICIÓN DE SOCIO
4.1. Voluntariedad e intransmisibilidad de la cualidad de socio
… nadie puede ser obligado a pertenecer a una asociación propiamente dicha.
El contenido esencial del derecho de asociación puede ser contemplado desde dos perspectivas
distintas:
1) La positiva: en cuya virtud las personas tienen derecho a asociarse libremente o a incorporarse a
asociaciones preexistentes.
2) La negativa: según la cual nadie puede ser obligado a asociarse cuando no lo desee, aunque reúna
los requisitos personales o los presupuestos para ello. Como acertadamente afirmara J. García
Morillo, “una asociación obligatoria o coactiva no sería, al carecer del requisito de voluntariedad, una
verdadera asociación en el sentido constitucional del término”.
… el artículo 19, conforme al cual “la integración en una asociación constituida es libre y voluntaria”.
… conviene tener en cuenta que la asociación debe considerarse una estructura abierta que debería
excluir el abuso del derecho por parte de los ya socios cuando la asociación se atribuye una
representatividad general de un colectivo determinado (“amigos de la cultura” de un barrio
determinando; asociación deportiva de los trabajadores de cualquier empresa; asociación de
consumidores de una ciudad, etc.) y el solicitante reúna los requisitos ad hoc.
… además de los socios propiamente dichos, las asociaciones cuenten con patrocinadores, socios
honorarios y honoríficos: se trata de personas que, aun sin ostentar la cualidad de socio,
proporcionan lustre y esplendor a la asociación o le suministran apoyo y patrocinio.
C) A ser oído con carácter previo a la adopción de medidas disciplinarias contra él y a ser informado
de los hechos que den lugar a tales medidas, debiendo ser motivado el acuerdo que, en su caso,
imponga la sanción.
D) A impugnar los acuerdos de los órganos de la asociación que estime contrarios a la ley o a los
Estatutos”.
El artículo 22, relativo a los “Deberes de los asociados", desgrana como tales:
A) “Compartir las finalidades de la asociación y colaborar para la consecución de las mismas.
B) Pagar las cuotas, derramas y otras aportaciones que, con arreglo a los Estatutos, puedan
corresponder a cada socio.
C) Cumplir el resto de las obligaciones que resulten de las disposiciones estatutarias.
D) Acatar y cumplir los acuerdos válidamente adoptados por los órganos de gobierno y
representación de la asociación”.
1. Asamblea General: órgano supremo de la asociación; que ha de convocarse, al menos, una vez al
año para la aprobación de cuentas y presupuestos, y es el órgano competente para modificación de
Estatutos, realizar los nombramientos de la Junta Directiva, designar al presidente, etc. En principio,
salvo que los Estatutos dispongan otra cosa, el quórum de constitución en primera convocatoria es
la mayoría de los socios (presentes o representados) y, en segunda, cualquiera que sea el número de
asistentes a la sesión.
2. Junta Directiva: órgano de dirección y gestión de la asociación.
3. presidente: representa a la asociación frente a terceros y preside tanto la Junta Directiva cuanto
la Asamblea General.
… la LO 1/2002, proclamando abiertamente que “en cuanto a su régimen interno, las asociaciones
habrán de ajustar su funcionamiento a lo establecido en sus propios Estatutos...”
Hoy día resulta indiscutible que las asociaciones que gocen de personalidad jurídica (como cualquier
otra persona jurídica) tienen derecho a adquirir y poseer toda clase de bienes y derechos sin
necesidad de autorización administrativa alguna.
2. a Las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, emplearen medios violentos para su consecución.
3. a Las organizaciones clandestinas o de carácter paramilitar.
4. a Las que promueven la discriminación racial o inciten a ella.
Además de la disolución por ilicitud apenas considerada, la asociación se extingue por la voluntad de
los socios, es decir, por el acuerdo de disolución.
El acuerdo voluntario de disolución deberá llevarse a cabo conforme a las previsiones estatutarias al
respecto sobre quórum y número de votos en tal sentido
1. INTRODUCCIÓN.
Cualquier consumidor puede dirigirse, en defensa de sus derechos e intereses, a la Administración
de justicia, a través de los procedimientos judiciales previstos, reclamando cuando corresponda y
procurando una sentencia que le sea favorable.
Sin embargo, dicha vía se ha presentado claramente insuficiente en las últimas décadas, dado que el
entendimiento tradicional del proceso civil y las reglas de actuación individual de una persona
determinada eran insuficientes frente a las cláusulas abusivas. Por ello, al utilizar la expresión de
“acceso de los consumidores a la justicia” en los documentos jurídicos de la Unión Europea, se supera
el esquema clásico del proceso civil hacia acciones colectivas que les permitieran conseguir
sentencias cuyo fallo fuera vinculante para el conjunto de suministradores y servicios y no sólo frente
a aquél contra el que se hubiera pleiteado.
Dicho Libro puso de manifiesto la necesidad de procurar procedimientos rápidos, baratos y eficaces
y sobre todo la necesidad de que las asociaciones y organizaciones de consumidores y usuarios
pudieran actuar en defensa de los intereses generales.
En base a ello, se ha aprobado la Directiva 98/27/CE “relativa a las acciones de cesación en materia
de protección de los intereses de los consumidores”, que abre decididamente el camino de la defensa
de los intereses colectivos de consumidores y usuarios.
3. LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA.
La evolución y desarrollo de nuestra legislación interna, se ha ido produciendo de la mano del propio
desarrollo normativo de la UE.
finalidades pueden representar a sus asociados y ejercer las correspondientes acciones en defensa
de los mismos, de la asociación o de los intereses generales de los consumidores y usuarios”.
Así la LCU se caracteriza por distinguir una triada de posibilidades:
Para la defensa de los colectivos, afirma que igualmente “… se reconocerá la legitimación de las
corporaciones, asociaciones y grupos que resulten afectados o que estén legalmente habilitados para
su defensa y promoción”.
Esto es, se dio entrada formal y concreta en nuestro ordenamiento a la protección de los intereses
difusos o colectivos, superando la visión individual del anterior paradigma del proceso.
Así pues, junto con las personas jurídicas propiamente dichas (asociaciones y corporaciones) se
otorga también legitimación a los “grupos sin personalidad”, lo cual representó unas posibilidades
de actuación para los consumidores y usuarios que, algunas décadas antes, resultaban
absolutamente impensables.
La primera de ellas es la Ley 34/1988 General de Publicidad, que en su art. 25 “establece el derecho
a cualquier persona física o jurídica o asociaciones de consumidores, que resulten afectadas, y en
general, quienes tengan un derecho o interés legítimo, a solicitar del anunciante la cesación o
rectificación de la publicidad ilícita”.
El Art. 18 establece que “contra el acto de competencia desleal podrán ejercitarse las siguientes
acciones:
1º. Acción declarativa de la deslealtad del acto, si la perturbación creada por el mismo subsiste.
2º. Acción de cesación del acto, o de prohibición del mismo, si todavía no se ha puesto en práctica.
6º. Acción de enriquecimiento injusto, que sólo procederá cuando el acto lesione una posición
jurídica amparada por un derecho de exclusiva u otro de análogo contenido económico.
A Acciones individuales La LCGC sanciona con nulidad las cláusulas generales no ajustadas a la Ley y
determina la ineficacia por no incorporación de las cláusulas que no reúnan los requisitos exigidos
para que puedan ser incorporados al contrato.
Esta nulidad, al igual que la contravención de cualquier otra norma imperativa o prohibitiva, podrá
ser invocada, en su caso, por los contratantes conforme a las reglas de la nulidad contractual, sin que
puedan confundirse tales acciones individuales con las acciones colectivas de cesación o retractación
reconocidas con carácter general a las entidades o corporaciones legitimadas para ello.
B. Acciones colectivas En relación con las acciones colectivas, reguladas por primera vez con carácter
general en nuestro ordenamiento jurídico por la LGCG, expresa en su Exposición de motivos lo
siguiente:
“El capítulo IV, regula las acciones colectivas encaminadas a impedir la utilización de condiciones
generales que sean contrarias a la Ley, como son la acción de cesación, dirigida a impedir la utilización
de tales condiciones generales; la de retractación, dirigida a prohibir y retractarse de su
recomendación, siempre que en algún momento hayan sido efectivamente utilizadas, y que permitirá
actuar no sólo frente al predisponente que utilice condiciones generales nulas, sino también frente
a las organizaciones que las recomienden, y la declarativa, dirigida a reconocer su cualidad de
condición general e instar la inscripción de las mismas en el Registro de Condiciones generales de la
Contratación.
Todo ello sin perjuicio de la posibilidad de ejercitar las acciones individuales de nulidad conforme a
las reglas comunes de nulidad contractual o la de no incorporación de determinadas cláusulas
generales”.
-LGDCU 3.8 El Texto refundido de la LCU (TRLCU). Finalmente, además de la Ley 44/2006 de Mejora
de la Protección de los Consumidores, debemos considerar la promulgación del RDL 1/2007 de 16 de
noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la LCU, pues dicha disposición legislativa, de
una parte, considera una vez más de manera explícita las acciones de cesación; mientras que, de otra,
al igual que unos años después la Ley 3/2014, no cita como derogada, en su disposición derogatoria
única, la Ley 39/202; ni parece haber tomado sus disposiciones para refundirlas en el nuevo Texto
refundido por cuanto se afirma en su preámbulo.
5. NORMAS PROCESALES.
Actualmente, la acción de cesación en defensa de los intereses colectivos y difusos de los
consumidores y usuarios se ventilará en juicio verbal (art. 250.1. 12º LEC). Todas las restantes
acciones colectivas consideradas se decidirán en juicio ordinario.
La legitimación activa en relación con las acciones colectivas, ha sido objeto de nueva redacción,
igualmente se ha modificado la prescripción de las acciones colectivas, en el sentido de establecer la
imprescriptibilidad de los tres grupos de acciones consideradas, si bien dicha regla se rompe en
relación con la acción de cesación y la acción de retractación, atendiendo a la circunstancia de que
las condiciones generales de la contratación hayan sido objeto de depósito e inscripción en el
Registro General de Condiciones Generales de la Contratación, pues en tal caso el plazo de
prescripción se reduce a 5 años, como regla general. La TRLCU, por su parte, mantiene dicha
imprescriptibilidad de las acciones de cesación.
Así, en lugar de existir un auto o sentencia que ponga fin a un procedimiento judicial, existirá una
resolución arbitral, llamado laudo, que pone fin al litigio. Cabe afirmar que, voluntariamente, se
sustituye la “tutela judicial” por una “justicia privada”; que los mecanismos arbitrales son una
“institución alternativa” al conocimiento jurisdiccional de los litigios.
2. REGULACIÓN NORMATIVA.
Con carácter general, el arbitraje se encuentra regulado en la Ley de Arbitraje 60/2003 de 23 de
diciembre.
El arbitraje tiene una gran importancia como mecanismo de resolución de conflictos jurídicos en la
sociedad actual, en la que los litigios patrimoniales de gran trascendencia económica, así como los
conflictos provocados por el comercio internacional son resueltos por este procedimiento. A parte
de su aplicación en los asuntos de gran trascendencia económica, el arbitraje se aplica también a
temas o cuestiones de menor trascendencia económica, así como en el ámbito propio de los
consumidores y usuarios.
Dese su primera redacción en la LCU de 1984, se excluyen del arbitraje los supuestos
particularmente problemáticos y de gravedad en los que haya de aplicarse el Código Penal o exista
un atentado contra la vida o integridad física de las personas, además se establecía que el arbitraje
seguiría pautas de sencillez y facilidad procedimental., “sin formalidades especiales”.
La LCU recogía dos aspectos de interés:
1. Que el sometimiento de las partes al sistema arbitral sería “voluntario” y debería constar “por
escrito”.
2. Que los órganos de arbitraje estarían integrados por representantes de los sectores interesados
(organizaciones de consumidores y usuarios y Administraciones públicas) Las líneas básicas
establecidas en la LCU originaria se han mantenido en el TRLCU:
Artículo 57 TRLCU. Sistema Arbitral del Consumo.
1. El Sistema Arbitral del Consumo es el sistema extrajudicial de resolución de conflictos entre los
consumidores y usuarios y los empresarios a través del cual, sin formalidades especiales y con
carácter vinculante y ejecutivo para ambas partes, se resuelven las reclamaciones de los
consumidores y usuarios, siempre que el conflicto no verse sobre intoxicación, lesión o muerte o
existan indicios racionales de delito.
3. Los órganos arbitrales estarán integrados por representantes de los sectores empresariales
interesados, de las organizaciones de consumidores y usuarios y de las Administraciones públicas. 4.
No serán vinculantes para los consumidores los convenios arbitrales suscritos con un empresario
antes de surgir el conflicto. La suscripción de dicho convenio tendrá para el empresario la
consideración de aceptación del arbitraje para la solución de las controversias derivadas de la
relación jurídica a la que se refiera, siempre que el acuerdo de sometimiento reúna los requisitos
exigidos por las normas aplicables.
Artículo 58 TRLCU. Sumisión al Sistema Arbitral del Consumo.
1. La sumisión de las partes al Sistema Arbitral del Consumo será voluntaria y deberá constar
expresamente, por escrito, por medios electrónicos o en cualquier otra forma admitida legalmente
que permita tener constancia del acuerdo.
2. Quedarán sin efecto los convenios arbitrales y las ofertas públicas de adhesión al arbitraje de
consumo formalizados por quienes sean declarados en concurso de acreedores. A tal fin, el auto de
declaración de concurso será notificado al órgano a través del cual se hubiere formalizado el convenio
y a la Junta Arbitral Nacional, quedando desde ese momento el deudor concursado excluido a todos
los efectos del Sistema Arbitral de Consumo.
✗ Carácter voluntario. Al igual que ocurre con el arbitraje general, en el caso de Arbitraje de
Consumo, el sometimiento a arbitraje es de naturaleza voluntaria, lo que ha de constar expresamente
por escrito, haciendo la TRLCU una expresa referencia a los medios electrónicos.
✗ Carácter vinculante y ejecutivo. Siguiendo las pautas generales de la Ley Arbitraje, el convenio
arbitral obliga a las partes a cumplir lo estipulado e impide a los tribunales conocer de las
controversias sometidas a arbitraje, siempre que la parte a quien interese lo invoque mediante
declinatoria (la declinatoria es el único medio del que dispone la parte demandada para denunciar la
falta de jurisdicción y competencia del tribunal conocedor de un asunto). Conlleva el acatamiento de
la decisión arbitral, del laudo.
✗ Simplicidad. Prevé la LCU que el sistema arbitral de consumo debe estar presidido por la idea de
simplicidad procedimental, así como por la rapidez en la preparación del laudo, que como máximo,
deberá ser dictado en el plazo de 90 días naturales, a contar desde la designación del colegio arbitral
o 6 meses desde el día siguiente al inicio del procedimiento arbitral.
4. ÁMBITO DE APLICACIÓN.
RD 231/2008 por el que se regula el sistema arbitral de consumo, establece que: “pueden ser objeto
de arbitraje de consumo los conflictos…que versen sobre materias de libre disposición de las partes
conforme a Derecho”, salvo en los supuestos en “que versen sobre intoxicación, lesión o muerte” o
“existan indicios racionales de delito”
5.1 Composición.
Las Juntas Arbitrales de Consumo son organismos administrativos de muy distinto ámbito territorial,
pero en todo caso integrados en la correspondiente Administración Pública, y dependientes de ella
a todos los efectos.
El Real Decreto 231/2008, de 15 de febrero, establece que “las Juntas Arbitrales de Consumo estarán
integradas por su presidente y el secretario, cargos que deberán recaer en personal al servicio de las
Administraciones Públicas y, por el personal de apoyo adscrito a dicho órgano”.
5.2 Funciones.
De conformidad con el Decreto 231/2008, de 15 de febrero, las Juntas Arbitrales de Consumo
desempeñan las siguientes funciones:
2. Cuando exista oferta pública de adhesión al Sistema Arbitral de Consumo, el convenio arbitral
estará válidamente formalizado por la mera presentación de la solicitud, siempre que coincida con el
ámbito de la oferta.
4. En caso de que no conste la existencia de convenio arbitral en cualquiera de las formas señaladas
en los apartados precedentes, la Junta Arbitral de Consumo, recibida una solicitud de arbitraje dará
traslado al reclamado para su aceptación, conforme a lo previsto en el artículo 37.3, apartado b).
7. PROCEDIMIENTO ARBITRAL.
El Procedimiento Arbitral de Consumo comenzará con la designación del colegio u órgano arbitral,
ajustándose en todo caso a los principios de audiencia, contradicción, igualdad entre las partes y
gratuidad.
Las partes podrán actuar por sí o debidamente representadas. El colegio arbitral apreciará en este
caso la suficiencia de la representación. Lo razonado, está establecido en el Art. 34 del RD 231/2008:
«Los consumidores y usuarios que consideren que se han vulnerado sus derechos reconocidos legal
o contractualmente, podrán presentar por escrito, por vía electrónica, o por cualquier otro medio
que permita tener constancia de la solicitud y de su autenticidad, la solicitud de arbitraje, que deberá
reunir los requisitos prevenidos.
Los árbitros habrán de ser personas naturales que se hallen en el pleno ejercicio de sus derechos
civiles, siempre que no se lo impida la legislación a la que puedan estar sometidos en el ejercicio de
su profesión (EJ: Notarios, Registradores, Jueces, Magistrados y Fiscales en activo, etc.),
Además, en caso de tratarse de arbitraje de Derecho, es requisito complementario que los árbitros
sean Abogados en ejercicio.
Se habla de árbitros, en plural, porque el colegio arbitral se encuentra compuesto por tres personas,
designadas una por cada una de las partes y la tercera por consenso de ambas. Sin embargo, la
exigencia legal es únicamente que el número de árbitros debe ser impar.
finalmente, el presidente del colegio arbitral, el cual será designado por la Junta Arbitral entre el
personal al servicio de las Administraciones Públicas.
El RD 231/2008 regula el tema de manera diversa, con mayor flexibilidad y adecuación a los supuestos
reales de conflictos, admitiendo tanto la existencia de un árbitro único como la del colegio arbitral.
✗ Órganos arbitrales unipersonales: representan una novedad del sistema arbitral, pudiendo existir
un árbitro único cuando las partes así lo acuerden o cuando lo establezca el presidente de la Junta
Arbitral de Consumo, siempre que la cuantía de la controversia sea inferior a 300 € y que la falta de
complejidad del asunto así lo aconseje.
✗ Órganos arbitrales colegiados: para los restantes supuestos. Dicho colegio arbitral estará
integrado por tres árbitros acreditados elegidos cada uno de ellos entre los propuestos por la
Administración, las asociaciones de consumidores y usuarios y las organizaciones empresariales o
profesionales y actuarán de forma colegiada, asumiendo la presidencia el árbitro propuesto por la
Administración. La designación de los árbitros corresponde al presidente de la Junta Arbitral de
Con- sumo y en los arbitrajes que deban decidirse en derecho, los árbitros designados entre los
acreditados a propuesta de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las organizaciones
empresariales o profesionales, deberán ser licenciados en derecho.
conveniente, antes de entrar en la fase decisoria, pueden acordar la convocatoria de las partes
para oírlas nuevamente.
Una vez dictado, el laudo arbitral vincula y sujeta a las partes a la propia decisión de haber sometido
sus controversias al procedimiento arbitral. Ello determina que la Ley procure restringir al máximo
las posibilidades de impugnación del laudo, otorgando a las partes únicamente dos recursos posibles:
el recurso de anulación del laudo y el recurso de revisión del mismo.
A. Acción de anulación del laudo
Habrá de ser interpuesto ante la Audiencia Provincial del lugar donde se hubiera dicta- do el laudo,
dentro del plazo de los dos meses siguientes a la notificación de aquél, exponiéndose en el escrito
los fundamentos que sirvan para apoyar el motivo de anulación invocado y proponiéndose la prueba
que sea necesaria.
La Ley plantea dicho recurso como un procedimiento sumario y establece, para evitar la continua
litigiosidad sobre la validez o posible anulación del laudo, que contra la sentencia finalmente dictada
por la Audiencia Provincial «no cabrá ulterior recurso»
Las causas de anulación se encuentran establecidas en el art. 41 LA y deben considerarse taxativas:
«El laudo sólo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la anulación alegue y pruebe:
• Que el convenio arbitral no existe o no es válido.
• Que no ha sido debidamente notificada de la designación de un árbitro o de las actuaciones
arbitrales o no ha podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos.
Dada la identidad del laudo con la cosa juzgada, las partes tienen la posibilidad de entablar el recurso
de revisión conforme a lo establecido en la legislación procesal para las sentencias judiciales firmes.
Una vez en vigor la LEC-2000, es de aplicación naturalmente lo previsto en el Título VI de su Libro II
en relación con la revisión de las sentencias firmes. En consecuencia, hemos de remitir al estudio
procesal de los arts. 509 a 516 de la LEC-2000, conforme a los cuales sigue siendo competente para
el conocimiento del recurso de revisión de los laudos la Sala 1.ª del Tribunal Supremo.
Los laudos extranjeros (pronunciados en el extranjero, fuera del territorio español). Sobre otras
bases éste se rige por el Convenio sobre reconocimiento y ejecución de las sentencias arbitrales
extranjeras, hecho en Nueva York de 1958, sin perjuicio de lo dispuesto en otros convenios
internacionales más favorables a su concesión, y se sustanciará según el procedimiento establecido
en el ordenamiento procesal civil para el de sentencias distadas por tribunales extranjeros”.
La competencia, pues, corresponde ahora a las Audiencias Provinciales