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17, 2004
Resumen
Abstract
The fast social, economical and cultural changes seriously questioned the Venezuelan
Education System. Venezuelan education has been immersed into functional changes in order
to build the school as a community center. However, to transform a school into community
goes beyond the proposed model; and it requires to work on some important dimensions, in
order to promote moral virtues. With this paper it is pretended to define some dimensions
useful to transform school into a moral community. The bibliographic analysis research allows
to define the dimensions of a school as a community; it is concluded that there are three mayor
dimensions: social link, relational and axiological dimensions.
Key Words: School, community, interpersonal relations, social links, virtues, values.
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INTRODUCCIÓN
Pero ¿Son éstas las verdaderas condiciones que hacen de la escuela una comunidad?
¿Son éstos los valores que realmente hacen que una persona tenga comportamientos
virtuosos? ¿Existe la necesidad de que la escuela se organice como una comunidad para que
los docentes desarrollen los comportamientos virtuosos de los estudiantes?. Basado en
estas inquietudes el objetivo de este artículo es definir algunas dimensiones que sirvan para
trasformar la escuela en comunidad moral.
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Desde un punto vista universalista, Kohlberg (1985) definió la escuela como una
gran colectividad; como la suma de todas las partes individuales, donde la experiencia de
todos los miembros induce a sentimientos morales, y uno de estos sentimientos es el respeto
por las normas y reglas del grupo; la educación moral, al interior de esta comunidad, se
orienta al buen altruismo, a la unión y preocupación por otros y por el grupo, basada en la
noción del concepto de justicia, que involucra igualdad de derecho político.
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Por consiguiente, para Sergiovanni (2001) la escuela como comunidad debe “…estar
organizada en torno a relaciones e interdependencias que la nutran. Ella [debe crear]
estructuras sociales que unan a las personas, vinculándolas con los valores e ideas
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Agrega además, que en la escuela como comunidad, “...sus miembros viven su vida
con otros que tienen metas comunes. En las organizaciones ordinarias, las relaciones están
construidas por los demás y son codificadas en un sistema de jerarquías, roles y
expectativas de roles. Tanto en las organizaciones ordinarias como en la escuela como
comunidad se encuentran problemas de control, pero, en vez de basarse en medidas de
control externo, la escuela como comunidad basa su control más en sus normas, fines,
valores, socialización profesional, colegialidad e interdependencia"( p.77).
El nexo social tiene una gran importancia cuando se pretende transformar la escuela
en una comunidad; es el elemento esencial para obtener el sentido de pertenencia en ella.
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Dimensión relacional
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Otra fuente de desacuerdo factible entre docentes, según Franta, son los diversos
modos cómo los docentes interpretan su propio rol; estos últimos reflejan su identidad
profesional. A este respecto afirma el autor que, en los docentes, pueden surgir dudas y
sentimientos de insatisfacción acerca de la eficiencia de su rol, sobre todo cuando son
parangonados los resultados logrados con los objetivos a conseguir. A esta dificultad se
suma otra, que se refiere a la fuerte discrepancia entre diversas expectativas sociales a las
cuales deben corresponder para desarrollar su tarea educativa, como cuando los docentes se
empeñan en lograr los objetivos establecidos mientras que los alumnos, padres e institución
nutren intereses diferentes; o cuando los docentes tratan de realizar sus propias expectativas
a expensas del interés social.
Esta problemática, para el autor, crea lo que él llama barreras comunicativas que
impiden la instauración de relaciones positivas que consientan, en cada uno de los
miembros, la satisfacción de sus propias necesidades psicosociales como: carencia de
tiempo en la escuela para interactuar con los compañeros, competitividad entre profesores y
comunicaciones interpersonales defensivas.
Frente a estas dificultades Franta postula tres categorías que favorecen una
comunicación personal positiva que, a la vez, crean una atmósfera favorable: la categoría
de identidad, referida a la experiencia de auto evaluación y auto definición; categoría
afectiva, que es la capacidad para establecer una relación afectiva en la cual sentirse
aceptado incondicionalmente, como persona digna de respeto; y una categoría de
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Dimensión axiológica
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amor hacia la otra persona e implica sentirse obligado a responder al estudiante cuando éste
lo necesita. En otras palabras, significa construir una relación interpersonal profunda,
cimentada sobre la estima y la ayuda recíproca, el respeto, la disponibilidad y la confianza.
Se trata de percibir la realidad de los otros, sentir aquello que el otro siente lo más
íntimamente posible, y obrar en consecuencia (Pellerey 1992).
Estas virtudes pudieran ser la base para transformar la escuela en comunidad moral,
porque no olvidemos que, la cultura de la escuela se edifica sobre la base de compartir
virtudes morales coherentes. Dentro de la escuela como comunidad estas virtudes pudieran
dar forma a lo que el director y docentes creen y practican; influyen en las creencias de los
estudiantes y en su comportamiento, por eso es importante que la escuela como
comunidad, identifique las virtudes que desea promover, ya que estas virtudes afectarán lo
que piensa la persona y su comportamiento (Sergiovanni 1994).
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