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DISPEPSIA O DIGESTIÓN PESADA

Alteración digestiva que hace que los alimentos estén demasiado tiempo en el
estómago. Suele identificarse con una mala alimentación, aunque pueden
intervenir agentes psicológicos y desequilibrios de diferentes órganos.

Aparecen molestias postpandriales referidas como sensación de peso,


flatulencia, pirosis, dolor epigástrico o retroesternal, náuseas, vómitos, eructos,
distensión abdominal, borborigmos, anorexia, cambios en el ritmo deposicional,
etc. Generalmente refieren molestias después de comer, que describen como
sensación de peso y plenitud, sensación anómala de saciedad al poco de
empezar a comer, opresión, eructos pertinaces y propensión a las náuseas. En
algunos casos existe ya sensación de peso por la mañana en ayunas y rara
vez persiste por la noche. Otras veces se presentan como accesos dolorosos
intensos después de las comidas que pueden simular cólicos hepáticos. No
suele guardar relación la aparición de los síntomas con la cantidad o calidad de
los alimentos, paradójicamente suelen tolerar mejor alimentos de digestión
difícil.

Es característico la relación existente entre la aparición de los síntomas y la


presencia de alteraciones emocionales (cólera, terror, ansiedad, depresión,
histeria, hipocondrías, etc.)

Los síntomas, no suelen limitarse a un único órgano o proceso patológico,


pueden tener múltiples etiologías y su correlación con estados fisiopatológicos
resulta difícil. Para establecer su diagnóstico es fundamental realizar una
historia clínica lo más completa posible, intentando localizar los síntomas y sus
características, así como los factores que lo agravan o calman, y otros
síntomas asociados. La indicación de otros estudios diagnósticos depende de
la naturaleza específica de las molestias y de la edad del paciente. Las

© Jesús A. Jiménez Cañadas, D.O.


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indigestiones repetidas, a veces, pueden hacernos pensar en una posible
hernia de hiato, cálculos biliares o úlcera duodenal.
MEDIDAS GENERALES

- Es recomendable destinar tiempo para comer despacio y masticar los


alimentos cuidadosa y completamente. Comer siempre sentado.

- Comer menos cuando se esta nervioso y evitar los conflictos durante las
comidas.

- No comer grandes cantidades de alimentos de una vez, repartir las tomas en


5 o 6 veces al día.

- No beber mucho líquido durante las comidas ya que favorece la distensión


gástrica y la lentificación de la digestión de los alimentos.

- Evitar, o al menos moderar, la ingesta de bebidas carbónicas o gaseosadas


durante la comida ya que contribuyen a la distensión del estómago, generan
sensación de plenitud y, en combinación con bebidas alcohólicas, agudizan los
efectos de éstas.

- Evitar la ingesta abundante o con elevado contenido graso, que contribuye a


un retraso del vaciamiento gástrico.

- Eliminar la ingesta de alimentos flatulentos (legumbres, coles, etc.).

- Evitar el consumo de especias, café, alcohol y tabaco

- Se recomienda a los pacientes que lleven un diario de alimentación, anotando


los alimentos ingeridos, el nivel de síntomas y haciendo un registro de las
actividades. Evitar los alimentos que el paciente relacione con las molestias.

© Jesús A. Jiménez Cañadas, D.O.


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- Uno de los alimentos que con mayor frecuencia se asocia con los síntomas es
la leche y, menos frecuentemente, sus derivados. Los síntomas incluyen
distensión, flatulencia y, en ocasiones, diarrea. La experiencia nos ha
demostrado que el retiro de estos alimentos de la dieta mejora la
sintomatología.

- Se recomienda tomar zumo de hortalizas (patatas crudas con piel, berenjena,


apio, col, zanahoria, níspero, chufa), frutas (piña, pomelo, frambuesa,
melocotón, uva, manzana) y reemplazar el azúcar por miel de lavanda y
romero.

- Disminuir el estrés, retomar algún hobbie abandonado, mejorar los hábitos de


sueño e, incluso, terapias de conducta como la meditación.

- Aplicar cataplasmas sobre el vientre de una decocción de hojas de romero.

- Se recomienda regularizar el hábito intestinal si fuera necesario.

- Se aconseja normalizar adecuadamente el ritmo sueño/vigilia.

- Se recomienda la práctica de algún deporte de forma regular.

- Evitar la toma de aspirinas, AINS, etc.

© Jesús A. Jiménez Cañadas, D.O.


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