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La Semana Santa es la gran fiesta de todo el mundo Católico, es un tiempo propicio para meditar
en el Misterio de la Salvación y hacer un examen de conciencia de nuestra vida. Es el tiempo de
Gracia que el Señor nos concede para que afiancemos el sentido de nuestra vida, como
peregrinos hacia la eternidad. Tiempo de Oración, ayuno, ofrenda y espiritualidad cristiana. Es
donde hacemos el propósito de participar en todas las ceremonias litúrgicas, con la fuerza de
nuestra fe, para alimentar nuestra esperanza y vida espiritual, reconociendo al Dios Todopoderoso
como único Señor de nuestra vida.
La Semana Santa es el tiempo más fuerte y significativo de todo el año litúrgico, por que
celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, para
muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión, olvidándonos de
lo esencial de ésta semana que es dedicarnos a la oración, reflexión, obras de caridad y
especialmente al encuentro con el salvador, para amarlo con todas las fuerza de nuestro corazón y
darle el primer lugar que le corresponde. La Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran
Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos.
Comienza el domingo de Ramos y termina el domingo de Resurrección o de Pascua.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y arrepentimiento de
nuestros pecados, asistir al Sacramento de la Reconciliación para morir al pecado y resucitar con
Cristo. En este sentido, lo importante de este tiempo no es recordar con tristeza lo que Cristo
padeció, sino entender por qué murió y resucitó, es celebrar y revivir su entrega a la muerte por
amor a nosotros y por nuestra salvación. Por consiguiente, la Semana Santa fue la última semana
de Jesucristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir
eternamente junto a Dios. En esta misma línea de ideas, voy a referirme brevemente al sentido de
cada día:
Domingo de Ramos: Celebramos la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén, donde todo el pueblo
lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia
para que las bendigan ese día y participar en la Eucaristía. Se hace lectura de la Pasión de nuestro
Señor Jesucristo, según el evangelista que corresponda en dicho ciclo: A, B o C.
A: San Mateo 26, 14-27.66. B: San Marcos 14,1-15.47. C: San Lucas 22,14-23.56
Lunes, martes y miércoles Santo: Durante estos días muchas parroquias o centros de
evangelización acostumbran a realizar diferentes actividades espirituales como retiros, ayunos,
confesiones, eucaristías, actos penitenciales, ágapes entre otros. Para ayudar a los fieles a
despertar el sentido de la conversión y mejor preparación para el solemne triduo pascual.
Jueves Santo: La liturgia de este día nos recuerda todo lo que aconteció en la cena del Señor:
1. Institución de la Sagrada Eucaristía.
2. Institución del Sacerdocio.
3. Mandamiento del Amor.
El jueves santo, fue el día en el cual Jesús cenó por última vez con sus discípulos. Ésta comida
comenzó como la cena ordinaria de la pascua judía que celebraba la liberación de la esclavitud de
Egipto, pero terminó con el sentido nuevo que le imprimió Jesús: Pan y Vino que convierte en su
cuerpo y su Sangre (Lc 22, 14-20), que desde ese momento es la cena de la nueva alianza
(Eucaristía, Santa Misa, fracción del pan…). Dentro de ese momento instituyó el sacramento del
orden sacerdotal y solemnemente el mandamiento del Amor. (Juan 13, 34-35; Jn 15, 12-13)
En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su
sangre. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la
noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo. (En nuestros templos:
Hora Santa).
Viernes Santo: Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de
Herodes y Pilatos; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con
un Viacrucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz. El viacrucis como su nombre
lo indica, “es un camino de la Cruz”, por el cual el cristiano hace un recorrido espiritual
acompañando a Jesús nuestro salvador en su pasión, muerte y resurrección. (Jn 18-19)
(3:00 Pm liturgia solemne de la tarde: liturgia de la pasión del señor, adoración de la santa cruz y
distribución de la sagrada comunión y después por la noche la reflexión en torna a las 7 palabras.
Procesión).
Sábado Santo o Sábado de Gloria: Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección
de Jesús (Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se
cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar
la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta
celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de
Cristo, la gran fiesta de los católicos. (Juan 20,1-9)
(En la solemne vigilia pascual se lleva acabo 4 liturgias: Liturgia de la Luz, de la palabra, del
bautismo y la liturgia de la eucaristía.)
Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua: Es el día más importante y más alegre para
todos nosotros los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir
que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en
compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida. El acontecimiento de la resurrección,
es el eje central del cristianismo: Dios dio la vida al ser humano y lo creó para la vida. (Juan 20,1-9)
La pascual (Pésaj) se acostumbra celebrar el día 15 del mes hebreo de Nisán, que empieza con la
primera Luna llena de primavera. Esto es porque todas las ceremonias religiosas judías se
determinan por las fases de la Luna.
En la fiesta de la Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas
amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.
Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.
Asistir en familia a los oficios y ceremonias propios de la Semana Santa porque la vivencia cristiana
de estos misterios debe ser comunitaria.
Poner algún propósito concreto a seguir para cada uno de los días de la Semana Santa.
Colaborar generosamente porque la semana santa demanda bastantes gastos.
Pedir por la conversión de nuestros familiares.
Ayunar, orar y dar limosna en silencio y acudir al sacramento de la reconciliación.
EXAMEN DE CONCIENCIA
¿Qué es y para qué es el Examen de Conciencia?
Se trata de examinar nuestra conciencia en oración ante Dios, a la luz de las enseñanzas de la
Iglesia, a partir de nuestra última confesión. El fin del examen no es angustiarse con las culpas sino
reconocerlas con serenidad, seriedad y confianza en Dios para confesarlas sabiendo que seremos
perdonados. Todo el proceso se mueve en la misericordia infinita de Dios manifestada en
Jesucristo.
Precisamente por ser pecadores, nos cegamos ante nuestros pecados. Entonces el corazón se
endurece, se hace insensible a las exigencias del amor. Por eso es tan importante la conversión
del corazón.
¡Atención hermanos! Que ninguno de ustedes tenga un corazón malo e incrédulo..." Hebreos 3,7-9”.
Dios es un Padre amoroso que nos hace ver el pecado para darnos la gracia del arrepentimiento y
perdonarnos. Es muy provechoso hacer examen de conciencia con toda humildad, abrirnos a que
personas cerca de nosotros nos corrijan “Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos
condenados." (1 Corintios. 11, 31).El examen se hace ante Dios, escuchando su voz en la
conciencia.
EXAMEN DE CONCIENCA
Vamos hacer algunas preguntas para un mejor examen de conciencia y por ende, una mejor
confesión.
1. ¿He amado a Dios sobre Todas las cosas?
2. ¿A quién (que) le he dado la mayor atención?
3. ¿He hecho de mi familia, trabajo de apostolados?
4. ¿Sé en la práctica lo que es confiar en el amor y el poder de Dios?
5. ¿confío en Dios y en su misericordia o quiero hacerlo yo solo a través autosuficiencia?
6. ¿Confío en él cuando todo parece ir mal?
7. ¿He caído en superstición?
8. ¿Cómo ha sido diariamente mi oración personal con Dios?
9. ¿lo he alabado, le he dado gracias o me he quejado de él?
10. ¿Intercedo por mi familia, grupo, Iglesia, por el mundo?
11. ¿He orado con el corazón, abierto al Espíritu Santo?
12. ¿Tomo tiempo para discernir mi proceso de conversión?
13. ¿Cuándo me dan algunas enseñanzas, las guardo en mi corazón y busco profundizarlas?
14. ¿Uso los dones que Dios me dió para su gloria y para la iglesia?
15. ¿Estoy abierto a recibir nuevos dones según Dios disponga?
16. ¿Busco conocer en la oración la voluntad de Dios para mi vida y mi familia?
17. ¿Estudio mi fe católica (Biblia, magisterio, libros sólidos) o me contento con mi propio modo
de entender a Dios según mi conveniencia?
18. ¿Estoy avanzando en mi formación como católico?
19. ¿Mi tiempo responde a las prioridades de Dios?
20. ¿Interpreto lo que hago en la perspectiva de la vida eterna?
21. ¿Reflexiono sobre mi muerte y el juicio final?
22. ¿Guardo el día domingo para el Señor o trabajo innecesariamente ese día?
23. ¿Voy a misa todos los domingos y fiestas de guardar?
24. ¿He adorado y puesto todo mi corazón en Cristo, que me espera en el sagrario?
25. ¿He recibido con preparación al Señor?
26. ¿He meditado ante Jesús crucificado?
27. ¿busco su poder transformador y su sabiduría y la aplico en mi vida cotidiana?
28. ¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz?
29. ¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
30. ¿Uno mi cruz a la de Cristo?
31. ¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados?
32. ¿Cuándo fue mi última confesión?
33. ¿Hice una confesión completa o escondí algo?
34. ¿Qué hago para permitirle a Dios que me libere?
35. ¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?
36. ¿Rezo el santo rosario?
37. ¿Acepto su cuidado maternal y me dejo formar por ella?
38. ¿Recurro a ella en oración, medito su vida y participo en las fiestas marianas?
39. ¿Están todas mis relaciones a la luz del Señor: castas, sanas y sinceras?
40. ¿Guardo odios o enemistades para con nuestros hermanos?
41. ¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros?; ¿Estoy creciendo en estos
compromisos?
42. ¿Soy confiable en el hogar, grupo de trabajo y soy servicial?
43. ¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo como cristiano católico que soy?
44. ¿Honro a padre y madre, los Obedezco, cuido y suplo sus necesidades?
45. ¿Doy tiempo a la familia, Cenar juntos, me divierto con ellos, ayudo económica según las
necesidades?
46. ¿Honro y respeto a mi esposo/a en todo momento?
47. ¿Qué medidas tomo para que mi casa sea un hogar de convivencia pacífica?
48. ¿Soy responsable y ordenado con la economía?
49 ¿Disciplino con sabiduría a los hijos y les doy buena educación para ser buenos cristianos?
50. ¿De algún modo he matado o atentado contra la vida de alguien? (ej.: apoyo o participación en
aborto, suicidio, conduzco sin cuidado, actos irresponsables que ponen una vida en peligro).
51. ¿He atentado contra la dignidad de alguien?
52. ¿He cometidos actos impuros?
53. ¿Obedezco el plan de Dios para la sexualidad en mi estado de vida?
54. ¿De algún modo he robado?
55. ¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?
56. ¿No diezmo como debe ser sino que doy una ofrenda y evado mi responsabilidad de
diezmante?
57. ¿He levantado falsos testimonios y mentirás?
58. ¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?
59. ¿Digo siempre la verdad?
60. ¿cumplo con las obras de misericordia?
Corporales: solidaridad con enfermos/ hambrientos/ sedientos/presos/ desnudos/
forasteros/ enterrar los muertos.
Espirituales: dar buen consejo/ corregir/ perdonar, / consolar/ sufrir con paciencia las
molestias del prójimo/ rezar por los vivos y los muertos.
61. ¿Estoy atento al dolor ajeno para tender una mano?
62. ¿Imito a Cristo que fue pobre y lo reconozco en el hermano?
63. ¿Coopero con las obras de la Iglesia con amor o doy mis sobras?
64.- ¿Soy testimonio viviente de cristo?
65. ¿Soy sal de la tierra y luz del mundo?
66. ¿Me esfuerzo de todo corazón para que Cristo sea conocido y amado por todos?
67. ¿Estoy en comunión con el espíritu misionero de la Iglesia?
68. ¿He sido manso, paciente, edificando con medios santos?
69. ¿He tenido hambre y sed de justicia?
70. ¿Trabajo por la paz, en mi persona, hogar, grupo, mundo y he sido misericordioso?