Piaget fue un teórico de fases que dividió el desarrollo cognoscitivo en
cuatro grandes etapas: etapa sensoriomotora, etapa preoperacional, etapas de las operaciones concretas y etapa de las operaciones formales, cada una de las cuales representa la transición a una forma más compleja y abstracta de conocer. En cada etapa se supone que el pensamiento del niño es cualitativamente distinto al de las restantes. Segú Piaget, el desarrollo cognoscitivo no sólo consiste en cambios cualitativos de los hechos y de las habilidades, sino en transformaciones radicales de cómo se organiza el conocimiento. Una vez que el niño entra en una nueva etapa, no retrocede a una forma anterior de razonamiento ni de funcionamiento. Piaget propuso que el desarrollo cognoscitivo sigue una secuencia invariable. Es decir, todos los niños pasan por las cuatro etapas en el mismo orden. No es posible omitir ninguna de ellas. Las etapas se relacionan generalmente con ciertos niveles de edad, pero el tiempo que dura una etapa muestra gran variación individual y cultural.
Piaget pensaba que todos, incluso los niños comienzan a organizar el
conocimiento del mundo en lo que llamó esquemas. Los esquemas son conjuntos de acciones físicas, de operaciones mentales, de conceptos o teorías con los cuales organizamos y adquirimos información sobre el mundo. El niño de corta edad conoce su mundo a través de las acciones físicas que realiza, mientras que los de mayor edad pueden realizar operaciones mentales y usar sistemas de símbolos (por ejemplo el lenguaje). A medida que el niño va pasando por las etapas, mejora su capacidad de emplear esquemas complejos y abstractos que le permiten organizar su conocimiento. El desarrollo cognoscitivo no consiste tan sólo en construir nuevos esquemas, sino en reorganizar y diferenciar los ya exitentes. 1. Etapa sensio-motora (0- 2 años): Esta es la primera de las etapas por las cuales atraviesan los infantes, y comprende desde que el niño nace hasta que adquiere la capacidad de comunicarse a través del lenguaje, lo cual es aproximadamente a los 2 años, dependiendo también de las características individuales de cada niño. Durante el desarrollo de esta etapa, todos los conocimientos que los niños adquieren del mundo lo hacen a través de los sentidos y de la interacción directa con los objetos y con el ambiente que los rodea, de aquí el nombre que se le acredita a la etapa. Si bien al principio van descubriendo poco a poco todo sobre el mundo, para el final de esta etapa son capaces de identificar el carácter de permanencia de sí mismos y el mundo. 2. Etapa pre-operacional ( 2-7 años): Durante esta etapa ya los niños cuentan con un cierto desarrollo cognitivo debido a que son capaces de comunicarse a través del lenguaje, sin embargo no lo entienden en su total complejidad, por lo que no son realmente capaces de utilizar sus pensamientos y la información almacenada que poseen de la etapa anterior. La duración de esta etapa va aproximadamente desde los 2 hasta los 7 años, pero todo depende de la manera en la que se desenvuelva el niño ante su entorno y de sus características biológicas, por lo que no se puede limitar estrictamente a solo esas edades. Esta etapa es considerada como la etapa de la imitación y los juegos, en la cual los niños quieren imitar todo y a todos los que ven a su alrededor, a pesar de no comprender realmente que es lo que se encuentran imitando. De igual forma, no son capaces de diferenciar los conceptos mágicos de los reales, por lo que para ellos todo lo que visualizan lo comprenden como verdadero en sus mentes. 3. Etapa de las operaciones concretas (7-11 años): Esta etapa va por lo general desde los 7 hasta los 11 años, dependiendo de la maduración mental de la persona. Durante ella los niños empiezan a comprender más en profundidad el mundo, de manera que son capaces de empezar a utilizar la lógica y establecer relaciones entre objetos y conceptos. También, en esta etapa se visualiza como la empatía de los niños comienza a desarrollarse de manera más amplia, por lo que son capaces de ponerse en el lugar del otro y sentir o pensar como ellos. Por otro lado, entienden que no todo lo que piensan debe ser compartido, por lo que empiezan a guardarse sus sentimientos y pensamientos y van adquiriendo prudencia y conciencia de lo que dicen. 4. Etapa de las operaciones formales (11+ años): A partir de esta etapa los niños ya dejan de pertenecer a esta categoría y empiezan a ser conocidos como adolescentes, ya que la misma se desarrolla entre los 11 y los 20 años, de manera aproximada. Ya aquí son capaces de utilizar la lógica en su totalidad y desarrollan los conceptos abstractos e hipotéticos, por lo que son capaces de razonar de manera deductiva. Ya aquí se considera que empiezan a pensar como “adultos” porque adquieren las capacidades y competencias necesarias para resolver problemas mediante la implementación de múltiples soluciones hasta dar con la correcta, y así mismo ya diferencia plenamente lo que es imaginario y lo que es realidad, por lo que son capaces de trabajar con suposiciones. Una vez que el niño ha superado los cuatro estadios anteriormente mencionados, se puede decir que su desarrollo cognitivo se encuentra totalmente desarrollado, por lo que se encuentra en la capacidad de pensar y razonar de manera bastante madura e independiente, teniendo la posibilidad de valerse por sí mismos.
Teoría de Piaget del desarrollo moral
Los primeros trabajos de Piaget sobre moralidad se centraban en el respeto
a las reglas y las concepciones de justicia.
El periodo premoral: Los primeros 5 años de vida, cuando los niños
muestran poco respeto o interés por las reglas definidas en forma social
Moralidad heterónoma (5 a 10 años): Primera etapa de Piaget del desarrollo
moral, en la que los niños consideran que las reglas de las figuras de autoridad son sagradas e inalterables. Tienden a centrarse en las consecuencias. Conducta inmanente: la conducta inaceptable será castigada invariablemente y la justicia está siempre presente en el mundo
Moralidad autónoma (10-11 años): los niños se percatan de que las reglas
son acuerdos arbitrarios que pueden ser impugnados y modificados con el consentimiento de las personas que las rigen. Tienden a centrarse en la intención. Castigo reciproco: para que entienda lo que ha hecho.
El movimiento de la moralidad heterónoma a la moralidad autónoma ocurre
cuando los niños aprenden a situarse en el punto de vista de los demás.
Piaget creía que alrededor de la edad de 9-10 años la comprensión de los
niños de los problemas morales sufre una reorganización fundamental. Al iniciar la etapa de las operaciones formales y empezar a superar el egocentrismo propio de la infancia media, van desarrollado la capacidad de percibir las reglas morales desde el punto de vista de otras personas.
El niño puede descentralizarse para tener en cuenta las intenciones y las
circunstancias de otras personas, además realizar juicios morales más independientes que en la etapa previa.
Como resultado, las ideas de los niños sobre la naturaleza de las reglas mismas, sobre la responsabilidad moral, sobre el castigo y la justicia cambian, por tanto, su forma de pensar se asemeja más a la de los adultos. Bibliografía
Piaget, J., Inhelder, B. (2008). "Psicología del niño". Morata.
Shaffer, D. (2000). “Psicología del desarrollo, infancia y adolescencia”, 5ta
edición., Ed. Thomson, México. Papalia, D. Olds, S., Feldman, R. (1984). “Desarrollo Humano”, 10ma edición. Ed. Mc Graw Hill. Tomás, J., Almanera, J. (2007). “Master en Paidopsiquiatría”. Universidad de Barcelona. 30pp.