Está en la página 1de 3

Nombre y apellidos:

TRABAJO FINAL

Desarrolla un breve programa de intervención para el caso a tu libre elección


que hayas escogido.
En él tendrás que especificar:

- Qué síntomas presenta el paciente


- Qué aspectos de la vida cotidiana se verían afectados
- Qué instrumentos se han podido utilizar para dar con ese diagnóstico
- Qué acciones se llevarían a cabo para su rehabilitación
- La tarea se entregará en formato pdf con una extensión de 5-10 páginas.

Programa de intervención paciente con Síndrome disejecutivo corteza orbitofrontal

Presentación:

Información del paciente


Nombre: Daniel
Edad: 41 años (en el año 2018)
Estado civil: casasdo
Núcleo familiar: esposa e hija adolescente
Diagnóstico: síndrome disejecutivo corteza orbitofrontal

Antecedentes:

fue algo inesperado. En mayo de 2018, a la edad de 41 años, sufrió una caída de bicicleta
durante una competición deportiva. Se fracturó la pelvis y, como consecuencia del golpe en la
cabeza, presentó una fisura en la parte frontal del cráneo. Fue llevado a urgencias donde ingresó
en estado de coma por traumatismo craneoencefálico (TCE) con una puntuación en la Escala de
Glasgow (GSC) de 5/15 (ocular:1; verbal:1; motor:3). Se realizó una tomografía computerizada
(TC) inicial (aunque no se dispone de esa información). Se le trasladó a la unidad de cuidados
intensivos, donde permaneció en estado de coma durante 4 días. A lo largo del quinto día
comenzó a mostrar una mayor reactividad al medio, con apertura espontánea de los ojos,
seguimiento de órdenes y respuesta verbal, alcanzando la puntuación máxima en la GSC (es
decir, 15 puntos). La recuperación física y funcional después de tan grave accidente fue
espectacular. Fue dado de alta a su domicilio tan solo una semana después de salir del estado de
coma, con mínimas secuelas (hemiparesia derecha leve) y sin complicaciones postraumáticas
aparentes. Estuvo confuso durante las primeras semanas, presentando una amnesia
postraumática que empezó a resolverse a partir del segundo mes tras el accidente.
Sin embargo, pasado ese período inicial, comenzó un peregrinaje por las consultas
de neurología en una búsqueda por solucionar los problemas derivados del TCE.
Daniel tenía dolor en el hombro asociado a la leve hemiparesia derecha, pero lo más
llamativo para la familia era que, a pesar de su “milagroso” buen estado físico,
manifestaba graves alteraciones en su comportamiento. Tras varios meses de
consultas a neurólogos, en mayo de 2019, un año después del accidente, finalmente
se le realizó otra TC, que mostró un área hipodensa bilateral en el lóbulo prefrontal,
más acusada en el hemisferio derecho (fig.1). Asimismo, fue derivado al Servicio
de Rehabilitación del Hospital la Fe, para el tratamiento de la hemiparesia derecha.
Fue en ese momento cuando la médica rehabilitadora realizó una interconsulta al
servicio de neuropsicología al constatar alteraciones comportamentales evidentes.

Evaluación neuropsicológica inicial


Daniel acudió a consulta acompañado por su esposa, andando por sí mismo y sin
signos visibles de hemiparesia. Saludó de forma correcta al entrar y se mostró muy
colaborador. Estaba alerta, orientado en las tres esferas (tiempo, espacio y persona)
y no presentaba alteraciones atencionales evidentes. Su lenguaje era aparentemente
normal, sin bloqueos ni circunloquios. En los datos de la anamnesis, encontramos a
un
hombre casado, con una hija adolescente, fontanero de profesión, con una
formación académica equivalente a un nivel superior de formación profesional
(FP2), aficionado a la lectura, a los deportes y a juegos como el ajedrez. Daniel
tenía buenas amistades dentro del mundo académico y se describía a sí mismo
como un hombre curioso por aprender.
Cuando se le preguntó por el motivo de la derivación a la consulta de
neuropsicología,
el paciente describió la existencia de alteraciones en la memoria, así como pérdida
de apetencia sexual y del sueño desde hacía 1 año, aproximadamente desde su
accidente. Al indagar si había notado cambios en su personalidad, respondió: “Soy
menos flexible…si algo no entra dentro de lo que yo creo que es correcto, no
puedo…el que tenga delante la lleva clara, no dejo pasar ni una”. A continuación,
contó que después de su accidente se había incorporado con normalidad a su
trabajo, estando en paro en ese momento porque había perdido a todos sus clientes:
“Te llaman a cualquier hora para que acudas inmediatamente…pero si no puedo ir,
pues no puedo. Así que me he peleado con los clientes porque no estaba dispuesto a
aguantar que me exigieran lo que ellos quisieran. Si hace falta, los mando bien
lejos”. Esta información fue corroborada por su esposa quien mencionó que estaba
más agresivo, impulsivo que antes de la lesión, así como más suspicaz y apático y
que tal cambio se había producido en todos los ámbitos, tanto con clientes como
amigos, como con la familia. Efectivamente, él asentía y verbalizaba tener
problemas frecuentes con “la gente a la que no aguanto…me dan ganas de pegarles
para que se callen”. Cuando se investigó si creía que los demás habían notado
dichos cambios afirmó: “No me lo dicen porque no se atreven, pero creo que sí lo
piensan”.
Daniel protesta al tener que poner la mesa en casa, cosa que antes no le ocurría.
Muestra su inconformismo al tener que ir a hacer la compra de la semana al
mercado. Si está en un supermercado con una gran compra y alguna persona tiene
un artículo, ni le sugiere que pase antes la persona y si se lo piden, se muestra
enfadado y contesta “no te voy a dejar pasar, haber llegado antes”. Le cuesta ceder
el asiento a personas mayores en el transporte público y siempre que va a comer a
algún restaurante habla de malas maneras a los camareros. Le es difícil empatizar.
En ocasiones siente tristeza sin motivos aparentes.
Daniel mostraba unas capacidades intelectuales que parecían no corresponder con
su
falta de control de impulsos. Se realizó una exploración neuropsicológica, que
confirmó la preservación de la mayor parte de sus funciones cognitivas. Asimismo,
se llevó a cabo una evaluación específica de las funciones relacionadas con la
corteza orbitofrontal, a partir de la que se constató una importante alteración, que
describirá más adelante.
Caso extraído del libro: “Neuropsicología a través de casos clínicos”. Triviño,
Arnedo,
Bembibre, 2014. Editorial Panamericana.

Síntomas :

También podría gustarte