Está en la página 1de 3

ATAQUE DE PANICO

¿Qué es?

Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza
su máxima expresión en minutos.

La crisis de pánico se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de miedo o malestar


intensa que alcanzan su nivel máximo en cuestión de minutos acompañados de síntomas físico
y/o cognitivos. Las crisis de pánico pueden ser esperadas en respuesta a objetos o situaciones
típicamente temidas o inesperadas, ocurriendo la crisis sin razón aparente. Las crisis de pánico
funcionan como marcadores y factores pronósticos de la severidad, el curso y la comodidad de
una amplia variedad de trastornos, incluidos, entre otros, los trastornos de ansiedad, abuso de
sustancias, depresivos y trastornos psicóticos, por lo tanto la crisis de pánico puede actuar
como un especificado descriptivo de cualquier trastorno de ansiedad así como de otros
trastornos mentales.

En el trastorno de pánico la persona experimenta recurrentes e inesperadas crisis de pánico y


está persistentemente intranquila o preocupada sobre tener nuevas crisis o cambia de manera
desadaptativa su comportamiento debido a la crisis de pánico

Síntomas

Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza
su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se producen cuatro (o más) de los
síntomas siguientes:

Nota: La aparición súbita se puede producir desde un estado de calma o desde un estado de
ansiedad.

1. Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardiaca.

2. Sudoración.

3. Temblor o sacudidas.

4. Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.

5. Sensación de ahogo.

6. Dolor o molestias en el tórax.

7. Náuseas o malestar abdominal.

8. Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.

9. Escalofríos o sensación de calor.

10. Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueo).

11. Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).

12. Miedo a perder el control o de “volverse loco.”

13. Miedo a morir.

Nota: Se pueden observar síntomas específicos de la cultura (p.


ej., acufenos, dolor de cuello, dolor de cabeza, gritos o llanto incontrolable). Estos síntomas no
cuentan como uno de los cuatro

Al menos a uno de los ataques le ha seguido un mes (o más) de uno o los dos hechos
siguientes:

1. Inquietud o preocupación continua acerca de otros ataques de pánico o de sus


consecuencias (p. ej., pérdida de control, tener un ataque de corazón, “volverse loco”).

2. Un cambio significativo de mala adaptación en el comportamiento relacionado con los


ataques (p. ej., comportamientos destinados a evitar los ataques de pánico, como evitación del
ejercicio o de las situaciones no familiares).

3. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una
droga, un medicamento) ni a otra afección médica (p. ej., hipertiroidismo, trastornos
cardiopulmonares).

4. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., los ataques de pánico no
se producen únicamente en respuesta a situaciones sociales temidas, como en el trastorno de
ansiedad social; en repuesta a objetos o situaciones fóbicas concretos, como en la fobia
específica

Causas

A lo largo de la historia han surgido diversos modelos explicativos del pánico y la agorafobia.


Los primeros modelos insistían en su carácter biológico, considerando la existencia de una
alteración física predispuesta genéticamente. Sin embargo, cada uno de los argumentos de los
modelos biologicistas es discutible en algún aspecto, por lo que comenzaron a surgir modelos
explicativos alternativos como el cognitivo.

Uno de los modelos más aceptados es el de Clark y Salkovskis (1987). Según este modelo,
diversos estímulos internos o externos pueden ser percibidos como amenazantes provocando
miedo o aprensión. Este miedo se manifiesta en una serie de sensaciones corporales
(respuesta fisiológica de la ansiedad) como por ejemplo la aceleración de la tasa cardíaca. Al
interpretarlas de modo catastrófico la ansiedad se incrementa, lo que confirma los
pensamientos catastróficos que provocan más miedo, y entramos en el bucle miedo-ansiedad.
La crisis continúa hasta que unos minutos después actúa el mecanismo encargado de restaurar
el equilibrio del organismo o hasta que el sujeto utilice alguna estrategia de afrontamiento.

Si bien no se sabe que exactamente provoca un ataque de pánico el cuerpo tiene una
respuesta natural cuando está estresado o en peligro, acelera el corazón, hace que respire más
rápido y le da una descarga de energía, como una preparación para hacer frente al peligro o
huir de él. Un ataque de pánico se produce cuando se presenta esta respuesta cuando no hay
peligro.

Los ataques de pánico también pueden ser provocados por:

 Un problema de salud, como la tiroides hiperactiva ( hipertiroidismo ), o problemas


cardíacos o respiratorios.
 Depresión u otro trastorno del estado de ánimo.
 Abuso del alcohol.
 Consumir demasiada nicotina o demasiada cafeína.
 Tomar ciertos medicamentos, como los utilizados para tratar el asma y problemas del
corazón.
 Usar drogas ilegales, como la marihuana o la cocaína.
 Vivir con altos niveles de estrés durante mucho tiempo.

Tratamiento

El tratamiento para los ataques de pánico y el trastorno de pánico incluye asesoría psicológica,
también en algunos casos se recomienda el uso de medicamentos

Se trata de una intervención cognitivo-conductual que se compone de:

 Psicoeducación. El tratamiento comienza explicando al paciente qué es un ataque de


pánico, cuáles son sus síntomas y en qué consiste el trastorno.

 Entrenamiento en relajación muscular. La tensión muscular es una reacción fisiológica


muy frecuente en la ansiedad y los ataques de pánico. De ahí la importancia de contar
con recursos para hacer frente a este molesto síntoma. Existen diversas técnicas de
relajación y una de las más utilizadas en el tratamiento de la ansiedad es la relajación
muscular progresiva de Jacobson.

 Entrenamiento en respiración antipánico. Durante los ataques de pánico la


respiración se ve alterada normalmente por hiperventilación, que suele provocar
mareos y aturdimiento. El entrenamiento en respiración es una estrategia de
autocontrol para regular la respiración en estados de ansiedad. Aquí
encontrarás técnicas de relajación mediante la respiración.

 Intervención cognitiva. A través del modelo A-B-C, el paciente aprende a identificar los
pensamientos automáticos desadaptativos que provocan las emociones indeseables
para sustituirlos por otros más realistas y adaptativos. Esto se conoce como
reestructuración cognitiva.

 Exposición interoceptiva. La técnica de exposición consiste en exponerse a los


estímulos que generan ansiedad hasta que los síntomas de esta se reduzcan o
desaparezcan. Puede hacerse en imaginación o en vivo y de forma intensiva o gradual.
Siendo la exposición en vivo la que ofrece mejores resultados.

 Exposición a situaciones agorafóbicas. Si el trastorno de pánico es con agorafobia los


estímulos temidos son situaciones ambientales, por lo que la exposición sería en estas.
Al igual que la exposición interoceptiva, la exposición a situaciones agorafóbicas se
puede realizar de forma intensiva (directamente a la situación temida) o de forma
gradual. Para la segunda utilizaremos una jerarquía de las situaciones que causen
temor al paciente e iremos haciendo la exposición de menos a más.

El tratamiento temprano de los ataques de pánico es muy importante. Puede prevenir otros
problemas relacionados con el trastorno de pánico. Estos problemas incluyen depresión,
trastornos de ansiedad y abuso de sustancias.

También podría gustarte