Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Julie Vane’
ÍNDICE
Sinopsis Capítulo 27
Prólogo Capítulo 28
Capítulo 1 Capítulo 29
Capítulo 2 Capítulo 30
Capítulo 3 Capítulo 31
Capítulo 4 Capítulo 32
Capítulo 5 Capítulo 33
Capítulo 6 Capítulo 34
Capítulo 7 Capítulo 35
Capítulo 8 Capítulo 36
Capítulo 9 Capítulo 37
Capítulo 10 Capítulo 38
Capítulo 11 Capítulo 39
Capítulo 12 Capítulo 40
Capítulo 13 Capítulo 41
Capítulo 14 Capítulo 42
Capítulo 15 Capítulo 43
Capítulo 16 Capítulo 44
Capítulo 17 Capítulo 45
Capítulo 18 Capítulo 46
Capítulo 19 Capítulo 47
Capítulo 20 Capítulo 48
Capítulo 21 Capítulo 49
Capítulo 22 Capítulo 50
Capítulo 23 Capítulo 51
Capítulo 24 Epílogo
Capítulo 25 Sobre la Autora
Capítulo 26
SINOPSIS
El chico de al lado siempre la ha dejado sin aliento.
Joey...
No diría que me escapé exactamente; con veintidós años soy demasiado
grande para eso.
Yo lo llamaría autopreservación.
Tengo un objetivo: proteger mi corazón del chico de al lado que no tiene
ni idea de que lo he amado toda mi vida, incluso con un asiento en primera fila
en la puerta giratoria de su dormitorio.
Mi plan de escape casi funcionó.
Excepto que dejé una cosa atrás.
Logan Carter secuestró mi corazón, y ahora es el momento de recuperarlo.
Esta vez para siempre.
Logan...
No diría que he estado mintiendo todo este tiempo; no sobre todo.
No sobre cuánto extraño a mi mejor amiga, y definitivamente no sobre lo
enojado que estoy porque se fue sin apenas despedirse.
Ella es la última persona que esperaba que me abandonara, y su ausencia
dejó un gran agujero en mi pecho.
Cuando Joey Grayson baje del autobús, sé que haré cualquier cosa para
que se quede en casa, y eso significa descubrir la verdad.
Pero no estoy seguro de cómo decirle mis verdades cuando estoy viviendo
tantas mentiras.
Texas Nights, #3
PRÓLOGO
Traducido por Ana_V.U
Corregido por Lizzy Avett’
Es tan bueno ver a Joey, respirar su dulce aroma floral, sentirla contra mí
y saber que está de vuelta en casa, sana y salva después de todo este tiempo
separados, que me resulta difícil soltarla.
Un carraspeo a mi lado y la dejo en el suelo de mala gana. Parece agotada
pero hermosa. Lleva una camisa amarilla brillante y unos pantalones cortos de
color caqui. Los colores claros resaltan su gran bronceado, que probablemente
obtuvo al pasar tiempo en la playa con sus primos. De alguna manera, sus piernas
parecen largas, a pesar de ser una cosita diminuta.
Ya no es la adorable marimacho que nos seguía a Silas y a mí a todas
partes. Joey ya ha crecido, lo ha hecho durante un tiempo, pero verla ahora,
después de haber estado lejos durante los últimos meses, parece resaltar el hecho
de que ya no es una niña pequeña.
Tragando saliva, desvío la mirada de su exuberante cuerpo porque nada
bueno puede salir de eso. En su lugar, estudio la gigantesca masa de pelo rubio
anudada en la parte superior de su cabeza.
Busco mechones de color púrpura, azul o rosa intenso que puedan estar
escondidos, pero no veo ninguno de sus colores habituales de unicornio. Debe de
haber optado por algo seguro para la boda.
Patrick me aparta del camino. —Josephine Grayson, ha pasado demasiado
tiempo.
Cuando la coge en brazos y la hace girar, haciéndola reír, me entran ganas
de darle un puñetazo en los huevos.
—Bájala, imbécil. No es una muñeca.
Me mira. —¿Por qué no puedo levantarla? Tú lo hiciste.
—Porque es mi mejor amiga. No la tuya.
La pone de pie y me da otro empujón juguetón. —¿Qué vas a hacer?
¿Sacarlo y orinar un círculo alrededor de ella para que nadie más le hable? ¿Eh?
—Salta por el aparcamiento como si fuera a luchar conmigo en broma.
Una pequeña mano se posa en mi pecho, y miro hacia abajo para pillar a
Joey intentando no sonreír. —Chicos, dejen de hablar de mí como si no estuviera
aquí.
Le hago una llave de cabeza y sonrío cuando suelta un chillido. Este es
nuestro procedimiento operativo estándar. —¿Por fin has decidido honrarnos
con tu presencia, Itsy Bitsy? —Cuando tenía seis años, interpretó a una araña en
la obra de teatro del colegio, y a veces tengo que molestarla por eso.
Mientras la arrastro a mi camioneta, grita: —¡Copiloto!
Patrick maldice y yo me río.
—¿En serio me van a echar? —La cara de Patrick se arruga como si esto
fuera una sorpresa para él mientras se acomoda en la parte trasera y yo ayudo a
Joey a subir en el asiento del pasajero.
—Joey va de copiloto. —Cierro su puerta y doy la vuelta a la parte
delantera de la cabina, saboreando la visión de ella en mi vehículo. Maldita sea.
Es un espectáculo para los ojos.
Pero Patrick no se calla. Cuando subo, vuelve a la carga. —Hermano, ella
se ha ido. Durante seis meses. ¿No tengo ningún crédito por quedarme cerca de
tu trasero deprimido todo ese tiempo?
—Josephine siempre va de copiloto. Es así, hombre. Lo siento. —Aunque
estoy tratando de mantener las cosas ligeras, recordar que se ha ido quita el aire
de la camioneta.
Me doy cuenta de que Joey también lo siente porque mira hacia su regazo,
donde retuerce las manos.
—Oye. —Jalo la manga de su camiseta hasta que hace contacto visual—.
No me importa lo que haya pasado. Por qué te fuiste o por qué no me llamaste.
—Suspiro y miro hacia otro lado—. Quiero decir, sí me importa, pero quiero que
sepas que no estoy enfadado por no haber sabido de ti, ¿vale? Me alegro de que
estés en casa.
¿Me devané los sesos tratando de averiguar si hice algo para herirla? ¿Para
alejarla así? ¿Para hacerla huir al otro lado del maldito país?
Sí a todas esas preguntas. Y pretendo averiguar la verdad en algún
momento.
Pero por ahora, solo quiero recuperar a mi mejor amiga.
Miro fijamente esos impresionantes ojos grises que de alguna manera
hacen que el tiempo se detenga. —Puedes contarme lo que sea. No voy a ir a
ninguna parte. Porque no vas a deshacerte de mí. —Me aclaro la garganta y miro
el aparcamiento—. Mientras lo expongo todo, debería decir lo mucho que te he
echado de menos. Patrick tenía razón. Estaba un poco deprimido.
Gracias, idiota, por señalarlo.
Los ojos de Joey se empañan, y eso me da coraje porque me imagino que
lo que sea que la hizo irse a Florida es algo importante. Pero si así es como consigo
mantener a mi chica, desistiendo y relajándome, entonces es lo que tengo que
hacer.
—Yo también te extrañé, Logan. Siento haber...
Sacudo la cabeza, y ella entiende lo que quiero decir. Sin disculpas.
Joey siempre es la primera en disculparse por cosas que no son su culpa,
y no puedo soportar la idea de que lo haga ahora mismo. Puede que no sepa por
qué se fue, pero obviamente sintió que lo necesitaba, y lo respeto. Pero lo último
que quiero hacer es discutirlo con testigos. Esto es entre ella y yo. Eso es todo.
Más tarde, cuando estemos los dos solos, podemos tener una conversación
sincera.
La idea de perder a Joey de la misma manera que perdí mi amistad con
Silas —al azar, como si el universo no tuviera nada mejor que hacer que
joderme— me hace estar dispuesto a hacer casi cualquier cosa para suavizar esto
con Jo.
Sin pensarlo dos veces, le cojo la mano para tranquilizarla, entrelazando
mis dedos con los suyos. Es algo que nunca había hecho antes, y su intimidad me
hace reflexionar.
Claro que la he cogido de la mano en el pasado. La cogía siempre de la
mano cuando éramos niños porque, de lo contrario, ella no podía cruzar la calle,
pero esto es algo diferente.
Ella también parece darse cuenta, estudiando nuestras manos
entrelazadas, sus dedos pequeños y suaves engullidos por mi mano grande y
áspera que ha pasado demasiadas horas en el establo acicalando caballos y
paleando mierda.
Un matiz rosado ruboriza sus mejillas, y cuando levanta la vista y me
dirige una sonrisa, me golpea en el plexo solar.
Patrick se ríe detrás de nosotros. —Ah, hermano. Eres tan dulce. No me
extraña que todas las conejitas quieran follar contigo.
Pongo los ojos en blanco y, de mala gana, retiro mi mano de la de Joey
para poder arrancar la camioneta. Mirando a Patrick por el espejo retrovisor,
murmuro: —¿Por qué tienes que arruinarlo todo?
Odio cuando hace esto, hablar de otras chicas delante de Joey. He jugado
en el campo de vez en cuando, pero nunca delante de ella.
Además, tendría que ser un imbécil para no saber que estaba enamorada
de mí cuando éramos niños, pero probablemente le hubiera gustado cualquiera
de los amigos idiotas de Silas que la sacara de ese pozo. Me imaginé que lo había
superado cuando salió con ese imbécil de Mason en el instituto, pero siempre he
pensado que sería una estupidez hacer desfilar a las mujeres delante de ella.
Puede que tenga que actuar como si pasara mi tiempo libre follando para
que nadie preste atención a lo que realmente hago, pero eso no significa que
quiera que Jojo piense que soy ese tipo.
Debería decirle la verdad.
El pensamiento da vueltas en mi mente. Casi no puedo recordar una época
en la que esta mierda no me pesara.
Pero una mentira engendra otra, y no sé cómo desenredarlas de la
montaña de engaños que he estado ocultando a todo el mundo. Especialmente
cuando algunas de esas mentiras no son mis secretos a revelar.
Sin embargo, si hay una persona en este mundo a la que quiero contárselo
es a Joey.
Conducimos en silencio mientras intento sacudirme el malestar que
siempre me invade cuando pienso en estas cosas.
No es hasta que estamos en la autopista que se me ocurre preguntar dónde
debo dejarla. —¿Adónde vamos, Bitsy? ¿A casa de mi hermano? —Estoy seguro
de que ella y Tori tienen mucho que contarse. Ethan y Tori quieren que venga a
cenar esta noche, pero me pregunto si está demasiado cansada para socializar
después de ese viaje en autobús.
Joey rebusca en su bolso y frunce el ceño a la vez que mira su teléfono.
—¿Qué? No, me quedo en casa de mi abuela.
Patrick y yo intercambiamos miradas en el espejo retrovisor.
Hay tantas cosas malas en lo que acaba de decir que no sé por dónde
empezar, pero no tengo que hacerlo porque Patrick ya está abriendo la bocaza.
—No se puede, muñeca. Silas vendió la casa hace tiempo.
Me irrita el apodo de Patrick para ella, porque nunca antes había actuado
tan encaprichado con Joey, aunque tengo que admitir que luce increíble a pesar
de su reciente viaje por carretera.
Agarrando el volante, le echo un vistazo y su expresión lo dice todo.
No, no sabía que su hermano había vendido la casa de su familia.
Maldito Silas.
Supongo que no soy el único que guarda secretos.
4
Traducido por Bells767
Corregido por Lizzy Avett’
1 Novela de John Steinbeck publicada en 1937, cuenta la trágica historia de George Milton y
Lennie Small, dos trabajadores de rancho errantes, a lo largo de la California de la Gran
Depresión.
Ser joven, pobre y estar varada en el país no es tan malo si te gusta leer.
Gracias a Dios que hay una biblioteca decente cerca.
—Eres la única razón por la que saqué una buena nota ese semestre. Tú y
tu enorme cerebro. —Me da palmaditas en la frente como si fuera una pesada, y
yo le aparto la mano.
—Me gustan los libros largos y no puedo mentir.
Me parecía que esa semana era una gran manera de pasar mis tardes
aunque no entendiera todo sobre la historia. Como por qué Curly mantenía su
mano en un guante con vaselina por su esposa. No lo entendí en ese momento, y
si Logan lo hizo, no me lo explicó.
Un día en el mercado hace unas semanas, estaba exprimiendo un aguacate
para comprobar la madurez cuando me di cuenta de que Curly quería usar esa
mano suave para el sexo. Era obvio.
El teléfono de Logan zumba en su bolsillo trasero, y cuando lo comprueba,
se queda quieto y me mira con una expresión de culpabilidad en toda su cara.
—Necesito atender esto. Siéntete como en casa.
Mi corazón se desinfla cuando lo veo dirigirse hacia su dormitorio.
Probablemente esté haciendo planes con alguna aventura. Y aunque no lo
hará delante de mí —se empeña en no hacerlo nunca— me enteraré por nuestros
amigos. Porque en un pueblo pequeño como este, alguien siempre se asegura de
decírmelo. Como si tuvieran la obligación de contarme los chismes para que yo
sepa que el chico por el que he estado suspirando desde que era una niña es un
cazador de faldas.
La vida es demasiado corta.
Mis pensamientos vagan hacia el viaje en autobús hasta aquí. La señora
Reynolds tiene razón. Necesito arrancar esta tirita y decirle lo que siento. Tal vez
no haga ninguna diferencia. Pero antes de irme a Florida, le diré a Logan Carter
que he estado enamorada de él toda mi vida. Entonces mi conciencia estará
limpia, y tal vez, tal vez finalmente pueda seguir adelante.
Porque obviamente no me ve como nada más que su amiga.
No si sigue haciendo planes nocturnos.
Un triste sentido de resolución se asienta sobre mí.
Ya que no quiero escuchar a Logan haciendo arreglos con otra mujer, tomo
el control remoto y hago clic en la pantalla plana, cambiando de canal hasta que
encuentro Tienes un e-mail. Diablos, sí, definitivamente me vendría bien algo de
magia de Meg Ryan y Tom Hanks. Una chica nunca puede ver esa película
demasiadas veces.
Me tomo un minuto para llamar a mi prima Dawn y hacerle saber que
estoy viva.
Me grita en el oído: —¡Joey, el salón se ve increíble! Solo tenemos que
pintarlo el próximo fin de semana y contratar a dos estilistas más, y estaremos
listas.
—Siento mucho que tengas que hacer todo este trabajo sin mí. Te juro que
te compensaré cuando vuelva. —La idea de irme tan pronto se siente como una
piedra de plomo en mi pecho, pero no puedo esperar aquí a que Logan se dé
cuenta.
Dawn y yo nos ponemos al día por unos minutos, y luego suspira.
—¿Cómo te está tratando el imbécil?
—Ha sido genial, en realidad. No es un imbécil para nada.
—Aún.
—Aún —admito de mala gana.
En el fondo, escucho a su madre murmurando algo.
—Mi madre dice que no dejes que ese chico te engatuse el corazón otra
vez.
Me río y accedo a ser fuerte. Después de colgar el teléfono, me quito las
sandalias, me acurruco en el sofá y meto a Rambo bajo mi brazo.
Es un consuelo ver que todo en la sala de estar sigue igual. Desde el sofá
de segunda mano hasta las revistas de caballos en la mesa de café y el gastado
sillón reclinable; todo ordenado y limpio. Logan es un tipo ordenado y se ocupa
de sus cosas en su mayor parte. Y a pesar del dinero que la granja recauda en
estos días, lleva una vida modesta.
Estirando el brazo detrás de mí, tomo la manta que está colgada en la parte
de atrás. A Logan le encanta mantener la casa fría por la noche, probablemente
porque trabaja en un granero sofocante.
Sin embargo, el largo día me alcanza. Meg Ryan ni siquiera ha conocido a
Tom Hanks cuando me desmayo. Estoy segura de que estoy babeando encima
del cachorro cuando un golpe en la puerta me despierta.
—Quédate con el cambio.
Escuchar la voz de Logan me hace sonreír. Lo he extrañado tanto.
Sus pasos se acercan antes de que la caja de pizza llegue a la mesa de café.
—¿Por qué sonríes, Bitsy?
Mi garganta está irritada y seca, pero las palabras salen de todas formas.
—Me gusta estar aquí contigo. —Es un momento honesto. Tal vez demasiado
honesto.
Abro un párpado para ver cómo se ha tomado lo que dije, pero está
sonriendo. Por supuesto, la comida podría ser la razón de su alegría. El sofá se
sumerge con su peso.
—A mí también me gusta tenerte en casa. —Se mete una rebanada en la
boca como si hubiera estado hambriento durante una semana.
Rambo se acurruca cerca de mi cuello, y yo tomo una gran bocanada de su
dulce pelo de cachorro.
Logan levanta una ceja. —¿Acabas de oler al perro?
—Tal vez. —Le rasco debajo de la oreja, y me jadea en la cara—. Aunque
tengo que decir que nunca te he imaginado con este tipo de mascota. Pensé que
tendrías un rottie o un boxer.
Los ojos de Logan se dirigen hacia mí. —¿Insinúas que Rambo no es lo
suficientemente masculino?
Resoplo y niego. —No, estoy diciendo que esta bola de pelos es más mi
estilo que el tuyo. —En silencio, añado—: Siempre quise un cachorro, pero mis
padres nunca me dejaron tener uno. —No teníamos dinero para comida y ropa,
así que un perro no entraba de discusión. Para cuando solo eran Silas y la abuela,
ya tenía demasiado a mi cargo como para cuidar de una mascota.
—Me acuerdo. —Devuelve su atención a ESPN—. Deberías comer un poco
de pizza. —Antes de que tenga la oportunidad de responder, Logan arroja dos
rebanadas en un plato de papel y me las entrega—. Come, florecilla.
Con un gemido, pongo a Rambo en el suelo e intento sentarme, pero todos
los músculos de mi cuerpo protestan. Estoy enredada en la manta y demasiado
cansada para lidiar con ello. Vuelvo a caer con derrota.
—¿Estás bien? —Logan desenrolla la tela de mi cuerpo y me ayuda a bajar
las piernas al suelo.
—Solo dolorida. Veintisiete horas en un autobús te hacen eso. —Cuando
no dice nada, lo miro. Sus hombros están tensos y sus cejas fruncidas—. ¿Por qué
estás enfadado?
Se pasa una mano por su desordenado pelo rubio, un sonido exasperado
sale de su boca. —Porque tomaste un autobús, sola, para cruzar todo el país,
cuando podrías haberme dicho que venías y yo con gusto habría pagado tu boleto
de avión. Vi a los personajes sombríos que bajaron del autobús hoy. ¿Cuántos se
te insinuaron?
—No es necesario que te pongas dramático, Sherlock. ¿Por casualidad
viste a la abuelita que se sentó a mi lado durante la mayor parte del viaje? Te haré
saber que amenazó al tipo que se me insinuó, y no tuve ningún problema después
de eso.
Eso no fue lo adecuado porque parece más enojado. —¿Y si la abuela
bienhechora no hubiera estado ahí? Agradezco que estuviera, pero después de
enterarme que tomabas el autobús busqué en Google “crímenes relacionados con
autobuses”, y leí cosas que te prenderían fuego el cabello. ¿Sabías que una chica
fue golpeada en el baño durante una parada de descanso? Si insistes en volver a
Florida, compraré tu boleto de avión, así que no me niegues eso.
Abro la boca; no sé qué iba a decir, pero la cierro de nuevo y miro al chico
que he amado casi toda mi vida, y la gratitud llena mi corazón. —No tienes que
preocuparte por mí, pero gracias por hacerlo.
Asiente y gruñe. —Te prepararemos un baño esta noche. Eso ayudará a
tus músculos doloridos.
Puede que solo me quiera como una amiga, pero eso es más de lo que
obtuve de la mayoría de mi familia al crecer. Y tal vez eso es parte de su encanto.
Mis padres eran estrictos, cerrados de mente y nunca afectuosos. ¿Habría sido
tan difícil darme un abrazo de vez en cuando?
En cambio, la familia de Logan nunca se quedaba sin afecto. Su madre me
abrazaba casi cada vez que me veía. Logan también me abrazaba todo el tiempo
hasta que me salieron las tetas, luego emigró a estos divertidos abrazos laterales.
Solía pensar que temía a los pechos, pero conocía su reputación, así que pensé
que era mi cuerpo el que de alguna manera lo asustaba. La pubertad es rara, así
que no podía culparlo.
Comemos en silencio, uno al lado del otro, el cuarto está oscuro excepto
por la lámpara de la mesa, la luz de la cocina y la televisión.
—¿Qué hay en la agenda de esta semana? —Mis dientes se hunden en una
rebanada de pepperoni. Paraíso—. Tori dijo que me ayudarías a coordinar, señor
Planificador de Bodas.
—Ja, ja. Solo la ayudé a conseguir las flores porque tengo un amigo. —Me
da un empujón de buen humor y saca su teléfono—. Déjame enviarle un mensaje
de texto a Tori para consultarle la agenda.
Un minuto después, su teléfono vibra, lo abre y frunce el ceño.
—¿Qué pasa?
Me lo entrega. —Nada. Solo que son un montón de cosas.
Envió una hoja de cálculo detallada con el itinerario de la fiesta de la boda.
El miércoles las chicas tenemos una prueba de vestido. El jueves, tendremos un
almuerzo familiar con los padres de Tori. Y el viernes, el fin de semana antes de
la boda...
Miro a Logan. —¿Vamos a la costa?
—Supongo que sí. —Suspira.
Es un fin de semana conjunto de solteros y solteras. Parece que la mayoría
de los invitados a la fiesta de la boda y algunos amigos van a ir.
—Hay un vínculo con el condominio. —Oh, vaya—. Esto parece divertido.
Qué idea tan genial. —Estoy tan emocionada que casi olvido que no puedo
permitírmelo—. Pero... ¿cuánto va a costar eso? —Ahorré para mi boleto de
autobús, mi vestido y unas cuantas noches de comida, pero esto me hará gastar
mucho dinero. Además, todavía tengo que comprar algo de ropa ya que quién
sabe lo que Silas hizo con mis cosas. No empaqué mucho porque me imaginé que
tenía unos cuantos conjuntos en la casa de mi abuela. Que el hijo de perra vendió.
Logan coge una servilleta. —Ya pagué lo tuyo, socia. Puedes ir sin
problemas.
Esto. Siempre está haciendo cosas como esta, lo que hace difícil mantener
esas paredes erigidas alrededor de mi corazón.
Trago más allá del nudo en mi garganta. —Te lo devolveré. Te lo prometo.
—Aunque signifique que me salte el almuerzo todos los días durante un mes, se
lo devolveré.
Claro, solía sentir que me daba por sentado a veces, pero aun así me
cuidaba.
—Jo. —Espera a que lo mire—. No me debes nada. Esto es lo que hacen
los amigos entre sí. Siempre me has cubierto las espaldas, y yo te cubro las tuyas.
No es gran cosa.
Amigos. Cierto.
Puedo fingir que todo lo que quiero es suficiente, pero cuando dice esa
palabra, se siente como si fuera un letrero de “NO ENTRAR” encima de su
corazón.
Asiento y me obligo a sonreír. —Bueno, gracias. Te lo agradezco. —De
verdad que sí.
Pero si voy a atravesar las próximas dos semanas, esto es un buen
recordatorio de dónde estoy con él. Incluso si hago mi gran declaración sobre
cómo me siento, no me haré ilusiones porque las posibilidades de que se sienta
de la misma manera son escasas.
7
Traducido por Miry
Corregido por Anna Karol
Rambo trota detrás de mí, sus patitas cliqueando en el piso de madera por
el pasillo.
La puerta del dormitorio de Joey está entreabierta, y me asomo, sonriendo
cuando la veo acostada como una estrella de mar sobre la cama de mi madre, la
manta y sábana son un montículo a su alrededor. Cierro la puerta sin hacer ruido,
así no la despierto mientras hurgo en la cocina.
Apenas son las cinco de la mañana, y no me esperan en el rancho hasta
dentro de unas pocas horas, pero tengo que hacer algunas diligencias primero.
Las actividades de la boda hacen que mi agenda esté algo saturada. Me olvidé
por completo de los planes de Ethan y Tori para el fin de semana, lo que no es
propio de mí, pero no he estado en mi máximo.
Le doy de comer al cachorro y le rasco la cabeza. Es malditamente lindo
para ser una bola de pelos. —Sé feroz, amigo mío. Cuida de Jo.
Agarro las llaves y me dirijo a la puerta. No estoy seguro de si le dije a Joey
que tenía que trabajar hoy, pero le enviaré un mensaje de texto más tarde, así no
la despierto. Odio cuando mi teléfono suena en la mesa de noche y me despierta.
Dormir es un bien precioso, y esa chica está exhausta.
Después de nuestra pizza nocturna, la llevé a bañar y se encontraba tan
adolorida que podía oírla gemir por la puerta mientras se cambiaba de ropa.
Eso envió mi mente sucia a tiempo extra.
Y podría haber tenido un momento de debilidad.
Una vez que ambos nos fuimos a la cama, me encerré en mi habitación y
busqué mi porno favorito en mi teléfono, pero nada funcionó. Lo tiré en la cama,
cerré los ojos, y todo lo que traté de ignorar ayer volvió a mí con rapidez. Como
el increíble cuerpo de Jojo en esa blusa y cómo se sentía cuando me abrazó en la
estación de autobuses. La forma en que su grueso cabello dorado caía sobre sus
hombros y su voz cuando hablamos en el sofá, baja, dulce y suave.
Estallé como un petardo el cuatro de julio.
Ahora siento la culpa. Siempre me las arreglé para evitar masturbarme con
imágenes de mi mejor amiga, y necesito poner esta mierda bajo cerradura si
quiero sobrevivir viviendo con ella durante las próximas dos semanas. No más
pensamientos sobre Joey desnuda.
Me detengo en la gasolinera para llenar el tanque y agarrar una condenada
taza de café, y luego me incorporo de nuevo a la calle. Cuando llego a Stock Yard,
soy el primero, pero eso no es nada nuevo.
El Stock Yard es una tienda familiar que vende todo lo que un ranchero
podría necesitar. Trabajo atrás, reponiendo suministros y haciendo inventario un
par de veces a la semana durante los últimos dos años, por lo general en medio
de la noche. Pero ya que la boda y luna de miel de Ethan tienen prioridad, tengo
que reorganizar mi agenda.
Una hora más tarde, he colocado en los estantes los alimentos entrantes y
reorganizado todo en mi lista cuando Hank, mi jefe, llega.
—Bueno, estaré condenado. —Me da una amplia sonrisa—. Podría haber
jurado que eras un vampiro. No creo haberte visto alguna vez aquí durante el
día.
Suelto una carcajada. —Gracias por llamarme tan tarde anoche. Este
asunto de la boda requiere más tiempo de lo que pensé. No seré capaz de hacer
algún turno de madrugada hasta el final del mes.
—Haces lo que tienes que hacer por la familia. Entiendo. —Se limpia la
frente sudorosa—. ¿Te tomarás tiempo libre después de eso? Llevas mucho
tiempo quemando el aceite de medianoche, hijo.
Sé que quiere preguntarme por qué hago esto cuando llevo un negocio
exitoso con mi hermano, pero Hank es buena gente y sabe cuándo algo es
privado, por lo que nunca presiona por más.
—No. No podría soportar que todo se fuera al infierno mientras me
encuentro lejos. —Le doy una sonrisa relajada y alcanzo mis llaves—. Volveré
mañana para ocuparme del resto aquí, pero luego salgo de la ciudad para el fin
de semana con mi hermano y los invitados de la fiesta de boda. Espero tener la
oportunidad de trabajar el lunes por la noche. Pero lo mantendré informado.
Asiente pensativo. —Si necesitas más tiempo, solo házmelo saber.
Más tiempo libre significa no tener paga, lo que significa que no puedo
hacerlo. —Gracias de nuevo, señor.
No tengo que llamarlo “señor”, pero él mismo trabaja para alimentar a su
familia, por su preciosa esposa, hijos y nietos, y no tiene nada más que mi respeto.
Para algunos hombres es difícil entender la fidelidad y la lealtad, pero él es un
brillante ejemplo de lo que un hombre puede tener si lo mantiene en su pantalón.
Mientras voy cruzando el estacionamiento, suena mi teléfono. Solo tres
personas me llaman tan temprano, y como estoy a punto de ver a Ethan y mi
madre, adivino que no son ellos.
El nombre parpadea en mi teléfono y lo dejo ir al correo de voz.
Hablando de fidelidad...
Voy tarde, y si contesto ahora no se puede saber qué tan larga será esta
llamada.
Un mensaje de texto llega cuando enciendo la camioneta.
Deja de evitarme.
Pongo los ojos en blanco y de mala gana respondo:
No te evito, necesito llegar al trabajo. Mensajear mientras conduzco es
ilegal, ¿recuerdas?
¿Tratas de ser encantador? No estoy de humor para tus juegos.
Me río en voz alta. ¿Yo soy el de los juegos? Jesucristo, las bolas de esta
mujer.
Samantha solía ser relajada, pero en los últimos meses se ha vuelto muy
pegajosa. Tomo nota mental para alentarla a que regrese a la escuela donde
puede hacer más amigos, y luego trato de redirigir esta conversación.
Le prometí a Zach llevarlo al cine a ver la nueva película de Marvel.
¿Es Zach todo lo que te importa?
Más o menos. Sí. Pero ella ya lo sabe.
¿Podemos hablar después? Prometo que te llamaré esta noche.
Mi teléfono permanece felizmente silencioso después de ese último
mensaje. Ya sé lo que quiere, y no sucederá.
Cuando finalmente llego al rancho, tengo un dolor de cabeza que puede
partir mi cerebro en dos, pero pongo una sonrisa en mi rostro mientras camino
hacia la cocina.
—Llegas tarde. —Ethan me fulmina con la mirada mientras desayuna.
Parece que estuvo unas buenas dos o tres horas en el granero a juzgar por el sudor
empapando su camiseta.
—Papá siempre decía “Más vale tarde que nunca”. Lo siento, necesitaba
mi sueño reparador. —Odio citar a mi padre, pero este dolor de cabeza está
afectando mi capacidad de mentir.
Tori me da un plato lleno de panqueques, y presiono mi mano sobre mi
corazón. —Juro por Dios, si Ethan no estuviera casándose contigo, yo lo haría.
Ethan gruñe con molestia, y me río entre dientes. Me encanta molestarlo.
Que lo llamen síndrome del hermano menor, pero lo disfruto mucho. Tori es
hermosa, seguro, pero ella y Ethan siempre han tenido ojos el uno por el otro, y
saben que respeto eso.
Tori sonríe y se hunde en el regazo de Ethan mientras me saluda. —Eres
un poco flaco para mi gusto.
Mi hermano le da una de esas sonrisas con ojos saltones, y justo así, se
encuentran en su propio pequeño mundo, y él habla con esa voz suave que solo
utiliza con ella o con los niños. —Estoy sudoroso, cariño.
—Está bien. No me importa. —Mira a Ethan por un segundo antes de
plantar un beso en su mejilla.
Toso y vuelvo a lo que dijo. —¿Flaco? ¡Ay! Y yo que tenía la intención de
regalarles algo agradable para su boda. —Maldición. Necesito hacerles un regalo.
Me olvidé de eso.
Desliza el jarabe hacia mí. —Sabes que no tienes que comprarnos nada.
Nos encanta tenerte cerca. De hecho, eres el hermano que siempre he querido. —
Me pone una cara tonta. Mi hermano es malditamente muy afortunado.
—Demonios, Tor. Ahora realmente necesito comprarles algo lindo. —Tomo
nota mental para pedir prestado el cerebro de Joey. Sabrá lo que debería
comprar—. ¿A menos que pueda decidirme por ese libro de cupones casero para
cuidar niños gratis que vi en Pinterest?
La cabeza de Tori se endereza. —Si crees por un momento que no tomaré
eso y absorberé tus sábados por la noche, te equivocas, semental. —Coge un trozo
de tocino de pavo del plato de Ethan y da un mordisco—. ¿Y desde cuándo usas
Pinterest?
—Soy un hombre de muchos talentos.
—Claramente.
Tomo algunas cucharadas de desayuno. —¿Dónde están los niños? Hay
mucho silencio.
Ethan señala sobre su hombro. —Con mamá. Está jugando Legos con ellos.
Con el tenedor a mitad de camino hacia mi boca, me detengo. —No dejes
que se exceda. Te dirá que no está cansada cuando es así.
—Sabes que nuestra madre es adulta, ¿verdad? Me dice cuando se cansa.
Este cabeza dura. —¿No sabes nada acerca de las mujeres? Solo te lo dice
cuando está en su punto de ruptura, que es mucho más allá de lo que debería
hacer.
Ethan niega con la cabeza. —Que consejos tan buenos. Tal vez deberías
pensar en eso un poco más.
Tori le da un codazo.
—¿Qué? —Los miro a ambos—. ¿Qué no me están diciendo?
Pero dos pequeños demonios entran corriendo en la habitación e
interrumpen la conversación.
—¡Tengo hamble! —anuncia Cody mientras se pasa el brazo por la nariz.
Tori se estira para limpiarle la cara con una servilleta. —Ustedes dos
comen más que hobbits. Venga. Hora del segundo desayuno. —Saca un tazón
grande de fruta helada y coloca a los niños en la mesa.
Cuando termino de comer, enjuago mi plato y lo meto en el lavavajillas.
—¿A qué hora necesitas a Joey para la prueba de vestido mañana?
—¿Puedes traerla aquí a las tres? —Tori toma una servilleta para limpiar
un poco de algo que voló de Cody—. La prueba no es hasta la tarde, pero quiero
llevarla de compras.
—Yo puedo llevarla de compras. ¿Qué necesita?
—Oh, no sé. ¿Todo? —Miro a Tori, confundido, y ella suspira como si
fuera un tonto—. Planeaba recoger más ropa de casa de su abuela...
Hace una pausa mientras ordeno las pistas.
—Pero Silas probablemente tiró sus cosas cuando vendió la casa. —Dios,
soy un idiota—. Por supuesto que necesita más ropa.
Tori me da una sonrisa paciente. —Entonces, ¿a las tres?
—Déjame llevarla de compras mañana.
Muerde sus labios por un segundo. —Suena bien. Pero asegúrate de hacer
sugerencias porque sabes que no dirá que necesita algo.
—De acuerdo. Sí. ¿Como qué?
Saco el teléfono para tomar notas.
—No lo sé. Blusas, pantalones cortos, sostenes, bragas, traje de baño,
tampones...
—Oye, oye. Eso parece terriblemente personal. Quieres que le diga
“¿Necesitas tampones?”, se acurrucará y esconderá detrás de un gigantesco cubo
de Cheerios.
Mila me saluda desde el asiento junto a mí. —¿Qué son los tampones?
Parpadeo lentamente. —Tapones de nariz. Para cuando te sangra la nariz.
—No le digas eso. —Tori se ríe—. Cariño, son para las mujeres. Podemos
hablar de eso esta noche, ¿de acuerdo? —Mira a Ethan y él asiente.
Saco una rodaja de manzana del plato. —Son buenos para las hemorragias
nasales. Hablo por experiencia. Cuando el hermano de Kimmy Schumacher me
dio un puñetazo en la cara por besar a su hermana, ella me dio un tampón para
el sangrado. Funcionan muy bien.
Ethan se traga lo último de su café. —Es increíble que seas tan lindo como
eres considerando que muchas personas te han lanzado algún que otro puñetazo
en estos últimos años.
—Ahh, hermano. Estoy conmovido. —Finjo llorar y los niños se ríen a
carcajadas—. Está bien, así que llevo a Joey de compras, y me aseguraré de
preguntar si necesita productos femeninos. —Qué Dios me ayude.
No soy aprensivo acerca de cosas por el estilo, pero Bitsy se avergüenza
con facilidad, sobre todo alrededor de mí por alguna razón.
Y bien, admitiré que hacer frente a las cosas que van en determinadas
partes de su cuerpo en las cuales intento no pensar, podría hacerme sentir
incómodo.
—¿Seguro que puede esperar hasta mañana? Tengo muchas cosas que
hacer hoy o la llevaría a la ciudad esta noche.
Tori asiente. —La interrogué anoche, y me dijo que solo tenía que lavar
algo de ropa, y estaría bien. Creo que eso la mantendrá por un tiempo, pero
definitivamente no durante toda su visita.
Bebo el resto de mi café, marcando mentalmente las tareas que puedo
hacer hoy para liberar mi horario para el viaje de compras de Joey mañana.
—¿Le gustó su cachorro? —pregunta mi hermano mientras se levanta.
—Um. —Me rasco el vello en la barbilla—. No le he dicho.
Con los ojos muy abiertos, Tori jadea. —¿Por qué no? —comienza a
murmurar para sí misma, algo acerca de servir en una bandeja de plata, pero
luego se calla.
—¿Te has perdido la parte donde vuelve a Florida? ¿Puede tener mascotas
en su casa? Si hubiera sabido que no se quedaría, me lo hubiera pensado mejor.
—Quedarse aquí significa que podría ayudarla con el cachorro mientras se
instalaba.
Estaba tan emocionado de darle el regalo, pero ahora me siento como un
idiota por no ser más inteligente.
Una oscuridad se asienta sobre mí cuando trato de imaginar lo que sería
si se va de forma permanente. Habría un cráter del tamaño de Joey en mi vida, y
no estoy seguro de que esté listo para eso.
Tori golpea la mesa. —Piensas demasiado en todo. Solo dale el perro ya.
¿Quién sabe, tal vez eso ayudará a persuadirla para que se quede? Confía en mí…
estará muy emocionada con el regalo.
Es curioso cómo la mayoría de la gente piensa que soy impulsivo, pero
Tori ha estado aquí un par de años y me conoce mucho mejor. Bueno, tal vez mi
yo más joven fue impulsivo, pero la versión adulta de mí tiene una hipoteca,
facturas y demasiadas responsabilidades para contar, así que tengo que ser más
inteligente.
Mi madre entra, sin verse peor después de jugar con los niños esta
mañana. —¿Quién estará emocionada?
No puedo manejar más hablar de Joey, así que le doy las gracias a Tori por
el desayuno, beso a mi madre en la coronilla y dejo la galería de maní mientras
me dirijo hacia el granero detrás de la casa.
Al menos los caballos no me preguntarán qué haré conmigo mismo si Joey
se va para siempre.
8
Traducido por Ana_V.U
Corregido por Dayi Cullen
Los vestidos de las damas de honor pueden ser notoriamente feos, pero
estoy aturdida en silencio por el material suave como la seda que cae en cascada
a mi alrededor mientras doy vueltas frente a un espejo de tres caras. —Este es el
vestido más bonito que he usado nunca. Me siento como una princesa.
Tori aplaude detrás de mí. —Pareces una princesa. Ese color rosado se ve
increíble en ti, y el corte es muy halagador. Tal vez debería hacerte usar algo más
feo para que no me eclipses —se burla.
Olga, nuestra costurera, me pincha el costado. —Voy a tomar aquí. Estás
más delgada que antes.
En Florida mi tía me llevó a una modista para tomarme las medidas y
enviárselas a Tori. No puedo imaginarme crear algo así simplemente conociendo
unos pocos números. Esta mujer tiene algunas habilidades locas.
Sacudo la cabeza. —Me deja espacio para disfrutar de unos cuantos tacos.
Este es un vestido tan hermoso, Olga. Muchas gracias.
Una vez que estoy de vuelta en un par de vaqueros y una camiseta, espero
a Olga y Tori en la parte delantera de la acogedora tienda, al lado de una caja
registradora anticuada. Con mi tarjeta de débito en la mano, me preparo para la
cantidad final.
—Todo está pagado —me dice Olga mientras se acerca.
Eso no está bien. —Solo te envié el anticipo, ¿recuerdas? Estoy bastante
segura de que hay un remanente.
—La novia tiene descuento para la gran fiesta. Ya está todo listo.
Tori se une a mí y me da una brillante sonrisa. —Pongámonos en marcha.
Logan parece ansioso. —Mis ojos se dirigen hacia Logan, que está apoyado en la
ventana, revisando su teléfono.
—Pero...
Me agarra del brazo y me da un tirón mientras le digo a Olga: —Si es un
error y te debo dinero, por favor avísame.
—¡Gracias, Olga! ¡Eres la mejor! —exclama Tori detrás de nosotras a la vez
que la puerta se cierra y prácticamente me empuja hacia Logan—. Ustedes
deberían irse antes de que sea demasiado tarde.
—¿Demasiado tarde para qué? Pensé que íbamos a salir esta noche.
—No. Vas a ir con Logan. Diviértete, y no olvides ponerte protector solar.
—Tori me abraza y luego se sube a su camioneta y se aleja.
La veo alejarse a toda velocidad. —¿Tori acaba de abandonarme? Esa chica
es mitad tornado, lo juro. —Me dirijo a Logan—. ¿Qué me estoy perdiendo?
Riendo, pone su mano grande en mi hombro y me lleva hacia el lado del
pasajero de su camioneta. —Tenemos que hacer recados, socia.
Está recién duchado después de trabajar todo el día, y las puntas de su
cabello rubio oscuro están húmedas y se enroscan contra su gorra de béisbol.
Huele tan bien que podría lamerlo. —¿Recados de boda? Genial. He querido
ayudar en más cosas.
Esperaba despertarme temprano y desayunar con Logan, excepto que ya
se había ido cuando me levanté, pero al menos ahora podemos pasar el rato.
Todavía me muero un poco por lo que me dijo ayer. Porque Logan no es
de disculparse. Es más probable que haga algo bueno por ti que disculparse.
Una vez que estoy en la camioneta, Logan cierra mi puerta, y lo observo
mientras se va al otro lado.
Un suspiro sin aliento se me escapa mientras estudio el amplio conjunto
de sus hombros y la forma en que esos vaqueros gastados abrazan sus muslos
musculosos. No se ha afeitado, y su mandíbula está cubierta de unos vellos
dorados con los que quiero frotarme. Y esa sonrisa que me muestra, ¿la que
arruga las esquinas de sus ojos y parece un poco traviesa? La siento hasta en los
dedos de los pies.
Cuando arranca la camioneta, enciendo la radio y busco una buena
canción. —Lo siento por tardar mucho tiempo. Quería ver el vestido de Tori, y
tuvimos que hacer mi prueba también.
—Está bien. No me importó.
—Va a ser la novia más hermosa. Estoy tan emocionada por ella y por
Ethan. Se merecen ser felices después de... todo. —Asiente. Si alguien sabe por lo
que pasaron Ethan y Tori, es Logan—. Espero que su gran día sea perfecto.
Golpeo el tablero dos veces con el puño, y Logan pone los ojos en blanco
porque cree que soy ridícula por usar plástico para “Knock on wood” de Amii
Stewart.
Cuando llegamos a Target suspiro con alegría. Puede que no tenga mucho
dinero ahora, pero vagar por los pasillos de esta tienda siempre me pone de buen
humor.
Cogemos un carrito, y me pongo mi sombrero de sensatez. —Bien, ¿qué
necesitamos? ¿Tori te dio una lista?
—Más o menos. —Saca su teléfono, mira lo que supongo que es la lista, y
luego vuelve a mí. Abre la boca, pero la vuelve a cerrar.
—Déjamelo a mí. Si lo dividimos, podemos hacer esto rápidamente y estar
en casa para el final del partido de los Astros. —Sé que quiere verlo, aunque no
lo haya mencionado.
Y si me causa un cosquilleo decir “casa” como si viviéramos juntos, nunca
lo admitiré.
Solo estarás aquí dos semanas, Loca Daisy. No te dejes llevar.
Cuando no dice nada, le quito el teléfono y estudio la lista. Mis cejas suben
más y más con cada artículo. —¿Tori quiere que compremos sus tampones? ¿En
serio? O sea, no me importa, pero hay flujo ligero, medio o pesado. Aplicador o
no. Perfumado o no...
Con un gemido de dolor, levanta la mano. —Para ahí, Bitsy. Eso es, um,
eso no es para Tori. —Se estremece—. Esas son las cosas que quería que te
comprara.
—¿Porque necesito tampones? ¿Debido a que está preocupada por mi
flujo? —Me estoy riendo mientras su cara se pone cada vez más roja—. Vaya, hay
una primera vez para todo. Creo que nunca te he visto sonrojarte.
—No me estoy sonrojando. Los hombres no se sonrojan.
—Lo que sea. Tu cara se está sobrecalentando y es graciosísimo. —Miro
alrededor de la tienda, mordiéndome el labio inferior para dejar de sonreír. Estoy
casi demasiado sorprendida por la lista para estar avergonzada—. ¿Puedes por
favor explicarme qué está pasando?
Se quita la gorra de béisbol y se pasa la mano por el pelo, haciendo que se
pare en la parte superior. Es adorable. —Tori pensó que como no pudiste sacar
tus cosas de la casa de tu abuela, podrías necesitar algunas cosas esenciales.
Artículos de tocador. Ropa interior. Ya sabes, ya que probablemente no has
sabido nada de Silas.
Se me borra la sonrisa. —Oh. —Bajo la cabeza y miro fijamente a mis
chanclas, sintiendo un torrente de emociones—. No, no he sabido nada de mi
hermano.
¿Qué tan patético es eso? El único miembro de mi familia inmediata en el
estado de Texas me ha abandonado completamente. Incluso si Silas es un imbécil
la mayoría de los días, la niña que hay en mí y que siempre lo admiró está
destrozada.
Esto es un mal karma. Me escapé de Logan. Ahora Silas se escapa de mí.
Me duele el corazón por ambos.
Las cosas con mi hermano son probablemente una causa perdida. Silas
hace lo que quiere, y eso es todo. Es como nuestro padre, al que solo le importaba
él mismo.
En cuanto a Logan, después de lo que dijo ayer estoy aún más confundida
en algunos aspectos. ¿Entendí mal esa conversación que escuché el invierno
pasado?
—Oye. —Logan me levanta la barbilla—. Desempaquemos el problema de
“Silas es un imbécil” más tarde. Tori dijo que a las chicas les gusta comprar cosas
y que la terapia de compras se supone que te hace tirarte pedos de arco iris o algo
así.
No espero reírme, especialmente cuando me siento tan mal, pero ese es el
efecto que tiene en mí.
—Me gusta ir de compras y me vendrían bien algunas cosas, pero no tienes
que hacer esto conmigo. Si prefieres dejarme y volver en una hora, está bien.
Podría encontrarme contigo en la puerta cuando termine. Estoy segura de que
tienes recados más importantes que hacer.
—No. Mi único objetivo esta noche es asegurarme de que tengas todo lo
que necesitas durante tres días en la playa.
Estoy muy emocionada por lo que eso podría significar.
Pasar tiempo con él durante mi visita es la peor idea, porque cuando el
dulce y atento Logan sale a jugar, me derrito en un charco de papilla.
Momentos como este a lo largo de los años me han hecho quererlo incluso
cuando sabía que no debía encariñarme demasiado. Porque en el momento en
que escuche que se escabulle con una chica cualquiera, mi corazón se pulverizará.
Porque Logan eventualmente tendrá esa comezón, y tiene varias mujeres
a su alrededor que estarían más que felices de rascársela.
Controlo mis rasgos y me obligo a sacar ese pensamiento traicionero de mi
mente. Por ahora, por esta noche, quiero disfrutar de salir con mi mejor amigo.
Antes de que todo me explote en la cara. Porque lo hará.
—Además —dice tirando de un mechón de mi pelo—, este es mi regalo,
así que vuélvete loca. Compra toda la tienda. Haz que me arrepienta de la vez
que te metí barro en la camisa cuando eras una niña.
Riendo, le doy un empujón para que se quite de en medio y empujo el
carro. —De ninguna manera vas a pagar. Puedo permitirme comprar algunos
artículos de tocador, por el amor de Dios. —Creo—. Aunque eso fue algo cruel.
El barro estaba frío. ¿Por qué lo hiciste? —Nunca me dio una respuesta directa.
Detengo el carro frente a una pared de trajes de baño. Señor, odio meter
mi cuerpo en brillantes tiras de spandex.
Sus pasos se detienen justo detrás de mí. —Me preguntaste qué era una
erección delante de Jessica Holliday.
Me doy vuelta. —No hice tal cosa.
—Lo hiciste, pequeña pervertida.
De repente, el recuerdo es claro como el cristal. Me encojo de hombros.
—Podría haberlo hecho, pero honestamente, ni siquiera sabía lo que era
una erección en ese momento.
Sus cejas se levantan. —Exactamente. No sabías que era vergonzoso para
un chico de trece años frente a la chica que le gustaba.
—Ahh. —Levanto la mano y le doy una palmadita en el pecho—. El amor
joven se frustró antes de empezar.
Soporta mis bromas con una expresión graciosa en su cara, y yo me río
más fuerte. Volviendo mi atención a los trajes de baño, tiro tres en el carro para
probármelos, sin importarme cómo se ven, ya que de todos modos usaré una
camiseta sobre ellos.
Mientras paseamos por la tienda, grito detrás de mí: —¿No te enrollaste
con Jessica unos años más tarde? No puedes quejarte si todavía tuviste sexo.
No responde de inmediato.
Levanto un par de pantalones cortos. Qué lindos.
Él tose. —¿Cómo supiste de Jessica?
Psshh. —Sé de todas tus mujeres. Olvidas que vivimos en un pueblito que
prospera con los chismes. Por alguna razón, la gente siempre siente la necesidad
de contarme sobre tus habilidades de conquistador. —Hago una pausa para
contar con una mano—. Jessica Holliday, Emily Sánchez, Renee Caruso, esa
estudiante de intercambio con las pecas. Las chicas con las que te acostaste en el
granero. Necesitaría más tiempo para recordarlas todas.
Pero nunca yo. Incluso cuando tenía la edad suficiente.
Ese pensamiento aleccionador me lleva de vuelta a la zona de amigos.
Puede que esté cautivada por la atención que Logan me ha dado desde que llegué
a casa, pero no puedo dejar que mi cabeza se desvíe con ideas grandiosas.
Cuando no responde, me doy la vuelta y me sorprende su expresión
tormentosa. ¿Por qué está enfadado? Decido retroceder ya que no quiero arruinar
la noche. Nos hemos estado divirtiendo y me gustaría volver a eso. A pesar de su
historia con las chicas, es un tema que raramente discutimos.
Abro la boca con la cosa más loca que se me ocurre.
—¿Sabías que tu madre me explicó lo que era una erección? —Hago la cara
más tonta que puedo y luego me cubro la cara, porque cuando pienso en lo que
pasó, no puedo creer que fuera tan despistada.
Tarda unos segundos en asimilarlo, y luego sacude la cabeza, divertido.
—Jesús. Sabía que tú y Bev eran unidas, pero realmente no tenía idea. Tengo
miedo de preguntar cómo sucedió eso.
Solo llama a su madre por su nombre de pila cuando está siendo muy
descarado, y yo sonrío.
Reanudamos nuestro paseo por la tienda, y busco unas chanclas nuevas.
—Bueno, mi madre nunca tuvo la conversación de los pájaros y las abejas
conmigo, y tuve mi período por primera vez cuando era muy joven, unos días
después de ese incidente con el barro, en realidad. —Todo está volviendo a mí
ahora—. Así que cuando Bev me encontró llorando fuera de la escuela porque
creía que me moría, me llevó al rancho, me limpió, me explicó sobre las toallitas
y los tampones y cómo usarlos, y respondió a mis preguntas. Por supuesto, como
esa conversación sobre la erección estaba fresca en mi mente, tuve que preguntar.
Me atrevo a mirarlo, y la suave mirada en sus ojos hace que mi corazón se
acelere.
—Nunca me contaste eso.
Me encojo de hombros. —Estaba avergonzada. Eso no es algo que se
cuenta... —Al chico que siempre has amado.
—Lo entiendo.
Sus ojos son tan azules, tan exquisitos, que tengo que mirar hacia otro lado,
así que no veo venir el abrazo.
Cuando estoy envuelta en sus brazos, me derrito en su contra. —¿Por qué
es esto? —Mis brazos se enrollan automáticamente alrededor de su cintura.
—Nunca lo has tenido fácil. Nunca. Pero uno nunca lo sabría porque la
vida nunca te derriba. Admiro eso de ti, Jo. —Su voz en mi oído me da escalofríos
en los brazos—. Y todo el tiempo fui un mocoso malcriado. Es increíble que
quisieras ser mi amiga.
Cuando me suelta me doy cuenta de lo mucho que necesitaba ese abrazo.
—No lo recuerdo de esa manera. Creo recordar que necesitaba a alguien que me
cuidara y que tú querías el trabajo por alguna razón. —Porque incluso antes de
que Silas empezara a tratarme como si fuera caca en su zapato, nunca me cubrió
la espalda. No como Logan.
Ahí voy de nuevo con conversaciones intensas. Queriendo aligerar el
ambiente, le cuento el resto de la historia.
—Sabes, tu madre manejó mis problemas femeninos como una campeona.
No estoy segura de poder haber mantenido la cara seria mientras explicaba que
un “pene se hincha cuando se excita”. —Me río en mi mano.
—Cristo. ¿Dijo eso?
Los dos nos reímos mientras asiento.
Ya que estamos cerca del vestuario, tomo los trajes de baño y otras ropas
de mi carro. —Solo será un segundo.
—¿Vas a dejarme ver lo que compras esta vez?
—¿De verdad querías ver mi vestido de dama de honor? —Tori lo echó de
la tienda antes de que me lo probara.
—Sí, señora. Y ahora quiero ver lo que estoy comprando.
—Cállate. No vas a pagar.
—Ya veremos. —Hace girar su dedo en el aire—. Entra ahí. Y si no me
muestras las opciones, lo compro todo.
Pongo los ojos en blanco y voy al vestuario más cercano a la entrada, para
que podamos seguir hablando. —¿Qué color? —Mirando los trajes de baño, me
doy cuenta de que debí haber pensado más en esto cuando estaba frente a un
enorme estante de opciones—. ¿Rosa oscuro, celeste o naranja? —Ugh, odio el
naranja. ¿Por qué agarré esta monstruosidad?—. Olvida el naranja. Es horrible.
Ni siquiera me lo voy a probar.
—¿Entonces por qué lo agarraste? —grita.
—Porque me estabas distrayendo. No podía concentrarme. —Nunca
puedo concentrarme en nada a su alrededor.
—Mi voto es para el rosa oscuro.
Me cambio, dejándome la ropa interior puesta, porque probarme los trajes
de baño es algo asqueroso. Afortunadamente, estoy usando una de esas tangas
sin costura.
—Cualquier día de estos —dice.
Como si le importara lo que uso. Me estoy riendo cuando pongo mi
camiseta sobre el traje de dos piezas. Me doy la vuelta para asegurarme de que
mi trasero no está a la vista. Mi prima Dawn dice que tengo la cabeza hecha un
lío porque mi padre era muy estricto con mi ropa cuando yo crecía. Tiendo a
cubrirme.
—El rosa está bien. Lo voy a comprar.
—Josephine. Sal de ahí.
Salgo del vestidor y sonrío a la simpática asistente que dobla una montaña
de ropa en un largo mostrador y que nos ha estado escuchando quejarnos uno al
otro. —¿Puedo mostrarle mi ropa antes de que se ponga más temperamental?
Sonríe. —Seguro.
Vacilante, me acerco a Logan. Gracias a Dios que hoy me afeité las partes
importantes.
Levanta la vista de su teléfono. —No puedo ver el traje, lo que significa
que voy a comprar todos, incluso el naranja.
—Eres un pesado. —Me quito la camisa antes de pensarlo demasiado.
Me miro a los pies. A las botas de trabajo de Logan. Al estante sobre su
hombro. Finalmente, tengo el coraje de mirarlo a los ojos.
Pero él sigue ocupado mirándome.
Mis pezones se endurecen bajo su mirada.
Tosiendo, hago un movimiento detrás de mí. —Iré a probarme el otro.
Cuando no dice nada, me imagino que no le gusta el traje rosa. Una vez
que me pongo el traje azul, no me molesto en ponerme la camiseta. No quiero
prolongar esto. Me hará quitármela de todas formas. El pensamiento hace que se
me revuelva el estómago.
Aunque nada me gustaría más que se enamorara de mi aspecto, tengo más
posibilidades de que me golpee un meteorito en la cabeza.
Esta vez, lanzo la precaución al viento y me arranco el pelo de la cola de
caballo mientras salgo del vestidor porque estoy cansada de que me persigan los
fantasmas. Mi padre y sus estrictas reglas pueden irse volando.
Usando una voz muy profunda, ronroneo: —¿Qué piensas? —¿Cómo
hacen esto esas chicas de Instagram? Me estoy riendo y arrojando mi pelo con
mis movimientos de modelo falsa mientras la asistente me da un pulgar hacia
arriba.
Cuando Logan no dice nada, dejo de bromear. —Entonces… ¿El azul no?
No puedo leer su expresión, pero se queda mirando otro largo minuto y
luego vuelve a su teléfono. —Compra los dos.
—No necesito dos trajes de baño. Eso es un desperdicio. —Poniendo las
manos detrás de mí, añado—: Me inclino hacia el rosa. La parte trasera de este es
un poco indecente.
Hace una cara como si no me creyera. —Date la vuelta.
—¿Qué? No. —Planeaba retroceder hacia el vestuario mientras él estaba
pegado a su teléfono. Ugh, ¿por qué lo mencioné?
—¿Cómo se supone que voy a tomar una decisión informada, Josephine?
¿Cuándo se volvió tan difícil este hombre? Me doy la vuelta lentamente.
Un segundo. ¿Acaba de gemir? Ahora estoy escuchando cosas.
—¿Ves? Es indecente. —Nadie necesita ver tanto trasero. Me doy vuelta
en el sentido contrario y trato de no moverme bajo su mirada.
Se lame el labio inferior. —¿Y si compras la parte superior rosada y esta
parte inferior a juego?
—¿Te gusta este?
—Creo que a toda la humanidad le gustará ese.
Me arde la cara porque tengo un trasero bastante grande. —Me gustan los
donuts.
—No es una vergüenza tener un gran culo, Jo. Tendré que golpear a los
imbéciles en la playa, pero da igual. —Frunce el ceño antes de sacudir la cabeza
y señala sobre su hombro—. ¿Por qué no nos vemos en la electrónica en media
hora?
Asiento lentamente y lo veo alejarse, preguntándome qué acaba de pasar.
¿No quería ver lo que escogí? Nunca entenderé a este chico, simple y llanamente.
Veinte minutos después, cuando le doy a la asistente la ropa que no me
llevo, se abanica con la mano. —Tu novio es tan sexy.
Con un profundo suspiro, me amontono el resto de los trajes en el brazo.
—Logan no es mi novio. Solo somos amigos. —Palabras que he dicho un millón
de veces. Desearía que mi corazón las creyera.
Sus cejas se levantan. —¿Estás segura? Porque la forma en que te miraba...
Mi corazón late con fuerza. —¿En serio? —Me he equivocado con Logan
tantas veces que tengo miedo de malinterpretar cualquier cosa que diga o haga.
—Oh, sí, chica. Lánzate.
Quiero ser lo suficientemente valiente para averiguar si eso es cierto.
11
Traducido por Gesi
Corregido por Anna Karol
Las risas se disparan de Tori cuando Ethan la levanta en sus brazos. Están
de pie en medio de la piscina con sus amigos rodeándolos, pero bien podrían
estar solos mientras se miran a los ojos. Su amor es palpable, como en los cuentos
de hadas. Se me hincha el corazón al ver lo felices que son juntos.
Son un gran ejemplo como pareja.
Suspiro, preguntándome si este floreciente encuentro con Logan se
convertirá en algo significativo.
Por supuesto que significa algo para mí, ¿pero para él? Conozco su
reputación. No quiero una efímera aventura de vacaciones. Pero no estoy segura
de poder evitarlo con él.
Está sentado al otro lado de la piscina hablando con Patrick. Parece que
han arreglado el drama que se interpuso entre ellos. En otras palabras, Renee.
Patrick tiene el brazo sobre los hombros de ella mientras habla con Logan,
y aunque Renee se ve distante, parece haber cambiado su objetivo para el fin de
semana.
Si no estuviera tan nerviosa por lo de esta noche con Logan, tendría una
sonrisa de gato de Cheshire por el hecho de que se echó para atrás.
Tori sale de la piscina y se seca a mi lado. Sigue mi línea de visión y
resopla. —Apuesto a que no es así como esperaba pasar su fin de semana.
Le doy una sonrisa loca y amplia que sé que la hará reír. —Una suerte de
mierda, ¿eh?
Las dos nos reímos.
No maldigo, gracias a mi padre que me curtiría el pellejo si apenas miraba
mal, pero Tori tiene la boca de un marinero y se deleita sin cesar cada vez que se
me escapa una palabra sucia.
Su hermana Kat se acerca. —Ustedes dos están haciendo travesuras, ¿no
es así?
Tori levanta el puño. —Diablos, sí. —Se lo golpeo en respuesta y río—. ¿Ya
te he dado las gracias por acceder a peinarnos el próximo fin de semana? —Se
envuelve una toalla en la cintura—. Me siento mal haciéndote trabajar en la boda.
—Me honra que me lo hayan pedido. ¡En serio! No es difícil trabajar en
sus cabellos. —Si soy sincera, me alegra que la persona que contrataron tuviera
que abandonar—. Tenemos que hablar de estilos y hacer una sesión de práctica
esta semana para asegurarnos de que sé lo que quieren para el sábado.
—Eres un salvavidas. —Tori me aprieta en un abrazo fuerte—. Puedo
hacerte un cheque por todo cuando lleguemos a casa.
Jadeo. —No me pagarás.
—Oh, sí, lo haré. No te lo pedí para que lo hicieras gratis. Haces un gran
trabajo con el pelo. Tengo suerte de tenerte. No te lo pedí inicialmente porque
quería que te relajaras y disfrutaras del regocijo con nosotros, pero estoy en un
aprieto. Sin embargo, espero pagarte por completo.
—¿Qué tal un descuento? —Un descuento súper grande. Amo demasiado
a esta chica como para hacerla pagar el precio completo. Solo conozco a Tori
desde hace dos años, pero ella y Kat me adoptaron como una de los suyos. El
hecho de que ahora sean parte del clan Carter es una de las mejores cosas que me
han pasado. Amo a Logan e Ethan, pero es asombroso tener unas chicas más
alrededor—. Puede ser mi regalo de bodas.
Gruñe y me río. —Ya veremos.
Kat me da un codazo. —¿Cómo va el nuevo salón?
—Genial. Mi prima está pintando el nuevo lugar. —Me siento mal por
dejarla con tanto trabajo, pero Dawn no puede estar muy molesta de que no esté
allí para ayudar. Le di casi cada centavo que ahorré viviendo con ella para
invertir en el nuevo negocio.
—Nos preguntábamos sobre el salón y cómo funcionaría con... —Inclina
la cabeza hacia Logan y abre los ojos de manera significativa.
Esa es una muy buena pregunta. Una que me enferma si lo pienso durante
demasiado tiempo.
Trago. —Te refieres a empezar un nuevo negocio en Florida mientras...
Hace un movimiento de cadera. —Te revuelcas entre las sábanas con ese
granjero en Texas.
El calor me quema el cuello. —No nos adelantemos. Nadie se está
“revolcando entre las sábanas”.
—Aún. —Empieza a tararear una canción de Luke Bryan y escondo la cara
porque me da vergüenza mirar a mis amigas.
—Señoritas.
Mi corazón salta ante el sonido de la profunda voz de Logan.
Antes de que pueda darme la vuelta, pone un musculoso y bronceado
brazo sobre mi clavícula y me atrae hacia él.
Tori suspira y me guiña un ojo.
—¿Les importa si me robo a Jojo por un rato? —Su pecho retumba contra
mi espalda, y cada célula, cada molécula de mi cuerpo, cobra vida.
—Déjame agarrar a Rambo.
Tori me descarta con la mano. —Lo vigilaré esta noche. Ve a divertirte.
Ella y su hermana nos sonríen enormemente mientras Logan me lleva a la
playa. El sol casi se ha puesto, y entrelaza sus dedos con los míos mientras
caminamos por la arena húmeda.
Sigo robando miradas a nuestras manos.
¿Y esos besos de hoy en el océano? Santo Hogwarts, eso fue caliente.
Caminamos un rato, el sonido de las gaviotas y las olas son el telón de
fondo de nuestro paseo. Todo el tiempo trato de controlar mi respiración para no
hiperventilar.
Era diferente cuando esta tarde estábamos en la playa rodeados de
nuestros amigos, pero caminar a solas con él por la orilla al atardecer, tomados
de la mano, es una cosa completamente diferente.
Las mariposas de mi estómago se vuelven kamikazes cuando su pulgar se
frota sobre mi muñeca.
Es Logan, me recuerdo a mí misma. Lo conozco de toda la vida. Más que
nada, primero es mi amigo. Ya veremos el resto.
Finalmente, mi corazón se controla al aceptar que no hay nada por lo que
estar nerviosa.
Excepto que podríamos desnudarnos.
Ahí se acaba mi calma.
Tranquilízate, Joey.
—No puedo creer que nunca hayamos estado aquí juntos —me dice,
deteniéndose para lanzar al mar una estrella de mar varada.
—Siempre estuve tan celosa de no poder acompañarlos. —Mi padre nunca
me permitió pasar la noche con el clan Carter, a pesar de que Bev prometió que
tendría mi propia habitación.
Cuando nos abandonó, mi abuela estaba demasiado enferma para que me
tomara cualquier tipo de vacaciones. Ver a mi madre consumirse por el cáncer
fue horrible, pero la imprevisibilidad del Alzheimer de la abuela me destrozó de
una forma totalmente nueva.
Sacando esos pensamientos sombríos de mi mente, tomo una concha y
estudio las estrías. —Me enteraba de los paseos por el muelle y de que pescaban
con tu padre, y hubiera dado cualquier cosa por venir. Silas siempre se aseguró
de contarme cada detallito. Deben haber sido algunos de los mejores recuerdos
de tu padre.
Cuando no dice nada, vuelvo a tomarle la mano. Debe ser agridulce
recordar a su padre. Daniel Carter era el hombre más asombroso. Siempre atento.
Siempre involucrado. Paciente. Y tan amigable que podía encantar la corteza de
un árbol. Básicamente lo opuesto a mi padre, cuyos estados de ánimo cambiaban
tan intensamente que no podías seguirle el ritmo.
—Mi padre... sí. —Se aclara la garganta.
Apoyo la cabeza en su hombro mientras miramos el agua. Me duele el
corazón cuando pienso en cómo encontró a su padre en el granero cuando sufrió
un ataque cardíaco fatal. Todo el mundo estaba devastado, pero Logan peor que
todos.
Se gira para mirarme. La expresión de su cara es tan seria, tan solemne.
Caray. No quise mencionar a su padre. Este tema siempre lo pone sombrío.
Puedo entenderlo. Tampoco quiero recordar los acontecimientos trágicos de mi
vida.
Antes de que pueda decir algo, pregunta: —¿Podemos hablar de lo que
pasó en Navidad?
Me congelo.
Mi corazón comienza a latir con rapidez de nuevo, pero por una razón
completamente diferente.
Por supuesto que quiere hablar de lo que pasó en las vacaciones.
¿Cómo puedo explicarlo sin parecer necesitada?
Mis ojos se desvían, un rubor de vergüenza mancha mis mejillas. Intento
sacar mi mano de la suya, pero la agarra más fuerte.
Acercándome hasta que estoy presionada en su contra, me susurra al oído:
—Joey, por favor. Cuéntame lo que sucedió. Sea lo que sea, necesito saberlo. Me
estoy volviendo loco preguntándome qué te hice.
Asintiendo, bajo la cabeza y cierro los ojos.
Puedo hacerlo. Puedo decírselo. Tiene razón.
Dando un paso atrás, miro hacia la oscuridad, donde las crestas de las olas
son resaltadas por la luna.
—Esa semana fue una culminación de cosas. —Pateo una concha,
decidiendo quitármelo del pecho—. ¿Recuerdas cuando fuimos al River Walk a
tomar fotos con tu familia?
Fuera de mi visión periférica, lo veo asentir con la cabeza.
—No quería hablar de ello ya que esa noche todos estaban de buen humor
e Ethan iba a proponerle matrimonio a Tori, pero fue la peor semana de todas.
Primero mi auto, bueno, el Buick de la abuela, fue destrozado, y al día siguiente,
el día que tomaron las fotos, perdí mi trabajo.
—¿En serio? ¿Qué pasó?
Explico cómo alguien rompió mi ventana y destrozó el interior mientras
estaba en el trabajo. Afortunadamente uno de mis compañeros me ayudó a
arreglarla, pero eso fue solo un preludio para ser despedida. Recordar esa tarde
me hace ponerme furiosa de nuevo.
—Una cliente odió cómo le corté el cabello. Cuando terminé, me gritó e
hizo una gran escena. —Mis labios se retuercen al recordar lo avergonzada que
estaba de que me gritaran en un salón lleno de gente—. Fue tan extraño, ya que
me pidió específicamente. Llamó. Hizo una cita. Preguntó por mí. Juro que le hice
el corte exacto que me pidió, pero armó un gran alboroto, y ya que había llegado
tarde unas cuantas veces, Shelly me despidió.
—Bitsy, lo siento. Ojalá me lo hubieras dicho.
—Quería hacerlo. —Pensar en esa noche me molesta, por eso he tratado
de no hacerlo desde que estoy en casa—. Pero no tuve la oportunidad.
—¿Porque te fuiste a Florida? —pregunta vacilantemente.
—No, porque tú te fuiste.
Está callado, y sé que probablemente está tratando de recordar lo que pasó
esa noche.
Cruzo los brazos sobre mi pecho, odiando lo vulnerable que esto me hace
sentir, pero en el autobús de regreso a casa me prometí que sería honesta sobre
lo que sucedió. Que sería valiente. —Se suponía que nos tomaríamos fotos. Dijiste
que querías una foto de nosotros dos, así que te acompañé. —Como siempre.
Sostuve los abrigos de todos mientras se tomaban fotos. No me importó
en ese momento. Amo a los Carter y no es que sea oficialmente parte de su
familia. No esperaba que me pidieran una foto con todo el clan, pero pensé que
Logan quería una de nosotros dos.
—Toda la noche te estuviste enviando mensajes de texto con alguien, y
luego desapareciste, te fuiste de donde estábamos para hacer una llamada. —
Haciendo una pausa para respirar, me giro para mirarlo a los ojos—. El fotógrafo
se fue mientras no estabas. Nunca nos tomamos la foto. Y luego escuché lo que
dijiste.
La triste y patética Joey tenía el corazón roto porque Logan no se había
molestado en recordar la foto.
El espacio entre sus cejas se estrecha, pero no me doy cuenta si aún no
tiene idea.
—En el teléfono. Escuché tu conversación. No había estado tratado de
escuchar, pero tu madre me pidió que te buscara, y lo escuché.
Su expresión no cambia, y gimo, molesta por tener que decir el resto en
voz alta y porque no lo empujé al río en ese momento. —Te oí decir que tenía que
buscarme una vida. Que te cansaste de tratar conmigo. Que te había agotado.
—¿De qué hablas, Josephine? —Se ve completamente perplejo, como si le
estuviera hablando en otro idioma—. Nunca, ni una sola vez, he pensado y
mucho menos dicho eso. Ni siquiera cuando eras así de alta y necesitabas paseos
a caballito por la hierba que llegaba a la altura de la cintura porque tenías miedo
de las serpientes. ¿Cuántos veranos te llevé por el campo del señor Johnson?
Una sonrisa reacia me atraviesa los labios, aunque Logan no parezca
divertido. —Sí que me llevaste.
—Por supuesto, joder. Cada maldita vez, Jojo. Cada vez. —Me agarra de
los hombros—. Y nunca me he quejado ni he sentido la necesidad de hacerlo.
¿Sabes por qué?
Sacudo la cabeza.
—Porque me encanta tenerte cerca.
No digo nada al principio. No puedo. La emoción me ahoga la garganta y
tengo que parpadear para alejar la fuente que quiere brotar de mis ojos. —¿Así
que no estabas hablando de mí?
—No, tonta. —Me abraza tan fuerte que me río.
—Entonces... ¿lo entendí mal?
—Sí. —Inclina mi cabeza hacia arriba y me mira con tal intensidad que mi
corazón se catapulta a las dunas de arena—. Y odio que pienses que dije eso de
ti.
Las lágrimas corren por mi cara a pesar de mi mejor intento de contenerlas.
Sus pulgares ásperos las limpian.
—Ah, Bitsy. ¿Tuviste una semana de mierda y luego pensaste que dije eso?
¿Y me olvidé de las fotos de nuestras vacaciones? —Sus ojos se cierran, como si
recordara—. Espera. Se suponía que íbamos a pasar el rato después, pero me fui...
joder. Soy un imbécil.
Estoy en sus brazos de nuevo, agradecida de haber dicho mi parte y
sintiéndome tonta por haberlo malinterpretado tanto, aunque estaba siendo un
idiota ensimismado esa noche, pero una cosa todavía no tiene sentido.
Esnifando, inclino la cabeza. —¿De quién estabas hablando?
—Uh... ¿qué?
—Si no hablabas de mí, ¿de quién era?
—Oh, um. —Me suelta para frotarse un lado del cuello. El silencio
incómodo se extiende entre nosotros—. Solo un drama femenino.
Mis ojos se estrechan.
Pensé que nos habíamos acercado el otoño pasado. Pensé que tal vez me
veía como algo más que su compinche, pero obviamente aluciné si estaba
teniendo un “drama femenino”.
Asiento y me alejo un paso.
Ven, por eso no puedo confiar en mí misma cuando estoy con él. Siempre
lo malinterpreto cuando se trata de nuestra relación. Puedo leerlo como un libro
cuando se trata de sus intereses o emociones, pero no puedo entender lo que
significo para él o lo que siente por mí.
Pero sí sé una cosa con certeza: Logan pasa por las mujeres como mi
hermano devora un paquete de Oreos.
Rápido.
Sin mucho discernimiento.
Y sin remordimientos por la gula.
Si hacemos esto, sé el resultado. Tendré un gran corazón roto y él pasará
al próximo sabor del mes.
—Esto es una mala idea —me digo a mí misma y comienzo a regresar al
condominio.
—Espera. Jojo. Vamos. —Me agarra la mano y hace que me detenga—.
Lamento el malentendido. Odio haberte hecho daño.
Le sonrío de oreja a oreja y sigo adelante.
—Está bien. Estamos bien.
Le oigo maldecir en voz baja detrás de mí, y camino más rápido.
Qué humillante. Pensaba que le gustaba el otoño pasado, y me equivoqué.
Otra vez. ¿Cuántas veces estaré confundida?
—Joey, no te vayas.
No me detengo. ¿Qué hay que decir? Estoy cansada de perseguir a este
chico. No llevaré mi corazón en la manga por él nunca más.
—¿Qué dije? ¿Por qué estás molesta?
Cuando corre delante de mí para bloquear mi camino, resbalo hasta
detenerme.
—¿Qué sientes por mí, Logan? ¿Solo soy la hermana menor de tu ex amigo?
¿Soy tu estrafalaria mejor amiga con el pelo loco? ¿Solo soy una aventura de este
fin de semana porque pronto volveré a Florida? —Extiendo los brazos, sintiendo
que pierdo la cabeza, pero he mantenido mis sentimientos por él encerrados
durante tanto tiempo que las palabras me salen a borbotones—. Quiero decir,
¿por qué ahora? Te conozco de toda la vida y nunca me has besado. ¿Por qué
hoy? ¿Qué es diferente? ¿En qué somos diferentes ahora que, digamos, la Navidad
pasada cuando creí que íbamos hacia algo más que ser amigos? Pero obviamente
no era así si estabas lidiando con otras chicas y “drama femenino”.
Me falta el aliento por despotricar, todos mis músculos están tensos.
Porque si el pasado me ha enseñado algo, es que voy a salir lastimada. Logan
tiene ese poder.
Por mucho que odie admitirlo, siempre ha tenido mi corazón en la palma
de su mano. Aunque el invierno pasado me escapé. Corrí tan lejos como pude. Y
tengo tanto miedo de que me destruya.
Parte de mí odia lo que acabo de divulgar, pero estoy muy cansada de esto.
O me dice lo que necesito oír o ponemos el clavo en este ataúd antes de que mi
corazón se dañe irreparablemente. Si eso significa que tengo que hacer el ridículo
mientras tanto, que así sea.
Necesito la verdad. Por una vez.
Me coge en sus brazos tan rápido que casi me tropiezo. —Por supuesto
que no eres una puta aventura, Joey. Hacemos esto ahora porque te extrañé como
loco cuando te fuiste. Pensé... pensé que te había perdido, pero has vuelto. Y
siento que tengo una segunda oportunidad de hacer lo que debería haber hecho
hace mucho tiempo.
Cuando sus labios se deslizan sobre los míos, gime y aprieta sus brazos a
mi alrededor, prometiendo que nunca me dará por sentado.
Y solo así, mi corazón se aprieta en mi pecho, el recuerdo muscular de
estar enamorada de él durante tantos años dominando el buen sentido.
Y me rindo.
17
Traducido por Bells767
Corregido por Gesi
Cálmate.
Respirando profundamente, trato de hacer que mi corazón deje de latir
rápidamente, pero después de unos minutos comprendo que tendría más suerte
intentando volar a casa agitando los brazos que intentando relajarme.
Me recuesto en la cama, reclinándome sobre los codos antes de poner mi
cabello húmedo sobre mi hombro e intentar parecer relajada.
¿Esto se ve tonto?
¿Debo ponerme unos pantalones cortos para dormir?
¿Soy provocadora por solo usar calzoncillos deportivos debajo de esta
camiseta? Logan me vio hoy en bikini y técnicamente uso más ropa ahora.
Frunciendo el ceño, doblo las piernas hacia un lado y muevo la camiseta
de un lado a otro.
Por el amor de Dios, me siento como una imbécil acostada aquí, tratando
de parecer sexy. Con un gemido me dejo caer y me cubro la cara con el brazo.
Por supuesto, ese es el momento en que Logan sale del baño.
—Cariño, ¿estás bien?
Mis labios se elevan. No estoy segura de si alguna vez me acostumbraré a
que me llame así. ¿Soy tu cariño? Sí, por favor.
Abro los ojos y observo la cruda belleza masculina de pie frente a mí.
Santo medio-desnudo ardiente. Que alguien llame al departamento de
bomberos por las nueve alarmas.
Logan me da esa sonrisa sexy que siento en todas partes.
Esas pestañas largas y oscuras intensifican sus ojos azul cristalino, y gotas
de agua brillan sobre los músculos bronceados y tensos. El cabello castaño claro,
ahora oscuro por la ducha, cuelga rebeldemente sobre su rostro. Olvidémonos de
la pequeña toalla que apenas se aferra a sus caderas estrechas...
Jesús, María y todos los santos, no sé cómo sobreviviré a esto.
Si bien he esperado durante años a que Logan y yo lleguemos a este punto,
supongo que pensé que tendría más experiencia sexual. Más confianza en mis
habilidades sexuales.
Solo he hecho esto una vez.
Y no fue una gran experiencia.
De acuerdo, fue una experiencia terrible. Lloré. Como, mucho.
Hoy más temprano, no tuve tiempo para pensar. Me encontraba en el
momento y solo reaccioné. Nos besamos y toqueteamos, yo funcionaba por puro
instinto animal y un flechazo de por vida.
Pero ahora mi cerebro ha comprendido que mi fantasía de Logan tiene
muchas posibilidades de hacerse realidad.
Si tuviera alguna idea de qué hacer en este momento.
Con un gemido de pánico, vuelvo a poner mi brazo sobre mi cara.
Se ríe. —Lo sé. Yo también me estoy volviendo loco. Vamos a pasar el rato,
¿de acuerdo?
Mascullo un “de acuerdo” en respuesta.
Puedo manejar pasar el rato. Eso creo.
¡Pero estás en ropa interior, loquilla!
Estoy en pleno pánico hasta que escucho ropa revoloteando. Oh, mis
cielos. ¿Se está quitando la toalla? Tengo que atestiguar esto, se lo debo a la
población femenina.
Me asomo por debajo del brazo a tiempo para atraparlo poniéndose unos
boxers gris oscuro sobre su firme trasero.
Me encontraba tan atrapada en él cuando nos besamos antes que no
apreciaba completamente lo que sucedía, o habría hecho un esfuerzo por sentir
esos bollos. Me siento un poco deprimida por no pensar más rápido.
Mi atención se centra en esa zona cuando se da vuelta y veo un bulto.
Aguanto la respiración.
Porque no hay forma de que ese monstruo encaje.
No pensé que Trent, mi amigo con beneficios de verano, fuera así de
grande y el sexo dolió de todos modos. El pene tamaño Titán de Logan apenas
puede ser contenido por sus calzoncillos.
Sacudiendo la cabeza, cierro los ojos de nuevo, mi cerebro se inunda con
los pensamientos negativos que acumulé a lo largo de los años sobre mi relación,
o falta de ella, con Logan.
No tengo idea de lo que hago.
Logan es muy experimentado.
Logan ama las mujeres experimentadas.
Intentar aprender a tener sexo mientras veo PornHub tiene que ser una de
mis ideas más tontas. Nadie se excita al ser golpeado. Quiero decir, no puedo
imaginar que así sea el caso.
Me estremezco cuando la cama se hunde a mi lado y elevo la vista para
ver la hermosa cara que protagonizó la mayoría de mis fantasías desde que era
joven.
—Oye —Pasa su pulgar sobre mi labio inferior—, hagamos lo que siempre
hacemos.
Um.
—Nunca hemos estado en la misma cama medio vestidos.
Cuando se ríe, el brillo en sus ojos me hace algo. ¿Cuánto tiempo ha
pasado desde que lo vi sonreír así? Me hace preguntarme qué ha sucedido en su
vida que ha atenuado su luz.
—Lo que quiero decir es divertirnos. —Se inclina para presionar un beso
ligero como una pluma en mi boca, susurra—: Relájate y disfruta nuestro fin de
semana. Nada muy serio. Nada que no te sientas cómoda haciendo. —Sus cejas
se juntan—. Nada demasiado rápido que no podamos manejar. Esto va a nuestra
velocidad, ¿de acuerdo? Y podemos seguir resolviendo esto cuando lleguemos a
casa.
Asiento por lo sensato que suena. Me encanta cómo se siente esto, más que
una aventura de fin de semana. Cómo es que esto parece un puente hacia algo
más significativo.
¿Porque quiero tener sexo con Logan? Diablos sí.
¿Estoy aterrorizada de llegar tan lejos? Absolutamente, joder.
Soy como un jugador de Pee Wee que fue convocado a las grandes ligas y
aún está descubriendo cómo usar un suspensorio, y mucho menos sabe cómo
golpear la pelota.
El calor se extiende por mi cuerpo mientras me lanza otra sonrisa
resplandeciente y besa mi frente. Alcanzando sus pantalones, señala la mesita de
noche.
—Elige una película en mi teléfono. Ya me conecté al WiFi para poder
ver Netflix. Mientras podría pasar por la puerta de al lado de Ethan para buscar
a Rambo.
Mis mariposas sensibles toman vuelo cuando me cubre con una manta.
Con un guiño, se va.
Logan Carter.
Si el latido de mi corazón tuviera un sonido aparte del que se produce en
mi pecho, sería su nombre.
Suspiro como una adolescente enamorada.
Sonriéndome a mí misma, me dejo caer en la cama. Estoy bastante segura
de que Logan nunca le dijo a ninguna de sus fanáticas que las cosas continuarían
cuando llegaran a casa.
El sentido común lucha con mis emociones, advirtiéndome que estoy más
involucrada en esto emocionalmente de lo que tengo derecho a estar cuando lo
único que hemos hecho es besarnos. Apagué ese tren de pensamiento antes de
que saboteara mi estado de ánimo y alcanzo su teléfono, que se ilumina con
notificaciones.
Me río de los textos de sus amigos borrachos.
Patrick: No puedo encontrar mi billllletera. ¿Tienes un condón?
Cash: Esta chica vomitó en mi zapato. Vomitaré por el olor.
Sam: Eres un imbécil. ¿Por qué no puedes venir?
Jordy: Acabo de mear sobre un gato. Wuuups
Cómo sobreviven esos cabezas-huecas está más allá de mí.
Sigo desplazándome por Netflix cuando Logan regresa y nuestro cachorro
me da un pequeño y feliz ladrido.
—Hola, lindura. —Me inclino sobre la cama para recoger a Rambo.
—Cuidado. Aún está húmedo. Le lavé los pies antes de traerlo adentro
para que no trajera arena.
—Bien pensado. —Me levanto de un salto y agarro algunas toallas para
hacer un rincón para Rambo en el piso junto a mí. Debe estar cansado de un día
en la playa porque se acurruca rápidamente.
Me siento en el borde de la cama cuando un gran brazo me rodea la cintura
y me tira hacia atrás.
Riendo como idiota, me acomodo contra el pecho desnudo de Logan.
—Estás tan cálida. —Frota su rostro contra mi cuello, y me retuerzo por la
conmoción de sus extremidades frías.
—Eres un carámbano. —Con un esfuerzo concertado, me siento y tiro de
las mantas sobre nosotros antes de apoyarnos en la cabecera y sobre algunas
almohadas.
Con solo la lámpara lateral encendida y Volver al futuro brillando desde su
teléfono, nos acomodamos para ver algo que hemos visto un millón de veces
juntos.
Pero no puedo concentrarme en la película. Mi atención se encuentra
demasiado atraída por la forma en que su brazo cubre mi hombro y su pulgar se
desliza hacia arriba y hacia abajo por mi brazo desnudo. Soy muy consciente del
ascenso y descenso de su pecho contra mi costado y su barbilla desaliñada en mi
sien. Demasiado consciente de la aspereza de sus pantalones contra mis piernas
desnudas.
La mitad de la película terminó, pero lo único en lo que puedo pensar es
en cómo su otra mano ahora descansa sobre mi cadera, sus dedos jugando con
mi camiseta que se estira sobre mi estómago.
Un ritmo fuerte y embriagador tamborilea entre mis piernas.
Huele increíble. Al aroma oceánico de su gel de baño y el leve olor a cuero.
A hombre. No al niño que me enseñó a hacer granja de mocos o el adolescente
que no siempre se duchaba después de sudar.
Para cuando termina la película, me encuentro resbaladiza, caliente y tan
excitada que mis ojos se cruzan.
Se inclina para apagar la lámpara, dejando que la luz de la luna fluya a
través de la ventana, y como ya sabemos qué hacer, nos alcanzamos en la
oscuridad. Manos ásperas me tiran sobre su cuerpo. Mis piernas se extienden
sobre sus caderas. Mis manos aterrizan en su cabello.
Las suyas están en mi trasero.
Dulces besos drogadictos me hacen retorcerme encima de él, donde sus
pantalones raspan mis muslos y su bulto choca contra la parte más sensible de
mí.
—No sé... —Jadeo por respirar—. Realmente no sé cómo hacer esto.
La vergonzosa confesión brota de mí, palabras que no puedo recuperar.
Pero desearía poder hacerlo.
Tan estúpida, Joey. ¿Por qué no puedes actuar como adulta?
Él aún se encuentra debajo de mí, su pecho subiendo y bajando tan rápido
como el mío. —Entonces, ¿ha pasado un tiempo? ¿O estás diciendo...?
—No soy virgen. Quiero decir. Sí, no.
La culpa de esa noche hace unos meses me golpea de nuevo y me congelo.
De acuerdo, mi cabeza me dice que no debería sentirme culpable por eso, pero
mi corazón tiene otras ideas.
Girándose hacia un lado, me acurruca a su lado para que nos miremos uno
al otro, nuestras caras a centímetros de distancia, nuestras piernas entrelazadas.
Con un toque tierno, pasa sus dedos por los míos. —Jo, cariño. No estoy seguro
de lo que eso significa.
Trago saliva, odiando, odiando tener que explicarlo.
Después de irme a Florida este invierno, nunca imaginé tener ningún tipo
de conversación íntima con Logan, por lo que tener esta me llena de temor.
Racionalmente, sé que no debería. No es como si estuviéramos juntos. Nunca
hemos estado juntos. Y no es como si se guardara para mí.
La idea de eso, de él, esperándome, es tan absurda que me río con torpeza.
Logan es el rey de las conexiones. El pensamiento me impulsa a responder su
pregunta.
—Yo, uh, intenté tener sexo. —Aquí viene la parte incómoda—. Una vez.
Pausa.
—¿Ese tipo con el que saliste en la preparatoria? ¿Ese chico Mason?
Sacudo la cabeza. —Nunca salimos realmente. Nada serio. No perdí mi
virginidad en la escuela preparatoria.
Ahora que mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad, veo su expresión
confusa.
Suspirando, decido dejarlo salir. —Tuve una situación de amigos con
beneficios en Florida, pero no salió bien.
Un gruñido bajo me tiene mirando hacia arriba, sorprendida de escucharlo
venir de Logan. —¿Te lastimó?
—No. No, nada de eso. Bueno, no a propósito.
Se frota la cara con la palma de la mano con un gemido de dolor. —Joey,
¿qué significa eso?
La frustración me invade, pero quiero que sepa la verdad. La relación de
mis padres se derrumbó y se quemó debido a sus mentiras, y quiero comenzar
con el pie derecho. Con honestidad
—Significa que intenté tener sexo. Significa que no se sintió bien. No lo
disfruté, así que lo hice parar. —Qué maldito horror. Escondo mi cara en la
almohada—. Significa que no soy virgen. Técnicamente. Porque entró. Por, ya
sabes, como un minuto o dos.
Mátenme ahora. Tírenme en un barril de pirañas. Sería menos doloroso
que este momento.
Un silencio largo y tenso llena la habitación oscura antes de que me jale
hacia su pecho y tire de mi muslo sobre sus caderas. —No estoy seguro de por
dónde empezar con todo eso. —Su mano sube para ahuecar mi mandíbula con
suavidad—. Odio que tu primera vez no fuera con alguien significativo para ti.
—Puedo sentir su corazón sonar en su pecho—. Odio cómo quiero encontrar a
ese imbécil y patearle el trasero por no haberte hecho sentir bien. Lo cual es
estúpido porque lo último que quiero es pensar en que estés con alguien que no
sea yo. —Se aclara la garganta.
Estoy demasiado abrumada para hablar. Para ir tan lejos como para decirle
la razón por la que me obligué a dormir con Trent. Que trataba de superarlo.
—Ven acá. —Recogiéndome, me levanta hasta que descanso sobre él. Mi
cabeza sobre su cálido pecho. Mis brazos se acurrucan entre nosotros. Nuestras
piernas se enlazaron.
Con un beso en la frente, frota sus manos arriba y abajo en mi espalda. Por
mucho tiempo, nos acostamos en nuestro pequeño mundo para dos, hasta que el
dolor del año pasado comienza a calmarse. Y comprendo lo que quiero.
En Florida, pensé que necesitaba seguir adelante y superar a Logan.
Pero lo que quiero es seguir adelante con él.
Mi voz es ronca cuando levanto la vista y susurro las palabras. —¿Me
mostrarás qué hacer? ¿Cómo disfrutarlo? —Sollozo.
—¿Cómo disfrutar qué, cariño?
—El sexo.
19
Traducido por Tolola
Corregido por Julie
Aunque mi cabeza lucha por darles sentido a sus palabras, mi cuerpo está
acelerado y listo para el deber, toda mi sangre se dirige al sur, hacia esa furiosa
erección ya presionada contra su cadera.
En resumen: Jojo me está matando con una desgarradora confesión tras
otra.
Trazo su labio inferior con mi pulgar y pienso en sus palabras en la playa.
No se equivocó con el otoño pasado, con lo de acercarnos. No lo pensé mucho
porque mantener lejos a Joey siempre parecía la mejor manera de protegerla de
mí y de mi propia estupidez, pero sí. Tal vez comencé a vislumbrar algo más con
ella hasta que el “drama femenino” alcanzó proporciones nucleares y redirigió
mi atención, recordándome que tenía mucha mierda en mi plato.
Entonces Joey se fue.
Y tuvo sexo con un amigo con beneficios. Probablemente con algún tipo
cualquiera. Joder.
Yo causé eso. En el fondo, sé que la alejé como siempre, y terminó con
alguien más. Me merezco todo el dolor por hacerla recurrir a algo casual. Ella
nunca sería algo casual para mí.
La peor parte es cómo sabe de las mujeres con las que he estado en el
pasado a pesar de mis mejores intentos de ocultárselas.
Me hace preguntarme qué más sabe.
Al darme cuenta de que no he respondido a su pregunta, me inclino para
besarla y repetir las palabras que le dije antes. —No hay prisa, Bitsy.
El surco de su frente dice lo contrario. —Excepto que... me voy después de
la boda.
Dice las palabras tan silenciosamente que casi creo que me las estoy
imaginando. —¿Así que lo dices en serio?
—Sí. Invertí en el salón de mi prima. En Florida. —Trata de escabullirse
de mí, pero la envuelvo con mis brazos.
—No vas a ir a ninguna parte, así que ponte cómoda. —La beso de nuevo,
porque puedo, y me cuesta encontrar las palabras adecuadas. No es que no
supiera lo del salón, pero no me di cuenta de que era un hecho.
Mi instinto me dice que tenemos que encontrar otra solución. Mi orgullo
lo exige. Siento que ella y yo hemos estado andando de puntillas alrededor de
esta química entre nosotros durante demasiado tiempo como para que se vaya a
Florida en poco más de una semana.
—¿Podemos ir poco a poco? ¿Descubrir lo que hacemos y lo que pasa entre
nosotros antes de que te mudes al otro lado del país? —Y como soy un cabrón,
añado algo a lo que sé que no se puede resistir—. Solo piensa en Mila y Cody. Se
volverán locos si te alejas para siempre.
Yo me volveré loco si ella se va para siempre, pero no estoy listo para rogar.
Todavía. Aunque eso es probable en mi futuro. Pero todo el mundo sabe que no
sacas tu gran pase en el primer cuarto, así que voy a esperar mientras trato de
averiguar cómo hacer sus sueños realidad aquí. Conmigo.
Su labio inferior sobresale, y me inclino para probarlo. —Hasta entonces,
sí, te mostraré cómo tener sexo. Y será tan bueno que nunca querrás salir de mi
cama.
Una risa desenfrenada la deja. —Esas son grandes palabras.
—No es lo único grande que tengo para ti, Bitsy. —Le guiño el ojo como
un idiota y la deslizo hasta la cama para quitarme los vaqueros y acomodarme
en mis calzoncillos. Desearía haberme duchado como planeé, pero algo de eso
me parecía mal con Joey esperándome en la cama.
Me abalanzo sobre ella, haciéndola chillar de risa. Es muy fácil hacer feliz
a esta chica. Siempre ha sido así. Risas fáciles. Sonrisas suaves. Conversaciones
genuinas.
No es de extrañar que nunca haya querido llegar más lejos con ninguna de
mis aventuras. ¿Por qué querría hacerlo cuando he tenido lo auténtico todo este
tiempo esperando a que me saque la cabeza del culo?
Los besos dulces se vuelven urgentes cuando le quito la camiseta. Me
ayuda, con su tímida sonrisa escondida bajo el material mientras se la quita por
la cabeza. Y luego está esa hermosa extensión de piel que me pone tan duro que
gimo.
Me encuentro sobre ella como un maldito animal marcando su territorio.
Lamiendo su pezón rosado mientras aprieto el otro pecho.
Sus caderas se mueven contra mí, y me agacho, con euforia que se extiende
a través de mí cuando mis dedos alcanzan sus bragas mojadas. Freno mis
movimientos, mi caricia es suave.
—¿Qué te gusta? ¿Cómo te tocas, nena? —Al diablo con mi erección. Lo
único que importa esta noche es hacer que mi chica se corra como nunca.
—Yo, uh... —Una pausa incómoda—. Me cuesta mucho trabajo sin usar
algo. No puedo recurrir a la vieja escuela y solo usar mis dedos.
Mi vívida imaginación se vuelve loca llenando los espacios en blanco de
lo que podría significar ese algo.
—¿Así que usas un consolador? ¿O un vibrador? —Sus ojos se alejan de
mí. Incluso en la oscuridad con solo la luz de la luna para ser testigo de lo que
hacemos, le da vergüenza hablar de estas cosas—. Está bien. —La beso y la
acaricio de nuevo a través de la tela húmeda entre sus piernas—. No es nada de
lo que avergonzarse. Todo el mundo se toca. De hecho, voy a tener recuerdos de
esta noche con mi mano alrededor de mi pene cuando no estemos juntos, así que
en serio, puedes decir cualquier cosa.
Se ríe y luego asiente. —Uso algo en mi clítoris. Es pequeño y vibra.
Buena chica. Está empezando a relajarse.
—Bueno, no tengo nada que vibre, pero tengo una idea bastante buena de
que te gustará esto.
No espero su respuesta mientras bajo por su cuerpo, besando y lamiendo
sobre la marcha hasta que llego a ese trozo de encaje de color claro sobre sus
caderas. Pasando mi nariz por su delicado montículo, inhalo su terrenal y dulce
aroma, una mezcla de loción y lujuria que huele tan bien que tengo que palmear
mi erección con fuerza para no ponerme en evidencia.
Una vez que sus bragas son lanzadas sobre mi hombro, beso una pierna.
Mierda. Está desnuda. Suave como la seda. Es como si pudiera oír a los ángeles
cantando sobre su bonito coño. Me lamo los labios y la abro con los pulgares.
Ella gime y, antes de que pueda lamerla, su mano está en mi cara. —Oh,
Dios mío, Logan.
Ahí está mi chica tímida. Me sorprende que haya aguantado tanto tiempo
antes de ponerse nerviosa porque bajara hasta aquí.
—Se supone que debes esperar hasta que te corras para gritar eso, nena.
Agárrate fuerte. Te tengo. —Le quito la mano del camino y le doy una mirada
severa—. Te voy a lamer hasta que montes mi cara, y a los dos nos va a encantar
cada minuto.
Traga, y la tensión emana de ella en oleadas, pero espero pacientemente.
Tengo toda la noche para mostrarle cómo se hace, y estoy feliz de esperar el
momento oportuno. Mi chica va a volar tan alto que olvidará en qué planeta está.
Después de un momento, asiente lentamente, y le dedico una sonrisa maliciosa
antes de volver a la codiciada posición entre sus muslos.
Separándola, paso mi pulgar a través de su humedad. Sobre sus suaves
labios externos que brillan. Alrededor de su entrada que se sentirá como el cielo.
Sobre su puerta trasera que podría tener que tocar. Una y otra vez voy. Arriba y
abajo.
Pero lo único que no toco es ese manojo de nervios. Aunque sus caderas
empiezan a retorcerse.
Cuando finalmente paso mi lengua sobre ella, nuestros gemidos casi me
rompen. Quiero decirle lo increíble que sabe, pero estoy demasiado ocupado
metiéndole la cara en su coño y lamiéndola. Sé que le gusta porque me tira del
cabello mientras sus caderas se acercan a mi boca.
—Sí, nena. Así es. Folla mi cara.
La lamo de nuevo, pero esta vez meto mi dedo en su estrecho canal y soy
recompensado por sus gemidos jadeantes.
Una vez. Dos veces. Tres veces empujo antes de añadir otro dedo. Y luego
rodeo su clítoris con mi lengua, una y otra vuelta.
Luego ella vuela y pulsa en mi mano, gritando tan fuerte que estiro la
mano para cubrirle la boca.
Me estoy riendo, y ella también, aunque todavía puedo sentirla contraerse
en mis dedos.
Rambo ladra desde el otro lado de la habitación, y nos reímos más fuerte.
Cuando sus extremidades caen en la cama por el cansancio, salgo de ella
lentamente y me lamo los dedos. —Eso fue lo más sexy que he visto en mi vida.
Me tumbo en la cama a su lado y la abrazo. Ella lanza su pierna sobre mi
muslo y me rodea con su brazo.
Estoy duro como el acero, pero ahora lo más importante es abrazarla.
Después de respirar profundo un par de veces, se inclina para besarme. Se
retira de repente, con la nariz arrugada. —Puedo saborearme en ti.
—Muy sexy, ¿verdad? Si me dejo pensar en comerte, podría correrme sin
siquiera tocarme.
—Jesús, Logan. —Esconde su cara en mi pecho, y me río.
—Es muy divertido provocarte.
Levanta la cabeza, con un destello de desafío en sus ojos. —Tal vez yo
también quiera provocarte.
Y luego está a horcajadas en mis caderas y montando mi pene a través de
mis calzoncillos.
Mis ojos se cierran. —Es. Demasiado. Bueno.
—Apuesto a que esto será mejor. —Se desliza para bajarme los calzoncillos
y luego se sienta de nuevo, con su coño desnudo ajustado a lo largo de mí.
Bajo la mirada y gimoteo al ver mi pene hinchado asomando entre sus
muslos desnudos.
Su núcleo húmedo se desliza sobre mí, y mis bolas se tensan.
—Oh, joder.
Ella susurra: —Una vez vi un clip de una película porno como esta y pensé
que era sexy. ¿Puedes... puedes acabar así?
¿Puedo acabar así? Casi me río, pero estoy demasiado ocupado pensando
en Joey viendo porno para responder con palabras.
La llevo hacia mí y la beso, y al instante estamos ambos gruñendo y
gimiendo mientras nos frotamos las partes húmedas.
—Necesito que te corras de nuevo. —Sé que puede porque, cada vez que
mi cabeza hinchada golpea su clítoris, tiembla en mis brazos—. Vamos, cariño.
Hazte sentir bien. Móntame.
Vacilante, cambia su ángulo y se sienta.
Su cabeza se inclina, y yo le agarro suavemente la barbilla. —No seas
tímida. Quiero mirarte. Eres gloriosa, joder.
Y lo es. Joey me deja sin aliento. Su cabello enredado está totalmente
desordenado, colgando sobre sus hombros y dándome vistas de sus pezones
tensos. Tan jodidamente hermosa.
Mientras me mira fijamente a los ojos, empieza a moverse de nuevo. Es
intenso mirar a alguien mientras te corres, pero estoy en trance. Me ha lanzado
un hechizo vudú y no puedo apartarme.
Sus pechos rebotan cada vez que sus caderas se mueven. Esos delgados
muslos se tensan mientras me trabaja. Sus labios desnudos abrazan mi longitud
como si estuviéramos hechos para encajar.
Pero entonces la pequeña zorra que se ha estado escondiendo en Jojo baja
la mano y masajea mi corona cada vez que se asoma, y casi caigo por el borde.
Excepto que no puedo correrme antes de que ella lo haga.
Lamiéndome el dedo, lo llevo detrás de ella y lo hago girar sobre su
pequeño agujero hasta que jadea.
Ya debe saber que soy un sucio bastardo.
Sus ojos se abren de par en par y luego se relajan. Joder, sí.
Sus caderas se aceleran cuando introduzco el dedo, y ella se viene sobre
mi pene con un gemido tenso. El Nirvana me lleva al límite con ella, y la
sensación es tan intensa que casi me desmayo.
Minutos después, todavía no puedo hablar, con esa capacidad anulada por
la intensidad de mi orgasmo.
Mientras estamos acostados envueltos en el otro y jadeando, me hago la
promesa de averiguar cómo mantener a Joey en Texas.
Porque de ninguna manera dejaré ir a esta chica en una semana.
20
Traducido por Jadasa
Corregido por Julie
—¡Solo regresen a tiempo para la hoguera! —nos grita Tori al otro lado de
la playa mientras Logan y yo nos dirigimos a su camioneta. Ella hace un gesto
travieso con la mano y yo me río.
Logan se da vuelta para ver qué está haciendo, y ella saluda dulcemente
con Rambo en sus brazos como si no estuviera insinuando que nos escabullimos
para hacer algo sucio.
Lo miro. ¿Nos escabullimos para hacer algo sucio?
Mis pezones se tensan ante la idea y tiemblo.
—¿Tienes frío? —Lanza su brazo sobre mi hombro, y deslizo el mío detrás
de su espalda, amando la sensación de su cuerpo sólido contra mí.
—No debería tener frío. Está cálido y soleado. —Llevo la parte superior
del bikini y mis pantalones cortos, pero esta es la ropa de playa estándar.
Hace una pausa para mirarme, frunciendo el ceño. —Sí, pero a veces
puedes tomar demasiado sol. —Una palma grande cae suavemente sobre mi
frente—. ¿Estás bebiendo suficiente agua?
Asiento, secretamente devorando cuánta atención me está dando.
¿Es esto patético? ¿Estoy totalmente idiotizada por un chico? Seguramente
la respuesta sea sí para ambas preguntas, pero he esperado demasiado para que
Logan me vea como algo más que su amiga como para que me importe.
Después de un rápido beso en mis labios, estamos nuevamente en
movimiento. Cuando llegamos a su camioneta en el fondo del estacionamiento,
él agarra mis caderas por detrás para ayudarme a subir.
Pero cuando terminamos en la estación de servicio, admito que estoy
decepcionada. Lo cual es una tontería. ¿Qué? ¿Esperabas que se detuviera detrás de
las dunas de arena para un polvo rápido?
Mientras caminamos por los estrechos pasillos, haciendo una pausa para
agarrar frituras, hielo y líquido para encendedores, me pregunto por qué no
estamos corriendo para hacer algo loco. Logan es famoso por sus locuras. Estuvo
en la mira del ministro de nuestro pequeño pueblo cuando estaba en la escuela
secundaria, por el amor de Dios. Luego se acostó con la hija del hombre.
Ugh, sé demasiado sobre su vida sexual. Mucho más de lo que quiero
saber.
—Voy a tomar una Big Red. ¿Quieres algo? —Señalo hacia el refrigerador
con mi refresco favorito.
—Nah. Estoy bien. Nos vemos en la caja. —Con un guiño, se pasea al
frente de la tienda.
A juzgar por mis latidos erráticos, estoy bastante segura de que ese guiño
será mi muerte.
Sonriendo para mí, tomo un par de refrescos y me dirijo hacia la caja
registradora cuando un chillido femenino me hace parar.
—¡Logan Carter! Pues estaré condenada. ¡Qué bueno verte, guapo! —Una
morena con un bikini diminuto va hacia él y le pasa los brazos por el cuello.
Me detengo, a medio paso, para mirar.
Dos rubias se unen a ella y adulan.
Bla, bla, bla. ¡Te he extrañado! Bla, maldita sea, bla.
Pongo. Los. Ojos. En. Blanco. Exageradamente.
Desearía poder decir que son trolls, pero las tres mujeres son hermosas.
Grandes sonrisas y tetas aún más grandes. Exhibiendo joyas brillantes y bateando
sus pestañas mejoradas en el salón.
Todas están agitadas. Las manos sobre los brazos de él. Cacareando y
revoloteando como si fuera mejor que el chocolate.
Deberías ver mi nuevo caballo. Es una belleza. Tal vez podrías echarle un vistazo
a otro que estoy pensando en comprar. Él es genial en la silla de montar, pero me
encantaría conocer tu opinión.
Ella recita el pedigrí del caballo, y mi corazón se hunde.
Es peor que les gusten los caballos y hablen el idioma de Logan.
La morena se revuelve el cabello con un dedo mientras dice: —No te he
visto desde Dallas. ¿Cuándo me vas a dejar volver a montar con tu caballo,
cariño?
Resoplo, y Logan se gira hacia mí como si acabara de recordar que estoy
parada aquí.
Aparto mis ojos. No puedo mirarlo. Porque no quiero ver qué hay allí.
¿Lujuria por estas chicas? ¿Arrepentimiento de estar conmigo este fin de semana
en lugar de ir de fiesta? ¿Decepción por no adularlo como su club de fans?
Extiende la mano y dice mi nombre, pero lo ignoro y avanzo hacia la caja
registradora. —Te veré en la camioneta. —Mi estúpida voz es tranquila, apenas
un susurro. Tan diferente a la confianza que rezuman sus fanáticas.
Mi mente corre. Un lado de mi cerebro trata de recordarme que las chicas
en realidad andan a caballo por los jinetes, los calientan en el ring, antes de una
competencia, pero el otro lado grita que esta chica quiere montar a Logan. Si es
que no lo ha montado ya.
Cuando llego a su camioneta, respiro un par de veces para relajarme.
Hablar con él anoche sobre lo que siente por mí fue de alguna manera más
fácil que esto. Más fácil que lidiar con su pasado.
Tal vez sea porque no puedo competir con este tipo de chicas, mujeres
seguras que buscan lo que quieren. Mujeres que pueden pagar caballos de veinte
mil dólares cuando yo apenas puedo pagar sandalias en Target.
¿Cómo sería obtener lo que quiero? Toda mi vida he estado luchando para
llegar a fin de mes y nunca he logrado este objetivo. Es agotador.
Casi tan agotador como la idea de que este encuentro no será el último.
¿Cuántas veces más nos encontraremos con chicas que Logan conoce en el
sentido bíblico?
Entiendo que no es justo mantener su pasado en su contra, pero no puedo
evitar cuánto duele pensar en él con otras mujeres.
No es que esta sea la primera vez que he sido testigo de tal reunión. Tuve
una ayer con Renee. Excepto que esto se siente diferente.
Porque ahora sé lo que es tener sus manos sobre mí. Derretirse bajo sus
besos. Despertar a su cuerpo cálido y toques suaves.
Sentir que es mío.
Pero no es mío. Y probablemente nunca lo será.
El séquito de Logan sale de la estación de servicio, y les doy la espalda
para que pueda parpadear la picadura en mis ojos.
¿Siempre será así? ¿Siempre me sentiré la segunda opción?
Necesito una distracción de la peor manera, así que saco mi teléfono y me
doy cuenta de que me he perdido una llamada de Dawn. La llamo antes de
rendirme a mi ira homicida y asesinar a alguien.
—Joey, ¡me alegra que hayas llamado! ¿Recuerdas a ese contratista…?
Intento escuchar a mi prima, lo hago, pero miro por encima de mi hombro
cuando la morena dice que “su amiga puede unirse a ellos para divertirse si
quiere” y mi audición se corta como si mi disyuntor estuviera sobrecargado.
Respiro profundamente para mantener a raya las lágrimas, pero este golpe
en mi corazón es una flecha al blanco, y la esperanza que se había estado
construyendo esta semana estalla. De repente, me siento como esa niña patética
que acompañaba a Logan y lo seguía a donde fuera.
Cuando mi visión se aclara, las mujeres se han ido, y Logan está parado
frente a mí con el ceño fruncido, pero no puedo hablar. Estoy demasiado ocupada
preguntándome si está imaginando un ménage con esa chica y su amiga.
Es casi cómico. Apenas perdí mi virginidad, y Logan tiene mujeres en
diferentes partes del estado que quieren tener sexo con él. Me da vergüenza las
cosas que le confesé anoche, solo haberlo hecho una vez y aprender movimientos
de PornHub.
Una voz estática atrae mi atención, y levanto mi teléfono hacia mi oído
para hallar a mi prima hablando. La dejo gritar mientras Logan abre en silencio
mi puerta y me subo a la camioneta.
Logan se pone al volante y siento que me está mirando, pero miro por la
ventana. Un torbellino de coloridas casas sobre pilotes pasan zumbando, y trato
de hacer sonidos como si estuviera escuchando lo que dice mi prima, aunque no
es verdad porque estoy teniendo una experiencia extracorporal.
Nos detenemos en el condominio, y cuelgo aún sin tener idea de lo que
Dawn explicó. Tendré que volver a llamarla. Pensará que estoy loca por no
absorber un momento de la conversación que acabamos de tener.
Cuando Logan estaciona, alcanzo la manija de la puerta, pero él pone su
mano en mi muslo.
Un nudo de emoción brota en mi pecho.
—Bitsy, lamento lo que sucedió allí. —Trago saliva y él deja escapar un
largo suspiro—. Ya… —Tose—, conoces mi historia, mejor de lo que me gustaría,
así que estoy seguro de que nada de esa mierda es una sorpresa, pero para ser
claros, nunca he estado con esas chicas, y no planeo buscarlas.
Sin palabras, hace una pausa, así que lo completo. —¿Entonces no has
tenido un trío? —No sé por qué pregunto. Tal vez para torturarme con cómo
nuestras experiencias son tan diferentes.
Cuando se encoge, mi corazón se hunde.
—Mierda. —Dejando caer la cabeza entre las manos, se quita el cabello de
la cara y se vuelve hacia mí—. Esto puede ser difícil de creer porque sé que tengo
una reputación terrible, y solo puedo imaginar lo que estás pensando en este
momento, pero no he sido así desde hace tiempo.
Quiero creerle, más de lo que quiero mi próximo aliento, pero ha habido
demasiadas veces que lo he visto escabullirse, presumiblemente para acostarse
con alguien, como para darle mucha credibilidad a esas palabras.
Logan debe ver mi renuencia porque agarra mi mano y me mira a los ojos.
—Lo juro, Joey, ya no estoy acostándome con cualquiera y saliendo de fiesta. No
soy ese tipo.
No se inmuta, se protege o duda, y eso aligera algo en mi pecho.
Supongo que es posible que haya cambiado su comportamiento desde que
me fui a Florida.
O estás tan loca por él, como una drogadicta, que quieres creerle para recibir tu
próxima dosis.
Una palma áspera se alisa sobre mi cuello, y él inclina mi cabeza hacia
arriba para mirarlo. —Jojo, déjame probártelo. Déjame demostrarte que puedes
confiar en mí.
Está diciendo las palabras correctas, y quiero creerle al muchacho que he
conocido toda mi vida, pero me preocupa que seamos demasiado diferentes. Que
necesite strippers salvajes y dispuestas que puedan retorcer sus cuerpos en
posiciones sexuales exóticas en lugar de la chica de al lado.
Inquieta, con mi orgullo todavía dolido, levanto un hombro y le ofrezco
las mismas palabras que pronunció anoche: —¿Qué tal si vamos despacio? ¿Ver
a dónde nos llevan las cosas?
Porque me queda una semana para descubrir si Logan y yo tenemos una
oportunidad o si somos demasiado diferentes después de todo.
22
Traducido por Julie
Corregido por Danita
Estar con Logan así es casi demasiado para manejar. Las emociones que
surgen en mi pecho, como la felicidad, el deseo y el amor van a explotar en un
ramo de colores.
Sus manos están en mi cabello y en mi trasero, y las mías están en sus
hombros anchos. No puedo decir qué calienta más, el agua corriendo sobre
nosotros o la electricidad chisporroteando entre nuestros cuerpos.
Nos fusionamos, su lengua empuja contra la mía mientras nos estrellamos
contra la pared de la ducha y reímos.
—¿Estás bien? —La preocupación y el cariño brillan en sus ojos mientras
pasa su pulgar sobre mi labio inferior.
Asiento, queriendo decirle que nunca antes había sido tan feliz. Que no sé
qué está girando en mi corazón, pero es demasiado grande para que lo nombre.
Sé que es demasiado pronto para decir esas cosas, así que no lo hago, pero
estar con él así esta noche será suficiente.
Tal vez fue verlo rechazar a Renee en la cocina a principios de esta tarde lo
que me tiene lista para dejar de lado mis miedos y seguir adelante. Regresé de la
playa para agarrar otra toalla y la vi acosándolo, sugiriendo descaradamente que
podrían hacerlo a mis espaldas.
Nada podría haber evitado la sonrisa de mi cara cuando él la rechazó
tajantemente.
Me hizo darme cuenta de que reaccioné de forma exagerada esta tarde.
Ninguno de nosotros puede controlar nuestro pasado, pero Logan parece hablar
en serio sobre darnos una oportunidad, y nunca me hizo daño deliberadamente.
No quiero ser la chica celosa que se vuelve loca cada vez que otra mujer habla
con su chico. Vi cómo ese monstruo de ojos verdes derrumbó la relación de mis
padres. Esa es la forma más rápida de estrangular algo bueno.
Y luego él me recogió en su regazo en la playa y me habló en voz baja toda
la noche, susurrándome al oído, abrazándome. Cuando llegamos a la habitación
y sugirió una ducha, no pude evitar pedirle que se uniera a mí. Otra primera vez.
Una que solo quiero con él.
Siempre me imaginé que este momento me haría sentir vulnerable.
Desnudarme bajo las duras luces del baño suena a algo que me gustaría evitar
debajo de una roca. Pero en este momento, estar frente a Logan y ver cuánto me
desea me hace sentir poderosa y deseada. Me dan ganas de arrojar mi exterior
reservado y ser valiente como anoche.
Me alejo y respiro hondo. Alcanzando las cuerdas en la parte superior de
mi bikini, tiro lentamente de la tela.
La parte superior de mi bikini cae al suelo con un chapuzón, y el tiempo
se alarga mientras desabrocho mis pantaloncitos cortos y me los quito con el resto
de mi traje de baño. Un gemido retumba en el pecho de Logan mientras me
estudia de pies a cabeza. —Maldición.
Resisto el impulso de esconderme y dejar que se sacie mientras el agua
golpea mi piel. Ya no quiero ser la chica que le teme a su sombra.
Al momento siguiente, estoy en sus brazos, piel contra piel contra su duro
pecho. La sensación es tan íntima, todo en mí estalla en vida.
Desvergonzadamente, me froto contra él mientras nos besamos. Necesito
sentirlo. Necesito demostrar que esto es real. Que no me voy a despertar por la
mañana y encontrar que esta noche fue un sueño.
Sintiéndome audaz, dejo que mis manos deambulen. Sobre sus fuertes
hombros y pecho. Abajo por sus abdominales sensuales. Por el rastro de vello
que baja. Hasta que mis dedos alcanzan su erección.
Recordando lo que hicimos anoche, lo froto sobre la tela y trato de ignorar
el creciente miedo cuando considero su tamaño. Porque en serio, ¿cómo va a
entrar ese gigante?
Como si pudiera leer mi mente, me acerca y susurra: —Vamos despacio,
Jojo. Solo lo que quieras hacer. Tú tienes el control.
Asiento; el alivio se apodera de mí lo suficiente como para relajarme de
nuevo. —Quiero esto. Muéstrame qué hacer.
Comienza a acercarme más y yo sacudo la cabeza. —Muéstrame.
Por un segundo, no puedo creer lo que estoy a punto de intentar, pero me
cansé de ocultar lo que realmente quiero cuando se trata de este hombre.
Poniendo mis manos en la cintura de sus boxers, las deslizo sobre sus
caderas delgadas y muslos musculosos mientras caigo de rodillas. Hasta que su
dura longitud se menea delante de mí.
A través de las gotas que se aferran en mis pestañas, miro hacia arriba y lo
tomo con la mano. Mi corazón late como si hubiera corrido un maratón mientras
digo las palabras: —Dime lo que te gusta. Cómo hacerte sentir bien. —Me hizo
tener una experiencia extracorporal anoche. Quiero devolverle el favor.
—Joder, me encanta este lado tuyo, nena —gruñe, engrosándose en mi
palma.
Sus ojos se abren cuando le doy una lamida a su cabeza hinchada,
saboreando la gota de líquido salado en la punta. Suavemente, me muevo hacia
arriba y hacia abajo mientras me maravillo de cómo puede ser aterciopelado,
suave y sin embargo tan duro.
Su palma envuelve la mía y me aprieta fuerte, y lo aliento con un
movimiento de cabeza. Con su otra mano, me aprieta el pelo y la intensidad me
hace recuperar el aliento. Una sonrisa diabólica se extiende en su rostro. —Abre.
Quiero darte de comer mi pene, niña hermosa.
Cielos. Eso es caliente. Pero no me sorprende que Logan sea un hablador
sucio. Dale con todo, muchachote. A mí también me gusta este lado tuyo.
Lo froto sobre mis labios antes de cumplir y lo deslizo contra mi lengua.
Me suelta la mano una vez que obtengo el ritmo que le gusta. Nos miramos
el uno al otro, sus ojos pegados a mi boca, que está completamente abierta. No
puedo profundizar demasiado, pero no parece importarle. Cada vez que hago
algo que le gusta, su agarre en mi cabello se tensa, lo que envía un zumbido a
través de mi cuerpo.
Lo loco es lo excitada que estoy de hacer esto. Estoy resbaladiza e hinchada
entre mis piernas, el pulso latente allí crece con cada succión y golpe de mi lengua
en su cuerpo.
Finalmente, no puedo soportarlo más y me toco allí para darme un poco
de alivio.
—Joder, sí. Te ves tan caliente haciendo eso. Toca tu linda vagina para mí.
Estoy en llamas por sus palabras. Por la forma en que me mira. Por la
forma en que responde en mi mano.
Quiero hacer que se desmorone, así que acelero, relajándome lo suficiente
como para llevarlo al fondo de mi garganta.
Su gemido grave es el único estímulo que necesito para hacerlo una y otra
vez hasta que separa mi boca en señal de advertencia.
Y luego, brotes calientes de semen caen en mi cuello, senos y mentón. Lo
limpio con mis manos hasta que me levanta del piso y me besa hasta dejarme sin
aliento. Su mano serpentea entre nosotros, sus dedos obrando su magia.
—Estás tan mojada. ¿A mi chica sucia le gustó lamerme?
—Sí —admito mientras me retuerzo contra él, con mis ojos cerrados con
fuerza. Y acabo en tiempo récord.
Por increíble que sea el orgasmo, no estoy segura de que supere la ternura
que me llena cuando él me abraza después.
Nos quedamos de pie bajo el agua tibia, respirando con dificultad, mi nariz
presionada contra su cuello, la suya en mi cabello, una vida de cosas sin decir
entre nosotros.
Quizás eso sea suficiente por ahora.
24
Traducido por Gesi
Corregido por Dayi Cullen
Lo último que quiero hacer esta noche es pasar la siguiente hora y media
en mi camioneta después de las cinco horas de manejo de esta tarde. Lo que
debería haber sido un viaje de cuatro horas a casa se convirtió en cinco cuando
nos detuvimos tres veces para colocar gasolina y mear.
Me encuentro de muy mal humor mientras llevo el culo a la farmacia al
otro lado de la ciudad que surtirá la receta de mi madre.
Me siento como una mierda por mentirle a Joey, pero los secretos de mi
madre no son míos para contarlos.
Bueno. No mentí abiertamente, pero no le conté toda la historia, lo que se
siente como mentir de todos modos.
Mi madre casi se salió de los rieles cuando intentó resurtir su receta esta
tarde y descubrió cuánto cuestan esas pequeñas píldoras. Por lo general, recibo
sus prescripciones y la dejo pensar que nuestro seguro lo cubre todo. Estuvo muy
enojada cuando descubrió que no. ¿Pero cómo voy a dejar a mi madre sin su
medicina? A la mierda con eso. Haría cualquier cosa por esa mujer, y si tengo que
trabajar en un segundo empleo para pagar lo que necesita, que así sea.
Estoy llegando a la farmacia cuando mi teléfono se ilumina con una
llamada.
Respondo en modo automático, suponiendo que es Joey o mi mamá.
No es ninguna de las dos.
—Ya era hora de que respondieras.
Maldita sea. Estaciono mi camioneta e inclino la cabeza hacia atrás para
respirar profundo, molesto conmigo mismo por no verificar primero la identidad
de la persona que llama.
—¿Qué necesitas, Samantha? —Actúa como si la ignorara. He contestado
media docena de sus mensajes de texto en los últimos tres días.
—Zach no se siente bien.
—¿Todavía?
—Me preocupa, Logan. ¿Puedes venir a ver cómo está? No estoy segura
de si debería llevarlo a la sala de emergencias. No tengo ni un solo centavo si solo
nos van a hacer dar la vuelta y nos envían a casa. A menos que quieras pagar la
factura.
A la mierda mi vida ¿Por qué siempre todo cae sobre mis hombros?
—¿Tiene fiebre?
—No estoy segura.
Jesucristo.
—¿Puedes usar un termómetro y comprobarlo? —pregunto con la mayor
calma posible.
—No tengo uno.
Por supuesto que no.
Me pellizco el puente de la nariz, odiando lo que estoy a punto de hacer.
No porque no me importe Zach. Amo a ese niño con cada fibra de mi ser, pero
tratar con su madre me abruma sin fin. Un latido se instala en mi sien y agrego
analgésicos a mi lista interna de artículos para comprar.
Después de otro suspiro largo, asiento. —Estoy en la farmacia. ¿Qué
necesitas además de un termómetro?
Ayer Zach fue a un carnaval con unos amigos y anoche vomitó, pero pensé
que se sentía mejor esta mañana. Mi hermano y yo vomitábamos cuando éramos
niños después de comer perritos calientes y en seguida nos subíamos a una
montaña rusa, así que no me preocupé demasiado porque Zach es un niño duro.
Cuando llego a su departamento casi una hora después, Zach descansa
tranquilo en el sofá. Las manos de Sam se retuercen, y me muestra una sonrisa
dolorida. —Lamento si reaccioné de forma exagerada. Estaba preocupada —
susurra—. Al final retuvo un Gatorade y se durmió.
Siento su frente. Es fría al tacto, y su respiración no es dificultosa. Parece
estar descansando cómodamente.
Después de descargar los comestibles en su cocina, preparo una taza de
café instantáneo. Sabe a mierda, pero me siento tan cansado que no estoy seguro
de cómo llegaré a casa.
Ignoro el hecho de que Sam apenas está vestida, solo cubierta con una
pequeña bata de seda que apenas le llega a los muslos. No importa porque no
tengo intención de ver lo que hay debajo de esa tela.
—Hazle un poco de sopa cuando se levante. —Hago un gesto hacia la
montaña de jugos y otros artículos para su recuperación.
Ella levanta uno de los Gatorade que le compré. —El de naranja es su sabor
favorito.
—Lo sé. Por eso le compré cuatro. —Puede que haya sentido una gran
oleada de culpa en la farmacia, así que lo compensé en exceso comprando
suficientes suministros para que le duraran hasta la próxima edad de hielo.
Pero el plomo en mi intestino no desaparecerá. Zach se enfermó y yo me
encontraba de vacaciones. Nada de esta situación es culpa suya, y sin embargo,
él es quien tuvo que sufrirla. Debí haberlo llevado conmigo. Le habría encantado.
Si hubieras tenido agallas y le hubieras dicho a Ethan la verdad, quizás podrías
haberlo hecho.
Mientras miro a Zach durmiendo en la otra habitación, prometo que la
próxima vez que me vaya de vacaciones en familia, el niño vendrá conmigo. Es
familia después de todo. Incluso en estas circunstancias inusuales.
Después de tomar el resto del café, enjuago mi taza. —Llámame mañana
si todavía estás preocupada.
—¿Vas a contestar? —resopla.
Esto de nuevo.
—Sam —digo con suavidad—, sabes que hemos hablado de tener límites.
Sus ojos se llenan de lágrimas y me hace sentir como una mierda. Sé que
esto no es del todo culpa suya, pero tampoco es una situación ideal para mí.
—Solo... —solloza en voz baja—. Estoy sola, Logan. ¿Por qué no podemos
hacernos compañía? No es como si fueras un santo. Pensé que querrías...
Dios, por favor no termines esa idea.
Voy a tener que ser duro con ella. Por muchas razones.
Empiezo a hablar antes de que pueda decir algo más. —Sé que mudarte
aquí fue difícil y extrañas a tu familia. ¿Te inscribiste en clases como te sugerí?
Así conocerás a más personas. Solo envíame la factura y podré reembolsarte los
créditos.
—No me importa el maldito dinero, ¿de acuerdo? —Baja la voz cuando se
da cuenta de que podría despertar al niño—. Quiero decir, sí, necesito el efectivo,
pero ¿por qué solo te importan Zach y las facturas? ¿Por qué no te preocupas por
mí?
No estoy seguro de cómo responder eso con tacto. Respiro hondo.
—Sam, vamos. Sabes que me importas. Te doy un cheque enorme cada
mes para asegurarme de que puedas pagar todo lo que necesitas. Llevo a Zach a
almorzar todas las semanas y arreglo la mierda rota en tu departamento. No
digas que no me importas. Simplemente no puedo ser el hombre que necesitas.
Ese no soy yo. Nunca seré yo, ¿de acuerdo? Pero te apoyaré en cada paso del
camino hasta que puedas valerte por ti misma. Me importas. Como amiga.
Una mirada salvaje brilla en sus ojos por un momento, pero luego se ha
ido. Asiente despacio mientras se limpia las lágrimas, y me relajo.
Hay muchas maneras en las que puedo enfatizar que ella y yo nunca
estaremos juntos. Ni en esta vida ni en la próxima.
Samantha es una mujer hermosa con cabello rojo, una figura curvilínea y
grandes ojos verdes. Con los cuales hace ojitos en mi dirección cada vez que tiene
la oportunidad.
Aun así, no estoy interesado.
Espero que Sam lo entienda. Que realmente lo comprenda esta vez.
Más importante aún, espero que Joey entienda cuando le cuente sobre
Samantha.
26
Traducido por johanamancilla
Corregido por Danita
Una brisa fresca sopla sobre mi piel caliente cuando Logan me lleva al
suelo. Cuando veo la mirada en sus ojos, mi corazón se vuelve loco, deslizándose
por mi pecho como un potro fugitivo. Porque realmente vamos a hacerlo.
Con ganas de recordar cada momento, acaricio la barba sobre su hermoso
rostro. Entrelazo los dedos en su cabello grueso. Miro fijamente al hombre que
siempre ha sido dueño de mi corazón.
Casi digo las palabras, casi le confieso que lo amo, pero me obligo a
contenerme. Solo porque estoy locamente enamorada de él no significa que sienta
lo mismo por mí. Se preocupa por mí, lo sé. Me quiere como amigo. Se preocupa
por mí como amante. ¿Pero está enamorado de mí? Me asusta demasiado probar
esas aguas, por lo que lo beso antes de decir algo de lo que pueda arrepentirme,
a pesar de lo que corre por mi mente:
Siempre te he amado.
No puedo recordar un momento en el que no te amara.
¿Crees que podrías amarme?
Se inclina sobre mí, retrocediendo en el último momento para frotar su
nariz contra la mía, un pequeño momento de intimidad que me hace suspirar y
desear ser lo suficientemente valiente como para decir las palabras en mi corazón.
Nos besamos hasta volverme loca y luego bajamos sus vaqueros y nos
alcanzamos, desesperados y hambrientos por conectar.
Su cuerpo duro se mueve sobre el mío, disparando hormigueos sobre mi
piel sensible. Sintiendo la forma en que encaja, frotando su longitud de acero
entre mis muslos, acercándome nuevamente al borde. Me recuerda a nuestra
primera noche juntos en la costa cuando me senté sobre su regazo y lo hice
acabar.
—Logan, te necesito —jadeo.
Se sienta, arrodillándose entre mis piernas para alcanzar su billetera.
Aprovecho ese momento para apreciar su cuerpo. Todos esos músculos magros.
La gracia poética en sus caderas esbeltas y muslos cincelados. Es la imagen de la
virilidad con esa orgullosa erección que sobresale entre nosotros.
Hurga en su billetera y hace una pausa, solo para agachar la cabeza con
un fuerte gemido.
—¿Qué pasa?
—Joder. —Se frota los ojos con las manos—. Lo siento. No tengo condón.
—Después de un momento, se recuesta a mi lado y se cubre la cara con el brazo.
Su pecho sube y baja, como si estuviera sin aliento—. No planeé que nos
desnudáramos aquí.
Un retorcido lado de mí sonríe porque esté fastidiado ante la idea de que
se le niegue el sexo conmigo.
Paso la mano por su pecho, bajando por el rastro de vello en su abdomen
bajo, y susurro: —Tomo la píldora. —Nunca me lo preguntó.
Baja el brazo lo suficiente como para hacer contacto visual. —Estoy limpio.
Me hice la prueba en la primavera.
Mis cejas se elevan, porque estamos en julio. No quiero pensar en la puerta
giratoria de su habitación, pero no tomaré una decisión tonta por ser ingenua.
Sus ojos se suavizan. —Jo, no he estado con nadie en meses. Ciertamente
no desde que me hice la prueba, pero ha pasado mucho más tiempo que eso. Es
probable que desde el otoño pasado.
¿El otoño pasado?
Por alguna razón, eso me emociona. El calor hace que me piquen los ojos
y me alejo.
—¿Qué pasa, cariño? Dime qué ocurre. ¿Es por el sexo? No tenemos que
hacer nada más esta noche. Te dije…
—No, no es eso.
Debe sentir que necesito tiempo para ordenar mis pensamientos, porque
me acaricia la espalda.
Por fin, cuando puedo hablar, sale en un tono ronco. —Me fui a Florida
para superarte. Porque no pensé que alguna vez fueras a verme como más que
una amiga. Y… básicamente me acosté con alguien porque creí que me ayudaría
a seguir adelante, pero no lo hizo. —Trago—. Todo el tiempo que estuve allí,
pensé que estabas aquí siendo mujeriego como siempre, pero ahora que sé que
no fue así, desearía… desearía no haber estado con nadie más. Desearía que
hubieras sido el primero para mí.
No puedo evitar las lágrimas que se escapan de mis ojos o haberle revelado
todo.
Me atrae hacia su pecho, donde lloro más fuerte.
Cuando puedo hablar, murmuro: —Probablemente odies la idea de que
alguien con quien estés pueda desarrollar sentimientos por ti, así que no tenemos
que hablar de eso, pero si hablas en serio acerca de que quieres que me quede
después de la boda, quiero ser honesta contigo. Y tengo mi propio equipaje, el
que aparentemente me hace llorar cuando se supone que debemos tener sexo
caliente y sudoroso.
Otro de mis sueños que probablemente acabo de enviar al infierno gracias
a mi vómito verbal.
—Dios, Jo —dice contra la concha de mi oreja—. Ojalá hubiera hecho de
manera diferente tantas cosas. Ojalá hubiera sido tu primero. No puedo regresar
y deshacer mis errores, pero puedo aclararte una cosa ahora. Soy un hombre
afortunado de tenerte en mi vida. Y no estás sola en esta relación. También siento
cosas por ti.
Nos separamos hasta que unos centímetros nos separan y acuna mi rostro
para secarme las lágrimas con el pulgar.
—Significas mucho para mí, Joey. —Repite las palabras que me hacen
derretir—. Por supuesto que siento cosas por ti.
Sonrío cuando veo la seriedad de su expresión y me devuelve la sonrisa
antes de besarme suavemente. Me besa hasta que estamos enredados entre sí.
Hasta que esa necesidad frenética vuelve a desatarse.
Haciendo una pausa, me quita la blusa que se ha acumulado alrededor de
mi cintura antes de que volvamos a unir nuestros cuerpos desnudos. Me
estremezco ante la intensidad, ante la intimidad de sentir cada parte de él contra
cada parte de mí.
Lo siento empujar en mi entrada.
—Sí. —Es la respuesta a su pregunta no formulada.
Me mira a los ojos. —Nena, dime si algo duele o si necesitas que disminuya
la velocidad.
Su mano serpentea entre nosotros. Mi atención se dirige a donde él se
agarra y pasa la cabeza por mis pliegues, finalmente hundiendo la cabeza en mi
núcleo.
Instintivamente separo más las piernas mientras empuja.
Ambos gemimos, y aunque es ajustado, una vez que me deja adaptarme a
su tamaño, se siente tan bien que tengo que cerrar los ojos.
—Apretada —gruñe—. Tan húmeda. Tan apretada. Te sientes increíble.
Estoy sorprendida por lo bien que se siente esto después de mi horrenda
primera vez, pero este es Logan. Todo con él siempre es mejor.
Entonces comienza a moverse. Lentamente al principio, mientras me mira
con tanto calor en la mirada que podría entrar en combustión.
Aumenta el ritmo, construyéndonos. Finalmente bombea y empuja hasta
que nuestros cuerpos se golpean. Hasta que estoy jadeando desesperadamente.
—Oh, Dios. Voy a acabar. —Me estiro entre nosotros y me concentro en el
objetivo, pero una mirada a lo que está sucediendo allí abajo, apenas visible a la
luz de la luna, me inspira. Bajo la mano y extiendo los dedos a cada lado de él,
apretándolo justo antes de que vuelva a deslizarse completamente en mi interior.
—Joderrr. Hazlo de nuevo.
De alguna forma, se vuelve más grueso en mi interior y arqueo la espalda,
abrumada por las sensaciones y estar tan cerca. Toma mi pezón, mordiéndolo y
chupando, y eso es todo lo que necesito para volar. Cada parte de mí se tensiona.
Cada célula y cada terminación nerviosa de mi cuerpo se incendia y detona. Sigo
temblando con mi liberación cuando recuerdo volver a hacer ese movimiento de
dedos para él, y entonces palpita en mi interior.
Estamos sin aliento y sudorosos, y estoy tan saciada que no me importa
que solo estemos acostados en una colcha porque bien podría dormirme hasta la
próxima semana.
Presiona un beso suave sobre mi frente y rueda hacia un lado, llevándome
con él para que nos mantengamos entrelazados.
—Eres increíble, Jo. —Su mano sube y baja por mi espalda en una caricia
suave—. Eso fue… Cristo, no tengo palabras. —Murmura algo para sí mismo y
luego vuelve a besarme—. Ni siquiera sabía que eras las parte de mí que me
faltaba.
No tengo palabras, me pregunto si esto es un sueño.
Un hermoso y perfecto sueño.
Después de unos momentos, gentilmente nos separa y sonríe de manera
juguetona. —Creo que hice un desastre.
No estoy preparada para que nada salga de mí, pero es una compresión
tonta, ya que entró desnudo. Antes de que pueda considerar cómo seré capaz de
montar a Cinnamon Pie de regreso a la granja de esta forma, toma unas servilletas
y me limpia rápidamente. Quiero estar avergonzada porque esto tiene que ser lo
más íntimo que he hecho, pero él luce una sonrisa gigante mientras se arrodilla
entre mis muslos.
—¿Lo estás disfrutando? —pregunto, riendo.
—Un poco. Sí. —Se encoje de hombros—. Es caliente. —Señala hacia mi
área muy expuesta y siento que todo mi cuerpo se sonroja. Mis cejas se elevan y
su sonrisa se ensancha—. ¿Qué puedo decir? Soy un pervertido. —Pero entonces
su sonrisa desaparece, y también el tono burlón de su voz—. Nunca antes lo he
hecho sin condón. Eres mi primera vez. —Nos miramos a los ojos—. Eso me
gusta, Bitsy. Quiero más primeras veces contigo.
—¿Sí? —Odio lo ansioso que sale, pero esta noche se siente demasiado
surrealista.
Se deja caer a mi lado, desnudo y todavía duro, y me rodea con sus brazos.
—En caso de que no te lo haya dicho últimamente, sacudes mi mundo jodido.
No, Logan. Tú sacudes el mío.
29
Traducido por Val_17
Corregido por Julie
Dormir desnuda es una experiencia nueva para mí. Una que estoy
disfrutando muchísimo.
Me despierto en la cama de Logan con su mano en mi pecho, su duro
pecho contra mi espalda, y su gruesa longitud contra mi trasero.
—Buenos días. —Me estiro por detrás y paso los dedos por su cabello para
rascarle suavemente la cabeza, él gruñe con aprobación y besa mi cuello. Su barba
roza mi piel sensible y me estremezco.
Es un pequeño milagro que hayamos regresado a casa anoche después de
nuestro paseo por el arroyo. Nos derrumbamos en la cama y nos despertamos
una vez en medio de la noche para volver a hacer el amor. Afortunadamente, no
volví a llorar. ¡Qué pareja ideal!
—¿Estás adolorida? —Su voz sexy, gruesa por el sueño, envía otra ronda
de escalofríos por mi cuerpo.
—Un poco. —Aprieto mis muslos y me quedo quieta—. Está bien, sí, estoy
adolorida.
—Lo siento, cariño. No deberíamos haberlo hecho esa segunda vez.
Me contoneo contra él porque, aunque me duele, se siente demasiado bien
para parar. —No me estoy quejando.
—Mmm. —Empuja contra mí—. Es agradable despertar con una mujer
hermosa.
—Eres un dulce charlatán. Apuesto que le dices eso a todas las chicas.
Estoy sonriendo y empiezo a preguntarme si podría probar las aguas hoy
si vamos despacio cuando Logan me pone de espaldas.
Su cabello sobresale en todas direcciones, y su mandíbula está cubierta de
rastrojos. Pero son esos penetrantes ojos azules que me miran fijamente en los
que quiero perderme.
—Jo, eres la única mujer que ha pasado la noche en esta cama.
Oh.
Recordando esas dulces palabras que me dijo anoche, le acaricio la barbilla
y él se inclina hacia mí. —Me gusta ser la primera.
Lo que quiero decir es que me gusta ser la única, pero no puedo recuperar
este desliz freudiano, y la idea de que alguien vendrá después de mí me golpea
como un camión Mack.
Por fortuna, me está besando y no analiza mis palabras. Me recuerdo a mí
misma tomar lo que pueda conseguir. Disfrutar de estar juntos por el tiempo que
tengamos. Después de todo, podríamos terminar porque tengo que irme, una
idea que podría hacerme llorar nuevamente si me permito pensarlo demasiado.
Pero si vuelvo a ponerme emocional mientras estamos en la cama, podría darnos
un complejo a ambos, así que trato de enfocarme en lo positivo.
Estoy agradecida por la distracción de las palabras sucias de Logan en mi
oído y por los punzantes mordiscos que me da en el hombro y los pechos.
Después de una ducha mutuamente gratificante en la que me corro con
tanta fuerza contra su boca que estoy bastante segura de que el pueblo de al lado
escucha mis gritos, nos vestimos para el día y nos dirigimos a la casa de su
hermano.
—Eres terriblemente dulce por ayudar en el rancho. —Logan me da una
sonrisa ladeada mientras conduce con una mano, su otra mano en mi muslo.
No hay nada especial en cómo está vestido —solo vaqueros desteñidos,
una camiseta ajustada, botas y una gorra de béisbol con la visera redondeada—
pero es Logan por excelencia. Juguetón, dulce y tan guapo que duele mirarlo.
Doblamos la esquina, el sol entra por la ventana y cae sobre mi cara. Cierro
los ojos para sumergirme en el calor y disfrutar de este momento tranquilo de
felicidad. —Me encanta pasar el rato en el rancho. Nada de lo que he hecho allí
se ha sentido como trabajo. Cuidar de los caballos, pasar el rato con los niños,
regar el jardín… es un placer.
Hace un sonido como si no me creyera.
—¿Qué? —Abro los ojos y me volteo hacia él.
—¿Qué hay de esa vez que de algún modo te convencí de limpiar los
establos? Creo que estabas en la secundaria. Eso no pudo haber sido divertido.
Demonios, el rastrillo era más grande que tú.
Se ríe y sacudo la cabeza con una carcajada.
—Pude pasar toda la tarde contigo, y tu mamá nos dio helado cuando
terminamos. Nunca tuvimos helado en casa. Además, siempre he adorado a los
caballos. —Y también a ti, tonto.
Él se había metido en problemas —¿qué hay de nuevo en eso?— y tuvo
que limpiar y pulir las sillas, y rastrillar los puestos del establo. Así que yo me
ocupé de los puestos y él hizo el resto, ya que las sillas de montar eran demasiado
pesadas para mí y me costaba mucho llegar a las clavijas superiores en la sala de
equipamiento. Nos hicimos compañía, bromeando toda la tarde.
Me encojo de hombros. —El trabajo duro no es tan difícil cuando amas el
resto. —Eso es algo de lo que Tori y yo hablamos a menudo, cómo las bendiciones
inesperadas ablandan los bordes afilados de la vida.
Logan no dice nada por un momento, pero luego me alcanza y besa el
dorso de mi mano. —Eres una chica bastante genial.
Mi corazón se salta un par de latidos. Le devuelvo la sonrisa. —¿Porque te
ayudé con tus quehaceres?
—Porque siempre me has apoyado. En cada maldito momento. Y tienes la
mejor actitud que cualquiera que conozco.
No estoy segura de que algo pueda borrar la sonrisa de mi cara por el resto
del viaje.
Mientras paseamos por el camino de entrada de la casa de Ethan, Logan
me pasa el brazo por los hombros y dice: —Tenía la intención de preguntar…
¿dónde aprendiste ese movimiento con el dedo que usaste conmigo anoche? Fue
muy caliente.
Hace una pausa para ponerme delante de él así puede sacudir su erección
contra mí.
Me sonrojo furiosamente y me río. —¿Dónde más? Pornografía. Y en serio,
¿cómo puedes estar duro otra vez?
—¿Porque me he corrido contigo tres veces en las últimas doce horas? —
Presiona un beso húmedo en mi cuello, y me estiro hacia atrás para agarrar su
cabello, la risa muriendo en mi lengua porque sí, estoy lista para volver a hacerlo.
Su boca está sobre la mía un segundo caliente después.
Estamos en nuestro pequeño mundo de dos cuando Mila abre la puerta
principal, se da vuelta y grita: —Oigan todos, Logan y Joey están besándose en
el pórtico delantero. ¡Besito, besito, besito! —Hace sonidos de besos, y me cubro
la cara con una carcajada.
Logan me arrastra a la casa de la mano. —Eso no era besarse —gruñe—.
Simplemente apreciaba a mi novia.
—Ohhhh. —Mila bate sus pestañas mientras salta y canturrea—: ¡Logan
tiene novia! ¡Logan tiene novia!
Soy la novia de Logan. Oficialmente. Sonrío como si acabara de ganar un
millón de dólares.
Mila se detiene de repente y sus ojos se abren. —Si ustedes se casan, ¿eso
significa que serás mi tía, Joey?
Logan y yo nos congelamos. Me estremezco, odiando que podría tener que
estrangular a esta niña a quien amo tanto.
Porque podría ser nueva en las relaciones, pero sé que es mejor no hablar
sobre bodas tan temprano. Especialmente con un tipo como Logan. Una mujer
comienza a hablar de matrimonio, y él probablemente quiere salir corriendo por
las cercas como un convicto fugitivo.
Levanto la vista y veo a toda la familia de Logan y Tori revoloteando en la
cocina, mirándonos, esperando que digamos algo.
Ethan reprende a su hija. —Mila. Cariño, deja de molestar a tu tío.
Tori articula: —Lo siento.
Ignorando mi vergüenza, pongo la sonrisa más falsa de mi vida y bromeo:
—¿Casarme con Logan? Es demasiado pronto para saber si él es el tipo correcto
para mí. —Camino con una bravuconería forzada hacia la encimera para agarrar
una manzana—. ¿Y si se hurga la nariz o deja toallas mojadas en el suelo del
baño? Una chica tiene que saber esas cosas antes de tomar ese tipo de decisión.
Mila lo considera y se voltea hacia Logan. —¿Te hurgas la nariz?
—Me hurgo la nariz y me rasco el trasero. Todos los días. —Alcanza su
rostro pequeño y finge hurgar su nariz mientras ella chilla y se ríe.
Cuando ella se lanza debajo de la mesa, él me alcanza y mete su dedo en
mi nariz.
—Oh, Dios mío, eres asqueroso. —Me río y lo golpeo mientras me muerde
el cuello cariñosamente.
Cuando nos detenemos, todos en la habitación todavía nos están mirando.
Ethan se aclara la garganta y sonríe. —¿Cómo estuvo el paseo a caballo
anoche? ¿Montaron mucho? —Tori le golpea el brazo con un resoplido.
Bev parece positivamente encantada.
Oh, dulce Jesús. Ella sabe totalmente que me he acostado con Logan.
Siento que soy una adolescente que acaba de ser atrapada trayendo a un
chico en mi habitación.
Sonrojándome más que los tomates cherry en el jardín de Bev, sonrío
débilmente, pero no tengo tiempo para pensar en qué decir porque Logan agarra
a Ethan en una llave de cabeza, y lo siguiente que sé es que están luchando en el
suelo como idiotas, riéndose y divagando entre sí. Todos se distraen.
—¡Chicos! —Tori aplaude—. Lo juro, si alguno de ustedes termina con una
conmoción para mi boda y ojos negros, voy a meter laxantes en sus cafés cuando
menos lo esperen.
Eso funciona. Los hermanos se separan, aunque continúan hablando
tonterías. En su mayoría de clasificación G, por supuesto, ya que hay orejas
pequeñas.
Todavía estoy riéndome de las payasadas de los chicos veinte minutos
después, cuando las mujeres se instalan en la sala de estar para ayudar a Tori a
armar los regalitos de fiesta que su hermana hizo para la boda.
—Esto huele increíble. —Tomo otra gran bocanada del exfoliante de
azúcar de lavanda antes de volver a colocar la tapa.
—Traje extras por si alguien quiere probar esto antes de la boda —dice Kat
desde detrás de una pila gigante de tul.
Siempre la anfitriona, Tori reparte bebidas para todas y luego toma un
vaso.
Con un suspiro, Bev se sienta a mi lado y comienza a atar una cinta.
—Todo lo que quiero saber es cuándo tendré más nietos.
Tori se ahoga con el agua y Kat le da unas palmaditas en la espalda.
Le doy un codazo a Bev. —¿No crees que deberías tomarlo con calma con
la futura novia? —bromeo.
Su ceja derecha se alza. —¿Quién dice que no hablaba de ti?
Eso me calla, y todas se ríen. Al menos los chicos están en el granero y no
aquí para presenciar esta conversación. Bev me guiña un ojo y sacudo la cabeza
ante sus bromas, con una sonrisa en mis labios.
Se inclina más cerca. —Sabes que eres como una hija para mí, ¿verdad?
La sonrisa se extiende por mi rostro. —Gracias, Bev. Es encantador que me
digas eso.
—Hablo en serio. Y por eso, puedo molestarte de vez en cuando. Es parte
del privilegio parental.
Mis padres nunca me molestaron con cariño. Para ellos, era demasiado
tímida, demasiado torpe, demasiado molesta, y me metía en problemas. Me
enseñaron a ocuparme de mis propios asuntos y a mantenerme tranquila. A
mantener la boca cerrada. Si alguna vez salía la verdadera yo, era con los Carter
y su salvaje hijo Logan. Quién no es tan salvaje en estos días, me estoy dando
cuenta.
—Bueno, me siento honrada.
—Es realmente bueno tenerte en casa, niña. Me preguntaba si querrías
ayudarme con el jardín esta semana.
—Me encanta tu jardín. Por supuesto que puedo ayudar.
Ella toma un sorbo de su té dulce. —Tengo fotos tuyas donde estabas así
de alta —Hace el gesto con su mano—, labrando esa tierra para mí. Plantaste los
primeros tomates, zanahorias, pimientos y papas.
—Tu jardín es mi lugar feliz.
—Nunca he visto a nadie con un pulgar más verde que esta chica —dice
Bev a la sala.
Puede que nunca gane un premio por algo, pero esto aquí, recibir elogios
de una mujer que admiro, significa mucho para mí.
Kat se anima desde el otro lado de la habitación. —¿Estamos hablando de
jardinería? Honestamente, no hay nada más satisfactorio.
Asiento. Por supuesto, nunca he cultivado campos de lavanda como ella,
pero el modesto jardín que ayudé a Bev a mantener a lo largo de los años me
inspiró. —Siempre he querido tener mi propio jardín y cultivar todo lo que ponga
en la mesa. Miro a un tipo en YouTube que cultiva la mayor parte de lo que come
su familia, y sus cuatro adorables hijos colaboran con todo.
Y si me imagino que es Logan y nuestros hijos de vez en cuando, bueno,
nadie tiene que saber eso.
Kat saca su teléfono. —Bev, tienes que ver ese programa. Yo también lo
veo. Te enviaré el link por correo.
Bev se voltea hacia mí. —Estoy pensando en ampliar el jardín. No puedo
manejarlo como antes, ¿pero tal vez te gustaría ayudarme? Te pagaría, por
supuesto…
—No, no puedo aceptar tu dinero. Ya lo sabes. Puedo ayudar porque te
amo a ti y a tu jardín. —Y a tu hijo. Muchísimo.
Acaricia mi mano. —Bueno, ya veremos sobre eso. De todos modos, Kat
me tiene haciendo compost, pero no estoy segura de cómo proceder desde allí.
Hablamos sobre sus planes durante la próxima media hora, y estoy muy
feliz de ser incluida. No me había dado cuenta de lo mucho que extrañaba estos
momentos. Mi familia extendida en Florida es maravillosa, pero no crecí con
ellos, así que no es lo mismo. Pero siempre me he sentido cómoda en el rancho
Carter y en su familia, desde que era pequeña. Esto se siente como un hogar.
Como un lugar donde pertenezco. Y si Logan y yo funcionamos…
Me detengo con la fantasía porque, hola, este no es mi rancho, mi casa ni
mi jardín. Pero me da una visión de mi vida que en realidad nunca pensé que
fuera posible. ¿Podríamos Logan y yo hacer algo similar? ¿Plantar un jardín en
su patio trasero? ¿Cosechar todo para nuestra familia? ¿Disfrutar de tener a
nuestros hijos corriendo por los campos, ayudándonos?
Parece casi demasiado bueno para ser verdad.
30
Traducido por Anna Karol
Corregido por Danita
Cuando doblo la esquina, veo a Joey tomándose una foto con Cinnamon
Pie, que se inclina por el establo. He extrañado ver a Jo en el establo. Ella parece
sentirse como en casa aquí.
Trato de deshacerme del pesimismo que persiste desde la llamada de
Isaiah. Por más que quiera seguir su consejo, este no es el tipo de conversación
que puedo llevar a cabo si mi hermano interrumpe. Tendré que esperar hasta que
Jo y yo volvamos a mi casa.
Además, el establo tiene demasiados malos recuerdos. Si quiero echarme
mala suerte y arruinar mi vida de forma permanente, este sería el lugar perfecto
para hacerlo.
—Mis sentimientos están heridos, Bitsy —bromeo, sabiendo que va a ser
capaz de sacarme de este bajón—. Has estado en casa más de una semana, y te
has tomado una foto con un caballo, pero no conmigo.
Pone los ojos en blanco, pero me alcanza. La doy vuelta en mis brazos,
saboreando la risa que se le escapa.
Ella envuelve esas hermosas piernas alrededor de mi cintura, y la levanto
por el trasero mientras toma una foto de nosotros.
—¿Vas a subir esas a tu Instagram?
—¿Te importa? —Me inmoviliza con esos enormes ojos grises—. Acabo de
darme cuenta de que no saqué ninguna foto cuando estábamos en la costa.
—Tori puede compartirte las suyas. Saco un montón. —Mordisqueo su
cuello, sintiéndome mejor—. Pensé que odiabas Instagram.
Se encoge de hombros. —Nunca tuve nada emocionante o interesante para
publicar.
Inclinándome hacia atrás así puedo ver su rostro, meneo las cejas. —¿Soy
lo bastante emocionante como para publicar?
Su suave palma aterriza en mi rostro. —Probablemente eres más emoción
de la que puedo manejar.
—Oh, creo que me manejas muy bien. —La presiono contra el establo
detrás de nosotros y la beso hasta que a ambos nos falta el aliento—. Joder, me
pones tan duro.
He sido una erección andante y parlante todo el día, gracias a los recuerdos
de anoche, pero nada se compara con tenerla en mis brazos.
Y aunque nada me gustaría más que revivir cada momento desnudo en
tiempo real, uno de los entrometidos miembros de mi familia podría entrar aquí
en cualquier momento. El establo no está aislado como el arroyo.
De mala gana, la bajo al piso y reajusto mi pene, el cual ella palmea.
—Me encargaré de eso cuando lleguemos a casa. —Me guiña un ojo y sale
pavoneándose del establo.
Me río y sacudo la cabeza. No sé cuándo se volvió tan despreocupada y
coqueta, pero de verdad me gusta este lado de ella. Un lado que solo yo veo.
No estoy seguro de cómo explicar las emociones corriendo por mi pecho.
Cómo explicar la manera en que me es más fácil respirar cuando está conmigo.
Cuán eufórico me siento cuando me sonríe o me toca.
Maldición, amo a esta mujer.
Miro a Cinnamon Pie, atónito por la revelación.
Considero las palabras y frunzo el ceño.
Nunca pensé que sería el tipo de chico que perdería la cabeza por una
chica, pero basado en cómo es físicamente doloroso estar separado de ella, Joey
Grayson es dueña de mi estúpido trasero.
—Demonios, sí la amo —le declaro a mi caballo.
Ahí es cuando el recuerdo de mi padre estando de pie a solo unos metros
me golpea tan fuerte, que succiona el aire de mis pulmones.
—Ella no es la chica para ti, Logan. Nunca harás feliz a alguien como Josephine.
Querrá sentar cabeza, e hijo, eso envejecerá, y te moverás a la siguiente cosa bonita que
mire en tu dirección, y romperás su corazón. Confía en mí. Sé un par de cosas sobre esta
clase de asuntos.
Cuando el hombre al que has admirado toda tu vida básicamente te dice
que no eres lo bastante bueno para tu amiga de siempre, eso te hace cuestionarte
todo.
Al menos lo hizo en aquel momento.
Sacudiendo la cabeza, salgo del establo, determinado a demostrar que está
equivocado.
Con solo mover un dedo, publico las fotos que tomé de mí y de Logan ayer
en mi Instagram. Mi tonto corazón se dispara cuando las estudio más de cerca.
Nos vemos como una pareja. Estoy en sus brazos y él besa mi sien mientras sonrío
a la cámara. En otra toma, estamos mejilla a mejilla, viéndonos todos exaltados.
Es probable que mi prima me ponga los ojos en blanco cuando vea esto. Le envío
a Dawn un mensaje de texto rápido, preguntando si podemos ponernos al día
hoy más tarde.
Una vez que le doy de comer a Rambo, me subo a la camioneta de Logan
para hacer unos recados para Tori. Apenas salí del camino de entrada cuando mi
teléfono vibra con un mensaje de texto.
Silas: ¿Todavía estás por aquí?
Y así como así, mi hermano aterriza en mi vida como si no hubiera estado
desaparecido durante meses.
El alivio y la ira compiten por la emoción más prominente en mi pecho,
pero después de recordarme que vendió nuestra casa sin decirme, la ira gana.
Después de respirar para relajarme, redacto varios textos, pero termino
borrando todo. No puedo desquitarme por mensaje de texto o me volverá a dejar
sin mirar por el retrovisor. Finalmente, me conformo con algo sin emociones y
espero que podamos sentarnos a hablar.
Sí. ¿Estás en la ciudad?
Quizás para el fin de semana. No estoy seguro.
Dios no permita que se comprometa a nada.
¿Quieres tomar un café?
Debe querer hablar desde que envió un mensaje de texto en primer lugar,
pero todavía me sorprende que acepte reunirse conmigo en el restaurante Lone
Star.
Cuando abro la puerta del restaurante veinte minutos después, veo de
inmediato a Silas sentado en la esquina trasera.
Descuidado. Esa es la única forma de describirlo. Una camiseta sucia.
Pantalones rasgados. Cabello grasoso. Silas solía ser un chico guapo. Ahora se ve
sin hogar. Mi hermano grande y duro no se ve tan fuerte de repente.
—¿Qué te ha pasado? —Me deslizo en la cabina.
—Es bueno verte también, Josephine.
—Déjate de tonterías. Vendiste la casa de la abuela, te desapareciste de la
faz del planeta durante meses y llegas de repente como si no fuera gran cosa,
luciendo como algo que el gato trajo a rastras.
Sus cejas se levantan. —¿No eres un rayo de sol?
Silas no es el único que está sorprendido. Nunca le hablo de esta manera,
pero ya no me suavizaré con él.
Carol se detiene para tomar nuestro pedido. —Hola, cariño. ¡Qué bueno
tenerte en casa! ¿Qué deseas?
Ignoro mi lamentable excusa de familia y le sonrío a Carol, quien siempre
ha sido una dulzura. —Hola, Carol. ¡También me alegro de verte! Voy a tomar
un té dulce y una rebanada de tu increíble pastel de nueces, por favor. —No creo
que pueda soportar mucha comida y hablar con Silas al mismo tiempo.
—No hay problema. ¿Y para ti? —Su sonrisa desaparece cuando se vuelve
hacia mi hermano.
—Café. Solo. Eso es todo. —Se frota las manos, y yo observo su aspecto
flaco y las ojeras bajo sus ojos.
Pongo los ojos en blanco. No me debería importar. A Silas yo no le importo
nada. Sin embargo, me conozco. La culpa me comerá viva si no le doy comida.
—Carol, ¿puedes traerle algo de comer? Tal vez el guiso y puré de papas con
salsa extra. Ah, y algunas galletas. Ese solía ser su favorito. —Lo miro—. Todavía
comes carne, ¿verdad?
—Sí. Me gustan esas cosas. Es solo que… —Se frota las manos otra vez y
mira hacia otro lado.
Suspiro. Solo mi hermano se gasta miles de dólares en un abrir y cerrar de
ojos. Porque indudablemente está en bancarrota. Otra vez. —Invito yo. No te
preocupes por eso.
Carol me da una de sus sonrisas parentales como si pensara que estoy
haciendo lo correcto a pesar de que no le agrada Silas.
Cuando está fuera del alcance del oído, dejo caer las sutilezas. —¿Qué está
pasando contigo? ¿Y por qué no tienes dinero cuando acabas de vender la casa
de la abuela?
Después de un suspiro largo y prolongado como si yo fuera el mayor dolor
en su trasero, lanza un brazo sobre la parte posterior de la cabina. —He estado
en rehabilitación. —Agita la otra mano sobre sí mismo—. Obviamente, está
haciendo maravillas.
—¿Por eso vendiste la casa? ¿Querías ir a rehabilitación? —Siento que
hablo un idioma extranjero con lo inesperada que va esta conversación.
—No diría que quería ir a rehabilitación.
Me lleva un minuto procesar lo que dice. —¿Entonces te metiste en
problemas y qué, tuviste que ir a rehabilitación en lugar de ir a la cárcel?
—Noventa días de rehabilitación ordenada por la corte, para ser precisos.
—¿Y no pensaste en mencionarme esto? —Las lágrimas pican mis ojos. Me
odio por mostrar alguna emoción en este momento.
—No empieces a lloriquear sobre esa vieja pila de ladrillos. La casa apenas
valía nada de todos modos.
Furiosamente, me limpio los ojos con el dorso de la mano. —Estoy molesta
por ti, idiota arrogante. ¿Por qué no me dijiste que estabas en problemas? —Bajo
la voz—. ¿Y falsificaste en serio la firma de la abuela en la escritura o algo así?
Así es como te permitiste la rehabilitación, ¿verdad? ¿La casa?
Se encoge de hombros, y se necesita todo lo que hay en mí para no cruzar
la mesa y estrangularlo porque sé que esa es la respuesta que voy a obtener.
Llega la comida, y me siento allí conmocionada y viendo a Silas palear el
puré de papas. Tengo ochenta y cinco dólares a mi nombre, y por mucho que mi
hermano me lastime hasta el alma a veces con su egoísmo, tengo que preguntarle
si necesita algo.
—¿Tienes dinero para comida y alquiler? ¿Dónde te estás quedando?
—Tengo una chica. Ella me alimentará.
Jesucristo.
—¿Y has terminado con la rehabilitación? ¿Te… sientes mejor?
—Sí. Ya salí de lo difícil.
Mis ojos se dirigen a sus brazos donde las marcas se han desvanecido.
—Silas, por favor cuídate.
Hace una pausa con un tenedor de comida a la mitad de su boca. —Es en
serio. Estoy genial. —Estudia mi apariencia—. ¿Qué pasa contigo? ¿Dónde te
quedas?
—Con Logan —respondo sin pensar.
Todo su cuerpo se tensa. —¿Qué coño, Josephine? ¿No tienes otros amigos
con los que puedas quedarte?
Aprieto las manos para no alcanzar un objeto contundente. —¿Dónde se
suponía que me quedara? Vendiste nuestra casa. Sin molestarte en mencionarlo.
Estoy molesta conmigo mismo por mencionar a Logan cuando sé que el
tema pone nervioso a Silas, pero ¿por qué debería tener que ocultar cosas sobre
mí? Todo lo que hice fue ocultar a quién era al crecer para hacer felices a mis
padres. ¿Yo era demasiado torpe? Me callaba. ¿Me reía demasiado? Dejé de reír.
¿No querían que mostrara demasiada piel? Llevaba un mono locamente amplio.
Bueno, no están aquí para decirme qué hacer.
Antes de que él pueda responder, sacudo la cabeza. —¿Por qué te importa
si estoy con él?
—¿Qué quieres decir con que estás “con él”? —Sus ojos se estrechan en
pequeñas rendijas—. ¿Están saliendo?
Aquí vamos.
—Te importaría una mierda lo que me pase siempre que no involucre a
los Carter. ¿Por qué es eso?
Con un sonido metálico, deja caer el tenedor en su plato y me apunta con
un dedo. —Sabes por qué. Sabes que su jodido padre se metió con mamá.
Diablos, si no hubieras nacido antes de conocer a esas personas, me preguntaría
si ese hombre también fue tu donante de esperma.
Estoy tan disgustada que apenas puedo hablar. —No otra vez con esto. —
Sacudo la cabeza—. Daniel Carter nunca engañaría a Beverly. Además, el hombre
ya murió, déjalo descansar en paz. Y es de mal gusto hablar mal de los muertos,
Silas. Sé que albergas este resentimiento fuera de lugar, pero esos rumores no son
ciertos. Mamá podría haber sido infiel, pero dudo seriamente que haya sucedido
con el señor Carter. Siempre pensé que papá estaba delirando, tan drogado que
lo creó todo en su cabeza.
—Eres una maldita tonta. Sucedió justo en tus narices y te niegas a verlo.
—¿Ver qué? Dime lo que me estoy perdiendo. ¿Estás enojado porque el
señor Carter despidió a papá porque iba a trabajar borracho o drogado? No
puedo decir que lo culpe por eso.
Empuja su plato. —Daniel Carter se acostó con mamá y despidió a papá
mientras tenía a toda la ciudad pensando que era un santo. Por eso odio a esa
jodida familia. Logan es solo una copia al carbón de su viejo, y eres una tonta al
pensar que no te hará lo mismo. Con la forma en que lo has perseguido toda tu
vida, probablemente decidió ir por lo seguro. Así que no creas que eres especial.
Él pasará a la próxima cosa bonita que separe sus piernas en unas pocas semanas.
Respiro hondo ante sus odiosas palabras.
El calor me pica los ojos, pero me niego a dejar que las lágrimas se
desborden. —Si alguien es como su papá, eres tú, Silas. Tal vez deberías mirarte
en el espejo antes de lanzar piedras. —Arrojo algo de dinero para que cubra el
almuerzo—. Es gracioso, pero solía admirarte cuando éramos más jóvenes.
Sinceramente, no sé qué hice para que me trataras de esta manera, para que
actuaras como si me odiaras. —Con un golpe de mi codo, me limpio los ojos—.
Siempre dijiste que deseabas no tener una hermana. Felicidades. Se te cumple el
deseo. Espero que tengas una buena vida.
Me sorprende escucharlo decir mi nombre mientras salgo corriendo del
restaurante, pero no hay forma de que me vaya a sentar allí y dejar que me hable
de esa manera.
Mis días de ser un felpudo han terminado. Incluso si me rompe el corazón
perder a mi hermano.
34
Traducido por Tolola
Corregido por Julie
Entrecierro los ojos por el sol brillante y respiro profundo. Hay una esencia
de cedro y barbacoa en el aire. Mi estomago gruñe. Por lo menos empiezo a tener
apetito de nuevo, pero aún me siento horrible. Todavía tengo punzadas en la
cabeza, una desagradable conmoción y moretones por todos lados, pero eso no
es lo que más duele.
A pesar de que ayer Logan me dio la historia completa, o lo que espero
que sea la historia completa, todavía estoy destrozada.
Porque muy en el fondo, aun no sé si puedo confiar en él.
Es un hecho que mantener este enorme secreto durante dos años es
exponencialmente mejor que hacerlo por siete u ocho, y saber que Zach es su
hermano y no su hijo es enorme, pero mi corazón sigue herido y mi fe en Logan
está arruinada. Supongo que un bate de béisbol en el cerebro provoca eso en una
chica.
La enfermera me lleva en la silla de ruedas hasta la acera y se detiene
donde tres camionetas están alineadas, la de Ethan, la de Logan y la de Brady.
La culpa se intensifica en mi pecho por no querer ver a mis amigos cuando
pasaron por el hospital. Incluso después de hablar con Logan y aclarar las cosas,
no estaba lista para ver a nadie. No sé si ahora lo estoy, pero todos se encuentran
aquí, y el hospital me dio de alta, así que no es como si me pudiera esconder. Me
siento un poco avergonzada de quererlo. Estoy avergonzada por tantas cosas,
pero no puedo empezar a descifrar porque me siento así.
Mi médico dice que la “inestabilidad emocional” es uno de los efectos
secundarios de las heridas en la cabeza, y puedo esperar cambios de humor y
extremas altas y bajas como resultado.
En definitiva me relaciono con las bajas.
Ethan y Tori salen de un salto del auto y lo siguiente que sé es que tengo
un ramo de flores en mis brazos y Tori me abraza.
Le doy palmaditas incómodamente. —¿Qué hacen aquí? ¿No deberían
estar en su luna de miel?
Retrocede como si le hubiera dado una bofeteada. —¿Logan no te lo contó?
Pospusimos todo por dos semanas.
—Oh por Dios, ¿por qué?
—Por ti, cabeza de chorlito. Mírate. Apenas puedes levantarte, y tienes los
dos ojos negros. No puedo creer que esa malcriada te haya hecho esto. —Ahora
está llorando.
—Ugh. Por favor no me digas que arruine tu boda. —Yo también lloraría
si tuviera que posponer mi boda.
—¡No! ¿Qué? Claro que no. Solo queremos asegurarnos de que te mejores
para que puedas ser parte de todo.
Ethan se agacha a mi lado. —Estoy tan feliz de que estés bien, mequetrefe.
Lamento que hayas pasado esto. —Aprieta mi mano y la emoción se desborda de
sus ojos.
—Está bien. No fue tu culpa.
Todos se quedan callados y alguien tose. Logan. Mete las manos en sus
bolsillos.
—Ahora, todos ustedes —interviene Beverly, apartando a Ethan de su
camino—. No culpen a Logan. Esto comenzó porque me estaba cubriendo. Y…
no se atrevió a decirme lo que Daniel había hecho. —Resopla e Ethan le pasa los
brazos a su alrededor. No me puedo imaginar lo que debe estar pasando después
de enterarse de que su esposo tuvo un hijo con otra mujer. Yo estaría devastada.
Apunta a Ethan. —¿Se enteraron que Logan ha estado trabajando por las
noches? Todas esas veces que lo molestamos por andar de parranda, hacía horas
en el Stock Yard para poder pagar la manutención de un niño que ni siquiera es
suyo. Para pagar todos mis medicamentos y procedimientos. No le causen aún
más molestias después todo esto. —Bev se arrodilla a mi lado—. Cariño, quiero
que sepas que estoy bien con Silas. Ya se ha disculpado por ser un idiota, y yo he
aceptado sus disculpas, especialmente después de que los ayudó a todos de la
manera en que lo hizo, pero la verdad es que él fue una de las razones por las
cuales Logan no te dijo lo que sucedía. Temía que tu hermano leyera tus mensajes
como lo hizo hace algunos años. Que supiera algo que no debía y lo dijera por el
pueblo para lastimarnos como lo hizo en el pasado. Sabes lo cabeza dura que es
Silas cuando está molesto.
Oh. Eso tiene sentido.
Asiento despacio, avergonzada de que mi familia me espíe. Por supuesto
que Logan tendría miedo de decirme algo con mi tonto hermano metiéndose en
mis asuntos. —Te escucho.
Ethan levanta a su mamá de la acera. —Cálmate, ma. Lo entiendo, pero
nadie le dijo a Logan que tenía que hacerlo solo.
Bev lo golpea en el pecho. —¿Escuchaste lo que dije? Lo hice jurar que no
te contaría nada sobre mi situación médica. Y luego, bueno, todo se vino abajo
después de eso.
Logan se acerca, aprieta el hombro de su madre. —Está bien. Entiendo lo
que dice Ethan. Debí ser honesto. —Se gira hacia Ethan—. Hermano, te juro que
iba a decir la verdad después de tu boda. Te tomó tanto tiempo llegar a un lugar
donde fueras feliz, donde no estuvieras estresado por el rancho o las demandas
de Allison, y no quería preocuparte de nuevo. Pero tienes razón... es algo grande.
Lo arruiné y casi hago que maten a Joey. —Su voz se vuelve ronca y se aclara la
garganta.
—Estoy bien, de verdad. —Trato de levantarme de la silla de ruedas.
Cuatro manos aterrizan en mis brazos para detenerme—. Nadie tiene que
culparse por lo que pasó, excepto la señorita que recogió el bate.
Samantha fue arrestada, y al menos no tengo que preocuparme por que
vuelva a acosarme.
Según la policía, que registró su apartamento durante el fin de semana,
encontraron un cuaderno lleno de detalles sobre mí: lugares en los que trabajaba,
dónde salía, nombres de mis amigos y fotos de mi Instagram. Les dije que creía
que era la mujer que hizo que me despidieran, y discutimos la posibilidad de que
también fuera la persona que destrozó el coche de mi abuela el invierno pasado.
Froto mi sien, deseando estar en casa para poder acurrucarme. —De
verdad estoy bien.
Las palabras me sorprenden. No sé que me siento así hasta que las
palabras salen de mi boca.
Quiero decir, me encuentro bien. Estoy herida, y en el centro de mucho
drama, pero estoy viva. Eso tiene que contar para algo.
Mirando de un lado a otro entre los hermanos, suspiro. —¿No tienen
mejores cosas que hacer que estar molestos? Abrácense o algo así.
Tori me da una sonrisa agradecida, secándose los ojos. Por extraño que
parezca, no lloro ante el despliegue de amor en frente de mí, cuando Ethan y
Logan hacen esa cosa del abrazo de hermano.
Mayormente, me siento entumecida y desconectada, y quiero ir a casa.
Ni siquiera sé en dónde se supone que sea eso. ¿En dónde está mi hogar?
Lo único que sé es que no quiero ir a casa con Logan.
46
Traducido por Beatrix
Corregido por Danita
Ethan está tranquilo mientras terminamos en el granero por el día. Por una
vez en nuestras vidas, no me ha estado molestando esta semana.
Es inquietante.
No diría que me está dando el tratamiento silencioso. Parece preocupado.
Dado que su boda, el día que había estado esperando durante meses, se pospuso,
no me sorprende que sus sonrisas relajadas hayan desaparecido.
—Hermano. ¿Quieres salir de aquí y tal vez tomar una cerveza? —Me
limpio las manos con una toalla vieja—. Yo invito.
—No estoy de humor, pero gracias. —Limpia los arreos metódicamente,
como nos enseñó nuestro padre.
Un caballo resopla en su puesto, y yo debato cómo sacar el tema, pero
Ethan me gana.
—¿En qué piensas? Obviamente estás pensando en muchas cosas por allí.
¿Problemas con Joey? ¿Sigue considerando regresar a Florida?
Asiento y le cuento sobre la conversación que tuve con ella esta mañana.
—Entonces, ¿qué vas a hacer? —me pregunta cuándo termino.
—No estoy seguro. Estaba planeando escribirle notas.
Su ceja se levanta. —¿Notas?
—Sí. —Me encojo de hombros, incómodo, pero me gustaría tener su
opinión. Él y Tori pasaron por un mal momento después de que se unieron por
primera vez, pero lograron resolver las cosas. Ethan siempre ha sido monógamo
con novias. Si alguien puede ayudarme a manejar estas aguas de la relación, es
él—. Quería recordarle los buenos momentos que hemos tenido al crecer. Cosas
que recuerdo de ella que tal vez no se da cuenta. Hacerle saber que estoy en esto
a largo plazo.
Sonríe —Tengo que decir que es muy dulce. Apuesto que le encantará.
—¿Puedo preguntarte algo? —Esta pregunta ha estado en mi mente desde
la semana pasada cuando me abalancé sobre Jo como un animal. Mi hermano es
la única persona a la que puedo preguntarle. Y si consigue que vuelva a hablar
conmigo, incluso mejor—. Demonios, esto es incómodo. —Me limpio las palmas
de las manos en mis vaqueros—. Sabes que nunca he estado en una relación a
largo plazo, y tengo preguntas. ¿Está... mal ser... aventurero en la cama con alguien
que tomas en serio?
—¿Aventurero?
—Sí. Ya sabes. Rudo. —Las imágenes de las marcas de mordida que había
dejado en el cuerpo de Joey aparecen ante mis ojos. Marcas de mordisco que no
parecieron importarle, pero aun así—. Quizás un poco pervertido. Yo solo... —
Frotándome la nuca, me aclaro la garganta—. A veces me siento mal si hago cosas
con Jo. Ya que... —Agrego esto al tipo de conversación que nunca quiero volver
a tener. Afortunadamente, mi hermano termina mi oración.
—Dado que ella no tiene mucha experiencia.
Asintiendo, me apoyo contra el establo. —No es que estemos haciendo
nada en este momento. Tengo suerte si me deja abrazarla, pero tengo que resolver
esto en mi cabeza.
Ethan mira al suelo un momento antes de volver a mirarme. —Entiendo
por qué te preocupa. Pero mientras se comuniquen y ella disfrute lo que estás
haciendo, entonces debería estar bien que lo hagas. Lo que hacen y cómo lo hacen
es cien por ciento entre ustedes dos. Nadie puede juzgar eso.
Suelto un suspiro de alivio y limpio mis palmas nuevamente. —Para tu
información, se siente muy raro pedirte consejos sexuales a mi edad.
Se ríe y se le ilumina toda la cara. —Feliz de poder ayudarte, hermanito.
—Me pega en la espalda—. Joey es una gran chica, y sé que pude haberte dicho
algunas cosas feas en la costa, pero veo que vas en serio con ella. Solo quería que
supieras que te apoyo.
Eso me ahoga un poco. Toso. —Significa mucho para mí que pienses eso.
—Respiro hondo, necesitando sacar esto de mi pecho. He estado haciendo mucho
de eso últimamente. Descubrí que es mejor que mantener adentro estas cosas
malas—. Nunca le dije esto a nadie, pero papá y yo discutimos ese día. Sobre Jo.
Me mira fijamente. —¿El día que murió?
—Sí. Llegué tarde porque Jo y yo estábamos pasando el rato, y él me volvió
loco por eso.
Mi hermano me da una pequeña sonrisa. —Suena razonable.
—Pero no estaba enojado porque llegué tarde. No quería que saliera tanto
con Joey.
—¿Porque estaba enojado con Bill?
Sacudo la cabeza —No, porque pensaba que Joey era demasiado joven
para que yo me hiciera alguna idea, y tenía “demasiada avena para sembrar”.
—Ella era, ¿qué, estudiante de primer año cuando estabas en el último? —
Cuando no digo nada, me hace un gesto—. ¿Tenía razón? ¿Podrías haber ido en
serio con ella entonces?
—Sabía que ella era joven y probablemente necesitáramos esperar un año
o dos antes de que anduviéramos, pero pensé que tal vez podría hacerlo. Me
refiero a esperarla.
—No me digas.
—Me dijo que le rompería el corazón. Que era un tonto por pensar así.
Dijo que solo sería joven una vez, y que no solo no era el tipo de hombre para
una chica, dijo que probablemente lo lamentaría si lo intentaba.
Mi hermano aprieta los dientes. —Maldita sea. Eso es algo jodido de decir.
Sobre todo teniendo en cuenta que él mismo era un idiota infiel.
Pateo una ramita en el suelo. —Después de eso, no pude conquistarla. No
paraba de escuchar esa conversación. No paraba de pensar que no era bueno para
ella.
—Eso es pura mierda. Sé que tienes muchas cosas en tu cabeza en este
momento, y es posible que te haya cuestionado cuando no tenía toda la historia,
pero si esto ha demostrado algo, es que eres tan leal como pocos. Diablos, la
lealtad es lo que te metió en este lío con Samantha, porque estabas protegiendo a
la familia. ¿Quién sabe cómo las noticias podrían haber afectado a mamá ese
verano?
Nos quedamos allí, reflexionando sobre todo, cuando suspira de nuevo.
—No quise ser maleducado contigo esta semana. Me doy cuenta de que has
estado haciendo tu mejor esfuerzo. Planeo pagarte la mitad de la manutención
que le diste a Samantha. Tori y yo hablamos al respecto y acordamos que es lo
correcto.
Lo desestimo con un gesto de mi mano, ya que no quiero hablar de dinero
en este momento. Tengo toda la confianza de que resolveremos esos detalles más
adelante. —Lamento mucho que tú y Tori hayan pospuesto la boda. He querido
preguntar cuánto más va a costar. Puedo ayudar con eso.
—Mi chica no irá a ninguna parte. Y sabes lo persuasiva que puede ser. Es
posible que hayamos perdido el hotel, pero todos los demás aceptaron el cambio
de fecha. Funcionará. Además, no podemos casarnos sin Joey. Esperar era lo
correcto.
Estuvimos en silencio por un largo rato antes de darle un codazo. —Siento
nunca haberte contado sobre esa conversación con papá. Parecía raro decirles a
todos que había discutido con él antes de morir. Sentía mucha culpa por eso.
Como si tal vez lo enojé tanto que lo llevó hasta ese punto.
—No lo empujaste ni lo golpeaste, ¿verdad?
—Joder, no. Solo grité un poco antes de irme.
—Es lo que pensaba. —Me agarra del hombro y me gira para que estemos
cara a cara—. Tienes que dejar de culparte por todo. Tal vez la condición cardíaca
de papá era peor porque se encontraba ocupado mintiéndole a todos. Eso es
responsabilidad suya. No tuya. Y has estado cuidando a su hijo durante los
últimos dos años.
No sabía cuánto necesitaba escuchar eso hasta ahora. Pero no soy quien
era más cercano a nuestro padre. —¿Cómo te va con eso? ¿Con que papá tuviera
otro hijo?
Suspira y se pasa las manos por el pelo. —Todavía estoy bastante enojado,
para ser honesto. Sin embargo, ayuda que Zach sea un gran niño. Parece que la
ganadería está en su sangre. ¿Viste cómo corría por aquí hoy?
Sonrío, amando que Zach se sienta cómodo con los caballos. —También es
un niño tranquilo en casa. Sin embargo, no me di cuenta que Samantha lo estaba
dejando tanto solo. Ojalá lo hubiera sabido.
—Hiciste lo mejor que pudiste. Se lo vamos a recompensar.
—Estuve pensando en encontrarle un consejero. Alguien con quien hablar.
—Como Joey mencionó que quería hablar con un terapeuta, también he estado
pensando en encontrar a alguien para Zach.
—Parece una buena idea. —Frunce el ceño—. ¿Estás seguro de que mamá
se encuentra mejor? Dijiste que tiene un procedimiento programado durante mi
viaje con Tori, ¿verdad?
—Lo tengo cubierto. Es menor, lo prometo. Y cuando termine, se relajará
con sus amigos en San Antonio durante unos días de descanso. Estará bien y
refrescada para cuando regreses de tu luna de miel.
—Te agradezco que hayas estado pendiente de ella los dos últimos años.
Odio que hayas tenido que hacerlo solo, pero tenías razón: estaba estresadísimo
cuando Allison y yo nos divorciamos. Estoy aliviado de que toda esa fase haya
terminado.
—Cuando contratamos a Tori como niñera para ti, no mentía. También me
encontraba preocupado por tu salud. —Meto las manos en los bolsillos—. Sabes,
en caso de que no te lo haya dicho, eres un gran hermano. Cuando me enfrentaba
al cañón del arma de Samantha, me preocupaba no haberlo dicho nunca antes.
—Eso es jodido, hermano. —Me pega en la espalda—. Pero soy un buen
hermano, ¿no?
Me rio entre dientes. —Claro que sí. El mejor.
48
Traducido por Val_17
Corregido por Pame .R.
Cuando estabas en la secundaria, eras callada con tanta gente, pero siempre hablabas
conmigo. Me encantaba eso. Siempre has sido especial para mí, Jojo.
¿Recuerdas cuando tenías siete años y encontraste ese pájaro con el ala herida? Todos te
dijeron que iba a morir, pero te negaste a escuchar. Lo cuidaste y mimaste hasta que
pudiera volar nuevamente. Eso es lo que haces por tus amigos y familiares. Nos amas
hasta que podemos volar de nuevo.
Siempre creí que me imaginé que le gustaba. Que, como una adolescente
enamorada, me había engañado al ver algo que no se encontraba allí.
Saber que tenía sentimientos por mí en ese entonces, repara algo que no
sabía que estaba roto.
Mis labios se curvan cuando abro las notas que dejó Bev esta mañana.
La primera vez que te besé, finalmente entendí por qué la gente escribe canciones de
amor.
Espero que algún día te cases conmigo y que nuestros hijos se parezcan a ti. Serán
revoltosos como yo, sin duda. Lo siento por adelantado si lo son, pero solo piensa en lo
mucho que nos divertiremos manejando a nuestra prole. Te amo, Jo. Creo que lo he
hecho por un tiempo. Lamento no haber resuelto mis cosas antes. Pero ahora sé lo que
quiero. Eres tú. Siempre serás tú.
Me limpio las lágrimas de sorpresa que brotan de mis ojos. Por primera
vez desde que me encontré cara a cara con Samantha en casa de Logan, las
palabras que no he sido capaz de decirle se elevan en mi corazón.
49
Traducido por Beatrix
Corregido por Pame .R.
Rodeo con mi brazo los hombros de Joey mientras subimos por las
escaleras de B&B, visualizando todas las cosas sucias que quiero hacer con ella
cuando me doy cuenta.
Mi novia acaba de tener una contusión. No podemos follar como animales
toda la noche.
Con un suspiro de arrepentimiento, me alejo de ella para abrir la puerta.
Jo y yo probablemente no seremos capaces de follar como conejos, pero al menos
podrá descansar.
—¿Qué sucede? —pregunta cuando entramos a la habitación.
Enciendo la luz junto a la cama. —Nada.
Levanta una ceja y me río.
Acercándola a mí, le doy un beso casto en los labios y me encojo de
hombros. —Solo pensaba que debes estar exhausta después del día que tuvimos.
Quizás deberías descansar. —Recorro mi cabello con las manos—. Seguramente
fue presuntuoso de mi parte reservar una habitación. Puedo reservar otra si
quieres algo de privacidad.
No, no estoy haciendo esto raro ni nada.
Frunce el ceño, haciendo que sus cejas se acerquen entre sí. —¿Entonces
no te quieres desnudar y tener sexo de reconciliación?
El alivio me inunda porque quiere estar conmigo esta noche. Incluso si
solo nos acurrucamos o hacemos cucharita medio desnudos, estoy tan feliz de
haberla recuperado.
Arrastro mi pulgar sobre su labio inferior. —¿Necesitamos tener sexo de
reconciliación?
—Sí. —Sonríe tímidamente y se muerde el pulgar—. Es una vieja tradición
que proviene desde los cavernícolas.
—¿Qué hay acerca de tu contusión? No quiero que tengas algún tipo de
recaída.
Una sonrisa ilumina su cara. —El doctor me dio el visto bueno para hacer
ejercicio leve ya que me estoy recuperando tan bien. Dijo que un poco de ejercicio
acrobático podría ser bueno para ayudar a reparar algunos tejidos.
—Nena, ¿cómo puedes categorizar el sexo como ejercicio leve? —No estoy
seguro de que embestirla como a una puerta en un huracán constituya ejercicio
suave—. Tal vez deberíamos esperar.
—¿Quieres esperar? ¿Después de no estar juntos por semanas? —Alcanza
algo detrás de ella, el sonido de un cierre llena la habitación antes de que su
vestido caiga al suelo—. ¿De verdad? —Mi función cerebral me abandona al ver
a Jojo en un sujetador fino, de encaje y sin tirantes, haciendo juego con sus bragas.
Sus pezones están duros y se ven como puntitos en sus asombrosos pechos—. ¿El
gato te comió la lengua?
—No, pero tengo una idea de donde quiero ponerla. —Deshago mi
corbata, con mi atención fija en su apetecible escote—. ¿Y si yo hago todo el
trabajo?
—Ahora estás pensando.
La manera en la que me mira como si pudiera desnudarme hace que mi
sangre vaya hacia el sur. Para el momento en que estoy con mis boxers, mi pene
quiere hacer un agujero a través del material.
—Cariño —jadea y lleva la mano a mi muslo, donde la bala se llevó un
trozo de mí. Ya me quitaron los puntos, y ya no me duele mucho. Me pasa el
dedo por la herida.
—¿Vas a besarlo para que se sienta mejor? —Sonrío, queriendo olvidar esa
mierda. Esta noche se trata de mí y de mi mujer.
Cuando sus labios rozan mi muslo, mi pene se sacude.
Pero no la quiero de rodillas. Esta noche quiero adorarla.
La levanto suavemente para que se ponga de pie. —Llevas demasiada
ropa.
Con sus ojos clavados en los míos, da un paso atrás. Se quita unas cuantas
pinzas del pelo, y sus largos mechones ondulados caen por sus hombros
desnudos.
Maldita sea.
La chica de al lado lo tiene claro.
Mi pequeña descarada se quita los tacones y se arrastra hasta la cama,
moviendo el culo de un lado a otro.
Puede que tenga que morder ese culo.
—Vuelve aquí. —La agarro del tobillo y la arrastro por la cama. Ella es
todo risas y sonrisas juguetonas.
Este momento es tan parecido a nuestra última mañana juntos, el día en
que todo se fue al infierno, excepto que ahora no hay nada entre nosotros. No
hay secretos ni medias verdades. No hay nada que me retenga. Nunca me he
sentido tan bien o seguro de hacia dónde nos dirigimos Jo y yo.
En cuanto la tengo entre mis brazos, suelto un suspiro. Joder, es increíble
volver a estar con ella así.
Con la espalda apoyada en el cabecero y Joey en mi regazo, me tomo mi
tiempo para disfrutar de este momento. Mis labios se arrastran contra los suyos
mientras la respiro, y dejo que mis dedos se deslicen tranquilamente por sus
muslos para jugar con sus ligas. —¿Cuándo te las compraste? Están calientes
como el pecado.
Esas pestañas se vuelven hacia abajo, el rosa sube a sus mejillas. —Fueron
un regalo.
Me congelo. —¿Quién diablos te compra lencería? —Si Patrick le compró
la ropa interior, es hombre muerto. ¿Por qué no pensé en hacer esto? Si alguien
debería comprarle a mi mujer bragas de encaje y transparentes, soy yo.
Una sonrisa de satisfacción aparece en sus labios. —Tori me las compró.
Dijo que si ella iba a echar un polvo esta noche, yo también debería hacerlo.
La risa se me escapa. —Mierda. Esa chica es demasiado. —Sin dudas, mi
nueva cuñada va a recibir un buen regalo de Navidad este año. Aprieto las
piernas de Joey contra mis muslos, para que sienta cómo me afecta—. Menos mal
que no sabía lo que llevabas puesto durante la ceremonia. Probablemente sea de
mala educación tener una erección durante la boda de alguien.
Se ríe, pero el sonido se convierte en un gemido cuando la acuno contra
mí.
—Relájate, cariño. Déjame hacer el trabajo. —A través del encaje, me llevo
un pezón tenso a la boca y agarro su culo con las manos, agradeciendo que la tela
entre nosotros nos frene para poder saborear esta noche.
Durante los dos últimos años, he estado corriendo en círculos y tratando
de apagar incendios. Aunque nunca me arrepentiré de haber cuidado de mi
familia, estoy listo para recuperar mi vida. Y esto empieza y termina con esta
mujer en mis brazos.
Con una mirada de lujuria en sus ojos que probablemente refleja mi propia
expresión, Jo se levanta lo suficiente como para sacarme mis calzoncillos. Levanto
las caderas para ayudarla. Entonces, queda ese trocito de encaje entre nosotros
cuando se posa sobre mi duro pene.
—Puedo sentir lo mojada que estás. —Mis manos se tensan en sus
caderas—. ¿Esto es por mí?
Asiente, sin apartar sus ojos de los míos. Me encanta que pueda mirarme
a los ojos cuando estamos juntos de esta manera.
Lentamente, bajo el encaje de su sujetador para que sus hermosos pechos
se liberen. Lamo un pezón, lo mordisqueo, antes de morderlo, disfrutando de
cómo se tensa en mi regazo. A mi chica le gustan los mordiscos.
—Quiero hacer que te corras tan fuerte. Me muero por estar en tu interior
toda la noche.
Sonríe mientras pasa sus dedos por mi cabello y murmura: —Te veías muy
sexy en tu traje.
Un gemido se me escapa. Jesucristo, no estoy seguro de poder manejar sus
palabras sucias cuando tenemos sexo. Podría explotar como una estación de
bomberos si no tiene cuidado.
Deslizo una mano entre nosotros, ansioso por hacer que se corra, y quito
ese trozo de encaje de en medio. Con movimientos lentos, rodeo su pequeña y
apretada protuberancia mientras ella mantiene mi pene atrapado entre nosotros.
—Inclínate hacia atrás. Apóyate en mis piernas.
Su cabeza se inclina hacia atrás, su larga cabellera se arrastra por mis
muslos, y es una visión, todo encaje delicado, piel sonrojada y mujer cálida. Mía.
Toda mía.
Está cubriendo mi pene con su excitación, y yo pendo de un hilo mientras
la veo deshacerse, su cuerpo se tensa cuando se convulsiona en mi regazo.
Cuando he arrancado el último estremecimiento de su cuerpo, la cojo en
brazos y la acomodo junto a mí.
Tiene los ojos cerrados, pero se inclina para besarme. Su lengua, cálida y
resbaladiza, se desliza perezosamente contra la mía.
—Te amo, Logan.
—Te amo, mi amor. Me sacudes mi puto mundo —murmuro contra su
boca. Cuando lleva la mano a mi entrepierna, la agarro de la muñeca—. ¿Segura
que te sientes bien? ¿No te duele la cabeza?
Emite un sonido de satisfacción en el fondo de su garganta. —Acabo de
correrme tan fuerte que casi levito. Me siento fenomenal.
Sonrío y le suelto la mano. Se quita la ropa interior y vuelve a estar en mis
brazos.
Cuando su muslo se engancha en mi cadera y mi pene se acurruca en su
bonito y húmedo coño, gimo. —¿Crees que puedes volver a correrte?
Niega con la cabeza. —No, pero es tu turno.
A la mierda. Pero me gusta un buen reto.
Agarrando su culo, balanceo mis caderas, deslizándome contra ella,
golpeando su clítoris cada vez que avanzo. Cuando no puedo aguantar más, me
inclino hacia atrás lo suficiente para colocarme en su entrada.
Mi gruesa cabeza empuja dentro de ella lentamente, pero está jodidamente
apretada. —Dios, nena, te sientes tan bien. —Cierro los ojos y hago una pausa
para controlarme.
Tardo unos momentos tortuosos en introducirme, y los sonidos de
necesidad que hace me vuelven loco. Para cuando estoy completamente
instalado, ella está jadeando.
—Logan, fóllame antes de que me muera.
Mis pelotas se levantan y gimo en su cuello. —Eres tan sexy, Jo. No sé
cómo he podido resistirme a ti. —Muerdo su cuello, disfrutando del jadeo que
sale de su boca—. Nunca te dejaré ir. Espero que lo sepas.
Tiene un espasmo alrededor de mi pene y yo embisto en su interior,
incapaz de contenerme por más tiempo.
Nos besamos, nos mordemos y nos chupamos mutuamente, mientras mi
pene hinchado entra y sale de ella.
—Necesito que te corras —grito.
—Ya casi.
Me chupo el dedo y lo llevo detrás de ella, deslizándome entre los globos
de su perfecto culo, donde froto su apretado capullo. Se pone rígida, pero le
arrullo al oído. —Relájate. Haré que se sienta bien. —Cuando mi dedo la penetra,
jadea, pero su coño se aprieta a mi alrededor—. Eso es. Tómalo, nena. Toma mi
pene en ese hermoso coño y mi dedo en tu culo. Te sientes increíble.
Acaba con tanta fuerza que grita mientras me araña la espalda,
enviándome en espiral hacia el final. El placer irradia a través de mí en el último
empujón, y me descargo dentro de ella.
Nos quedamos tumbados, una maraña de miembros sudorosos, saciados.
Con sueño, me inclino hacia arriba y veo a mi hermosa novia estirarse
sobre las sábanas. Arrastro mi nariz contra la suya. —Te voy a hacer muy feliz.
En esta vida y en la siguiente.
Sus ojos se abren con una sonrisa radiante en los labios. Enreda sus dedos
en mi pelo y susurra: —Ya lo haces.
EPÍLOGO
Diez meses después…
Traducido por Julie
Corregido por Sahara
Tori limpia la boca del bebé Noah con un paño. —Lo siento, no.
—¿Por qué no puedo sostenerlo? —Le soplo besos a su precioso hijo.
—Porque estás arreglada, tonta. Mi hijo sin duda apuntará su vómito en
tu dirección.
—Estás muy bien vestida.
Pone los ojos en blanco. —A nadie le importa si me vomitan, tonta. Ahora
deja de quejarte y termina mi pelo antes de que los chicos nos recojan.
No entiendo su lógica, pero tiene razón en apurarme porque los chicos
llegarán en cualquier momento.
Estamos arregladas con tacones altos, vestidos ajustados y el cabello
recogido para una noche en la ciudad.
—Esto fue divertido. —Hago un gesto al desastre que hemos hecho en su
baño—. Siempre quise prepararme para un baile con mis amigas en el instituto,
pero siempre surgía algo y no podía ir. —Le termino el último mechón de pelo
con una horquilla y luego doy un paso atrás para admirar su belleza.
Tori me da una sonrisa comprensiva, pero me hace un favor y no saca a
relucir a mi abuela. —Con ese vestido, eclipsarás a todos esta noche.
—No sé nada de eso, pero me siento muy bien con este conjunto. ¿Me
recuerdas cuál es la caridad? —Se supone que debemos asistir a alguna gala, que
es la única razón por la que llevo tanta sombra de ojos. Para que conste, no somos
realmente gente de gala, aunque estoy deseando ver a Logan en esmoquin otra
vez.
—Es para los caballos abandonados.
Arrugo la nariz. —Pensé que era para los huérfanos.
—Sí. Caballos huérfanos.
—¿Qué?
—Escucho a los chicos. Apúrate y súbeme la cremallera.
Hago una pausa para escuchar, pero no oigo nada excepto los pequeños
gorjeos de Noah. Antes de que pueda responder, Tori me pasa una tarjeta.
—Olvidé decírtelo. Gina Hartley quiere que le peines el pelo para su boda
el mes que viene.
Siseo entre dientes. —El próximo mes está bastante ocupado. —Desde que
volví de Florida el otoño pasado, he hecho más peinados de bodas de los que
puedo contar. Tori les mostró a sus amigos fotos de su cabello y me reservó varias
citas, y desde entonces, el boca a boca se ha extendido.
—No te olvides de tomar una foto de mi cabello para tu Instagram.
—Sí, explotadora. —Sonrío al mismo tiempo que se ríe. Tori y Kat han sido
fundamentales en la reorganización de mis redes sociales para que pueda usarlas
para atraer nuevos clientes.
—Señoritas. —Una voz masculina retumba desde la otra habitación—. Su
carroza espera.
Hago una pausa para escuchar. —Ese parece Brady. Pensé que Ethan y
Logan nos iban a recoger.
Se encoge de hombros, no parece preocupada.
Antes de seguirla, me doy una vuelta rápida y sonrío a las mechas rosas
que corren por la parte de atrás de mi pelo.
Cuando salimos, una limusina nos espera. —Mierda. Nunca he estado en
una limusina. —La puerta trasera se abre, y Logan sale de un salto, luciendo
delicioso con un esmoquin—. Maldición, cariño. Estás guapo.
Aprieto mis muslos, recordando lo que hicimos la última vez que usamos
trajes formales.
Me lleva hacia él y me gruñe en la oreja. —Te ves tan sexy que estoy duro
como una roca.
—Logan —regaño con una risa mientras el hormigueo se mueve entre mis
piernas. Por fortuna, nadie nos presta atención. Ethan está ocupado besando a su
bebé antes de entregar al pequeño a la niñera para que pueda besar a su esposa.
De repente estoy tan contenta de que Bev esté cuidando a Zach esta noche.
Por mucho que adore a ese chico, será bueno tener la casa para nosotros, así no
tendremos que mantener nuestras actividades nocturnas en silencio.
Al principio, me preocupaba cómo se sentiría Zach, dado lo que sentía su
madre, pero ha sido un gran amor desde el primer día. Ethan y Logan se pusieron
en contacto con los padres de Samantha, y todos estuvieron de acuerdo en que lo
mejor para Zach era que viviera con Logan, pero con Ethan decidieron compartir
la custodia. Porque Ethan quiere que Zach entienda lo mucho que ambos lo
quieren en sus vidas. Zach se ha acercado mucho a Mila y Cody, así que va y
viene entre nuestras casas. Ahora tiene dos grandes familias aquí que lo aman a
morir.
Hemos estado en terapia para lidiar con lo que pasó el verano pasado.
Logan también se dio cuenta de que necesitaba resolver algunas cosas que
pasaron con su padre, y tengo un camión lleno de mis propios problemas
familiares para descargar, así que ha sido un tiempo importante de curación para
todos.
Samantha se enfrenta a una serie de cargos y probablemente pasará un
buen tiempo en la cárcel. En muchos sentidos, he hecho las paces con eso. Ella
tiene algunos problemas serios de salud mental, y dado lo que he experimentado
con mi propia familia, solo espero que reciba la ayuda que necesita. Sus padres
lamentaron no haber prestado atención a las señales de que estaba teniendo
problemas más graves y se ofrecieron a pagar mi enorme factura del hospital, lo
que contribuyó en gran medida a aplacar parte de la furia de Logan por la
situación.
He decidido que no voy a dejar que nada de eso me derribe. La vida es
demasiado corta para aferrarse a la ira. Así que, aunque me sentía nerviosa las
primeras veces que me quedé con Logan porque su casa me traía algunos malos
recuerdos, intento centrarme en lo positivo. Con nuestra casa llena, incluyendo a
Zach, Rambo y a veces a Bev, no tengo mucho tiempo para asustarme por el
pasado. Estoy demasiado ocupada disfrutando del presente.
Además, Logan me inscribió en las clases de Krav Maga, así que estoy
segura de que puedo patearle el culo a cualquiera si es necesario.
Una vez que Kat, Tori, Ethan, Logan y yo estamos cómodos en la limusina,
Brady nos da a cada uno una copa de champán. La levanta para brindar. —Por
vivir nuestras mejores vidas con nuestras mejores chicas.
Chocamos las copas. Estoy muy sonriente, disfrutando de ser mimada y
pasando el rato con mis mejores amigos cuando la limusina se detiene y la puerta
se abre.
—¿Ya estamos aquí? —Lo juro, solo hemos viajado cinco minutos. Cuando
salgo, hago una pausa, no sé por qué estamos en el gimnasio del instituto. El lote
está tan lleno, que los coches han aparcado en la acera—. ¿La gala es aquí?
—Sip. —Logan me guiña el ojo y me arrastra detrás de él mientras subimos
las escaleras.
Cuando entramos, hay un gran cartel que dice: Bienvenidos al baile de
Encanto Bajo el Mar.
Hago que Logan se detenga. —Cariño, no podemos entrar aquí. Estamos
arruinando el baile de alguien. —Me besa en la frente y me arrastra dentro. Miro
a nuestros amigos, y están sonriendo de oreja a oreja. Huey Lewis and the News se
oyen a través de los altavoces—. Ahh. ¿Recuerdas esta canción? ¿”The Power of
Love” de Volver al futuro? —Es una película que hemos visto un millón de veces
juntos.
Nos paramos en medio de la pista de baile, y Logan me toma en sus brazos.
Juro que todo el pueblo está aquí, todos, desde Bart el carnicero hasta Carol del
restaurante. Esperen. ¿Son Silas y su novia los que se encuentran junto al DJ? Pero
entonces las luces se atenúan, y Earth Angel empieza a sonar.
—Nena —dice Logan contra mi oído mientras nos balanceamos al ritmo
de la música—. Tengo una sorpresa para ti.
—Están poniendo la banda sonora de esa película.
Se ríe. —Sí, tal vez. Es la primera película que tú y yo vimos juntos. Estaba
lloviendo ese día, y tú y Silas vinieron y la vimos.
Me inclino hacia atrás para mirarlo a los ojos. —¿Recuerdas eso?
—Recuerdo todo de ti.
Saltando de puntillas, presiono mis labios contra los suyos. Estoy a dos
segundos de tener una sesión completa de besuqueo con mi novio cuando el
maestro de ceremonias corta el momento.
—¿Puedo tener aquí a nuestro rey del baile, Logan Carter, y a su reina,
Joey Grayson, un segundo? Tienen un anuncio que hacer.
Todo el mundo empieza a animar, y yo me quedo paralizada.
—Vamos, Bitsy. Nos están llamando por nuestros nombres. —Logan me
da la sonrisa más grande, y mi corazón late tres veces.
Se me escapa una risa. —¿Qué hiciste, Logan?
Corremos al escenario como dos tontos porque todo esto es una locura.
Cuando llegamos al micrófono, me doy cuenta de que el maestro de ceremonias
es mi antiguo director, el señor McClusky, que nos da palmaditas en la espalda
antes de alejarse.
Logan toma el micrófono como si fuera el dueño del lugar. —Hola, chicos.
Gracias por venir esta noche. —Se acerca a mí y me arrastra a su lado donde me
ruborizo furiosamente. Se aclara la garganta—. En el instituto, quise invitar a Joey
al baile, pero, para abreviar, no lo hice. Y quiero rectificar eso esta noche. —
Volviéndose hacia mí, enlaza su mano con la mía y sonríe—. Jo, me gustaría
preguntarte si serías mi cita para el baile de graduación.
Me río. Él es ridículo. Y todo mío.
Me inclino hacia el micrófono. —Hmm. No lo sé. Estaba muy enamorada
de un chico, y según recuerdo, llevó a Maggie Lynn Meyerson al baile de
graduación. —Todo el mundo exclama “ahhh” por mi declaración, y me vuelvo
hacia el público y entrecierro los ojos en la oscuridad—. Oh. Hola, Maggie Lynn.
—¡Hola, Joey! Lo siento. Él y yo nunca nos besamos ni nada.
—¡Maldita sea, claro que no se besaron! —grita su marido, haciendo reír a
todo el mundo.
Recuerdo que pensé que era extraño que Logan se llevara a una de las
pocas chicas de las que era amigo en lugar de una cita.
—Ahhh, vamos, Jojo. —Logan pone su mano sobre su corazón—. Creo que
deberías perdonarme por ser un estúpido. Todos aquí saben que debí reconocer
la fantástica y hermosa mujer que siempre has sido y caer a tus pies en la primera
oportunidad que tuve.
Mis labios se curvan a pesar de mis mejores intentos de mantener la cara
seria. Estoy a punto de rendirme cuando él cae sobre una rodilla.
Durante un largo momento, nos miramos fijamente. ¿Esto está sucediendo
realmente? Estoy temblando de emoción y amor por este hombre.
—En realidad —Se aclara la garganta de nuevo y mete la mano en el
bolsillo trasero—, tengo una pregunta más importante que hacer. —Mi aliento se
acelera cuando abre una cajita negra y me ciega con un anillo de diamantes—.
Josephine, eres la mejor parte de mi día y la favorita de mi noche. Quiero vivir
contigo a mi lado ahora y siempre. Te amo, nena. Construyamos nuestras vidas
juntos, hagamos nuestros sueños realidad, tengamos bebés y vayamos juntos
hacia el atardecer. ¿Qué me dices? ¿Me harás el hombre más feliz del mundo y te
casarás conmigo?
Las lágrimas brotan de mis ojos, y me llevo una mano temblorosa a la boca
antes de agarrar su cara. —Eres mi densidad, Logan Carter. Mi eje y centro de
gravedad. —Su sonrisa se amplía—. Y no hay nada más que quiera en este
mundo que ser tuya. Sí. —Me río—. ¡Sí! ¡Me casaré contigo!
Me toma en sus brazos antes de plantar un beso en mis labios.
En el fondo, la multitud está animando. Cuando finalmente paramos para
tomar aire, nuestros amigos se han reunido al frente del escenario con Bev, Zach
y Silas, donde mi hermano me sostiene un gran ramo de rosas. Patrick está aquí
con su nueva novia. Sonrío a nuestros amigos, abrumada de la mejor manera.
Puede que no tenga una familia convencional, pero la mía es la mejor. De esa que
me elige.
Con un feliz suspiro, me vuelvo hacia mi prometido y le beso una vez más
delante de todos los que conozco. Porque es mío, y siempre lo será.
Hace mucho tiempo, un chico llamado Logan sacó a una chica desaliñada
de un pozo, y su corazón le perteneció desde entonces.
Ahora se está prometiendo a sí mismo para siempre.
Y ella nunca lo dejará ir...
Fin
SOBRE LA AUTORA
Lex Martin escribe novelas de género New Adult, de esos libros sexys con
mucha angustia, montones de besos, y bastantes finales felices.
Cuando no está escribiendo, vive una vida paralela como profesora de
inglés. Adora imprimir fotografías en blanco y negro, escuchar música en discos
de vinilo, y perderse en un buen libro. Mordida por la pasión de viajar, ésta nativa
de Texas ha vivido alrededor de todo el país, pero actualmente reside en la
Ciudad de Los Ángeles con su esposo y sus hijas gemelas.
Contacta a Lex:
lex@lexmartinwrites.com
www.lexmartinwrites.com