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Love Books

2
STAFF
MODERADORA DE TRADUCCIÓN Y CORRECCIÓN
Jessibel

TRADUCTORAS
Jessibel Lvic15
Camila Cullen florpincha
Dahi ∞Jul∞

Cjuli2516zc Mich Fraser


Zara1789 Valeria Lee

CORRECTORAS
Mich Fraser Jessibel
Nuwa Loss florpincha
Tamij18 LuVelitta
3 LarochzCR Caile
Pagan Moore Daliam

LECTURA FINAL
Daliam

DISEÑO
R♥bsten
ÍNDICE
Agradecimientos
Capítulo 21
Sinopsis
Capítulo 22
Capítulo 1
Capítulo 23
Capítulo 2
Capítulo 24
Capítulo 3
Capítulo 25
Capítulo 4
Capítulo 26
Capítulo 5
Capítulo 27
Capítulo 6
Capítulo 29
Capítulo 7
Capítulo 30
Capítulo 8
Capítulo 31
Capítulo 9
Capítulo 32
Capítulo 10
Capítulo 33
Capítulo 11
Capítulo 34
4 Capítulo 12
Capítulo 35
Capítulo 13
Capítulo 36
Capítulo 14
Capítulo 37
Capítulo 15
Capítulo 38
Capítulo 16
Capítulo 39
Capítulo 17
Capítulo 40
Capítulo 18
Capítulo 41
Capítulo 19
Capítulo 42
Capítulo 20
Epílogo

Sobre
5
AGRADECIMIENTOS
¡Esta cosa de auto-publicación es duro! La comercialización, tener tu nombre
por ahí, establecer credibilidad como escritor... Así que realmente quiero dar las
gracias a muchas personas que compartieron, disfrutaron del libro y corrieron la voz.
No puedo agradecer lo suficiente.
¡Mad… tú, tú eres impresionante! Gracias por la lectura. Meg... como siempre
gracias por el apoyo inquebrantable. Clista... no tengo palabras. ¡¡Addie, gracias!!
Aventurarse fuera y lejos de Oregon y el equipo de Zack y Emma... fue
divertido pero intimidante. Espero que todos disfruten de Camden y Will tanto
como lo hice.
Me encanta escuchar a todos. Recibir mensajes de correo electrónico es
divertido y siempre voy a responder.

K, B, Z...1
6
Mamá, lo siento... más sexo...

Vamos Jayhawks... vamos Ducks... vamos Cubs.


SINOPSIS
Al crecer sin una madre, Camden nunca aprendió las reglas del sexo hasta
que fue presentado a ellos por un chico malo que se aprovechó de su inocencia…
quebrándola.
Will cayó en un mundo de oscuridad debido a un daño insoportable... a su
vez, usaba a las mujeres y el alcohol para aliviar el dolor.
Dos personas heridas... que se unen en circunstancias incómodas... curándose
entre sí... hasta que el chico malo del pasado de Camden la encuentra...
¿Tendrá Will el poder para luchar por alguien que vale la pena luchar?
Camden Biggs, la hija de un jugador de béisbol profesional... perdió a su
madre a los 9 años. Deseosa de ser amada, se enamoró del chico más caliente, un
chico malo que había conocido a los 15 años, Max. Totalmente fuera de los límites y
viviendo bajo el mismo techo, sucumbió a sus manipulaciones, hasta que fue forzado
a salir de su vida, con la promesa de entregarse sólo a él.
Will Denton creció con un padre basurero de remolques y una madre de
fondo fiduciario, teniendo que probar ambos mundos y todo tipo de mujeres, sobre
todo cuando se sumergió en un mundo de oscuridad después de una tragedia y su
7 propia pérdida.
Camden, ahora una estudiante de último año en la Universidad de Kansas,
donde es la tutora más caliente y los atletas con más talento se esconden detrás de
su compañera de cuarto saliente, Kate, que es sexualmente activa, lo suficiente para
las dos; Camden vive vicariamente a través de Kate, mientras que todavía trata de
sanar las heridas del pasado, hasta que Will Denton llega a casa con Kate una noche.
A pesar que se acostó con Kate, fija su mira en Cam.
Camden finalmente sucumbe a los magníficos ojos y el cuerpo
de Will Denton. Y cuando comienza a derribar los muros que Cam construyó en los
últimos años... El chico malo Max hace una reaparición para reclamar lo que una vez
fue suyo.
1
Traducido por Jessibel
Corregido por Mich Fraser

Cuatro meses antes...


Cuando la chica con el culo caliente entró en Eaton Hall, estaba claro que no
pertenecía allí. Su cabello rubio atado con una cinta azul y carmesí, la mascota del
equipo en la mejilla y la falda tan diminuta y corta como el infierno, era todo un
claro indicativo. Evidentemente una bailarina Rock Chalk... animadora... o algo... y
mi suposición era que nunca había tenido una clase de ingeniería en toda su rubia
vida.
Noah y yo nos miramos cuidadosamente entre sí y se reímos entre dientes.
Sus piernas cortas bien formadas trotaron hacia el panel de información. Siendo un
buen ciudadano y un alumno de la Universidad de Kansas, me pareció que era mi
deber cívico ayudar cuando fuese necesario.
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—¿Puedo ayudarle en encontrar algo? —Pregunté, parado cerca de dos pies
detrás de ella.
Se dio la vuelta en sus impecables zapatos blancos, obviamente, dándose la
vuelta por mi bondad. Sus labios gruesos y rojos se abrieron mientras ella recorría
mi cuerpo cincelado. Reacción típica.
—Yo, eeh... —Ella se rio y echó un vistazo a Noah que era la mitad de mi
tamaño y torpe como la mierda, pero mi mejor amigo. Él se limitó a sacudir la cabeza.
—¿Cuál es tu nombre, cariño? —Hice la pregunta más fácil de todas ya que
fue incapaz de responder la primera pregunta.
Se rio de nuevo, así que le ofrecí mi cautivadora sonrisa. Esto era
normalmente la ruina para la mayoría de las nenas. —Kate —dijo—. Yo, uh, estaba
buscando el profesor Walton. Mi compañero de cuarto necesita unos papeles de él.
¡Me encanta cuando estoy en lo cierto! Por supuesto que no era para ella. No
estaba seguro de su especialidad aún, pero creo que ha de ser educación primaria o
chica de la hermandad en busca de un imbécil y rico marido.
Crucé los brazos sobre mi pecho, lo cual sólo acentuaba mis bíceps. —Bueno,
te digo una cosa Kate, sé exactamente con quién y en dónde está el Dr. Walton y
estaría feliz de poder decirte... mostrarte... con una condición. —Di un paso más
cerca y sus ojos azules miraron hacia mí.
Ella torció las caderas hacia atrás y hacia delante haciendo que su falda girara
y rio de nuevo.
—¿Cuál es la condición?
—Tienes que tomar algo conmigo. —Una bebida era territorio seguro.
Comprarle una bebida, soltarla hasta donde ella decida tomar una mala decisión,
pero no borracha porque entonces ella no podría recordar la decisión... permitir que
ella me desnude primero, de esa manera sentiría que está detrás de la rueda. Boom...
negocio hecho... reunión terminada.
—Está bien. ¿Cuándo?
Dios, sería tan agradable si una chica fuera el más mínimo desafío. Es la
misma vieja mierda de siempre. Aunque he tenido más conversación con esta chica
que las últimas veinticinco. —¿A qué hora es el partido de hoy, 3?
Ella asintió con la cabeza, batiendo sus ojos como si tuviera algo en ellos.
—Entonces, ¿a las siete?
—Perfecto. ¿Cuál es tu nombre?
—Soy Will. —El resto fue fácil. Ella me dio su número de teléfono celular y
9 dirección, y yo sabía que antes de las 9:00 esta chica estaría posiblemente
chupándomela.

Según las indicaciones de ella, esperé en el coche porque ella no quería que
"tuviera que subir los dos tramos de escaleras”. Sus piernas atléticas repiqueteaba
por los escalones y ella me echó una oleada energética. Me preguntaba si tenía la
energía para soportar esta noche. Mi mitad inferior dijo que sí.
Su cabello estaba suelto y ahora más largo de lo que pensaba. Si no tuviera
que ir a buscarla, no estuviese seguro de lo duro que necesitaría trabajar el resto de
la noche, pero seguí adelante y abrí la puerta del camión para ella. Mi padre me
enseñó modales.
—¿Cómo fue el partido? —Pregunté. Sabía que perdimos. Había asistido KU
desde hace cinco años. Obtuve mi licenciatura en ingeniería y ahora estaba
trabajando en mi maestría. Nuestro equipo de fútbol estaba mejorando, pero fue
conocido a nivel nacional que éramos una escuela de baloncesto. Cinco títulos
nacionales.
—Hemos perdido —dijo haciendo un puchero—. Pero mis amigos están
teniendo una fiesta, y pensé que podríamos ir —sugirió.
Asentí. Esto delimitaba mi agenda de una bebida, pero a la mierda, ella estaba
caliente. —De acuerdo. Dime cómo llegar allí.

Diez vinieron y se fueron y realmente no había conseguido nada todavía,


fuera de los números de teléfono de tres de sus amigas que pensaban que estaban
siendo agradables cuando me dieron algo con sus nombres y números. Había una
cosa acerca de esta universidad. Llegaban chicas culo-calientes. Chicas culos-ricos.
Chicas-culo borrachas. Mi tipo de chicas.
A medida que caminábamos hacia el camión, de repente ella estaba llena de
preguntas. Era increíble lo que hacía el licor a la valentía de uno.
—¿Will? ¿Tienes una novia?
—No —dije, sosteniéndola mientras caminábamos.
—¿Cuántos años tienes?
—Veintitrés.
Ella se rio. Esta cosa de reír no lo podía entender.
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—¿Así que veintitrés y todavía vas a la escuela aquí? —Arrugó la nariz como
si tal vez yo fuera la persona más tonta que había conocido nunca.
—Sí, eso es correcto. ¿Cuántos años tienes?
—Veintiuno —dijo luego siguió con…—Hmmm.
Habíamos llegado a la camioneta, pero antes que pudiera abrir la puerta, se
deslizó alrededor y apretó la espalda contra la puerta con la mirada fija en mí.
—¿Quieres besarme, Will? —Preguntó ella, y realmente trató
desesperadamente de no reírse. ¿Cómo iba a saber que no me gusta besar? Bueno,
no era que no me gusta besar, pero era un poco de fobia a los gérmenes y estaba por
debajo del cuello lo que me interesaba.
—Tal vez algún día —dije.
Había estado con ella la mayor parte de la noche y sabía que no estaba tan
borracha como estaba actuando. Dos cervezas y dos tragos de gelatina... eso fue todo.
Ella levantó su dedo índice y me indicó que me acercara, y así lo hice. Me
tomó las manos y las envolvió alrededor de su cintura, elevó sus pies separados en
la acera, y pisé en medio. Luego se puso de puntillas y me besó. Maldita sea, ¿qué
no entendió sobre tal vez? Tal vez no fue un sí.
Sus labios estaban cubiertos con un brillo que tenía un sabor raro. Cuando la
lengua se lanzó con fuerza en mi boca, me separé con su mirada fija en mí. Me limpié
los bordes de la boca con el pulgar y el dedo índice.
—Bien, tengo una compañera de piso, pero podrías volver a mi apartamento.
—¿Es eso lo que quieres? —Pregunté. Otra buena lección de mi padre, deja
que la chica navegue por el sexo. De esa manera nunca excederás tus límites.
Después que ella asintió, guio mi mano por debajo de su minifalda.
Volviendo la mano hacia arriba, en realidad forzó mi mano para ahuecar su
entrepierna, y sentí la humedad que se filtraba por debajo de sus bragas.
Nítido. Ahora no me importa una mierda si su lengua o no se sentía como un
pedazo de papel de lija áspera. Incluso si realmente no me gusta la chica con la que
estaba… sentir que la había encendido de tal manera que se humedeció, llamó la
atención de mi herramienta. Me abrió la puerta de la camioneta y se entró sin decir
nada más.
Una vez que me abroché en el camión, ella estaba desabrochando mis
pantalones y avanza poco a poco hacia abajo.
—Kate, vamos a esperar hasta que regresemos a tu lugar —sugerí, pero ella
11 tenía otros pensamientos, y yo levanté las caderas hacia su mano una vez que se
apoderó de mí.
—¡Oh mierda! —dijo y sonreí. Otra cosa que mi padre afirmó que obtuve de
él era mi gran patrimonio. Había visto la pornografía, bastante, y había todo tipo de
formas y tamaños. Y yo, gracias a Dios y a mis genes, estaba por encima del
promedio en todas las cuentas. Ahora concedido el resto de mi marco de seis pies y
dos pulgadas era enorme también, pero había estado entrenando y compitiendo en
los juegos de crossfit durante cuatro años.
—¿Qué pasa? —Pregunté sabiendo de lo que trataba la observación.
Pero para entonces ella comenzó a hacer lo que había propuesto hacer y
seguro que no la iba a detener. Ahora Lawrence no era una gran ciudad, pero ni por
un segundo me apresuré a regresar a su apartamento. Tomé todas las posibles calles
laterales que pude imaginar.
Una vez me aparqué, se sentó en posición vertical y miró a su alrededor. Ella
sonrió y dijo—: Vamos.
El interior del apartamento olía muy bien, femenino, suave, limpio... e
inmediatamente se llevó un dedo a los labios para callarme. El televisor estaba
encendido y el parpadeé, pero casi ningún sonido. Un niño parecía estar durmiendo
en el sofá acurrucado bajo una manta.
—Espera —dije en voz baja—. ¿Tienes hijos? —Este fue un factor decisivo
para mí.
Ella tiró de mi brazo. —¡No! Es mi compañera de cuarto.
—Dios ella es pequeña. ¿Cuántos tiene, 12? —pregunté.
—Cierra tu pequeño culo caliente y entrar aquí —dijo, entonces cerró la
puerta detrás de mí. ¿Quién era yo para discutir?

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2
Traducido por Jessibel
Corregido por Mich Fraser

Camden
Odiaba cuando Kate traía chicos a casa. Ella se encontraba con algo de mala
racha, lo cual era genial, pero anotó evidentemente esta noche con un bondadoso
idiota. ¿Tienes hijos? ¿Tiene 12 años? ¿Qué tal si me muerdes niño-juguete? Por muy
caliente que se veía a través de mis ojos entrecerrados... las neuronas eran una
necesidad para mí.
El tiempo más largo que un tipo había estado alrededor de Kate eran unos
dos meses. Él, por lo general, pone sus pies para dormir y ella tenía que seguir
adelante. Rara vez la dejaban plantada. Pero de nuevo, ella era una hermosa chica
Rock Chalk. Todo el mundo quería una cita con Kate.
Habíamos sido amigas desde que teníamos cuatro años, y ya nada volvería a
interponerse entre nosotras. Somos perfectas la una para la otra. Completos polos
opuestos. Yo, por supuesto, era la mejor alumna estudiosa de nuestra escuela
13 secundaria. Ella era la reina de las fiestas, reina del baile y la capitana del equipo de
las animadoras. Había salido con un montón de chicos y bueno, digamos que yo
estaba impugnando las citas. Quiero decir que salía, pero era muy delicada de quién
entraba en mi apartamento y qué lengua podría permitir en mi boca. A Kate le
encanta el sexo absolutamente... todas las partes del sexo... y ella estaba liderando la
revolución sexual de las mujeres. Yo misma era un monstruo de armario. Realmente
no me gustaría compartir mi cama o mi vajayjay con cualquiera. Utilicé un pobre
juicio una vez y no estaba segura que confiaría en mí misma una segunda vez.
Así que después de la tutoría a los atletas calientes de la universidad, me iba
a la cama... sola. Pero por favor no sientas pena por mí. No soy totalmente patética.
He asistido a varias de esas fiestas de juguetes sexuales y compré uno o dos, así que
no soy una completa lisiada sexual.
El televisor estaba silencioso, y no pude ponerlo a todo volumen, así que oí la
risa nerviosa de Kate a través de las universitarias paredes finas y podía oír el tono
de su voz. Entonces oí el chirrido, siempre contado, de los muelles del colchón.
¡Grandioso!
Levanté la almohada, enterrado la cabeza, y luego puse la almohada hacia
abajo sobre mis oídos.

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3
Traducido por Jessibel
Corregido por Caile

Will
Kate rogó que me quedara, pero hasta ahora era contra la política. Tuve que
darle crédito a la chica. Era muy versada en los encuentros sexuales y aunque la
repetición era arriesgada, mentalmente la destaqué como una definitiva.
Mientras me vestía, se quedó boquiabierta mirando mi cuerpo. A pesar que
no me avergonzaba cualquier parte de mí, era extraño ser contemplado desnudo.
—Así que, ¿mañana por la noche a la misma hora? —preguntó.
Incluso no podía recordar lo que había pasado.
—Tal vez. Te avisaré más tarde. —Me arrepentí al decir que tal vez...
claramente, al igual que con los besos, ella tal vez mal lo interpretó como un sí, y no
estaba diciendo que sí.
15 Después de acurrucarse en su sábana, se agitó como si no fuera a
acompañarme afuera o cerrar la puerta detrás de mí. En silencio, abrí la puerta de la
habitación y entré en la sala de estar. La pequeña figura de antes ahora estaba
completamente estirada en el sofá aunque todavía pequeña, pero estaba claro que
era un adulto. Lo supe porque tenía una camisa corta y sus musculosos muslos y las
pantorrillas perfectamente redondeados extendidas por debajo de ella. La miraba,
tratando de averiguar lo que estaba haciendo mientras estaba boca abajo, una
almohada sobre su cabeza, los brazos sosteniéndola firmemente en su lugar y sus
piernas dando patadas de manera constante como si estuviera tratando de pasar el
tiempo. ¿Haciendo ejercicio?
Me aclaré la garganta y se quedó inmóvil, pero mantuvo intacta la almohada.
—Me voy —le susurré en voz alta—. Ven, cierra la puerta.
Con la cabeza todavía cubierta, me mostró el pulgar hacia arriba. Sonreí y
cerré la puerta detrás de mí. ¿Cuán condenadamente lindo fue eso? Por alguna tonta
razón, mi corazón se hinchó un poco.
Cuando mi teléfono sonó a las 9:30 de la mañana, molestamente me desperté
de mi sueño profundo, tenía un fuerte presentimiento que era Kate, y sin
sorprenderme, lo supe. Aparentemente había dejado la cartera allí, lo cual no es el
peor daño colateral en mi libro de historia. De hecho, hubiese tenido el teléfono
celular desconectado una vez porque no quería volver al psico infierno para
recuperar la maldita cosa. Pero dado que la cartera tenía mi licencia de conducir, mi
identificación de estudiante, mis tarjetas de crédito y mi dinero… lo necesitaba.
¡MALDICIÓN!
No fui hasta después del almuerzo y allí estaba tan animada como la noche
anterior. Seguramente las animadoras tenían días malos, ¿verdad? Esto era raro, que
vería a una chica 12 horas después de acostarme con ella incluso durante una hora.
Totalmente no es mi estilo, así que no iba a quedarme mucho tiempo. Se sentó en el
sofá con mi cinturón sobre los hombros, supongo que me olvidé de eso también.
Parecía que iba a sufrir un pequeño juego.
—¿Tienes hambre? —preguntó. Me di cuenta la noche anterior que era
evidente que no iba hacia abajo de las chicas. Diablos, apenas la besé. Es decir, podría
y me gustaría, pero no a alguien de quien no sabía en dónde había estado su negocio.
—¿Qué tienes en mente? —pregunté.
—Tal vez trabajar tu apetito —sonrió, caminó hacia mí, rodeó mi espalda con
el cinturón y me llevó más cerca. Tal vez esta chica sería más divertida de lo que
pensaba.
La otra puerta de la habitación se abrió y Kate azotó la cinta en el suelo con
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un fuerte golpe que me hizo estremecer.
—¡Ahora! ¡Ten relaciones sexuales con mi compañera de cuarto! —Gritó ella.
La muchacha joven que debe haber sido una estudiante de primer año,
frunció los labios y los ojos verdes ocultos detrás de unas gafas rectangulares negras
encontrando los míos. Ella negó con la cabeza llena de rizos rojizos y pasó junto a
mí. Su olor vaciló a través de mi nariz y la idea de tener relaciones sexuales con ella
me hizo endurecer. Ella era hermosa. De un modo inusual.
Kate dejó escapar una pequeña risa malvada y dijo: —Estoy bromeando, por
supuesto. Sólo hacemos tríos con chicos negros.
Me reí sin saber qué pensar de lo que sucedía.
—Buenos días, brillo de sol. No olvides tus medicamentos —dijo Kate.
La pelirroja se volteó, haciendo que su larga melena rizada diera vueltas en
el aire.
—¿En serio Kate? En menos de 10 segundos, has solicitado… —revoloteó los
brazos en dirección a mí—. ÉL, tener sexo conmigo, dile que tenemos tríos con chicos
negros y ahora recuérdame tomar mis medicamentos. ¿Qué demonios?
—¡Bien! Has estado mal últimamente. Todavía no te has establecido y te vi
aquí con dos chicos negros grandes hace tan sólo tres días.
Sabes cuando algo está pasando en frente de ti, como un accidente de coche,
y sabes que no debes mirar, pero no lo puedes evitar y miras mientras pasas. Así es
como era esto. Simplemente me quedé mirando a estas dos.
Sus desesperados pero bellos ojos esmeralda encontraron los míos... otra vez.
—Tutoría, soy una profesora particular —explicó y le sonreí. En esos mismos
10 segundos que acababa de sobrevivir, me di cuenta que Kate era la personalidad
dominante aquí y que la pelirroja impresionante, con grandes ojos verdes era
tranquila, amable y perfecta.
En el lavabo, abrió una botella de prescripción, luego se tragó lo que fuera
que salió. Me preguntaba cuánto tiempo había pasado desde que había estado con
alguien.
—Iba a hacer algo de pan tostado francés. ¿Quién quiere un poco? —preguntó
Kate.
Me encanta la tostada francesa y no habían tenido ninguna en mucho tiempo.
—¿Tostadas francesas? ¿Con mantequilla y azúcar en polvo? —Le pregunté
sonando como un niño.
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—¡Guau! ¿Tienes hijos? ¿Cuántos años tienes, 12? —preguntó la chica
mientras las comisuras de los labios tiraban hacia arriba.
Es evidente que me había escuchado la noche anterior cuando entramos.
Brillante.
—Lo siento. Mi culpa. Presentación —dijo Kate—. Will, esta es Cam. Mi mejor
amiga, compañera y amiga sabelotodo.
—Mejor que ser una amiga idiota —dijo Cam, y sus ojos color esmeralda
destellaron a los míos de nuevo.
La mayoría de los ojos de las chicas eran más que un color para mí, con las
pestañas batiendo alrededor de ellos. Esta chica tiene preguntas, respuestas y
profundidad. Sirviéndose un poco de jugo, ella se me quedó mirando durante más
tiempo de lo que esperaba. Detrás de los lindo, pequeños, lentes de chica de escuela,
con un halo negro circulando el verde de sus ojos. Sorprendente.
—Por favor, no quiero interrumpir tu desayuno romántico de pan tostado
francés, mantequilla, jarabe y azúcar en polvo —dijo con una sonrisa.
Ella se burló de mí. Una ligera sonrisa apareció en las comisuras de la boca.
Ella y Kate eran muy diferentes. El rostro de Kate estaba hecho a la perfección y Cam
sin nada de maquillaje, aún era la impresionante.
—Por lo tanto, ¿Cam o Cami? —le pregunté tratando de no actuar demasiado
intrigado.
—Oh, oh —dijo Kate y sus ojos se desorbitaron.
No está seguro de lo que había dicho, miró de nuevo a Cam.
—Ella odia su nombre —Kate escupió.
Los ojos verdes de la muchacha estaban duros como piedras.
—No Willie, no es Cami. Es Cam.
Estaba claro que no había encantado a esta chica, incluso en lo más mínimo.
¡Finalmente, un desafío! Boom… me iba a agarrar a esta chica. —Cam es, obviamente,
la abreviatura de algo —me guiñó un ojo.
—Tienes razón —interrumpió Kate—. Es la abreviatura de Camden.
—Sí, no me llames así tampoco, Willie Wonka. —Terminó su jugo y dejó la
taza en el fregadero.
¿Willie Wonka? Me gustaría mostrarle mi Oompa Loompa.
—Si no te gusta, ve por tu segundo nombre —propuse.
Kate rio y sacó el pan y los huevos.
—Su nombre es Camden Landry Biggs. Odia todo. —Kate empezó a romper
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los huevos en un bol, mientras reía todavía.
Me senté a la mesa donde estaba Cam y donde Kate ahora batía los huevos.
—¿Por qué no te gusta?
Kate le dio una mirada seria, y yo tenía la sensación que estaba pisando sobre
hielo fino y mostrando de alguna forma, más interés de lo que debería.
—Bueno, vamos a ver. Déjame contar la historia de mi vida con el hombre
que se acostó con mi compañera de cuarto anoche… que solo conocí hace 10 minutos.
Y que claramente se detuvo esta mañana para golpear a esa mierda de nuevo.
—¡OYE! Por lo menos mi mierda está siendo golpeada —se defendió Kate—.
Tu mierda, hablando por vía vaginal, ¡no ha visto a un hombre en años!
Me reí en voz alta. Estas dos podrían tomar su espectáculo en el camino. Penn
y Teller tendrían una carrera por su dinero.
Cam se levantó de su silla, se llevó la mantequilla de la nevera y me la arrojó.
Tomé el recipiente y lo puse sobre la mesa. Ella no podía alcanzar el jarabe en el
gabinete, así que giró los ojos hasta que lo fui a buscar. Y cuando me aferré a ella
sólo un poco demasiado tiempo tratando de conseguir que ella me mira, el verde de
sus ojos se suavizó.
—Me pusieron el nombre de Camden Yards en Baltimore porque mi padre
lanzó su primer juego sin hits allí. —Ella habló muy rápido—. Landry es después de
que Tom Landry el antiguo entrenador en jefe de los Dallas Cowboys, porque era
una maravilla. —Ella usó sus dos dedos para tirar citas en el aire—. No soy un niño.
Tengo una vagina y habría preferido ser nombrada después de algo remotamente
femenino. Biggs es el apellido de mi padre y yo prefiero no decir por qué no me
gusta ese nombre. Así que… ¿Will como en Will-i-am? —preguntó ella con su mano
apoyada en la cadera. Era una pequeña cosa ardiente.
Me puse de pie, elevándome por encima de su pequeño cuerpo, sus rizos
rojizos enmarcaban perfectamente alrededor de su cara.
—No, es Will como el Príncipe de Gales. ¿Tu padre fue Dave Biggs?
—Kate asintió mientras Cam consiguió el azúcar en polvo, lo cerró de golpe
sobre la mesa y una nube de polvo estalló rociando a Kate en la cara.
—¡Eres una perra! —Gritó en broma y se inclinó hacia adelante de risa. Cam
se rio también y por alguna razón desconocida, esto trajo tremenda alegría para mí.
Entonces Kate cogió un puñado de polvo blanco y se lo tiró a Cam. De repente,
tuve la cara llena por Cam. Su boca formó una o, porque no creo que supuso tiraría
tanto. Ninguno dejaría una pelea sin luchar… yo también tomé un puñado y
19 lentamente caminé hacia Cam. La mitad de su rostro era blanco y el polvo inundó
su pelo. Miró… deliciosamente follable.
Ella levantó un dedo tratando de mantenerme a raya y una terca sonrisa se
extendió lentamente por mi cara.
—Para el registro, Kate ha follado suficiente por nosotras dos —declaró.
Me gustó que esta chica tranquila mantuvo en su sitio a Kate. No importa lo
mucho que quería rociarla con este puñado de azúcar, no quería romper nuestro
contacto visual, y tirarlo la obligaría a cerrar sus ojos.
Inesperadamente, Kate me dio la vuelta y dijo—: Sí, a Kate le gusta echar un
polvo, y este azúcar por todo tu cuerpo es sólo la cosa para alimentarme con el
desayuno.
¡Espera! Ella me dio un tirón hacia el dormitorio. Antes que pudiera cerrar la
puerta, miré a Cam, cuyos ojos me siguieron, pero su sonrisa ahora se había ido.
4
Traducido por Jessibel
Corregido por Caile

Camden
En silencio cerré la puerta de mi dormitorio y me tumbé en la cama. No
podría estar enojada con Kate, ella lo había encontrado primero. Pero esta fue la
primera vez desde... que... que yo quería que alguien me tocara. Jadeante mientras
yacía allí, sonreí. Finalmente quería a alguien de nuevo y esto me aterrorizaba.
Aunque supiera que estaba con ella en este momento… incluso si sabía que nunca
sería mío.
Cerrando los ojos, me permití sentir el flujo de los celos a través de mí. La sola
idea de él bajando en ella o ella en él o ellos teniendo sexo casi me envió al borde de
gritar en voz alta para que se detuvieran. TUVIMOS un momento cuando me dio el
jarabe y cuando estaba a punto de tirarme el azúcar en polvo a mí. No era mucho...
pero cuando sus magníficos ojos azules me miraron antes que la puerta se cerrara,
20 yo sabía que había algo. Así que me obligué a pensar acerca de su cuerpo alto y
musculoso. Y me obligué a pensar en la forma en que su cabello castaño era corto,
ordenado y recortado en la parte de atrás, pero un poco más descuidado en la parte
superior. Y me obligué a pensar en lo que se sentiría tener a este chico tocándome
de una manera en la que no había sido tocada en mucho tiempo...
Toda una semana había pasado y Kate no había mencionado a Will de nuevo.
Creo que era cosa del pasado, aunque estuvo vivo en mi mente. Kevin era el sabor
de la semana de Kate y anoche me mantuvo despierta. Estaba cansada hoy por falta
de sueño. Lo que me molestó más en este punto fue cuando usé mi pequeño juguete
sexual esta semana, me quedé imaginando la cara y el cuerpo monstruosamente
caliente de Will. Por desgracia, no sabía si alguna vez volvería a verlo. No estoy
segura de por qué eso me molestaba tanto.

De regreso a la rutina de las clases y tutoría, me dirigí hacia el centro de


resistencia para encontrar a Ham. Tenía una barra de peso levantada hacia arriba,
sobre la cabeza y las pesas eran tan pesadas, que la barra en realidad se inclinó en el
centro.
—Hola, Cam —gruñó, dejando caer la barra al suelo y quitándose el cinturón
alrededor de su abdomen.
—Hola Ham. ¿Estás listo para la sesión?
—Tengo un par de conjuntos que hacer. ¿Puedes esperar? —preguntó
secándose el sudor con una toalla.
—Ham. Los estudios son más importantes que el fútbol. Vamos.
Juguetonamente, me arrojó una toalla.
—No es para mí. —Sonrió—. Nos veremos en tu lugar en 30, lo juro.
Había sólo dos jugadores de fútbol que hubiese permitido en mi apartamento
y Ham era uno de ellos. Había sido su tutora durante tres años y confiaba en él. Una
vez que finalmente consiguió entender que no lo iba a echar a perder, nos habíamos
convertido en buenos amigos. Aunque a veces pienso que él cree que no estoy
interesado en los chicos… y que yo juego para el otro equipo.
Kate era la única que sabía mi historia. Sabía todo de ella y todavía me quería.
En ocasiones explotaría los pesados detalles, como el otro día, tratando de conseguir
que me abra y posiblemente salir con alguno, pero eso significaba dejar entrar a
alguien y exponerme a su juicio de mierda.
Después de dejar el centro de resistencia, aparqué en Eaton Hall y me
precipité en conseguir los papeles de tutoría del Dr. Walton. Eli estaba caminando
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por el pasillo.
—Oye, ¿ya tiene los papeles? —pregunté.
Él negó con la cabeza.
—Nop. Lo siento. Estaba retomando mi prueba de robótica. ¡Pero lo aprobé!
—Gritó y me levantó por las axilas hacia arriba y sobre su cabeza.
—¡Excelente trabajo! —Me reí y moví mis pies—. Bájame.
—¡Por supuesto que no Biggs! ¡98%! ¿Me has oído?
—¡Te escucho! Ahora bájame. —Traté de cubrir mi trasero porque mi mini
falda de mezclilla estaba subiendo mucho.
—Entonces dilo Biggs. Di, ¡Eli es la persona más inteligente que conozco! —
Se rio y me imaginé que sus grotescos brazos grandes se fatigaron en este momento.
—Eli es el tipo más inteligente que conozco —me reí y escuché voces viniendo
por el pasillo. Fue entonces cuando lo vi… Will… caminando con otro chico. Me vio
demasiada alta, cerca de 8 pies en el aire por una de las más grandes orejas de carne
en el campus.
Finalmente Eli me bajó y ajustó la falda para mí. Will nunca quitó los ojos de
nosotros y dejó de hablar con el chico con el que estaba.
—Hola, Will-i-am —saludé mirando hacia mis pies.
—Me voy de aquí Biggs. Dios, te amo. Ya sabes, si te casas conmigo ahora, en
un año, estarás casada con un jugador de fútbol profesional —bromeó Eli y golpeó
mi culo.
—¡Ay! Adiós Eli —le dije moviendo la cabeza. Eli y Ham... eran mis chicos.
No había mucho más que decir.
—Te amo, ¿eh? —preguntó Will con una sonrisa torcida.
—¿Qué más se puede pedir? ¿Es por casualidad que venden camisetas más
grandes o las compras demasiado pequeñas intencionadamente? —pregunté,
pasando mi dedo bajo el dobladillo, tensando su bíceps.
—Deja de buscar una excusa para tocarme y detener la mirada en mis
músculos.
—Es difícil no hacerlo Willie... Nelson. Es algo así como cuando la grasa de
una persona está colgando hacía fuera alrededor de la parte superior de sus
vaqueros… sólo allí, y tratas de no mirarlo, pero tus ojos regresan de nuevo a él…
sobre todo cuando su ropa está demasiado apretada.
Su atractivo culo arrogante hizo que mis rodillas se debilitaran, y mientras se
22
pavoneaba hacia mí, di un paso hacia atrás hasta que mi espalda se pegó a la pared
fría y dura. Apoyó sus manos contra la pared inclinándose hacia el frente. Santo cielo.
—Quieres decir algo así de cómo tu pequeño culo atractivo se veía cuando tu
novio te había levantado en el aire. Tu linda ropa interior de encaje rojo avanzando
poco a poco hacia arriba, lo suficiente para que pudiera ver la curva de tu culo. ¿Es
eso lo que quiere decir?
Mi corazón latía tan fuerte, que resonó en mis oídos y, sinceramente, no
estaba segura de sí oí bien. Toma el control de ti misma Biggs. ¡Toma el control!
Me reí y giré los ojos.
—Guau, Will. Acabas de hacer tres oraciones completas. ¿Es eso una
grabación? —me arriesgué a tocarlo y sabía que podría ser un error, pero con las dos
manos lo empujé… una mano en el pecho y otra en el abdomen, y una emoción se
disparó a través de mí cuando sentí la dureza debajo de mis manos. Literalmente,
tomé una respiración profunda, y se dio cuenta.
—Se siente bien, ¿no? —Él levantó la camiseta de polo exponiendo un
montículo lleno de músculos ondeados—. Eso es todo lo que soy, musculoso sin
embargo, Cam. Soy como un sabio idiota sin la parte sabia.
Evidentemente lo había ofendido.
—No es sorprendente. A Kate no le atraen los cerebros. Oh, espera... Lo
siento... No fue mi intención utilizar tantas sílabas.
Su boca estaba literalmente a pulgadas de la mía. Estaba claro que lo enfadé
como el infierno. No sabía cómo coquetear o ser juguetona. Sabía cómo ser malvada.
Eso… me mantuvo a salvo.
—¿Qué te atrae? —susurró con la mirada en mis labios.
Mi interior se tambaleaba por el deseo. Esto fue tan emocionante para mí en
muchos niveles diferentes y no podía controlar el impulso. Fue entonces cuando lo
hice. Mis manos, las cuales sostuve no estaban adjuntas a mi cuerpo, tocando su
vientre desnudo. Había visto fotos de chicos que tenían este aspecto similar en las
revistas o en la televisión, pero éste estaba justo enfrente de mí. Y cuando lo toqué,
saqué mis manos en el minuto en que oí su brusca inhalación. ¿Qué significaba eso?
—¿Sra. Biggs?
Ambas cabezas se lanzaron hacia la voz.
—Dr. Walton —dijo Will, dejando caer sus brazos a los costados y la camisa
a su lugar natural, en la cintura.
—Cam. Will. No me había dado cuenta que ustedes dos ya se conocían. Aquí
23
están los papeles de Eli. Lo está haciendo muy bien —dijo el Dr. Walton, y luego
señaló a Will—. Ahora éste chico… es uno de los chicos al que nunca tendrás que
dar clases. Tan inteligente como eres Cam. Este es uno con el que podrías ganar el
jornal. —El Dr. Walton dio unas palmaditas en la espalda—. Hasta mañana, Will.
¡Mierda! La mirada reveladora de Will se encontró con la mía y apartó la vista.
—Dr. Walton —grité y corrí para alcanzarlo—. Lo acompañaré hasta la salida.
Así que, Eli dijo que aprobó su examen.
5
Traducción SOS por Lvic15
Corregido por Caile

Will
Me quedé en las puertas dobles viéndola alejarse con uno de mis instructores
favoritos, y encima, tenía una erección. El balanceo de sus caderas. La manera en
que su cabello se curvaba. Las pequeñas diez pecas que casi no se veían en su nariz.
El tenue brillo de cualquier cosa que llevara en sus perfectamente redondeados
labios. Pensar en todo ello… sobre… ella… en conjunto… no estaba seguro si quería
golpearla o besarla hasta que colapsara, desmayándose en mis brazos. Pero se sentía
bien el haberlo reducido a esos dos. Era su toque el que cerraba el trato. Había tocado
mi estómago por el amor de Dios, y había robado mi aliento. ¿Cuán gay era eso?
Por pura desesperación de verla, hice la única cosa que un buen chico haría.
Le envié un mensaje a su compañera de habitación.
¿Qué pasa hermosa? Enviar.
24 Pasaron exactamente 42 segundos para tener una respuesta.
¿Tú?
Extrañamente la parte de mí que ella quería estaba erecta pero no por una
razón que ella apreciara. No pensé.
Sí. Enviar.
¡Bueno pues ven aquí!
Y tan fácil como eso, estaba esperando ver a Cam de nuevo.
Una hora después aparqué la camioneta enfrente de su apartamento y me
pregunté cuál era el coche de Cam. Finalmente, reuní el valor para tocar, rezando
que Cam estuviera aquí
—Entra. —Escuché a alguien decir.
Mi corazón latió nerviosamente mientras abría la puerta. Los pequeños ojos
verdes de Cam, aún escondidos por las gafas negras, se encontraron con los míos
desde el sofá donde sus pies estaban puestos sobre el regazo de algún tío. Un tío
diferente. No Eli. ¿Qué demonios? Por unos momentos, vi todo en rojo y pensé que
quizás haría combustión espontánea. ¿Por qué me preguntaras? ¡No tengo una
jodida idea! Pero no me gustaba.
—¿Cuál era la pregunta? —preguntó el chico.
Ella miró el papel en su mano, claramente distraída por mi presencia. Eso me
hizo feliz.
—¿Qué son las biomagnificaciones1? —preguntó.
El chico que parecía un vago cerró sus ojos. No era tan difícil y quería gritar
la respuesta. ¡Qué estúpido! Si no lo puedes pronunciar, no o digas.
—Oye tú bestia sexy —dijo Kate interrumpiendo mis pensamiento.
Perfecta y bien puesta como de normal.
Me perdí la respuesta del mamut, pero lo tuvo que decir mal porque Cam se
lo estaba explicando.
—Gracias por el mensaje —dijo Kate riéndose.
Los ojos de Cam se elevaron hacia mí entonces. Quizás enviarle un mensaje a
Kate no era la mejor idea, pero la chica que quería ver parecía no quererme ver a mí.
Me dejó por mi profesor en vez de quedarse y hablar.
—Vamos a mi habitación, Ham —dijo y mi estómago se sacudió.
—¿Necesitáis condones? —se rio Kate.
¿Ham? ¿Su nombre es Ham? ¿En serio Cam? Guau… Ham… Cam… Tienes
25 que estar bromeando.
Ham de repente la levantó sobre su hombro. —No seas tonta Kate. Le gusta
sentirme entero.
Lo entendía ahora. ¡El nombre Ham le quedaba bien porque era un jodido
cerdo! Sus gafas cayeron al suelo. Mientras se giraba para cerrár la puerta, los ojos
de Cam miraron hacía los míos, y juro por Dios que sonrió.
¡Contrólate Denton! Cuida de la chica detrás de ti que te quiere. Que le jodan
a la otra chica en tu cabeza. ME giré y Kate se quedó allí con una sonrisa malvada.
—Parece que las dos compañeras de habitación están a punto de follar —dijo,
los celos me controlaban en este momento mientras tomaba la mano de Kate y la
dirigía a su habitación.

1 Biomagnificación: Es un proceso de bioacumulación de una sustancia tóxica.


Comenzó a sacar mi camiseta sobre mi cabeza.
—Confía en mí, Cam lo necesita pero no lo está teniendo.
Hice lo mismo con ella liberando sus pechos porque no llevaba sujetador.
—Me lo quité antes de que llegaras.
—¿Qué quieres decir con que Cam lo necesita pero no lo está teniendo? Dijiste
eso el otro día —pregunté más interesado en eso que en sus pezones duros.
Poniéndose encima de mí, dijo—: Ham ha querido follársela durante tres
años. Le ha mantenido en la “friend-zone”.
—¿Y eso? —pregunté, ahuecando sus pechos.
—Esa no es mi historia para contar. Pero si hay algo que una chica necesita…
es follar.
Sonreí mientras me empujaba hacia atrás a la cama porque sabía que era justo
el hombre para ese trabajo. Antes de follarme a la chica delante de mí, le envié a
Ham un mensaje por telepatía… de hombre a hombre —Pones una mano encima de
ella y estarás tirado en un mercado de carne fresca. —¡Jamón a la venta!2
Una hora y media después, en silencio salí de la habitación dejando a Kate
roncando y miré por la esquina. La puerta de Cam todavía estaba cerrada. No estaba
seguro qué emoción fluyó por mí, pero no me gustaba. Mis tejanos estaban
desabrochados y mi camiseta puesta por encima de mis hombros desnudos mientras
caminaba de puntitas a su puerta y escuchaba, poniendo mi oreja al lado de la puerta.
Estaba en silencio.
26
—Si buscas a Ham, se ha ido —apareció desde la oscura cocina. Me giré.
¡MIERDA!
—Oh hola. Ahí estás. Me quería disculpar por el comentario de idiota de antes
—mentí y la miré justo a tiempo para verla mirando mis tejanos desabrochados. Paró
de dar vueltas a lo que sea que estuviera dando vueltas con la cuchara. Me abroché
los tejanos.
—¿Así que no te gusta mi culo entonces?
—No, eso no es lo que he dicho. Creo que tu culo es espectacular, pero la
manera en que lo dije fue menos que… respetuosa. ¿A qué le estás dando vueltas?
—Brownies. Bueno dado que nos estamos disculpando, lo siento por pensar
que eras estúpido, pero no estaré de acuerdo en que no puedo enseñarte una o dos

2Jamón a la venta: En inglés, Ham on sale. Juego de palabras ya que en inglés ham significa jamón.
cosas —dijo, después bajó su mirada cuando se dio cuenta de cómo había sonado
ese comentario.
—Continuaré y dejaré ese comentario pasar —dije, pasando mi camiseta por
encima de mi cabeza.
Se rio e hizo que mi corazón se derritiera.
—Sí, gracias —susurró.
—Probablemente debería irme —dije, pero ninguna parte de mi quería irse.
Sostuvo la cuchara en alto, la masa cayendo de nuevo dentro del bol.
—¿No quieres quedarte para un brownie? —Sus ojos sin gafas sostuvieron
los míos por un segundo después apartó la mirada. No había manera en que fuera a
irme ahora que estábamos siendo amables el uno con el otro.
—Creo que me quedaré pequeña Betty Crocker3.
Sonrió y me sentí ridículamente cursi cuando mi corazón se hinchó. ¿Qué
demonios me pasaba con esta chica? ¿Quizás que no había caído por mí con sus
piernas abiertas? ¿Quizás que Kate dijo que necesitaba sexo? Pero… lo había sentido
antes de eso. Lo que sea que fuera, no estaba seguro que me gustara. Necesitaba irme.
Podía comprar los jodidos brownies.
La puerta de la habitación se abrió y Kate entró en la cocina.
—¿Aún estás aquí? —dijo, enredando sus brazos alrededor de mi cuello
desde atrás mientras Cam ponía aceite en la bandeja—. ¿Preparado para la segunda
27 ronda? —se rio Kate y cogió una botella de agua de la nevera. Mis ojos cayeron en
Cam que estaba vertiendo la mezcla en la bandeja. Dejó el bol de mezclar en la mesa
y deslizaba la bandeja dentro del horno.
—No me has respondido —dijo Kate pasando un dedo por la mezcla que
quedaba en el fondo del bol y sosteniéndola al lado de mi boca. Abrí mi boca y
deslizó su dedo llenando mi boca con la mezcla. El arrepentimiento me consumió
mientras Cam nos miraba. ¿Cómo me he metido en esto?
—Kate, saca esos en 25 minutos. Necesito ir a la biblioteca, se me había
olvidado —dijo Cam con urgencia tomando su bolso.
Kate suspiró sacando su dedo de mi boca.

3 Betty Crocker: Es una marca registrada de General Mill, una empresa que figura entre las 500
Fortunas Americanas.
—Cam. Vamos. Quizás si sacaras tu nariz de un libro lo suficientemente,
podrías superar esto. Ya no puede hacerte daño.
—¡Kate! —siseó Cam.
—¿Quién? —gruñí instintivamente y apreté mis puños.
Ambas Kate y Cam me miraron como si se hubieran olvidado que estaba allí.
Aclaré mi garganta.
—A ninguna chica le deberían hacer daño —cubrí, pero el pensamiento de
alguien haciéndole daño a esta pequeña hermosa criatura delante de mí, hacía que
mis entrañas hirvieran.
—Su hermano —explicó Kate. Y en ese momento, cuando Cam jadeó con el
horror escrito por toda su cara y las lágrimas hinchando sus ojos, supe que la tenía
que proteger de cualquier otro daño. Ahí es cuando cerró la puerta de un golpe.
Después de dejar a Kate, conduje desde un lado del campus al otro buscando
en el aparcamiento por ella y no teniendo ni idea de que diría si la encontraba. ¿Su
hermano la había herido? La única manera que se me ocurría era sexualmente y
quería golpear el parabrisas sólo de pensar en que eso le hubiera pasado.
Las palabras de mi padre sonaban en mis oídos. Protege a tu chica con tu
vida. Eso fue cuando la vi yéndose de la biblioteca Watson, a pesar que no era mi
chica… todavía. Caminaba sola por el pasillo jugando con su teléfono, por supuesto
no prestando atención a las cosas a su alrededor.
Tres chicos altos se acercaron a ella, dos negros y uno blanco y mi mano se
28
quedó en la maneta lista para atacar. Uno tuvo que decir su nombre porque sonrió
y paró para charlar con ellos. Cuando la luz les dio, me di cuenta que eran tres de
los jugadores de básquet de Jayhwak. Ella de puntillas les habría llegado quizás a
sus costillas.
La saludaron y la vieron meterse en el coche antes de alejarse —haciendo que
tuviera un nuevo respeto por ellos. Ahora sabía que conducía un VW Passat pequeño
y gris. Mientras conducía a casa, la seguí, manteniendo mi distancia y mi factor bicho
raro al mínimo —al menos para mis estándares.
Mientas conduje a casa, me di cuenta que su apartamento era el único lugar
en el que sabía que la encontraría. Ni idea de sus clases, o su carrera, de cualquier
manera de hablar con ella que no fuera hablar con Kate. Y bueno, Kate era un buen
polvo pero no quien yo quería. Quizás tendría que soportar el sexo con ella de nuevo
para ver a Cam… no estaba seguro de otra manera. ¿Soportar el sexo? ¿¿Qué
demonios estaba mal conmigo??
Cuatro largos, lentos y tortuosos días pasaron. A pesar que no estaba en mi
camino, conducía por dónde Kate sólo para poder “encontrarme” con Cam. Quería
escribirle un mensaje a Kate. Pero el pensamiento de ir a ver a Kate y posiblemente
hacerle daño a Cam… si era dolor… no lo sabía. Lo que sabía era que no la podía
sacar de mi mente. Ninguna parte de ella. Y eso no había pasado nunca antes.
Raramente iba a bares últimamente. Pero era día de partido y si por alguna
razón esta pequeña bailarina rockera forzaba a su tranquila amiga a dejar la casa,
quería ser el chico que estuviera allí. Así que Noah y yo salimos y fuimos a The
Wheel. Teniendo 24, casi no podía tolerar alguna de la mierda que veía cuando salía
ahora. Literalmente, me sentía como un viejo hombre prejuicioso. Las chicas casi
desnudas, cayéndose borrachas, tomando fotos y documentando absolutamente
cada momento. Un chico estaba allí listo y deseoso de tomar ventaja de cada
momento. No estaba seguro de las estadísticas pero había más chicas que chicos.
Después de un par de trozos de pizza y ninguna señal de Kate o Cam. Noah
y yo caminamos hacia Hawk. Misma mierda, escenario diferente. Mi agenda estaba
limpia y Noah lo sabía, pero si podíamos encontrar una chica para que él se llevara
a casa, doble bonus. Era un fan de Jayhawk de cabo a rabo, joder mi sangre era roja
y azul, pero el día del partido era un dolor en el culo, especialmente si estabas
buscando a alguien entre la multitud de gente. Mi objetivo tenía el pelo de un rubio
rojizo y era mucho más fácil de encontrar que el rubio platino. Pero Kate era rubia
platino así que mantenía un ojo por ella también.
Noah y yo hablamos y bebimos cerveza en las dos habitaciones de arriba de
29 Hawk después fuimos un nivel más abajo. Me sentí mal por Noah. Las chicas
constantemente se nos acercaban… por mí... y le ignoraban. Era un chico increíble y
haría que alguien fuera un gran… lo que sea. Después de darle calabazas a la chica
número 5, estaba listo para volver. El pensamiento de llevar alguien a casa se había
ido y enviarle un mensaje a Kate iba a ser mi mejor apuesta.
Noah y yo bajamos un nivel más—a la habitación Boom Boom. Sí, la
habitación Boom Boom y el pensamiento que ella estuviera aquí abajo, enviaba una
irritación rampante por mi cuerpo. ¿Qué demonios? No tenía ningún derecho a estar
irritado en lo que a ella concernía. Ninguno. Había tenido sexo con su compañera
de habitación. No con ella. Pero sus ojos. Esos pequeños cabrones verdes que me
atraían. Pasé la palma de mi mano contra mis ojos. Una chica había sido grabada
teniendo sexo en esta habitación con un hombre. Si Cam estaba aquí, creo que
llevaría a cabo alguna táctica de hombre de las cavernas como Ham hizo el otro día.
—Salgamos de aquí hermano —le dije a Noah después de diez minutos de
escanear la abarrotada habitación.
Sacudió su cabeza.
—Ni de broma. Aún no. Una chica por allí quiere la gran P.
Miré en la dirección que estaba mirando él, y seguro como la mierda, está
linda pequeña morena estaba mirándole directamente. Sólo era justo quedarse así
que me puse cómodo contra una pared exterior.
En cinco minutos, la chica hizo su camino hacia nosotros con una botella de
cerveza y justamente era del tipo que Noah estaba bebiendo. Mientras cruzaba
delante de mí para llegar a Noah, vi a Kate.
—Oye, ¿puedo comprarte una bebida? —la hermosa chica rubia me preguntó
interfiriendo en mi línea de visión.
—No, gracias —dije y miré hacia Kate. Después la vi—Cam—ojos amplios
sacudiendo su cabeza a Kate. Casi con lágrimas.
El tipo apreció por detrás de Cam y cogió su cuello. Ella se estremeció y casi
se acobardó por su toque. Sabes el momento en que Bruce Banner comienza a
volverse verde y cada vena en cuerpo empieza a saltar y sus ropas se rompen… ese
era yo en ese momento. Me estaba enfadando estilo Hulk.
Sin pensarlo, asentí a Noah y su chica, y fui derechito hacia Cam, y tomé
profundas respiraciones tratando de calmarme por entero. Kate me vio venir y sus
ojos se encendieron. Tenía un condón en su mano y se lo estaba dando a Cam. ¡No
lo tomes! El idiota detrás de ella lo tomó de sus manos riendo. En serio pensé que
Cam iba a llorar.
—¡Hola! —me dijo Kate.
30 El idiota dijo.
—Vámonos. —Cam y sus pequeños ojos se encontraron con los míos por un
segundo.
—¿Se van todos? —pregunté.
Kate gritó por encima de la música.
—¡Se van! Van de vuelta al apartamento. —Me guiñó exageradamente.
—¿Así que porque no vamos todos? —sugerí dándole un guiño de vuelta.
La música era odiosamente alta y el bajo golpeaba en mis oídos. Una chica
caliente caminó hacia mí, se paró delante de mí, se agachó cogiéndose los tobillos y
comenzó a hacer twerking en mi bragueta. Literalmente se paró entre Cam y Kate.
Tiré mi mano atrás como si fuera a iluminar su culo con una palmada, sonreí y dije—:
¿Vamos? —Cam se rio fuerte y eso me emocionó.
Cuando vi el toque de celos en la cara de Kate con lo que esa otra chica hizo,
supe que diría que sí. Y lo hizo. Asintió, se giró y se dirigió a la escalera. Sin embargo,
mi trabajo no estaba hecho. Cogí la mano de Cam y la dirigía a través de la multitud,
asegurándome que estaba más cerca de mí que del chico siguiéndonos con el condón,
que aunque se tratara de vida o muerte nunca lo utilizaría con Camden.
Todos nos amontonamos en mi camión dado que me ofrecí, y eso me dio una
pequeña cantidad de control. No estábamos lejos del apartamento de las chicas, y en
mi cabeza, estaba elaborando estrategias en cómo sacar al chico de mi camión.
Excepto por un asiento eyector, me estaba quedando en blanco. Mi otra única opción
era dejarles pensar que era un total pervertido y ver si querían cambiar las parejas.
Después de ajustar mi espejo retrovisor donde podía ver a Cam y nada detrás
del camión, me pilló mirándola. Él se inclinó y le susurró algo en su oído y ella sólo
ofreció una pequeña sonrisa. Yo haría su sonrisa mucho más grande que esa.
Kate encendió la música y comenzó a bailar con alguna canción country que
mencionó el strip póker 4 y ella se giró y gritó como si hubiera tenido una gran
epifanía.
—¡Juguemos al strip póker!

31

4Strip Poker: Es una variación del juego de cartas póquer en el que los jugadores se quitan prendas
de ropa cuando pierden sus apuestas.
6
Traducido por Lvic15
Corregido por Mich Fraser

Camden
Mierda… Kate estaba borracha. Eso nunca era una buena señal. Su boca ya
era lo suficientemente floja cuando estaba sobria, pero ahora… tendría diarrea
verbal. El idiota de mi lado, a quien Kate había cogido antes durante la noche, era
bastante caliente pero al lado de Will… no tanto. Y entonces Will cogió mi mano en
el bar… oh Dios mío.
Kate tenía razón. Tenía que follar. Casi habían pasado cinco años. Y me había
vuelto un poco rara sobre un chico que ella había tenido. Podía encontrar un tío que
me quisiera sólo a mí y quizás este chico Blake era ese tío. Él no me había molestado
en el asiento trasero y eso era un plus.
Sexo, sextear… Kate lo había convertido en un punto central de mi vida. Sólo
porque ella necesitaba una señal detrás de su puerta que dijera “Paraíso” no
32 significaba que yo tuviera que seguir la misma vida. Pero estaría mintiendo si dijera
que no pensaba en ello. Will en particular.
—¡Juguemos al póker desnudista! —gritó Kate con entusiasmo desde el
asiento delantero.
Mis ojos se dirigieron arriba y Will me estaba mirando por el espejo retrovisor.
Sus ojos se entrecerraron un poco como si estuviera tratando de leer mi mente. Así
que le miré entrecerrando los ojos. Sonrió y ahí es cuando puse dos dedos sobre mi
frente como si estuviera tratando de comunicarme con él.
—¿De qué te ríes? —le preguntó Kate y él sacudió su cabeza y me miró una
vez más.
—¡Estamos dentro! —dijo Blake y envolvió su brazo alrededor de mi cuello
acercándome como si fuera a darme un capón en mi cabeza.
Will tomó una curva fuerte enviándome en la otra dirección… lejos de Blake
y aparcó cerca de nuestro apartamento. Entonces de repente la puerta de atrás se
estaba abriendo, Will sostuvo su mano para ayudarme. Mientras me deslicé fuera
de la camioneta, sus manos… brazos cogieron mi cintura y mi cuerpo se rozó con el
de él. Todo y de verdad me refiero a todo en mi cuerpo se apretó en ese momento
robándome mi respiración e instintivamente, cerré mis ojos. Cuando los abrí, su
hermosa cara estaba a centímetros de la mía. Sus ojos miraron los míos, después
mirando a mis labios, luego de vuelta a mis ojos.
—Candem…
Dijo mi nombre completo. Nadie dice mi nombre completo.
—¿Sí?
—¿Por qué no vas arriba y te pones algo más de ropa?
—¿Qué? —dije con extremo aversión saliendo en esa única palabra. Pensaba
que me veía sexy como el infierno esta noche con mi pequeña falda, las botas de
cowboy y el top. ¿Qué significaba eso?
De repente, me acercó más y habló cerca de mi oreja. —Tienes
aproximadamente cuatro piezas de ropa. Y si queremos jugar al póker desnudista,
necesitarás más que eso —dijo rudamente, su voz tan ronca y fuerte. Mi cuerpo
continuaba respondiendo a él. Pero el comentario me enfadó. ¿Qué tipo de chico
quiere que una chica esté demasiado vestida para el póker desnudista? ¡Ese chico!
¿Qué demonios?
Blake y Kate ya estaban caminando hacia las escaleras.
—¿Te he hecho enfadar? —dijo Will desde algún lugar detrás de mí, y estaba
lo suficientemente borracha como para tropezar en un bordillo—. ¿Cuánto has
33 bebido? —me preguntó un poco más cerca, alcanzándome.
Me giré hacia él. —Lo suficiente como para saber lo que estoy sintiendo y lo
que quiero ahora.
Sus ojos azules se entrecerraron y la nuez de su cuello sobresalió y volvió a
entrar.
—Vamos vosotros dos. Voy a coger las cartas. Blake acaba de pedir pizza y
Cam, tú coge el tequila.
Me alejé de él y fui adentro.
Después de sacar la botella de Cuervo, puse una tabla de cortar, sal, un
cuchillo y algunas limas en la mesa. La idea de Kate de póker es un chupito de
tequila cada vez que pierdes una pieza de ropa. Lo bueno era que era un vaso de
chupito pequeño, así que no era tanto.
Rápidamente fui a mi habitación y me puse una top sobre mi top, un par extra
de calcetines y dos pares de braguitas. Eso debería bastar. Quizás Will estaba siendo
amable… protector cuando dijo lo que dijo. Quizás.
Cuando salí de mi habitación, los ojos de Will se entrecerraron de nuevo.
Joder esos ojos. Casi con decepción. Insegura sobre que iba eso, levanté mi top para
exponer el otro después levanté el lado de mi faldilla para enseñarle mi par de bragas.
De repente, se removió en su asiento y no pude decir si eso le molestaba o no.
Quizás había sobrepasado la línea de la amistad.
Me senté. En el centro de la mesa, Kate ya había servido los chupitos y la lima
y la sal estaban preparadas. Ella se ocupaba.
Blake perdió la primera ronda y se quitó su camiseta. Llevaba una camiseta…
¿en serio? Tomó su chupito.
Fui la siguiente y me saque una bota. Will sonrió cuando vio el par de
calcetines.
Pero fui mi sonrisa contra la que luché para esconder cuando, después de un
par de rondas, Will había perdido su camiseta y la camiseta interior exponiendo tres
tatuajes. Sagrada Madre de Dios, este chico era caliente. No sólo caliente… ¡estaba
en malditas llamas! Mordí mi labio mientras trataba de no quedarme mirando
cuando tomaba su chupito. Se veía como si pudiese romper el vaso de chupito con
sólo sus dos dedos. Pasó de la lima y la sal.
—¡Joder eres sexy como el infierno! —gritó Kate y no pude evitar mirar. Tenía
razón sin embargo. Y tocó cada centímetro cuadrado de él.
Justo debajo de su corazón se leía Matty. Tenía que saber quién era. Después
el Jayhawk más articulado estaba en su hombro izquierdo. Había algo más en su
34 costilla derecha pero no podía leerlo.
—Voy a hacerme esto esta noche —anunció Kate señalando a Will—. Blake,
saca ese condón fuera porque esta es tuya. —Me señaló con sus manos como si fuera
Vanna White y tuviera que estar gritando Rueda de la Fortuna. Will miró a Blake y
me pregunté qué me había perdido.
¡Mierda! Acababa de perder la siguiente mano porque no estaba prestando
atención. Me quedaba mi sujetador y los dos pares de braguitas. A Kate sólo le
quedaba su sujetador y su braga. Blake pantalones. Will pantalones.
Kate empujó mi chupito hacia mí y lo bebí usando el último trozo de lima.
Levantándome para coger otro, me tambalee un poco… los mareos estaban aquí y
Blake me cogió, sosteniéndome firmemente alrededor de mi desnuda cintura.
—Ahí tienes Blake —bromeó Kate.
Me alejé de su toque y fui a la cocina. Blake me siguió y trató de besarme,
nuestros labios encontrándose brevemente antes de que su mano tocara la curva
superior de mi pecho.
—Oye, ¿dónde está esa lima? —dijo Will entrando en la habitación haciendo
que Blake se alejara.
—En la nevera —dije avergonzada de mirarle.
—Blake y yo podemos cogerla. Ves asentar tu culo borracho —dijo y guiñó el
ojo.
Así que, les dejé en la cocina.

35
7
Traducido por Camila Cullen
Corregido por Caile

Will
Mis ojos siguieron a Cam en sus malditas bragas de encaje hasta la cocina, y
Blake caminó hacia el refrigerador. Miré hacía este chico como si fuera Satán y en el
momento que se dio la vuelta, yo estaba en su cara.
—Hombre —dijo, tratando de retroceder, pero el refrigerador lo tenía
aprisionado.
—Creo que es tiempo de que te vayas.
—¡Joder con eso!
Me reí disimuladamente, miré al suelo de azulejo y luego en un rápido
movimiento puse mi antebrazo contra su barbilla sujetando su cabeza contra el
refrigerador. Sus ojos se ampliaron y empezó a poner resistencia hasta que tensé mi
antebrazo… ahogándolo ligeramente.
36 —Verás. Cam está en un lugar no muy bueno —susurré con mi labio hacia
arriba—. Y es mi trabajo asegurarme, incluso borracha, que hace buenas decisiones.
Tú no eres una. No es personal.
Habiendo estado en muchas peleas, miré sus puños apretarse y sus fosas
nasales ensancharse.
—Ahora. Así es como vamos a hacerlo. Simplemente tienes que decir que
tuviste una llamada y que tienes que irte, disculpándote con Cam por supuesto. ¿Lo
tienes?
Blake asintió.
—Voy a dejarte ir porque necesitamos salir allá, pero tú necesitas relajar tus
puños.
No lo hizo.
Presioné lo suficientemente fuerte para hacer que su cara empezara a verse
roja.
—¡Escúchame! —le dije entre dientes—. No quieres hacer esto. Malditamente
te lo garantizo.
Y con eso, me separé y le di la espalda, agarrando la lima y dirigiéndome a la
otra habitación.
—¿Qué les tomó tanto tiempo? —preguntó Kate, poniéndose de pie…
tambaleándose para inclinarse en mi contra.
—Estaba esperando a Blake —dije—. Tuvo una llamada y aparentemente se
tiene que ir.
Blake asintió al dar la vuelta en la esquina.
—¡No! —gimió Kate. Nunca golpearía a una chica, pero estaría maldito si esta
chica fuera a desviar mi plan.
Por un corto segundo Blake me miró cuidadosamente y luego dijo—: Tengo
que irme. Lo siento, Cam.
Mis ojos se movieron hacia Cam quien parecía… ¿decepcionada? ¿Qué
demonios? ¿Le gusta este chico? ¿La leí mal?
—Blake. Si puedes regresar… Cam estará esperando —gritó Kate cuando
cerraba la puerta detrás de él.
¡Como un demonio que lo estaría!

37 Kate se sentó en su silla, llenó los vasos de tragos y barajeó las cartas.
—Vamos, ¡ustedes dos!
Cam sacudió la cabeza.
—No. Está bien. Ustedes dos jueguen. Estoy bastante borracha de todas
maneras.
—Está bien —dijo Kate—. De todas maneras, si perdiera más ropa, él tendría
que llevarme al dormitorio.
Cam asintió.
Estoy aquí para decirte, que no era el dormitorio de Kate donde terminaría.
Mientras Cam cerraba su puerta, no me miró… eso me destrozó.

Estando más sobrio que Kate, tuve una idea y no estaba más allá de hacer
trampa en este juego. Diciéndole que era divertido, la alenté a mantenerse jugando,
lo que significó que perdió todas sus ropas y también que se mantuvo bebiendo.
Continué jugando mi papel de ligue responsable, la llevé a la cama, le susurré que
estaría de regreso y fui a sentarme en el sofá.
Ahora, sabía que era un buen chico. Nunca robaría y nunca jamás violaría a
una chica de ninguna forma. Pero estas chicas no me conocían lo suficientemente
bien para dejarme vagar por su departamento. Preocupación por el bienestar de
ambas… de ella… me llenó mientras pensaba en alguien que no fuera confiable
estando aquí.
Me sentía un poco como una planta trepadora al sentarme en el sofá, así que
regresé a la habitación de Kate. Como estaba planeado, apagada como una luz.

Con el debido respeto por su privacidad, traté de descubrir una manera de


irme en la que pudiera asegurar la puerta, pero no era posible, además yo también
estaba bastante alegre. Así que, me acomodé en el sofá con la TV silenciada.
Apenas pude haber dormitado cuando oí la puerta de Cam abrirse. Dios,
esperaba no haberla asustado. Pero en el minuto en que vi sus pequeñas piernas
perfectamente contorneadas saliendo de su camiseta sin mangas apretada y sin
sostén… supe que había un Dios en el paraíso. Me echó un vistazo con la luz de la
televisión y me divisó apoyado en mis codos, mirándola.
—¿Estás bien? —susurré, contento de que una manta estaba cubriendo mi
38 creciente parte de abajo.
—¡No! —chilló, y me refiero a que no solo uso su voz chillona, sino que
literalmente chilló. Grandes lágrimas. Y se cubrió la cara para que no la viera.
A la mierda el apenarme, embestí contra ella y la tomé en mis brazos.
—¿Qué está mal, Cam?
No me empujó lejos realmente, pero claramente necesitaba… ¿espacio?
—Voy a vomitar. Tengo que vomitar. Lo odio —gimoteó y como que caminó
en círculos.
—¿Quieres que te lleve al baño? —pregunté, asustado de que si lo hacía
podría vomitar junto con ella. Demonios era un cobarde cuando se trataba de vómito.
Pero haría lo que me pidiera que hiciera.
—No, no, no, no, no, —dijo—. Necesito mi tazón.
—¿Tu tazón?
Asintió frenéticamente y apuntó hacia la cocina.
—Mi tazón blanco en la cocina.
Corrí a toda velocidad hacia la cocina, rebuscando en las cosas hasta que
encontré un tazón blanco.
—¿Es éste? —pregunté, sosteniéndolo en alto, y asintió otra vez extendiendo
sus manos.
—Will… —lloró mi nombre y creo que un tornillo produjo una marca en mi
corazón.
—Estoy justo aquí —le dije, reclinándome junto a ella.
—No quiero vomitar. No quiero vomitar. No quiero vomitar —coreó
sujetando mi camisa. Juro por Dios, si pudiera haber intervenido de alguna manera
para que no pasara por esto, lo habría hecho.
Su cabeza colgó sobre ese tazón suyo.
—Cam. Porque no vamos al baño junto a la taza —sugerí en voz baja, porque
no quería despertar a Kate. Su idea sería darle el tazón a Cam y luego ir a tener sexo.
NO iba a dejar a Cam.
—¿Por qué pondría mi cara en un lugar que fue únicamente hecho para un
trasero?
Me reí de ese comentario porque era gracioso y verdadero.
—No te rías de mí —gimió.
—No lo estoy haciendo. Lo prometo —dije, frotando su espalda.
39 Puso sus rodillas debajo de ella y pensé que el tiempo había llegado.
Inhalando largas, lentas y profundas respiraciones, saqué una pieza de chicle de
menta que tenía en mi bolsillo para ayudar con el olor, que siempre acompañaba a
este tipo de cosas.
—¿Qué dice tu lado? —preguntó.
—¿Qué?
—Tu lado, junto a tus costillas.
Miré hacia abajo. ¿Mis tatuajes?
—Tengo cuatro —dije y me pregunté si la tinta la repugnaba—. Ausente, pero
no olvidado es uno y el otro dice…
Ahí vino. El vómito. Me senté algo más derecho y cubrí mi nariz, mirando
hacia la televisión y tratando de mantener el control. Solo vomitó un par de veces, y
luego tan rápido como eso, se detuvo y se echó para atrás. Incluso con el olor de
alcohol persistente en el aire por el vómito, se extendió a mi lado hermosamente
desnuda. Y me sentí como algún jodido pedófilo mirando su cuerpo increíble, sus
pechos debajo la delgada playera, su estómago expuesto y el borde de sus pantis que
estaban muy debajo de sus caderas y no vi ni un pequeño punto de pelo. ¡Contrólate,
raro!
Ajustando mi trasto, me paré con el tazón y fui al baño de su cuarto, tirando
el vómito en la taza bastante orgulloso de mi mismo por no devolver mis galletas…
licor. Su baño estaba impecablemente limpio, incluso el espejo y sonreí. Quizás
encontré a alguien con más TOC5 que yo.
Y luego la oí—: ¡Will! —y antes de que pudiera tirar de la cadena y llegar a
ella con el tazón, voló junto a mí y su vómito se proyectó sobre la pared de la
ducha, gracias Dios. Pero, eso lo logró. En el momento en que vi el líquido
mezclado con trozos de pizza goteando por la pared… me giré, sabiendo que
iba a pasar. Primero, la ayudé a bajar al suelo cuando sus rodillas flaquearon,
luego yo, golpeé el inodoro, el lugar en el que ninguna cara debería estar. Me
desplomé a su lado tratando de reagruparme y pensar, guao, si mi padre
pudiera verme ahora.

40

5 TOC: El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad, caracterizado por


pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o
preocupación, y conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad
asociada.
8
Traducido por Camila Cullen
Corregido por LuVelitta

Camdem
Ocho días habían pasado sin signos de Will. Kate no lo había mencionado,
pero no era buen signo que nadie hubiese ocupado su tiempo tampoco. Lo recordaba
vagamente llevándome a la cama esa noche y cuando desperté, encontré la toallita
húmeda a mi lado. También recordaba vomitar en frente de él. Dos veces. No era un
secreto el por qué no había llamado.
Sin dudas Will, era uno de los chicos más sexis en el campus y KU tenía
muchos chicos calientes. Pero Will... Will era diferente. No tenía que ocuparse de
que vomitara. ¿Y por qué estaba siquiera en el sofá? Independientemente de la
consideración en sus ojos azules al sostener el azúcar en polvo en su mano. Se giró
hacia mí... no hacia Kate.
Había ido a Eaton Hall todos los días, diciéndole a Eli que recogería sus
41 papeles solo con la esperanza de ver a Will ahí... y nada. No estaba segura de sí fue
el que vomitara o la observación de Kate sobre mi hermano, lo que lo había hecho
irse a toda velocidad en la dirección contraria. Pero de verdad, realmente creí que
había una conexión. Sé que por mi parte existía. No había nada que pudiera hacer
ahora. Solo marcarlo como un sentencioso asno. La cosa era... que no creía que fuera
así. Había algo en esos ojos azules que me llamaba... que me necesitaba. Vaya, estaba
desesperada.
Cuando entré en el centro de entrenamiento, Ham ya se había duchado y me
esperaba con mi nuevo estudiante.
—Hola, Cam —dijo Ham, y me abrazó, dándome luego un papel. Era su
examen de anatomía con un ochenta y siete escrito en la parte superior. Sonreí—.
¡¡Oh sí, bebé!! —gritó apretándome en un abrazo.
—Landon. Ella es Cam. Es mágica —dijo Ham mientras Landon se alzaba por
encima de mí.
—Hola, Cam. Un gusto conocerte.
Landon era mestizo y locamente apuesto.
—Es bueno conocerte también. ¿Qué juegas y en qué necesitas ayuda? —
pregunté, luego divisé a Will usando pequeñas pinzas para escalar una pared. Cada
musculo de su espalda parecía casi salirse a través de su piel.
—¿Cam?
Miré a Ham.
—Lo siento. ¿Qué?
Landon habló de nuevo—: Estoy en el equipo de béisbol y mi problema es
con álgebra.
—Mi especialidad —le dije guiñándole, tratando de respirar.

Landon y yo trabajamos en una mesa cerca del frente y fuera de la vista de


Will. Pero mi corazón nunca dejó de esperar verlo con la esperanza que quizás
caminara por aquí. Realmente, sabía que tenía que sacar a Will de mi cabeza. Era un
código no dicho de chicas: No puedes meterte con el chico de tu amiga. Además, Landon
era lindo y divertido, y me hice a la idea que Landon podría ser mi primer beso
después de este descanso ridículo; no solamente superar algo que nunca existió con
Will, sino avanzar sobre lo que sí pasó con Max.
—Entonces, Cam. Estoy seguro que le das tutorías a muchos chicos —dijo
42 Landon mientras caminábamos hacia mi auto.
—¡Muchos! —Me reí.
—¿Y tienes la política de no salir con nadie a quien le des tutorías?
Me encogí de hombros. —Supongo. Al menos nunca lo he hecho. —Esto era
raro—. Este es el mío —dije cuando llegamos a mi Passat.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo, ¿no? —sonrió enseñando
todos los dientes. Era lindo.
—¿Qué tienes en mente?
—¿Cena esta noche? —preguntó—. Nada muy elegante, pero quizás...
—¡Ella va a comer conmigo! —La voz profunda hizo eco desde detrás de
nosotros y ambos nos giramos para ver un Will sudando y sin playera.
Landon miró de mí a Will. Yo, por otro lado, no podía quitar mis ojos del
torso desnudo de Will. ¡Mierda! No podría haber tragado la saliva haciendo una
piscina en mi boca.
—Lo siento. No sabía que tenías novio —dijo Landon.
Sacudí mi cabeza con confusión. —Yo. —Tragué—. No lo tengo. —¿De qué
estaba hablando Will?
Landon le dio la espalda a Will, y la cara de Will se convirtió en una mueca.
¿Qué estaba mal con él?
—De acuerdo. Entonces, ¿cena, Cam? —preguntó Landon y tocó mi brazo en
un intento de sacarme del trance en el que estaba.
Antes que me diera cuenta de lo que pasaba, Will empujó a Landon contra el
auto estacionado junto al mío. —Es tu tutora. No lo malinterpretes. Y vuelves a
poner un jodido dedo sobre ella otra vez y no jugarás otro partido de béisbol
mientras vivas porque romperé tus dedos con un bate, uno por uno. ¿Lo entiendes?
Landon no peleó. Miró a Will y asintió. Will retrocedió.
Mientras Landon se alejaba caminando, agarré el brazo sudoroso de Will. —
¿Qué estás haciendo? ¿Alguna vez te preguntas cómo hubiera sido la vida si habrías
tenido suficiente aire al nacer? —pregunté, paralizada por sus acciones.
—¿Sabes algo de Landon Cassidy? —preguntó.
—No.
—¡Exacto! Lo que no sabes podría herirte.
Me impulsé sobre la punta de mis pies. —¡A ti tampoco te conozco!
Dio tres premeditados pasos hacia mí y su nariz estaba a milímetros de la mía.
—¿Qué quieres saber?
43 ¿Qué quería saber? Quería saber todo sobre él. ¿Por qué no lo había visto?
¿Dónde podía encontrarlo?
—¿Por qué no has venido? ¿No te hemos visto? —pregunté y odié las
palabras una vez que las dije. No era lo que quería decir. Estaba nerviosa. Demonios.
¡PIENSA!
La confusión llenó su cara por un momento. —¡No lo sé! No me ha mandado
mensajes.
Sentí enojo creciendo en mi interior. —Le recordaré que lo haga. ¡Y espero
que tengas una alfombra afelpada en tu casa, sería más fácil para ella aferrarse a eso!
—dije, tratando de abrir mi puerta, y entonces la cerró tan rápido como la abrí.
Su aliento caliente sopló en mi cuello y envió escalofríos por mi cuerpo en
este día caluroso. —Quieres que le mande un mensaje, Camden, porque no quieres
que aparezca por tu apartamento. Pensaría que estoy ahí por ella. No lo haría. Solo
para que lo sepas.
Cerré mis ojos disfrutando de la sensación de su cuerpo junto al mío. Sus
palabras fueron una bonificación extra. Escuchar mi nombre completo de su boca
me hacía algo...
—¿Piensas por un segundo que te lastimaría?
—No —susurré—. Pero eres de ella.
Agarró mis hombros y lentamente giró mi rostro hacia él, sus ojos incluso más
penetrantes que lo normal en un día soleado.
—No soy de ella —dijo con pura convicción.
—Sabes lo que quiero decir. Te tuvo primero. Es como un código de amigos.
No se hace.
—Camden. He tenido más conexión contigo en nuestras conversaciones que
nada que haya tenido con ella jamás. Y eso significa algo para mí.
Lo sabía. Sabía que también lo había sentido. Pero no sabía qué hacer... o hacia
dónde ir.
—No sé cómo hacer esto, Will.
—¿Cómo hacer qué? —preguntó suavemente.
—Gustarle a alguien. Conocerlo.
Las puntas de sus dedos se arrastraron por mi mejilla mientras estudiaba cada
centímetro de mi cara.
Tragó fuerte y dijo—: Está bien. Puedo ocuparme desde aquí.
44
—Pero el que sea mala con los chicos generalmente los aleja. ¿Por qué te
quedas? ¿Por qué al menos no peleas cuando digo cosas malas?
Solo un lado de su boca se levantó. —Camden... ¿por qué alejaría a la única
cosa en mi vida de la que quiero estar cerca?
Levanté mi mano. —No. No digas cosas como esas. No soy como Kate.
Se rio. —No estoy detrás de Kate y sé más de ti de lo que sé de Kate.
Instantáneamente, tuve el sentimiento de que hablaba de las cosas que le
contó de mi hermano y mis paredes se levantaron a mí alrededor. Claramente lo
sintió porque empezó a hablar de nuevo.
—Tengo una idea. Súbete a mi camioneta e iremos por una bebida. Tú tienes
diez preguntas y tengo otras diez —ofreció.
—¿Cuándo?
—¿Ahora? —preguntó y sonrió.
—¿Ahora?
—¿Por qué no? —preguntó.
Mordí mi labio inferior. Lo jaló con su pulgar.
Me hizo gestos para que lo acompañara... así que sin pensarlo ni una vez, lo
hice.

45
9
Traducido SOS por Jessibel & Florpincha
Corregido por LuVelitta

Will
Con la remodelación que le había hecho a mi camioneta el verano pasado, no
había manera que ella lograra subir sin ayuda. Así que me tomé la libertad de
aumentar su apoyo casualmente respaldando su culo. Una vez en la cabina, se dio
la vuelta y puso los ojos en blanco.
—Si tanto quieres tocar mi culo, solo pregunta —se rio.
Le guiñé un ojo y corrí a mi lado, literalmente corrí. No le daría ninguna
posibilidad de cambiar de opinión.
Nunca había llevado a una chica a mi casa porque sabía que daría lugar a
preguntas. Pero esto era diferente. Había algo en Camden... quería que supiera quién
era yo.

46 Cuando llegamos, sus labios se separaron y se quedó mirando hacia la casa


de ladrillos.
—¿Vives con tus padres? —preguntó.
—No.
—¿Trabajas? —preguntó.
Mentalmente noté que era su segunda pregunta.
—Sí, algo así. Hago competiciones de crossfit.
—¿Qué es eso?
Tercera pregunta. —Se trata de una serie de ejercicios que haces tomando el
tiempo y compitiendo contra otros —expliqué y bajé de la camioneta lanzándome
hacia su lado. Ella ya estaba tratando de bajarse.
—Solo espera por mí, por favor.
Sonrió. —Eso es un peligro —dijo mientras le permitía llegar el suelo—. Por
lo tanto, estas competiciones de crossfit, ¿pagan por esta casa descomunal?
Asentí, esperando que estuviera bien con eso. Cuarta pregunta.
Me siguió a través del garaje y al vestíbulo. Wrigley se abalanzó contra ella
con toda su fuerza. Dos patas en el suelo y dos en su pecho.
—¡Abajo muchacho! —dije agarrando a mi labrador chocolate, pero no antes
de que pudiera lamerla.
—Hola, amigo —dijo frotándose las orejas—. ¡Qué lindo eres! ¿Cuál es tu
nombre?
Realmente no quería decirle. Me temía que esto haría que corriese lejos.
—¡Vamos, muchacho! —le ordené.
—Will. ¿Cuál es su nombre? —preguntó de nuevo.
—Wrigley. ¿Puedo ofrecerte una bebida? —pregunté.
—¿Es una de sus preguntas?
—¡NO! Era una oferta. Olvídalo... quédate con sed —bromeé—. Toma algo
de la nevera si lo deseas. Aquí está la cocina. La sala de estar. Mira televisión.
Siéntate y ponte cómoda. Haz lo que quieras... excepto marcharte.
Se rio y fue como música para mis oídos. —Ven Wrigley —grité.
Después de mi ducha, la encontré mirando mis fotos de competencias de
crossfit. Mi madre las había enmarcado y me daba un poco de vergüenza tener fotos
de mí mismo en la casa.
—Tienes un cuerpo muy trabajado —dijo.
47
—¿Por qué agradecer? He trabajado duro para tener un cuerpo así.
—Hueles a jabón y a limpio —dijo inclinándose hacia mí. Quería acercarla
más.
Inhalé su aroma suave. —Hueles a sudor y fétido.
Inmediatamente olió sus axilas y comencé a reír.
—¿Debería ducharme? —preguntó.
—No, bromeaba. ¿Bebes aquí o vamos a alguna parte?—pregunté—. Espera,
¿tienes veintiuno?
Sus cejas se arquearon. —¿Crees que los tengo?
Me encogí de hombros. —En realidad, no me importa. Mi objetivo es
conseguir emborracharte y luego aprovecharme de ti.
—Sucede mucho. La mayor parte del tiempo, no puedo recordar quién o
cómo sucedió.
Un gruñido bajo retumbó a través de mi pecho.
—¿Qué fue eso? —preguntó abriendo mucho los ojos.
—Una advertencia verbal para todos los demás hombres por ahí.
—¿Aviso?
Caminé hacia ella con la destreza de un felino de la selva... —Para cualquier
tipo que piense que podría tener una oportunidad contigo.
Su pequeño cuerpo se retorció. A pesar que sus pechos eran pequeños, se
curvaban maravillosamente en su pecho.
—Tengo veintiuno —dijo maniobrando un poco para cambiar de tema.
Sonreí. —Me hubiera detenido de todos modos. ¿Cuál es tu veneno?
Movió sus pequeños hombros. —¿Tienes vodka?
—Sí —le dije, sorprendido por su elección.
Se sentó en la esquina del sofá en el cuarto de estar, así que intenté mantener
cierta distancia y me senté a un par de pasos de ella. Wrigley se había acomodado a
sus pies.
—¿Estás lista para el turno de preguntas? —le pregunté mientras ella bebía.
Asintió. —Supongo. Tú ya has preguntado cuatro.
Mis ojos se abrieron. Ella había estado llevando la cuenta también. —¡NO LO
HE HECHO! —grité.
Asintió de nuevo insistiendo en que lo había hecho.
48 —Preguntar si tienes veintiuno no es una pregunta.
—Sí, lo es —se rio—. Al igual que, cuál es tu veneno.
Me sentía cada vez más cerca de ella. Si tan solo pudiera simplemente
abrazarla.
—Olvida las diez preguntas. Tú vas primero —dije finalmente.
—¿Te gusta en algo Kate? —preguntó sin vacilar, por lo que, obviamente, era
algo en lo que había pensado.
—No. Quiero decir que, supongo que como amiga. Ustedes dos son lindas
juntas.
—¿Lindas?
Asentí. —Sí. Sus interacciones.
Sonrió. —¿La última vez estando con ella, pensaste en mí?
—Estar con ella, ¿quieres decir sexo? —pregunté.
Asintió.
Mis ojos sostuvieron los suyos. —Sí.
Las comisuras de los labios se levantaron.
—¿Eso te hace feliz? —le pregunté y sentí latir mi corazón en la garganta
mientras esperaba su respuesta.
—Tal vez. Lo vi en tus ojos —dijo y cerré la distancia entre nosotros en el sofá.
Levanté su cabello con el dorso de la mano, di un gran trago de cerveza y disfruté
su honestidad.
—¿Es Landon realmente peligroso?
Luché por no sonreír. —No lo sé. Le pregunté a alguien por su nombre en el
centro de resistencia antes de seguirte. Todo lo que sabía es que no ibas con él.
Pareció perder su oxígeno durante un minuto y no sé qué significaba eso.
—Tu turno —susurró.
Supe mi primera pregunta. —¿Cuándo fue la última vez que besaste a un
chico?
—La semana pasada.
El rugido reverberante levantó su fea cabeza de nuevo. —Explica eso.
Se mordió el labio y luego sonrió ampliamente. —A Blake, en el póker de
prendas. El chico me dio un beso en la cocina esa noche.
Puse los ojos en blanco. —En serio dime, porque eso NO fue un beso.
—¿Qué quieres decir por beso?
49
—Dime.
Sacudió su cabeza. —Ha pasado algo de tiempo —dijo en voz tan baja que
apenas la escuché.
—¿Fue con tu hermano?
Sus ojos se cerraron y ella estaba tomando respiraciones profundas. —Ni
siquiera sé tú apellido. —El vodka y el agua que bebía se deslizaron hacia abajo con
demasiada facilidad para mi gusto.
—Es Denton. Will-i-am Denton.
Sonrió pero se desvaneció rápidamente. —Cualquiera que haya sabido esto
se ha vuelto contra mí. Nadie sabe en Kansas excepto Kate.
No podría darle la espalda a esta chica nunca y esto me asustó bastante. Había
sido herida y quería hacer algo para que nunca fuera herida así de nuevo. Pero Jesús,
mis pensamientos me asustaron. Tenía que asegurarle esto.
—No voy a ninguna parte.
—Prométeme que no lo harás.
—Estoy aquí.
Después de un largo sorbo, con el cual terminó su bebida en un tiempo récord,
dijo—: Max no era mi hermano. Era mi hermanastro.
Sabía antes de que dijera nada más que odiaba a Max y si alguna vez lo viera,
lo destruiría.
—Tenía quince años cuando mi padre se volvió a casar. Nunca había
conocido a Max porque vivía con su padre. Lo habían detenido por posesión de
marihuana y su padre lo echó y lo envió a vivir con nosotros para alejarlo de la banda
en la que estaba. Él tenía dieciocho cuando llegó y estaba en período de prueba.
Derramó todo el hielo en su bebida y, tomé su vaso, fui y le preparé otra.
—De acuerdo... —dije cuando regresé.
—Max era hermoso y todas las chicas estaban locas por él. Y allí estaba, bajo
mi techo. Tenía este terrible enamoramiento por él y estaba enojado todo el tiempo.
Con sus padres. Con la vida. Cuando cumplió diecinueve, salió y se hizo algunos
tatuajes y uno de ellos era una "C" y soñé que era mi inicial —dijo aún sonando
decepcionada—. Y él era todo lo que no era a los dieciséis. Era fuerte y valiente, o
así lo creí. Lo quería mucho.
Se detuvo y se quedó mirando sus dedos pensando. Todos mis instintos
querían acercarla a mi pecho y abrazarla. Nunca había deseado algo así y el deseo
fue abrumadoramente fuerte.
50
La parte de mi carácter que siempre había estado viva y real, quería destruir a
Max.
—Max bebía vodka para que Tracy y mi padre no pudieran olerlo, y después
de obtener un MBI6, que estaba conectado a tierra y a casa por un mes a pesar de que
tenía diecinueve; entró a mi habitación una noche mientras estaba estudiando.
Terminé mi cerveza y quería estrellar la botella en la pared más cercana.
¡Depredador!
—Así que, bebimos y llegamos a conocernos. Quería lucir interesante para él.
Probablemente por eso el vodka es mi veneno. Nos quedamos y hablamos durante
horas. Quería saber sobre mi vida sexual y a quién había besado y tenía que decirle

6M.B.I. es una abreviatura de “Manejar Bajo la Influencia." Una persona es culpable del delito si tal
persona está manejando o tiene el control físico efectivo de un vehículo dentro del Estado y la persona
se encuentra bajo la influencia de bebidas alcohólicas o cualquier sustancia controlada o química.
que la respuesta era CERO. Pero mentí y le dije que había besado a un par de chicos.
No estoy segura de sí me creyó. Entonces, una noche me besó y creo que lo supo
entonces, porque me decía que abriera la boca o hiciera algo de diferente forma. Y
Kate y yo hablamos sobre ello y ninguna de los dos pensamos que fuera un error.
No estábamos relacionados. Lo creas o no, ella todavía no había tenido relaciones
sexuales, por lo que compartí todos los detalles morbosos.
Sacudió la cabeza tratando de alejar los pensamientos. Necesitaba saber esos
pensamientos. Por último, me tomó la mano; que era la mitad del tamaño de la mía.
—Alguien debe haber notado que estaba mal —le dije, pero pareció como una
pregunta.
—Nos turnábamos para ir a la habitación del otro. Pero hizo todo para que
fuera a la suya. La casa era enorme. Las cosas... sexuales... fueron más lejos cada
noche. Y algunas personas pensaron que me obligó. Pero no lo hizo. También lo
quería. Cuando me tocaba, nunca me había sentido así antes, y me hizo sentir que
estábamos bien. Me enseñó cosas. Cosas para hacer. Cosas que no se hacen. Entonces,
una noche, cuando estaba en su habitación, Tracy entró. De repente todo era mi
culpa. Según ella, era una niña un poco perturbada. ¿Cómo es posible tener
relaciones sexuales con tu hermanastro? Todo lo que pensé que estaba bien y se
sentía bien fue demonizado. Y tan rápido como pasó, fue enviado a vivir con su
padre nuevamente. Tracy se divorció de mi padre porque mi padre se puso de mi
lado.
Hice una nota mental para agradecer a su padre... comprarle a ese tipo una cerveza.
51
—Pero después que se fue, empezó a tratarme de forma diferente. Creo que
estaba enfadado conmigo por permitir que sucediera... tal vez no me culpa, pero...
estaba solo después que ella se fue y creo que realmente la amaba. Entonces empecé
a culparme a mí misma por el efecto dominó que mis acciones causaron.
A la mierda la cerveza. No recibiría nada de mí.
—A pesar de todo, Kate se quedó. La medicación a la que se refería es un
ansiolítico/antidepresivo. —Rodó los ojos y se mordió la uña del pulgar—. Después
de eso, era un manojo de nervios. Siendo juzgada por gente que sabía. Era la chica
que había tenido relaciones sexuales con su hermano —dijo y su pequeña barbilla
tembló y lágrimas gigantescas rodaron por sus mejillas, pero era como si no
estuviera llorando. Parecía no darse cuenta—. Lo superé, pero a veces regresa si
lucho. No las he tomado desde esa mañana que las adquirí.
Como ya no podía resistirme, poco a poco la acerqué a mi pecho. Euforia me
inundó cuando no se resistió.
—¿Crees que estabas equivocada? —pregunté en voz baja.
Se encogió de hombros. —Mi terapeuta me preguntó eso durante un año una
y otra vez. No creo que lo pensara en ese momento, pero era... —Bajó la cabeza y la
sacudió.
—¿Era qué? —insistí.
Sus ojos se estrecharon. —Voy a decir esto y no quiero volver a hablar de ello
más adelante, ¿sí?
Asentí y oré poder soportarlo.
—Era... rudo —susurró—. Y yo no conocía de otra manera. Fue mi primero y,
bueno, no sabía.
Creí que mi cabeza estallaría como si tuviera un volcán en erupción dentro.
Eso era lo último que esperaba que dijera. Por lo tanto, le había hecho daño. ¡Hijo de
puta! Control. Calma. Hacerle daño... no a ella. Comencé a mover mi pie apoyado en
mi otro tobillo para liberar la tensión construyéndose.
—E incluso ahora, ¿no ves que estaba equivocado? —pregunté.
Se encogió de hombros y balanceó su cabeza hacia atrás y adelante como si
estuviera considerándolo.
—Tenía diecinueve Camden. Y tú quince —dije en voz baja sin querer parecer
alarmado.
Se sentó en posición vertical, lejos de mí, y odié esa distancia.
—Lo sé, Will. Había cumplido los dieciséis.
52 —¿Alguna vez te hablas con él ahora?
—Antes que su madre cambiara su número, le envié un mensaje
preguntándole qué es lo que pasaría. Me respondió diciendo... —su voz se quebró y
se tapó la cara con las manos—. Me gustaría que puedas esperarme y no estés con otros
para que tal vez algún día podamos intentarlo de nuevo. Así que...
—Lo esperaste... —dije y pensé si solo quería matar a Max o simplemente
paralizarlo.
Asintió. —Cuando llegué a KU, era mi nuevo comienzo. Nadie sabía. Kate
me iba a ayudar a encontrar a un hombre. Pero todos los chicos con los que salí, me
dejaban helada en cuanto me tocaban. Me convertí en esta frígida perra fría. No
podía confiar. ¿Cómo crees que me dicen? Entonces Max se presentó.
—¿Aquí?
—Sí. Por lo general, hace una aparición semestral.
Me enderecé mientras un rugido comenzaba muy dentro de mí. Estaba
dispuesto a orinar en ella para marcarla y dejar claro mi reclamo. Tratando de
mantener siquiera un ápice de compostura, me conseguí otra cerveza.
—¿Qué es lo que quiere?
—Quiere saber si he estado con alguien. La última vez me besó, pero cuando
intentó algo más, lo detuve. Ya no soy la misma niña. Se enojó y empezó a gritarme.
Preguntándome por qué no había tenido relaciones sexuales durante los últimos
cuatro años, si no me podía tener. Kate lo oyó gritarme desde la escalera y cuando
entró en el apartamento marcó al 911 en su teléfono. Le dijo que tenía exactamente
treinta segundos para salir o llamaría a la policía. Le dijo que no volviera nunca más.
—¿Se fue?
Asintió. —Se volvió y dijo que recuerde nuestro acuerdo, entonces se fue. —
Después de exhaló un largo suspiro—. Bastante jodido, ¿eh?
Me pareció lindo que acabara de decir jodido, porque seguro que joder era lo
que quería.
—Para nada. —Sonreí—. Él sí lo es, por hacerte esto. ¿Tú... todavía lo quieres?
¿Aún lo amas?
POR FAVOR DI QUE NO...
—No. Veo lo que ha hecho ahora. Y vi películas y leí libros, y cuando él y yo
estábamos juntos... quiero decir teniendo sexo... no era nada como en esas películas
o libros. Sé que algunas de las cosas que hizo... fueron violentas. Bueno, me hizo
53 daño. Y se metió en mi cabeza.
—Todavía está en tu cabeza —dije arriesgándome.
Se estiró y tocó mi cara y fue mi perdición. Creo que me derretí bajo su toque.
—Ayúdame a sacarlo —rogó.
Y de repente este era mi único propósito en la vida.
10
Traducido por Dahi
Corregido por LuVelitta

Will
Terminamos nuestras bebidas y nos sentamos en silencio durante un rato
escuchando música. Para mí, no era un silencio incómodo… solo silencio. Y me
preguntaba por qué me eligió realmente, pero estaba extático.
—¿Cuánto te debo? —preguntó.
Terminé la cerveza y me encogí de hombros. —Bueno, depende... ¿estás
hablando del taxi hasta aquí cuando me negué a dejarte ir o el costo de tu ropa
cuando la rompí?
Se rio y podría escuchar ese sonido todo el día... y la noche.
—¿Deseas rasgar mis ropas en este momento?
54 —Casi cada segundo desde que arrojaste azúcar en polvo en mi cara. Pero sí,
en este momento en particular. —Entrecerré mis ojos.
—Ahora que conoces de mi extensa vida sexual. Háblame de la tuya.
Me reí solo para cubrir mis nervios. No había manera en el infierno en que le
dijera con cuantas había estado. —Cam no quieres oír de eso. Ha habido otras.
Vamos a dejarlo así. ¿Bien? —Dios, si pensaba que estaba sucia después dejar que
Max estuviera con ella, no entendería las innumerables chicas, sin nombre y sin
rostro, con las que había estado. La distraje nuevamente tomando su mano y
besando sus nudillos.
—Bien. Eres sexi y tienes un cuerpo espectacular, así que estoy segura que ha
habido “otras”. Pero lo dejaré estar porque eres amable y en ocasiones gracioso.
—¿De vez en cuando? —grité—. ¡Soy jodidamente gracioso todo el tiempo!
De hecho, vamos a volver al comentario de sexi como el infierno. ¿Piensas que soy
sexi?
Puso los ojos en blanco exasperada y comenzó a levantarse. Tiré de su brazo
hacia atrás y cayó cerca de mí.
—¿Necesitas que lo diga o solo quieres elevar tu ego? —preguntó.
—Recuerda Cam... estás tratando de ser agradable. Esfuérzate un poco.
—¡Cállate! Sabes que eres sexi.
—Tal vez. Pero cuando la mujer por la que estás loco piensa que eres sexi,
todo resulta mucho mejor. —Necesitaba sentirme como basura para asegurarme que
estaba siendo un amigo. Solo podía imaginar lo que mi viejo diría si escuchara lo
que estoy diciendo.
Echó la cabeza hacia atrás riendo. —¿Tú estás loco por mí?
—¡Claramente! Pregúntale a Landon en el centro de entrenamiento. Mi
conjetura es que se dio cuenta que estaba orinando a tu alrededor... marcando mi
lugar. —Me reí.
Sus ojos verdes se clavaron en los míos azules. —No se requiere hacer pis.
—Solo digo. Puedo beber un montón de agua. Voy a orinar en donde sea que
necesite hacerlo.
Su risa me hizo reír y cuando su frente descansó sobre mi hombro, mi cuerpo
se congeló. Leer a la mayoría de las chicas es sencillo. La forma en que se tocan el
cabello. El batir de sus pestañas. Reír sin parar. Pero Cam era diferente. Más
55 reservada. Más genuina. A la mierda si me iba a perder una señal de ella.
Wrigley disfrutaba de una mujer en casa también. Su barbilla descansaba en
el sofá junto a ella.
Empujó sus pequeñas piernas hasta el pecho manteniéndose en mi hombro,
luego sus impresionantes ojos verdes me miraron de nuevo.
Mis palabras salieron antes de querer decirlas—: ¿Alguna vez has estado tan
enferma, vomitando durante días y empiezas a sentirte mejor, pero no comes porque
estas nerviosa de vomitar nuevamente? —susurré.
Asintió.
—Así que estás acostada allí viendo comerciales en la televisión y aparece un
anuncio mostrando pan francés con mantequilla fundiéndose con jarabe en la parte
superior vertiéndose sobre ella. O algún anuncio donde se ven esas patatas y la salsa.
O...
Pellizca mi pierna. —Entiendo lo que dices. Es... como una tortura. Lo quieres
tanto —dice entendiéndome perfectamente.
Le levanto la barbilla un poco para obligarla a mirarme a los ojos. —Así es
como me siento en este momento por besarte. Tus labios cerca de los míos. Los
quiero. Y es una tortura no tenerlos.
—Entonces, en este escenario... ¿mis labios son el pan francés, las patatas o la
salsa?
Sonreí hacia ella. —Mi conjetura es que son dulces. Más como crepés o tortitas,
cualquiera de ellos. Pero estaría feliz de conseguir el jarabe si quieres.
Sonrió. —¿Por qué no te dejas de torturar a ti mismo?
Creo que esa fue la señal que no quería perderme así que me incliné hacia ella
deteniéndome cerca de un milímetro de distancia. Su aliento soplando hacia mí y
todavía mirándonos fijamente. —Camdem... No solo voy a picotear estos labios. Voy
a besarte plenamente y con intención de hacer que quieras más. Pero nada más va a
pasar por lo que no tienes que preocuparte. Solo un beso. Y cuando haya terminado
de besarte... seré yo en quien pienses cuando quieras volver a besar. ¿Entendido?
—Sí—dijo entre dientes.
Y en ese momento, mojé mis labios y la besé. Al principio a un ritmo lento y
suave, permitiendo que nuestras bocas se conozcan. No estaba equivocado con ella
siendo dulce. Cuando sentí la punta de su lengua tocando mi labio, fui a matar.
56 Moldeando mi boca en la suya, nuestras bocas bailaban lentamente juntas a un ritmo
propio. Y cuando gimió totalmente relajada, un gemido gutural vino desde dentro
de mí que nunca había experimentado. Mis brazos la atrajeron tan cerca como
nuestros cuerpos le permitían y era tan pequeña que casi la envolví dos veces.
Wrigley no tenía permitido estar sobre los muebles pero acarició la nariz
contra nuestros cuerpos. Sin detener el beso, agarré su collar y lo empujé.
En el momento en que se podía decir que el beso llegaba a su fin, me dolió...
pero también quería que ella se sintiera un poco igual. Se apoyó contra mi barbilla,
jadeando.
—Lo siento, está celoso... —Sonreí cuando Wrigley continuó molestándola.
Entonces me miró, agarró la parte delantera de mi camiseta y me atrajo hacia
sí de nuevo, sus labios aún más dulces la segunda vez. En mi interior estaba fuera
de control con que quisiera besarme nuevamente. Y no un simple beso tampoco,
estaba a horcajadas sobre mi regazo mientras nos besábamos, y yo literalmente reía
como una niña pequeña. Hice rápidamente un chequeo de mi tarjeta de hombre,
¡pero ya no estaba! Brindemos por...
Wringley ladró y todo el cuerpo de Camden se sacudió. Con ella en mis
brazos me levanté y me acerqué a la cama de Wringley...
—¡Wringley! ¡Almohada! —grité y se acostó—. ¡Permanece allí!
—¡Pobre chico! —dijo—. También quiere un poco de amor.
Picoteaba sus labios. —Voy a conseguir otro perro.
Se rio y apoyó la cabeza en mi hombro.
—No hubo nada rudo en ese beso, Will —dijo con sus ojos apenas abiertos.
Mierda, era hermosa y no tenía idea.
—Nunca sería rudo contigo.
—¿Por qué nada más? —preguntó sin aliento, con deseo ardiendo en sus ojos.
Le sonreí, apartándole el cabello del rostro. —Caaaam... se necesitaría
alrededor de medio segundo para que me cambies de opinión. Sin embargo, quiero
hacer bien esto. Has intentado por tus propios medios quitar al idiota de tu cabeza
y no ha sido un total éxito. Quiero tener éxito.
Miró hacia abajo.
—Eso no significa que no quiera —añadí.
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Moliéndose a sí misma hacia abajo contra mi dureza, sonrió. —Puedo decirlo.
—Obviamente, estaba avergonzada porque se rio e inclinó hacia mí por un abrazo.
—Debería irme —dijo.
Tiré de ambas manos hacia los lados. —Dije no más besos y ella quiere irse.
—No me quiero ir —susurró.
—Entonces no lo hagas. Quédate conmigo. —Quería acceso completo a esta
chica y Kate limitaría eso.
Sus ojos lucieron casi desorbitados. —No podría quedarme aquí, creo que te
atacaría.
Recordándome a mí mismo que no podía ejercer presión sobre ella, retrocedí.
Solo dijo que me atacaría y yo estaba sonriendo. No se iría a ninguna parte. Podría
decir... tanto tiempo como pudiera ser paciente y no espantarla.
—Te llevaré nuevamente a tu coche —propuse—. Pero una última pregunta.
—Bien.
—¿Cuál es tu número de celular?
Sonrió y sus ojos rogaban por otro beso y ¿quién era yo para negárselo? No
había nada que quisiera más. El beso fue suave, corto y dulce. Nunca sería rudo con
ella.
En el camino de regreso al campus, unimos nuestras manos, y nunca en mi
vida había tomado la mano de una chica en mi camioneta. Esto era nuevo para los
dos.
—Me pregunto qué pasó —dijo mirando las brillantes luces rojas y azules de
un coche de policía.
—Están por tu coche.
—¡Oh, Dios! ¡Allí esta Kate! ¿Qué ha pasado?
Abrió la puerta de la camioneta antes que me detuviese por lo que tuve que
frenar fuerte.
—¡CAMDEM! —gritó Kate.
—¿Qué pasa? —preguntó Cam cuando bajé de la camioneta y a mi entorno
todo el mundo se puso de pie—. ¿Qué ha pasado?
Ham estuvo allí, agarró a Cam y la levantó del suelo en un fuerte abrazo.
Cada fibra de mi cuerpo se tensó cuando lo vi abrazándola.
58
—¿Dónde has estado? —gritó Kate—. Tu teléfono estaba en el coche. No
podía encontrarte. Ham no sabía dónde estabas. Eli tampoco.
Eli también estaba allí y frotaba la cabeza de Cam como si fuese un perro.
Dos de los más delgados de Lawrence se acercaron.
—¿Eres Camden Biggs? —preguntó el oficial más gordo y ella asintió.
Fue entonces cuando los ojos de todo el grupo se posaron en mí.
11
Traducido por Lvic15 y ∞Jul∞
Corregido por LuVelitta

Camden
El oficial habló en su radio puesta sobre su hombro. —Cancela la persona
desaparecida.

Todas las piezas encajaron. ¡Pensaban que yo estaba desaparecida!

—Cam. Estábamos tan preocupados —dijo Kate abrazándome. Y para que mi


amiga que siempre parecía no menos que perfectamente controlada, lo hiciera,
estaba claro que estaba estresada—. ¿Estabas con Will?

Asentí y mis ojos se fueron de ella a Will.

59 —¿Por qué? —preguntó.

—Quería hablar con ella —intervino Will.

—¿Sobre qué? ¿Sobre mí? —preguntó Kate dándole con el dedo en el


abdomen y me sentí enferma. ¿Qué decimos? ¿Qué digo? ¿Qué iba a decir él? Seguro
que tenía la mirada de un ciervo delante de las luces de un coche.

—De ti, tonta —dije rápidamente, tratando de salvar a Will.

Will tomó una profunda respiración y miró al suelo.

Kate puso su cabeza en el hombro de Will. —¿Por qué no vienes y podemos


hablar de esto? —dijo acurrucándose contra él. Por primera vez desde siempre, quise
empujarla. Mi expresión cambió y quise llorar.
Incluso con ella apoyándose en él, Will se quedó quieto con sus manos en los
bolsillos de sus pantalones caquis. —No puedo Kate.

—¿En serio, estás bien? —preguntó Ham desde detrás de mí, y asentí y le
quise más por preocuparse.

Esto era totalmente extraño para mí. Siempre estaba donde tenía que estar
cuando tenía que estar. Esa era yo.

—Te necesito. No te alejes corriendo de mí de nuevo —guiñó Eli, después ella


y Ham se fueron juntos.

Cuando me giré, Will estaba saliendo del aparcamiento en su camioneta


dejándome allí con Kate y los dos policías. Los policías me advirtieron sobre irme
con hombres que realmente no conocía y especialmente sin mi teléfono. Escuché
silenciosamente sus instrucciones y avisos, después Kate y yo nos fuimos a nuestro
hogar.

De vuelta en el apartamento, puse a cargar mi teléfono sin batería y sonó


debido a un mensaje casi instantáneamente. No reconocí el número y no era un
contacto en mi teléfono, así que esperaba que fuera Will.

¿¿¿LE DIJISTE QUE HABLAMOS SOBRE ELLA??? ¡WTF! dime


60 exactamente cuándo fue eso... ¡quizás cuando tu lengua estaba en mi boca porque
no pude entenderte si ese fue el caso!

Me reí y todo mi cuerpo tembló con excitación.

¡Lo siento! Me congelé. Te dije que no era buena en esto. ¿Cómo se suponía
que tenía que saber que el FBI estaría buscándome? Enviar.

Kate entró en la habitación con una camiseta corta y su tanga... Dios, ¿qué vio
en mí? Se dejó caer en el sofá y encendió la televisión. Estaba actuando rara. Algo
estaba mal. Mi teléfono sonó.

Que le jodan al FBI. Ham y Eli son como los Navy Seals en lo que a ti se
refiere. Creo que puedo con uno… pero con ambos puede ser difícil.

Una sonrisa inamovible estaba puesta en mi cara. Le envié un mensaje de


vuelta.
Solo son mis amigos. Nunca se han encontrado con mi lengua. Enviar.

—¿Estás bien? —le pregunté a Kate que se había decidido por ver una
repetición de Friends.

—Supongo. Solo estaba muy preocupada.

Me sentí mal, pero mi teléfono sonó y no pude evitar sonreír.

¿Sentiste eso? La tierra tembló. Ese fui yo gruñendo desde mi casa. Mejor que no
vayan a ningún lugar cerca de tu lengua. O cualquier otra parte de ti. Si lo hacen,
mi puño se encontrará con sus labios... y sus ojos y riñones y no de una manera
gay, posiblemente sus pelotas.

Incapaz de contener mis risitas, salí de la habitación por un minuto y me tiré


encima de mi cama.

No es necesario nada de pegar en las pelotas u orinar. Mi lengua seguirá


siendo exclusiva. Enviar.

—¿Cam? —gritó Kate desde la otra habitación. Dejé mi teléfono en mi cama


sabiendo que sería una GRAN distracción.

—¿Sí? —Me senté a su lado.


61
Pasó sus dedos por sus rubios rizos y pareció molesta. —¿Dijo algo sobre
alguien que le guste?

—¿Qué quieres decir? —pregunté, mi corazón rompiéndose lentamente


mientras hablaba.

—Me dijo que estaba medio viendo a alguien —explicó, y me mordí el labio—.
Quiero decir, ha pasado una semana y no hay duda de que el sexo es bueno. Así que
me pregunto cuando ha conocido a esta chica.

Me encogí de hombros. —Bueno, no es como si estuvieran en una relación


exclusiva.

Sus ojos se elevaron hacia mí. —Cierto, pero él no sabía eso.


Dios, quería decírselo. No le quería solo por sexo. Me hacía reír y sonreír y
quería estar con él. Me ponía... húmeda. Todavía sentía lo que me había hecho entre
las piernas y eso fue solo por su beso. El mejor beso que nunca había tenido. Lo
quería otra vez. Sus suaves labios y su gentil lengua.

Kate se acurrucó en una bola con su ipad y comenzó a leer, así que la dejé sola.
Además me sentía pésimo. Y quería volver a mí teléfono.

¡¡Cuatro nuevos mensajes!! Nunca me había enviado mensajes de verdad con


un chico antes. No de esta manera. Estaba casi temblando con entusiasmo mientras
los leía.

O mearé si hace falta. Ya he dejado eso claro. No será un golpe en las pelotas.
Más como un puñetazo en las pelotas.

Sé que es tarde pero no te vayas a dormir aún.

Vale, realmente no romperé las pelotas de los idiotas.

Cam. ¡Me estás haciendo poner serio y estoy muy incómodo con eso!
Normalmente no envío mensajes a chicas y estoy sosteniendo mi respiración hasta
que vibre de nuevo. Mejor que te des prisa.

62 ¡El último mensaje era de hacía 12 minutos! Así que le envíe un mensaje.

Lo siento. Estaba hablando con Kate. ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿LE DIJISTE QUE TE


GUSTA ALGUIEN????????? Enviar.

Lo siento has contactado a una persona que está tan ridículamente loco por
una chica que ahora ha perdido el conocimiento...

Me tapé la cara y reí a pesar de que era la única persona en la habitación. Me


avergonzaba. No entendía lo que había hecho para atraerlo. Mi teléfono sonó de
nuevo.

Lo hago por cierto, sí me gusta alguien.

Mi corazón se expandió totalmente en mi pecho. Esto era una locura. Mi


teléfono sonó de nuevo.

¿Te gusta alguien?


Me gusta este tipo —envío.

¿Su nombre rima con William Penton?

Extrañamente... sí, aunque me pregunto cuántas veces ha atraído chicas a


su casa, arrastrado en sus brazos, colmado de besos alucinantes y luego roto sus
corazones. Enviar.

Sin saberlo, agarré la parte de la camisa cubriendo mi corazón.

Besos alucinantes, ¿eh? A decir verdad, no podría darte un número. ¡Oh


espera! Sí puedo. ¡CERO! Quise decir lo que dije. Y no voy a mentir. Ninguna
chica ha estado en mi casa. Y mucho menos en el sofá o en mi cocina o mirando
fotos de mi cuerpo trabajado.

Esto me hizo respirar con más facilidad.

Me haces sonreír. Tu cuerpo me hace... ¡no sé qué! Enviar.

¿Quieres saber que lo que hizo a mi cuerpo lo que acabas de decir? Grrr
Hablando de cuerpos. Por qué no me envías una foto del tuyo.

Mi teléfono sonó de nuevo antes de que pudiera responder.

63 ¿Acabo de enviar el texto grrrr? Dispárame ahora.

Con mi cámara del teléfono tomé una foto de mis uñas de los pies pintadas y
pulse enviar. Un minuto más tarde, respondió.

Excelente. Eso debería ayudarme a pasar la noche.

Dios... me pilló.

¿Cómo es que no sé nada de ti, pero todavía siento que te conozco mejor
que a mí misma? Esto es una locura, Will. Asusta. Enviar.

Cuatro de los minutos más largos de mi vida pasaron antes de mi teléfono


sonara de nuevo.

No tengas miedo nena. No te haré daño. Este sentimiento dentro de mí es


uno de felicidad y emoción y tal vez te he empujado esta noche. Esto es extraño
para mí también. Lo siento.
¡No! ¡No me has empujado! ¿Qué estaba diciendo? ¡Soy muy mala en esto!
Respondió de nuevo antes de que yo pudiera.

Te diré qué. Voy a ir a la cama, pero quiero que pienses en tres cosas. Uno.
Contarle a Kate. No quiero que te ocultes o a nosotros. Dos. Promete que me
besarás mañana en algún momento. He decidido que es como una vitamina diaria.
Tres. Envíame diez cosas en las que crees. Voy a hacer lo mismo.

Tomé una respiración profunda, lenta y prolongada. Will Denton era perfecto
en casi todos los sentidos que podía imaginar. Respondí...

Uno. Está bien. Voy a hacerlo. Dos. Prometo (preferiría esta noche, pero si
vas a hacerme esperar) Tres. ¿Empiezo ahora? Si es así, creo que los sueños pueden
hacerse realidad. Buenas noches Will.

Yazco en la cama durante veintidós minutos esperando por algo... nada...


nada. Debe haberse quedado dormido. Tratando de dejar que la adrenalina deje mi
cuerpo, me acurruqué en mi cama con el ventilador de techo soplando y cerré los
ojos. Entonces sonó. Rápido me senté y leí el texto.

Si Kate está dormida, te dejé algo en tu entrada.

Me levanté de la cama, en silencio abrí la puerta, vi que la de Kate permanecía


64 cerrada y abrí la puerta del apartamento. Allí estaba con un par de pantalones cortos
y una camiseta con la sonrisa más grande que le había visto.

—Hola —dijo.

—¡Hola! —le susurré y mi sonrisa igualó la suya.

—Dijiste que preferías otro beso esta noche así que... aquí estoy.

Abrió los brazos, y estaba realmente avergonzada por la euforia disparando


en mi cuerpo. Con el pulgar, levantó mi barbilla y sus labios bajaron a los míos. Fue
incluso mejor que antes. Su lengua tan suave y tierna, mientras recorría mi boca. Un
suave gemido escapó de mi garganta mientras sus manos pasaban por mi cabello,
masajeando el cuero cabelludo y sosteniendo mi cabeza firmemente en su lugar. Su
otra mano descansaba en la parte baja de mi espalda, y me inclinó hacia él. Dejó de
besarme lentamente.
—Mete tu culo en el interior antes que vaya en contra de lo que dije antes
acerca de nada más pasando —dijo sonriendo y empujando mi cabello detrás de las
orejas.

Alcé las cejas. —¿Y si te atraigo a mi habitación?

—No resistiría ni siquiera por un segundo.

Me dio un beso en la frente y empezó a bajar por las escaleras.

—Puedo ver la ventana desde el estacionamiento. Bloquea la puerta, ve a la


ventana, entonces salúdame. —Bajó unos pasos más—. Ah, y Camden. Estoy
empezando a creer en el amor a primera vista. Tu turno —dijo y se dirigió a su
camioneta.

Haciendo exactamente lo que dijo, lo saludé desde la ventana, subí de nuevo


en la cama y decidí que tanto como quería usar mi juguete... no iba a hacerlo.
Esperaba ser tocada por él... y una parte de mí esperaba que fuera pronto.

65
12
Traducido por Jessibel
Corregido por LuVellita

Will
Cuando desperté a la mañana siguiente, las sábanas estaban levantadas
debido a mi forma de pensar sobre Cam antes de ir a la cama y al instante después
de despertar. Inmediatamente, alcancé mi teléfono.

Creo en el apoyo a los soldados, incluso si no estoy de acuerdo en por qué


lo están haciendo.

Maldición... iba a casarme con esta chica. No había manera que pudiera haber
entendido lo que esto significaba para mí. Si tan solo Matty la hubiese visto.
Conocerla. Odiaba la guerra en que luchó, pero le apoyé con cada parte de mí. Le
escribí. Le hablé por Skype. En diciembre sería un año completo. Mi teléfono zumbó
de nuevo encendiendo la pantalla.
66
Sonreí cuando su nombre parpadeó en la pantalla: Camden.

Creo en levantarse temprano para ver salir el sol, incluso si luego vuelvo a
dormir. ¡DESPIERTA!

Envié un mensaje de vuelta.

Estoy despierto. Observé la salida del sol y luego regresé a la cama. Enviar.

¿¿De Verdad??

No... Enviar.

:(

¡Ah, infiernos no! Mi chica no iba a fruncir el ceño.

A partir de mañana estaré despierto para cada amanecer. Diablos,


simplemente no iré a la cama. Enviar.
:))

Puesto que es sábado estaba pensando que podíamos desayunar. Enviar.

¡DE ACUERDO!

Sonreí y envié un mensaje nuevo.

Y almorzar. Enviar.

¡¡DE ACUERDO!!

Otra sonrisa.

Y cenar. Enviar.

¡¡¡DE ACUERDO!!!

¡Dios amaba esos puntos de exclamación! Las sábanas estaban como tienda
de campaña de nuevo. Maldición... en este punto, la forma en que estaba actuando
era patética. Me alegraba que las sábanas estuvieran como tiendas de campaña; al
menos demostraba que todavía tenía mi pene. Solo había besado a esa chica. No
podía imaginar cuán azotado estaría una vez que tuviera esa parte mía también. Me
reí y luego decidí llamar. Respondió casi de inmediato.

—Hola —susurró.

67 —¿Le has dicho?

Se rio. —Bueno, buenos días a ti también.

—Cam. Una buena mañana sería despertarte, y no puedo hacerlo hasta que
le digas, dulzura.

Un suspiro tranquilo hizo eco a través del teléfono.

—No estoy tratando de presionar. Lo prometo. Haz lo que creas que es mejor
—dije.

—Will, quiero decirle. Pero anoche ella lo mencionó y está luchando un poco.

Mierda. No me di cuenta que Cam estaba luchando también, pero lo oí en su


voz.

—¿Luchando con qué?

—Solo cómo... Desde que... Creo que... No entiendo. Dios, no lo sé...


Guau. Esta chica mía era siempre rápida e ingeniosa. Lo que estuviera
ocurriendo allí la dejó sin palabras.

—¿Comprender qué, Cam? Habla conmigo.

Se quedó en silencio por un momento, así que la dejé. Finalmente habló—:


¿Ella no entiende cómo le puedes gustar a alguien cuando las cosas iban bien?

—¿Las cosas iban bien? ¡Nunca tuvimos una cita y nunca hablamos! ¡No
habíamos hablado en una semana! —Había levantado la voz sin pretender hacerlo.

—Ella estaba hablando de... estar juntos —habló en voz baja y quería
abrazarla desesperadamente.

—¿Estar juntos? Al igual que en...

—Sí —dijo antes de que pudiera terminar—. Al parecer, eso fue bastante
increíble —susurró.

El oír la más mínima inflexión de dolor en su voz me aplastó. No tenía


derecho a estar enfadado, pero me gustaría arreglar esto. Lastimarla nunca sería lo
correcto en mi mundo.

—Cam. Tomaré una ducha. Voy para allá. Voy a estar allí en una hora. Le
diremos juntos.

68 —Pero...

—No hay peros. Nos vemos pronto bebé.

Camden no había llamado o enviado mensajes de texto, a pesar que había


sido bastante directo con ella acerca de lo que estaba pasando, era de esperar que
entendiera y estuviera lista. Aparqué la camioneta y me dirigí hacia las escaleras.
Me recibió en la puerta.

—Ella no está aquí en este momento —dijo sin hacer contacto con mis ojos.

—No mires hacia abajo. Mírame. Esto es correcto. Esto es lo que debemos
hacer —le expliqué cuando entramos en su apartamento.

Asintió. Una vez que la puerta estaba cerrada, la llevé en mis brazos y fundió
su cuerpo contra el mío. Mi corazón se llenó de... ¿amor?

—Estoy nerviosa —dijo en voz baja.


Aparté el cabello de su cara y rocé sus labios.

—Lo sé y lo entiendo. Estaré aquí contigo. Mientras sea lo que quieres.


¿Quieres que me quede, verdad?

Sus inseguros ojos verdes encontraron lentamente los míos. —Por favor,
quédate.

Abrazándola otra vez, le dije—: Está bien.

***

Cuarenta y cinco minutos más tarde, Cam se puso rígida y dijo—: La oigo
subir las escaleras.

Con mis manos, frotaba suavemente su espalda. De repente se puso de pie y


dijo—: Vamos a la cocina. Vamos a hacer...

—Siéntate —dije abrazándola en su lugar—. Va a estar bien.

Fue entonces cuando la puerta principal se abrió y Kate entró con un par de
bolsas de Dillons.

—Hola, Will. Cam. ¿Qué pasa?

69 Cam apenas sonrió. Esto iba a depender de mí.

—¿Necesitas ayuda? —pregunté y tomé un par de bolsas.

Llevamos las bolsas a la cocina y al menos Cam nos siguió. Ayudó a vaciar
las bolsas y guardar los comestibles. Una vez que todo estaba en su lugar, Kate se
volvió hacia mí y me preguntó—: ¿Quieres venir a mi habitación? Sé lo que dijiste
anoche, pero...

—No estoy aquí por ti Kate. —Solo lo dije. Rápido. Sin tonterías. Cam miró
hacia abajo, y le tomé la mano, y con ese gesto ella sonrió y levantó la vista hacia mí.
Me guiñó un ojo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Kate y sus ojos saltaron de mí a Cam, ida
y vuelta.

—Quiero decir que estoy aquí para ver a Camden.

Cam se aclaró la garganta. —Nosotros...


—¡Espera! —Kate levantó la voz—. ¿Camden? ¿Tú y Cam? ¡Cam! ¿Will y tú?

Vi cuando Cam tragó y tomó una respiración profunda y luego asintió.

Kate se acercó a mí y estaba bien, prefería que se enojara conmigo que con
Cam. —¿Este es el alguien que te gusta? —preguntó.

—Sí —dije.

Estábamos cerca, cara a cara. —¿La has cogido?

Respetar a Kate era importante porque era la mejor amiga de mi chica. Eran
como Bubba y Forrest Gump. Como Lucy y Ethel. Al igual que Betty y Wilma. Oprah y
Gale. Lo que ocurriera en los próximos minutos sería crítico.

—No. No hemos estado juntos —dije.

—Así que anoche, cuando ustedes dos estaban juntos, ¿no estaba hablando
de mí?

Negué. —No.

—¿Y es en serio que no la follaste?

—No ha habido... ¡con un demonio! —dije pestañeando por la forma en que


salió.

70 Kate meció su cadera hacia el lado colocando una mano en su cadera y


levantando el otro brazo con un dedo acusador. Creo que iba a decirme que me fuera.

—Déjame decirte algo Will. ¡Esta es MI chica! Es la mejor chica que nunca
podrías encontrar en todo el mundo. Es dulce y amable y su corazón está hecho de
oro. No es nada como yo. Si alguna vez le haces daño, lo juro por Dios, ¡voy a cortar
tus bolas! ¿Entiendes?

Una lenta sonrisa cruzó mi cara y tiré de Cam más cerca de mí. —Entiendo.
No voy a hacerle daño.

Kate me agarró de la camiseta y tiró de mí cerca de ella y la dejé. —Y una cosa


más... ¡llévala a esa habitación en este momento, desnúdala y haz cosas sucias con
ella!

—¡Kate! —habló finalmente Cam con una sonrisa llena de alivio.

No es de extrañar que Cam estuviera tan tranquila. No podía decir una


palabra con esta mejor amiga suya. Independientemente de las objeciones de Cam,
Kate nos empujó hacia el dormitorio y desapareció diciéndonos que no saliéramos
por dos horas completas, lo que estaba bien para mí.

Y mientras Kate me guiñó un ojo cuando cerró la puerta, me juré a mí mismo


que a esta chica que era tan buena con Cam, también la protegería brutalmente.

Cam se rio y enterró su nariz en mi pecho.

—Esa chica te quiere —le susurré llevando un mechón de su cabello hasta mi


nariz.

—Lo sé. Pero no estaba segura de lo mucho que le gustabas —dijo.

Tomé suavemente su cara con mis manos y la miré a los ojos. —No me
importaría si Megan Fox quiere mi polla en este punto —dije.

Me empujó hacia atrás. —Si Megan Fox quiere que la folles... Tendría cuidado
por si acaso.

Los dos nos reímos y me senté en su cama.

—Ven aquí —dije tirando de ella a mi pierna. Sus pies colgaban entre los míos
cuando se sentó, entonces me tendí. Tenía la cabeza apoyada en mi pecho y no estaba
71 seguro de que hubiera una mejor sensación en el mundo entero.

—¿Will?

—¿Sí?

—Si durmieras con Megan Fox, ¿qué obtengo?

Sonreí mientras miraba hacia el ventilador del techo, arrastrando los dedos
por el cabello.

—Tú me tienes —susurré.

—No, en serio —bromeó—. Merezco un lujo también.

—Te voy a comprar un helado —dije y la levanté desde donde descansaba


encima de mí—. Ahora cállate y bésame.
13
Traducido por Jessibel

Corregido por Mich Frase

Kate
En silencio, cerré mi puerta y me acurruqué en la cama en una bola. Las
lágrimas cayeron mientras los escuchaba a ellos reír al otro lado de la pared. Camden
merecía la felicidad después de lo que Max le había hecho a ella, pero yo era una
especie de entusiasta sobre Will Denton.
Por lo general, no quería ver a un tipo más de un par de veces, pero Will
estaba empezando a gustarme. Además que era monstruosamente caliente. Viendo
la forma en que la miraba, la forma en que sostuvo su mano, su manera de hablar en
su honor, hacía que doliera el corazón. Anhelaba eso desesperadamente. Algún día,
¿verdad?
Tenía que apoyar esto. Mantenerme alejado de Will era imprescindible. Yo
72 nunca podría lastimar a Cam. Tuve los padres perfectos, la familia perfecta... En
cambio, ella había sido despojada de su madre y en su mayor parte a un padre leal.
Estuve a su lado mientras ella llamó a lo que Max hizo, amor. Era tan joven y
él la violó horriblemente. Y sólo porque algo de lo que él hizo se sintió bien, según
ella lo disfrutó. Pero ahora sabía. Sabía lo mucho que había crecido su odio hacia él.
Encontrarlo en nuestra puerta una vez al año fue muy duro para ella. Devastador.
Una vez estuvo aquí y nunca supo por qué lo eché.
Todavía me molesta que la sienta como de su propiedad de alguna manera.
Y nunca lo superó. Si Will podía ayudarla con esto... tendría más poder hacia él. Por
mucho que doliera mi corazón en este momento, se lo merecía. Se merecía el amor y
la felicidad.
14
Traducido por Jessibel
Corregido por Tamij18

Camden
El beso de Will me hizo cosas que no sabía que eran posibles. Por supuesto,
habían pasado casi cinco años desde que me habían besado de la misma forma en la
que él lo hizo. Pero en aquel entonces, no recuerdo haberlo sentido en cada parte de
mi cuerpo o tan intensamente entre mis piernas. Había una gran diferencia entre mi
primer beso y el beso de Will. Max nunca me hizo sentir segura o protegida.
A pesar de lo mucho que quería estar con Will, una gran prueba de física me
esperaba el lunes.
—Tengo que estudiar —le dije un par de días más tarde en su casa mientras
besaba mi cuello—. Me prometiste que si venía mientras te ejercitabas y levantabas
eso me dejarías estudiar.
73 —Y tengo la intención de hacerlo. Pero dame un solo beso y luego entras al
gimnasio conmigo.
Así que lo hice. Le di el mejor beso que tenía para ofrecer y cuando terminé y
me aparté, gruñó. Wrigley se levantó a cuatro patas cuando Will gruñó como un
animal.
—¡Ahora, ve a trabajar! —Bromeé.
Alzó los ojos y sonrió tirando de mí por el pasillo hasta la puerta de un
dormitorio... mi corazón se intensificó. Pero cuando abrió la puerta, un gimnasio
como nunca había visto estaba allí. Creo que había combinado dos habitaciones, y
había espejos en todas las paredes. Wrigley fue directamente a una almohada en la
esquina.
—Siéntate —ordenó—. Y para mí quemar lo que acabas de hacerme, sería un
trabajo totalmente diferente. —Me guiñó un ojo, se acercó a una cuerda que estaba
suspendida del techo, y la escaló como si no fuera nada. ¡No estaba segura ni siquiera
de poder sostenerme y mucho menos tirar de mí todo el camino hasta él! Luego, con
gran control, se bajó.
Luego se inclinó, levantó una barra con pesas, se la acercó hasta la barbilla
mientras se ponía en cuclillas, luego la bajó de nuevo. Después de eso, lo hizo unas
diez veces más. ¡Entonces, lo que hizo fue subir la cuerda de nuevo! Los levantadores
de pesas siempre han sido algo desagradables para mí. Grotescamente grandes. Las
venas que parecen estallar. No hay cuellos. Caminan de lado a lado en vez de lo
normal. Pero Will... su cuerpo se define como sexy. Si googleas sexy, aparecería la
imagen de Will. Al igual que en la portada del hombre vivo más sexy de la revista
People. Realmente no podía decir que fueran músculos blandos porque se abultaron
como si fueran a rasgar su piel... pero era delgado... delgado y cuando se acercó la
barra de peso hasta la barbilla de nuevo, me quedé mirando la V perfecta que
enmarcaron sus abdominales, el ombligo perfecto y el parche de pelo justo debajo.
—¿No se supone que estás estudiando? —preguntó guiñando el ojo de nuevo.
Sonreí. —Estaba estudiando... el cuerpo humano.
Se rio, limpiándose el sudor con una toalla; una capa de sudor cubrió su
cuerpo como la capa de cera en un coche. —Por mucho que me guste que me
estudies, tendrás tiempo para eso más tarde. No me hagas encerrarte. —Señaló el
libro en mi regazo.
Sabiendo que tenía razón, traté de revisar mi capítulo, pero luego se trasladó
a los dos anillos, como los que usan los gimnastas y comenzó a levantarse y a bajar
74 una y otra vez forzando los músculos de la espalda, los brazos y el pecho a apretarse.
Iba a tener que irme. La tensión llenó mi cuerpo... ¡TENSIÓN SEXUAL! No había
manera en el infierno de que la física ganara.
Al salir de su “gimnasio”, giré a la derecha por el pasillo y entré en una
habitación real. Sonreí. Esta era su habitación, no tenía ninguna duda. La cama
estaba hecha y un ordenador estaba colocado al lado del reloj de la mesilla de noche.
El color era un bronceado intenso y su edredón marrón y las almohadas a cuadros
eran perfectas.
Un cuadro de Will y otro chico con sus brazos alrededor uno del otro, estaba
enmarcado al lado de su cama. Ellos podrían pasar por hermanos. El marco negro
no era un marco barato; y era pesado cuando lo recogí. Con el dedo, recorrí el cristal.
Los ojos de Will brillaban en la imagen, obligándome a sonreír. Su felicidad en la
foto era evidente.
Wrigley me siguió hasta la habitación y se tumbó en la almohada junto a la
cama. Yo estaba nerviosa cuando me tumbé en su cama, pero lo hice de todos modos,
tumbándome sobre mi estómago y abriendo mi libro. El edredón olía a limpio y la
cama era suave. No pude evitar preguntarme qué pensaría si me encontrara aquí.
Capítulo 2... El equilibrio estático... ¡bah!

75
15
Traducido por Jessibel
Corregido por LuVelitta

Will
Llevé las dos toallas sudadas a la lavandería después de mi entrenamiento y
me sorprendió no ver a Cam en el sofá. Después de dejarlas caer en el cesto, fui a la
cocina, pasé por el comedor, y comencé a entrar un poco en pánico. Lancé una rápida
mirada en el patio... nada. Mi caminar se había convertido en un trote y me precipité
más allá del gimnasio y hasta mi dormitorio. Sentí alivio mezclado con no sé qué al
verla acurrucada en una bola, bajo mi manta, en medio de la cama, con el ventilador
de techo soplando sobre ella... dormida. Wrigley también estaba en mi jodida cama.
Uno de sus ojos se abrió y me espió, luego lo cerró de nuevo. Ninguna chica había
estado en mi casa, y mucho menos en mi cama y, sin embargo encontré
76 increíblemente relajante y reconfortante verla allí. La quería allí.
En silencio, me dirigí al baño fuera de la habitación y entré en la ducha, me
enjaboné rápidamente, lavé el sudor, me sequé, me metí en un par de pantalones
cortos y la encontré en la misma posición. Maldición, era linda. Sus labios no estaban
ni sonrientes ni fruncidos, simplemente estaba completamente relajada. Su cabello
rojo cubría una de mis almohadas. Hice una nota mental para dormir sobre esa
almohada esta noche. La parte inferior de su cabello parecía ser de un rojo más
intenso que los destellos en la parte superior.
Wrigley ni siquiera me miraba. Chasqueé los dedos y el saltó y se bajó.
Camden se agitó un poco, pero no despertó. Orando para no incomodarla, me
deslicé al lado de su cuerpo, manteniendo la manta entre nosotros. Despertó
sobresaltada. ¡Maldita sea!
—Hola, bella durmiente —le susurré.
Todo su cuerpo se puso rígido al estirarse. —Hola… —gimió y se acurrucó
en mí y juro que mi corazón se disolvió en la nada en ese momento y de alguna
manera se unió al de ella. Llámalo una especie de ósmosis. Llámalo cómo quieras.
No me importa, ella tiene mi corazón y es lo que importa.
—¿Estás enojado conmigo? —preguntó.
Esto me sorprendió—: ¿Por qué estaría enojado contigo?
Se dio la vuelta hacia el interior, frente a mí y se acercó más. —Por entrar aquí.
Como si estuviera en mi casa.
—Ni siquiera un poco —dije besando la parte superior de su cabeza—. ¿Has
terminado de estudiar?
—Estudié durante una hora más o menos.
Me quedé allí, pasando los dedos por su cabello y mirando el ventilador de
techo girar. Celestial. Esto era tan nuevo para mí.
—Dime algo sobre ti —le dije.
—¿Cómo qué?
—Cualquier cosa. Indago en una chica que no conozco muy bien. ¿De dónde
eres? ¿Qué te gusta? ¿Qué odias? ¿Qué quieres ser?
—Hmmm. Plano, Texas. Comida mexicana. Los saltamontes. Un ingeniero
del petróleo.
—¡Guau!
—Te toca —dijo.
77
—Hmmm... —la imité—. No muy lejos. Sábanas limpias. Los abusadores. Un
ingeniero del petróleo.
Sus ojos se abrieron mientras la miraba. —¿En serio?
Asentí—: Terminaré mi maestría este año. ¿Y por qué si eres de Texas, llegaste
aquí para un grado de ingeniería de petróleo? A & M es uno de los mejores.
—Mi madre fue a la escuela en Kentucky y esa es una de las últimas cosas de
la que la recuerdo hablando. —Su rostro se entristeció, y no me gustó.
—¿Hablas de ella en tiempo pasado?
—Murió cuando tenía nueve años. Una larga historia corta. No se suponía
que tuviese niños. Yo era su pequeño milagro. Pero luego se quedó embarazada de
nuevo con mi hermano. Fue un embarazo de alto riesgo. Estuvo en reposo en cama
durante mucho tiempo. Nos sentábamos juntas a ver la televisión.
Sonreía al recordar y mi corazón se expandió.
—Había un viejo programa de televisión llamado La casa de la Pradera.
¿Alguna vez has oído hablar de él?
Asentí—: Tuve que leer los libros en la escuela primaria.
Una cálida sonrisa se dibujó en su rostro. —La veíamos juntas mientras yacía
en la cama. Y parecía estar cada vez más enferma. Resultó que algo estaba pasando
con sus riñones. Quería llevar el embarazo a término, pero terminaron por inducirle
el parto. No saben lo que ocurrió realmente, pero al final, partes de ella comenzaron
a apagarse. Ella estaba tan feliz cuando llegó Fen, pero él también murió, un día
después de ella. A veces la extraño mucho.
Sin vacilar, mis brazos se deslizaron a su alrededor hasta que no pude
conseguir estar más cerca. —Lo siento Cam.
—Está bien. Ella me quiso y yo la amaba, y a veces pienso que Dios nos dio
ese momento cuando estaba en reposo en cama por una razón. ¿Suena tonto?
—No, bebé. Eso no suena tonto en absoluto. —No podía decirle que Dios y
yo estábamos en desacuerdo en este momento.
Tantas cosas tenían sentido ahora. Ella no aprendió lo que era correcto o no
sobre el sexo con su madre, y en su lugar confió en lo dicho por el idiota de su
hermanastro.
—Quise tanto que Tracy fuera esa madre que necesitaba cuando tenía quince,
pero sabemos cómo funcionó —dijo moviendo la cabeza.
78 Esta chica en mis brazos no tenía a nadie que estuviese allí para ella el cien
por ciento de las veces. Espera, eso no era cierto. Estaba Kate. Y pensar que
posiblemente me metí en el medio de ellas. Pero Kate sabía. Ella sabía el dolor que
Cam había vivido y fue realmente una mejor amiga. Sin lugar a dudas, vigilaba su
espalda todo el tiempo. Siempre estaré agradecido con Kate por eso.
—Cuán Debbie Downer7, ¿eh? —sonrió.
—Esas son las cosas que quiero saber. No puedes ser una feliz... Henrietta8
todo el tiempo.

7Downer se refiere a deprimente, por lo que se le dice Debbie Downer a una persona que se siente
miserable y estropea con su humor el disfrute de los demás.

8Feliz Henrietta, juego de palabras haciendo referencia a Debbie Downer.


—¿Feliz Henrietta? ¡Dios mío! ¡No acabas de decir eso! —dijo levantándose
sobre sus rodillas y mirándome fijamente.
—Lo siento si no fue lo suficientemente bueno para ti, Captain Creative9 —
bromeé.
—Está bien. Sammy Sorryass10, si no pudiste pensar algo más rápido... señor
Grado de Maestría.
Mis ojos lloraban de la risa y ella estaba a horcajadas sobre mi cintura.
—No te preocupes... Mary Meanie11 si te hace sentir mejor el atacar a otros.
Sus manos patinaban a lo largo de mí... desde el cuello hasta el ombligo...
haciéndome contener el aliento.
—Tú eres extremadamente Sexi Sammy —susurró rodeando mi ombligo—.
¿Cómo has estado solo por tanto tiempo?
Rodé los ojos. —Supongo que soy quisquilloso.
—¿Quién es Matty? —preguntó, trazando ligeramente mi tatuaje, y mi
corazón se hundió. Su pérdida y dolor eran más antiguos. El mío era más fresco...
más crudo. Inseguro sobre cuánto podría mantenerme sin quebrar, sacudí la cabeza.
—¿No me vas a decir?
—Te lo diré... solo que no en este momento —le expliqué. En ese breve
momento hizo una mueca en su cara antes de ocultarlo con una sonrisa. Maldita sea,
79 Will. Está bien hablar de ello... Ella había compartido sobre su madre y sobre el
capullo y tú te estás frenando.
—Solo una pregunta, ¿es un apodo para una chica? —preguntó con sus
mejillas teñidas de rojo.
Maldición esta chica era linda y no pude controlar la sonrisa que se extendió
por mi propia cara. Aparté los rizos rojos de su rostro. —¿Alguien está celosa?
—No lo sé todavía. Depende de si tienes su nombre tatuado debajo de tu
corazón —dijo encogiéndose de hombros y mordiendo su labio inferior.

9Captain Creative; Capitana Creativa.

10Sammy Sorryass; Sammy Culo-triste.

11Mary Meanie; María Malgenio.


Con el pulgar, solté su labio inferior. —Matty era mi hermano —susurré, y
dolió como el demonio sin tan siquiera decir mucho. —Miré hacia abajo para
asegurarme que mi pecho no estaba cediendo.
Se deslizó fuera de mí, lo que no me gustó, y se puso de lado frente a mí, así
que me di la vuelta.
—Dijiste que era tu hermano...
Mientras mi cabeza daba vueltas, traté de centrarme en ella. En sus
sentimientos. Pero el nudo en mi estómago apretó y me salí de la cama. No podía...
no iba a llorar delante de ella. No podía llorar en absoluto.
—¿Will? —dijo en voz baja.
—Espera, voy por algo de tomar.
Sabía que alejarme posiblemente le dolería, pero necesitaba la distancia solo
por un momento. Entonces haría lo que fuera necesario para hacer las paces con ella.
Después de agarrar la botella de agua de la nevera, había tomado la mitad del
agua en el momento en que sentí sus manos rozar mi espalda.
—Lo siento —susurró.
Hablar de Matty era intenso, como echar sal en una herida abierta, pero
necesitaba decirle algo. Giré ante su toque y ahora sus palmas yacían planas sobre
mis abdominales.

80 —Por favor, no te disculpes. Algún día pronto, voy a decirte —expliqué.


—Te he dicho sobre todo. Acerca de mi madre. Sobre Fen. Acerca de Max —
susurró su nombre.
—¿De dónde viene el nombre de tu hermano?
Rodó los ojos. —Fenway Park —dijo con disgusto.
—¿Odias absolutamente el béisbol? —sonreí.
—Estamos volviendo a hablar sobre mí. Will, dime algo. Por favor.
La levanté por las axilas y senté en la encimera y, luego me deslicé entre sus
piernas. —¿Qué quieres saber, Camden? Soy un graduado de KU, en segundo año
de postgrado en ingeniería, campeón de crossfit. —Le guiñé un ojo tratando de
conseguir que sonriera—. Te diré algo más... ¿de dónde crees que proviene el
nombre de Wrigley?
Movió sus hombros de arriba a abajo, y luego, se dio cuenta de la respuesta.
—¿Wrigley Field? —preguntó con cautela.
Asentí.
—¡Oh, por Dios! Camden Yards. ¡Fenway Park y Wrigley Field!
Si lo pensaba así, me parecía un poco inquietante. Me pregunté si lo sentía
también.
—Guau. En cierto modo es raro —dijo.
—¿Raro? No. ¿Extraordinario? Sí. ¿Qué más quieres saber? —pregunté.
—¿Tus padres están orgullosos de ti? ¿Siguen juntos?
Hablar de Matty me daba ganas de llorar. Esta historia me haría reír.
—Mis... padres. ¿Alguna vez has visto la película The Notebook?
Una amplia sonrisa se extendió por su cara y asintió con entusiasmo.
—Si te gusta esa película, te gustará esta historia.
Sus grandes ojos inocentes me miraron... esperando.
—Mi papá llegó desde el lado equivocado de las vías. Su familia era menos
favorecida, supongo. Mi madre venía de una familia adinerada. Con mucho dinero.
Y cuando empezó a salir con mi padre, el abuelo estaba enojado. Les impedía verse.
Pero mamá estaba loca por el chico. Se casaron por primera vez cuando mamá tenía
diecinueve años y papá veintitrés. Se divorciaron cuando el abuelo la envió a la
universidad. Papá fue tras ella. Mientras asistía a Northwestern, él trabajó en
Chicago para estar cerca. Fue arrestado dos veces por pelear —me reí al decir esto.
81
—¿Qué hizo? —se rio conmigo.
—Golpeaba a cualquier tipo que se acercara demasiado a ella.
Sus cejas se levantaron. —¿Quieres decir como jurando romper sus dedos si
la tocaban de nuevo?
Estaba haciendo referencia a mi encuentro con Landon, el jugador de béisbol.
Sonreí—: Algo así —dije bloqueando su cuello en mi codo y tirando de ella
hacia mí. Ella se rio.
—Entonces, ¿qué pasó?
—Se casaron de nuevo. En Chicago. Mis abuelos no lo supieron. Después de
graduarse y conseguir un trabajo, ella trató de hacer que entrara en Hoch Oil. Y no
había manera de que papá trabajara para ESA petrolera.
—¿Hoch Oil?
—Sí. Mi madre es la nieta de William Hoch y mi padre no quería ni un centavo
de su dinero.
—¿No se llevan bien ahora?
—Sip. El abuelo supo que era perder a su hija o aceptar a mi padre. Por lo
tanto, aceptó. Se ríen de eso ahora.
Ella sonrió. —Tu padre debe haber sido un hombre orgulloso.
Asentí—: Lo era... es. Todavía lo es. De hecho, ¿quieres ir a dar una vuelta?
Frunció el ceño y sacudió la cabeza. —No creo estar lista para reunirme con
ellos.
Levantándola del mostrador, le dije—: No te los presentaré aun. Solo quiero
que veas algo.

82
16
Traducido por Florpincha

Corregido por Pagan Moore

Camden
Insegura de a dónde íbamos, era todavía muy divertido simplemente montar
con él. Esta vez, cuando llegamos a la camioneta, me hizo entrar en su lado. Sentada
a su lado parecía un poco juvenil al principio, pero a decir verdad, me gustó la
cercanía. Su iPhone estaba introducido en el equipo de música y yo aprobé cada
canción que se encendió. Era tan ecléctico como yo. Eminem. Aerosmith. Kid Rock.
Blake Shelton. Tim McGraw. Podría haber cantado fácilmente a lo largo, pero contuve
mi Taylor Swift interior.

—Dame una pista de hacia dónde vamos —le dije.

83 Él asintió. —¿Recuerdas que Donny y Marie eran un poco country y un poco


rock and roll?

—¿Quién?

Él rio. —No importa. Era un programa de televisión que mi madre veía


cuando era más joven y ella solía cantar esa canción.

—BIEN. Así que, ¿un poco country y un poco rock and roll? —Estaba
confundida.

Asintió. —Soy un poquito de basura blanca y un poquito de bebé de fondo


fiduciario.

Sonreí. Creo que he entendido. Pero explicó esto en su casa. —BIEN...


entiendo, pero ¿a dónde vamos?

En ese momento, dio la vuelta por un camino de grava. Árboles colgaban


sobre la carretera casi haciendo la caminata hasta la oscura unidad, pero la
característica luz solar irrumpía a través como una luz estroboscópica. Cuando
llegamos a un claro, el sol se abrió y pasó brillando sobre el mejor remolque de doble
ancho que jamás había visto. No había visto una gran cantidad de remolques, sin
embargo, por lo que no era la mejor conocedora de remolques.

—El lugar de papá cuando él tiene que volver a sus raíces y olvidarse que se
casó.

—¿Así que todavía están casados? —pregunté.

—Después de todo este tiempo. Todos estos años. Están tan enamorados. —
Besó mis nudillos cuando dijo eso y mi estómago dio vueltas.

—¿Qué lo trae de vuelta aquí? ¿A este lugar?

Él extendió las manos como si no estuviera seguro. —Creo que gran parte de
lo que tiene es de su dinero. De su familia. Mamá respeta que guarda este pedazo
de él. Ella nunca intentó venderlo. Supongo que dicen que puede llevar al niño fuera
del país, pero nunca sacar al país del niño. Mi abuelo solía llamarlo basura de
remolque y solo hizo a papá pelear más difícil por ella. Él iba a demostrarnos a todos
que la merecía.

Una sonrisa hecha y derecha cubrió mi rostro. —Creo que es dulce.

Will entrecerró un ojo. —No vayas a darle una calificación de cinco estrellas
84
por el momento. Él era un gran esposo y un mejor padre, pero tiene un
temperamento fuerte y ha hecho su parte justa de estar sentado en una celda.

¿La cárcel? —¿Él te hizo daño?

—Oh no. Nunca me levantó una mano a mí. Y ciertamente tampoco a mamá.
Pero le habría hecho daño a cualquiera que se aproximara a alguien que amaba,
especialmente a ella.

Puse la mano sobre el corazón y tomé una respiración larga, lenta.

—¿No te parece romántico?

Él puso los ojos en blanco. —Lo que encuentro romántico es la forma en que
me tocas cuando hablas, o la forma en que tus ojos me pueden decir exactamente
que emoción sientes en el momento en que digo algo, como allí mismo —dijo
chasqueando los dedos—. Tus ojos se abrieron más de una fracción de segundo, y
tus labios se abrieron ligeramente, lo que, a su vez me dan ganas de besarlos.
Esta vez sonreí, pero mis dientes mordieron mi labio inferior. Con su dedo,
liberó mi labio.

—Me puedes besar. No necesitas mi permiso —le susurré.

—Siempre necesito tu permiso.

—El permiso es concedido infinitamente —dije, y una de sus manos se movió


debajo de mi envoltura de pelo alrededor de mi cuello y me atrajo hacia él hasta que
sus labios se encontraron con los míos. Comenzó con sólo uno o dos besos. Casi
como si estuviera besando a una burbuja o algo que podría romperse; él era tan
tierno. Su otra mano acarició mi mejilla hasta que su mano recorrió mi cabello
agarrando mi cuello. Y no fue hasta que mis labios se separaron que su lengua tocó
la mía como si estuviera hirviendo y estuviera probando el agua. Cuando se dio
cuenta que era seguro, su lengua suavemente exploró el interior de mi boca,
encontrándose con mi lengua con su calor. Cuando un gemido suave resonó por mi
garganta, él desaceleró, y yo mentalmente señalé nunca gemir de nuevo.

Se detuvo de besarme, pero no se apartó. Su boca apenas a unos centímetros


de la mía. Nuestros ojos tan cerca, era difícil concentrarse.

—Camden —habló en voz baja—. Nunca he entendido a mi padre hasta ahora.


Reuniéndome contigo. Sosteniéndote. Besándote. Lo entiendo. Siento por primera
85 vez lo que podría haber estado dentro de él.

¿Se refería a no dejar que alguien me toque? La mayoría de los chicos eran así.
Territoriales. Me había criado alrededor de hombres crecidos que marcan su
territorio. Viajar con mi padre y sus compañeros de equipo. Probablemente no es la
más saludable educación, pero estaba bastante protegida... hasta Max.

—Creo que entiendo —dije. En ese momento, un golpe en la ventanilla de la


camioneta envió a su brazo volando contra la ventana. Nos sorprendió a ambos. El
hombre más guapo se situó en el camión mostrando la sonrisa más amplia. Supe al
instante que era su padre a causa de la sonrisa y sus ojos cobalto. Yo no sé si este
hombre calculó, pero seguro que parecía como si lo hiciera. Bajó la ventanilla. El azul
de sus ojos aún más penetrante.

—Hola papá —dijo Will moviendo la cabeza.

—Bueno, que me condenen —dijo su padre con lo que mi padre habría


llamado una "sonrisa come mierda”.
—Papá, esta es Cam. Cam este es mi padre, Drew. —Will nos presentó y se
frotó la rodilla.

—Es un placer conocerle —le dije, mi corazón latía más rápido de lo que
pensé posible.

—Oh, querida, el placer es todo mío —dijo con una punzada de un acento
sureño, mientras que Will negaba con la cabeza. Era como si tuvieran su propio
pequeño secreto—. ¿Qué los une a los dos aquí en mi lugar? Aquí, el pequeño
William no solo recoge chicas y las trae a casa.

—Solo estábamos conduciendo —dije rápidamente.

—Parecía que estaban haciendo un poco más que conducir —bromeó y me


sonrió, pero sentí un rubor en mi cara. Nos había visto claramente besándonos.

—Papá. No lo hagas. Estábamos por dar una vuelta. De hecho, tenemos que
volver.

Su padre sonrió ampliamente. —Entiendo. Tu madre va a estar triste que se


lo perdió.

—¿Mamá va a venir aquí? —preguntó Will alarmado.

—¡Sí! Estará aquí en cualquier momento. Pues bien, ya sabes... allí está ella
86 ahora —su padre se rio en voz alta.

Mi agarre debe haberse apretado inconscientemente en el muslo de Will


porque él me miró y luego tomó mi mano y besó mis nudillos. La sonrisa de su padre
se ensanchó, a continuación, salió de la camioneta y se dirigió hacia el coche de la
madre de Will.

—Lo siento mucho. Él rara vez viene aquí y ella nunca lo hace.

Esta vez besé su mano. —Está bien. ¿Te sientes incómodo con ellos
encontrándose conmigo?

Giró la llave y el motor se apagó. —Ni un poco. Pero esto nunca ha sucedido
antes y...

—¡Will! —dijo su madre con tal entusiasmo que me obligó a sonreír—. Tu


padre dijo... oh mi Dios. Soy Abigail. Tráela a la casa, por favor.
Will abrió la puerta y se deslizó hacia fuera, capturando a su madre en sus
brazos, y luego le susurró algo a ella.

—Mamá, esta es Cam.

Me deslicé de la camioneta y me ayudó a bajar.

—Oh, Cam. Es tan agradable conocerte.

Extendí mi mano y ella me la estrechó. Era increíblemente hermosa. Sus


ondas rubias caían en un corte de pelo en un clásico bob. Casi no tenía maquillaje en
su cara y una sonrisa que me hizo quererla como a mi madre. El padre de Will se
asomaba por el portón trasero con los tobillos cruzados... sin dejar de sonreír.

—Qué nombre tan bonito. Cam. ¿Es la abreviatura de algo?

Asentí. —Sí. Es Camden. Al igual que en el Camden Yards.

—No sé lo que es eso —dijo ella y sus redondos ojos azules se quedaron
mirando los míos.

—Es un campo de béisbol de las Grandes Ligas. Su padre jugaba —respondió


Will rápidamente.

—¿Quién es tu padre? —preguntó su papá, Will tenía la cabeza llena de


cabello, pero Drew era canoso alrededor de los bordes.
87 —David Biggs —dije en voz baja. Mi padre no era algo de lo que me gustaba
hablar.

Él asintió. —Agradable —dijo alzando las cejas, entonces sus ojos se


extendieron a lo largo del cuerpo de su esposa. Miré de nuevo a ella y le guiñó un
ojo a él.

Miré a Will, que negó con la cabeza.

—Tenemos que irnos —dijo Will.

—Cam. Por favor regresa. Nos encantaría contar contigo para cenar o ir al
cine o incluso tomar unas bebidas en nuestro patio en la casa.

—Oye —dijo el padre de Will mientras se acercaba hacia su esposa—. ¿Qué


hay de malo en mi lugar? —le preguntó deslizando su brazo alrededor de su cintura.

—De acuerdo. Nos vamos de aquí —dijo Will y yo sonreí.


—No hay nada de malo en tu lugar, cariño —se rio y golpeó su mano cuando
él la agarró por detrás.

Eran la pareja más linda y pude ver lo que significaba sobre el fondo
fiduciario del bebé/basura blanca. Aunque no estoy segura que yo haría uso de la
palabra basura blanca. Su padre era más como… un obrero de la construcción. Jeans.
Botas de trabajo de cuero. Camiseta bien apretada. Sexy. Y ella se reunía a la
perfección. En ese momento, él se inclinó y rozó sus labios sobre los de ella.

—Sube al camión —dijo Will poniendo los ojos en blanco mientras me


ayudaba a subir.

—¿Cam?

—¿Sí? —dije mirando hacia abajo a su madre.

—Vuelve, ¿de acuerdo? —Sus ojos casi sostuvieron un miedo. Ella parecía
necesitarme tanto como yo la necesitaba.

Will hizo un gesto simple desde detrás de ella y asentí a continuación,


también.

—BIEN. También me encantaría —dije.

Alivio parecía asentarse sobre ella hasta que el brazo de su padre le rodeó la
88 cintura por detrás, a continuación, una sonrisa intratable sustituyó cualquier
emoción que estuvo allí en primer lugar. Will saltó y puso en marcha el camión. Los
dos nos agitamos cuando el padre de Will llevó a Abby a sus pies y comenzó a
caminar hacia su remolque.
17
Traducido por Cjuli2516zc
Corregido por Pagan Moore

Will
¿Me están tomando el pelo? Todo lo que quería hacer era mostrarle el
remolque. Mostrarle ese pequeño pedazo de mi padre y tenemos una maldita
reunión familiar justo allí, delante de ella. ¿Podrían haber hecho que sea más claro
que nunca me habían visto con una chica antes? Cam probablemente desea ponerse
tan lejos de mí como podría conseguir.
—Lo siento por eso —dije en voz baja mientras veía a mi madre pateando sus
piernas mientras papá la llevaba a la casa. Papá nunca ocultó el hecho que deseaba
a mi madre. Fuera que haya sido totalmente extraño cuando era un niño, había
llegado a apreciar la pasión entre ellos. Pero viéndolos hoy, tocarse entre sí,
contemplarse el uno al otro me hizo pensar en Cam y lo que sentía hacia ella. Era
89 extraño realmente, este sentimiento dentro de mí después de un tiempo tan corto.
Realmente pensé que mi papá estaba loco teniendo esos tipos de sentimientos por
alguien. No hubo nada en mi vida que haya estado cerca de eso... hasta ahora.
Pienso cuando abu obligó a mamá a mudarse... y papá fue tras ella. ¿Cómo
me sentiría si Cam tuviera que irse? Mi estómago se encogió sólo de pensarlo.
—Está bien. No me importa —dijo suavemente.
No fue hasta ese momento que me di cuenta de que parecía triste.
—¿Camden? ¿Qué está mal?
—¡Nada! ¿Por qué? —Ella fingió una sonrisa.
Simplemente le ofrecí una sonrisa. Claramente no estaba lista para decir algo.
No podía... no la presionaría. Ella no era como la mayoría de las chicas. No parecía
jugar juegos u operar bajo falsos pretextos. Había estado más detenida en el tiempo
durante los últimos años desde que el imbécil logró lo que quería con ella.
—Dime que sientes que he ofrecido un pedazo de mí ahora —dije empujando
su hombro.
Ella asintió y una lágrima se deslizó por su rostro. ¿¿Qué?? Mi corazón decayó
en el ritmo.
—¡Cam! —Estacioné en el arcén a pesar de que sólo estábamos a unas pocas
cuadras de la casa y puse la palanca de cambios en estacionar, sacudiendo el camión
hacia adelante ya que no había llegado a una parada completa.
—Lo siento —susurró mientras cubría su rostro con ambas manos.
—Dime lo que es. ¿Qué pasó? —No traté de tirar sus manos lejos de su cara;
sólo envolví mis brazos alrededor de ella.
—Es tan tonto —dijo esnifando—. Lo siento mucho por llorar. No soy una
llorona. Juro que no lo soy.
Me incliné lejos de ella y dije—: Puedes llorar en cualquier momento pero
tengo que saber por qué. Por favor dime.
Ella tragó saliva y dijo—: Son una familia. Se aman unos a otros. Ellos te aman.
Y tu mamá. —Su pequeña barbilla tembló. ¿¿Qué había hecho mi madre??
—¿Qué pasa con mi mamá? ¿Que hizo ella?
—¡Will! ¡Ella quería que vuelva!
Esto me confundió. Ella sentía presión ahora. Maldición.
—No tenemos que volver. Reunirnos con ellos. Toparse con ellos fue sólo una
casualidad. No tenemos que volver.
90 Sus ojos se abrieron. —¿Me estás tomando el pelo? Eso fue la mayor parte de
una familia que sentí en años. Ella es tu mamá. Y creo que yo le gusté.
Mi madre nunca había conocido a ninguna chica con respecto a mí. Estaba
muy equivocado. A Cam le gustó conocerlos. Había perdido a su madre hace tanto
tiempo y sintió una conexión con la mía. Esto me emocionó hasta la médula.
—Por supuesto que le gustaste. ¿Por qué no lo haría?
Ella se encogió de hombros y no pude contener cualquier emoción elaborada
en mi corazón. Pero sabía que no podía ponerla lo suficientemente cerca cuando la
abracé y a ella no pareció importarle que la sofocara.
A pesar que era ilegal, no me abroché el cinturón el resto del corto viaje a casa
sólo para mantenerla más cerca. Una vez en mi casa, ambos nos deslizamos fuera y
fuimos dentro.
—Lo siento —dijo ella a medida que avanzábamos a través de la cocina.
Wrigley ya pisando sus talones.
—¿Por qué?
Nos conseguí a ambos una botella de agua de la nevera.
—Por llorar, supongo.
Mi corazón era como una pequeña chispa de chocolate en el calor de Nevada,
derritiéndose lentamente a una gota dulce. —Escúchame. Sé que nos conocemos el
uno al otro durante un mes y nos hemos estado viendo mutuamente durante casi
dos semanas. —Me reí porque parecía una locura para mí—. No sé cómo decir lo
que hay en mi corazón sin sonar obsesionado y como un acosador.
Ella se rio suavemente y esto me hizo sentir más cómodo.
—Todos los días de mi vida en Lawrence, Kansas ha sido el mismo. He vivido
aquí toda mi vida, y no me malinterpretes, me encanta. Pero ahora, la idea de vivir
sin ti... No puedo imaginar un solo día. Pero peor que eso, es tú llorando. Eso lastima
mi corazón, Camden. No quiero lágrimas tocando tu cara.
—Pero esas eran lágrimas de felicidad, creo. Tal vez lágrimas combinadas. La
extraño tanto y tu mamá era simplemente muy dulce.
Rocé un beso sobre su frente y ella cerró sus ojos.
—Ella nunca trataría de tomar el lugar de tu mamá, pero le encantaría la
oportunidad de conocerte, no tengo ninguna duda.
La sonrisa que cruzó su rostro era exactamente lo que necesitaba.

91

Había conocido la tragedia una vez y mi vida se había vuelto del revés. La
siguiente semana con Cam, entendí completamente lo mucho que significaba para
mí después que una casi tragedia nos tocara de nuevo.
El tiempo durante todo el día había sido cálido y húmedo... bochornoso como
el infierno de hecho; los meteorólogos estaban avisando que un frente frío se
movería a través del área con la posibilidad de tormentas fuertes. Cam y yo nos
enviamos mensajes de ida y vuelta durante todo el día. Ella me había dicho que tenía
miedo de las tormentas por lo que mi plan era recogerla en su casa después de su
tutoría y traerla de vuelta a mi casa debido al sótano.
Mantuve mi ojo en el radar y Topeka estaba siendo golpeado antes de lo
esperado. La construcción brutal de la tormenta estaba corriendo justo a lo largo por
el corredor I-70. Topeka estaba aproximadamente a unos treinta minutos de
distancia.
En lugar de enviar mensajes de texto, llamé. Ella no respondió. Así que
conduje al centro de deportes donde generalmente enseñaba. Su coche no estaba allí.
Llamé por segunda vez. Una vez más, ninguna respuesta. La hinchazón de nubes
oscuras persistía en el oeste pero invadieron mi ciudad. Aceleré directamente hacia
su apartamento. Kate y algún tipo bajaban las escaleras. Ella saludó.
—Oye. ¿Dónde está Cam enseñando? —La lluvia lentamente comenzó a bajar.
Ella se encogió de hombros. —No lo sé. He intentado llamarla una docena de
veces. Esta tormenta va a ser mala. Las tormentas la asustan. —En cuestión de
segundos la lluvia era más pesada.
—¿Por qué no entras? Podemos ir a mi casa —sugerí.
Mirando el chico, ella dijo—: ¿Quieres venir con nosotros, Liam?
Sacudió su cabeza. —No. Anda tú. Tengo que asegurarme que todo el mundo
se refugie en la casa de la fraternidad. Te llamaré más tarde.
Kate saltó al camión mientras marcaba el número de Cam de nuevo.
¡MIERDA! Sin respuesta.
—¡Piensa Kate! ¿Dónde podría estar? —grité sin querer sonar tan brusco.
—¡No lo sé! Es martes. No puedo ni pensar a quien enseña. Voy a tratar con
Ham.
Marcó su teléfono mientras volaba a través de las señales de alto y semáforos
hasta Naismith, más allá del campo deportivo. Los árboles en el campus estaban
92
meciéndose en el viento áspero y estudiantes corrían mientras el cielo nublado se
volvió casi negro. Después de vivir en Kansas mi vida entera, me habían enseñado
qué buscar y cómo eran las nubes embudo. Y estas nubes parecían suicidas—
aparentemente empeñadas a destruirse entre sí por la forma en que retumbaban a
través y chocaban entre sí. Una nube consumiendo a otra.
—Ham no la ha visto —dijo—. Está llamando a Eli y Landon. Will, tenemos
que buscar refugio, eso se ve mal —dijo ella mirando hacia el cielo amenazante.
—¡No voy a dejarla aquí! —rechiné a través de los dientes apretados.
—¡Will! No sabemos que está aquí. Si estuviera en problemas, a las dos
personas que llamaría están aquí mismo. Ella tiene que estar segura.
Kate tenía razón. Ella me llamaría, ¿verdad? Pisé el acelerador del camión y
aceleré por la carretera. Ya sabes cómo la gente dice que pueden oler la lluvia antes
que llueva. Un pánico en el interior me dejó inestable y ciertamente podía oler la
lluvia justo en el momento en que la pared azotada de agua encontró mi parabrisas,
pero las negras nubes rizadas parecían prometer la muerte. Las sirenas de tornado
comenzaron a aullar.

***
Kate y yo saltamos de la camioneta y salimos corriendo hacia la casa cuando
un trueno se estrelló tan ferozmente que la casa se sacudió y podías sentir la
sacudida en el pecho. Kate caminó sobre el suelo de piedra y resbaló... cayendo duro
porque estaba mojada.
—¿Estás bien? —le pregunté con mi teléfono al oído mientras trataba con
Cam de nuevo.
—Síp —dijo ella saltando.
Señalé hacia la puerta del sótano y ambos corrimos hacia las escaleras. Aún
sin respuesta. Esto era todo como Matty de nuevo. Kate bajó los escalones de dos en
dos y la seguí.
—¡Wrigley, ven! —grité—. Maldita sea, Kate, ¿dónde está? —pregunté,
dando vueltas. Por último, puse mi teléfono abajo esperando a que llame.
—No sé Will. No sé —susurró mirando a su propio teléfono.
Encendí la televisión y vi el tiempo. Eso es todo lo que podía hacer. Una
mancha roja gigante en el radar se cernía sobre Lawrence, Kansas; en ese momento,
a pesar que juré que no volvería jamás orar a Dios de nuevo, lo hice y le recé a Matty
93
también.
18
Traducido por Cjuli2516zc
Corregido por Daliam

Will
Incluso en el sótano y debajo de la escalera, el viento aullaba alrededor de la
casa y las ventanas vibraban como si fueran a romperse en cualquier momento. Mi
celular se mantuvo en mi mano durante la tormenta y todavía nada de Cam. La
tormenta se había claramente calmado, al menos, por el sonido de las cosas y Kate y
yo nos dirigimos a subir las escaleras.
—La casa parece bien —dijo Kate mientras ella encabezó las escaleras y agarró
su teléfono—. Nada… ¿tú?
Negué con mi cabeza y le lancé una limpia, seca camiseta de la secadora.
Luego traté de llamar a Cam de nuevo. Nada.
—Volvamos al apartamento —sugerí y ella asintió.
Una vez que estuvimos fuera, el cielo se había aclarado, pero estaba teñido de
94
un color amarillo oscuro y el sol no había salido en absoluto. Las sirenas todavía
resonaban en la distancia, pero ya no sonaban en el vecindario. El cielo hacia el este
continuaba su lucha con la madre naturaleza. Nubes giraron cerca del suelo, pero
no vi ningún embudo.
Kate y yo saltamos en la camioneta y me eché atrás solo para encontrar una
gran roble partido justo en el medio y bloqueando la calle. Conduje a través del patio
dejando grandes surcos en la hierba y dando el gas del camión cuando volví a la
calle.
Árboles rotos y ramas estaban dispersadas a través de calles y patios y un
trampolín sentado en posición vertical en un patio delantero. Los fuertes vientos
habían dejado un rastro, pero hasta ahora ningún daño significativo.
Mi teléfono sonó y la pantalla leyó Camden.
—Nena, ¿dónde estás? —luché duro para controlar mi emoción.
—Estoy en el apartamento o lo que queda de él. Will, no sé dónde está Kate.
¿Estás bien?
—Kate está conmigo. ¿Estás bien?
—Sólo bastante conmocionada. —Su voz se quebró—. Te necesito, Will, —
susurró.
—Agárrate fuerte. No estamos lejos. —Ella me quiere... me necesita fue como
heroína para un adicto. Escucharla decir eso selló el trato.
—¿Por qué estás con Kate? —preguntó y mi estómago se revolvió cuando,
por primera vez, oí la inseguridad en su voz. Sólo podía imaginar lo que podría
pensar y ¡Kate estaba en mi camisa por causa de mierdas!
—Larga historia. Te contaré cuando te vea. Casi llegamos.
—Está bien. Nos vemos en un rato.
—No Cam. No cuelgues. Sólo espera —le dije. No había manera en el infierno
que estaba colgando el teléfono. No hasta que la haya visto con mis propios ojos.
—¡Santísima mierda! —dijo Kate y la miré y luego seguí su mirada en la
dirección que estaba mirando.
Algo más fuerte que el viento había sacado un camino del complejo de
apartamentos y el edificio Home Depot frente a ella. La gente estaba parada por
todas partes mirando lo que quedaba. Ambulancias y las luces del camión de
bomberos parpadearon rojo y azul y aun así era bastante oscuro que las luces
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rebotaron en los edificios. La pérdida de vidas podría ser considerable.
Fue entonces cuando vi a Cam. Un tipo tenía sus brazos envueltos sobre sus
hombros mientras observaban lo que se estaba desarrollando delante de ellos. Mis
puños se apretaron instintivamente en el volante. Pero, mi chica estaba viva.
—Estaba con Kobe —dijo Kate. Antes que tuviera la oportunidad de
preguntar quién era, Cam nos vio y empezó a correr hacia mí. Dejé la puerta de mi
camión abierta y no estaba seguro que lo había puesto en estacionar. Cuando
aterrizó a salvo en mis brazos, no podía traerla lo suficientemente cerca. Agarré sus
mejillas entre mis manos y mis ojos se rebuscaron en su rostro en busca de la herida
más pequeña. Estaba perfecta fuera del miedo en sus ojos.
—¡Camden! ¿Por qué no nos respondías? —Kate tomó contra ella y odiaba
que ella usó la palabra nosotros. Kate y yo no éramos un nosotros. Ni siquiera cerca.
Cam se acercó a abrazarla, y vi cómo su boca se abrió cuando vio la camisa
de Kate... mi camisa. Joder.
—Lo siento. Kobe y yo estábamos en la biblioteca abajo en el sótano en busca
de un microfilm de un artículo periodístico. No tenía ningún tipo de servicio hasta
que salimos y eso fue después que nos hicieron tomar refugio en un cuarto trasero.
Lo siento —dijo mirando fijamente a mis ojos.
Sus ojos tenían preguntas innecesarias y yo necesitaba aplastarlos ahora. La
tiré cerca de mí otra vez y recosté mi nariz en su oído. —Escúchame. Kate estaba
mojada por la lluvia. Vine aquí buscándote. Ella estaba con Liam y ella y yo juntos
fuimos a buscarte. Nos lanzamos a mi casa justo antes que la tormenta golpeó,
cuando no pudimos encontrarte. Le di la camiseta para cambiarse. No quiero
ninguna parte de ella. Tengo a quien quiero en mis brazos. Ahora mírame —pedí y
lo hizo—, ¿escuchaste todo eso?
Ella asintió con la cabeza mientras un grupo de bomberos se acercó a nosotros.
—Necesitamos a todos ustedes para despejar el área.
—Ese es nuestro apartamento —explicó Kate con sus manos en sus caderas.
Todos nosotros contemplamos el apartamento. En su mayor parte, parecía
intacta, pero el apartamento del vecino tenía falta de paredes.
—¿Ves a Elsie y Barb? —preguntó Cam.
—No. Pero ellos no estaban en casa antes, cuando estuvimos aquí.
Ahí estaba ese "nosotros" de nuevo saliendo de la boca de Kate.
—Señor —dijo Cam tratando de llamar la atención de los bomberos.
96
—Sí, señora.
—¿Podemos ir hasta nuestro apartamento? —preguntó y me di cuenta que
furgonetas de noticias de Kansas City estaban apareciendo.
—Usted puede ir a recoger algunas cosas. Pero probablemente encontraría un
lugar diferente para alojarse por unas cuantas noches.
—Está bien. Gracias. —Se volvió hacia mí—. ¿Me ayudarás?
—Puedes apostar.
En su habitación, los dos empezamos a tirar cosas en unas bolsas. Realmente
no habíamos discutido a dónde iba todavía, pero sabía dónde. Ella iba a venir a mi
casa. Y recé que no peleara conmigo sobre esto. Había cuadros en sus paredes. Ella
y George Brett. Ella y Cal Ripkin. Ella y Derek Jeter12. Santa mierda. Sonó su teléfono.
—¿Hola? —Hola papi. —No, estoy bien. —Lo prometo. —Sí. Ella está bien
también. —No, pero nuestro apartamento era un golpe directo. —Estamos
consiguiendo algunas cosas juntas ahora. No podemos quedarnos aquí por unos
pocos días. —No sé a ciencia cierta. Tal vez un hotel.
Me puse de pie y la miré cuidadosamente sacudiendo mi cabeza con una
sonrisa lenta arrastrándose a través de mi cara. Ella me dio una mirada inquisitiva.
—Papi. Estaremos bien.
Ella levantó sus cejas.
—Te vas a quedar conmigo —le dije.
Y ella puso su dedo sobre su boca como si fuera a callarme.
—Ese fue mi amigo Will —dijo—. Denton. Estamos una especie de relación.
—Ella me dio una mirada malvada que no era ni siquiera un poco feroz.
Una sonrisa de orgullo se extendió por mi rostro. Su padre necesitaba saber
quién era yo y que podía ser relevado de su deber... cuidaría de ella.
—Sí. Él hace cross fit13. ¿Cómo lo sabes? —Ella corrió sus dedos por su pelo—.
¿¿Sólo lo googleaste?? Oh, Dios mío papi. Me tengo que ir. También te amo.
Ella arrojó el teléfono en una silla y cayó sobre su cama. —¿Puedes ser
97 encontrado por tu nombre en Google? —preguntó.
—Tú también puedes —le dije. Sabía esto porque la había googleado a ella.
Había encontrado fotos de ella cuando era pequeña con su padre en el campo de
juego y había encontrado sus fotos de Facebook y Twitter.
—Pásame mi laptop por allí —ordenó sonriendo—. Tengo que ver lo que vio
mi padre.

12Ex jugadores de béisbol de las Grandes Ligas.

13CrossFit es un tipo de entrenamiento compuesto por ejercicios funcionales, constantemente


variados, ejecutados a alta intensidad.
Se lo di a ella, pero el cable estaba atrapado en el cajón de la mesita de noche,
así que abrí el cajón para liberar el cable. Cuando lo hice, un vibrador estaba en el
cajón. Eché un vistazo a Cam cuyos ojos se abrieron hasta el punto de temer que se
salgan de sus órbitas. Llegué a su pequeño juguete y lo levanté con mi sonrisa más
grande aún.

98
19
Traducido por Lvic15 & ∞Jul∞
Corregido por Daliam

Camden
La sangre fluyó por mi cara dejando mis dedos de los pies y de las manos
temblando. El chico por el que estaba loca estaba sosteniendo mi vibrador en sus
manos… ¡mi jodido vibrador! Y la sonrisa de la que me había enamorado durante el
último par de semanas… estaba burlándose de mí perversamente. De la manera en
que lo veía yo —esta horrorosamente embarazosa situación— tenía dos opciones.
Podía acurrucarme en una bola de vergüenza o podía girar las tablas contra él.
—¿Celoso? —pregunté.
Will examinó el vibrador. —Quizás.
Me levanté y caminé hacia él. —Lo entiendo. Me ha conocido por más tiempo
que tú. Hemos establecido una buena relación. —Me burlé tomándolo de su mano
y tirándolo en mi bolsa.
99
—Ahora estoy realmente celoso. Y un poco asustado que quizás sufra por la
comparación.
Ambos sabíamos que no era verdad pero le seguí el rollo.
—Entiendo tus miedos. Será duro seguir el ritmo —susurré y me incliné para
besar su cuello—. No estoy segura que sea algo de lo que alguna vez pueda
apartarme.
Will enredó sus brazos alrededor de mi cintura y me levantó del suelo—.
Bebé… no te pediré que lo apartes. Pero sí que me des un tutorial de cómo lo usas.
Con esas palabras, mi boca se abrió y él sonrió con esa pequeña sonrisa jodida.
—Sólo enseño a gente que no entiende —digo rápidamente.
Sacude su cabeza. —¿Qué quieres decir? No te sigo. No entiendo. Soy más
tonto que la mierda.
—La mierda es un objeto inanimado. No tiene vida. Lo que significa que no
tiene cerebro. Lo cual implica que no puedes ser más tonto que la mierda porque es
inmensurable. —Sonreí, muy orgullosa de mí misma.
—Voy a ir al decano mañana para pedirte como tutora —dijo y mis pies
continuaron balanceándose. Con mis manos, acaricié sus hombros y bíceps
realmente apreciando su duro trabajo en el gimnasio.
—Al decano le gusta asegurarse que doy clases justamente. Así que si te doy
un tutorial en Vibradores 101, le tendré que dar uno a Ham, Eli, Blake, Landon,
Kobe…
Se giró, cayendo y aterrizamos en la cama. Me miró. —Que mal porque serás
la única razón por la que el departamento atlético de KU añadirá diez tíos a la lista
de lesionados e incapaces de jugar. Habrás decepcionado a toda la universidad. ¿De
verdad quieres ese peso sobre tus hombros?
Mi teléfono sonó de nuevo y él lo cogió… riéndose. Me reí tontamente y no le
paré para que no respondiera al teléfono. Pero cuando miró la pantalla su mandíbula
se tensó y un gruñido bajo reverberó a través de él. Me enseñó la pantalla. Max…
Me dio el teléfono. No estaba segura de lo que quería. El teléfono dejó de
sonar.
—¿Querías que contestara?
—¿Qué querías que hiciera?
100 Me encogí de hombros. —Supongo que sabe sobre la tormenta y sólo está
comprobándome. Pero no quiero hablar con él.
Me besó en la frente y salió de la cama.
Will llevó mis bolsas y ayudó a Kate también mientras llenábamos su
camioneta. Por esta noche, Kate y yo nos íbamos a quedar con Will. Cuando dejamos
el área, la policía tomó nuestros nombres y números para que nos pudieran contar.
De momento, casi todo el mundo lo había sido.
La primera cosa que vi cuando entré en la casa de Will fue la camisa de Kate
en la cocina. Él también la vio y se la tendió a Kate.
—Vale chicas —dijo—. Sólo tengo dos habitaciones porque las otras dos se
han convertido en salas de entrenamiento. Así que… Cam y yo nos quedaremos en
una y Kate, tú puedes tener la otra —se rio.
Kate se rio… una risa malvada, que me hizo reír también.
Will se giró y me levantó. —¿Así que piensas que estoy bromeando?
Besé su nariz y Kate gimió en alto. —¡Disparadme ahora! ¡Vosotros dos
tortolitos me vais a volver loca! Enséñame mi habitación en este lujoso lugar. ¿En
qué demonios trabajas Will? ¡Quizás te tendría que haber mantenido después de
todo!
Sin saber que mi ceño se había bajado y que estaba frunciéndolo, con dos
dedos, Will empujó arriba los lados de mi boca y después mis cejas. Sacudió su
cabeza de lado a lado.
—No vayas allí en esa pequeña mente tuya. No es Kate a la que quiero
tampoco es Kate la que quiero ver usando ese pequeño juguete tuyo —susurró.
—Mierda, este lugar es increíble. Mira estas fotografías de ti, Will.
Will apretó sus dientes y puso una cara rara. —Como primera cosa mañana,
voy a llevar a esta chica a un hotel. —Guiñó el ojo y me lanzó sobre su hombro
cuando la puerta de atrás por la que acabábamos de entrar se abrió de par en par.
—¡Will! —El estridente chillido de una mujer vino de detrás de la puerta y los
ojos abiertos de su madre tenían un miedo que no había visto jamás hasta que no
vio… a él y entonces las lágrimas llegaron. El fuego en los ojos de su padre
me asustó. Will me dejó en el suelo y tomó a su madre gentilmente en sus brazos.
—No contestaste a tu teléfono. Vine y no estabas aquí. No contestaste. ¡No
sabía Will! ¡No sabía! —lloró—. ¡No vuelvas a hacerle eso a tu madre de nuevo! ¿Me
entiendes, hijo?

101 Incluso los ojos de su padre brillaban con lágrimas.


Will la sostuvo contra él. —Lo siento mamá. Estaba buscando a Camden. Lo
siento. No estaba pensando.
Ella sacudió su cabeza y me sonrió. —Cam. Estamos tan contentos que estés
bien también. Perdona porque entráramos así —dijo, su voz aún temblorosa. Miró a
Will y él limpió su cara con sus palmas—. ¿Sabe sobre Matty?
Una mueca cruzó la cara de Will. —Un poco.
—¿Dónde está tu teléfono? —Su padre claramente todavía estaba enfadado.
Will palmeó sus bolsillos y me miró.
—Quizás está en la camioneta —dijo.
—Encuéntralo y responde a las llamadas de tu madre, ¿lo entiendes?
Will asintió y la abrazó de nuevo.
—Lo siento, mamá. Estoy… no estaba pensando en eso por una vez. Lo siento.
—William. Mírame. Deberías estar superándolo. Tienes una vida por vivir y
él querría eso. No te pierdas en el pasado. Estoy contenta que estuvieras pensando
en Cam. —Me sonrió después abrió sus brazos hacia mí.
La madre de Kate era la única madre que me había abrazado en un largo
tiempo. Sin dudar, mis brazos se deslizaron perfectamente debajo de los suyos.
Era obvio, que era una madre antes que nada. Había perdido a su hijo, Matty,
de alguna manera y el pensamiento de perder a Will la rompía. La destrozaría. Hice
una nota mental de asegurarme que él comprobara con ella para que no se
preocupara. Envidié que se preocupara por él.
Abrí mis ojos mientras me liberaba y el padre de Will tenía esa sonrisa de
comer mierda de nuevo. Will tomó mi mano.
—¿Queréis quedaros a cenar? —preguntó Will.
Su madre sacudió su cabeza. —No, vamos a casa de Dwayne y Carol porque
queremos comprobarles. Están bien pero han tenido algunos daños.
—Vale. Salúdales.
—Lo haremos. Te quiero cariño.
—También te quiero mamá.
Will era serio acerca de quererme en su habitación. Se ofreció a dormir en el
sillón cerca de la cama e incluso en el suelo al lado de mi lado de la cama. Le había
dicho que estaba siendo tonto que podíamos dormir en la misma cama. Esta decisión
102
le parecía emocionar, y él prometió que iba a ser bueno, pero había un enorme parte
de mí que esperaba que no lo fuera. Desde Max, nunca había querido que un tipo
incluso me tocara. Sostuve una obligación secreta para él en mi cabeza, pero Will
había cambiado eso para mí. Su beso... sus labios... su lengua... incluso su aliento,
eran como... perfecto.
Cuando yo había estado con Max, era joven. Cinco años habían pasado y
pensar en todo ese tiempo me había ido sin contacto... sin sentir... sin un hombre. De
repente, quería todo. Quería todo de Will. Cuando estaba con Kobe en la biblioteca,
fue Kobe quien me protegió y lo único que pude hacer es pensar en Will. Lo quería
a mi lado. Él fue la primera persona que pensé cuando sonaron las sirenas y la
primera persona que quería saber que estaba BIEN.
La cosa es... todavía me sentía como una inválida sexual. Congelado en el
tiempo por un hombre me le permití mantenerme como rehén. Ahora que había
experimentado la suavidad del tacto de Will, su beso, su bondad, su paciencia...
Odiaba a Max por las cosas que había hecho. No era justo comparar a Will con Max,
pero Will lo habría vencido sin lugar a dudas. Yo quería saber si era suave con todo...
Nunca lo había tenido suave.
Will salió de su cuarto de baño cepillándose los dientes. Me senté a un lado
de la cama.
—¿Estás bien? —Preguntó.
Asentí. —Tengo una pregunta tonta.
—Está bien —dijo con la espuma de pasta de dientes alrededor de su boca
—No te rías.
Sacó el cepillo de dientes de su boca y su cara se volvió de piedra con una
mirada tan seria.
Me reí y él empezó a cepillar de nuevo.
—Nunca he llevado una camisa chicos para dormir. Sé que suena tonto. Pero
estaba pensando que tal vez podría usar uno de los tuyas.
Él levantó su dedo índice y se precipitó de nuevo en el cuarto de baño.
Después de unos treinta segundos, regresó.
—Puede llevar diez de mis camisas —guiñó un ojo—. Y Cam, ninguna chica
ha usado nunca mi camisa tampoco por lo que estamos ambos vírgenes en lo de
vestir camisa.
Eso no era cierto. Por lo que yo sabía, Kate estaba durmiendo en su camisa en
103 este momento también.
—Mírame —dijo levantando mi barbilla—. Kate es tu amiga. Sólo hice lo que
hice porque ella es TU amiga. Voy a ir arrancarle la camisa a ella en este momento,
si eso es lo que quieres.
ESO era sin duda lo que NO quería. Negué con la cabeza. —Si camisas están
siendo arrancadas, serán la mía o la tuya —amenacé.
Sus ojos se oscurecieron y una sonrisa de medio lado lento cruzó su rostro. —
Te digo Slick... si puede arrancar mi camisa... ¿tienes la última palabra de esta noche?
—Dijo mientras se pavoneaba hacia mí.
Me mordí el labio inferior y retorcí ante la idea de lo que iba a solicitar. Mi
cabeza me daba vueltas entre la idea de él yendo de bajo de mí, de mí yendo debajo
de él, a por lo menos tres posiciones que quería probar. Su pulgar libera mi labio de
las garras de mis dientes me sacó de mi estupor multi-fantasía.
—¿Dónde has estado? —Preguntó con un dejo de preocupación en sus
características.
En aproximadamente el mismo tiempo que el pensamiento revoloteó por
encima de mi cerebro, me abalancé sobre él agarrando el montón de su camiseta en
cada mano y tirando en direcciones opuestas. No hay sonido de rasgadura de
algodón. Se rio entre dientes. Ajusté mis manos y pensé en la posibilidad de lo que
podía sostener esta noche. Con cada onza de lo que tenía, di un tirón en el algodón.
¡NADA!
Will se rio en voz alta y presionó sus labios con los míos dos veces.
—Eres tan linda —dijo en voz baja.
—¿Lindo? —le pregunté—. Los gatitos son lindos. —Agarré el cuello de la
camisa y traté allí pero el grosor del algodón quemó mis manos cuando tiré y la
exasperación se apoderó de mí—. ¿No me deseas? —Le pregunté y me arrepentí las
palabras saliendo de mi boca. Patética.
Levantó mis manos y pidió abrir los dedos y luego besó mis palmas, donde
quemaba la piel enrojecida.
—¿Qué te hace pensar que no te deseo? —Susurró—. ¿Debido a que mi
camisa no se rasgó a tu intento fallido con tus diminutas manos?
Sonreí pero era duro dar a entender a mi cuerpo que ya había empezado a
reaccionar a los pensamientos en mi cabeza desde antes. ¿Pensaba que no podía
vencerlo en su juego?
—Mis manos pueden ser pequeñas, pero atestar un gran golpe —dije
104 parándome sobre la cama rozando la entrepierna de sus pantalones vaqueros.
Estaba tan excitado como yo lo estaba.
Su boca se abrió y sus párpados se volvieron pesados. Cam 1 Will 0.
Entonces él me dio miedo cuando agarró su camisa por el cuello, donde yo
acaba de fracasar en romperla, y la rompió recta por el centro exponiendo su bello
pecho y abdominales monstruosamente impresionante. Maldita sea. Will 1 Cam 1.
—Camden... —dijo en un susurro áspero y no respondí, me quedé mirándolo
a la espera de más palabras—. ¿Recuerdas la primera noche, cuando nos besamos y
querías más y dije que no, que teníamos que tomar las cosas con calma?
Asentí con la cabeza sintiendo la acumulación de calor en la boca de mi
abdomen.
—Te prometo que esta noche querrás más de nuevo. En algún momento, me
vas a pedir más —bromeó.
—¿Estás seguro de eso, Slick? —Ladeé una ceja hacia arriba.
—Puedes apostar tu culo dulce que lo estoy.
Di dos pasos lejos de él, todavía de pie en la cama.
—Bueno, Sr. Seguro, ¿te preocupa hacer una apuesta en eso?
Se arrodilló sobre la cama y se dirigió hacia mí de rodillas mientras doy un
paso hacia atrás.
—Abso-puta-tamente... —dijo agarrándome ya que mi siguiente paso habría
caído de la cama. Sus manos agarraron mis muslos por detrás, me levantó en el aire
y luego estrelló suavemente a la cama en la espalda—. Nombra la apuesta —dijo.
—Si gano esta noche, me das lo que quiero mañana.
Cerró un ojo. —¿Qué es lo que quieres?
—¡Detente! Se me hace sonar como una pequeña zorra desesperada.
—Nena... puedes ser mi zorra cualquier día. —Sonrió.
—¿Cuál es tu apuesta?
—Eso es fácil. Tienes que usar tu juguete delante de mí.
¡Mierda! No era lo que esperaba. ¿Cómo me sentí lo suficientemente seguras
como para hacer esa apuesta? Podía aguantar. Infierno, había resistido durante cinco
años. ¿Qué era una noche más? Podría hacer esto.
—Trato —susurré.
105 Dentro de un corto segundo, voló de la cama y se metió en el armario
regresando con una camiseta.
—Ponte esto —ordenó sosteniendo una camisa gris hacia mí que decía
Johnny en el frente.
—Date vuelta.
—No —dijo—. Vi tu sostén la noche que jugamos strip poker. Ahora... quítate
la camisa.
Había algo en su pequeña sonrisa sexy que hizo que cada parte de mí se
derritiera. Que él me diga qué hacer fue similar a Max, pero cuando Will lo dijo, me
hizo sentir como una mujer. La única mujer en la tierra.
Hice lo que me dijo, quité mi camisa y puse la de él.
—¿Duermes con sujetador? —Preguntó con un brillo en sus ojos azules
radiantes.
Negué con la cabeza.
—Bueno —dijo—. Vamos a la cama, así que no creo que lo vayas a necesitar.
Giré y levanté la parte de atrás de la camisa que llevaba solicitando su ayuda
en silencio. Sus dedos rozaron mi piel y soltaron fácilmente el broche de mi sujetador
mientras la piel de gallina se extendió en mi piel. En ese momento, supe que estaba
muerta. Sabía que mañana posiblemente estaría viniéndome con mi juguete delante
de él. ¿Qué había hecho?

106
20
Traducido por Mich Fraser
Corregido por LarochzCR

Will
En el momento en que la piel de gallina apareció en su espalda, sabía que iba
a ganar esta pequeña apuesta. Verla caer iba ser mucho más fácil que darle lo que
ella quería. Dios, quería estar con ella. Total y completamente. No había nada que
deseara más que follarla hasta la mierda. Y créanme, había clavado a un montón de
chicas, pero nunca quise que una de ellas se quedara. Eso es lo que más me asustó.
Me estaba volviendo loco por Camden. Tenerla conmigo, a mi lado, era todo lo que
quería. No estaba listo para que se fuera. No quería perder lo que teníamos.
El sexo era sólo sexo para mí. El miedo de no ser lo que ella quería y lo que
había sido yo, era un pensamiento predominante en darle lo que ella quisiera, pero
había algo peor, la idea de terminarlo… bueno… lo que habíamos hecho. Me
asustaba hasta la mierda. No quería terminar con Cam. Si habíamos tenido sexo
107 entonces eso había sido el siguiente paso.
Cam todavía estaba de espaldas mientras deslizaba los tirantes de su
sujetador por sus brazos y después lo tiró al suelo. Con mis manos al ras de su piel,
las moví alrededor de su cintura y por su suave piel hasta que encontré su ombligo.
Ella jadeó.
—Con cada segundo me siento más confiado —susurré en su cabello y ella se
estremeció.
—Es tu problema —dijo con convicción.
Así qué… ¿Qué hice? Subí la apuesta. Mis manos se deslizaron hacia arriba
en la piel más suave que jamás había sentido y se detuvieron justo en sus pechos.
Después con mis pulgares por debajo acaricié. Esperé un ligero soplo de aire o un
suave gemido que me pusiera más duro, pero lo que no esperé es que su cuerpo se
aflojara por mi tacto. ¿Aflojarse era algo bueno? ¡No en un chico!
—Nena… vamos a volar. —Me reí. Un brazo la sujetó por la cintura para
mantenerla en posición vertical y me apoyé en su cuerpo mientras que mi pulgar
siguió yendo por debajo de su cuerpo. Su cabeza estaba apoyada en mi hombro, lo
que era perfecto porque me daba acceso a su cuello. Apartó su cabello de mí. Quería
que besara su cuello. Así que empecé con un pequeño mordisco en el lóbulo de la
oreja y después, suavemente dejé rastro de besos por su cuello hasta que llegué a su
hombro. Cuando sentí sus manos en mis muslos, mis ojos se abrieron en estado de
shock. No estaba preparado para que su toque hiciera volar mi cabeza.
El tenis nunca fue mi deporte, pero había visto lo suficiente para saber que si
voleaba en este momento la pelota de atrás y adelante sobre la red, Cam estaría
ganando. En realidad mis problemas de control sólo habían sido mi problema hasta
ahora, sin embargo ella estaba a punto de convertirse en una víctima y me encanta
la idea que estuviera bajo mi control. Subí la apuesta y rocé su pecho. Su cabeza cayó
hacia delante. Reírse iba ser totalmente inapropiado, pero una risilla retumbó a
través de mi pecho por lo fácil que esto sería.
—Acuéstate, nena.
Se dio la vuelta y sus ojos se entrecerraron mientras contempló su confianza
en mí. Además sus pezones estaban estirando el algodón de su playera. Dios,
siempre había amado esa playera de softball y ahora era mi favorita.
—¿Estás bien? —pregunté.
Un simple guiño es todo lo que me dio hasta que sus dedos corrieron a través
de mi pecho y después a mis abdominales. Parecía obsesionada con mis
abdominales. ¡Quería que estuviese obsesionada con todo mí ser!
108 —Sin embargo todavía no estás lista… ¿ahora, puedo traer tu juguete
favorito? —pregunté.
Se rio. —Claro que no… —dijo tocando el poco vello debajo de mi ombligo—
. Ahora dame un beso.
Me incliné sobre ella y rocé sus labios sosteniéndome con mis brazos. Después
rozaba mis labios una vez de tocar mi lengua con su labio inferior. Por último, fundí
mi boca en la suya. Otra novedad… me encantaba besar a esta chica. Por lo general,
no besaba en lo absoluto. Había vivido una vida de entrar, salir e ir a casa. Pero me
perdí en el camino de besar a Cam, con nuestras lenguas bailando lentamente juntas.
Una serie de largos y lentos besos, inseguro de donde empezaba uno y terminaba el
otro.
Cuando puse mi peso sobre ella, su cuerpo se arqueó hasta encontrarse con
el mío y una vez más, lanzó la pelota. Maldición. Desafío aceptado.
Nuestros besos se aceleraron y levanté su barbilla para tener acceso al
pequeño triángulo en la base de su cuello. Mientras que le daba atención a su cuello
e iba hasta su clavícula, mi pulgar se deslizó en la parte superior de sus pechos.
—Will… —gimió y fue difícil besarla porque estaba sonriendo.
Algunas chicas tienen poca sensibilidad en sus pechos, lo que apestaba para
los chicos que les gustaba chuparlos, pero era obvio que ese no era el caso de Cam.
Simplemente con solo rozar mi pulgar enviaba escalofríos en todo su cuerpo. Sabía
que no iba a durar. Me sentía como un niño de catorce años. Me sentía como Forrest
Gump cuando tocó a Jenny por primera vez. Esto apestaría para ella, especialmente
si seguía gimiendo mi nombre.
Levanté su camisa. Conocer a las nenas era una obligación. Ella no me detuvo
o vaciló en absoluto. Cuando bajé la boca sobre una de ellas, se retorció debajo de
mí y literalmente se quedó sin aliento.
—Oh Will.
—¿Hmmm? —tarareé sin parar.
—Por favor…
—Por favor, ¿qué? —pregunté levantando la vista. Sus ojos estaban cerrados
y sacudió la cabeza como si tuviera una lucha interna. Ella estaba cerca. Empecé con
el otro pecho mientras mi mano fue por su muslo, esquivando sus pantalones cortos
y reuniéndose con su centro. Con muy poca presión, froté el material. Su pequeño
109 pelvis se arqueó para encontrarse con mi mano.
—Will.
Mis ojos se abrieron porque dijo mi nombre como si realmente quisiera mi
atención. Pero entonces empezó a desabrochar mis vaqueros.
—¿Qué pasa? —pregunté.
Sus hermosos ojos verdes se centraron en los míos. —Tú ganas. No me
importa. Te… deseo. Todo tú. Por favor —rogó.
Jugando sucio, me agaché y besé sus labios y dije—: Sólo para que quede
claro… —Entonces fui a su pecho derecho y tracé mi lengua alrededor de la parte
superior—. ¿Estás accediendo? —Después fui al pecho derecho e hice lo mismo.
Asintió. —Sí. Yo pierdo —susurró.
—Eso fue más fácil de lo que pensé. —Sonreí—. ¿Segura? No estaba jugando
limpio.
Ella se limitó a asentir, acercándome más.
Mientras nuestras bocas se mezclaron, mis pensamientos estaban en espiral.
Tiempo de decisión. ¿Cierro el trato o simplemente la hago feliz? No quería que este
sentimiento dentro se fuera… sin embargo nunca había durado. Nunca después del
sexo.

110
21
Traducido SOS por Jessibel
Corregido por Tamij18

Camden
Finalmente iba a suceder después de cinco años de sequía. Mi pecho se movía
hacia arriba y abajo con respiraciones rápidas de anticipación. Este hombre era el
hombre más fuerte pero el más suave que me había tocado jamás y nunca quise que
se detuviera. Me hizo sentir como la chica más afortunada del mundo... como si
fuera un honor tocarme. Todavía estaba insegura de cómo saqué el palo largo y me
eligió. No era una chica que sentía lástima de sí misma ni me compadecía, pero
todavía no estaba segura de ser merecedora de su amor. Pero Dios, lo deseo... tanto.
Sabía que me veía tan inexperta... tal vez incluso débil, porque no me defendí
con Max. Si supiera las cosas que Max hacía, no estaría feliz. Pero la sensación con
Will… bueno, Max palidecía en comparación con esto.
Mis dedos recorrieron su pelo mientras besaba delicadamente mis pezones.
No había dado ninguna indicación que me iba a morder, pero sabía que mi cuerpo
111 estaba tenso, preocupado por si lo hacía. Odiaba cuando Max hacía eso y una vez
me hizo llorar. A Max le gustaba morder. Pero Will me tocó como si fuera un
montículo de crema batida; su lengua lo probó y apenas hizo una marca en la crema
blanca. Me estaba volviendo loca mientras me retorcía debajo de él.
—Will… —dije en voz alta otra vez y no sé por qué.
Me miró, mientras su lengua todavía bailaba con mi pezón; observando como
hacía eso cada músculo bajo mi cintura se contrajo. Fue entonces, cuando comenzó
a hacer su lento descenso por mi estómago hacia mi cintura, quitando lentamente
mis pantalones cortos... desnudándome... dejando al descubierto todo de mí... Esto
estaba empezando a hacerme pensar en Max... y me sentí enferma. Lo quería
completamente fuera de mi cabeza. Pero le gustaba tenerme desnuda mientras él
todavía estaba vestido. Le gustaba usar mi cuerpo para su placer. Le gustaban las
cosas que yo pretendía que me gustaran, pero que ahora odiaba. Cosas que me
perseguían. Will no haría eso, grité en mi cabeza.
Sus manos acariciaron mi piel, sus dedos rozaban suavemente sobre la carne
de mi trasero. Con su dedo corazón, trazó mi muslo exterior, alrededor de mi rodilla
y luego de regreso por el interior de mi muslo, deteniéndose con timidez en el único
lugar en el que quería ser tocada. La pierna que estaba doblada en la rodilla, me
permitió caer a la cama, una invitación no expresada. Por primera vez en cinco años,
un dedo estaba dentro de mí, y no era el mío ni un juguete.
—Dios bebé… —susurró y mis ojos se abrieron de golpe. Me miró fijamente.
—¿Qué? —Pregunté.
—Se siente increíble. Quiero ir hacia abajo, ¿de acuerdo?
¿Me estaba pidiendo permiso? Guao... Asentí.
Besó su camino por mi cuerpo y cuando su boca bajó a mi centro, grité ante
el placer que me proporcionó. No sé si había sido la cantidad de tiempo, o por lo que
sentía por Will... pero sabía que llegaría en un instante. Mantuve los músculos
apretados porque no quería que se aventurase más abajo como Max hacía. Eso era
lo peor.
—W... Will… —Jadeé cuando la sensación se construyó. Nunca había llegado
al clímax con nadie. Max se enojaba porque no podía o no debía, pero creo que estaba
demasiado ansiosa pensando que me haría daño. Así fue cuando empecé a fingir
con Max. Y ahora, que estaba tan cerca del borde con Will, estaba tan emocionada
que esto sucediera. Sin embargo, todavía me preparaba sabiendo que era cuando
Max abofetearía mi trasero o el muslo o peor aún... me mordería. Dios, la sensación
era increíble. Una tormenta se creó en el abismo de mi ingle. Había hecho esto
muchas veces a mí misma, pero Will... era tan bueno. Sabía perfectamente qué hacer
112 y cómo me imaginaba su lengua… oh....
—No me muerdas —dije desesperadamente, cuando las olas de placer me
atravesaron y grité.
—¿Morderte?
Mis ojos se abrieron y los ojos de Will mostraban confusión.
—Nunca te mordería, Camden.
Dios, ¿por qué seguía usando mi nombre completo? Besó mi muslo, mi
cadera, mi estómago y luego besó mis labios.
—¿Él te mordió? —Preguntó, tirando el edredón del fondo de la cama y
cubriéndome. Su pregunta sonaba como si estuviera horrorizado.
—No —mentí.
—No mientas.
—Sí. No. No lo sé. No quiero hablar de eso, Will. Ha sido perfecto —le dije
mientras se acurrucaba a mi lado.
Después de envolver un brazo alrededor de mi cuello, inclinó mi barbilla
hacia arriba. Me picoteó la nariz.
—¿Por qué te mordió?
Solté ligeramente un suspiro de exasperación. No quería perderme en esto.
Quería repetir lo que acababa de pasar y devolverle el favor.
Sus ojos eran tan sinceros... el color del cielo.
—Camden.
—¿Sí, William?
Me sonrió.
—¿Por qué te mordió?
Sacudí la cabeza. —No lo sé. Eso era lo suyo. Pensé que era algo normal. Más
tarde supe que no lo era. Me daba una palmada en el trasero o en el muslo también,
pero una gran cantidad de veces me mordió.
—¿Dónde te mordió? —Preguntó con tristeza.
—Mis pechos o lo que tenía de ellos en ese entonces. Mis pezones. Mis muslos.
Lo siento por decir eso. No sabía si mordías. —Las lágrimas amenazaban mis ojos.
—No lo sientas. Pero Cam. Eres un regalo. Un tesoro. Algo que quiero cuidar
113
y al que nunca querría hacer daño. Al único que quiero hacer daño es a él.
Ahuequé su mejilla y sentí la tensión en su mandíbula. —No te preocupes.
Realmente necesito que me abraces en este momento.
Eso era algo que Max nunca hizo.

Cuando desperté, me acurruqué en la axila de Will. No recuerdo haberme


dormido. Pero tomé un largo respiro y me quedé en el lugar, a pesar de que estaba
un poco caliente.
Will gimió en voz baja y sonreí. Su cuerpo se contrajo en un par de lugares
diferentes y sonreí más. Me encantó que estuviera relajado y realmente durmiendo.
Luego dijo algo que no pude entender mientras todo su cuerpo se tensó. Su brazo
que estaba a mí alrededor se tensó. Creo que estaba soñando. Él comenzó a sacudir
la cabeza.
—No —susurró.
Con mis manos, acaricié su estómago con la esperanza de calmarlo.
—Detente —dijo y lo hice porque por un segundo, pensé que estaba
despierto.
Wrigley se puso de pie sobre sus patas traseras y nos miró.
Una de las piernas de Will pateó y él gimió más fuerte. Los músculos de su
brazo se flexionaron alrededor de mí, y mi cuello empezó a doler por lo que me
liberé. Soñar era un eufemismo... estaba teniendo una pesadilla. Sentada en posición
vertical, lo miré por un momento, su bello cuerpo se retorció, reaccionando a lo que
fuera que estaba jugando con su mente. Ver sus músculos tensos hizo algo a mi
cuerpo. Lo quería de nuevo, pero me sentía mal por cualquier demonio con el que
parecía estar luchando.
—Matty —gimió y luego se lanzó de pie, con los ojos muy abiertos y
gritando—, ¡Cam!
Agarré su rostro forzándolo a mirarme. —Estoy aquí.
Jadeó y una ligera capa de sudor cubría su cuerpo.
Sus brillantes ojos recorrían mi rostro y parpadeó para contener las lágrimas.
—¿Will? ¿Qué pasa?
Sacudió la cabeza. —Nada. Lo siento.
Estábamos en una posición incómoda, así que me senté a horcajadas sobre él
114 y encontré su rostro en la oscuridad.
—Por favor, dime. Te lo he dicho todo. Confía en mí, Will —casi le suplico—
. Por favor.
Mientras inhalaba una respiración larga y meticulosa, me quedé quieta. Tomó
una mano y la besó.
—Matty era mi hermano menor. Dos años menor que yo. Siempre le había
protegido. Era un poco más pequeño y, a veces se quejó de eso. Eso me molestaba
porque Matty era más duro que la mierda. Sabía que vivía en mi sombra. Cuando
fui a la universidad, él quería hacer algo diferente. Así que se unió a la Marina. Mi
madre quería que se uniera a la Armada, pensó que sería más seguro... pero él quería
sobresalir en algo.
Cerró los ojos y las lágrimas aparecieron en mis ojos.
—Me rogó que fuera. Que me uniera a él. Creo que sabía que haría todo lo
posible por no dejar que nada le pasara. Nunca habíamos hecho nada separados. Por
mucho que odiaba estar a mi sombra, me adoraba. Pero no tanto como yo lo adoraba.
Él era mi mejor amigo. Mi hermano.
En mi corazón, sabía que se sintió traicionado, pero esperaba a que lo dijera.
—Nos comunicábamos vía Skype cuando podíamos. Escribimos cartas.
Hablamos en alguna ocasión. Estaba a 32 días de regresar a casa. Treinta y dos —
susurró—. Nos dijeron que estaban caminando por un pueblo. No estaban seguros
de donde salieron los disparos. Murió en el acto, lo cual fue bueno, supongo. —Su
voz se quebró y cuando cerró los ojos, las lágrimas se filtraron por los lados, cayendo
hacia sus orejas. Me incliné hacia delante y besé el rastro de humedad cerca de las
sienes. Su pecho subía y bajaba con respiraciones rápidas.
—Will. Lo siento. Lo siento mucho —le susurré todavía a horcajadas sobre él,
pero ahora apoyada contra su pecho. Sus brazos me rodearon y su pecho tembló.
—Lo extraño mucho —gritó y lo apreté con más fuerza, luego esparcí besos
por su rostro—. Lo siento, Cam.
Mis ojos se dirigieron hacia él. —¿Lo siento? ¿Por qué? No lo sientas. No lo
sientas. Estás lastimado. Las heridas duelen.
—Te necesito —dijo, pasando suavemente los dedos por mi cabello.
—Estoy aquí. —Y por la razón que sea, lo besé. Y esta vez, naufragué en el
beso. Mis labios tocaron los suyos. Mi lengua buscando la suya. Nuestras almas aún
más cerca en un simple beso. Besé su cuello hacia abajo y sobre sus pectorales
115 bajando a sus abdominales. Nunca había estado tan cerca de ellos, así que tomé mi
tiempo sintiendo cada curva de cada marca distintiva de los músculos. En un
momento dado, su estómago se estremeció y oí un ruido sordo de risas a través de
él. Me encantó incluso por un momento, haber quitado de su mente las cosas más
pesadas. Y cuando lo besé a lo largo de la cintura de su ropa interior, gimió.
Estaba nerviosa mientras deslizaba mis dedos por debajo del algodón de los
pantalones cortos y empezaba a meterlos por los muslos. Una chica siempre se
preguntaba acerca del tamaño de un chico y yo estaba a punto de descubrirlo.
Levanté sus pantalones cortos y me sorprendió… me asusté... no sé por qué. Cuando
acababa de cumplir los 16 años y experimentaba lo que tenía con Max, pensé
entonces que era grande... pero en comparación con Will, no lo era. El pensamiento
de lo que tenía en la mano ahora mismo estuviera dentro de mí me hizo contraer
todas mis partes. Quería hacer lo que me había hecho él antes, pero, sinceramente,
no estaba segura de poder hacerlo.
—Cam. No tienes que hacer eso —dijo, aliviando algo de mi ansiedad.
Max nunca me había dado una opción. Él hubiera anudando mi pelo en la
mano. Me regañaba. ¡Lo odiaba! ¿Cómo pude alguna vez pensar que era algo bueno?
Intentando esto ahora y la realización...
Por primera vez en la historia, quería hacer esto. Hacerlo a mi manera.
Hacerlo a mi ritmo. Hacerlo por Will y por mí.
Cuando Will me acarició la mejilla y me miró, supe que quería intentarlo... así
que lo hice... y cuando todo terminó y él besó mi frente... finalmente me di cuenta de
cómo el amor se estaba empezando a sentir; quería hacerlo una y otra vez para él.

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22
Traducido SOS por Jessibel
Corregido por Tamij18

Will
Recuerdo haberle preguntado a mi padre una vez cómo sabía que mi madre
era la única y se rio de mí. Le pregunté qué era tan gracioso. Y sacudió la cabeza y
dijo—: Lo sabrás porque va a dejar tu culo limpio. No puedo ponerlo en palabras,
hijo. Pero no tendrás ninguna duda. —Bueno, no tenía ninguna duda. No tomó una
mamada para confirmar esto. Creo que lo supe desde el primer momento en que sus
pequeños pies sobresalían por debajo de la manta y su cabeza estaba metida bajo
una almohada. Cuando me dio ese pulgar hacia arriba.
Camden Biggs me consiguió. Ella no me presionó para hablar sobre Matty, se
limitó a escuchar. No trató de ofrecer sugerencias de cómo seguir adelante, como
todo el mundo, ella simplemente me hizo olvidar por un rato.
Ella vino a casa esa noche siguiente con comida china para llevar, que recogió
117
en su camino. Suministré una botella de vino. Nunca he sido un gran bebedor de
vino, pero parecía que era algo por hacer... especialmente para lo que había
planeado.
Kate lanzó un ataque sobre la habitación del hotel y Cam me obligó a permitir
que se quedara, así que lo hice. Pero no había una oportunidad en el infierno de
dejarla entrar entre Camden y yo.
Después de terminar la comida y servir una sola copa de vino para mí, antes
de volver a la cerveza, me di cuenta que tenía un poco de entusiasmo. Perfecto.
—¿Qué estás mirando? —Preguntó con una terca sonrisa.
—Bueno, voy a tomar el riesgo aquí, supongo, pero estoy mirando a mi
pequeña novia sexy.
Mira hacia atrás y a cada lado. —¿Dónde?
Después de decir dónde, empezó a reírse y no pude evitar reír también.
Necesitaba encenderla... hmmm. Un beso para empezar.
Tiró de ella hacia mí y le di uno. Su beso era lento, delicioso, y literalmente
metódico en el momento. Parecía un intento de excitarme. Bueno... ¡lo estaba! Una
vez que la tuve entre mis brazos, se relajó, su beso se suavizó y nuestras bocas se
convirtieron en una.
Ralentizando el beso, preguntó: —Entonces, ¿soy tu novia?
Una sonrisa lenta tocó mis labios. ¿Quería mi confirmación? Demonios, estaba
viviendo conmigo en este momento.
—¿Puedes pensar en una palabra mejor? —Pregunté.
Una de sus cejas se arqueó. —¿Soy tu… corazoncito?
Arrugué mi nariz. —Excesivo.
—¿Compañera?
—Demasiado gay.
—¿Amante?
—Suena como compañeros de sexo.
Se rio en voz alta y se tumbó en el sofá. Dios que hermosa era.
—¿Querida? —Preguntó.
—Tal vez si tuvieras 90.
Terminó su copa de vino, así que vertí los restos de la botella en su vaso.
118 —¿Estás tratando de emborracharme?
Le guiño un ojo. —No, no borracha... libre... desinhibida... querida.
Esta vez arrugó la nariz. —Querida no. Qué te parece solo bebé... la has
utilizado un par de veces.
—Bebé, te llamaré como quieras —dije frotando su muslo y sus piernas se
abrieron ante mi tacto, complaciéndome.
Su sonrisa se desvaneció y sus hermosos ojos verdes se hicieron preguntas.
—¿Qué sucede? —le pregunté suavemente.
—¿Por qué me quieres suelta... libre... desinhibida? —Ella me imitó.
Mi corazón dio un vuelco por un segundo. Agarré el pequeño saco del regalo
al lado del sofá y se lo di. Echó a un lado el papel de seda y sacó su vibrador cerrando
los ojos y sacudiendo la cabeza. Le apreté el muslo.
—Esto no es justo —se quejó.
—Pero bebé... un trato es un trato. Haz perdido la apuesta.
—Estaba bajo extrema coacción —susurró y creo que fue porque estaba
frotando el punto que quería verla frotarse. Mi otra mano se aventuró al norte por
debajo de su camisa contra su pecho. Exhaló un largo suspiro, que olía a vino.
—¿Y si Kate vuelve a casa?
Le sonreí. —Le dije que quería pasar la noche contigo. No puede volver a casa
hasta la medianoche. Son las 9. Estamos de oro.
La observaba mientras mordía su labio. No permitiría que abusara de ello, así
que la liberé de sus dientes.
—¿Qué quieres que haga? —Preguntó con un rubor que invadió sus mejillas.
Ciertamente no podía enumerar las cosas que me gustaría verla hacer con esa
cosa...
—Cam, dime tú. Es tu amigo... ¿recuerdas? —Dije sonriendo.
Sostuvo el vibrador y lo examinó. Estaba... ¿pensando? Desabroché sus
pantalones vaqueros y me miraba con los ojos entornados mientras los paseaba
lentamente por sus diminutas caderas. Mi corazón se estremeció cuando levantó sus
caderas para mí.
—¿Ángel? —Susurró.
—¿Eh?
119 —Has dicho no a corazoncito, compañera, amante y querida. ¿Qué hay de,
ángel?
Sus ojos brillaron. Y mientras miraba a su ropa interior de encaje negro, una
risa resonó en mi pecho. Mitad diablo...
—Ángel, ¿eh? ¿Demasiado puro? —le pregunté.
—Sólo porque estás tratando de corromperme.
Besé cada pierna cuando las liberé de sus vaqueros. La piel de gallina se
dispersó sobre su piel.
—¿Puedo quedarme con las bragas?
Sacudí la cabeza. —No recuerdo ese tipo de cláusula en el acuerdo.
Allí va mordiendo el labio de nuevo cuando mis dedos índices se cerraron
alrededor de la banda de sus bragas. Sus ojos se cerraron cuando cada parte por
debajo de la cintura quedó desnuda. Me endurecí tan rápidamente en mis
pantalones vaqueros que tuve que ajustar la posición en la que estaba sentado. Su
escasa pista de aterrizaje era apenas del color de su pelo.
—Will… —se quejó.
Estaba acostada parcialmente sobre el sofá, pero con sus piernas sobre mí. Me
deslicé por debajo de ellas y me senté en el suelo, sentándola en posición vertical
para poder quitarle la camisa.
Cuando levantó los brazos en el aire antes que yo preguntara, mi mitad
inferior se apretó. Su sujetador siguió a su camisa, cayendo al suelo detrás de mí. Y
allí estaba mi chica... desnuda delante de mí.
—Will. Esto es embarazoso.
—Escúchame corazoncito, compañera, amante y querida. Esto... es sexy como
el infierno. Pero también quiero que te sientas cómoda. Así que... —La senté derecha
y luego me deslicé detrás de ella, apoyando su espalda en mí pecho. Dios se sentía
bien—. Ahora, realmente no puedo ver nada; pero aun así conseguiré ver.
Di un suave mordisco al lóbulo de su oreja y moví su pelo a un lado y cuando
lo hice, vi una lágrima deslizarse por su ojo. ¡Maldición! La había llevado demasiado
lejos. Agarré la manta de lana gruesa de la parte posterior del sofá y la batí delante
de nosotros, dejándola caer suavemente sobre ella.
—Lo siento, —susurré rozando un beso sobre su sien, luego sequé la lágrima
con mis labios—. Lo siento mucho.
120 —Está bien —dijo suavemente—. Lo siento. No estoy diciendo que no. Yo...
sólo.
—Shhhh. —Envolví totalmente su cuerpo desnudo con una de mis piezas de
ropa y sin embargo no sentía haber conseguido estar lo bastante cerca—.
Perdóname, Cam.
Una sensación de pánico me consumió. Ese miserable la había empujado, la
violó, la mordió, la usó... ¿qué demonios estaba pensando? Necesitaba estar de pie.
Marcar el paso. Pegarle a algo. Moverme. Pero no podía. Ella se acurrucó como si
me necesitara también. Como si quisiera estar más cerca. No podía perderla. Tenía
que recordar que ella era más frágil... ¡mierda! ¡Eres un imbécil, Denton!
En el momento en que su pequeño cuerpo se acurrucó en mi costado y cerró
los ojos, mi cuerpo se calmó al instante. El sentimiento frenético se calmó. Con
suerte, el sueño la alcanzaría, por lo que este momento podría simplemente pasar.
Yo también cerré los ojos y apoyé la barbilla en su cabeza, con la esperanza que ella
no se iría.
—Will...
Mis ojos se abrieron con el sonido de su voz.
—Hola, hermosa.
Miré el reloj; habíamos dormitado durante casi una hora... o por lo menos yo
lo hice. Tener su cuerpo junto al mío se sentía como un ajuste natural. Sus ojos
esmeraldas me miraban perezosamente.
Un suave zumbido sonaba y se mordió el labio.
—¿Qué? —Pregunté.
Sus manos salieron de debajo de la manta y su juguete estaba zumbando a
distancia. ¿Lo había hecho ya?
—¿Lo hiciste?
—No, tonto. No lo haría sin ti —dijo ella, rozando sus labios sobre mi pecho—
. Gracias por ser... comprensivo, paciente y perfecto.
Besé la punta de su nariz. —Camden. Lo siento. No fue mi intención
empujarte... yo...
Tres de sus dedos cubrieron mis labios.
—Estoy lista ahora. Todavía voy a sentir vergüenza, pero estoy lista.
—No. No está bien. No tienes que hacer esto... —dije, queriendo consolarla.
121 —Will. Por favor. Quiero.
Con eso, se acurrucó más profundamente en mi regazo.
—Me gustaría mantener la manta encima, si eso está bien —susurró.
—Por supuesto. Esto es tuyo para navegar.
—Entonces tócame, Will. Tócame. Ayúdame a hacer esto...
¡Joooooder! No lo tuvo que pedir más de una vez.
Le besé el cuello hasta el hombro. Con una mano, encontré su pecho y la otra
mano se trasladó directamente a la olla de oro. Un estremecimiento recorrió su
cuerpo. Y vaya que estaba mojada. Esto fue emocionante para ella también. ¿Podría
un hombre estar celoso de un objeto inanimado? La respuesta fue afirmativa. Pero
no lo suficiente como para no querer verla usarlo.
Se lo quité de las manos; el pequeño zumbido amortiguó sus jadeos. Tenía
curiosidad de si podía sentir mi miembro palpitante contra su espalda.
—Quiero tocarte primero —dije cuando enlazó uno de sus brazos alrededor
de mi cuello. Me froté por su abdomen, se estremeció cuando mi mano rozó su piel.
Guau... estaba tan lista para mí. Mi parte inferior estaba en desacuerdo con mi
cabeza. Estaba listo y dispuesto a reemplazar al vibrador.
—¿Por qué esto te excita? —Me preguntó ella.
Después de rozar la sien con un beso, con dos dedos, presioné dentro de ella.
—Cam... te complazco. Sabiendo que te hago estar así de mojada.
Su lengua patinó a lo largo de mi mandíbula. —Haces que cada chica se moje.
Eres hermoso —dijo.
—Tú eres la única chica que me importa... querida.
Ella se rio en silencio. Cuando puse el vibrador en su mano, sus piernas se
abrieron y ella lo colocó suavemente en su lugar ideal.
Llevé mis manos hasta sus pechos y la parte posterior de su cabeza rodó de
lado a lado en mi hombro.
—Will. Esto... va... a… tomar... unos dos minutos —dijo, cada palabra con
respiraciones entrecortadas.
—Está bien cariño...
Ella gimió en voz alta mientras probé su cuello y el lóbulo de la oreja, luego
continué frotando su pezón entre el pulgar y el dedo.
122 —Will —chilló y empezó a sentarse derecha, pero fácilmente la contuve con
mi brazo, manteniéndola a mi lado.
—No te muevas... quédate en mis brazos —le susurré.
Con su mano izquierda, agarró mi bíceps y empezó a arquear la espalda. Su
respiración se estaba empezando a enganchar y sus diminutos dedos se convirtieron
en garras cuando se clavaron en mi piel.
—Bebé —dije en voz baja directamente en su oído—. Termina para mí...
Luego se liberó a sí misma. Y el pequeño gritito fue uno que sabía quería oír
una y otra vez.
23
Traducido por Lvic15 & Zara1789
Corregido por Jessibel

Cam
Will reacomodó la manta sobre nosotros y me abrazó fuerte. No puedo creer
que acabe de hacer eso con su ayuda y su ojo vigilante.
—¿Qué tal mía? —Preguntó.
—¿Qué?
—Mía. Por tu nombre. No cariño o compañera o amante o querida.
Simplemente mía.
Sonreí. Lo entendía ahora. —Supongo que es cercano a novia.
Levantó mi barbilla inclinando mi cuello de lado y me besó.
—No. Cam. Es más que una novia. Es un compromiso. Es una cosa de
123
monogamia.
Me quería sólo a mí. Eso me hizo sonreír pero intenté controlar mi emoción
tan temerosa de que le asustaría. Si supiera incluso por un corto segundo lo que me
estaba haciendo. Cómo me sentía. Esto era de locos. Se había convertido en una
obsesión.
—¿Es eso lo que quieres? —Pregunté casualmente.
Sus piernas se enredaron a mí alrededor y sus brazos me sostuvieron
fuerte. —Sin lugar a dudas. ¡Sí! No quiero ninguna parte de mi vida antes de ti.
Había estado cinco años sin un hombre y ahora sólo había un hombre que
quería. Max ya no estaba en escena. Will estaba. Cuánto más tenía de él, más quería.
Me giré, mi mejilla descansando en su pecho.
—Sí, Will. Quiero eso también.
Dejó salir un resoplido reprimido y se situó más profundamente en el sofá
llevándome con él como si fuéramos a dormir así. ¡Todavía estaba desnuda! Él
estaba totalmente vestido. Pero envuelta en su manta y en sus brazos, sentía como
si nada pudiera hacerme daño. Él era mío y yo era suya.

El estadio no se veía para nada como pensaba. Las estaciones estaban


preparadas con anillos, cuerdas, pesas, martillos… Los fans estaban desperdigados
alrededor mientras la gente se dirigía al estadio.
—¡Denton! —Gritó alguien y Will asintió al chico que vino hacia nosotros con
un programa y un bolígrafo.
—Aquí es donde quiero que te sientes, ¿si? Mis padres deberían estar aquí
también.
—Oye Will. ¿Puedo conseguir tu autógrafo?
Will le dio una modesta sonrisa y firmó su foto en el programa. Se le veía muy
musculoso en la foto. Mentalmente anoté que quería un programa también. El chico
estaba en toda la página. ¡EN COLOR!
Me senté.
Tocó mi brazo. —Aún no. Vas a venir conmigo.
—Bien.
Descendimos las escaleras juntos y caminamos por un túnel, por el pasillo y
giramos hacia el vestuario.
124 —¡Chica! —Gritó mientras entramos en la brillante habitación.
Mientras rodeábamos la esquina unos seis chicos estaban desparramados por
la habitación —cada uno con la misma constitución que Will. Un par descansando
en los bancos del vestuario, uno con una toalla en su cara, uno caminando al lado de
las taquillas torciendo su cuello, otro estirando en el suelo. Un silbido se escuchó por
detrás de nosotros y Will se giró con veneno en sus ojos.
—Oh, hola, Denton —dijo el chico con una sonrisa retorcida.
El pecho de Will se hinchó. —Jódete Simmons. Pero primero, sílbale de
nuevo y verás cuán rápidamente mis jodidos puños le dicen a tus labios que dejen
de silbar.
Este chico Simmons se rio y cogió el brazo de Will. Sólo miró mis ojos por un
segundo antes de volverse hacia él.
—Ignórale, por favor —dije.
—Hecho —dijo Simmons aunque yo claramente estaba hablando con Will.
Will se rio y sacudió su cabeza, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura.
Fuimos a una esquina solos donde empezó a quitarse su ropa.
—¿Quién era ese?
—Neal Simmons.
—¿Ustedes dos siempre se atacan?
—¿Nosotros dos? ¿Digamos que siempre se mete donde no le llaman?
Will estaba haciendo estallar su cuello y estirando sus brazos… viéndose
caliente como el infierno y estimulando algo profundo en mí. Odiaba las peleas pero
verlo defender mi honor era… excitante, y ahora estaba medio desnudo. Mis labios
se abrieron.
—Mira mi pequeña demonio del sexo —dijo levantando mi barbilla,
rompiendo mi comunicación no verbal con su pecho y
abdominales—. Amoooooo que te guste mi cuerpo.
Sacudí mi cabeza. —Lo amo… no me gusta —clarifiqué cuando alcancé y
toqué su cálida carne.
Se estremeció primero después sonrió. —Tengo que enfocarme. Hace un
minuto, quería matar a alguien y la adrenalina estaba bombeando… ahora la
adrenalina está bombeando directamente en mi pene. —Cogió mi mano y la pasó
por sus pantalones cortos que tenían ya forma de tienda de campaña—. ¿Cómo va a
verse eso cuando salga de un vestuario lleno de chicos?
—Quizás debería ocuparme de ello. —Sonreí mordiendo mi labio.
125
Inmediatamente, sacó mi labio de mis dientes. Después comenzó a caminar
hacia mí, y yo fui hacia atrás hasta que estuve
presionada contra el frío metal de los casilleros. Su labios pasaron por mis mejillas y
su nariz pasó por mi oreja donde mordisqueó el lóbulo de mi oreja.
—Bebé. En unas seis horas, vas a hacerte cargo de esto. Y yo —susurró—, me
haré cargo de esto —dijo, rompiendo el elástico de mis bragas, hundiendo sus dedos
dentro de mí y tocando el lugar más dulce conocido para las mujeres.
—Will —jadeé.
Presionó sus labios contra los míos, encontrando mi lengua por sólo un
segundo antes de que ralentizara el beso.
—Tengo que concentrarme. Por favor. Deja que te acompañe a la salida.
Hice un mohín pero fui con él.
Mientras rodeábamos los casilleros, Simmons estaba sentado allí riéndose
como una niña pequeña. Obviamente había escuchado nuestra conversación. Estaba
orgullosa de Will porque le ignoró.
—Puedes encargarte de mí ahora. No te diré que no. Y sin dudar puedo
encargarme de…
Antes de que acabara todas las palabras, Will me había dejado, se había
precipitado al banco del vestuario y había inmovilizado a Simmons. Otros dos chicos
se acercaron rápidamente e intentaron coger a Will pero les hizo a un lado mientras
aún sostenía a Simmons por la garganta.
—¡Will! —Grité.
—Denton, sabes que si le pegas, estarás descalificado. No lo hagas, hombre.
No vale la pena —dijo uno de los chicos.
La cara de Simmons se estaba poniendo roja.
—¡Will por favor, para! —Grité.
Aflojó su agarre porque el color se iba de la cara de Simmons.
—Diré esto una vez. Puedes decir mierda sobre mi padre siendo el camionero
de la basura. Puedes decir cosas sobre mi madre estando al otro lado de las vías.
Incluso puedes hablar sobre Matty, tú pequeña mierda sucia. Pero si hablas de ella
de nuevo, de cualquier manera, te mataré. Ahora di que lo sientes.
Simmons se quedó callado.
126 Will apretó su agarre de nuevo. —¡Di que lo sientes!
—Lo siento —flaqueó y Will se levantó dejándole y me empujó fuera de la
habitación.
El estadio estaba a tope de espectadores, y cuando llegué a mi asiento, los
padres de Will estaban sentados a mi lado. Su madre me dio la bienvenida con un
abrazo y su padre, bueno, él todavía tenía esa sonrisa de idiota. El nerviosismo se
mantuvo en mi interior mientras trataba de olvidar lo que había ocurrido.
La multitud comenzó a gritar y las cámaras invadieron el túnel. Los chicos
comenzaron a hacer su camino hacia fuera mientras que unas chicas apenas vestidas
se situaron en la boca del túnel con carteles. Vi en la pantalla gigante que
Simmons salía primero.
—¡Neal! —Chillaron las chicas y Simmons ya estaba posando con ellas y
firmando en sus camisetas sin mangas. Esto no era en absoluto lo que esperaba. Él
estaba besando sus mejillas y envolviendo sus brazos alrededor de ellas.
—¡Will! —Ellas se dieron la vuelta, le gritaron y la chica de largo pelo rubio
le envolvió sus brazos a su alrededor. Sonrió, pero levantó la mano para detenerla.
Varias chicas lo rodearon y yo sólo me quedé allí de pie mirando. Una chica tenía
un cartel que decía: Quiero tener un hijo de Will Denton. Me di la vuelta y me quedé
mirando a los padres de Will. Su madre tomó mi mano.
—¿Cariño? ¿Él no te dijo nada acerca de las chicas?
Negué con la cabeza tratando de actuar como si no me molestara... pero en
serio ¿qué demonios? Su padre solamente me miró con esa maldita sonrisa suya.
Vi cuando Will se dirigió a dos niños que estaban de pie agitando sus carteles
y gritándole como si fuera un superhéroe. Sonreí de oreja a oreja mientras firmaba
sus carteles y se tomaba fotos con cada niño. Después de un rápido choque de puños
con los niños, se unió a Simmons y al resto de los chicos en la carrera.
Después tocaron el himno nacional y comenzaron los juegos. Este tipo,
Simmons y Will compitieron a la par en cada serie. Al igual que en su gimnasio en
casa, cuando Will subía por la cuerda una y otra y otra vez. Había levantado pesas
sobre su cabeza una y otra vez y otra vez y luego volvía a la cuerda de escalada. Él
terminó en primer lugar esta serie. Luego ellos levantaron las bolas medicinales
sobre sus cabezas tirándolas sobre suelo varias veces. Simmons ganó esta serie. En
la siguiente Will tuvo que usar una especie de maza para golpear esa enorme losa
de metal bajo una lámina. Dios que bueno era. Increíble. Cada vez que atacó con la
maza la losa, su rostro tenía determinación y en mi cabeza creo que la losa era la
cabeza de Simmons. Will ganó esta serie.
Hacia el final del día Will lideraba y estaban yendo hacia el último evento. El
último evento era más como una serie de eventos. Tuvo que levantar una barra de
127
pesas sobre su cabeza, saltar sobre una caja, hacer espalderas horizontales, saltar a
la cuerda y luego montar en bicicleta. Y por si eso no fuera suficiente, tuvo que
hacerlo de nuevo. Miré alrededor del estadio como la gente coreó su nombre y lo
vitoreó. Había cámaras por todas partes para el evento en vivo, y en un momento
una cámara tomó imágenes de mí y de los padres de Will. Todo esto era más de lo
que había imaginado. Mucho más grande de lo que entendería. Y al final del
día, Will se colocó primero manteniendo su primer lugar en el pódium. Oí decir a
su papá que con sus tiempos, ahora era el noveno en el país. Guau.
Lo que realmente más apestaba era que después de ver a todas esas chicas
que le gritaban y trataban de llamar su atención, y sabiendo que me iba a casa con
él, esta noche empezaba mi período. Aunque Will llevándome arriba con una oferta
para hacerme cargo de él aún estaba en pie, no tendría esa suerte.
Una semana más tarde Kate cumplía veintidós y le prometí que saldría con
ella por su cumpleaños. La única promesa que le hice a Will fue no ir a la sala de
Boom Boom del Hawk. No había salido por un tiempo, así que fue divertido llegar
toda emperifollada. Había una banda tocando en The Granada por lo que
comenzamos allí. El año pasado, Kate hizo todo los 21 chupitos para su cumpleaños,
y Ham y yo terminamos llevándola de regreso a su apartamento, donde me quedé
con ella durante toda la noche para asegurarme que estaba bien. Esta noche no iba a
ser una repetición.
La banda era bastante buena y bailamos, cantamos y bebimos. A las diez en
punto, Kate atrajo a una multitud de tres, y a la manera típica de Kate, no creo que
hubiera elegido su sabor para esta noche. Había estado viendo a Liam pero esta
noche estaba claro que no estaba en su mente. La música estaba muy alta y
mostramos nuestros movimientos en la pista de baile. Un tipo, Rowan, había
comprado algunos chupitos Jello y me dio uno.
—¡Gracias! —Grité. Todos levantamos los nuestros en el centro y brindamos
por Kate. Rodé los ojos mirando a Kate ansiando atención.
Rowan volvió con dos chupitos más, y me entregó uno.
—Gracias —repetí.
—Estás más guapa que Kate.
—¡Lo que sea! —Asentí—. Gracias. —Por tercera vez.
—Vamos a un bar de striptease, vamos —dijo uno de los chicos de Rowan,
128 que se rio y asintió.
—¡Kate! —Grité mientras pasaba caminando—. ¿Una barra de stripper? ¿De
Verdad?
—Oh, va a ser divertido. ¡Además, es mi cumpleaños!
Ella anduvo sin rumbo con los otros dos chicos, y Rowan me esperó. Yo ya
estaba un poco incómoda.
Las luces de neón fuera del bar de striptease con un cartel en el que se leía
perritos calientes gratis no eran tan atractivas. Nunca había estado en un bar de
striptease, pero a este le faltaba... clase. Creo que de alguna manera la clase y un bar
de striptease no encajan en la misma frase de todos modos. Había cinco coches y dos
motos en el estacionamiento.
El primer tipo, creo que oí Kate llamarlo Ross, pagó nuestra entrada. El gran
e imbécil gorila envolvió una pequeña pulsera en mi muñeca y entramos. El bar
estaba frío y oscuro y parecía sospechoso. Los hombres fueron esparciéndose por la
habitación. Algunos en rincones oscuros. Otros sentados justo al lado del escenario,
para ver la acción en primera fila, supongo. El espeluznante escenario estaba vacío.
—¿Qué puedo traerles de beber? —Preguntó un camarero.
Ross ordenó sin siquiera consultarnos y luego nos dio nuestras bebidas. Nos
dirigimos a una mesa para seis, y cuando nos sentamos, empezó la música a todo
volumen. Una bella joven con un bronceado de spray se deslizó a través de las
cortinas con un uniforme de enfermera.
Dr. Feelgood de Motley Crue sonó mientras se quitaba lenta y seductoramente
primero el sombrero y luego la bata de laboratorio y atravesaba el escenario.
Pitidos vinieron de los tipos sentados alrededor. Un tipo flaco con unas gafas
redondas y grandes se sentó justo al lado del escenario observando a la enfermera
Roxy. El sujetador de color rojo sangre que llevaba se desprendió y ¡sus tetas eran
más pequeñas que las mías! Esperaba que las strippers las tuvieran más grandes que
una copa B. Me reí en un primer momento, mirándola, pero luego me sentí triste por
ella.
—Es un poco triste —dijo Rowan cerca de mi oído, leyendo mis pensamientos
y di un respingo por su cercanía.
Cuando me di la vuelta, me cogió un mareo. Cogí mi teléfono y envié un
mensaje a Will.
¿Puedes venir por mí? Enviar
—Kate. ¿Te sientes bien? —Le pregunté y me di cuenta de que mis palabras
129 estaban mal pronunciadas.
Sus párpados a media asta trataron de centrarse en mí. ¿Cuánto habíamos
bebido?
—Vamos chicas. Vamos a ir a la sala VIP —dijo el otro tipo, Mason tomando
el brazo de Kate.
Sala VIP. ¿Qué era eso? Ellos tiraron otro brazalete alrededor de nuestras
muñecas. Miré a Roxy que estaba completamente desnuda fuera de apenas un tanga.
Permaneció pellizcando sus pezones y tirando de ellos.
—¿Por qué hizo eso? —Pregunté a Rowan, tratando de concentrarme en la
pronunciación.
—Para hacer que sus pezones estén duros. Es por eso que también mantienen
esto frío —explicó.
¿Dónde estás? ¿Qué va mal?
Fui a sentarme y vi que algunos chicos me miraban.
Rowan dijo—: Vamos a volver con ellos.
Me guio por una habitación oscura donde chicas estaban bailando en
diferentes áreas para grupos de chicos. Doblamos la esquina y allí estaba Kate. Ella,
Mason y Ross estaban haciéndose un chupito. Rowan tomó el teléfono de mi mano
y nos sentamos en un sofá que sabía que si hubiera estado sobria, no me habría
sentado.
—Kate. Nosotras deberíamos irnos.
Ella no me oyó; ella estaba bailando al lado de la stripper. No estaba bien. No
podía pensar con claridad. Necesitaba a Will. Las cosas estaban girando.
—¿Rowan?
—¿Sí?
—No me hagas daño —le dije, y mis ojos se cerraron.

130
24
Traducido por Dahi
Corregido por Florpincha

Will
Prácticamente pasé la línea roja de mi camioneta con cada aceleración
atravesando señales de parar o semáforos. Solo había estado en este bar dos veces,
pero sabía exactamente cómo llegar allí. Marqué el número en mi teléfono.
—Will, ya es tarde. ¿Qué pasa? —preguntó mi padre.
—Necesito tu ayuda. Necesito que me encuentres en Mo.
—¿El bar de stripper?
—Sí.
—Lo tienes, hijo. Estaré allí en quince minutos.
—Gracias papá.
131
Papá estaba esperando en el estacionamiento en el momento en que frené en
la grava. Estaba fuera de mi camioneta y caminé hacia la puerta de acero.
—¿Quieres darme una advertencia acerca de lo que está ocurriendo aquí? —
indagó sosteniendo la puerta de que se cierre—. No puedo ir a ciegas, Will. Dime
algo.
—Cam está aquí. Vamos a buscarla. —Mi voz tembló—. Y su mejor amiga,
Kate. —Intenté abrir la puerta y él la golpeó para cerrarla.
—¿Y están aquí solas?
—¡Papá! Déjame entrar en el puto bar. —Apreté los dientes agitado por una
incontrolable rabia.
Me agarró de la camisa y me empujó contra el revestimiento de vinilo sucio.
—Escúchame. Nunca podría mirar a tu madre de nuevo si tuviera que ir a
casa y decirle que algo te ocurrió. Ahora, si puedo entrar y conseguir a Cam sin
incidentes, entonces está bien, pero si necesito un arma, necesito saberlo.
—No. No necesitas un arma. Pero papá, tengo que entrar allí.
Me dio unos golpecitos en el pecho. —Vamos.
Solo por haber estado allí algunas veces, sabía hacia dónde ir.
A medida que mis ojos recorrieron la habitación principal, papá se fue a la
sala VIP. Un tipo en la esquina me vio y el pánico lo debe haber registrado en mi
rostro porque señaló a la sala VIP. ¿Sabía por qué estaba allí? ¡Por supuesto, dos
chicas en un bar de striptease!
Oí el silbido de mi padre. Kate estaba colgando por encima de su hombro.
¿Por qué había agarrado a Kate primero? Corrí hacia él.
—La voy a llevar a la camioneta.
—¿Por qué no agarraste a Cam?
—Ella no estaba allí —gritó.
Me lancé a través de la sala VIP, de nuevo a través de la habitación principal,
y luego me dirigí hacia el baño de chicas.
—¿Cam? —grité disparado a través de la puerta.
Un hombre estaba sentado en el desagradable suelo con la cabeza de Cam en
su regazo.
—¿Will? —Cuestionó el tipo.
—Sip. ¿Rowan?
132
—Sip. Ella está bastante fuera de aquí.
Me agaché para cepillarle el pelo de su hermoso rostro. Sus ojos se abrieron,
pero luego volvieron a cerrarse.
—En realidad ella no quería venir —dijo Rowan frotando su brazo y si no
fuera por su llamado telefónico, lo habría golpeado por tocarla.
Asentí. El baño apestaba y quería sacarla de allí.
—¡Saca tus jodidas manos de ella! —gritó mi padre desde atrás mío. Levanté
la palma de mi mano hacia él, aunque no quería a Rowan tocándola tampoco.
—Papá, lo tengo.
En cualquier caso, las manos de Rowan se dispararon hacia arriba. —No estoy
tratando de hacerle daño.
Rowan me miró. —Ella tenía que ir al baño y me preguntó si podía quedarme
con ella —dijo.
—Gracias. Verdaderamente te debo una. —La alcé en mis brazos sin fuerzas.
Si las miradas mataran, la mirada de mi padre hubiera tumbado a Rowan allí
mismo. Él me estaba protegiendo… y a Cam; sabía claramente lo mucho que esto
significa para mí. Lo mucho que ella significaba para mí.
—¡Fuera de aquí, Will! Puedo lidiar con él.
Las cejas de Rowan se levantaron.
—Papá. En serio. Es quien me llamó desde el teléfono de Cam. —El cuerpo
de Cam se retorció sobre mis brazos y apreté mi agarre.
—¿Sabes qué bebió? —curioseé.
Rowan mantuvo sus ojos en mi padre. —Solo una copa aquí. No sé lo que era.
El camarero lo mezcló. Varios chupitos de gelatina. Realmente no sé fuera de eso.
—¿Alguno de tus amigos le dio algo? —preguntó papá no cediendo.
—No lo sé —respondió Rowan.
—De acuerdo. Gracias de nuevo. ¿Necesitas un paseo a algún lado? —ofrecí.
Rowan sacudió la cabeza. —Estoy bien. Gracias.
—Vamos papá —le pedí antes de salir. No había manera en el infierno de que
lo dejase solo con Rowan. Papá salió.
—Will.
133 —¿Sí?
—Eres un tipo con suerte.
Asentí y seguí a mi padre fuera.
Me senté en el porche viendo el amanecer. El sueño me había eludido toda la
noche. Después de que metiera a Cam en mi cama, yací a su lado pensando en ella
y Kate entre esos chicos. ¿Estaría bien si yo estaba con tres chicas? Los mismos
pensamientos jugaron a lo largo de la extensa noche. ¿Qué pasaría si Rowan no
hubiese sido un caballero? ¿Qué pasaría si…? El café quemó mis labios cuando tomé
un sorbo. Kate era un problema, pero también era su mejor amiga. Sacarla de su
vista no era una opción, ¿pero controlarla de alguna manera? Confié en Cam. No
confiaba en Kate. No confiaba en la mayoría de los chicos. Piensan con sus penes. Y
Cam estaba viviendo en solo la zona del pene de Will.
—¿Will?
Oí la voz de mi ángel. Su pelo revuelto y los ojos entreabiertos eran sexys.
Palmeé mi regazo. Ella me dio una sonrisa con sueño y arrastró los pies hacia mí.
Puse mi café en el final de la mesa, y ella se sentó en mis piernas con las rodillas
levantadas.
—Lo siento —susurró.
Aspiré una bocanada de su cabello y besé la parte superior de su cabeza, pero
permanecí en silencio.
—¿Me perdonas?
Trataba de ser duro… para mantenerme firme… Miré hacia ella. Pero al
momento en que sus soñolientos ojos esmeraldas encontraron los míos, sabía que
iba a ceder en un segundo.
—Creo que tenemos que hablar —dije.
Ella se enderezó y sus ojos se abrieron con miedo.
—Escucha —empecé y era como si viera en un arroyo con piedras cubiertas
de musgo en la parte inferior. Las lágrimas inundaron sus ojos—. Caaaam. Bebé. No
llores.
Estaba atrapado en algún lugar entre mi llanto y la sonrisa. Ella estaba tan
apestosamente linda. Dios, amaba a esta chica. La amaba tanto.
—Escucha, bebé. No sé cómo hacer esto. Este… —Moví mi dedo índice de ida
y vuelta entre nosotros—. Esto es nuevo para mí. —La sensación inexplicable dentro
de mi pecho era demasiado difícil de soportar. Me quedé con ella en mis brazos, la
senté suavemente en la silla y la cubrí con una pequeña colcha que mi abuela había
134
hecho. Una lágrima rompió la barrera y se deslizó por su mejilla. Entrelacé mis dedos
detrás de mi cabeza y me quedé mirando el nebuloso sol, finalmente haciendo
aparición.
—Tú estando fuera sin mí es duro, pero entiendo y quiero que salgas y te
diviertas con tus amigos. Pero… —Yo solo tenía que decirlo—. Matty quería que me
enlistara también al principio. Hubiera estado en un ranking más alto porque ya
estaba graduado de la universidad. Realmente no quería hacerlo. Por lo tanto, lo
hizo solo. Todos los días, pienso sobre qué habría ocurrido si yo hubiera estado allí.
¿Qué si hubiera podido pararlo de algún modo? ¿Que si…?
¡MIERDA! Yo mismo estaba luchando contra las lágrimas. Sentí sus brazos
envolviéndose alrededor mío por detrás, y el dolor casi disminuyó. El inmenso
consuelo que me trajo fue inconmensurable. Me di la vuelta y la abracé.
—Si yo estaba allí… tal vez no salieras herida. Si estoy contigo, tal vez pueda
prevenir que algo suceda. Ayer por la noche, cuando Rowan me llamó y me dijo que
me necesitabas, hubo una sensación de dolor que me abrumó. ¿Qué podría haber
pasado si no llegaba a ti lo suficientemente rápido? ¿Y si algo te hubiese pasado?
La palma de su mano acarició mi rostro.
—Will. Estoy aquí. Estoy bien.
Besé sus labios con ternura y me trasladé a mi asiento nuevamente tirando de
ella a mi regazo.
—Me preocupa que lo que vaya a decir pueda asustarte, pero necesito que lo
sepas. Sé que solo ha pasado un poco más de dos meses pero… yo… te necesito. Y
sobreviví a Matty pero no estoy seguro que pueda sobrevivir a perderte.
Las compuertas se habían abierto y sus lágrimas fluían libremente. Ella apoyó
la frente en mi barbilla, luego finalmente levanto la vista hacia mí. ¿La había
asustado?
—Nunca me vas a perder. Lo prometo.
Y con esas palabras, me aferré a ella como si nuestras vidas dependieran de
ello y cerré los ojos.

135
25
Traducido por Zara1789 & SOS por Jessibel
Corregido por Florpincha

Cam
Cuando mi teléfono sonó, no reconocí el número. Abrí el texto.
¿Te gustaría ir de compras hoy? ¿Tal vez almorzar?
¿Compras y el almuerzo? ¿Quién era ese?
Lo siento. ¿Quién eres? Enviar
Me senté, esperando.
Soy la madre de Will. Abby.
¿Ella quiere ir de compras conmigo? ¿Qué nos diremos? ¿Qué podríamos
hablar? Yo nunca había hecho este tipo de cosas. Tracy era lo más parecido a una
136 madre que había tenido y me odiaba.
De acuerdo. ¿Cuándo? Enviar
Hice la uña de mi pulgar una comida mientras esperaba a que el texto fuera
contestado. Tres largos minutos.
¿Trabajarás este sábado? El día está programado si te reúnes conmigo.
Sábado. Will no tenía una competencia. No podía pensar en ninguna excusa
para dejar de ir y soñar con tener una madre sólo por un día.
Eso suena perfecto. Enviar

Cuando llegó el momento, el sábado, la Sra. Denton me recogió a las 9:00 en


la casa de Will. Se veía radiantemente bella, Will se quedó de pie, dijo adiós con la
mano y con una sonrisa de complicidad en su rostro. A medida que nos alejamos,
literalmente se agarró el pecho. ¿Qué demonios fue eso?
Empezamos con una parada en una tienda de café, lo que significaba
conversar, pero ella era casualmente dulce y arreglamos hablar abiertamente sobre
su vida y errores. Ella me hizo sentir muy a gusto y bienvenida. Desde allí nos
dirigimos de la calle Mass a la tienda. Entramos y salimos de las tiendas, y dos veces,
ella insistió en comprarme algo. No fue contundente, pero encontró el más lindo
vestido y una camisa que a Will le encantará. Nunca había tenido a alguien que me
comprara cosas como esas, y ella me hizo sentir especial... quería... una parte de ellos.
Así que, a su vez, me encontré con una camisa para Will y no podía esperar para
dársela.
Luego hicimos nuestro camino a una pequeña tienda pintoresca llamada
SWEET. Estaban horneando suministros y otras cosas. Tenían las más lindas
chucherías y mezclas de salsas así que compré más cosas para Will pensando que le
gustaría. Esta cosa de ir de compras era más divertido de lo que esperaba.
Después de eso, ella me llevó a un lugar de uñas donde nos sentamos para
una pedicura y manicura. Nunca había tenido una manicura, así que esto era
completamente nuevo para mí. Ella mencionó a Matty en las historias, como si
todavía estuviera vivo y me pregunté si esta era su manera de hacerle frente... o de
estar en negación. No podía imaginar perder a un hijo.
Luego, la conversación cambió a Will y mi ansiedad creció. Este era ahora su
único hijo y estoy segura que ella era muy protectora con él. Ambos de nuestros pies
estaban siendo frotados, así que al menos no estábamos cara a cara.

137 —Will es bastante privado. ¿Estarías dispuesta a decirme cómo se conocieron?


—preguntó con ternura.
¡La historia perfecta! No... Estaba teniendo sexo con mi compañera de
habitación.
Le sonreí. —Bueno, por extraño que parezca, estaba viendo a mi compañera
de cuarto.
Frunció el ceño, y yo trataba de medir su respuesta. Dios, no quería
decepcionarla.
—¿He dicho algo malo?
—Oh, no, cielo. Eso me sorprende. Will no sería capaz de engañar a una chica.
Yo lo sé.
Negué con la cabeza. —Bueno, en realidad no eran... exclusivos, supongo. Se
veían en alguna ocasión.
Ella se rio en voz alta. —Ya lo entiendo. Estaban enganchados, como todos
ustedes dirían.
El calor sonrojó mi cara y me limité a sonreír.
—Ahora eso habría sido más como Will.
¡Quería gritar que no habíamos tenido sexo!
—Espera —dijo—. Eso no salió bien. Will nunca ha traído una chica a casa.
No sé si él te dijo eso. Sin embargo, debes ser muy especial para él.
El chico que ahora estaba pintando mis dedos de los pies me sonrió.
—Sí, él me dijo eso. Es muy privado. El día que estuvimos en el lugar de la...
en el lugar de su marido... o de su antiguo lugar. —Estaba tartamuda. Ella acarició
mi mano.
—Cariño, no te pongas nerviosa.
—Lo siento. —Me disculpé—. Realmente me gusta mucho su hijo y quiero
gustarle a él. Mi madre murió hace un tiempo y...
—Cam. Will nos dijo. Él nos ha dicho lo suficiente sobre ti, sabemos que está
loco por ti. Te interrumpí, termina por favor.
Mi corazón estaba haciendo giritos a sabiendas de que les dijo a sus padres
que estaba loco por mí.
—Todo lo que estaba diciendo es, que ese día, fue la primera vez que
compartió parte de él conmigo. Matty vino después. Está siendo muy cauteloso con
eso. Pero sólo hemos estado juntos dos meses.
138 —Cielo, Matty y William eran mejores amigos. William lo protegió
ferozmente. Una vez, Will gritó a Matty las líneas desde la audiencia durante el
juego de quinto grado de Matty. —Ella se rio—. Pero entonces, Will fue también
suspendido tres veces durante la escuela secundaria. Cada vez defendía a Matty por
algo. Matty era más pequeño que Will. Vivió a su sombra. Will odiaba eso y luchó
duro para asegurarse que Matty se destacara por su cuenta. Lo protegió desde que
nació. William siente como si falló. Siente que pudo haberlo evitado. La única vez
que Matty lo necesitó, él no estaba allí. Este último año ha sido un año muy oscuro.
—Su voz se quebró.
Me tomó la mano y una lágrima solitaria bajó por su mejilla. —William te
necesita. Él tiene que sanar. Él tiene que amar.
Sus ojos se encontraron con los míos y todo lo que tenía para ofrecer era una
sonrisa.
—Cam. William ha estado perdido, y por cualquier motivo, le has dado un
propósito. Te doy las gracias por ello. No sé qué va a pasar entre ustedes dos, pero
me gustaría hacer esto otra vez. No tengo una hija con la que hacer este tipo de cosas
y bueno... tu madre no puedo hacer esto contigo, así que tal vez podría ayudar a los
demás.
Ella lo dijo que como una pregunta, pero no pude contener la sonrisa que se
extendió de oreja a oreja en mi rostro.
—Me gustaría... mucho. Nunca he tenido un día como hoy.
Ella entregó su tarjeta de crédito al chico que acababa de terminar con los
dedos de sus pies.
—Bueno, entonces vamos a hacerlo de nuevo pronto. ¿Trato?
—¡Trato! —Sonreí.
Pasar el día con Abby fue como pasar el día con mi madre. Varias veces quería
abrazarla sin razón, y ella realmente parecía estar disfrutando de mí también.
Cuando me dejó en mi apartamento, me apretó la mano y nos prometimos hacerlo
de nuevo. Cuando se fue, una tristeza se apoderó de mí... yo la necesitaba demasiado,
y eso me asustó. Ahora que estaba de vuelta en mi apartamento, me sentí aún más
sola que nunca.
Me acosté en la cama esa noche pensando en Will... pensando en su familia.
Todavía no le había dicho que lo amaba, pero yo sabía que lo haría. Yo amaba a Will
y amaba lo que había traído a mi vida.
Le había dicho a Max que lo amaba, pero él me había respondido con silencio.
139 Me di cuenta ahora que lo que sentía por Max en ese momento no era amor. Esta
relación era inequívocamente más sana, más fuerte y se sentía como... el verdadero
amor se sentiría. Tantas veces Will y yo nos habíamos mirado a los ojos, que si le
sacara la lengua, habría visto las palabras en la punta de mi lengua, pero algo me
detuvo. No quería esa barrera nunca más. Amaba a Will Denton y lo necesitaba para
saber, por lo que tiré mi trasero fuera de la cama y, en pijama, me metí en el coche y
me dirigí a su casa.
Eran sólo poco después de las diez, así que pensé que estaría despierto, pero
se sentía un poco extraño caminar por el garaje con un Ford Raptor plateado
aparcado enfrente. Eso significaba compañía. Al principio dudé, si llamar o no, pero
él había conseguido frustrarme tantas veces antes cuando no me involucraba, que...
entré.
No importaba mi misión para venir allí, verlo sostener a otra chica en sus
brazos fue lo último que había esperado. Me quedé helada. Dejé de caminar. Dejé de
respirar. ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! Esto no estaba sucediendo. Yo le gustaba.
Su cabello castaño rizado a capas en su espalda y la frente apoyada contra su
pecho, era como un puñetazo en el mío. Sabes cuando hacen en televisión una
prueba de choque de coches y los maniquíes en el interior del coche vuelan contra
el parabrisas... eso es lo que sentí que acababa de ocurrirme. Sentí como si todo mi
cuerpo chocara contra una pared. Excepto que cada pedazo de mí estaba intacto,
exceptuando mi corazón. Se había roto en dos. Me sentí muerta.
Los bellos ojos canela de la chica se abrieron haciendo contacto con los míos
conteniendo confusión y preguntas. Me las arreglé para girar sobre mis talones y
correr, dejando la casa a la que sabía que nunca iba a volver. Algunas de mis cosas
todavía estaban allí. Mis llaves estaban todavía en mi coche. Entré, puse el coche en
marcha, di marcha atrás y tiré calle abajo. Mis manos temblaban tanto... todo en mí
lo hacía. Sólo había una cosa de la que estaba segura... que no iba a casa. No podía
dejar que Kate me viera así. Miré en el espejo retrovisor y el poco rímel que llevaba
hoy con la mamá de Will estaba bajo mis ojos como una máscara de mapache.
Mi teléfono sonó desde el asiento del copiloto. Era Will. No contesté. La chica
le había dicho algo a él. ¡Piensa Camden! ¿A dónde vas? Ham. Iba con Ham.
La residencia de los atletas era el más hediondo de los dormitorios, que es
una de las razones por la que fuimos a mi casa o a la biblioteca o al centro de
formación para dar las clases. Escribí un mensaje a Ham y me esperó en la puerta.
—¿Qué pasa? —dijo en cuanto vio mi cara.
Negué con la cabeza. —Sólo necesito un lugar para quedarme por un tiempo.
140 Abrió la puerta del todo permitiéndome la entrada. —¿Qué pasó, Cam? —
preguntó mientras caminábamos hacia el ascensor.
—Ham, por favor.
Nos bajamos del ascensor después de subir dos pisos.
—Juro por Dios Cam... —señaló con los dientes apretados.
Puse mi mano sobre su pecho. —No lo hagas. No ahora.
Su dormitorio estaba bastante recogido, pero él arrojó unos zapatos lejos del
sofá para que pudiera sentarme. Mi teléfono no paraba de vibrar en mi bolso, y no
tenía que mirarlo para saber quién era.
Una sensación de náuseas pululaba sobre mí mientras pensaba de no tener a
Will en mi vida. Mientras las lágrimas manchaban mis mejillas, Ham se sentó a mi
lado y cubrió con su brazo mi hombro.
—Cam. Nunca te he visto llorar. ¿Dime que está mal?
La capacidad para formar palabras me había dejado y sólo sollocé, pero Ham
hizo todo lo posible para sostenerme contra su pecho.
—Ham. ¿Cuál es tu nombre real? —pregunté entre suspiros.
Se rio entre dientes. —No te rías o voy a patear tu culo flaco, pero es Harold.
Miré hacia él y sonreí. —Harold es un buen nombre —le susurré.
Y el momento en que nuestros ojos se encontraron, sabía que aún tenía
sentimientos por mí. Sus ojos brillaban y se entrecerraron sólo un poco. Su lengua
se asomó a humedecer sus labios y lo empujé. Eso fue un error. En serio, ¿ir a por un
beso cuando estoy llorando como una loca?
—Ham. No puedo.
Se llevó las manos a su cabello y entrelazó los dedos detrás de la cabeza.
—Maldita sea Cam. Lo siento. Estoy loco por ti. No te haría daño.
Ahora me sentía más mierda que cuando llegué. Sabía que Ham se
preocupaba por mí.
—Ham. Lo siento. Lo quiero. No quiero hacerte daño, lo juro.
Se puso de pie y se acercó a mi bolso y recuperó mi teléfono.
—Si lo amas Cam, y hay una posibilidad que él te ame, deberías responderle
—dijo entregándome mi teléfono. El teléfono vibró en su mano, y un Will sin camisa
apareció en la pantalla—. Aclara lo que quiera que sucediera. Los chicos la fastidian.
141 Perdónalo.
Después golpeé declinar en el teléfono y me quedé mirándolo.
—Él estaba con otra chica —dije literalmente, con voz ronca.
Sacudió la cabeza.
—Lo siento. Los chicos son estúpidos.
Mi teléfono sonó de nuevo. Kate. Will había llamado a Kate, tenía el
presentimiento.
Ham agarró bruscamente mi teléfono y pulsó el botón de respuesta.
—Ella está aquí conmigo, Kate —dijo luego miró a la pantalla—. ¿Kate? —Él
se encogió de hombros—. Te echaba de menos. Debes devolverle la llamada.
Tomé el teléfono de nuevo, asentí y luego caí hacia atrás en el sofá. Me sentí
como la persona más tonta del mundo. Confiando en él tan rápido. Creyendo en él.
Me tapé el rostro cuando las lágrimas volvieron. ¡¡¡YO IBA A DECIRLE QUE LO
AMABA!!! Ham levantó mi cabeza y se deslizó por debajo de mí.
—Podría patearle el culo.
Esto indujo una pequeña risa en mí.
—Sólo necesito tiempo para pensar.
No había mucho que mi padre me hubiera enseñado fuera del béisbol, pero
sí solía decir: Una vez un tramposo, siempre un tramposo. Y este canto se mantuvo
a través de mi mente. Nunca más confiaré en él, sería imposible. Y pensar que su
madre me había dicho que él no engañaría a ninguna mujer. ¡Obviamente ella no lo
conocía tan bien tampoco!
Cam se inclinó y me besó en la frente y luego se deslizó de debajo de mí.
—¿Quieres una cerveza mientras piensas? —preguntó.
Negué con la cabeza y me acurruqué en mi lado, las inagotables lágrimas se
negaron a parar. Al ser pelirroja, mi cara era más pálida que la de la mayoría, pero
no tenía las locas pecas. Lo que tenía... era una manchada cara roja cuando lloraba y
no había absolutamente nada lindo en ello. Mi nariz estaba tapada por completo y
no podía respirar. Así que me senté con la boca abierta…
—Ham. ¿Tienes un pañuelo de papel?
Salió de la habitación, y me incorporé de golpe cuando alguien estuvo cerca
de echar la puerta abajo. Ham regresó con papel higiénico de algodón y me lo
entregó.
—¡Más vale que tengan una buena razón para estar golpeando la mierda
142
fuera en mi puerta! —gritó Ham pisando fuerte hacia la puerta.
—¡Camden! ¡Abre la puerta! ¡Sé que estás ahí! —gritó Will desde el otro lado
de la madera.
Al mismo tiempo, Ham cogió el mando, yo negué con la cabeza
frenéticamente. —¡No Ham! —dije forzando un ruidoso susurro, haciendo una
mueca por lo ruidoso que era.
¿Qué demonios estaba haciendo aquí? ¿Cómo sabía dónde estaba? No estaba
preparada para verlo todavía. Mi cara... ¡OH DIOS MIO! Mi cara.
—Ella no está aquí. ¡Ahora déjanos solos! —gritó Ham.
Me quedé mirando a Ham con las cejas arqueadas. A. Estoy bastante segura
de que Will me había oído. B. ¡Ham dijo nosotros! Me tapé la cara con las manos.
—Abre la jodida puerta. Has dicho nosotros. Claramente necesitas un tutor.
Ahora abre la maldita puerta.
Una mirada de confusión cruzó el rostro de Ham. —¿Qué? —preguntó
mirándome. No había cogido el punto de lo que dijo Will. Me alegré de esto por lo
menos. Will estaba siendo malo. No conocía al Will mezquino.
—Cam. Lo juro por Dios. Tienes tres segundos o arranco esta puerta de sus
goznes.
Salté sobre mis pies. De repente, no tenía ninguna duda de lo que haría.
Rápidamente robé una mirada de mí misma en un tapiz de espejos Miller Light
colgado. ¡MIERDA! Me parecía literalmente, a una albina gravemente quemada por
el sol.
—¡Uno!
Ham levantó la mano hacia mí. —Yo me encargo de esto.
—¡Dos!
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Ham abrió la puerta. Su cuerpo me ocultó de su vista.
—¡Fuera de mi camino, Ham! Mi problema no es contigo. Todavía.
Ham no se movió.
—Puesto que has estado metiendo la verga en el lugar equivocado, ella no te
quiere más.
Oí gruñir a Will... literalmente, sonaba en parte animal. Oh Dios mío.
143
—Ham, el único lugar donde mi pene ha estado es en tu madre. Ahora quítate
de mi jodido camino.
Fue en ese momento cuando me lancé entre ellos. Ham trataba de agarrar a
Will, y Will me agarró y aplastó mi cuerpo contra su pecho con un solo brazo. Sin
esfuerzo, me levantó por la cintura y comenzó a alejarse de Ham.
—Lo siento por el comentario acerca de tu madre —dijo Will—. Ya tengo por
lo que vine aquí.
No podía ver Ham porque mi mejilla se aplastada contra el pecho de Will.
—Will. Te lo digo ahora mismo, estoy loco por ella. Recibes este pase libre por
hacerle daño. Nunca habrá otro.
—De hecho, no lo habrá —dijo Will.
—Lo digo en serio. ¿Sabes lo que significa Ham?
Will estaba ahora a una buena distancia en el pasillo, porque Ham estaba casi
gritando.
—¡Significa duro como un hijo de puta! Recuerda eso maldito.
El pecho de Will retumbó... de risa. —¿No será HAMF14 entonces?
Pellizqué a Will. —No, lo confundirá —lo regañé con frialdad.
Y como predije, Ham dijo—: ¿Eh?
Mientras el ascensor sonó.

144

14 Acrónimo para Hard Ass Mother Fucker, estirado hijo de puta literalmente.
26
Traducido por Florpincha & Lvic15
Corregido por Jessibel

Will
En el momento en que la puerta del ascensor se cerró, la empujé contra la
pared del cubo y pegué mi boca a la suya. Los últimos 45 minutos fueron un cercano
segundo lugar a lo peor de mi vida. Estoy seguro que la boca de Kate todavía estaba
colgando abierta desde el momento en que rompí a través de la puerta, levantado
su teléfono y llamando a Cam. Al oír a Ham contestar su teléfono, me disparó el
modo intenso completo en posesivo, enojado, rabioso, protector.
Ella se negaba a mis besos. Odiaba obligarla, así que picotié suavemente sus
labios y luego retrocedí para mirarla a los ojos y explicar. Pero cuando vi sus ojos
hinchados y la nariz enrojecida, mi corazón se arrugó en un millón de pequeñas
piezas. Encontré que el latido de mi corazón estaba completamente fuera de control,
y era como si la tierra se desprendió de su eje.
145 La muerte, posiblemente, sería más fácil que el dolor reflejado en su rostro.
¿Qué había hecho? Yo tenía que haberle dicho antes de ahora. Había sido negligente.
Para ser honesto, esperaba que sus caminos nunca se cruzaran.
Ella empezó a luchar... luchar físicamente conmigo. No había duda que
fácilmente podría retenerla, pero no lo haría. Yo incluso permití que ella me golpeara.
Me lo merecía. Pero no lo hizo. Solo quería salir de mis brazos, luego se fue cuando
el ascensor picó y la puerta se abrió. Mantuve el ritmo detrás de ella.
Era una noche sin luna y completamente oscura. En el momento en que llegó
a su coche, creo que se dio cuenta que no tenía las llaves. Eso significaba que Ham las
tenía. En la derrota, bajó la cabeza. Le cogí la mano y la llevé a mi lado del camión.
Entró sin incidentes, pero se trasladó claramente a través del asiento de pasajeros.
Esto no era de mi gusto, pero lo acepté... por ahora. Nunca había visto este lado de
ella, pero le había hecho daño.
Fue cuando dimos la vuelta a la esquina de mi casa que su boca se abrió, estoy
seguro que en reacción a la camioneta que se quedó en el camino de entrada. Alcancé
rápidamente su mano, temeroso que ella pueda saltar de la camioneta como si fuera
Jason Bourne.
Una vez aparcado, me la quedé mirando hasta que ella me miró. Las lágrimas
se deslizaron otra vez, e hice una nota mental para no perdonarme por lo que había
hecho. Suavemente tiré de ella hacia mi puerta, sin darle
la oportunidad para salir de su lado.
—¿Cuál es su nombre? —Por fin habló.
Yo simplemente sacudí la cabeza. —Tori.
En el interior, la sostuve firmemente a pesar que yo podría decir que ella
estaba tratando de liberar su mano, pero el momento en que dimos la vuelta a la
esquina de la sala, donde Tori se sentaba en el sofá, con la mano apretada haciendo
que mi corazón se expandiese más allá de su capacidad.
Tori se puso de pie y le ofreció una sonrisa a Cam.
—Cam. Esta es Tori.
Cam agarró la mano con las dos manos.
—Hola —dijo Cam.
—Así que es un placer conocerte —dijo Tori.
Todos nos sentamos.
—Dime lo que sea que vas a decir —dijo Cam—. Sólo dilo.
Asentí con la cabeza, aferrándome a ella, luego tragué mi miedo.
146
—Tori era la chica de Matty. Estaban comprometidos cuando se fue.
Después... Matty... murió, así, todos éramos un desastre. Fue justo después del
funeral. Sólo habían pasado unas pocas semanas. Tori y yo... —Dios yo era un gatito.
No podría decirlo.
—Will y yo dormimos juntos —agregó Tori y yo le miré con el ceño fruncido.
Yo sabía que ella estaba tratando de ayudar, pero yo tenía que hacer esto.
—Está bien. Dormimos juntos.
Las lágrimas se agruparon de nuevo en los ojos de Cam.
—Ha pasado un año. Era una cosa de comodidad. El dolor era inexplicable
para nosotros y lo jodimos. Ambos todavía luchamos con respecto a Matty.
Camden tragó saliva y habló. —Por lo tanto, ¿sólo ocurrió una vez?
Ella sabía la respuesta antes de decirlo, porque apretó sus ojos, por lo que las
lágrimas se vieron obligadas a salir.
—Camden, sólo pasó dos veces —añadí rápidamente.
—¿Hace poco? —Preguntó en voz baja con su temblorosa barbilla.
—¡No! Hace un año.
Con los ojos todavía cerrados, susurró. —¿Podemos hablar de esto en
privado?
Al instante, me quedé y le indiqué a Tori que se fuera. —Absolutamente. Sólo
le pedí a Tori de quedarse porque no quiero que haya una pregunta en tu
mente. Tori. Necesito que te vayas.
Tori asintió. —De acuerdo. —Luego se volvió y tocó el hombro de Camden.
Camden se puso rígida.
—Cam. Will me ha hablado mucho de ti. Yo pertenecía a Matty, no
a Will. Will te pertenece a ti. Pero he conocido a alguien y realmente me gusta y
tengo miedo. Tengo miedo de pisotear la memoria de Matty. Tengo miedo de
olvidar... —su voz se apagó.
Camden volvió hacia ella y le tocó la mano, las lágrimas rasgaron sus ojos.
Tori continuó. —No quiero olvidar. Yo lo quería mucho. Pero todos los días
realmente se hace más fácil. A veces le agradezco y otros lo odio. Will me recuerda
quien era Matty. Me recuerda a las pequeñas cosas que me hicieron sonreír. Él me
recuerda que Matty querría que yo siga adelante y sea feliz.
Ambas lloraron y rápidamente rasgaron mis lágrimas cuando la mujer que
amaba abrazó a la mujer que Matty había acariciado.
Tori me miró y asintió con la aprobación de Camden. Y a decir verdad, poco
147
importaba lo que pensaba, pero yo estaba contento y me pregunto si algún día,
podrían ser amigas.
Después de caminar con Tori, le di las gracias y cerré la puerta del garaje,
encontré a Cam soplando su nariz en el baño. Me apoyé en el marco de la puerta y
la miré fijamente.
—Lo siento —dijo ella con la voz ronca.
Sin pensar, la levanté de sus pies, la llevé directamente a la sala de estar y me
senté con ella cubriendo mis piernas en el sillón reclinable. Quería llevarla
directamente a la cama y coger algo de maldito sentido en esta chica. ¿Qué no estaba
entendiendo ella? En este mismo momento todo mi mundo estaba descansando en
mi pierna izquierda. Ella acarició su cabeza debajo de mi barbilla.
—No te disculpes. Sólo quiero que sepas que era un simple abrazo. Ella estaba
dañada. No hay nada entre nosotros, excepto la amistad. Te lo juro.
Ella asintió. —Cuando vi el camión, pensé que era un chico.
—Esa era la camioneta de Matty.
Mis brazos se enrollaron alrededor de ella como una serpiente pitón
apretando su presa. No podía conseguirla estar lo suficientemente cerca. Sólo había
una manera de que pudiera llevarla más cerca. Pero tenía que mantenerme a raya.
—¿Con qué frecuencia hablas con ella?
—No muy a menudo. —Toqué su pelo—. Una vez cada dos meses. Camden,
realmente fue un gran error. El sentimiento de culpa por lo que había hecho con la
chica de Matty era imposible de soportar. Yo era realmente un desastre. Entonces
eso me causó ir más profundamente en la oscuridad. He sido un desastre durante
un tiempo. Ella y yo estábamos rotos. Pero tú... eres como un raspador de limpieza
de nieve de mi parabrisas. Las cosas no se ven empañadas más. Puedo ver. Y veo
exactamente lo que quiero. Eres mi claridad... mi ancla. Me haces querer ser el
mejor Will que puedo ser.
Levanté la barbilla para poder ver sus ojos. Las lágrimas de nuevo. ¿Era una
cosa hormonal?
—Beeebé... no llores por favor.
—Estas son lágrimas de felicidad —sonrió con los ojos hinchados.
Rocé un beso suave sobre su frente.
—Si ese es el caso, entonces yo realmente te asustaré cuando te diga que a
pesar de que no soy un hombre muy religioso, cuando Matty fue tomado de
nosotros, estaba enojado con Dios. Molesto. Maldije hacia él muchas veces. Pero en
este momento, realmente creo que cuando te hizo, podría haber estampado en tu
148 culo al nacer hecha para Will Denton.
Ella sonrió.
—Y las cosas que nos han sucedido, ya sean buenas o malas, sólo nos
preparan para este momento. Esas cosas en nuestra vida nos trajeron aquí. Si tu
madre no hubiera muerto, puede que haya ido a A & M. Si Matty no hubiera muerto,
¿quién sabe dónde estaría? Si el imbécil no se hubiera aprovechado de ti, quien sabe
a quién podrías haber encontrado y haber caído enamorada. Pero todas esas cosas
ocurrieron y aquí estamos juntos. Ese es el destino. Eso es el amor.
Una vez que la última palabra salió, tragué, deseando por un momento poder
tomarlas de nuevo. Yo nunca le había contado a nadie fuera de mi familia que yo los
amaba y que estaba malditamente cerca del final. Sus ojos redondos se
encontraron con los míos y ella me miraba. No creo que ninguno de los dos estuviera
respirando. No estaba listo para el ¡Te amo! Habían pasado dos meses. ¡La gente no
se enamora en dos meses! Joder... ¿a quién estaba engañando? Estaba mintiéndome
a mí mismo. La amaba con cada pedazo de mí. Y esta noche, yo iba a hacerla mía en
todas las formas posibles. Total y completamente. En lugar de aclarar lo que quería
decir con esa palabra con A, decidí mostrarle y trituré mi boca a la suya.

Después de llevarla a la habitación, literalmente colgada en mis brazos como


una muñeca de trapo. Quizás esto no pasaría esta noche. Con mi discurso de que
todo pasaba por una razón, era importante que consiguiera estar bien. Sosteniéndola
con un brazo, usé el otro para bajar a la cama y sacar los cojines, después la estiré.
Me acurruqué a su lado y sonrió.
—Esto es todo, ¿no? ¿Vas a estar conmigo? Puedo verlo en tus ojos —susurró.
—Sí —respondí—. Esto es todo. Mientras me quieras también. No quiero
esperar otro segundo.
Tomó mi camiseta en sus manos y comenzó a levantarla. Creo que acaba de
responder a mi invitación.
—Siéntate, y levanta tus brazos.
Lo hizo, y gentilmente levanté su camiseta sobre su cabeza, depositándola en
el suelo al lado de la cama. Desabroché su sujetador y liberé sus pechos. Primero la
abracé, sintiendo su piel contra la mía haciendo que me quedara sin aliento. Después
la puse sobre su espalda y me acosté a su lado. Con la parte de atrás de mis manos,
acaricié sus pechos, mientras miraba su cara. Su boca formó una pequeña O y
contuvo la respiración. Traté de no distraerme pensando en su boca y lo que podía
149 chupar. Así que la besé mientras mis manos masajeaban sus pechos, prestando
especial atención a los pezones porque ahí es cuando jadeaba. Dejé su boca por un
momento para poder saludar a sus pechos personalmente. Y cuando lo hice, su
cuello se arqueó al unísono con su espalda dándome acceso total. Me puse duro cada
vez que gemía con mi toque. A este paso, iba a correrme en treinta segundos. Pero
jodidamente garantizaría que serían los mejores treinta segundos de su vida… y de
la mía.
Cuando comencé a bajar sus pantalones del pijama, se elevó para dejar que
los sacara más fácilmente. Eso era definitivamente una respuesta a mi invitación.
Pero no fue hasta que tracé su pierna hacia abajo y después hacia arriba que supe
que estaba más que preparada para mí.
—Oh Dios mío bebé… No tienes ni idea de lo que me hace —dije
suavemente.
—Enséñamelo —pidió.
Me salí de encima de ella y saqué mis propios pantalones cortos. No había
nada que amara más que verla sonreír cuando me miraba… todo de mí. Sabía que
yo estando dentro de ella la preocupaba un poco. Haría todo para no herirla.
—Ven aquí —me invitó y se dio la vuelta sobre su lado, su cara en el borde
de la cama. Abrió su boca. Joder. Gracias a Dios por mi alta cama de tamaño
California King porque tenía la altura perfecta para que se estirase. Su boca era casi
demasiado pequeña para mí pero ya se las había arreglado antes. Lentamente me
deslicé dentro de su boca y con sus ojos cerrados y aún acostada en un lado, su
belleza me robó el aliento, y no era porque me la estaba chupando.
De pie y adorando cada centímetro de su cuerpo estaba haciendo que me
acercara. Después de tocar su humedad de nuevo, y sentirla gemir, hice las paces
con el lugar más dulce para tocar en el cuerpo de una mujer. Cuando gritó,
alejándose de mí, me acosté a su lado pero continué con mi asalto. Su respiración se
tornó jadeante mientras cogía mis bíceps. No sabía si llevarla más allá del borde
ahora o entrar dentro de ella antes. Quería estar dentro de ella. Mucho. Estaba
desesperado. Pero, por primera vez, quería complacerla a ella primero, así que lo
hice. Mi asalto continuó lento y nunca cambiando la velocidad.
—Will —jadeó y su cara comenzó a arrugarse—. No pares.
No pararía ni aunque tuviera un revolver cargado contra mi frente.
—Nunca —dije acariciando sus labios con los míos. Ahí fue cuando sus
manos se apretaron, su cuerpo se quedó quieto y dejó salir un gemido de placer que
me trajo la satisfacción más grande.
150
—Will, por favor. Me duele. Te necesito —gimió.
Apartando el pelo que había caído sobre su cara, mis ojos sostuvieron los
suyos. —Cam. ¿Estás segura? Para mí, no hay vuelta atrás. Quiero que seas mía de
todas las maneras. Completamente.
Su palma ahuecó mi cara. —Ya lo soy.
Cuando me deslicé entre sus piernas, me dio la bienvenida dándome espacio
entre ellas. Nunca había usado un condón así que fui al cajón sacando uno de la
mesilla de noche. Me pregunté si Max usaba condones con ella.
—Te dije que tomaba la píldora —susurró.
—Lo sé pero no quería que te preocuparas por mí.
—¿Debería estar preocupada? —Preguntó con las esquinas de sus labios
elevándose.
Sacudí mi cabeza. —No. Para nada. Lo prometo. Pero también entendería si
prefirieras que utilizara esto.
Alcanzó entre mis piernas y me tomó en sus manos, guiándome hacia su
cuerpo. En el momento en que sentí la humedad, el calor, la suavidad, cerré mis ojos
y dejé que sus caderas encontraran las mías en una lenta y tortuoso agresión.
Sagrada madre de Dios. Nunca en mi vida había sentido esto. Y nunca en mi vida
quería estar sin está sensación de nuevo. Mientras trataba de controlar mis
movimientos y dejaba que pusiera la velocidad, controlé cada deseo de meterme tan
profundamente como pudiera. Aún no me había tomado entero, pero esperaba que
lo hiciera.
Jadeó y mis ojos se abrieron.
—¿Estás bien? —Pregunté.
Asintió elevando sus caderas para encontrarse conmigo de nuevo.
—Will —susurró y joder si eso no me excitó. Iba a correrme y todavía no había
entrado del todo. Tienes que estar jodiéndome. Necesitaba cinta adhesiva o una
mordaza o una… no sé qué. Escucharla gritar mi nombre. ¡Tenía que callarla para
que pudiera durar al menos un minuto! Así que… empujé mis labios contra los
suyos.
CUALQUIER COSA… eso es lo que haría por ella.
Sus caderas continuaban su agresivo asalto y no iba a durar.
—Camden —jadeé.
—Oh Will —gimió.
Esa fue mi perdición… por primera vez en mi vida, me corrí dentro de la
151
mujer que amaba. No en un calcetín, no en mi estómago, no en un condón… me
corrí dentro de Camden. No podía haber nada mejor.
Cuando descansaba a mi lado, tuve que concentrarme en controlar mi
respiración. Respiración… no es algo en lo que realmente pienses… sólo pasa. Pero
ahora, era esporádico. Dentro y fuera. Inspirar por la nariz y respirar por la boca.
Respirando… Eso y el latido de mi corazón no estaban sincronizados. Las cosas
habían dejado de estar sincronizadas desde que la había conocido. No entendía lo
que estaba pasando. Sentí como que necesitaba decir algo, pero sólo pude besarla en
la frente y sostenerla cerca.
Nunca me quedaba mucho rato con una chica después del sexo, y pienso que
si trataba de moverse, la ataría a la cama sólo para mantenerla aquí. Su respiración
parecía mucho más controlada que la mía. Creo que estaba empezando a dormirse,
lo cual me gustaba, no estaba seguro de qué decir.
—Will —susurró y mis ojos se abrieron.
No respondí. Era una cosa mala de hacer quizás pero estaba tratando de
procesar lo que estaba pasando con mi respiración y mi corazón. Si decía mi nombre
de nuevo, respondería.
—Te amo, Will —dijo tan suavemente, pero lo escuché, después se acurrucó
más profundamente debajo de mi brazo.
Y con esas cuatro palabras, mi respiración se estabilizó, mi corazón consiguió
un fuerte ritmo y la sonrisa más grande del mundo cruzó mi cara. Todo estaba bien
en mi mundo e incluso tenía la sensación de que Matty se estaba riendo de mí ahora
mismo desde el cielo.

152
27
Traducido por Valeria Lee
Corregido por Tamij18

Cam
El fenomenal olor de tocino atravesó mi nariz y lentamente abrí mis ojos. Will
estaba sentado a mi lado con una perezosa sonrisa y un plato de comida. Nunca
había tenido el desayuno en la cama.
—Buenos días, querida —dijo en el más áspero, sexi, y bajo gruñido.
Enterré la cabeza. —No me gusta la palabra querida.
—Lo serás cuando tengas 90 años. Solo practico, a-man-te.
Le sonreí. Me encantaba cuando decía cosas como esa.
—Amante es mejor, supongo. Nunca he desayunado en la cama.
Me llevó un pedazo de tocino a la boca y le doy una mordida. Mi boca se hace
153 agua alrededor de la carne.
—Mmmmm.
—Me gusta comer grandes desayunos —dijo.
Me senté derecha y me estremecí ante el dolor entre mis piernas.
—¿Adolorida? —preguntó mientras la sangre se precipitaba por mi rostro.
Asentí. —Un poco.
—Lo siento —dijo.
—¿Sentirlo? Estuve tan vacía durante años. Doy la bienvenida a este nuevo…
gran… visitante —dije entre risas.
—¡Oh, calla! Y créeme, me alegro que haya estado disponible por años. Pero
ahora, puedes poner el letrero de vendido. Me haré cargo de la hipoteca.
No sé cómo esperaba que respondiera cuando decía cosas que parecían tan…
permanentes.
—Bueno, no se han firmado documentos, y es un pago de hipoteca muy caro.
¿No estoy segura que puedas costearlo?
Levantó el plato y lo puso en la mesita de noche, luego metió los dedos en mi
costado. —Pon el precio.
Reí mientras me hacía cosquillas, pero luego se cernió sobre mí, apoyado en
sus brazos, mirándome. Sus hermosos ojos azules se volvieron serios. —Dime Cam.
Todo lo que quería era a él. Nada más. No me preocupaba por una casa,
demonios había sido criada en una hermosa mansión con mi padre y sin madre
durante los últimos 13 años. Todo lo que quería durante ese tiempo era el amor de
Tracy, y ella terminó diciéndome que era una pequeña puta manipuladora.
—Solo te quiero a ti.
Rozó un beso rápido sobre mis labios.
—Ya tienes eso, tonta.
Él no lo entendía realmente. Tuve a mi mamá y a Tracy e incluso a Max por
ese asunto y ahora se habían ido…
—¿Alguna vez has pensado que nos movemos demasiado rápido? —
pregunté sin pensar.
Sus ojos se abrieron luego se relajaron. —No te vayas. Retrocederé si necesitas
espacio.

154 —¡No! —Casi grito—. Eso no es lo que quise decir. Es solo que pasó de serio
a… más serio… muy rápido.
—¿Más serio? ¿Realmente señorita tutora?
Reí. —Soy completamente sensata. Cualquier… espacio está sobrevalorado.
Estoy muy feliz dónde estoy justo ahora.
—¿Y si estuvieras más cerca?
Miré abajo entre nuestros cuerpos que estaban aplastados juntos y dije—: No
estoy segura que sea posible.
—Estoy pensando más… geográficamente hablando.
¿Geográficamente? Estábamos en la misma ciudad y estado. —¿Eh?
Agarró otra rebanada de tocino dándole una mordida y luego me ofreció la
otra mitad.
—Esto va a sonar apresurado porque solo han pasado dos meses… pero…
podríamos hacerlo con calma. Podríamos empezar con los fines de semana, como
una visita supervisada a modo de prueba. Entonces si las cosas van bien, podríamos
incrementar tus visitas.
¡¿¡¿¡¿Quiere que me quede aquí?!?!?! Traté de controlar los fuegos artificiales
que surgieron en mi cabeza al pensarlo. ¡Realmente me quiere!
—¿Quieres que me mude aquí?
Levantó la mano. —Guao. ¡Haces que suene tan formal cuando lo dices así!
—Se rio.
—Tú lo haces sonar como si fuera una niña y estuvieras negociando por mi
tiempo en un caso de custodia infantil. Fenómeno.
Con su pulgar, trazó mi labio inferior. —Todavía no he empezado a mostrarte
mi lado extraño, nena —susurró con una sonrisa que solo he visto en su padre.
La sonrisa y las palabras combinadas agitaron mis entrañas y me retorcí en
sus brazos. Se inclinó y mordió ligeramente mi labio inferior.
—Entonces. Aquí está el trato. Tengo que ir a Las Vegas en una semana para
una competición. Tú te quedarás aquí mientras estoy fuera. Tengo un sistema de
seguridad. Y sé que estarás a salvo —explicó.
Me levanté en la cama. —¡No me quedaré aquí sin ti!
Tomó un mordisco de los huevos revueltos que tenían que estar fríos y
asintió. —Sí, te quedarás. Wrigley te necesita. O puedes quedarte con mis padres.
Mi papá será mi perro guardián. —Sonrió.
155
—¡Will! ¿Qué demonios? Esto es una locura.
Tragó lentamente y me miro. —No es una locura —susurró—. Pero lo
entiendo. Voy a saltarme esta competencia. No es gran cosa.
Se levantó, llevando la bandeja consigo y comenzó a salir. Le había hecho
daño y eso me lastimó. Es tiempo de la decisión, ¿están bien para mí sus pequeñas
maneras de controlarme? Sólo me quiere a salvo. ¿No es eso bueno?
—Will. No te vayas —dije poniéndome de pie—. Por favor.
Se dio la vuelta y me miró con ojos esperanzados.
—¿No será raro tenerme aquí cuando no estás en casa? —pregunté.
Después de colocar la bandeja de comida al pie de la cama, caminó hacia
mí. Me levante sobre mis rodillas para acercarme a él. —Tenerte aquí me hará sentir
mejor. Y me hará feliz que estés durmiendo en mi cama. Y bañándote en mi baño. Y
Kate también puede quedarse si eso te hace sentir mejor.
—Me quedaré. Tu vete.
Una amplia sonrisa se extendió por su rostro.
Ese fin de semana siguiente estaba realmente emocionada por quedarme en
la casa de Will. Kate se encontraba emocionada por tener nuestro apartamento para
ella, entonces empaqué mi bolsa y me dirigí a mi visita no supervisada. Will me
había dado el control de la puerta del garaje y me estacioné dentro, cerrando detrás
de mí. Nunca había visto un garaje más limpio. Seriamente, ni una hoja, ni una mota
de suciedad en el maldito piso. Y el suelo estaba pintado. ¿Quién hace eso? Reí
mientras entraba a la casa, la alarma sonando… me apresuré e ingresé el cogido de
cuatro dígitos cambiando el parpadeante botón rojo por un verde sólido. El pitido
se detuvo. Abrí la puerta de la cocina y un ruido sonando como el motor de un jet
comenzó a aullar y a soplarme con confeti y un rollo de papel higiénico.
Rápidamente me quité del camino tratando de recuperarme y reducir la velocidad
de mi corazón. ¿Qué demonios? Había un lío de papel blanco y papel higiénico por
todos lados. Saqué el enchufe de lo que parecía un soplador de hojas; claramente
Will lo había preparado antes de irse.
Un bloc colocado verticalmente en la isla decía: Ya has hecho un lío en mi lugar.
Me reí, tiré mi bolso en la isla junto al bloc y empecé a juntar la mierda soplada por
doquier. Will creativo.
Después de echar todo a la basura y desenganchar el soplador de hojas del
artilugio casero que había preparado, entré cautelosamente en el salón donde me
156 quedé asombrada de nuevo, pero en esta ocasión por el enorme florero de
bluebonnets15 en el medio de la mesa de café. La flor estatal de Texas… La habitación
olía así también. Una tarjeta estaba apoyada en el florero
Quiero que te sientas como en casa, espero que esto ayude.
El abrumador sentimiento de amor por este hombre flotaba a través de mí y
reí tontamente con un placer que no había tenido desde… nunca. A decir verdad,
nunca había estado enamorada de esta forma. Hay un viejo dicho que dice que es
mejor haber amado y perdido que nunca haber amado… pero la idea de perderlo…
me destruiría. Y él era como un paquete, porque yo ganaba también una familia.

15Lupinus texensis, el altramuz de Texas o Texas bluebonnet, es una especie de lupinus endémica de Texas.
Junto con otras especies relacionadas de lupinus también llamadas bluebonnets, es la flor del estado de Texas .
Llevé mis bolsas por el pasillo hasta la habitación donde la lámpara de la mesa
estaba encendida. Vértigo ondulo a través de mí de nuevo cuando vi en el medio de
la cama… ¡un vestido de noche de satén, su camiseta y un juguete nuevo!
—¡Oh Dios mío! —dije en voz alta, mis mejillas sonrojadas. Dejé caer mis
bolsas y recogí el juguete. Había tres pequeños botones en un lado. El primero lo
apreté y fue un suave hmmm. El segundo era más fuerte y el tercero se parecía al
sonido del maldito soplador de hojas de la cocina. Decidí nunca usar el botón tres.
Una nota descansaba sobre mi almohada.
Camden. El vino está en la cocina. Lo abrí para ti justo antes de irme. Bebe dos copas.
Ponte una de las dos prendas de dormir. Arrástrate en mi cama. Mantén el juguete a tu lado
y espera por mi llamada.
Reí como una ola de músculos apretados bajo mi cintura; volví a la cocina
para conseguir el vino.

157
28
Traducido por Mich Fraser
Corregido por LarochzCR

Will
En el primer día de competición, cuando llegué a la habitación del hotel,
estaba exhausto. Todo lo que quería era a mi chica. Salté en la ducha y después me
lancé a la cama tamaño King. Sólo había llamado a un número en las últimas
veinticuatro horas y era el de Cam. Dado la diferencia de horario de dos horas, me
di cuenta que ella estaba en la cama… posiblemente dormida pero era mejor que
hiciera lo que yo pedía. Sonreí sólo de pensar en ello. Esta era su primera noche en
mi casa y no había sido capaz de hablar con ella. Estaba emocionado como un niño
de cinco años en una dulcería, preguntándome qué pensaba sobre mis bromas.
—Hooola —respondió adormilada.
—Te desperté… lo siento.

158 —No estaba dormida, tonto. Pero casi he bebido la mitad de una botella de
vino —murmuró.
—Puedes dormir pronto. —Sonreí de nuevo, sabiendo que hizo lo que pedí.
—Gracias por las flores —susurró.
—De nada.
—Y me asustaste hasta la mierda con la máquina en la cocina. Fue un
completo desperdicio de papel higiénico.
Me reí en voz alta. —Puedes agradecer a mi papá por la idea.
Se rio en el teléfono.
—¿Qué más encontraste?
Una risa baja retumbó a través de ella. —Sabes lo que encontré.
—Cuéntame —dije bajando mis boxers.
—Wiiiiilllll —se quejó y Dios, quería regresar con ella.
—Dime, nena.
La oí inhalar y después exhalar. —Me conseguiste un juguete. Pero te
prefiero a ti.
—Oh, me tendrás. Pero mientras tanto, quiero que pienses en mí. ¿Lo tienes
contigo? —pregunté.
—Sí —susurró.
—¿Tienes puesto la bata de satén?
—No.
¡Sí! Ella tenía puesta mi playera.
—¿Tienes bragas?
—Sí —dijo en voz tan baja que apenas lo pude oír.
—Quítatelas —pedí.
—Están fuera.
—Bueno. Ahora quiero que lleves tu mano izquierda y acaricia tu pecho.
Hazlo por encima de la playera, de manera que se deslice suave. Dime cuando el
pezón este duro.
—Will —gimió, pero por su voz pude decir que lo hizo al mismo tiempo que
empecé con el mío—. Está bien —dijo.
159 —¿Está bien qué?
—Que ya está duro. Ambos.
—Camden… háblame. ¿Qué está duro?
Gimió en el teléfono. —Mis pezones —dijo.
—¿Se siente bien? —pregunté.
—Mmmm hmmm —gimió.
—Quiero que cierres los ojos imagina que soy yo. Mi boca. Mi lengua.
—Ohhh Will —lloriqueó.
Sabía exactamente cómo se sentía porque en ese momento estaba tan duro
como una roca mientras me masturbaba. Mantuve un ritmo lento y constante.
—Lo sé bebé. Ahora, no pares. Aunque quiero que consigas tu juguete y lo
enciendas en velocidad baja.
Oí el suave zumbido a través del teléfono.
—Está encendido —dijo.
—Bien. Quiero que abras tus piernas como si estuviera entre ellas. Después
quiero que lo pongas en nuestro pequeño lugar favorito.
Apenas se rio.
—Ahhhhh —gimió—. Will.
—Eso es nena… sólo piensa en mí.
Sabía que esto no llevaría mucho tiempo, así que incrementé mi ritmo. Sólo
pensar en ella en mi cama, fue suficiente para enviarme al borde. Ella jadeó en el
teléfono y estaba a punto de hacer una reservación con Southwest Airlines (aerolínea
de bajo presupuesto) cuando la oí gritar mi nombre otra vez.
—¿Estás cerca Cam?
—Sííí —gritó—. Will. Por favor regresa. Te necesito.
Maldición. Juro por Dios que sería como Forrest Gump y regresaría corriendo
a Kansas con mi chica.
—Pronto, Cam. Y juro por Dios, que la próxima vez que te corras será
conmigo.
Estaba cerca de correrme.
Sus bocanadas se aceleraron y sabía que estaba a punto del orgasmo.
—Córrete para mí, nena. —Pedí. Mientras la escuché gritar mi nombre como
160
antes, me dejé ir con ella. ¡Maldición!
Mi respiración era áspera. —¿Camden? ¿Estás bien?
—Uh uhh —dijo medio dormida—. Todo lo que necesito son tus brazos a mi
alrededor para así dormir.
—Una noche más… entonces lo estarán. Lo prometo.
29
Traducido SOS por Jessibel & florpincha
Corregido por LuVelitta

Drew
—¿Qué pasa, hijo? —pregunté, respondiendo al llamado de William después
de solo dos timbres. No había nada más importante en mi mundo que mi familia. Y
William estaba en Las Vegas ahora mismo a kilómetros de distancia de su mamá.
—Necesito tu ayuda, papá.
Empecé a caminar por la habitación y saqué la bolsa de viaje fuera del armario.
Después de veinticinco años, todavía no me había acostumbrado a uno de cerca de
seis metros, pero eso la hacía feliz. Cogí su bolso y el mío. No me iría sin ella.
—Estoy en camino. ¿Las Vegas? ¿Qué necesito?
—No. Es allí en Lawrence, papá. Es Camden.
Reí levemente entre dientes. Pero esta era la novia de mi hijo. Haría lo que
161 necesitara. Arrojé las bolsas de nuevo en la pequeña habitación del armario y me
senté en el borde de la cama.
—Will. Son las tres de la tarde. Deberías estar en la competencia. ¿En qué tipo
de problemas se metió ahora? ¿Otra bailarina de stripper? —me burlé.
—Sí. Muy gracioso. Harías lo mismo por mamá. Estamos demorados por la
lluvia.
El chico estaba en lo cierto. Mataría por su madre. Siempre había sido mi talón
de Aquiles. Me metí en más problemas de lo que jamás hubiera imaginado. Pero a
decir verdad, no cambiaría nada. Ella era mi roca, mi ancla, mi alma. La pérdida de
Matty la destruyó... nos destruyó a todos por un tiempo. Sabía que podía hacer todo
lo que estuviera a mi alcance para cuidar de mi Abby, pero Will lo pasó horrible. Fue
arrestado una vez por conducir en estado de embriaguez. Eran incontables las
noches en que lo recogí de casas de chicas al azar porque no podía conducir después
de perder su licencia. Todo el año pasado, me dolió el corazón preocupado por mi
hijo.
Dolía de una manera que me dejaba desamparado, perdido y enojado. Se
auto-medicó... con alcohol primero y luego con mujeres.
Se ponía a sí mismo en situaciones que eran autodestructivas, en formas que
también estaban matando a su madre.
Abby lloraba por la noche, y todo lo que podía hacer era abrazarla. Will tenía
veintitrés años en ese momento y realmente no había absolutamente nada que
pudiéramos hacer.
Ahí fue cuando lo senté y hablé con él. Acerca de Matty. Sobre su madre.
Acerca de lo que le haría si ella también lo perdía. Solo habían pasado cuatro meses
desde que le prometió por Matty que iba a cambiar, y lo hizo. Estaba de vuelta en
sus competiciones de Cross-fit. Listo para graduarse en mayo.
Entonces llegó la chica.
Camden era para Will lo que Abby era para mí. Lo vi en sus ojos cuando la
miraba. Lo vi en la suavidad de su tacto cuando la tocaba. Lo vi en su sonrisa. Era
una réplica de su padre. Camden se había convertido en su propósito en la vida, y
eso significaba que era una de nosotros.
Haría lo que tuviera que hacer para protegerla.
—Dime, hijo. ¿Qué está pasando?

Tan pronto como Will y yo colgamos, llamé a mi amigo Dave.


162
—Dime Denton —respondió Dave.
—¿Tienes planes para esta noche? —pregunté.
—Suena a como que los tengo ahora. ¿Qué está pasando?
—Will está en Las Vegas. Su chica está saliendo con una amiga. Algún bar de
karaoke. Solo vamos a pasar el rato. Will no quiere que ella sepa que estamos ahí.
—Está bien. ¿Deberíamos esperar problemas?
Me reí. —Dos lindas chicas de veinte y un años saliendo solas. Bueno...
digamos que ambas terminaron en una habitación VIP de un bar de bailarinas de
strippers la última vez que salieron. Así que lleva dinero, tú pagas.
—Que te jodan Denton. Eres un maldito millonario hijo de puta. No solo
pagarás y comprarás el mejor licor, sino que también vendrás a buscarme y serás mi
taxi para volver a casa. ¿A qué hora?
—A las ocho —dije riendo—. Y mantén las manos quietas en el camino a casa.
Después de recoger a Dave, fuimos directamente al bar. Will insistió en que
llegara lo suficientemente temprano como para que Cam no nos viera.
Nos sentamos hacia la parte posterior del bar en una cabina. El lugar estaba
bastante muerto. Pero desde donde nos sentamos, podríamos ver el escenario y a la
mayoría de las mesas.
Alrededor de las diez, vi a Camden abriéndose paso entre la multitud con la
misma rubia del bar de strippers. Caminaban directamente hacia nosotros, la rubia
dirigiendo el camino. Saqué mi celular y actué como si estuviera mirando algo en él
para que no hubiera ningún contacto visual.
—Maldición. Es hermosa —dijo Dave—. Ambas lo son. ¿Cuál es la de Will?
Dime que es la del cabello rojizo.
Miré a David. —Ten cuidado. Pero sí, la más pequeña es Camden.
—Se sentaron detrás de nosotros en una cabina.
Por supuesto que sí. Esa era mi suerte.
—¡Ham! —Oí el chillido de una de las chicas.
—Hola, Cam. Hazte a un lado.
Casualmente eché un vistazo alrededor para ver a “Ham” antes de sentarse.
Maldita sea. Podría acabar con nosotros, con Dave y conmigo. Luego debería
agradecérselo a Will.
163 La noche iba sin problemas y solo había bebido tres cervezas en las tres horas
que llevábamos aquí. Will me necesitaba sobrio, así que dejé que Dave fuera el que
bebiera; y bebió lo suficiente por los dos.
Sinceramente, no sé cómo lo hacen hoy en día los chicos. Chicas caminando
en pantalones cortos o mini-faldas, mostrando todo. Está claro quieren impresionar
de manera fácil.
—¡Vamos a cantar! —gritó alguien desde detrás de nosotros, y vimos como
Camden y su amiga se dirigían al escenario.
El bar estaba lleno ahora. Quedaba espacio para que únicamente hubiera
gente parada. Conversaron con el chico que trabajaba en la máquina de karaoke e
hice que Dave intercambiara lados conmigo. Para el momento en que cambiamos
asientos, las chicas estaban en la etapa de reír.
Los aullidos y silbidos procedentes de la multitud masculina me irritaron
instantáneamente, y Dave parecía estar midiendo mi reacción. Escuchaba a la
multitud con cuidado.
—Como una virgen... tocada por primera vez —cantaron juntas lentamente. Supe
que era la canción de Madonna. Esta ni siquiera era música de su generación.
Cuando su canción llegó a su fin, vi a un individuo que se colocaba cerca del
escenario con un compañero. Cada uno tenía una botella de cerveza en la mano, pero
apuntaban a las chicas.
Algo acerca de ellos hizo que el vello en mi cuello se erizara en atención.
Las chicas bailaron en su camino de regreso a sus asientos, y cambié mi
postura cuando vi a los chicos seguirlas.
—Buen trabajo chicas —dijo el chico Ham cuando volvieron a sentarse.
Podía ver ahora. Mi espalda no estaba hacia Camden, pero ella estaba de
espaldas a mí, lo que era bueno. Kate podía verme, pero no creo que recordara quién
era yo.
—Hola damas. Lucían jodidamente sexis allí —dijo uno de los chicos, de pie
en su mesa.
—¡Oh, Dios mío! ¿Has tomado tu medicación hoy, Max? ¿Qué demonios estás
haciendo aquí? ¡Desaparece!
Excelente, este tipo estaba allí por la otra chica.
—Vete a la mierda, Kate. Hablando de medicamentos. ¿Te ha ayudado la
penicilina con las enfermedades de transmisión sexual que has tenido desde que tus
rodillas no han sido tocadas en una década?
164 —Lo que sea, Max. Si alguna vez veo a tu padre, voy a darle un puto puñetazo
por no aguantarte y mandarte con tu madre.
—¡Podrían ustedes dos parar! —dijo Cam levantando su mano y Max la tomó.
Mis ojos casi se salieron de mi cabeza y moví el cuello de lado a lado.
—No lo hagas todavía —me dijo Dave lentamente.
Cam apartó la mano.
—¿Quién es este imbécil? —preguntó Ham.
—Nadie —dijo Cam—. Te podría decir acerca de su pene, pero sería una
historia muy, muy corta.
Kate se rio en voz alta.
Me reí de eso. Cam era una de las buenas. Pero eso también me indicó que
había tenido relaciones íntimas con este tipo, y por su mirada echando humo y el
fuego que salía de su nariz, no lucía nada contento. Empecé a deslizarme de la cabina.
Este tipo no iba a poner un dedo sobre Cam. David levantó su dedo índice tratando
de evitarlo.
—¿Has estado con otra persona? —preguntó Max.
—Demonios, sí que lo hizo. Y está locamente enamorada de él.
—¿Podemos hablar? —preguntó, haciendo caso omiso de Kate.
Camden sacudió la cabeza—: No.
—¿Por favor?
—Ella dijo que no —dijo Ham echando un vistazo a este personaje Max.
Max se quedó mirando fijo a Camden, que solo miraba a Kate.
—Vete Max. Nadie te quiere aquí. Y agradable colonia. ¿Te maceras en ella?
—¡Eres una perra! —espetó hacia Kate, y luego giró y se alejó.
Me relajé en mi asiento y vi a Camden cuando inclinó su cabeza hacia su
regazo; me pregunto si Will sabría sobre este personaje Max y cuál es el papel que
había jugado en su vida.
—Esta es para ti, Cam —resonó por la habitación y mis ojos encontraron a ese
capullo en el escenario. ¡Esto sería fucktacular16!
Buckcherry 17 apareció en la pantalla. ¿Buckcherry? Miré a Cam que
simplemente se le quedó mirando.
—Acaba conmigo, tienes una cara preciosa. Lo hicimos, y ahora te asustaste. Grita
fuerte, consigue un puto polvo. Quieres que me quede, pero tengo que seguir mi camino. Oye,
eres una perra loca pero jodes tan bien, estoy encima de ello. Cuando sueño, te lo estoy
haciendo toda la noche. Rasguñas toda mi espalda para mantenerme justo ahí.
165
Una solitaria lágrima rodó por la mejilla de Cam.
—¡Mierda! —susurré y Dave se dio la vuelta y la miró—. No puedo pegarle
en su maldito trasero. Es un puto niño.
Marqué a Will y caminé hacia el baño de hombres.
—¿Qué está mal? —respondió casi inmediatamente. Eran casi las diez en Las
Vegas, por lo que se estaría preparando para la competencia.
—Mira. Hay un imbécil aquí llamado Max y él...
—¿MAX? —gritó Will y aparté el teléfono de mi oreja.

16Fucktacular: Conjunción entre espectacular y jodido.

17 Buckcherry: es una banda estadounidense de rock de Los Ángeles, California, formada


en 1995.
—Sí. ¿Quién es él?
—¡Papá, sácala de ahí ahora! ¡Le hizo daño!
Golpeé el botón rojo para colgar y regresé rápido a la ruidosa habitación. Justo
a tiempo para oír a Max seguir cantando.
—Estás loca, pero me gusta la forma en que me follas.
El rostro de Kate estaba rojo como un tomate y su dedo medio sobresalía hacia
arriba.
Cam estaba herida, lo vi en sus ojos y me dirigí directamente a la mesa. David
se deslizó hacia fuera y tomó posición detrás de mí. Sus heridos ojos llenos de
lágrimas se levantaron a los míos y cuando me reconoció, su pequeña barbilla
tembló. Le tendí la mano. Sin vacilación ni reserva, ella la tomó.
—Vamos —dije en voz baja, mirando al escenario.
Max dejó de cantar y no estaba seguro de si era debido a que la canción había
terminado o si me vio llevándome el tesoro de Will.
El aire del exterior era frío y oí a alguien gritar llamando a Cam mientras la
puerta se cerraba. Sin decir una palabra, le di la vuelta hasta acunarla en mis brazos
y corrí hacia mi camioneta. En un segundo, ella estaba en el interior. Le lancé las
llaves.
—Enciéndelo. Cierra las puertas. Y por ningún motivo las desbloquees a
menos que te lo diga. ¿Entiendes?
166 Asintió.
Para el momento en que me daba la vuelta, Kate y este tipo Ham estaban
corriendo hacia nosotros.
—¿Quién eres tú? ¿Dónde está Cam?
Levanté la mano y señalé en la camioneta. —Kate, soy el padre de Will. Me
pidió que la sacara de allí.
Kate asintió. —Muy oportuno.
El golpe metálico golpeando contra la piedra atrajo toda nuestra atención, y
vimos a Max agitado y comenzando a caminar en nuestra dirección.
—Kate. Entra al vehículo —dije bajo mi aliento—. Ham. Es posible que
necesite tu ayuda.
—Sin problema —dijo Ham desde detrás de mi espalda.
Dave estaba a un lado, en una posición perfecta para actuar si lo necesitaba.
—Mira abuelo. Solo quiero hablar con ella —dijo Max sonando calmado.
—¡Después de ese pequeño truco, no estarás en ningún lugar cerca de ella! —
dijo Ham.
Mi teléfono comenzó a sonar en el bolsillo. Lo levanté y vi el nombre de
William.
—¿Hola?
—¿La sacaste? —gritó Will.
—¡Que te jodan gordo! —Max escupió a Ham.
Levanté la mano tratando de mantener a Ham detrás.
—¡PAPÁ! —gritó Will.
—¡Lo hice! Estoy ocupado con otras cosas en este momento. Te llamaré luego.
—Papá. ¡Espera! —gritó con desesperación—. No la lleves a mi casa.
Mantenla contigo.
—Lo haré —le dije, terminando la llamada y metiendo el teléfono en mi
bolsillo.
—Escucha Max. Me llevaré a Cam conmigo y no hablarás con ella de nuevo
—dije amenazante.
—¡Vete a la mierda abuelo!
Me reí en voz alta, y luego me lancé hacia sus piernas, tirándolo y dejándolo
en el suelo.
—Escúchame pequeño vándalo. En verdad soy mayor que tú. Es probable
167
que tenga cerca de veinticinco años más que tú. Pero quiero dejar una cosa clara. No
vas a tocarla o incluso hablar con ella de nuevo. Ahora no. Jamás. O tendrás que
lidiar conmigo. ¿Lo captas?
Max estaba contra la parte superior negra del estacionamiento en silencio.
—No tienes que responder. Digamos que espero que vivas y aprendas, y no
tan solo vivas. La única razón por la que voy a dejarte ir, se debe a que el abuelo
realmente no quiere luchar.
Me puse de pie limpiando mis pantalones y calculando el espacio que
quedaba en la camioneta.
—Ham. ¿Necesitas un aventón?
Ham negó—: No. Me quedaré un poco más de tiempo.
Manteniendo mi mirada en Max, hice una señal a Cam para que bajara la
ventanilla.
—¿Tus llaves?
Las recuperó de su bolso y me las entregó a través de la ventana.
—David, ve en su coche.
David cogió las llaves cuando se las tiré; Max estaba escuchando a su amigo
y alejándose de nosotros. Era más inteligente de lo que pensaba. Tener a Ham de mi
lado tampoco fue malo. Will necesita contarme acerca de este tipo.
Después de que me subí en mi camioneta, me encontré con una Camden
llorosa.
—¿Estás herida? —Maldición iba a estar en problemas si lo estaba.
Sacudió su cabeza—: Estoy avergonzada y siento que hayas visto eso.
—Está claro que eres alguien por quien vale la pena luchar, querida —dije
dándole un guiño.
—Pero señor Denton. Yo…
—¿Señor Denton? —pregunté—. Dices eso y busco a mi padre, Cam. Es Drew.
Asintió.
—¡Eres impresionante Drew, y te lo agradezco! Soy Kate, por cierto. Aunque
sé que lo sabes ya que al parecer me sacaste de un bar de striptease no hace mucho
tiempo. Ahora... no voy a disculparme por eso. ¡Ya que fue divertido!
Guau. Will tenía las manos llenas con ella como mejor amiga de su chica.
Pobre tipo.
—Kate —susurró Cam, callando a su amiga.
168
—Kate. ¿A dónde quieres ir? Eres más que bienvenida a quedarte con
nosotros también —le dije.
Los ojos de Cam se encontraron con los míos y dirigí mi atención de nuevo a
la carretera. Tenía la sensación que estaban echándose un vistazo la una a la otra.
Estaba inseguro de cómo Will había estado alguna vez con ella, pero prometí
mantenerla a salvo.
—Llévame a casa por favor. Tengo un amigo esperándome ahí —respondió.
—¿Quién? —le preguntó Cam.
—Liam —susurró Kate.
Una vez que Cam y yo estábamos solos, me detuve en lo de Will para que ella
pudiera agarrar algunas cosas y pronto estábamos saliendo nuevamente. Wrigley se
acomodó en su cama en la camioneta.
—¿Por qué no estoy alojándome aquí? —me preguntó en voz baja.
—Will te quiere conmigo. Además a Abby le encantará tener una niña en la
casa.
Ella solamente se limitó a asentir.

169
30
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Jessibel

Cam
¡Oh Dios mío! Esta casa era más grande que la mansión de mi papá en Plano.
Dos palabras rebotaron en mi mente… ¡Santa mierda! No podía creer el tamaño del
lugar. Era dos veces más grande que la de papá. Sólo el material en el suelo desde la
entrada hasta la casa costaría una fortuna. Había luces a lo largo del camino. Una
fuente de piedra en el centro del patio. Una gigantesca escalera conduciendo a un…
castillo. Una lenta sonrisa cruzó mi cara mientras pensé en el señor Denton… el
remolque de Drew.
El viaje aquí tomó unos diez minutos y fue torpemente tranquilo. Alguien
estaba de pie en la parte superior de los escalones en la puerta principal. Mientras
nos acercamos y Drew aparcó el camión frente a la casa, Abby bajó las escaleras en
una rápida velocidad, vestida con su chándal y sudadera.
170 Abrió mi puerta un poco alarmante.
—¿Estás bien, cariño? —Preguntó, tomándome en sus brazos, empujándome
hacia atrás para poder mirar mi cara.
Asentí. —Sí.
—Dale un poco de espacio, Abs —dijo Drew, cogiendo mi bolso del camión.
—Usted cállese, señor. Esta es una situación de chicas. Coge sus cosas y
llévalas a la habitación de William, ella y yo iremos a charlar.
Drew sacudió la cabeza riendo. —Te doy una hora. Después quiero a mi
mujer en la cama.
Abby rodó los ojos mientras hicimos nuestro camino a la escalera.

La habitación de Will era perfecta. Con colores diferentes, el azul y rojo


salpicaron alrededor. Trofeos en los estantes. Libros por dondequiera. Fotos de él
y Matty en todas partes. Drew puso mi maleta en los pies de la cama, le dio una
palmada al trasero de Abby y nos dejó. Ella se dejó caer en la cama.
—¿Te gustaría hablar? —Preguntó.
¿Qué quería decir? Deseé saber cómo hacer esto. Traté de pensar de nuevo
sobre mí y mi mamá hablando sobre chicos mientras estaba en el quinto grado. La
tristeza inundó a través de mí… apenas podía recordar.
La mano de Abby cubrió la mía. —¿Quieres decirme qué paso?
La miré fijamente y me di cuenta que tenía los ojos de Will, entonces asentí.
—Max es alguien que me hizo daño hace unos años y le gusta pensar que
todavía puede decirme qué hacer. Cuando no se sale con la suya, quiero decir. Eso
es lo que el señor Denton vio.
—Bueno, me alegro que Drew estuviera allí. Y más que eso, lo siento por ese
chico que te hizo daño. No mereces ser lastimada. Merecer ser amada.
La sangre se precipitó a mi cara mientras las lágrimas se agruparon. Eso fue
exactamente lo que mi madre dijo.
—Gracias —dije en voz baja, mientras una lágrima cayó.
Ella me cogió de los hombros. —¡Sabes en la cantidad de problemas que
estaré si William se entera que te hice llorar! —Sonrió—. Y puedo añadir que no sólo
mereces ser amada… merecer serlo por el hombre más reflexivo, brillante, guapo en
el mundo que te adorará y protegerá con su vida. ¡Y puedes apostar que conozco a
ese chico! —Guiñó y me dio un abrazo.
171
—Abby —gritó Drew desde fuera de la habitación.
Ella puso los ojos en blanco. —Él nunca dejará de amarte o esperarte. —Fue
a la parte superior de la cama de Will, bajó las mantas y ahuecó la almohada—.
William durmió aquí la mayor parte de su vida. Amaba que el viento del ventilador
del techo soplara en él. Si crees que es demasiado, aquí está el mando a distancia. El
baño está al final del pasillo. Si olvidaste algo, estoy segura que tendré algo para
prestar, así que pregunta.
—Vamos, Abby. —La voz de Drew hizo eco en el pasillo.
Ella abrió la puerta, puso su mano firmemente en la cadera y se quedó en el
pasillo.
—Andrew James Denton. ¿Sabes cuán divertido es esto para mí? Cam y yo
tendremos nuestra fiesta de pijamas si no dejas de molestar. Estás siendo grosero.
No pude ver la mirada que ella estaba recibiendo, pero sí una lenta sonrisa
en su cara y ella apuntándole.
Sacudió la cabeza y se lanzó de nuevo a mí. Wrigley la siguió hasta mi cama.
—Buenas noches cariño. Si necesitas algo… por favor. Wrigley está
acostumbrado a dormir en la cama de William. ¿Eso te molesta?
—No.
Después me abrazó y mi corazón se hinchó.
—Buenas noches. Gracias por todo.

Busqué en mi maleta hasta que encontré la playera de Will. Me la puse


cuando me subí a la cama. Cogí mi móvil del bolso y llamé a Kate. Sin respuesta. No
me gustó eso. Llamé de nuevo. Sin respuesta. Así que le marqué a Will. A través de
todo esto… no habíamos hablado. De repente, la más fuerte y abrumadora necesidad
de oír su voz me venció.
—Soy Will. Deja tu mensaje —dijo su correo de voz y sólo escuchar su voz
me hizo sonreír.
—Hola, Will.i.am. Te necesito. Tu mamá y papá son geniales… pero te
necesito a ti. Por favor, llámame. No importa la hora. Por favor.
Probé con Kate una vez más. Dejé el móvil a un lado y cerré los ojos. Detrás
de mis ojos, seguía viendo a Drew dejando a Max en el suelo. Max se lo merecía, sin
duda. Pero el señor Denton defendiéndome así. Nunca… nunca… había sido
defendida así, excepto por Kate. Era lo que deseaba que mi padre hubiera hecho
172
hace tantos años atrás. Para Max. Para Tracy.
Me sentí parte de una familia en este momento, más de lo que lo hice en años.
No había duda sobre aceptarme. No les importaba quién era o de dónde venía o
qué ofrecía. Les agradaba porque a su hijo lo hacía. Les gusté a pesar de cualquier
defecto y estaban dispuestos a luchar por mí. Por mucho que eso me encantó, me
moría de miedo de perder a Will… pero por ahora tenía una familia que perder y
eso me asustaba más.
31
Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel

Will
La adrenalina bombeando por mi cuerpo no se había relentecido cuando
aterrizamos en el aeropuerto internacional de Kansas. No me importaba una mierda
que fueran las 4.30 a.m. Nunca le había preguntado al abuelo ni una vez si podía
usar su jet y no parpadeó esta vez… el piloto salió de Wichita justo después de mi
llamada desesperada.
Mi camión estaba donde lo había aparcado, subí mi bolsa y comencé a correr
como un loco. La casa no estaba ni a una hora de Kansas City. Encendí mi teléfono
después de salir del jet y vibró con dos nuevos mensajes de voz. Uno de papá y otro
de Camden. Escuché el de ella primero.
—Hola Will.i.am. Te necesito. Tú mama y tú papa son geniales… pero te
necesito. Por favor llámame. No me importa la hora. Por favor.
173 ¡Mierda! Con suerte, sentir mis brazos envolverse a su alrededor cuando
llegue allí, compensará por perder la llamada.
—Hijo. Soy papa. Está metida en tu cama. Estoy preocupado. Tu madre se
está encariñando. Estoy bastante seguro que tú también pero corta con ella si no. No
quiero que tu madre se haga daño. —Se aclaró su garganta—. También me gusta,
William. No lo sé. Este tipo Max estaba preparado para luchar conmigo. De todas
maneras, tenemos que hablar.
Después de golpear el volante tres veces, le di al botón crucero una vez y me
di cuenta de que estaba conduciendo a 95. Escuchar a mi papá decir que le gustaba
me trajo una alegría inimaginable pero en la misma respiración la mera mención del
idiota —sabiendo que estaba dentro de una distancia a la que se podía ir en coche—
era como los perros de Pavlov escuchando la campana, estaba salivando como
el Mastiff.
Nunca pregunté su altura y realmente no me importaba si era Hércules. Le
mataría. Nunca se acercaría a ella de nuevo.
La casa estaba oscura, aparqué al lado del garaje y usé el teclado para abrirlo.
Dejé mi bolsa en la puerta mientras me apresuraba al teclado de seguridad que
pitaba. Lo quité y lo volví a poner. Estaba un piso por debajo pero casi seguro que
la podía oler. A mitad del pasillo, mi padre apareció en la escalera.
—Qué tal si me dices que vienes la próxima vez así no tengo que dispararte,
hijo.
Miré el arma en su mano cuando me abrazó.
—¡William! ¿Eres tú? —Casi gritó mamá desde su habitación.
—Sshhh —dije poniendo un dedo en mi labio y estaba en sus brazos antes de
poder caminar un poco más.
—¿Cómo llegaste aquí?
Miré al suelo de madera. —Llamé al abuelo —dije avergonzado. Estoy seguro
que el coste de gasolina sólo era escandaloso.
—¿Tú abuelo envío el jet? —Me regañó mi padre—. ¡William!
Pero mamá sonrió. —El abuelo podría haber dicho que no, Drew. Le llamaré
en la mañana. Estará tan excitada de verte seguro.
Sonreí y comencé a caminar por el pasillo, pero mi padre cogió mi brazo.
¿Qué pasaba ahora?
—Tenemos que hablar sobre Max.
Dios, necesitaba tocarla primero. Olerla. Ver esos halos alrededor de sus ojos.
174 —¿No puede esperar?
—No.
Dijo no de una manera que supe que era en serio. Le seguí hasta su sala de
estar.
—¿Quién es él? —preguntó sentándose descansando su tobillo en su rodilla.
Mamá se paró detrás de él.
—¿Era su hermanastro?
Mamá aplastó el hombro de papá. —Dijiste que habían dormido juntos.
Tragué. —Lo han hecho —dije sin creer que estaba teniendo esta
conversación con mis padres.
—Camden tenía quince o dieciséis. Él tenía diecinueve. Se acababa de mudar
con ellos. Le hizo beber vodka. Ella no había estado con nadie antes. El hijo de puta
sabía exactamente lo que estaba haciendo.
Mamá jadeó. —Cariño. ¿La violó?
Simplemente el pensamiento de eso hizo que mis manos se apretaran en
puños. —No. Si ese fuera el caso le hubiera matado directamente. Ella cree que
quería. Lo veía como una relación —dije levantándome y mirando por la ventana—.
Él tomó… lo que quería cuando ella acababa de cumplir dieciséis. Y no sólo eso
pero… le hizo daño. Fue duro con ella. —Golpeé mi cabeza contra el cristal.
—William. No te hagas daño —pidió mi madre—. Te necesita tanto como tú
a ella.
Elevé mis ojos a ella. —Mamá. La necesito mucho más y tengo miedo de
perderla. La amo —susurré.
Papá se levantó sonriendo. —Es una pequeña fiera. No tomó su mierda.
—¿Qué pasó?
—Vino directo a la mesa. Él y esa chica Kate fueron primero. Ham preguntó
quién era y Camden dijo y cito, Te podría hablar de su pene pero sería una historia
realmente corta. —Papá se rio.
Esa era mi chica y, bajo circunstancias normales, su pequeño culo inteligente
me haría reír también pero no cuando se trata de él.
—Después el imbécil se subió al escenario y comenzó a cantarle.
Mamá le golpeó de nuevo. —Cuida tu boca.
—¿Cantar el qué? —Pregunté.
Papá se encogió de hombros. —Alguna canción de Buckcherry. Cuando
175 sueño, te estoy cogiendo toda la noche… follas tan bien que estoy encima de todo…
alguna mierda de esas.
Papá se alejó antes de que mamá le pudiera golpear.
—Está en la canción —se defendió.
—William. Estaba dolida. No creo que la pobre chica tenga nadie con quien
hablar realmente. Te necesita —añadió mamá.
—Porque no vas ahí dentro con ella.
Papá no tuvo que preguntar dos veces.
Mi jodida puerta crujió un poco justo como siempre, lo cual típicamente jodía
mis oportunidades de entrar a hurtadillas. El ventilador del techo estaba encendido
y su olor estaba por toda la habitación y entró en mi nariz. Sentí como me endurecía
en mis tejanos. En silencio, cerré la puerta y dejé que mis ojos se ajustaran a la
oscuridad. Un ruido sordo hacía eco en la habitación. Qué demonios… oh, la cola
de Wrigley. Chasqueé los dedos para que se bajara.
Escuché su respiración y eso hizo que mi corazón se calmara. Después de
desabrocharme mis tejanos y sacármelos, me quité la camiseta y la dejé en el suelo.
Después levanté las sábanas y gateé hasta su lado. Su cuerpo era como un horno en
miniatura… cálido y tostado.
Se despertó y se alejó de mí, sus ojos abiertos.
—Bebé, soy yo —susurré.
—¿Will? —Preguntó con la voz ronca.
—Huh uh, soy ese otro chico que se mete en tu cama. Sí soy yo tontita. Y juro
a Dios que ningún otro chico debe estar en tu cama.
Se rio y se acurrucó contra mí. —¿Cómo estás aquí? ¿Estoy soñando?
Tomé su mano y presioné su palma contra mi erección creciente. —¿Se siente
eso como un sueño? —Me acurruqué contra ella.
—El mejor sueño de todos…

176
32
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Jessibel

Cam
El olor del pavo era delicioso cuando entramos a la casa. La temporada de
béisbol siempre era en la fiesta de Acción de Gracias, así que ese día celebrábamos
juntos… a excepción de papá que siempre estaba ocupado. Está era mi primer
Acción de Gracias real, ya que mi madre murió, estaba muy emocional.
Cuando entramos a la cocina, vi a Drew besando a Abby en la frente y ella lo
espantó. Mientras se dio la vuelta, tanto como Will y yo vimos lo que tenía puesto.
Ambos nos reímos.
—Ni una sola palabra, Will o te juro que usarás uno también. Tu madre me
obligó a usarlo para cocinar —gruñó.
Will sacó su móvil y tomó una foto.
—Perfecto para Twitter —bromeó Will.
177 —Hijo —advirtió. Después se volteó hacia mí—. Cam. Por favor pídele que
use uno.
Sonreí y Will me dio su mirada de ni te atrevas.
—Cariño, sabes lo que te haré más tarde —bromeó y Drew empezó a
perseguirla.
La cara de Will cayó y se cubrió los ojos.
—¡No se dan cuenta que su hijo no quiere oír esas cosas! —Gritó Will.
Me senté en una silla y el me jaló para un abrazo.
—Sálvame… —dijo.
—Pienso que es lindo.
Drew atrapó a Abby y estaban riéndose y luchando.
—Yo creo que tú eres linda —susurró—. Desnuda.
Le di un golpe en el brazo mientras me sonrojé.
Will fue el encargado de hacer el puré de patatas. Drew hizo el pavo. Me
senté con los platos ya preparados en la mesa y Abby tenía todo en orden. En el
momento en que nos sentamos a cenar, habíamos bebido tanto vino que estábamos
muy sonrientes. Esta… era exactamente la familia que quería. Una silla estuvo vacía
en la mesa y supe a quién pertenecía sin la necesidad de preguntar.
—Querido Dios —oró Drew—. Te damos las gracias por esta comida que está
delante y todas las bendiciones que has derramado sobre nosotros. Hemos sido
bendecidos por ti en gran medida. Te damos las gracias por traer a Camden a la vida
de Will y a la de nosotros. Oramos, señor, que la bendigas. Y señor, nuestro
muchacho que se sienta a tu lado hoy, por favor, abrázalo por nosotros. Lo
extrañamos más de lo que las palabras pueden expresar, pero confiamos en que
ambos observan a esta familia. En tu nombre oramos, Amén.
Mientras me sequé las lágrimas noté que Drew, Abby y Will hicieron lo
mismo. Sin pensarlo dije—: Me gustaría haberlo conocido.
Y por un segundo lamenté que esas palabras escaparan. Pero entonces Abby
sonrió tan ampliamente y me dijo—: Cam. Él te hubiera amado y teniendo en cuenta
lo hermosa que eres, Matthew pudo haber molestado a Will.
Will sacudió la cabeza. —De ninguna manera le dejaría estar cerca de ella. —
Se rio.

178 Drew levantó la cerveza. —Por Matty, porque hubiera conocido a Cam.
Todos levantamos nuestras copas y brindamos… y con esas palabras, las
lágrimas se convirtieron en sonrisas.
Amaba a mi nueva familia…
33
Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel

Will
Tener su cuerpo presionado contra el mío era la mejor sensación del mundo.
—Camden, no vuelvas a tu apartamento. Por favor. Sólo quédate conmigo —
susurré.
—Will. No dejaré que me asuste. Si me asusto… ha ganado. ¿No ves eso? —
Dijo besándome en el pecho.
Quise arrancarme el pelo. —Cariño, la única cosa que veo es lo que tengo que
perder y esa… eres tú.
—No me vas a perder. ¿No lo ves? Soy tuya.
Aunque sabía que era así, escucharla decírmelo —me dejaba sin palabras.

179 —Will —dijo trazando con sus dedos por mi mejilla.


Sus ojos verdes me hipnotizaron.
—Te quiero. Te. Quiero.
Tomé la más larga, lenta y profunda respiración que pude y después la liberé
igual de lento.
Sus ojos redondeos tenían tantas preguntas innecesarias. ¿Pensaba que no la
amaba?
—Oh Cam. Toma ese amor y multiplícalo por un millón y sentirás lo que
siento por ti.
Esta vez, puso sus ojos en blanco. —¿En serio? ¿No puedes decir simplemente
que me amas? —Se burló—. ¿Tiene que ser una competición? ¡Porque no tengo
dudas que te quiera más!
Mientras estaba en su lado, golpeé su culo desnudo con mi mano.
—No… no lo haces.
Sus ojos se abrieron y apretó sus dientes. —No golpees mi culo de nuevo.
¡GOLPE! Lo hice de nuevo y sonreí.
Rodó por la cama, tomando la sábana con ella y comenzó a correr.
—¿Te piensas que no puedo cogerte? —Reí y Wrigley y yo comenzamos a
seguirla. El pasillo estaba vacío.
—Wrigley. ¿Dónde está Cam?
Su tela se movió y comenzó a correr hacia el gimnasio después ladró.
—Puedes correr niña pero no esconderte —grité mientras seguía a mi perro.
—Wrigley, vete… —la escuché en su bajo susurro. Wrigley ladró de nuevo.
Mientras rodeaba la esquina, di un golpe en mi pierna y vino directo a mi
lado.
—Buen perro. ¡Ahora siéntate! ¡Quédate!
Cerré la puerta del gimnasio y Cam estaba parada detrás de ella.
—¡Es tan injusto que hayas usado un perro! —Dijo después trató de correr.
Con un brazo, la capturé y la elevé contra mi pecho todavía mirando la pared.
Estaba desnuda debajo de la sábana.
Roté mis caderas contra ella y se presionó contra mí. Sus dos manos se
agarraron a la pared y la sábana cayó a sus pies. Diablos era hermosa por detrás.
Con una mano, la alcancé y encontré su pecho y comencé a masajearle y trayéndolo
a la vida. Sus caderas instintivamente se arquearon hacia mí y rápidamente me quité
mis calzoncillos.
180
—Dios bebé, eres increíble —dije mientras me rozaba contra ella y ella abría
su entrada preparada para mí. Mientras me deslicé dentro de ella, no tuve duda que
esto era los más cercano al cielo que jamás llegaría. Y mientras usaba la pared como
palanca forzando su espalda contra mí, alcancé por delante de ella para tocar su
lugar favorito. Mi lugar favorito. Mientras sus músculos se apretaban a mí alrededor
con cada rotación de mi dedo, se arqueó hacia atrás.
—Oh Will —jadeó.
Haría cualquier cosa por complacer a esta chica. Mientras mi mano se
deslizaba por la suave piel de su espalda, tracé su coxis después me hundí un poco
más para ver qué tipo de respuesta obtendría deslizando mi pulgar por su culo.
Nunca aplicaría presión sin hablar con ella primero, pero me pregunté qué tipo de
respuesta obtendría. Cuando se giró, forzándome fuera de ella, después me empujó
—eso NO era lo que esperaba.
—¡No! —gritó con la voz rota y se fue de la habitación.
Inmediatamente, fui detrás de ella.
—Camden. Lo siento. No tendría que haber hecho eso. No te haría daño o
nada. Lo siento.
Para el momento en que llegué a la habitación, deslizó una camiseta por
encima de su cabeza y estaba poniéndose unos pantalones sin sus bragas.
—Está bien, Will. En serio tengo que irme.
—¡Para! —Ordené y la giré para que me enfrentara.
Se sacudió… tembló y sus ojos miedosos me dejaron inquieto.
—Camden. No te haría daño. ¿Estás tan asustada de mí?
—No eres tú Will. —Se contrajo y se alejó por mí alrededor.
Cogí mis propios pantalones, me los puse y la seguí. ¿No era yo? Oh Dios
mío.
—Es Max. ¿No? —Grité mientras escuchaba la puerta del garaje cerrarse.
Cuando rodeé la cocina, vi sus llaves en la mesa así que sabía que tenía que volver.
Abrí la puerta del garaje y estaba en el primer paso para volver dentro. Alejó la
mirada.
—Camden, no te vayas —pedí.
Pasó por mi lado y cogió las llaves.
—Cam. Por favor. Esto es de locos. No te vayas.
Su pequeña barbilla tembló pero sus ojos se mantuvieron secos —todavía sin
mirar los míos.
181
—¿Te hizo daño de esa manera no?
No hubo casi reacción. Parecía en trance. Probando la suerte, alcancé su mano,
pero estaba apretada. Mi interior se estaba desmoronando. El enfado dentro de mí
comenzó a aparecer ante lo que había hecho. ¡La violó a los dieciséis!
Caminó hacia el coche.
—Te amo Camden —dije con convicción—. Te amo a ti toda. Te amo sea lo
que sea que traigas sobre la mesa. Y nunca te haría daño.
Se paró al lado de su coche.
—Te amo también Will —dijo sin girarse—. Por favor sólo dame un poco de
tiempo. No es sobre ti, lo juro. Sólo algo en lo que tengo que trabajar. Por favor se
paciente.
Impotente, la vi mientras se metía en el coche y se alejaba. Mientras cerraba
la puerta de la casa, Wrigley estaba estirado en el suelo de la cocina con su hocico
entre sus patas. Su cola no se movía. Era increíble cuánta intuición tenían los perros.
—La he jodido amigo.
Cada paso del camino, esperaba que Cam reaccionara. Besar. Sexo oral. Sexo.
Nunca lo había hecho. La cosa jodida era el único tema que nunca había surgido.
Después golpeé su culo por diversión… sin pensar… después aumente la apuesta
de nuevo. ¡Mierda!

182
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Traducido por Mich Fraser
Corregido por Jessibel

Cam
Cuando cerré la puerta del apartamento, las lágrimas salieron y se deslizaron
hasta el suelo.
—¿Qué pasa? —gritó Kate.
Mis ojos se abrieron ante ella y Liam en el sofá. Kate se precipitó hacia mí.
—Liam. ¿Podrías dejarnos un rato?
Él asintió. —Por supuesto. Mándame un mensaje más tarde —dijo pasando
junto a mí y me acarició la cabeza como si fuera un perro.
Kate agarró mi mano y me llevó hasta el sofá.
—Cuéntame.
Estaba fuera de mí.
183 —¡Camden!
—Estaba tan equivocada Kate. Con Max y las cosas que hizo. Porque hubo
cosas que se sintieron bien en mi cuerpo, pensé que significaba que lo disfruté o que
estaba bien. Pero esto no niega el hecho que me equivoqué con él. Tenía que beber
alcohol. Después usaba mi cuerpo para su satisfacción. No había amor.
Kate pasó un brazo a mí alrededor. —Lo sé. Pero ahora tienes amor.
Sólo que había alejado al hombre que amaba.
—¿Qué pasó, Cam?
—¿Recuerdas cuando te dije que Max usaba dos dedos… en lugar de uno y
también en el otro lugar?
—Sí.
—Entonces eso se convertía en otro. Después en hacerlo en estilo perrito
mientras accidentalmente se deslizaba. ¿Después había más alcohol y podía
terminar de esa manera?
Kate sabía todo, así que no fue más embarazoso.
—Sí, cariño, lo recuerdo todo. ¿Qué paso? ¿Will hizo eso?
Negué con la cabeza. —No. No lo creo. Estábamos en una posición extraña y
rozó un pulgar —dije.
—Bien… ¿pero entró?
Negué con la cabeza. —No.
Kate cruzó las piernas al estilo indio en el sofá y se sentó mirándome. —¿Qué
pasó después?
Me recosté y me quedé mirando el techo, secando mis ojos.
—Enloquecí. Lo obligué a retirarse.
Kate se tapó la boca. —¡Camden! Es necesario que se lo expliques. Necesita
saber. No es justo.
Horrorizada, me di la vuelta y la miré. —¡Lo sabe! Él sabe que fui violada por
todos los jodidos agujero de mi cuerpo. ¡Sabe que no hay ninguna parte de mi cuerpo
que no fue tocada por Max! ¡Lo sabe, Kate! ¿Qué le haría querer alguna parte de eso?
—Grité. Me puse de pie, agarré mi bolso y llaves y salí por la puerta. Oí a Kate correr
por las escaleras detrás de mí. Después me senté en el asiento del conductor, apoyé
la cabeza en el volante frío. Kate se acomodó en el asiento del pasajero.
—¿Dónde vamos? —preguntó, temblando.
—Sand Bar. Quiero una bebida.

184
35
Traducido por Erinea & Lvic15
Corregido por Jessibel

Will
Mi teléfono vibró en mi mano. No lo he podido apagar desde que Cam se fue,
escribiendo por lo menos diez textos y luego borrándolos. Mis manos temblaron.
Kate.

Para tu información, ella está conmigo. Disgustada. Bebiendo. Tiene que


pasar por ello.

Me pregunto si Kate sabe lo que ha pasado. Sobre lo que ha pasado.

¿Sabes de lo que se trata? Enviado.


185

Si, Will, me lo ha contado. Pensé que te lo había dicho, es muy difícil para
ella. Ya sabes que hace mucho tiempo que nos conocemos. Es la primera vez que
estos sentimientos hacia él afloran.

¿Sentimientos? ¿Qué quiere eso decir? Ella siente por Max, y no me había
dicho nada al respecto. Mi corazón se encoge.

Me ha contado un poco pero lo ha dejado rápido. Kate. La quiero. ¿Dónde


estás?

En Sandbar, pero no estoy segura de que debas venir.


Yo no estoy seguro de mantenerme alejado. ¿Ella tiene sentimientos por
él?

¡Sí! Definitivamente. Puro aborrecimiento. Está bien. No me puedo


imaginar lo que se va a enfadar conmigo por escribirte. No la puedes obligar.

Nunca podré. Enviado.

El Sandbar estaba tranquilo. Hice mi camino con cautela sin querer asustarla
o hacer que se fuera corriendo. Las vi en una cabina contra la pared del fondo. Era
fácil sentarse detrás de ellas. Creo que Kate me vio, pero no me acerqué. No aún.
La camarera se acercó a su mesa.
—¿Otro vodka?
No hubo respuesta.
—Vale, ¿y otra cerveza para ti?
—Si, por favor. —Dijo Kate.
—Señor, ¿qué le sirvo?
—Un té helado, por favor. —Dije en voz baja rezando para que Camden no
se girara.
186 ¿Duro? Él había sido rudo con ella. Eso es todo lo que me había dicho. La
mordió…Sabía eso. Le dio cachetadas en el culo. Pero yo nunca, nunca pensé ni por
un segundo que él la había penetrado en la puerta de atrás. ¡Sólo tenía 16 años!
—Camden, Max está fuera del tema, tienes que dejarlo ir.
—¡Kate! ¿No lo estás viendo? Pensé que lo había hecho. Pensé que lo había
superado. La primera vez que Will bajó hasta allí… No pude evitar disfrutar un
orgasmo devastador. ¿Y por qué preguntas? ¡Porque estoy preocupada sobre que él
me mordiera! ¿Cuán enfermizo y retorcido es eso?
Cerré mis ojos. Mi chica estaba herida y había poco que yo pudiese hacer.
—Max fue un enfermo retorcido. —Dijo Kate.
Quise gritar ¡Amén!
—Max es un monstruo. —Añadió Kate.
—Sé eso ahora. Quiero curarme. Quiero que esto acabe. Cuando Will me toca,
no quiero que Max me venga a la cabeza, y lo que pasó hoy… ¿Sabes lo mucho que
le dolería a Will si lo supiera? Se merece mucho más de lo que yo le puedo dar.
Eso se llevó la pizca de compostura que tenía para no saltar de mi asiento y
gritarle. Sólo te quiero a ti. ¡A ti!
—Cam. Él solo te quiere a ti, el resto pasará con el tiempo. —Dijo Kate
leyendo mi mente.
—¿Qué es lo que realmente le puedo ofrecer? —Se preguntó Camden.
Me di un tirón de pelo.
—¡A ti! Eso es. Y ese es el mejor regalo que nunca podrías darle.
—¿Por qué crees que no me ha escrito, o llamado? —Preguntó ella—. Si él me
quiere y sabe que estoy dolida, ¿por qué no lo ha hecho? ¡No! Porque sabe lo que
Max ha hecho.
Tan rápido como escuché eso, mi teléfono estaba fuera y yo estaba
escribiendo un mensaje.
Te quiero. Enviado.
De repente una ola de culpabilidad me golpeó. Invadir su intimidad era algo,
que nunca había querido hacer. Cuando escuche su teléfono sonar, levanté mi
capucha y me fui.
Cuando me paré fuera, en el cortante frio, mi teléfono vibró. Camden.
Gracias. Te necesito, por favor se paciente.
Leer esas palabras me alivió. Me pregunté si sabía que William quiere decir
protector.
187 Yo siempre la protegeré.
Cariño, yo también te necesito. No me puedes dejar así. Enviado.

Me asusté, y estoy avergonzada. ¿Estarías dispuesto a venir al Sandbar?


Mis ojos se quedaros mirando hacia arriba, al cartel donde ponía Sandbar.
Estaba de pie en la calle ocho. Porque si, me encantaría ir.
Me encantaría. Enviado.
Estuve de pie fuera, parado en el frio, por unos cinco minutos, luego volví a
bajarme la capucha. Kate me vio la primera y llevaba una sonrisa ladeada. Aunque
conocía la causa detrás de aquella sonrisa, aquello era muy serio para mí.
Los ojos verdes y grandes de Cam encontraron los míos y se deslizó en la
cabina, ¿haciéndome sitio para mí? En su mirada había miedo. Por muy tonto que
suene, mantuve mis manos lejos de ella, como si fuese un perro que fuera a
morderme. Pero cuando sus dedos se deslizaron entre los míos, tiré de ellos
suavemente. Ella, voluntariamente se deslizó desde la cabina y se lanzó a mis brazos
—Te quiero. —Susurré.
—Yo a ti también. ¿Podemos ir a algún sitio?
Después de dejarla en el suelo y asentirle a Kate, conduje a Camden fuera
del Sandbar.
—Lo siento. Lo siento mucho. —Dije, una vez estuvimos en mi camioneta. Iba
dejando besos lentos sobre sus párpados, nariz, frente, orejas y finalmente su boca.
—No Will, yo lo siento.
—No, Cam. Lo juro, nunca más volveré a hacerlo. Yo…yo no lo sabía.
—¡Mírame! —Ella levantó la voz y arrastró mi barbilla hacia la suya. Nuestros
ojos finalmente se encontraron—. No digas eso. Me prometí que algún día, quería
volverlo a intentar con el hombre que quería. Contigo. Simplemente no estaba
preparada y me vi presionada en ese momento por lo que él había hecho.
Una gran lágrima cayó de sus ojos, y con mis pulgares, la borre de sus
mejillas.
—Prométemelo....Will, promételo. —Dijo ella con desesperación.
—¿Prometerte que, amor?
Ella tragó. —Que algún día lo podemos intentar. TÚ y yo. No quiero que él
forme parte de mí.
Asentí, acariciando esa masa de pelo pelirrojo en mi mano y atrayéndola
hacía mi pecho. —Lo prometo.
188 Exhaló, sollozando.
—Bien, bien, bien. Gracias.

Realmente no había nadie sobre quien Matty hablara mucho. Escuchaba la


mayoría de los nombres, Wic, Woody, Steel, Johnson, O’Neil y Scotty. Todos ellos se
quedaron en activo después de la muerte de Matty y fue una sorpresa cuando
Woody contactó con nosotros hacía unas pocas semanas. Era nuestra única conexión
real con Matty, y todos estábamos nerviosos por lo que tenía que compartir.
Él y yo nos encontramos para tomar una bebida antes, después le llevaría
donde mamá y papá. No había manera en el infierno que me fuera a arriesgar a que
compartiera algo que haría daño a mi madre, así que le dije a papá que me
encontraría con él y vería que quería.
Me senté en una cabina en Johnny’s West y esperé. Con suerte llegaría a
tiempo porque Cam aparecería treinta minutos después. Después todos nos
dirigiríamos a casa si las cosas funcionaban.
No estaba seguro de lo que esperaba —quizás las fatigas, las placas, no lo sé…
quizás incluso un corte militar, pero cuando entró, supe que era él igualmente y
levanté mi mano y saludé. Sus tejanos y su camiseta
Texas Longhorn instantáneamente me irritaron. No llevas ese tipo de mierda
en Johnny’s. Era más bajito que yo pero más corpulento. Pelo oscuro.
—¿Woody? —Pregunté.
Extendió su mano y la tomé.
—¿Will?
—Sí. Por favor siéntate.
Se deslizó en la cabina.
—Te pareces tanto a Gum.
Gum… odiaba ese nombre desde que Matty me había dicho que era su apodo.
Tenía que ver con Denton. Dentyne. Gum… ahí lo tenías.
—¿Así que eras cercanos?
—Toda nuestra unidad lo era. Entrenados en Carolina del Sur primero
después directos a Kabul.
Nunca nos centrábamos mucho en los detalles y ahora las dudas me plagaban.
Encontrarme con él estaba haciendo resurgir viejas heridas.
—¿Estabas ahí cuando… a él… le mataron?
Su cara no cambió. —Sí. Gum era listo. Ni él ni Steel querían ir. El pueblo no
189 había sido limpiado. Todos estábamos cansados.
Por supuesto que Matty era listo. —¿Fue… rápido?
—Sí.
Había algo sobre Woody que no me gustaba. Responder las preguntas sobre
la muerte de mi hermano con sí y nos. Tan arrogante con lo que decía. Le faltaba…
emoción. Le faltaba… gusto… clase.
La conversación continuó durante quince minutos más. Camden me había
enviado un mensaje hacia diez minutos diciendo que estaba de camino, lo que le
dejaba suficiente tiempo para llegar aquí. Nuestra charla se había vuelto más
superficial y estaba más interesado en quién entraba por la puerta.
Le envié un mensaje de nuevo.
¿Estás cerca? Enviar.
Diez minutos más pasaron. Pagué la cuenta por mí y Woody.
¿Cam puedes encontrarnos en la casa? ¿¿Estás bien?? Enviar.
—Simplemente sígueme —le dije a Woody manteniendo mi teléfono en mi
mano para no perder su llamada.
—Seguro. Lo haré chico.
¿Chico? El tamaño de su camioneta me hizo reír. Estaba más cerca de un
juguete de Tonka que de un camión real. ¿Y dónde demonios estaba Cam? Una vez
que me puse el cinturón, la llamé de nuevo. Directo al buzón de voz. Si Woody no
me estuviera siguiendo, y no sintiera que esto le daría a mamá un poco de paz,
giraría a la derecha e iría directo a donde Cam. Esto era tan raro para ella. Algo
pasaba. Me sentía mal por decirle cuanto significaba esto para mamá y para mí.
Debía estar demasiado nerviosa como para venir.
Cuando aparcamos en el círculo de camino delante de la casa, mamá salió
para encontrarse con nosotros con desesperación en sus ojos. Le ofrecí una sonrisa y
un abrazo. Woody estaba finalizando una conversación telefónica. Y estaba
empezando a enfadarme que nos estuviera dejando a nosotros… a ella parados
aquí.
—¿Dónde está Cam? —preguntó.
Descarté su pregunta y secretamente deseé poder sacarme mi preocupación
pero no era tan fácil.
—¿Pasa algo?
—No lo sé mamá. Su teléfono va directo al buzón de voz.
—William. No hagas nada para joderlo. Es una bendición para esta familia.
190 Siento como que era un ángel enviado para ti por Matty.
¿Joderlo? En serio, no tenía ni idea de lo mucho que esta chica significaba para
mí.
Woody finalmente cerró la puerta de su coche, y le presenté a mamá sin que
se disculpara por su retraso. Estaba preparado para acabar con esto. Había algo traro
con este tipo.
—Oh Woody. Gracias por pasarte. ¿Sé que estás aquí desde Texas? Will dijo
que conociste a Matty en el campamento militar.
—Sí, señora. Gum y yo nos conocimos en los tiros. El primer día. Yo dirigía a
la tropa.
—¿Dónde está papá? —Pregunté cuando entramos dentro.
—Debería estar aquí en cualquier momento. Woody, ¿querrías algo de
beber?
—No, señora. Estoy bien.
—Por favor háblame sobre ese día —pidió mamá. No quería volver a
escucharlo de nuevo pero lo haría por mi mamá. Pero, primero traté de llamar a Cam
de nuevo. Buzón de voz.
Cuando entré en la habitación. Silenciosas lágrimas pasaban por la cara de
mamá y mi corazón dolió. No veía el punto de esta mierda. Matty se había ido.
Ninguna conversación lo iba a traer de vuelta. Quizás era una manera de pasar
página para este chico también.
—Tú… su equipo… eres nuestra única conexión con esa parte de él.
—Lo entiendo —asintió—. Sólo tiene que saber que todo el mundo amaba
a Gum. Era un buen chico.
—¿Qué demonios está haciendo ese pedazo de mierda en mi casa?
Las palabras de mi padre hicieron eco a través de la habitación y por el pasillo.
Las cosas pasaron tan rápido, no estaba seguro de lo que había pasado primero.
Mamá jadeó. Woody se giró conectando su mirada con la de mi padre. La sangre
pareció drenarse de la cara de Woody.
—¿Papá? ¿Qué está pasando?
—Este es el cabrón que hirió a tu chica, hijo.
Fue entonces cuando mis ojos llenos de rabia conectaron con los suyos —la
confusión llenando su expresión.
—¿Cuál es tu jodido nombre?
191 Sus ojos miraron por la habitación, aterrizando en cada uno de nosotros. —
Maxwell Woodward. Usted era el viejo que estaba con Cam —le dijo a mi padre.
Y al mismo tiempo que un gruñido pasó por mi pecho, me precipité contra
este pedazo de mierda que había violado y herido a Camden. Finalmente…
36
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Florpincha

Cam
No podía respirar… me refiero a que en verdad no podía respirar. Mi nariz
estaba hinchada por dentro y mi garganta dolía tanto que no podía tragar. Nunca en
mi vida me concentré tanto en un simple respiro. Mi vida, mi futuro acababa de ser
arrancado de mí. Todo lo que creía que era, todo lo que pensé que sería… ya no lo
era.
Sólo había pasado una hora desde que vi por primera vez la camioneta de
Max alrededor de Johnny West y el pensamiento de él estando dentro me aterró,
pero me asustaba mucho más si Will sabía que estaba allí. Y mientras me acerqué al
lugar donde habíamos estado muchas veces, solamente me moví hacia delante con
la valentía de que Will estaría allí, esperándome. Eso es lo que hacía Will. Me daba
el coraje y la fuerza para seguir adelante, ser fuerte.
192
Entonces vi su hermoso rostro y una sonrisa a través de la ventana. Él asentía
y supe que tendríamos una conversación sobre Matty. Y oré para que este tipo curara
su corazón herido. Sin embargo, al mirar a través de la mesa para ver su visitante,
mis pulmones fueron despojados de todo el oxígeno. Congelada, paralizada,
conmocionada y sabiendo lo que ocurría, comencé a retroceder.
En el momento que llegué a mi coche, frenéticamente llamé a mi padre.
—¿Camden? ¿Qué pasa?
—¿Por qué crees que algo está mal, papá? —pregunté confundida por su
saludo.
—Bueno, para empezar nunca me llamas.
Era cierto. Me senté en mi asiento delantero, descansando mi frente contra el
volante. —Papá. Tengo una pregunta rápida. Mantelo con un simple sí o no, te
explicaré más adelante.
—Bien. ¿Qué pasa?
—Max. —Me encogí incluso al decir su nombre—. ¿Alguna vez fue al ejército?
Mi corazón latió con fuerza al esperar su respuesta.
—Sí. Su padre se unió a la Marina. Ha hecho dos viajes al extranjero. Pero
ahora está de vuelta. ¿Hay algo mal? Camden, por favor no crees problemas.
Por supuesto que era yo la que causaba problemas.
—Papá. Estoy yendo a casa. ¿Eso está bien? Necesito un lugar para ir un rato.
—Me puse camino a Wajarusa y no estaba segura si debería estar conduciendo con
lágrimas cayendo por mi cara.
—Claro que sí, cariño, Tracy está aquí.
Aunque pasó un montón de tiempo, fue como un cuchillo cortando una vez
más. Él la eligió y de nuevo lo hacía.
—Papá… —dije en voz baja y pensé que no escuchó.
—Tú vienes. La llevaré a un paseo. Por favor. Puedes mantenerte en la casa.
No me gustaba la idea.
—Puedo decir que estás molesta. Por favor. Ve a Kansas. Te mandaré un
vuelo. No quiero que conduzcas.
Estaba en lo correcto. No quería soportarlo por ocho horas.
En el momento que llegué al apartamento, papá me había reservado un vuelo.
Kate no estaba aquí. Rápidamente le escribí a mis profesores, le dejé una nota a Kate
193
diciendo, estoy bien, lo prometo. Empaqué algunas cosas, escribí otra carta que
necesitaba y fui a mi coche.
Sabes los temas políticos que llevan a debate. El aborto: la posibilidad de dar
vida o no. La pena de muerte, ¿tomar una vida por otra vida? Discriminación racial.
Temas que te hacen pensar y puedes destruir relaciones y acabar con un país…
Mientras conduje, esos eran los pensamientos que pasaban por mi mente. No
del aborto o de la pena de muerte… pero sí de lo que estaba haciendo. El hombre
que más amaba en mi vida tenía una conexión con su hermano… una persona que
estuvo con Matty en el último momento de su vida. Estaba allí cuando tomó su
último aliento. Claro que Abby y Drew querían saber lo que él dijo… si estaba sólo…
qué hizo que se lesionara… sucedió rápido… todas esas preguntas de este hombre
que posiblemente podría proporcionar y de la persona que me había violado. Nadie
podría saber hasta qué punto. Pero yo sabía que no podría dejarles elegir entre la
memoria de Matty o yo, y aún más… nunca les pediría que lo hicieran.
No había manera que pudiera decirle adiós a Will. Si mis ojos se encontraran
con cualquier parte de su cuerpo… caería en sus brazos. Necesitaba a Max.
Especialmente ahora. Necesitaba ese contacto. Ese cierre. Esa conexión.
Will me necesitaba, también… no podía pensar en eso ahora. Necesitaba
sanar y esto ayudaría. Iré a casa, respiraré… después decido.
Sólo había estado aquí una vez, pero sabía en dónde estaba su tumba. Al
conducir por la carretera, la grava crujió bajo los neumáticos y vi el arco de Hoch. El
viento había soplado y las hojas cayeron violentamente por la hierba color marrón.
Caí de rodillas frente a la lápida y las lágrimas cayeron tan frescas como si nunca
hubieran dejado de caer.
—Matty… sé que no nos conocemos, tal vez un poco por Will, sin embargo,
estoy dejando a tu hermano. Le dolerá cuando me vaya… pero, sinceramente, no sé
lo que estoy haciendo… —Mi nudo en la garganta se apretó mientras las palabras
salieron.
Después coloqué la carta al lado de la lápida, puse una roca encima de ella.
Froté la mano sobre la piedra en su nombre. MATTHEW CALVIL DENTON.
—Adiós —susurré.

Joah ayudaba a papá desde hace mucho tiempo, me recibió en la terminal con
su sonrisa amable de siempre y un pequeño cartel que decía: ¡La mejor niña de
194 siempre! Mi sonrisa se ensanchó. Su cabeza estaba llena de cabello gris y sus arrugas
más profundas en su rostro.
—¿Cómo está mi niña? —preguntó, tomándome en sus brazos.
—Oh, Joah. Supongo que estoy bien.
Agarró la bolsa de mí y empezamos a caminar fuera del aeropuerto.
—Vienes a casa a hacerme reír. Te he echado de menos, niña.
El Lincoln estaba al otro lado del estacionamiento. Abrió la puerta trasera
para mí. Cerró la puerta y yo abrí la puerta del frente. Papá y Tracy podían quedarse
con el asiento trasero. Yo me sentaba con Joah.
—Háblame, niña —dijo frotando la parte superior de mi cabeza.
Sonreí al sobrenombre que siempre usó.
—Conocí a alguien, Joah. Un chico.
Condujo a través del tráfico.
—¿Cuál es su nombre?
—Will. —Me encogí de hombros mientras la palabra me provocó una oleada
de dolor por todo mi cuerpo.
—¿Y Will te hirió? —preguntó—. Debe ser bastante malo para que volaras a
casa antes de los exámenes.
Me sentía hueca. No había nada… a excepción de dolor… perdida…
—Joah. ¿Recuerdas cuando Max… cuando él y yo…?
—Sí. Quería matar al chico.
Mis ojos fueron a los suyos.
—¿Lo sabías?
—Cariño, soy la seguridad de tu padre. Hay cámaras en los pasillos. Lo sabes.
Miré por la ventana del pasajero. —No lo sabía. Así que viste.
—No, señora. Nunca vi mucho a excepción que él iba a su habitación y tú a la
de él.
—Él tenía diecinueve y tú quince.
—Dieciséis.
—Independientemente. Él estaba equivocado. También su padre. ¿Qué tiene
que ver esto con Will?
195 Tomé una respiración profunda. —Es bastante jodido.
—Normalmente, la vida lo es. Dime.
—Lo amo. Lo amo tanto que duele. —Los ojos que pensé que estaban fuera
de las lágrimas, las encontraron de nuevo—. Su hermano mayor, Matty, murió en
Kabul el año pasado. Adivina quién estaba en su tropa o división o cómo se llame.
—¿Max? —Sus dejas se dispararon.
Asentí. —De todos los lugares. Todas las tropas en este maldito país y Max
estuvo conectado de alguna manera con el chico del cual me enamoré.
—Esto es bastante jodido. Pero, ¿qué tiene que ver con eso Will?
—Son una familia, Joah. Él y su madre y padre. Se aman tanto y se protegen
entre sí, están ahí el uno para al otro, no importa qué. Sentí eso. Fui parte de eso. Me
amaron, también —sollocé—. Nunca tuve una familia como esa.
Joah salió de la carretera y tiró de la palanca de cambios para estacionarse.
—Escúchame. Tu madre te amaba tanto. Y cuando ella murió, tu padre estaba
devastado. Pero tenías una familia, una feliz. Las cosas simplemente se apagaron,
por supuesto que lo hicieron en alguna medida. No estoy feliz con tu padre por las
formas en que manejó las cosas. Hablé con Marni una noche cuando estaba
ocurriendo, queriendo llevarte a vivir con nosotros. Ya sabes, ella no podía tener
hijos y quería que tú fueras. La única vez que convencí a tu padre, pensé que
perdería mi trabajo. Creo que él no sabía hacerlo sin tu madre, pero al mismo tiempo,
no nos quería a nosotros haciéndolo tampoco. Fue lamentable todo. Pero ir a Kansas.
Bueno, ha sido una de las mejores cosas que pudo haberte pasado. Cada cosa en este
mundo pasa por una razón. E incluso la maldita cosa de Max. Y Max siendo parte
de la vida del hermano de Will, fue por una razón. Y tú regresando a casa… es por
otra razón también. Sólo que a veces no conocemos los motivos. ¿Will sabe sobre
Max y tú?
Asentí con los ojos ardiendo. —Sí. Sabe casi todo. Pero, su familia. Estaban
desesperados por hablar con Max. Lo conocían como Woody. Es la conexión con
Matty. Nunca me interpondría entre eso. Y si Will sabía que Max era… saldría
lastimado.
Joah secó una lágrima de mi rostro y después me dio unas palmaditas en la
espalda. —Bueno, a decir verdad, espero que Will encuentre a Max, entonces.

196
37
Traducido por Mich Fraser
Corregido por LarochzCR

Will
Cuarenta y siete llamadas a Camden sin contestar. Kate me mostró la nota y
el teléfono de Camden fue directamente al buzón cuando llamé desde su móvil.
Ham y Eli juraron que no la habían visto y trataron de llamarla también. Todo en lo
que puedo pensar es que ella fue a Johnnys y me vio sentado con el jodido hijo de
satanás.
Dios, bebé… si solo lo hubiera sabido.
Miré hacia abajo, a los vendajes en mis nudillos y mis dedos se sintieron en
carne viva al estirarlos. El dolor físico se sentía bien, el dolor emocional era como
una tortura. En el dormitorio, la camiseta con la que ella durmió yacía en el banco,
al pie de la cama. La gorra colgada en la pata de la cama. Había rastros de ella por
todas partes y sin embargo, desapareció. Me hizo pensar si Max hizo algo… pero le
dejó a Kate la nota.
197
El timbre sonó y salí corriendo hacia la puerta. Dos de los mejores policías de
Lawrence estaban allí. Algo le pasó a Camden y de repente quería morir. Apoyé las
manos en las rodillas.
—¿Eres William Denton?
—Sí, ¿qué ha pasado? —Me preparé, pero sabía que nunca sobreviviría si ella
no lo estaba. La saliva se agrupó en mi boca.
—Necesitamos que des la vuelta. Estás bajo arresto por agredir a Maxwell
Woodard. Coloca las manos detrás de tu espalda.
Hice lo que me dijeron. Suerte que no fue homicidio.
—¿Agredir? Saqué la mierda de él con mis puños. Esas fueron las únicas
armas que usé.
—Tiene derecho a permanecer en silencio.
—Él tiene suerte que jodidamente no lo maté.
—Todo lo que diga puede o será utilizado en su contra.
—Tiene derecho a un abogado.
Las esposas estaban frías contra mi piel.
—Si no puede pagar un abogado, se le asignará uno para que lo represente.
Cuando se detuvieron frente a la puerta de mi casa cerrada, vi las sandalias
de Camden al lado de la puerta.

198
38
Traducido por Lvic15
Corregido por LarochzCR

Drew
—Abby… bebé por favor, deja de llorar —pedí.
El corazón de mi prometida estaba herido y me condenaría si no pudiera
ayudarla. Era como con Matty de nuevo. En menos de siete horas, habíamos
conocido a alguien que conocía a Matty y compartido sus últimos momentos,
averiguamos que era la persona que había violado la nueva incorporación a nuestra
familia y luego nos sentamos y vimos a nuestro hijo golpearle. Ahora, Abby estaba
herida por cada una de esas razones. Y no podía cambiar ninguna de ellas. Añade a
eso cuán enfadada estaba Abby por dejar que William le diera una paliza a Max.
Pero demonios, el punk se lo merecía y tenía el presentimiento dentro de mí que
eran demasiadas veces como para contar. William lo hizo por su chica. La pena era
que la chica estaba desaparecida por el momento y Will estaba perdiendo su maldita
cabeza.
199 —Arregla esto, Drew, por favor —me pidió.
—Bebé. ¿Qué quieres que haga? Max no es bienvenido aquí y si quieres
contactar con él, Will no lo puede saber nunca —le advertí.
La confusión pasó por su cara. —¿Max? No quiero tener nada que ver con el
de nuevo.
—Entonces qué… ¿dime qué hago?
—Encuentra a Camden. Drew… la necesitamos tanto como ella a nosotros.
William la necesita. No podemos dejar que la pierda de nuevo. Ella es su luz.
—Cariño. Hablaré con James y veré qué puede averiguar por mí. ¿Vale? Pero
ahora, no sabemos si nos ha dejado.
—¡Drew! La hemos llamado diez veces y va directo al buzón de voz.
Asentí. —Veré lo que puedo hacer, lo prometo.
Mis promesas con Abby nunca las tomaba a la ligera. Si lo prometía, lo decía
en serio. Si lo prometía, haría que pasara. De alguna forma… de alguna manera.
Sus cristalinos ojos azules con pequeños halos me miraron. A pesar de que
estaban hinchados de llorar, eran los únicos ojos que quería mirar. Se lamió sus
labios con su lengua y esa fue mi señal, bajé mis labios a los suyos y tomé total
posesión de su boca. Abby era mi chica… desde el día uno sabía que le gustaba que
tomara el control y dominara en lo que al sexo se refería y nunca la decepcionaba.
Al principio por supuesto, dejé que navegara por las cosas, pero una vez que
rompimos esa barrera, era mía. Cien por cien mía. Y fuera de la habitación, estaba
cien por cien bajo su encanto.
Necesitaba unas lentas y vagas vueltas en el heno ahora, un polvo de olvida-
lo-que-está-pasando. Mientras abría sus piernas, el teléfono sonó y ambos paramos.
Habíamos aprendido una vez antes a nunca ignorar una llamada telefónica. Le di
un rápido y prometedor beso sobre sus labios después cogí el teléfono.
—¿Hola?
—Papá.
—William. ¿Cómo estás?
—Papá, escucha. No se lo digas a mamá. Él llamó a la policía. Necesito que
vengas a recogerme.
Mis ojos pasaron por Abby. Joder. Más dolor.
—¿Dónde?
—La cárcel del condado de Douglas.
200
—Estoy de camino.
El chico sabía que ahora su madre era más una mamá osa de lo que nunca
fue. No iba a mentirle si preguntaba.
—Will me necesita muy rápido. Vuelvo enseguida.
Se levantó la preocupación grabada en las líneas de expresión de su cara. —
¿Qué pasa?
—Todo estará bien. Por favor solo déjame hacer esto, Abby.
—¡Drew! ¿Qué? ¿Es Camden?
Cogí mi teléfono de la cocina y lo metí en mi bolsillo trasero.
—No. No lo es. Lo prometo. Will simplemente necesita mi ayuda con algo.
Se giró y se paró en mi camino.
—Por favor dímelo. —Sus ojos me lo estaban pidiendo junto con su voz.
No podía hacerlo. Will se enfadaría pero tenía que vivir con mi chica.
—Le han arrestado. Max llamó a la policía y está presentando cargos.
Jadeó pero entonces algo en sus ojos… de repente eran duros zafiros y su
mandíbula se apretó.

201
39
Traducido por Jessibel
Corregido por Tamij18

Camden
Seis de los días más largos, tortuosos y agonizantes de mi vida habían pasado
desde que había dejado a Lawrence. Papá y Tracy se habían ido y se suponía que
estarían en casa mañana. Joah me hizo compañía y él, Marni y yo volveríamos a
cenar juntos por las noches. Supongo que debería decir que ella cocinaba y trataba
de convencerme de comer. Joah pateó mi culo en el ajedrez y pateé a ambos en
espadas. Lloré, me dejaron. Hablé, me escucharon. Y, a veces, me senté y miré
fijamente hacia fuera a través de nuestra tierra, mientras que Marni en silencio,
rascaba mi espalda como solía hacer mi madre.
Me lo prometí el séptimo día. Encendería mi teléfono. No lo había encendido,
tan siquiera para mirar las llamadas telefónicas o textos. Sabía que volvería
directamente a los brazos de Will y no podía hacer eso sabiendo que ellos
202
necesitaban a Max también. Mañana. Es ahí cuando revisaría mi teléfono. Ese
también fue el día en el que tomaría una decisión sobre lo que iba a hacer.
Había tomado todos mis finales y dispuesto de tutores de confianza para
Ham y Eli. La mayoría de los estudiantes estaban de vacaciones de Navidad ahora
de todos modos... Yo normalmente no lo hacía. Acción de Gracias fue el mejor día
festivo que había tenido... desde siempre y así lo esperaba para Navidad. Ahora,
sólo esperaba sobrevivir.
La mayoría de la gente hace la cuenta atrás para la Navidad... Yo estaba
contando los días sin Will. El día del impacto. Día 7 - día del teléfono. El sueño se
me escapaba durante la noche, pero por la mañana me había quedado dormida.
Finalmente, alrededor de las 11:30, estaba fuera de la cama y hurgando en mis cosas
para encontrar mi teléfono. Debe haber estado en mi bolso. En la cocina.
Aún en la camisa de Will que había usado toda la semana sin lavarla, abrí mi
puerta con la primera sensación de esperanza que había tenido en una semana. La
idea de oír su voz. Al doblar la esquina, me encontré de golpe con algo que me tiró
de nuevo en mi trasero. Allí, en la casa de mi padre, estaba Max. Pero no sólo Max.
Un realmente agotado Max. Su cara era verde, azul y púrpura. Tenía un ojo todavía
hinchado, y lo que pude ver de él era rojo, rojo sangre. La parte inferior izquierda
de su mandíbula sobresalía y su otro ojo parecía vacante... vacío.
—Max, —susurré.
—Cariño.
Esa palabra hizo que el cabello de mi cuello se erizara en completa atención.
—¿Qué haces aquí? —casualmente le pregunté ocultando mi miedo.
—Cam. Yo vivo aquí. Pero dime chica dulce, ¿qué te trae al sur? Siempre te
gustó ir al sur. ¿No es cierto? Y amabas cuando iba al sur contigo. Parece que otros
tienen una idea diferente de lo que teníamos. Dijiste que me amabas. Lo recuerdo
claramente. Sin embargo, otros sienten como si te obligase. ¿Te obligué?
Mi corazón se aceleró y tiré de la camiseta de Will más abajo por mis muslos,
estirándola un poco. Negué con la cabeza.
—No —chillé, sonando débil—. ¿Qué te ha pasado?
Él se rio entre dientes. —¿En serio? No actúes como si no lo supieras. —
Deslizó su cinturón del primer bucle, luego, lo desabrochó.
Retrocedí para tragar el terror que crecía dentro de mí. Joah estaba
observando. Supe qué sería. Siempre miraba. ¡Él dijo eso!

203 —Tu novio pensó que sería divertido llevarme a su casa para que él y su viejo
me pudieran atacar.
¿¿Qué?? ¿Will lo atacó?
—Sin embargo, ahora él está sentado en una celda. Probablemente tomándolo
por el culo —se rio.
Las náuseas me invadieron. Dios, ¿qué había hecho al no verificar mi teléfono?
—Ya sabes, niña. Tal como te gusta.
Sus palabras me hicieron tensar con recuerdos de disgusto.
—No me gustaba eso Max. Era joven, estúpida y débil.
Un lado de su boca se contrajo en una mueca.
—Esta vez te va a gustar más. Lo prometo —dijo, desabrochando su camisa.
Sus manos eran de color verdoso en los nudillos, lo cual me asustó, que él
hubiera dado algunos golpes a Will también.
—Camden. Quítate su camiseta y ponte esta. —Él extendió su camisa.
Sacudí la cabeza.
—Ponte esto ahora. Te quiero en mi camisa.
—Nunca —le dije con determinación.
Ahí fue cuando su mano salió de su costado y me golpeó con el revés,
haciendo que diera vueltas y cayera al suelo. Antes de que pudiera recuperarme, se
encorvó por detrás de mí como un perro. Su cuerpo estaba en plena atención
mientras se apoyaba contra mi ropa interior. Sus dientes se clavaron en el cuello de
mi camisa y la rasgó, arrancando la camisa por completo.
—Detente Max. ¡Estoy diciendo que pares! ¡No quiero esto!
—Sí lo quieres —dijo en la parte posterior de mi cabeza, su penetrante aliento
atravesando mi cabello. Tanteó a grandes rasgos en la ropa interior y con el otro
brazo aguantó mis dos brazos en su lugar. Era mucho más fuerte que yo.
—Max. ¡Por favor! —Grité.
Pellizcó mi pezón con la mano que sostenía mis brazos en su lugar. Un sabor
salado, casi oxidado, inundó mi boca, entonces me di cuenta de que era sangre que
escurría lentamente desde donde me había golpeado.
—¡Me haces daño!
Después de tirar de mi ropa interior, se liberó y comenzó a frotarse contra mí.
204 —Estás seca Camden. Relájate. Deja que te tome de nuevo. Solías estar tan
lista para mí.
Tiré mi cabeza hacia atrás tratando de darle un cabezazo. Sólo obtuve aire.
—¡Eso es porque no te quiero! —Grité—. No quiero esto. ¡Joah!
Le oí escupir y no sabía dónde aterrizó hasta que empezó a frotar la saliva en
mi abertura.
—Ahí está —dijo mordiendo mi hombro, luego moviéndose hacia mi cuello.
Creo que sus dientes rompieron la piel.
—¡Max! ¡Detente! Will te matará la próxima vez —grité. Will era en todo lo
que podía concentrarme. Él era todo en lo que podía pensar. Él me protegería. Se
encargaría de él.
—Will no lo tendrá que hacerlo porque yo lo haré —gritó alguien detrás de
mí.
Max soltó su agarre lo suficiente como para darme vuelta y caí de espaldas.
Max estaba debajo de Joah, pero Joah no era un rival real para él. Arrastrándome tan
rápido como pude hacia ellos para ayudar a Joah, de repente fui levantándome fuera
del camino, y lo cubrí. Drew Denton se cernió sobre mí con un gruñido que asustaría
a cualquiera con un pulso.
Dentro de unos pocos segundos, Drew me dejó y arrancó a Max de las manos
de Joah.
—¿Qué diablos te tomará entender que nunca será tuya? —Gruñó—. Tu no
debes de abusar de ninguna mujer... pero nunca, nunca, de ésta. Es evidente que no
eres lo suficientemente inteligente para aprender.
Joah estaba terminando con alguien en el teléfono.
—¡Que te jodan! —Max gritó tratando de tirar de sus pantalones.
—Llama a la policía —Drew ordenó a Joah.
Los ojos inseguros de Joah se dirigieron a los míos. No sentí nada. Nada. No
me importaba si llamaban a la policía. No me importaba si me dejaban allí tirada.
No me importaba si Max estaba allí o no. Estaba vacía. Al igual que un cheque sin
valor. Insignificante. Pero, sin embargo, ahí estaba el padre de Will luchando por mí.
¿Por qué estaba aquí?
Marni irrumpió en la habitación y jadeó cuando me vio.
—Oh mi cielo —dijo envolviéndome en sus brazos. Podía olerla, así que sabía
205 que uno o dos sentidos estaban funcionando—. ¿Estás bien querida?
La palabra querida disparó la daga profundamente en mi corazón. Yo no era
su querida. Era la querida de Will.
—¡Llama a la policía! —Gritó Drew, despertándome de mi estupor y
obligándome a mirar en su dirección.
—¡No llamarás a la policía! ¡Deja ir a mi hijo ahora!
Tracy y mi padre estaba en la puerta. Sus fosas nasales se abrieron tan
ampliamente que temía que se habían dividido. Los ojos de mi papá estaban en
estado de shock. Aquí vamos...
—¿Este es su hijo? —Preguntó Drew, apuntando a Max, ahora con la mitad
inferior flácida, todavía al descubierto.
—¿Quién es usted? —Preguntó mi padre.
Tracy me vio en los brazos de Marni.
—¿Qué has hecho ahora? —Tracy literalmente me frunció el ceño.
—¡Oye! —La voz de Drew resonó por toda la habitación y me encogí. Lanzó
a Max, que rápidamente tiró sus pantalones hacia arriba. Drew no le prestó atención
mientras se acercaba a Tracy, que hacía clic en sus largas uñas falsas—. No le
vuelvas a hablar a Camden así de nuevo. Cuando Joah y yo entramos aquí, su mal
ejemplo de hijo la había inmovilizado en el suelo, desnuda y estaba tratando de
violarla.
Mi corazón se sentía como un globo lleno de helio a punto de estallar. Nadie
nunca había enfrentado a Tracy de esa manera.
—No sé quién eres, pero te quiero fuera de esta casa. Y no tienes idea de lo
que estás hablando. Dave, acompáñalo a la salida.
Joah miró a Tracy, luego se acercó a mí y a Marni sacudiendo la cabeza.
—Perfecto Joah. Lleva a Marni a casa, así no tendrá que ver esto, pero llévate
a esta pequeña perra mentirosa cuando te vayas.
Drew rio sarcásticamente. —Sabe, nunca he golpeado a una mujer antes, pero
no estoy tan seguro de que seas una mujer, así que estoy pensando que eso hace un
juego limpio.
Mi padre comenzó a hacer su camino hacia Drew en un lento movimiento,
paso a paso, y mi corazón se aceleró. No importa lo mucho que mi padre me hubiera
lastimado con sus reacciones o falta de ellas… Lo amaba.
—¿Supongo que eres el hombre que debería haber cuidado de ella todos estos
206 años? ¿Qué pensaría su madre ahora? —Preguntó Drew.
Los ojos de mi padre se posaron en los míos y la tristeza se instaló en ellos.
Sosteniendo la manta a mí alrededor, me liberé de las manos de Marni mientras
lentas lágrimas bajaban por mi cara.
Papá tocó mi hombro desnudo.
—Dave. Sabes lo que ella hizo la última vez —Tracy escupió detrás de mí.
—Llama a la policía —dijo mi padre en voz baja, sin apartar los ojos de los
míos—. Lo siento —su voz se quebró.
Las lágrimas se juntaron en mis ojos al instante.
—¡Dave! ¡Para! —Gritó Tracy.
Joah estaba hablando por teléfono dándoles nuestra dirección.
Por primera vez Tracy le echó un buen vistazo a Max y a su lastimada cara.
—¿Qué te ha pasado?
—Su novio lo hizo. Fue arrestado por ello. —Max le dio a su madre la mirada
más desesperada y derrotada.
—¡Sí! Ahora ese sería MI chico. —Sonrió Drew—. Drew Denton, —le dijo a mi
padre, extendiendo su mano. Mi padre tomó la mano—. Él estaría aquí por sí mismo,
excepto que no puede dejar el condado de Douglas, Kansas, ya que venció a la
mierda de este tonto. Pero está loco por tu hija. Es por eso que estoy aquí. Tocó
husmear un poco, pero finalmente la localizó. Mi esposa está loca por ella también.
Y si no llego a casa con ella, bien podría no haber vuelto a casa. Así que, encontramos
que ella es algo así por lo que vale la pena luchar.
Mi padre asintió. —Bueno, usted y su hijo han hecho lo que debería haber
hecho hace mucho tiempo.
Los ojos de papá se centraron en mí de nuevo, y Drew dio un paso atrás.
—Está bien papá.
Negó con la cabeza. —No calabaza, no lo está. Pero voy a tratar de hacerlo
bien con el tiempo.
Calabaza... no había oído eso en años y los cálidos recuerdos llenaron mi
interior.
La policía llegó y creo que Max fue detenido, pero Tracy estaba en los oídos
de los oficiales mientras lo sacaban de la casa. Tracy tenía algunas palabras escogidas
para mi padre, pero afortunadamente papá hizo oídos sordos. Finalmente.
207 Joah me explicó con profunda tristeza que él habría estado allí antes, pero
había bajado a la puerta para dejar entrar a un individuo que “no se iría sin verte”.
(El Sr. Denton). Y Drew no quería que le dijera a Will que volvería a casa con él, así
que todo lo que podía hacer era escuchar los mensajes de voz desesperados... varias
veces... en el jet privado que el Sr. Hoch envió para Drew.
El Sr. Denton me dio mi espacio en el corto vuelo a casa y mi corazón se llenó
de… felicidad y alegría, pensando en él abrazando a mi padre y diciéndole que
estaba orgulloso de él. Luego ofreció el uso del avión privado para venir a Kansas
de visita. Joah tenía razón... todo sucede por una razón.
40
Traducido por Jessibel
Corregido por Nuwa Loss

Will
El dolor aplastante estaba allí de nuevo cuando desperté. Durante siete días
había orado para que el sueño no tomara distancia, que al despertar, de alguna
manera disminuiría, pero no fue así. Era como si alguien me sujetara bajo el agua y
no pudiera salir. Peor que cuando estás tratando de caminar y las piernas no
funcionan; o como si estuvieras atascado en la arena movediza, hundiéndote y no
hay nada que pueda hacer sino ir hacia abajo. Hace trescientos ochenta y un días fue
uno de los peores días de mi vida, y en ese momento no pensé que mi corazón alguna
vez estuviese herido así de nuevo. Esto... perder a Cam... era peor. Peor que
cualquier dolor que pudiese imaginar.
Cam estaba herida y desconfiada cuando la encontré. La seduje, tomándola
en mi corazón y hogar, y finalmente confió. Derrumbé sus paredes, ahuyenté sus
208 inseguridades y luego... la destruí.
Ella no atendería mis llamadas. Ella no enviaría mensajes de texto. Ella no me
vería. Diablos, ni siquiera estaba seguro de dónde estaba. Estar sin ella no era una
opción. No estaba seguro de si un corazón podría romperse físicamente, pero si
fuera médicamente posible... El mío se hizo añicos.
Sonó mi teléfono celular y eché un vistazo a la pantalla, era mi madre. Ella
quería respuestas tanto como yo. Con rabia, tiré el teléfono en el sofá, también
conocido como cama durante una semana. No podía soportar la idea de tan siquiera
mirar a mi cama de verdad. Nuestra cama. Sólo la vi cuando la observaba. Olía a
ella.
Había una cosa que mi padre me había enseñado bien... nunca te molestes por
la pérdida de una chica. Sólo tienes que ir y luchar por ella, decía. Él lo arraigó en
mí todos los días. Eso, y cuando una pelea es inevitable, golpea primero y golpea
duro siempre, siempre extrae sangre a la primera vez.
Hasta ahora, en mis 24 años de vida, había seguido esas reglas, excepto que
hasta ahora nunca había tenido que luchar por una chica que valiera la pena. El
problema con las peleas es que papá había sido detenido por agresión más veces de
las que podía contar. La mayor parte del tiempo retiraban los cargos; principalmente
porque mi madre le contrataba un enérgico abogado.
Mi padre era un hombre celoso y no podía soportar que ningún otro hombre
ni siquiera mirara a mi madre. Despreciaba sus diatribas celosas con una pasión
viciosa y decidí que cuando fuera joven nunca iba a tener celos de otro hombre. Y
no lo había hecho... no hasta que conocí a Cam.
Y ahora... ella se había ido.
Le había prometido a mi padre hace unos siete meses que no iba a beber... en
exceso… nunca más. Tras la muerte de Matty, me ahogué en un mundo de alcohol.
Bebí cuando me levanté y en su mayor parte, no me acuerdo de haber ido a la cama.
Me desperté muchas noches con mi padre al lado de mi cama, luego de haberme
recogido de la casa de una chica después de mi CBI18. Eso fue probablemente mi
punto más bajo. Después de eso, había retrocedido en la bebida y simplemente,
descansé. Follé con chicas, que no significaban nada y me importaba una mierda si
tenían un buen momento. Bajar significaba que el dolor había desaparecido
momentáneamente. Y cuando la angustia y el dolor empezaba a filtrarse de nuevo
en mis poros, encontraba a otra chica. Eso es lo que Kate era para mí, cuando la
encontré preguntando por los pasillos. Pero luego, a la mañana siguiente en su
apartamento, cuando ese lío de cabello rubio rojizo vino caminando por su sala de
209 estar... lo juro por Dios, era como si Matty resplandeciera una luz del cielo sobre esta
chica. El halo de sus ojos verdes. Sus pequeños labios carnosos. Las siete pecas en la
nariz. La redondez perfecta de sus pechos. La forma en que arqueó una ceja cuando
se enfadó. La forma en que sus ojos redondeados se agrupaban de lágrimas cuando
estaba triste e incluso a veces feliz. Y sobre todo, la forma en que abiertamente decía
algún comentario perversamente divertido, sabelotodo comenta que por lo general
conservan un punto de la verdad.
Ella se había ido... y pensaba lo peor de mí. ¿Cómo es posible sin embargo?
¿Jesús, no le había mostrado lo mucho que significaba para mí... lo mucho que la
amaba? ¿Pensaba que yo elegiría ese chupapollas sobre ella? Mamá dijo que le diera
tiempo. El tiempo era la tortura. El tiempo se estaba perdiendo. El tiempo se estaba

18Conducir bajo influencia: Se refiere a ser detenido o arrestado por conducir bajo la influencia de
alcohol o drogas.
sobrevalorado. El tiempo estaba jodiendo con mi mente. Así que... bebí. Una gran
cantidad.
Había bebido alrededor de una cuarta parte de la botella de Fireball, la puerta
de garaje se cerró. Me odiaba en ese momento, sabiendo lo decepcionada que mi
madre estaría. Me preparé para la mirada descorazonada que sabía sostenían sus
ojos... Miré hacia otro lado.
—¿Will?
La voz más dulce de la tierra resonó en la habitación diciendo mi nombre.
Mis ojos se cerraron. No estaba seguro de si era real, así que esperé. Entonces
sentí la mano de mi ángel descansando en mis rodillas. La cabeza me daba vueltas.
Sabía que estaba borracho y me dio vergüenza. Siempre había mantenido el control
a su alrededor.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, confundido.
Ella se arrodilló entre mis piernas. —¿Preferirías que no esté aquí?
—No. Te quiero aquí. Te estaba buscando. —Me di cuenta de que ella cogió
la botella caliente de Fireball.
—¿Pensaste que estaba aquí? ¿Es ahí donde estabas buscando? —dijo con una
leve sonrisa.
Después de tomar la bebida de las manos, besó mis aún magullados nudillos.
No quería que ella supiera lo que le había hecho a Max. Ella podría verlo como una
210
inseguridad. No había inseguridad involucrada en la paliza. Fue desquite al cien por
ciento. La idea de él tocando a Camden me volvió como un maldito murciélago loco.
Después de besar cada nudillo, ella levantó su mirada. El lado de la boca
estaba hinchada y enrojecida. ¿Qué carajos? Ajusté mi postura y arrastré el dorso de
la mano por la cara perfecta.
—¿Qué pasó? —Pregunté.
Sus ojos hundidos se cerraron herméticamente y ella negó con la cabeza. Su
sobriedad me heló y levanté la barbilla.
—Camden. ¿Qué le pasó a tu cara?
—Siento haberte dejado. Estaba confundida y asustada... y... no sé. Pero lo
siento —susurró ella.
Ninguna de sus palabras respondió a mi pregunta. Pero me preguntaba si
esto significaba que había vuelto para quedarse.
—¿Estás aquí para quedarte? —pregunté, sabiendo que su respuesta podría
arreglarme o romperme.
—¿Volverías conmigo?
La pregunta más tonta del mundo.
—¡Absoluta y jodidamente! —digo.
Ella liberó el aliento contenido y sonrió, luego se inclinó hacia delante hasta
que su cabeza descansaba sobre mi pecho. Con cautela mis brazos se posaron
alrededor de ella y sentí la protuberancia de sus huesos. Sólo habían pasado una
semana... ¿cómo podía haber perdido tanto peso?
—Oh, Will —exclamó—. Lo siento mucho.
—Shhhh. Estás aquí ahora, bebé. Eso es todo lo que importa. —Eso era cien
por ciento verdad también. Todo lo que importaba en mi vida yacía acurrucado
contra mí. Con el dedo, seguí por su cuello hasta que ella dio un respingo, me eché
hacia atrás y la miré.
—¿Qué pasa? —Pregunté, entonces vi su cara de nuevo, el área cerca de su
labio. Algún lugar entre mi mente difusa y su distracción, ella se encogió—. Camden,
¿qué pasó? —exigí.
Abrió más sus ojos y se cubrió la cara. Estaba sobrio para ese momento.
Después de una respiración profunda, levanté las manos a su cara y enjugué las
lágrimas frescas.
211
Cuando volvió la cabeza para secarse las lágrimas con la manga, fue cuando
lo vi... la marca de mordedura en el cuello. Alguien la había mordido. El único ser
aceptable podría haber sido Edward Cullen sólo porque estaba la posibilidad de que
fuese más de un hombre que yo, pero teniendo en cuenta que ella no tenía los ojos
rojos o no estaba tratando de matarme... otro nombre rebotó a la mente. De repente,
yo era como Mt. St. Helens19 en el 18 de mayo de 1980 en erupción. Tomó hasta la
última gota de restricción que tenía que mantener incluso una pequeña cantidad de
compostura. Sin hacerle daño, conseguí sus brazos en mis manos y la levanté hasta
que nuestros ojos se encontraron.
—¿Lo viste?
—Sí —gritó ella, tragando con dificultad.

19 Mount St. Helens: o Louwala-Clough es un volcán activo localizado en Skamania County,


Washington DC, en la región norte del pacifico de los Estados Unidos.
Con calma, me levanté, tirando de mi pelo; queriendo arrancarlo jodidamente
de la cabeza. Me tropecé, luego me enderecé mientras me movía para mirar por la
ventana. Él había llegado por ella de nuevo. ¿Esto causará que funcione? No podría...
no toleraría ser engañado. No podía creer que ella haría trampa. Ella dijo que me
amaba. Siempre la amaré.
—¿Qué te hizo hacerlo? —pregunté finalmente, mirando a los pequeños
copos de nieve que comenzaban a hacer su camino a la tierra.
—¿Hacer qué?
No estaba seguro de si las palabras saldrían. —Es... estar con él.
Sus pequeñas manos tocaron mi espalda. —No estaba con él, Will —suspiró—.
De alguna manera me siguió a Texas. Llegó a nuestra casa. Tracy y mi padre están
juntos de nuevo. O estaban. Lo que sea. Pero él. Él. Me atacó.
—¿Te atacó? —Gruñí.
Ella asintió—. ¿Cómo?
Bajó los ojos.

212
41
Traducido por Jessibel
Corregido por Nuwa Loss

Camden
Sentí que la sangre invadía mis mejillas mientras hablaba, pero fue cuando
Will se apartó de mi tacto que mi corazón dejó de latir en realidad. Nunca debí
haberme ido. Esto fue mi culpa... y ahora había una posibilidad que no regresara
conmigo.
Me arriesgué y lo miré. ¿La mueca que golpeó su cara fue de dolor? Parecía
como si alguien le estaba haciendo daño. Sus ojos no encontraron los míos y guíe su
rostro a donde yo podía verlos.
Su barbilla temblaba y me hundí en su pecho como un bebé mono. Se
estremeció al tacto, de nuevo. Las lágrimas persistían en mis ojos. Me pregunté si
Max le golpeó en el pecho.
213 —¿Qué pasó? —dijo con tal indiferencia.
—Fui a Texas. Por papá. Salió de la casa porque no quiso molestar a Tracy.
Su mandíbula estaba tensa y no estaba segura de qué lo molestaba tanto. Mis
palabras se derramaron rápidamente.
—Así que, era sólo Joah y yo. Joah es su asistente, de quien te había hablado.
Y esta mañana por la mañana, Max apareció. Él me encontró en el pasillo. Yo vestía
tu camiseta. Me dijo que ustedes dos habían tenido una pelea y que estuvo en la
cárcel —lloré—. Él quería que me quitara tu camisa y le dije que no. Así que él me
golpeó y luego me arrancó la camisa y mi ropa interior. Él me mordió. Luego trató...
—sollocé incapaz de recuperar el aliento.
Como si fuera un tanque de oxígeno, me dio un beso para transmitir su fuerza
en mí. Luego pareció haber colapsado, frenéticamente agarro mis rodillas en sus
brazos.
—Camden... Por favor... ayúdame —dijo, con la voz entrecortada.
Me bajó al suelo, de rodillas.
—¿Ayudarte a qué?
Nunca había visto tanta desesperación en sus ojos.
—Dime qué hacer. Yo... quiero... quiero matarlo. Quiero matarlo. Quiero
terminar su puta vida.
Con las dos manos, tomé su cara. —¡DETENTE! No, entonces estaríamos
separados de nuevo. Te llevarán lejos. No sucedió. ¡Will... por favor, no!
—No sé cómo existir sabiendo que está ahí fuera. Nunca voy a descansar.
Nunca te dejaré fuera de mi vista. Jamás.
No estoy segura de cómo me las arreglé para sonreír, pero tenía que cambiar
de tema.
—Eso es lo que dijo tu papá —dije en voz baja con una ligera sonrisa.
—¿Mi papá?
Exhalé, simplemente recordando cómo se sentía cuando sujetó a Max a la
pared.
—¿Qué hay de mi padre? —preguntó de nuevo.
—Detuvo a Max. Él estuvo allí, Will. Con Joah.
Se agarró la cabeza como si le diera vueltas y estaba tratando de detenerlo.
Volvió a alejarse de mí con la boca entreabierta, en sus ojos no había nada más que
confusión.
214
—¿De qué estás hablando? —Preguntó, sentado.
—No sé todo sobre ello, Will. Tu madre le pidió a tu papá que me encontrara.
Él lo hizo y no podía haber llegado en mejor momento. Eso fue lo esencial.
—Bien. Así que mi padre llegó a Texas para conseguirte porque mi madre se
lo pidió.
Me encogí de hombros, sonriendo. —Algo por el estilo.
—¿Es por eso que regresaste? ¿Debido a su... a ellos?
Le di un manotazo en el pecho y se estremeció de nuevo.
—¡Lo siento! —dije y decidí mirar a su pecho. Cuando levanté la camisa, me
encontré sin aire ni palabras cuando vi el pecho... conectando con la "a" en el tatuaje
de Matty, estaba el nombre de Camden en el mismo color de tinta. Matty fue
horizontal. Camden vertical. Un tipo de cruz.
Mis ojos brillaron hacia él.
—Contéstame —dijo en serio.
Mi corazón se llenó de emoción. Nadie me había mostrado tal gesto. —Will,
estoy aquí porque te amo y me sentía muy mal sin ti. Cada segundo. Estoy aquí
porque, por primera vez en mucho tiempo, me hacen sentir parte de algo que he
querido por todo el tiempo que podía recordar. —Mientras hablaba, sus
respiraciones se hicieron más profundas—. Estoy aquí porque te necesito. Necesito
que me ames y me protejas, Will.
Dentro de un corto segundo, me tiré contra la piel que decía mi nombre; sentir
su calor por debajo de mi mejilla era todo lo que necesitaba.
Él tomó la parte superior del brazo y me alejó, la distancia era casi
insoportable.
—Camden Landry Biggs. Eres mi siempre. Eres mi billete de ida... No quiero
volver a la vida que tenía antes. Diablos, nunca podría volver.
—¡Muy bien, maldición! Porque ahora te fuiste y entintaste mi nombre por
todo el cuerpo. Parece que voy a tener que quedarme ahora, simplemente porque
eso sí que sería incómodo para otras chicas.
La mitad de su boca se contrajo en una sonrisa. —Nunca habrá otra chica,
bebé. Al igual que nunca habrá otro Matty. Los dos son una vez en la vida. Y yo soy
el hombre más afortunado del mundo por haber tenido la oportunidad de amar a
los dos.

215 Su teléfono sonó pero lo ignoró mientras él me tomó en sus brazos en el


abrazo más sincero y amoroso.
—Te amo, Camden —susurró.
—Te amo, Will-i-am.
Sonó el teléfono por tercera vez. Con un gruñido se liberó de mí y lo recogió.
—Hola mamá —respondió—. Sí. Lo sé. Ella me dijo. —Se me quedó mirando
mientras hablaba—. ¿Arrestado? —Una de sus cejas se arqueó.
No estaba segura de cuan lista estaba para el sexo, pero lo necesitaba para
mostrarle lo mucho que lo amaba... y maldición, él se veía sexy como el infierno allí
de pie con una mano en sus pantalones vaqueros. Con torpeza, comencé a gatear
hacia él de rodillas. Su sonrisa se amplió.
—Lo está haciendo bien —dijo en el teléfono cuando desabroché sus
pantalones. Sólo tomó unos segundos para que se formara el bulto en los pantalones.
Los desabotoné para ponerlo en libertad.
—Mamá, ¿puedo volver a llamarte? —preguntó antes de que yo fuera capaz
de conseguir poner mi boca a su alrededor. Él se apartó de mí, pero lo capturé con
la mano y rápidamente me trasladé con él... tomándolo totalmente.
De rodillas, vi como su cabeza cayó hacia atrás.
—Mamá, por favor. Sí, vamos a venir más tarde si Cam... mmm... Camden
puede.
—Me reí, y se rio, entonces cogió mi ritmo.
—No, mamá. Por supuesto que puede. Sólo quería decir que estoy seguro que
está cansada —Se pasó los dedos por el pelo—. Sí, yo me encargo.
Su cuerpo se balanceaba mientras recuperaba el equilibrio, y agarré sus
muslos.
—Está bien. Te llamaré. Adiós.
El teléfono golpeó el sofá de cuero cuando un siseo escapó de sus labios.
—Oh mi travieso, ángel caliente… las compensaciones son el infierno —
susurró.

216
42
Traducido por Jessibel
Corregido por Nuwa Loss

Will
El alivio en la cara de mamá cuando Camden entró por la puerta me dejó sin
habla. No había manera posible que pudiera amarla como yo, pero sabía que la
quería de todos modos. Esto haría la vida fácil para mí, saber que mi esposa y mi
madre se llevarían bien algún día.
Camden y yo no podíamos mantener nuestras manos fuera de sí, y sabía que
si no tenía cuidado, la avergonzaría delante de mi madre.
—¿Dónde está papá?
—Se fue a dar una ducha rápida.
Mamá abrazó a Camden.
—Lo siento, dulce chica, por lo mal que la has pasado —susurró.
217 Camden sonrió y asintió con la cabeza. —Gracias. Lamento haberme ido. No
me iré de nuevo.
—Cam. Debes saber que nunca te dejaría ir. A menos que sea lo que realmente
quieras.
—Ahora lo sé. Pero lo necesitabas. Por Matty.
Mamá negó con la cabeza. —¡No! Matty vive aquí y aquí. —Mamá señaló a
su corazón, luego a la cabeza.
—Tú... mi chica... estás con nosotros. Has experimentado a estos hombres
Denton, y deja que te diga, no van a irse sin pelear.
Ambas sonrieron una a la otra, y esto me hizo sonreír.
Tomé la mano de Camden y besé la parte posterior de la misma.
—William. ¿Puedo hablar con ella a solas? —Preguntó mamá.
Pero... no podía hacerlo. Acababa de volver. Quizás mañana. La atraje más
cerca y sacudí la cabeza.
—¿En serio? —preguntó mi madre.
Asentí mientras Camden sacudió la cabeza y sonrió.
—Está bien —me dijo Cam al oído.
Ella no entendía. ¿Cómo era posible?
—Hoy no —dije en voz baja tras su espalda y la besé en la sien.
Mamá dejó escapar un suspiro de exasperación y giró los ojos. Esto no
importaba para mí. No quiero estar aquí de todos modos. Quería a Camden
escondida en mi cama.
—Por favor, entonces, tomen asiento. Los DOS —dijo con sarcasmo.
Lo hicimos.
—Quiero hacerle una pregunta a Camden. Y va a ser difícil.
Cambié de postura deslizando mi brazo alrededor de su cintura.
—No soy tan frágil —dijo Cam, dándome un codazo en el costado.
Mamá tomó sus manos.
—Camden, cuando piensas en tu madre, ¿qué piensas?
La frente de Cam se disparó. Es evidente que esto no era lo que estaba
esperando. Ella cerró los ojos.
—Bueno, veo su trenza vuelta un lío de cabello. Veo que hace panqueques
218 hechos en la cocina de la casa. Veo sus manos dando vueltas a las páginas de los
libros que me leería. No me gustaba que me bese cuando llegaba el autobús escolar,
así que la veía desde la ventana del autobús, frotando la mejilla donde solía besarme
y yo sabía lo que eso significaba. Puedo verla haciendo eso. Hay tantas cosas. Ella
era una buena madre como tal.
Cuando Camden abrió los ojos, se sorprendió al ver las lágrimas que corrían
por la cara de mamá.
—Eso es perfecto. Ya sabes. Si se tratara de mí que estuviera en el cielo en
lugar de Matty, me gustaría que alguien aquí con William y Matty, hiciera las cosas
que no podía hacer. Me gustaría que alguien peinase su cabello, o preparara sus
ropas, o sostenerlos cuando estén heridos. Me gustaría que alguien preparara
tostadas francesas a William, o a Matty, sus panqueques con crema batida o
soluciones de Kool-Aid con azúcar extra —lloró—. Ninguna madre quiere perderse
esas cosas. Pero cualquier madre cambiaría de lugar con su pequeño en medio
segundo. No puedo imaginar el dolor que tu madre sintió al dejarte. Es insoportable
para mi corazón. Pero conociéndote y saber qué tipo de mujer maravillosa te creó...
me hace sentir un poco mejor pensar que Matty ha encontrado a tu madre allí arriba,
y ella se está haciendo cargo de él en este momento —exclamó.
Camden echó los brazos alrededor del cuello de mamá y ambas lloraron.
—¡Eso espero! —gimió—. Ella correría en un segundo cerca de ti,
simplemente lo sé.
—Y Camden, espero correr un segundo cerca de ella —terminó mamá y la
abrazó de nuevo.
Me sequé las lágrimas que se habían acumulado cuando papá se acercó a
través la puerta en una toalla.
—No me di cuenta que teníamos... ¿por qué está llorando tu madre? —
preguntó con preocupación en su tono.
—Cosas de chicas —dije mientras mis dos chicas favoritas se separaron.
Cuando mi padre volvió a salir de la habitación, la boca de Camden cayó
abierta.
—¿Qué pasa? —pregunté, tirando de ella hacia mi lado.
—En primer lugar, tu padre tiene un tatuaje de Abby en el pecho. Eso es tan
dulce.
Riéndome, la besé en la frente, pero su pelo me hacía cosquillas en la nariz.
—Me alegra que pienses eso. ¿Cuál es lo segundo?
219 —Olvidé de decirte que tu padre me vio desnuda... —dijo ella mordiéndose
el labio.
Saqué ese lindo pequeño labio libre. —Parece que él y yo vamos a tener que
levantar las manos —dije con un guiño.
Epílogo
Traducido por Jessibel
Corregido por Nuwa Loss

Will
Muchas cosas habían sucedido en los dos años en que Camden me había
sacado de la oscuridad. Lo más importante es que su padre, Dave, se había
convertido en alguien habitual en nuestras vidas y de una manera positiva. Este
iluminó sus ojos de una manera que no sabía que era posible, pero también le
completó y sanó esas viejas heridas.
Max, bueno, sólo sirvió catorce meses por el intento de violación, pero salió
con una orden judicial, restringiéndolo fuera de quinientas yardas de ella. Prefiero
no estar en el mismo estado, pero lo estaré observando. Esta es la única cosa que más
me asustó; sabía que si Max Woodward se encontrara conmigo cara a cara otra vez,
lo mataría. No tenía ninguna duda. Esto me llevaría lejos de mi chica para siempre,
y no podía dejar que eso ocurra. Por lo tanto, papá tenía hombres vigilando a Max...
un simple monitoreo para saber si se iba de Texas.
220 Kate, hmmm. Kate es una historia divertida. Durante el tiempo que puedo
recordar, Kate fue tras chicos únicamente calientes. ¿Con quién terminó, te
preguntas? Con un contador algo torpe llamado Noah. Sí, mi mejor amigo. Noah,
como he dicho, era atontado hasta la mierda. Sin embargo, ese chico besaba el suelo
que pisaba y eso es exactamente lo que Kate necesitaba. Se trasladaron a Newport,
Oregón, donde vivía la familia de Noah y donde aseguró un gran trabajo de
contabilidad. Cam y Kate, usaban Skype y hacían todo tipo de esta mierda de
publicar en Instagram. Y sé que Cam la echa de menos, pero el bebé de Kate llegará
en siete meses y eso significa que estaré perdiendo a mi chica durante dos semanas
por un pequeñín. Esa sería la prueba de todas las pruebas para mí. Estar lejos de mi
nueva novia.
Hoy en día... era nuestro día de bodas, y cuando me siento y espero a que
saliera de la habitación, por fin saqué el regalo que mi madre me había dado para
ella. Estaba en la oscuridad también, así que esto sería interesante. Insistió en que se
lo diera a Cam en nuestra noche de bodas, y bien... esto fue todo. Había estado
luciendo una erección durante todo el día... especialmente cuando ese saxofón
empezó a jugar y su padre la acompañó hasta mí. Su monstruosamente-
impresionante, lio de jengibre-de-mierda-jode-mi-pelo que fluía alrededor de la cara
más bella y angelical que había visto nunca. No es que yo fuera un conocedor de
vestidos de novia, pero nunca había visto uno igual como el que ella llevaba... me
sentí como un mendigo inmerecido de casarse con la princesa en un cuento de hadas.
Yo, me habría casado con ella hace dos años... pero quería graduarse y que
me graduara con mi maestría. Para estar establecidos un poco. También se negó a
vivir conmigo durante ese tiempo, lo que realmente me molestó. Pero más que eso...
que prohibiera el sexo durante los últimos 2 meses. ¡¡¡DE TODOS LOS MODOS!!!
Esta era una mierda agonizante. ¡Yo estaba sufriendo de un caso atroz de bolas
azules! ¿¿Por qué preguntas?? Porque estoy tan jodidamente enamorado de esta
chica que yo, en mi sano juicio, le prometí que no me volvería loco en el intento
tampoco. Así que, en resumen, esto va a ser el peor ejemplo de la noche de bodas,
en la historia del sexo. En este punto, me preocupaba que no lo consiguiera.
La puerta de la cabina de nuestra habitación se abrió y mi paquete al instante
se paró atento. ¡Mierda! Estaba de pie con timidez en un corsé de encaje negro, un
maldito liguero y medias negras. Casi disparó una carga en los pantalones.
Ella se rio. —¿Qué es eso? —preguntó, refiriéndose a la caja en mi regazo.
Me puse a un lado. ¡Podríamos hacer esto más adelante!
—Un regalo de mi madre.
—¿Qué pasa? —preguntó ella como si estuviera allí de pie en un jersey de
221 cuello alto y pantalones vaqueros.
—¿A quién le importa? Quiero estar dentro de ti en este instante —dije,
levantándola en brazos.
Ella me aplastó como mi madre aplasta a mi padre.
—Vamos a abrir esto primero.
—Bebé... juro por Dios que va a caerse —bromeé.
Ella me dio esa maldita mirada que me da cuando quiere su espacio. Son esos
halos jodidamente hipnotizantes los que hacen que me pierda. Los interminables
chupadores. Mi erección de dos meses iba a tener que esperar otros diez minutos.
—¿Ella te dio esto... para esta noche?
—Sip. Rompe el envoltorio. Vamos, es hora del espectáculo.
Camden arrancó el papel como si se tratara de las alas del ángel. En este punto,
yo estaba apretando los dientes. Ella levantó la tapa de la caja, su boca se abrió y una
mirada de... no sé qué... cruzó su cara. Ella levantó un trozo de papel. Un sobre.
Luego otro.
—¿Qué? —preguntó ella.
—¿Qué es?
Ella sacudió la cabeza ante la pérdida de palabras. Así que tomé los sobres.
Uno de ellos tenía mi nombre y había sido mojado una vez. El otro sobre. ¡Mierda!
Era mío. ¿Cómo mi madre consiguió esto? Había escrito esto a Camden una noche
cuando estaba borracho, cuando ella se había ido... durante nuestra pausa o algo así.
—¿Qué es esto? —pregunté, señalando el sobre con mi nombre en él.
Ella abrió la boca; no salió nada. La cerró, tragó y luego habló. —Te la escribí
antes de irme. Hace dos años. Durante la situación con Max.
Mi mandíbula se apretó simplemente escuchar el nombre del cara de polla.
—¿Cómo mamá la consiguió? ¿Por qué no la he visto?
Ella se encogió de hombros. —Lo puse junto a la tumba de Matty antes de
salir de la ciudad. Me había olvidado de ella.
Abrí el sobre y saqué el papel, desdoblándolo. —Espera, ¿qué es esto? —
preguntó, cogiendo un trozo de papelería.
La letra de mi madre decoraba la página.

222 William y Camden-mis amores. Mi copa está rebosando verdaderamente con el amor
que han encontrado uno en el otro. Deben leer estos juntos en voz alta para que puedan ver,
que realmente, son compañeros del alma. No hay duda en mi corazón o en mi mente que
deben estar juntos y que su amor va a durar toda la vida

Con amor, amor, los ama, Mamá (2)

El dos entre paréntesis me hizo reír. Ella me dijo que podía llamarla madre
hace casi dos años, pero dijo que nunca podría llegar a la altura de mi madre, así que
ella fue la Mamá dos. Me encantó, también. Ella era mi mamá también y mi mamá
dos.
—Tú primero —dije, nervioso por lo que decía la mía.
Cam sacudió la cabeza y desdobló el papel, respiró profundamente y
comenzó:
Querido Matty,

Vaya, no esperaba eso. Un nudo se formó inmediatamente en mi garganta.

Siento mucho no tener la oportunidad de conocerte. Tienes una familia extraordinaria


con una cantidad infinita de amor para compartir. Perdí a mi madre cuando tenía 9 años y
sabía que odiaba dejarme, pero el dolor era mío después de que ella se había ido. Por muchas
razones, estuve sola hasta que conocí a tu hermano mayor. Me presentó un amor que nunca
había conocido. Matty... tu madre y tu padre me dieron la bienvenida a tu casa tanto como
tu hermano me ama. Sentí su amor en mi alma. A decir verdad, pensé que me casaría con tu
hermano… Yo sería la señora Drew Denton. Sin embargo, te estoy escribiendo... es tonto, lo
sé, pedirles que velen por él. Tengo que dejarlo... al menos por un tiempo. Tiene una
oportunidad de una conexión contigo que nunca podría interferir. Esto le hará daño, lo sé.
Amo a William... lo amo tanto que tengo que darle esta oportunidad. En el fondo espero que
venga a mí, pero si no... no hay nadie que preferiría conociera a mi madre que tú... Por favor,
Matty, encuéntrala, tengo la sensación que se necesitan entre sí. Voy a cuidar de tu madre si
tengo la oportunidad, si tú tomas el cuidado de la mía.

Con Amor, Camden

223 Las lágrimas mancharon mi cara y aunque su voz se quebró y se emocionó,


me dio vergüenza por mi reacción a sus palabras elocuentes y conmovedoras.
—Camden —lloré y la envolví en mis brazos—. Te amo tanto.
—Te amo demasiado, bebé —susurró—. Me había olvidado por completo
sobre esa carta, y tu madre la tuvo todo el tiempo. Lo siento.
Me eché hacia atrás y la miré, y ella se estremeció. Así que, tiré de la colcha
de la parte posterior del sofá y la envolví en ella. Señaló el papel en mi mano. Mi
erección, respetuosamente, tomó una siesta corta pero estaba listo de nuevo. Tiré el
sobre detrás de mí.
Camden dio la vuelta mirando a mí.
—De ninguna manera. ¡Léelo! O... te vas una noche más sin esto. —Ella me
mostró lo que tenía debajo de la manta.
Después de enganchar el papel en el suelo, solté un suspiro irritante, luego se
sentó en la esquina del sofá; se acurrucó junto a mí.
—En una nota romántica, que fue elaborado cuando escribí esto.
Ella se rio, lo que para mí era como un arpa o campanas de un ángel.

Camden Landry Biggs, te has ido. Te fuiste. No hubo adiós. No puedo respirar. No
puedo comer. Pensé que te convertirías en mi esposa. Pensé que estaríamos juntos para
siempre. Sé que me quieres. Sé que sí. Pero, ¿pensaste que lo volvería a escoger? ¿Es eso lo
que pensabas? Tengo a Matty en mi memoria siempre. Después que me contaste sobre tu
mamá, en mi cabeza, me la imaginé cuidando de Matty y eso era relajante para mí. Ese
pensamiento... junto contigo... ayudó a sanar esa herida en carne viva. No necesito a ningún
tipo que me diga algo acerca de él. Por no hablar de ese pedazo de mierda, traga bolas, pedorrio,
cabeza de polla.

Cam sacudió la cabeza y se cubrió los ojos.


—Sí, eso fue maduro —me reí—. ¿Puedo parar ahora?
Después de tocar su cabeza con mi hombro, continué.

Me encontraste en un momento oscuro y trajiste la luz eterna. La oscuridad ha caído


de nuevo. Te necesito de vuelta Camden. Por favor regresa. Has tocado mi alma y suena tan
patético decir que eres mi alma gemela. Pero tú eres la compañera de mi alma.

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—¡OH DIOS MÍO! Realmente cambié eso, ¿eh? Esta es la carta más patética
del mundo. ¿Cuánto bebí?
Camden rio. —Creo que es dulce.
Rodé los ojos y traté de terminar esta basura agonizante.
Camden. Te amo. Te amo. Te amo. Te daré una semana para que resuelvas esto...
entonces iré por ti. Eres mía, bebé. Dulzura. Ángel. Querida.
Will-i-am
En un instante, tiré el papel por encima de mi hombro, la llevé en mis brazos
y cerré la puerta del dormitorio detrás de nosotros. Mi sequía había terminado.
SOBRE LA AUTORA
Kristi Pelton
Hola. La serie Just One of the Guys, fue mi primera
experiencia como escritora. Me encanta escribir romance.
Lucho por escribir de sexo… pero generalmente me gusta el
producto final. Creo…
Trabajo a tiempo parcial como oficial de libertad
condicional para menores. Pero paso la mayoría de mi tiempo
con dos de los chicos más increíbles de todo el tiempo… ¡Mis
dos hijos! Soy fanática de los Kansas Jayhawk, Oregon Duck
y Chicago club. Soy deliciosamente adicta a la música… ¡De
todo tipo! Dr. Pepper es mi segunda adicción.
La vida se toma seriamente… yo siempre digo disfruta
cada momento, toma una copa y, ¡lee!

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