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actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324
Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito
La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas
Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.
Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra
Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.
Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21
Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:
Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27
Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011
Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.
Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego
«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53
Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).
El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster
(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21
La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.
El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios
"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38
Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.
«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.
Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43
El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29
Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei
Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).
La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el
seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito
La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».
Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39
El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,
palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8
Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra
Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.
Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21
Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.
Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o
Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:
Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.
Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y
paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011

Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.

Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27
Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.
actual Turquía y luego parte del Imperio persa).

La principal fuente de su vida nos llega a través de Diogenes Laercio. Nació en el


seno de una familia aristócrata, pero evitó su vida privilegiada convirtiéndose en
un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística
y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como de los
demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus
obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Estos fueron recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la
numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y


paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón4 (en contraste con Demócrito, "el
filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No
obstante, respecto a este último epíteto, Kirk y Raven han señalado que se basa en
juicios "totalmente triviales" 5 que provienen en primer lugar, de referencias
burlescas a la idea heracliteana de que todo fluye como el río, y en segundo lugar,
a un error de traducción a Teofrasto. Este último, se refirió a Heráclito
utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de
"melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes
Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó
algunas de sus obras debido a la melancolía67. Es así que hasta ahora no existen
antecedentes históricos confiables que respalden el carácter pesimista y tristón de
Heráclito.

Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas
interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras como un "monista material o un
filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un
pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador
convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el
principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-
intelectual".8

Heráclito creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos
("palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una
transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio (panta
rei) y por su firme compromiso con la unidad y armonía de los contrarios, a
diferencia del filósofo eléata Parménides, quien declaraba que "lo que es, no puede
no ser", negando así el cambio. Por esta razón, Parménides y Heráclito han sido
considerados como dos de los fundadores de la dialéctica y en parte de la
metafísica y moral.91011
Índice
1 Biografía
2 Obra
3 Doctrinas
3.1 El Logos
3.2 Los contrarios
3.3 El cambio
3.4 El fuego
3.5 Política y ética
3.6 Cosmología
4 Citas
4.1 Listado de citas
5 Influencia sobre otros autores
6 Eponimia
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía

Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito


La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador
Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres.

Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de un tal Heración o


Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del
cargo de Basileos c. 540 a.C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es
Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata que
Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no
sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de
nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía
todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios17, deseando a los
últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por
desterrar a su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los montes a
vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad
en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.21

La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por hidropesía. Los médicos que
consultó no pudieron prescribir una cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre
la muerte de Heráclito: en dos versiones, Heráclito se curó de la hidropesía y
murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un
establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara el húmedo nocivo,
mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia
el año 470 a.C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue
devorado por perros.2324

Obra

Detalle de la Escuela de Atenas que muestra a Heráclito.


Véase también: Sobre la naturaleza (Heráclito)
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias
del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando
el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en
Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado la naturaleza (περὶ
φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y
«Teología». No se sabe nada más de este libro.
Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por
primera vez en la edad contemporánea por Schleiermacher en su compilación
Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.25 Estos se catalogan actualmente
utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die
Fragmente der Vorsokratiker (1903).

El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster


(1873),26 poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como
B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y
que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más
abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los
fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos.
Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la
cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo
reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del
mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón
política» y «Razón teológica».

Doctrinas

Heráclito en el History of Philosophy de Thomas Stanley.


Heráclito conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática.
Heráclito Sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente
deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al
que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el
conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en
otros".27

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como
los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural
(como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para
Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una
metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego
refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta
permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

El Logos
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Λόγος (Logos) con el
significado de razón, palabra o discurso en griego.28 Aunque Heráclito "juega
deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón
convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial,
significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de
su época.29

Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da
signos)30 al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni
hablar».31 El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible,
mejor que la visible»32 pues la naturaleza le encanta esconderse,33 aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al
Logos34, incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree el uso de los sentidos
como indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y
que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente
e importante fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de
la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los
griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole:
'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos
llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno35 y hay posibilidad
en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.36 Teólogos durante los
siglos han identificado el Logos de Heráclito con Dios.37

Los contrarios

"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."38


Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica
e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque
para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los
opuestos, interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien
dialéctico. Heráclito recuerda a Laozi en su doctrina de la «unidad de los
opuestos».39

El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal,


palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y
reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas
opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.40 "La
discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia,
armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito
no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que
ningún opuesto puede darse sin el otro."41

El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los


asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido
y riqueza a la existencia.42 En una metáfora y uno de los primeros usos de una
fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos
con un arco o lira ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda.

Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2
en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas,
haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la
diferencia.43

El cambio
Véase también: Panta rei

Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Sala dei filosofi» de los Museos
Capitolinos de Roma.44
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su
filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα
ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es
el padre de todas las cosas»45, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en
el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un
ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco.
El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομεν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμεν τε καὶ οὐκ εἶμεν τε.
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces
en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la
doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha
cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del
río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse
en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el
movimiento del agua.

«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» 46

«El sol es nuevo todos los días».47


A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que
Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad
armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea
el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica
impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia
del cambio experimentado por los sentidos.4849 Sin embargo, Heráclito advirtió que
la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras.5051 El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía
omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.21

Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con
cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o
(con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es
presentado como una esfera estática e inmóvil. A pesar de sus diferencias,
Heráclito describe el Logos al igual que Parménides describe "lo que es", divino,
eterno e inmutable. Las similitudes tampoco deben tomarse como indicación de
influencia directa.852

El fuego

«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» 53


Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su
filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se
mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.54 Algunos
autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida
universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.

κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ
καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por
dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se
apaga con medida.

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