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El oficio sacerdotal en el primer y postrer Adán

Romer Alí
Robert Davis Smart, Dr.
Cristo y la Salvación
Seminario Reformado Latinoamericano
Medellín – Colombia, mayo de 2020
Introducción

Se ha dicho muy bien que dos hombres han sido los representantes de la raza
humana. El nombre del primer hombre es Adán cuyo significado es “Hombre” o
“Humanidad”, él sería el primer representante de la raza humana. De manera que, la
humanidad entera estaba en él en el huerto del Edén, por tanto, si él fallaba a los
requerimientos exigidos por Dios todos fracasaban con él, pero si él salía victorioso la
humanidad también lo haría. Lastimosamente por las evidencias bíblicas se sabe que el
primer hombre de la historia falló ante las demandas Divinas. Esta historia seria desastrosa
y melancólica si terminara así. No obstante; Dios en su esplendoroso plan proveyó un
segundo hombre para representar a su pueblo, Cristo, el segundo Adán. Este a diferencia
del primer hombre, fue un más grande y mejor representante. A lo largo de la Biblia, existe
un contraste marcado entre ambas personas, el primero fallo, el segundo tuvo éxito, el
primero acarreo consigo la muerte, pero el segundo trajo para su pueblo vida. El primer
Adán siendo culpable le dijo a Dios, que la culpa la tenía su esposa, más el segundo Adán
siendo inocente se echó a Sí mismo la culpa de su pueblo, para declarar a su pueblo
inocente. Así que, no hay ningún error al hablar de la doctrina representativa de la
humanidad, pues es una doctrina bíblica fundamental.

En este trabajo se presentará el contraste del primer y postrer Adán con relación al
ministerio sacerdotal. Para ello, primero se expondrá las bases bíblicas, conceptos y
funciones del sacerdocio. Segundo, se mostrará a través de pasajes bíblicos el ministerio
sacerdotal del primer Adán. Por último, en contraste con el primer Adán, se enseñará el
sacerdocio del Segundo Adán, el cual fue un sacerdocio perfecto y suficiente.
I. Ministerio sacerdotal

En la época de los patriarcas el oficio sacerdotal aún no había sido oficializado.


Empero; el rol sacerdotal era efectuado tácitamente por los jefes de familia, pues ellos
ofrecían sacrificios y realizaban oraciones intercesoras por sus familias. Sam Waldrom
afirma que: “Noé, Abraham, Isaac, Jacob y Job parecen haber actuado como sacerdotes
para sus familias al ofrecer sacrificios y holocaustos según la orden de Dios en el
principio”.1 El siguiente ejemplo bíblico basta para ilustrar lo dicho; en Job 1:5 se aprecia la
siguiente narración: “Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job
enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al
número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán
blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”. De modo
que, aunque el ministerio sacerdotal no ha sido formalizado en la época de los patriarcas, es
incuestionable el hecho de que ellos realizaban las funciones de un sacerdote.

El ministerio sacerdotal fue establecido en el Éxodo. En los capítulos 28 y 29 de este


libro se puede observar el nombramiento de Aarón y sus hijos como sacerdotes oficiales del
pueblo. Así mismo, la tribu de Leví fue escogida por Dios para ser los asistentes de Aarón y
sus hijos (Éxodo 32:26-29; Números 8:16). Los levitas como sacerdotes servían en el
tabernáculo (1 Crónicas 23:31-32). Luego de la oficialización del ministerio sacerdotal se
tenía un profundo respeto por aquel ministerio y también por los sacerdotes que ejercían tal
oficio. Por tanto, un padre o cualquier persona que no estaba consagrada formalmente como
sacerdote no podía ofrecer sacrificios agradables a Dios, ni por su vida, ni por la de su
familia, ni mucho menos por la de su pueblo. Tal labor, pertenecía exclusivamente a los
sacerdotes que fueron consagrados y establecidos por Dios.

Ahora bien, con respecto a las funciones de un sacerdote, Alfonso Lockward señala que
los sacerdotes eran: “personas encargadas de dirigir los servicios religiosos, por decisión
divina, eran miembros de la tribu de Leví a través de Aarón y sus descendientes”. 2 Sin
embargo, aunque la definición de Lockward con relación a los roles del sacerdote es
1
Sam Waldron, El hombre como sacerdote de su hogar (Santo Domingo, Ecuador: Editorial Legado Bautista
Confesional, 2020), 22
2
Alfonso Lockward, Nuevo diccionario de la Biblia (Miami: Unilit, 2003), 906
correcta, no es específica. Por tanto, se debe acudir al Nuevo Testamento para sacar
provecho de su enseñanza concreta de las labores sacerdotales, el autor de la Epístola a los
Hebreos da algunos indicios de las características que debían cumplir los sacerdotes:
primero, el sacerdote era el representante del pueblo ante Dios. Segundo, el sacerdote debía
presentar ofrendas y sacrificios por los pecados del pueblo. Por último, los sacerdotes
tenían que interceder por el pueblo (Hebreos 5:1-6; 7:28). De manera que, las funciones del
sacerdote consistían en ser representantes del pueblo ante Dios, santificar por medio de los
sacrificios e interceder por el pueblo. Cabe decir también, que existen más oficios
sacerdotales de las ya señaladas, empero, para este trabajo se hará uso de estas funciones
porque se cree que son las labores básicas y principales del sacerdocio.

En definitiva, el rol sacerdotal es evidente e innegable dentro de las Escrituras. Dios en


su plan perfecto estableció el ministerio sacerdotal con el fin de apuntar a Cristo en el
Nuevo Pacto. La función sacerdotal es visible en la vida de los patriarcas 3 de manera tácita.
Asimismo; a través del Éxodo se observa que Dios estableció el ministerio sacerdotal por
medio de Aarón y sus descendientes, los cuales eran asistidos por los de la tribu de Leví.
Ahora bien, a partir del patriarca Noé y del libro del Éxodo en adelante, es decir, en casi
todo el Antiguo Testamento, se observa el funcionamiento del ministerio sacerdotal. Sin
embargo, se dice “en casi” y no “en todo”, a raíz de que existe un hombre del cual no se ha
hecho mención alguna de su oficio sacerdotal hasta este punto. Tal asunto se expondrá en el
siguiente encabezado.

II. El oficio sacerdotal en el primer Adán

Con respecto al oficio sacerdotal del primer Adán, se debe decir que, a diferencia del
establecimiento formal del ministerio sacerdotal en Aarón, sus hijos y los Levitas (Éxodo
28 y 29; Números 3:12-13), en Adán no hay un registro formal de tal oficialización. No
obstante; existen algunos textos que señalan o dan indicios de su oficio sacerdotal. Sin
embargo, antes de exponer aquello, se presentará la idea de que la presencia de Dios estaba
tanto en Edén (Génesis 3:8) como en el tabernáculo (Levítico 26:11-12). Este concepto se
esclarecerá con la siguiente declaración: Es verídico decir que la presencia de querubines
señalaba la presencia de Dios, en el arca del pacto había dos querubines y en la mitad de los

3
Noé, Abraham, Isaac, Jacob y Job.
dos querubines reposaba la presencia de Dios. Así que, no es casualidad que en el huerto
del Edén los que protejan la puerta de entrada sean querubines. De modo que, en el
tabernáculo descendía la presencia de Dios, y en el jardín del Edén estaba la misma
presencia Divina. Aarón, sus hijos y los levitas eran los sacerdotes encargados del
tabernáculo, empero, Adán era el sacerdote del huerto del Edén, la cual era la casa de Dios.

Ahora bien, el texto que presenta el sacerdocio de Adán es Génesis 2:15: “Tomó, pues,
Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”.
Este texto indica que una de las funciones de Adán era ser sacerdote. La palabra “labrar” en
hebreo “abád”4 quiere decir servir, por tanto, la función de Adán en el huerto era la del
servicio, así como servían los levitas en el tabernáculo. Por otra parte, Adán tenía que
guardar la casa de Dios, eso indica que Adán tenía la función de cuidar, de santificar, de
proteger del mal la casa de Dios como sacerdote. De manera que, este versículo es clave
para comprender el oficio sacerdotal que tenía el primer hombre de la humanidad.

Es importante también señalar que Adán erro al blanco a la hora de cumplir


perfectamente este ministerio. A continuación, algunos ejemplos de esta afirmación.
Primero, después de la desobediencia de Adán y su esposa Dios va al encuentro de ellos
(Génesis 3:9). El primer ser humano de la historia no sale voluntariamente como
representante de su esposa ante Dios, sino que se esconde de Él. El buen sacerdote es
representante de su pueblo ante Dios, pero Adán, en vez de salir a representar a su esposa
prefirió esconderse. Segundo, Adán tenía que guardar a su esposa enseñándole que no coma
del árbol de la ciencia del bien y del mal, pues ese era un mandato Divino. Él tenía que
guardar y santificar a su esposa, sin embargo, falló en esa área pues descuidó y no guardó a
su esposa del mal, antes bien, él se prestó para seguir a su esposa en el acto inverecundo de
la inobediencia (Génesis 3:1-6). Por último, Adán no intercedió como buen sacerdote por
su esposa, sino que, la acuso de un acto insurrecto ante el mandato Divino, haciéndose así,
inocente y declarando culpable solamente a su esposa lavándose él las manos, cual Poncio
Pilato. Es así que, el primero Adán fallo a la hora de desarrollar su ministerio sacerdotal, él
pecó como sacerdote y eso tenía consecuencias graves. No obstante; Dios en su gracia ha

4
James Strong, Diccionario Strong de Palabras originales del Antiguo y Nuevo Testamento (Nashville, TN:
Editorial Caribe, 2002), 314
provisto un Sacerdote para su pueblo, el segundo Adán sería un contraste del primero. Pues
el postrer Adán cumpliría perfectamente su rol sacerdotal.

III. El oficio sacerdotal en el segundo Adán

El segundo Adán es Cristo. Así lo enseña 1 Corintios 15:45: “Así también: Fue hecho el
primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”. Más adelante, el
verso 47 aclara mejor esta idea: “El primer hombre es de la tierra; el segundo hombre, que
es el Señor, es del cielo”. El comentarista bíblico Simón Kistemaker con referencia a estos
textos afirma que: “Llama a Cristo el último Adán. De esta forma reflexiona en el paralelo
y contraste que existe entre Cristo y Adán. Al decir último, Pablo revela que Cristo es el
cumplimiento completo del primer Adán”.5 Por otro lado Moody señala que: “El término, el
postrer Adán, lo acuñó Pablo para indicar que no puede existir un tercer hombre
representativo, sin pecado y sin padre humano, como lo fueron tanto Cristo como Adán. Si
el postrer Adán de Dios hubiera fracasado, no habría habido otro”. 6 De manera que, Cristo
es el postrer o segundo Adán, y como dice Moody, si Cristo hubiese fallado no habría más
esperanza para la humanidad, no obstante, para el gozo de su pueblo el postrer Adán
desempeñó perfectamente su oficio sacerdotal.

Cristo es el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento en cuanto al


sacerdote redentor que iba a venir. En Zacarías 6:13c se lee lo siguiente: “Y habrá sacerdote
a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos”, esa misma idea se encuentra en Salmos
110:4, con referencia a este tema Louis Berkhof afirma que : “el sacerdocio en el Antiguo
Testamento, y particularmente el sumo sacerdote, claramente prefiguraban el sacerdocio del
Mesías”.7 Por otro lado, en el Nuevo Testamento existen muchos textos que señalan la obra
sacerdotal de Cristo, baste el siguiente ejemplo de Marcos 10:45: “Porque el Hijo del
hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos”. Otros ejemplos también se pueden encontrar en Juan 1:29; 1 Corintios 5:7; 1
Pedro 3:18 entre otros. Por si esto no fuera convincente para el lector en cuanto al hecho de

5
Simón J. Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento de la primera epístola a los Corintios (Grand Rapids,
Michigan: Libros desafió, 1998), 503
6
Everett F. Harrison, Comentario Bíblico Moody Nuevo Testamento 1 Corintios (Chicago, Illinois: Moody Bible
institute, 1971), 35
7
Louis Berkhof, Manual de la doctrina cristiana (Grand Rapids, Michigan: William B. Eermands Publishing
Company, 1933), 156
que Cristo era sacerdote, la Palabra de Dios es clara y concisa a la hora de decir que Cristo
es el sumo sacerdote (Hebreos 4:14). Así que, la Palabra de Dios en unidad señala el
ministerio sacerdotal de Cristo, el Antiguo Testamento daba la profecía, mientras que el
Nuevo Testamento indica su cumplimiento.

Los sacerdotes del Antiguo Testamento ofrecían sacrificios que eran ineficaces en sí
mismos. Sin embargo, Charles Hodge señala que Cristo es sacerdote: “al ofrecerse una sola
vez por nosotros a Sí mismo en sacrificio para dar satisfacción a la justicia divina, y
reconciliarnos a Dios, y al hacer continuamente intercesión por nosotros”. 8 El postrer Adán
a diferencia de los otros sacerdotes que ofrecían sacrificios por los pecados, se ofreció a Sí
mismo como la ofrenda perfecta, es decir; Cristo no ofreció por los pecados la sangre de
algunos animales, sino que se ofreció a Sí mismo en sacrificio. Tal sacrificio es eficaz,
completo y definitivo, de manera que, nunca más tendría que repetirse. Esto muestra que
Cristo es un mejor y más grande sacerdote, pues los sacerdotes veterotestamentarios tenían
que hacer constantemente varios sacrificios. Sin embargo; Cristo se ofreció una sola vez
por los pecados de su pueblo, de modo que, la ofrenda de Cristo fue agradable a Dios y
suficiente para perdonar los pecados de su pueblo y para reconciliar al hombre con Dios.
Por tanto, ya no se necesita varios sacrificios como en la época veterotestamentaria, porque
el sacrificio de Cristo es eficaz y todosuficiente. “Porque con una sola ofrenda hizo
perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14).

El argumento de Hodge concuerda con lo que se viene diciendo en este ensayo, el rol
del sacerdote también es el de interceder por el pueblo, Adán fallo en este oficio. Más el
sumo sacerdote Cristo lo cumplió perfectamente. Las Escrituras enseñan que Cristo está
constantemente intercediendo por su pueblo. Hebreos 7:25 señala que el Señor: “vive
siempre para interceder por ellos”. Wayne Grudem en su teología sistemática afirma que:
“Jesús vive continuamente en la presencia de Dios para hacer peticiones específicas a
9
nuestro favor”. ¡Que maravillosa verdad! el Señor intercede por su pueblo, esta idea
debería ser un bálsamo para todo creyente. Así como lo hace notar Berkhof expresando
que:

8
Charles Hodge, Teología sistemática (Barcelona, España: Editorial Clie, 2010), 608
9
Wayne Grudem, teología sistemática (Miami, Florida: Editorial Vida, 2007), 660
“Es un pensamiento consolador que Cristo este orando por nosotros aun cuando
seamos negligentes en nuestra vida de oración; y que Él ora para que seamos
protegidos en contra de los peligros de los que no tenemos todavía conocimiento, y
en contra de los enemigos que nos amenazan, aunque no lo sepamos. Esta orando
para que nuestra fe no sea agote, y para que salgamos victoriosos en el final”.10

Conclusión
Como corolario de este escrito, se tiene que el ministerio sacerdotal es evidente
tanto en la vida del primer Adán como en la vida del segundo Adán. Aunque el sacerdocio
no fue establecido formalmente en la vida del primer Adán, las Escrituras muestra que en el
huerto del Edén había un sacerdote encargado de servir, guardar, santificar y proteger la
casa de Dios. No obstante; Adán fallo en su rol sacerdotal. En contraste, el segundo Adán,
Cristo, cumplió perfectamente este ministerio. Se entregó a Sí mismo como la ofrenda
perfecta por los pecados de su pueblo, de manera que, ya no se tiene que hacer más
sacrificios, pues su sacrifico es completo y eficaz. Cristo representa a su pueblo ante el
Padre e intercede por ellos constantemente. Por otro lado, Cristo es el mediador que logro
la reconciliación entre los hombres y Dios. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). Así que, según lo estudiado
la humanidad tuvo dos representantes, hubo dos sacerdotes del pueblo sin padre humano. El
primero realizó defectuosamente esta labor, más el segundo cumplió perfectamente el
ministerio sacerdotal.

10
Louis Berkhof, teología sistemática (Gran Rapids, Michigan: Libros desafío, 2009), 479
Bibliografía
Berkhof, Louis. Manual de la doctrina cristiana. Grand Rapids, Michigan: William B.
Eermands Publishing Company, 1933.

Berkhof, Louis. teología sistemática. Gran Rapids, Michigan: Libros desafío, 2009.

Grudem, Wayne. teología sistemática. Miami, Florida: Editorial Vida, 2007.


Harrison, Everett F. Comentario Bíblico Moody Nuevo Testamento 1 Corintios.
Chicago, Illinois: Moody Bible institute, 1971.
Hodge, Charles. Teología sistemática. Barcelona, España: Editorial Clie, 2010.
Kistemaker, Simón J. Comentario al Nuevo Testamento de la primera epístola a los
Corintios. Grand Rapids, Michigan: Libros desafió, 1998.
Lockward, Alfonso. Nuevo diccionario de la Biblia. Miami: Unilit, 2003.

Strong, James. Diccionario Strong de Palabras originales del Antiguo y Nuevo


Testamento. Nashville, TN: Editorial Caribe, 2002.

Waldron, Sam. El hombre como sacerdote de su hogar. Santo Domingo, Ecuador:


Editorial Legado Bautista Confesional, 2020.

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