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PROGRAMA No.

1295

APOCALIPSIS

Capítulo 8:1

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido por el libro de Apocalipsis, y llegamos al
capítulo 8. En este capítulo 8, tenemos que se abre el séptimo sello. La apertura del séptimo
sello presenta a siete ángeles que tocan siete trompetas, cuatro de estas trompetas se presentan en
este capítulo. Podemos apreciar, que después de haber tenido este paréntesis del capítulo 7,
donde se nos presentaron estas dos multitudes, creemos que ahora se continúa con la apertura de
los sellos. Solo falta la apertura del séptimo sello, recuerde usted.

Este es el bosquejo de la norma que utiliza Juan para que no nos extraviemos. Él va a
continuar actuando en esta manera. Habrá una serie de sietes, y en realidad aquí se presentarán
cuatro que tienen que ver con el período de la Gran Tribulación. Él presenta primero seis de
cualquiera que sea la serie; luego tendrá un paréntesis que ayuda al entendimiento de esa serie en
particular. Y luego llega a la apertura del séptimo, ya sea un sello o sea el toque de una trompeta;
y eso en sí mismo introduce la próxima serie de sietes, lo que indica que están interrelacionados;
están unidos, pertenecen en realidad al mismo período.

Así es que, aquí tenemos la apertura del séptimo sello que introduce los siete ángeles con las
siete trompetas, y eso establece la norma para lo que sigue en el libro de Apocalipsis. Ahora,
antes de presentarse lo séptimo de cualquiera sea la serie, se presenta un tema secundario para
dar más luz a esa serie en particular. Y repetimos esto porque creemos que es importante de
notar de nuestra parte. No hay ninguna razón para quedarse atascados, y tampoco existe ninguna
razón para ser sensacional en este punto. Para comenzar, cuando llegamos al capítulo 4, él dijo:
de aquí en adelante todo está en el futuro; las cosas que serán después de estas cosas, dice Juan.
Y ahora nos encontramos en esa sección. Estamos viviendo en las cosas que son presentes, o

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sea, en la edad de la iglesia. Entonces, estas cosas que estamos tratando aquí en esta sección, no
nos conciernen en ese sentido. Hay muchas personas que dicen: “Ah, lo que me asusta a mí es el
libro de Apocalipsis”. Bueno, amigo oyente, si usted tiene temor a esta serie que se va a
presentar aquí, y debemos admitir que comenzando con los jinetes del Apocalipsis, estos son los
juicios terribles que se presentan sobre la tierra. Y francamente hablando, son tan tremendos que
lo hacen sobresaltarse a uno con sólo leer esto. Pero por lo menos sabemos dónde estamos. Esto
es algo que tendrá lugar después de la iglesia, y si usted es un hijo de Dios, usted ha sido sellado
por el Espíritu Santo, y será entregado a Él cuando la iglesia salga de este mundo, antes de la
Gran Tribulación. Esto es lo que se llama la bendita esperanza de la iglesia.

Ahora, estas siete trompetas nos llevarán a la intensidad completa de la Gran Tribulación.
Los siete sellos presentan los juicios que son el resultado natural de las actividades del hombre
pecaminoso separado de Dios. El sexto sello trae el juicio de la naturaleza, y las siete trompetas
revelan que Dios está juzgando directa y sobrenaturalmente a una raza rebelde.

Ahora, las primeras cuatro series de sietes pueden ser explicadas de esta manera, y queremos
mencionarlo, porque en las próximas cuatro, en realidad los siete sellos, las siete trompetas, pero
tendremos siete personalidades, y siete copas de la ira, todo esto tiene que ver con el mismo
período, pero desde un ángulo un poco diferente.

Ahora, en los siete sellos tenemos el juicio que es el resultado de la actividad deliberada e
intencionada del hombre. En este período abundará aquello que es en realidad pecado, aunque la
gente diga que no es pecado, cuando la gente se entrega a sus placeres sensuales. El juicio de
Dios vendrá sobre el hombre, sobre el hombre pecaminoso a causa de eso. Hemos visto ya al
jinete sobre ese caballo blanco que trae una paz falsa. Dirán: paz, paz, – y de pronto, vendrá
destrucción.

Luego tenemos el caballo bermejo de la guerra. Y, ¿quién es que hace la guerra? El hombre
hace la guerra. ¿De dónde viene, o cómo viene la guerra? Viene porque está en el corazón del
hombre. Hay muchas personas que opinan hoy que si se quitaran todas las armas de fuego de la
gente, y si no hubiera ninguna clase de armamento, ni bombas ni nada por el estilo, entonces

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vamos a tener paz. Amigo oyente, la guerra está en el corazón del hombre, y es necesario
cambiar el corazón del hombre antes de poder librarnos de la guerra.

Hablando francamente, debemos decir que tenemos más confianza en un verdadero creyente
que haya nacido de nuevo y que tenga un arma de fuego, que un hombre incrédulo que no la
tenga, porque si ese hombre no puede tener un arma de fuego, bueno, le puede dar muerte a uno a
golpes, lo puede estrangular, o puede hacer cualquier otra cosa. Y en el día de hoy podemos
apreciar que mucho de esto está teniendo lugar.

Ahora, en las siete trompetas que vamos a considerar a partir de este programa, tenemos el
juicio que es el resultado de una actividad directa de Dios. Y cuando lleguemos a las siete
personalidades, tendremos el juicio que es el resultado del rencor de Satanás contra Dios. En esa
ocasión, Satanás será presentado abiertamente.

Y luego en las siete copas de la ira tenemos el juicio final de la Gran Tribulación, lo cual es
una actividad directa de Dios, a causa de la rebelión del hombre y de Satanás. Y Dios los juzgará
a los dos.

Llegamos ahora a una sección donde se utiliza símbolos, pero debemos recordar que un
símbolo es un símbolo de algún hecho. Uno no lo puede disolver como vapor, porque es un
símbolo. Vamos a ver aquí que hay ciertas similitudes extrañas y bastante poderosas entre las
plagas que tuvieron lugar en Egipto en los días de Moisés y los juicios de las trompetas.
Pensamos que es muy lógico y razonable llegar a la conclusión de que si las plagas de la época de
Moisés, fueron cosas literales, entonces las plagas que vendrán en la Gran Tribulación serán
también literales. Y los símbolos utilizados son símbolos de la realidad de lo que viene. Es
decir, el lenguaje común no aclararía para nosotros lo terrible y trágico que es la Gran
Tribulación. O sea que, supera toda descripción y diríamos como que Dios ha agotado ya el
lenguaje y presenta entonces símbolos; y cuando decimos símbolos, no trate de hacerlos
desaparecer, amigo oyente. Conviene mantener en mente que este libro es una revelación de
Jesucristo. Ahora lo vemos en una nueva actividad como Juez; y estos juicios, donde se utilizan
símbolos, no son símbolos opacos o vagos que puedan hacerse desaparecer por medio de algún

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sistema aparente o engañoso de hermenéutica. Cuando se utiliza símbolos, y son utilizados en
este libro, siempre se da una clave. La Escritura dará una explicación. No es necesario utilizar
su propia imaginación. El Apocalipsis es el último libro en la Biblia, porque es precedido por el
conocimiento de 65 libros anteriores. Y el conocimiento de esos 65 libros es un requerimiento
básico para entender este lenguaje tan vívido.

Es un poco molesto notar hoy cuando recién se convierte una persona, inmediatamente
comienza una clase de estudio bíblico en el libro de Apocalipsis, y comienza a enseñar
Apocalipsis. Sería mucho mejor que comenzara con el principio, con Génesis. Allí es donde se
debe comenzar. O podría tomar cualquier otro libro, pero no tome el libro de Apocalipsis para
comenzar a enseñar. Debemos recordar, amigo oyente, que nosotros ya hemos pasado casi 5
años recorriendo a través de la Biblia. Creemos que esto nos da el derecho de enseñar ahora el
libro de Apocalipsis. No lo haríamos de ninguna otra manera; y fue el Apóstol Pedro – usted
recuerda – quien dijo: Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada. (2 Ped. 1:20). Usted no interpreta Apocalipsis por sí mismo. Hay otros
65 libros que le anteceden. Y estos símbolos que se presentan aquí son cosas que no se van a
disolver como vapor en el aire. Es imposible borrarlos, no se les puede quitar. Esos símbolos se
presentan por una realidad terrible, y debemos reconocer eso.

Ahora, aquí tenemos la apertura del séptimo sello, y eso presenta a las siete trompetas. Así es
como ha sido preparado todo este libro, y si se sigue la estructura del libro como ha sido
preparada, entonces impedirá que uno se aparte hacia el fanatismo y el sensacionalismo. Y por
cierto que como creyente, uno debería evitar el decir que el libro de Apocalipsis es algo terrible,
que nos atemoriza. No debería atemorizarle, sino que debería serle de consuelo. Le doy gracias
a Dios que este mundo que anda tan loco en el presente, que en realidad pareciera estar lleno de
personas enajenadas, tal es la manera en que la humanidad ha estropeado las cosas y se ha
hundido en una situación tan difícil, le doy gracias a Dios que Él lo va a juzgar, amigo oyente, y
lo juzgará correctamente cuando Él actúe. Y Él va a actuar. Estoy agradecido por eso. Es algo
que me da mucho consuelo, el reconocer eso. Y me hace sentir muy lleno en el presente.

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Ahora, a veces se nos dice que digamos esto o aquello por radio en cuanto a algún culto o
secta que se presenta. No es nuestra tarea la de llegar y hacer eso aquí y denunciar alguna otra
cosa. Nuestra tarea es sencillamente la de esparcir, la de predicar la Palabra de Dios, y eso es lo
que vamos a hacer. Él arreglará las cosas algún día. No queremos nosotros tener esta tarea por
nada del mundo. Y nos agrada saber que esa es la tarea de Él. Él arreglará a este mundo, y Él va
a actuar en juicio. Quizá a usted no le guste esto, el hecho de que Él va a juzgar. El General
Jesús; y ya hemos visto que la ira del Cordero era algo aterrador para aquellos en la tierra. Y
cuando uno habla en cuanto al General Jesús, es necesario familiarizarse con Él. Él murió por
usted, Él le ama, Él quiere salvarle, amigo oyente, pero si usted no quiere tenerle, entonces en su
futuro hay un juicio aterrador.

Ahora, alguien quizá nos diga que estamos tratando de asustar a la gente. Bueno, amigo
oyente, nos gustaría asustarle para que usted llegue al cielo, si pudiéramos hacerlo; pero sabemos
que la gente de hoy es demasiado sofisticada para eso, y hay demasiados cínicos. Pero, amigo
oyente, el juicio se aproxima a esta tierra. Y nosotros decimos: ¡Aleluya! Me agrada saber que
Él viene porque me agrada que Dios no permitirá que esto continúe como hasta el presente. Ya
ha pasado demasiado tiempo. Bien, por lo menos queremos poner ahora nuestro pie en el umbral
de este capítulo 8. Y el primer versículo de este capítulo dice:

1
Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. (Ap.
8:1)

El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon McGee contaba que hace muchos años él
hablaba en reuniones de jóvenes, y se encontraba en un campamento en una ocasión con unos
300 o 400 jóvenes, y cierto día vio venir hacia él un grupo de niñas, y en el medio de ellas había
un muchacho, y parecía que ellas lo iban a destrozar. Estaban haciendo mucho ruido, por cierto.
Él no sabía de qué se trataba hasta cuando llegaron junto a él, y querían que él se enterara de lo
que decía este joven. Y este joven dijo: “Dr. McGee, ¿sabía usted que no habrá ninguna mujer
en el cielo?” Y el Dr. McGee le contestó que no sabía eso. Y le preguntó si tenía alguna
Escritura que le sirviera de base para decir eso. Y le dijo que sí, que tenía un pasaje de las
Escrituras y dijo que iba a haber silencio en el cielo por media hora, y que si hubiera mujeres allí,
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pues, no podrían guardar silencio por tanto tiempo. Bueno, creemos que este joven sufría de un
prejuicio. Y todas esas jóvenes que le rodeaban estaban tratando de corregirle en esa
interpretación en particular. Y estamos de acuerdo con lo que ellas decían, porque ese no es el
significado, por supuesto, que se presenta aquí. Esto no quiere indicar que no va a haber ninguna
mujer en el cielo.

Bien, comenzamos este pasaje quizá de una manera ligera, liviana y quizá nos equivocamos
en hacer eso, porque aquí tenemos un pasaje que tiene mucha solemnidad, y es muy serio por
cierto. El Señor Jesucristo aún está en control de las cosas. Él abre el séptimo sello y se
introduce una fanfarria de 7 trompetas. Él dirige la acción desde el cielo. Él está a cargo de
todo. Y Él está dirigiendo lo que está ocurriendo. Y tenemos que mantener esto en mente a
través de todo este punto. No pierda de vista, amigo oyente, el hecho de que el Apocalipsis le
presenta al Señor Jesucristo en Su gloria, como el Juez de toda la tierra.

Amigo oyente, usted puede engañarse si Cristo es solamente presentado como el Jesús manso
y humilde, que solamente hacía cosas buenas, y así hizo. Pero, amigo oyente, debemos notar que
aquel que es el Cordero, se presentará, como hemos leído, un día con la ira del Cordero. Juan
había dicho de Él: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. (Jn. 1:29). El
mundo en realidad no está perdido, sino los pecadores. Ellos están perdidos porque han
rechazado a Jesucristo, porque Él ha muerto por ellos. No importa lo que usted haga, amigo
oyente, usted puede ir a una eternidad de perdición si no ha aceptado a Cristo, pero Él ha muerto
ya por usted, y si usted no se aprovecha de esa obra, usted hace que esa obra que Él realizó en la
cruz sea una cosa ridícula y sin ningún sentido. Usted ha pisoteado la sangre de Cristo, cuando
toma esa clase de actitud o posición hacia Él.

Así es que, aquí tenemos una escena muy solemne. Él ordena que se detenga todo en el cielo,
en el infierno y en la tierra. Nada puede moverse sin Su autorización. Él ya ha ordenado que
cesaran las fuerzas naturales en la tierra cuando ordenó que se sellara y salvara a esas dos
multitudes que mencionamos antes. Y ahora por un breve momento, hay una calma en la
actividad del juicio, hay un silencio celestial. Godet definió esto de la siguiente manera: “Este
silencio es una pausa para la acción”. Y eso nos gusta mucho. Es la calma antes de la tormenta.
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¿Por qué sucede este silencio tan extraño? Bueno, Su paciencia no se ha agotado. Cuando fue
abierto el sexto sello y la naturaleza respondió con una convulsión poderosa, los hombres de
valor se atemorizaron por un momento; Cristo les dio la oportunidad de arrepentirse. Pero como
sucedió con Faraón en el pasado, cuando se quitó la presión de ellos, su corazón engañoso volvió
a su intención original. Así es que, muchos hombres regresan a la conducta blasfema cuando
existe la calma. Probablemente se reprocharán a sí mismos por haber dado muestra de cobardía.
Después de todo, sólo era la naturaleza la que estaba reaccionando. No era Dios después de todo.
Y todo puede ser explicado por causas naturales. Y eso es lo que ellos dirán. Pero, amigo
oyente, es la calma antes de la tormenta, como alguien dijo en el pasado: “Los pasos de Dios de
misericordia al juicio son siempre lentos, medidos y como que no quiere darlos”.

Dios es un Dios lento para la ira, el juicio es una operación extraña. El profeta Isaías dice en
el capítulo 28, de su profecía, versículo 21: Porque Jehová se levantará como en el monte
Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para
hacer su operación, su extraña operación.

¿Y qué es esto? ¿Qué es extraño en cuanto a Dios? Él juzga, amigo oyente, Él es un Dios de
amor, pero es un Dios de amor que juzga a Sus criaturas. Y Él dice que no siente ningún placer
en la muerte de aquel que muere. Este silencio del versículo 1 de este capítulo 8 de Apocalipsis,
entonces, marca la transición de la gracia al juicio. Él está esperando. Y amigo oyente, Él está
esperando hoy. Él está esperándolo a usted, si usted todavía no ha ido a Él. Y usted puede
acercarse a Él ahora mismo, porque Él es un Salvador misericordioso. Acuda a Él en esta hora y
sea salvo por toda la eternidad.

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