ORIGINALES Rev. Logop. Fonoaud., vol. V, n.º 1 (3-12), 1985.

ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS DE AUDICIÓN

Y ARTICULACIÓN Y SUS REPERCUSIONES
EN EL NIVEL DE LENGUAJE EN EL SÍNDROME
DE DOWN
Por Enrique Perelló Sherdel
O.R.L. - Foniatra

Ana Portabella Cornet

Logopeda

Ana Trilla Fusté

Logopeda

A idea de iniciar nuestro estudio surgió ante las
L dificultades que nos encontrábamos en el área
del lenguaje con los niños que acuden a
nuestro centro.
Nos dimos cuenta que en los niños con Síndrome
de Down se da un retraso importante en la aparición
del lenguaje y que éste tiene una evolución lenta;
se dan también grandes diferencias entre un caso y
otro.
Analizando los factores de las estructuras lingüís-
ticas, vemos cuatro aspectos importantes:
1.º Una buena percepción y recepción sensorial.
2.º Comprensión del lenguaje de otras personas.
3.º Interpretación y elaboración simbólica de di-
cha percepción.
4.º Expresión verbal a través de un buen funcio-
namiento motor.
En el Síndrome de Down a veces se alteran algu-
nos de estos aspectos y aparecen trastornos especí-
ficos tanto a nivel del lenguaje como del habla.
En algunos estudios médicos realizados en niños
con Síndrome de Down, se han detectado anoma-
lías en las estructuras orales y déficit auditivos con
pérdidas de audición en un 40 a 70 % de los casos.
Iniciamos nuestro trabajo partiendo del análisis
de estos dos puntos:
- nivel de lenguaje;
- problemas de audición, respiración y altera-
ciones de los órganos articulatorios.
Para ello se realizaron paralelamente exploracio-
nes de otorrinolaringología y de lenguaje para, con
los resultados obtenidos, establecer posibles rela-
ciones.
Nuestro estudio consta de 46 niños afectos de
Síndrome de Down, con edades comprendidas entre
dos y siete años, y que asisten a nuestro Servicio de
Educación y Estimulación Precoz.
ESTUDIO FONIÁTRICO
Dos aspectos relacionados con el lenguaje son la
inteligencia y la comunicación; en ellos la audición
tiene un papel fundamental. Si en el Síndrome de
Down la inteligencia puede verse más o menos mer-
mada, no tiene que ocurrir lo mismo con la audición.

Correspondencia: Ana Portabella Cornet. Fundació Catalana per a la Síndrome de Down. C/. Valencia, 229. 08007 Barcelona.

3
ORIGINALES
De hecho, hay un evidente retraso en la adquisi-
ción del lenguaje en estos niños, que probablemente
se debe al síndrome en sí mismo; pero creemos que
hasta ahora no se ha evaluado suficientemente el
nivel auditivo ni los órganos del habla, para ver si
estaba comprometida la audición o había algún fac-
tor disglósico que empeorara el cuadro.
El estudio foniátrico ha sido realizado en 46 niños
afectos de Síndrome de Down y podemos desglosar-
lo en los siguientes puntos:
Edades. Las edades estaban comprendidas entre
los 2 y 7 años: 2 niños de 1-2 años, 7 niños
de 2-3 años, 12 niños de 3-4 años, 9 niños de
4-5 años, 10 niños de 5-6 años, 6 niños de 6-7 años.
La mayoría estaban, pues, situados entre los 3 y
los 6 años.
Insuficiencia respiratoria nasal. La presentaban
33 niños con muchos corizas (resfriados). Trece
respiraban dentro de unos límites normales.
Podemos observar que la mayoría tienen proble-
mas de respiración nasal y muchos resfriados, lo
que no les diferencia de los demás niños.
Macroglosia. Cuarenta y tres niños no presentaban
macroglosia. Tres niños sí la presentaban, aunque
en 1 caso era discreta.
De ello podemos deducir, según nuestra estadís-
tica, que los niños con Síndrome de Down no pre-
sentan forzosamente una macroglosia (que puede ser
corregida quirúrgicamente), sino que van con la len-
gua fuera por falta de tono muscular y por insufi-
ciencia respiratoria nasal.
Si se corrige la insuficiencia respiratoria nasal y
se les estimula una técnica respiratoria por vía nasal
y un tono muscular de la zona oral, seguramente
con los años cambiaremos el concepto de Síndrome
de Down = lengua fuera de la boca y sialorrea
(salivación abundante).
Anquiloglosia. Sólo era evidente en 1 niño; en
los 45 restantes no la observamos.
Mordida abierta. En 44 niños no se presentaba y
tiene su lógica, ya que es un grupo de niños muy
estimulados y cuidados por sus padres; si no presen-
taban macroglosia ni lengua fuera, ello evitaba que
se produjera la mordida abierta.
4
En 2 casos la mordida abierta era evidente, y
en 1 caso, además, se acompañaba de una franca
malposición dentaria.
Úvula bífida. En 45 niños no la observamos, aun-
que vimos en 2 niños una úvula más larga de lo
frecuente.
En 1 solo caso se presentó esta eventualidad,
pero la exploración y la palpación no evidenciaron
ninguna fisura submucosa.
Fisura palatina. Se deduce del apartado anterior que
no observamos en ninguno de los 46 niños ningún
tipo de fisura.
Paladar ojival. En 42 niños el paladar era normal
y en 4 niños el paladar era francamente ojival.
Lógicamente eran niños que presentaban severas
insuficiencias respiratorias nasales.
Otitis. En 34 niños no habían antecedentes de otal-
gias (dolores de oído), ni otorreas (supuraciones),
pero en 4 casos de éstos había francas otitis sero-
mucosas.
En 12 casos la familia relataba antecedentes de
otitis de repetición.
Cerumen. En 34 niños los conductos auditivos ex-
ternos estaban limpios de cerumen.
En 12 casos había tapones de cerumen.
Orejas en asa. Sólo eran evidentes en 5 niños, no
en los 41 restantes.
De todas formas, la oreja era pequeña en todos
los niños y en 1 caso encontramos un conducto
auditivo externo extremada y anormalmente angu-
lado hacia delante.
Audición valorada mediante audiometria infantil
(Suzuki o Peep-show, según las edades y la cola-
boración).
Encontramos los siguientes datos:
- entre los 10-20 dB: 4 niños;
- alrededor de 30 dB: 17 niños;
- alrededor de 40 dB: 13 niños;
- alrededor de 50 dB: 9 niños;
- alrededor de 60 dB: 3 niños.
No encontramos ninguna hipoacusia de percepción.
 Debido a las limitaciones de la audiometría infan-
til, estos datos hay que interpretarlos de la forma
siguiente:
- hasta 30 dB podemos considerar que la audi-
ción está dentro de los límites de la normalidad; no
quiere decir que su umbral auditivo sea de 30 dB,
sino que es el umbral en el cual hemos encontrado
respuestas (probablemente su umbral está situado en-
tre 0-10 dB);
- en el grupo de 13 niños con respuestas a 40 dB
puede suceder que algunos estén entre la normalidad
y otros tengan una discreta pérdida de transmisión;
- a partir de los 50 dB, 12 niños, podemos ya
decir que la audición está algo comprometida sin que
podamos determinar con exactitud si el margen esta-
ba entre 20-40 dB.
Creemos que la audiometría infantil no presenta
más dificultades que en los otros niños.
Amigdalectomía. En 44 niños no se realizó. Dos ni-
ños fueron amigdalectomizados por el foco séptico
que presentaban.
Adenoidectomía (operados de vegetaciones adenoi-
deas).
36 niños habían sido operados (en 3 casos 2 veces).
10 niños no habían sido operados.
* * *
De estos datos se desprende que, desde el punto
de vista foniátrico, los niños con Síndrome de Down
presentan los mismos problemas que los demás. En
los aspectos médicos que veremos más adelante sí
creemos que presentan más plurimalformaciones;
pero respecto a disglosias y dislalias audiógenas, cree-
mos que, si en algún caso se pueden observar, es
más por desconocimiento familiar que por causa
propia. Se podría decir: si un niño tiene el Síndro-
me de Down, ¿por qué no le vamos a quitar los
mocos de la nariz y del oído, o la cera de los oídos,
como a los demás? Si todos estos aspectos se cuida-
ran, dentro de unos años todos nosotros modificaría-
mos en parte el concepto sobre lo que representa
el Síndrome de Down, con repercusiones positivas
tanto desde el punto de vista estético como funcional.
En nuestras exploraciones coincidía el niño que
respiraba mal con el que presentaba una discreta
pérdida auditiva y el que solía ir con la lengua fuera
y además esto se reflejaba posteriormente en el nivel
de lenguaje y los problemas de estimulación para el
logopeda que lo llevaba (como se describe en el si-
guiente apartado).
No queremos olvidar aquí que el lenguaje de es-
tos niños estará influido por su desarrollo mental
(y que éste será y es diferente en cada caso de Sín-
drome de Down) pero también por la audición y
los problemas disglósicos que puedan presentar estos
niños; dado que pueden corregirse, nuestros esfuer-
zos deben estudiarlos y mejorarlos en la medida de
lo posible.
Otros aspectos médicos a tener en consideración,
aunque atañen más al pediatra que al foniatra (pero
ya que los encontramos no queremos dejar de ci-
tarlos) son las plurimalformaciones que estos niños
presentan con mayor o menor frecuencia, como ve-
remos a continuación:
Cardiacas. Seis niños presentaban comunicaciones
interventriculares, 1 de los cuales fue intervenido.
Esto se debe a la falta de cierre espontáneo de la
comunicación fetal entre los dos ventrículos. Ello
podría perjudicar en parte al aparato circulatorio y,
como consecuencia, al respiratorio.
Digestivas. Dos niños presentaban estenosis duode-
nal que requirió intervención.
- Un niño presentaba estenosis pilórica que
también fue operada.
- Dos niños con problemas de malabsorción
intestinal.
- Un niño operado de hernia diafragmática.
- Otro niño operado de hernia umbilical.
Oculares. Cinco niños con estrabismo, 2 de los cua-
les requirieron intervención quirúrgica.
- Un niño presentaba dacriocistitis (inflamación
del saco lagrimal) que precisó dacriocistorrinosto-
mía (operación del saco lagrimal).
5
ORIGINALES

Renales. Un niño presentaba insuficiencia renal. - lenguaje comprensivo,

Otras. Uno criptorquidia (testículo que no ha ba-
jado a la bolsa escrotal), que también requirió ciru-
gía correctora.
Aparato respiratorio. Los problemas respiratorios
son notables ya que encontramos:
- Ocho niños que habían padecido neumonías
serias (algunos en varias ocasiones).
- Cuatro niños presentaban bronquitis de repe-
tición.
- Dos niños presentaban atelectasias.
Creemos que toda esta problemática respiratoria
se debe a factores inmunológicos aún no muy bien
estudiados y que las adenoiditis los empeoran pero
no son la causa principal.
De todas formas la adenoidectomía puede mejorar
o aliviar el cuadro.
Neurología. En cuanto a los problemas neurológi-
cos, hallamos:
- Cuatro niños con epilepsia asociada, 3 de los
cuales con antecedentes familiares.
- Dos niños con primos que también presenta-
ban el Síndrome de Down.
Por último, en 2 niños había antecedentes fami-
liares de diabetes.
- lenguaje expresivo,
- habla.
Con la evaluación no pretendemos hacer un aná-
lisis exhaustivo del lenguaje del niño, sino tan sólo
determinar el nivel en que se encuentra.
LENGUAJE COMPRENSIVO
- Designación de objetos
Capacidad para identificar un objeto discriminán-
dolo de otros.
Ejemplo: cuando el niño responde a órdenes del
tipo «¿dame..?»,
. «¿dónde está...?» seleccionando
el objeto adecuado.
- Órdenes sencillas
a) Órdenes de una acción. Por ejemplo «ven,
siéntate... »
b) Órdenes de una acción más un objeto. Por
ejemplo: «Trae la pelota.» «Ponte el gorro.» «Cierra
la puerta».
c) Órdenes de tres elementos en las que se inclu-
yen las formadas por dos acciones y un objeto.
Ejemplo: «Ven, coge la pelota.» «Coge el coche
y dámelo».
Y las de una acción y dos objetos. Ejemplo
«Coge la pelota y el coche».

ESTUDIO LOGOPÉDICO

I
De los 46 niños estudiados foniátricamente, sólo
en 43 casos se ha podido realizar el estudio logopé-
dico.

Descripción de la exploración de lenguaje

y del habla
En la elaboración de las pruebas que miden el
nivel de lenguaje de los niños con Síndrome de Down
estudiados en nuestra muestra, se han tenido en
cuenta las etapas de desarrollo del lenguaje en el —— —— —
niño normal. FIG. 1. — Lenguaje comprensivo. Niveles medios alcanzados
El protocolo esta dividido en tres apartados: en comprensión verbal.

6
 - Designación de acciones. Capacidad para iden-
tificar una acción discriminándola entre otras.
Ejemplo: «¿Dónde está la niña que duerme?»
«¿quién come?». El niño debe señalar la imagen
que corresponde a la acción que se le pide.
- Órdenes complejas
a) Órdenes compuestas por dos acciones más dos
objetos. En un primer nivel, cuando ambas estén re-
lacionadas entre sí.
Ejemplo: «Busca el coche y mételo en la caja».
Y cuando no existe ninguna relación entre ellas.
Ejemplo: «Cierra la puerta y trae la pelota».
b) Órdenes de tres acciones. Primero, cuando exis-
te relación entre ellas. Por ejemplo: «Coge un vaso,
ponle leche y dáselo a mamá». Y en segundo lugar,
cuando esta relación no aparece.
Ejemplo: «Guarda la muñeca, busca el cuento y
siéntate en la silla».
- Órdenes negativas. Cuando el niño responde
adecuadamente a órdenes del tipo: «No cierres la
puerta.» «Coge la pelota, no cojas el peine.»
Etcétera.
LENGUAJE EXPRESIVO
Para evaluar el lenguaje expresivo, hemos anali-
zado los siguientes puntos:
Emisión de sonidos. Cuando el niño articula so-
nidos sin significado. Balbuceo.
Y cuando el niño empieza a imitar sonidos o ca-
denas silábicas del modelo del adulto.
Sonidos asociados a objetos o acciones. Cuando
los sonidos emitidos ya adquieren un significado,
es decir, cuando se refieren a objetos o acciones.
Ejemplo: El niño dice «naaa» cuando quiere algo;
emite el sonido «brrr» al hacer correr un coche,
etcétera.
Primeras palabras con significado. Cuando apa-
recen las primeras palabras con significado.
Ejemplo: «Mamá», «agua».
Denomina objetos. Cuando el niño nombra ob-
jetos espontáneamente y responde a la pregunta
«¿Qué es esto?».
FIG. 2. — Lenguaje expresivo. Niveles medios alcanzados en
expresión verbal.
Denomina acciones. Cuando el niño utiliza ver-
bos de acción espontáneamente, y responde a la
pregunta «¿Qué hace? », nombrando la acción.
Expresión de dos palabras. Cuando el niño ex-
presa sus demandas con expresiones de dos palabras.
Ejemplo: «Mamá ven.» «Ven aquí.» «Dame
agua».
O cuando espontáneamente utiliza expresiones del
tipo:
«Tú no.» «Coche papá.» «Mira Tata».
Expresiones de tres palabras. Cuando utiliza ex-
presiones de tres palabras. Ejemplo: «A coche mío».
Utilización de elementos gramaticales. Hemos va-
lorado principalmente los siguientes elementos:
- Artículo: en su forma reducida «a»; artícu-
los determinados, indeterminados; artículos en sin-
gular y plural.
- Pronombres personales y posesivos en 1.ª, 2.ª,
3.ª persona.
- Preposiciones.
Frases de varios elementos. Cuando el niño se ex-
presa espontáneamente con frases simples.
EXPLORACIÓN DEL HABLA
Hemos tenido en cuenta los siguientes puntos:
Valoración de los sonidos que utiliza el niño.
Hemos analizado los fonemas desde el punto de vista
de su forma de articulación:
7
ORIGINALES
a) Sonidos vocálicos.
b) Sonidos consonánticos.
- fonemas oclusivos,
- fonemas fricativos,
- fonemas nasales,
- fonemas africados,
- fonemas laterales,
- fonemas vibrantes,
- grupos consonánticos líquidos.
Valoración del nivel de co-articulación. Es decir,
capacidad de organizar los sonidos en secuencias,
encadenamiento de sonidos para formar sílabas y
palabras.
Tono de voz. Valorando si es grave o agudo;
alto o bajo y si se da o no ronquera.
Ritmo del habla. Diferenciando si es modulado
o monótono; rápido o lento.
Dentro de este apartado hemos valorado también
la existencia o no de tartamudeo.
VALORACIÓN DE LOS RESULTADOS
Los resultados obtenidos en la exploración del
lenguaje compresivo y expresivo los podríamos
resumir en los siguientes puntos:
COMPRENSIÓN
2 a 3 años (6 casos). La media del grupo alcanza
un nivel comprensivo de órdenes simples de una
acción, un objeto. Tan sólo en un caso se da un
nivel inferior quedando por debajo de la designación
de objetos.
3 a 4 años (12 casos). La media alcanza un nivel
de comprensión de órdenes compuestas de dos ac-
ciones, dos objetos relacionados. Hay tres casos con
un nivel superior, dándose una comprensión de ór-
denes compuestas por dos acciones, dos objetos no
relacionados y órdenes negativas. En dos casos apa-
rece un nivel inferior, dándose sólo designación de
objetos y comprensión de órdenes de una acción.
4 a 5 años (9 casos). Al igual que en el grupo an-
terior, la media alcanza el nivel de órdenes com-
puestas por dos acciones, dos objetos relacionados.
8
En dos casos el nivel es superior, incluyendo la com-
prensión de órdenes negativas. En un caso el nivel
es inferior, no sobrepasando órdenes simples de una
acción, un objeto.
5 a 6 años (10 casos). El nivel medio es de órde-
nes de tres acciones relacionadas. En un caso ya se
alcanza la comprensión de órdenes de tres acciones
no relacionadas. En dos casos se da un nivel muy
inferior limitándose a la comprensión de órdenes
simples de una acción, un objeto y a órdenes de una
acción.
6 a 7 años (6 casos). En este último grupo, la me-
dia alcanzada se sitúa a un nivel de comprensión de
órdenes compuestas de tres acciones no relacionadas.
Aparece un caso con un nivel inferior, ya que no
sobrepasa la comprensión de órdenes simples de
tres elementos.
Expresión
2 a 3 años (6 casos). Aparecen las primeras pala-
bras con significado. También se inicia la denomi-
nación de objetos. En dos casos la expresión se li-
mita a la emisión de sonidos.
3 a 4 años (12 casos). La media alcanza el nivel
de expresiones de dos palabras, y la denominación
de acciones. Tres casos quedan por debajo de la
media emitiendo sonidos y primeras palabras con
significado.
4 a 5 años (9 casos). El nivel obtenido ha sido si-
milar al del grupo anterior; sus emisiones se caracte-
rizan por expresiones de dos palabras pero aparecen
ya algunos elementos gramaticales (pronombres per-
sonales 1.ª persona, artículos en la forma reducida
«a»). En un caso se supera dicho nivel, utilizando
ya expresiones de tres palabras y hay dos casos que
quedan por debajo de la media, en el nivel de la
simple denominación de objetos.
5 a 6 años (10 casos). La media alcanza el nivel
de expresiones de tres palabras, iniciándose ya la
utilización de frases simples con elementos grama-
ticales (pronombres, artículos). En tan sólo dos casos
aparece un nivel inferior, no superando la denomi-
nación de objetos.
 6 a 7 años (6 casos). En cinco de estos casos la
expresión se caracteriza por la utilización de frases
de varios elementos gramaticales, apareciendo el uso
de preposiciones. Hemos encontrado tan sólo un caso
en el que el nivel es algo inferior, limitándose a
expresiones de tres palabras.
Habla
PRODUCCIÓN DE SONIDOS
Hemos estudiado la emisión de fonemas valoran-
do su producción aisladamente o dentro de palabras,
tanto a nivel espontáneo como por imitación.
- La emisión de sonidos vocálicos se ha obser-
vado en niños de 2 a 4 años. Las vocales /a/, /o/
son las primeras que aparecen, después se da la vo-
cal /e/, y la emisión de /i/; /u/ aparece más tar-
díamente, hacia los tres años.
- En cuanto a la emisión de los sonidos conso-
nánticos, los fonemas oclusivos /p/, /t/, y los na-
sales /m/, /n/ son los primeros que aparecen.
El fonema oclusivo /k/ se da hacia los tres años,
pero en un gran número de casos se emite con difi-
cultad. Son frecuentes las sustituciones del fonema
/k/ por /t/, sobre todo cuando aparece en posición
inicial.
El fonema oclusivo /b/ aparece antes de los dos
años y medio. Después vendrán los fonemas /d/
y /g/, pero en éstos se observa también algún tipo
de sustitución.
Las principales dificultades articulatorias se obser-
van en los fonemas fricativos, africados, laterales y
vibrantes, que de hecho son los que aparecen más
tardíamente en el desarrollo normal, pues poseen
puntos de articulación más concretos y son más di-
fíciles de discriminar.
Los fonemas fricativos /s/, /j/, /z/, /f/, no se
dan antes de los cuatro años y su articulación es
defectuosa.
Podemos decir lo mismo de los fonemas laterales,
africados y vibrantes: aparecen tardíamente y con
dificultad.
En cuanto al fonema /r/ vemos que no se pro-
duce en ninguno de nuestros casos.
_
l
..-...-.. c . ..-.. /_ . . . . . . . ..._..) _._.. _ _.~.._..____~ . . . . .._ / ._._. “_._ _.._ j_.._ .__,. . -1
FIG. 3. — Edades de aparición de los fonemas en la población
estudiada.
- Por último, no hemos podido considerar la
valoración de los grupos consonánticos líquidos, ya
que en la mayoría de los casos no aparecen o bien
se emiten de forma distorsionada.
A nivel de co-articulación, es decir, producción
y encadenamiento de fonemas para formar sílabas y
palabras, se observan grandes dificultades. En un
gran número de casos el niño es capaz de articular
correctamente el sonido de forma aislada, pero cuan-
do lo incorpora a palabras, éste se distorsiona.
En líneas generales podemos decir que antes de
los cuatro años y medio no aparece emisión de pa-
labras con más de dos sílabas y, en su mayoría, la
combinación de sonidos para formar palabras bisí-
labas se realiza con dificultades.
A partir de los cuatro años y medio aparece la
producción de palabras de tres sílabas, pero se ob-
serva frecuentemente omisión del sonido consonán-
tico inicial.
Comparando estos resultados con los obtenidos
en la exploración de los órganos articulatorios, ve-
mos que no se han detectado malformaciones im-
portantes en las estructuras orales que pudieran ser
causa o motivo de tales problemas.
En general, los defectos de articulación en los
niños con Síndrome de Down se atribuyen a:
9
ORIGINALES
- alteración en la coordinación de los movi-
mientos articulatorios, debido a la hipotonía de los
órganos;
- dificultad en la programación cerebral de las
secuencias de movimientos.
Ahora bien, no podemos olvidar los resultados ob-
tenidos en la exploración de foniatría. Nos ha re-
sultado difícil poder establecer una correlación entre
el nivel de audición y el de articulación, pero en
líneas generales podemos decir que una pérdida de
agudeza auditiva dificulta la discriminación y, con-
secuentemente, la producción correcta de los fo-
nemas.
RITMO
Este aspecto lo hemos podido valorar únicamen-
te en 33 casos, obteniendo los siguientes resulta-
dos:
- ritmo monótono 23 (más bien monótono);
- ritmo modulado 10 (algo modulado).
Hemos observado también una tendencia a hablar
lento en 14 casos, frente a dos casos que hablan
algo rápido y 17 que poseen un ritmo que podría-
mos considerar normal.
En este punto es importante mencionar la inco-
rrecta utilización de la actividad respiratoria en la
producción de los sonidos y en la emisión verbal.
Falta de potencia y de capacidad para mantener o
prolongar la espiración. Tienen dificultades para emi-
tir de forma prolongada un sonido.
Todo ello se debe a la hipotonía general y, en
particular, a la hipotonía de los músculos que inter-
vienen en el control de la respiración.
Por otro lado, creemos importante mencionar que
estos niños presentan una capacidad mínima de per-
cibir y reproducir un ritmo dado, por lo que no po-
demos olvidar los problemas de audición mencio-
nados anteriormente.
Es evidente que un menor grado de agudeza au-
ditiva influye en la captación de un ritmo y, en
consecuencia, en su utilización.
Dentro de este apartado hemos valorado también
la existencia o no de tartamudeo, pues éste consti-
tuye un trastorno del ritmo del habla.
10
Hemos observado tan sólo 5 casos de tartamudeo.
Ahora bien, éste se da ocasionalmente y aparece en
momentos concretos.
Creemos que esta alteración está más relacionada
con la organización del lenguaje en palabras, que
con la palabra misma y su ritmo.
En un caso concreto hemos podido apreciar con
más claridad este problema. Es un niño extremada-
mente lento y con dificultades en sus movimientos,
su nivel de lenguaje es bueno, posee un buen nivel
de expresión, pero es algo lento en dar sus res-
puestas.
Presenta un tartamudeo ocasional que nos hace
pensar en la dificultad de la ejecución de los progra-
mas motores adquiridos, para efectuar secuencias de
movimientos, es decir, en una alteración o lentitud
de transmisión de la programación ideo-verbal.
En algunos estudios realizados se ha podido ob-
servar que el tartamudeo aparece en un 30-40 %
de los casos, por lo que consideramos que el resul-
tado que nosotros hemos obtenido no es muy signi-
ficativo, dado que está determinado por la edad de
los niños que hemos explorado y su nivel de len-
guaje.
TONO DE VOZ
En cuanto al tono de voz, nosotros hemos obser-
vado que la mayoría presentan un tono grave pero
algo bajo.
Este punto tan sólo lo hemos podido valorar
en 40 casos y los resultados obtenidos han sido los
siguientes: grave: 29; normal: 11; bajo: 24; nor-
mal: 16.
Algunos autores opinan que esto se debe a ciertos
problemas anatomofisiológicos:
- posición más elevada de la laringe;
- mayor tracción de los músculos que unen los
cartílagos de la laringe;
- engrosamiento anormal de la mucosa de la
laringe y faringe.
Se han observado también 6 casos de ronquera,
y guturalización en otros 5 casos.
Para valorar con más exactitud este punto, sería
necesario realizar un análisis oscilográfico y espec-
trográfico de los sonidos.
RELACIÓN ENTRE LA EXPLORACIÓN
AUDITIVA Y DE LENGUAJE
Con los datos obtenidos tanto en la prueba de
comprensión como en la de expresión, vemos que
no se dan grandes diferencias entre ambos niveles,
sino que de hecho existe un paralelismo en su evo-
lución.
Comparando estos resultados con los obtenidos
en la exploración de Otorrinolaringología, podemos
establecer una correlación, diferenciando tres grupos
dentro de nuestra muestra.
- Un primer grupo en el que incluimos 6 casos
en los que la prueba de lenguaje ha dado un índice
realmente bajo, no alcanzando el nivel de la media
debido al déficit auditivo. Son aquellos niños que en
la exploración de audición empezaban a responder
a partir de los 50 dB.
- Un segundo grupo compuesto por 4 casos que
han dado un nivel inferior en la prueba de lenguaje
debido a una pérdida de agudeza auditiva. Son aque-
llos niños que empiezan a dar una respuesta alre-
dedor de los 40 dB.
- Un último grupo formado por 6 niños en los
que se observa un nivel de comprensión bajo y cuyo
lenguaje expresivo es limitado en comparación con
los de su edad; sin embargo, en su prueba de audi-
ción no se han detectado deficiencias, lo que da un
índice que se puede considerar normal.
En estos casos no podemos hacer referencia a una
mala audición sino que la causa estaría en su bajo
nivel de desarrollo cognitivo.
CONCLUSIONES GENERALES
- En este estudio no hemos pretendido presentar
resultados puntuales, sino tan sólo establecer corre-
laciones entre audición y lenguaje, y destacar la po-
sibilidad de que existan trastornos debidos a un
déficit en la audición, lo que constituye uno de los
interrogantes que todo logopeda se plantea o debe
plantearse a la hora de iniciar un tratamiento.
- Dado que algunos estudios médicos muestran
la existencia de un alto índice de problemas auditi-
vos en los niños con Síndrome de Down, hemos exa-
minado cómo aparecen dichas alteraciones en nues-
tro grupo, y cómo repercuten en el desarrollo del
lenguaje.
- Nuestro trabajo no constituye una investiga-
ción innovadora, puesto que los resultados obte-
nidos coinciden con los de otros estudios reali-
zados.
- Ahora bien, este trabajo nos ha permitido ad-
quirir mayor información acerca de las posibilidades
o limitaciones que presenta cada uno de los casos
estudiados, lo que ha facilitado nuestra labor y la
orientación a los padres.
RESUMEN
Se ha realizado un estudio foniátrico y logopédico
en 46 niños con Síndrome de Down, haciendo espe-
cial énfasis en los problemas auditivos y disglósicos
para poder correlacionar el nivel de lenguaje, la au-
dición y el habla.
Se ha llegado a la conclusión de que aproximada-
mente en una cuarta parte de nuestra muestra apa-
recían problemas auditivos que se interferían en la
adquisición y evolución del lenguaje, y dificultaban
la labor logopédica.
Esta muestra ha sido extraída de una población
de niños que habían sido atendidos tempranamente,
tanto desde el punto de vista familiar, como médico
y educativo. Por tanto, estos datos podrían variar
significativamente si las condiciones fuesen distintas
de las mencionadas.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
BLANCO E.: Reeducación precoz del lenguaje en niños con
Síndrome de Down. I Symposium de Logopedia. Los tras-
tornos de la comunicación en el niño. Cepe, Madrid, 1982.
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