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“AÑO DEL DICENTINARIO DEL PERU: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA PERUANA


FACULTAD DE CIENCIAS BIOLOGIAS
Escuela De Formación Profesional De Acuicultura

TITULO: Requerimientos Nutricionales de los Peces

ASIGNATURA: Acuicultura II

NIVEL/CICLO: IV/ VIII

ESTUDIANTES:
 Maberly Perez Marin
 Rodriguez Lozano Zoila Rosa
 Jared Velasco Cerron
 Kent Vela Rengifo

DOCENTE RESPONSABLE: Blga. Rosana Cubas Guerra. M.sc

IQUITOS – PERU
2021
I. INTRODUCCION
La Acuicultura es el cultivo de organismos acuáticos, incluyendo los peces, moluscos, crustáceos y
plantas acuáticas, con diferentes fines. Esto implica la permanente intervención del hombre en el
proceso, en operaciones como la siembra, la nutrición, la sanidad, la reproducción, el manejo y la
protección contra los depredadores; en general las actividades de producción y postproducción.

La acuicultura en nuestro país tiene un escaso nivel de desarrollo, comparado con otros países de
la región, y está orientada al cultivo de pocas especies. El 76.41% del área otorgada (15,843.53)
corresponde a la actividad acuícola marina y 23.59% (4,891.93) a la actividad acuícola continental.
Los cultivos más desarrollados son los de concha de abanico y langostino, cuyas producciones son
destinadas principalmente a la exportación. Asimismo, el cultivo de trucha se desarrolla en las
zonas altoandinas y esta dirigido tanto al mercado local como al de exportación. Otras especies
producidas en zonas tropicales son peces nativos (Gamitana, Paco y Boquichico), y se orientan al
mercado local. Finalmente, la tilapia es cultivada en selva alta (San Martín) para consumo local; y
en la costa norte del país, para mercado interno y para exportación.

Los peces, como sucede con todos los animales requieren de una nutrición adecuada para poder
crecer y sobrevivir. La naturaleza les ofrece gran variedad de alimentos tanto de origen animal
como vegetal, además de diversos nutrientes disueltos en el agua. Muchos compuestos necesarios
junto con diversos iones del agua pueden ser absorbidos directamente a través de las branquias o
también deglutidos con el alimento y después absorbidos en el tracto digestivo. (Bardach – Lager.
1990).

II. REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES

Los requerimientos nutricionales son las necesidades que los organismos vivos tienen de los
diferentes nutrientes para su óptimo crecimiento y funcionamiento en general.

Los alimentos contienen nutrientes y energía que son esenciales para el crecimiento, la
reproducción y la salud de los peces. Las deficiencias de estas sustancias pueden reducir las tasas
de crecimiento o dar lugar a enfermedades por agentes patógenos oportunistas.

Por otra parte, exceso pueden causar una disminución de consumo de alimento por saciedad
prolongada y poco crecimiento.

Los organismos vivos son el alimento natural de los peces, los cuales, son producidos en el agua
donde los peces viven. Los peces crecen más rápido y permanecen saludables si hay suficientes
alimentos nutritivos que comer. Algunos ejemplos de alimentos naturales son el fitoplancton
(plantas microscópicas), zooplancton (animales microscópicos), insectos y cierto tipo de plantas. La
abundancia de estos organismos se incrementa con la fertilización
II.1 Requerimientos Nutricionales En Acuicultura

Los requerimientos nutricionales en las diferencias especies de importancia acuícola, se pueden


establecer para la proteína, energía, aminoácidos, lípidos, carbohidratos,minerales y vitaminas.

II.1.1 Requerimiento de proteínas

Las proteínas constituyen un componente básico de los tejidos de os organismos vivos. Por
ejemplo, del 65 a 75% del total de una materia seca de un tejido de un pez esta compuesto de
proteínas.

A nivel de mantenimiento, el pez requiere de proteína para reponer tejidos desgastados y sintetizar
productos proteicos como células epiteluzadas, enzimas y hormonas esenciales para el correcto
funcionamiento del organismo, las cuales recirculan velozmente, es decir que están formándose y
degradándose.

Proteína De todos los compuestos que hacen parte del cuerpo de los animales, la proteína es el
más importante por varias razones: Es el constituyente básico de las células, representa después
del agua el grupo químico más abundante en ellas, como nutriente es utilizado para crecimiento y
como fuente de energía y como ingrediente en dietas artificiales, es el componente más escaso y
costoso (Vásquez, 2004). Las proteínas son los nutrientes más importantes para la vida y el
crecimiento del pez. Para la alimentación de los peces en sus diferentes estadios, se debe tener en
cuenta el nivel de proteína con el que se obtiene el máximo crecimiento. Asimismo, a medida que
avanza el cultivo, el nivel de proteínas que produce máximo crecimiento disminuye con el
incremento del peso del pez. También se debe considerar que en la elaboración de alimentos
balanceados, el suplemento de proteína puede llegar a representar más del 50% del costo total del
alimento.Por lo general, las gamitana crecen mejor con alimentos que contienen entre 20 a 30 % de
proteína.

Los requerimientos de proteínas para gamitana, según estadios son: Alevinaje 30%, Crecimiento
25%, Engorde 20% y reproductores 35% (Palomino, 2004). Los niveles de proteína bruta
requeridos para un óptimo crecimiento varían en las diferentes especies con las condiciones de
cultivo, condiciones ambientales y estado fisiológico y de desarrollo de los individuos; también con
los niveles de los otros nutrientes no proteicos presentes en la dieta. Cuando hay desequilibrio
entre la proporción de proteína y las demás fuentes de energía, carbohidratos y lípidos, esta es
metabolizada para producir energía en detrimento de su deposición en los tejidos (Samantaray &
Mohanty, 1997, citado por Vásquez, 2004).
No siempre una ración con alto contenido de proteína promueve el mejor desempeño productivo de
los peces; más importante que la cantidad es su calidad, la cual está determinada por el contenido
de aminoácidos esenciales (valor biológico), ya que son estos los que finalmente serán depositados
en los tejidos bajo la forma de nuevas proteínas (Kim 1997, citado por Vásquez, 2004). Es evidente
entonces que la calidad de proteína en los ingredientes alimenticios utilizados en la fabricación de
raciones para peces depende de la composición de AA que la caracteriza y de la disponibilidad
biológica de los mismos. En general, entre más se aproxime el patrón de AAE de la proteína a los
requerimientos dietéticos de AAE de la especie en cuestión, mayor será su valor nutricional y así
mismo su utilización. No todos los alimentos con altos contenidos de proteína que normalmente son
utilizados para la fabricación de raciones para peces poseen balance adecuado de AAE (Vásquez,
2004). Elevados niveles de proteína en la dieta, aun tratándose de proteína de buena calidad,
superiores a los requeridos por una especie en particular, son inconvenientes por razones de costo;
también por razones de eficiencia de aprovechamiento. Se ha observado que la velocidad de
crecimiento y la eficiencia de utilización del alimento están correlacionadas con la concentración de
proteína de la ración y con la proporción proteína: energía hasta un nivel óptimo. Cuando los
niveles están por encima del óptimo, también disminuye significativamente la conversión
alimentaria, posiblemente debido a un desvío en la utilización de la proteína para producción de
energía (Vásquez, 2004). Las materias primas que aportan proteína de origen animal son las
harinas de pescado y sangre. La proteína de origen vegetal se obtiene del polvillo de arroz, maíz,
torta de soya, pasta de algodón y trigo (Palomino, 2004)

Lípidos

Los lípidos en la gamitana tienen dos funciones principales: como recurso de energía metabólica
inmediata y como recurso de ácidos grasos esenciales. En la formulación es conveniente usar
valores moderados de grasa, entre 6 y 8%. Es importante saber que cuando un alimento contiene
mucha grasa, durante su almacenamiento se produce rancidez, dañando la calidad del alimento e
inclusivo exponiendo al pez a problemas de toxicidad. Una buena fuente de lípidos es el aceite de
pescado. Sin embargo, en las gamitanas alimentadas con yuca, maíz y otros insumos se ha
observado un alto contenido graso (Palomino, 2004).

Los peces requieren lípidos en la dieta, grasas y aceites principalmente, para utilizarlos como
fuentes de energía metabólica y de ácidos grasos esenciales. Fisiológicamente los ácidos grasos
libres constituyen la principal fuente de combustible aerobio para el metabolismo energético del
músculo de los peces. De igual manera los fosfolípidos, que son el segundo grupo más abundante
después de los triglicéridos, hacen parte de la estructura celular y son fundamentales en el
mantenimiento de la integridad y funcionamiento de las biomembranas (Watanabe 1988, citado por
Vásquez, 2004). Como ingrediente para raciones de peces, los lípidos son nutrientes de bajo costo
y de todos, los que tienen mayor contenido de energía; sin embargo, desde el punto de vista de la
manufactura industrial de raciones no pueden utilizarse altos niveles de grasas en las fórmulas
porque pueden causar problemas durante el proceso de peletización o también, desarrollar
enranciamiento cuando las raciones son almacenadas por mucho tiempo. Otros efectos negativos
de cantidades excesivas en dietas son: disminución del consumo de alimento afectando
directamente el crecimiento del pez (Shiau & Lan 1996, citado por Vásquez, 2004). En dietas para
peces, cada vez es más importante el aporte de energía. Actualmente las dietas cada vez tienen
más grasas (aceites de pescado) para ahorrar proteínas, ya que mayor cantidad de proteínas irán
al crecimiento, lo que se denomina efecto ahorrador. Pero es caro, y se está investigando el
suministro de otros lípidos diferentes en la dieta y qué lípidos son los que realmente son
importantes para los peces (Amanya, 2008).

Carbohidratos

El grupo de los carbohidratos incluye sustancias tan importantes como la glucosa, fructosa,
sucrosa, lactosa, almidones, glicógeno, quitina y celulosa, y son la fuente más barata de energía en
la dieta; además de contribuir en la conformación física del pellet y su estabilidad en el agua. Los
peces herbívoros y omnívoros utilizan mejor los carbohidratos, comparado con los peces
carnívoros. En el medio natural, estos peces se alimentan en gran escala de frutos, semillas y hojas
de plantas, que están constituidos mayormente de carbohidratos (Palomino, 2004).

Los carbohidratos son clasificados, de acuerdo con su estructura química, en azúcares y no


azúcares. Los primeros, pueden ser agrupados por el número de “unidades de azúcar” presentes
en la molécula: los monosacáridos poseen una unidad de azúcar con 3, 4, 5 o 6 carbonos (triosas,
tetrosas, pentosas y hexosas, respectivamente); entre los monosacáridos los más comunes son la
glucosa, que tiene 6 carbonos, la ribosa y la fructosa, que tienen cinco; estos monosacáridos, que
generalmente tienen sabor dulce, pueden unirse entre sí para formar compuestos con 2, 3 o más
unidades de azúcar (hasta máximo 10 unidades), constituyendo los llamados di, tri o polisacáridos,
respectivamente (Vásquez, 2004).

De otro lado, a la fecha no ha sido determinado con exactitud cuáles son las exigencias
cuantitativas y cualitativas de carbohidratos solubles para peces; se ha demostrado eso sí, que su
ausencia en la dieta reduce significativamente la ganancia de peso diario como consecuencia
directa de una hipotrofia muscular (reducción del tamaño celular hasta en un 50%) y no por una
hipoplasia (reducción del número de células) (Peragón et al., 1999, citado por Vásquez, 2004). La
glucosa, actúa como la principal fuente energética para el tejido nervioso, para el cerebro y también
como intermediario metabólico en la síntesis de muchos compuestos biológicamente importantes
tales como los ácidos nucleicos ARN y ADN y los mucopolisacáridos de las secreciones mucosas.
De otro lado, si no están presentes en la dieta, las proteínas en general y los AAE, así como los
AGE y diferentes metabolitos intermediarios en la síntesis de compuestos vitales para el
organismo, son catabolizados para producir energía retrasando el crecimiento (Shiau, 1997, citado
por Vásquez, 2004). Aparentemente el nivel más apropiado en dietas y su uso varía entre especies
de peces según diversos factores. Los omnívoros han demostrado tener mayor eficiencia a altos
niveles dietarios usándolos como fuentes de energía e incluso, en el caso de excesos, los pueden
transformar y almacenar en la forma de lípidos (Shiau, 1997, citado por Vásquez, 2004). En la
cachama blanca, observó respuestas de crecimiento y de aprovechamiento de la proteína
altamente satisfactoria con niveles de carbohidratos entre 20 y 36%. La proporción aceptable en
dietas puede oscilar entre 30-40% para omnívoros y entre 10 a 20% para carnívoros (Vásquez,
2004). El exceso provocará una disminución en la ingestión del alimento, y por otro lado, dará lugar
a una deposición excesiva de grasas en el cuerpo del pez; al contrario, una dieta con una densidad
energética baja, hará que el pez utilice los nutrientes ofrecidos en la ración, en primera instancia la
proteína, para cubrir sus requerimientos de energía en lugar de canalizarlos para la síntesis de
tejido nuevo, esto es, para crecimiento (Vásquez, 2004).

Energía La energía no es un nutriente como tal; sin embargo, ella es liberada durante la oxidación
metabólica de los nutrientes (carbohidratos, grasas y aminoácidos) ingeridos en el alimento. Por
eso, para muchas especies han sido determinadas las exigencias dietéticas de estos nutrientes
esenciales conjuntamente con las exigencias de energía. Como principio general los animales,
incluyendo a los peces, comen para satisfacer sus necesidades energéticas esenciales
(metabolismo básico, actividades rutinarias, crecimiento, reproducción, etc.); es decir, la cantidad
de alimento que cada organismo debe consumir es gobernada por su propia tasa metabólica
(Hepher 1988, citado por Vásquez, 2004). La energía no es un nutriente propiamente dicho, pero
en nutrición se trabaja con la energía como si fuera un nutriente. La energía es una propiedad que
tienen los nutrientes, un potencial que tienen los nutrientes de proveer energía para un organismo.
La energía que tiene un nutriente depende de los componentes de la molécula y de los tipos de
enlace que estabilizan la molécula. Los carbohidratos tienen de media una energía determinada, y
es lo que se llama el valor de combustión medio; que es la cantidad de energía media que se
puede obtener de un nutriente cuando se oxida completamente (Amanya, 2008). Como fue dicho
antes, los animales incluyendo los peces obtienen su energía catabolizando carbohidratos, lípidos y
aminoácidos obtenidos del alimento; por ello es importante que las raciones contengan un nivel
energético óptimo ya que un exceso o defecto de energía puede resultar en una reducción de las
tasas de crecimiento (NRC, 1993, citado por Vásquez, 2004). El exceso de energía en la dieta
provocará una disminución en la ingestión del alimento, y por otro lado, dará lugar a una deposición
excesiva de grasas en el cuerpo del pez; al contrario, una dieta con una densidad energética baja,
hará que el pez utilice los nutrientes ofrecidos en la ración, en primera instancia la proteína, para
cubrir sus requerimientos de energía en lugar de canalizarlos para la síntesis de tejido nuevo, esto
es, para crecimiento (Vásquez, 2004). En el proceso de transformación de la energía contenida en
los alimentos en energía disponible para el metabolismo y el crecimiento, siempre hay una
considerable proporción que se pierde por excreción o disipada en la forma de calor. De manera
general, las exigencias de los peces son expresadas en términos de Energía Digestible (ED), que
corresponde a la fracción que el organismo efectivamente absorbe con los nutrientes después de la
digestión de los alimentos. Esta fracción es equivalente al total ingerido con el alimento menos la
energía excretada con las materias fecales (ED= EI - EF). Del total de la energía absorbida
solamente una fracción queda disponible para el animal como Energía Neta (EN) después de
descontar la energía perdida como calor de producción (procesos de digestión, absorción y
excreción y formación de productos y desechos); parte de esta EN es utilizada para mantenimiento,
metabolismo basal y actividad voluntaria; en síntesis, aproximadamente 70% de la energía ingerida
(EI) es perdida como alimento no absorbido (heces), por excreción metabólica y como calor
(Vásquez, 2004). Hasta el momento existe relativamente poca información útil sobre requerimientos
de energía en dietas artificiales para peces, especialmente tropicales de agua dulce. Sin embargo,
se tienen bien identificados varios factores que influyen en el requerimiento energético.

Algunos de estos son:

a) La temperatura del agua: La tasa metabólica y consecuentemente los requerimientos de energía


para el mantenimiento aumentarán con el incremento de la temperatura.

b) El tamaño del animal: Los requerimientos energéticos son inversamente proporcionales al


tamaño del animal.

c) El estado fisiológico: Los requerimientos energéticos aumentan durante los periodos de


producción gonádica y actividad reproductiva.

d) La calidad del agua y el estrés: Los contaminantes, el aumento de la salinidad, bajas


concentraciones de oxígeno disuelto y un confinamiento excesivo, aumentan los requerimientos
energéticos para mantenimiento (Vásquez, 2004).
Vitaminas

La mayoría de las vitaminas no son sintetizadas por el pez, por lo tanto deben de ser
suplementadas en una dieta balanceada. Las vitaminas son importantes dentro de los factores de
crecimiento, ya que catalizan todas las reacciones metabólicas. Los peces de aguas cálidas
requieren entre 12 y 15 vitaminas en su dieta (Palomino, 2004). Las vitaminas son compuestos
orgánicos de bajo peso molecular necesarios en la dieta de los animales en cantidades
relativamente pequeñas para un buen crecimiento, salud y correcto funcionamiento del organismo.
De manera general se puede considerar que las vitaminas son: Componentes naturales de los
alimentos, diferentes en su estructura química de los carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y
agua. Están presentes en los alimentos en cantidades mínimas. Son esenciales para el
metabolismo (actúan como grupos prostéticos de las enzimas). Algunas vitaminas que son
esenciales para un cierto grupo de animales pueden no serlo para otros. Su carencia en la dieta
provoca síntomas específicos (enfermedades deficitarias, avitaminosis). Generalmente no pueden
ser sintetizados por los animales (Vásquez, 2004). En general, la participación de las vitaminas en
el metabolismo de los peces es muy amplia y diversa. Su deficiencia en la dieta se manifiesta en
enfermedades, generalmente irreversibles. A pesar de que la mayoría de las vitaminas se
encuentran presentes en los ingredientes comúnmente utilizados en la fabricación de raciones,
especialmente en las harinas de pescado, tortas, aceites vegetales, granos y cereales y sus
subproductos, no siempre están presentes en formas disponibles o en las cantidades requeridas
por el pez, razón por la cual es recomendable la utilización de suplementos vitamínicos para
garantizar calidad y niveles mínimos en raciones comerciales (Vásquez, 2004). En comparación
con otros vertebrados los requerimientos de vitaminas de los peces son mucho más altos, en
concreto son más altos en el caso de las vitaminas hidrosolubles, ya que nada más que el pienso
toca el agua estas se disuelven en gran medida, y es por ello por lo que en los piensos hay que
administrar una mayor cantidad de vitaminas hidrosolubles. Y también en general las vitaminas del
grupo B, ya que la microbiota del intestino produce gran cantidad de vitaminas, y en específico las
vitaminas del grupo B; como los peces están continuamente bebiendo agua, los microorganismos
del intestino de los peces son muy pocos, ya que continuamente están como lavando el digestivo; y
por lo tanto todas las vitaminas que necesita el pez deben de ser aportadas a través del pienso
(Amanya, 2008).
Minerales

Los minerales son importantes ya que afectan los procesos de osmorregulación (intercambio de
sales) a nivel de las células. También influyen en la formación de huesos, escamas y dientes
(Palomino, 2004). El pez puede absorber los minerales a través del digestivo o de las branquias, a
partir de los que hay disueltos en el agua o con los piensos. Los minerales tienen muchas
funciones, forman en cerebro, la presión osmótica, tejidos blandos, los impulsos nerviosos, forman
parte de enzimas y vitaminas. Hay minerales importantes en gran cantidad como el potasio, calcio,
magnesio, sodio; y otros en menos cantidad como el selenio (Amanya, 2008). Las vitaminas y
minerales desempeñan un papel importante en la formación de tejido óseo y sanguíneo, en el
crecimiento muscular y en diferentes procesos fisiológicos y metabólicos esenciales para un
adecuado crecimiento, salud y reproducción (Toledo, 2005).

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