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Pontificia Universidad Javeriana.

Facultad de comunicación y lenguaje.


Escrituras y mediaciones.
Angélica Lucía Santisteban.

¿Puede la pornografía ser una herramienta útil para la educación sexual?

El sexo, un tema evadido en casa, censurado en las escuelas y guiado hacia la

cohibición y la represión, es comúnmente señalado como algo negativo por la sociedad; que

lo delimita, lo estigmatiza y crea prejuicios sobre este. La sexualidad, cuya importancia en

el ser humano es en su mayoría ignorada, ha sido reducida a la anticoncepción y el cuidado

natal, dejando de lado la relevancia del cuerpo y el placer que este genera.

A pesar de que en Colombia la educación sexual es obligatoria desde el año 94, su

enseñanza y aplicación dentro de las academias e instituciones es aún limitada. Esto se

debe, en gran medida, a causa de la moral religiosa que hasta la actualidad se encuentra

implícita en los currículos escolares. Lo anterior ha llevado a que adolescentes, condenados

a la desinformación y al poco conocimiento sobre su sexualidad, recurran al uso de la

pornografía como fuente de aprendizaje alterna; fuente que puede ser en ciertos aspectos

efectiva, pero que en su mayoría, resulta perjudicial.

La pornografía busca representar de manera explícita encuentros sexuales a través

de imágenes y videos, los cuales deberían ser visualizados únicamente por personas

mayores de edad. Sin embargo, su difusión masiva y fácil acceso ha consentido que

jóvenes, desde edades tempranas, descubran su contenido. En consecuencia, el adolescente


crea falsas perspectivas e imaginarios acerca del sexo y de su sexualidad, ya que la única

imagen que tiene como referencia es el porno que visualiza. El fin de la industria

pornográfica es estrictamente comercial y se basa en historias ficticias, no comprende las

bases necesarias para instruir a las personas en educación sexual, y pese a ello, se ha

convertido en el texto escolar que los adolescentes usan.

“Si hay un tema que tiene que ver con la educación en el transcurso de toda la vida y

el aprendizaje, es la sexualidad” (Diego Arbeláez, entrevista en La silla vacía,2016). La

sexualidad es una característica natural en el ser humano, que desde el nacimiento existe y

que se va desarrollando con el crecimiento. Esta hace parte del ser y por ende, debe ser bien

instruida para un buen funcionamiento y consciencia del cuerpo: Martín Fernández (2014)

afirmó que es “(…indispensable una educación sexual amplia que permita por el perfecto

conocimiento de la verdad, el ejercicio libre, sereno y tranquilo de la más bella y potente de

nuestras fuerzas creadoras” (párr. 7). Esto pone en evidencia la relevancia que la educación

sexual integral solicita para la construcción de personas responsables, independientes y

consecuentes con sus prácticas sexuales.

A pesar del carácter trascendental que tiene la sexualidad en el ser humano, y de lo

importante que ha sido introducirla en la educación: su pedagogía aún resulta insuficiente.

El decreto reglamentario 1860 de Agosto 3 de 1994, artículo 36 sugiere que: “la enseñanza

de la educación sexual, se cumplirá bajo la modalidad de proyectos pedagógicos”

(Ministerio de educación, 2017), modelos que varían a partir de la institución y que, a causa

de los valores éticos y morales que rigen a las escuelas, reducen y limitan las

informaciones; lo que conlleva a una insolvencia en su enseñanza. Graciela Morgade

(2006), se ha tomado la tarea de nombrar los diversos enfoques que se han dado para
impartir la educación sexual, y que han sido influenciados y afectados por las tradiciones

conservadoras que aún predominan (Como en el caso de la educación en Colombia). Entre

estos enfoques están:

“El modelo biologista que, reduce la educación sexual a una anatomía y a una

fisiología de la reproducción que debe impartirse en el marco de las ciencias

naturales[…] El modelo biomedico que… se propone el abordaje de la sexualidad

de manera “preventiva” frente a “flagelos” tales como el embarazo adolescente o

las enfermedades de transmisión sexual[…] El modelo moralizante que, presente

sobre todo en los servicios educativos confesionales, enfatiza las cuestiones

vinculares y éticas que sustentarían las expresiones de la sexualidad desde una

perspectiva (hetero)normativa que suspende la experiencia de los y las

adolescentes para acentuar un “deber ser” considerado “natural” (párr. 6).

La carencia de temas como el placer sexual, la autocomplacencia y las prácticas

sexuales que van fuera de la norma heterosexual dentro de la educación que brindan las

academias, ha dejado vacíos y cuestiones abiertas en los adolescentes. Al buscar darle

respuesta a esos interrogantes, que dentro de las instituciones públicas y privadas no son

bien atendidas, recurren a la pornografía para nutrirse de información. Existen fuertes

críticas que van en contra del consumo de contenido pornográfico, pues se considera que

“detona una codificación de la sexualidad y un estereotipo genérico sexista cuya expresión

más extrema es el condicionamiento y la incitación a la criminalidad de carácter sexual

(abuso y violación sexual, trata y explotación comercial infantil, adolescente y de mujeres)”

(Peña, 2012, p.50). El porno permite un contacto más cercano con los actos sexuales, “Los

materiales sexualmente explícitos presentan algunas ventajas como permitir a algunas


personas enriquecer su vida sexual y desde esta óptica aceptar y respetar que existen

aspectos de la sexualidad humana diferentes a los personales” (Vera-Gamboa, 2000, p.78).

No obstante, la pornografía es ficción; se basa en guiones y producciones escritas, cuenta

con un reparto profesional y su finalidad es meramente comercial. Es decir, su único fin es

el entretenimiento, no la pedagogía.

En conclusión, se puede atestiguar que el contenido pornográfico no representa ni

sustenta las necesidades que la educación sexual integral requiere para su debida

instrucción. Es importante reconocer la sexualidad en todos sus aspectos, evitando caer en

prejuicios que confundan su trascendencia en el desarrollo del ser como ente reproductivo y

de placer. Aún existe una fuerte barrera religiosa que ha impedido la transmisión de

información sobre sexualidad en las escuelas, por lo que es importante reforzar el carácter

laico que la ley afirma en las instituciones para garantizar que la transmisión de

información no sea delimitada.


Bibliografía

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Peña. E. (2012) La pornografía y la globalización del sexo. El Cotidiano. 47-57.
Vera-Gamboa L. (2000) La pornografía y sus efectos: ¿es nociva la pornografía?

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