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Las tres cualidades del Alma: Memoria, Entendimiento y Voluntad.

1. Antecedentes
Clasificadas por San Agustín, pensador del primer periodo de la Edad Media, en sus
escritos; “Las Confesiones” y especialmente en “La Triada”. San Agustín, antes que
santo, es un pensador que aparece en la línea histórica como un filosofó que tendría
como objeto de análisis “la vida”, la corriente de filósofos y psicólogos humanistas
(Nietszche, Maslow, Hesse, Buda, etc.)
 
Recurrió a la “duda” como inicio de sus disertaciones, pero no era la “duda científica”,
ni la “duda histórica”, era la duda de la fe y de la moral. En su juventud, se acercó al
maniqueísmo, corriente gnóstica de la época, la abandono por no obtener respuestas a
sus preguntas. Máxima de San Agustín (Agustín de Hipona):
“Mira hacia dentro de ti, encontraras la verdad en tu interior”.

2. Clasificación de las potencias


Busca la explicación sobre la existencia de Dios, la vida y medita sobre el tiempo… ¿Qué
es el tiempo? ¿la vida es el tiempo? Resuelve que la vida y el tiempo se crearon al mismo
tiempo. Existo por que ocupo un espacio en el tiempo. Explica el pasado el presente y el
futuro y su relación con el Ser. En el pasado “fui”, en el presente “soy”, y en futuro
“seré”, pero en el pasado y en futuro, no soy. El Ser, en estos tres divisiones del tiempo
se impulsará por tres fuerzas:

PASADO – MEMORIA
ATENCIÓN – INTELIGENCIA
PREVISIÓN – VOLUNTAD
“Lo que el hombre recuerda, lo que el hombre entiende, lo que el hombre hará”

3. Acción de la Memoria, Entendimiento y la Voluntad.


Para Agustín de Hipona, la principal de estás potencias sería la MEMORIA, porque sin
memoria no hay PENSAMIENTO y no hay VOLUNTAD. Y Dios, en nuestras vidas, está en la
memoria, en la “Conciencia”. Existe la FE, pero está fe debe ser sostenida por el
espíritu, por la facultad de inteligencia y la razón. La ausencia de FE es la ausencia de
certeza. Como la enfermedad es falta de salud, y como el pecado es la ausencia de
dejar de “desear lo bueno”, el pecado original de  Adán; no es que haya buscado el mal,
dejó de buscar lo bueno.

4. El deseo y el pecado (defecto de carácter)

Por acción del alma; Instinto y cinco sentidos; el hombre se relaciona con el exterior.
Espíritu; el hombre interpreta el exterior en su interior.

¿Por qué deseamos?


Deseamos por el estímulo de nuestros sentidos; observas un trozo de carne y lo
deseamos, olemos una copa de licor y la deseamos, etc. Los estímulos percibimos por
medio de nuestros cinco sentidos te traslada al cerebro y las imágenes en nuestra mente
de las experiencias pasadas relacionadas al suceso, son nuestra memoria. Por la
memoria recordamos si fue agradable o desagradable la sensación obtenida al satisfacer
el deseo y es el entendimiento.

Tratamos de satisfacer el deseo, por necesidad o por placer, y por voluntad actuamos
para obtenerla o no. El deseo no satisfecho se convierte en obsesión, una obsesión
persistente no cumplida se convierte en frustración.

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