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GOBERNANZA

La gobernanza es un modo de dirigir un país o entidad buscando el progreso económico, pero


también el desarrollo social y el fortalecimiento de las instituciones. Todo lo anterior, de
forma sostenible en el tiempo. A la gobernanza también se le define como un arte, el cual
demanda una interacción entre los gobernantes y el pueblo. Así, el objetivo es crear un marco
legal que permita que el país pueda desarrollarse en todos los ámbitos. La gobernanza apunta
a que la nación mejore en sus indicadores económicos y sociales. Esto último se refiere, por
ejemplo, a la libertad de prensa y al respeto de los derechos humanos. Otro aspecto clave que
incluye la gobernanza es la sostenibilidad, pues busca sentar las bases para un desarrollo que
perdure en el tiempo. Esto obliga a la implementación de medidas para el cuidado del medio
ambiente y el uso responsable de los recursos naturales. Cabe precisar que el término
gobernanza comenzó a utilizarse en la década de 1990 para referirse a la eficacia y calidad de
gestión de un Estado.

La gobernanza no se refiere al gobierno formal exclusivamente, sino a una forma de dar


dirección a la sociedad en la que el gobierno formal, la sociedad civil y el tejido empresarial
se entrelazan para gestionar los asuntos públicos. En cierto sentido, la gobernanza se refiere
al hecho de gobernar en un modo distinto, un modo en el que el gobierno se convierte en
agente de configuración de espacios sociales donde el resto de actores interactúan y aspiran a
regir el curso de la sociedad.

La Gobernanza se compone de los procesos políticos e institucionales a través de los cuales


se toman e implementan decisiones. La gobernanza es más eficaz cuando estos procesos son
participativos, responsables, transparentes, eficientes, incluyentes y cuando respeten el estado
de derecho. La buena gobernanza es particularmente importante en el ámbito local, donde los
gobiernos interactúan con los ciudadanos y las comunidades sobre una base diaria.

Gobernabilidad: Se refiere a la coordinación, colaboración y entendimiento entre los actores


de las organizaciones políticas y la sociedad civil que en conjunto posibilitan las acciones de
un gobierno. Por tanto, la condición de gobernabilidad depende del equilibro y la capacidad
de respuesta eficaz que tenga el sistema político sobre las demandas sociales.

Por otro lado tenemos los indicadores de la gobernabilidad, siendo estos aquellas medidas
numéricas que me permiten evaluar la calidad intrínseca o el desempeño de las instituciones,
expresando de forma sintética la posición relativa en la que se sitúa su objeto (la institución),
bien con respecto a una situación comparable en el tiempo (la misma institución en dos
momentos diferentes), en el espacio (la misma institución en otro país) o con respecto a una
medida o estándar ideal. De este modo, estos indicadores pueden expresar el grado de
aproximación de una institución específica en relación a una meta deseable, constituyendo un
punto de referencia clave de una estrategia orientada a la gestión por resultados. Los
indicadores de gobernabilidad pueden desempeñar, al menos, las siguientes funciones en su
apoyo al desarrollo institucional: Atención, Conocimiento, Intervención, Responsabilización

Mientras que las evaluaciones de la gobernabilidad constituyen una herramienta importante


para sistematizar la información y los datos sobre un tema concreto de gobernabilidad local o
sobre su calidad en general. Además, las evaluaciones proporcionan una base para la
realización de políticas basadas en evidencias y pueden empoderar a los partidarios de
reformas del gobierno local o de la sociedad civil para movilizar a la opinión pública a favor
de la reforma. Es importante comprender que la evaluación de la gobernabilidad local no es
un mero subconjunto o una forma desagregada de las evaluaciones de gobernabilidad
nacional. Las evaluaciones de gobernabilidad local proporcionan información relevante sobre
asuntos específicos del nivel local, como las políticas relacionadas con la descentralización,
la participación y la rendición de cuentas local. Una de las principales diferencias entre la
evaluación de gobernabilidad nacional y la local es la mayor proximidad de ésta última a
temas relacionados con la vida cotidiana. A diferencia de la gobernabilidad nacional, que
suele tratar políticas sistémicas, el ámbito local presenta una interacción diaria e intensa con
los ciudadanos. Por esta razón, las evaluaciones locales deben ser mucho más sensibles a las
necesidades particulares de los colectivos de partes interesadas y ciertos segmentos de la
comunidad local. El propósito de llevar a cabo una evaluación de gobernabilidad local reviste
la mayor importancia, ya que es el propósito el que decide el alcance de la evaluación, la
metodología y los indicadores que deben aplicarse y no al revés. Las evaluaciones que se
realizan con objetivos vagos no ofrecen resultados de desarrollo adecuados y pueden suponer
un desperdicio de tiempo y de recursos.

Fases de la evaluación de gobernabilidad

Fases clave de la Definición.


evaluación de
gobernabilidad.

Fase preparatoria. Identificar y contratar al equipo que llevará a cabo la evaluación


y desarrollar un programa de trabajo detallado. El equipo debe
ser lo más heterogéneo posible en cuanto a género, etnicidad,
edad y procedencia social. Es especialmente importante contar
con una fuerte presencia de trabajadores sociales. El plan de
trabajo detallado debería incluirse en la fase de comunicación de
resultados.

Fase de fomento de Fomento y facilitación de la coordinación de las distintas partes


alianzas interesadas locales que participan en el proceso. El equipo debe
buscar el respaldo local más amplio posible de la evaluación.
Deberá hacerse un seguimiento de las partes interesadas
importantes que no acudan a las reuniones de planificación al
principio de la evaluación. Durante esta fase, deberán realizarse
todos los esfuerzos posibles para dar a conocer la evaluación, de
manera que más adelante se eviten malentendidos sobre el
propósito de la misma. Deberá establecerse un comité de
supervisión que represente a un amplio círculo de partes
interesadas. Para garantizar la sostenibilidad, la tarea primordial
de este comité consistirá en supervisar cómo se implementa el
plan de acciones que surja de los resultados de la evaluación.
Fase de desarrollo. Diseño del alcance y foco de las áreas (incluida la selección de
indicadores) y desarrollo de herramientas para recabar
información de gobernabilidad. Si se lleva a cabo con una gran
participación de actores, la discusión sobre la selección de
indicadores proporciona una excelente oportunidad para
involucrar activamente en la evaluación a numerosas partes
interesadas. Además, se creará el espíritu de equipo necesario
para eliminar sospechas mutuas y contribuir de esta manera a
impulsar la iniciativa.

Fase de trabajo de Recopilación de datos. Es fundamental que el equipo encargado


campo. esté totalmente formado y comprometido con los supuestos
normativos subyacentes a la evaluación de gobernabilidad local.
Los miembros del equipo deberán ser preferentemente
seleccionados según sus conocimientos del área local y
habilidad para expresarse en las lenguas de las diferentes
comunidades.

Fase analítica. Análisis de los datos. Proceso para resumir e interpretar los
hallazgos de manera que se elaboren conclusiones. Esta fase
también incluye discusiones sobre los hallazgos y las
conclusiones.

Fase de planificación y Desarrollo de un plan de acciones mediante consultas con las


difusión de las acciones. distintas partes interesadas, difusión de los resultados del trabajo
analítico y publicación del plan de acciones. Hay que desarrollar
una estrategia clara para dar a conocer los resultados desde el
comienzo de la iniciativa y no dejar esta tarea hasta la obtención
de resultados. La estrategia debería ser innovadora e identificar
y dar prioridad a los “múltiples puntos de entrada” mediante los
que los resultados pueden tener un impacto sobre los creadores
de opinión y los responsables políticos: las diversas
organizaciones políticas de ámbito local, colectivos sociales,
organizaciones de sociedad civil, etc.

Fase de implementación Implementación del plan de acciones y supervisión de su


política. progreso. La supervisión es un elemento fundamental para
garantizar la sostenibilidad de la evaluación de gobernabilidad.
Por esta razón, se sugiere que la responsabilidad recaiga en gran
medida sobre el comité de supervisión establecido durante la
fase de fomento alianzas.

Indicadores usados: Los indicadores pueden generar datos cuantitativos y cualitativos. Los
indicadores de gobernabilidad pueden clasificarse de muchas maneras. La mayoría de los
investigadores y de los profesionales trabaja con indicadores de gobernabilidad nacional que
miden dimensiones como insumos, exumos, procesos, resultados e impacto. Estos también
pueden utilizarse como indicadores de la gobernabilidad local.
Las categorías típicas de indicadores son:
• Los indicadores de insumos miden los recursos financieros, humanos y materiales
necesarios para producir exumos, además del entorno institucional en el que funciona una
organización.
• Los indicadores de procesos incluyen los procedimientos adoptados y las acciones
emprendidas para conseguir resultados.
• Estos pueden incluir el funcionamiento y la calidad de los sistemas administrativos, los
procesos de planificación y de realización de políticas y los mecanismos de implementación.
No obstante, la medición de los procesos (y la calidad) del compromiso entre el estado, la
sociedad civil y el sector privado, incluidos los aspectos de participación, transparencia,
rendición de cuentas o equidad, es más compleja de lo que pueda parecer a simple vista.
• Los indicadores de exumos o de resultados inmediatos muestran los resultados
externamente visibles de los insumos y los procesos. Se incluyen los bienes y servicios que
satisfacen las necesidades de los ciudadanos (por ejemplo, la instalación de fuentes para el
suministro de agua, mostradores de información, número de permisos concedidos, etc).
sociedad civil y el sector privado, incluidos los aspectos de participación, transparencia,
rendición de cuentas o equidad, es más compleja de lo que pueda parecer a simple vista.
Los indicadores de exumos o de resultados inmediatos muestran los resultados externamente
visibles de los insumos y los procesos. Se incluyen los bienes y servicios que satisfacen las
necesidades de los ciudadanos (por ejemplo, la instalación de fuentes para el suministro de
agua, mostradores de información, número de permisos concedidos, etc).
•Los indicadores de percepción evalúan las percepciones u opiniones de los ciudadanos sobre
distintos temas como la prestación de servicios básicos, la rendición de cuentas, la
receptividad de las instituciones y la corrupción.
• Los indicadores de resultados o de impacto miden los objetivos alcanzados a la larga o los
beneficios derivados de un proceso, normalmente en forma de necesidades satisfechas o
consecución de objetivos de desarrollo generales.

Finalmente, se debe mencionar que muy alto es el grado de responsabilidad que tienen los
Estados en el rol de buen gobierno. Lograr satisfacer las necesidades de sus pobladores y
propender al desarrollo y crecimiento de un territorio, ejecutando de la mejor manera posible
los planes de gobierno planteados para lograr tal fin, enfocado en el contexto en que se
mueve la región y con los antecedentes que tenga el país. Tomar decisiones de la manera más
asertiva para lograr elegir la mejor, que será la que más beneficio cause con menos inversión,
distribuir o administrar los recursos de forma favorable para cubrir todas la áreas del
desarrollo y propender que en los aspectos críticos se adopte por la decisión que menos cause
daño. La administración pública en los esquemas de gobernabilidad son una herramienta para
generar resultados tangibles y lograr un impacto en la vida económica, cultural, educativa,
tecnológica, pública y que promueva al desarrollo productivo, en últimas lograr el bienestar
social.

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