Está en la página 1de 5

II BIOLOGÍA DEL DESARROLLO DE LA CARA,CAVIDAD BUCAL Y CUELLO

2.4 Desarrollo del Complejo Articular Temporomandibular (ATM):

2.4.1 Origen embrionario.


2.4.2 Componentes histológicos.

Origen Embrionario

Las estructuras primarias que constituyen el complejo articular quedan establecidas


aproximadamente a las 14 semanas de vida prenatal. A partir de este momento, los cambios
morfológicos se suceden gradualmente con el crecimiento y conducen al aumento de
tamaño de las estructuras articulares. De tal modo que al estudio de esta pieza articular
en embriones humanos precoces (antes de la séptima semana de vida intrauterina), cuando
la mandíbula no contacta aún con la base del cráneo, se desarrolla una articulación
transitoria entre huesos que se forman en el extremo posterior del cartílago de Meckel,
con la base del cráneo, hasta darse la diferenciación del ATM. Este extremo posterior de
dicho cartílago (Meckel) se osifica, convirtiéndose en martillo y yunque, de modo tal, que
esta primitiva articulación pierde su relación con la mandíbula y se incorpora al oído medio,
desplazándose hacia la parte superior de la mandíbula integrándose a su nueva función de
la que originalmente se inicia.
Como ya sabemos entre la 6ta a 8va semana de vida intrauterina, aparece el primer
esbozo de formación de la mandíbula, la cual ocurre por diferenciación del I Arco Branquial.
Este arco se convierte en 2 barras cartilaginosas que se sitúan en el margen superior
(Maxilar) y en el margen inferior (mandíbula primitiva).
Las extremidades posteriores de ambos cartílagos se unen para formar una articulación
que a menudo se conecta con el cráneo y que suspende la mandíbula.
La ATM se origina desde dos blastemas: condilar y glenoideo. Entre estos 2 blastemas
aparece una densa capa de tejido mesodérmico que va a constituir el futuro Disco
Articular.
En el recién nacido, el disco articular es aplanado y casi circular.
Una importante característica embriológica es que a las 40 semanas la cavidad glenoidea
es plana; y es la erupción dentaria la que va configurando su concavidad, la misma que
continua su proceso de formación hasta aproximadam. el primer tercio de la vida del
hombre. Recién la aparición de las cordales culmina los últimos “toques” al desarrollo final
de la cavidad glenoidea. Inclusive se ha observado que la ATM recién adquiere su forma
más o menos concluyente cuando el tubérculo articular adquiere su completo desarrollo lo
cual ocurre en la etapa prepuberal (esto es entre los 11 y 14 años), en que teniendo ya su
forma bastante definida, continuará creciendo hasta completar su tamaño final hacia los 25
años de vida.
2.4.2 Componentes Histológicos:
La ATM posee una función basada en una curiosa articulación simétrica externa e
internamente que opera con un sistema sinovial y puede ser considerada como la más
notablemente compleja de todas las demás articulaciones de nuestro organismo.

Se hace indispensable recordar que la ATM está compuesta por: el cóndilo de la mandíbula,
la cavidad del hueso temporal (cavidad glenoidea) y el disco o menisco articular.

El menisco es movible y especializado en la acción masticatoria de las piezas articulares.

La membrana sinovial: cubierta interna articular que regula la producción y composición


del líquido sinovial y mediante este mecanismo mantiene la vitalidad de los tejidos
articulares.

La cápsula articular envuelve y protege a la articulación, es decir a toda esta intrincada


estructura osteomuscular articular.

La cavidad glenoidea la conforman la eminencia articular y fosa articular del hueso


temporal, la cual es una depresión profunda de forma elipsoidal cuyo eje mayor se dirige
atrás y adentro y está dividida en dos partes por la cisura de Glaser, siendo articular solo
la parte anterior. Está recubierta de tejido fibroso.

El Cóndilo de la mandíbula articula bilateralmente (derecha e izq.) con la base del cráneo.

El líquido sinovial es un fluido de matriz extracelular amorfa que participa en la nutrición


y defensa de los tejidos articulares.
Histológicamente
Las superficies articulares de la ATM están compuestas por tejido cartilaginoso, el cual
es es un tipo de tejido conjuntivo especializado, constituido por células y matriz
extracelular, estas células son denominadas condrocitos y están rodeadas por abundante
matriz extracelular. Los condrocitos sintetizan y segregan los componentes orgánicos de
la matriz extracelular, que son: colágeno, proteoglucanos y glucosaminoglucanos.
Tipos de tejido cartilaginoso:
Hialino que es el más abundante en el cuerpo humano, el elástico y el fibroso. El cartílago
es avascular y aneuronal, y los condrocitos se nutren con material que difunde desde los
capilares sanguíneos del tejido adyacente ó del líquido articular. En lo que respecta a la
regeneración, crecimiento y proliferación activa del cartílago, ésta se limita a los primeros
años de vida. Está formado principalmente por fibras de colágeno tipo II y posee
condrocitos dispuestos en grupos. Este tipo de cartílago posee pericondrio y es de aspecto
blanquecino azuloso. Se encuentra en las superficies articulares de los huesos, en el
esqueleto nasal, la laringe, la tráquea, bronquios.
Elástico está formado también por fibras de colágeno tipo II y por fibras elásticas. Presenta
pericondrio; pero es amarillento. Tiene mayor elasticidad y flexibilidad que el hialino. Se
encuentra en la epiglotis y en el aparato auditivo.
Fibroso o fibrocartílago es una transición entre el tejido conectivo denso y el cartílago
hialino, con fibras de colágeno tipo I. Carece de pericondrio. Se encuentra en los discos
intervertebrales, discos articulares y meniscos y en la inserción de los ligamentos y
tendones.
La ATM y el disco articular están formados, desde el punto de vista histológico, por
cartílago fibroso o fibrocartílago. A diferencia de otros tejidos cartilaginosos.
Las áreas o superficies articulares están destinadas a soportar o resistir las fuerzas
mecánicas que se originan durante los movimientos mandibulares, éstas áreas funcionales
están recubiertas por un tejido conectivo fibroso de mayor espesor, localizado por un lado
en la vertiente posterior de la eminencia temporal y por otro lado a nivel de la carilla
articular del cóndilo mandibular. Su función consiste en amortiguar las presiones y
distribuirlas sobre las superficies óseas articulares. Por debajo de este tejido fibroso existe
una zona proliferativa muy delgada, siendo esta capa en el ATM adulto la que suministra
los fibroblastos para renovar el tejido fibroso articular. Subyacente a esta zona proliferativa
se observan sucesivamente una zona de fibrocartílago y otra zona muy delgada de cartílago
calcificado, tras la cual se encuentra el tejido óseo subarticular, tanto a nivel mandibular,
como temporal. Durante el desarrollo pre y postnatal, el área proliferativa de células
indiferenciadas da también origen a los condrocitos subyacentes.
La Membrana sinovial y líquido sinovial: la Cápsula Articular desde el punto de vista
histológico, posee dos capas:
Externa fibrosa e Interna (la Membrana Sinovial), la cual es muy delgada y tapiza el interior
de dicha cápsula. Esta membrana produce el líquido sinovial que se almacena en los fondos
de saco de las cavidades supra e infradiscal. Las membranas sinoviales representan los
medios de deslizamiento de la articulación. Estas membranas revisten por completo la
cápsula articular de la ATM del adulto. La membrana sinovial contiene una población
heterogénea de células. Entre ellas destacan células con actividad fagocítica y células con
capacidad de secreción de ácido hialurónico.
Dado que las células sinoviales no limitan con una lámina basal, se considera que no
constituyen una verdadera membrana. En ocasiones, forman vellosidades que se pueden
proyectar hacia la cavidad articular. Algunas vellosidades son avasculares y otras
contienen tejido conectivo y células adiposas. En general, las vellosidades son escasas y
aumentan en número en las patologías articulares.
Con microscopía electrónica de transmisión se han identificado dos tipos de células
sinoviales, tipo A y tipo B. Las células tipo A poseen un complejo de Golgi muy
desarrollado y numerosas vesículas lisosomales, característica de las células con actividad
fagocítica. Las tipo B poseen un complejo de Golgi más pequeño, retículo endoplásmico
rugoso (RER) muy desarrollado y abundantes gránulos productores de una secreción rica
en glicoproteínas y glucosaminoglucanos, entre los que se destacan el ácido hialurónico
y la lubricina.
La matriz extracelular (MEC) de la membrana sinovial contiene fibrillas colágeno inmersas
en un material amorfo electrodenso. Las células sinoviales están ausentes en las zonas
articulares funcionales.

En la subsinovial se pueden encontrar diversas variedades de tejido conectivo; tipo fibroso


y tipo adiposo La presencia de un tipo u otro depende de las demandas a las resistencias
mecánicas de la región, de la edad o de la patología. Dicha estructura está irrigada por
una red de capilares continuos, fenestrados y discontinuos. También se han observado
vasos linfáticos.
El líquido sinovial, cuya función es lubricar y nutrir la articulación, histológicamente se
puede apreciar que es producido como un ultrafiltrado del plasma sanguíneo a partir de la
rica red vascular de la membrana sinovial. Posee una coloración amarillenta clara y
contiene abundante ácido hialurónico y mucinas, que le otorgan la viscosidad
característica. También presenta células libres descamadas y macrófagos. Durante los
movimientos articulares el líquido se desplaza de un sitio a otro (mecanismo conocido
como «lubricación límite»). En reposo, los sinoviocitos B elaboran pequeñas gotitas de
líquido sinovial para favorecer aún más la lubricación articular (mecanismo llamado «de
lágrima»). Desde el punto de vista funcional, el líquido sinovial tiene por finalidad, además
de lubricar las distintas regiones articulares, nutrir los condrocitos y, por la capacidad
fagocítica degradar y eliminar las sustancias de desecho.

También podría gustarte