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Dr.

Herbert González Zymla


Profesor del Departamento de Historia del Arte
Universidad Complutense de Madrid

hgonzale@ucm.es

/ Ovidio y la moda:
las artes de la seducción
a través del vestir en la Roma
de los Julio-Claudios

Resumen: Ovidio, el famoso poeta que vivió entre el año 43 a. de C. y el 17 d. de C., fue
condenado, en el 8 d. de C., a exiliarse en la ciudad de Tomis, la actual Constan-
za (Rumanía). Hasta entonces, Ovidio había vivido en Roma y había traducido
al lenguaje poético el rico y variopinto mundo sensual de la Roma de los Julio-
Claudios, incluyendo sus prácticas sexuales, en escritos como: Amores, Arte de
Amar, Remedios para el Amor, Cosméticos para el rostro femenino… Aunque
se discuten las posibles causas que llevaron al Emperador a dictaminar esta
sentencia de destierro, en la actualidad se considera que el desenfado erótico de
sus escritos pudo ser una de las causas fundamentales, porque la forma explícita
con que Ovidio hablaba del amor iba en contra de las reformas sociales que
había impulsado Augusto. Con independencia del nivel de implicación que en
este asunto pudieron tener la peligrosa Corina y la hija del Emperador, Julia la
Mayor, lo cierto es que, en los escritos de Ovidio se pueden encontrar testimo-
nios escritos que demostrarían la existencia de moda en Roma, tal y como hoy
la comprendemos, entre los que están: la necesidad de cuidar la apariencia para
seducir a las personas a quienes se desea, arreglarse para gustarse a uno mismo
y gustar a los demás, consejos prácticos sobre modales, maquillaje, peinado…
El presente trabajo propone un recorrido por algunos de esos testimonios como
precedentes del concepto contemporáneo de moda.

Palabras clave: Publio Ovidio Nasón; Octavio Augusto, Julia la Mayor, Corina, Amores, Arte
de Amar, Remedios para el Amor, Cosméticos para el rostro femenino.

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Diseño de Moda

Abstract: Ovidius, the famous poet who lived between the years 43 BC and 17 AD, was
condemned to exile in the city of Tomis (today’s Constanta, in Romania) in 8
AD. Until then, Ovidius had lived in Rome and had translated the rich and
diverse sensual world of the Rome of the Julio-Claudians into poetic langua-
ge, including their sexual practices in writings such as The Loves, Art of Love,
Remedies for Love, Cosmetics for the Female Face… Despite the current dis-
cussion of the possible reasons that made the Emperor issue that sentence of
exile, it is now considered that the erotic ease in his writings could have been
one of the fundamental motives due to the explicit way in which Ovidius speaks
about love, which attempted against the social reforms fomented by August.
Regardless of the level of implication reached by both the dangerous Corina
and the Emperor’s own daughter, Julia the Eldest, it is true that Ovidius’ works
attest the existence of fashion in Rome, as it is understood today. Among these
texts are: the necessity to attend to personal appearance to seduce those who
are desired, grooming oneself for both liking oneself and being liked by others,
practical tips on modals, make-up, manners, hair-style… This work proposes an
itinerary along each of those testimonies as antecedents of the contemporary
concept of fashion.

Key Words: Publius Ovidius Naso, Octavius Augustus, Julia the Eldest, Corina, The Loves,
Art of Love, Cosmetics for the Female Face.

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Teoría e historia de la indumentaria

En el año 8 d. de C. el poeta Publio gentes rudas y poco cultivadas, que cualquier respuesta posible de ambi-
Ovidio Nasón recibió una orden hablaban un latín para él incompren- güedad y conjeturas. Eso es lo que
fulminante del emperador Octavio sible y corrupto2, sufriendo durísimos explica que en los Tristia invoque a
Augusto: debía abandonar Roma y inviernos y expuesto continuamente a sus lectores diciendo: A vosotros vuel-
marchar a la ciudad de Tomis, que los ataques de las tribus semi-nóma- vo otra vez, espíritus curiosos que
es la actual Constanza, en Rumanía, das de más allá del limes: los Sárma- queréis saber la historia de mi vida7.
a orillas del mar Negro. En aquel tas y los Getas, todos ellos parte de El edicto que le obligó a exiliarse
momento Tomis era tan sólo una for- lo que hoy denominamos: Escitas3. debió promulgarse en el año 9 d. de
taleza, con una pequeña ciudad pro- Ovidio pidió a Augusto poder volver C, cuando Ovidio tenía 52 años, pues-
vincial, asociada a un puerto, situada a Roma, pero ni el Emperador, ni su to que en una de sus epístolas, escrita
en el limes imperial de Oriente, a ori- sucesor, Tiberio, se lo permitieron. tras la muerte de Augusto, en el año
llas del que entonces era llamado: mar Se mostraron totalmente inflexibles 14 d. de C., dice llevar en Escitia un
del Ponto Euxino (Ponto Hospitalario). y el poeta hubo de permanecer en lustro, es decir, 5 años. Ovidio ocultó
Ovidio pasó allí los últimos años de su Tomis, donde murió, según San Jeró- deliberadamente la causa de su exilio.
vida, en un territorio que consideraba nimo, a los 74 años de edad, en el 17 En lo referente al carmen, el propio
una ciudad fría, inculta y poblada por d. de C., alejado de la belleza de su poeta aclara varias veces en sus escri-
bárbaros1. Había pasado de los 50 añorada Roma. En 1887 se erigió en tos que su culpa fue haber publicado
años y, en los poemas que compuso su honor, en una de las plazas más el Ars Amatoria8. Sin embargo, la his-
estando allí, se quejaba amargamente importantes de Constanza, un monu- toriografía más asentada ha cuestio-
de tener que vivir en una civitas sin mento público a Ovidio consistente nado esta explicación porque el Arte
ninguna clase de estímulo intelectual, en una estatua de bronce a la cera de Amar se publicó en el año 1 d. de
sin diversiones, ni refinamientos, con perdida [lám.1], obra del artista ita- C., es decir, 8 años antes de promul-
liano Ettore Ferrari (1887-1929), que garse el edicto que le obligaba a salir
homenajea al famoso poeta en la ciu- de Roma para exiliarse en Tomis. Si
dad que le acogió durante su exilio, era merecedor su escrito de recibir la
mostrándole con gesto melancólico, reprobación del César, el castigo, por
como si estuviera meditando sobre lógica, debería haber sido más inme-
los placeres añorados y perdidos4. diato a su publicación. El pretexto
que usa el propio Ovidio para discul-
Aún hoy en día se desconoce qué es par al Emperador no es nada convin-
lo que provocó la caída en desgracia cente; puesto que afirma que el edic-
de Ovidio5. El propio poeta afirmó to se retrasó porque Octavio no tuvo
en sus escritos que su exilio se debía a tiempo para leer sus escritos hasta 8
dos razones: carmen et error, es decir: años después de haberse publicado,
un poema y un error, sin dar más debido a que estaba muy ocupado
detalles6. Ovidio era consciente de en resolver cuestiones de estado. El
que sus lectores tendrían el máximo argumento esconde más una adula-
interés en conocer la verdad sobre lo ción que una razón convincente. La
que le había ocurrido y, precisamente excusa, a los ojos de un investigador
por ese interés, fomentó de manera sagaz, parece, por otro lado, un tan-
consciente el misterio, envolviendo to ingenua, casi podríamos decir: “de
compromiso”9. Ante estas incógnitas
hay que preguntarse: ¿El Ars Ama-
Fig. 1. Monumento público dedicado a toria fue un pretexto o una causa
Ovidio, obra de Ettore Ferrari, 1887, real? La necesidad de explicar este y
Constanza. otros enigmas en torno al exilio y a
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/e/e7/ la vida privada de Ovidio ha hecho
Statue_of_Roman_poet_Ovid_in_Constanta,_crop- surgir tres teorías diferentes, no nece-
ped.jpg sariamente contradictorias entre sí:

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La primera, podríamos decir que la de sus escritos y la sensualidad de su a la idea de familia tradicional, que
versión más oficial y más antigua, comportamiento, le hicieron caer en era defendida por el orden Patricio13.
afirma que su exilio fue un castigo desgracia. En efecto, tras las victorias
por estar presente Ovidio y parti- sobre Sexto Pompeyo y Marco Anto- El emperador Octavio Augusto tenía
cipar activamente en ceremonias nio, Octavio Augusto se convirtió en una visión muy concreta del papel
religiosas mistéricas, en las que los el hombre de estado que centralizó que debía tener la mujer en la socie-
adivinos vaticinaban cuál iba a ser en sus manos todo el poder de Roma, dad romana. Así lo puso de mani-
el destino del emperador Octavio momento a partir del cual aspiró a fiesto en el año 18 a. de C. cuando
Augusto, lo que podía ser interpreta- revitalizar unos ideales humanos y él mismo se presentó ante el Senado
do como una conspiración manifiesta espirituales basados en la mos maio- y leyó un discurso entero que había
contra el poder religioso y político rum, es decir, fundamentados en pronunciado, un siglo antes, el censor
del Pontifex Maximus, sobre todo la idea de recuperar la severidad y Quinto Cecilio Metelo Macedónico
porque el emperador no había pre- buenas costumbres de los antepasa- (210-115 a. de C.): Si nosotros Qui-
sidido tales ceremonias y tampoco dos. Considerando que la sociedad rites [Ciudadanos], pudiéramos vivir
había sido informado que se iban a romana de las décadas inmediata- sin mujeres, ninguno de nosotros sin
celebrar10. Ovidio en los Tristia, al mente anteriores había perdido bue- duda, aceptaría el fastidio del matri-
tratar el mito de Diana y Acteón, na parte de sus valores tradicionales, monio. Pero como la naturaleza ha
confiesa haber visto algo, que afec- y que eso era lo que había originado querido que no se pueda vivir con
taba personalmente al Emperador la decadencia de la República, Octa- las mujeres sin tener problemas, y
y que, ese algo, es lo que provocó vio Augusto se propuso regenerar la tampoco ha querido que no se pue-
que sus ojos fueran culpables, pero: vieja Roma, estableciendo un nuevo da vivir sin ellas, es necesario que
¿Qué fue lo que vio y por qué era tan modelo político: el Principado, y con- nos preocupemos por la tranquilidad
grave como oculto y silenciado? De virtiéndose él mismo en un: primus perpetua, en lugar de hacerlo por el
momento, no hay una respuesta cier- inter pares, es decir, en un primero y placer de corta duración14. La con-
ta y todas las hipótesis son tan sólo principal de entre los que, por dere- clusión a la que llegó Quinto Metelo
conjeturas11. cho, eran iguales en dignidad y poder Macedónico era que los ciudadanos
y, juntos, componían el Senado12. varones debían guardarse lo más
La segunda teoría nació como con- El cambio era más aparente que real, posible de la influencia femenina,
secuencia de una especulación puesto que, como es de todos bien pero, a la vez, debían casarse y tener
muy frecuente en la historiografía sabido, Octavio concentró la totali- con sus esposas numerosa descenden-
tradicional, sobre todo, cuando el dad de los poderes en sus manos, san- cia para fortalecer el poder de Roma
investigador que defiende esta hipó- cionando y perpetuando su criterio [lám. 2]. Lo mismo pensaba Octavio
tesis escribe desde un signo ideoló- con el apoyo legislativo del Senado. Augusto y con ese objetivo promulgó
gico conservador y pretende exaltar Integrado en ese modelo humano, las Leyes Julias15. Una de ellas, la lex
las reformas morales que Octavio económico, moral y político, el mis- Iulia de maritandis ordinibus, del 18
Augusto impulsó en la sociedad de su mo Emperador, su familia y cuantos a. de C., imponía a todos los varo-
tiempo. Según esta segunda hipótesis, le rodeaban en la Corte, debían mar- nes entre los 25 y los 60 años y a las
el modo en que Ovidio había habla- car, con sus acciones, el ejemplo a mujeres entre los 20 y los 50 años, la
do abiertamente en sus poemas de seguir por el resto de la sociedad. La obligación de casarse con alguien de
las relaciones sexuales que, con una búsqueda del decoro y la exaltación su mismo estatus socio-económico,
libertad absolutamente contemporá- de ciertos valores morales, algunos de puesto que los matrimonios desigua-
nea, él mismo practicaba, desagradó ellos de filiación estoica, condujeron a les eran mal vistos, en tanto en cuan-
mucho a Augusto, interesado en rege- Augusto a promulgar las Leyes Julias, to podían significar la promoción de
nerar las supuestas buenas costum- que castigaban con dureza, al menos uno de sus miembros, advenedizo, en
bres de Roma. Los investigadores que en la esfera de lo teórico, los delitos el nuevo grupo social que lo acogía16.
son partidarios de esta teoría defien- contra el honor familiar y los excesos Quien no se casara, seria sancionado
den que, aunque Ovidio había for- en el lujo externo en el vestir y el ador- económicamente, llegando, inclusive,
mado parte del círculo de intelectua- no corporal, así como determinados a limitarle la posibilidad de recibir
les de la Corte Imperial, el desenfado comportamientos sexuales, contrarios herencias. Con la Lex Papia Poppaea,

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Fig. 2. Emilio Vasarri, El matrimonio
romano, 1914.
https://latunicadeneso.files.wordpress.
com/2015/04/vasarri-boda-romana.jpg

específico: quaestio de adulteriis. La


acusación podía presentarla no solo el
marido o el padre de la mujer, aparen-
temente culpable, sino cualquier ciu-
dadano particular a título propio o de
forma anónima. Además, el marido
que no denunciaba a su mujer podía,
a su vez, ser denunciado por lenoci-
nio, es decir, por inducción a la pros-
titución de su esposa, o por aceptar la
del 9 a. de C. se buscaba que aumen- poco lo hicieron los dos cónsules que infidelidad conyugal como parte de
tara la natalidad de los patricios y de decretaron la segunda de las leyes, a la coexistencia con ella con el obje-
los grupos sociales dirigentes17. La éli- la que, por cierto, dieron su nombre: to de que las relaciones extramari-
te patricia no tenía hijos y eso podía Marco Papio Mutilo y Cayo Popeo tales le reportaran beneficios en una
suponer, si no se atajaba a tiempo, Sabino. La ley para reprimir los adul- suerte de proxenetismo. La condena
poner en peligro una parte esencial terios, el incesto, el estupro y el leno- contra aquellos que eran declarados
del modelo social romano. Tener 3 cinio, la Lex de adulteriis coercendis, culpables de adulterio era el destierro
hijos o más en Roma, 4 hijos o más promulgada el 18 a. de C., buscaba a una isla: relegatio in insulam, esta-
en Italia y 5 o más en las provincias, reforzar los valores morales tradicio- bleciendo que el hombre y la mujer
comportaba exenciones fiscales, que nales, al menos de cara a la galería, condenados debían ser desterrados
hoy calificaríamos como propias de castigando severamente las infraccio- a islas distintas. Cualquier acción
las políticas natalistas de los regíme- nes del vínculo matrimonial19. Esta legal iba acompañada de importan-
nes totalitarios. Los especialistas en última ley es muy reveladora de la tes sanciones patrimoniales. Es en
derecho romano que han estudiado política de Augusto. En virtud de ella, aplicación de estas leyes que Ovidio,
estas leyes no tienen del todo claro si se podían castigar como adulterio por su relación con Corina y con
las normas fueron verdaderamente todas las relaciones extraconyugales otras mujeres, pudo ser desterrado a
efectivas. Se conocen muchos casos que pudiese mantener una mujer, Constanza que, en efecto, no es una
de senadores que, estimulados por la aunque fuera soltera o viuda, con la isla, pero resulta estar tan alejada
legislación agustea, tuvieron lo que única excepción de las prostitutas. de Roma que resultaría equivalente.
hoy llamaríamos: familia numero-
sa. Marco Vipsano Agripa (63-12 a. La promulgación de todas estas leyes Mediante las Leyes Julias, Augusto
de C.), el primer ministro de Octa- supuso un cambio profundo en la confiaba en restablecer la antigua
vio Augusto, de quien hablaremos manera de enfrentarse a los delitos moral y dar un impulso definitivo a
en breve, tuvo 5 hijos con Julia, la sexuales, conyugales y familiares. la natalidad de las élites patricias. La
hija del Emperador; pero el propio Durante siglos el castigo de esta clase visión desenfadada del mundo, eróti-
Emperador se saltó las leyes que él de delitos se había confiado a las pro- ca, gozosa de la belleza y de los pla-
mismo había promulgado y no tuvo pias familias, concretamente a la auto- ceres que se lee en Ovidio chocaba
ningún hijo con Libia Drusila (59 a. ridad del Pater familias, el cual podía frontalmente con los ideales augus-
de C. – 29 d. de C.), su esposa. El decidir, incluso, la ejecución de los teos. Sin embargo, como se verá en
poeta Quinto Horacio Flaco (65-8 culpables sin rendir cuentas a nadie. breve, el resultado de su iniciativa
a. de C.), muy conocido por haber Con Augusto, en cambio, estos deli- fue un fracaso absoluto. La ley de
sido el creador del tópico literario tos se convertían en un crimen públi- represión de los adulterios fue, qui-
del carpe diem18, no se casó y tam- co y eran juzgados por un tribunal zá, la más desafortunada de las que

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Diseño de Moda

promulgó Octavio Augusto. Cálcu- sangrientos ajustes de cuentas. No se cuente, un ilustre renombre mientras
los recientes estiman que las conde- debe olvidar que, la necesidad de ven- aún estaba vivo, honor que suele dar
nas por adulterio en la dinastía Julio gar las ofensas sufridas era una parte la fama después de las exequias24.
Claudia son sólo de 21 sentencias en fundamental de la cultura latina.
total. La ley empezó a fracasar por el Examinada en su conjunto, la obra
propio Emperador Augusto. Sueto- Si tomamos en cuenta ese panorama literaria de Ovidio fue siempre por
nio, en los Doce Césares, no oculta ideológico, muy conservador y lega- caminos distintos a los de la sobrie-
que hubo: públicas virtudes y vicios lista, más de mantener las formas que dad y la austeridad. De hecho, los
privados20. El comportamiento del de tenerlas verdaderamente, compo- escritos de Ovidio pueden conside-
Emperador no era en absoluto modé- siciones literarias como las Metamor- rarse, por su irreverencia, contrarios
lico, de hecho, era de dominio públi- fosis, el Ars Amatoria y otros escritos a la ideología de Augusto o, cuanto
co la relación que Octavio Augusto de Ovidio, suponían un posiciona- menos, poco comprometidos con el
tuvo con Terencia, la esposa de Cayo miento intelectual hedonista, contra- poder. Muy lejos estaba Ovidio de
Mecenas (70-8 a. de C.). Por otro ria al estoicismo defendido desde las los objetivos que tenían marcados los
lado, las grandes familias del Patricia- esferas del poder; un planteamiento, poetas del círculo Imperial, que aspi-
do habían seguido siempre un prin- hasta cierto punto subversivo, que raban a la severidad moral con el fir-
cipio que, en palabras coloquiales, cuestionaba gravemente la postura me propósito de engrandecer a Roma
manda que:“los trapos sucios se laven oficial defendida por el Emperador, y a sus caudillos. Ovidio más bien se
en casa”; de modo que era muy difícil más afín a las fórmulas literarias de proponía entretener y dar disfrute e
para las élites romanas aceptar una Virgilio quien, al escribir la Eneida, ideas nuevas a un lector imaginati-
ley que violaba la privacidad domés- las Georgicas y las Bucólicas, había vo, capaz de gozar del mundo que le
tica y que podía lesionar el principio generado un modelo literario y huma- rodeaba, con una filosofía hedonista
de autoridad del Pater Familias. De no, catalizado a través de la figura y desenfadada, que subyace en todos
hecho, el mismo Augusto tenía esta mitológica de Eneas, coincidente sus escritos. Marco Fabio Quintiliano
mentalidad y no puso demasiado con la idea de hombre de estado y de (35-95 d. de C.), el famoso orador,
empeño en aplicar la ley que él mis- pater familias, defendida con ardor cuando comenta las obras de Ovidio,
mo había promulgado, salvo en casos por Augusto21. La condena a exilio de llega a decir que habría destacado
de escándalo absoluto, como fueron, Ovidio en Tomis sería, en tal caso, la como poeta si hubiera disciplinado
para su desgracia, las relaciones de consecuencia de la inadaptación del su talento en lugar de abandonarse a
su propia hija, Julia la Mayor. Según poeta a las medidas morales impues- él, lo que indica, claramente, que era
Dión Casio, cuando el Senado pidió tas por Augusto y el precio que hubo visto por sus contemporáneos y por
a Augusto que interviniese con mayor de pagar por el éxito de sus escritos, los círculos del poder como un hedo-
decisión en el problema de la inmo- los cuales, por su desenfado erótico y nista, abandonado a los placeres25.
ralidad pública, respondió: Dad voso- por su forma literaria depurada, fue- Vicente Cristóbal opina que: Frente
tros mismos a vuestras mujeres los ron leídos con avidez por los roma- a ese pretendido retorno al pasado,
consejos y las órdenes que consideréis nos de su tiempo22. Ovidio aspiraba y a la austeridad legendaria de los
necesarios: es lo que hago yo con la a la fama, como bien lo demuestra primeros tiempos de Roma, cantada
mía. Los romanos no solo rechazaban un pasaje de Amores en el que dice: con sincera nostalgia por un poeta
de las Leyes Julias lo que tenían de Busco una fama eterna, para que sea más Imperial como es Propercio y
intromisión en la vida privada: tam- siempre cantado en el mundo ente- latente sin duda en las evocaciones
bién temían que su aplicación causa- ro23. A ello hay que sumar que Ovidio de la Edad de Oro, frecuentes en la
ra disensiones entre ellos. En efecto, fue totalmente consciente de su popu- poesía Augustea, Ovidio opone su
si denunciaban a una mujer perte- laridad en vida, como se demuestra al rotunda conformidad y compene-
neciente a una determinada familia, analizar un pasaje de los Tristia, en tración con los tiempos presentes26.
ésta se vengaría denunciando, a su el que las noticias de su éxito litera-
vez, a una mujer de la familia deman- rio constituyen uno de los escasos Una prueba inequívoca de esa con-
dante, generando conflictos intestinos consuelos que tiene durante su exilio formidad la tenemos en varios pasa-
difíciles de resolver que, tensados por en Tomis. Le llega a decir a la Musa: jes en los que Ovidio defiende que
mil circunstancias, podían derivar en Tú me has dado, lo cual es poco fre- la belleza femenina se manifiesta de

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Teoría e historia de la indumentaria

Fig. 3. Diagrama de los miembros de la familia imperial Julio-Claudia, según la didáctica del Museo de Mérida. (Foto del autor)

acuerdo a dos formas diferentes: Por ta Ovidio: ¿por qué no cuidar tam- la divinidad. ¿Cuántas son y quiénes
un lado estaría la belleza natural, que bién los cuerpos para hacerlos más las que están orgullosas de su hermo-
no necesita de ningún cultivo especial hermosos? La hermosura es un bien sura? Una gran parte de vosotras se
y que lo es por sí misma, considerada quebradizo y conforme va ganando ve privada de tal don. Mas el cuidado
por Ovidio como un hecho bastante en años disminuye y se consume ella os proporcionará un bonito rostro; un
excepcional, muy poco frecuente y misma con el transcurrir del tiem- rostro, por más que remede al de la
efímero y que, en caso de existir no po28, de modo que es necesario fre- diosa de Idalia [Venus], si no se le cui-
debe acompañarse de aliños, pues nar esa degradación con toda clase da, perderá su belleza. Si las mujeres
la belleza lo es en sí misma y per se. de estrategias. En un pasaje del Ars de antaño no aderezaron su cuerpo,
Junto a esa belleza, existe otra belle- Amandi llega a despreciar la rustici- como ahora lo hacen, ello se debe a
za, a la que podríamos calificar como dad y defiende de forma muy vita- que tampoco tenían maridos que se lo
sofisticada, que es compartida por la lista los cuidados corporales como cuidaran como hoy en día. Si Andró-
mayoría de las mujeres, las cuales, al solución a la necesidad de construir maca se vestía con gruesa túnica, ¿qué
estar privadas de la belleza natural, se una belleza altamente sofisticada: hay de admirable en ello? Era esposa
ven obligadas con toda licitud a bus- de un soldado. Si fueras la esposa de
car compensar sus defectos con toda Empiezo por el cultivo del cuerpo. Ayax: ¿vendrías sin duda cubierta
clase de cuidados27. Si el hombre ha De viñas cultivadas proviene el buen de adornos, mientras él se escuda-
aprendido a ornamentar las ciudades vino y la mies crece alta en un suelo ba detrás de siete cueros de bueyes?
para hacerlas más bellas, se pregun- cultivado. La hermosura es un don de Antes imperaba una rústica sencillez,

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Fig. 4a. Retrato de busto de Octavio Augusto con la corona cívica, h. 10 a. de C. Gliptoteca de Munich.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0b/Augustus_Bevilacqua_Glyptothek_Munich_317.jpg
Fig. 4b. Retrato de cabeza de Octavio Augusto, encontrado en Tarazona, s. I d. de C. Museo de Zaragoza. (Foto del autor)
Fig. 4c. Retrato de busto de Julia la Mayor, h. 25 a. de C. Altes Museum, Berlín.
https://es.wikipedia.org/wiki/Julia_la_Mayor#/media/File:Berl%C3%ADn_Julia_Augusti.TIF
Fig. 4d. Retrato de cabeza de Claudio Marcelo, h. 25 a. de C. encontrado en la isla de Ceos, Museo del Louvre, París.
https://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Claudio_Marcelo_(dinast%C3%ADa_Julio-Claudia)#/media/File:Portrait_Marcellus_Louvre_Ma3547.jpg

ahora Roma es de oro y tiene en su ha sobrevivido hasta nuestra época Augusto. Se sabe que Julia mantuvo
poder las grandes riquezas del mun- aquella rusticidad de los antiguos29. relaciones sexuales con senadores,
do que ha conquistado. Mira cómo es miembros del orden ecuestre, patri-
ahora el Capitolio y cómo fue antes: La tercera teoría, acaso la más ajus- cios, plebeyos, libertos y esclavos, sin
diríase que el de antes pertenecía a tada a la realidad, afirma que Ovidio distinción de rango, lo que era enten-
otro Júpiter. El edificio de la Curia no tenía conocimiento directo y perso- dido, por su falta de discreción en la
desmerece actualmente en absoluto nal de los detalles más escabrosos de privacidad de su erotismo, como algo
de asamblea tan ilustre, pero, cuando los problemas familiares del empe- subversivo y contrario a la idea de
Tacio reinaba, era de paja. El Palatino rador [lám. 3] y, en particular de jerarquía y orden social, tal como era
que ahora resplandece bajo la tutela los devaneos de Julia la Mayor (39 defendida por su padre. No impor-
de Febo y de nuestros gobernantes, a. de C. - 14 d. de C.) [lám. 4c], la taba tanto qué es lo que se hacía, ni
¿Qué era sino pastizales para bueyes hija de Octavio Augusto30 [lám. 4a con quién, como que Julia lo hacía a
de labor? Que otros se complazcan y b], que fue esposa, en primeras la vista de todos, sin decoro, y de un
con lo antiguo; yo por lo menos me nupcias, de Marco Claudio Mar- modo tal, que era totalmente evidente
alegro de haber nacido en este tiem- celo (42-23 a. de C.) [lám. 4d]; en e impúdico. Se ha publicado muchas
po: esta época es la que conviene a segundas nupcias, de Marco Vipsa- veces que Julia había organizado
mi forma de ser. Y no porque ahora nio Agripa [lám 4e]; y, en terceras una orgía en uno de los macelum de
sustraigamos a la tierra el oro malea- nupcias, de Tiberio Claudio Nerón Roma. Desde la antigüedad, se ha
ble y lleguen hasta nosotros perlas (42 a. de C. – 37 d. de C.) [lám. 4f]. afirmado que la sexualidad desboca-
recogidas en playas lejanas, ni porque da de Julia fue una forma usada por
los montes mengüen al ser extraído La promiscuidad y lascivia de Julia la hija para vengarse del padre, que la
el mármol, ni porque un dique haga han sido un espacio común entre había casado en contra de su volun-
frente a las aguas azuladas, sino por- los historiadores del mundo clásico tad con Agripa (muerto en el 12 a. de
que cuidamos de nuestro cuerpo y no que han trabajado el Principado de C.), nada menos que 24 años mayor

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Fig. 4e. Retrato de busto de Marco Agripa, h. 25 a. de C. encontrado en Gabii, Museo del Louvre, París.
https://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Vipsanio_Agripa#/media/File:Marcus_agrippa_louvre_portrait.jpg
Fig. 4f. Retrato de busto de Tiberio, h. 14 d. de C. Museo Ny Carlsberg de Copenhague.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:8095_-_Roma_-_Ara_Pacis_-_Tiberio_-_Foto_Giovanni_Dall%27Orto_-_28-Mar-2008.jpg#/media/File:Tiberius_Ny-
Carlsberg01.jpg
Fig. 4g. Retrato de Libia Drusila, h. 25 a. de C., encontrado en Paestum, Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
http://mm.queaprendemoshoy.com/wp-content/uploads/2015/04/httpwww.galantiqua.comuploadimagescuriosidades_3venta-antiguedades-livia-drusila-2.jpg.jpg
Fig. 4h. Retrato de cabeza de Vipsania Agripina, h. 15 d. de C. Museo Arqueológico Nacional de Marche de Grosetto.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/69/Vipsania_Agrippina_Grosseto.jpg

que ella, al tiempo que para vengarse para casarse con Julia y marcar así Claudio Pulcro (hijo del Cónsul del
de Livia Drusila [lám. 4g], la intri- su condición de sucesor en el trono 38 a. de C.), Tito Sempronio Graco
gante esposa de Octavio31, de quien Imperial. Tiberio acabó por detestar y Tito Quincio Crispino Sulpiciano,
se rumoreaba que había envenenado a Julia la Mayor. El nivel de endoga- cónsul en el 9 a. de C., un hombre
a Claudio Marcelo, muerto en el 23 a. mia familiar era altísimo. Julia fue aparentemente austero, pero increí-
de C., el primer esposo de Julia, que tan extraordinariamente licenciosa blemente corrupto en la intimidad.
era hijo de Octavia, la hermana de que, entre sus amantes, estuvieron Todos ellos tenían en común ser
Augusto, y había casado con Julia en Julo Antonio (43-2 a. de C.), hijo de nobles, hijos de estirpes consulares
el 25 a. de C. Según se rumoreaba, Marco Antonio y de Fulvia, miembro muy consolidadas en Roma, con
Livia había usado para deshacerse de importante de uno de los linajes que interconexiones familiares entre ellos,
Marcelo las habilidades profesionales se habían manifestado claramente en que evidencian que constituían una
de un médico griego, con el objeto contra de Octavio y le había dispu- especie de oposición política a la
único y casi obsesivo de promover la tado el poder durante el triunvirato. excesiva concentración de poder en
prelacía de Tiberio en el acceso a la Augusto acusó a Julo Antonio de alta manos de Augusto34. ¿Conspiraba
sucesión del trono Imperial32. Tiberio traición, por lo visto aspiraba a res- Julia contra su padre apoyándose en
murió en el año 37 d. de C. Era hijo tablecer la monarquía apoyándose sus amantes? También se comentaba
de Livia, la esposa de Augusto, de en Julia, y, ante la inminente senten- que, estando casada con Agripa, a
modo que era hermanastro de Julia. cia de condena a muerte, optó por quien Julia dio 5 hijos, sólo tenía rela-
Tras la muerte de Agripa fue obliga- suicidarse33. Entre los amantes de ciones sexuales plenas con sus aman-
do a divorciarse de su esposa, Vipsa- Julia estuvieron también: Cornelio tes cuando estaba embarazada, para
nia Agripina (36 a. de C.-20 d. de C.), Escipión (hijo del Cónsul del año 16 que nadie pudiera poner en duda la
una de las hijas de Agripa [lám. 4h], a. de C y nieto de Escribonia), Apio legitimidad de su estirpe. En las épo-

. 117
Diseño de Moda

totene (de 1,75 km2), en condiciones


muy duras, puesto que no podía tener
contacto con hombres, cualquier visi-
ta tenía que tener el expreso permiso
del emperador, tenía prohibido beber
vino… Años más tarde, el destierro
le fue flexibilizado al ser trasladada a
Rhegium36. El paralelo destierro de
Ovidio a Constanza, ocurrido algún
tiempo después, pero relacionado
con la misma política de mantener
una moralidad oficial, hay numerosos
investigadores que lo han relaciona-
do con el de Julia, porque suponen
que, conocedor y encubridor de sus
devaneos, habría sido uno de los
más activos difusores entre el popu-
lacho de los detalles más obscenos
del comportamiento sexual de la hija
Fig. 5. Vista aérea de la isla de Pandataria, actual Ventotene, donde vivió desterra- del Emperador. Incluso ha habido
da Julia. quien ha afirmado que Ovidio pres-
http://3.bp.blogspot.com/-yQ9y8J4r1Mw/U_oTt2C4zYI/AAAAAAAALSc/z0VOhs1dRd4/s1600/ taba su casa a Julia para que tuviera
ventotene-veduta-aerea.jpg allí los encuentros amorosos furtivos
con hombres de muy variado rango
cas en que no estaba embarazada, su única hija35. Al fin y a la postre, social y que Augusto hizo a Ovidio
Julia solo practicaba el sexo anal y el las Leyes Julias, por él promulgadas, responsable de la libidinosa conducta
sexo oral con sus amantes, evitando castigaban el adulterio y la soltería y de su hija37. Es curioso que a la nie-
así que su estirpe fuera cuestionada. premiaban la fertilidad y la fidelidad. ta de Augusto, conocida como Julia
Cuando Julia fue acusada de adul- la Menor (19 a. de C.-29 d. de C.),
A los ojos de nuestro mundo actual, terio con Julo Antonio, los rumores para distinguirla de su madre, Julia la
la personalidad de Julia emerge como llegaron a ser tales que, la ambigüe- Mayor, también fue acusada de llevar
la de una mujer que, para enfrentarse dad de Augusto en la aplicación de una vida escandalosa y fue desterrada.
a un mundo dominado por hombres estas leyes dejó de ser una posible
(su padre, sus esposos y sus amantes), opción a su alcance y se convirtió en Los artistas del siglo XIX han tratado
se intentó hacer dueña de sí misma, a una severa necesidad y un castigo a el destierro de Julia la Mayor, mos-
través de ser dueña de su propio cuer- imponer, hasta cierto punto ejemplar, trándola triste, sola y abandonada de
po. Es probable que Octavio Augus- dado que tenía que aplicarlo sobre su familia, culpable y víctima, a un
to, que ignoró durante mucho tiempo los miembros de su propia familia. mismo tiempo, de sus excesos eróticos
lo que su hija hacía, o que, a sabien- y de la rígida educación paterna. Un
das de lo que ocurría, intentaba apa- Julia se convirtió en una de las prime- magnífico ejemplo, a caballo entre
rentar que no lo sabía, al tener noti- ras víctimas de la Lex de adulteriis, la estética de los nazarenos y el rea-
cia de la orgía del mercado, se debió y hemos de imaginar que este hecho lismo ruso, es el óleo conservado en
sentir humillado en público, ante la debió causar un especial dolor al el Museo Nacional de Kiev, pintado
Corte Imperial, y, hasta cierto pun- Emperador, puesto que era su única por Pavel Svedomsky en la década de
to, pudo temer ser tildado de hipó- hija. Augusto adoptó entonces a sus 1890 [lám. 6], que la muestra senta-
crita, porque su vehemente modo de nietos para evitar que quedasen des- da sobre una piedra, en un acantila-
defender la mos maiorum y la moral amparados y, en el año 8 a. de C., do, contemplando el horizonte, con
tradicional, chocaba frontalmente decretó el destierro de Julia a la isla la mirada extraviada en el infinito38.
con su incapacidad para controlar a de Pandataria [lám. 5], la actual Ven-

. 118
Teoría e historia de la indumentaria

Fig. 6. Julia exiliada en Pandataria,


Pavel Svedomsky, h. 1890, Museo Na-
cional de Arte Ruso, Kiev.
http://www.the-athenaeum.org/art/full.
php?ID=217362

Las tres teorías no son, ni mucho


menos, incompatibles. En realidad, la
confluencia de los tres factores, y aca-
so también la suma de otros que a día
de hoy nos son desconocidos, puedan
ayudarnos a explicar el destino final
de Ovidio en el exilio. Por otro lado,
hay que señalar que el infortunio de
Ovidio no se tradujo en que dejara
de escribir, porque estando en Tomis,
compuso dos colecciones de poemas
que son, como ya se dijo, el mejor tes-
timonio para conocer su biografía y su
situación personal: Tristes (Tristia) y
Cartas del Ponto (Epistulae ex Ponto).

Ovidio, en sus escritos, mostró en


público y de forma más que explíci-
ta, una amplia variedad de compor-
tamientos placenteros, calificados
como inmorales por Octavio Augus-
to. Todas sus composiciones literarias
están dotadas de una sensualidad
rutilante, que emerge como uno de
los denominadores comunes de toda
su obra y como uno de los elementos
estéticos más atractivos de sus escritos.
Con independencia de las composi-
ciones ovidianas que han naufragado,
hoy se aceptan como obra de Ovidio
los siguientes textos: Amores, Arte
de Amar, Remedios para el Amor,
Cosméticos para el rostro femenino,
Heroidas, Medea, Metamorfosis, Ibis,
Tristes, Cartas desde el Ponto, Fastos
y, de atribución dudosa, Haliéutica.
Los cuatro primeros títulos son de
gran interés para los estudiosos de
la moda en Roma. Los historiado-
res de la literatura han afrontado el
comprometido problema de datar
estos escritos usando los datos que,
esporádicamente, se contienen en

. 119
los textos, los cuales, a su vez, permi- auto-referencias al contenido del pro- de Amores, Ovidio pide al esposo que
ten dar una fecha aproximada, ante pio libro, que sólo se entienden si el sea más vigilante con Corina, porque
quem o post quem. Amores es la obra posterior cita al anterior, así como una no encuentra placer en los encuen-
más antigua39. Se conocen de ella dos alusión a la preparación de la campa- tros sexuales si éstos son fáciles; es
ediciones: una primera, dividida en ña de Gayo César contra los Partos, decir, para excitarse necesita que los
5 libros, sustituida por una segunda, de modo que este escrito debe ser, encuentros sean furtivos47. Hoy diría-
reorganizada en 3 libros. La primera como mínimo, anterior al 1 de mayo mos que el deseo de aquello que le está
edición se debe datar entre el año 23 del año 2 d. de C., fecha en la que prohibido, o de aquello que le resulta
y el 8 a. de C. porque, en Tristes, dice consta que finalizaron las negociacio- inalcanzable, es lo que constituye el
Ovidio que declamó sus primeros nes de paz entre Gayo César y Fraates verdadero motor de la relación. En
poemas sobre Corina en el 23 a. de IV, rey de los Partos (37-2 a. de C.)45. otros pasajes se dice que Corina con-
C. y, en Amores, hay una referencia seguía salir del lecho doméstico sin
al sometimiento de la tribu germáni- Ovidio fue una celebridad en Roma. hacer ruido para tener citas noctur-
ca de los Sigambros, que se logró en Infinidad de curiosos habían leído los nas o taciturnas, siendo muy propi-
tiempos de Tiberio, en el año 8 a. de poemas que había dedicado a la tan cias las que acontecían a la hora de
C40. La segunda edición de Amores es bella como traicionera y peligrosa la siesta, ya que podía salir de casa, a
posterior a Heroidas41, y debió publi- Corina, una dama casada, que man- plena luz del día, sin levantar las sos-
carse en los años inmediatamente tuvo relaciones sexuales extramatri- pechas de su marido, poniendo excu-
anteriores a la muerte de Jesucristo. moniales con Ovidio y con muchos sas tan variadas como inverosímiles48.
Hoy se acepta que Ovidio debió tra- otros hombres, unos creen que a Se ha discutido mucho acerca de si
bajar al mismo tiempo en la compo- escondidas, y otros que con consenti- Corina era una mujer de verdad casa-
sición de: Amores y Ars Amatoria42, miento de su esposo, un hombre que, da o no lo era, incluso si era ese su
si bien su terminación y publicación en cualquier caso, consiguió prospe- auténtico nombre, puesto que Corina
son de datación distinta, una bastan- rar y alcanzó interesantes ventajas se llamaba también una antigua poe-
te anterior a la otra. Cosméticos para económicas con la ayuda de las artes tisa griega del siglo V a. de C. y es
el rostro femenino, De medicamine amatorias de su mujer. A través de los posible que Ovidio, imitando a Cayo
faciei femineae, fue publicado antes Amores podemos asegurar que Cori- Valerio Catulo (87-57 a. de C.), que
de dar a conocer el III libro del Ars na estaba casada, dado que se habla llamaba Lesbia a su amada Clodia
Amatoria43. Los libros I y II del Ars de un vir y un custos, es decir: un Metela (95-44 a. de C.), en memoria
Amatoria debieron componerse, por marido y un esclavo (quizá un eunu- de la poetisa Safo de Lesbos (650-580
tanto, en fecha posterior al año 2 a. co) que tenía la obligación de custo- a. de C.), llame a su amante con el
de C., porque, en uno de sus pasajes, diar a Corina y vigilarla cuando el pseudónimo de Corina, teniendo el
se alude a una naumaquia celebrada vir no estaba. Las alusiones al vir y al objetivo, tan simple como verosímil,
en el consulado de Augusto y Caninio custus se hacen, sin citar sus nombres de mantener un discreto anonima-
y, por tanto, es necesariamente ante- propios, porque Corina y Ovidio con- to sobre su verdadera identidad, al
rior a marzo del año 1 a. de C., puesto siguen burlar muchas veces la vigi- tiempo que consigue con ello imitar
que se alude también a la expedición lancia de ambos, lo que sugiere que una figura literaria consagrada por
de Gayo César, nieto de Augusto44. El Corina mantenía relaciones sexua- uno de los grandes poetas elegiacos
libro III debió publicarse después. En les paralelas a las que tenía con su del mundo clásico49. Se ha lanzado
consecuencia, parece probable que marido y ocultas; de otro modo no se como hipótesis que, a lo mejor, Cori-
viera la luz a finales del año 1 d. de entenderían ciertos pasajes de Amo- na era una mujer de la alta sociedad
C. o a comienzos del año 2 d. de C. res, como uno en el que Ovidio avisa y por eso la necesidad de ocultar su
Remedia Amoris es, con seguridad, a Corina lo siguiente:lo que a mí me verdadera identidad con un pseudó-
posterior al Ars Amatoria, porque das furtivamente, a él se lo darás obli- nimo, o que era una liberta, vincula-
contiene algunas citas de autoridad y gada por la ley46. Incluso en el libro II da de un modo más o menos estable

. 120
a un determinado hombre, pero sin sal como: el Carpe diem, el Tempus dé tu compañera –y te dará muchos-.
que su unión tuviera validez legal y fugit, con la inmediata incitación al Así, con muy poco trabajo por tu par-
que, por esa razón, cuando se alude disfrute hedonista de los placeres, te, muchos te estarán agradecidos;
a ese hombre, se habla de él como vir o el Militia amoris57 Esa fidelidad a así podrás siempre tener parte en los
(varón) y no como maritus (marido). los tópicos se ha usado como argu- banquetes de los jóvenes y ver en tu
Esta explicación no deja de ser un mento y ha hecho correr ríos de tinta casa cantidad de objetos, que tú no
ejercicio de erudición semántica y de acerca de la controvertida identidad habrás traído61. Inclusive dice: Os
conocimiento de los límites semánti- de Corina, unas veces con el objeto exhorto también a que tengáis dos
cos y significantes de ciertos sustan- de negar su existencia, y otras con amigas al mismo tiempo (más forta-
tivos latinos, para el que, en nuestra el objetivo de considerar el nombre lecido está aquel que puede tener-
situación actual, no podemos tener una figura literaria bajo la que está las en mayor número). Cuando el
una respuesta de certeza absoluta encriptada la identidad de una o corazón corre dividido en dos hacia
e irrebatible, a no ser que se descu- varias mujeres. Si examinamos con uno y otro lado, cada uno de ambos
bran nuevas fuentes que lo aclaren. detalle los escritos de Ovidio, apare- amores quita fuerzas al otro62. Estas
Lo cierto es que Ovidio aconseja a cen citadas varias mujeres, al menos afirmaciones se pueden entender en
los hombres en sus escritos tener rela- 3 con seguridad: La más importante todas las direcciones, dado que se
ciones sexuales con mujeres libertas, es Corina, a la que aluden la mayoría han expresado en la forma más ambi-
porque de ese modo no se incum- de las referencias. Hay una segunda gua posible. Así, amar a más de una
plen las Leyes Julias, reguladoras del mujer, una chica innominada, citada mujer mantiene al hombre fuerte y
matrimonio y punitivas del adulterio. como: puella, que no puede ser Cori- vigoroso y amar a más de un hombre
Son esos pasajes los que usan algu- na, sino una joven hermosa, proba- mantiene a la mujer fuerte y vigorosa.
nos filólogos para retrasar la data- blemente menor de 16 años58. Hay
ción de los Amores a una fecha pos- una tercera mujer, no nombrada, que Vicente Cristóbal considera que la
terior al año 18 a. de C., momento no puede ser Corina, de la que sólo poesía elegiaca de Propercio, Galo
en que fue promulgada la Lex Iulia se puede decir que era una mujer y Tibulo: rezuma espontaneidad e
de adulteriis coercendis, en la que se madura59. En los Tristes Ovidio inmediatez de sentimientos, mien-
castigaba con dureza el adulterio50. cuenta que Corina fue el motor que tras que los versos de Ovidio, por el
puso en movimiento su creatividad contrario, suenan a insinceros (no por
Desde el punto de vista literario, los literaria60. En Amores cuenta, usan- ello desde luego menos estimables);
Amores se insertan en la tradición do la primera persona del singular, tanta complejidad, rebuscamiento y
elegiaca, representada en la literatu- con todo lujo de detalles, que Corina variedad de situaciones, tanto afán
ra romana por Cayo Cornelio Galo era experta en practicar una suerte de de contraste, nos habla más bien del
(70-26 a. de C.)51, Albio Tibulo (54- poli-amor interesado, muy útil en lo arte que de la vida; todo nos invita a
19 a. de C.)52, Sexto Propercio (47- económico y de extraordinario rendi- considerar que Ovidio ha inventado
15 a. de C.)53 y Cayo Valerio Catulo miento pecuniario. En un momento bajo el nombre de su propia persona
(87-57 a. de C.)54, muchos de cuyos dado, Ovidio aconseja al marido no y bajo la figura de Corina –que bien
tópicos, recursos y licencias poéticas ser celoso, sino aprovecharse de los pudiera ser una irreal síntesis de las
Ovidio conocía, imitaba y respetaba contactos sexuales de su esposa para posibles amadas reales del poeta- una
con fidelidad55. Ejemplo muy repre- cultivar unas amistades convenien- abigarrada historia de amor, como
sentativo del ajuste del autor a las tes y adecuadas, que le hagan más pretexto y contenido para su poesía
formas codificadas del género litera- rico y poderoso: Si tienes juicio, sé […] la personalidad verdadera de
rio es el lamento del amante ante la más indulgente con tu mujer, aban- Corina, contra lo que ocurría con
puerta cerrada de la casa o de la alco- dona la severidad de la mirada, no las amadas de los demás elegiacos,
ba de la amada:56, y el uso de tópicos seas defensor de los derechos que fue ya un misterio en sus orígenes 63.
literarios largo tiempo vigentes en corresponden a un marido estricto y
la Historia de la Literatura Univer- cultiva el trato de los amigos que te

. 121
Diseño de Moda

El debate sobre la identidad de Cori- que existía comunicación visual no los corderos que su hija había lleva-
na viene de antiguo. Ya Sidonio Apo- verbal para iniciar los contactos amo- do a pastar, y ella misma echaba asti-
linar (431-489 d. de C) puso en duda rosos codificada y perfectamente llas y troncos cortados al fuego; pero
que Corina hubiera existido y creía comprensible por ambas partes: Mira vuestras madres han traído al mundo
que bajo ese nombre se ocultaba la al que te está mirando; sonríe ama- hijas delicadas: queréis cubrir vuestro
identidad de Julia, la hija de Octa- blemente al que te sonríe; que te hace cuerpo con vestiduras doradas, que-
vio Augusto64. Autores más recien- una señal con la cabeza: devuélvele tú réis variar la forma de peinar vuestros
tes, como Tracy, intuyen que Corina también la señal que te ha hecho67. perfumados cabellos y queréis tener
fue una mujer real cuyo auténtico una mano que, cubierta de piedras
nombre Ovidio no podía revelar por A veces Ovidio compara la seducción preciosas, llame la atención; os colgáis
pudor o por convencionalismos socia- con la actividad animal de los depre- del cuello perlas buscadas en Oriente
les. Se argumenta esta afirmación dadores: La muchedumbre, mujeres y dos pendientes de vuestras orejas,
soportándola en la precisión y verosi- hermosas, os es de utilidad; dirigid único peso que en ella podéis llevar.
militud de las situaciones y sentimien- a menudo vuestros pasos fuera del Y desde luego, no es vituperable:
tos descritos, necesariamente vividos umbral para dar un paseo. Una loba preocupaos por gustar, ya que vivís en
y experimentados por el poeta, a acosa a muchas ovejas con el fin de una época en que también los hom-
veces contradictorios, detalles todos llevarse una sólo y el ave de Júpiter bres se adornan: vuestros maridos se
ellos que parecen un signo inequívo- persigue en su vuelo a bandadas de engalanan, siguiendo la norma de
co de ser vivencias reales, padecidas pájaros: también la mujer que está las mujeres y una novia apenas tiene
de un modo apasionado, y en pri- de buen ver ofrézcase a las miradas nada que añadir a ese ornato. Todas
mera persona65. Tiempo después de de la gente; seguramente de entre la al mostrarse en público lo hacen en
haber roto la relación con una aman- multitud habrá uno al que seducir; su propio provecho y eso interesa a
te tan perniciosa como interesada, que en todas partes permanezca ella los amores a que rinden culto. […]
sin poder olvidar a Corina, compuso con el afán de gustar, sin preocupar- El gustarse a sí mismas constituye
Ovidio el Arte de Amar, dando toda se de otra cosa que de su belleza68. incluso un cierto placer: a las donce-
clase de consejos a quienes los leye- Pasajes como el que acabamos de llas, su propia hermosura les produce
ran acerca del modo en que se debía recoger son de una modernidad sor- una íntima complacencia70. El plan-
comportar el hombre para seducir a prendentemente contemporánea, teamiento psíquico es de una moder-
una mujer y cuáles eran los signos del pues entienden a la mujer como un nidad que podríamos calificar como
buen gusto y la elegancia. Contiene depredador más que, aprovechan- casi publicitaria. Ovidio aconseja a
el Arte de Amar muchas referen- do la multitud, se engalana para todas las mujeres vestirse y estar gua-
cias a la existencia de un código de atraer a las que van a ser sus presas69. pas para gustarse a sí mismas, como
lenguaje no verbal que demostraría paso previo para gustar a quienes las
que existía, en Roma, a finales del En la Cosmética del rostro femeni- rodean. En paralelo se podría deducir
siglo I a. de C., de un lenguaje que no, contrapone Ovidio los intereses que, quien no se gusta a sí mismo, en
hoy llamaríamos moda, subordina- rústicos de las mujeres de tiempos un acto de hedonismo reflexivo, poco
do a la necesidad de seducir y a la del rey Tacio, con los intereses de las puede gustar a quien está junto a él.
capacidad de obtener toda clase de mujeres contemporáneas, que son,
placeres hedonistas y carnales, en los esencialmente, cuidar el cuerpo y la En Amores, Ovidio cuenta cómo
que, gustarse a sí mismo y exhibirse, apariencia, para gustar a los demás y Eros hace presos a todos los hombres,
constituían el paso previo para gustar gustarse a sí mismas, diciendo: Quizá acompañado de un cortejo compues-
a los demás, como se puede advertir las antiguas sabinas en tiempos del to por las Caricias, el Extravío y la
cuando Ovidio dice: Lo que perma- rey Tacio hubiesen preferido cultivar Locura. El Amor tal y como lo con-
nece escondido no se conoce y de lo los campos de su padre antes que a sí cibe Ovidio, no es un dios cualquiera,
desconocido no se siente deseo nin- mismas. Eran los tiempos en que una sino que está engalanado y prepara-
guno; cuando un rostro hermoso no matrona de tez enrojecida, sentada do para seducir. Viste túnica dorada
tiene quien lo contemple, ninguna en elevado asiento, hilaba con mano y va enjoyado, entrelaza con mirto
ganancia reporta66. Algunos pasajes incansable, trabajando duramente y su cabellera y monta un carro tirado
de sus escritos demuestran, al menos, encerraba ella misma en el aprisco por palomas, el animal que iconográ-

. 122
Teoría e historia de la indumentaria

ficamente se relaciona con Afrodita71.


De ese modo, el poeta, contra la sen-
satez y contra el pudor, se enamora
y queda sometido y subyugado por
la fuerza de la atracción física. En
Amores dice: Irán tras de ti, prisione-
ros, jóvenes y muchachas. Tal desfile
constituirá para ti un triunfo magnífi-
co […] Te acompañarán las Caricias,
el Extravío y la Locura, cortejo que
siempre te ha seguido. […] En medio
de tu triunfo, te aplaudirá tu madre,
regocijada desde la cima del Olimpo
y arrojará pétalos de rosa delante de
ti. Tú, adornando tus alas con pie-
dras precisas y con piedras preciosas
tus cabellos, irás sobre ruedas de oro,
vestido de oro también tú72. Es de ese
pasaje del que nace la iconografía
del Triunfo del Amor73, una de cuyas
repercusiones más brillantes, direc-
tamente inspirada en Ovidio, son
los Triumphi de Francesco Petrarca
(1304-1374)74. Muchos de los códices
del siglo XV que contienen los Triun-
fos de Petrarca incluyan una miniatu-
ra en la que se presenta el carro del
Amor, seguido de un séquito de hom-
bres y mujeres de todas las edades y
grupos sociales que hacen toda clase
de locuras y extravíos, siendo un mag-
nífico ejemplo la miniatura del códi-
ce copiado por Gherardo del Ciria-
go (1452-1484), hoy en la Biblioteca
Nacional de Francia, en la que, a los
pies del carro del Amor, están someti-
dos a sus dictados Aristóteles, el padre
de la Metafísica, dominado por los
deseos e instintos eróticos más bajos,
cabalgado por la cortesana Phylis75,
y Sansón, cuya bíblica fuerza, en
brazos de Dalila, tras haberle corta- Fig. 7. Petrarca: Miniatura que muestra el triunfo del Amor seguido de un séquito
do el pelo, se transformó en debili- de locos que desvarían, Trionfi Cancionere, códice copiado por Gherardo del Ciria-
dad, en el momento en que el carro go (1452-1484) Biblioteca Nacional de Francia, París, Ms. ital. 545.
del amor va a arrollarles [lám. 7]. https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/93/c1/b8/93c1b8bf16e5e71ae560293086b8b4ea.jpg

Ovidio, en todo momento describe


al Amor como un excelente arquero
que acosa a todos aquellos que no

. 123
Fig. 8. Vista del estado actual del Teatro de Marcelo en Roma, llamado así por haber sido construido entre los años 17 y 11 a. de
C. en memoria del sobrino de Octavio Augusto, Marco Claudio Marcelo, muerto en el 23 a. de C.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b6/Marcellus_theater_Rome.jpg

se le quieren someter de buen gra- rostro femenino y Remedios contra el los consejos concretos y la narración
do y que se molesta en enseñar al Amor. Estos tres libros, aunque pue- de experiencias, a modo de ejemplo
amante a soportar el calor, el frío y den entenderse como obras indepen- ilustrador, como si fueran un caso
la lluvia, cuando con ello se gana la dientes, deben ser analizados juntos, práctico o un exempla, a través del
satisfacción de la unión sexual75. El a la manera de una trilogía, puesto cual desplegar un abanico de casuís-
Amor es un dios tratado por Ovi- que sus argumentos obedecen a una ticas, tan variadas como amenas.
dio con un carácter doble: hiere y se cierta progresión argumental, en la
ríe, sufre y se divierte76. A veces, ese que aportan lecciones y consejos, la En el libro I del Ars Amatoria se ense-
tono festivo, casi diríamos cómico, mayor parte de tipo práctico, sobre el ña cómo los varones pueden hacer
roza lo paródico o lo grotesco, tal y amor, la seducción y el desamor, orde- para empezar una relación y los
como sucede en la elegía dedicada al nados en cuatro bloques que podrían lugares donde es más fácil encontrar
papagayo de Corina, que no es sino resumirse en: encontrar (reperire personas dispuestas a tener encuen-
una variación en forma de parodia labora), conquistar (exorare), mante- tros amorosos. Se indican doce luga-
de la elegía a la muerte del gorrión ner (ut longo tempore duret) y recha- res especialmente propicios79, siendo
de Lesbia, descrita por Catulo77. zar el amor. En principio, esos pasos, los más adecuados: los pórticos (el
unos para enamorar y otros para de Pompeyo, asociado al teatro del
El Arte de Amar debe estudiarse den- desenamorar, pueden ser aprendi- mismo nombre, de manera particu-
tro de un subgénero literario que se dos por un lector inquieto y ávido de lar)80, el foro81, el entorno de algu-
ha dado en llamar: didáctica amo- tener el mismo éxito erótico que tuvo nos templos durante las ceremonias
rosa, al igual que otros escritos de Ovidio78. El desarrollo de cada escrito religiosas82, los tres teatros de
Ovidio, como: Sobre la cosmética del combina la exposición doctrinal con Roma (Balbo, Pompeyo y Mar,

. 124
Fig. 9. Sir Lawrence Alma Tadema, Entrada al teatro romano. 1865, Museo Fries, Leeuwarden.
https://www.google.es/search?q=teatro+romano+y+exhibici%C3%B3n&biw=1280&bih=929&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjfpPrqmu_RAhWlrl-
QKHY0pDQIQ_AUIBigB#tbm=isch&q=Lawrence+Alma+Tadema+Theatre+1865+Fries+&imgrc=Mv5eLrEUKbn1fM:

celo [lám. 8])83, el circo84,el anfitea- Arte de Amar se dice: Pero más que mirar vienen, pero también a que
tro, las naumaquias85, las termas y, en ningún otro sitio has de cazar en las miren: ese lugar ocasiona bajas al
sobre todo, los banquetes, que, sin los curvos teatros: ésos son los luga- casto pudor87. Imitando a Virgilio, si
duda, eran el mejor escenario para res más fecundos para tus propósitos. en la épica es la Fortuna la que favo-
el amor, el desamor y los celos86. En Allí encontrarás qué amar y con qué rece a los audaces, audientis Fortuna
todos los casos, son conjuntos arqui- divertirte, algo de lo que disfruta- iuvat88, en el amor, según Ovidio, son
tectónicos urbanos, que se entienden rás sólo una vez y algo que desearás Venus y el azar los que ayudan a los
como escenarios de exhibición de la mantener. Como las hormigas una audaces: audentem Forsque Venus-
sociedad romana, en los que hombres tras otra van y vienen en larga fila, que iuvat89. Si el individuo frecuenta
y mujeres se muestran engalanados llevando en su boca portadora de los lugares donde se concentran las
para gustarse a sí mismos y gustar a granos el alimento de costumbre, o muchedumbres, el azar y el amor le
los demás. Jugando con el símil que como las abejas que habiendo encon- serán más propicios, aunque sólo sea
entiende al amante como un cazador trado florestas a su gusto y praderas por una cuestión de probabilidades
en busca de una presa, y que asimi- olorosas revolotean entre las flores porcentuales. Sir Lawrence Alma
la a la muchedumbre populosa con y las matas de tomillo, así acude la Tadema ha recreado, como pocos
una marabunta de hormigas, o con mujer, con toda su elegancia, a los pintores de historia, la entrada al
las laboriosas abejas, en el libro I del concurridos espectáculos. […] A teatro romano [Lám. 9], entendida

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Diseño de Moda

como un escenario de exhibición, del escenario de seducción y de los te de mí, de los movimientos de mi
en un óleo sobre lienzo, ejecutado códigos amorosos de la Roma Julio cabeza y de la expresión habladora
en 1865, hoy en el Fries Museum90. Claudia: Cuando él se tienda sobre el de mi cara: recibe esas señales furti-
lecho del triclíneo y tú también vayas vas y devuélvelas tú también. Te diré
Sin embargo, el desenfado sexual de siguiéndole, con expresión de modes- con mis cejas palabras que hablen sin
los escritos de Ovidio no debe con- tia, a tenderte a su lado, tócame el pie voz; leerás palabras en mis dedos y
fundirnos, puesto que restringe el sin que nadie lo vea. Estate pendien- palabras escritas con vino. Cuando
lugar del desnudo y de los juegos eró-
ticos a la estricta esfera de lo privado,
mientras que la elegante túnica y el
pudor son considerados como formas
adecuadas para los espacios públicos,
donde se deben mantener las formas:
Hay un lugar apropiado para el pla-
cer: llénalo de todas las voluptuosida-
des y que el pudor se mantenga lejos
de allí. Pero tan pronto como salgas
de él, aléjese de ti al mismo tiempo
toda lascivia y abandona en tu lecho
la falta cometida. Allí no tengas ver-
güenza en quitarte la túnica y de
tener tu muslo debajo de otro muslo,
allí introdúzcase la lengua en pur-
púreos labios y que la pasión inven-
te mil posturas para amar, allí que
no cesen los susurros ni las palabras
dulces y que la cama tiemble por el
movimiento lascivo. Pero cuando te
pongas la túnica, asume también una
expresión de temor ante el delito y
que el pudor desmienta tu obsceno
acto91. Lo contrario no tiene senti-
do, en lo privado no merece la pena
perder el tiempo en el pudor y en lo
público no cabe el exhibicionismo.

Hay un lugar a caballo entre lo públi-


co y lo estrictamente privado, que es
el considerado como el más adecua-
do para la exhibición y la seducción:
el banquete doméstico, aristocrático
y patricio. En sus escritos, Ovidio
cuenta que Corina, junto a su espo-
so, participó de algunos banquetes
privados en los que también estuvo Fig. 10. Reconstrucción de la apariencia del triclinio de la domus patricia encontra-
invitado Ovidio, durante los cuales, da en la Calle Añón de Zaragoza, s. I d. C., Museo de Zaragoza. (Foto del autor)
con un lenguaje gestual, secretamen- Fig. 11. Banquete de Trimalcion, filmado para la película El Satiricón, dirigida por
te, se comunican sus deseos, deta- Federico Fellini y estrenada en 1969.
lle que nos habla de la complejidad https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/09/09/e2/0909e2e99597d3aa15763f005a1049bd.jpg

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Teoría e historia de la indumentaria

te acuerdes de nuestros juegos amo-


rosos, tócate las rosadas mejillas con
tu fino pulgar. Si tienes que hacerme
algún secreto reproche, cuelgue tu
delicada mano del lóbulo de tu oreja.
Cuando te guste algo, lucero mío que
yo haga o diga, dé vueltas el anillo
sin parar en tus dedos. Toca la mesa
con la mano, como lo hacen los supli-
cantes, cuando desees para tu marido
las muchas desgracias que se mere-
ce […] no permitas que oprima tu
cuello echándote los brazos encima,
ni pongas tu adorable cabeza sobre
su duro pecho. No dejes que ponga
su mano en tu regazo o en tus bien
modelados senos, y sobre todo no se
te ocurra darle ningún beso92. En el
Arte de Amar Ovidio da instruccio-
nes muy precisas a las mujeres sobre
cómo deben comportarse en los ban-
quetes para que el efecto de su belleza
se multiplique con sólo su presencia,
tales como: llegar tarde para generar
expectación; entrar en el triclineo
moviendo el cuerpo con elegancia;
entrar cuando estén encendidas las
lámparas para que así todos puedan
contemplar la perfección del aderezo
del pelo, los vestidos y el maquillaje,
llegar cuando sea de noche o cuando
la luz sea tenue para disimulan defec-
tos físicos que no se pueden corregir,
como las arrugas de la cara; coger
los alimentos con las manos pero con
elegancia y sin mancharse; comer sin
excesivo apetito, sin mostrar ansie-
dad, ni deseo; beber con modera-
ción para no acabar borracha; no
tocar a nadie con las manos sucias93.

En el Museo Arqueológico de Zara- Fig. 12. (Abajo) Mosaico encontrado en las excavaciones del convento de San
goza, con la ayuda de diferentes Gregorio en la Vía Apia de Roma, donde se representa un esqueleto con la frase de
hallazgos arqueológicos, hechos en Sócrates: conócete a ti mismo, s. I d. de C., Museo Nacional de Arte Romano, Roma
las excavaciones de la Calle Añón de http://www.sciencealert.com/images/2016-04/Roman-mosaic-know-thyself.jpg
la capital aragonesa, se ha reconstrui- Fig. 13. (Arriba) Mosaico del Mementio Mori, con una imagen de la muerte como
do cómo podía ser una sala de ban- igualadora del rico y el pobre, encontrado en el triclinio de una casa de comidas
quetes en una domus patricia del siglo excavada en Pompeya, s. I d. de C., Museo Nacional de Nápoles.
I d. de C., demostrando que, incluso https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/75/76/92/75769215fd50be59013549936463b0f3.jpg

. 127
en las ciudades provinciales, el tricli- los seguidores de la doctrina filosófi- como debe interpretarse el esqueleto
neum94 era un auténtico escenario del ca del hedonismo, cuyo filósofo más filosófico recostado sobre la colchone-
lujo doméstico y la suntuosidad, per- importante fue Epicuro (341-270 ta de un triclinio, junto al que se escri-
fecto para la exhibición personal del a. de C.), estaban obligados a gozar bió la didascalia: conócete a ti mismo,
propietario de la casa ante sus invita- de los placeres culinarios y sexuales, del siglo I d. de C., encontrado en las
dos y, en definitiva, de la alta socie- como parte de su doctrina vital. El excavaciones del convento de San
dad patricia y de las élites provinciales epicureísmo tuvo un notable impac- Gregorio en la Vía Apia de Roma,
[lám. 10]. Ese lujo y los excesos vin- to en la iconografía del arte imperial conservado actualmente en el Museo
culados al banquete, fueron captados romano, que vio nacer las más primi- Nacional de Arte Romano en Roma
en el cine, de un modo prodigioso, tivas imágenes de lo macabro, curio- [lám 12]. En esa misma línea se ha
por el director italiano Federico Felli- samente no en contextos funerarios, de estudiar el mosaico pompeyano
ni (1920-1993), al filmar el banquete sino en el contexto ornamental del que desarrolla un Mementio Mori,
de Trimalcion, en 1968, que es de triclinio doméstico. Para incitar a los encontrado en el suelo del triclinio
las secuencias más afortunadas de la comensales a gozar del mundo (sim- de una casa de comidas excavada en
película: El Satiricón, estrenada en plificado en el disfrute de los manja- Pompeya, hoy en el Museo Nacional
1969, muestra sin rodeos un mundo res culinarios y el erotismo), puesto de Nápoles, en el que una calavera
cotidiano, entre grotesco y realista, que la vida es transitoria y la muerte sonriente, mira abiertamente a los
siguiendo de cerca las descripcio- un hecho igualador de los hombres, comensales, asociada a la fragilidad
nes que hizo Petronio (14-66 d. de se mostraban esqueletos sonrientes de una mariposa (símbolo de la fuga-
C.), sin ocultar el binomio de exce- a los comensales para advertir a los cidad etérea de la vida) y a una rueda
sos culinarios y sexuales [lám. 11]. vivos cuál iba a ser su fin igualitario, de seis radios que gira (símbolo de los
con independencia de la condición caprichos con que la diosa Fortuna
En el periodo helenístico y romano, social y poder adquisitivo. Es así mueve la vida de los hombres); sobre
el cráneo se representa una escuadra
de arquitecto con una plomada nive-
ladora, de la que cuelgan, en ambos
extremos, pesando lo mismo, el man-
to de púrpura y el manto de lana, con
los que se alude a que la muerte lle-
ga por igual al rico, capaz de ornar
sus mantos con el tinte más caro, y
al pobre, que guarda todas sus per-
tenencias en un humilde zurrón de
cuero [lám. 13]. Recientemente, en
las excavaciones de Hatay (Turquía),
se ha encontrado un mosaico con un
esqueleto recostado que bebe de una
copa, acompañado de la frase: Sé ale-
gre, vive tu vida, junto a un ánfora y
dos panes [lám. 14]. El vitalismo, lo
macabro y lo hedonista, se combinan
en una suerte de radiografía de la
sociedad romana, para cuya mentali-
dad, estar guapo, ser atractivo, vestir
bien, comer gozosamente y en abun-
Fig. 14. Mosaico con un esqueleto hedonista bebiendo vino, sala de banquetes ro- dancia y practicar el sexo buscando
mana del periodo imperial, acompañado de la frase sé alegre, vive tu vida, s. I - II simplemente el goce corporal, cons-
d. de C. Excavaciones de Hatay tituyen valores esenciales y motores
http://e03-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/04/28/14618315893900.jpg de la sociedad en su conjunto. Octa-

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vio se esforzó en regular legalmente una relación desde el punto de vista valoraba el material, al tiempo que se
la ocultación de estas costumbres, al de una mujer, algo muy novedoso y valoraba también el color, en especial,
tiempo que la poderosa capacidad trasgresor para aquel tiempo. El pun- la pureza del blanco, cuyo secreto se
poética de Ovidio lo expresa en pala- to de vista femenino que da Ovidio conseguía usando ceniza de madera
bras con una claridad meridiana, y describe a una mujer que, oficial- como blanqueador al lavarlo, porque
el arte lo enuncia con las iconogra- mente, tiene una actitud pasiva ante la potasa es un magnífico detergente
fías y los hallazgos arqueológicos. el amor, pero que, en realidad, es tan natural. La variedad de tintes usados
activa o más que el hombre. En prin- en los vestidos femeninos de la Anti-
El libro II del Ars Amatoria da nume- cipio, afirma Ovidio que la mujer no gua Roma era tan rica que Ovidio la
rosas claves para que, una vez que debe buscar de forma activa el amor, compara con la variedad de colores
se ha encontrado la relación, pueda aunque lo desee tanto como el varón, que engalanan las flores en primave-
mantenerse en el tiempo y ser placen- pero le indica que debe estar prepa- ra. Al jerarquizar unos sobre otros,
tera, siempre desde un punto de vista rada en todo momento y propiciar- nos revela cuáles eran los más valora-
masculino, asumiendo que el hombre lo. El amor furtivo es tan agradable dos y caros: el recamado en oro y la
tiene en el amor un papel activo y la para una mujer como para un varón: púrpura estaban reservados a la sim-
mujer lo tiene pasivo, cuando no es el varón no sabe disimularlo, pero bología del poder y ocupan los pre-
verdad, y el mismo Ovidio acaba por ella lo desea más escondidamente98. cios más altos, porque son colores res-
desdecirse en no pocos pasajes. Por Debe atraer y esperar a que ciertos tringidos al Emperador y su familia
ejemplo, ante los ataques de celos hombres caigan en una suerte de red que, en principio, debe ir vestido con
y ante las discusiones apasionadas, inteligentemente tejida para cazar, túnica de oro o de púrpura y, cuan-
Ovidio da el siguiente consejo a los como si fuera una araña, al hombre do aparece en público, debe hacerlo
hombres para reconducir la situación: deseado, siendo los elementos claves sobre una cuadriga tirada por caba-
No dejes de darle a los riñones: toda de la atracción la compostura y el llos blancos101. El azul se pondera en
reconciliación consiste en eso única- modo en que se presenta en públi- variedades diferentes: azul celeste,
mente y no más. Acostándote con ella co: vestida, peinada, maquillada… azul nube y azul marino. También se
es como debes desmentir el amor a habla del amarillo y el anaranjado,
otra95. Incluso propone una dieta afro- En efecto, una parte muy importante conseguido con azafrán; el rosa y el
disiaca, citando como recomendable del proceso de seducción tiene que ver morado, que semejan los tonos de la
el consumo de las cebollas de Dau- con la apariencia de Corina, a quien se aurora; el verde, comparado con la
nia, Libia y Megara y el consumo de describe como una mujer joven, ves- intensidad del mirto, la planta que
Jaramago96. En un tono nada ambi- tida con una túnica sin ceñir, su cabe- era ofrendada a Venus; el gris, almen-
guo, da una serie de consejos prác- llera peinada en dos mitades cubrién- dra, bellota, cerúleo… Los tintes lle-
ticos para ellos, como: No olvidar el dole el blanco cuello, comparada en garon a ser tan caros en Roma, que
cumpleaños de la amada, no pregun- su belleza y capacidad de seducción Ovidio habla en sus escritos de una
tar por su edad. La alabanza lisonjera con la Reina Semíramis, esposa del cierta locura consumista pues, en su
se convierte en un importante instru- mítico Rey Ninus de Asiria, que vivió adquisición, las inversiones llegaron
mento de seducción. Ovidio reco- hacia el 2189 a. de C., y con la bella a tal punto que, muchos hombres y
mienda a los hombres regalar los oídos cortesana Lais de Hícara, la hetaira mujeres, vestían su fortuna sobre el
de las mujeres puesto que: Todas se que rivalizó en belleza con la famosa cuerpo en forma de color y en los
creen a sí mismas dignas de ser ama- Friné, que murió lapidada en el 340 materiales con que se había fabricado
das; a ninguna, por muy fea que sea, a. de C99. Ovidio pone sumo cuida- el tejido. Con seguridad, el color se
le disgusta su propia estampa. […] El do en la descripción de sus vestidos, convirtió en un signo de ostentación
ave de Juno [el pavo real] despliega su siendo altamente valorados aquellos externa con el que se expresaba el
plumaje si lo alaban, pero si lo miras que se tejieron con los hilos del país nivel social y la capacidad económica.
en silencio, esconde su ornato97. de los seres, es decir, los que habían Aunque no hubo un uso científico
sido fabricados en seda traída desde del color, Ovidio recomienda con-
El libro III del Ars Amatoria y Sobre China. También se distingue el lino trastarlo, pues dice que las mujeres
la cosmética del rostro femenino, pro- egipcio de los productos salidos de los de tez blanquecina deben vestir de
porciona las claves para mantener telares de Tiro y la isla de Cos100. Se negro, mientras que las mujeres de

. 129
Diseño de Moda

impregna la lana; elige el adecuado,


pues no todos los colores irán bien
a todas las mujeres. El color oscu-
ro va bien a las de piel blanca […]
El color blanco va bien a las more-
nas106. Las fuentes escritas, desgra-
ciadamente, no se corresponden con
hallazgos arqueológicos relevantes,
pues la propia materialidad de los
tejidos los hace poco duraderos;
actualmente son de muy difícil estu-
dio los escasos fragmentos de textil
del siglo I que se han conservado107.

La elegancia en el vestir de la mujer


consiste, en parte, en saber mover la
cadera, sin arrastrar el manto por el
suelo108. A veces se describe a Corina
con el pelo sujeto con ínfulas, con la
tez pálida, pero con las mejillas enro-
jecidas por un fingido pudor. Ovidio
recomienda a hombres y mujeres:
Que vuestros cuerpos agraden por su
Fig. 15. Retrato idealizado de Cayo Julio Cesar, busto Chiaramonti, conservado en limpieza; haced que se pongan more-
el Museo Vaticano, y busto Farnese, hacia 30-20 a. de C. nos en el campo de Marte; procurad
http://www.museivaticani.va/content/dam/museivaticani/immagini/collezioni/musei/museo_pio_clementi- que os siente bien la toga y que no
no/04_02_cesare_chiaramonti.jpg/_jcr_content/renditions/cq5dam.web.1280.1280.jpeg lleve manchas. Que la lengua no se te
Fig. 16. Retrato realista de Cayo Julio Cesar, busto Farnese, retrato realista, conser- quede tiesa; véanse libres de sarro tus
vado en el Museo Arqueológico de Nápoles, hacia 30-20 a. de C. dientes y que el pie no te nade de un
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/be/Bust_of_Gaius_Iulius_Caesar_in_Naples.jpg lado a otro en la sandalia desatada, y
que un mal corte de pelo no te defor-
me la cabellera, dejándotela erizada:
tez morena, deben hacerlo de blanco, yo diría que con estas ropas se visten hazte cortar el pelo y afeitar la barba
para resaltar la esbeltez de sus cuer- las Ninfas. Aquel se parece al azafrán por una mano experta; no te dejes
pos: ¿Qué diré sobre el vestido?, no (con un velo azafranado se cubre la crecer las uñas y llévalas limpias, y
me refiero ahora a los recamados, ni rosada diosa que pone bajo el yugo que no haya ningún pelo en los ori-
a ti lana, que enrojeces con la púrpu- a los corceles que nos traen la luz103); ficios de tu nariz, ni sea hediondo el
ra de Tiro. Cuando tantos colores de este imita a los mirtos de Pafos104, este aliento de tu maloliente boca, y que el
precio más barato se os ofrecen ¿Qué otro a las purpúreas amatistas, a las semental y padre del rebaño no ofen-
locura es esa de llevar la propia for- rosas blanquecinas o a la grulla de da el olfato. Deja que hagan todo lo
tuna sobre el cuerpo? Ahí tienes el Tracia105; no falta tampoco el color demás las jóvenes coquetas o el tor-
color celeste, cuando el cielo está sin de tus bellotas, Amarilis, ni el de las pe varón, si lo hubiera, que pretenda
nubes y el templado Austro no empu- almendras y también la cera ha dado conquistar a otro varón109. Depilarse
ja las aguas de lluvia; o bien el color nombre a un tejido de lana. Cuántas y perfumarse son consejos de belleza
semejante a ti, de quien se dice que flores produce la tierra renovándo- que han de ser tenidos en cuenta: Qué
en otro tiempo alejaste a Frixo y Hele se, cuando con la llegada de la tibia a punto he estado de advertiros que
de las asechanzas de Ino102. Este otro primavera, hace brotar sus yemas os cuidárais del olor a macho cabrío
remeda el tono de las aguas marinas, la vid y escapa el perezoso invierno, en los sobacos y que vuestras piernas
y de ellas recibe también su nombre: tantos o más son los tintes con que se no se os pusieran ásperas de enhiestos

. 130
Teoría e historia de la indumentaria

pelos! Pero no estoy dando lecciones cuidar su aspecto y desatendían el un original griego de Calímaco, cuya
a mujeres de las rocas del Caúcaso ni entrenamiento, que era su verdadera fortuna iconográfica se relaciona con
que beban tus aguas, Caico y Misia. obligación para preparar la batalla, el culto a Venus Genetrix instaurado
¿Y qué tal si os aconsejo que la sucie- una medida orientada a recuperar por Julio César [lám. 18]; el estudio
dad no ennegrezca vuestros dientes y la disciplina, que nos informa de un de esta y otras variantes figurativas
que os lavéis con agua clara por las comportamiento generalizado en acredita por sí solo la influencia y
mañanas? También sabéis blanquea- la soldadesca, que valoraba como proyección del arte del Gran Cla-
ros el cutis poniéndoos albayalde, y la signo de belleza no tener pelo en el sicismo griego del siglo V a. de C.,
que no tiene de por sí tono sonrosa- cuerpo. A las mujeres se les reco- en una suerte de neoaticismo practi-
do, se lo procura artificialmente; con mienda usar coturnos, el calzado cado por los artistas al servicio de la
artificio rellenáis los intersticios vacíos de plataformas que utilizaban los dinastía Julio Claudia, en la escul-
de vuestras cejas y un pequeño lunar actores en el teatro, para parecer tura romana del periodo Imperial,
adorna vuestras mejillas. Y no os da más altas, avisando de la dificultad usado hasta bien entrado el siglo II
vergüenza pintaros los ojos con un implícita a andar sobre las alzas, d. de C116. En Amores, Ovidio dice:
poco de ceniza o con el azafrán110. siendo particularmente valorados le arranqué la túnica, aunque por lo
Leyendo este pasaje de Ovidio, al tra- los coturnos teñidos de color rojo113. fina que era apenas suponía estorbo;
tar la depilación y el cuidado capilar en ella sin embargo luchaba por tapar-
la apariencia del hombre, nos viene Para triunfar en la sociedad romana se con la túnica y luchando como si
a la memoria el modo en que Sueto- del siglo I a. de C. siendo mujer Ovi- no quisiera vencer, fue vencida, más
nio, en los Doce Césares, describía el dio recomienda saber cantar, bailar sin dolerse en su rendición. Cuan-
afán que Julio César ponía en cuidar y comportarse de manera educada, do quedó erguida sin vestiduras
su aspecto y aparentar no estar cal- sobre todo cuando se están divirtien- frente a mis ojos, en ninguna parte
vo: Concedía mucha importancia al do los comensales de un banquete de todo su cuerpo encontré defec-
cuidado del cuerpo y no contento con con juegos de mesa como los dados, to alguno: ¡qué juvenil su muslo117.
que le cortasen el pelo y afeitasen con las tabas…114. Ese refinamiento, pro-
frecuencia, se hacía arrancar el vello, pio de una educación exquisita, y los Por tanto, según Ovidio, arreglarse y
por lo que fue censurado, y no sopor- cuidados relacionados con la apa- engalanarse, para la seducción o para
taba con paciencia la calvicie que le rición en público, contrastan con el sentirse bien con uno mismo, es un
expuso más de una vez a las burlas de apasionamiento de los encuentros signo más del estadio civilizado del
los enemigos. Por ese motivo se traía amorosos, en los que, lo más valorado hombre, puesto que los animales no
el escaso cabello de la parte posterior por Ovidio es despeinar a la amada pueden apreciar la belleza del vestir,
sobre la frente111. Estos esfuerzos tie- y desnudarla rompiéndole la túnica ni la elegancia, no es tan solo parte
nen su reflejo en sus retratos de busto, para que no la pueda usar nunca más de la actividad sexual, aunque los
que al ser estudiados permiten, por en la seducción de otro hombre115. aspectos eróticos sean esenciales. Así
ejemplo, comparar el look del busto Algunos pasajes de los escritos de se entienden de pasajes como el que
Chiaramonti [lám. 15], que es un Ovidio, al hablar del uso de túnicas relata los amores de Pasifae con el
retrato idealizado, conservado actual- casi transparentes, traen a la memo- toro de Creta, donde dice: ¿De qué
mente en el Museo Vaticano, con el ria la técnica artística consagrada en te sirve, Pasifae, ponerte vestidos lujo-
look del busto Farnese [lám. 16], un la escultura griega del siglo V a. de sos? Ese amante tuyo no hace aprecio
retrato indudablemente más realista, C., conocida como: paños transpa- a las riquezas. ¿Qué tienes que ver con
conservado en el Museo Arqueológi- rentes o calimaquianos, en honor a su el espejo, tú que persigues a los mon-
co de Nápoles, ambos con la misma creador, el escultor ateniense Calíma- taraces rebaños? ¿Para qué compones
cronología, hacia 30-20 a. de C112. co, que estuvo activo entre los años tantas veces tu bien peinada cabelle-
A propósito de la depilación, en el 432 y 408 a. de C., siendo magníficos ra?118. En lo tocante a los ornatos,
transcurso del relato de la Bellum ejemplos de esa forma de trabajar el Ovidio pide a las mujeres que sean
Civile, César cuenta cómo, antes de mármol la Niké de Peonio de Mende, moderadas para evitar un excesivo
la batalla de Lérida, confiscó las pin- conservada en el Museo de Olimpia recargamiento: Pero vosotras tampo-
zas de depilar de sus soldados por- [lám. 17], o la Afrodita Frejus del co carguéis vuestra oreja con piedras
que ocupaban demasiado tiempo en Museo del Louvre, copia romana de de gran valor que el indio de piel ate-

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Fig. 17. Niké de Peonio de Mende, estatua de mármol encontrada en Olimpia, último cuarto del s. V a. de C., Museo de Olim-
pia.
https://mostrarteelarte.files.wordpress.com/2015/07/victc3b2ria_de_peoni_museu_arqueolc3b2gic_dolc3admpia.jpg
Fig. 18. Afrodita Frejus, copia de época imperial romana de un original griego ejecutado por Calímacos, último cuarto del s. V
a. de C., Museo del Louvre. (Foto del autor)

. 132
Fig. 19 a. b. c. y d.: Detalles eróticos presentes en las decoraciones de las pinturas al fresco ejecutadas en uno de los lupanares
de Pompeya, s. I d. de C. Museo Nacional de Nápoles.
http://m.cdn.blog.hu/sz/szexcsatakanno/file/alberto_sesso/pompei.jpg
https://elartedelahistoria.files.wordpress.com/2010/01/18867660_r4.jpg
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/0a/ca/7a/0aca7ac7517213e8cfb1b4824ccc1d0d.jpg

zada recoge en las aguas verdes. Ni os so! Y los cabellos blancos, que tú juras condición económica muy asentada
presentéis agobiadas bajo el peso de haber tenido desde que eras doncella, y está inactiva; es decir, esa mujer, al
vestiduras recamadas en oro: muchas ¡qué pronto se te extienden por toda tener muchos haberes, no necesita
veces nos ahuyentáis con los apare- la cabeza! La culebra se despoja de trabajar y puede permanecer inactiva
jos con que intentáis seducirnos119. su vejez al mismo tiempo que de su en su casa, de modo que el sol no le
Incluso previene a las féminas de delgada piel y no por echar cuernos incide y la tez blanquecina delataría
ciertos hombres malvados que pue- se vuelven viejos los ciervos; nues- su elevado estatus económico. Palidez
den acercarse a ellas fingiendo interés tros bienes, en cambio, escapan sin y capacidad económica iban unidas
en seducirlas, pero con la única inten- remedio: coged la flor, porque si no la en una suerte de categoría estética de
ción de robarles su ropa y sus joyas120. cogéis, caerá por sí sola marchita121. lo bello. La tez pálida está mal en un
marinero: debe estar moreno por el
Frente a la belleza, asociada a la juven- Con independencia de lo que agua del mar y los rayos del sol; tam-
tud, contrasta Ovidio la vejez, que es aportan los datos sobre el vestir bién está mal para el labriego que
tratada con temor en sus escritos, por al estudio de la moda y la belleza siempre bajo el cielo revuelve la tie-
las arrugas, la flacidez de la carne y el femenina, Ovidio, al evaluar la her- rra con la curva reja del arado y los
pelo encanecido, considerados como mosura de la mujer, valora, ante pesados rastrillos; y tú que aspiras al
una desgracia inevitable, cuya apari- todo: los cabellos largos, la tez blan- premio de la corona de Palas, mala
ción debería frenarse con toda clase ca, las mejillas sonrosadas, los pies estampa tendrías si tu cuerpo estuvie-
de cuidados y prevenciones: Tiempo pequeños, la altura esbelta, los ojos ra pálido. ¡Palidezca en cambio todo
vendrá en el que tú que ahora recha- chispeantes, que emiten destellos el que ama! Ese, ese es el color que
zas a tus amantes, yacerás anciana como los de una estrella122, y dos cua- conviene al enamorado, eso es lo que
y muerta de frío en la soledad de la lidades que son de una sorprendente le sienta bien; muchos creen por ello
noche, y las nocturnas peleas no rom- actualidad: la palidez y la delgadez. que se encuentra enfermo. […] Que
perán tu puerta, ni encontrarás por la Quizá haya sido Ovidio, en el siglo I tu delgadez dé también testimonio
mañana tus umbrales sembrados de a. de C., el primero en hacerlo, en una de tu estado, y no te dé vergüenza
pétalos de rosa. ¡Cuán presto, infeliz sensibilidad que hoy diríamos absolu- cubrir tus brillantes cabellos con un
de mí, se tornan flácidos los cuerpos tamente contemporánea. La palidez, capuchón. Las noches pasadas en
cubriéndose de arrugas y desaparece la valora porque equivale a afirmar vela, la preocupación y el dolor que
el color que había en un rostro hermo- que la mujer de tez blanca tiene una nace de un gran amor adelgazan el

. 133
Diseño de Moda

Fig. 19 e. y f.: Detalles eróticos presentes en las decoraciones de pintura al fresco hechas en uno de los lupanares de Pompeya, s.
I d. de C. Museo Nacional de Nápoles.
http://www.limes.cat/wp-content/uploads/2013/10/1280px-Pompeii_-_Lupanar_-_Erotic_Scene_-_MAN.jpg
https://userscontent2.emaze.com/images/df6a8bab-cf42-4203-b003-ebff270ad742/9c17c89562d58959a5230edd0afdc1e4.jpg
http://obviousmag.org/archives/uploads/2013/07/22_Cena_erotica_de_sexo_oral_22.jpg

cuerpo de los jóvenes. Con el fin de zos: tarde se acude a la medicina eran en el siglo I a. de C. Recomien-
conseguir lo que deseas, hazte dig- cuando el mal se ha robustecido con da para romper una relación que la
no de compasión para que el que te largas dilaciones. Pero apresúrate y unión sexual se haga con desgana y
vea pueda decir: está enamorado123. no lo dejes para las horas que han de de un modo descuidado, para que
Los disgustos que causa un amor no venir: quien no está preparado hoy, no sea placentera, mandando que el
del todo correspondido adelgazan y, menos lo estará mañana. Todo amor amante se una a otra mujer antes de
en consecuencia, estar delgado sería engaña y encuentra sustentos en la copular con su antigua enamorada
otro signo de belleza, en tanto en demora; el mejor día para la libera- para no tener ganas de mantener la
cuanto lo sería de estar enamorado. ción es siempre el más cercano124. unión sexual, no tener una erección,
asunto clave en la desgana y el tedio,
Los Remedia Amoris indican, de Como tantos otros literatos de la o que no aguante erecta y, sobre
una manera práctica, cómo acabar Antigüedad y la Edad Media, Ovidio todo, no orgasmar, ni eyacular127.
con un amor que se ha convertido en considera el amor una enfermedad
una carga, explicando que lo prime- originada en la vida ociosa, de modo La fealdad es concebida por Ovidio
ro que el amante debe vencer es una que, advierte a quienes quieran poner como un defecto y, al seducir, para
guerra contra sí mismo para dejar freno a los desmanes del Amor, que disimularlo, aconseja usar eufemis-
de amar a una determinada perso- atajen primero la ociosidad con toda mos: llamarás morena a la que sea
na y luego hay que hacer la guerra, clase de actividades y, en particular, más negra por su raza que la pez de
propiamente dicha, para que la rela- pide a los hombres que vayan a la gue- Iliria; si es bizca, “parecida a Venus”,
ción se quiebre. Ovidio es uno de los rra, trabajen en la agricultura, practi- si es de ojos grisáceos, “parecida a
primeros autores que reconoce por quen la caza y la pesca125. Descarta Minerva; la que a duras penas vive
escrito que, cuando se corre el riesgo acudir a hechiceras y brujas para por culpa de su delgadez, califícala de
de amar en demasía, lo mejor es reti- conseguir remediar el mal de amo- “esbelta”; la que sea de corta estatu-
rarse para evitar un yugo demasiado res o alcanzar el amor, porque tiene ra, llámala “bien proporcionada”; la
pesado: Examina con cálculo rápido comprobado que quienes acuden a que esté gorda, “rellenita” y que la
las cualidades de la persona a la que las brujas tan solo pierden el dine- cualidad más próxima oculte el defec-
amas y retira tu cuello del yugo que ro126. Los consejos que aporta son tan to128. Del mismo modo y en contra-
te hará daño. Párate en los comien- válidos en el mundo actual como lo posición, aconseja como forma de

. 134
Teoría e historia de la indumentaria

Fig. 19 e. y f.: Detalles eróticos presentes en las decoraciones de pintura al fresco hechas en uno de los lupanares de Pompeya,
s. I d. de C. Museo Nacional de Nápoles.
http://sevilla.abc.es/abc-sevilla/multimedia/201404/10/media/coitos_xoptimizadax.jpg
http://1.bp.blogspot.com/-TN4AGS3yDKc/UR1WIUW2k-I/AAAAAAAALb8/z8QJQUEulvY/s1600/Erotic_scene_Pompeii_MAN_Napoli_Inv110569.jpg
https://metrouk2.files.wordpress.com/2016/12/ad_228532706-e1481194827571.jpg?w=620&h=714&crop=1

alcanzar el desamor, considerar como para que se ría; si tiene ojos enfermi- sentimientos ajenos, buscando sólo su
defectos las cualidades, a fin de que zos, recuérdale algo para que llore129. placer personal, pero de una practici-
sea más fácil rechazar a una deter- dad absolutamente contemporánea.
minada persona: En la medida de lo Hay tres opiniones que acreditan a
posible, desvía hacia la esfera del mal Ovidio como un castigador en su En línea con los Remedia Amoris,
las cualidades de tu amada y engaña forma de amar. La primera afir- Ovidio da consejos de suma utili-
a tu propio juicio aprovechando la ma que, para dejar de amar a una dad, lo que convertía sus escritos en
estrecha línea de separación. La lla- mujer no hay nada mejor que verla muy peligrosos a los ojos de la moral
marás “gorda” si está un poco relle- de improvisto sin arreglar, sin maqui- augustea, pues en ellos se habla de
na, y si es morena “negra”; en la que llaje y sin los adornos que potencien mujeres no sometidas al dictamen del
es esbelta la “delgadez” puede ser- su belleza, o simplemente pensar varón, capaces de tomar decisiones
vir de reproche; y se podría llamar sobre la materia con qué se hicie- propias, de gozar de sus cuerpos y de
“descarada” a la que no es palurda, ron los cosméticos130. La segunda, elegir. Ellas arreglan con refinamien-
pudiéndosela llamar “palurda” si se por el contrario, consiste en practicar to los desperfectos de los años y con-
trata de una virtuosa. Más aún, si tantas veces con ella la unión sexual, siguen con sus cuidados no parecer
tu joven carece de una determinada que acabe por aborrecerse y deje viejas; a tu gusto hacen el amor en
cualidad, ruégale una y otra vez con de ser deseada, es decir, propiciar el mil posturas: ninguna pintura enseña
palabras cariñosas que la ejercite: exí- rechazo por la sobreabundancia131. más modalidades. Con ellas se expe-
gele que cante si es que no tiene voz; La tercera es la más sutil, consiste rimenta el placer, sin previa provoca-
procura que baile, si no sabe mover en descuidar a propósito la imagen ción133. Precisamente, sobre la prác-
las manos; es vulgar en su lenguaje, propia para que sea la amada la que tica del sexo, Ovidio aconseja a las
haz que hable mucho contigo; no ha aborrezca al hombre, de modo tal mujeres que prueben las posturas que
aprendido a tañer las cuerdas, pide que ella será la que cree romper la les resulten más placenteras y, llegado
una lira para ella; anda con cierta relación, siendo, en realidad, él quien el caso, se las impongan a los hom-
tosquedad, haz que ande; los senos ha provocado intencionadamente bres para poder gozar ambos a la vez.
le ocupan todo el busto, que ninguna el rechazo132. Emerge aquí Ovidio Un testimonio iconográfico del siglo I
venda constriña tal demasía; si tie- como un hombre inteligente y lleno d. de C., que habla con elocuencia de
ne una dentadura fea, cuéntale algo de perfidia, capaz de jugar con los la capacidad para gozar del cuerpo,

. 135
lo encontramos en las pinturas que que tiene embotada e insensible la Megara (s. VI a. de C.), Tibulo138
decoran los lupanares de Pompeya parte aquella por donde el hombre y Propercio139. Sirva de ejemplo el
[Lám. 19a-i]. Ovidio dice: Que cada y la mujer deben disfrutar conjunta- pasaje en el que Ovidio reconoce que,
una se conozca a sí misma; adoptad mente! Sobre todo procura que cuan- con la ayuda y complicidad de una
determinadas posturas según vues- do finjas, no se te note; trata de dar sirvienta, componiendo poemas y
tro cuerpo; no a todas les cuadra la verosimilitud con tus movimientos y seduciendo con la palabra, el gesto y
misma posición. La que destaque por tus mismas miradas. Que tus palabras la apariencia, consiguió que Corina le
su bello rostro, deberá acostarse boca y el jadear de tu respiración indique aceptara como amante. La sirvienta
arriba; las que están contentas de sus qué es lo que te resulta placentero136. que favorece los encuentros amorosos
espaldas, míreselas por la espalda. Con una sorprendente sinceridad, es el precedente de un personaje con
Milanion llevaba sobre sus hombros introduce el detalle de aconsejar fin- una notable proyección literaria: la
las piernas de Atalanta: si son hermo- gir, si es necesario, para que la unión
sas, de ese modo se las debe contem- sexual sea agradable, al menos, para
plar. La que es pequeña, que monte una de las partes. Si recomienda
a caballo: la esposa tebana, como esto para que el amor sea satisfacto-
era de gran altura, no cabalgó nunca rio, recomienda lo opuesto para que
sobre Héctor. Que oprima el colchón acabe el amor y nazca el tedio: haz
con las rodillas doblando un poco la también el amor en la postura que
cabeza hacia atrás la mujer a la que creas menos conveniente para cada
haya que admirar por su largo costa- una. Y no es mucho trabajo el con-
do. Ante la que tiene un muslo juve- seguirlo: son pocas las que se confie-
nil y además unos pechos sin defecto, san la verdad a sí mismas y no hay
quédese el hombre de pie y acuéstese nada que piensen que no les cuadra.
ella en un lecho inclinado. No creas En ese momento también te aconse-
que es vergonzoso desatar tu cabe- jo que abras las ventanas de par en
llo como la madre de Filis134, y echa par y que, a la luz del día, observes
hacia atrás tu cuello cuando te suel- las imperfecciones de sus miembros.
tes la cabellera. También tú, a quien Y tan pronto como el deseo, sacia-
Lucina135 dejó señalado el vientre con do, llega a su meta, y vuestros cuer-
estrías, cabalga de espaldas, como el pos yacen fatigados, como también
rápido Parto. Mil son los juegos de todo vuestro espíritu, momento en
Venus; sencillo y mínimo esfuerzo es el que se siente la desazón y prefe-
cuando ella yace de lado apoyándose rirías no haber tocado a ninguna
sobre el flanco derecho. […] Que la mujer, pareciéndote que en adelante
mujer sienta a Venus, satisfecha des- no las vas a tocar ya, entonces ano-
de lo hondo de sus tuétanos, y que ta en tu memoria todo lo que sea
la cosa agrade por igual a ambos. defectuoso en su cuerpo, y mantén
No cesen las palabras cariñosas y los tus ojos sin apartarlos de sus faltas137. Fig. 20. Portada del número 3597 de
murmullos de felicidad, ni callen las la Revista Hola, del 6 de marzo den
expresiones libidinosas en medio de También en lo relativo al género 2013, dedicada a una entrevista con la
la diversión. Tú incluso, a quien la didáctico amatorio Ovidio usa unos princesa Corinna.
naturaleza negó sentir el placer de códigos y formulismos literarios pre- http://www.hola.com/imagenes//reale-
Venus, finge dulces alegrías con soni- existentes que parece respetar, en za/2013022763515/princesa-corina-entrevista-
do simulado. ¡Desdichada la mujer particular los escritos de Teognis de hola/0-229-128/portada-hola-corina--z.jpg

. 136
trotaconventos de Juan Ruíz140, literario y, a la vez, una constante dura mucho el amor si le privas de
Arcipreste de Hita (1330-1343), y en los juegos del amor aristocrático, luchas. Que él vea por todas partes en
la Celestina de Fernando de Rojas contar con la ayuda y complicidad de tu lecho huellas de varón y tu cuello
(1514)141. Al doblegar la voluntad de una alcahueta, cuyos servicios profe- amoratado con señales de caricias145.
Corina, lo hace, Ovidio, curiosamen- sionales pueden cobrarse en dinero o Con no poca ironía, en uno de sus ver-
te, con una hermosa pulsera [lám. en especie. En efecto, Ovidio regala sos, Ovidio le desea a Dipsas que ten-
20]. Él mismo reconoce que fue un a Corina buenos vestidos143 y versos, ga perpetua sed, porque de ese modo,
regalo caro lo que le abrió el lecho quejándose de una competición des- siempre con regalos, podrá gozar
de su amada, al tiempo que se queja igual con el resto de amantes, dado de continuos encuentros amorosos
de que el Amor sea un dios tan inte- que otros hombres, más ricos, sedu- con Corina146. En el Arte de Amar
resado: ¿Por qué mandáis que el hijo cen a Corina con regalos más caros aconseja al hombre lo siguiente: esta
de Venus se prostituya por dinero? y a ella parecen interesarle poco los es la meta, éste el objetivo: unirte a
No tiene bolsillo donde guardar el poemas144. Dipsas le da consejos a ella sin haberle regalado nada antes;
dinero. Ni Venus, ni el hijo de Venus Corina sobre cómo debe actuar para y para no darte gratis lo que ya te
están dotados para combates fieros; que el amor le dé varios amantes y le dio, te lo seguirá dando147. Conviene
no conviene que cobren soldada sean siempre provechosos en lo eco- no olvidar que el Arte de Amar tiene
unos dioses no soldados. […] Sólo la nómico: Con cierta parquedad debes un precedente literario directo en la
mujer pone precio a sus noches […] reclamar el precio, mientras tiendes obra de una poetisa griega llamada
y vende lo que a ambos proporciona las redes, no vaya a ser que escapen; Elefántide, que escribió obras didác-
disfrute142. Propercio, en un pasaje pero cuando los hayas cazado, atosí- tico-eróticas, cuyo contenido cono-
de sus escritos, pone en boca de una galos con tus condiciones. Tampoco cemos sólo por referencias indirec-
alcahueta todo un elenco de consejos es perjudicial un amor fingido; deja tas en los escritos de Gayo Suetonio
para que Acántide saque provecho de que crea que lo amas, pero ten cuida- Tranquilo (70-126 d. de C.) y Marco
un amor que ha de ser no gratuito. do de que ese amor no se te manten- Valerio Marcial (40-104 d. de C.),
Esos consejos son coincidentes con ga gratis. Niégate a menudo a pasar pero que a buen seguro hubo de imi-
los que Ovidio pone en boca de una con él la noche: simula dolor de cabe- tar y tuvo que haber leído Ovidio148.
alcahueta que recomienda a Corina za. […] También aprendan incluso
cosas tales como pedir regalos en las tus ojos a llorar forzados, y que éste o Si difícil resulta saber si Corina existió
calendas de Abril, en el cumpleaños aquel sean motivo para que tus meji- realmente, más difícil es saber si hay
y estimar más a los amantes ricos llas se humedezcan. Y no temas jurar de ella y de su belleza algún retrato.
que a los poetas, que al ser pobres, en falso, si engañas a alguno. Venus Sólo los artistas de finales del siglo
sólo tienen su ingenio y es poco el vuelve sordas a las divinidades en XVIII y del siglo XIX se han acer-
beneficio que de ellos se puede sacar. estos juegos eróticos. […] Que tu her- cado a este asunto, más para repre-
mana y tu madre, también tu nodri- sentar la sensualidad femenina, que
Para organizar los encuentros amoro- za, saquen provecho de tu amante. para otra cosa. Fueron los libertinos
sos, Ovidio dispone de la complicidad Se hace rápidamente botín cuando de finales del siglo XVIII, autores de
de una esclava llamada Dipsas, cuyo muchas manos colaboran para alcan- estampas y dibujos de contenido eró-
nombre delata que organizaba los zarlo. Cuando te falten motivos para tico, con los que ilustraban libros de
encuentros a cambio de dinero, pues- pedir regalos, atestigua con un pastel contenido muy subido de tono, los
to que en griego, significa: sedienta o que es tu cumpleaños. Cuídate de que primeros en representar a Corina. En
entregada a la bebida. Es un tópico no ame confiado, sin ningún rival: no las colecciones que abordan la repre-

. 137
Diseño de Moda

sentación de posiciones diferentes


para practicar sexo, al seriarlas, sue-
len numerar con el 16 una postura a
la que se llama: Ovidio y Corina [lám.
21], de la que es magnífico ejemplo
una estampa grabada en 1798 por
Jacques Joseph Coiny (1761-1809), a
partir de los grabados del artista del
barroco italiano Agostino Carracci
(1557-1602), rememorando el pasa-
je de los Amores que ha pasado a la
historia de la literatura como la feliz
posesión149. Más moderada en sus
formas, pero igualmente dotada de un
notable contenido erótico, es la obra
del famoso artista de la Inglaterra
victoriana John William Godward
(1861-1922), que pintó a una mujer
sensual, vestida de amarillo, en 1901,
hoy en colección particular [lám.
22], que algunos han querido ver
como un retrato de Corina, dado
que ese fue el título que Godward
le dio, siendo lo más destacado de
este lienzo el haber representado a la
joven como si estuviera medio dor-
mida, a la hora de la siesta, vestida
con una provocativa túnica de gasas
transparentes, con la que se adivina
el cuerpo que bajo ella se esconde150.
La verdadera efigie de Ovidio es tam-
bién una incógnita difícil de resolver
para los iconografistas. Aunque se

Fig 21. Estampa 16 titulada Ovidio


y Corina, de la serie de L´Aretin
D´Augustin Carrache… de Joseph
Coiny, 1798.
http://sp8.fotolog.com/photo/56/31/119/quieroa
martearte/1234840080515_f.jpg
Fig. 22. John William Godward, Corina
vestida de amarillo, 1901.
http://s017.radikal.ru/i423/1111/47/
e256d98d92b3.jpg

. 138
Teoría e historia de la indumentaria

ha intentado identificar como retrato


de Ovidio un busto de mármol que
se conserva en el Museo del Louvre,
usado habitualmente para ilustrar sus
biografías y los manuales de litera-
tura clásica, no hay certeza absoluta
sobre la veraz identidad del efigiado,
más allá de afirmar que es un varón,
adulto, de la época Julio-Claudia (de
tiempos de Augusto o Tiberio por el
modo de peinarse) cuya data se halla
en el límite cronológico entre el cam-
bio del siglo I a. de C. al I d. de C.
[lám. 23]. Por ser miembro del linaje
Nasón, se dedujo en la Edad Media
y el Renacimiento que Ovidio había
tenido una nariz prominente. Es por
eso que, en la xilografía gótica que
ilustra el folio 93v de la Crónica de
Nuremberg, impresa en 1493, cuyas
estampas hicieron Michael Wolgemut
(1434-1519) y Hans Pleydenwurff
(1420-1472), se le imaginó vestido
con los atuendos de un sabio de la

Fig. 23. (Arriba izquierda) Retrato de


Ovidio, s. I. d. de C. Museo del Louvre.
http://t1.uccdn.com/fr/images/0/3/9/img_qui_
etait_ovide_6930_orig.jpg
Fig. 24. (Arriba derecha) Xilografía
que ilustra la Crónica de Nuremberg,
impresa en 1492, donde se representa a
Ovidio con potente nariz en el fol. 93v.
http://ocw.unican.es/humanidades/mitologia-greco-
romana/mitologia-greco-romana/autores/ovidio.jpg
Fig. 25. (Abajo) Ovidio concentrado
recibiendo la inspiración de las musas,
frescos pintados por Lucca Signorelli
entre 1492 y 1502, Capilla de San Brizio
de la Catedral de Orbieto.
http://s1262.photobucket.com/user/isabelarts2/
media/Luca-Signorelli/780%20Luca%20Signore-
lli%20-%20Luca%20di%20Cortona%20-%20
5b%20Cappellina%20dei%20Corpi%20San%20
Brizi%20Orvieto%20Ovidio%201499.1501_
zpsfv0gee1x.jpg.html

. 139
Fig. 26a. Efigie de Ovidio de perfil, grabada por Antonio Tempesta, para el frontispicio de una edición de las Metamorfosis
impresa en Amberes, en 1606.
http://ovid.lib.virginia.edu/ovid1606.jpg
Fig. 26b. Efigie de Ovidio para la edición de George Sandys de las Metamorfosis, que vio la luz en 1632.
http://ovid.lib.virginia.edu/sandys/ovidport.htm
Fig. 26c. Efigie de Ovidio que ilustra la edición de Le Mire and Basan de las Metamorfosis impresa en París en 1770.
http://ovid.lib.virginia.edu/1772f/1772f.html

Baja Edad Media, con la cabeza pro- atenta lectura, situación que le obliga que pueden llegar, si los analizásemos
tegida del frío con un turbante [lám. a señalar con el dedo el punto donde de un modo exhaustivo, a más de
24], levemente girado de tres cuartos, lo había dejado, en una fórmula muy un centenar de efigies, derivadas las
llevando un anillo en la mano y con usada en la pintura del Quattrocento unas de las otras, todas ellas dentro
una potente nariz aguileña151. Entre para construir la cuadratura espacial de unos mismos parámetros formales.
1499 y 1502 Lucca Signorelli (1445- y dar naturalidad e instantaneidad a
1523), el famoso pintor del renaci- la captación de la figura .humana152. No menos interesante, pero con un
miento, representó a Ovidio, de con- carácter excepcional, es el Ovidio
formidad a la estética clasicista, que Las ediciones impresas a lo largo de entre los Escitas, pintado por Eugene
entonces imperaba, integrado como los siglos XVI, XVII y XVIII de los Delacroix, ejecutado desde el gus-
parte de la decoración en grutescos escritos de Ovidio, sobre todo los to por lo exótico que profesaron los
pintada, en los zócalos inferiores de la frontispicios y las contraportadas de artistas del movimiento Romántico.
Capilla de San Brizio de la Catedral las Metamorfosis, suelen contener Delacroix abordó dos veces esta ico-
de Orvieto, donde se le muestra, una una efigie de Ovidio de acuerdo al nografía, primero en 1859, en un
vez más, con la habitual nariz pro- perfil numismático, con corona de lienzo hoy en la National Gallery de
mitente, vestido de amarillo, ceñidas laurel, dentro de un óvalo, un detalle Londres y, años después, en 1862, en
sus sienes con corona de laurel y en que acentúa, por la propia esencia del un lienzo conservado actualmente en
violento trampantojo, como si estu- retrato de perfil, la intensidad promi- el Metropolitan de Nueva York153. En
viera asomándose a una ventana y nente de su nariz. Buenos ejemplos de ambos, se contrasta el aspecto de Ovi-
los libros estuvieran apoyados en el ello son la edición de las Metamorfo- dio, hombre clásico, vestido con toga
alfeizar [lám. 25]. Para dar sensación sis, ilustrada con estampas de Antonio y tendido sobre una verde pradera,
de instantaneidad, se le representó de Tempesta (1555-1630), que vio la luz frente a la apariencia de los orientales
perfil, con la cabeza atenta a algo que en Amberes en 1606 [lám. 26a], la de escitas, semidesnudos y cubiertos con
sucede fuera del espacio figurativo George Sandys (1577-1644) de 1632 pieles, que ordeñan a una yegua para
delimitado por la ventana, casi como [lám. 26b], o la de Le Mire y Basan, darle su leche a Ovidio [lám. 27a y
si un ruido le hubiera llamado la que vio la luz en París en 1770 [lám. 27b]. El ya comentado monumento
atención y hubiera interrumpido una 26c], por poner unos pocos ejemplos público que se erigió en la plaza de

. 140
Fig. 27a. Eugene Delacroix, Ovidio y los Escitas, 1862, National Gallery de Londres.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/19/Eug%C3%A8ne_Delacroix_-_Ovide_chez_les_Scythes_%281859%29.jpg
Fig. 27b. Eugene Delacroix, Ovidio y los Escitas, 1862, Museo Metropolitan de Nueva York.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d2/Eug%C3%A8ne_Delacroix_-_Ovide_chez_les_Scythes_(1862).jpg

Constanza, obra del escultor Etto-


re Ferrari, inspiró un óleo del pintor
rumano Ion Theodorescu (1882-
1939), ejecutado en 1915 [lám. 28],
que imaginó a Ovidio en el puerto de
Tomis, mirando al infinito con nos-
talgia, añorando montar en un barco
que le llevara de nuevo a Roma154. La
evocadora imagen de la gloria litera-
ria de Ovidio, convertida en un mau-
soleo arruinado, dio ocasión a Johann
Heinrich Schönfeld (1609-1684), en
1640 para pintar un lienzo, hoy en
el Museo de Budapest [lám. 29], que
presenta a unos Escitas, al claroscuro,
contemplando e intentando copiar
un epígrafe, casi borrado por el paso
del tiempo, una imagen que, por
encima de ser representación de la
tumba de Ovidio, tiene que interpre-
tarse como alusión al tópico literario-
iconográfico de la vanitas, es decir,
como una alusión a la fugacidad
del tiempo y los placeres eróticos155.
Fig. 28. (Abajo) Ion Theodorescu Sion, Ovidio en el exilio, 1915.
Aunque en algunos pasajes habla http://web.colby.edu/ovid-censorship/files/2013/11/78_30.jpg

. 141
Diseño de Moda

Fig. 29. Johann Heinrich Schöfeld, Los


escitas ante la tumba de Ovidio, 1640.
Museo de Budapest.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/
commons/8/84/Scythians_at_the_Tomb_of_
Ovid_c._1640.jpg

Hay una que dice que al lado de los


míos, los versos de Calímaco son rús-
ticos: a la que le gusto, al momento
ella también me gusta a mí; hay tam-
bién una que me censura como poeta
y que critica mis versos: quisiera tener
debajo de mí el muslo de la que me
critica. Es sensual en sus andares:
me cautiva con su movimiento; otra
es altiva: pero podría ablandarse al
contacto con un hombre. A ésta, por-
que canta dulcemente y modula con
facilidad su voz, quisiera darle besos
furtivos mientras está cantando. Ésta
pulsa con su hábil pulgar las quejum-
brosas cuerdas: ¿Quién puede dejar
de amar manos tan sabias? Ésa me
place por sus ademanes, mueve los
brazos con ritmo y dobla su cadera
delicada de modo sensual. Para callar
sobre mí, que por cualquier motivo
me veo seducido, pon al lado de ésa
Ovidio de la fidelidad a la aman- dice: No es un determinado tipo de a Hipólito y se convertirá en Príapo.
te, en otros habla claramente de un belleza el que provoca mi amor. Son Tú, como eres tan alta, te pareces a las
amor indiscriminado hacia todas las cien motivos para que yo siempre antiguas heroínas y puedes abarcar
mujeres, análogo al que describe el esté enamorado. Si hay alguna que el lecho entero cuando yazcas sobre
poeta griego del periodo helenísti- baja hacia sí sus vergonzosos ojos, él. Ésa es manejable por lo pequeña
co Calímaco, que presumía de no me abraso por ella y ese pudor es que es; ambas me destrozan: se avie-
hacer distinciones en lo amoroso, y para mí una asechanza; si hay algu- nen con mi deseo tanto la alta como
que exaltaba la sexualidad como el na que sea atrevida, me veo cautiva- la baja. Si no se arregla, me imagino
atributo que debe acompañar a un do por ella, porque no es pueblerina cuánto podría aumentar sus encantos
verdadero e infatigable amante, a y promete ser inquieta en el blando si se arreglara. Va adornada: enton-
fin de poder estar a la altura de una colchón; si alguna me ha pareci- ces es que exhibe sus propias cuali-
actividad sexual tan prodigiosa como do desabrida, émula de las severas dades. Me cautivará una muchacha
afamada156, un indudable preceden- sabinas, pienso que me quiere, pero de pálida tez, me cautivará la rubia.
te de lo que, andados los siglos, será que en el fondo lo disimula; si eres También en la tez morena hay un
el mito del seductor: Don Juan, en la culta, me agradarás por poseer tan atractivo seductor. Si unos cabellos
cultura española, y Giacomo Giro- insólitas cualidades; si eres ruda, me oscuros cuelgan sobre un cuello de
lamo Casanova (1725-1798) en la resultas placentera por tu sencillez. color de nieve, Leda fue digna de
cultura italiana. Ovidio, en Amores admiración por su cabellera negra. Si

. 142
Teoría e historia de la indumentaria

son rubios, también la Aurora estaba Sea como fuere, el debate sobre la
atractiva con sus cabellos azafrana- identidad de Corina existe, como
dos. A todas las leyendas se adapta también existe una descripción de su
mi amor. La edad juvenil me atrae y aspecto físico, conocida a través de
me seduce la edad más madura: una algunos pasajes de los Amores, don-
destaca por su hermosura exterior, la de se dice que era alta, tenía el pelo
otra por su modo de ser. En resumen, largo, castaño, tez blanca, brazos y
mi amor está al acecho de todas esas senos de singular hermosura, vientre
mujeres que gozan de prestigio en plano, pie pequeño y que abortó una
Roma entera157. Teniendo en cuen-
ta este pasaje, en el que Ovidio deja
claro que le gustan todas las mujeres, Fig. 30. Relieve que representa a una
se sostiene difícilmente que Corina domina atendida por cuatro esclavas
sea una mujer real y concreta. Si le que la adornan para que esté bien
gustan todas y a todas las ama por peinada y maquillada, siglo II, Museo
igual, Corina más bien parece ser Estatal de Tréveris.
una síntesis de situaciones realmente http://www.nationalgeographic.com.es/me-
vividas, atribuidas como si una sola dio/2012/12/12/prisma_50-7146_1674x2000.
mujer hubiera sido su protagonista. jpg

Fig. 31. Juan Giménez Martín, Matrona romana maquillada y peinada por sus esclavas, oleo sobre lienzo, 1895, Congreso de los
Diputados, Madrid.
http://www.nationalgeographic.com.es/medio/2012/12/12/prisma_50-7146_1936x1152.jpg

. 143
Fig. 32. Peine romano del s. I d. de C. Museo Británico.
https://3.bp.blogspot.com/-UdqnfFmoC-0/VGeVbfFf6mI/AAAAAAAAA4c/ZOijPp-p-0I/s1600/british%2Bmus.%2Bmodestina.jpg
Fig. 33. Redecilla de hilo de oro del s. I d. de C. Museo del Palazzo Massimo alle Terme, Roma.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hairnet_made_of_finely_woven_gold_wires,_1st_century_AD,_Palazzo_Massimo_alle_Terme,_Rome_(15722196831).jpg

vez para verse libre de tener estrías158. arrebato de celos, pregunta a Ovidio
si ha mantenido relaciones sexuales
Según Ovidio, Corina tenía dos escla- con su esclava, Cipasis, y Ovidio lo
vas a su servicio, que cuidaban de su niega rotundamente, para, siguiendo
imagen para ir siempre impecable, el tópico literario del díptico, en el
llamadas: Nape y Cipasis159. Se dice pasaje siguiente, recoger una conver-
de ellas que eran peinadoras, dies- sación entre Ovidio y Cipasis, en el
tras a la hora de colocar el pelo. Son que ambos hablan sobre sus furtivos
esclavas altamente valoradas porque encuentros sexuales y sobre lo mucho
su único trabajo es ocuparse de pre- que disfrutan de sus cuerpos cuando
sentar a Corina siempre seductora y están juntos161. Cipasis se convierte
espectacular. En sus escritos Ovidio en responsable de la imagen de Cori-
da muchos consejos a las mujeres na y, a la vez, en beneficiaria de los
para estar hermosas y, entre ellos, favores de Ovidio, a escondidas de
uno de los más importantes es tener su ama. El problema de la identidad
esclavas eficientes, como Nape, que, de las amas y las esclavas, diferencia-
además de ser buenas cómplices de das sólo por la indumentaria, se trata
las actividades lúdico sexuales de sus también en los escritos de Plutarco de
amas, estén capacitadas intelectual- Queronea (46-120 d. de C.) y de ello
mente para encubrir y propiciar los se hace eco Ovidio. Cuando los galos Fig. 34. Busto de Julia la Mayor con el
encuentros amorosos furtivos de sus ocuparon el territorio de Roma, fue- pelo rizado y ordenado en un complejo
dueños. Nape era: Diestra en recoger ron expulsados de ella por Camilo; la tocado simétrico, s. I d. de C. Palacio
cabellos desordenados y en ponerlos ciudad tardó mucho en recuperarse. Al Temps, Roma.
en orden160. La esclava Cipasis resul- Acaudillado por Livio Póstumio, un http://www.nationalgeographic.com.es/me-
ta ser tan sensual como su señora. En ejército formado por habitantes de dio/2014/04/22/dae-99016903_1528x2000.
un pasaje de Amores Corina, en un los pueblos del Lacio, acampó cerca jpg

. 144
de Roma y pidieron doncellas casa-
deras para renovar los lazos de sangre
que les unían. Siguiendo el consejo
de una esclava, varias esclavas se vis-
tieron con las ropas de sus señoras y
fueron enviadas en calidad de muje-
res libres y doncellas. Con la compli-
cidad de estas esclavas, los romanos
vencieron a los latinos162. Es de esta
anécdota de donde deduce Ovidio,
con toda certeza, que en lo tocante
al cuerpo, en nada se diferencia una
mujer patricia y una esclava, testimo-
nio interesante de cómo la ropa se
convierte en un lenguaje no verbal,
usado para manifestar visualmente la
jerarquía social a la que se pertenece.

El arte romano del periodo Impe-


rial ha consagrado la imagen de la
patricia servida por las esclavas, que
cuidan de su imagen para que esté
siempre hermosa, siendo ejemplo
interesante de esta iconografía un
bajorrelieve del siglo II d. de C. con-
servado en el Museo de Tréveris, que
muestra a un ama joven (apenas una Fig. 35. Venus y Marte en el lecho amoroso, pelirrojos y acompañados de Erotes,
niña de no más de 17 años), sentada pintura al fresco procedente de la Casa de Venus y Marte de Pompeya, siglo I d. de
en una silla de mimbre trenzado, con C. Museo de Nápoles.
escabel a los pies, atendida por cua- http://3.bp.blogspot.com/-WwfENtJYIcw/VhR4CgotudI/AAAAAAAAADA/Zs0gZfMh2RU/s1600/artve-
tro esclavas que la peinan y, con un nus.jpg
espejo, le enseñan su look, buscando
su aprobación y la alabanza del resul- desde un segundo plano y comentan Manila. La esclava de mayor edad,
tado de sus habilidades [lám. 30]. La el adorno del ama, mientras las otras con seguridad la más competente, la
visión neo-historicista, influenciada hacen afanosamente su trabajo; la jefa de esclavas, está situada junto a
por los hallazgos de la arqueología esclava que está a los pies, lleva un la cabeza del ama, en el momento
hechos en Pompeya y Herculano, lle- ungüentario de perfumes, otra sostie- en que termina de colocar sus cabe-
vó al pintor abulense Juan Giménez ne un espejo para que el ama se con- llos, después de haberla colocado una
Martínez (1855-1901) a ejecutar un temple y dé la aprobación a los ador- diadema dorada, que parece haber
óleo sobre lienzo, fechado en 1895, nos con los que ha de deslumbrar a sido sacada de una caja joyero. Sobre
depositado por el Museo del Prado quienes, en un acto social, estén en la mesa, un mantón desechado, un
en el Congreso de los Diputados, su presencia, dos esclavas le muestran collar descartado, tarros de perfume
en el que muestra a una mujer del telas de ricos colores, como si el ama y maquillajes… Por el fondo, la déci-
patriciado servida por diez esclavas, estuviera dudando acerca del manto ma esclava, lleva sobre la cabeza una
que la rodean; presentando la esce- más adecuado para cubrir la túnica bandeja de frutas, puesto que el ama,
na como si hubiera acontecido en el que lleva puesta, manto, por otro antes de acudir a un acto social, debe
impluvium de una casa patricia [lám. lado, rematado en flecos e interpre- haber comido, de modo que, sin ham-
31]; tres de las esclavas, portadoras tado casi como si fuera un mantón de bre, pueda mostrar poco interés por
de instrumentos musicales, observan los alimentos que le van a servir163.

. 145
Diseño de Moda

narse: que cada una elija el peinado


que le conviene y que lo decida delan-
te de su espejo. Un rostro alargado va
bien con el pelo liso separado en dos
crenchas: así se lo peinaba Laodamia.
Las caras redondas requieren dejar-
se un moño pequeño en lo alto de la
cabeza para que se vean las orejas.
Que los cabellos de otra cuelguen
sobre sus hombros: así eres tú, cantor
Febo, cuando coges la lira. Que otra
se lo anude a la manera de Diana
cuando se recoge la túnica y según
su costumbre, persigue a las fieras
espantadas; a una le sienta bien que le
cuelguen holgadamente los cabellos,
aquella otra está mejor con su cabe-
llera bien prieta; a una le complace
adornarse con una concha de tortuga
de Cilene; péinese aquella otra con
ondas semejantes al oleaje. Pero no
es posible contar las bellotas en una
ramosa encina, ni cuántas abejas hay
en Hibla, ni cuantas fieras hay en los
Fig. 36. Guercino, Venus, Marte y Cupido, 1633-1634, Galleria Estense, Modena. Alpes, ni tampoco puedo yo abarcar
http://www.comune.modena.it/salastampa/archivio-comunicati-stampa/2013/12/modena-il-primo-de- y enumerar tantos tipos de peinado
ll2019anno-musei-aperti-nel-pomeriggio/guercino-venere-marte-e-cupido-1633-34-modena-galleria-estense.jpg como existen: cada día que pasa aña-
de algún adorno. Incluso a muchas
les sienta bien una cabellera en des-
La arqueología ha aportado el hallaz- tos y simétricos a una línea o eje cen- orden: a menudo podrías creer que
go de muchos objetos, tanto en Roma tral, se trabajó al trépano [lám. 34]. mantienen el peinado de ayer, cuan-
como en las ciudades provinciales, do en realidad acaba de peinarse164.
relacionados con los usos del adorno El pelo jugaba un papel esencial en
capilar, como el peine del Museo Bri- la apariencia de la mujer romana, de Entre las cosas que se valoraban como
tánico [lám. 32], las agujas de hueso hecho las modas en el peinado y los signo de belleza en el peinado, una de
para sostener los complejos tocados, modos de componer y ordenar los las más importantes era ser pelirrojo,
o la redecilla de hilos de oro que se cabellos, por su variedad y carácter puesto que el color rojo se asociaba a
puede ver en el Palazzo Massimo efímero, según las décadas y los siglos, Marte, el dios de la guerra, protector
alle Terme en Roma [lám. 33]. Los han sido usados tradicionalmente por de Roma y de sus legiones165. Ser peli-
efectos de los tratamientos capilares, los historiadores del arte para clasifi- rrojo o pelirroja natural era altamente
moldeados, rizados, su elevación for- car y datar con una precisión relativa valorado como signo de belleza y, en
mando complicados tocados, llegaron los retratos femeninos. Ovidio se hizo caso de no serlo, se podía conseguir
a ser absolutamente espectaculares. eco de ese interés por el peinado en ese color tiñendo el pelo con alheña
Traducidos al lenguaje estatuario, sus escritos, recogiendo la variedad de o con minio. En Amores Ovidio dice:
podemos estudiar peinados tan sin- aderezos que se usaban en el pelo: Nos Aunque mostraba un color rojizo,
gulares como el del busto de Julia la cautiva la elegancia: que los cabellos como si hubieras sido teñida a fondo
Mayor, del siglo I d. de C., conserva- no estén alborotados; las manos que con minio, aquel color tuyo era de
do en el Palacio Al Temps de Roma, los peinan les dan y quitan hermosu- sangre, esa es la verdad166. En el arte
cuyo pelo, ordenado en bucles perfec- ra. Pero no es una sola manera de pei- romano y en la pintura pompeyana

. 146
Teoría e historia de la indumentaria

de un modo particular, abundan las comprada y en vez de la suya propia valiosísimos y cotizadísimos postizos.
representaciones de Venus y Marte consigue por dinero que la de otra Ovidio pide a las esclavas que ador-
con el pelo rojo, siendo buen ejemplo sea suya170. Como es de todos bien nan a Corina que ricen su pelo con
de ello el fresco del siglo I d. de C. que sabido, teñir el pelo, moldearlo apli- pinzas calientes, poniendo sumo cui-
se conserva en el Museo Nacional de cando determinadas fuentes calor dado para no dejarla calva. Solo así
Nápoles, procedente de Pompeya, y el largo etcétera de tratamientos se entiende este lamento: Te lo decía
de una domus a la que se denomina, capilares a que eran sometidos los yo: Deja de poner tintes a tus cabe-
precisamente, por esta pintura: Casa cabellos de las mujeres de los gru- llos; ahora ya no te queda ni un pelo
de Venus y Marte [lám. 35]. La idea pos sociales más adinerados de la que puedas teñir. Pero si lo hubieras
de asociar el color rojo a la guerra, la sociedad romana, constituyen pro- dejado crecer ¿Qué habría más largo
sexualidad, la excitación y la violen- cedimientos técnicos muy agresivos que ellos? Te llegarían hasta la parte
cia, se mantuvo para la iconografía que, en muchísimas ocasiones, con- baja de la espalda, por donde empie-
de Venus y Marte y en general, llega a ducían a esas mujeres a perder la zan las caderas. ¿Y qué importa que
nuestros días con todos los matices167. cabellera y verse obligadas a usar fueran finos y diera miedo ponerles
Una prueba de ello la encontramos pelucas y postizos, bien cortando el adornos, que se parecieran a las telas
en el siglo XVII, en un cuadro de pelo de las esclavas, bien con el pelo de los seres [es decir, que el pelo fuera
Giovanni Francesco Barbieri, il Guer- de las mujeres de los pueblos venci- tan fino como lo es el hilo de la seda
cino (1591-1666), pintado en 1634 y dos. En la guerra, para humillar a las importada de China] de tez colorea-
conservado en la Galleria Estense mujeres de las tribus sometidas, se las da, o al hilo que con la pata delgada va
de Modena, en el que se representa castigaba a perder el pelo; se las rapa- alargando la araña cuando teje su tela
al Dios de la Guerra pelirrojo, jun- ba y, con esos cabellos, se hacían los sutil debajo de una viga abandonada?
to a una no menos pelirroja Venus,
al tiempo que Cupido se dispone a
disparar apuntando al espectador
del lienzo [lám. 36]. El rojo llega a
ser tan importante en la sociedad
romana que, no sólo las paredes de
las casas se pintan de rojo cinabrio, el
famoso rojo pompeyano168, sino que
hasta los perfumes y aceites se tinta-
ban de este color, como demuestra un
pasaje en el que Ovidio dice: salpica-
do de rojo con perfume de azafrán169.

Ovidio insiste en la necesidad de disi-


mular los defectos que tenga el pelo,
como las canas, que son signos de la
edad, usando tintes, al tiempo que se
queja amargamente de ver a los hom-
bres calvos, porque no hay forma de
disimularlos: Nosotros quedamos sin
remedio al descubierto, y los cabe-
llos que la edad nos roba, caen como
las hojas cuando Bóreas las sacude.
La mujer en cambio, tiñe sus canas
con hierbas de Germania y logra
gracias al artificio un color mejor Fig. 37. Templo de Hércules Victor o Hérciles Olivario, construido hacia el 120 a. de
que el auténtico. La mujer se pasea C. Roma, ante cuyos pórticos se vendían toda clase de pelucas.
cubierta con una espesísima cabellera https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f8/Temple_of_Hercules_%28Rome%29.jpg

. 147
No eran negros ni tampoco dorados, méticos para el rostro femenino, De dente: el artificio embellece siem-
pero aunque de ninguno de esos colo- medicamine faciei femineae, resulta pre que se mantenga en secreto174.
res, eran de un color intermedio entre contener ideas muy interesantes sobre
los dos, como el del alto cedro, al que la moda y la belleza en Roma. Como El libro Cosméticos para el rostro
se le ha arrancado la corteza, en los la mayor parte de las mujeres, según femenino contenía un conjunto de
húmedos valles del Ida. Además eran opina Ovidio, no fueron dotadas con consejos prácticos, casi como un rece-
moldeables y no eran para ti moti- la belleza natural, es lícito que se tario, para potenciar la apariencia,
vo de dolor alguno. […] A pesar de maquillen y con las artes de la pintu- de los que se ha conservado la receta
ser delgados y parecidos a la pelusa, ra corporal corrijan los defectos de la para que la cara esté resplandeciente
¡Cuántas infames vejaciones sufrie- naturaleza o los disimulen. Propone a y blanca175 y la receta para eliminar
ron tus cabellos! ¡Con qué paciencia la mujer maquillarse en la más estric- las manchas de la piel usando incien-
se ofrecieron al hierro y al fuego para ta intimidad. No dejar que nadie vea so176. El maquillaje debe ser parte
que su crencha dócil se ondulara en cómo se aplican los colores sobre el de las armas secretas de seducción
rizos! Y yo te gritaba: es un crimen cuerpo, equivale a que cada mujer femenina. Así se desprende cuando
quemar estos cabellos, es un crimen. pueda generar sus propios secretos y, Ovidio dice: Cuando te arreglas tú
Son hermosos tal y como son: ¡Deja al mostrarse en público el efecto de también, pensemos los demás que
ya, terca de atormentar tu cabeza! contemplarla ha de ser, necesaria- estás durmiendo: más hermosa te
[…] No te han dañado las hierbas mente, más espectacular y sorpren- veremos después del último retoque.
encantadas de ninguna rival, ni nin-
guna vieja de Hemonia [región famo-
sa por sus brujas] te los ha lavado con
agua envenenada, ni se han echado a
perder por efecto de una enfermedad,
ni te ha menguado tu espesa cabellera
una lengua envidiosa: por tu propia
mano y por culpa tuya la has perdido,
ya lo ves. Tú misma aplicabas mez-
clas venenosas a tu cabeza. Ahora
la Germania te enviará los pelos de
una cautiva y te sentirás segura con
el regalo de una nación sobre la que
hemos triunfado171. Es interesante,
en este último pasaje, señalar el valor
psicológico que se atribuye al pelo
femenino, abundante y arreglado,
porque la falta de pelo daría insegu-
ridad a la mujer calva y recuperaría
la seguridad en sí misma con la sofis-
ticación de un postizo172. El lugar que
en Roma se usaba para la venta de las
pelucas de mejor calidad estaba situa-
do en el Campo de Marte, delante del
templo de Hércules Víctor o Hércu-
les Olivario [lám. 37], construido en
el 120 a. de C., que aún está en pie,
y ante las estatuas de las Musas173. Fig. 38. Caja de Cosméticos romana encontrada en Pompeya, s. I d. de C. Museo
Nacional de Nápoles:
Pese a no haberse conservado com- http://2.bp.blogspot.com/-6EnO9vM4CAE/URzN2kXcXuI/AAAAAAAAAZ4/-Eo9w7AEQCk/s1600/
pleto, el libro escrito por Ovidio, Cos- caja+maquillaje.jpg

. 148
Fig. 39. Retratos romanos de Al Fayum, diferentes cronologías entre el siglo II-IV d. de C., conservados en el Museo del Louvre
(a), Museo Paul Guetti de Los Ángeles (b) Royal Museum de Escocia (c) Staatliche Antikensammlungen de Berlín (d) Eton colle-
ge de Windsor (e) y colección privada (f).
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/70/Fayum-39.jpg
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/28/2d/67/282d675119a7ba4530614cb463bca019.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c6/Fayum-34.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/09/Fayum-01.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/2c/Fayum-11.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b4/Homme_avec_barbe%2C_portrait_fun%C3%A9raire%2C_Fayoum%2C_%C3%89gypte.jpg

¿Por qué tengo yo que saber la causa tus piernas son delgadas, no les desa- de una torpe burra que da vueltas a
de la blancura de tu cara? Cierra la tes nunca las correas; […] si el pecho la áspera muela. ¿Hasta dónde no
puerta de la alcoba: ¿Por qué exhibes es escaso, que lo ciña una venda; la llega el arte?, aprenden a verter lágri-
una obra sin acabar? Bueno es que que tenga los dedos gordos y las uñas mas con elegancia y lloran cuando
los hombres ignoren todo esto, pues desiguales, que haga pocos gestos con quieren y como quieren. ¿Y la que
una gran parte de ello desagradaría, la mano cuando hable; la que tenga cuando al hablar se equivoca en una
si no se oculta convenientemente. mal aliento, que nunca hable en ayu- letra y su lengua se hace intenciona-
Las estatuas doradas que están en lo nas y que siempre se mantenga a cier- damente tartamuda al pronunciar
alto del teatro para adornarlo, míra- ta distancia del rostro del hombre; si cierto sonido? Su equivocación tiene
las de cerca y las menospreciarás: tienes algún diente negro o grande o gracia: aprenden a decir mal algunas
sólo una delgada lámina recubre la descolocado, al reírte te perjudicará palabras y a hablar peor de lo que
madera; pero ni la gente puede acer- mucho. ¿Quién lo creería? Hasta a saben. Prestad atención a todo esto,
carse a ellas sino una vez hechas, ni reír aprenden las mujeres y también puesto que tiene su utilidad; apren-
tú has de recomponer tu hermosura de esa manera aumenta su atracti- ded a moveros con paso femenino:
sino a escondidas de los hombres177. vo. Que la abertura de la boca sea en la forma de andar hay también
mediana y salgan hoyuelos junto a algo de elegancia no despreciable y
El arte de ocultar los defectos es asun- cada comisura; que la parte inferior atrae o repele a los hombres que no
to tratado en varios de sus escritos de los labios cubra la parte superior os conocen. Esta mueve con arte las
que tiene mucho que ver con unos de los dientes; que los costados no caderas dejando que el aire le haga
modales refinados y con la educa- se ensanchen con una risa continua, flotar la túnica y adelanta sus pies con
ción que se ha recibido. En el Arte sino que sea un sonido leve y tenga orgullo. Esa otra anda como si fuera
de Amar se dice: los hombros. La que no sé qué de femenino. Hay alguna la rubicunda esposa de un marido
está pálida, cubra su cuerpo con un que tuerce la boca con una carcajada umbro, patiabierta y dando grandes
tejido de rayas rojas; tú que eres más absurda; otra, cuando muestra su ale- zancadas. Pero como en otras muchas
morena, recurre al auxilio del pez de gría riendo, dirías que está llorando; cosas, sed comedidas también en esto:
Faros; un pie deforme debe esconder- esa otra tiene un sonido ronco y des- esa manera de andar es grosera, pero
se siempre en un calzado blanco y si agradable: su risa es como el rebuzno aquella es más afectada de lo normal.

. 149
Diseño de Moda

En cualquier caso, descúbrete la parte bien sabido, por su fertilidad, en el metal para escribir estos mensajes,
baja del hombro y superior del brazo oasis de Al Fayum se estableció una no sólo en Roma, sino también en las
por el lado izquierdo para exhibirla: comunidad romana muy próspera, ciudades provinciales de cierto rango,
esto os sienta bien sobre todo a las de entre los siglos II y IV d. de C. que como un juego que se encontró en las
piel blanca; cada vez que lo veo, siento asumió como propia la costumbre excavaciones de Itálica expuesto hoy
deseos de besar una y otra vez la par- egipcia de momificar los cadáveres, en el Museo Arqueológico de Sevilla
te de ese hombro que va al descubier- adoptando también la de colocar [lám. 40]. Brevedad y volatibilidad
to179. La arqueología ha identificado sobre la cara de la momia el retrato eran las características de estos escri-
algunas cajas de cosméticos, como la del difunto pintado a la encáustica tos, tan cercanos a la sensibilidad y
que fue encontrada en Pompeya y se (cera) o al temple. En las tumbas de formas de seducción actuales. Usan-
conserva en el Museo Nacional de Al Fayum se han recuperado, desde el do la técnica literaria del díptico, que
Nápoles, tallada en madera, con apli- siglo XIX hasta nuestros días, más de afirma y contrapone, Ovidio cuenta
ques de placas de marfil, un espejo, 600 retratos romanos repartidos por en Amores cómo envía estas tablillas
tarros para guardar los pigmentos y museos de titularidad pública, como y, confiando en que con lo que en ellas
los aceites para aplicarlos [lám. 38]. el Museo del Cairo, Harvard, Buffa- ha escrito ha de vencer la resistencia
lo, Louvre, y colecciones privadas. de su amada, las llama: vencedoras y
Los cuidados y cosméticos no son fieles servidoras; sin embargo, cuando
cosa exclusiva de las mujeres, tam- Otra prueba que demuestra la com- recibe la respuesta y ésta es negativa,
bién eran usados por los hombres plejidad de los lenguajes de seducción las maldice llamándolas: maderas
y Ovidio, sin ambigüedad, acepta ideados por el mundo romano en el fúnebres y leña inútil181. Para que
los cuidados de la belleza masculina tránsito entre los siglos I a. de C. y la relación sea más excitante y a la
siempre que sean moderados, de otro II d. de C. es la importancia que en larga más placentera, recomienda
modo no se entendería un pasaje en la sociedad se daba a las tablillas de Ovidio hacerse de rogar a la hora
el que previene contra los hombres cera sobre las que se escribían con de enviar las tablillas, o no iniciar el
que se cuidan en exceso, a quienes incisiones hechas con un stilo men- contacto hasta no recibir un mensaje,
califica como malos amantes que sajes breves y secretos entre los ena- cuidando mucho el estilo de las misi-
compensan sus carencias en el amor morados. Por su tamaño las tablillas vas y poniendo cuidado en borrar
con la apariencia: Pero evitad a los eran fáciles de ocultar y por estar los mensajes anteriores para evitar
hombres que hacen ostentación de escritas sobre cera, fáciles de borrar, celos o reproches182. Incluso los men-
su elegancia y galanura, y colocan de modo que de su contenido no que- sajes se encriptaban para que, si por
cada cabello en su sitio. Las palabras daba constancia. Las tablillas eran una funesta casualidad, eran inter-
que os dicen a vosotras, se las dije- dadas a los esclavos, que velozmente ceptados, no pudieran descifrarse.
ron a otras mil mujeres: su amor va debían llevarlas del emisor al recep-
de acá para allá y en ningún lugar se tor, frecuentemente con instrucciones ¡Cómo que el guardián te va a impe-
detiene. ¿Qué va a hacer una mujer sobre el lugar en el que se debían dir que escribas cuando te conceda
cuando su amante tiene la piel más producir los encuentros amorosos tiempo para que te laves, cuando tu
suave que ella misma y hasta puede furtivos, o los gustos en las prácticas confidente tenga la posibilidad de lle-
tener más pretendientes que ella?180. sexuales. Si aceptamos lo que descri- var las tablillas escritas y ocultarlas en
be Ovidio, los patricios romanos se el tibio seno bajo una amplia venda,
Los retratos encontrados en la necró- pasaban el día mandándose mensajes cuando pueda esconder los mensajes
polis egipcia de Al Fayum, el oasis escritos en estas tablillas, análogos a atándoselos a la pantorrilla y llevar la
situado en el desierto Líbico, hablan los que actualmente nos manda- amorosa carta bajo su pie calzado!
por sí solos de los cuidados corpo- mos por correo electrónico, teléfono En caso de que el guardián hubiera
rales, maquillaje, joyas, peinados, móvil o whatsapp. Las excavaciones precavido todo esto, que tu confiden-
masculinos y femeninos, de las éli- arqueológicas han permitido encon- te ofrezca su espalda como carta y
tes de la sociedad romana provin- trar numerosas tablillas de marfil o lleve las palabras sobre su cuerpo. Es
cial [lám 39 a-f]. Como es de todos de madera y estiletes de hueso o de segura también engaña a los ojos la
letra escrita con leche fresca (úntala

. 150
Teoría e historia de la indumentaria

con polvo de carbón y podrás leer-


la); pasará también desapecibida la
que se hace con un punzón de lino
un poco húmedo, llevando así la
tablilla sin rayar señales ocultas183.

Cuando se habla de usar la espalda


como soporte para la escritura, es evi-
dente que no se habla de escribir sobre
la espalda del esclavo, sino de usar la
espalda de la amada como soporte
sobre el que apoyar las tablillas, cuan-
do se va a escribir a otra mujer con
el objeto de seducirla, para lo cual es
necesaria la complicidad de la aman-
te que ya se tiene. Un complejo juego
de seducción que captó de una for-
ma magistral la película Las Amista-
des peligrosas, película dirigida por
Stephen Frears en 1988 [lám. 41].

Analizados los escritos de Ovidio


como fuente literaria para conocer
la Roma Imperial del periodo Julio
Claudio, la conclusión que se puede
extraer, nos introduce de lleno en la
contradicción inherente a toda socie-
dad: el choque entre lo que se quiere
ser y lo que de verdad se es. Roma,
ideales y realidad, nos abre un aba-
nico de posibilidades para analizar la
moda y el vestir, combinando fuentes
escritas y materiales. Frente al mun-
do desenfadado y sexualmente libre
que se percibe en la sociedad Roma-
na de los siglos I a. de C. y I d. de
C., el Emperador Octavio Augusto
intentó, sin mucho éxito, implantar
unos supuestos valores tradicionales
en los que el papel de la mujer era el
de una matrona intachable, madre
de los legítimos hijos de una élite
patricia, asentada en la cúspide de la
Fig. 40. Stilo, instrumentos para escribir sobre tablillas de cera, siglos I-II, Museo pirámide social. Los escritos de Ovi-
Arqueológico de Sevilla. (Foto del autor) dio resultaban tan peligrosos como
Fig. 41. Fotograma de la película Las amistades peligrosas, dirigida por Stephen famosos y leídos, porque en ellos
Frears en 1988. se hablaba de hombres y mujeres
http://1.bp.blogspot.com/-I3ujE-mPr0Y/TjdHkJYDz9I/AAAAAAAAZBY/cOqM0F1dOHI/s1600/ sexualmente libres, que gozan de sus
liaisons-dangereuses-88-12-g.jpg cuerpos y cuidan su apariencia para

. 151
ser más atractivos, sensuales y muy II, 7-8; II, 62, 345-348; III, 14, 5-6; III, 7,
poco comprometidos con la idea de Referencias y Bibliografía 29-30.
estado defendido por Augusto. Ovi- 9.La condena de este libro antiguo ha brotado
dio insiste, una y otra vez, en mostrar tardíamente y el castigo está lejos del tiempo en que lo
a unas mujeres capaces de decidir por 1.La fuente esencial para conocer la vida de Ovidio mereció. Ibidem, II, 231-240
sí mismas, que elegían su atuendo y son los Tristia, en especial la elegía IV, donde dice: No 10.Se consideraba que, si se habían hecho esas consul-
su adorno personal, con independen- soporto el clima, ni me acostumbro a estas aguas, y la tas de una manera oculta, era para conocer los hados
cia de lo que los hombres esperasen tierra misma no sé en qué manera me es desagrada- y el fatum del Emperador y facilitar así algún tipo de
de ellas, capaces de experimentar ble. No hay casa lo suficientemente cómoda, no hay conspiración. BLÁZQUEZ, José María, MAR-
sobre su cuerpo maquillándolo y, alimento que convenga a un enfermo, ni nadie que TÍNEZ-PINNA, Jorge y MONTERO, Santiago,
sobre todo, intelectualmente dispues- cure mi enfermedad con la ciencia de Apolo. OVIDIO Historia de las religiones antiguas. Oriente, Grecia
tas a leer y aprender de Ovidio, o de NASÓN, Publio, Tristes. Cartas del Ponto. Madrid, y Roma. Madrid, 1993. MONTERO HERRE-
cualquier otro, cómo cultivar su belle- 2002, edición e introducción de: Rafael Herrera RO, Santiago, Las aves en la Roma del principado:
za, cómo seducir a sus amantes (no Montero, IV, 1, 72-79. prodigio, exhibición y consumo. Barcelona, 2006.
necesariamente esposos y no nece- 2.Ellos se comunican entre sí en una misma lengua; Reinach, siguiendo opiniones de Carcopio, ha insistido
sariamente monógamas) demostran- pero yo debo hacerme entender por gestos. Aquí soy en que Ovidio formó parte de una secta neo-pitagórica
do así tener una capacidad propia el bárbaro, puesto que nadie me comprende; y los de ideología republicana, en la que se hacían ritos adi-
y singular para disfrutar de la vida, estúpidos Getas se ríen cuando hablo en latín. Ibidem, vinatorios contrarios a los intereses del emperador. En
independiente y contraria al modelo Tristes, V, 10, 36-39. consecuencia, Ovidio pudo haber formado parte de una
pautado desde la familia patriarcal 3.ENCINAS MORAL, Ángel Luis, Aproximación a secta o de un grupúsculo contrario al poder imperial,
tradicional. Al margen de su indu- la historia social de los escitas. Madrid, 1999. lo que llevó a Reinach a pensar que, el argumento que
dable valor literario, los escritos de 4.Del monumento público erigido en Constanza se hizo le hacía culpable por haber difundido el Ars Amatoria
Ovidio constituyen un instrumento una réplica, en 1925, para la ciudad de Sulmona, era, en realidad, un pretexto que escondía detrás un
muy útil para comprender el papel en la que Ovidio había nacido el 20 de marzo del castigo ejemplar contra una participación más activa de
que la moda tenía en la Roma Impe- año 43 a. de C. PASSALALPI FERRARI, Ettore, Ovidio en la vida política, suponiéndole favorable en lo
rial. Si el Diccionario de la Academia Ettore Ferrari, la facile simbiosi dell´arte con l´ideale. ideológico a los prohombres de tendencia republicana,
de la Lengua define la moda como Velletri, 1995. PASSALALPI FERRARI, Ettore, contrarios a la concentración del poder en manos de
el: uso, modo o costumbre que está Ettore Ferrari: tra le muse e la política. Città di Augusto. REINACH, Salomón, “Les compagnons et
en boga durante algún tiempo, o en Castello, 2005. l´exil d´Ovide” Revue de Philologie, XXXIV, 1910,
determinado país, con especialidad 5.THIBAULT, J. C. The mistery of Ovid´s exile. pp. 342-349. Estas afirmaciones chocan de manera
en los trajes, telas y adornos, después Berkeley, 1964. frontal con el elogio que Ovidio dedicó a Augusto en los
de leer a Ovidio, no sé si hubo moda 6.Perdiderint cum me duo crimina, Carmen et error, Fastos, un encomio en el que se compara a Octavio con
en Roma, pero lo que allí existía se alterius facti culpa silenda mihi: nam non sum tanti, Rómulo, que no parece una simple figura literaria, sino
acerca mucho a lo que hoy llama- renovem ut tua vulnera, Caesar, quem nimio plus est una alabanza exagerada, dentro de la más rancia tra-
mos moda y es de una modernidad indoluisse semel. OVIDIO, Tristes, II, 207. dición literaria de adhesión al poder vigente. OVIDIO
contemporánea sorprendentemente 7.Ibidem, IV, 10, 91-92. NASÓN, Publio, Fastos. Madrid, 2001, traducción
cercana a nuestra sensibilidad actual. 8.OVIDIO NASÓN, Publio, Amores. Arte de Amar. de Bartolomé Segura Ramos, II, 119-144.
Sobre la cosmética del rostro femenino. Remedios contra 11.¿Por qué vi algo? ¿Por qué hice culpables a mis
el Amor. Madrid, 1995, traducción, introducción y ojos? OVIDIO, Tristes, II, 103 y III, 6, 25-36.
notas de Vicente Cristóbal López. OVIDIO, Tristes, Tomando esta pregunta como fundamento, Herman
piensa que en este pasaje hay un símil metafórico y
que, igual que Acteón vio a Diana desnuda y mereció
por ello un castigo, Ovidio vio a Livia desnuda, al
asistir de incognito a los rituales de la Bona Dea, en
los que sólo podían participar mujeres, y su castigo fue
el destierro. HERRMANN, León, “La faute secrete
d´Ovide”, Revue belge de Philologie et d´Histoire.
XVII, 1938, p. 695. Voltaire, de forma totalmente
infundada, llegó a pensar que Ovidio había descubierto

. 152
una relación incestuosa del Emperador con su propia logía. Madrid, nº 267, Julio del 2003, pp. 46-53. apta meis. OVIDIO, Arte de Amar, III, 101-125.
hija: Julia. CRISTÓBAL LÓPEZ, Vicente, intro- GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Iconografía de 30.GRIMAL, Pierre (coord.) La formación del Impe-
ducción a Amores, Arte de Amar Sobre la Cosmética la piedad filial (I). Eneas en las guerras de Troya”, rio Romano. Madrid, 1980. Baligan identifica a Co-
femenina Remedios contra el amor. Madrid, 1995, p. Revista de Arqueología. Madrid, nº 310, Febrero rina, la amante de Ovidio, con la propia Julia usando
22. VV. AA. Ovidiana: recherches sur Ovide. París, 2007, pp. 24-33. el Carmen de Sidonio Apolinar en el que se la llama
1958 22.Daba indicios Ovidio de mantenerse fuera de las abiertamente: puella Caesarea. BALIGAN, J. Giu-
12.CHISHOLM, Kitty y FERGUSON, John, consignas augusteas: su tratamiento poco respetuoso de seppe, “L´esilio di Ovidio”, Memorie dell´Accademia
Rome: The Augustan Age. Oxford, 1991. WALTER, la religión, del ideal militar, la poco oportuna referencia delle scienze di Bologna. VII, V, 1958, pp. 1-30.
Eder, “Augustus and the power of Tradition” The a Augusto, proponiéndoselo como ejemplo a Cupido, 31.BARRETT, A., Livia. Primera dama de la Roma
Cambridge companion to the Age of Augustus. su burla de la antigua simplicitas y rusticitas, y, sobre Imperial. Madrid, 2004.
Cambridge, 2005, pp. 13-32. GALINSKY, Karl, todo, el reproche que hace Ovidio a la naturaleza 32.Augusto fue consciente del problema que suponía la
Augustan Culture. Princeton, 1998. RAAFLAUB, humana al aspirar al dominio del mar y el cielo, pues sucesión al trono Imperial cuando cayó por primera vez
Kurt y TOHER, Mark, Between Republic and Em- dentro de ese reproche se contiene el ejemplo de César enfermo y estuvo en peligro de muerte. Al carecer de
pire: Interpretations of Augustus and his Principate. divinizado y dueño de su templo, todo ello no debía, en descendencia masculina, Octavio usó los matrimonios
Berkeley, 1993. modo alguno, resultar del agrado del Princeps. CRIS- de su hija Julia para mostrar su predilección por
13.RODRÍGUEZ LÓPEZ, Rosalía y BRAVO TÓBAL LÓPEZ, Vicente, Op. Cit. 1995, p. 23. determinados hombres como posibles sucesores que
BOSCH, María José, Mujeres en tiempos de Augusto: 23.OVIDIO, Amores, I, 15, 7-8. dieran continuidad al Principado. Marco Claudio
realidad social e imposición legal. Valencia, 2016. 24.OVIDIO, Tristes, IV, 10, 121-122. Soy leído Marcelo era primo de Julia, puesto que era hijo de
HERAS SÁNCHEZ, Gustavo Raúl de las, El régi- una y otra vez en todo el mundo. OVIDIO, Tristes, Octavia, la hermana de Augusto, y de Cayo Claudio
men jurídico político de Augusto en el marco de la crisis IV, 128. La lengua del pueblo y la fama hablarán de Marcelo. Su matrimonio con Julia fue una unión muy
republicana: ¿Revolución o reforma? Albacete, 1989. mí por todos los siglos y, si alguna verdad hay en los compenetrada, pero sin descendencia. A la muerte de
14.CANTARELLA, Eva, “Augusto el Reformador”, presagios de los poetas, viviré. OVIDIO, Metamorfosis, Marcelo, quizá envenenado por Libia, Octavio casó a
National Geografic Historia. Madrid, 2012, nº 128, XV, 878-879. La popularidad de Ovidio se acredita su hija con Agripa, uno de los más firmes apoyos de
pp. 54-65. también gracias a algunos versos suyos escritos sobre Octavio en su ascenso político, artífice, en su día, de la
15.GRIMAL, Pierre, La civilización romana: vida, las paredes de Pompeya y Herculano. CUGUSI, victoria de Accio. Agripa era 24 años mayor que Julia,
costumbres, leyes, artes. Barcelona, 2007. Paolo, Aspetti del Carmina latina Epigraphica. pero le dio 5 hijos: Cayo Julio César Vipsanio, nacido
16.MALDONADO DE LIZALDE, Eugenia, “Lex Bologna, 1985. el 20 a. C., Julia la Menor, nacida el 19 a. C., Lucio
Iulia de Maritandis Ordinibus”, Anuario Mexicano 25.QUINTILIANO, Institutia oratoria. Barcelona, Julio César Vipsanio, nacido el 17 a. C., Agripina la
de Historia del Derecho. Nº 14, 2002, pp. 535-645. 1947, edición de Miguel Dolç, X, 1, 98. SORIANO Mayor, nacida el 14 a. C. y Marco Vipsanio Agripa
17.TREGGIARI, S., “Roman Marriage: Iusti Coni- SANCHA, Guillermo, “Marco Fabio Quintiliano: Póstumo, nacido el 12 a. C., después de muerto su
ges from the Time of Cicero to the Time of Ulpian”, La educación del ciudadano romano”, Iberia, nº 9, pp. progenitor. Aunque Augusto procuró dar una buena
Oxford and New York Clarendon Press, 1993. 107-124. educación a estos niños y valoró la posibilidad de hacer
18.HORACIO (2008), Sátiras. Epístolas. Arte 26.CRISTÓBAL LÓPEZ, Vicente, Op. Cit. 1995, recaer en ellos la sucesión al poder, optó finalmente
poética. Madrid, 2009, traducción de José Luis p. 24. por dar la prelacía a Tiberio Claudio Nerón, que
Moralejo. 27.A oír mis enseñanzas viene un grupo de jóvenes era el hijo de Libia, habido por la Emperatriz en su
19.FAYER, Carla, La familia romana: aspetti giu- hermosas y feas; pero siempre abunda más lo malo que primer matrimonio. Al casarle con Julia, Octavio
ridici ed antiquari. Concubinato. Divorzio. Adulterio. lo bueno. OVIDIO, Arte de Amar, III, 255-256. legitimó a Tiberio como su heredero, cumpliendo así
L´Erma, 2005. MALDONADO DE LIZALDE, 28.OVIDIO, Arte de Amar. II, 113-114.
Eugenia, “Lex iulia de adulteriis coercendis del 29.El pasaje latino clave dice: Prisca iuvent alios, ego
Emperador César Augusto (y otros delitos sexuales aso- me nunc denique natum gratulor: haec aetas moribus
ciados)”, Anuario Mexicano de Historia del Derecho.
Vol. XVII, México, 2005, pp. 365-413.
20.SUETONIO TRANQUILO, Cayo, Vida de los
doce Césares. Madrid, 2007, traducción de Alfonso
Cuatrecasas, Vida de Augusto, pp. 53-113. POSA-
DAS, Juan Luis, Los emperadores romanos y el sexo.
Madrid, 2011.
21.GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “El hombre de
estado en la Eneida de Virgilio”, Revista de Arqueo-

. 153
Diseño de Moda

las aspiraciones de Libia, pero el matrimonio no fue 37.BOISSIER, G. L´opposition sous les Césars. III, 4, 1-5.
feliz. Julia tuvo con Tiberio un solo hijo, que murió París, 1875, p. 151. 49.FERGUSON, John, “Catullus and Ovid”, Ame-
siendo un niño. Los excesos sexuales de Julia fueron, 38.Zimmermann pensaba que Ovidio fue desterrado rican Journal of ancient History. Philadelphia, 1960,
en parte, una venganza contra su padre por haberla a Constanza porque Augusto le creyó cómplice en el nº 81, p. 337-357. BLAZQUEZ MARTÍNEZ,
utilizado a su antojo en los oscuros juegos de poder con intento de liberar a Agripa Postumo, que había sido José María, “El mundo amoroso de Catulo y de la
que se marcaba la predilección de uno u otro en el grave confinado en Planasia, una isla cercana a Elba, lugar Roma de finales de la República”, Gerión, Madrid,
asunto del derecho sucesorio. PARAIN, Charles, Octave al que consta que viajó Ovidio. Esta teoría, aun siendo 2007, vol. 25, nº extra 1, p. 277-310.
Auguste: la naissance d´un pouvoir personnel. Paris, factible, choca frontalmente con la personalidad de 50.GRIMAL, Pierre, La formación del Imperio
1978. MILLAR, Fergus, Caesar Augustus: seven Ovidio que, a juzgar por sus escritos, no parece haber romano. El mundo Mediterráneo en la Edad Antigua.
aspects. Oxford, 1984. mostrado excesivo interés por los tejemanejes de la Historia Universal siglo XXI. Barcelona, 1984, p.
33.PORTALUPI, F. Velleio Patercolo. Storia Ro- política imperial. Marín cree que la causa del exilio 117.
mana. Turín, 1967, pp. 211-212. SYME, Ronald, de Ovidio fue haber formado parte del círculo anti- 51.La mención a Cornelio Galo es insistente en
Augustan Aristocracy. Oxford, 1989. imperial de Fabio Máximo. ZIMMERMANN, R. C. Ovidio: OVIDIO, Amores, I, 15, 29-39; III, 9, 64;
34.Tácito en los Annales III, 24 afirma que los “Die Ursachen von Ovids Verbannung”, Rheinisches Arte de Amar, II, 334 y 537, Tristes, IV, 10, 53.
amantes de Julia fueron condenados por haber Museum, 81, 1932, p. 263-274. MARIN, D. BOUCHER, Jean Pierre, Caius Cornelius Gallus.
transgredido las leyes Julias, a la relegatio in insulam; “Intorno alle cause dell´esilio di Ovidio”, Oidiana, París, 1966.
pero lo más probable es que fueran condenados por París, 1958, p. 406-411. 52.Y el avaro destino no concedió tiempo a mi amistad
ser opositores al régimen del Principado y Augusto 39.OVIDIO, Ars, III, 343-45. con Tibulo. Él fue, Galo, tu sucesor, y Propercio, el
aprovechase la excusa de las relaciones con Julia, para 40.OVIDIO, Tristes, IV, 10, 57 y ss. Amores, I, 14. sucesor suyo. Yo he sido el cuarto en esta cadena crono-
acusarles y condenarles por alta traición. ROHR VIO, 41.MOYA DEL BAÑO, Francisca, Estudio mitográ- lógica. Y como yo he seguido a mis mayores, así los que
F. Le voci del dissenso. Ottaviano Augusto e i suoi fico de las Heroidas de Ovidio. Murcia, 1969 venían detrás de mí, me han seguido a mí; y mi Talía
oppositori. Padua, 2000, pp. 247-248. OVIDIO, 42.OVIDIO, Amores, II, 18-20. no ha tardado en hacerse famosa. OVIDIO, Tristes,
Tristezas-Ponticas. Madrid, 2010, edición de Eulogio 43.Conviene indicar que el Ars Amatoria está citado IV, 10, 51-56. FREIMANN, H. Imitationsspektrum
Baeza Angulo, p. 30. TÁCITO, Cayo Cornelio, en numerosas ocasiones como: Ars Amandi, porque con zum ersten Buch der Amores des Ovid. Friburgo, Tesis
anales. Madrid, 2008, III, 24. el primer título se conoció en la Antigüedad Clásica y doctoral, 1968, pp. 144-145. ALBRECHT, Mi-
35.Ante la visión peyorativa que de Julia ha consagra- con el segundo es como aparece en numerosos códices de chael von, “Ovide, imitateur de Tibulle”, Les Etudes
do la historiografía tradicional, conviene no olvidar que la Edad Media, lo que se explica por qué en el primer Classiques. 1983, nº LI, pp. 117-124.
la vida de Julia no fue en absoluto fácil. Suetonio afir- verso se usan las palabras: artem y amandi. 53.Según Tristes, Ovidio solía asistir a los recitales
ma que se educó con su madrastra, la intrigante Libia, 44.OVIDIO, Ars Amandi, I, 171-176 y 177-180. poéticos que daba Propercio. OVIDIO, Tristes, IV, 10,
que fue muy estricta con ella, en un modelo educativo 45.BEATE, Dignas y WINTER, Engelbert, Roma 45 y ss. LUCK, Georg, The latin love elegy. Londres,
un tanto trasnochado, incluso para la Corte, puesto and Persia in Late Antiquity. Neighbours and Rivals. 1969, pp. 149-165.
que se la enseñó a tejer e hilar, con una vida social Cambridge, 2007. 54.VITALE, M. T. “Catulo negli Amores di
férreamente controlada, en la que se le permitía hablar 46.OVIDIO, Amores, I, 4, 64. Ovidio”, Civiltà Classica e cristiana I, 1980, pp.
sólo con personas a quienes su padre no hubiera vetado 47.Ibidem, II, 19. 331-347. La imitación del modelo de Catulo es
previamente. SUETONIO TRANQUILO, Cayo, 48.Gracias a mí aprendió Corina, tras haber engañado particularmente evidente en Ovidio al comparar el
Op. Cit. 2007, Vida de Augusto, 64. MACROBIO, a su guardián, a superar el obstáculo de una puerta Carmen 85 de Catulo con el pasaje de Amores II, 1,
Ambrosio Aurelio Teodosio, Saturnalia, Oxonii, 2011, bien cerrada, a escaparse del lecho envuelta en una 5 de Ovidio, donde se hace eco del tópico del amor y el
2.5.1-10. túnica desceñida y a mover de noche los pies sin hacer odio, sentimientos contradictorios y enfrentados en la
36.Julia murió en el destierro. Tras la muerte de Au- ruido. OVIDIO, Amores, III, 1, 49-52 y I, 5 y II, personalidad del enamorado, que padece de indefinición
gusto, Tiberio, su esposo, se vengó de ella endureciendo 12, 3. Marido intransigente, nada consigues con haber sentimental. El Carmen 85 de Catulo dice: Odi et
sus condiciones de vida, porque consideraba que su puesto un guardián a tu joven compañera: cada una ha amo; quare id faciam fortasse requiris?/ Nescio sed
conducta sexual le había deshonrado, y la dejó morir de de protegerse con su talento. Si hay alguna que, libre fieri sentido et excrucior. En Amores II, 1, 5 dice: Odi,
hambre. La malnutrición le pareció a Tiberio un digno de miedo, es casta, ésa es casta verdaderamente; pero la nec possum cupiens non ese, quod odi,… CRISTO-
castigo a sus excesos eróticos. DION CASSIO, Histo- que no es infiel porque no le es posible, ésa es infiel. Por BAL, Vicente, “Las huellas del odi et amo: impacto
rias romanas. Granada, 1985, 55.10. SUETONIO, muy bien que guardes su cuerpo, su mente es adúltera y del poema catuliano en las letras latinas”, Actas del
Op. Cit. Vita Augusti, 65. RODRÍGUEZ LÓPEZ, de ninguna manera puede vigilársela, si ella no quiere. VII Congreso Español de Estudios Clásicos. Madrid,
Rosalía y BRAVO BOSCH, María José, Mujeres en Pero ni siquiera puedes guardar su cuerpo, aunque 1989, Tomo II, pp. 567-574. El dilema del amor
tiempos de Augusto: realidad social e imposición legal. cierres puertas y ventanas: con puertas y ventanas ce- y el odio está presente también en: OVIDIO, Amores,
Valencia, 2016. rradas el adúltero se meterá dentro. OVIDIO, Amores, III, 11b.

. 154
Teoría e historia de la indumentaria

55.MORGAN, Kathleen, “Ovid´s art of imitation: Londres, 2004, p. 78. ELVIRA BARBA, Miguel masas, la emoción de los espectadores se traduce en
Propertius in the Amores” Mnemosyne, Leiden, 1977, Ángel, Arte y Mito. Manual de Iconografía Clásica. la agitación de las togas para animar a sus equipos.
nº 47. OVIDIO, Remedios contra el amor, 757-768. Madrid, 2008, pp. 233-240. Ovidio aconseja que se muevan, aclamando a los
56.OVIDIO, Amores, I, 6. 72.OVIDIO, Amores, I, 2, 23-43. vencedores, pero haciéndolo de tal modo que no se
57.En este tópico literario se compara la actividad del 73.CALAME, Claude, The poetics of Eros in despeinen. Uno de los momentos más espectaculares
amor con la milicia, de ese modo, las acciones del poeta Ancient Greece. Princeton, 1999. BARTSCH, en el Circo era cuando los aurigas, montados en los
se comparan con las gestas de los guerreros enamorados Shandi y BARTSCHERER, Thomas, Erotikon: carros y vestidos de colores diferentes, según su equipo,
y, al final, se afirma que, al enamorarse, el sujeto essays on Eros, ancient and modern. Chicago, 2005. hoy diríamos uniformados, o defendiendo el color de la
también se hizo soldado. LYNE, The latin love poets. FERNÁNDEZ PERCIO CABEZAS, José María, camiseta, entraban en la arena, momento que Ovidio
From Catullus to Horace. Oxford, 1980, p. 71-78. Iconografía e iconología del Amor: de Eros y Cupido a describe del siguiente modo: se abren las puertas de
El Militia amoris se desarrolla con amplitud en: Don Amor. Alicante, 2012. BUXTON, Richard, Op. las cuadras y sale disparada la tropa multicolor,
OVIDIO, Remedios contra el Amor, 1-40. Cit. 2004, p. 78. ELVIRA BARBA, Miguel Ángel, lanzándose los caballos a la carrera. Ese arco iris
58.OVIDIO, Amores, I, 3. Op. Cit. 2008, pp. 246-249. contrasta, sin embargo, con otras fuentes escritas que
59.Ibidem, II, 8 y II, 19. 74.PETRARCA, Francesco, Triunfos. Madrid, afirman que en el siglo I d. de C. sólo competían dos
60.OVIDIO, Tristes, IV, 10, 59-60. 2003, edición de Guido M. Cappelli y Jacobo equipos o facciones, usando dos colores: rojo y blanco,
61.OVIDIO, Amores, III, 4, 43-49. Cortine. de donde deriva que en el siglo XIX, al fundarse los
62.OVIDIO, Remedios contra el amor, 441-444. 75.GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Aristóteles y la primeros equipos atléticos vistan con camiseta de rayas
63.CRISTÓBAL LÓPEZ, Vicente, Op. Cit. p. 72. Cortesana: Iconografía del filósofo metafísico dominado rojiblancas. OVIDIO, Amores, II, 15; III, 2, 74-90;
Inclusive en Amores se dice que hay una mujer que, por el deseo entre los siglos XIII y XVI”, Revista Arte de Amar, I, 135-170.
jactándose de que nadie sabe quién es Corina, se hace Digital de Iconografía Medieval. Vol. IX, nª 17, 85.OVIDIO, Arte de Amar, I, 172-176.
pasar por ella. OVIDIO, Amores, II, 17, 29. Madrid, 2017, pp. 7-44. 86.OVIDIO, Amores I, 4. Arte de Amar, I, 229-255
64.SIDONIO APOLINAR, Poemas. Madrid, 2005, 76.OVIDIO, Arte de Amar, I, 1, 25, I, 2, 7 y I, y 565-606.
Carmen XXIII, v. 158-161. 9, 15 87.OVIDIO, Arte de Amar, I, 90-100.
65.TRACY, V. A. “Ovid and Corinna”, Échos du 77.Ibidem, II, 6. 88.VIRGILIO, Eneida, X, v. 284.
Monde Cassique. 1977, nº 21, pp. 86-91. 78.OVIDIO, Arte de Amar, I, 35-40. 89.OVIDIO, Arte de Amar, I, v. 608.
66.OVIDIO, Arte de Amar, III, 397-399. 79.Ibidem, III, 386-395. 90.BARROW, Rosemay, Lawrence Alma Tadema.
67.Ibidem, III, 513-515. 80.Ibidem, I, 41-79; 90-100 y 135-171. Londres, 2001.
68.Ibidem, III, 417-424. 81.Ibídem, I, 79-89. 91.OVIDIO, Amores. III, 14, 17-28.
69.Mientras el amante está cayendo en la trampa, y 82.Al hablar de las procesiones y rituales dedicados a 92.OVIDIO, Amores, Libro I, 4, 15-40.
también cuando ha sido recientemente conquistado, ten- las divinidades femeninas, se advierte que las mujeres 93.Con inquietud esperas que te conduzca a los
ga la esperanza de que sólo él será dueño de tu tálamo; que en ellos participaban aparecían engalanadas, casi banquetes y requieres mis consejos también a este pro-
pero después de un poco tiempo, sospeche que tiene rival como si se tratara de una pasarela de exhibición, lu- pósito. Llega tarde y entra con elegancia cuando hayan
y que comparte con alguien el derecho de acceder a tu ciendo los mejores atuendos, para agradar a los dioses encendido los candiles. Serás bien recibida si llegas
cama: si suprimes esos trucos el amor envejece. OVI- a los que estuviera destinado el ritual y para provocar con demora, la demora es la mayor alcahueta; aunque
DIO, Arte de Amar, III, 593-596. Es también un admiración y envidia en las mujeres que lo vieran: seas fea, parecerás hermosa los que están bebidos y
acicate la vigilancia estricta de un esclavo fingido y el Por donde ha de pasar la diosa, jóvenes y tímidas la misma noche dará escondrijos a tus defectos. Coge
cuidado molesto de un hombre intransigente. El placer muchachas barren las amplias calles con las vestiduras la comida con los dedos (es importante la manera de
que se obtiene sin riesgos es menos agradable: aunque que les arrastran. Los cabellos de las vírgenes están comer) y no te embadurnes la cara entera con la mano
goces de más libertad que la cortesana Tais, finge tener adornados con oro y piedras preciosas y un manto sucia; ni comas nada antes en tu casa, pero retírate
miedo. Ibidem, III, 601-605. Si eres confiada, otras espléndido recubre sus pies calzados con sandalias antes de llenarte: come un poco menos de lo que puedas
te robarán tus placeres, y otras perseguirán esta liebre. doradas; según la costumbre griega de sus antepasados, comer. Si el hijo de Príamo hubiera visto a Helena
Incluso la que, servicial, te presta cama y habitación, cubiertas con vestiduras blancas, llevan en lo alto de la comiendo con avidez, la habría menospreciado y habría
créeme, ha estado conmigo más de una vez. Y que no cabeza los objetos sagrados confiados a ellas. La gente dicho: Necio es mi botín. Es más propio y sería más
os sirva una criada demasiado galana: muchas veces permanece silenciosa cuando llega la brillante procesión adecuado que las mujeres bebieran: no compaginas
ella se me ha entregado en lugar de su señora. Ibidem, y cuando a sus sacerdotisas sigue la diosa misma. mal tú, Baco, con el hijo de Venus. Esto también hay
III, 662-667. OVIDIO, Amores, III, 13, 23-30. que hacerlo mientras la cabeza y el conocimiento lo
70.OVIDIO, Sobre la cosmética del rostro femenino, 83.OVIDIO, Arte de Amar, I, 89-100; Remedios soportan y los pies se mantienen firmes: no vayas a ver
11-33. contra el amor, 752-757. dobles las cosas que son simples. Vergonzoso es una
71.BUXTON, Richard, Todos los dioses de Grecia. 84.En el contexto del Circo y de otros espectáculos de mujer caída por el suelo, embriagada por el mucho

. 155
vino: merece verse obligada a acostarse con cualquiera. 110.Ibídem,, III, 193-208. pájaros. Ibidem, 342-355.
Y no carece de riesgos abandonarse al sueño en la mesa: 111.SUETONIO, Los doce Césares. Barcelona, 131.Ve, disfruta cuanto quieras de tu amada sin que
mientras se duerme suelen hacerse cosas que avergüen- 1990, César, XLV, p. 31. nadie te lo prohíba; que ella te absorba las noches y los
zan. OVIDIO, Arte de Amar, III, 750-768. 112.La diferencia entre el retrato idealizado y el real días. Busca el hastío de tu mal; también el hastío con-
94.CORRALES, Alvaro, La arquitectura domestica ha sido cuidadosamente estudiada, para el caso de la tribuye a poner fin; incluso cuando creas que ya puedes
de Augusta Emerita. Madrid, 2016 URIBE, Pilar, imagen de Augusto en: ZANKER, Paul, Augusto y el prescindir de ella, quédate hasta que te hartes bien, y la
“Triclinea y salonestriclinares en las viviendas romanas poder de las imágenes. Madrid, 2011. abundancia se lleve el amor, y te desagrade permanecer
urbanas del cuadrante nordeste de la Peninsula 113.OVIDIO, Amores, III, 30-32 en aquella casa que desprecias. Ibidem, 535-542.
Iberica”, Archivo Español de Arqueología, 82, pp. 114.OVIDIO, Arte de Amar, III, 317-320; III, 132.No te arregles el pelo porque tengas que ir a verla,
153-189. 348-352; III, 353-381. ni tienes por qué exhibir tu toga con pliegues sueltos:
95. OVIDIO, Arte de Amar, II, 411-415. 115.OVIDIO, Amores I, 7. Arte de Amar, II, 169- no te preocupes de agradar a una mujer que es ajena;
96.OVIDIO, Arte de Amar, II, 412-424. Remedios 172. procurarás enseguida que ella sea para ti una de tantas.
contra el amor, 795-810. 116.ROBERTSON, Martin, El arte Griego. Ma- Ibidem, 679-683.
97.OVIDIO, Arte de Amar, I, 614-615 y 627-628. drid, 1991, p. 236-239. 133.OVIDIO, Arte de Amar. Libro II, 677-685.
98.Ibidem, I, 275-277. 117.OVIDIO, Amores, I, 5, 14-23 134.Filis era la hija del rey de Tracia, cuyas mujeres
99.OVIDIO, Amores, I, 5, 10-13 118.OVIDIO, Arte de Amar, 203-307. eran conocidas en la antigüedad por ser pelirrojas.
100.OVIDIO, Arte de Amar. II, 297-298. 119.Ibidem, III, 129-133. Como en Tracia se celebraban de un modo espectacular
101.Ibidem, I, 214-214. 120.Ibídem, III, 441-453. los cultos a Baco, lo que recomienda a las mujeres
102.En opinión de Vicente Cristóbal se refiere al color 121.Ibidem, III, 69-80. pelirrojas es que, cuando participen en una bacanal, en
azul blanquecino, porque Néfele, esposa de Atamante 122.OVIDIO, Amores III, 3, 1-10. el transcurso de la orgía, se suelten el pelo para que su
y madre por él de Frixo y Hele, cuando Atamante casó 123.OVIDIO, Arte de Amar. Libro I, 724-739. efecto y el movimiento de este, las haga más deseables.
por segunda vez con Ino, para librar a sus hijos de 124.OVIDIO, Remedios contra el amor, 98-98. 135.Diosa de los partos, por tanto, recomienda a
su madrastra, les proporcionó el vellocino de oro para 125.Ibidem, 135-249. la mujer que ha tenido varios hijos y tiene estrías en
que huyeran. Nefele significa nube, lo que justificaría 126.Ibidem, 250. el vientre, ponerse de espaldas al amar para que su
la interpretación de este párrafo como una alusión al 127.OVIDIO, Amores, III, 7, 80. Remedios contra el amante no vea ningún defecto en su cuerpo.
azul suave. Amor, 399-406. 136.OVIDIO, Arte de Amar, III, 770-804.
103.Alusión al color rosado-violáceo de la Aurora 128.OVIDIO, Arte de Amar. Libro II, 657-663. 137.OVIDIO, Remedios contra el amor, 403-419.
104.Alusión al color verde. 129.OVIDIO, Remedios contra el amor, 325-340. 138.Tíbulo, en una de sus elegías, pone en boca del
105.Alusión al color gris. 130.Nos seduce la elegancia; las joyas y el oro lo dios Príamo una serie de lecciones, dadas a un tal
106.OVIDIO, Arte de Amar, III, 169-192. cubren todo; la propia mujer es una pequeña parte de Ticio, acerca de cómo seducir mancebos, algunos
107.ALFARO, C. , Tejido de cestería en la Peninsula su apariencia. A veces te preguntarás dónde está en consejos son tan prácticos como dejarse ganar cuando
Ibérica. Historia de su técnica e industrias desde la medio de tanto atalaje, la prenda de tus amores. El se está jugando a los dados para conseguir una unión
Prehistoria hasta la romanización. Madrid, 1984. fastuoso Amor engaña los ojos con esa égida. Preséntate sexual placentera después: dejarse vencer para triunfar
108.En algunos pasajes, Ovidio argumenta, como ex- de improviso: sin correr tú ningún riesgo la cogerás en el lecho. Ars Amatoria, II, 193-228. KLEVE,
cusa, recoger el manto para que la mujer no lo pise, no inerme; ella, desdichada, sucumbirá por sus propios K. “Naso magister erat. Sed quis Nasonis magister?”
lo arrastre y no se ensucie, lo que le obliga a arrodillar- defectos (sin embargo no es seguro dar demasiado Symbolae Osloenses LVIII, 1983, p. 89-109.
se, con la intención única de ver las piernas de la joven, crédito a este consejo, pues a muchos cautiva la belleza 139.OVIDIO, Amores I, 8.
si ella quiere, con su complicidad. OVIDIO, Amores, sin artificio). Ve también a mirar el rostro de tu amada 140.EISENBERG, “El buen amor heterosexual
III, 2, 25-30. Arte de Amar, Libro I, 152-157. –y no te lo impida la vergüenza- cuando se está de Juan Ruíz”, en Los territorios literarios de la
109.OVIDIO, Arte de Amar, I, 510-524. untando la cara con mezcla de potingues. Encontrarás historia del placer. I Coloquio de Erótica Hispana.
frascos y coloretes obtenidos de mil productos y verás
cómo la sirria [excrementos del ganado lanar y cabrío],
escurriéndosele, le fluye a los tibios pechos. Aquellos
cosméticos huelen igual que tus mesas Fineo, más de
una vez me produjeron nauseas. Fineo fue castigado
por los Dioses a verse siempre acosado por las Harpías,
que le quitaban parte de su comida y le ensuciaban el
resto con sus heces. De modo que la idea sería comparar
los secretos de la belleza femenina con las heces de los

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Madrid, 1996, pp. 49-69. CACHO BLECUA, 147.OVIDIO, Arte de Amar, I, 454-455. y Moderna”, Revista de Arqueología. Madrid, 2009,
Juan Manuel y LACARRA DUCAY, María Jesús, 148.SUETONIO, Doce Césares. Tiberio, XLIII, 2. nº 337, pp. 40-47.
Historia de la literatura española I. Entre la oralidad MARCIAL, XII, 43. 168.OLAGUER FELIÚ Y ALONSO, Fernando, La
y la escritura: La edad Media. Madrid, 2012, pp. 149.Ovidio desarrolla en Amores el proceso de la rela- pintura y el mosaico romanos. Barcelona, 1989.
367-375. ción diciendo que: primero se rinde al poder del Amor, 169.OVIDIO, Arte de Amar, I, 105.
141.ARELLANO, Ignacio y USUNÁRIZ, Jesús se ofrece a la mujer a la que ama y, tras una primera 170.Ibidem, III, 159-169.
María, EL mundo social y cultural de la Celestina. escena de celos, sucede una escena de posesión sexual 171.OVIDIO, Amores, II, 14, 1-14.
Madrid, 2003. que es la que, en las colecciones eróticas, se representa 172.OVIDIO, Arte de Amar, III, 133-168 y 235-
142.OVIDIO, Amores, I, 10, 16-35. como: Corina. OVIDIO, Amores, I, 5. DUNAND, 242
143.Dipsas le dice a Corina: El dinero brilla con el Louis y LEMARCHAND, Philippe, Augustin Carra- 173.COARELLI, Filippo, Guida Archeologica di
uso, un buen vestido pide que se lleve puesto, las casas che. Les amours des Dieux. Geneve, 1990. Roma. Milán, 1989.
abandonadas encanecen con el feo moho: la hermosura, 150.STURSBERG, Dirk, John William Godward. 174.OVIDIO, Arte de Amar, III, 209-234. ZINN,
a no ser que la pongas en juego, envejece si nadie la London, 2014. E. Ovids Ars amatoria und Remedia amoris. Untersu-
cultiva. Ibidem, I, 8, 51. 151.FÜSSEL, Stephan, Chronicle of the World. chungen zum Aufbau. Stuttgart, 1970.
144.Ovidio afirma que para tener éxito en el amor, 1494. Colonia, 2001. 175.Di pues, de qué manera puede un rostro brillar
es necesario ganarse antes a la criada para que, con 152.KANTER, Lurence B. Lucca Signorelli: the resplandeciente de blancura, una vez que el sueño ha
su ayuda, pueda vencerse la resistencia de la señora. complete paintings. London, 2002. relajado los miembros delicados. A la cebada que los
OVIDIO, Arte de Amar, I, 351-396. En otros 153.NERET, Gilles, Eugène Delacroix. Colonia, colonos de Libia enviaron en sus naves, quítale la paja
pasajes, en cambio, dice que el pobre y el rico, juegan en 2002. y el corzuelo, y pon a reblandecer igual medida de yeros
desventaja cuando aman: Yo soy poeta para los pobres, 154.DRAGUT, Vaslie, FLOREA, Vasilie, GRIGO- en diez huevos (la cebada, ya limpia, debe pesar dos
porque he amado siendo siempre pobre; como no podía RESCU, Dan y MIHALACHE, Marin, Pintura libras [654 gramos]): cuando todo esto lo haya secado
dar regalos, daba palabras. Que el pobre ame con romaneasca in imagini. Bucharest, 1970. el soplo del viento, haz que lo triture lentamente una
precaución, que tenga cuidado con maldecir el pobre, y 155.PÉE, Herbert, Johan Heinrich Wilhelm Schön- burra bajo la áspera muela; y machaca cuernos de
que soporte muchas cosas que los ricos no soportarían. feld. Ulm, 1967. ciervo vivaz, aquellas partes que estén a punto de caér-
Ibidem, II, 165-168. Inclusive llega a decir que todo 156.OVIDIO, Amores, I, 9 y I, 5, 39-42. sele; todo esto en cantidad de una sexta parte de libra.
se puede conseguir con dinero: Ahora sí que estamos en 157.Ibidem, II, 4. Y una vez que la mezcla se haya convertido en harina
la Edad del Oro: los honores llegan gracias al oro, el 158.Ibidem, I, 5; II, 14, 7; III, 3, 7-8 muy fina, enseguida ciérnela en un tamiz de malla
amor se consigue con el oro. Aunque vengas en persona, 159.Ibidem, I, 11 y II, 8. tupida; añade doce bulbos de narciso sin la cáscara
Homero, acompañado de las Musas, si no traes nada 160.OVIDIO, Amores II, 11, 1-3 y que tu diestra vigorosa los machaque en un mortero
de regalo, te irás, Homero a la calle. Ibidem, II, 161.OVIDIO, Amores II, 7-8. Arte de Amar, I, de mármol bien limpio; echa también dos onzas de
277-279. 377-398. goma con semilla toscana, añádele otras tantas nueve
145.OVIDIO, Amores, I, 69-108. 162.PLUTARCO, Rómulo, 29. partes más de miel: Cualquier mujer que se unte el
146.Ante todo que vea los regalos que el otro te haya 163.PUENTE, Joaquín de la, Pintores Castellanos y rostro con tal cosmético, brillará con más lisura que su
enviado: si nadie te ha regalado nada, hay que pro- Leoneses del siglo XIX. Valladolid, 1989, p. 21. propio espejo. OVIDIO, Sobre la cosmética del rostro
curárselos en la Via Sacra. Cuando hayas conseguido 164.OVIDIO, Arte de Amar, III, 133-155. femenino, 52-68.
de él muchos regalos, para que, no obstante, no sea 165.GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Ares en Gre- 176.Aunque el incienso gusta a los dioses y a su aira-
todo dar, pídele tú misma que te preste algo que nunca cia. Observaciones sobre su iconografía”, en Revista da divinidad, no todo debes dedicarlo a que se queme
le devolverás. Que la lengua te ayude y oculte lo que de Arqueología. Madrid, 2009, nº 335, pp. 28-37. en los altares. Cuando mezcles incienso con nitro, que
piensas: acarícialo y perjudícalo; el funesto veneno se GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Ares, Afrodita y alisa el cuerpo, procura que la medida sea por ambas
esconde bajo dulce miel. Ibidem, I, 8. Eros. El comportamiento sexual de Ares y su iconogra- partes un tercio de libra, con el peso justo. Añade un
fía”, Revista de Arqueología. Madrid, 2009, nº 336,
pp. 58-63. GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Ares en
Grecia: Iconografía del dios de la guerra”, Iconografía
y sociedad en el Mediterráneo antiguo. Homenaje a la
profesora Pilar González Serrano. Madrid-Salaman-
ca, 2011, pp. 181-190.
166.OVIDIO, Amores II, 12, 13-14.
167.GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Marte, Dios
de la guerra y su iconografía en Roma, la Edad Media

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Diseño de Moda

poco menos de la cuarta parte de goma, recogida de la igualen en peso a las rosas. Si esto se aplica, aunque 179.OVIDIO, Arte de Amar, III, 261-311.
corteza, y un pequeño dedal de pingüe mirra. Cuando sea por poco tiempo, a un rostro delicado, no quedará ni 180.Ibidem, III, 433-437.
hayas triturado todo esto, ciérnelo por un tamiz fino. una mancha en todo él. Ibidem, 83-98. 181.OVIDIO, Amores, I, 11
Encima de ese polvo debes verter miel. También es útil 177.OVIDIO, Arte de Amar, III, 225-234, 182.OVIDIO, Arte de Amar, III, 467-483.
añadir hinojo a la perfumada mirra (basta con cinco 178.Aunque el sentido concreto de este pasaje es incier- 183.OVIDIO, Arte de Amar, III, 619-6
escrúpulos de hijono [algo más de 1 gramo]; nueve de to, debe tratarse de un tinte egipcio que, con seguridad,
mirra) y cuanto puedas coger en una mano de rosas se importaba desde Alejandría.
secas e incienso macho con sal amónica; vierte sobre
ello el líquido que destila la cebada; el incienso y la sal

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