Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ORDINA.2011-26286 BRIAN ARLES RUIZ - HOMICIDIO - No Legitima Defensa - Confirma Responsabilidad2
ORDINA.2011-26286 BRIAN ARLES RUIZ - HOMICIDIO - No Legitima Defensa - Confirma Responsabilidad2
Magistrada Ponente
Santiago de Cali, julio diecisiete (17) del año dos mil diecisiete (2017)
1. OBJETO DE LA DECISIÓN
2. HECHOS
1
A cargo del doctor Julián Rivera Loaiza.
2
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
3. ACTUACIÓN PROCESAL
3.6.- En agosto 3 de 2015 previo el rito procesal que impone el artículo 447 C.P.P,
el Juzgado 8 Penal del Circuito dio lectura a la Sentencia ordinaria No.15 de la
misma fecha, a través de la cual condenó a BRIAN ARLES RUIZ CALDERON
como autor del delito de HOMICIDIO simple, condenándolo a la pena principal de
208 meses de prisión, además de la accesoria de Inhabilitación de derechos y
funciones públicas por periodo igual a la sanción corporal, no teniendo derecho a
los beneficios post-delictuales.
La primera instancia consideró que conforme a la prueba aportada por las partes y
analizadas bajo los criterios de la sana crítica, obtuvo la convicción no solo de la
existencia del hecho, sino también de la configuración de los presupuestos de la
responsabilidad penal.
RUIZ CALDERÓN, sobre los episodios de violencia intrafamiliar en los que estuvo
implicado el acusado, permitió deducir el patrón de conducta del señor RUIZ
CALDERÓN.
5. FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
Luego de leer sin afanes el memorial de alzada, bien puede decirse que los
argumentos de la defensa se concretan en lo siguiente:
Como lo indicó al exponer su teoría del caso, insiste en que su representado actuó
en legítima defensa de su propio derecho ante un ataque injusto, actual e
inminente por parte de la víctima que sin razón lo atacó con arma corto-punzante,
teniendo aquel que reaccionar, como persona experta en artes marciales, de una
manera proporcionada con el único propósito de desarmarlo y cesar el riesgo de
agresión. Y como ninguno de los testigos que concurrieron, se reputa presencial
del hecho, es la declaración del acusado la que merece mayor atención y
credibilidad respecto de los pormenores de lo sucedido.
6. CONSIDERACIONES DE LA SALA
6.1.- COMPETENCIA
Asunto que ahora se revisa, luego de atender otros de carácter urgente tanto de
primera como segunda instancia, que en vigencia de la ley 600 de 2000 y la ley 906
de 2004 ingresaron a despacho con anterioridad al presente, y que por su
complejidad y prioridad respecto de los términos y la situación jurídica de los
procesados -que como acontece en autos también se encontraban privados de la
libertad en establecimiento carcelario-, fueron fallados en su turno, sin contar con las
acciones Constitucionales que diariamente también son repartidas y cuya resolución
ha de notificarse en un tiempo perentorio. A ello se suman los compromisos que por
la función que le compete a los cuerpos Colegiados, debe asumirse de manera
ineludible.
Sin haber sido estipulados -pues de hecho las partes solo convinieron la identidad
de la víctima-, dos aspectos refulgen claros del ejercicio probatorio, mismos que la
defensa ha asumido como ciertos desde su primera intervención al exponer la
teoría del caso, luego con los alegatos de cierre y ahora, lo que limita la
competencia del cuerpo colegiado, en el memorial de alzada, y es lo pertinente a la
8
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
Si bien el acusado adujo una serie de circunstancias de orden personal que ningún
aporte valioso ofrecen para el esclarecimiento de los hechos de homicidio por el
cual fue acusado y condenado en primera instancia, conviene referir solo aquello
que explique el conocimiento que él tenía de la víctima para entender de mejor
manera, el contexto en que se presentó la agresión.
La relación con JOHANA ANDREA fue corta, pues al percibir que ella había
recibido de nuevo a su esposo, BRIAN prefirió alejarse, sin embargo, –según
versión de él- ella no lo quería así, al punto que le decía que si él no era de ella, no
lo sería de nadie (sic), que si lo veía con otra se la quemaba o calviaba (sic); todo
lo cual lo motivó a evadirla por completo, a no abrirle la puerta, contestarle el
celular ni contactarla por facebook. Y como no era su deseo continuar con
JOHANA, y por otra parte SANDRA lo había hecho a un lado, terminó involucrado
sentimentalmente con una amiga de nombre ALEJANDRA, lo que duró poco pues,
no compaginaban dado que él no es de rumbas ni tragos, es consagrado a su
trabajo, estudio y disciplina en karate, lo que lo motivó a volver a tener diálogos con
SANDRA; a la par, notó que JOHANA ANDREA tenía novio, lo que para él era
“transparente” (sic) pues no quería nada con ella.
Por esos días cercanos al segundo puente festivo del mes de noviembre, tuvo la
necesidad de ir varias veces al local telepunto, del mismo propietario de Las Dalias,
ubicado a pocos metros del edificio, con la finalidad de utilizar el servicio de
lavandería, siendo alcanzado en uno de los recorridos por un sujeto en motocicleta
que en dos oportunidades le preguntó si era BRIAN, lo cual él negó, sin embargo,
éste atravesó la moto y le dijo “…loco yo soy el marido de JOHANA y su tiempo
ya pasó y si sigue con ella o la niña le voy a probar que no soy ningún
traído…”. Se trataba de RODRIGO, quien por esos días se lo volvió a encontrar,
esta vez, cuando subía las gradas y éste venía bajando, quien al llegar al primer
piso le gritó que él no daba pata ni puño, sino plomo, haciendo un amague de estar
empuñando algo dentro de un maletín que llevaba consigo. De ese episodio, colocó
al tanto a su amigo DIEGO FERNANDO, apodado “el profe”, residente en el
apartamento 408, quien le dijo que a aquello sobre-nombraban “el padre”, prestaba
dinero y trabajaba en oficina (sic). Algo similar hizo con sus compañeros de
universidad, al manifestarles “lo que pasaba en el edificio”, quienes le aconsejaron
que denunciara, sin embargo, dijo, no quiso ir a la fiscalía porque no tenía tiempo.
Sobre los hechos narró que después de terminar clase, salió por el sector
buscando algo de comer, y como pasó por una zapatería preguntó si alcanzaba a
cambiarse para entregar su calzado que estaba despegado, y como la respuesta
10
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
fue afirmativa regresó al edificio Las Dalias, notando al subir que del apartamento
201 donde moraba JOHANA VILLEGAS, salía “el tipo” (sic) que él estaba evitando,
por lo que optó por retornar aligerando el paso –pese a una lesión que tenía en la
rodilla-, saliendo del edificio en espera a que éste hiciera lo mismo, para él
(acusado) poder retomar su camino al apartamento 401 sin tener que pasar por su
lado.
Sucedió que estando afuera, observó salir a RODRIGO mirando hacía ambos lados
y al verlo, sin mediar palabra, éste se le abalanzó por lo que su reacción fue
retroceder haciendo “un brinquito” y luego otro para evitarlo, sin embargo, su
oponente hizo un ataque de abajo hacia arriba por lo que con su mano izquierda
decidió frenar la afrenta intentado doblar su brazo y desarmarlo, y en ese forcejeo
RODRIGO con su mano izquierda le dio tres o cuatro golpes con un casco, lo que
lo obligó a buscar la forma de escabullirse de esa línea de tiro y es cuando trató de
salir hacia atrás de él y girar su mano, “…cuando de repente sale un chorro de
sangre…”, viendo como su agresor salió “trastabillando” (sic) hasta caer,
inicialmente, en los predios del ancianato que queda esquineado de Las Dalias, no
en frente; ante eso él quedó “estupefacto”, impresionado por la cantidad de sangre,
y RODRIGO vuelve y se para y se va “trastabillando” en línea recta y llega hasta la
esquina de la calle 4C con carrera 35, pero no sigue hacia la calle 5 sino que dobla
en el andén de la calle 4 C y empuja una puerta. Es decir, explicó, su agresor hizo
un recorrido en L y él en diagonal, con la aclaración que aquel no corrió,
“trastabilló” hasta caer.
Comentó el acusado:
Anonadado por tanta sangre sin saber qué había pasado, de momento pensó en
auxiliarlo pero no lo hizo al escuchar una voz a su derecha que demandaba la
11
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
Atestiguó:
Que de la puerta del almacén donde escuchó los golpes, al lugar donde estaban
los sujetos hay 30 o 40 metros, que si bien no sabía qué ocurría ni la identidad de
los involucrados, observó que uno iba rápido tras el otro y que de ellos, a quien vio
pegarle a la puerta y luego pasar por su lado, fue al hoy acusado, a quien distinguía
como estudiante de derecho que residía en el edificio nuevo, aunque hasta ese
momento no sabía su nombre, mismo a quien identificó en su momento, en dos
álbumes fotográficos que le fueron colocados de presente, y los cuales autenticó en
el estrado.
“…el venía muy tranquilo de allá para acá, iba hasta hablando o
mirando el celular con un maletín atrás… venía tranquilamente y
siguió hacia abajo, no le vi algún arma…”.
13
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
En el interrogatorio cruzado explicó que la afrenta entre ellos fue tan rápida que
cuando fue a mirar, ya había pasado y ellos iban hacia abajo, alcanzando a divisar
que “el hombre de atrás” –hablando del acusado- iba hacia la funeraria, sin saber
en qué momento había entrado el otro: <“…cuando yo vi fue que el man (sic) da
una patada y le cierran la puerta y se devuelve … no me di cuenta si el otro
ingresó o no a la funeraria…”>.
El segundo testigo es el señor JAIME CANIZALEZ PÉREZ, quien ese día hacía
turno de conductor en la funeraria La Misión, ubicada en la Calle 4 D No.35 – 17
del barrio San Fernando, y encontrándose en la parte de afuera observó que
venían corriendo dos sujetos, sin saber la razón, solo notó que el primero le pegó
una patada a la puerta de la funeraria, entró y cayó en el pasillo, y el segundo llegó
a la puerta y se devolvió, siendo su reacción (la del testigo) buscar refugio. No
obstante, líneas después rectificó su dicho cuando la fiscal que le interrogaba
impugnó su credibilidad con la entrevista que ofreciera a policía judicial en fecha
reciente de ocurrido los hechos, en el sentido que al herido que venía cogiéndose
la nuca con la mano derecha y botando sangre, y alcanzó a entrar a la funeraria
pidiendo auxilio, lo venía persiguiendo otro que traía un bolso negro en su espalda
quien también le pegó una patada a la puerta “…como de esas personas que
saben de defensa personal, como de un karateca…”, no obstante, como no
logró entrar, y después de decirle cosas al otro, se pasó al frente donde había un
carro. De él realizó un retrato hablado, el cual de paso fue autenticado e introducido
como evidencia, al igual que la diligencia de reconocimiento de álbum fotográfico
en la que en ambas imágenes reconoció al hoy enjuiciado.
(topógrafa), a partir de las cuales se ilustró la panorámica del lugar donde empezó
la riña, la funeraria y el recorrido que a pie hizo el agresor después de su intento
fallido por ingresar a éste lugar donde se había resguardado la víctima, lo cual
permitió determinar, además, que de la esquina donde acudió el vigilante a la casa
funeraria hay una distancia aproximada de 5.46 metros, que hasta donde observó
correr a la víctima la medida es de 8.20 metros y con relación del agresor de 6
metros aproximadamente. Que del lugar donde se ubicó el sitio inicial de los
hechos hasta la funeraria hay alrededor de 25 metros, y que el occiso quedó
tendido en el zaguán a una distancia aproximada de 5 metros.
Dicción, sobre ver correr a la víctima bañada en sangre tratando de proteger con su
mano su cuello, que encuentra eco en el testimonio del médico forense ORLANDO
SOLANDO MATTOS, quien frente a la necropsia precisó como hallazgos una
herida con arma corto-punzante y unas lesiones leves en la región vascular, con
presencia de hemotorax (cantidad de sangre en dicha cavidad) y un hematoma en
el cuello producto de dichas heridas. Que no puede determinar en qué posición se
encontraba el agresor, solo que la trayectoria de la herida fue de plano horizontal
superior inferior, de arriba hacia abajo, antero posterior, de adelante hacia atrás, y
se encuentra en una sola dirección, con una profundidad aproximada de 7
centímetros, alcanzando a entrar en el espacio que involucra la reja costal (corazón
y pulmones) y los pulmones, explicando que aunque la herida fue una, cuya
profundidad inició en el cuello hasta llegar a la región torácica del lado izquierdo, la
cual le causó un choque hipovolémico secundario por pérdida masiva de sangre;
clase de herida que causa en el paciente que en menos de un minuto pierda la
consciencia, llevándolo a la muerte.
Y pese a que ambos testigos presenciales del sector hicieron referencia al mismo
comportamiento del agresor, éste insiste en que de su parte no hubo persecución y
que cuando llegó a la funeraria no pasó del andén, porque aturdido por lo ocurrido
y temeroso de las consecuencias por un resultado no deseado, optó por irse, sin
embargo mayor credibilidad merecen aquellos que sin conocerlo, escasamente
distinguirlo como un ciudadano ejemplar, versionaron sobre aquello que percibieron
16
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
por sus sentidos y que mayor impacto les causó, se itera, sin tener idea de la
disciplina que el acusado practicaba y de la que se sabe, era a nivel competitivo.
Aunque el señor RUIZ CALDERÓN señala que no tenía motivos para agredir a la
víctima y que su única intención fue defenderse tratando de desarmar a su
oponente, a quien bien hubiese podido causar una lesión en sus ligamentos y sin
embargo no lo hizo, refulge todo lo contrario del torrente probatorio en el que
primero, quedó en evidencia que su personalidad es la de un hombre celoso,
posesivo, irascible y agresivo, según la declaración de la señora JOHANA
ANDREA VILLEGAS RICO, quien tuvo que ser interrogada a través de
videoconferencia trasmitida desde Bogotá DC, ciudad en la que se encuentra
domiciliada por miedo a las amenazas propinadas por el acusado. Y aunque éste
niega haberse comportado de ese modo, no hay razón para dudar y considerar que
aquella quiso desprestigiarlo o perjudicarlo de manera injusta, de hecho se mostró
franca al informar que durante su trato con BRIAN ARLES, no le notó algún tipo de
arma, así como no haber presenciado los hechos, pues después que RODRIGO
salió del apartamento con el propósito de comprar una leche y medicina para su
pequeña que ardía en fiebre, ella también bajó momentos después -dice que no
tardó mucho porque estaba afanada porque cesara el llanto de su hija-, cuando se
encontró con un camino de sangre.
De todas formas, queda la duda cuando el acusado afirma que fue amenazado de
muerte por el occiso, en atención a lo expuesto por su vecino y amigo DIEGO
FERNANDO REYES, quien si bien quiso permear al juez de una situación de esa
naturaleza que previa al día de los hechos conoció por voz directa del implicado, en
el interrogatorio cruzado terminó aceptando que eran solo conjeturas suyas, que si
bien, BRIAN ARLES le había comentado que RODRIGO le dijo que él en lo
sucesivo respondería por JOHANA –porque ese momento no lo presenció-
“imagina” que la frase estuvo acompañada de manoteo o gestos y que en ese
orden, “supone” que cuando es así, la amenaza es de muerte. No hubo certeza
tampoco, con la supuesta limitación física del procesado para correr de la forma
como lo describieron los testigos de cargo JOSÉ ANTONIO MÉNDEZ y JAIME
CANIZALEZ, en razón a que si bien, para el 2011 presentaba una lesión en su
rodilla causada en una competencia, él mismo explicó que ésta se agravó para el
17
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
año siguiente, aportando incluso evidencia identificada con el No.2, quedando claro
en sede del contrainterrogatorio que esto último quedó registrado en su historia
clínica con fecha enero 14 de 2012, esto es, dos meses después de la ocurrencia
de los hechos, es decir, así lo infiere razonablemente la judicatura, que para
noviembre de 2011 no presentaba tal impedimento en su salud, siendo creíble por
lo mismo que estaba en condiciones de correr y perseguir a la víctima, muy
seguramente con la intención de seguir arremetiendo contra su vida, según la
escena observada por los deponentes antes mencionados.
Situación que si bien no corresponde a los hechos por los cuales se le acusó y
venció en juicio al señor BRIAN ARLES, si permite reafirmar la idea que su modo
de comportarse en su entorno no es el más apropiado, teniendo así mayor
credibilidad lo versionado por la señora VILLEGAS RICO, lo que de contera afianza
la conclusión que ningún interés distinto a que se aclaren los hechos la incentivó a
declarar, que si bien inicialmente se mostró renuente teniendo la fiscalía que
solicitar la medida extrema de conducción, ello resulta absolutamente comprensible
escuchadas sus explicaciones cuando prefirió no suministrar su actual domicilio por
el temor que siente, dadas las amenazas que en su momento éste le direccionó.
18
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
2
Refiere como requisitos estructurales del instituto de la legítima defensa: i) una agresión
ilegítima o antijurídica que genere peligro al interés protegido legalmente, ii) el ataque ha
de ser actual o inminente, esto es, que se haya iniciado o sin duda alguna vaya a
comenzar y aún haya posibilidad de protegerlo, iii) la defensa ha de resultar necesaria para
impedir que el ataque se haga efectivo; iv) la entidad de la defensa debe ser proporcionada
cualitativa y cuantitativamente, es decir respecto de la respuesta y los medios utilizados; y
v) la agresión no ha de ser intencional. Significa que la agresión debe ser la respuesta o
reacción a un inmediato ataque que no se hubiere provocado, entendida como la
posibilidad de evitar la lesión al bien jurídico, cuando la amenaza está próxima o se está
realizando pero que aquella no se haya agotado.
19
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CALI
-Sala Penal-
5.- El comportamiento posterior del enjuiciado luego de lesionar con el arma corto-
punzante, no es el de una persona preocupada por haber causado una lesión sin
intensión y de defensa, sino el de alguien preocupado por finiquitar la acción
homicida, cuando persigue a la víctima en actitud desafiante y contesta de manera
des-obligante a quien le interroga sobre el hecho.
En esencia, son estas las razones por las cuales la Sala confirmará en lo que fue
objeto de revisión, el fallo confutado.
6. RESUELVE
Los Magistrados,