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Apuntes de Psicología

Colegio Oficial de Psicología


A. Oliva Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia
2007, Vol. 25, número 3, págs. 239-254. de Andalucía Occidental y
ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla

Desarrollo cerebral y asunción de riesgos


durante la adolescencia
Alfredo OLIVA DELGADO
Universidad de Sevilla

Resumen
La reciente utilización de técnicas de resonancia magnética ha proporcionado una
información muy interesante acerca de los cambios que tienen lugar en el cerebro durante
los años de la adolescencia. Estos cambios afectan fundamental a la corteza prefrontal,
estructura fundamental en muchos procesos cognitivos y que experimenta un importante
desarrollo a partir de la pubertad que no culmina hasta los primeros años de la adultez
temprana. Otros cambios afectan al circuito mesolímbico, relacionado con la motivación
y la búsqueda de recompensas, que va a verse influido por las alteraciones hormonales
asociadas a la pubertad. Como consecuencia de esas modificaciones, durante los pri-
meros años de la adolescencia se produce un cierto desequilibrio entre ambos circuitos
cerebrales, el cognitivo y el motivacional, que puede generar cierta vulnerabilidad y
justificar el aumento de la impulsividad y las conductas de asunción de riesgos durante
la adolescencia. Estos hallazgos y sus implicaciones prácticas para la educación y la
política social son presentados y discutidos en este artículo.
Palabras clave: adolescencia, desarrollo cerebral, corteza prefrontal, asunción de
riesgos.

Abstract
Recently, the use in neuroscience research of Magnetic Resonance Imaging has
generated very interesting data about changes in the brain during the years of adoles-
cence. Those changes occur mainly in the prefrontal cortex, a brain region, involved
in many cognitive processes, that experiences an important development after puberty
and which does not mature fully until early adulthood. Also, the mesolimbic dopamine
reward circuitry experiences significant changes due to hormonal activity during puberty.
As a consequence of those changes, during early adolescence arises a lack of balance
between the cognitive and motivational brain systems. This imbalance could create a
certain vulnerability during adolescence that justify the increase in some behaviours
such as impulsivity and risk-taking. Those finding and some practical applications for
education and social policy are presented and discussed.
Key words: Adolescence, Brain development, Prefrontal cortex, Risk-taking.

Dirección del autor: Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología. c/ Camilo
José Cela, s/n. 41018 Sevilla. Correo electrónico: oliva@us.es
Apuntes de
Recibido: Psicología,
septiembre 2007,
de 2007. Vol. 25,octubre
Aceptado: númerode3,2007
págs. 239-254. 239
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La adolescencia como etapa conflictiva por asumir ese papel estelar. Nos estamos
refiriendo a los cambios cerebrales que
El debate sobre la naturaleza más o tienen lugar durante la segunda década de
menos conflictiva de la adolescencia ha la vida (Giedd et al., 1999). En este artículo
estado presente en la psicología desde que, expondremos los principales cambios neuro-
a principios del siglo pasado, G. Stanley lógicos y su influencia sobre el surgimiento y
Hall plantease su visión de esta etapa evo- mantenimiento de las conductas de asunción
lutiva como periodo de storm and stress. de riesgos durante la adolescencia.
A lo largo de los últimos 100 años, se han
ido sucediendo planteamientos teóricos que La maduración del cerebro
han oscilado entre la visión tumultuosa y
conflictiva de autores como Anna Freud o La idea de que el cerebro continúa desa-
Peter Blos y las concepciones más optimistas rrollándose después de la infancia es relati-
que han cuestionado la teoría del storm and vamente nueva. Los estudios realizados con
stress. A pesar de que esa imagen negativa animales, primero, y con humanos, más tarde,
sigue estando presente en la sociedad actual habían revelado los importantes cambios
(Casco y Oliva, 2004), la evidencia empírica que tenían lugar en el cerebro infantil en los
acumulada a lo largo de las últimas décadas primeros meses de vida y que justificaban su
no apoya esa visión y presenta una realidad enorme plasticidad (Hubel y Wiesel, 1962;
menos dramática de este tramo del ciclo vital. Kuhl, Williams, Lacerda, Stevens y Lindblon
No obstante, aunque muchos chicos y chicas 1992). Así, a pesar de que el número de neu-
atraviesan la adolescencia sin experimentar ronas no experimenta cambios importantes,
especiales dificultades, puede afirmarse que desde el mismo momento del nacimiento
durante estos años aumentan los problemas comienzan a establecerse nuevas conexiones
en tres áreas: los conflictos con los padres entre neuronas. Se trata de un proceso de
(Laursen, Coy y Collins, 1998; Parra y Oliva, arborización o sinaptogénesis que va a crear
2007), la inestabilidad emocional (Larson y un número excesivo de conexiones, de tal
Richards, 1994) y, sobre todo, las conductas forma que a los pocos meses este número
de riesgo (Arnett, 1999). será muy superior al de las existentes en
Los modelos de la adolescencia como pe- el cerebro adulto. Este periodo temprano
riodo conflictivo han atribuido a los cambios de proliferación sináptica, de varios meses
hormonales de la pubertad un rol destacado de duración, es seguido por otro que se
en el surgimiento de estos problemas. Sin prolonga hasta el final de la infancia y en el
embargo, algunos estudios recientes han que se eliminan aquellas conexiones que no
cuestionado esta influencia, ya que han en- se usan, quedando reducido el número de
contrado efectos directos muy pequeños de sinapsis a los niveles propios de la adultez.
andrógenos y estrógenos sobre la conducta La supresión de conexiones inactivas se
adolescente (Graber y Books-Gunn, 1996; complementa con la mielinización o fortale-
Spear, 2007a). Por otro lado, y sin olvidar cimiento de las sinapsis que se mantienen y
el importante papel que desempeñan los utilizan, mediante el recubrimiento del axón
factores socio-culturales (Oliva, 2003), han neuronal con una sustancia blanca aislante
aparecido en escena nuevos protagonistas -mielina- que incrementa la velocidad y la
que compiten seriamente con las hormonas eficacia en la transmisión de los impulsos

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eléctricos de una neurona a otra (Blakemore cia indica la mielinización progresiva de las
y Choudhury, 2006). Todo este proceso no es conexiones neuronales, tanto en la corteza
independiente del contexto, y se verá influido frontal como en las vías que la unen a otras
por las experiencias vividas por el sujeto, lo zonas cerebrales. Todos estos cambios en el
que refleja la enorme plasticidad del cerebro córtex prefrontal conllevan una activación
humano para adaptarse a las circunstancias menos difusa y más eficiente en esta zona
ambientales existentes en un determinado durante la realización de tareas cognitivas
momento. (Durston et al., 2006). Por lo tanto, las zonas
Hasta hace bien poco se pensaba que los cerebrales más modernas desde el punto de
cambios arriba descritos tenían lugar durante vista filogenético, como la corteza prefron-
la primera década de la vida, de forma que la tal, son también las últimas en completar su
arquitectura cerebral estaba definida al llegar desarrollo ontogenético, que no concluye
la pubertad. Sin embargo, hoy día en numero- hasta la tercera década de la vida. En cambio,
sos trabajos científicos se indica que si bien aquellas que soportan funciones más básicas,
esto es cierto para muchas zonas cerebrales, como las motoras o sensoriales, maduran en
otras continúan desarrollándose durante la los primeros años de la infancia (Gogtay et
adolescencia. Los primeros estudios llevados al., 2004).
a cabo con cerebros postmorten indicaron Si tenemos en cuenta el importante papel
que la corteza prefrontal experimentaba que la corteza prefrontal tiene como soporte
cambios importantes tras la pubertad, ya que de la función ejecutiva y de la autorregu-
existían importantes diferencias en esta zona lación de la conducta (Spear, 2000; Rubia,
entre los cerebros de niños, adolescentes y 2004; Weinberger, Elvevag y Giedd, 2005),
personas adultas (Huttenlocher, 1979). Más es razonable pensar en una relación causal
recientemente, la utilización de técnicas de entre estos procesos de desarrollo cerebral
resonancia magnética ha apoyado los resul- y muchos de los comportamientos propios
tados de los estudios postmortem, indicando de la adolescencia, como las conductas de
un desarrollo o maduración tardía de algunas asunción de riesgos y de búsqueda de sen-
zonas cerebrales, fundamentalmente de la saciones. Por otra parte, resulta evidente
corteza prefrontal, que no culmina hasta la el valor adaptativo que tiene el hecho de
adultez temprana (Giedd et al., 1999). Estos que durante la adolescencia se produzca un
estudios encuentran que en la zona prefrontal recorte acusado de conexiones neuronales
la sustancia gris aumenta hasta los 11 años en y que la plasticidad cerebral sea importante
las chicas y los 12 en los chicos para dismi- durante estos años. Esto implica un modelado
nuir después, lo que sin duda está reflejando casi definitivo del cerebro para adaptarlo a
el establecimiento de nuevas sinapsis en esa las circunstancias ambientales presentes en
zona en la etapa inmediatamente anterior esta etapa, que pueden diferir de las de la
a la pubertad y su posterior recorte, en una infancia y ser más parecidas a aquellas que
secuencia que va desde la corteza occipital van a acompañar al sujeto a lo largo de la vida
hasta la frontal (Gogtay et al., 2004) y que adulta (Spear, 2007b).
afecta principalmente a conexiones de tipo Junto a la maduración del lóbulo prefron-
excitatorio (Spear, 2007b). Junto a este tal hay que resaltar otro fenómeno al que se
proceso de poda, el aumento lineal de la ha prestado menos atención pero que reviste
sustancia blanca a lo largo de la adolescen- también una gran importancia, se trata de la
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progresiva mejora en la conexión entre este visceral inmediata de evitación o huida sería
lóbulo, concretamente la corteza orbito-fron- más eficaz, se demoran prolongadamente en
tal, y algunas estructuras límbicas como la razonamientos prolijos que impiden una rápi-
amígdala, el hipocampo y el núcleo caudado. da actuación. Al menos eso puede deducirse
Aunque la arquitectura neuronal de estas de los tiempos de reacción más prolongados
estructuras límbicas está bastante avanzada y de la mayor activación prefrontal que ex-
en la infancia temprana, no puede decirse lo hiben los adolescentes, en comparación con
mismo de su conexión con el área prefrontal, los más cortos de los adultos, ante dilemas
que irá madurando a lo largo de la segunda que presentan situaciones de mucho peligro,
etapa de la vida, y supondrá un importante como nadar entre tiburones (Baird y Fugel-
avance en el control cognitivo e inhibición sang, 2004).
de las emociones y la conducta (Goldberg,
2001). Esto va a implicar que muchas de La corteza prefrontal y la regulación de
las repuestas emocionales automáticas, de- la conducta adolescente
pendientes de estas regiones, pasarán a estar
más controladas por la corteza prefrontal, Los estudios realizados con animales, el
lo que contribuirá a una disminución de la análisis de los síntomas que resultan de las
impulsividad propia de la adolescencia tem- lesiones en la corteza prefrontal sufridas por
prana (Weinberger, et al., 2005). Además, humanos y la utilización de técnicas de reso-
es importante señalar que en la medida en nancia magnética nos han permitido conocer
que se vaya produciendo esta integración con cierto detalle cuáles son sus funciones.
entre diferentes estructuras cerebrales, las Antonio Damasio (1994) expone en su obra
respuestas del adolescente ante distintas El error de Descartes las facultades mentales
situaciones o estímulos estarán basadas en el que dependen del lóbulo frontal, entre las
trabajo conjunto de diversas áreas. Si a prin- que destaca la capacidad para controlar los
cipios de la adolescencia la autorregulación impulsos instintivos, la toma de decisiones,
conductual dependía de forma exclusiva de la planificación y anticipación del futuro, el
un inmaduro córtex prefrontal, a finales de control atencional, la capacidad para rea-
esta etapa, y en la adultez, la responsabilidad lizar varias tareas a la vez, la organización
del control estará repartida entre varias áreas temporal de la conducta, el sentido de la
cerebrales, lo que la hace más eficaz (Luna responsabilidad hacia sí mismo y los demás o
et al., 2001). la capacidad empática. Ante estas facultades,
En el adolescente, la desconexión entre no es sorprendente que Damasio considere
estas áreas cerebrales se manifiesta en res- al lóbulo prefrontal como la sede de la mo-
puestas más disociadas. Así, en bastantes ralidad, o que el neuropsicólogo ruso Luria
ocasiones en que sería conveniente una (1966) se refierese a él como “el órgano de
respuesta racional, chicos y chicas pueden la civilización”.
actuar de forma muy impulsiva y emocio- El término de función ejecutiva hace
nal, siguiendo los dictados las estructuras referencia a muchas de las capacidades que
subcorticales y con una escasa intervención nos permiten controlar y coordinar nuestros
de la corteza prefrontal (Eshel, Nelson, Blair, pensamientos y conductas y que experimen-
Pine y Ernst, 2007). Sin embargo, en situa- tan un claro avance en la segunda década de
ciones de mucho riesgo en que una respuesta la vida. En los adolescentes, la inmadurez

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del lóbulo frontal les hace más vulnerables a encontrado evidencia sobre la implicación
fallos en el proceso cognitivo de planificación de la corteza prefrontal en otras capacidades
y formulación de estrategias, que requiere relacionadas con la cognición social, tales
de una memoria de trabajo que no está com- como la autoconciencia (Ochsner, 2004),
pletamente desarrollada en la adolescencia la empatía, la adopción de perspectivas o la
(Swanson, 1999). También influirá en los teoría de la mente (Frith y Frith, 2003). Así,
errores de perseverancia, que son frecuentes estas funciones también van a experimentar
en los adolescentes que realizan tareas en las un claro avance durante la adolescencia, lo
que una regla aprendida debe ser modificada que va a favorecer en chicos y chicas un
para ajustarla a las nuevas circunstancias, o comportamiento interpersonal cada vez más
en la interrupción de la conducta una vez avanzado.
alcanzada la meta perseguida. Estas limita- Si la corteza prefrontal dista mucho de
ciones pueden justificar la rigidez comporta- haber madurado por completo al inicio de la
mental que suelen mostrar muchos chicos y adolescencia, es de esperar que, tal como he-
chicas, sobre todo en los primeros años de la mos comentado, las facultades que dependen
adolescencia. La capacidad para controlar e de ella presenten algunas limitaciones en ese
inhibir respuestas irrelevantes o inadecuadas momento, pero que vayan mejorando con el
va a depender igualmente de funciones tam- avance de la adolescencia. En este sentido,
bién relacionadas con la corteza prefrontal, tal como habían descrito Inhelder y Piaget
como la atención sostenida, aún en proceso (1955), la competencia cognitiva del adoles-
de desarrollo durante la adolescencia (Klen- cente experimenta un desarrollo importante
berg, Korkman y Latí-Nuuttila, 2001; León- durante los años de la adolescencia temprana
Carrión, García-Orza y Pérez-Santamaría, y media, y muchas de las habilidades arriba
2004). mencionadas habrán alcanzado en la adoles-
El papel que desempeña la corteza pre- cencia media un buen nivel de desarrollo.
frontal, concretamente la ventromedial, Ciertamente, las habilidades de razonamiento
en la toma de decisiones, se ha puesto de lógico de los chicos y chicas de 15 años son
manifiesto en los estudios con pacientes que comparables a las de los adultos, y en la
presentan lesiones en dicha zona, ya que es- mayoría de estudios se han observado pocos
tos sujetos tienen dificultades para anticipar cambios a partir de esa edad, especialmente
las consecuencias futuras, tanto positivas en la percepción de los riesgos derivados de
como negativas, de su conducta y valorar los algunas conductas o en la evaluación de los
riesgos de una situación (Bechara, Damasio costes y beneficios de algunas actividades
y Damasio, 2000). Esa relación con la toma (Steinberg, 2005).
de decisiones destaca la relevancia que la Sin embargo, a pesar de los avances
inmadurez prefrontal tiene para entender en competencia cognitiva y en la toma de
la mayor impulsividad e implicación de decisiones detectados en la mayoría de
chicos y chicas adolescentes en conductas estudios, los chicos y chicas que atraviesan
de riesgo relacionadas con la sexualidad, el la adolescencia media y tardía mantienen
consumo de drogas o los comportamientos su preferencia por la búsqueda de nuevas
antisociales. sensaciones y continúan implicándose en
Más allá de ese control de la función muchas conductas de riesgo (Reyna y Farley,
ejecutiva, algunos estudios recientes han 2006). Esta aparente paradoja puede estar
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relacionada con el enfoque metodológico que estos comportamientos, haciendo referencia


se suele emplear para el estudio de la toma al papel que desempeñan otros circuitos
de decisiones en situaciones de riesgo, que cerebrales. Concretamente a los encargados
tiene poca semejanza con lo que ocurre en la del procesamiento de las recompensas y de
vida real y, por ello, una escasa validez eco- la información socio-emocional en la toma
lógica. Como ha señalado Steinberg (2004), de decisiones del adolescente.
los psicólogos estudiamos las conductas de
riesgo en situaciones de laboratorio en las Los circuitos cerebrales relacionados con
que se presentan a los adolescentes algunos la motivación y la recompensa
dilemas o situaciones hipotéticas, y se les
pregunta sobre el riesgo que conllevan y por La inmadurez de la corteza prefrontal
cuál sería su comportamiento más probable en la adolescencia, sobre todo en su etapa
en estos escenarios. Es evidente que en el inicial, y la impulsividad que lleva asociada
mundo real las situaciones no son hipotéti- contribuyen a explicar la mayor implicación
cas, y es más fácil, por ejemplo, parar para en conductas de riesgo durante este periodo.
colocarse un preservativo en una situación Sin embargo, siguiendo esa lógica, los niños,
ficticia que en la real. Además, hay que que presentan una inmadurez prefrontal aún
destacar que estas situaciones de laboratorio mayor, deberían mostrarse aún más arries-
están diseñadas para minimizar la influencia gados, algo que no ocurre. Por otro lado, ya
de las emociones en la toma de decisión, y, hemos comentado como el desarrollo de nue-
en todo caso, la emoción dominante sería la vas competencias cognitivas que se produce
ansiedad, por su similitud con una situación a partir de los 15 ó 16 años no lleva aparejado
de examen. En cambio, en la vida real es más una disminución de las conductas de riesgo.
probable que el adolescente se encuentre en Por lo tanto, es preciso encontrar otros factores
una situación de mayor activación emocional adicionales que justifiquen el comportamiento
o euforia. Si la euforia puede impulsar al ado- arriesgado de muchos adolescentes.
lescente a asumir riesgos mayores, no puede Aunque algunos autores, como Elkind
decirse lo mismo de la ansiedad que tiende a (1967), han atribuido al adolescente un
provocar el efecto contrario. Finalmente, si sesgo optimista que le lleva a considerarse
en el laboratorio los sujetos son estudiados de invulnerable e infravalorar las consecuencias
forma individual, en la vida real las conductas negativas derivadas de sus decisiones, la
de riesgo, como el consumo de drogas o las realidad es que esa teoría de la fábula per-
actividades delictivas, suelen darse en com- sonal ha recibido un escaso apoyo empírico
pañía de los iguales. Como ha demostrado y, por el contrario, los adolescentes suelen
un estudio reciente que utilizó una tarea en verse más vulnerables que los adultos y so-
la que los participantes simulaban conducir brestiman algunos riesgos, aunque pueden
un coche (Gardner y Steinberg, 2005), los infravalorar algunos efectos perjudiciales a
adolescentes suelen asumir más riesgos lo largo plazo (Halpern-Felsher y Cauffman,
cuando están acompañados que cuando están 2001; Weinstein, Slovic y Gibson, 2004). En
solos. Sin embargo, en personas adultas no consecuencia, no parece que los adolescentes
se observó esa influencia instigadora de los tengan una menor conciencia sobre las con-
iguales. En los apartados siguientes, tratare- secuencias negativas que pueden tener sus
mos de arrojar alguna luz sobre las causas de comportamientos de riesgo.

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No es nuestra intención infravalorar el evita al sujeto los daños derivados de su im-


papel que desempeñan muchos factores de plicación en un determinado comportamiento.
tipo social y cultural en el surgimiento y No obstante, este modelo supone una cierta
mantenimiento de las conductas de riesgo simplificación, ya que la amígdala también
adolescente. Sin embargo, nuestro objetivo está implicada en el aprendizaje apetitivo (Be-
en este artículo es destacar el papel de varia- chara, Damasio y Damasio, 2003), y lo mismo
bles relacionadas con el desarrollo cerebral, podría decirse del papel del núcleo accumbens
por lo que tendremos que seguir buscando en el evitativo (Schoenbaum y Setlow, 2003).
otros factores adicionales a la inmadurez de Ambos sistemas han sido considerados por
la corteza prefrontal. Como apuntan muchos algunos autores como integrantes de un cir-
estudios recientes, el candidato a desempeñar cuito cerebral afectivo (Nelson, Leibenluft,
ese papel que ha recibido un mayor apoyo McClure y Pine, 2005) o socio-emocional
empírico es el circuito mesolímbico rela- (Steinberg, 2007), puesto que los mecanis-
cionado con la motivación y la recompensa, mos que subyacen en el procesamiento de las
que experimenta cambios importantes en la recompensas y de la información emocional
adolescencia temprana como consecuencia y social están interrelacionados. Los cambios
de los incrementos hormonales asociados a que este circuito experimenta durante la pu-
la pubertad. Este circuito utiliza la dopamina bertad como consecuencia de la producción
como principal neurotransmisor e incluye hormonal, son debidos a que las áreas cere-
las proyecciones desde el area tegmental brales que lo integran están muy inervadas
ventral al cuerpo estriado (núcleo accumbens por receptores de esteroides gonadales, cuya
y núcleo caudado), a las estructuras límbi- producción aumenta claramente con la llegada
cas (amígdala) y a la corteza orbito-frontal de la adolescencia.
(Burunat, 2004). Su activación como conse- Los primeros estudios realizados con
cuencia de la implicación del sujeto en ciertas animales indicaban que la pubertad acarreaba
actividades recompensantes como la comida, una disminución de la activación del circuito
el sexo o el consumo de drogas, provoca una de recompensa, ya que, ante ciertas experien-
liberación de dopamina, especialmente en el cias, habría unas tasas más bajas de liberación
núcleo accumbens, que genera una intensa de dopamina en el sistema mesolímbico al
sensación de placer y motiva al sujeto a la principio de la adolescencia (Tarazi, Tomasini
repetición de dichas actividades. Se trata de y Baldessarini, 1999). Esta menor activación
un circuito neuronal esencial para el aprendi- llevaría a los adolescentes a buscar sensacio-
zaje, puesto que contribuye a la vinculación nes y recompensas mayores e implicarse en
entre una conducta y sus consecuencias conductas más arriesgadas, en un intento de
(Chambers, Potenza y Taylor, 2003). compensar el déficit dopaminérgico. Expe-
Si la activación del núcleo accumbens riencias que podrían resultar muy excitantes
representa el sustrato de los procesos de re- para sujetos de otras edades, al adolescente le
compensa y de las conductas de aproximación, resultarían poco estimulantes, como ocurre a
la de la amígdala lo sería del aprendizaje evi- quienes padecen el síndrome de deficiencia de
tativo ante situaciones aversivas y asociadas recompensa (Spear, 2000; 2007a).
a emociones negativas (Ernst, Pine y Hardin, Este modelo, centrado en el déficit, ha
2006). Este circuito evitativo, complementario sido cuestionado recientemente por algunos
al anterior, supone un freno conductual que estudios que han empleado técnicas de re-
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sonancia magnética con humanos mientras sobreexcitación del circuito mesolímbico


realizaban tareas de toma de decisiones, en dopaminérgico la que llevaría al adolescen-
las que los sujetos podían obtener recom- te a la búsqueda de la novedad y el riesgo,
pensas o experimentar pérdidas de diversas ya que las recompensas, especialmente las
magnitud. Algunos de estos estudios han inmediatas, ejercerían una gran atracción
encontrado una mayor activación mesolím- sobre el adolescente. Por otra parte, el sis-
bica, concretamente del cuerpo estriado, en tema evitativo se muestra menos sensible,
adolescentes que en adultos ante la obtención como puede deducirse de la menor activa-
o anticipación de recompensas (Ernst et al., ción de la amígdala en adolescentes ante
2005; Galvan et al., 2006; van Leijenhorst, las consecuencias negativas de su conducta,
Crone y Bunge, 2006), algo que habían hipo- lo que influirá en una menor valoración de
tetizado Chambers et al. (2003). No obstante, los probables riesgos que pueden derivarse
un estudio realizado por Bjork et al. (2004), de una conducta. También la corteza orbito
comparando adolescentes y adultos, encon- frontal desempeña un papel importante en
tró entre los primeros una menor activación el establecimiento de asociaciones entre la
estriatal en anticipación de ganancias en una conducta y sus consecuencias, por lo que su
tarea de incentivos monetarios. Por lo tanto, inmadurez durante la adolescencia contri-
a pesar del mayor apoyo que ha recibido el buiría a explicar esa menor estimación de los
modelo de la hiperexcitabilidad, los resul- riesgos y la preferencia de los adolescentes
tados aún no son concluyentes, y pueden por alternativas arriesgadas pero muy re-
estar influyendo parámetros tales como la compensantes sobre otras más conservadoras
magnitud de la recompensa empleada en cada (Galván et al., 2006).
estudio, ya que es posible que la respuesta de
los adolescentes, en comparación con la de Desequilibrio entre el circuito
los adultos, sea menor ante recompensas de motivacional y el circuito cognitivo
poca entidad pero mayor ante las recompen-
sas importantes. Como señala Mora (2006) Todo lo expuesto hasta ahora pone de
existen varios sistemas neuronales relacio- manifiesto que durante la adolescencia se
nados con el placer y la recompensa, unos produce un desequilibrio entre el circuito
que se activan ante una anticipación segura prefrontal cognitivo y el circuito motivacio-
de una recompensa inmediata, otros que lo nal mesolímbico, como consecuencia de sus
hacen dependiendo de la expectativa proba- diferentes ritmos de maduración. Este último
bilística de la misma, o de las circunstancias se muestra muy sensible a las influencias de
cuando se presenta, o de su valor relativo. Es las hormonas sexuales, por lo que experimen-
decir varios sistemas con diferentes ritmos ta importantes cambios durante la pubertad
madurativos y que pueden estar más o menos que incrementan su capacidad de respuesta
influidos por los cambios hormonales propios y excitabilidad (Romeo, Richardson y Sisk,
de la pubertad. 2002). En cambio, la maduración del circuito
En cualquier caso, y a pesar de las dife- prefrontal es más lenta, no se ve acelerada
rencias, el modelo del exceso coincide con por los cambios hormonales de la pubertad
el del déficit en predecir un aumento de las y depende de la edad y del aprendizaje, no
conductas de asunción de riesgos a partir alcanzando su madurez hasta la tercera déca-
de la pubertad, aunque en este caso sería la da de vida. Esto supone que la adolescencia

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temprana es el momento en el que el desequi- para su supervivencia. A partir de esos mo-


librio es mayor, con un circuito motivacional mentos más complicados de la adolescencia
muy propenso a actuar en situaciones que inicial, el desequilibrio se irá reduciendo,
puedan deparar una recompensa inmediata como consecuencia tanto de una reducción
y un circuito autoregulatorio que aún no ha en la excitabilidad mesolímbica como del
alcanzado todo su potencial y, por ello, va a fortalecimiento del control cortical.
tener muchas dificultades para imponer su Si tenemos en cuenta el vínculo endo-
control inhibitorio sobre la conducta impul- crinológico existente entre la pubertad y la
siva. Además, como han planteado Nelson et maduración del circuito motivacional, puede
al. (2005), existe una estrecha interrelación hipotetizarse que aquellos adolescentes que
entre los mecanismos cerebrales que subya- experimentan una pubertad precoz se encon-
cen al procesamiento de las recompensas y trarán en una situación de mayor riesgo, ya
los que se ocupan de la información social y que a esa temprana edad su corteza prefrontal
emocional, por lo que la presencia de iguales se encontrará aún muy inmadura como para
y las situaciones con fuerte carga emocional tomar las riendas de un circuito mesolímbico
van a potenciar los efectos recompensantes hipersensibilizado por el incremento hormo-
de las conductas de asunción de riesgos nal. Por otra parte, el adelanto que ha tenido
haciéndolas más probables. lugar en la sociedad occidental en la edad a la
Por lo tanto, chicos y chicas van a si- que se inician los cambios puberales (Bellis,
tuarse al inicio de la adolescencia en una Downing y Ashton, 2006) conllevaría un
situación de extrema vulnerabilidad a impli- mayor desequilibrio entre los dos circuitos
carse en conductas de riesgo y de búsqueda cerebrales y, como consecuencia, una mayor
de sensaciones. Incluso podría señalarse la incidencia de los comportamientos de riesgo
existencia de un cierto retroceso o regresión durante la adolescencia. En efecto, la mayo-
comportamental coincidiendo con la puber- ría de estudios han encontrado una relación
tad como consecuencia de la reorganización significativa entre la precocidad puberal y la
cerebral que tiene lugar en ese momento mayor implicación en comportamientos de
(Sadurní y Rostan, 2004). De hecho, se han riesgo (Mendle, Turkheimer y Emery, 2007),
observado descensos en la ejecución de al- aunque es evidente que en esta asociación
gunas tareas de emparejamiento de estímulos influyen otros factores ajenos a los neuroló-
(McGivern, Andersen, Byrd, Mutter y Reilly, gicos.
2002), asunción de perspectivas (Blakemore
y Choudhury, 2006) o reconocimiento de Implicaciones prácticas
rostros (Carey, Diamond y Woods, 1980).
Una regresión conductual semejante ha sido Todo lo expuesto hasta aquí resalta la
descrita coincidiendo con los momentos relevancia de los factores relativos al desa-
de reestructuración neuronal de la primera rrollo neurológico de cara a comprender el
infancia (Trevarthen y Aitken, 2003). Estos comportamiento adolescente, especialmente
retrocesos evolutivos podrían tener cierto su implicación en las conductas de asunción
valor adaptativo, ya que exigirían una mayor de riesgos y de búsqueda de sensaciones.
supervisión de los cuidadores en momentos La evidencia empírica sobre la maduración
en los que el comportamiento de niños y cerebral indica que los primeros años de la
adolescentes conllevaría un mayor riesgo adolescencia, especialmente cuando la puber-
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tad ocurre de forma precoz, son una etapa de provienen de la experimentación animal, que
mucha vulnerabilidad en que la inmadurez de ha revelado la relación entre el contacto físico
los mecanismos autorregulatorios requiere de estrecho entre madre y cría y la producción de
los padres una atenta vigilancia y supervisión oxitocina y dopamina. Si tenemos en cuenta
que debe combinarse con la concesión de una que la dopamina juega un importante papel en
mayor autonomía. Por otra parte, esta etapa el desarrollo prefrontal, se ha propuesto que
supone también un periodo de reorganización el fortalecimiento de los inputs de dopamina
sináptica en el que las influencias ambientales al prefrontal sería el mecanismo mediante el
y las experiencias vividas pueden tener unos que los estilos parentales afectuosos, y otras
efectos muy persistentes, ya que la elimi- experiencias emocionales placenteras con pa-
nación de unas conexiones neuronales y el dres y cuidadores, contribuirían al desarrollo
fortalecimiento de otras obedecen la ley de de las capacidades cognitivas y de un com-
“o lo usas o lo pierdes”. El proceso de desa- portamiento adecuado (Schore, 1994; Eisler
rrollo neurológico no es independiente del y Levine, 2002). Son numerosos los trabajos
contexto, y todas las actividades que chicos científicos, en los que se confirma la relación
y chicas lleven a cabo durante estos años, existente entre la negligencia parental y la
tanto educativas como de ocio, contribuirán falta de afecto en la infancia, y una mayor
al modelado de su arquitectura cerebral. La incidencia en etapas posteriores de problemas
adolescencia puede considerarse como un relacionados con el escaso autocontrol (Perry,
auténtico periodo sensible para el desarrollo 2002). Es bastante probable que la depriva-
de competencias (Chambers et al. 2003), lo ción afectiva impida un desarrollo adecuado
que no quiere decir que no se mantenga una de la corteza prefrontal, lo que favorecería
importante plasticidad cerebral durante los los comportamientos antisociales o las adic-
años posteriores (Blakemore y Frith, 2005). ciones. También existe evidencia acerca de
El consumo de sustancias, frecuente durante los efectos negativos duraderos del estrés
los años de la adolescencia, tiene unos efec- sobre regiones cerebrales integradas en el
tos permanentes en la estructura cerebral, circuito mesolímbico, como la amígdala,
generando un deterioro que no se produce el hipocampo o el córtex prefrontal medial,
cuando el consumo tiene lugar en la etapa lo que contribuiría a su hiperexcitabilidad
adulta (Spear, 2002). Ello justifica sobra- (Romeo y McEwen, 2006).
damente que un objetivo de la intervención En cuanto a la mayor activación del cir-
sobre adolescentes sea retrasar el inicio del cuito mesolímbico de recompensa durante la
consumo de sustancias hasta una edad en la pubertad, tampoco puede considerarse como
que el desarrollo cerebral esté más avanzado ajena a las circunstancias ambientales. Ya
y, por lo tanto, se muestre menos sensible a hemos tenido ocasión de comentar la estrecha
los efectos nocivos de las drogas. relación entre este sistema y el encargado
Un entorno enriquecido y unas acti- del procesamiento de la información socio-
vidades estimulantes pueden favorecer la emocional y, por ello, la mayor atracción de
maduración de la corteza prefrontal y de las las recompensas inmediatas en situaciones
capacidades autorregulatorias, pero también en que el adolescente está acompañado de
habría que destacar el papel del afecto paren- sus iguales o muy excitado emocionalmen-
tal durante la infancia y la adolescencia. Los te. Pero además, hay que recordar el papel
primeros datos en apoyo de esta influencia que juegan los cambios hormonales de la

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pubertad en la maduración del circuito de (2006) o el mismo Steinberg defienden la


recompensa. Si tenemos en cuenta que existe utilización de otro tipo de medidas, como el
una importante evidencia empírica sobre la aumento del precio del tabaco, la legislación
influencia que los estresores tienen sobre el más restrictiva sobre el consumo de alcohol
adelanto de la pubertad (Moffitt, Caspi, Bel- en la adolescencia, o facilitar el acceso a
sky y Silva, 1992), es bastante probable que los métodos anticonceptivos y servicios de
las situaciones estresantes contribuyan al des- planificación familiar.
equilibrio entre la maduración del circuito de Las consecuencias negativas que pueden
recompensa y el cognitivo. Aquellos chicos derivarse de muchas conductas de asunción
y chicas que experimentan la pubertad antes de riesgos son evidentes, sin embargo, tam-
que sus compañeros van a encontrarse en una bién pueden tenerse en cuenta los beneficios
situación de mayor riesgo, ya que en ellos el que pueden suponer para el individuo. El
momento de mayor excitabilidad mesolím- hecho de que en muchas especies las con-
bica coincidirá con un circuito prefrontal aún ductas de riesgo sean más frecuentes en el
muy inmaduro, colocando al adolescente en periodo que sigue a la pubertad ha llevado a
una situación de mayor vulnerabilidad ante la psicología evolucionista a destacar su valor
la toma de decisiones de riesgo. adaptativo, probablemente porque favorecen
Recientemente, Steinberg (2007) ha la salida del adolescente del grupo familiar,
expuesto la importancia que estos nuevos evitando así la endogamia. Sin embargo,
conocimientos neurológicos tienen para la la toma de riesgos también puede acarrear
prevención de las conductas de riesgo en algunas ventajas desde un punto de vista
la adolescencia. Teniendo en cuenta que el evolutivo ya que la exploración y experimen-
desarrollo cognitivo se encuentra bastante tación puede ser un requisito para el logro de
avanzado a los 15 ó 16 años, no parecen la identidad (Erikson, 1968), una oportunidad
ser las limitaciones en la forma de pensar para el desarrollo y el crecimiento personal
o el conocimiento que tienen sobre ciertas (Lightfoot, 1997), o un indicador de la tran-
situaciones de riesgo lo que lleva a chicos y sición a la adultez (Jessor, 1998). En este
chicas a implicarse en comportamientos muy sentido no faltan estudios longitudinales que
arriesgados. Los adolescentes son capaces de encuentran que conductas de riesgo, como
realizar procesos de decisión coherentes y el consumo moderado de sustancias durante
racionales bajo circunstancias de baja activa- la adolescencia temprana están relacionadas
ción emocional. Por ello, las estrategias edu- con un mejor ajuste psicológico años más
cativas dirigidas a aumentar las habilidades tarde (Shelder y Block, 1990; Oliva, Parra
para la toma de decisiones o la información y Sánchez-Queija, en prensa). Es posible
sobre las consecuencias negativas de dichos que una actitud adolescente conservadora
comportamientos no parecen una solución y de evitación de riesgos esté asociada a
definitiva al problema. De hecho, la eficacia una menor incidencia de algunos problemas
de este tipo de programas en la prevención del comportamentales y de salud, sin embargo,
consumo de sustancias, los comportamientos también es bastante probable que esa actitud
sexuales de riesgo o la conducción temera- tan precavida conlleve un desarrollo defici-
ria es limitada ( Ennett, Tobler, Ringwalt y tario en algunas áreas, como el logro de la
Flewelling, 1994; West y O’Neal, 2004). identidad personal, la creatividad, la inicia-
Algunos autores como Reyna y Farney tiva personal, la tolerancia ante el estrés o las
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estrategias de afrontamiento (Oliva, 2004). como un sujeto inmaduro e incompetente


Cuando un adolescente toma una decisión, para tomar decisiones de forma autónoma y
damos por hecho que la mejor decisión sirvan para justificar la limitación de algunas
es la que supone un menor riesgo para su libertades individuales. Como hemos tenido
salud física, sin embargo una determinada ocasión de detallar, a partir de los 15 ó 16
decisión puede ser muy favorable para el años las capacidades cognitivas de chicos
adolescente en términos de aceptación por y chicas se diferencian muy poco de las de
el grupo, aumento de su autoestima o logro los adultos, y en situaciones de calma y baja
de su identidad. Es decir, a veces puede activación socio-emocional sus decisiones
encontrarse una incompatibilidad entre suelen ser tan sensatas y racionales como las
objetivos relacionados con la promoción de personas de más edad. Tener en cuenta
de la salud física y la salud mental. De todo esa competencia cognitiva supondría la
lo anterior, podemos sacar la conclusión de concesión de algunos derechos individuales,
que la promoción del desarrollo positivo como la posibilidad de votar a partir de esa
del adolescente debe ser un objetivo que edad o permitir una mayor influencia en la
comparta protagonismo con la prevención toma de decisiones en los contextos familiar,
de conductas de riesgo en las intervenciones escolar y comunitario. Los riesgos derivados
dirigidas a este grupo etario, y que cierta ex- de esas concesiones serían insignificantes y,
perimentación en condiciones de seguridad por el contrario, podrían representar medi-
puede ser conveniente para el desarrollo das de empoderamiento muy positivas para
adolescente, aun conllevando ciertos ries- favorecer el desarrollo de la capacidad para
gos. En este sentido, y teniendo en cuenta tomar decisiones y para el aprendizaje en la
el aumento de las conductas exploratorias asunción de responsabilidades.
y de búsqueda de sensaciones que tiene
lugar durante la adolescencia, es importante Referencias
proporcionar a chicos y chicas actividades
estimulantes carentes de las consecuencias Arnett, J. J. (1999). Adolescent Storm and
negativas de conductas como el consumo Stress, Reconsidered. American Psycho-
de drogas. Por ejemplo, hay una importante logist, 54, 317-326.
evidencia que indica que la actividad física Baird, A.A. y Fugelsang, J.A. (2004). The
y deportiva incrementa la liberación de emergence of consequential thought:
dopamina, y que la participación en este evidence from neuroscience. Philosophi-
tipo de actividades contribuye a reducir el cal Transactions of the Royal Society of
consumo de sustancias, lo que sugiere que el London, Series B: Biological Sciences,
deporte puede proporcionar algunos de los 359, 1797-1804.
efectos neurobiológicos que se derivan de Bechara, A., Damasio, H., y Damasio, A.R.
la implicación en conductas de asunción de (2000). Emotion, decision making and
riesgos (Romer y Hennessy, 2007). the orbitofrontal cortex. Cerebral Cortex,
Finalmente, queremos terminar hacien- 10, 295-307.
do referencia a un aspecto que puede resultar Bechara, A, Damasio, H. y Damasio, A.
preocupante, como es la posibilidad de que (2003). The role of the amygdala in de-
estos datos neuropsicológicos contribuyan cision-making In The Amygdala in Brain
a incrementar la imagen del adolescente Function: Basic and Clinical Approaches.

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