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• Tal vez otros padres busquen en el psicólogo a un cómplice que les corrobore
que el niño está mal y que no tiene remedio, a veces incluso prefieren descubrir
que existe un problema orgánico que explica el problema y que se resuelve con
medicación.
• Mientras que existen los progenitores que buscan que alguien se haga cargo del
problema del niño, que lo vea dos o tres veces por semana, pero sin que ellos
tengan que participar
MOTIVO DE
CONSULTA
• En muchas ocasiones, los padres van angustiados o reticentes pues temen
descubrir que la falla no es del niño sino de ellos mismos, lo que los lleva a
presentarse con una transferencia negativa que en realidad se establece desde
antes de conocer al psicólogo, y que va desde el temor hasta el franco rechazo.
• Tal vez otros padres busquen en el psicólogo a un cómplice que les corrobore
que el niño está mal y que no tiene remedio, a veces incluso prefieren descubrir
que existe un problema orgánico que explica el problema y que se resuelve con
medicación.
• Mientras que existen los progenitores que buscan que alguien se haga cargo del
problema del niño, que lo vea dos o tres veces por semana, pero sin que ellos
tengan que participar
DEBO TENER EN CUENTA LO ANTERIOR, YA QUE DE LO
CONTRARIO LA CONTRATRANSFERENCIA PUEDE
PROVOCAR QUE EL PSICÓLOGO, SIN DARSE CUENTA, SE
CONVIERTA EN CÓMPLICE DE LOS PADRES; LO QUE NO
SÓLO NO LIBERARÁ AL NIÑO DE SUS SÍNTOMAS , SINO
QUE QUIZÁS AUMENTE SU CONFLICTO PSICOLÓGICO, AL
CONVERTIRLO EN DEPOSITARIO DE LO NEGATIVO QUE
LOS PADRES NO RECONOCEN EN SÍ MISMOS.
Otros motivos:
berriches, miedos,
intranquilidad,
inseguridad……
Otras veces, los padres desconocen las características del desarrollo y
pueden tomar como síntoma algo que es normal, como por ejemplo,
que el niño se chupe el dedo, que sea algo agresivo o impulsivo, que
raye las paredes, que sea egoísta.
Cuando mama y/o papa asisten por algo que es esperado para la edad,
debemos cuidar la forma de abordarlo, de transmitir la información;
incluso en algunos casos resulta necesario realizar la evaluación,
mientras que en otros no, solo se informa a los padres.
INUPSI
Winnicott nos dice al respecto “...no me gusta hacer que
los padres crean
que en el análisis estriba su salvación. ... Me refiero a
que debe evitarse dar la impresión de que si, el
psicoanálisis curará al paciente, es decir, hará de él lo
que ustedes quieran, sin que ustedes tengan que hacer
ningún esfuerzo.” Winnicott3 (1957).
Freud plantea que el juego tiene una serie de funciones como son permitir la
manifestación de la renuncia a la satisfacción del instinto a través de éste, por
otro lado, el niño puede convertir un suceso desagradable en juego, porque así
tiene dominio sobre él, de igual manera, un suceso aterrador puede convertirse
en el contenido del juego.
Impasible Parece impasible, poco Haga las preguntas de manera lenta, sea
emocional o lento. impaciente, ayude al entrevistado a externar
los hechos, sea ingenioso y perseverante.
Demasiado Comunicativo Dice demasiado; da Estructure las respuestas de manera que limite
muchos rodeos o el espectro de las respuesta, regrese
respuestas muy largas. discretamente al entrevistado al tema.
Fuente: Adaptado de Donaghy (1984) y Zima (1983)
ENTEVISTA CON EL NIÑO EN CASOS ESPECIALES
Al entrevistar a niños se tiene que ser flexible y sistemáticos. Y mas en casos especiales
como pequeños con lesiones orgánicas o trastornos especifico como por ej. De
lenguaje.
Se debe también considerar casos de abuso sexual, maltrato y situaciones traumáticas
como el duelo.
Algunas de las reacciones de los niños frente al duelo o situaciones traumáticas son:
ansiedad, dificultades en el sueño, tristeza, enojo, acting-out, culpa, autoreproche,
problemas escolares y quejas somáticas.
En los casos en los que el niño ha pasado por una situación traumática como un
desastre o abuso sexual, es importante hacer una evaluación completa de éste y la
familia, así como un diagnóstico diferencial, pues puede tratarse de un cuadro de estrés
postraumático o una disociación de la personalidad.
Una técnica útil en la evaluación de situaciones especiales es contar cuentos, ya que se
le puede pedir al niño que cuente una historia sobre algo que directa o indirectamente
tenga que ver con la situación traumática.
En los casos de maltrato físico o de abuso sexual por parte de los padres, la
contratransferencia juega un papel muy importante, ya que estas situaciones pueden
despertar en el psicólogo deseos inconscientes de agresión, odio o rechazo hacia los
padres, lo cual no hace sino complicar la situación, pues un niño, aunque lo maltrate,
quiere a su padre y es el único que tiene.
A continuación, se presenta una entrevista (García H., 1992)
basada en sesiones de juego, para evaluar la pauta de apego
en un niño con trastorno de lenguaje.
Nombre: Angola
Edad: 4 años 10 meses
Escolaridad: Primero de preescolar
Edad del padre: 33 años
Edad de la madre: 30 años
Hermanos: Un hermano de 12 años
Fecha de las entrevistas:
Antecedentes
No existe una valoración neurológica, sin embargo, Angola cuenta con una
valoración
de neurodesarrollo en la que se dice que tiene un problema de alineación
corporal,
que no existe un desarrollo de los músculos antigravitatorios y presenta gran
tensión
en hombros, pelvis y columna.
La madre afirma que Angola no tiene miedos, sin embargo, hacia el final
de la entrevista dijo que la niña teme a los perros y a los ruidos intensos.
La madre explica que en su casa hay tres habitaciones, pero a veces
pareciera que sólo hay una.
Angola y su hermano duermen por temporadas juntos y luego
separados, generalmente es el hermano el que pide que los dejen
dormir juntos. Durante el fin de semana duerme toda la familia en el
mismo cuarto.
Cuando Angola se va dormir, mamá la acompaña, y le da pecho para
“tranquilizarla”
y que se duerma. Por lo regular se duerme después de las 11:00 pm.
La madre describe el entrenamiento de esfínteres como difícil.
Cuando Angola estaba con la abuela no había problema, la niña
avisaba para ambos esfínteres con anticipación, pero cuando estaba
con la madre no quería avisar. Finalmente, pasados los dos años
entendió, pero entonces comenzó con problemas de estreñimiento.
Según la madre, la niña no quería suspender su juego para ir al baño, lo
que le causaba estreñimiento. Resolvieron el problema motivándola a ir
al baño para darle gusto a papá y, si lo hacía, le podía dar la “buena
noticia” al padre cuando regresara del trabajo.
El lenguaje representó un problema desde el inicio. Al año y medio de edad
la niña sólo producía sonidos guturales. A los dos años seguía sin hablar, por lo
que buscaron ayuda pediátrica, pero el médico les dijo que el problema era
que Angola estaba muy consentida. A los tres años comenzó terapia de
lenguaje con una terapeuta particular. Tuvo avances, pero a los ocho meses
de iniciado el tratamiento, la terapeuta se fue de México.
A los cuatro años llegó a tratamiento a una institución donde se le realizó una
valoración (en ésta se diagnosticó el problema de alineación, como la causa
del problema de articulación) y comenzó con terapia, sin embargo
recientemente (después de ocho meses) se le volvió a cambiar de terapeuta,
con esta última ha establecido una mejor relación y, según la madre,
comienza a tener avances de nuevo. El padre no está tan convencido, dice
que él sigue sin entenderle nada, y según su opinión, Angola es
incapaz de “hilvanar ideas”.
La madre justifica a su hija explicando que es muy tímida, y que cada vez
que siente que se centran en el lenguaje, ya sea para celebrar porque dijo
algo o para tratar de que lo diga, la niña se queda callada.
En general, Angola casi no habla, sólo dice “dame” y “chichi”. La
madre dice que actualmente ya comienza a repetir diversas palabras,
pero el padre explica que esto no sucede cuando él está. Los dos
concuerdan en que entiende las órdenes y las ejecuta.
En lo referente al desarrollo psicomotor, los padres explican que la
pequeña se sentó a los seis meses, a los nueve dio sus primeros pasos, y
para el año y cuatro meses caminaba sola.
Angola nunca ha mostrado curiosidad acerca del origen de los bebés.
Hace
como un año trató de hacer pipí parada, entonces la madre le explicó
las diferencias sexuales entre ella y el primito, al que la niña había
observado, y la conducta desapareció.
A la edad de cuatro años entró a preescolar, lloró los primeros días y
luego empezó a asistir contenta. Pero un día como un mes después de
haber comenzado
a asistir, Angola le explicó a su mamá que la maestra le había pegado,
ésta lo negó, pero a partir de entonces la niña comenzó a llorar, según
la madre se ponía blanca del susto y vomitaba, además “si llora ella,
lloro yo” agregó la madre, por lo que a los tres días la sacaron de la
escuela. En la época de la entrevista estaba a un mes de reingresar a
otra escuela.
Comentan los padres que cuando Angola pasa enfrente de su primera escuela todavía
hace gestos, “como si se acordara de esa fea experiencia”. Los padres dicen que no
quieren forzar a su hija, que lo que vaya pudiendo hacer ya lo hará, ellos quieren que su
hija crezca feliz y sola vaya madurando.
La madre agrega que además, Angola “de alguna manera es diferente, su desarrollo no
puede ser igual al de todos los niños”, pero no explica más. Angola siempre ha sido una
niña saludable, por lo que nunca ha tenido que ser hospitalizada, tampoco ha sufrido
accidentes.
Los padres la describen como una niña de carácter firme, “cuando dice noes no”, pero
siempre obedece con tan sólo alzarle la voz. Generalmente después de esto los padres le
explican la situación y “ella entiende”. No es destructora ni berrinchuda.