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Tipo de documento: Resumen.

Título: La entrevista en salud mental infantojuvenil


Autores del texto: Ortiz, Duelo y Escribano
Autora del resumen: Thaimí Marcano
Revisado por: Centro de Estudiantes de Psicología 2018-2019.

ADVERTENCIA: El siguiente resumen NO sustituye de ninguna manera a la lectura original. Se puede usar este
resumen a modo de REFERENCIA, pero es importante que se revisen las lecturas originales y se lean
COMPLETAS.
Ortiz, Duelo y Escribano (2011).

La entrevista en salud mental infantojuvenil

Prevalencia de trastornos mentales en niños y adolescentes: del 5 al 22%. El 50% de las enfermedades
mentales de la población se inicia en la infancia o adolescencia.

Primer contacto con el paciente: suele hacerlo un profesional de Atención Primaria (AP) por lo que tiene
la responsabilidad de detectar trastornos precozmente y conocer:

1. Nivel de desarrollo psicoafectivo y cognitivo del niño: conocimiento de los aspectos básicos del
desarrollo y, en caso de alteraciones, determinar qué profesional debe intervenir.
2. Presencia de síntomas psicopatológicos: que requieran atención clínica.
3. Circunstancias del entorno familiar: que puedan favorecer o entorpecer el desarrollo.

Objetivo de la entrevista: determinar la existencia de psicopatología, establecer un diagnóstico y un plan


terapéutico individualizado. No obstante, la falta de información de salud mental infantojuvenil en los
programas de formación para médicos, ha contribuido la visión que tiene el pediatra de la patología infantil sea
muy reduccionista.

Consideraciones generales

1. La entrevista debe ser global y perseguir:


 Clarificar el motivo de consulta y la organización de la demanda.
 Conocer el desarrollo del niño y la gravedad de la problemática.
 Identificar los factores individuales, familiares y/o sociales que influyen o explican la problemática.
 Planificar una intervención terapéutica que valore las posibilidades de cambio del niño y su familia.
2. Debe diferenciarse a la del adulto, pues:
 Los niños son dependientes de los adultos y los cambios inherentes a su desarrollo son los principales
condicionantes.
 Es necesario recoger información con los padres y otros agentes: maestros, trabajadores sociales.
 Se debe obtener el consentimiento de los padres y asegurarles la confidencialidad de la información.
 La entrevista debe tomar en cuenta la edad del niño y su desarrollo madurativo.
3. Precisan varias entrevistas: recoge información de los padres, del niño y de la interacción entre ellos.
Considerar la entrevista con toda la familia. En caso de adolescentes, no excluirles de las primeras
entrevistas pues genera desconfianza.
4. La entrevista comprende una parte verbal y una parte de juego o dibujo, así como el uso de escalas, tests
estandarizados y pruebas proyectivas.
5. Se debe crear un clima que permita la comunicación tanto con el niño como con los padres (no perder la
neutralidad).
6. La valoración concluye con la entrevista de devolución una vez finalizada la exploración completa del niño y
su entorno.
7. A la hora de formular un diagnóstico, hay que tener presente la función “evolutiva” de ciertos síntomas
(Ejemplo: enuresis secundaria tras el nacimiento de un hermano). Es habitual los motivos de consulta
asociados a los síntomas del desarrollo normal (miedos, rabietas…).
8. La propia entrevista diagnóstica puede tener una función terapéutica (aclarar, apoyar, señalar, etc.).
9. Es fundamental velar por el cumplimiento de los principios éticos: confidencialidad, consentimiento,
reducción del uso de etiquetas diagnósticas y evitar procedimientos invasivos.

Comorbilidad: la psicopatología que presenta el niño puede constituir uno o más trastornos de los incluidos en
los manuales de clasificación de trastornos psiquiátricos o pueden encuadrarse en la categoría de “Otros
problemas que pueden ser objeto de atención clínica”. Aunque también puede pasar que no seamos capaces de
“traducir” lo observado en una etiqueta diagnóstica.

Hay que tener en cuenta que los manuales tienen poco en cuenta las variaciones evolutivas en la expresión
sintomática, y con frecuencia resultan sistemas rígidos y reduccionistas. Actualmente no existe consenso sobre
qué trastornos existen en los niños, especialmente para menores de 6 años (Ejemplo: depresiones infantiles). La
formulación diagnóstica debe individualizarse: identificar posibles causas, factores predisponentes y
precipitantes.

Entrevista con los padres

1. Conocer el motivo de consulta, la organización de la demanda y expectativas.


2. Obtener datos sobre la problemática, su impacto y recabar información sobre antecedentes personales.
3. Valorar los factores del entorno: variables parentales, familiares (crianza, características familiares) y
ambientales (contexto sociocultural).
4. Conocer los antecedentes médicos y psiquiátricos relevantes.

Importante: que acudan ambos padres a la entrevista.

Motivo de consulta, organización de la demanda y expectativas

El origen de la demanda generalmente parte de adultos: padres, maestros, etc., y no es frecuente que
se formule desde una necesidad o sufrimiento del niño sino suele ser la expresión del deseo del adulto.

Las demandas de los padres podrían clasificarse según su elaboración en:

 Demandas mágicas: cuando predomina la falta de implicación y la idealización. En mayor o en menor


grado, existe en todos los padres la expectativa mágica que lo arreglaremos todo sin que les suponga un
esfuerzo. El primer objetivo a perseguir es que los padres adquieran la disposición para entender las
necesidades de su hijo, que puedan cuestionarse determinadas actitudes de crianza y comiencen a asistir
por interés propio.
 Demandas terapéuticas: cuando las expectativas son más realistas y los padres son capaces de
plantearse un punto de vista nuevo.

Creencias y actitudes: nos interesa conocer la percepción de gravedad y la sensación de control sobre los
síntomas, pues en función de esto, los padres pueden adoptar una actitud minimizadora o maximizadora de la
problemática.

Expectativas: desde el principio, es importante ajustar las expectativas a la realidad informando a los padres
sobre las posibilidades y exponiendo lo esencial de nuestro trabajo. Transmitir que el clínico no es un experto
“todopoderoso”.

Motivación al cambio: hay que adaptar la evaluación a las características de los padres, en función de su
nivel de comprensión, su motivación al cambio, etc. Hay que adoptar una posición de colaboración más que de
superioridad, usar un lenguaje comprensible y evitar realizar comentarios que puedan generarles sentimientos
de culpabilidad.

Problemática del niño y su impacto

Durante la entrevista con los padres se recoge información sobre:

 Antecedentes médicos y psiquiátricos/psicológicos.


 Desarrollo psicomotor, del lenguaje y afectivo.
 Respuesta a las separaciones.
 Adaptación y rendimiento escolar.
 Relaciones con el entorno.
 Afectividad, carácter y conducta del niño.
 Significado emocional de los padres ante cada etapa del desarrollo (esperanzas, temores,
expectativas).
 Impacto del problema en el ámbito socio-familiar.

El objetivo es comprender el significado y la función del síntoma en relación a factores del niño y del
ambiente que podrían estar influyendo.

Respecto a la sintomatología, recoger datos sobre:

o Inicio.
o Circunstancias desencadenantes.
o Respuesta a tratamientos previos.
o Cambios percibidos en el desarrollo.
o Frecuencia, intensidad, duración.
o Intervalos de tiempo sin síntomas.
o Circunstancias que los mejoran o los agravan.
o Actitud de los padres, hermanos y otros miembros de su entorno ante los síntomas.
o Interferencia en las actividades del paciente (escuela, ocio, relaciones…).

Factores del entorno

Se debe obtener información sobre:

 Las características de los estadios precoces del desarrollo: nivel de estimulación, modelos de respuesta
conductual del entorno, tipo de apego, nivel de estrés.
 Parentalidad: la función de “ser padres”, adaptándose a las necesidades y transiciones del niño en
desarrollo. Los padres realizan inevitablemente proyecciones psíquicas sobre los hijos (expectativas,
miedos, deseos y fantasías) despertadas por el niño (su aspecto, temperamento…). Proyecciones tanto
empáticas como conflictivas (investigar la biografía de los padres, vivencias traumáticas).
 Dinámica familiar: algunas veces existen dinámicas disfuncionales que pueden ser difíciles de modificar
como actitudes sobreprotectoras, ausencia de límites generacionales, secretos familiares o
parentificación, separación de los padres, migraciones, marginalidad, nivel de estrés.
 Entorno socio-escolar.

Entrevistas con el niño

Las entrevistas con el niño hay que realizarlas, siempre que sea posible, a solas con el niño ya que
proporcionan información fundamental sobre:

 Grado de sufrimiento.
 Síntomas psicológicos que no son accesibles a la observación: pensamientos suicidas, ideación obsesiva,
alucinaciones.
 La respuesta a la separación de los padres en niños pequeños: si es muy intensa la ansiedad, trabajar con
los padres.
 Experiencias de maltrato.

Se recomienda:

 Realizar más de una sesión de entrevista con el niño.


 Tener en cuenta: la labilidad y propensión a la regresión cuando los niños están cansados, enfermos o
ante situaciones desconocidas.
 Tener empatía, flexibilidad.
 Tiempo operativo: 45 minutos incluido el juego.
 Comunicación: tener en cuenta la edad y nivel madurativo.
 Formas de expresión sencilla, evitar peguntas cerradas o concretas.
 Validez: los niños más pequeños tienden a dar respuestas socialmente deseables (son muy
sugestionables) y a negar sentimientos de malestar psicológico (dolor, pérdida, sentimientos de
insuficiencia, tristeza). La fiabilidad de la información aumenta con la edad.
 Observar la comunicación no verbal del niño y estar atentos a nuestros propios gestos.

En la entrevista:

 Presentarnos.
 Preguntarle qué sabe del motivo de consulta
 Qué piensa del objetivo de la evaluación.
 Aclarar conceptos erróneos y completar la comprensión del propio examinador en cuanto al motivo de
consulta.
 Explicarle qué sabemos de él a través de otros informantes.
 Informarle sobre el encuadre: número de entrevistas, contenido y duración.
 Darle nuestra opinión de lo que ocurre e informarle que trataremos de colaborar para que se sienta
mejor.
 Recordarle la confidencialidad.

Fases de la entrevista

1. Evaluación de las principales áreas de funcionamiento

Explorar las áreas significativas de la vida cotidiana del niño, en el pasado y momento actual:

 Escolaridad.
 Relaciones intra y extrafamiliares.
 Intereses.
 Actividades de ocio.
 Fantasías y tremores.
 Características de personalidad: habilidades, tolerancia a la frustración, concepto de sí mismo, mecanismos
de defensa.

2. Evaluación del desarrollo psicoafectivo y valoración psicopatológica

Considerar la edad, el sexo y su nivel de desarrollo teniendo en cuenta patrones normativos y culturales. En el
examen mental, se evalúa:

a. Apariencia física y nivel madurativo en relación con la edad.


b. Contacto y modos de vinculación con los padres y el examinador, respuesta a la separación.
c. Conciencia y orientación en tiempo, lugar y personas.
d. Afecto y estado de ánimo.
e. Pensamiento: forma y contenido.
f. Sensopercepción.
g. Atención, memoria y concentración.
h. Lenguaje y comunicación.
i. Nivel cognitivo: idea aproximada en la entrevista a partir de respuestas verbales, dibujos, juegos, etc.
j. Conductas motoras: nivel de actividad, coordinación, signos neurológicos, dominancia lateral, tics o
estereotipias.
k. Carácter: patrón de comportamiento característico de un individuo (a nivel afectivo y comportamental).
l. Comportamiento: conducta del niño en general y ante estímulos determinados.
m. Conciencia/juicio moral.
Se evaluará los síntomas en relación con los diagnósticos de diversos trastornos: grado de organización
del síntoma, si es producto de una conflictiva interna estructurada o si es reactivo y permeable a la acción del
entorno, determinar frecuencia e intensidad de la problemática.

Recordar: los síntomas afectivos y de ansiedad se manifiestan a través de trastornos funcionales


(alteración del sueño, alimentación…), somatizaciones o trastornos conductuales.

Si el niño es algo más grande, se pueden usar técnicas de observación, tests gráficos y el juego. Si es muy
pequeño, el juego tiene un valor fundamental.

Juego: proporciona información sobre el estado mental, intereses, percepciones, capacidad de regular
afectos e impulsos, habilidades cognitivas (si el juego es simbólico).

Dibujo: para evaluar aspectos cognitivos y emocionales. El contenido puede ser libre o con una demanda
especifica (HTP, Test del dibujo de la familia).

Es importante estar atento a los sentimientos que le genera el niño para poder manejarlos
adecuadamente y porque además proporciona información sobre los propios sentimientos del niño.

Entrevista de devolución

Debe realizarse siempre. Si no se informa a los padres del resultado de la evaluación se puede
incrementar en ellos la fantasía de enfermedad grave, incurable e irreparable. La ausencia de información puede
propiciar desembarazarse de la situación “aquí no pasa nada, no hay de qué preocuparse”. Además, los padres
son los responsables de que se realice un tratamiento.

Los padres pueden resistirse a la entrevista de devolución. Esta actitud es un indicador de la ansiedad que
sienten ante la posibilidad de sentirse “juzgados o evaluados” por el terapeuta.

En la entrevista de devolución, además de realizar un diagnóstico, se debe elaborar una hipótesis


explicativa y una indicación terapéutica, que se transmitirá a los padres y al niño.

La devolución que se hace al niño nos permite evaluar la posibilidad de evaluar el interés que le suscita
conocer aspectos de sí mismo. Además, convertirá el síntoma en algo que no llega a ser tan grave como para que
no se pueda hablar.

Objetivos de la entrevista de devolución:

1. Compartir las observaciones clínicas que conducen al diagnóstico.


2. Explicar con mayor profundidad los sentimientos y percepciones del niño y de los padres.
3. Analizar las recomendaciones clínicas para lograr un plan útil para el niño y su familia.

Es importante subrayar durante la entrevista de devolución, cómo el niño ve y siente el mundo (a los
papás), y que éstos comprendan que lo que “no va bien” con su hijo no es simplemente la manifestación de una
conducta desadaptativa sino que estas conductas están muy relacionadas con las emociones y pensamientos del
niño. Hay que evitar que los padres se sientan culpables, resaltando también los aspectos positivos tanto de la
crianza como de los observados en el niño. NO atribuir completamente los problemas del niño a la genética o el
carácter.

Hay que dar suficiente tiempo y oportunidad a los padres y al niño para que comenten las impresiones y
recomendaciones del clínico; y a la hora de indicar una intervención, hay que dirigirse de forma preferente a las
causas que puedan modificarse fácilmente.

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