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PROFESOR:
Cristología
ALUMNO:
I de Teología
Para comprender a Jesús es necesario que desafiemos a manera de análisis los documentos
literarios que hablan de él: los evangelios. Este método pretende aclarar el sentido original
del texto, evitando toda aquella interpretación personal y anterior a ella. La diferencia entre
sentido del texto y la manera propia de ver, establece un elemento fundamental para
interpretar de forma certera el mensaje de Jesús.
Este método exige reconocer el mensaje de aquel tiempo pasado, a distar en el análisis del
presente y debatir a partir de lo que se pueda analizar y sustraer del texto.
Este tipo de estudios ha revelado que los evangelios son la consecuencia obtenida por un
desarrollo introspectivo, difusión y evangelización hecha por los discípulos sobre Jesús.
Podríamos aventurarnos a manifestar la concreción de la dogmática de la Iglesia primitiva.
Por medio de este método es más fácil sacar a luz trozos de un texto o perícopa evangélica,
modos de pensar e influjos dados en la tradición, y bajo qué aspecto teológico fueron
escritos.
No podemos encontrar mucho sobre Jesús histórico en los evangelios; pero sí con su
relación de fe en referencia a los primeros cristianos, que interiorizaban las palabras de
cristo y las contraponían con situaciones de su medio.
La exégesis crítica ha venido dando cabida a diferentes métodos para estudiar los textos
evangélicos:
Debemos tener un acercamiento a esa realidad, sólo así se puede tener una interpretación;
de la cual sobresalen dos vertientes una es la precomprensión, que tiene apertura a la
recepción del mensaje que el objeto envía; en cambio el preconcepto, se conduce
específicamente al objeto con una idea ya establecida. Juzga al objeto, pero o se deja juzgar
por él.
Este compromiso recíproco entre sujeto y objeto es llamado por Schleiermacher, como
círculo hermenéutico. Esto va encaminado a que, si puntualizamos una concepción de
Jesús, estamos de cierto modo, dando una descripción de nosotros mismos. Manifestando
entonces que a Jesús le podemos conocer a través de la Iglesia y no sólo por textos
estudiados.
Incluso en un ambiente meramente ateo, podríamos creer en Cristo y afianzarnos en él, por
el sólo hecho de pertenecer a nuestra civilización. Por tanto, es una responsabilidad que
tiene la misma cultura e Iglesias en no obstaculizar el camino hacia Cristo.
Cristo no vino a establecer una doctrina autoritaria, sino más bien nos mostró una manera
de vivir plenamente en el amor, aplicable para cada situación, cultura y comunidad. Por eso
es importante saber reconocer el mensaje del hombre y el de Dios.
La hermenéutica histórico-salvífica, se refiere a que desde la obra creadora de Dios
podemos comunicarnos con él, llamada: gracia. Es por eso que no todos podemos captar
ese verdadero mensaje que Dios nos da en lo cotidiano; propiciando la no respuesta. Las
religiones tienen esta función lógica de propuesta y respuesta.
La identidad juega un papel muy importante, ya que esta la podemos conservar; nos ayuda
a expresar lo mismo, pero desde nosotros mismos (testimonio-coherencia). Así la
interpretación de los textos no debe ser definitiva, sino ver una oportunidad de enriquecer la
comprensión del mismo desde otra interpretación.
En Jesús, podemos ver todo reflejado, es decir, lo mostrado por él, nos vislumbra la manera
de nuestro actuar en el mundo; es así que, visto de esa forma, nos propicia el lazo con la
hermenéutica religiosa, de la historia del mundo y de los hombres.