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Apuntes de Unidad 1 Métodos Exegéticos

Pbro. Carlos Forcato

1.1. Introducción a la exégesis bíblica

La Biblia muchas veces es usada para decir lo que se quiere. Fue y puede seguir siendo el
problema de los Dicta probantia. Por eso es necesaria la exégesis y la hermenéutica. La palabra
“exégesis” viene del griego ex – egeomai (sacar fuera). Jesús es el “exégeta” del Padre (Jn. 1,
18/Lc. 24,35). Se trata de “desentrañar” idiomas, creencias, experiencias, conocimientos,
sentimientos, contextos, etc.
En esta materia nos centraremos en el método que utiliza la exégesis para una buena
interpretación de la Palabra de Dios. Hablamos de método exegético que precisamente nos habla
de un “camino” y no de un fin en sí mismo. 1 La finalidad será comunicar esta palabra, conocerla
mejor, interpretarla mejor, aprender a orarla con más profundidad. Los métodos exegéticos ven
a la Biblia como un documento histórico, por eso hay que cuidar que no sea sólo un fin sino un
medio y caminar hacia una interpretación teológica. Podríamos preguntarnos: ¿Por qué “método
exegético” y no “métodos exegéticos”? Optamos por el primero porque consideramos que cada
paso del proceso de interpretación es el método. Otros consideran cada paso del proceso un
método propio.
Entendemos por método exegético el conjunto de herramientas para comprender un texto
con la mayor claridad posible de elementos. Es como leer una carta o un artículo y descubrir lo
que se lee “entrelíneas”.2 Los métodos exegéticos se diferencian de los “acercamientos”. Éstos se
refieren a una búsqueda orientada según un punto de vista particular. Se miran los resultados que
arrojó el proceso desde un enfoque o mirada (ej: feminista, liberacionista, etc.).
Decía el exegeta Ugo Vanni SJ que la exégesis se encuentra entre dos polos, que hacen
sentir su presión. El primer polo es la teología. La función de la escritura como ‘alma de toda la
teología’ pasa a través de la exégesis. El segundo polo es la praxis por el mismo dinamismo
‘endogeno’ de la palabra de Dios que tiende a alcanzar la existencia concreta que está hecha de
mecanismos culturales, de instancias personales y colectivas y situaciones históricas siempre
nuevas. Por eso le dice a ese hombre concreto lo que la Palabra tiene preparada para su hoy.3

1
Los límites de la interpretación portan en sí mismo el remedio de la propia muerte que son la exageración, la
radicalización, el subjetivismo, etc. Sino el texto se convierte en un texto “prestado”, porque un texto donde no se
analiza el contexto es un texto prestado ¿No será que Gadamer cuando habla de la “fusión de horizontes” ayuda a
que el texto y su contexto no queden esclerotizados en el pasado? Cfr. E. RASCO S.J., La «parola vivente»: dallo
studio alla vita en Gregorianum 73/4, Roma, 1992, 693-694.
2
Cfr. Ap. 3,14 (Esmirna y Laodicea sentido de las palabras joánicas); Gal. 4,21ss; Gn. 2, 3ss.; Lc. 2, 1-7
(nacimiento de Jesús: primogénito, el caso de Belén, David era pastor y nació en Belén y a adorar al niño vienen
pastores); Mc. 6,35: “¿amar sin esperar nada a cambio?” o “¿Amar sin desesperar?”
3
Cfr. Gregorianum 73/4, Roma, 1992, 593-594. Dice E. RASCO S.J.: “oggi l’ essegeta é sempre piú consapevole
che il testo nel suo lungo andaré va arrichendo, accrescendo, rinovando il suo senso, sa che la comunitá che lo
conserva, lo trasmette, lo legge per vivere en un locus hermeneuticus della sua comprensione”. Usa una hermosa
imagen tomada de Sandra Schneider: “É da tempo che l’essegeta non si accontenta nel suo lavoro, di aprire una
“finestra” verso il passato storico del testo, o verso il sitz im leben della comunitá che lo compose, ma lo vede pure
come uno “specchio” dove riflettersi e quindi riflettere” (imagen parecida a la de S. Ignacio de Loyola), 694. Cfr.
también DV 24-25.
1.2. Breve historia de la hermenéutica bíblica. El Magisterio de la Iglesia sobre la
hermenéutica bíblica

Recorreremos el camino de una breve historia de la hermenéutica bíblica.4


Se atribuye la existencia de la hermenéutica moderna a Fiedrich Schleiermacher (1768-
1834), pero la hermenéutica como arte y ciencia de la interpretación de la Palabra es tan antigua
como la misma Biblia. La misma historia de la formación literaria de muchos libros o complejos
literarios del Antiguo Testamento demuestra que la literatura bíblica se ha desarrollado mediante
la aportación de reinterpretaciones. Por ejemplo: El Eclesiástico es una reflexión existencial
sobre temas antiguos y textos de relativo valor para el momento (cfr. Eclo. 44ss). Además,
contiene pasajes “oscuros” que en la misma Palabra presentan dificultades (cfr. Dn. 9,2-4. 20-
23).
El judaísmo se percató de la necesidad de una interpretación oficial de la Escritura. Así
nació el Midrash (búsqueda, del verbo darash: buscar), se trata de una actualización de los
textos antiguos. Hay un doble desarrollo del midrash: la halaka (camino o norma, de halak:
caminar) que explicaba las secciones legislativas de la Escritura con el fin de recavar de ella las
reglas de conducta moral, jurídica y ritual; y la haggada (narraciones, de nagad: narrar), que
explicaba sobre todo las secciones históricas y proféticas de la Escritura, enriqueciéndolas con
motivos legendarios y siempre con una finalidad parenético-moral. Se extraía de los escritos
antiguos el alimento para la fe y la esperanza, para la edificación y la oración. El Talmud es un
ejemplo de tradición porque recoge las enseñanzas y discusiones sobre la Mishná (S. VI d.C.) El
Talmud es un libro más reflexivo y con mirada compasiva a partir de los textos del Antiguo
Testamento.
En el Nuevo Testamento encontramos a Jesús como un verdadero y definitivo “exegeta”
del Padre (cfr. Jn. 1,18: exegesato, “ha revelado”; cfr. Lc. 24,27). Jesús también al hablar con los
judíos utiliza sus mismas técnicas exegéticas (ej: Mt. 19,6 nueva halaka de Gn. 2,24; Mt. 22, 23-
32 nueva haggada de Ex. 3,6). Felipe se convierte en “exégeta” del Eunuco (Cfr. Hch. 8,30-35).
La Iglesia apostólica se halla dominada por el acontecimiento Jesucristo, como nuevo principio
hermenéutico. Cuando los Apóstoles y escritores del Nuevo Testamento toman en sus manos el
Antiguo Testamento leen en él a Cristo y la realidad cristiana con la luz de la inteligencia de la
resurrección. Para ellos Cristo es el arquetipo del Antiguo Testamento (typos; hypodeigma:
modelo; anti-typos: figuras; skia: sombra; Cfr. 1 Cor. 10,6-11, Rom. 5,14, 1 Pe 3,21).
En la época de los Padres de la Iglesia, la primer gran reflexión sobre el tema de la
interpretación se le atribuye a Orígenes. Con la edición de su Hexaplas (6 columnas: hebreo,
hebreo con caracteres griegos, LXX, versión Aquila, Símaco, Teodoción). La alegoría de Filón
llega a ser en Orígenes y en la escuela alejandrina el instrumento hermenéutico que permite sacar
a la luz la presencia de Cristo y su misterio encerrados en la Biblia. Se asientan las premisas
sistemáticas del doble sentido de la escritura, literal y espiritual (escuela antioquena y
alejandrina).
En la Edad media, en el contexto global de la Sagrada Escritura el intérprete distingue
ante todo una historia, en la cual se oculta el misterio de Cristo, también una doctrina capaz de
regular la vida cristiana y la que se refiere a las realidades celestes y escatológicas. De allí los
cuatro sentidos de la Escritura, propios de la edad medieval con el famoso dístico de Agustín de
Dacia (1282): “Littera gesta docet, quid credas allegoria, moralis quod agas, quo tendas
4
Resumen del libro de V. MANUCCI, La Biblia como Palabra de Dios, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1985, 259-
332.
anagogía”. Se da en este tiempo la división entre una lectura “monástica” de la Escritura y una
lectura “escolástica”.
En la Edad moderna nos encontramos con la forma de interpretar propia de la reforma
protestante y la propia del Concilio de Trento. El principio luterano de la sola scriptura no
significaba solamente el rechazo de toda regla de fe y de interpretación exterior a la Escritura
sino que implicaba la posibilidad para la Escritura de revelar por sí misma su significado. 5 A lo
que Trento responde diciendo que la Iglesia y la Tradición son el lugar 3donde se conserva y
desarrolla la Palabra de Dios.6 Más allá de esta disputa, la modernidad es testigo del siglo del
Renacimiento donde los clásicos antiguos, entre ellos Biblia, son objeto de estudio, de métodos y
análisis literarios más objetivos y críticos que sirvió de base para la crítica moderna del siglo
XIX. Los textos no se leen ya a la manera de los padres y de los medievales sino buscando el
sentido original antiguo y al margen de la fe.
En la época contemporánea, la Dei Filius del Concilio Vaticano I (1870) hace alusión a la
problemática7 y ofrece los principios generales del Concilio de Trento. Será la encíclica
Providentissimus Deus (1893) de León XIII, que sale al paso de la cuestión bíblica y abre la
renovación bíblica en el campo católico. Supuso un gran impulso en los estudios de la Sagrada
Escritura (como gran referente de esta época M. J. Lagrange) y en 1902 el mismo Papa funda la
Pontificia Comisión Bíblica con el objetivo de favorecer el progreso de los estudios bíblicos,
pero la crisis modernista que se inicia con el movimiento modernista (A. Loisy es señalado como
iniciador) y las condenas respectivas de Pío X (Lamentabili y Pascendi) en 1907 no favorecen al
clima de este progreso que la encíclica de Benedicto XV, Spiritus Paraclitus (1920) no logra
afianzar por estar todavía en guardia frente a los abusos de la teoría de los géneros literarios. Para
que se produzca un verdadero progreso en la exégesis y en la hermenéutica bíblica en el campo
católico habrá que esperar la Encíclica de Pío XII Divino Afflante Spiritu (1943)8 y la sesión
segunda del Concilio Vaticano II. Hay que decir que en la época moderna se da también una gran
trayectoria de crecimiento en la reflexión de la hermenéutica por parte de la filosofía y la
teología protestante (Schleiermacher, Heidegger, Gadamer, hermenéutica crítico-liberadora,
psicoanalítica, estructuralista, neopositivista, existencial, histórico-política).

5
Lutero decía alguna de estas frases: “La Escritura reina por sí misma y que no quede expuesta por mi espíritu o
por el de los demás, sino que sea entendida por sí misma y por su espíritu”… “yo no puedo soportar que se pongan
límites o formas de interpretar la Escritura, ya que la Palabra de Dios, que enseña toda libertad, no puede ni debe
quedar atrapada”.
6
El Concilio de Trento decía: “Para reprimir los ingenios demasiado engreídos, el sacrosanto concilio, declara
que nadie basándose en su propio conocimiento y argumentos de fe y propios modos de ver, se atreva a
interpretarla contra el sentido que siempre ha tenido y tiene dentro de la santa madre Iglesia, a la cual corresponde
juzgar el verdadero sentido y la interpretación de las Sagradas Escrituras, ni contra el unánime sentir de los
Padres, y así mismo tales interpretaciones no deberán ser jamás publicadas”
7
Decía: “Y la Sagrada Escritura mantenida al principio como la única fuente y único árbitro de la doctrina
cristiana, ha comenzado a ser considerada no ya como divina sino como una narración mítica. Ha surgido después
y se ha esparcido ampliamente en el mundo, la doctrina del racionalismo o del naturalismo. Dicha doctrina
contraria en todo al reino de la pura razón y naturaleza, como lo llaman, excluyendo a Cristo, único Señor nuestro
y Salvador, de la mente humana y de la vida y de las costumbres del pueblo”.
8
Se invita al exegeta a captar el sentido literal del texto invitándolo a recurrir a todos los recursos de la filología,
arqueología y ciencia histórica. También se lo invita a descubrir el sentido espiritual pero cuidando no presentar
como sentido genuino otros valores figurativos de las cosas. Se le pide que no pase por alto las nuevas aportaciones
de la investigación moderna para captar mejor lo que el escritor sagrado quiso decir y que se de una atención
particular a los géneros literarios. Anima a los exegetas a ser libres para intentar una sólida explicación que
concuerde con la doctrina de la Iglesia.
Tanto la Providentissimus Deus como la Divino Afflante Spiritu manifiestan la
preocupación por responder a los ataques contra la interpretación católica de la Biblia, pero la
primera se preocupa por protegerla de la ciencia racionalista y la segundas por defenderla del
espiritualismo que niega una interpretación científica. En los dos casos la reacción magisterial no
se limitó a una respuesta defensiva sino que fue al fondo de la cuestión: la fe en el misterio de la
encarnación.9
El Concilio Vaticano II se animó a formular un proyecto católico de hermenéutica
bíblica, especialmente en la DV 12, donde se proponen los grandes principios que deben presidir
la exégesis bíblica católica:
1. Necesidad de una investigación exegética serias: Esta necesidad no tiene relación con una
complacencia contemporánea sino con la naturaleza misma de la inspiración. Si es Dios
quien habla, se debe descubrir los que Dios ha querido comunicar.
2. Necesidad de la crítica literaria e histórica.
3. Principios de una hermenéutica teológica: a. leer e interpretar con el mismo espíritu con
que fue escrita;10 b. contenido y unidad de toda Escritura; c. Tradición viva de toda la
Iglesia (“T”radiciones: no “t”radiciones); d. la analogía de la fe.
Además asumió en distintas expresiones de toda la Dei Verbum el aporte de los grandes
filósofos del lenguaje (cfr. por ejemplo DV 2).
El documento La Interpretación de la Biblia en la Iglesia de la Pontifica Comisión
Bíblica es un fruto rico del proceso que generó el Concilio Vaticano II. Se encarga de pasar
revista de los métodos, enfoques y lecturas realizadas hoy en la exégesis. La exégesis católica no
tiene un método propio de interpretación, sino que aprovecha los actuales.

1.3. Métodos y acercamientos11

Los métodos que hoy se poseen para la exégesis del Nuevo Testamento componen una
rica gama en cuanto a la datación y en cuanto a las técnicas empleadas. Ningún método es
inocente, junto con las luces, tienen sus sombras. Por eso no se puede excluir ninguno, sería
renunciar a ayudas válidas para la interpretación del texto. Tampoco se puede tener fanatismo o
unilateralidad, menos un eclecticismo. Además, no siempre es posible la simultaneidad de los
métodos, ya que parten de principios diversos. Pero, en la debilidad de uno encontramos la
fuerza del otro.
Ateniéndonos por el momento a denominaciones genéricas, que incluyen en sí otras
múltiples facetas, se podría enumerar: método histórico-crítico, método redaccional, método
9
Cfr. Discurso de Juan Pablo II a la Pontificia Comisión Bíblica, Roma, 23 de Abril de 1993, 3-10. También aquí el
Papa Francisco dice algo importante en relación a la tarea de los exegetas. Valorando su tarea los previene de un
riesgo: “Los exegetas se deben mantener cerca de la predicación de la Palabra de Dios, ya sea dedicando parte de
su tiempo a este ministerio , ya sea relacionándose con quienes lo ejercen y ayudándoles con publicaciones de
exégesis pastoral. Evitarán, así, perderse en los caminos de una investigación científica abstracta, que los alejaría
del sentido verdadero de las Escrituras…” (11).
10
“Se la scriptura é accettata nella sua veritá di libro ispirato, sembra che non ci si possa limitare, per
comprenderla, ad uno studio solo histórico, lingüístico, letterario, strutturale. Si dovrá giungere la scoperta del suo
senso propriamente religioso ed espirituale che debe essere ricercato” B. COSTACURTA, Essegesi e lettura
credente della scrittura en Gregorianum 73/4, Roma, 1992, 740.
11
La mayor parte de información acerca de los métodos está tomada de J. CABA S.J., Métodos exegéticos en el
estudio actual del Nuevo Testamento, Gregorianum 73/4, Roma, 1992 pp. 611-669. La mayor parte de información
acerca de los acercamientos está tomada de PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en
la Iglesia, Roma, 1993, 67-95.
estructuralista, análisis de estructura literaria, análisis retórico, método midrásico o derásico.
Veremos los valores y límites de cada uno.

a. Método histórico-crítico:12

1. Datación: El racionalismo filosófico kantiano y el teológico de Schleiermacher,


tuvo un influjo en el estudio del Nuevo Testamento intentando descartar todo
aspecto sobrenatural. Frente a una tendencia de la época que mina la realidad de
Jesús y los evangelios con apreciación subjetiva (Reimarus: fraude de los
discípulos; Paulus: lo que hizo Jesús se puede explicar por medios naturales;
Strauss: vida de Jesús algo mitológico), se le quiere oponer un estudio crítico de
los evangelios y otros escritos del Nuevo Testamento. El fundador de la escuela
de Tubinga (Baur) influenciado por la filosofía hegeliana ofrece un esquema
(Pedro circuncisión: tesis de iglesia judaizante, Mateo recogería esta postura;
Pablo incircuncisión: antítesis de iglesia abierta a gentiles, Lucas recogería esta
postura; Marcos y Juan: síntesis de tendencias opuestas). Ante el subjetivismo de
una postura y la arbitrariedad de otra se quiere oponer un verdadero estudio de
textos acudiendo a las fuentes de donde dimanan.

2. Esencia: se inicia con la actitud crítica en el estudio de las fuentes 13 que da sus
primeros pasos con la teoría de las dos fuentes (1838 Weise y Wilke). Todo
arranca de dos fuentes, la de Marcos y las “logia” (colección de sentencias). Se
contribuyó a poner en primer plano este evangelio de Marcos considerado por la
tradición “sin orden”, “pedisequus et breviator de Mateo” diciendo que está al
comienzo de éste del de Lucas. El estudio de la historia en la formación del texto
es nota esencial de éste método (Kähler disoció al Jesús de la historia con el
Cristo de la fe ya que Wrede al hablar de la comunidad ideadora del secreto
mesiánico acentuó la ruptura entre la realidad de Jesús y la concepción de la
comunidad) ya que no bastó con el estudio crítico y frío de los textos sino captar
la historia de la formación de los relatos evangélicos a través de la vida misma de
la comunidad que les ha dado existencia mediante su propia fe. Nace así la
escuela “historia de las formas” como parte integrante del método histórico-
crítico: los evangelistas, más que autores, son compiladores de cuanto ofrece el
poder creador de la comunidad que, en acomodación a su sitz im leben dio forma
concreta a las diversas unidades literarias que componen los evangelios. Por ello
la labor del exegeta es la de introducirse en la vida misma del texto para captar el
ambiente vital que le dio existencia (los grandes iniciadores: Schmid, Dibelius y
Bultmann). Por eso se tiende a remontarse en el pasado del texto que analiza
prescindiendo del trabajo de redacción del evangelista

12
Cfr. También PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, Roma, 1993, 44-
54.
13
Esta actitud crítica también contribuyó a que se rechazara cada vez más la atribución a Moisés de la composición
del Pentateuco y desarrolló la hipótesis de los documentos que explican la redacción del mismo: Yavista, Elohísta,
Deuteronomista y Sacerdotal.
3. Valores de este método: Lagrange sale en defensa de este método. Por ejemplo:
entender el ambiente litúrgico contribuyó a subrayar el valor salvífico del agua
(Jn. 5,1-9). Cfr. Instructio de histórica evangeliorum veritate, DV 19.

4. Límites de este método: El uso a ultranza del método está dañado en un principio
base en que se apoya: el principio sociológico del poder creador de la comunidad.
Lo vicia el exagerar el poder creador de la comunidad. El uso moderado aun
estableciendo contacto con el Jesús histórico y manteniendo el influjo del
ambiente vital de la comunidad, el método vive vuelto hacia el pasado del texto,
por ello no es la fuente la que hace comprender el texto, sino que es el texto el que
articula la fuente. El mero recorrido del desarrollo histórico del uso y significado
de un término no agota sus valencias, aún siendo esto necesario, su comprensión
se ha de completar viendo el término inserto en el mismo universo lingüístico del
autor o escritor e iluminándolo con las aportaciones que le ofrece el conjunto del
contexto en que se encuentran. Además la vuelta al pasado propia de este método
separa al lector del presente, olvida la situación presente de incidencia del texto en
el lector actual. Ricoeur: “Todo esto tiene que hablar al que ahora se enfrenta con
el texto para recibir de él su mensaje”.

b. Método “historia de la redacción” (redaktionsgeschichte)

Acoge lo positivo del método histórico-crítico e intenta superar sus límites. Supone el
método histórico-crítico y construye sobre él. Pone muy de relieve lo que había quedado
relegado a la labor personal de los autores.

1. Datación: Luego de la segunda guerra mundial con la obra de tres autores:


Bornkamm que estudia Mateo, Conzelmann que estudia Lucas y Marxsen que se
dedica a Marcos. Mostrando el primero aquello de palabras y hechos, el segundo
aquello de la geografía “teológica” lucana de Galilea a Jerusalén y a los confines
y el tercero la anticipación de la muerte de Juan el Bautista que anticipa y
manifiesta la entrega de Jesús.

2. Esencia: Un estudio de la labor personal de los que escribieron los evangelios. La


actividad redaccional de ellos: seleccionar de lo mucho que les llegó,
presentaciones en forma de síntesis, desarrollo mirando la situación de cada una
de las iglesias. Muestra este método la unidad que da el autor del evangelio a las
piezas aisladas de lo que les llegó y el Sitz im leben de la comunidad creadora,
propósito y teología del autor.

3. Valores de este método: Ayuda a reconocer la interpretación que el autor ha


hecho de la tradición que le llegó. Pasa del autoindividualismo comunitario a la
atención personal sobre el autor, da el salto de la tradición previa a la elaboración
por escrito del material recibido con una finalidad concreta de signo teológico o
cristológico. No es ciertamente fácil distinguir entre composición y redacción,
aquella mira más a la disposición del material recibido de la tradición y ésta a los
cambios introducidos por el autor en el material, recibido de las fuentes y la
tradición, con una finalidad teológica.

4. Límites de éste método: Habría que ponerlos no tanto en lo que practica sino en lo
que omite: el dinamismo y vida del texto mismo una vez salido de su autor.

c. Método estructuralista14

Este método rompe con la diacronía (la historia del texto) para quedarse con la
sincronía (texto en sí). Supone como un correctivo a cierta obsesión histórica de la crítica bíblica.
Es un método extraño al campo de la exégesis bíblica y por ello se lo ha denominado método
“huésped”.

1. Datación: Nace en 1906 en el campo de la lingüística de manos del suizo F. de


Saussure quien distingue entre lengua y palabra. Para él la lengua es el
instrumento que lleva a la palabra. Por ello centra su atención en el lenguaje como
sistema y la relación. Lo importante es el sistema de correspondencias. Luego con
los años N. Trubeckoj y R. Jakobson le cambian el nombre de sistema por el de
“estructura”. Éste método fue aplicado luego a campos muy diversos
(psicoanálisis con Lacan, Marxismo con Althusser, historia con Foucault), entre
ellos la exégesis bíblica.

2. Esencia: Su referente en el campo de la exégesis es R. Barthes quien prefiere


hablar de “disposiciones operativas” y no tanto de “método”. El análisis está
regido por tres principios: a) Principio de formalización o de abstracción, que
significa que hay un lenguaje del relato que sobrepasa la frase misma, busca
formas y códices que establecen la relación; b) Principio de pertenencia, busca las
diferencias de sonidos de una lengua y en ellas las diferencias de sentido; c)
Principio de pluralidad, no se busca el sentido de un texto sino su “lugar
geométrico” abriendo muchas posibilidades del texto.

3. Valores de este método: Ayuda a reconocer que el texto obedece también a leyes
propias que no están sometidas a la sola historia de la composición del texto. Este
análisis funciona como un correctivo a una exégesis que se limita al aspecto
diacrónico.

4. Límites de éste método: Es un método muchas veces descuida el origen histórico


del texto, no considera las fuentes de donde dimanó, no atiende al medio vital de
la comunidad en que brotó, ni se preocupa por el autor que le dio unidad.
También pasa que el carácter formal del análisis eclipsa el mensaje que el texto
transmite.

d. Análisis de estructura literaria

14
Cfr. También PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, Roma, 1993, 44-
54.
Este método se centra en el análisis de la estructura de un texto, es la superación de
cuanto supone el método estructuralista antes expuesto. Su fundamento básico radica en la
técnica de composición literaria característica de los textos bíblicos.

1. Datación: El precursor fundamental se remonta a R. Lowth, a mitad del silo


XVIII, con su estudio sobre la poesía de los hebreos donde describe el paralelismo
y su triple clasificación: sinonímico, antitético y sintético o constructivo. Ya el
exegeta alemán J. A. Bengel había descubierto la existencia de estructuras
concéntricas o paralelismos diversos que convergen en un punto central, también
las figuras de “quiasmo directo e indirecto”. Pero, como fundador del análisis
literario se lo puede considerar a John Jebb en el siglo XIX fundándose en los
autores anteriores y sus obras.

2. Esencia: Mientras que el estructuralismo (supra) busca una estructura, fruto de un


sistema de funciones relacionales que regulan la meta-lingüística y meta-
gramática del lenguaje propio del relato, la estructura literaria es la unidad del
conjunto de frases que supone a su vez una unidad en las palabras que las
integran. Busca la estructura literaria que ofrece el texto mismo en organicidad de
términos que integran las frases que componen el conjunto y sabe armonizar la
atención del texto con la consideración de su historia. Al contenido del texto no se
llega si no es por el texto mismo.

3. Valores de este método: Objetiviza el texto marginando el riesgo de interpretación


subjetiva; más aún, al presentar el análisis de estructura literaria una visión de
conjunto y unitaria del texto, deja el peligro de parcialidad que se correría al ver
las partes aisladas en sí o dispersas en su historia previa.

4. Límites de éste método: La belleza de las formas literarias puede constituir un


riesgo de quedarse sólo en la fruición que ofrece el medio artístico, sin pasar a la
meta final de su contenido.

e. Método de denominación retórica15

La exégesis retórica quiere ser superación de métodos precedentes.

1. Datación: Es relativamente reciente en la doble tendencia de “crítica retórica” y


“análisis retórica” y encontramos como pioneros, entre otros, a autores como G.
Kennedy (crítica retórica) con la proyección de la retórica greco-romana sobre la
Biblia y la cultura cristiana y a Roland Meynet (análisis retórico) que identifica su
análisis retórico con el análisis de estructura literaria.

2. Esencia: a) Crítica retórica: No se la puede confundir con el estudio del estilo sino
como aquella cualidad del discurso por la que el orador o escritor elige y dispone
el material que presenta para conseguir lo que se propone y atiende también a
15
Cfr. También PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, Roma, 1993, 63-
67.
cómo puede ser percibido el texto por el oyente o lector. Quiere ser con esto un
post-estructuralismo que se centra en lo sincrónico superando el ámbito de la
lingüística. Parte de los principios fundamentales de la retórica clásica tal como
han sido presentados por sus mejores representantes. b) Análisis retórico: Se
centra en la ordenación o disposición que presentan las diversas partes o unidades
para formar el conjunto. La metodología coincide por la empleado por el análisis
de estructura literaria aunque los nombres son diversos. Las relaciones se reducen
a dos, las de identidad y las de oposición (proposiciones, conjunciones, artículos,
etc) a nivel del conjunto del discurso.

3. Valores de este método: Es positivo el modo de tratar el texto, ya que no queda


reducido a una producción meramente estilística, aunque también se valoren sus
notas de estilo y no se lo relega como algo a-temporal. La apreciación que se tiene
del autor del texto, estimula su uso, de este modo, mira también al lector con ojos
nuevos, no lo considera ya en actitud meramente receptiva y pasiva.

4. Límites de éste método: Puede reducir el texto al influjo de una cierta cultura
retórica contemporánea al mismo sin interesarse por el influjo de fuerzas mayores
también. Querer verlo todo bajo la óptica de la retórica clásica corre el riesgo de
forzar muchas veces el texto y no acudir al clima propio de la literatura hebrea de
donde parte principalmente el texto. El análisis retórico corre el mismo peligro del
análisis de estructura literaria quedándose en la belleza objetiva del texto.

f. Método midrásico o derásico

1. Datación: Aunque se presente al último es el método más antiguo de todos


porque se remonta al Antiguo Testamento y a la contemporaneidad de la
composición del Nuevo Testamento (es el método que explicamos en la breve
historia de la hermenéutica bíblica cuando hablamos de la época antigua).

2. Esencia: No se puede confundir con una simple iluminación del Nuevo


Testamento por escritos del judaísmo en la época intertestamentaria, sino que
significa más bien la forma específica con que el Nuevo Testamento hace recurso
a la Escritura, al igual que en el judaísmo intertestamentario se utilizaba también
la misma forma de hacer recurso a la Escritura. Tampoco tiene que ver con busca
el sentido cristiano del Antiguo Testamento, sino en buscar qué sentido y alcance
tienen los pasajes del Nuevo Testamento en que se utiliza un texto, una alusión o
referencia global del Antiguo Testamento, y qué procedimientos y técnicas se
emplean. Se supone aquí que los autores del Nuevo Testamento, y en modo
particular Pablo, estaban preparados para usar las técnicas de interpretación de la
Escritura, propias del método rabínico, pero para estos autores el acontecimiento
Cristo ocupa el centro de atención y no el texto simplemente.

3. Valores de este método: Es valioso que no excluye otros métodos sino que los
supone, admite y complementa. Éste método puede ayudar a que los textos
neotestamentarios adquieran su propia dimensión a través de una interpretación
nueva y justa de los textos veterotestamentarios. Así ayuda no sólo a salvar la
primariedad del hecho sino que tiende a dar especial relieve a la función
interpretativa que posee el Antiguo Testamento. La esperanza de futuro en la
aplicación del método derásico se funda en estar basado en la psicología propia
del pueblo de la Biblia, esto contribuye a no atribuir al texto bíblico
denominaciones y presupuestos que le son ajenos.

4. Límites de éste método: Su empleo como método es muy reciente y tiene los
límites que le impone su temprana edad. Además la misma orientación del
método, vuelto a las raíces del texto, le impide ser la solución de todas las
dificultades y la suplantación de los demás métodos.

Hasta aquí hemos trabajado los distintos métodos, nos resta trabajar los distintos acercamientos.
Los mismos los estudiaremos desde el Documento sobre la Interpretación de la Biblia en la
Iglesia de la Pontificia Comisión Bíblica, pp. 67-95.

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