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Cuando leemos en voz alta debemos dirigir nuestra atención hacia los niños,
haciendo énfasis en las rimas o en los diálogos.
Utilizar lecturas con rimas ayuda a que los niños sean cada vez más
conscientes de la riqueza fonética que posee cada palabra.
En este caso podremos pedirle al niño que seleccione las palabras del relato que
posean rimas. Esto lo podemos hacer tras la repetición de las palabras. De
hecho preguntar abiertamente puede ser una de las estrategias: ¿Has oído qué
palabras tienen rima en esta frase?
También puede ser de utilidad mencionar las palabras para que ellos puedan
comprender cuáles de estas poseen rima y cuáles no. Por ejemplo: “Perro, tero,
vaca, taza, gato, pato”.
✅ Acompañar el ritmo
Cada palabra tiene una entonación diferente. Podemos ayudarles a los niños si
les indicamos cómo se separan las palabras en sílabas.
Para ello también podemos pedirles que golpeen con sus manos en
la separación de cada sílaba y, al llegar a la acentuación, podemos pedirles
que zapateen. De este modo ellos no sólo comprenderán a corta edad la
separación de las sílabas (que por supuesto verán en detalle años más tarde)
sino que además reconocerán la entonación y el acento (escrito o no) de cada
palabra.
Se puede utilizar un calcetín que “coma palabras que suenen iguales entre
ellas”. Luego se colocan diferentes palabras recortadas de revistas o periódicos
sobre la mesa y se le pide al niño que le “dé de comer al
gusano (calcetín) aquellas palabras que suenen de la misma forma”.
¡Vamos de pesca!
Dinámica del juego: El juego consiste en brindarle a cada niño una caña de
pescar. Si son muchos niños y solo se tiene una caña o dos, se pueden hacer
grupos.
Se esparcen los peces por todo el suelo. A continuación, se les dice a los niños:
“Imaginemos que este es un gran estanque de agua con muchos peces.
Debemos pescar todos los peces que podamos en un minuto, pero sin caernos
al agua. Luego los peces se colocarán dentro de la bolsa.