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1. Juegos de representación
Según las especialistas, armar puzzles o legos no estimula el lenguaje en forma particular. Se
está con el niño, pero cada uno armando su parte. Sin embargo, si se le agrega una
representación, es decir se recrea una situación, se desarrolla el habla. Si con los legos se armó
una casa, se le pueden agregar animales o pequeñas personas que dialoguen entre ellos. Con
estos diálogos se aprovecha que a esta edad los niños juegan en voz alta.
2. Juegos de rol
Jugar al vendedor, al doctor o a la profesora aprovecha la conversación constante entre los
personajes y ayuda a estimular el lenguaje. Además, se adopta una postura al comunicarse, hay
que comportarse como doctor y como tal hay que hablar.
3. Replicar palabras
Las especialistas han comprobado que no se saca nada con hacer que el niño repita varias veces
una palabra aunque se apoye visualmente con láminas. A la quinta vez que el niño repita auto, se
va a aburrir. Pero, si juega con su papá con varios autos y él le pide que le pase el auto blanco,
el rojo, el azul o le dice que tal auto chocó, usa varias veces la palabra, pero sin cansarse.
4. Discriminar sonidos
La mejor manera de darse cuenta de que se dice mal una palabra es que otro la diga también. Si
por ejemplo un niño dice “nimón” en vez de limón, el adulto mientras juega puede decirle: “pasame
el “nápiz” y el niño lo corregirá. No se le dice que él habla mal, pero se le demuestra el error y él
toma conciencia.
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8. Juegos de sonidos
Es una manera de corregir al niño, sin decirle que está hablando mal. Si por ejemplo, dice “se me
cayó el pan el selo”, jugar con él a decir: “el avión, como su-su-sube al cielo”. Después cantar un
rato el sonido “sue sue” hasta que finalmente y por casualidad repitan la palabra suelo y logre
decirla.
Cuándo consultar
- No tiene intención comunicativa. No se conecta visualmente y prefiere estar solo.
- No aprende o entiende lo que le dicen y no capta el sentido de una historia simple.
- No entiende las palabras nuevas.
- A los 3 años no usa frases, de al menos 2 palabras, ni emplea verbos ni pronombres.
- A los 4 años no es capaz de mantener una conversación ni usa adjetivos, adverbios y
preposiciones.
- Rara vez comienza una conversación.
- En vez de hablar, se apoya en gestos y no entiende instrucciones orales sin contacto visual.
Consultar no significa atarse a un tratamiento.
1. Mi hijo de 3 años no puede pronunciar la “r”, dice “dojo” en vez de rojo, ¿es normal?
“Sí, es normal. La “r” no se pide hasta los cinco años”, responde Pilar Zañartu, fonoaudióloga
UCH. “La “r” requiere de una vibración de la punta de la lengua, que es bastante sofisticada, por
eso generalmente es la última letra que se consigue”, dice la fonoaudióloga Ana María Poblete.
Sin embargo, si dice la “r” a la francesa, que es un sonido gutural como “pegrro” por perro,
conviene consultar porque es un hábito que cuesta mucho erradicar.
3. Mi hijo de 3 años escucha cuando le hablamos, pero habla muy poco y no usa frases
¿Debería preocuparme?
A los dos años, los niños usan frases de dos palabras aunque las digan mal. Con mayor razón a
los tres deberían usar frases más completas e hiladas. Ana María Poblete, fonoaudióloga de la
Clínica Las Condes, recomienda consultar en este caso, sobre todo porque puede que el niño
escuche lo que se dice, pero no entienda.
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5. Mi hija de 4 años todavía pronuncia las palabras como bebé ¿Puede haber algo malo?
Es importante tener claro si ella habla como bebé porque su familia ha considerado que es una
“gracia” la mala pronunciación y han utilizado las palabras del mismo modo, reforzando así el
error. También tener en cuenta qué tono usa, si acorta las palabras -“lota” por pelota- o sólo
pronuncia mal. Puede haber una dificultad puntual o que no se esfuerza lo suficiente. Según Ana
María Poblete, los niños no son tan buenos actores como se cree: muchas veces si un niño habla
como bebé no es porque quiera, sino que no puede hablar mejor.
A MÍ ME RESULTÓ
Mi hijo de 4 años y medio no decía en el “lenguaje espontáneo” ni la “d” ni la “l”. La fonoaudiólaga
que lo evaluó en pre-kinder me sugirió que él recortara fotos de artículos con esas letras de los
catálogos de tiendas o supermercados, como helados, choclo, paltas y dulces. Me pidió evitar las
palabras con “r” porque ese sonido es más difícil de lograr y ella lo trabajaría cuando ya
dominara la “d” y la “l”.
Los pegamos en la pared y al vestirse en las mañanas y al ponerse el pijama en las noches él
repite como en un juego he-la-do. ¡Se ha dado cuenta que puede decir esas palabras y ha
mejorado mucho en decirlas cuando habla normalmente! Más de una vez le he comprado un
“he-la-do” por su esfuerzo.
Publicacion: 11-10-06
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