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Lección Decimoquinta

FORMAS DE ESTADO Y FORMAS DE GOBIERNO

Diferencia entre formas de estado y formas de gobierno.

Hay una distinción fundamental a introducir entre lo que se llaman formas de “estado” y formas de
"gobierno". Si el estado es un ente político organizado en forma de régimen político , y si entre los cuatro
elementos que lo componen (pobIación, territorio, poder y gobierno) hay uno –el gobierno- que importa
una estructura de órganos que ejercen las funciones del poder,las formas de organización del estado
mismo, mientras lasformas de gobierno serán únicamente las formas de organización del elemento
gobierno.
Para mayor claridad, retomando las preguntas básicas que formulábamos entre los grandes temas de la
política al comienzo del libro, decimos que la pregunta ¿Quién manda?, y su correlativa
respuesta, se refieren a quiénes son los gobernantes y, por correspondencia con el terna, al modo de
organizar la compleja estructura que componen. En rigor, es la cuestión de las formas de gobìerno, que se
ocupa de los titulares del Poder, de sus funciones, de las relaciones entre ellos, etc.; a esos titulares ya
sabemos que se los denomina “órganos” del Poder.
En cambio, cuando otra pregunta se plantea ¿Cómo manda ?, el interrogante y su respuesta se hacen
cargo del modo como se ejerce el poder, quien quiera sea el titular de ese poder, y cualquiera que sea la
forma del gobierno. Y el modo de ejercer el poder es una cuestión de contenido o sustancial, que afecta al
modo de ser del estado mismo, o sea, a Ia forma del estado.
Para entender y conocer cómo se ejerce el poder, hay que poner en relación al elemento poder con otros
elementos del estado.
a) Cuando relacionamos el poder con el territorio o elemento geográfico, nos preguntamos cómo se ejerce
el poder en relación con el territorio y observamos que se puede ejercer en forma políticamente
centralizada o políticamente descentralizada, la forma centralizada es la forma de estado unitaria: el
estado es unitario porque su poder se ejerce políticamente centralizado en todo el territorio; la forma de
estado descentralizada es la forma de estado federal : el estado es federal porque su poder se ejerce
políticamente descentralizado con base territorial, o sea, hay pluralización de poder en las zonas
territoriales que componen ese estado federal.
b) Cuando relacionamos el poder con la población o elemento humano, nos preguntamos como se ejerce
el poder en relación con los hombres; y observamos que se puede ejercer reconociéndoles su dignidad,
libertad y derechos, o restringiéndolos severamente, o negándolos; el reconocimiento implica Ia forma de
estado democrática; la restricción implica la forma de estado totalitaria.

A veces se emplea en la literatura política la locución “formas politicas” para englobar en esa denominación a las formas de
estado y a las forma de gobierno. “Forma política”. no es igual, entonces ni a forma de estado ni a forma- de gobierno, sino que
más bien apunta a una noción más amplia que abarca a las formas de estado y de gobierno juntamente.
“Forma politica” es, en alguna medida. y según ciertos autores, una expresión equivalente a “régimen político” o a
“ sistema político", entendiendo por régimen y por sistema a la organización efectiva y real de la convivencia política
La forma política,el régimen político o el sistema político se exteriorizan en las formas
de estado y de gobierno, pero no se agotan en ellas, sino que, involucrándolas, las exceden.

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Con esto, ya tenemos cinco formas de estado:
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El totalitarismo como forma de estado.


Una mejor comprensión de las formas de estado se logra comenzando por el totalitarismo. En el cuadro
de las formas de estado del inc. B), colocamos tres: democracia, autoritarismo, totalitarismo; quizás
podrían reagruparse en dos: estado democrático y estado no democrático, dividiendo al no democrático
en estado autoritario y estado totalitario.
La primera noción del estado no democrático se obtiene por la falta de reconocimiento de la libertad y los
derechos del hombre; ese “no reconocimiento” puede consistir en una restricción que los comprime y
llegar a su total negación; lo primero se da en la forma de estado autoritaria; lo segundo en la totalitaria.
De aquí en más,depuraremos la explicación.
El totalitarismo es antidemocrático, es la antítesis de la forma de estado democrática. Para entenderlo
despojémonos del sentido que la palabra democracia tiene como forma de gobierno ,porque acá no
estamos hablando todavía de formas de gobierno,sino de formas de estado.
SÍ quisiéramos medir la distancia entre autoritarismo y totalitarismo (siendo ambas formas de estado “no
democráticas) diríamos que la la forma autoritaria acentúa fuertemente e intensifica al poder frente a los
hombres, y por eso, restringe la libertad y los derechos individuales, pero no llega a absorber totalmente la
vida humana y social; ni a avasallar completamente la dignidad de la persona.
El totalitarismo, en cambio, asfixia, sofoca y devora la vida humana y social desconociendo la dignidad de
la persona, y negando sus derechos y su libertad. Hasta aca, alcanzamos una idea de base: las formas de
estado que relacionan al poder con el elemento humano o población; reflejándonos cómo seejerce el
poder frente a los hombres (en forma democrática, en forma autoritaria en forma totalitaria)
resuelven esa misma relación de acuerdo a la situación o status político que deparan al hombre dentro del
estado.
Tal situación o status puede ser de reconocimìento de su dignidad, libertad y derechos (democracia) o de
no reconocimiento (autoritarismo si los restringe. totalitarismo si los niega).
Ello nos conduce a una segunda idea de base: las formas de estado, en cuanto organizan al estado y lo
afectan en sí mismo, implican y encierran modos o estilos de convivencia política.
Como ya hemos dicho que todo estado se organiza y consiste en un régimen político conforme a ciertas
pautas ideológicas (valoraciones, creencias, principios, doctrinas, filosofía política del régimen, etc.),
hemos de abordar al totalitarismo desde ese primer punto de arranque. El hecho de que empíricamente el
totalitarismo sea una forma de estado, presupone una toma de posición ideológica que vertebra a dicha
forma y le imprime sus principios y concepciones políticas. En este orden de cosas, el totalitarismo es una
cosmovisión política, una visión integral del hombre, de su convivencia, y del régimen político en que esa
convivencia se desarrolla.
Tal cosmovisión predica gue el estado tiene en sí mismo su propia razón; es la “razón de estado": el
estado es un fin en sí mismo,
Hay aquí reminiscencias de Hobbes y de Maguiavelo; en alguna medida, aunque después demarquemos
su diferencia, se da cierta relación con el absolutisrno político. _ _ _ .
Si en las formas de estado de que tratamos está en juego el elemento poder, relacionado con el elemento
humano, recordemos que el poder como energía o capacidad de acción que es puesta en ejercicio por el
gobierno, tiene una medida correlativa al fin: el poder existe para el fin; cuando el fin del estado se
desborda y crece, el poder se ensancha, fortifica y aumenta en igual proporción. El poder del estado
totalitario “lo puede todo " porque ideológicamente el fin del estado totalitario lo abarca todo. Y ésa es la
fórmula o slogan que como herencia dejó Mussolini en su doctrina fascista: todo en el estado, todo para el
estado, nada fuera del estado.
Todo el ser y toda la vida del hombre se sumen en el estado para el hombre, sino el hombre para el
estado.
El totalitarismo es un monismo triple: monismo sociológico, monismo político, monismo jurídico. Decir que
es un monismo significa (“mono" quiere decir “uno”) que en lo social, en lo político y en lo jurídico concibe
una sola realidad primaria y básica, en función de la cual existen acaso otras realidades secundarias.
Sociológicamente, el totalitarismo es monista porque su ideología ó cosmovisión supone que la realidad
primera y fundamental es la sociedad; al hombre lo considera nada más que en función de la sociedad,
negando que la persona sea la unidad o célula primaria de toda realidad social derivada; el hombre vale
en cuanto parte o miembro de la sociedad., y no en cuanto persona por si mismo (ya no se trata de afirmar
que la sociabilidad es constitutiva del ser del hombre y que se da simultáneamente con él, sino de
interpretar erróneamente que el hombre recibe su dimensión personal desde afuera, desde la sociedad en
la que está inmerso). Es fácil darse cuenta que tal ideología deja al hombre sin vida propia, y significa
imaginar a la sociedad como un vasto organismo del que el hombre es una parte o engranaje; de modo
similar, erigir a la sociedad en realidad primaria o de base es exaltar y divinizar al medio social (a esto lo
podemos llamar mesologismo), pudiendo ese medio social ser distinto según cada ideología totalitaria: lo
será la raza, lo será la nación, lo será una clase social (por ej.: el proletariado); pero en cualquier versión
que tomemos, al hombre se lo reputará y valorará en tanto sea parte o miembro de ese medio social, en
tanto lo integre o componga, con hostilidad hacia los otros hombres que pertenezcan a medios sociales
distintos.
Políticamente, el totalitarismo también es monista porque en vez de concebir al poder político como el
poder social más alto y supremo, que coordina y preside a los demás poderes sociales; lo erige
monolíticamente como el único absorbiendo o asociando a los otros en tanto le son adictos, y negándolos
en tanto le son independientes o adversos.
Jurídicamente, el monismo totalitario, maneja su propia concepción del derecho, afirmando que el derecho
natural no existe, y que sólo existe el derecho positivo que el estado crea; ni siquiera tolera derechos
posItIvos no estatales; dado este enfoque, en coordinación con los otros antes narrados, niega la dignidad
intrínseca de la persona, y niega su libertad y sus derechos subjetivos. Si acaso el totalitarismo admite que
el hombre sea titular de derechos individuales, supone que tales derechos le Son otorgados o regalados
por el estado (en tanto la democracia postula que derivan de la propia naturaleza humana y que el estado
sólo se limita a "reconocerlos" en su derecho positivo; porque le son "debidos” al hombre por ser hombre
en razón del váIor justicia).
Como corolario, decimos que el totalitarismo es una ideología transpersonalista, o sea que busca fines
mas allá de la persona, no para la persona, sino para satisfacer supuestos. valores que se encarnan y
realizan en el estado. Todo el ser del hombre es, de este modo, poseído y asumido por el estado. La
expansión del poder político aniquila inexorablemente toda independencia personal
En la estructura empírica del estado tootalitario, la forma de estado inspirada y vertebrada por la ideología
que acabamos de describir busca técnicas y estructuras que llevan a la práctica su punto de vista
doctrinario; hay intervencionismo del estado en todos o en los más importantes ámbitos de la vida
personal y social (La economía, la educación, la cultura, el trabajo, la profesión, el gremio, etc.); hay
opirnión pública regimentada, con .impedimentos para que otras opiniones públicas no oficiales nazcan y
se difundan; hay copamiento de los medios de expresi6n; hay propaganda oficial favorable al régimen con
prohibición o restricción de la no oficial, hay persecución; se instaura un sistema de partido único-el
oficial-, etc.
La experiencla nos señala que en materia de persecución,el estado totalitario no suele tolerar a las
iglesias, salvo cuando obtiene de ellas silencio, complicidad o adhesión; y atento que la ideología
totalitaria encierra su propia mística, adquiere ribetes de una cuasi-fe religiosa, que se enemista con las
religiones no politizadas que, sostienen un sano espiritualismo independiente.

La ciencia política se ha ocupado de los totalitarismos a raíz de las formas contemporáneas con que aparecieron en este siglo.
El régimen soviético surgido de la Revolución Rusa de 1917, e imitado luego por estados que de un modo u otro han entrado en
su órbita de irradiación; el régimen nacionalsocialista, instaurado en el Tercer Reich Alemán ,por Hitler, y el régimen fascista de
Mussolini en Italia ofrecieron ámbito de estudio a la politología. Súmese a ello los autoritarismos de Portugal, España, Egipto,
etc., etc., y puede entonces comprenderse porque es fresca la investigación en estas formas de estado. No se trata de antigua
o anteriormente no hubieran existido; se etrata de una captación mucho mas reciente del fenómeno por parte del conocimiento
científico.

En la historia política se estudia el absolutismo político. Si bien dijimos que hay una cierta proximidad entre él y el totalitarismo,
cabe introducir con rigor científico algunas disparidades. Absolutismo significa ausencia de control sobre el gobernante, y
ausencia de responsabilidad del gobernante frente a la comunidad.
Puede ocurrir que el gobernante absoluto sea arbitrario, injusto o tiránico, como puede ser que ejerza el poder con moderación
y justicia. Eso dependerá de su voluntad, de como sea la circunstancia social, cultural y política en la que actúe, de que medios,
resortes y y posibilidades disponga,etc. Lo importante es entnder que ese "como sea" el gobernante, y que haga uso del poder,
será cuestión exclusivamente suya, exenta de control y responsabilidad: no habrá técnicas ni procedimientos para limitarlo o
para obligarlo a rendir cuentas de su ejercicio del poder.De igual modo, no debe perderse de vista que el poder que ejerce el
gobernante absoluto puede ser fuerte, intenso y activo, o débil ó reducido, eso también dependerá de ciertos factores que unas
líneas mas arriba hemos ejemplificado. Un gobernante absoluto puede, por eso, intervenir poco en la vida personal y social de
sus gobernados o intervenir mucho. Pero el quantum de intervención y las materias en las que interviene, quedan sujetas a su
propia decisión, sin control y sin responsabilidad.
Es claro que el absolutismo, por esa misma ausencia de técnicas que buscan el contralor y la rendición de cuentas del
gobernante, es proclive al totalitarismo, aunque no necesariamente desemboca en él.
En los estados antiguos, la ideología imperante ponía bajo poder del estado la totalidad dela mvida personal y social , en todos
sus aspectos y ámbitos, incluso el religioso y espiritual; el estado podía regular cualquier materia, y eso tanto en el caso de
gobiernos absolutos, cuanto en el caso de participación política de los ciudadanos ( como ocurría en la polis griega y en Roma).
En un cierto sentido, hay por ello un esquema totalitario, porque el estado "lo podía todo", a pesar de que "todo lo que podía"
hacer y hacía requiriera la intervención y la participación populares (como -lo decimos otra vez- acontecía
en la polis griega y en Roma). Pero también, y sobre todo en Grecia, el
concepto de que la plenitud de la vida del hombre se alcanzaba en el estado estaba mitigado por la idea de que el fin del estado
es el bien común, o sea, lograr la convivencia buena y virtuosa de los hombres.
Estos matices son interesantes para caracterizar la tipología contemporánea de la forma de estado totalitaria, con sus
similitudes y diferencias respecto de sus antecedentes históricos.

Clasificación y valoración de las formas de gobierno.


El tema y la clasificación de las formas de gobierno han sido mucho más antiguos en la ciencia política
que el de las formas de estado. Las clasificaciones que nos recuerda la historia de las ideas políticas
sobre todo desde la de Aristóteles hasta la de Montesquieu sólo tienen hoy un valor relativo, porque en la
actualidad ya no se utilizan. Así por ej.: el criterio numérico para distinguir las formas de gobierno según
que el gobernante sea uno solo (monarquía), un conjunto de hombres (aristocracia) o todo el pueblo
(democracia), resulta demasiado simple y poco o nada empírico.
Aristóteles conjugó esta clasificación numérica o cuantitativa con un criterio cualitativo, atendiendo al fin
para el cual el gobernante ejerce el poder. Y con las tres formas antes citadas compuso la categoría de las
formas puras, en las gue el fin buscado por el gobernante era el bien de toda la comunidad, tanto cuando
gobernaba uno (monarquía) como cuando gobernaban varios (oligarquía) o todos (democracia). Cada una
de esas tres formas puras se convertían en impuras cuando el fin perseguido por el gobernante ya no era
el bien común sino el bien particular. Y así la monarquía se tornaba tiranía (cuando un solo gobernante
gobernaba para su propio bien), la aristocracia se convertía en oligarquía (cuando el grupo de varios
gobernantes atendía al bien de los ricos), y la democracia en demagogia (cuando el pueblo gobernaba
para el bien de los pobres).
Con las tres formas puras de la clasificación aristotélica, Polibio elabora la forma mixta del gobierno, en la
que se asocian y componen todas, aportando cada una su principio fundamental.
La fórmula mixta, que según Polibio, permitía superar el cambio permanente a que conducían las seis
fórmulas de Aristóteles(tres puras y tres impuras) en continuo ciclo, lograba la estabilidad, que él creyó
descubrir y que elogió en la república romana: el principio de la unidad propia de la monarquía se daba en
el consulado, el principio de selección de la aristocracia en el senado, y el principio popular de la
democracia en los comicios.
La teoría de la forma mixta fue también acogida por Cicerón y Santo Tomás.
Siglos mas tarde Maquiavelo introducirá una dualidad de fórmulas: principados y repúblicas;
Y Montesquieu retomará la clasificación tripartita, pero con formas originales: monarquía, república
(dividida en república aristocrática y república democrática) y despotismo.
En nuestros días, la clasificación de las normas de gobierno es bastante dispar según los autores.
Algunos que dicotonicamente hablan de una forma de gobierno democrática en oposición a una forma de
gobierno autocrática, se aproximan mas a la clasificación de las formas de estado.
Entre los criterios más difundidos en correspondencIa con las
formas de gobierno reales que el mundo contemporaneo nos presenta, se halla el que toma en cuenta
como son los organos del gobierno en su composición, y cuales son las relaciones de poder que se dan
entre ellos.
Y así surgen dos formas principales: 1) la parlamentaria o parlamentarista,
Que se llama “parlamentarismo”, 2) la presidencial o presidencialista, que se llama “presidencialismo”.
El parlamentarismo toma su nombre del parlamento, ¿Por qué? Porque el órgano o poder ejecutivo es
agente del parlamento. ¿En qué sentido? En el sentido de que para gobernar, el ejecutivo necesita que el
parlamento le preste su apoyo o respaldo, que se exterioriza a través del voto de confianza que el
parlamento otorga al ejecutivo, Cuando en lugar del voto de confianza el parlamento emite un voto de
censura, el ejecutivo cae o renuncia. ¿Y cuál es eI órgano o poder ejecutivo? El gabinete o ministerio,
presidido por el primer ministro, Pero hay otro órgano, que está fuera de la trinidad clásica, o sea, que no
forma parte ni del poder ejecutivo, ni del poder legislativo, ni del poder judicial: es el jefe del estado,
El jefe del estado puede ser un rey (así en Gran Bretaña, en Suecia, en Noruega, en Dinamarca; etc.) o un
presidente de la república (así en Italia, en Alemánia Occidental, etc.),y ahora que tenemos el primer
esbozo, podemos añadir:
1) En el parlamentarismo: a) hay dualidad o división de jefaturas una es la jefatura del estado (rey o
presidente), y otra es la jefatura del gobierno (el primer ministro); b) el poder ejecutivo es ejercido
por el gabinete o ministerio, encabezado por el primer ministro; en el parlamentarismo suele lIaniarse
"gobierno" solamente al poder ejecutivo; c) el gabinete tiene responsabilidad política ante el parlamento;
esto quiere decir que el parlamento tiene que estar de acuerdo con todo lo que hace el gabinete, que al
parlamento le tiene que "gustar" la gestión política y administrativa del gabinete; el voto de confianza
exterioriza ese apoyo; el voto de censura exterioriza la falta de confianza, que hace caer o renunciar al
gabinete censurado; d) el jefe del estado no tiene responsabilidad política ante el parlamento, o sea, es
políticamente irresponsable, esto quiere decir que el parlamento no puede censurarlo, y que el jefe del
estado no necesita la confianza del parlamento; e) El gabinete o ministerio refrenda los actos del jefe del
estado, y asume por esos actos refrendados la responsabllidad, política ante el parlamento;f) así como el
parlamento apoya o censura la política del gabinete,
y cuando censura obliga a cambiar el gabinete, así el jefe del estado dispone de un resorte importante,
cual es el de disolver el parlamento; la elección de nuevos miembros del parlamento podrá originar una
composición nueva y distinta del parlamento, y con ello dar pie a la formación de otro gabinete también
distinto al anteriormente censurado; g) por todo esto, hay que tomar en cuenta el papel importantísimo que
en este juego y cotejo de fuerzas tienen los partidos políticos y el cuerpo electoral; normalmente, el primer
ministro será el jefe o líder del partido mayoritario que ha triunfado en las elecciones, o un político que
cuente con el apoyo de una coalición de varios partidos que, sumados ,hagan mayoría suficiente.

Existe una forma de parlamentarismo a la que los autores llaman parlamentarismo negativo, condicionado, frenado o
estrangulado. En este parlamentarismo se atenúa la dependencia que el gabinete tiene frente al parlamento, o se refuerza la
gravitación del jefe del estado con poderes políticos importantes. En tanto Gran Bretaña sigue siendo el tipo puro de
parlamentarismo, aproximándosele mucho Italia, se suele incluir en el parlamentarismo negativo, a las monarquías europeas
de Escandinavia, a Bélgica, Holanda, Alemania Occidental y Francia.

2) En el presidencialismo, esa relación íntima, entre el ejecutivo y el parlamento no existe. Tampoco hay
dualidad o división de jefaturas; al contrario: la jefatura de estado y la jefatura del ejecutivo son asumidas
por el presidente de la república. Quiere decir que en el presidencialismo siempre hay un presidente que
ejerce el poder ejecutivo, en tanto no siempre que hay presidente se da la forma presidencial (porque
puede haber presidente en una forma parlamentaria -por ej.: Italia). El presidencialismo no se caracteriza
entonces por la existencia de un presidente, sino por la función que este cumple, y la forma de relación
que tiene con el parlamento. Lo típico de esa forma de relación radica en que el presidente no necesita del
apoyo ni de la confianza del parlamento; es decir, no hace falta que al parlamento le guste lo que hace el
presidente. Por eso, el parlamento no puede censurarlo, y por eso el presidente no responde políticamente
ante el parlamento por lo que hace. El presidente gobierna, administra y ejecuta libremente. En el
presidencialismo puro, el presidente no tiene ministros (por ej.: Estados Unidos); en el presidencialismo hí-
brido o mixto,sí (por ej.: Argentina).

3) Hay una tercera forma de gobierno, que se llama colegiada, y que no corresponde incluir en ninguna de
las dos anteriores. El órgano o poder ejecutivo se puede formar (siempre con más de un individuo) delas
siguientes formas: a) un hombre y un grupo de homores; b) dos hombres; c) más de dos hombres; esta
última se Ilana "directorial" (por ej.: Suiza; Uruguay en la constitución de 1952; lia "Juntas y Triunviratos de
la historia política argentina posterior a 1810).

Las formas de gobierno -que resuelven la pregunta de ¿Quién manda?- dependen sobremanera de la
circunstancia histórica de cada comunidad y de cada estado. Es difícil preferir abstractamente una a otra,
precisamente porque todas y cualquiera son igualmente aptas cuando la situación empírica les permite
funcionar eficazmente. La valoración que de ellas hacemos no está intrínsecamente mligada, por eso, al
derecho natural o a la justicia, sino a la base sociológica y política que históricamente les sirve de apoyo.
A diferencia de las formas de estado --en las cuales el totalitarismo es intrínsecamente injusto y debe ser
repudiado-. las formas de gobierno ofrecen mayor neutralidad, y facilitan opciones que se resuelven más
que por un criterio de justicia, por un criterio de adaptación al contorno real de cada organización política.

La democracia como forma de gobierno. La representación política.


Nosotros hemos presentado a la democracia como una forma de estado. que nada tiene que ver con las
formas de gobierno. No obstante, desde las clasificaciones griegas hasta muchas de las actuales, la
democracia ha sido incluida entre las formas de gobierno.
En la teoría de la democracia. como forma de gobierno hay una profunda ideología de base: es la creencia
y la afirmación de que el pueblo se gobierna y se "debe" gobernar a sí mismo, o sea, el gobierno propio, la
identidad de gobernantes y gobernados.
Se puede, por eso, señalar que el primer supuesto ideológico de la democracia como forma de gobierno
es el gobierno del pueblo o autogobierno; este supuesto fundamenta al siguiente: el pueblo es titular de la
soberanía y del poder (en la versión francesa, la nación).
Si el pueblo se gobierna a sí mismo directamente, se habla de democracia pura o directa. Son muchos los
autores que ponen como ejemplo a la polis griega. Si,se_gobierna a si mismo, pero no directamente, se
añade un tercer supuesto a los dos anteriores: el de la representación. Y entonces se dice que los
gobernantes representan al pueblo, y que el pueblo se gobierna i ndirectamente por medio de sus
representantes. Sería la llamada democracia indirecta o representativa.
En la teoría de la democracia como forma de gobierno, la Representación política aparece como el tercer
supuesto o estadío; y tiene mucha importancia por la carga ideológica que acumula y arrastra. Dando por
establecido y cierto que el pueblo se gobierna a sí mismo y que es soberano, se echa mano de una ficción
jurídica: la de los gobernantes (o el gobierno) representan al pueblo, y por ende, lo que hacen los
gobernantes ,en ejercicio del poder se supone como hecho por el pueblo mismo.

Así como nosotros dijimos que eI estado en cuanto es persona jurídica actúa por medio de representantes, y que esos
representantes son los órganos o titulares del poder (gobernantes) que, al ejercerlo,imputan o .atribuyen al estado lo que
hacen, así la democracia popular imputa o atribuye al pueblo el ejercicio del .poder que está a cargo de los gobernantes, a
quienes por ficción considera representantes del pueblo.

A veces se ha sostenido que esa relación ficticia entre el pueblo y el gobierno representativo del pueblo,
es la del mandato. Otras mveces, se ha exaltado el valor. de la elección de los representantes por parte
del pueblo; de ahí que el sufragio tenga tarnbién un trasfondo ideológico de primer orden en la dogmática
de la democracia como forma de gobierno, porque a través del sufragio se supone que el pueblo elige a
sus representantes.
Cuando el electorado otorga al representante elegido por él instrucciones precisas sobre lo que debe
hacer en ejercicio del poder, se habla de un mandato imperativo u obligatorio, porque el gobernante a
quien se reputa representante del pueblo tendrá que sujetarse a las órdenes recibidas del pueblo.
Cuando el pueblo no otorga instrucciones precisas, y el representante puede actuar libremente en el
ejercicio del poder, sin obligación de atenerse a ninguna orden,. se habla de mandato libre.

En la teoría de la democracia como forma de gobierno, la de la democracia como gobierno del pueblo,
respira ideológicamente la pretensión de dar legitimidad al gobierno que se supone representante del
pueblo, y de conferir al pueblo participación activa en la política. "Régimen representativo" y "gobierno
representativo" se erigen, así, en símbolos imaginarios de una forma de gobierno
que doctrinariamente apoya su legitimidad y su justificación en la creencia de que el pueblo retiene para sí
el ejercicio del poder que delega en sus representantes.

Crítica de la democracia como forma de gobierno.

La teoría de la democracia como forma de gobierno es susceptible de crítica científica. A.trávés de esta
crítica se llega a advertir que tal supuesta forma de gobierno no existe ni puede existir. Por eso, nosotros
hemos eliminado a la democracia de las formas de gobierno, y hemos estimado que es una forma de
estado.
Decimos que no existe ni puede existir porque sus tres supues-
tos son científicamente falsos:
a) El pueblo no puede gobernarse a sí mismo ; las funciones del poder no admiten el ejercicio multitu-
dinario por parte de todo el pueblo. En éste sentido, Jiménez de Aréchaga ha podido señalar que el
autogobierno del pueblo es una hipótesis de laboratorio. Empíricamente, jamás el pueblo ha gobernado en
ninguna parte ni en ninguna época.
b) El pueblo no es soberano; la nación tampoco. Sabiendo ya qué es la soberanía, no hace falta volver
sobre el asunto.
c) La representación política de todo el pueblo por parte de los gobernantes no existe ni puede existir,
porque para que un sujeto pueda ser representado, es imprescindible una cierta unidad en el mismo
sujeto representado, puede representar a un hombre, a una persona moral, a una persona jurídica, y hasta
a una pluralidad de hombres siempre que tengan un interés concreto y común en el que la pluralidad se
unifique; pero no se puede representar a un conglomerado heterogéneo y con intereses distintos y hasta
contrapuestos como es el pueblo.
Pueblo es un nombre colectivo que designa. a la totalidad de hombres que forman la población; el pueblo
no es persona moral ni jurídica, ni coincide en un concreto interés común. Luego, no es susceptible de
representación. A todo evento, si acaso lo fuera, tampoco habria necesidad alguna de utilizar la ficción de
la representación; las ficciones en el derecho sólo se legitiman cuando es imprescindible usar de ellas
para proteger un interés o derecho que de otro modo quedaría desprotegido (por ej.: suponer por ficción
que el concebido ya ha nacido, a efectos de que pueda adquirir una herencia). Pues bien, esta ficción de
la representación. sólo se torna imaginariamente necesaria si se parte dogmáticamente del supuesto a
priori de que el :pueblo debe gobemarse a sí mismo; de lo contrario, ninguna falta hace inventar que los
gobernantes representan al pueblo.

La forma republicana.
La forma republicana suele mencionarse con cierta autonomía entre las formas de gobierno. El término
"república" derivado de la voz latina compuesta por las palabras "res" y "publica" (cosa pública o de todos)
se usó por lo menos hasta Bodin como sinónimo de “estado". Después pasó a reservarse para connotar
una forma de gobierno. Y es así como Maquiavelo y Montesquieu han usado la palabra. Pues bien, la
forma republicana se caracteriza por una serie de elementos, que la doctrina suele describir a través de
las siguientes notas: a) división de poderes b) elección popular de los gobernantes c) periodicidad en el
ejercicio del gobierno d) publicidad de los actos del gobierno e) responsabilidad por esos mismos actos f)
igualdad de los individuos.
Sistematizando tales características, la república requiere el origen o la formación. de los órganos del
poder (gobernantes) a través de la elección por parte del pueblo; la renovación temporaria; el control
popular de la gestión gubemativa, que presupone el conocerla (publicidad) y el hacerla responsable.

Las formas semidirectas.


Entre la supuesta democracia pura o directa, y la indirecta o representativa, se colocan las formas
semidirectas o semi-representativas. Estas formas consisten en una serie de procedimientos a través de
los cuales se consulta al pueblo sobre deterrninados asuntos políticos. Desde ya es bueno adelantar que,
dentro del sufragio como técnica de participación popular (debemos hablar de participación del cuerpo e!
ectoral más que de participación de .todo el pueblo) el sufragio puede ejercerse para "elegir" a los
gohernantes, o para expresar una opinión política sobre determinado asunto. Esto último es lo que
configura las llamada formas semidirectas.
Las formas semidirectas buscan, de este modo, facilitar la expresión política de los ciudadanos y darles
participación en el proceso político, según el modo como se institucionaliza formalmente el sufragio. Las
principales formas semidirectas son:
1) El referendum, que es la consulta al cuerpo electoral para que manifieste su opinión sobre un acto
normativo (reforma de la constitución, ley, etc.). En suma, se somete a votación del cuerpo electoral una
norma. El referendum puede ser:
a) post-legem, cuando se realiza después de sancionada la norma, ya sea para que adquiera vigencia si
la mayoría se pronuncia afirmativamente, o para que la pierda si también la mayoría se expide por su
derogación (en este último caso funciona como un veto popular)
b) ante-legem, cuando se realiza antes de que la norma sea sancionada, a modo de consulta
c) facultativo, si su realización queda librada a la voluntad y decisión de la autoridad competente
d) obligatorio o por ley
e) consultivo, si se realiza nada mas que para conocer la opinión política del cuerpo electoral, sin que el
resultado obligue a hacer lo que resulta de esa consulta
f) vinculatorio, si el resultado de la consulta obliga a hacer lo que el pronunciamiento del cuerpo electoral
ha decidido.

2) El plebiscito se parece al referendum en cuanto también implica una consulta al cuerpo electoral, pero
no sobre un acto de índole normativa, sino sobre una cuestión política que es vital para el estado; por ej.:
la adhesión a un gobernante, la anexión o independencia de un territorio, el otorgamiento de ciertos
poderes al gobernante, etc.
3) La iniciativa popular consiste en acordar al cuerpo electoral, o a una fracción del mismo, la facultad de
proponer la sanción de una ley, su modificación o derogación. Reviste dos formas a) iniciativa con
formulación de un proyecto articulado; b) iniciativa sobre 'la materia de la ley, pero sin elaborar el pro-
yecto articulado.
4) La destitución popular,revocatoria o recall , es el procedimiento mediante el cual eL cuerpo electoral o
una fracción del mismo solicita someter a.consulta la permanencia de un gobernante en el ejercicio de su
función. Si el resultado final de la consulta arroja resultado contrario al desempeño de esa función por
parte del gobernante, éste cesa en su cargo.
5) La apelación de sentencias es el procedimiento mediante el cual se somete a votación del cuerpo
electoral una sentencia judicial que ha declarado la inconstitucionalidad de una norma.

Las formas semidireetas cobraron auge en el constitucionalismo de este siglo después de la primera postguerra. Actualmente,
ha decrecido mucho la euforia que despertaron y el prestigio de que estuvieron ideológicamente rodeadas.

La democracia como forma de estado.


Ha quedado señalado que la democracia no es ni puede ser una forma de gobierno porgue el pueblo no
puede gobernarse a sí misrno,ni es soberano, ni es susceptible de representación, Eliminar a la
democracia de entre las formas de gobierno es una depuración de la ciencia política, Ahora debemos
rescatar a la democracia como forma de estado, o sea, descubrirla dentro del tema de ¿Como manda?
Para eso, dijimos ya que hay que relacionar el poder con el elemento humano o población, a efectos de
saber "como sé ejerce el poder en relación con los hombres". Cuando el poder en relación con los
hombres se ejerce respetando la dignidad, libertad y derechos de la persona humana, tenemos la
democracia como forma de estado, o sea, un modo de ejercer el poder que da forma y estructura al
estado mismo, al régimen político en sí mismo, El estado es democrático cuando el hombre queda situado
dentro de la comunidad política en una fórma de convivencia libre,
que asegura su dignidad; su libertad y sus "derechos individuales.
La democracia como forma de estado presupone una forma y un estilo de vida, que es la convivencia
humana en justicia y en libertad. El estado es democrático cuando su poder, en la relación con
los hombres que forman su población; se ejerce. en forma. respetuosa de aquella situación Personal
debida al hombre por imperio de la justicia.
El estado no democrático se subdivide en dos tipos: el estado auto-
ritario, y el estado totalitario.

B I B L I O G RA F I A
JIMÉNEZ DE PARGA Y CABRERA, MANUEL;: Los regímenes políticos contemporáneos, Ed. Tecnos, Madrid, Z4 ed., 1962,
Parte General,Título II (Tipología de los regímenes políticos), pág. 121 a 153.
XIFRA HERAS• JORGE: Formas y fuerzas políticas, Ed. Bosch, Baroelona,1958 (Las fonnas políticas), pág.:121 a 176.
BURDEAÚ, GEORGES: La. democra.cia, Ed ..:Ariel, Caracas-Barcelona.
,FRANCESCHI, GUSTAVO 'J.: Totaliarismos, Ed. Difusión, Bs. As. 1945.
LÖPEZ, MARIO. JUSTO: La representación política, Ed,. Abeledo-Perrot,Bs. As., 1959.
SAGÜÉS,NÉSTOR.: Representación política, Ed. Orbir, Rosario, 1973.

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