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SEMINARIO DE LA ANUNCIACIÓN

CIUDAD ALTAMIRANO GRO.

CURSO ESCOLAR 2020-2021.

PRIMER SEMESTRE: AGOSTO-DICIEMBRE 2020.

MATERIA: TEOLOGIA DE LA TRINIDAD

PROFESOR: PBRO. LIC. BENITO CAMPUSANO RAMIREZ.


ESQUEMA DEL CURSO:

Introducción.

La Trinidad en la Religiones.

Cierto politeísmo naturalista toma como signo hierofánico primero el


despliegue sagrado de la vida, elaborando así a veces una especie de Trinidad
o, mejor dicho, una triada de tipo familiar, formada por el Dios Padre del cielo,
la Diosa Madre de la tierra y el Dios Hijo, que nace de ellos y expresa en general
la victoria de la vida sobre la muerte. Ese modelo se ha concretado de un modo
especial en el oriente mediterráneo, donde hallamos la triada Cananea: El,
Ashera, y Baal, y la triada egipcia de: Osiris, Isis y Horus, que tanto ha influido
en las formulaciones filosóficas del platonismo medio y del neoplatonismo.

Estas religiones poseen triadas sagradas, pero los dioses que las forman no se
pueden tomar como personas, en el sentido estricto del término; son más
bien un signo de las fuerzas de la naturaleza y de la vida.

En el hinduismo de tres funciones sagradas, se habla de la Trimurti o tres


formas de Dios, Brahama, Vishnú, Shiva, en el fondo la divinidad es Brama,
entendido como espíritu universal o sustrato fundante de toda realidad. De
Brahma provienen los otros dos grandes signos de Dios: Vishnú y Shsiva el
misterio de la muerte donde todo se disuelve para renacer de nuevo.

También se puede hablar de una trinidad revelatoria, formada por los tres
momentos que integran la manifestación de lo divino, (el Revelador, la
Revelación, lo Revelado). Hay un Dios revelador, principio y fuente de todo lo
que existe: ley divina en que se fundan todas las diversas realidades del cielo
y de la tierra. Hay una revelación divina, entendida como proceso de despligue
del mismo Dios que se vuelve luz (en ciertas formas de budismo) o de palabra
(en el judeocristianismo e Islam). Está, finalmente, lo revelado, la nueva
realidad que brota de la revelación de Dios y que se puede identificar con el
Espíritu Santo de las tradiciones cristianas y se relaciona con la comunidad
sagrada (la Umma del Islam o la Shanga del budismo). Este esquema se hallaría
especialmente expresado en las Tres Joyas del budismo que incluyen el Dhama
o ley universal, el Buda o revelador de su luz y la Shanga o comunidad de
monjes iluminados que expresan sobre el mundo el sentido de la realidad
original, del nirvana.

También algunos hablan de una trinidad filosófica expresada de múltiples


maneras en las tradiciones de occidente. La más conocida la del
neoplatonismo con sus diversas variantes. Algunos hablan del Dios-Artifice
como causa activa, de la Materia-Preexistente como causa receptiva y del
Mundo divino (o las ideas) que brotan de la unión de los momentos anteriores.
Otros aluden al Uno como Dios fundante, a la Shofia o (logos) que expresa el
sentido de ese Dios en perspectiva de idea creadora, y al Alma sagrada del
mundo. (Cfr. Diccionario Enciclopédico de la Biblia, X. Pikaza. Pag. 1050).

Hay exclusivamente TRES PERSONAS: Fuera de la Santa Trinidad no hay otra


naturaleza divina 188, 851; se reprueba a los pricilianistas, que introducen
otros nombres para la Divinidad aparte del de la Trinidad 452; esta Trinidad no
se multiplica mediante número 367, estas tres Personas no retoman a si
mismas ni son disminuidas, sino que permanecen 144; el Verbo (la Palabra) de
Dios no tiene, pues, fin 160.

La razón humana y la divina Trinidad: Para el entendimiento humano, la


Trinidad es un misterio incomprensible, inefable 167, 367, 525, 616 2669; en
la Trinidad hay un engendramiento inexpresable 114; se reprueban las
proposiciones sobre la demostrabilidad de la Trinidad y sobre su identificación
con la realidad, la idealidad y la moralidad 3225s; errores recientes en relación
con la Santa Trinidad y, especialmente, en relación con la persona del Espíritu
Santo en su diferenciación respecto al Padre y al Hijo 4522.
Formación del concepto de Trinidad.
La existencia de una DISTINCIÓN (los modalistas): aunque Dios es uno, no es,
sin embargo, sólo para si mismo 71, 451, 490; la divina Trinidad no es una
hipostasis con tres nombres 284 546; no se debe equiparar a las Personas de
modo que el mismo Dios pueda ser denominado tan pronto Padre, tan pronto
Hijo, tan pronto Espíritu Santo 73, 75, 112, 154, 188, 192, 194, 284, 451, 530,
569, 1330; no fue el Padre quien se encarnó y murió 105; sólo uno es el Padre,
no tres; el Dios existe desde toda la eternidad en el misterio de la Divinidad
diferenciado del Padre y del Espíritu Santo 4520; el Espiritu Santo existe
eternamente en Dios como una persona diferenciada del Padre y del Hijo 4522.

Su Naturaleza.

Padre, Hijo y Espíritu Santo son nombres de la relación 528, 532, 570; según la
relación es posible distinguir las peculiaridades de las tres personas 570, 573,
800; se puede decir: Uno es el Padre, otro el Hijo etc., Una cosa es el Padre,
otra cosa el Hijo 573, 805; en el nombre relativo también se designa la Persona
532, 570; en ves del nombre “Espíritu Santo”, que no expresa suficientemente
la relación, se puede aplicar el término “don” 570, 4780.

Las peculiaridades de las personas en la comparación mutua: Al Padre se le


atribuye eternidad sin nacimiento, al Hijo eternidad con nacimiento, al Espíritu
Santo procesión sin nacimiento con eternidad 532; o: El Padre es el que
engendra, el Hijo es engendrado o nacido, el Espíritu Santo, el procedente 71,
188, 284, 367, 470 y 800, 4522.

Consecuencias lógicas de la distinción de personas: No se debe trasladar a la


esencia divina lo que es propio de las personas 367; de ahí que no sea la
sustancia divina engendrante, engendrada, procedente, sino que el Padre es
engendrante, el Hijo engendrado…803ss.

La Igualdad de las Divinas Personas entre sí: Comparación del Hijo con el
Padre: El Padre no ha engendrado sino lo que es él mismo, 525; dio al Hijo todo
lo suyo excepto el ser Padre, el Hijo es, pues, igual al Padre en todo, en nada
desigual; es de la misma naturaleza que el Padre 144, 470; de su misma
sustancia…

Esta igualdad se predica especialmente: de la divinidad74,, 144, 149, 168, 295,


318, 357; el Hijo es, pues, Dios de Dios 40, luz de luz, 40; vida de vida 40; se
predica del honor, de la gloria, dela majestad, 74, 290 318; de la eternidad…;
de la sabiduría y del conocimiento 164, 169, 566, 573; de la voluntad y de la
potencia 144…; Jesucristo como Dios perfecto.

Comparación del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo: El Espíritu Santo es


verdaderamente tanto del Padre como del Hijo 168; en relación con el Padre
y el Hijo es: consubstancial 29, 46, 55; coigual 71, 175…; a saber, en honor y
majestad; por esta razón es coadorado y coglorificado; es coeterno, 71, 441;
igual en poder y fuerza, 145, 147, 152; está como el Padre y el Hijo; en todas
partes 169; como Espíritu del Padre y del Hijo es el amor personal de Dios y
“escudriña” las “profundidades de Dios” 4780.

Comparación de las tres personas simultáneamente: Padre, Hijo y Espíritu


Santo son de una misma y única naturaleza 297; por este motivo son
consubstancial, coiguales 475…; de este modo, en la Trinidad no hay nada que
sea más bajo o más alto, mayor o menor 75…En especial, el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo son iguales: en la Divinidad; en su gloria y majestad 73..; en la
eternidad; son coeternas 75…; ninguno es anterior o posterior al otro o sin el
otro 531; en la inconmensurabilidad; en el poder 75…; no hay una gradación
del poder en la Trinidad 144…; Dios “es”, en su vida más íntima, “amor”
esencial, el cual es común a las tres Divinas Personas 4780.

La inhaitación reciproca de las Divinas Personas: El Hijo está siempre en el


Padre (y a la inversa) 11, 115; el Verbo está unido necesariamente con Dios
112, 115; el Espíritu Santo permanece y habita en Dios 112; el Padre está todo
en el Hijo, todo en el Espíritu Santo, etc. 1331; precisamente que el Espíritu
Santo proceda del Hijo lo tiene el Hijo del Padre 1301; la vida más íntima del
Dios Uno y Trino es el intercambio amoroso entre las Divinas Personas 4780;
el Espíritu Santo es la “expresión personal” del intercambio amoroso entre las
Divinas Personas; es “Persona-Amor”, es “Persona-Obsequio” 4780.
Las Tres Divinas son un solo Dios. Principios: Las tres Personas son un Dios,
71, 73,, 75, 112…; en Dios sólo existe número en relación con las personas 530;
se atribuye un solo nombre de la Divinidad a las tres Personas 188, 441; unidad
trina, una Trinidad 441, 501, 546.

En la Tres Personas hay UNA misma (substancia divina, esencia, naturaleza), 3,


71, 73, 75…; el Padre es lo mismo que el Hijo, el Padre y el Hijo son lo mismo
que el Espíritu Santo, esto es: por la naturaleza UN SOLO DIOS 573, 805; el
Espíritu Santo es en la Divinidad de la misma naturaleza que el Padre y el Hijo
4781; no se debe hablar acerca de Dios como “naturaleza divina” únicamente
en el sentido de un ablativo sino también en el sentido de un nominativo 745.

La sustancia de la Trinidad no es mayor en todas las Personas en particular 49,


529.

A las tres Personas les corresponde: UNA honra 73, 172…UNA sola majestad
144, 172…UNA sola verdad 172; UNA sola voluntad 172, 501…UNA sola fuerza
73 144ss; UN solo poder 3, 71, 73; UN obrar 415, 441…UNA sola soberanía; UN
solo reino 172, 501…UNA sola bienaventuranza 415 415, 441; (Dios, el solo
origen de la vida, de la verdad, de la bondad); solo la NATURALEZA divina es
origen de todo 804.

La Trinidad es una Divinidad consubstancial 284, 415.

En las tres Divinas Personas la naturaleza divina, indistinta e inseparable.

Consecuencias Lógicas que se siguen de una sola naturaleza idéntica en cada


persona divina: “Dios” no es un hombre relativo o el nombre de una
peculiaridad, sino el nombre de un poder que no se predica de una relación
71, 528.

Todo lo que se dice de manera esencial dela Trinidad también es predicable


individualmente de la única naturaleza de las tres Personas 542; por esto se
debe decir individualmente: Dios Padre, Dios Hijo, etc 529; no se debe decir
“tres dioses” 71, 73, 75, 176, 529…no se debe predicar: “tres omnipontentes,
increados, infinitos etc” 75, 529, Dios no es triple, sino Trino 528; Dios no es
distinto en tres Personas, sino que es uno en tres Personas distintas 2697,
2830; no se bautiza en los nombres del Padre, sino en el nombre del Padre etc.
415, 441.

Conclusiones para la adoración: se debe venerar de manera distinta la


sustancia no diferenciada de la Trinidad 367; no es adecuado ahora a cada
persona de la Trinidad individualmente, sino que hay que tributar a la Trinidad
una adoración común 3325; por este motivo, no hay fiestas propias para el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sino fiestas que conmemoran la historia de la
salvación 3325.

O se puede efectuar una división entre la naturaleza divina y las personas 745,
803; se reprueba un triteismo, que separa la naturaleza única de las personas
e introduce tres dioses personales, tres voluntades y tres obras 112, 115, 367,
545, 1880, 3325…

La Acción del Dios Uno y Trino.

La unidad de la acción de las Divinas Personas y la historia de la salvación. Al


Padre, al Hijo y al Espíritu Santo les corresponde un solo obrar, 415, 441, 501,
531…; en virtud del principio: Todo en Dios es una solo cosa en tanto que no
se contraponga una oposición de relación, 1330.

Las obras de la Trinidad son inseparables, indivisas, comunes 491, 531, 535,
538…; ninguna de las personas obra antes o después de las otras 531; las
Divinas Personas no son tres orígenes de la creación, sino sólo uno, a saber,
únicamente la naturaleza divina, 800.

Consecuentemente, toda la Trinidad obró conjuntamente en la Encarnación


491, 535…; el envío de Jesucristo como obra de la Santísima Trinidad.

La Iglesia se manifiesta como el pueblo unido por la unidad del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo, 41 04; existe una cierta semejanza entre la unidad de las
Divinas Personas y la unidad de los hijos de Dios en la verdad y el amor 4324;
el Espiritu Santo está unido en el obrar y en la remisión de los pecados con el
Padre y el Hijo 145; la inhabitación y las obras santas en las almas de los justos,
a pesar de que se atribuyan al Espíritu Santo, son comunes a la Trinidad 3331,
3814; la Iglesia permanece a través de los tiempos como la obra de la Santísima
Trinidad: G 3 aa: (el fundamento de la Unidad de la Iglesia, pág.1492).
DIOS CREA Y SANTIFICA EL MUNDO.

a).- Dios, el creador de todas las cosas.

Dios es el creador de todos las cosas, del cielo y de la tierra, de lo visibles e


invisible, de los tiempos 1921ss 125, 150…de él procede todo 60, 421…;
constituyó el mundo y lo conserva 4203, 4302; sostiene todas las cosas y hace
que sean lo que son 4336; Dios da a todos los seres vivos vida, aliento y todo
4140; es el soberano del universo.

La creación es referida a las Divinas Personas en particular: al Padre, del que


procede todo, al Hijo, por quien es todo, al Espíritu Santo en el que es todo
421, 680; el Padre hizo todo por medio del Hijo y del Espíritu Santo 171; Fuera
de la Trinidad no existe nada que no haya sido creado 285.

b).- Dios, el único creador.

No existen dos causas eficientes del mundo o dos dioses, el Dios de lo visible y
el Dios de lo invisible, el autor de la Antigua y de la Nueva Alianza, también el
demonio es una creatura de Dios, no es un principio increado, (del mal) 284,
457ss; el demonio no tiene fuerza creadora 458. No se puede transferir la
fuerza creadora a ninguna creatura.

c).- El Hijo de Dios como mediador de la Creación.

El Hijo de Dios, la imagen perfecta de Dios, es la causa prototípica de la forma,


de la belleza y el orden de todas las cosas 3326; Dios crea y mantiene todo por
medio de la palabra 4203; Cristo asumió y recapituló el mundo 4338; en El todo
está creado y todo perdura 4114; todas las transformaciones poseen su
fundamento en lo que no se transforma, y todo tiene su última causa en Cristo
4310; Cristo es el mismo, ayer, hoy y por toda la eternidad 4310; Cristo es el
principio, es anterior a todas las cosas 4141; es el principio del principio 1331;
el plan de Dios comienza desde toda la eternidad en Cristo 4814; el Padre
quiso, por medio de Cristo y en El, volver a crear lo que ya había creado 4616…

d).- El Espirito Santo es aquel “en el que todo es” 421, 680; llena el orbe de la
tierra 4311; renueva la faz de la tierra 4326; dirige el curso de los tiempos 4326.
El Espíritu Santo es la fuente de los dones otorgados a las creaturas: El regalo
de la existencia y de la gracia 4781.
I.- Temas y horizontes de la Teología Trinitaria.

Definición y significado del tratado de la Trinidad en la Dogmática.

La Teología Trinitaria centra su análisis en el tema de la auto apertura


histórico-salvífica (<<Trinidad económica>>) del Dios único, Padre, Hijo
(Palabra) y Espíritu Santo (<<Trinidad inmanente>>). El objeto inmediato de la
fe cristiana es el Dios trino.

Del mismo modo que la confesión de fe muestra una articulación trinitaria, es


también trinitaria la estructura interna del acto de fe cristiana. A causa del
envió del Espíritu Santo al corazón del hombre (Romanos 5,5), y en virtud de
la participación en la relación filial de Jesús con el Padre (Romanos 8, 15.29;
Gálatas 4,4-6), a la existencia cristiana en la gracia se le concede la realización
de las relaciones entre el Padre, el Hijo y el Espíritu.

La teología cristiana está totalmente determinada, tanto en lo referente a sus


temas como de estructura, por la fe en la Trinidad divina. De donde se sigue
que la doctrina trinitaria ocupa también una posición central y centralizadora
en la articulación de la teología dogmática.

El conocimiento de la vida trinitaria de Dios no es el resultado de una


especulación abstracta en el marco de una teodicea filosófica, sino que de la
escucha inmediata y directa de la autor revelación historicosalvificas de Dios.
De ahí que la doctrina sobre la Trinidad se sitúa en el centro de la dogmática,
inmediatamente a continuación de los tratados de la autorrevelación de Dios
Padre, de la revelación del Hijo en la Cristología y de la misión del Espíritu Santo
en la Neumatología, como suma y compendio de la auto comunicación de Dios.
Desde esta cumbre se divisa a continuación la vid del cristiano, en su nivel
individual y en el comunitario, como encaminada a la plenitud y a la
consumación final. La doctrina de la Trinidad articula también los tratados que
se ocupan de la aceptación humana de la revelación, (Mariología, Escatología,
Eclesiología, Sacramentología Doctrina de la Gracia).

Dado que la Trinidad no es un añadido extrínseco a una fe general en Dios, sino


la revelación de la más íntima esencia de la divinidad, debe considerarse
sumamente desafortunada la división, habitual en el Barroco y en la Neo
escolástica, de la doctrina sobre Dios en dos tratados, uno sobre el Dios uno y
otro el Dios trino.

Una teología orientada hacia sus fuentes tenía que superar tanto bipartición
del tratado sobre Dios como la concepción de que la Trinidad es sólo un
elemento adicional del cristianismo que no afecta sustancialmente a la
relación personal del cristiano con Dios en la fe, el amor y la oración y que
carece de importancia para el desarrollo de cada uno de los tratados
dogmáticos concretos.

La autorrevelación de Dios como creador, redentor y reconciliador de los


hombres, de la oferta de alianza a Israel y de su auto manifestación como
Padre de Jesucristo se desprende la doctrina de la unidad de la unidad de Dios.
Así, la identificación de Dios con el Padre de Jesucristo lleva a un concepto de
Dios caracterizado tanto por la unidad de la divinidad como por la
relacionalidad, que es elemento constitutivo de su esencia. La relacionalidad
interna de Dios en su Palabra y en su Espíritu se revela en la historia con la
humanidad de Jesús y en la identificación –implícita en aquella relación- de la
Palabra divina con este hombre (encarnación de Dios, unión hipostática). En la
relación con Jesús, Dios se revela como Padre. En el inicio de la vida pública de
Jesús, en el bautismo en el Jordán, en la transfiguración, la cruz, la resurrección
y el envío del Espíritu de Dios a conocer su esencia: Padre, Hijo y Espíritu,
aparecen como los sujetos –en mutua referencia- de la única realidad divina.
Así, pues, a la trinidad divina no se ha llegado por el camino de una deducción
especulativa a partir de un concepto abstracto, ni se le presenta al hombre, de
forma positiva, como comunicación meramente extrínseca en la que
<<simplemente hay que creer>>. La fe en la Trinidad es más el reconocimiento
reflejo de la auto apertura histórica de Dios en Jesús de Nazaret, en su Palabra
y en su esencia, que se revela a través de la encarnación y de la misión
escatológica del Espíritu.

Puede, pues, decirse; La Trinidad económica (historicosalvifica) es la


base del conocimiento de la Trinidad inmanente (intradivina). La Trinidad
inmanente es el fundamento óntico de la Trinidad económica.
El Problema Sistemático de la Teología Trinitaria.

La teología trinitaria no es una especulación abstracta sobre la esencia de Dios


o simple reflexión sobre la identidad y la diferencia en el (o lo) Absoluto. La
formación lingüística primaria en el testimonio bíblico y la exposición
conceptual refleja en el dogma de la Trinidad están marcadas por la
experiencia histórica concreta de la autorrevelación del Dios trino. La
experiencia de la fe es anterior, tanto objetiva como cronológicamente, a su
conceptualización. El hombre no puede prescribir a Dios, a través de conceptos
previamente fijados, las condiciones de su realidad y de su autoapertura en la
historia.

La Originalidad de la Doctrina Trinitaria Cristiana.

La fe en la Trinidad no se distingue sólo gradual o accidentalmente, sino


esencial y originariamente, tanto de las mitologías politeístas como de las
especulaciones cosmológicas matemáticas y filosóficas sobre Dios como ley
estructural del universo. El origen historicosalvífico, y no especulativo, de la fe
cristiana en la Trinidad señala también que no es el resultado de una síntesis
externa de elementos heterogéneos de unidad y multiplicidad (donde la
unidad se tomaría del monoteísmo y la multiplicidad del politeísmo). Esta fe
trinitaria no abandona el campo de la visión de la unidad y la unicidad de Dios
delimitado por el Antiguo Testamento (Deuteronomio 6,4), sino que se
entiende a si misma como la culminación radical –revelada por el mismo Dios-
del monoteísmo. El Padre, el Hijo y el Espíritu no son diferentes individuos de
una especie general llamada naturaleza divina, sino titulares de la naturaleza
divina única e indivisible. Lo que une a los judíos y cristianos es la fe en la
unicidad de Yahvéh, en quien los cristianos conocen y confiesan al Padre como
poseedor imprincipiado de la divinidad. Lo que les separa es la confesión
cristiana de la comunicación plena de la esencia divina al Hijo y al Espíritu, una
comunicación que no multiplica la esencia de Dios, sino que señala la plenitud
y la consumación relacional del Dios uno y único.

No puede trazarse una línea de conexión ni histórica ni sistemática entre la


doctrina de la Trinidad cristiana y el politeísmo. Las semejanzas y los paralelos
algunas veces señalados por la investigación de la historia de las religiones se
apoyan en combinaciones asociativas o en las falsas intelecciones del dogma
trinitario cristiano. La yuxtaposición de triadas de divinidades (o otros grupos
numéricos) de las religiones míticas no tiene nada que ver con la teología
trinitaria cristiana, porque no supera el nivel del politeísmo. Y menos aún las
triadas cósmicas del cielo, el agua y la tierra, es decir, Anu, Enlil y Ea, o las
ternas siderales del sol, la luna y las estrellas, o las tri-unidades místicas del
hinduismo, Brahma, Visnú, Siva, o la triada imperial de Amun, Re, y Ptah,
dioses de Egipto faraónico introducida por motivos…

La Trinidad en el Credo y en la Liturgia.

El Nuevo Testamento, la confesión de fe y la fórmula bautismal hablan, desde


la base de la unidad de Dios, de Dios Padre, de su Hijo y de su Espíritu. Surge
así el problema de la unidad en la esencia divina y de la diferencia de los tres
nombres. Fueron los apologetas los primeros que hablaron, en el siglo II, de la
“Trinidad en Dios”. Atenagoras 1n 177 dice: En su fe, los cristianos <<adoran a
Dios Padre y al Hijo como Dios y al Espíritu Santo y señalan que poseen el
mismo poder en su unidad (henosis) y diferencia en su secuencia y orden>>.

Tertuliano latinizó el vocablo como Trinidad: Trinitas divinitatis, Pater et Filius


et Espiritus Santus. Debe hablarse de la unidad de Dios en el nivel de su
esencia, su naturaleza o su substancia, mientras que para expresar la
diferencia de Padre, Hijo y Espíritu debe recurrir a una denominación
específica (prosopon, persona, subsistencia o hipostasis).

Adquiere así un firme perfil la formula trinitaria básica: una substancia,


tres personae una esencia o una realidad tres personas, portadoras o
titulares.
<<Origen del concepto Persona: Hay tres principales hipótesis con respecto al origen del concepto:

La hipótesis jurídica. Afirma que el concepto persona procede del lenguaje jurídico en el que se define la persona como “sujeto de
derechos”. Muy pronto fue abandonada esta teoría por su poca consistencia.

La hipótesis cultural. Asegura que el termino persona deriva del patrimonio de la cultura profana de Tertuliano, en la que se definía la
persona como

“individualidad humana”, esto es, de manera empírica y simple.

La hipótesis bíblica. Esta afirma que el concepto persona es resultado de la exegesis prosoprografia que consiste en una determinada
“interpretación que saca a la luz cierto procedimiento (truco), haciendo ver que el autor ha creado roles dramáticos en dialogo para darle
vida a su poema, o su narración.

El concepto de persona, desde su origen expresas la idea de dialogo.


La reflexión trinitaria: Dentro del campo católico, el concepto de persona sirvió, en primer lugar, para expresar el carácter dialógico y
comunitario existente dentro del misterio de la vida trinitaria. Designa, por tanto, no la naturaleza que es única, sino las relaciones
existentes en Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esto quiere decir que la persona en Dios es dialogo.

Tertuliano encontró un fundamento bíblico de esta afirmación e Jn 10, 30: “Yo y el Padre somos uno”. La expresión. “Yo y el Padre” indica
pluralidad, mientras “somos uno”, hace referencia a la unidad. En otras palabras, para distinguir la unicidad de la naturaleza en Dios de
la duplicidad de la relación personal, se usa el término persona.

Por otra parte, el XI Sínodo Provincial de Toledo, considera el término “persona”, esto es, relación, como modo adecuado de hablar de la
Trinidad: “Haec est santae Trinitatis relara narratio” DS 529.

En general, los Padres griegos y latinos caracterizan las personas divinas mediante sus relaciones. La persona en Dios dice relación,
dialogo, ser vuelto al otro.

La teología, por su parte, define a la persona como “relación subsisntente” o “esse ad”. Se le llama relación “subsistente” porque existe y
subsiste propiamente como relación sin tener que depender o apoyarse en la substancia. En otras palabras su realidad reside en ser
persona-relación y no substancia>>. (Cf. “Tú eres el Cristo”. Ezequiel Castillo Solano, Pág. 141s, Universidad Pontificia de México).

El XI concilio de Toledo (675) insistió en el término, Trinidad y rechazó la


errónea traducción de un Dios triple. Padre, Hijo y Espíritu son
denominaciones que señalan el origen y se identifican con la esencia divina,
no designaciones de una multiplicación numérica de la esencia divina, no
designaciones de una multiplicación numérica de la esencia divina (en cuanto
que el número matemático se extrae de la cantidad; Salmo 146, 5 Vulgata:
<<Ningún número puede abarcar a Dios>>.

La fe trinitaria tiene su expresión inmediata en la liturgia bautismal (Mateo 28,


19; Didakhe, 7, 1.3: Justino 1 apolo. 61, 3.10-13), en la articulación trinitaria de
la oración cristiana Gálatas 4, 4-6; Romanos 8, 15; Judas 20; Orígenes or, BKV
48, 147) y, de manera especial, en la estructura de la plegaria eucarística
(Justino 1 apol, 67; Hipólito, tradición apostólica 4).

Irineo de Lyon considera que en el bautismo trinitario se sintetizan los


contenidos básicos de la fe y el camino de salvación del cristiano Este bautismo
es el fundamento de la regula fidei:

<<El bautismo declara que “el Padre nos ha agraciado con el renacimiento
por su Hijo en el Espíritu Santo, pues quienes reciben el Espíritu Santo y lo
llevan en si son llevados a la Palabra, es decir, al Hijo. Pero el Hijo los lleva al
Padre, y el Padre los hace participes de su inmortalidad. Así, pues, sin el
Espíritu no puede verse la Palabra de Dios y sin el Hijo nadie puede llegar al
Padre, porque el Hijo es el conocimiento del Padre. El conocimiento del Hijo
se consigue por el Espíritu. El Hijo, en cuanto dispensador, da el Espíritu,
según el beneplácito del Padre, a quienes el Padre quiere y como quiere”>>.

Orígenes menciona como puntos esenciales de la proclamación apostólica:


<<Primero: que hay un solo Dios que lo ha creado y ordenado todo … luego,
que Jesucristo, el que ha venido, fue engendrado por Dios antes de toda
creación … Se ha despojado a sí mismo y se ha hecho hombre, ha tomado
carne, aunque era Dios y, a través de su humanización, siguió siendo lo que
era: Dios … Luego nos ha concedido, en cuanto participes de la gloria y
dignidad del Padre y el Hijo, el Santo Espíritu>>.

Principales Documentos Doctrinales sobre la fe en la Trinidad.

Además de las fórmulas de los símbolos de estructura trinitaria (DH 1-76…,


deben mencionarse:

1.- El Símbolo nieceno-constatinopolitano 325-381. DH125, 150.

2.- El Apostólico del s II (tuvo diferentes versiones). DH 30.

3.- El <<Atanaciano>> o Quicumque, del s IV DH 75.

4.- La carta de Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría del año 262: DH 112-
115.

5.- El sínodo romano bajo Dámaso I, en el 382: DH 153-176.

6.- El II concilio de Constantinopla, en el año 553, cánones 1 y 2: DH 421s.

7.- El sínodo de Letrán, del año 649, bajo Martin I, cánones 1 y 2: DH 501.

8.- El XI concilio de Toledo, del año 675: DH 525-532.

9.- El sínodo romano, del año 680, bajo el papa Agatón I: DH 546.

10.- El XV concilio de Toledo, del año 688, DH 566.

11.- El XVI concilio de Toledo, del año 693: DH 568.

12.- El IV concilio de Letrán, del año 1215: DH 800.


13.- El II concilio de Lyon, del año 1274, en la profesión de fe del emperador
Miguel Paleólogo: DH 851-853.

14.- El concilio de la unión de Florencia, del año 1439, con las bulas Laetentur
coeli DH 1300-1303.

15.- la constitución Cum quorumdan hominun del papa Paulo IV, en el año
1555, contra los unitaristas y los socinianos: DH 1880.

También deben mencionarse las condenas de algunos errores trinitarios y


expresiones equivocas: Pedro Abelardo en el sínodo de Sens del año 1140 DH
721-724, de Gilberto de Poitiers en el sínodo de Reims del año 1148 DH 745,
del sínodo diocesano de Pistoya, en la constitución Auctorem fidei de Pío VI,
el año 1794 DH 2657. En el siglo XIX, Auton Gunther fue condenado por Pío IX
DH 2828, Antonio Rosmini por León XIII DH 3225s, y finalmente, la declaración
de la Congregación de la fe Mysterium filii Dei del año 1972 contra algunas
intelecciones nuevas poco afortunadas del concepto de persona en la
cristología y en la doctrina, que siembran dudas sobre las hipostasis del Logos
y del Espíritu DH 4520.

Los enunciados doctrinales del Dogma teológico trinitario.

1.- La Trinidad es un misterio absoluto, que sigue siendo internamente


inescrutable también después de haber sido revelado, es decir, que no puede
ser reducido a la capacidad cognitiva natural de la razón creada. No obstante,
en la fe y en el amor se crea una relación dinámica cognoscente y unificante al
misterio del amor que es el mismo Dios.

2.- La Iglesia cree en el Dios uno y único en las tres personas (hipostasis,
subsistencias) del Padre, el Hijo y el Espíritu. Son la única naturaleza (esencia)
divina, iguales en eternidad, en omnipotencia, etc.

3.- El Padre, el Hijo y el Espíritu se diferencian realmente (no sólo lógicamente)


entre si en cuanto personas. Existe entre ellas un orden de orígenes y de
relaciones (ordo relationis). El Padre posee la naturaleza divina sin recibirla de
otro principio (agenesis, ingenito). El Hijo procede de la esencia del Padre a
modo de <<generación>> (atemporal) y es con el Padre el único Dios. El
Espíritu no es engendrado. Procede originariamente del Padre y del Hijo como
de un único principio. De acuerdo con el nombre de Espíritu y con el uso
linguistico de la Sagrada Escritura, esta procesión recibe el nombre de
<<espiración>>.

4.- En la unidad del Dios único se dan varias relaciones y propiedades


realmente distintas entre sí. Como es la relación mutua de las personas divinas
la que constituye la realización esencial única de Dios, entre la esencia de Dios
y las personas divinas sólo hay diferencia virtual.

5.- Las personas divinas no son realmente distintas de la esencia divina; no


forman, junto con ésta, una cuaternidad. De donde se deriva la formula
trinitaria básica: En Dios todo es uno, donde no obsta la oposición de las
relaciones.

6.- Las personas divinas no son partes o elementos de la realización de Dios,


sino que cada una de ellas es el Dios único y verdadero. Cada persona divina
está en las otras. Se compenetran mutuamente (pericoresis).

7.- No se puede separar a unas personas divinas de las otras cuanto actúan
hacia el exterior (ad extra). Constituyen un único principio de acción en la
creación, la redención y la consumación final. Pero esto no quiere decir que no
se dé en la unidad de su acción una diferencia de las personas (en la revelación
histórica).

II.- La fe en la Trinidad en el Testimonio Bíblico. Francisco y Juan.

III.- Perspectivas histórico-teológicas. Miguel y Reynaldo.

IV.- Concepciones sistemáticas de la teología trinitaria contemporánea. Reyes


y William.
CRITERIOS Y PROCEDIMIENTOS DE EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN:

1.- Asistencia 10 %.

2.- Reporte de lectura 30 %.

3.- Exposición en clase 30 %.

4.- Examen final 30 %.

= 100 %. = 10.
BIBLIORAFIA

1,- Dogmática. Gerhard Ludwig Müller. Herder.

2.- El Magisterio de la Iglesia. H. Denzinger, P. Hunermann. Herder.

3.- DIOS En Medio de Nosotros. Bárbara Andrade. Secretariado Trinitario,


Salamanca.

4.- TRINIDAD, Itinerario de Dios al Hombre. Xabier Pikaza. Sígueme.

5.- La Trinidad Como Historia. Bruno Forte. Verdad e Imagen.

6.- Dios Uno y Trino. Tomo II Auer. Ratzinguer. Herder.

7.- Nuevo Diccionario de Teología. Tomo II. Ediciones Cristiandad.

8.- Diccionario Enciclopédico de La Biblia. Xabier Pikaza. Ediciones Sapientia.


TEMARIO PARA EL EXAMEN DE LA TEOLOGIA DE LA TRINIDAD:

1.- COMO SE PRESENTA LA TRINIDAD EN LAS RELIGIONES.

2.- FORMACION DEL CONCEPTO TRINIDAD.

3.- DEFINICIÓN Y SIGNIFICADO DEL TRATADO DE LA TRINIDAD EN LA


DOGMATICA.

4.- DEFINICION Y SIGNIFICADO DE PERSONA (PROSOPON).

5.- PRINCIPALES DOCUMENTOS DOCTRINALES SOBRE LA FE EN LA TRINIDAD.

6.- LA FE EN LA TRINIDAD, EN EL TESTIMONIO BIBLICO.

7.- TEOLOGOS QUE EXPONEN LA TEOLOGIA DE LA TRINIDAD EN LA EPOCA


CONTEMPORANEA.

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