En el aeropuerto, Primus sufrió un accidente al cruzar por una de las puertas
corredizas automáticas. Estas se cerraron justo cuando él pasaba. El golpe le
produjo lesiones en las piernas, el abdomen y el brazo derecho. Además, perdió el vuelo, lo que le impidió llegar a Cali a una subasta en la que pensaba presentar una generosa postura para adquirir un inmueble en un remate judicial. Primus presentó la demanda de responsabilidad contra la sociedad encargada de administrar el aeropuerto. En las pretensiones solicitó la reparación integral de los perjuicios: daño emergente, por los gastos médicos; lucro cesante, por el ingreso que dejó de recibir al no poder participar en la subasta; daño moral, por el sufrimiento que le produce el dolor en la pierna; daño a la vida de relación, porque ahora le da miedo viajar en avión, debido al temor que siente cuando tiene que pasar por una puerta corrediza. Cabe agregar que, el día de los hechos, Primus llevaba un bastón nuevo. En el peritaje aportado al proceso, se evidencia que dicho artículo tenía un defecto de fábrica que condujo a que Primus trastabillara justo en el momento de cruzar por la puerta, lo que seguramente influyó en el resultado dañoso. Si la sociedad demandada lo contratara a usted para que la representara en el pleito, ¿cómo enfocaría la defensa desde el punto de vista de las reglas de la causalidad y de la imputación? __________________________________________________________________
R/ Como defensa de la parte demandada argumentaríamos que, primero, la
jurisprudencia civil ha optado en la mayoría de los casos por la teoría de la causalidad adecuada - como se puede evidenciar en el expediente 11.842 del 19 de julio de 2000, expediente 12.789 del 21 de febrero de 2002, entre otros, en donde esta causalidad, como la define el Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 26 de marzo de 2009, expediente 17994, se rompe en razón a una causa extraña que en este caso es el tropiezo que tuvo Primus con su propio bastón, que según el peritaje aportado, se encontraba en un estado defectuoso, lo cual generó su caída. Segundo, las puertas automáticas del aeropuerto tienen un rango de distancia vertical, es decir, desde el suelo hacia arriba, de 5 a 20 cm, luego entonces, el sensor de la puerta no logró detectar a Primus, ya que al estar en el piso no cubría el rango anteriormente mencionado, por lo que se puede concluir que la puerta únicamente continuó su funcionamiento normal. En cuanto a la imputación, al existir una causal exonerativa de responsabilidad como lo es la causa extraña que se presentó, no hay lugar a ella, dado que el hecho externo fue imprevisto e irresistible, además el accidente no se produjo a causa de una falla del sistema ni de negligencia por parte de la sociedad administradora en el mantenimiento de la puerta, al contrario esta se encontraba en perfecto estado y su funcionamiento era el adecuado. Por lo anteriormente expuesto, encontramos injustificadas todas las pretensiones que alega el demandante basándonos en la “EXONERACIÓN DE RESPONSABILIDAD DE LA SOCIEDAD ADMINISTRADORA DEL AEROPUERTO”, “ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA”, “INDEBIDA ESTIMACIÓN DE LAS PRETENSIONES DE LA DEMANDA”, “INEXISTENCIA DEL NEXO CAUSAL” y “ROMPIMIENTO DEL NEXO CAUSAL POR EL HECHO DE UNA CAUSA EXTRAÑA” Sentencia SC5674-2018 que resuelve recurso extraordinario de casación y trayendo a colación tres de ellas por falta de fundamento como lo son: 1. El lucro cesante, pues no había ningún ingreso ya existente en el momento del accidente relacionado con la subasta en Cali a la cual no pudo asistir Primus. 2. El daño moral, ya que lo que aduce el demandante es un dolor físico en la pierna y no un menoscabo emocional o psicológico. 3. El daño a la vida de relación, pues tampoco estaría fundamentado correctamente, porque si bien el accidente ocurrió con la puerta automática que tenía el aeropuerto, lo que él expone es el miedo que le genera viajar en avión, lo cual no va necesariamente ligado con las puertas corredizas, ya que éstas no sólo se encuentran en los aeropuertos, así que el temor que dice tener Primus con respecto a ellas también se daría al concurrir en otros espacios públicos como lo son por ejemplo, los centros comerciales, y esto no fue mencionado, en consecuencia, su afirmación es incoherente al centrar su temor unicamente a las puertas corredizas del aeropuerto.