Está en la página 1de 27

Cámara de Apelaciones- Sala Primera Civil y Comercial

AUTOS "RAMOS HÉCTOR DAMIÁN C/ GERMANO ELIZABETH Y/U OTRA S/


ORDINARIO" - Expt. Nº 5472/C
JUZGADO CIVIL Y COMERCIAL Nº 2, GUALEGUAY

/ / / -CUERDO:
En la ciudad de Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, a los veintinueve
días del mes de junio de dos mil diecisiete, se reúnen los Señores
Miembros de la Excma. Sala Primera en lo Civil y Comercial de la
Cámara de Apelaciones de Gualeguaychú, Dres. Ana Clara Pauletti,
Gustavo A. Britos y Guillermo Oscar Delrieux para conocer del recurso
interpuesto en los autos caratulados: "RAMOS HÉCTOR DAMIÁN C/
GERMANO ELIZABETH Y/U OTRA S/ ORDINARIO", respecto de la
sentencia de fs. 981/993. De conformidad al sorteo oportunamente
realizado, la votación tendrá lugar en el siguiente orden: BRITOS,
PAULETTI y DELRIEUX.
Estudiados los autos la Excma. Sala propuso las siguientes
cuestiones a resolver:
PRIMERA: ¿Es justa la atribución de responsabilidad en la
sentencia apelada? ¿Es justa la exclusión de cobertura de la Compañía de
Seguros?
SEGUNDA: ¿son justos los rubros indemnizatorios otorgados y
rechazados? ¿son justos los montos fijados? ¿qué pronunciamiento
corresponde dictar?

A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SR. VOCAL DR.


GUSTAVO A. BRITOS, DIJO:
Viene el presente expediente al Tribunal para resolver el
recurso de apelación interpuesto por el actor, Héctor Damián RAMOS y
las demandadas, Elizabeth Germano y Luisa Elvira Bossio respecto de la
sentencia dictada a fs. 981/993, por la cual se hizo lugar de modo parcial
a la demanda por daños y perjuicios promovida, condenando a las
accionadas a abonar la suma de $ 2.684.055,00, en concepto de
indemnización por incapacidad sobreviniente, daño emergente, perdida
de chance, daño moral, más intereses desde la fecha del siniestro hasta
su efectivo pago, de acuerdo a la tasa activa del Banco Nación Argentina;
desestimó el reclamo por lucro cesante y gastos de acompañante
terapéutico, impuso las costas a los vencidos; e hizo lugar al planteo de
exclusión de cobertura y declinación de citación en garantía, formulado
por Sancor Cooperativa de Seguros Limitada, con costas al actor y
demandadas; y difirió la regulación de honorarios profesionales.
1-) En sus fundamentos el juez a quo ponderó que reconocidas
las circunstancias de tiempo, lugar y protagonistas del siniestro, acaecido
el día 25/02/2011, cuando el actor circulaba en su motocicleta marca
Yamaha IBR 125 en la localidad de Gualeguay, por calle Alfredo Palacios,
desde la derecha, en sentido sur-norte, y al traspasar la intersección con
calle Alem colisiona con el automóvil VW Gol, que circulaba por la última
arteria, desde la izquierda en sentido oeste-este, propiedad de la
demanda Bossio y conducido por la co-demandada Germano,
correspondía decidir la atribución de responsabilidad -materia
controvertida-, tratándose de una colisión entre vehículos, cosas
riesgosas, interpretó aplicable al caso lo dispuesto por el art. 1113 del
Cód. Civ., esto es, cada dueño o guardián responde por los daños
ocasionados al otro, salvo que se demuestre la concurrencia de alguna
excepción legalmente prevista, en el caso la culpa de la víctima alegada
por la co-demandadas, por excesiva velocidad del actor. Evaluó los
elementos reunidos: pericia accidentológica realizada en sede penal -fs.
37- que concluye como causa eficiente del accidente, el accionar del
conductor del VW Gol al disponerse atravesar la encrucijada, sin respetar
la prioridad de paso; informe de la Municipalidad de Gualeguay que da
cuenta que la demandada Germano no poseía licencia de conducir, unido
a la pericial oftalmológica que indicó que presenta nistagmos horizontal y
desviación de la mirada a la supraversión de carácter congénito, apta
para conducir bajo determinadas condiciones; valoró al respecto que si
bien la presunción de impericia fundada en la falta de carnet es iuris
tantum, no se había acreditado que contara con la capacidad para
manejar, a lo que sumó que arribó a la encrucijada sin respetar la
prioridad de paso -art. 41 LNT- y en su declaración indagatoria (causa
penal) expresó que veía al motociclista avanzar y esperaba que pasara
por atrás o frenara, por lo que atribuyó la responsabilidad del siniestro a
Germano.
Establecida la responsabilidad del siniestro, analizó la exclusión
de cobertura, opuesta por la citada en garantía, la que juzgó procedente,
en función de la cláusula 23 inc. 8 del contrato de seguro, que establece
la conducción de personas que no estén habilitadas para esa categoría de
vehículos por la autoridad competente, y la doctrina vinculante del
STJER, que determinó: cuando se encuentra claramente prevista dicha
causal en el contrato de seguro, debe considerarse como un caso puntual
de exclusión de cobertura sin interesar si existió culpa grave o no del
asegurado.
Por último, analizó los rubros indemnizatorios, en concepto de
incapacidad sobreviniente, teniendo en cuenta las pautas fijadas por esta
alzada en "Gervasoni", receptadas por el CCyC en el art. 1746, de
acuerdo a la incapacidad informada por la pericial médica -79%-, a raíz
de las lesiones sufridas "lesión medular incompleta C4 con trastornos
motores en cuatro miembros", fijó la suma de $1.319.055,91; por daño
emergente concedió la suma de $20.000, ponderó para establecer esta
suma menor a la reclamada -$182.000- que si bien se encontraban
acreditados el tiempo de internación durante más de un año, la
movilización de familiares (la madre) para acompañarlo en la clínica, que
debe realizar tratamientos de rehabilitación que implican la realización de
viajes tres veces a la semana hacia el CENER, cito en Galarza, por otro
lado también se encontraban acreditados pagos de la ART por
prestaciones médicas, farmacia y rehabilitación, por la suma de
$1.113.288,43; desestimó el rubro lucro cesante, indicando que la
perdida de la aptitud laborativa se encuentra comprendida y fue
contemplada al momento de fijar la indemnización por incapacidad
sobreviniente; hizo lugar a la suma de $345.000, en concepto de pérdida
de chance, indicando que se había acreditado que al momento del
siniestro se desempeñaba como empleado del Frigorífico "Soychú" y que
a partir del siniestro se vió imposibilitado no sólo de trabajar sino de
valerse por sí mismo; valoró el daño psicológico reclamado en forma
conjunta con el daño moral, y otorgó la suma de $1.000.000, teniendo en
cuenta la pericia psicológica practicada que da cuenta de su salud física,
sus desarreglos corporales, diagnóstico de "Trastorno de estado de ánimo
debido a una enfermedad médica" -fs. 871-, y el estudio socio ambiental
que ilustra sobre la realidad de Ramos luego del accidente, debido a las
lesiones físicas en su columna vertebral que inciden directamente en su
capacidad motora de brazos y piernas, requiriendo la implementación de
bastón, indicando que el accidente fue un punto de inflexión que modificó
sustancialmente su presente y su proyecto de vida. Rechazó el rubro
gastos por acompañante terapéutico, aspecto que explicó contempló en
la indemnización por incapacidad sobreviniente y daño moral.
2-) Luce a fs. 1004/1014 y vta., memorial de agravios del
apoderado de las demandadas Bossio y Germano, Dr. Jorge Rubén
Impini, quien se agravia de que el a quo estableció la responsabilidad de
su representada -Germano- sin analizar la excepción opuesta por esa
parte, de culpa de la víctima, por excesiva velocidad, maniobra
imprudente e intempestiva de esquive, pretendiendo pasar por adelante
del vehículo que conducía la demandada, que llegó con antelación a la
encrucijada, impactando la parte delantera izquierda de la moto el
guardabarros delantero derecho, donde comienza el paragolpes; sostiene
que si bien no se comprobó la velocidad de los vehículos, la escasa de su
mandante surge porque quedó frenada en el lugar del impacto, sin
observarse huella de frenado, y en cuanto a la excesiva del actor se
comprueba por la forma que salió despedido "voló" varios metros,
elementos que señala surgen de las fotografías, croquis del lugar y del
análisis policial, que no fueron valorados. Respecto de la falta de carnet,
indica que su representada tuvo el mismo desde el año 2001 a 2009, que
de 2009 a 2012 no tuvo, pero no se acreditó que ello haya sido por un
impedimento físico, que actualmente volvió a tener carnet, con lo que
queda demostrada la idoneidad para manejar; por otra parte observa que
la pericia oftalmológica concluye que se encuentra apta para conducir, y
que deberá realizar un control anual para su habilitación. Respecto de los
montos indemnizatorios crítica que el juez para descartar la incidencia
que tuvo la falta de casco en las lesiones padecidas aplica su sentido
común, cuando en realidad el perito no respondió el pedido de explicación
a esa cuestión, que es de carácter científico, por lo que tacha de
arbitraria la afirmación del juez; reprocha además que los montos son
excesivos y arbitrarios, sostiene que no se tuvo en cuenta que el actor
percibió una indemnización integral de la ART por ser un accidente de
trabajo, tampoco que dado el grado de incapacidad tendrá una jubilación
por incapacidad, lo que debió valorarse para computar la perdida de
chance; explica que surge del informe de La Segunda -fs. 277- que se le
iba abonando mes a mes pagos mensuales por gran invalidez, sostiene
que el juez en uso de sus facultades y en búsqueda de la verdad objetiva
debió solicitar el detalle de los pagos realizados por la ART, para restarlos
de la indemnización, dado que la incapacidad es una sola, en igual
sentido pregona que deberá reducirse la suma otorgada por daño moral
que tiene relación con la indemnización por incapacidad. En cuanto al
daño emergente, reprocha que fue cubierto en su totalidad por la ART,
cita jurisprudencia. Por último, critica la exclusión de cobertura de
garantía de la aseguradora, enfatiza que la idoneidad de la demandada
esta demostrada con las licencias anteriores y luego corroboradas por las
posteriores y por el examen médico, advierte que lo resuelto contradice
la doctrina del STJER en autos "Figueroa Blanca Rosa c/ Arballo Hugo
Marcelo"; pondera que la cláusula excluyente de responsabilidad por
carencia de carnet habilitante tiene por fin evitar que el automotor sea
conducido por quien es inepto, por resultar un incremento anormal del
riesgo, por ello no puede valorarse la falta de carnet habilitante con
independencia de la real aptitud para el manejo.
3-) A fs. 1016/1026 y vta., expresa agravios el Dr. Gregorio S.
Erro, representante legal del actor, quien se agravia primero de la
exclusión de cobertura de la citada en garantía, a la idoneidad para el
manejo de la demandada Germano suma que la cláusula 23 inc. 8 debió
valorarse de acuerdo a lo que establece el art. 114 de la L.S., en cuanto
dispone que el asegurado tiene derecho a ser mantenido indemne, a
menos que el siniestro se produzca por su dolo o culpa o grave, por lo
que la cláusula de exclusión juega cuando es el asegurado quien no
cuenta con carnet habilitante, y no en el caso de un tercero, cita
jurisprudencia, y señala que el presente caso no es igual al señalado por
el a quo como doctrina vinculante por el STJER "Cooperativa de Servicios
Público Villaguay Ltda. c/ Diaz Aldo y Otro", señala que desde entonces
se ha avanzado en el enfoque social y económico del seguro, teniendo en
cuenta que la víctima no puede quedar al desamparo por desidia del
asegurado, postula que son inoponibles al actor las cláusulas que limiten
o excluyan la cobertura a la víctima, que es ajena a la relación
contractual entre el asegurado y la compañía, cita en sintonía
jurisprudencia de la CSJ, que alude a la función social de la reparación,
determinando que los daños deberán ser a cargo de la aseguradora si
fueron ocasionados dentro del período cubierto. En segundo lugar
formula agravio por el rechazo de los rubros lucro cesante, daño
psicológico y gastos en acompañante domiciliario, como así también por
el monto otorgado en concepto de daño emergente y daño moral. Precisa
que la incapacidad subsume el lucro cesante pero no tiene en cuenta la
depreciación de la moneda, indica que actualmente la escala salarial para
la categoría de maquinista es de $18.826, que de acuerdo a ello con el
mismo cálculo empleado en la sentencia la reparación sería tres veces
mayor ($3.967.000). Refuta que la incapacidad física y el lucro cesante
son dos conceptos que no se superponen, sino que responden a la idea
de una reparación integral, el último apunta a la ganancia concreta y
efectiva que se vió privado de percibir durante el tiempo que no pudo
trabajar en absoluto, y el primero a la incapacidad futura. Objeta por otra
parte la inclusión del daño psicológico dentro del daño moral, indicando
que con la pericia psicológica -fs. 867/872- ha quedado acreditado el
grave daño a la psiquis de Damián, remite a una verdadera lesión
orgánica a diferencia del daño moral que opera en el ámbito anímico
espiritual. En cuanto al rechazo del rubro acompañante terapéutico
remarca que se encuentra debidamente acreditado que requiere de
asistencia técnica de por vida -fs. 311-. Tercero, se agravia de la
imposición de costas por la intervención de la aseguradora citada en
garantía, señala se aparta de calificada doctrina y jurisprudencia que
considera a las costas en el proceso de daños como parte de la
reparación, más allá del beneficio de litigar sin gastos que posee. Por
último hace reserva del caso federal.
4-) A fs. 1031/1033, la parte demandada contesta, el cálculo
que pretende el actor del rubro incapacidad sobreviniente, con elementos
no incorporados en el expediente, sueldo actual del empleado de la
carne, es totalmente improcedente, a lo que agrega la suma otorgada se
obtuvo aplicando a ese sueldo intereses desde el día del siniestro. En
cuanto a la pretensión de diferentes indemnizaciones por incapacidad
sobreviniente y lucro cesante, implica un enriquecimiento injustificado,
puesto que al calcularse la indemnización desde el mismo día del
accidente, queda comprendido el lucro cesante. Relativo al daño
psicológico, refuta uniforme criterio jurisprudencial ha definido que no es
autónomo sino que debe traducirse en daño patrimonial indirecto o en
daño moral, según corresponda. Por último, en torno a la queja por el
rechazo de indemnización por acompañante terapéutico, afirma es
inadmisible, aclara, el porcentaje de incapacidad del 79 %, contempla
todos los aspectos de la vida de la víctima, y es por ello que el monto
obtenido engloba cualquier tipo de daño, necesidad o asistencia futura de
la víctima, por lo que no resulta un concepto autónomo. Por lo que
solicita se rechacen los agravios formulados.
6-) Se agrega contestación de agravios de los representantes
legales de Sancor Cooperativa de Seguros Ltda., a fs. 1034/1043
respecto del memorial del actor, y a fs. 1044/1051 en relación a las
quejas de las demandadas.
En responde del memorial formulado por el actor, aclara en
primer lugar que la obligación de indemnidad es respecto del asegurado y
no de indemnización de la víctima, y que la admisión de la excepción
planteada no dejó sin resolver la reparación del daño, resultando
condenadas la demandadas Bossio y Germano. Por otra parte, destaca
que los agravios sólo hacen foco en el crédito de la víctima sin reparar en
el contrato de seguro, del cual el actor no resulta consumidor, ni se
integra como beneficiario, cuyas cláusulas resultan razonables, no
contrarían la ley 24.240, y se encuentran aprobadas por la autoridad de
contralor, Superintendencia de Seguros de la Nación, de acuerdo a las
resoluciones Nro. 21.999 y 22.058. Agrega que en el caso Germano no
tenía carnet, que no lo tuvo durante tres años, no es un mero
vencimiento, además padecía una incapacidad grave que impedía o
dificultaba la conducción, conforme informó la perito oftalmóloga,
circunstancias conocida por la asegurada Bossio que intentó hacerse
pasar por conductora del vehículo en la oportunidad, y que motivó que
luego de tal maniobra delictiva, acreditada en la causa penal y denuncia
ante el seguro, dirigiera la CD expresando que se haría cargo de los
gastos del siniestro. Por otra parte, recalca que la función social del
seguro, no significa que no posea reglas o que las mismas puedan
dejarse sin efecto, en el que se determina claramente los riesgos
cubiertos y los supuestos de exclusión, por lo que solicita el fallo sea
confirmado. En forma subsidiaria contesta el agravio formulado en torno
a los montos indemnizatorios, argumenta que la incapacidad
sobreviniente y el lucro cesante resultan idénticos: ganancias que el actor
se ha privado de recibir en un futuro a causa del accidente, la sentencia
ha justificado su acertada decisión con citas jurisprudenciales, en igual
sentido observa que es adecuada la valoración del daño psicológico, con
respecto al rechazo del rubro acompañante terapéutico, no significa
negar que el actor pueda necesitar tal asistencia, resulta una pretensión
de salud que tiene otro legitimado pasivo, las obras sociales, que se
encuentran obligadas a cubrir esta prestación, por ley 24.901, por lo que
solicita el rechazo del recurso.
En responde del memorial formulado por las demandadas,
contestan específicamente respecto de la exclusión de cobertura, cuya
cláusula afirma delimita el riesgo cubierto, resulta clara y contundente
por lo que no necesita de mayor análisis para resultar operativa.
Destacan que la sentencia ha analizado debidamente la carencia de
licencia para conducir por un período de tres años (desde 2009 a 2012),
en conjunto con el resto de probanzas del juicio, entre ellas la
enfermedad congénita grave de Germano, dolencia que la obliga a
cumplir con requisitos muy estrictos, y que a juicio de esa parte
imposibilita para conducir, ya que una pestaña o cualquier otro cuerpo
extraño en uno sólo de sus ojos la deja prácticamente ciega, razón por la
cual fue oportunamente impugnada la conclusión pericial, resulta claro
que ese impedimento fue la causa de ausencia de renovación de licencia
no implicando un mero olvido administrativo. Citan jurisprudencia, y
solicitan el rechazo del agravio formulado.
7-)Establecidos los antecedentes del proceso, corresponde
proceder al tratamiento de los agravios planteados en primer orden por la
accionada en cuanto a la responsabilidad en la producción del siniestro,
para luego hacerlo con el recurso del actor relativo a la cuantificación de
los daños y, finalmente, ponderar los respectivos agravios formulados por
actor y demandado dirigidos a cuestionar la exclusión de cobertura de
siniestro decidida en el punto IV del capítulo resolutivo de la sentencia
impugnada.
7.1.-)Recurso de la accionada: En su memorial la accionada,
se queja de la responsabilidad determinada en la sentencia, la
cuantificación de la indemnización y la admisión del pedido de exclusión
de cobertura del seguro introducida por la aseguradora.
Agravios de la accionada relacionados a la responsabilidad en
el siniestro: Previo a ingresar a los agravios propiamente dichos, el
apoderado de las accionadas resume lo expuesto por el sentenciante para
asignar a su parte la total responsabilidad en la producción del siniestro
con sustento en el factor objetivo de imputación previsto en la norma del
art. 1113 del Código Civil; subsunción normativa que no viene
cuestionada en el memorial de agravios; tema respecto el cual cabe
expresar es la adecuada para el supuesto de accidente protagonizado por
vehículos incorporados a la circulación (CSJN, "ENTEL C / PROVINCIA DE
BUENOS AIRES", ratificada en "PAPPIER FEDERICO WOLF C/ PROVINCIA
DE SANTA FE S/DAÑOS Y PERJUICIOS" del 14 de octubre de 1993; S.T.J.
autos "REMISES ALEM S.R.L. C/ ORIS, LUIS FLORENCIO Y/O QUIEN
RESULTE RESPONSABLE S/ SUMARIO POR INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y
PERJUICIOS", del 31 de octubre de 2001), creándose "...presunciones
concurrentes como las que pesan sobre el dueño o guardián, quienes
deben afrontar los daños causados a otro, salvo que prueben la
existencia de circunstancias eximentes...", quedando a cargo de quien
pretende interrumpir el nexo de causalidad generado por esa atribución
objetiva de responsabilidad la alegación vos de la eximente que invoquen
y la prueba de los hechos constitutivos de las misma.
A partir de allí la circunstancia de la carencia de carnet
habilitante para conducir de quien conducía el vehículo generador de los
daños reclamados, carece de manera absoluta de incidencia para
interrumpir aquel nexo de causalidad. Por el contrario, la falta de la
habilitación para conducir en su caso lo agrava, coadyuvando
subjetivamente a la responsabilidad objetiva.
Tampoco resulta argumento adecuado la alegada manera de
conducir de Germano, pues en el caso no se trata de la atribución del
daño con la cosa prevista en la primera parte del segundo párrafo del art.
1113 del C. Civil, a través de la cual se genera una presunción de culpa
que permite sea desvirtuada; pues en el caso -reitero no se atribuye la
producción del daño con la cosa- sino por el riesgo de esa cosa, tal como
lo constituye el vehículo incorporado a la circulación, en el caso la
camioneta Eco Sport dominio “HEH-039”.
Finalmente tampoco incide en esa pretendida interrupción del
nexo de causalidad por atribución objetiva de responsabilidad la condición
de riesgosa de la moto incorporada a la circulación, respecto lo cual cabe
conceder razón al apelante, mas ninguna incidencia tiene en el caso al no
estarse analizando una pretensión de daños ocasionados por ella, lo cual
quita toda posibilidad de ponderación al respecto para erigirla en una de
las eximentes previstas en el art. 1113 segunda parte del segundo
párrafo del C. Civil.
Así es, y agregando a manera de obiter dictum, que no
encontrándose las aducidas para fundar el recurso a los presupuestos de
procedencia de las eximentes previstas en el art. 1113 segundo párrafo
segunda parte, el agravio debe ser desestimado, sin que el Tribunal deba
dar respuesta puntual a las mismas pues su no tratamiento detallado no
constituye arbitrariedad por no resultar condicionantes de la decisión a
adoptar, por el contrario es doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación (Fallos 311:49; 329:1245; 329:3373, entre otros) la inexistencia
de obligación de ponderar la totalidad de las argumentaciones de las
partes, sino aquellas que resulten necesarias para la resolución del
conflicto jurídico presentado para ser resuelto, en tanto los jueces sólo
tienen obligación de tratar aquellas que son conducentes para la
resolución de la causa (SAGÜES, Néstor P., "Recurso Extraordinario",
2da. Edición actualizada y ampliada, 1989, tomo 2, "Tres aclaraciones
sobre la doctrina de la arbitrariedad fáctica", págs. 320 y siguientes).
Agravios dirigidos a cuestionar la indemnización reconocida: En
el segundo de sus agravios el apoderado de la parte accionada, cuestiona
en primer orden la falta de consideración en el caso de la no utilización
de casco protector, descartando sin la certeza necesaria la eventual
incidencia que ello pudo tener en las lesiones padecidas por el actor y, en
segundo lugar, refiere la falta de deducción de las sumas que el actor
percibió de la aseguradora de riesgos de trabajo.
Respecto la primer cuestión, se ha dicho que efectivamente el
incumplimiento de la disposición del art. 40 de la ley 24.449 debe ser
ponderado en relación a la incidencia que esa falta haya tenido en las
consecuencias del siniestro; en razón de apreciar la incidencia de la falta
de utilización de los elementos de seguridad en relación a la
determinación de los daños (conf. Cámara Civil y Comercial, San Isidro,
Sala II, autos “Albarracin c/Villalba s/Daños y Perjuicios”, del
29/10/1998, mismo Tribunal autos "García c/ Guillermon s/ Daños y
Perjuicios", del 16/12/2004, cit. en Rev.Der.Daños, 2007-2, p.388; ídem
Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Contencioso
administrativo de 1a Nominación de Río Cuarto, autos “F., M. E. y otro c.
L., J. E. y otros s/ ordinario”, del 28/11/2014); en ese sentido se viene
expidiendo este Tribunal en autos "ALMADA GUSTAVO REYNALDO EN
REPRESENTACIÓN DE SU HIJO MENOR C/OTERO MIGUEL ENRIQUE Y
OTRA S/ SUMARIO", Expte. Nº 2581, del 23/06/2011; "FERNÁNDEZ JUAN
MANUEL Y OTRA C/LEMARIE JORGE ALBERTO Y/O CUALQUIER OTRO
RESPONSABLE S/ SUMARIO", Expte. Nº 2553, del 5/10/2011; "IBARRA
ROBERTO CARLOS C/ MAGALLAN EMILIO FABIÁN Y/O QUIEN RESULTE
RESPONSABLE S/ ORDINARIO", Expte. Nº 2963, del 29/06/2012; "ORTIZ
VIVIANA DALILA EN NOMBRE Y REPRESENTACIÓN DE HIJA MENOR DE
EDAD C/ SCARPA ROBERTO JOSÉ S/ ORDINARIO", Expte. Nº 5261, del
10/06/2016.
Postura que claramente expuso la Magistrado en la sentencia
cuestionada, cuando al respecto expone "...En el presente caso, las
lesiones sufridas por la víctima "cuadriparesia espástica por contusión
medular -cfr. fs. 282- "lesión medular incompleta C4 con trastornos
motores en los cuatro miembros" -cfr. fs. 255 vto.- no nos permiten
pensar en posible incidencia favorable que hubiese tenido en la víctima
la utilización de caso protector.- Dado todo lo analizado corresponde fijar
la incapacidad en el porcentaje determinado por el perito médico
79%....".
Si bien se queja de ello el recurrente no expone de manera
concreta cuál es la pieza procesal que le da razón a su conjetural
argumentación, pues es claro que el mismo no expone precisamente, y
menos se ha probado en autos, la existencia de lesiones neurológicas
como las que hipotéticamente argumenta generaron un agravamiento de
las lesiones.
En ese sentido es claro que el casco protector destinado a
proteger las lesiones craneales, no lo está para la protección de la
vertebra Cervical número 4, ubicada en la mitad de la porción
-verbigracia- "cervical" de la columna vertebral, que es a partir de la
lesión en la misma es donde se genera la "...cuadriparesia espástica por
contusión medular ... con trastornos motores en los cuatro miembros...".
Por ello, no precisado de manera concreta cual fue a criterio de
la parte accionada la lesión generada por la carencia del casco protector,
lo cual reitero solo ha sido introducido a modo hipotético, la porción de la
queja en tratamiento debe ser desestimada.
En segundo lugar, al cuestionar el quantum indemnizatorio
reconocido en la sentencia, la parte accionada objeta la falta de
deducción de lo percibido por el actor de la aseguradora de riesgos de
trabajo, citando en apoyo de su postura precedentes de este Tribunal.
Los precedentes citados se encuentran vigentes en razón del
derecho que el art. 39 Punto 5.- de la ley 24.557 acuerda a la
Aseguradora de Riesgos de Trabajo de repetir lo por ella abonado contra
quien civilmente sea declarado responsable del siniestro, remitiendo a
esos precedentes en honor a la brevedad, solo cabe agregar que su
aplicación depende de la naturaleza del rubro a indemnizar, por lo cual no
es lineal la aplicación de la deducción como la arguye el recurrente, quien
pretende se concrete por el total de lo abonado por la ART sin diferenciar
lo que ha sido por tratamiento médico o sea daño emergente no
reclamado en estos autos, de lo que corresponde al aporte de capital
generador de una renta mensual resultado de la incapacidad total y
permanente para el trabajo depositado ante la AFJP.
Con ello, concediendo razón solo parcialmente al agravio, debe
disponerse que al momento de practicarse liquidación de los rubros
reclamados, sean deducidos las sumas que como consecuencia del art.
15 de la ley 24.557 la Aseguradora de Riesgos de Trabajo haya
depositado a la orden de la Administradora de Fondos de Pensiones y
Jubilaciones.
Agravio relativo a la exclusión de cobertura del siniestro: Al
momento de resolver la cuestión la Magistrado, admitió la defensa de la
compañía de seguros aplicando la cláusula contractual 23 inciso 8, por la
cual se estableció la exclusión de cobertura en el supuesto de conducción
del automotor asegurado por personas no habilitadas por autoridad
competente para el manejo de la categoría del vehículo respecto del cual
recaía el objeto del contrato.
Para arribar a la referida conclusión tuvo en cuenta de manera
puntual la circunstancia de carecer de habilitación para conducir por parte
de Elizabeth Germano en su condición de chofer del automotor dominio
“HEH-039” generador de los daños reclamados en autos, a lo que agrega
el padecimiento de la patología en su visión y por ello no se trataba de
una simple infracción administrativa por vencimiento de visación, sino de
la carencia de la licencia por un período de tres años.
Luego de argumentar sobre los distintos planteados por la
aseguradora, la recurrente de manera clara concluye que la única causa
por la cual se excluyo la cobertura de seguro fue la de la carencia de
licencia habilitante para conducir al momento del accidente (fs.1011
“COROLARIO”).
De allí es que ese hecho resulte indiscutible y resulta ser el
pilar de la exclusión de la cobertura del siniestro por parte de la
Compañía de Seguros.
Conforme doctrina de la CSJN se debe dar primacía y pleno
efecto a la cláusula de exclusión de cobertura prevista en el contrato de
seguro, por sobre la eventual idoneidad para conducir invocada por quien
carecía de habilitación o registro; así, se resolvió que la aptitud del
conductor para dominar un vehículo que exige un tipo de licencia que no
posee no ha sido el hecho al que las partes asignaron en el contrato de
seguro la consecuencia de eximir de responsabilidad al asegurador, sino
el acuerdo de voluntades de las partes contratantes (Conf. Corte Sup.,
24/9/1987, "Ruiz, Enrique O. v. Grossi, Norberto y otros", ED 127-674,
nro. 1975. En sentido similar: Sup. Corte Bs. As., 27/12/2001, "Galazzi,
Ana M. v. Balduzzi, Udelmar I.", Ac. 69.824) y esa es la doctrina que
invariablemente ha venido aplicando el Tribunal (entre otros autos
"COGORNO LUIS MIGUEL C/ ESCOBAR LEGARIO S/ ORDINARIO". Expte.
Nº 3418/C, del 4/4/2016; "RODRÍGUEZ MARÍA ESTER C/ AVILE RAUL
ALBERTO Y OTROS S/ DAÑOS Y PERJUICIOS", Expte. Nº 3320/C, del
15/04/2013; "SOLARI ELISA PATRICIA Y OTRA C/ GANGALE MARÍA DE
LOS ÁNGELES Y OTROS S/ ORDINARIO", Expt. Nº 3797/C, del
25/10/2013).
A ello se agrega, que ninguna prueba se produjo en autos
respecto la alegada existencia de idoneidad de Germano para conducir,
con lo cual, en el caso la carencia de habilitación al momento del siniestro
no implica una simple infracción administrativa como la califica el
recurrente, sino el presupuesto de exclusión de cobertura pactado.
Tampoco tienen entidad para superar la causa de exclusión de
cobertura, la circunstancia de si fue espontánea o provocada la renuncia
a reclamar de la aseguradora por parte de la asegurada, ni la de haber
cumplido con su obligación de abonar las primas pactadas y
mantenimiento del contrato, hechos absolutamente extraños a la causa
de la aplicación de lo convenido.
En razón de lo expresado, encontrándose lo decidido en la
sentencia recurrida motivo de la queja en tratamiento, conforme la
postura adoptada por este Tribunal respecto la cuestión, sin que de
manera clara y concreta se demuestre la existencia de error en la
ponderación de la plataforma fáctica, el agravio debe ser desestimado.
7.2-)Recurso de la parte actora: Se agravia de la sentencia
dictada en autos a través del memorial incorporado a fs. 1016/1026,
cuestionando en primer orden la decisión de receptar la declinación de
cobertura del siniestro por la aseguradora con costas a cargo de su
cliente y en segundo término respecto de la cuantía de las
indemnizaciones reconocidas a su favor como el haber desestimado
determinados rubros pretendidos.
Agravios relacionados con la declinación del seguro: al respecto
la actora formula agravios en dos direcciones, en primer término
relacionados con la causa de cobertura del siniestro y en segundo orden
relativo a la función que debe asignarse al seguro obligatorio establecido
por el art. 68 de la ley 24449.
Relacionado con el primero de los temas, carencia de
habilitación para conducir por parte de Germano al momento del
siniestro, circunstancia expresamente convenida con la propietaria del
automotor por la compañía de seguros, considero adecuada la remisión a
los argumentos expuestos al momento de tratar del recurso de la parte
accionada respecto la cuestión. Por ello desestimar los agravios vertidos
en esa dirección.
Referente a los restantes argumentos, cabe exponer que este
Tribunal, si bien relacionado con la aplicación de las franquicias pactadas
en detrimento de las víctimas de accidentes de tránsito generados en el
marco del transporte público, lo cual, si bien no presenta identidad plena
con el presente conflicto, entiendo presenta analogía en la interpretación
jurídica de los motivos, expidiendose en la línea argumental del recurso.
Así en autos "GIBERTO CRISTINA ALICIA C/ HEREDEROS DE
JACQUET FABIO DANIEL Y OTROS S/ DAÑOS Y PERJUICIOS”, mediante
sentencia dictada el 21 de mayo de 2009, se expuso coincidir en la
consideración que el contrato de seguro de responsabilidad civil impuesto
por el art. 68 de la ley 24449, disponiendo la contratación de seguro
obligatorio para la cobertura de la responsabilidad civil por los daños que
se produzcan a terceros, resulta “... un acto jurídico "res inter alios acta"
para la víctima cuando es un tercero, sea transportado no, y por ello
ajeno al mismo las cláusulas limitativas que se estipulen por los
celebrantes del contrato...”; ello sin desconocer que esa obligación de
contratar el seguro de responsabilidad civil lo es en el marco de las
condiciones que fije la autoridad en materia aseguradora en uso de
facultades propias de la Superintendencia de Seguros de la Nación y que
la obligación de las aseguradoras lo es en el marco del contrato de
seguros -art. 118 de la ley 17.401-.
Lo cual entiendo no quita inoponibilidad de las cláusulas de
exclusión a la víctima ni vulneración de las condiciones contractuales;
pues esa inoponibilidad no conlleva la inexistencia y plena vigencia de
las cláusulas entre las partes celebrantes del contrato, quienes sí
estuvieron en condiciones de evaluar sus respectivas capacidades
económicas, posibilidad que no tuvo el tercero victima; por ello en ese
marco contractual -asegurado y aseguradora- es donde debe
solucionarse la cuestión de la exclusión pactada, teniendo la posibilidad
en el supuesto de cubrir el siniestro la aseguradora, de repetir del
asegurado las sumas que considere haya abonado por sobre las clausulas
contractuales.
En esa línea, y respecto cuestión directa materia de autos, se
ha expedido en minoría el Dr. Emilio A. Castrillón en autos "FIGUEROA
BLANCA ROSA C/ ARBALLO HUGO MARCELO Y OTROS S/ ORDINARIOS
(CIVIL)”, haciendo notar en primer orden la funcionalidad que debe
asignarsele al contrato de seguro según sea el mismo un simple seguro
comercial del seguro obligatorio establecido en la ley 24449, concluyen
en la inoponibilidad de la exclusión “No resulta concebible la exclusión de
cobertura en un régimen de seguro obligatorio contra terceros pues este
seguro ha sido instaurado teniendo en cuenta la más amplia tutela en lo
relativo al resarcimiento del daño que se le ocasione injustamente a
dicho tercero.”. Argumentos que permitirían dar razón al apelante.
Empero el voto emitido por Mayoría compuesta por los Dres.
Juan Smaldone y Leonor Pañeda en el fallo de la Sala Civil y Comercial
del STJER, en los autos citados en el párrafo precedente, e invocando
doctrina vinculante arribó a la solución contraria, exponiendo el voto del
Dr. Smaldone; "...Según el criterio vinculante establecido por la mayoría
del tribunal in-re:"COOPERATIVA DE SERVICIOS PÚBLICOS VILLAGUAY
LIMITADA C/DIAZ ALDO Y OTRO S/ INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y
PERJUICIOS - SUMARIO"- Nº 3592, sentencia del 15/04/2003, "si el
contrato de seguro incluye una cláusula por la cual no corresponde
indemnizar siniestros producidos o sufridos por el vehículo mientras fuere
conducido por personas que no estuvieran habilitadas para su manejo
ello implica la configuración de un supuesto de exclusión de cobertura"",
razón por la cual, en virtud de lo dispuesto por el art. 285 del C.P.CC. el
agravio debe ser desestimado.
En el segundo ítem de los agravios de la parte actora, se
cuestionan por una parte la cuantificación los rubros indemnizatorios
reconocidos y por otra el rechazo del reclamo por lucro cesante, daño
psicológico y acompañante terapéutico.
En primer lugar, dado el título bajo el cual reclama el actor
resarcimiento por “el daño a la integridad física”, cabe expresar que en
nuestro ordenamiento jurídico el daño a resarcir no consiste en las
lesiones mismas, sino en sus consecuencias, las cuales pueden afectar
bienes o cosas integrantes del patrimonio de la víctima o bien ser ajenas
a él; en el primer caso, se genera un daño patrimonial o material (art.
1068 del C. Civil) y en el segundo uno extrapatrimonial, inmaterial o
moral (art. 1078) (Conf. Orgaz "El daño resarcible" editorial Marcos
Lerner, págs 16 y siguiente) y que a ese fin ninguna duda existe respecto
a la necesidad de resarcir el daño a la persona, pues conforme los expone
la CSJN “...el hombre es eje y centro de todo el sistema jurídico...”
(autos “Campodónico de Beviacqua, Ana Carina c/ Ministerio de Salud y
Acción Social. Secretaría de Programas de Salud y Banco de Drogas
Neoplásicas", del 24-10-2000, Fallos: 323:3229; "Arriola, Sebastián y
otros s/ causa 9080", del 25/08/2009, Fallos: 332:1963).
Empero la necesidad de resarcir todo el daño que se cause a la
persona, no implica desatender que si las lesiones generan un perjuicio
reflejado en el patrimonio, o sea, sobre las cosas y bienes del sujeto
víctima, se trata de un daño patrimonial (sea como algunos de los rubros
constitutivos del daño emergente, del lucro cesante o de la perdida de
chance), mientras que si queda en la esfera de la persona misma y su
círculo de relación, se trata de un daño extrapatrimonial o inmaterial.
Por ello, respecto del daño que el actor denomina “incapacidad
sobreviniente” resultado de las lesiones padecidas por la víctima,
considero no es adecuada la argumentación, pues desatiende que las
mismas solo son la causa del daño a resarcir, y no el daño mismo,
pudiendo esas lesiones reflejar un daño tanto en el campo de lo
patrimonial del sujeto o sobre esfera extrapatrimonial.
En referencia al primero de esos géneros, el patrimonial,
básicamente queda integrado por el lucro cesante o sea la ganancia que
de manera cierta dejará de percibir el actor como consecuencia de su
incapacidad, conjuntamente con el daño emergente consistente en los
gastos que debió solventar a raíz de las lesiones y la perdida de chance
generada por la frustración de las “posibilidades” de obtener en el futuro
otros ingresos de carácter económico distintos a los ordinarios
generadores del lucro cesante.
De allí que considero errónea la afirmación por la cual se
analizan los conceptos de incapacidad física y lucro cesante, pues es claro
que este último si bien no comprende todos los daños que se generan por
las lesiones físicas, si es uno de los rubros con los que se compone y se
obtiene precisamente a través de la formula establecida en el art. 1746
del Código Civil y Comercial, ya utilizada con anterioridad por este
Tribunal y empleada por la Juez para su determinación. Dejo aquí
expresado solo a título de “obiter dictum” que las variantes empleadas
por los distintos tribunales, denominadas Vuotto, Marshall, Las Heras-
Requena, etc., llevan matemáticamente al mismo fin, excepcionando a
“Méndez”, en donde se varían únicamente los parámetros a utilizar
-básicamente, dado el aumento de expectativa de vida productiva, los
períodos en que se debe agotar el capital y la tasa de interés conque se
considera debe ser resarcido el capital-.
Pasando a considerar el concreto cuestionamiento a la cuantía
del capital determinado por el concepto que se denomina “incapacidad
sobreviniente”, en primer lugar y por cuanto tendrá relevancia al tratar el
agravio por el rechazo del lucro cesante, este conforme lo dicho supra, no
es ni mas ni menos que el lucro cesante producido por las lesiones
físicas; pues consiste en la determinación de un capital que puesto a
producir intereses le permita a la víctima generar los retiros necesarios
para reemplazar lo que deja de percibir en cada período por las lesiones
sufridas, capital que se debe agotar en el tiempo de aptitud productiva.
Al cuestionar la determinación de ese capital, el apelante
formula una operación aritmética por la que afirma que tomando el
salario que correspondería a la categoría del actor al momento de
producirse el memorial de agravios, la indemnización se triplicaría y por
ello injusto la cuantía determinada en la sentencia con base en el salario
del actor al momento del siniestro.
Lo cierto es que además de resultar sin sustento probatorio en
las constancias de autos las afirmaciones introducidas en el memorial de
agravios respecto de que el monto al que se arriba es “tres veces mayor
al fijado en la sentencia”, pues en su comparativa no aplica intereses a la
suma fijada en la sentencia, ello choca con la postura del tribunal que los
daños se fijan a la fecha en que fueron generados, momento a partir del
cual se aplican intereses resarcitorios conforme lo prevé la norma del
art. 1748 del CCyCN.
En mérito de ello, la pretensión de modificar el quantum
indemnizatorio por el rubro referido, debe ser desestimado.
Seguidamente en el memorial de agravios, se refiere al
proyecto de vida, mas sin referenciar de manera alguna cual era ese
proyecto, si artístico, familiar, deportivo, cultural u otro, que reiterando
conceptos ya vertidos siempre pueden tener incidencia en el patrimonio o
en las intereses extrapatrimoniales, mas para generar la procedencia del
rubro se deben determinar de manera clara y concreta para posibilitar
una ponderación de la prueba al respecto.
Estudiando el memorial del actor, no aparece de manera clara
la determinación del proyecto de vida al que refiere, lo cual impide a su
vez una valoración por el Tribunal, conllevando como consecuencia al
rechazo del agravio.
Continuando con el tratamiento de las quejas vertidas
cuestiona que la Magistrado ha subsumido el daño psicológico en el rubro
daño moral, argumentando surge de la pericia realizada por la Licenciada
en Psicología la necesidad de un tratamiento.
Tal como vengo expresando desde inicio del tratamiento de los
agravios formulados a las indemnizaciones reconocidas, las lesiones que
padece la víctima pueden reflejarse tanto en el patrimonio de la víctima
como en la esfera inmaterial del mismo, en el caso, y partiendo del
dictamen pericial que se indica en el memorial, como consecuencia del
siniestro se han generado en el actor lesiones de orden psicológico y por
ello le ha sido indicado la realización de un tratamiento cuyo costo
claramente incidirá en su patrimonio, constituyéndose en un claro daño
emergente que como consecuencia del accidente generado por la
accionada debe ser resarcido.
Ahora al momento de desestimar su procedencia, la Magistrado
puso en claro que el rechazo se debió a la evidente confusión del discurso
expuesto en el promocional sin diferenciar de manera clara y concreta los
ángulos en base a los que se reclama, formulando un discurso que no
diferencia aquellos dos géneros del daño, lo que llevó a determinar un
monto único comprensivo, tanto de la incidencia en el patrimonio como
en lo extrapatrimonial. En virtud de lo cual, si en origen el actor unifico
los rubros y la sentenciante siguiendo esa argumentación fijo una
indemnización comprensiva de ambos, no resulta ajustado que para
justificar el agravio se pretenda su desglose, razón por la cual cabe
rechazar los cuestionamientos planteados.
A continuación, el accionante reclamó una partida que
denominó "gastos de acompañante terapéutico" que fue desestimado por
considerar la juez a quo que la pretensión quedaba comprendida en el
daño por “incapacidad” (sic lucro cesante) y daño moral, agraviándose el
recurrente con fundamento en la conclusión de la pericia médica
practicada a fs. 255/256 y aclarada a fs. 311, donde el experto expuso
que el actor, con incapacidad física total y permanente, requeriría de un
acompañamiento por persona especializada por el resto de su vida.
La cobertura asistencial por terceras personas para efectuar las
actividades de sostenimiento y colaboración con la víctima encuadra
dentro de "los gastos de curación y convalecencia del ofendido"
enunciados por el art. 1086 Código Civil, de donde claramente debe
deducirse comprende los gastos terapéuticos y de asistencia conexos,
que resulten causalmente vinculados con el hecho generador de las
lesiones (Conf. CSJN autos "Ortiz Eduardo A. y ots. c. Empresa
Ferrocarriles Argentinos", del 12/12/89, Fallos 312:2413; CSJN, autos
"R., P. A. c. Estado nacional y/u otros", 15/7/97, LA LEY, 1997-F, 15).
Los gastos terapéuticos y asistenciales constituyen un daño
material presente o futuro, teniendo por notas esenciales que los
desembolsos estén destinados a recuperar la salud, sus erogaciones sean
razonables y tengan relación causal adecuada con las lesiones producidas
por el hecho (Conf. ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, "Resarcimiento de
Daños. Daños a las Personas", Ed Hammurabi, Bs. As., 1996, T. 2 a, p.
113); debiendo quedar incluidos en esta categoría entre otros honorarios
de enfermeras, acompañantes y otras personas de servicio, (Conf.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída en BELLUSCIO, Augusto-ZANNONI,
Eduardo, "Código Civil y leyes complementarias. Comentado, Anotado y
Concordado", Ed. Astrea, Bs. As. 2002, T. V p. 209; IRIBARNE Héctor P. ,
"De los daños a las Personas", Ed. Ediar, Bs. As., 1995, p. 505).
Por ello debe tenerse en cuenta que el rubro involucra "...los
gastos realizados para lograr el restablecimiento de la integridad
psicofísica de la víctima..." (Conf. VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto en
BUERES, Alberto-HIGHTON, Elena, "Código Civil y Normas
complementarias. Análisis doctrinario y jurisprudencial", Ed. Hammurabi,
Bs. As. 1999, T. 3 A, p. 277.) y si ya fueron efectuados en la práctica
operan como un reintegro de su valor (Conf. TRIGO REPRESAS, Félix A.,
LÓPEZ MESA, Marcelo, "Tratado de la Responsabilidad Civil", Ed. La Ley,
Bs. As. 2004, T. IV p. 757), pero ello obviamente no excluye a los daños
futuros (Conf. MOSSET ITURRASPE, Jorge-PIEDECASAS, Miguel, "Código
Civil Comentado Doctrina-Jursiprudencia-", Ed. Rubinzal Culzoni, Santa
Fe, 2003, p. 170). Su procedencia no tiene otro límite temporal que el de
la necesidad de realizarlos cuando, acorde con la índole de la lesión, es
previsible que deban ser afrontados (Conf. TRIGO REPRESAS, Félix A.,
LOPEZ MESA, Marcelo, "Tratado de la Responsabilidad Civil", cit. T. IV p.
757).
Expresando en ese marco Cifuentes y Sagarna que bajo el
rótulo de "gastos por auxiliares" son "indemnizables los honorarios o
salarios de una persona para acompañar al enfermo, siempre que sean
necesarios y probados o presumidos por su estado y condición" (Conf.
CIFUENTES Santos-SAGARNA Fernando", Código Civil. Comentado y
anotado" Ed. La ley Bs. As. 2003, T. I p. 825).
Dicho ello, y en razón que se trata de un gasto periódico que
deberá realizar el actor para solventar su costo, y descartando la
modalidad pretendida en la demanda, considero adecuado establecer y
aplicando analógicamente el procedimiento para establecer el lucro
cesante, fijar un monto por un capital que puesto a interés permita
realizar los retiros adecuados que en el caso se estiman en el salario del
personal de acompañantes de $ 5000 mensuales a la fecha del mes de
julio de 2012 (informe de fs. 205/211) y se consuma en el tiempo de
expectativa de vida del actor, que en el caso se encuentra previsto en 75
años y sea puesto a una tasa de interés puro del 4% anual; arribando así
a la suma de $ 1.437.059, a la que se aplicaran intereses desde el mes
de julio de 2012 en razón de ser la fecha a la que se toma el valor del
salario del acompañante terapéutico.
Por último se agravia respecto las costas que le fueron
impuestas en razón de la admitida exclusión de la cobertura del siniestro
por parte de la aseguradora que fuera traída al proceso, tanto por la
actora como por la demandada, con lo cual la condena impuesta y contra
la cual se pretende alzar la recurrente obedece claramente al mandato
claro y concreto principio objetivo de la derrota, sin que exista razón
alguna para eximirla del mismo y por ello el agravio debe ser
desestimado. Claramente la situación hubiera sido distinta si la citación la
hubiese efectuado exclusivamente la asegurada, en cuyo caso sería ésta
la responsable de las costas que se originaron por la intervención de la
aseguradora.
7.3.-)Conforme a las conclusiones arribadas al tratar los
agravios de las partes, cabe admitir parcialmente el interpuesto por el
actor incorporando la condena por acompañante terapéutico y también
parcialmente el deducido por la accionada dejando aclarado que de la
indemnización por “incapacidad sobreviniente” (sic lucro cesante) debe
deducirse lo que la Aseguradora de Riesgos de Trabajo haya integrado en
cumplimiento del art. 15 de la ley 24557; rechazándose los restantes
agravios planteados por los recurrentes.
En mérito de ello a la primer cuestión me expido por la
negativa.
ASÍ VOTO.

A LA MISMA CUESTIÓN PLANTEADA LA SRA. VOCAL DRA. ANA


CLARA PAULETTI, DIJO:
Que adhiere al voto precedente por iguales fundamentos.

A LA MISMA CUESTIÓN PLANTEADA EL SR. VOCAL DR.


GUILLERMO O. DELRIEUX, DIJO:
Que existiendo mayoría hace uso de la facultad de abstenerse
de emitir su voto, conforme lo autorizado por el art. 47 de la L.O.P.J.
(texto según Ley 9234).

A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA EL SR. VOCAL DR.


GUSTAVO A. BRITOS, DIJO:
En mérito del acuerdo al que se arriba al tratar la cuestión
anterior corresponde dictar sentencia, haciendo parcialmente el recurso
de apelación articulado por el actor admitiendo el rubro por acompañante
terapéutico, ampliando la condena impuesta en la sentencia incorporando
la suma de $ 1.437.059,00 con mas intereses que se calcularan con la
misma tasa que los restantes rubros desde el mes de julio de 2012
desestimando los restantes agravios planteados, las costas del recurso en
relación a los agravios relativos a la accionada a cargo de la demandada
y en relación al agravio respecto la aseguradora a cargo del apelante.
Hacer lugar parcialmente al recurso de la demandada,
aclarando que de la suma condenada deberá deducirse la que la
Aseguradora de Riesgos de Trabajo haya integrado en concepto del art.
15 de la ley 24557, rechazando los restantes agravios; las costas del
recurso a cargo de la apelante.
Diferir la regulación de honorarios.
ASÍ VOTO.

A LA MISMA CUESTIÓN PLANTEADA LA SRA. VOCAL DRA. ANA


CLARA PAULETTI, DIJO:
Que, por compartir los argumentos, adhiere a la solución
propuesta por el preopinante.

A LA MISMA CUESTIÓN PLANTEADA EL SR. VOCAL DR.


GUILLERMO O. DELRIEUX, DIJO:
Que existiendo mayoría hace uso de la facultad de abstenerse
de emitir su voto, conforme lo autorizado por el art. 47 de la L.O.P.J.
(texto según Ley 9234).
Con lo que se dio por terminado el acto, quedando acordada la
Sentencia siguiente:

GUSTAVO A. BRITOS

ANA CLARA PAULETTI GUILLERMO O. DELRIEUX


(Abstención)

ante mi:

DANIELA A. BADARACCO
Secretaria

SENTENCIA:
GUALEGUAYCHÚ, 29 de junio de 2017.
Y VISTO:
Por los fundamentos del Acuerdo que antecede, por mayoría;
SE RESUELVE:
I.- HACER LUGAR parcialmente los recursos interpuestos a
fs. 997 y 998 en representación de Elizabeth Germano y Luisa Elvira
Bossio y Héctor Damián Ramos, respectivamente, contra la sentencia de
fs. 981/993 la que se amplia en cuanto: a) admitir el rubro por
acompañante terapéutico por la suma de PESOS UN MILLÓN
CUATROCIENTOS TREINTA Y SIETE MIL CINCUENTA Y NUEVE ($
1.437.059,00), con mas intereses TABNA calculados desde el mes de
julio de 2012 y hasta su efectivo pago y; b) deducir de la suma
condenada el importe que la Aseguradora de Riesgos de Trabajo haya
integrado en concepto del art. 15 de la ley 24.557.
II.- IMPONER las costas de esta instancia de la siguiente
manera: a) del recurso del actor, a cargo de la parte demandada los
agravios relativos a la misma, y en relación al agravio respecto de la
aseguradora a cargo del accionante; b) del recurso de la parte
demandada, a su exclusivo cargo.
III.- DIFERIR la regulación de honorarios por la actuación
profesional desplegada ante esta Alzada para cuando la judicante de
grado establezca los correspondientes a la misma.
REGISTRAR, notificar y, oportunamente, bajar.

ANA CLARA PAULETTI

GUSTAVO A. BRITOS GUILLERMO O. DELRIEUX

ante mi:

DANIELA A. BADARACCO
Secretaria

En ....../....../2017 se registró en soporte informático (Acuerdo S.T.J Nº


20/09 del 23/06/09 Punto 7). Conste.
DANIELA A. BADARACCO
Secretaria

También podría gustarte