Tal como lo indican Hernandez, Fernandez y Baptista (1997), “plantear el problema no es
sino afinar y estructurar más formalmente la idea de investigación” (p. 59). Sin embargo, esto dependerá de qué tan familiarizado esté el investigador con el tema de estudio, la complejidad de las ideas trazadas y los antecedentes que existan de la investigación, es imperativo que se alcance gran claridad y dominio del tema objeto de investigación. Estos son aspectos preliminares muy importantes que no debe perder de vista el investigador, aunado a la dedicación y las habilidades de que se disponen. Según Saravia (s.f), es resultado de una profunda y serena reflexión realizada por el investigador después de haber revisado detalladamente la literatura correspondiente (antecedentes teóricos y empíricos) e interiorizado los principales conceptos y proposiciones teóricas que le permiten formular con toda claridad y dominio el problema que se pretende resolver con la investigación. A este aspecto Hernandez, Fernandez y Baptista (1997) afirman que el investigador “debe ser capaz no sólo de conceptuar el problema sino también de verbalizarlo de forma clara, precisa y accesible” (p. 59). A menudo el investigador sabe lo que desea hacer, pero no encuentra la manera de plasmarlo en el papel y entonces amerita un gran esfuerzo por traducir sus ideas de manera escrita en un contexto de fácil comprensión, lo cual podría también requerir la colaboración o el aporte de otras personas. Así mismo, Arias (1999) señala que el planteamiento de problema “consiste en describir de manera amplia la situación objeto de estudio, ubicándola en un contexto que permita comprender su origen y relaciones” (p. 9). Es fundamental que se tenga una definición clara del origen del problema y las variables relacionadas con la investigación. Los criterios, de acuerdo con Kerlinger (1975), para plantear adecuadamente el problema de investigación son: 1) El problema debe expresar una relación entre dos o más variables. 2) El problema debe estar formulado claramente y sin ambigüedad como pregunta (por ejemplo: ¿qué efecto?, ¿en qué condiciones...?, ¿Cuál es la probabilidad de...? ¿Cómo se relaciona ------------- con -------------------...?, etc. 3) El planteamiento implica la posibilidad de prueba empírica. Es decir, de poder observarse en la realidad. Por ejemplo, si alguien piensa estudiar qué tan sublime es el alma de los adolescentes, está planteando un problema que no puede probarse empíricamente pues "lo sublime" y "el alma" no es observable. Se debe tener claro que las ciencias trabajan con aspectos observables y medibles en la realidad. Al plantear el problema, en concordancia con Arias (1999), se recomienda dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los elementos del problema: datos, situaciones y conceptos relacionados con el mismo? ¿Cuáles son los hechos anteriores que guardan relación con el problema? ¿Cuál es la situación actual? ¿Cuál es la relevancia del problema? Por lo antes expuesto, Conde (2004) comenta que existe un requisito fundamental que siempre debe preceder a la realización de todo trabajo de investigación: Pensar y Planificar el estudio. Por lo que la fase de Planificación de un Proyecto posee una doble faceta: • Como proceso dinámico que requiere que el investigador elija entre diferentes alternativas posibles: Piense. • Como proceso sistemático que debe desarrollar una serie de componentes básicos antes de la puesta en marcha de la investigación: Planifique. Referencia: http://metodologiasdeinvestigacion.blogspot.com/2012/07/2-el-planteamiento-del- problema.html#:~:text=As%C3%AD%20mismo%2C%20Arias%20(1999),origen%20y %20relaciones%E2%80%9D%20(p.