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UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA

CURSO:

FARMACOLOGÍA Y BIOQUÍMICA III

TEMA

FÁRMACOS ANTIDIARREICOS

AUTOR

ARRASCUE DELGADO ROSA MARÍA

BARBOZA DÍAZ DIANA

CURIOSO CALDERON MARYLEIDE

GONZALES NOMBERA CAROLINA

LÓPEZ CHUQUIZUTA MAYCOLL

QUIROZ RAMÍREZ VANESSA

PRIMO CABREJOS LUCÍA

DOCENTE

Ms. C. QF. CD. LOU GARCÍA, CHRISTIAN HUMBERTO

TRUJILLO – PERÚ

2019

1
OBJETIVOS

 Reconocer las causas más frecuentes de la diarrea y su abordaje terapéutico.


 Relacionar las aplicaciones terapéuticas de los fármacos con sus propiedades
farmacodinámicas y mecanismo de acción.
 Saber la importancia del uso de antidiarreicos en el manejo clínico.

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INTRODUCCIÓN

El abordaje terapéutico de la diarrea y, en especial, su tratamiento sintomático


constituyen el objeto de análisis de este trabajo. Se trata de un trastorno muy común,
que origina numerosas consultas, por lo que merece la máxima atención por parte del
personal médico.

La diarrea se define como un tránsito fecal de excesiva frecuencia, que provoca


deposiciones con heces de escasa consistencia y en cantidades superiores a las
normales. El síndrome diarreico es considerado como el resultado de una alteración,
asociada principalmente con los procesos de secreción y absorción intestinales, y sólo
secundariamente a la motilidad refleja del intestino. Por tanto, el objetivo prioritario del
tratamiento de la diarrea consistirá en el restablecimiento de los procesos de secreción
y absorción, y en definitiva, en la normalización del equilibrio hidrosalino y evitar la
deshidratación.

La diarrea es un síntoma y, por ello, el tratamiento sintomático es el más importante.


Sin embargo, hay que tener muy en cuenta la identificación de su etiología e instaurar
un tratamiento farmacológico (si se considera oportuno) para frenar la frecuencia de
las deposiciones.

El abordaje terapéutico de la diarrea pasa por la rehidratación oral, el uso de


prebióticos, una dieta adecuada y, en caso necesario, fármacos antidiarreicos.

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CASO CLÍNICO

Se presenta el caso de un varón de 82 años de edad, que solicita una consulta porque
refi ere sufrir episodios periódicos de diarrea, cada 3 días aproximadamente, desde
hace 5 meses. Mide 1,70 m y pesa 76 kg (índice de masa corporal de 26,3). En
sucesivas visitas al médico por este motivo, se le han prescrito diversos medicamentos
antidiarreicos para tratar su problema. La última vez, hace 15 días, fue tratado por un
gastroenterólogo en el hospital, que le prescribió loperamida y ranitidina, con los
mismos resultados que los medicamentos prescritos por su médico de familia. Solicita
una consulta en la unidad de optimización de la farmacoterapia (UOF) para intentar
resolver este problema, que le causa mucha incomodidad, porque además interfi ere
en ciertos aspectos esenciales de su salud, como la necesidad de caminar para
mejorar el control de su diabetes, ya que no le permite hacerlo como estaba
acostumbrado por miedo a presentar un nuevo episodio de diarrea. Presentación del
caso El paciente presenta varios antecedentes terapéuticos. Está diagnosticado de
hipertensión y diabetes mellitus desde hace 12 años. Asimismo, presenta un informe
médico de insufi ciencia renal en estadio 3B1 , con fi ltrado glomerular moderadamente
disminuido (30-59 mL/min/1,73 m2 ). Sigue tratamiento farmacológico con un
antiagregante plaquetario para prevención cardiovascular, así como para la hipertrofi a
de próstata, hiperuricemia, anemia ferropénica, insomnio y unos problemas de
aparición periódica, que incluyen diarrea, irritación y dolor pélvico. El tratamiento
farmacológico se describe en la tabla 1.

Para el análisis de sus necesidades farmacoterapéuticas se recogen una serie de


parámetros e información por parte del paciente:

1. La presión arterial y la frecuencia de pulso presentan unos valores medios de


174/75 mmHg y 52 lat/min, respectivamente, desde que se inicia el caso hasta que se
toma la decisión de intervenir, una semana más tarde. El paciente toma la medicación
correctamente y de acuerdo con lo prescrito por su médico.

2. Función renal: aclaramiento de creatinina 39,5 mL/min (dato indicativo de insufi


ciencia renal media), microalbuminuria 126 μg/mL (valores de referencia: 0-30),
creatinina 1,55 mg/mL (0,5-1,1), urea 56 mg/dL (10-40) y nitrógeno ureico 26 mg/dL (5-
20).

3. El paciente no está tomando actualmente glibenclamida por miedo a las diarreas


que, según había leído, podía producir. Actualmente, la cifra de hemoglobina
glucosilada del paciente, que era del 6,4% con glibenclamida, ha pasado al 7,4% con

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el incumplimiento del tratamiento. Sabe que caminar es muy importante para el control
de su diabetes, pero ahora no lo hace como antes por miedo a la aparición de diarrea.

4. El cumplimiento, tanto del antiagregante plaquetario como del omeprazol, es


adecuado para alcanzar el efecto deseado.

5. No utiliza hipolipemiantes, debido a que presenta unas cifras de colesterol total de


129 mg/dL, cHDL de 56 mg/dL, cLDL de 70 mg/dL y triglicéridos de 43 mg/dL.

6. No se conocen nuevos valores de ácido úrico desde el inicio del tratamiento (8,1
mg/dL), debido a cólicos nefríticos de repetición por cristales de ácido úrico.

7. Los marcadores tumorales de la hipertrofi a prostática están dentro de los límites de


normalidad.

8. Presenta un hematocrito del 39% y cifras de hemoglobina de 13 g/L. En cuanto al


metabolismo del hierro, cabe citar los siguientes valores: sideremia 88 μg/dL,
transferrina 251 mg/dL, capacidad de fi jación 351,4 μg/dL, índice de saturación 25%,
ferritina 72 μg/L. No está tomando actualmente sulfato ferroso por temor a sus
alteraciones gástricas.

9. Cuando toma racecadotrilo durante 2-3 días cesa la diarrea, pero luego vuelve a
aparecer. 10. El dolor y la irritación pélvica también se resuelven con la medicación
utilizada, pero también suelen reaparecer.

Evaluación del caso

Análisis de las necesidades farmacoterapéuticas Además de los episodios periódicos


de diarrea y de dolor e irritación pélvicos, se detecta una presión arterial elevada junto
con bradicardia. Asimismo, el incumplimiento terapéutico del tratamiento de la diabetes
y el de la anemia está conduciendo a una alteración de ambos problemas de salud. La
primera relación que se establece, además de los incumplimientos detectados, es la
de diltiazem y bradicardia, si bien ello también debería producir estreñimiento, en lugar
de diarrea, lo cual provoca confusión, porque el farmacéutico piensa que ambos
efectos se deberían a la actividad inotrópica negativa del diltiazem. Después de
conversar con el paciente para precisar los episodios de diarrea, se llega a la
conclusión de que en realidad lo que existía era un estreñimiento provocado por
diltiazem, y una posterior diarrea como consecuencia de la acumulación de heces en
el intestino grueso, lo que se denomina diarrea por rebosamiento. En realidad, ningún
antidiarreico era efectivo; lo que ocurría era que después del vaciado, la vuelta al
estreñimiento ocasionado por diltiazem también provocaba la bradicardia detectada.

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Por otra parte, en pacientes con insufi ciencia renal e hipertrofi a prostática suelen
darse casos de hidronefrosis, una acumulación de orina en el riñón por presión
excesiva sobre el tejido renal, que puede estar causada por un refl ujo de la orina de la
vejiga al riñón, debido a la incapacidad creciente de micción. Estos casos suelen
cursar con valores de nitrógeno ureico en sangre y creatinina elevados, así como
anemia y presión arterial alta. Otro factor predisponente es el de los cálculos renales
que puedan obstruir el uréter. Asimismo, suele aparecer un dolor tipo cólico por la
acumulación de orina, que se puede irradiar a la ingle y los testículos2 y causar
irritación en la piel de la zona. Con la disminución de diltiazem se espera que aumente
la frecuencia de pulso y que desaparezcan los episodios de estreñimiento/diarrea por
rebosamiento; al añadir doxazosina, se espera que baje la presión arterial mejorando
la capacidad de expulsión de la orina, para así mejorar el vaciado del sistema renal y
verifi car si pueden desaparecer el dolor y la irritación pélvicos. El médico acepta la
disminución de diltiazem y la adición de doxazosina. La presión arterial se estabiliza
tras el cambio de tratamiento en valores medios de 135/65 mmHg, y la frecuencia de
pulso en 72 lat/min a las 2 semanas de la intervención, desapareciendo el
estreñimiento y la diarrea por rebosamiento, así como la bradicardia en la primera
semana. Como consecuencia de esta intervención, ya no es necesaria la
administración de racecadotrilo, al no existir diarrea, ni ebastina, fl uocinolona,
paracetamol-metocarbamol, al desaparecer el dolor pélvico y la irritación. El paciente
ya puede reiniciar su tratamiento con glibenclamida y sulfato ferroso para corregir la
diabetes y la anemia ferropénica, así como volver a caminar para mejorar su función
cardiovascular y el control de las glucemias. Discusión Cuando un paciente describe
un síntoma a un profesional de la salud, es muy difícil no asumirlo como punto de
partida para un abordaje terapéutico, como en el caso de la diarrea. Es complicado no
aceptar que un paciente no tenga diarrea si así lo refi ere. No obstante, algunos
autores3 han resaltado la necesidad de diferenciar una diarrea verdadera de una falsa
diarrea, o «por rebosamiento». Esta última es frecuente en los ancianos, en quienes,
debido a sus limitadas condiciones físicas, se produce una impactación fecal, que
origina la relajación del esfínter anal interno y, por tanto, la posibilidad de un escape.
Además, el estreñimiento crónico puede provocar la hipotonía del esfínter anal externo
por lesión del nervio pudendo durante los esfuerzos defecatorios . El error en el tipo de
problema detectado por el paciente fue identifi cado a partir de un análisis integral de
todas sus necesidades farmacoterapéuticas y de asumir ese punto de partida, del
medicamento como causa del problema de salud. Sólo así se pudo llegar a pensar que
una diarrea estaba en realidad originada por un estreñimiento yatrogénico. Ésta es la
mirada diferente que un farmacéutico puede aportar a la identifi cación de problemas

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de salud. Es evidente que el paciente podría haber tenido cualquier otro tipo de
patología, como la enfermedad de Crohn, un cáncer de colon u otro proceso específi
co identifi cado por un médico. Pero la función del farmacéutico no es ésa, sino aportar
posibles soluciones desde la farmacoterapia. Sólo así ejercería una función diferente a
la de otros profesionales de la salud y, por tanto, enriquecedora en algunas ocasiones,
como ésta. Si en el equipo de salud hubiera habido un profesional de estas
características, se hubiera resuelto este caso antes y de una forma más efi ciente. Si
se sopesara la posibilidad de establecer criterios de derivación a un profesional de
estas características cuando se dieran determinadas circunstancias, tal como ilustra
este caso, saldrían benefi ciados el paciente, el equipo profesional y la atención
sanitaria. No hay que olvidar que este caso ya duraba desde hacía unos 5 meses, y el
paciente tuvo que esperar unas 3 semanas hasta su defi nitiva resolución. Por otra
parte, en el proceso de intervención dejaron de utilizarse –y, por tanto, de dispensarse
posteriormente– 4 medicamentos, y en otro su utilización se redujo a la mitad. En
cambio, únicamente un fármaco se añadió a la medicación. Por otra parte, durante los
5 meses anteriores se utilizaron estos medicamentos y se provocaron diferentes
visitas al médico de familia y especialistas, que generan unos costes importantes al
sistema sanitario, ya que constituyen visitas innecesarias por no resolver los
problemas detectados. Este tiempo se podría haber utilizado en atender a más
pacientes –o en atender mejor a los atendidos– si en el sistema sanitario se hubiera
contado con un profesional que evaluase la medicación del paciente de forma integral.
La intervención realizada por un farmacéutico comunitario, además de ser de gran
responsabilidad, ha resultado ser perjudicial para el sistema de remuneración por el
que éste percibe sus emolumentos, ya que, aunque es muy rentable para el sistema
sanitario y para el paciente, el farmacéutico dejará de dispensar varios medicamentos.
No se puede pedir que se implante un servicio asistencial de estas características, tan
rentable para el paciente y el sistema sanitario y tan oneroso para quien la ejerce, que
no sólo pierde el benefi cio económico de la dispensación de medicamentos, sino que
además está al frente de una unidad que cuesta mucho dinero, tanto en formación
como recursos humanos. Mientras no se resuelva este problema, estos servicios no
podrán implantarse y el perjuicio continuará siendo para todos: para el profesional que
lo ejerce, porque le será imposible asumirlo aunque quiera; para el paciente, porque
sufrirá problemas de salud de consecuencias impredecibles que difícilmente se
evitarán, y para el sistema sanitario, porque gastará mucho más dinero de forma
innecesaria, dada la limitación de recursos existente, y ofrecerá una atención de
menor calidad y éticamente controvertida, ya que, disponiendo de una tecnología efi

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ciente para mejorar los resultados en salud de los pacientes no la está empleando,
vulnerando con ello el derecho a la salud de las personas a las que dice proteger.

DATOS RELEVANTES
 Paciente varón de 82 años de edad
 Refiere sufrir episodios periódicos de diarrea, cada 3 días aproximadamente,
desde hace 5 meses.
 Mide 1,70 m y pesa 76 kg (índice de masa corporal de 26,3)
 Tratado por un gastroenterólogo en el hospital, que le prescribió loperamida y
ranitidina.
 Le causa mucha incomodidad, porque además interfiere en ciertos aspectos
esenciales de su salud, como la necesidad de caminar para mejorar el control
de su diabetes, ya que no le permite hacerlo como estaba acostumbrado por
miedo a presentar un nuevo episodio de diarrea.
 Diagnosticado de hipertensión y diabetes mellitus desde hace 12 años.
 Presenta insuficiencia renal en estadio 3B1 , con filtrado glomerular
moderadamente disminuido (30-59 mL/min/1,73 m2 ).
 La presión arterial y la frecuencia de pulso presentan unos valores medios de
174/75 mmHg y 52 lat/min, respectivamente.
 Función renal: aclaramiento de creatinina 39,5 mL/min, microalbuminuria 126
μg/Ml, urea 56 mg/dL y y nitrógeno ureico 26 mg/dL.
 No está tomando actualmente glibenclamida por miedo a las diarreas.
 hemoglobina glucosilada del paciente, que era del 6,4% con glibenclamida, ha
pasado al 7,4% con el incumplimiento del tratamiento.
 presenta unas cifras de colesterol total de 129 mg/dL, cHDL de 56 mg/dL, cLDL
de 70 mg/dL y triglicéridos de 43 mg/dL.
 Presenta un hematocrito del 39% y cifras de hemoglobina de 13 g/L.
 No está tomando actualmente sulfato ferroso por temor a sus alteraciones
gástricas.
 Cuando toma racecadotrilo durante 2-3 días cesa la diarrea, pero luego vuelve
a aparecer.

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FARMACOS INHIBIDORES DE MOTILIDAD GASTROINTESTINAL
 OPIACEOS

 LOPERAMIDA
La loperamida es un derivado del haloperidol que se adhiere al receptor
opiáceo Mu2 disminuyendo la liberación de mediadores químicos
como acetilcolina y prostaglandinas, reduciendo la motilidad gastrointestinal
; actúa también sobre las fibras musculares circulares y longitudinales del
intestino; no posee actividad analgésica. Inhibe la calmodulina aumentando
la absorción de agua y electrólitos a nivel de luz intestinal; además mejora
el tono del esfínter anal, reduciendo la urgencia y la incontinencia. La
loperamida prolonga el tiempo del tránsito intestinal, incrementa la
viscosidad de las heces, reduce el volumen fecal diario y reduce la pérdida
de fluidos y electrólitos.
Loperamida disminuye la motilidad intestinal. Esta disminución del
peristaltismo es el resultado de una disminución de la actividad de los
músculos longitudinales del intestino; y, parcialmente, de un incremento de
la actividad de la musculatura circular del intestino, que da lugar a la
segmentación del tracto intestinal, retrasando el tránsito. Estas acciones
sobre la musculatura intestinal (↑ contracción de los músculos circulares; ↓
de la contracción de la musculatura longitudinal) son mediadas por

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interferencias en las terminaciones nerviosas, tanto colinérgicas como no
colinérgicas.
Loperamida prolonga la duración del tránsito del contenido intestinal, lo cual
se traduce en:
o ↓ volumen fecal.
o ↑ viscosidad fecal.
o ↓ pérdida de fluidos y electrolitos.
Aun cuando loperamida es un derivado opiáceo (se une a receptores
opiáceos en el tejido cerebral y en el plexo mesentérico), no causa efectos
opiáceos en humanos, ni en animales (a dosis muy superiores a las usadas
en clínica).
No se desarrolla tolerancia a los efectos antidiarreicos durante su uso
continuado.

POSOLOGÍA
Oral. Ads.: dosis inicial 4 mg seguida de 2 mg tras cada deposición; máx.
16 mg/día; máx. 2 días. Niños > 12 años: dosis inicial 2 mg seguida de 2
mg tras cada deposición. Dosis máx. en función del p.c.: > 47 kg: 14
mg/día; > 40 kg: 12 mg/día; > 34 kg: 10 mg/día; > 27 kg: 8 mg/día.

 DIFENOXILATO

El difenoxilato, igual que su metabolito, la difenoxina, actúa principalmente


a través de receptores opioides μ periféricos y es preferible a los opioides
que penetran en el sistema nervioso central (SNC).

La asociación de difenoxilato y atropina inhibe el peristaltismo excesivo del


tubo digestivo, aumenta el tono de los esfínteres y mejora la absorción de
los líquidos. También ejerce una acción selectivamente sobre los plexos
nerviosos de la pared intestinal. Mecanismo de acción: Clorhidrato de
difenoxilato: Probablemente actúa tanto a nivel local como central,
reduciendo la motilidad intestinal. Sulfato de atropina: Tiene actividad
antimuscarínica.

POSOLOGÍA

Adultos: dosis inicial: de 2 a 4 tabletas (5-10 mg de difenoxilato).


Mantenimiento: de 1 a 2 tabletas (2,5-5 mg) cada 6-8 h, hasta que la
diarrea se controle, dosis máxima 10 tabletas/día.
Niños: 4-8 años: 1 tableta (2,5 mg difenoxilato) cada 8 h, 9-12 años: 1

10
tableta (2,5 mg) cada 6 h. Más de 12 años: 2 tabletas (5 mg de difenoxilato)
cada 8 h.
FARMACOS INHIBIDORES DE SECRECIÓN INTESTINAL
 INHIBIDORES DE ENCEFALINASA

 RECECADOTRILO

Antidiarreico antisecretor intestinal. El racecadotrilo es un profármaco del


tiorfano, verdadero metabolito activo, que es formado mediante hidrólisis. El
tiorfano es un inhibidor selectivo de la encefalinasa plasmática, una
peptidasa membranal responsable de la degradación de las encefalinas
naturales. El efecto inhibidor sobre la encefalinasa se traduce a nivel de la
mucosa intestinal en un efecto mantenido de las encefalinas sobre los
receptores opioides de tipo delta, implicados en la regulación de la
reabsorción intestinal de agua y de electrolitos. La acción mantenida de las
encefalinas sobre tales receptores es responsable del efecto antisecretor
intestinal de agua y de electrolitos, neutralizando la hipersecreción inducida
por diversos agentes, tanto químicos como biológicos. La inhibición de la
encefalinasa periférica conduce a un aumento de la permanencia de
encefalinas, con el consiguiente efecto regulador de la secreción intestinal.
No parece que el racecadotrilo afecte de forma significativa a la secreción
basal, ni modifique el tiempo de tránsito intestinal. La acción es
exclusivamente periférica (sólo se distribuye en los tejidos un 1% de la
dosis de racecadotrilo), sin que se hayan apreciado efectos significativos
sobre el sistema nervioso central. Tras la administración oral, el efecto
inhibidor de la encefalinasa comienza a manifestarse en 30 minutos,
alcanzando la máxima actividad al cabo de dos horas. Con dosis orales de
1,5 mg/kg, el nivel de inhibición enzimática máxima es de alrededor del
90%. El efecto inhibidor se mantiene de forma significativa en torno a ocho
horas.

POSOLOGÍA

Oral. Ads.: inicial 100 mg, seguido de 100 mg 3 veces/día, antes de las
comidas. Niños > 3 meses: 1,5 mg/kg/toma 3 veces/día. Mantener hasta 2
deposiciones normales, máx. 7 días.

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OCTREÓTIDA

Es un octapéptido sintético, análogo de la somastostatina, que aventaja a esta última


por su mayor t1/2 (que es de 3 minutos para la somastostatina y de 90 minutos para la
octreótida) y por la mayor potencia de sus efectos, que permite administrarla en 3-4
dosis diarias.

 Mecanismo de acción:

Aunque el exacto mecanismo de su acción no se conoce, se cree que la octreótida


actúa sobre los receptores de somatostatina. La octreótida inhibe la secreción de las
hormonas pituitarias y gastrointestinales incluyendo la serotonina, la gastrina, el
péptido intestinal vasoactivo (VIP), la insulina, el glucagón, la secretina, motilina,
polipétidos pancreáticos, la hormona de crecimiento y la tirotropina. Dado el gran
número de hormonas que son afectadas por la octreótida, sus acciones son diversas:

La inhibición de la serotonina y de otros péptidos gastroentero-pancreáticos ocasiona


un aumento de absorción intestinal de agua y de electrolitos y aumenta la duración del
tránsito.

Dado que la octreótida afecta numerosas hormonas gastrointestinales, es útil para el


control de muchos tipos de diarrea hipersecretora incluyendo pacientes con tumores
intestinales y con diarrea asociada al SIDA. En los pacientes con tumores
gastrointestinales, la octreótida reduce los niveles de VIP con lo que disminuye el
volumen de las heces y mejora la hipokaliemia y aclorhidria. Sin embargo se ha
observado desarrollo de taquifilaxia al tratar esta condición.

La octreótida actúa sobre los receptores endógenos de somatostatina, produciendo los


siguientes efectos:

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Efectos sobre la motilidad, absorción y secreción exocrina del TGI:

- Inhibición de la secreción de ácido y pepsinógeno gástricos.

- Inhibición de la secreción intestinal de líquidos y bicarbonatos.

- Disminución de la contractilidad del músculo liso.

- Inhibición de la secreción pancreática (de lipasas, amilasas, proteasas,


bicarbonato)

 Farmacocinética

Se administrara por vía parenteral (SC,EV) e intranasal. Presenta una biodisponiblidad


de 100%. Circula ligada en un 65% a las proteínas plasmáticas, principalmente a las
lipoproteínas. Posee un t1/2 de 90 minutos. El 32% de la dosis se excreta por vía renal
en forma inalterada.

 Utilidad Clínica

Dado que la octreótida es activa sobre numerosas hormonas intestinales, es útil para
el control de muchos tipos de diarrea hipersecretora refractarias, incluyendo la
asociada al sida (que es prolongada por Cryptosporidium). Además, está indicada en
otras patologías endocrinas y digestivas.

 Posología:

Para tratar la diarrea refractaria se suele usar por vía SC:

 Dosis inicial: 0,1 a 1,8 mg/día administrada 3 veces al día

 Ajustar dosis individualmente hasta 0,25mg 3 veces al día.

 RAMs:

Las más comunes son, dolor en el sitio de administración, nauseas, disconfort


gástrico, malabsorción, flatulencia diarreas, esteatorrea, colelitiasis, intolerancia a la
glucosa, aumento de los niveles séricos de insulina (transitorio).

También se ha descrito hipocalcemia, hipoglucemia, pancreatitis, gastritis, hepatitis,


tromboflebitis, trombocitopenia, alopecia, dependencia física y supresión del
crecimiento si se usa durante períodos prolongados en niños.

 Interacciones:

 Disminuye el metabolismo de la codeína.

 Disminuye los niveles séricos de ciclosporina.

 Aumenta la cardiotoxicidad de fármacos que prologan el intervalo QT.

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PREGUNTAS ENAM:
Un paciente de 78 años de edad, previamente sano, que vive en una Residencia
de Ancianos bastante masificada y con insuficientes recursos higiénicos, padece
un cuadro diarréico desde hace 6 semanas. Refiere molestias abdominales tipo
retortijón, febrícula ocasional y 4-6 deposiciones diarias, alguna de ellas nocturna,
con mucosidad y, en ocasiones, con hebras de sangre. Entre los diagnósticos que
se enumeran a continuación seleccione el que le parece MENOS probable:
1)Cáncer de colon.
2)Infección por Clostridium Difficile.
3)Enfermedad de Crohn.
4)Colitis isquémica.
5)Salmonelosis.
MIR 2003-2004 RC: 5

La diarrea por déficit de lactasa es:


1)Una manifestación del síndrome de Dumping.
2)Una diarrea de tipo secretor.
3)Una manifestación del síndrome del intestino corto.
4)Una diarrea de tipo osmótico.
5)Una manifestación del síndrome de sobrecrecimiento bacteriano.
MIR 2000-2001F RC: 4

Un paciente de 83 años acude a Urgencias tras cuatro días de diarrea y vómitos


con intolerancia total. Presenta signos clínicos de deshidratación y el examen del
laboratorio muestra Glu 110 mg/dl, creatinina 2,8 mg/dl, Na 126 mEq/l, K 3,5 mEq/l
y Na en orina 8 mEq/l. De los siguientes, el tratamiento más correcto es
administrar:
1)Suero salino al 0,9% i.v. para corregir la hipernatremia en 24 horas.
2)Suero salino al 2% i.v. para corregir la hipernatremia en 24-48 horas.
3)Suero salino al 0,45% i.v. y suero glucosado al 5% para corregir la hipernatremia
en 24-72 horas.
4)Antibióticos y dieta astringente.
5)Loperamida y dieta astringente.
MIR 1998-1999 RC:

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Una de las situaciones siguientes NO es una causa de diarrea osmótica. Señálela:
1)Hipertensión portal con hipoalbuminemia severa.
2)Ingesta de antiácidos con Mg(OH)2.
3)Deficiencia de disacaridasas intestinales.
4)Síndrome del intestino corto.
5)Isquemia intestinal crónica.
MIR 1997-1998 RC: 1

Cuatro horas después de acudir a un banquete, 25 personas inician súbitamente


un cuadro de náuseas, vómitos y dolores abdominales. ¿Cuál de los siguientes
agentes es el causante más probable de estos síntomas?:
1)Estafilococo productor de enterotoxina.
2)Clostridium botulinum.
3)Escherichia coli enterotóxico.
4)Clostridium perfringens.
5)Salmonella typhimurium.
MIR 1997-1998 RC: 1
¿En cuál de los siguientes tipos de diarrea el mecanismo de producción es la
disminución del tiempo de contacto del quimo intestinal con las paredes
intestinales?:
1)Secretora.
2)Exudativa.
3)Por trastorno de la motilidad.
4)Por alteración anatómica.
5)Osmótica.
MIR 1996-1997F RC: 3
CONCLUSIONES

 Existen muchas causas de diarrea. La causa más frecuente de diarrea aguda


es la infecciosa, que puede ser producida por bacterias que viven en la comida
o el agua, y por tanto adquirida por intoxicación alimentaria, aunque también
pueden ser producidas por virus (es la denominada gastroenteritis vírica, de
carácter leve y que desaparece espontáneamente en unos días) o por
parásitos. Los virus son la causa más frecuente de diarrea en niños.

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 El tratamiento es típicamente sintomático, debiéndose, en primer lugar, reponer
líquidos y electrolitos, posteriormente identificar la etiología por la cual se
desencadenó la diarrea y, por último, instaurar un tratamiento farmacológico,
cuando sea oportuno.
 Los fármacos más utilizados en la actualidad para tratar la diarrea son: los
inhibidores de la motilidad intestinal, entre los que destacan los opioides, como
por ejemplo la loperamida y el difenoxilato; los inhibidores de la secreción
acuosa intestinal y los antiinfecciosos intestinales.

BIBLIOGRAFÍA:
Loperamida: informe técnico - info-farmacia [Internet]. [citado 14 de
noviembre de 2019]. Disponible en: http://www.info-farmacia.com/medico-
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https://www.vademecum.es/principios-activos-loperamida-a07da03

16
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[Internet]. 2011 [citado 14 de noviembre de 2019]. Disponible en:
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ATROPINA [Internet]. [citado 14 de noviembre de 2019]. Disponible en:
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Benedi J. Antidiarreicos. Rev Farm. prof. 2015; 19(5):58-63.

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