Está en la página 1de 6

Ensayo “El Hombre En Busca De Sentido”

Viktor Frankl

Luisa Fernanda Betancourt Rodríguez

Corporación Universidad Libre


Negocios Internacionales
Cátedra Unilibrista

Bogotá D.C
13 de diciembre
El Hombre en Busca de Sentido
¿Desesperanza como sufrimiento sin propósito o voluntad de vivir?
“Cada hombre, aun bajo las condiciones más trágicas, guarda la libertad interior de decidir
quién quiere ser —espiritual y mentalmente—, porque incluso en esas circunstancias es
capaz de conservar la dignidad de seguir sintiendo como un ser humano.”

Viktor Frankl y su libro “El Hombre en Busca de Sentido”, da a conocer los múltiples

sentidos de la vida a través de la Logoterapia que aplico a lo largo de su experiencia en los

campos de concentración Nazi y su reflexión del qué, cómo y por qué, a pesar de nuestro

entorno y circunstancias, siempre habrá una salida si se mantiene la esperanza y una buena

actitud frente a lo bueno o malo que pueda llegar a presentarse. Por otra parte, invita al

lector a hacer una introspección de la existencia y el sufrimiento que trasciende en ella, es

decir, como una persona, desde sus peores condiciones puede cambiar el rumbo de su vida,

aunque se le impongan cosas tan extremistas como a los prisioneros en los campos de

concentración o aquellas que lo están perdiendo todo, dando posibilidad de realizar un

contraste de dicho relato con la realidad actual y la pandemia.

Es de resaltar que la pandemia ha cambiado el rumbo de la vida de muchas personas y con

ello sus estados emocionales y físicos, reflejados en muertes, estrés, desesperación y

desigualdad, donde en ocasiones, los que pierden la esperanza , se les esfuma todo y de

paso la propia vida, por ello, el autor permite conocer el valor de la persistencia, con el gran

ejemplo de las personas que vivieron la experiencia de ser prisioneros en un campo de

concentración y sus inhumanos sometimientos y aún así, al sentir que ya no podían mas con

su dolor, lograron salir con vida gracias a la fe del futuro y el amor a otros y a su propia ser.

En la primera parte del libro “Un Psicólogo en un Campo de Concentración”, que

desenvuelve 3 fases que relatan el proceso de llegada, permanencia y liberación del campo
de concentración desde la perspectiva y vivencia del autor, desenvuelven un conjunto de

acciones y situaciones impactantes y las respectivas consecuencias reflejadas en los

comportamientos de los prisioneros, para lo cual Frankl pudo analizar el sentido que se le

da a la vida según las propias vivencias, adicionándole que sostuvo que parte del

existencialismo da paso a que “vivir es sufrir; sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento”.,

es decir, cada persona debe hallarle sentido a sus sufrimiento y de paso afrontarlo con

responsabilidad para actuar frente al problema y no morirse con él.

En la primera fase “Internamiento en el Campo”, los prisioneros experimentan el estado de

shock al no saber que les espera, anhelando desde lo más profundo de su corazón poder ser

salvados y de paso a su familia, con ello, en época de pandemia se evidencia la presión de

muchas familias al no saber que les depara y más cuando no se encuentran en las mejores

situaciones. Adicionalmente, Viktor Frankl especifica que en psiquiatría hay un término

denominado "ilusión del indulto", donde los prisioneros guardaban su esperanza hasta el

ultimo segundo antes de saber si iban a ir a las cámaras de gas o a los trabajos forzados.

En los campos de concentración lo primero que se realizaba era la desinfección, donde les

arrebataban todas las pertenencias y de paso, hasta el último pelo de sus cuerpos,

entregándoles por último unos uniformes iguales, con el propósito de mantenerlos a todos

en las mismas condiciones. Después de la entrada a los campos, los prisioneros empezaron

a experimentar maltratos extremos, no tenían ninguna comodidad y con ello llegaban al

punto de no querer seguir viviendo, remplazando sus comidas por cigarrillos, dando a

entender que solo querían disfrutar de esa manera lo poco que les quedaba. A partir de lo

anterior, asemejo la situación con el virus que hace parte de la vida de todos, no tiene

preferencias ni elecciones, si es rico o pobre, si tiene trabajo o no, o simplemente si merece


sufrir o no lo merece, con la pandemia se evidencia que nadie está excepto de vivir un mal

momento , llegando a afrontar los problemas de maneras diferentes, teniendo su simple

existencia desnuda, para lo cual, muchos se despreocupan por su salud o su vida y deciden

someterse a sustancias que los terminan de acabar o simplemente dejan de tenerle miedo a

lo que es la muerte.

En la segunda fase “La vida en al Campo”, se destaca el sentimiento y síntoma de Apatía

que se empieza a experimentar en los campos de concentración, donde la muerte emocional

arrastra con el dolor y sufrimiento físico, esa injusticia reflejada en insultos y actos en vano

y sin justificación, es lo que más causa frustración y desespero. Sin embargo, Frankl pudo

llegar a concebir que la felicidad podía ser posible a pesar del contexto tan pesado que

sobrellevaban, y la gran razón era el amor y el recuerdo de un ser amado. Así mismo, las

experiencias de la vida en un campo demuestran que el hombre tiene capacidad de elección,

gracias a que lo que nunca se pierde es la libertad espiritual e independencia mental, como

bien lo decía Frankl.

Las personas son capaces de decidir quienes son y que quieren hacer con la poca voluntad

que les queda, es decir, que a pesar del entorno en el que conviven diariamente, pueden

decidir si actuar igual o ser algo mejor. En la situación de la pandemia, nadie siente el dolor

y sufrimiento del otro, sin embargo, hay que tener en cuenta que la actitud es todo lo que le

queda al ser humano cuando quiere cumplir un propósito o una meta. Cuando se desea algo

con muchas ganas, nunca se desfallece, y la actitud y la esperanza es lo que refleja ese

ánimo de continuar.

Es importante mencionar las palabras de Nietzsche propuestas por el autor ya que es uno de

los mensajes más significativos que dejan una gran reflexión, “Quien tiene algo por qué
vivir, es capaz de soportar cualquier cómo", ya que si se tiene a alguien o algo como

motivación siempre se encontrará la manera de lograr lo que se propone, en cambio, si no

se tiene una razón por la cual vivir, se actuará sin una buena visión y tal vez llegando a

concluir que se aceptará lo que la misma vida les depare, cuando realmente, se debería

buscar que ofrecer a las propias vivencias.

Otra gran circunstancia que ha dejado como consecuencia la pandemia, es el desempleo y

el verdadero desespero que se experimenta al sentir hambre y no tener con que sobrevivir.

Cabe decir, que una persona que nunca ha tenido necesidades, no entenderá lo que es no

tener nada para vivir, sin embargo, con el hecho de ponerse en los zapatos del otro y valorar

lo que se tiene, es un buen indicio. En el caso de las personas que no tienen una buena

estabilidad, no es solo buscar el sentido a la vida, sino, buscar solución y ACTUAR, porque

hay muchas personas que pasan por la misma situación y se debe encontrar en su medida la

posibilidad de una buena solución que rescate lo perdido.

Las circunstancias que depara la vida no se solucionan de la misma manera, como Frankl lo

describía en su obra, hay dos tipos de razas de hombres, los decentes y los indecentes, para

lo cual, unos obraran de buena manera, respetando las necesidades ajenas y pensando con

sensibilidad, sin embargo, los indecentes, son aquellos que son egoístas y no miden sus

actos, afectando a los demás. Un breve ejemplo es aquel individuo que con

irresponsabilidad sale a realizar actividades poco necesarias en la pandemia, sin medir el

hecho de que puede contagiar a toda la familia y allegados, causándoles la muerte,

simplemente porque no ven más allá de la poca diversión que pueden recibir, a diferencia

de las personas que por deber y trabajo salen a realizar sus deberes, pero siendo consientes

de las medidas que deben tomar.


En la tercera fase “Después de la Liberación” se caracteriza por la llamada

“despersonalización”, porque los prisioneros no podían creer que ya no estaban sometidos a

lo peor y volverían a retornar a sus vidas normales, evidenciando que no todo sería igual,

porque lo que el proceso dejó fueron marcas y aprendizajes. En caso de la pandemia, las

personas que tuvieron la experiencia de atravesar por el virus y no murieron, sientes un

gran descanso y agradecimiento al no desfallecer luego de sentir lo peor.

Finalmente, Viktor Frankl a través de su experiencia, determina que las personas pueden

encontrarles sentido a la vida a pesar de las condiciones en las que se encuentre, gracias a

las elecciones individuales en actitud y sentimientos, donde así se nos topemos con malas

experiencias, nosotros como individuos pensantes y con capacidad de reflexionar podemos

tomar la decisión de no consumirnos con malos hábitos y si de aprendizajes para mejorar.

Siempre debemos tener claro que queremos para nuestras vidas, es decir, tener las metas

claras, para poder mentalizarnos sobre el sentido que tiene nuestra vida, sin dejar de lado al

algo o alguien que nos motiva, porque eso, es lo que nunca nos dejará desistir de lograr lo

que siempre se ha anhelado.

El sufrimiento y las dificultades siempre estarán presentes en el entorno, con lo cual, el

debido actuar del ser humano es encontrar el por qué luchar y enfrentar con responsabilidad

lo que la vida ponga en sus destinos. Adicionalmente, en muchas ocasiones se siente que se

pasa por lo peor ,pero ,si se abren bien los ojos, se pueden encontrar peores situaciones y es

hasta ese momento que entendemos que siempre se debe agradecer por lo que se tiene y se

ha logrado, porque es lo que cada quien gana con su propio esfuerzo y posibilidades,

adicionando que si se desea mejorar se debe persistir y seguir buscando la manera,

resaltando el gran valor de la actitud, nombrada por el autor Viktor Frankl.

También podría gustarte