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Trabajo Colaborativo

Unidad 1: Fase 3 - Exploración instrumental

Pertenece a
Kendri Mendoza
Oscar Manuel Hernández

Tutor
Efrain zarate

Grupo
80005A_764

Universidad nacional abierta y a Distancia UNAD

Año
2020
Compositores destacados.
Francisco Tárrega (1852-1909). Capricho árabe
Nacido en Villarreal (Castellón), el aprendizaje musical y guitarrístico de
Francisco Tárrega fue asistemático y autodidacta hasta que con 22 años
pudo realizar estudios de solfeo, armonía y composición en el
Conservatorio de Madrid. Su vida responde bastante a la imagen del
artista romántico bohemio, en continuos viajes, cambios de residencia,
penurias económicas, etc. Siempre obtuvo grandes éxitos en sus
conciertos, pero todavía la guitarra no pasaba de ser un instrumento
raro, exótico y, por tanto, marginal.

Obras principales
Aparte de sus obras originales para guitarra, que incluyen Recuerdos de
la Alhambra, Lágrima, Capricho Árabe, Variaciones sobre la Jota
Aragonesa y Danza Mora, arregló piezas de otros autores para este
instrumento, como algunas de Ludwig van Beethoven, Frédéric
Chopin, Felix Mendelssohn y la famosa Serenata Española del
español Joaquín Malats.
Gaspar Sanz (4 de abril de 1640 - 1710).
Compositor aragonés nacido en el siglo XVII que escribió 3 volúmenes
para guitarra barroca. Hoy en día su repertorio se sigue tocando y ha
sido adaptado a la guitarra española que conocemos ahora. Aquí vemos
una excelente interpretación de “Canarios” para guitarra barroca.

Obras principales
La popularidad y la fama de las que goza hoy en día Gaspar Sanz se
deben, en gran parte, a una sola composición: el Canarios. Publicado
por vez primera en 1674, logró una tremenda popularidad a lo largo del
siglo XX. La Fantasía para un gentilhombre (1954) del maestro Joaquín
Rodrigo, un concierto para guitarra y orquesta usa temas de Sanz: no
por casualidad culmina esta obra con una versión brillante del Canarios.
Y si existen ediciones (más o menos críticas) de las piezas de Sanz en el
siglo XX -basta con citar solo a las más conocidas, como las de Emilio
Pujol, Regino Sainz de la Maza-, entonces siempre hallamos
este Canarios. Para un futuro trabajo científico sería muy interesante
preguntarse por las causas de la historia de recepción de este Canarios,
una danza, que curiosamente no fue tan conocida en los siglos XVIII y
XIX. Sea como fuese, Sanz, obviamente no es sinónimo de Canarios: su
obra, la Instrucción de música sobre la guitarra española, recopilada en
tres libros (1674, 1675 y 1697), es mucho más rica y variopinta y
muestra un compositor que domina todos los géneros y técnicas típicos
para la guitarra a finales del siglo XVII. Y no sería una exageración decir
que con el solo conocimiento de su Instrucción de música uno puede
tener una visión completa de la música instrumental de aquellos años
(excluimos, desgraciadamente, la música vocal).
Fernando Sor
Fue amigo de Dionisio Aguado e incluso vivieron juntos durante algún
tiempo. Este compositor e interprete nació en Barcelona y escribió obras
para distintos géneros. Una de sus composiciones más reconocidas son
las Variaciones sobre un tema de Mozart así como el Gran solo que
tenemos debajo interpretado por Jula Trintschuk. Sus 30 Estudios para
guitarra es uno de los libros que hay que tener como referencia para
mejorar en el instrumento.

Obra principal

 Telémaco en la isla de Calipso (1797)


 Don Trastullo
Fernando Sor (1778-1839)
Nacido en Barcelona en una familia acomodada, Fernando Sor recibió
una buena educación musical en el monasterio de Montserrat. A los 19
años ya había compuesto y estrenado la ópera Telémaco en la isla de
Calipso, lo que demuestra que era un músico integral. A lo largo de su
vida siguió escribiendo obras corales, camerísticas y orquestales. El
interés especial por la guitarra le venía desde niño por influencia de su
padre, aunque en este aspecto de su formación debió de ser bastante
autodidacta, porque en su tiempo la guitarra no tenía una consideración
demasiado buena entre los músicos profesionales y por eso no había
maestros de calidad. La larga tradición del instrumento lo relacionaba
con los estamentos sociales más retrógrados en una época de fuertes
cambios sociales. Sin embargo, Sor se situó ideológicamente entre los
liberales que buscaban el cambio y el progreso político, lo que le
convirtió en un «afrancesado» opuesto al absolutismo de Fernando VII,
de modo que en 1813 tuvo que salir de España para no volver nunca
más.
También en música Fernando Sor practicaba los estilos más modernos
de su tiempo. La publicación de
su Método completo para la
guitarra (París,1830, en francés), así
como sus colecciones de Estudios,
fueron un intento de dotar a los
guitarristas de una técnica y un
lenguaje musical que les permitiera
moverse con soltura en los nuevos
tiempos.
Óperas
Telémaco en la isla de Calipso (1797)
Don Trastullo
Ballets
La feria de Esmirna (1821)
El señor generoso (1821)
Cenicienta (1822)
El amante pintor (1823)
Hércules y Onfalia (1826)
El siciliano (1827)
Hassan y el califa (1828)
Música vocal
25 Boleros o seguidillas
33 Arias
Cantata alla duchessa d’Albufera (València, 1813)
O Crux - coral a 4 voces mixtas; única obra vocal sacra conocida, de
influencia renacentista.
Música orquestal
3 Sinfonías
Concierto para violín
Música de cámara
3 Cuartetos de cuerda (Perdidos)
Tríos de cuerda con guitarra (Perdido)
Joaquín Rodrigo (1901-1999).
En el otoño de 1938, en plena Guerra Civil española, el compositor
Joaquín Rodrigo y el guitarrista Regino Sainz de la Maza se reunieron en
San Sebastián en una comida con un influyente aristócrata aficionado a
la música. En aquel encuentro decidieron que Rodrigo compusiera un
concierto para guitarra y orquesta para que lo estrenase Sainz de la
Maza. Rodrigo continuó viaje hacia París, donde residía. Allí compuso
poco después el famoso Adagio, segundo movimiento del Concierto de
Aranjuez

Rodrigo volvió a Madrid al finalizar la Guerra Civil y aquí acabó de


componer el concierto, pero tuvo algunas dificultades para estrenarlo,
porque un concierto para guitarra y orquesta resultaba extremadamente
raro para algunos directores y organizadores. Según confesión del
propio Rodrigo, el título de Concierto de Aranjuez, posterior a la
composición de la obra, es una evocación de los jardines por los que
paseó junto a su mujer, Victoria, con ocasión de su viaje de bodas. Al
fin, el 9 de noviembre de 1940 consiguió estrenarlo en Barcelona. La
obra no tuvo demasiado éxito en un primer momento, pero poco a poco
fue siendo cada vez más conocida, sobre todo gracias a las grabaciones
discográficas de Narciso Yepes con la Orquesta Nacional de España. En
la actualidad es la obra orquestal española más interpretada en todo el
mundo.
La popularidad del Concierto de Aranjuez se debe, sobre todo, a su
segundo movimiento, del que se han hecho todo tipo de versiones y
arreglos. Debido a esta enorme popularidad, el editor pidió al
compositor que preparase él mismo algunas versiones. Rodrigo accedió
y en 1988 arregló la obra para piano, para guitarra y para voz y guitarra
con el título en francés Aranjuez, ma pensée.
El efecto beneficioso del Concierto de Aranjuez sobre el entorno
guitarrístico ha sido notable. Las dificultades de la obra han obligado a
los guitarristas a refinar su técnica. La inclusión en el ámbito de la
orquesta ha roto los límites del estrecho círculo en que se movía la
guitarra, que ha ganado mucho en la consideración general. Si hasta
entonces los principales compositores de música para guitarra habían
sido los propios guitarristas, a partir de su éxito han sido muchísimos los
autores que han compuesto para guitarra. En esta tarea de apertura y
difusión hay que señalar también a una figura importante del mundo
guitarrístico: Andrés Segovia, que llevó al instrumento por las salas de
concierto de todo el mundo y encargó muchas obras. Curiosamente, sin
embargo, Segovia nunca tocó el Concierto de Aranjuez.
Obras principales
A lo largo de su vida como compositor, desde 1922 hasta 1987, Joaquín
Rodrigo, que compuso unas ciento setenta obras musicales, escribió en
casi todas las formas.
Obras para orquesta
Aparte de los conciertos, Joaquín Rodrigo compuso, a lo largo de su
carrera, importantes obras para orquesta. Hay piezas cortas para
orquesta de cuerdas, composiciones para grupos de instrumentos
particulares, obras para voz y orquesta, y grandes poemas sinfónicos.
Con una de sus primeras obras orquestales, Cinco piezas infantiles,
Rodrigo llamó la atención de los críticos franceses en 1929, y el poema
sinfónico Per la flor del lliri blau mereció el primer premio del Círculo de
Bellas Artes de Valencia en 1934, junto con la admiración de sus
paisanos y profesores. Las dos obras demuestran ese don lírico que
distingue la música de Rodrigo, además de su admirable arte para la
orquestación. Hay obras de una extraordinaria delicadeza de
sentimiento, como la Cançoneta de 1923 para solo de violín y orquesta
de cuerdas, y la Zarabanda lejana y villancico, también para orquesta de
cuerdas, de 1930. La primera parte de esta obra se escribió primero
para guitarra, y hay también una versión para piano, pero no se percibe
ninguna huella de las primeras creaciones en la versión orquestal, tal es
la maestría de la adaptación. La variedad de la música de Joaquín
Rodrigo se hace patente si se comparan estas obras con la alegría
dieciochesca de Soleriana (1953), el solemne Adagio para instrumentos
de viento (1966), o el precioso mundo de la Música para un jardín,
donde cada pieza se parece a los haikus japoneses en su rara
perfección. Conviene destacar también A la busca del más allá (1976),
obra magna compuesta con motivo del bicentenario de los Estados
Unidos, e inspirada en los viajes de los astronautas por una parte y las
maravillas del universo por otra. No hay que olvidar que cuando Joaquín
Rodrigo escribió su primer concierto, el Aranjuez, cuya perfección
orquestal siempre se subraya, ya llevaba más de quince años
componiendo para orquesta.
 Obra vocal
Joaquín Rodrigo siempre mantuvo que sus canciones forman la parte
más importante de su producción musical, aparte de los conciertos. La
fascinación que desde niño sintió por la literatura de su país le condujo a
menudo hacia esta forma de composición, bien con piano o con guitarra,
bien con orquesta. Como Richard Strauss, Rodrigo sintió durante toda su
vida un amor imperecedero por la voz de soprano, que es la
protagonista indicada de casi todas sus canciones. Ya en los primeros
años de su carrera, le atraían versos de los grandes poetas de España,
como el de Gil Vicente Muy graciosa es la doncella, los del Marqués de
Santillana, o, algo más tarde, San Juan de la Cruz y Lope de Vega. Todo
le sirvió al compositor -romances viejos, canciones anónimas del siglo
quince, versos de comedias, literatura barroca, poesía romántica, versos
de Rosalía de Castro, de Antonio Machado, de Juan Ramón Jiménez. En
sus grandes obras para voz y orquesta, Ausencias de Dulcinea, Música
para un códice salmantino, el Cántico de San Francisco de Asís, Rodrigo
no temió poner música a letras de las figuras más consagradas de la
novela, la filosofía o la religión. En estas tres obras, como también en la
mayoría de sus canciones, se nota sobre todo la habilidad del
compositor para hermanar ideas musicales con poesía de la más alta
calidad. Ciclos como los Cuatro madrigales amatorios, Rosaliana, o Con
Antonio Machado se encuentran al lado de piezas sueltas, o pequeños
grupos de canciones. Hay también composiciones de tipo popular, como
el ciclo de las Doce canciones españolas, o -de otra época- las Cuatro
canciones sefardíes, pero Joaquín Rodrigo también compuso la extraña y
conmovedora música, antigua y moderna al mismo tiempo, de las
Líricas castellanas de 1980. Con a esta producción impresionante de
obras corales y alrededor de sesenta canciones, no hay duda de que
Joaquín Rodrigo debería ser considerado uno de los maestros españoles
del arte vocal.
 Música instrumental
Es una sorpresa para muchos aficionados a la música descubrir que el
compositor español que más se asocia con la guitarra, en realidad no
sabía tocarla. Rodrigo no solamente escribió cinco conciertos para dicho
instrumento; también contribuyó al repertorio con más de veinte obras
para solo de guitarra, entre ellas dos sonatas y tres grupos de tres
piezas cada uno. En la mayoría de estas obras Rodrigo se revela como el
último de los compositores españoles que se mantuvieron tan
definidamente dentro de una reconocida tradición nacional, y así, obras
como En los trigales, Bajando de la meseta, o Junto al Generalife han
entrado en el repertorio de la guitarra para alborozo de intérpretes y de
público. Algunas de esta piezas de Joaquín Rodrigo ya son consideradas
clásicas. Pero existen también algunas obras escritas en un lenguaje
más original y mucho más difícil – un rasgo común, hay que subrayarlo,
en las distintas categorías de la producción musical de Rodrigo - entre
ellas una de las piedras fundamentales del repertorio y una reconocida
obra maestra, Invocación y danza de 1962, profundo homenaje a la
música y a la figura humana de Manuel de Falla.
La obra de Rodrigo (que era pianista) para piano incluye una serie de
homenajes musicales inspirados en los grandes del pasado (Cinco piezas
del siglo XVI), en Scarlatti (Cinco Sonatas de Castilla con Toccata a
modo de Pregón), en la muerte de su maestro Paul Dukas (Sonada de
adios), o en la de su amigo, el gran pianista Ricardo Viñes (A l' ombre
de Torre Bermeja). Es de notar la variedad de estilo presente en las más
de cincuenta piezas de Rodrigo para piano, desde la simplicidad de la
Pastoral o la originalidad bitonal del Preludio al gallo mañanero, con sus
espeluznantes dificultades técnicas, hasta esa Plegaria de la Infanta de
Castilla (una de las obras predilectas del autor) que tan profundamente
recrea el mundo medieval sin el menor dejo de pastiche. Los dos obras,
Cuatro piezas para piano de 1938 y Cuatro estampas andaluzas, escritas
entre 1946 y 54, sí pertenecen a la gran tradición pianística española
que se remonta a Granados y a Albéniz, pero siempre se reconoce la
individualidad musical presente en todas estas piezas, y la perfecta
hechura de cada una de ellas. El importante estudio de Antonio Iglesias
sobre la obra pianística de Joaquín Rodrigo (véase Bibliografía) da
amplio testimonio del significado, calidad y extensión que las obras de
Rodrigo han aportado al repertorio pianístico, desde la Suite para piano
de 1923 hasta el Preludio de añoranza de 1987.
 
El 'Opus1' de Joaquín Rodrigo (aparentemente el compositor no quiso
seguir con esta forma tradicional de enumerar sus obras) son los Dos
esbozos para violín y piano, 'La enamorada junto al surtidor' y 'Pequeña
ronda'. Estas dos piezas encantadoras inician el pequeño grupo de obras
escritas para los dos instrumentos, el violín y el piano, que Rodrigo
aprendió a tocar en su juventud, composiciones que fueron escritas
entre 1923 hasta 1982. Entre ellas destacan el Capriccio escrito en
homenaje a Sarasate, de 1944, la Sonata pimpante de 1966, y la última
de estas obras, las Set cançons valencianes de 1982. Tanto la Sonata
como las Set cançons fueron compuestas para Agustín León Ara, yerno
del compositor e intérprete excepcional también del Concierto de estío.
Tradicional en su forma musical, con sus clásicos tres tiempos, la Sonata
es una obra genial, llena de ideas y de texturas llamativas, y en su
segundo tiempo, de una conmovedora hondura emocional. El mundo de
las Set cançons es bien distinto, con ecos de otras composiciones en las
que Rodrigo estaba trabajando a principios de los años ochenta, pero la
obra se revela de vez en cuando notablemente original, a pesar del
esperado tono folklórico. Existen también varias piezas sueltas para
otros instrumentos, siendo entre ellas quizás la más importante la
Sonata a la breve de 1977 para violonchelo y piano, que Joaquín
Rodrigo dedicó 'A Pablo Casals in memoriam'.

Napoleón Coste (1806-1883)

Napoleón (Claude Antoine Jean George) Coste nació el 28 de junio de


1806 en Amondans, un pequeño pueblo del Departamento de Doubs al
este de Francia. Su padre fue un oficial del Ejército imperial y esperaba
que su hijo siguiera la carrera militar. Sin embargo, Coste contrajo una
grave enfermedad a los once años que hizo que la familia descartara por
completo una carrera militar para el joven. Coste empezó a tocar la
guitarra a la edad de seis años bajo la tutoría de su madre, quien era
una excelente intérprete de este instrumento. Fue ella quien le animó a
tomar seriamente la opción de dedicarse a la guitarra. La familia mudó a
la ciudad de Valenciennes y fue allí donde Coste dio su primer recital en
público a los dieciocho años de edad. Tiempo después comenzó a dar
clases de guitarra en esa misma ciudad. En 1828 el virtuoso de la
guitarra Luigi Sagrini visitó Valenciennes a dar un ciclo de conciertos y
quedó gratamente impresionado con la calidad en la ejecución del joven
Coste, así que lo invitó a 12 participar en sus conciertos,
acompañándolo en la ejecución de las hermosas Variaciones
Concertantes, Op. 130 para dos guitarras, de Mauro Giuliani.
Dos años más tarde Coste se radicó en París y en poco tiempo se hizo
famoso como solista y profesor de guitarra. Fue allí donde entró en
contacto personal con los grandes maestros Carulli, Aguado, Carcassi y
Sor —con quien tuvo la oportunidad de tocar a dueto—. La interacción
con dichos maestros hizo que Coste notara algunas de sus deficiencias
tanto técnicas como compositivas, por lo que perdió el interés en la
guitarra a mediados de la década del 1830 y obtuvo un puesto como
funcionario. Sin embargo, continuó enseñando guitarra y a partir de ese
momento dedicó la mayor parte de su tiempo a complementar sus
conocimientos de armonía y composición. Coste obtuvo el segundo
premio en el concurso internacional de composiciones para guitarra
organizado por el noble ruso M. Makaroff en 1856 en Bruselas por su
Grande Sérénade, Op. 30, quedando detrás del gran virtuoso de la
guitarra del momento, el austriaco J.
K. Mertz.

Obras publicadas con número de opus


Op. 2: Variations et Finale...sur un motif favori de la Famille Suisse de
Weigl ("Variaciones y final... sobre un tema favorito de la familia suiza
de Weigl")
Op. 3: 2 Quadrilles de Contredances ("2 cuadrillas de contradanzas")
Op. 4: Fantasie...Composée sur un motif du « Balle d'Armide »
("Fantasía ... compuesta con un tema de « Balle d'Armide »")
Op. 5: Souvenirs de Flandres ("Recuerdos de Flandres")

Obras sin número de opus (sno)


Sno: Meditation de nuit
Sno: Andante et Allegro
Sno: Divertissement
Sno: Introduction et Variations sur un motif de Rossini
Sno: Berceuse
Marco Aurelio Zani de Ferranti (1800-1878)

Marco Aurelio Zani de Ferranti es considerado uno de los personajes


más notables de la historia de la guitarra, virtuoso de este instrumento,
compositor y hombre de letras. Nació en Bolonia, Italia, 06 de julio de
1800, y murió en Pisa, 28 de noviembre de 1878. Descendiente de 16
una antigua familia veneciana, a la edad de siete años llegó a Lucca,
provincia de Toscana, de la mano de su preceptor el Abad Ronti para
recibir su educación. Ferranti fue dotado de una inteligencia muy precoz
y una memoria prodigiosa; su talento poético se manifestó desde la
primera infancia, tanto que a los doce años de edad escribió poesía
latina que llegó a ser leída en toda Italia. En su infancia vivió un hecho
que cambió su vida: tuvo la oportunidad de asistir a un concierto dado
por el violinista Nicolo Paganini. Ferranti quedó tan profundamente
impresionado con el desempeño de este artista que la música se
convirtió en su pasión y de inmediato comenzó el estudio del violín con
Gerli, el célebre maestro. Su progreso en este instrumento fue
fenomenal, a la edad de dieciséis años su extraordinario talento hacía
pensar en que se convertiría en un violinista de primer orden. Sin
embargo, al pasar los años y sin explicación aparente, abandonó este
instrumento para dedicarse de lleno a la guitarra.
En 1820 visitó París, donde dio clases de guitarra, pasó la mayor parte
de su tiempo experimentando con nuevas técnicas para tocar este
instrumento y dio su primer concierto como solista; además publicó
algunas de sus primeras composiciones, pero estas no atrajeron mayor
atención. Hacia el final de ese mismo año se desplazó a San
Petersburgo, Rusia, en donde fue contratado como bibliotecario del
senador Meitleff y posteriormente como secretario privado del príncipe
Varishkin, primo del emperador. Los frecuentes periodos de ocio que le
conferían estas posiciones le dieron la oportunidad de continuar sus
experimentos con las innovaciones y mejoras que tenía en mente con
respecto a la técnica de la guitarra. Esto le permitió dar conciertos y
publicar más obras de su autoría allí en Rusia; sin embargo, en 1824 fue
expulsado de su cargo debido a su participación en política y por esa
razón tuvo que abandonar ese país.

Obras publicadas con número de opus

Op. 1; Rondo de fees,


Op, 2; Six nocturnes,
Op. 8; Ma derniere fantasie,
Op. 4; Fantasia varie sur le Carnival de Venice,
Op. 5; Loin de toi Caprice,
Op. 6; Fantasia sur la romance de Otello,
Op. 7; Divertimento on three favorite English romances,
Op. 8; Nocturne sur la derniere pensee de Weber,
Op. 9; Fantasia varie, O Cara Memoria, Op. 10

Johann Kaspar Mertz (1806-1856)

Johann Kaspar Mertz, el renombrado virtuoso de la guitarra y


compositor, nació el 17 de agosto de 1806 en Pressburg, Hungría, y
murió en Viena el 14 de octubre de 1856. Durante su infancia recibió
una instrucción elemental en la guitarra y la flauta y, dado que provenía
de una familia muy humilde, comenzó a dar clases de estos
instrumentos desde que cumplió 12 años para ayudar económicamente
en su hogar. Enseñar y perfeccionar su técnica en la guitarra —que se
había convertido en su instrumento favorito—, fue la tarea que ocupó
todas sus horas de vigilia durante su vida joven. Recién a los treinta y
cuatro años de edad, con la ambición de ampliar su ámbito artístico, se
trasladó a Viena en donde rápidamente encontró puesto como profesor
de guitarra. No mucho después de su 14 llegada a esa ciudad, brilló
como solista de guitarra en un concierto brindado en el teatro de la
corte bajo el patrocinio de la Emperatriz Augusta Carolina.

Su éxito fue instantáneo, los aplausos fueron estremecedores y los


múltiples elogios no se hicieron esperar. Sus actuaciones y brillantes
logros hicieron que Mertz fuera nombrado guitarrista de la corte de la
Emperatriz. Durante los siguientes dos años hizo giras de conciertos a
través de Moravia (actual República Checa), Polonia y Rusia. En uno de
estos conciertos conoció a la joven pianista profesional que sería su
esposa, la señorita Josephine Plantin, quien aparecía compartiendo
recital con Mertz. Este encuentro coincidencial en la tarima llevó a
ambos artistas a establecer una gran amistad, tanto que decidieron
hacer una gira de recitales compartiendo escena que les proveyó un
gran éxito artístico y financiero.

Obras publicadas

Para guitarra sola


Op. 1 : 3 Nocturnos
Op. 2 : Le Carneval de Venice
Op. 3 : Opern Revue, Il Trovatore de G. Verdi
Op. 4 : Opern Revue, La Norma de V. Bellini
Op. 5 : Opern Revue, Lucia di Lammermoor de G. Donizetti
Op. 6 : Opern Revue, The Barber of Seville de G. Rossini

Para dos guitarras

 Der Ball (el baile)


 Am Grabe Der Geliebten (En la tumba de su amada)
 Wasserfahrt Am Traunsee (Paseo acuático en el Lago Traunsee)
 Unruhe (Ansiedad)
 Deutsche Weise (A manera alemana)
 Vespergang (Equipo de vísperas)

GIULIO REGONDI (1822-1872)

Giulio Regondi fue un niño prodigio de la guitarra que se transformó en


un reconocido artista, compositor de obras de gran elaboración y
exigencia. Nacido en Génova o Lyon en 1822, no se tiene el dato del
nombre de su madre pero se sabe que fue alemana y que pudo haber
fallecido durante el nacimiento de Regondi. Giulio fue criado por su
padre que era italiano (algunos dicen que pudo ser su padrastro) quien
era, a su vez, un talentoso guitarrista, compositor y barítono. Regondi
hizo su debut en Paris a la edad de siete años, después de eso se le
conoció como “el infante Paganini”.
Aunque usualmente tocaba a dúo con su padre, era el joven prodigio
quien embelesaba a las críticas y se llevaba todos los elogios. Tal llegó a
ser la fama de esta joven figura que el gran virtuoso español Fernando
Sor dedicó su Fantasía Souvenir d’Amitiè (Recuerdos de la amistad), Op.
46 (1831) al joven Regondi de tan solo nueve años; se dice que también
compuso un Grand Duet (Gran dueto) ahora perdido. Esto evidencia la
relación de mutuo aprecio y admiración entre estas dos figuras y sugiere
que el maestro Sor pudo haber cumplido algún papel en el desarrollo
musical del joven. Los Regondi, padre e hijo, llegaron a Londres en 1831
y allí alcanzaron buena acogida por parte de la crítica, además de éxito
financiero, girando a través de las islas británicas. De repente, un buen
día de 1835, el padre le dejó una nota con cinco libras esterlinas, se
llevó el resto del dinero que los dos habían obtenido y lo dejó a su
suerte bajo el cuidado de extraños. No obstante, el joven Giulio logró
sobrepasar este trauma con la ayuda de amigos y padres adoptivos, se
volvió residente permanente de Londres y continuó ganándose la vida
como concertista por toda Europa.

Obras publicadas

 Nocturne 'Rêverie', op. 19 para guitarra


 Fête villageoise 'Rondo caprice', op. 20 para guitarra
 Air varié No. 1, op. 21 para guitarra
 Air varié No. 2, op. 22 para guitarra
 Introduction and caprice, op. 23 para guitarra
 Ten Etudes para guitarra
 Air varié de l’opera de Bellini I Capuleti e i Montecchi para guitarra
 Fantasia on English Airs para concertina y piano
HISTORIA DE LA GUITARRA
La guitarra forma parte de la familia de los instrumentos de cuerda y se
puede decir que, hoy día, es el instrumento
más extendido por todo el mundo. Sus
orígenes no están muy claros. Existen
teorías que defienden que el instrumento
antecesor de la guitarra fue introducido en
España durante la invasión de los árabes en
el Siglo VIII. Sin embargo, otras teorías
defienden que sus orígenes se remontan
hasta la época de los griegos, los cuales
crearon un instrumento con cierta
apariencia a la guitarra actual aunque de
bordes rectos y 4 cuerdas que fue copiado y
modificado por los romanos. Que
posteriormente fue introducido en España
por el año 400 a.C. Por otro lado existen
documentos que prueban que en época de
los Hititas (1.300 a.C.), ya existía un instrumento de 4 cuerdas que,
además, presentaba unos bordes curvos. Y existen también indicios de
la existencia de un instrumento parecido a la guitarra con lados suaves
y curvos en la cultura egipcia.

Sea cual sea su origen, fue a finales del Siglo XVIII y principios del Siglo
XIX cuando apareció la primera guitarra con una apariencia muy similar
a la actual guitarra clásica, de la cual han derivado las demás guitarras
que, hoy en día, existen (acústica, eléctrica, etc.). Destacan fabricantes
como Antonio Torres, quien implantó el diseño de los refuerzos en
abanico por la parte inferior de la tapa e introdujo una caja más grande,
aunque del mismo peso y con curvas más amplias allá por el año 1.780.
Desplazó el puente a una posición más alta y aumentó la profundidad de
la caja. Hoy día la mayoría de los fabricantes utilizan las modificaciones
introducidas por Torres.
Siglos XI y XII, la Edad Media disfruta de la guitarra
Si un momento dado de la historia se puede atribuir al origen de la
guitarra como instrumento de uso en tierras europeas, especialmente en
España, ese es la Edad Media. Hubo distintos instrumentos que entraron
con fuerza en distintas culturas.
Se vieron, en los siglos XI y XII,
variantes de las guitarras. Tenía
popularidad la mandora y
también la guitarra latina.
Contaban con diferencias en
cuanto a forma y elementos,
denotando cambios propios de los
puntos de origen de los que
procedían.
Mientras la mandora era más propia de culturas orientales, en la
guitarra latina se apreciaba un claro origen basado en la evolución de
las cítaras de Europa Central. Se pueden ver estos tipos de guitarra en
varias obras artísticas y arquitectónicas de la época.
Siglo XIV, se presenta la primera versión de la guitarra española
Llega un punto de inflexión para la historia de la guitarra que supuso un
importante cambio en el uso de este instrumento: la aparición del
primer prototipo de lo que podemos considerar guitarra española.
Se comenzó a utilizar por parte del pueblo español en celebraciones y
otro tipo de actos. Era una herramienta que encantaba al pueblo y que
animaba cualquier fiesta.
De manera paralela en España también se comenzó a utilizar la vihuela,
una guitarra que se convirtió en la elección de los cortesanos y la
aristocracia. De esta manera, cada grupo tenía su propio instrumento
musical predilecto dentro de esta categoría.
Cabía destacar que la guitarra del pueblo estaba formada por cuatro
cuerdas dobles, mientras que la vihuela apostaba por seis.

Siglo XVI, se introduce una quinta cuerda


La situación de la guitarra cambia gracias al ingenio de distintos
expertos. La historia cuenta que Vicente Espinel, que en la época tuvo
una gran amistad con el escritor Cervantes, logró que se impusiera la
idea de incorporar una quinta cuerda al instrumento.
España se hacía cada vez más a este instrumento y comenzaba a
publicarse obras enfocadas al mismo.
Hubo una fuerte rivalidad entre los modelos de cuatro y cinco órdenes,
pero al final se impuso el que había defendido Espinel. Al mismo tiempo,
se atribuyó su origen a la cultura española y su éxito desplazó tanto a la
vihuela que está prácticamente desapareció. La guitarra española se
había ganado a la audiencia en todos los aspectos.
Siglo XVII, nada detiene a la guitarra española
En esta época el instrumento se había convertido en una clara
representación de la cultura española. Un tratado de Juan Carlos Amat
ayudó a obtener esta normalización y de forma internacional se
reconocía abiertamente.
El esfuerzo realizado por Espinel había llevado a que toda la sociedad,
sin importar clase o posición, adoptara esta guitarra de cinco órdenes
como la norma. Esta fama se apoyó desde la literatura con publicaciones
que reforzaron la relevancia del instrumento.
También se publicaron guías y manuales para que más personas la
pudieran tocar con gracia. Era parte de la filosofía que se defendía desde
España: tener un instrumento fácil de tocar y agradable, totalmente
opuesto a la sobrecarga a la que se sometían los diseños del extranjero.
La fama mundial de la guitarra la lleva a ser adoptada también en otros
países, llegando a transformarse en el instrumento predilecto de Luis
XIV. No obstante, no termina de cuajar en su entrada al grupo de la
música de cámara, en el cual todavía se le ponen trabas

Siglo XVIII, llegamos a la guitarra clásica


El siglo comienza con un momento decisivo para el diseño de la guitarra
al incorporarse una sexta cuerda. Por otro lado, se adopta la afinación
moderna y también cambia el proceso de tocar la guitarra, tanto en el
pulsado de las cuerdas como en la colocación de las manos.
Se llevaron a cabo cambios en la estructura de las guitarras para
adoptar el modelo clásico recordado por tener el trastero elevado.
Siglo XIX, la guitarra es aceptada
La música de cámara acepta la guitarra y se convierte en instrumento
de concierto. Aumentan las obras escritas para este instrumento y
comienzan a destacar nombres célebres de guitarristas españoles, como
Dionisio Aguado o Fernando Sor.
Al mismo tiempo, la guitarra llega también a Estados Unidos, lugar
donde sufre modificaciones para encajar con las tendencias de este
lugar del mundo. Continuaron realizándose cambios en el diseño para
acercarse a los modelos actuales. Además, se da forma a la guitarra
flamenca gracias al trabajo de Torres Jurado.
Siglo XX, es la hora del éxito
Y llegamos a la consolidación de la guitarra española como uno de los
instrumentos más importantes del mundo, uno que encaja en todo tipo
de ambientes y cuya flexibilidad y facilidad de uso la convierten en una
de las principales opciones entre los aficionados a la música. Se definen
las claves para tocarla, los elementos principales de diseño y las obras
más reconocibles.
Tipos de guitarras
A lo largo de la historia han existido distintos tipos de guitarras con unos
usos muy definidos, siendo en la actualidad los siguientes los más
utilizados:
Guitarra acústica

Esta es la definición de la guitarra principal, la cual


está basada en el uso de cuerdas con alambre y
nailon. Proporciona un sonido que se genera a través
de un sistema con el cual las cuerdas vibran y el
sonido se amplifica dentro de una caja de madera
acústica.
Su forma de emitir el sonido es sin necesidad de
sistema de amplificado, lo que les aporta un estilo
muy personal y contundente. Dentro de este tipo de
guitarra hay algunas variaciones a tener en cuenta,
como la guitarra renacentista o la guitarra sajona.
Esto varía el tipo de música que se puede conseguir
con cada una de ellas.
Guitarra flamenca
La principal característica de las guitarras flamencas se
puede apreciar en el uso de distintas maderas para su
fabricación, lo que le da un estilo muy especial. Así
mismo, hay algunos cambios en la colocación de
algunas de sus partes principales.
Por ejemplo, hay menos distancia entre el diapasón y
las cuerdas, lo que facilita el tocado del instrumento.
Esto lo hace más apropiado para personas sin mucha
experiencia.
Se utiliza para la música flamenca y tiene un sonido
que no solapa al de los cantaores.

Guitarra eléctrica

Con este tipo de guitarra las señales que se producen al tocar las
cuerdas se acaban convirtiendo en señales eléctricas. El sonido es muy
distinto y se utilizan partes personalizadas en la construcción de las
guitarras, como las pastillas.
Comenzó a ser utilizada en la música jazz, pero no tardó en
aprovecharse en otros tipos de música.
Ha tenido un papel clave en la historia del rock and roll y también se usa
en el funk, entre otros géneros musicales que se benefician de ella.
Guitarra electroacústica
Una guitarra acústica a la que se le han implementado elementos
propios de los modelos eléctricos se termina convirtiendo en una
guitarra electroacústica. Dentro de esta variante hay dos tipos de
guitarra: de caja o de cuerdas de metal.

2. La evolución de la guitarra

Aunque no sabemos los orígenes exactos de la guitarra podemos decir


que países como Grecia, India y Egipto fueron unos de los más
influyentes en su evolución. Asimismo, España ayudó mucho respecto a
los acabados finales del instrumento, proporcionándole el diseño que
hoy conocemos a nivel internacional como guitarra española.

Un instrumento milenario
Según los historiadores, en los 1500 años a.c ya existía un instrumento de
cuerdas llamado lira. Este era usado en la antigua Grecia, aunque también
se cree que provenía del imperio Hitita. Tal vez es una de las teorías más
importantes respecto al origen de la guitarra.
La lira en un principio tenía 3 cuerdas, pero con el tiempo fue
evolucionando, hasta llegar a tener 12 cuerdas. Su musicalidad la llevó
a formar parte importante de la cultura griega. En esa nación crearon
diferentes tipos de liras, algunas fueron hechas de madera, otras
estaban fabricadas con conchas de tortuga. Las 3 cuerdas de la antigua
lira tenían sus respectivos nombres, Nete, Mese e Hípate. Se trata de las
3 musas de Delfos, el lugar del ónfalos o centro del universo.
En cuanto a la estética, este instrumento llevaba decoraciones de
dorado y blanco, así como acabados de lujo, ya que la lira era muy
importante dentro de la mitología y cultura griega.

Teorías sobre el mástil de la guitarra

En un primer momento, los instrumentos de cuerda pulsada carecían de


mástil. Probablemente, fueron los árabes quienes crearon el primer
instrumento con cuello, puesto que ellos hicieron el Alud. Este tenía caja
de resonancia y mástil, pero no poseía trastes.
Con el paso de los siglos, músicos y fabricantes de diversos lugares del
mundo influyeron en su diseño, creando de esta manera el famoso Laúd
que hoy aún existe. Por supuesto, algunos países le han hecho cambios,
de modo que hay muchos tipos de Laúdes.
El mástil del Laúd no era plano, sin embargo, fue enderezado a través
del tiempo, dando origen a la Vihuela, un instrumento que se usaba en
la música sacra y pagana.
Por otra parte, según el lutier español Manuel Rodríguez, la forma de la
guitarra proviene de un instrumento egipcio datado en el 300 a.c, se
trata del Cotic Lute, un instrumento plano con caja de resonancia y
mástil.
Las guitarras medievales
En la Edad Media existieron diversos instrumentos similares a la guitarra
que conocemos en la actualidad. Entre ellos, destacamos a la guitarra
latina, que tenía la tapa frontal plana, hombros caídos y mástil largo con
clavijero. Estaba compuesta por 5 cuerdas y se tocaba con un plectro o
los dedos, de igual modo, mencionamos a la mandora, cuyo origen
encontramos en el pantur, un instrumento sumerio. En el siglo XIV fue
llamada también guitarra morisca. Posee una caja de resonancia
ovalada, así como mástil y clavijero en forma de hoz.
Cabe destacar que durante los siglos XIII y XV las guitarras eran
talladas en una sola pieza de madera, es decir, mástil, caja y clavijero
juntos. Asimismo, se parecían mucho a un laúd compacto.

Las principales guitarras españolas

En España se creó el diseño que conocemos actualmente de este


instrumento. Fue específicamente en la ciudad de Sevilla, en 1874. Esto
ocurrió en el taller del famoso artesano Antonio Torres, pues este
personaje las fabricaba respetando los cánones estándares de diseño. Y
no podemos olvidar los principales tipos de guitarra que en esta nación
se fabrican. Con esto estamos hablando básicamente de dos modelos, la
guitarra española y la flamenca.
La primera de ellas es conocida también como guitarra clásica a nivel
internacional y sirve para tocar casi cualquier género musical. En
cambio, la guitarra flamenca normalmente tiene el cuerpo más pequeño
y un mástil fino, de modo que los punteos sean fáciles de realizar y
emitan sonidos muy brillantes.
Los tipos de guitarra más destacados
Antes de hacer una comparativa de guitarras españolas, debes tener en
cuenta que tenemos a nuestra disposición diversos tipos de guitarras,
cada una de ellas con una finalidad única. Por ejemplo, hay guitarras
acústicas con cuerdas de metal. Estos modelos casi siempre traen un
mástil reforzado en el interior, gracias a una vara llamada alma. De esta
manera, el mástil soportará la tensión de las cuerdas metálicas y no se
partirá.
También, están las guitarras electroacústicas, que tienen el mismo
diseño de las anteriores, pero llevan un preamplificador incorporado con
sensor de sonido debajo del hueso. En otras palabras, podrás conectar
esta guitarra a una mezcladora o equipo de sonido externo. Esto es una
ventaja para las personas que van a tocar en auditorios gigantescos y
necesitan ser escuchados por todo el público, del mismo modo, existe la
guitarra eléctrica, que normalmente no tiene caja de resonancia. La
única manera de hacerla sonar es conectándola al amplificador o algún
altavoz activo.
La guitarra española ha seguido enseñándose de manera profesional en
conservatorios, universidades y academias de arte por todo el mundo.
Igualmente, el aprendizaje de guitarra sigue avanzando de manera
empírica, gracias a páginas web, tutoriales en línea, libros autodidactas, etc.
Por si fuera poco, la fabricación de guitarras sigue evolucionando, con
nuevos diseños y materiales.

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