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ABC de
JURISPRUDENCIA
PENAL
PROCEDIMIENTO Y EJECUCION
Tribunal Constitucional Plurinacional
Tribunal Supremo de Justicia
2012 - 2018
TOMO
A-J
I
EN AREAS:
DERECHO PENAL
DERECHO PROCESAL PENAL
DERECHO DE EJECUCIÓN PENAL Y
SUPERVISIÓN
EDICION 2018
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Generado el hecho que da inicio a la persecución penal, quien se considere víctima tiene
derecho a constituirse en querellante, esta condición de querellante impone ciertas
obligaciones que de no cumplirse se hallan sancionadas con la extinción de su calidad de
querellante, así el art. 292 del CPP, dispone que la querella se considerará por abandonada
entre otros casos cuando “No concurra al juicio o se ausente de él sin autorización del
tribunal” en concordancia con el art. 330 in fine “…Si el querellante no concurre a la
audiencia o se retira de ella sin autorización, se tendrá por abandonada la querella”, de ahí
que la norma procesal impone al querellante la obligación de una participación activa en el
juicio bajo pena de considerarse por abandonada la querella con las consecuencias
dispuestas por ley.
Una vez instalado el juicio oral, este se rige por el contenido de los arts. 329 y siguientes del
CPP, en concreto su estructura es contradictoria, oral, pública y continua, esta continuidad se
halla específicamente legislada en el art. 334 del CPP, disponiendo “Iniciado el juicio se
realizará sin interrupción todos los días hábiles hasta que se dicte sentencia y solo podrá
suspenderse en los casos previstos por este código”, los casos de suspensión se hallan en el
art. 335 del mismo cuerpo legal, sin que en ellos se encuentre la inconcurrencia del acusador
particular o querellante, una vez iniciado el juicio oral, este continua no obstante la
inconcurrencia del querellante, en este caso se tendrá por abandonada la querella mediante
resolución expresa, la notificación de este actuado judicial en juicio oral se rige por la última
parte del art. 160 del CPP, que refiere: “Las que se dicten durante las audiencias orales se
notificarán en el mismo acto por su lectura”, para los sujetos procesales concurrentes, lo que
corresponde dilucidar es la forma en que el inconcurrente asumirá conocimiento de esta
resolución; siendo que la resolución que declara el abandono de la querella no se constituye
en una resolución de carácter definitivo por no cortar procedimiento ni extinguir la acción
penal, su medio de comunicación efectivo se constituye según el art. 161 del CPP, en el
domicilio procesal que el interesado haya señalado como válido para conocer las
resoluciones del órgano jurisdiccional, sin que ello implique la suspensión del juicio oral, se
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aclara, siempre y cuando su abogado no haya concurrido a la audiencia, pues en este caso
la notificación se tendrá por cumplida por su simple lectura en audiencia, pudiendo a partir de
ello promover los recursos que la ley le franquea o hacer reserva de ellos, dado que su
defensor no puede alegar desconocimiento del fallo.
Sobre la teleología de los medios procesales de comunicación el Tribunal Constitucional
Plurinacional, emitió la SCP 1374/2014 de 7 de julio, que se remite a la SCP 0427/2013 de 3
de abril, en el siguiente sentido “…debido que este Tribunal Constitucional Plurinacional,
verificó que fue distorsionada muchas veces en su aplicación por los órganos jurisdiccionales
y administrativos en sentido de que, a partir de dicha sentencia les estuviera permitido asumir
como regla de conducta la prescindencia total de las formas y formalidades de una
notificación. Por ello, señaló que: 'En este sentido, la presente sentencia constitucional
plurinacional aclara, la aplicación correcta de la jurisprudencia contenida en la SC
1845/2004-R, en sentido de que las formas y formalidades procesales previstas en el Código
de Procedimiento Civil para realizar las notificaciones en sentido general (emplazamientos,
citaciones y notificaciones), deben ser cumplidas obligatoriamente por los órganos
jurisdiccionales y administrativos, porque precisamente al tener un contenido regulatorio
exigente mínimo se constituyen en el instrumento procesal valioso, no para cumplir una
formalidad procesal en sí misma, sino para asegurar que la determinación judicial o
administrativa objeto de la misma sea conocida efectivamente por el destinatario y así
materializar los derechos fundamentales a la defensa y tutela judicial efectiva; y cuando
excepcionalmente, no se cumplan dichas formalidades procesales (debido a falibilidad en la
administración de justicia y no como praxis constante) y por ende, la notificación sea
defectuosa o irregular en su forma, empero, haya cumplido con su finalidad de hacer conocer
la comunicación en cuestión, es decir no se haya causado indefensión a las partes, es válida
y no puede invalidarse el acto procesal'” .
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ACCION DE AMPARO CONSTITUCIONAL EXCEPCIONAL POR MEDIDAS DE HECHO:
Despojo o avasallamiento de propiedad privada
S.C.P. 0319/2013 - Sucre, 18 de marzo 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.2. “Una vez especificados los requisitos por los cuales se activa la acción de amparo
constitucional por vías de hecho, corresponde dilucidar los hechos denunciados; por lo que,
en el presente caso el accionante refirió que el manzano 5 de la urbanización “Pamahuaya”
de propiedad de Miriam Rivero Pinto de Jiménez fue avasallada de manera violenta, razón
por la cual intimidaron y expulsaron por la fuerza a los trabajadores de la empresa
constructora adjudicataria de la Construcción denominada Kayan SRL, posesión que
determina como ilegal e indebida, por lo que solicita la restitución de sus derechos.
(…)la empresa constructora “kayan” adjudicataria de la Construcción de las viviendas
sociales, inició su trabajo en el manzano 5 de la Urbanización “Pamahuaya” el 31 de agosto
de 2012, con el fin de ser concluidas hasta el mes de marzo de 2013; sin embargo, dicha
construcción fue interrumpida toda vez que a raíz de las medidas de hecho suscitadas por
los ahora demandados, los trabajadores de dicha empresa fueron expulsados por la fuerza
del lugar, viéndose obligados a abandonar el mismo en protección de su integridad física,
situación que demuestra de sobremanera que evidentemente los actos denunciados como
ilegales lesionaron los derechos de los accionantes.
Por lo expuesto y conforme lo desarrollado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional y en virtud al derecho al acceso a la justicia glosada
en la jurisprudencia que antecede, corresponde conceder la tutela solicitada”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “La SC 0534/2007-R de 28 de junio, señala que: “…el fundamento constitucional
que sustenta la procedencia excepcional de una tutela ante medidas de hecho, -ante
cualesquier acto- es que en un Estado de Derecho, no es legal ni válido que una autoridad
pública o un particular, invocando supuesto ejercicio 'legítimo' de sus derechos subjetivos, se
arrogue facultades y adopte medidas de hecho (justicia directa o justicia por mano propia)
para poner término a sus diferencias o solucionar sus conflictos con otros desconociendo que
existen los mecanismos legales y las autoridades competentes para el efecto…”
(…)La SCP 1478/2012 de 24 de septiembre, al referirse a las formas de medidas o vías de
hecho por el supuesto ejercicio legítimo de sus derechos o intereses de particulares o del
Estado, identificó los siguientes supuestos: “i) Avasallamiento u ocupaciones por vías de
hecho de predios urbanos o rurales privados o públicos con limitación arbitraria del derecho a
la propiedad, la pérdida o perturbación de la posesión o la mera tenencia del bien inmueble,
ii) Cortes de servicios públicos (agua, energía eléctrica); y, iii) Desalojos extrajudiciales de
viviendas; entre otros supuestos, desconociendo que existen mecanismos legales y
autoridades competentes en el orden constitucional para la solución de sus conflictos,
excluyen el derecho a la jurisdicción o acceso a la justicia del afectado, que se constituye en
el primer derecho fundamental común vulnerado en acciones vinculadas a medidas de hecho
en cualesquiera de sus formas”
(…)“c.1) Regla general
La carga probatoria a ser realizada por el peticionante de tutela, debe: i) Acreditar de manera
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objetiva la existencia de actos o medidas, asumidas sin causa jurídica, es decir en
prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales establecidos para la definición de
hechos o derechos; y, ii) Estar circunscrita a aspectos que no impliquen la existencia de
hechos controvertidos a ser sustanciados por la jurisdicción ordinaria. (SCP 0998/2012,
Fundamento Jurídico III.4).
c.2) Especificidades de la carga de la prueba en caso de avasallamientos cuando se
denuncia afectación al derecho a la propiedad
Para los supuestos de avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios urbanos
o rurales privados o públicos cuando se denuncie afectación al derecho a la propiedad, es
decir, que constituya una limitación arbitraria a la propiedad, la parte accionante, al margen
de la carga probatoria desarrollada en el inciso c) referido a la regla general, tiene la carga
probatoria específica de acreditar su titularidad o dominialidad del bien en relación al cual se
ejerció vías de hecho, aspecto demostrado con el registro de propiedad en mérito del cual se
genera el derecho de oponibilidad frente a terceros, es decir, no puede exigirse al
peticionante de tutela ninguna otra carga procesal adicional. (SCP 0998/2012, Fundamento
Jurídico III.4.1)
c.3) Especificidades de la carga de la prueba en caso de avasallamientos cuando se
denuncia pérdida o perturbación de la posesión
Para los supuestos de avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios urbanos
o rurales privados o públicos cuando se denuncie pérdida o perturbación de la posesión, la
parte accionante, al margen de la carga probatoria desarrollada en el inciso c), referido a la
regla general, tiene la carga probatoria específica de acreditar su posesión legal del bien en
relación al cual se ejerció
PRECEDENTE SC 0534/2007-R
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jurisprudencia, que la extinción de la acción penal, debe ser planteada, mediante la acción de
amparo constitucional”.
PRECEDENTE SC 0352/2010-R de 22 de junio
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además están amenazando contra su vida; y, 2) Se le está perjudicando es su actividad
profesional ya que el 13 de junio de 2013, los hoy demandados allanaron su oficina.
‘…conforme se establece en la jurisprudencia referida en el Fundamento Jurídico III.1 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, el actor que solicite la tutela de la acción de
libertad denunciando persecución indebida, no solamente debe indicar en la demanda los
hechos que considera lesivos a sus derechos sino se encuentra en la obligación de
demostrar los mismos mediante medios idóneos que den la certeza al juez o tribunal de que
estos efectivamente se produjeron y cuando se trata de particulares acreditar la necesidad de
una tutela inmediata, de forma que se indique que las que las vías o mecanismos ordinarios
de tutela al derecho resultan inidóneos, situación que no ocurre en el presente caso…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “(…) Finalmente, y siguiendo la doctrina penal, la SC 0021/2011-R de 7 de febrero,
dispone que: «…se entiende que la persecución indebida debe verse materializada en
actos o acciones que permitan concluir la existencia de una amenaza a este
derecho,en consecuencia, si no se advierte la orden o emisión de ningún mandamiento que
disponga la privación de libertad personal o de locomoción del actor, no es posible admitir
que éste estuviera indebida o ilegalmente perseguido, por cuanto, es irracional suponer que
podría ejecutarse una disposición que no existe ni existió jamás, y en los hechos, el
accionante nunca pudo ni podrá ser objeto de persecución ni hostigamiento».
(…) ‘En conclusión, el hábeas corpus restringido está destinado a la protección de la
libertad física y/o libertad de locomoción, cuando éstas sufren molestias, obstáculos,
incomodidades, interrupciones o perturbaciones sin que medie fundamento
legal, encuentra su cimiento en los arts. 125 de la CPE y 66.2 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional (LTCP), por tanto, vía acción de libertad, se protegerán los
derechos citados supra, aún cuando no se evidencie una amenaza inminente de privación de
libertad, pero su ejercicio se vea afectado de alguna manera, en virtud a que la teleología de
este medio de defensa tiende a la protección de bienes jurídicos de carácter primario, como
son la vida y la libertad; no obstante ello, a tiempo de su activación deberá demostrarse
que la amenaza es cierta y evidente, y no conjetural o presuntiva, lo que significa que
es un requisito para la procedencia de la acción, la demostración de la existencia positiva
y material de la amenaza o restricción de la libertad" SCP 0977/2013 de 27 de junio.
Precedente.- SCP 0977/2013 de 27 de junio
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sumarísimo a fin de que el citado derecho goce de especial protección en casos de que se
pretenda lesionarlo o esté siendo lesionado.
Bajo esa premisa fundamental, debe entenderse que toda autoridad que conozca de una
solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el
deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos
razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho,
lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma
positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada
caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o
dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada
de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud” (SC 0224/2004-R de 16 de febrero).
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En ese marco de consideraciones, es conveniente precisar una de las garantías
jurisdiccionales contenidas en el art. 115.II de la CPE, cuyo texto prescribe: 'El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones'. En ese contexto, corresponde recordar los pilares que
sustentan la administración de justicia, contenida en el art. 178.I de la CPE, cuyo tenor literal
señala: 'La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los
principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad,
celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad,
participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos'. De las normas
precedentemente señaladas, indefectiblemente se puede colegir que, la celeridad procesal
es la esencia del sistema jurídico encargado de la administración de justicia, en sus
diferentes jurisdicciones.
Ahora bien, en función a lo precedentemente señalado, se concluye que, las dilaciones
indebidas contravienen francamente a la voluntad del Constituyente, en lo que respecta la
celeridad procesal; así, se debe entender por dilación indebida, como el incumplimiento de
un plazo o término en el proceso judicial, preestablecido en la norma, sin justa causa; de
modo que, entre el cumplimiento de los plazos procesales y el derecho a una justicia
transparente y sin dilaciones injustificadas, existe una estrecha vinculación y, por
consiguiente, también existe relación entre estos y el derecho al debido proceso y acceso a
la justicia'.
De lo expuesto, se tiene que el trámite de procedimiento abreviado debe caracterizarse
igualmente por el principio de celeridad, especialmente en los casos en que de éste dependa
la libertad personal del justiciable. En consecuencia, la autoridad jurisdiccional, debe cumplir
estrictamente con los plazos procesales previstos en el art. 325 con relación al art. 323.2 del
CPP, cuya demora en su caso, puede ser denunciada mediante la acción de libertad
traslativa o de pronto despacho, puesto que la observancia del principio de celeridad exige
que: '…toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el
derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o
cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una
restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o
dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las
pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad
física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que
si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que
esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud'”
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pendiente de resolución la excepción opuesta, petición que no fue considerada- según
señala -porque la Secretaria y Auxiliar del Juzgado y Plataforma no remitieron el memorial
ante el Juez quien a inasistencia emitió resolución declarándolo rebelde, ordenando su
aprehensión.
(…) consta en obrados que el memorial fue de conocimiento de la autoridad jurisdiccional el
3 de diciembre de 2012, por lo que debió actuar conforme a procedimiento y pronunciarse
sobre la petición del imputado, lo que no ocurrió y no obstante que posteriormente tanto el 14
y 17 de diciembre del año citado, impugnó la declaratoria de rebeldía remitiéndose a su
primera petición, la autoridad judicial demandada erróneamente decretó traslado a las partes
aplicándole el trámite de las incidentes y excepciones, omitiendo imprimirle el procedimiento
establecido por el art. 88 del CPP, es decir pronunciarse sobre la pertinencia o no del
justificativo invocado por el imputado, omisión con la que dilató la situación de rebeldía del
imputado con el riesgo de su libertad al haber ordenado su aprehensión, lo que determina, se
conceda la tutela”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “Al respecto y en coherencia con lo manifestado precedentemente, tratándose de
medidas cautelares de carácter personal, no es posible exigir la concurrencia del absoluto
estado de indefensión como requisito para activar la acción de libertad, habida cuenta que,
conforme lo establecieron las propias Sentencias Constitucionales citadas, el actor debe
agotar los mecanismos de impugnación intraprocesales previo a la activación de la acción de
libertad. Un razonamiento contrario implicaría exigirle al accionante una situación jurídica
materialmente imposible, porque desde ya, el agotamiento de los medios de reclamación
idóneos, obliga a su participación activa en el proceso. Situación diferente es aquella en la
que, al imputado se lo colocó en un estado absoluto de indefensión, lo que le impidió activar
los mecanismos intraprocesales referidos, circunstancia última en la que la acción de libertad
se activará de manera directa.
Razonamiento que aclara la línea jurisprudencial, únicamente con relación a la última parte
del segundo supuesto, extractada y analizada de la SC 0080/2010-R, por los motivos antes
señalados; teniendo en cuenta además, que de manera implícita, el Tribunal Constitucional,
en los casos referidos a medidas cautelares de carácter personal que fueron sometidos a su
conocimiento, aplicó el razonamiento que expresamente se desarrolló en la presente
Sentencia”.
PRECEDENTE SC 0080/2010-R
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cautelar de Atocha, en suplencia legal de su similar Segundo de Uyuni, hasta su
recuperación total, toda vez que el mismo debía ser cumplido en el Centro de Readaptación
Productiva de Santo Domingo de Cantumarca de Potosí, conforme lo dispuesto por Auto de
esa misma fecha, por el cual, la autoridad jurisdiccional referida, en conocimiento del estado
de salud del accionante, quien al momento de llevarse a cabo la audiencia de medidas
cautelares en su contra, estaba internado, en el Hospital General “José Eduardo Pérez” de
Uyuni, recibiendo tratamiento médico para ser sometido el 11 de ese mismo mes y año, a
una cirugía de colecistitis aguda multilitiásica (vesícula); dispuso además, que el imputado
estaría en resguardo, bajo custodia de la Policía de Uyuni, hasta su recuperación total, para
después ser trasladado al mencionado Recinto Penitenciario (fs. 43 vta. a 49); empero la
autoridad jurisdiccional, rechazó su pedido, señalándole que le correspondía al Fiscal
determinar lo que fuere por Ley por no ser de su competencia, quien también negó su
pedido, no obstante de haber, según el informe prestado por éste en audiencia, emitido un
Requerimiento Fiscal para trasladar al accionante a Potosí (fs.134); quien a pesar de haber
sido sometido a cirugía, el 11 de diciembre de 2012, y dado de alta médica el 16 del citado
mes y año, por el Médico Cirujano, Mario Osorio, trató de ser trasladado por los funcionarios
policiales codemandados, al Penal de Cantumarca de Potosí, los cuales señalaron en su
informe escrito leído en audiencia (fs. 115 a 116), que no pudieron cumplir con la orden de
detención emitida legalmente por autoridad competente, por falta de personal y los medios
para hacerlo; situación que puso en grave peligro su vida, debido a que en la fecha señalada
éste se encontraba en periodo post operatorio, en el cual requería de la administración de
antibióticos, cuidados y reposo prescritos por los médicos particulares que efectuaron la
valoración de su estado de salud (Conclusiones II.6 y II.7); situación que también pudo ser
establecida en el certificado médico, solicitado por el accionante al codemandado Director a.i.
del prenombrado Hospital, autoridad que no autorizó su emisión por no ser de su
competencia. Aspectos que debieron ser atendidos oportunamente por los codemandados,
más aún considerando que el accionante, según lo ampliado en audiencia, fue objeto de
tratos crueles e inhumanos, por parte de los custodios, quienes lo mantuvieron enmanillado
de pies y manos, sin que se hubiere realizado acto alguno para garantizar conforme lo
consagrado en los arts. 73.I y 74.I de la CPE, que señala que las personas privadas de
libertad serán tratadas con el debido respeto a la dignidad humana.
Por lo anotado precedentemente, se infiere que los actos realizados por todos los
demandados, devienen en la vulneración de derechos del detenido, el cual conforme a la
jurisprudencia desarrollada en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, que define
el alcance y finalidad de la acción de libertad, corresponde al caso particular, conceder la
tutela, aplicando los alcances de la acción de libertad que en su modalidad correctiva,
procede contra los tratos lesivos de las autoridades judiciales a la integridad personal del
detenido, sea en el aspecto físico, psicológico o moral, que afecten además a su dignidad
humana, cuyo alcance protectivo alcanza no solo a la ilegal imposición de sanciones
disciplinarias y otros, sino como en el caso de autos, a la falta de pronunciamiento de
resoluciones que afecten el derecho a la vida y salud del detenido preventivamente,
agravando arbitrariamente las condiciones de su detención y restringiendo con mayor
intensidad la libertad personal de éste."
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PRECEDENTE:
F.J.III.2. "Respecto a la vulneración de derechos en centros penitenciarios en casos de
detención preventiva, la jurisprudencia glosada por el Tribunal Constitucional, ha establecido
a través de la SC 0739/2011-R de 20 de mayo, y muchas otras, la importancia del carácter
correctivo de la acción de libertad, estableciendo que: 'La acción de libertad, es una acción
jurisdiccional de defensa que tiene por finalidad proteger y/o restablecer el derecho a la
libertad física o humana, y también el derecho a la vida, si es que se halla en peligro a raíz
de la supresión o restricción a la libertad personal, sea disponiendo el cese de la persecución
indebida, el restablecimiento de las formalidades legales y/o la remisión del caso al juez
competente, la restitución del derecho a la libertad física, o la protección de la vida misma,
motivo por el cual se constituye en una acción tutelar preventiva, «correctiva» y reparadora
de trascendental importancia que garantiza como su nombre lo indica, la libertad, derecho
consagrado por los arts. 22 y 23.I de la CPE'.
En relación al 'hábeas corpus' correctivo la SC 0170/2010-R de 17 de mayo, que a su vez
cita la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, señaló: “El hábeas corpus correctivo, no tiene como
principal objetivo la búsqueda de la libertad del procesado, sino, como su nombre indica,
corrige las agravantes ilegales de las condiciones de reclusión de los que se encuentren
restringidos de su libertad. En consecuencia, trata de suprimir las condiciones de maltrato y
mejorar la situación de quienes se encuentren privados de libertad.
En ese sentido, una de los ámbitos de estudio del hábeas corpus correctivo, es el referido al
lugar de cumplimiento de la detención preventiva, en ese entendido, la jurisprudencia
desarrollada por el Tribunal Constitucional, en la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, dejó
establecido que: «El hábeas corpus denominado correctivo, protege al detenido de aquellas
condiciones que agravan en forma ilegítima la detención, violando su condición humana. A
través de este recurso, se garantiza el trato humano al detenido, establecido en las
Convenciones Internacionales de Derechos Humanos. La base legal de este tipo de hábeas
corpus, la encontramos en el art. 89 de la LTC, que amplía los alcances protectivos de esta
garantía, al referirse a otras 'violaciones que tengan relación con la libertad personal en
cualquiera de sus formas…». Conforme a esto, una de las formas en que se manifiestan
estas violaciones vinculadas a la libertad, está la referida al agravamiento ilegal de la
situación del detenido o condenado. Por tanto, hallan cobijo dentro del ámbito protectivo de
esta modalidad de hábeas corpus, la ilegal imposición de sanciones disciplinarias o el
traslado también ilegal de una penitenciaría a otra; pues, al agravar arbitrariamente las
condiciones de la detención, restringen con mayor intensidad la libertad personal de los
detenidos'.
Conforme a lo señalado, y también de la SC 1199/2005-R, de 26 de septiembre, se puede determinar
claramente que: '…el hábeas corpus correctivo procede contra los actos lesivos a la integridad
personal, integridad que debe entenderse en los planos físico, psicológico y moral, en estrecha
conexión con la dignidad humana. Bajo esa perspectiva, no es obtener la libertad de la persona, sino
que cesen los maltratos, estado de incomunicación, las condiciones de detención, inclusive de
hospitalización que puedan considerarse inhumanas, humillantes y degradantes'”.
Precedente: SC 1579/2004-R
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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1149/2015-S1, Sucre 6 de noviembre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El modelo de Estado Plurinacional Constitucional de Derecho de Bolivia, ha instituido el
bloque de constitucionalidad, por el cual al margen de la Constitución como Norma Suprema,
se contemplan también a los Tratados Internacionales referentes a los Derechos Humanos
(art. 410 de la CPE). En este sentido, a efectos de desglosar y desarrollar la detención
preventiva, en el marco del presente caso, se pasa a delimitar su razón de ser, desde un
control de convencionalidad, que nos permitirá la aplicación efectiva y uniforme de los
estándares elaborados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en
relación a las personas privadas cautelarmente de su libertad.
En los términos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) “Pacto de
San José de Costa Rica” (Aprobado y ratificado por Bolivia, mediante Ley 1430 de 11 de
febrero de 1993), se tiene que la CIDH, es el intérprete último de la CADH, pues en el marco
de su doctrina del control de convencionalidad, ha correlacionado los arts. 24 y 68.1 de la
CADH con su Preámbulo, y ha concluido en que sus fallos poseen efectos generales, que
respecto a su fuerza ejecutiva son equiparables a la norma misma que les da origen. Si la
Corte Interamericana de Derechos Humanos es el órgano natural para interpretar la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, entonces, la fuerza de su decisión al
interpretar la convención y enjuiciar leyes nacionales a la luz de esta normativa, ya sea en
caso contencioso o en una mera consulta, tendrá –de principio- el mismo valor de la norma
interpretada. Bajo éste razonamiento, del artículo 8.2 de la Convención, se deriva la
obligación para el Estado Plurinacional Boliviano, de no restringir la libertad del detenido,
más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el
desarrollo eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia,
pues la prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva (no se constituye en una
pena anticipada). No en vano el legislador boliviano ha previsto justamente como requisitos
para la detención preventiva, en el art. 233.2 del CPP, la existencia de elementos de
convicción suficientes de que el imputado: 1) No se someterá al proceso (Peligro de Fuga
desarrollado en el art. 234 del CPP); y, 2) Obstaculizará la averiguación de la verdad (Peligro
de Obstaculización desglosado en el art. 235 del CPP).
Idéntica interpretación ha desarrollado la CIDH, en su Informe 35/07[32] (por citar alguno)
donde dispuso que:
“La Convención prevé, como únicos fundamentos legítimos de la prisión preventiva los
peligros de que el imputado intente eludir el accionar de la justicia o de que intente
obstaculizar la investigación judicial…Por ello se deben desechar los demás esfuerzos
por fundamentar la prisión durante el proceso basados, por ejemplo, en fines preventivos
como la peligrosidad del imputado, la posibilidad de que cometa delitos en el futuro o la
repercusión social del hecho…porque se apoyan en criterios de derecho penal material, no
procesal, propios de la respuesta punitiva” .
De este somero corte jurisprudencial, es posible concluir fácilmente, que la medida cautelar
no tiene un fin en sí misma, sino que sólo puede adoptarse estando pendiente el
proceso principal, de ahí que una de sus características sea la instrumentalidad, pues se
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despliega en función de ese proceso principal y no de manera aislada, no puede existir por
sí sola; “…se desarrolla en función a un proceso principal o preordenada a un proceso y
debe cesar sus efectos, cuando el proceso principal concluya (…) Vale decir que la
aplicación de una medida cautelar, constituye un medio para asegurar el logro de otros fines
que no son los fines del proceso…”[1](las negrillas nos corresponden).
“Así una vez pronunciada la resolución firme en el proceso, la medida cautelar queda
sin efecto, bien por convertirse en medida ejecutiva, bien por desaparecer totalmente en el
caso de declararse inexistente la situación material garantizada” [2]
En este sentido, la SC 0012/2006-R de 4 de enero, refiriéndose a la finalidad de la detención
preventiva y sus medidas sustitutivas, señaló: “Así, como quedó precisado, las medidas
cautelares tiene un carácter instrumental y están dirigidas a lograr la eficacia de la coerción
penal estatal, al intentar asegurar con su aplicación: 1) la averiguación de la verdad, 2) el
desarrollo del proceso penal, y 3) el cumplimiento de la ley (ejecución de la sentencia); todo
ello bajo la idea de que sin su adopción, la labor de defensa social del Estado, expresada en
la persecución penal, no sería de modo alguno eficaz; diferenciándose así, plausiblemente,
de otras legislaciones que le asignan además de aquellos, fines de prevención general y
especial.
En coherencia con lo expresado, en la parte in fine del segundo párrafo del mismo art. 221,
se precisa que las medidas ‘…sólo durarán mientras subsista la necesidad de su
aplicación’”
[19]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA - PRINCIPIOS DOCTRINALES
AUTO SUPREMO Nº 099/2016-RRC
Sucre, 16 de febrero de 2016
Delitos: Lesiones Graves y Leves
Resultado de Resolución: Infundado
Ante la existencia de defectos procesales, el juzgador tiene la facultad de
subsanarlos, ya sea modificando, rectificando o apartando todos los defectos o
errores procesales que pudiese advertir durante la tramitación del caso y sólo
cuando se trate de defectos absolutos podrá retrotraer el proceso hasta el punto
original en que se produjo el vicio por la afectación esencial a derechos
fundamentales y garantías constitucionales que conlleva, lo cual significa, que corre
a cargo de la autoridad judicial realizar el análisis de los actos procesales a efectos
de determinar si se trata de defectos procesales subsanables o en su caso de
defectos absolutos, pronunciando una resolución debidamente motivada que
sustente su decisión.
Bajo este horizonte, se entiende que el régimen de nulidades en materia penal, se
encuentra impregnado de algunos principios doctrinales, que sin duda se
constituyen en criterios para resolver una situación jurídica, en este caso, el
régimen que ahora se aborda, así el propio ordenamiento jurídico procesal,
específicamente el art. 167 del CPP -implícitamente- reconoce el principio de
convalidación y el principio de trascendencia, al establecer que: “No podrán ser
valorados para fundar una decisión judicial ni utilizados como presupuestos de ella,
los actos cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la
Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados internacionales vigentes
y en este Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado.
En los casos y formas previstos por este Código, las partes sólo podrán impugnar,
con fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u omisiones de
procedimiento que les causen agravio”.
Lo cual demuestra, que el principio de convalidación y trascendencia se encuentra
sumido a la norma descrita, deduciéndose de la misma que, el afectado, demuestre
objetivamente que en la tramitación del proceso el acto o defecto alegado como nulo,
no pueda ser subsanado o convalidado y en su caso, haya ocasionado un perjuicio
o agravio, claro está, que no sea fruto de la conducta o actuación pasiva o
negligente del interesado o de quien invoca el defecto; además, en concordancia con
estos principios se tiene al principio de conservación, de modo que la nulidad
siempre será la excepción y la regla la eficacia del acto procesal; o sea, ante una
duda razonable, debe optarse por la interpretación propensa a conservar el acto
procesal y así evitar la nulidad.
Por otra parte, es necesario señalar, que el Código de Procedimiento Penal en sus
arts. 169 y 170, reconoce dos tipos de actividad procesal defectuosa; los defectos
absolutos y los defectos relativos, los primeros no susceptibles de convalidación a
diferencia de los segundos; refiriéndose a estos defectos el Tribunal Constitucional
en la Sentencia 1180/2006-R de 24 de noviembre, estableció que: "...el Código de
Procedimiento Penal por un lado distingue los defectos absolutos y los relativos, que
se diferencian en que los primeros no son susceptibles de convalidación y los otros
quedan convalidados en los casos previstos por la norma; sin soslayar, que la
diferencia sustancial de los defectos absolutos y relativos, radica en que en el defecto
[20]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
absoluto el quebrantamiento de la forma está vinculado a la protección de un derecho
o garantía constitucional; en cambio, en el defecto relativo existe un quebrantamiento
de forma; por otro lado, de la regulación de la actividad procesal defectuosa se tiene
que no cualquier defecto es necesariamente irrevocable, sino sólo aquellos que causen
perjuicio o agravio a la parte interesada. A esto debe añadirse que las formas
procesales precautelan el ejercicio de los derechos de las partes y las garantías
constitucionales; en consecuencia, no se puede decretar la nulidad, sino sólo cuando
hay un defecto que por haber causado una afectación a un derecho o garantía es
absoluto; es decir, la nulidad no deriva sólo del quebrantamiento de la forma, pues es
necesario que ese quebrantamiento haya afectado los derechos de alguna de las
partes y que ésta haya demostrado el agravio para poder solicitar la anulación del
acto defectuoso" .
[21]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Tribunal dejó sentado el siguiente criterio contenido en el Auto Supremo 396/2014-RRC de 18
de agosto de 2014, respecto a los requisitos que deben cumplir los precedentes
contradictorios:“Siendo el recurso de casación un mecanismo que busca otorgar a los
ciudadanos la posibilidad de cuestionar la inadecuada aplicación o interpretación de las
disposiciones legales realizadas por el Tribunal de apelación, contrarios a otros precedentes,
debe señalarse que el precedente contradictorio en materia penal, constituye una decisión
judicial, previa al caso analizado, que al ser emanado por un Tribunal superior en grado o por
uno análogo, debe ser aplicado a casos que contengan similitud con sus hechos relevantes;
al respecto, la normativa procesal penal en el país, ha otorgado al precedente contradictorio
carácter vinculante (art. 420 del CPP). La importancia de precedente contradictorio, deviene
del objetivo y fin del recurso casacional, toda vez que el más alto Tribunal de Justicia del
Estado, tiene la tarea u objetivo de unificar o uniformar la jurisprudencia nacional, con el fin
de brindar seguridad jurídica a las partes inmersas en un proceso judicial, asegurando la
aplicación uniforme de la ley y por ende la efectivización del principio de igualdad y la tutela
judicial efectiva; atribución, que se encuentra descrita en los arts. 419 del CPP y 42 inc. 3)
de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida como función nomofiláctica
(interpretación de la norma en procura de una jurisprudencia uniforme e integrada).
De lo anterior, se establece que únicamente son recurribles en casación, aquellos Autos de
Vista que resulten indudablemente contrarios a la jurisprudencia establecida en un hecho
similar; por este motivo, para que el planteamiento del recurso casacional sea
certero, el recurrente no debe limitarse únicamente a presentarlo dentro el plazo
dispuesto por ley y señalar la contradicción en la que creyere que incurrió el
Tribunal de alzada respecto al fallo citado, lo que podría derivar en la
admisibilidad del recurso, sino, debe asegurarse que el o los precedentes
invocados, correspondan a situaciones fácticas análogas, como exige el art. 416 del
CPP; lo contrario, por simple lógica, imposibilita a este Tribunal, verificar en el fondo la
denuncia de contradicción por ser inexistente; es decir, que al no tratarse de situaciones
fácticas similares, bajo ningún aspecto podría existir contradicción en la
resolución entre uno y otro fallo” (las negrillas no cursan en el texto original) . Por lo
referido, el presente reclamo deviene en infundado.
Por otra parte, teniendo en cuenta que el recurrente denuncia actividad procesal defectuosa,
es menester señalar que conforme lo expuesto en el Auto Supremo 218/2015-RRC-L de 287
de mayo, emitido por esta sala, se estableció que: “En materia penal, las nulidades
procesales se encuentran reguladas a partir del art. 167 al 170 del CPP, bajo el nomen iuris
´ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA´, tiene como fin asegurar la efectivización de la
garantía constitucional de defensa no sólo en juicio; sino, desde el inicio de las
investigaciones hasta la última etapa del proceso; pues, busca castigar con eficacia los actos
jurídicos llevados a cabo sin la observancia de requisitos legales establecidos para su validez.
Para que se haga aplicable la sanción, es requisito indispensable que las partes, que
pretendan la nulidad o se deje sin efecto un acto o resolución, impugnen las decisiones
judiciales u omisiones de procedimiento con fundamento en el defecto que le causó agravio
(art. 167 del CPP), de lo que se establece que únicamente se puede pretender la
nulidad, cuando existe agravio cierto (ofrece certidumbre respecto al perjuicio
efectivo que ocasionado) e irreparable (que tenga como único remedio la nulidad
del acto o fallo). Respecto a la finalidad de las nulidades, Luis Maurino sostiene que `las
nulidades procesales tienen como misión esencial enmendar perjuicios efectivos que,
surgidos de la desviación de las reglas del proceso, pueden generar indefensión´ (Maurino,
[22]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Luis:Nulidades Procesales, Buenos Aires, Ed. Astrea, 2001, pág. 44)”, identificando dicho fallo
entre otros principios reguladores de la actividad procesal defectuosa: “ El principio
de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que ´no hay nulidad sin perjuicio´;
es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad, cuando los defectos procedimentales
denunciados provoquen un daño de tal magnitud que dejen en indefensión material a las
partes y sea determinante para la decisión adoptada en el proceso judicial, debiendo quedar
claro que de no haberse producido dicho defecto, el resultado sería otro, o que el vicio
impida al acto cumplir con las formalidades para el cual fue establecido. Para que opere la
nulidad (art. 169 del CPP), quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño,
señalando de forma clara, cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo
las formas procesales, no resultando suficiente una invocación genérica de algún defecto, sin
explicación clara y precisa de dichas circunstancias; ii) Debe acreditar de forma
específica la existencia de perjuicio cierto, concreto y real en desmedro de sus
derechos y/o garantías constitucionales, demostrando que la única forma de enmendar
el error es por medio de la declaratoria de nulidad; iii) Debe existir interés jurídico en la
subsanación, por lo que quien solicita nulidad, debe explicar por qué la solicita, toda vez que
el argumento de impetrante es el que permite, al juzgador, establecer el ámbito de
pronunciamiento”; constatándose en el caso de autos, que el recurrente se limita a denunciar
a través del recurso de casación, que se llevó adelante la audiencia de fundamentación de su
apelación restringida, antes de la resolución de su apelación incidental y que su intervención
en dicho acto no se hicieron constar en la resolución recurrida, alegando la existencia de un
vicio procesal absoluto, sin precisar fundadamente cuál el perjuicio cierto, concreto y real, en
desmedro de sus derechos y/o garantías constitucionales con dicha actuaciones, por lo que
siendo la denuncia genérica y carente de sustento deviene en infundada.
Por último, con relación al tema relativo a la fecha de emisión de la resolución recurrida, que
motiva la pretensión de nulidad del proceso hasta que se resuelva la apelación conforme los
plazos establecidos por el art. 411 del CPP, el recurrente no toma en cuenta que a partir de la
doctrina legal contenida en los Autos Supremos 110 de 31 de marzo de 2005, 240 de 12 de
marzo de 2009 y 259 de 6 de mayo de 2011, entre otros, sostenida de manera uniforme por
este Tribunal, en materia penal, el incumplimiento de plazos no acarrea la pérdida de
competencia, menos la nulidad de lo actuado, sino la retardación de justicia que amerita la
responsabilidad administrativa o penal de los funcionarios negligentes; determinando que
este reclamo resulte infundado.
[23]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
los casos previstos por la norma; sin soslayar, que la diferencia sustancial de los
defectos absolutos y relativos, radica en que en el defecto absoluto el
quebrantamiento de la forma está vinculado a la protección de un derecho o
garantía constitucional; en cambio, en el defecto relativo existe un quebrantamiento
de forma; por otro lado, de la regulación de la actividad procesal defectuosa se tiene
que no cualquier defecto es necesariamente irrevocable, sino sólo aquellos que
causen perjuicio o agravio a la parte interesada. A esto debe añadirse que las formas
procesales precautelan el ejercicio de los derechos de las partes y las garantías
constitucionales; en consecuencia, no se puede decretar la nulidad, sino sólo
cuando hay un defecto que por haber causado una afectación a un derecho o
garantía es absoluto; es decir, la nulidad no deriva sólo del quebrantamiento de la
forma, pues es necesario que ese quebrantamiento haya afectado los derechos de
alguna de las partes y que ésta haya demostrado el agravio para poder solicitar la
anulación del acto defectuoso".
De manera expresa el art. 407 del CPP preceptúa que, cuando la norma legal que se
invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituya un defecto del
procedimiento, el recurso sólo será admisible si el interesado ha reclamado
oportunamente su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir, salvo en los
casos de nulidad absoluta o cuando se trate de los vicios de la Sentencia, de
conformidad a lo previsto por los arts. 169 y 370 del CPP.
De esta norma, se entiende que no será requisito hacer reserva de recurrir cuando el
defecto de procedimiento este previsto como un defecto absoluto, en los casos
expresamente establecidos por el art. 169 del CPP, que son castigados con la
nulidad del acto judicial; así como tampoco será necesario haber hecho reserva de
recurrir cuando el defecto de procedimiento este previsto en una de las causales de
defectos de la Sentencia previstos por el art. 370 de código adjetivo penal.
Es decir, la nulidad sólo opera en casos expresamente establecidos por la ley, los
cuales en el ordenamiento jurídico penal vigente, se hallan expresamente previstos
en los arts. 166 y 169 del CPP, estos defectos tienen relación con el principio de
trascendencia, el cual citando a Orlando A. Rodríguez, se entiende que: “El error en
sí mismo no es causal de casación, sino en cuanto produce un efecto sobre la
sentencia. De manera que el error in procedendo o iniudicando, que tiene vocación
para que prospere un recurso extraordinario de casación, no es cualquiera, porque
en la actividad judicial, por ser actividad humana, se cometen errores, que no tienen
la entidad ni la importancia para ser demandables. Incluso existiendo errores
graves, algunos no tienen trascendencia en la sentencia”; por lo que cuando un
recurrente pretende la nulidad de un acto judicial (Resolución), debe expresar cual
es el impacto que ese error tuvo en el resultado de la resolución.
[24]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Estado y Tratados y Convenciones Internacionales ratificados por el país, se constituyen en actividad
procesal defectuosa susceptible de nulidad; así por ejemplo, la notificación defectuosa cuando ocasione
indefensión, pues, en este caso, la notificación no sólo busca cumplir una formalidad procesal sino
principalmente, poner en conocimiento del destinatario la resolución judicial, es decir, asegurar el
derecho a la defensa del justiciable, a través del conocimiento real y efectivo de las resoluciones
emergentes en todo proceso.
El Tribunal Constitucional, a través de la SC 0522/2005-R de 12 de mayo, al respecto señaló: ”…la
corrección de la actividad procesal defectuosa dentro de los procesos penales puede hacérsela por la
vía incidental ante el juez cautelar en la etapa preparatoria, ante el juez o Tribunal de sentencia en el
juicio oral, y, en su caso, a través del recurso de apelación restringida, recursos que deberán ser
interpuestos con carácter previo, puesto que sólo ante el agotamiento de los mismos la jurisdicción
constitucional a través del amparo, quedará abierta para el análisis y consideración de los actos u
omisiones que impliquen lesión de los derechos y garantías constitucionales“ (las negrillas nos
corresponden); de donde se infiere que existen medios de defensa específicos para impugnar errores,
defectos o anormalidades cometidas por el juez o el Ministerio Público y que hubieran sido detectadas
por las partes procesales y que deben corregirse precautelando el debido proceso y el ejercicio de los
derechos y garantías constitucionales
ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA, NULIDADES PROCESALES Y PRINCIPIOS
QUE LAS RIGEN
AUTO SUPREMO Nº 128/2016-RRC
Sucre, 17 de febrero de 2016
Delitos: Transporte de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: Infundado
Antes de analizar el caso concreto, es preciso tener presente que el régimen de
nulidades procesales está sujeto a determinados principios, cuya observancia es
obligatoria a tiempo de analizar si una actuación amerita ser anulada por
constituirse en una actuación defectuosa no susceptible de convalidación, lesiva de
derechos y garantías, para lo cual es preciso considerar lo establecido por esta Sala
en el Auto Supremo 218/2015-RRC-L de 28 de mayo que señaló: “En materia penal,
las nulidades procesales se encuentran reguladas a partir del art. 167 al 170 del
CPP, bajo el nomen iuris “ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA”, tiene como fin
asegurar la efectivización de la garantía constitucional de defensa no sólo en juicio;
sino, desde el inicio de las investigaciones hasta la última etapa del proceso; pues,
busca castigar con eficacia los actos jurídicos llevados a cabo sin la observancia de
requisitos legales establecidos para su validez. Para que se haga aplicable la
sanción, es requisito indispensable que las partes, que pretendan la nulidad
o se deje sin efecto un acto o resolución, impugnen las decisiones judiciales u
omisiones de procedimiento con fundamento en el defecto que le causó
agravio (art. 167 del CPP), de lo que se establece que únicamente se puede
pretender la nulidad, cuando existe agravio cierto (ofrece certidumbre respecto
al perjuicio efectivo que ocasionado) e irreparable (que tenga como único remedio la
nulidad del acto o fallo). Respecto a la finalidad de las nulidades, Luis Maurino
sostiene que “las nulidades procesales tienen como misión esencial enmendar
perjuicios efectivos que, surgidos de la desviación de las reglas del proceso, pueden
[25]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
generar indefensión” (Maurino, Luis: Nulidades Procesales, Buenos Aires, Ed. Astrea,
2001, pág. 44).
En cuanto a los principios que rigen las nulidades, este Máximo Tribunal de Justicia,
desarrolló amplia doctrina, así el Auto Supremo 550/2014-RRC de 15 de octubre,
precisó:
´El principio de legalidad o especificidad, señala, no hay nulidad sin texto (pas
de nullite sans texte); es decir, que el acto procesal irregular reclamado, debe estar
castigado con nulidad de manera expresa en la ley, no siendo suficiente que la ley
procesal establezca ciertas formalidades, y que ante su omisión o incumplimiento, se
produzca la nulidad, sino, ella debe estar específicamente predeterminada en aquella
Ley.
(…)
El principio de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que ´no hay
nulidad sin perjuicio`; es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad, cuando
los defectos procedimentales denunciados provoquen un daño de tal magnitud que
dejen en indefensión material a las partes y sea determinante para la decisión
adoptada en el proceso judicial, debiendo quedar claro que de no haberse producido
dicho defecto, el resultado sería otro, o que el vicio impida al acto cumplir con las
formalidades para el cual fue establecido. Para que opere la nulidad (art. 169 del
CPP), quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño, señalando de forma clara,
cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo las formas procesales,
no resultando suficiente una invocación genérica de algún defecto, sin explicación
clara y precisa de dichas circunstancias; ii) Debe acreditar de forma específica la
existencia de perjuicio cierto, concreto y real en desmedro de sus derechos y/o
garantías constitucionales, demostrando que la única forma de enmendar el error es
por medio de la declaratoria de nulidad; iii) Debe existir interés jurídico en la
subsanación, por lo que quien solicita nulidad, debe explicar por qué la solicita, toda
vez que el argumento de impetrante es el que permite, al juzgador, establecer el
ámbito de pronunciamiento.
(…)
[26]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El principio de Subsanación, que establece que no hay nulidad si el vicio alegado,
no influye en el sentido o resultado del fallo o en las consecuencias del acto viciado,
por lo que puede ser objeto de subsanación sin que afecte al fondo del proceso.
Todos estos principios (y otros que no fueron citados) orientadores de las nulidades,
deben ser interpretados de manera restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe
tomar en cuenta el interés y la magnitud del detrimento ocasionado, toda vez que “no
hay nulidad por la nulidad misma”, sino, requiere para su declaración, que el
incumplimiento de las formas se traduzca en un efectivo detrimento a los intereses de
la defensa; es decir, que este tenga relevancia constitucional, lo contrario implicaría
aceptar nulidades con base en un excesivo formalismo, que en muchos de los casos
daría lugar a la invalidación de una gran cantidad de actos y en algunos casos de
procesos, afectando con ello la búsqueda de la verdad material, por errores u
omisiones involuntarias, en clara infracción al principio de celeridad (art. 115.II de la
CPE).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
art. 167 al 170 del CPP, bajo el nomen iuris `ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA´, tiene
como fin asegurar la efectivización de la garantía constitucional de defensa no sólo en juicio;
sino, desde el inicio de las investigaciones hasta la última etapa del proceso; pues, busca
castigar con eficacia los actos jurídicos llevados a cabo sin la observancia de requisitos
legales establecidos para su validez. Para que se haga aplicable la sanción, es requisito
indispensable que las partes, que pretendan la nulidad o se deje sin efecto un acto o
resolución, impugnen las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento con fundamento
en el defecto que le causó agravio (art. 167 del CPP), de lo que se establece que únicamente
se puede pretender la nulidad, cuando existe agravio cierto (ofrece certidumbre respecto al
perjuicio efectivo que ocasionado) e irreparable (que tenga como único remedio la nulidad
del acto o fallo). Respecto a la finalidad de las nulidades, Luis Maurino sostiene que `las
nulidades procesales tienen como misión esencial enmendar perjuicios efectivos que,
surgidos de la desviación de las reglas del proceso, pueden generar indefensión´ (Maurino,
Luis: Nulidades Procesales, Buenos Aires, Ed. Astrea, 2001, pág. 44).
Sin embargo, respecto a lo anterior, es importante tomar en cuenta que el derecho procesal,
está conformado por un conjunto de formas diseñadas por el legislador, con la finalidad de
desarrollar los procesos; el apartamiento de esas formas, siempre que sean necesarias,
puede tener como sanción la nulidad, debiendo distinguirse en consecuencia las formas
esenciales que buscan la efectivización de derechos y garantías de las que implican mera
formalidad; para ello, el régimen de nulidades se encuentra regulado por principios que guían
a la autoridad jurisdiccional en su objetivo de impartir justicia y que le permite, en algunos
casos, dejar pasar el incumplimiento de ciertos formalismos por su irrelevancia frente a los
demás derechos y garantías protegidos; pues lo contrario, se constituirían en simples actos
dilatorios.
En cuanto a los principios que rigen las nulidades, este Máximo Tribunal de Justicia,
desarrolló amplia doctrina, así el Auto Supremo 550/2014-RRC de 15 de octubre, precisó:
El principio de legalidad o especificidad, señala, no hay nulidad sin texto (pas de nullite
sans texte); es decir, que el acto procesal irregular reclamado, debe estar castigado con
nulidad de manera expresa en la ley, no siendo suficiente que la ley procesal establezca
ciertas formalidades, y que ante su omisión o incumplimiento, se produzca la nulidad, sino,
ella debe estar específicamente predeterminada en aquella Ley.
El principio de trascendencia (pas nullite sans grief), que significa que `no hay nulidad sin
perjuicio´; es decir, que únicamente es posible declarar la nulidad, cuando los defectos
procedimentales denunciados provoquen un daño de tal magnitud que dejen en indefensión
material a las partes y sea determinante para la decisión adoptada en el proceso judicial,
debiendo quedar claro que de no haberse producido dicho defecto, el resultado sería otro, o
que el vicio impida al acto cumplir con las formalidades para el cual fue establecido. Para que
opere la nulidad (art. 169 del CPP), quien la solicite debe: i) Alegar el perjuicio o daño,
señalando de forma clara, cuál el acto que no pudo realizar o que se realizó incumpliendo las
formas procesales, no resultando suficiente una invocación genérica de algún defecto, sin
explicación clara y precisa de dichas circunstancias; ii) Debe acreditar de forma específica la
existencia de perjuicio cierto, concreto y real en desmedro de sus derechos y/o garantías
constitucionales, demostrando que la única forma de enmendar el error es por medio de la
declaratoria de nulidad; iii) Debe existir interés jurídico en la subsanación, por lo que quien
solicita nulidad, debe explicar por qué la solicita, toda vez que el argumento de impetrante es
el que permite, al juzgador, establecer el ámbito de pronunciamiento.
[28]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El principio de Subsanación, que establece que no hay nulidad si el vicio alegado, no
influye en el sentido o resultado del fallo o en las consecuencias del acto viciado, por lo que
puede ser objeto de subsanación sin que afecte al fondo del proceso.
Todos estos principios (y otros que no fueron citados) orientadores de las nulidades, deben
ser interpretados de manera restrictiva cuando se alegue nulidad. Se debe tomar en cuenta
el interés y la magnitud del detrimento ocasionado, toda vez que `no hay nulidad por la
nulidad misma´, sino, requiere para su declaración, que el incumplimiento de las formas se
traduzca en un efectivo detrimento a los intereses de la defensa; es decir, que este tenga
relevancia constitucional, lo contrario implicaría aceptar nulidades con base en un excesivo
formalismo, que en muchos de los casos daría lugar a la invalidación de una gran cantidad de
actos y en algunos casos de procesos, afectando con ello la búsqueda de la verdad material,
por errores u omisiones involuntarias, en clara infracción al principio de celeridad (art. 115.II
de la CPE).
Respecto a los defectos absolutos, este Tribunal de justicia, en el Auto Supremo 021/2012-
RRC de 14 de febrero de 2012, señaló: El Código de Procedimiento Penal, tiene por finalidad
regular la actividad procesal, en cuyo trámite pueden presentarse dos tipos de defectos, los
absolutos y los relativos, que se diferencian en que los primeros no son susceptibles de
convalidación y los otros quedan convalidados en los casos previstos por la norma;
destacando, que la diferencia sustancial de los defectos absolutos y relativos, radica que el
defecto absoluto, implica el quebrantamiento de la forma vinculado a la vulneración de un
derecho o garantía constitucional; en cambio, en el defecto relativo al no afectar al fondo de
las formas del proceso, pueden convalidarse si no fueron reclamados oportunamente, si
consiguieron el fin perseguido respecto a todas las partes y cuando quien teniendo el
derecho a pedir que sean subsanados, hubiera aceptado expresa o tácitamente los efectos
del acto defectuoso; a esto debe añadirse que las formas procesales precautelan el ejercicio
de los derechos de las partes y las garantías constitucionales; en consecuencia, no se
puede decretar la nulidad, sino sólo cuando hay un defecto que por haber causado
una afectación a un derecho o garantía constitucional se constituye en absoluto;
es decir, la nulidad no deriva sólo del quebrantamiento de la forma, pues es
necesario que ese quebrantamiento haya afectado los derechos de alguna de las
partes y que ésta haya demostrado el agravio para poder solicitar la anulación del
acto denunciado de ilegal”.
[29]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
a vías de hecho y a adoptar de la SCP 0489/2012 de 6 de julio, la flexibilidad del acerbo probatorio
así de manera general estableció: ‘…1) La flexibilización del principio de subsidiaridad; 2) La carga
probatoria a ser cumplida por la parte peticionante de tutela; y, 3) Los presupuestos de la
legitimación pasiva, su flexibilización excepcional y la flexibilización del principio de preclusión para
personas que no fueron expresamente demandadas…’.
En este contexto, la SC 1513/2005-R de 23 de noviembre, señaló que para la protección inmediata del
derecho a la propiedad requería demostrar: ‘...1) el derecho a la propiedad debidamente demostrado
y no cuestionado y 2) la evidencia, tampoco controvertida, de que los recurridos no estaban en
posesión del bien inmueble sino que con acciones violentas (de hecho) ocuparon la propiedad privada
de los recurrentes...’, jurisprudencia que pese a haber sido citada es específica a la tutela del derecho
propietario y que sigue vigente en la materia.
Ahora bien, la redacción de la SCP 0998/2012, puede resultar equívoca en sus términos en situaciones
de avasallamientos a una determinada propiedad por lo que corresponde aclarar que la misma,
únicamente flexibilizó la legitimación pasiva en los casos en los que por las circunstancias del caso
concreto no sea posible identificar al sujeto pasivo y reiteró la jurisprudencia existente, de ahí que
dicha jurisprudencia no se dejó sin efecto, sino más bien se reiteró; por ello, en su consideración y cita
no puede dejarse de hacer si no es en el marco de la jurisprudencia existente que reitera.
(…)
Es decir, en avasallamientos a una determinada propiedad, por regla general la parte accionante, de
manera adecuada, es la que debe demostrar su derecho propietario y la existencia de vías o medidas
de hecho, salvo se presenten situaciones excepcionales en las que la justicia constitucional presuma lo
contrario y en circunstancias en las que no sea posible dicha acreditación y por tanto cuando se
deniegue la tutela en la justicia constitucional por no haberse acreditado dichos extremos o los
mismos están siendo controvertidos, corresponde que se acuda a la jurisdicción ordinaria para que
asuma las acciones necesarias de protección de los derechos fundamentales comprometidos frente a
las medidas o vías de hecho denunciadas.
En efecto, la Constitución Política del Estado en su art. 179, distingue y separa con claridad a la
jurisdicción ordinaria de la justicia constitucional y en su art. 129.I, establece que la acción de
amparo constitucional procede: ‘…siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados’, de ahí que
ésta Sala, concluye que por regla general las autoridades llamadas a salvaguardar a los ciudadanos
de las vías o medidas de hecho son: las jurisdicciones ordinaria, agroambiental e indígena
originaria campesinas, debiendo los jueces naturales, adoptar las medidas jurisdiccionales
pertinentes para el resguardo de los derechos fundamentales salvo se demuestre necesidad de tutela
inmediata ante la justicia constitucional.
Así cuando la SC 0382/01-R de 26 de abril de 2001, estableció que frente a una medida de hecho el
inicio del proceso penal no era idóneo porque: ‘...persigue otro fin distinto al del presente Recurso,
cuya demanda se centra en que se le permita utilizar la vivienda que tiene alquilada, lo que podrá
hacer en tanto un Juez competente determine lo que corresponda en derecho’, no consideró que el
procedimiento penal también es un desarrollo de la Constitución de ahí que su propósito no sea solo el
de determinar la comisión de delitos sino de resguardar los derechos que justamente son protegidos
por los tipos penales, en este sentido, corresponde modificar dicho entendimiento en sentido de que en
casos de avasallamientos, el juez competente para conocer lo principal también lo es para conocer lo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
accesorio, pues otro entendimiento implicaría que si no se pudieran probar los supuestos de la SC
1513/2005-R, no habría recurso en el ordenamiento jurídico para la tutela de los derechos, lo que
implicaría sin lugar a duda la denegación de justicia, aspecto que nuestra Constitución y el
ordenamiento jurídico en general no admite al prever procesos, en este caso penales suficientes para
resolver todas las problemáticas que en su desarrollo se presenten.
Así el art. 222 del CPP, establece que: ‘Las medidas cautelares de carácter real son las previstas en el
Código de Procedimiento Civil y se impondrán únicamente en los casos expresamente indicados por
este Código’ y en ese sentido el art. 156 del Código de Procedimiento Civil (CPC), establece que:
‘Antes de presentarse la demanda o durante la sustanciación del proceso pueden pedirse las medidas
precautorias siguientes: 1) Anotación preventiva. 2) Embargo preventivo. 3) Secuestro. 4)
Intervención’ mientras que el Código Procesal Civil en su art. 324 determina que: ‘Fuera de los casos
previstos en los Artículos que siguen, quien tuviere fundado motivo para temer que durante el tiempo
anterior al reconocimiento judicial de su derecho, éste pudiere sufrir un perjuicio inminente o
irreparable, podrá solicitar las medidas urgentes que según las circunstancias, fueren las más aptas
para asegurar provisionalmente el cumplimiento de la sentencia’” (las negrillas son nuestras).
En materia agroambiental, conforme al art. 179 de la CPE, la referida SCP 1013/2014 y la
Disposición Transitoria Única de la Ley contra el avasallamiento y Tráfico de Tierras -Ley 477 de 30
de diciembre de 2013-, el INRA “(…) garantizará el ejercicio del derecho posesorio y de propiedad
sobre predios en proceso de saneamiento en curso hasta el registro del Título Ejecutorial en Derechos
Reales, adoptando, de oficio o a pedido de parte, las medidas precautorias que se requieran, conforme a
lo señalado en la Disposición Transitoria Primera de la Ley N° 3545, excepto en aquellos procesos
que sean de conocimiento del Tribunal Agroambiental” (las negrillas son nuestras), siendo evidente
que ante la comisión de actos de avasallamiento o vías de hecho cuando el derecho posesorio o de
propiedad es reclamado, será la judicatura agroambiental la encargada de garantizar el ejercicio de los
mismos y por analogía, a cuyo efecto y conforme a normativa, deberá disponer las medidas pertinentes
para asegurar su respeto y cumplimiento, incluso en fase de ejecución de sentencia y con mayor razón y
pertinencia, durante la tramitación del proceso. De tal manera, que corresponde a las partes y a las y los
terceros interesados, acudir ante la autoridad jurisdiccional agroambiental en procura del resguardo de
sus derechos y garantías cuando los actos de avasallamiento o medidas de hecho emerjan de decisiones
y actos de la jurisdicción agroambiental, incluso en ejecución de sentencia, en razón de la especialidad
y la competencia que le es reconocida normativamente.
ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE APELACION INCIDENTAL CONTRA
RESOLUCIONES QUE RESUELVEN INCIDENTES
S.C.P. 1107/2013 - Sucre, 17 de julio de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.2. “…Si bien es cierto que este Tribunal determinó en un primer momento la
inadmisibilidad del recurso de apelación incidental contra autos que resolvían incidentes
sobre actividad procesal defectuosa, a partir de la nueva Constitución Política del Estado
este entendimiento cambió así la SC 0636/2010 de 19 de julio. Jurisprudencia que vincula a
todos los operadores jurídicos desde la publicación de la referida Sentencia Constitucional,
de acuerdo al art. 15 del Código Procesal Constitucional (CPCo). Por lo que, la autoridad
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
judicial debió tramitar el recurso de apelación incidental que los accionantes reclaman no se
realizó, y que dicho acto se constituye en la lesión de los derechos al debido proceso y a la
defensa, ya que, se estaría coartando el derecho de los procesados a que la resolución que
no les favorece sea revisada por el respectivo Tribunal de alzada.
Conforme a ello, y en razón a que la jurisprudencia constitucional generó un cambio en el
entendimiento de referencia, al establecer de forma explícita que los autos interlocutorios que
resuelven cuestiones incidentales de actividad defectuosa, sí son apelables vía incidental; es
que el Juez demandadó, debió tramitar el recurso de apelación incidental de conformidad a
los arts. 404 y ss. del CPP…”.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.1. “…Es necesario señalar que, inicialmente, el anterior Tribunal Constitucional,
aplicando el carácter expreso y textual del art. 403, en relación al 394, ambos del CPP, sentó
jurisprudencia, determinando la inadmisibilidad del recurso de apelación incidental contra
autos que resolvían incidentes sobre nulidad de obrados dentro de los procesos penales por
actividad procesal defectuosa; sin embargo, a partir de la vigencia de la nueva Constitución
Política del Estado, recogiendo el espíritu de mayor respeto y protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales contenidos en los Convenios y Tratados
Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por Bolivia, que integran el
bloque de constitucionalidad, en aplicación de los arts. 13.IV y 410.II de la CPE, cambió de
línea jurisprudencial a partir de la SC 0636/2010-R de 19 de julio, que sobre el tema en
análisis, precisó: 'El derecho a recurrir se halla establecido en el art. 394 del CPP,
adicionando las dos limitaciones que lo caracteriza, una objetiva y otra subjetiva. Por la
primera, no todas las resoluciones son recurribles, sino aquellas 'en los casos expresamente
establecidos…'. Por la segunda, 'El derecho a recurrir corresponderá a quien le sea
expresamente permitido por Ley, incluida la víctima aunque no se hubiera constituido en
querellante'. No obstante lo anotado, en relación a la primera cabe precisar que el art. 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, más conocida como 'Pacto de San José
de Costa Rica', lo incluye como un derecho fundamental, que ahora es recogido por la
Constitución Política del Estado vigente en su art. 180.II que señala: 'Se garantiza el principio
de impugnación en los procesos judiciales', de donde se deduce que la limitación objetiva a
su vez no es absoluta. De otro lado, el Capítulo IV del Título I del Libro Primero de la
Segunda Parte del Código de Procedimiento Penal, tiene como nomenjuris 'Excepciones e
incidentes', cuyo procedimiento se rige por el art. 314 y ss. del CPP, precisando: 'Las
excepciones y las peticiones o planteamientos de las partes…', por ello dentro de un sentido
amplio de interpretación de las normas analizadas, encontramos en el art. 403 inc. 2) del
mismo cuerpo legal, el derecho a impugnar resoluciones que resuelvan incidentes al incluirse
su trámite dentro de las excepciones e incidentes, dado que sujetarnos a la enunciación que
hace dicho precepto, correspondería a una interpretación restrictiva en desmedro de una
norma internacional y de la propia Constitución. Este razonamiento implica un cambio de la
línea asumida al respecto…'.
PRECEDENTE SC 0636/2010-R de 19 de julio
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE APELACIÓN RESTRINGIDA/ principios de
interpretación más favorable, de proporcionalidad y de subsanación
AUTO SUPREMO Nº 571/2015-RRC
Sucre, 04 de septiembre de 2015
Delitos: Estupro y Violación
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Compete a los Tribunales Departamentales de Justicia
en el marco previsto por los arts. 51.2) y 407 y siguientes del CPP, examinar el
cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y resolver la admisión del recurso
de apelación restringida; al llevar a cabo esta misión, no pueden aplicar las normas
de modo automático ni literal, sino que su actividad debe estar regida por una serie
de principios que tienen su base en el derecho a la tutela judicial efectiva y a un
debido proceso con todas las garantías, considerando que el principio pro actione es
el principio informador de las normas procesales penales; en ese sentido, cuando el
Tribunal de apelación interpreta y aplica de forma excesivamente rigurosa y
formalista los criterios de admisibilidad, vulnera el derecho a la tutela judicial
efectiva y el debido proceso, que buscan efectivizar la posibilidad de que todos
puedan utilizar los recursos procesales previstos por ley, sin obstáculos
innecesarios, desproporcionados o carentes de justificación, de ahí que la norma
procesal no permite un rechazo in limine sino que a efectos de garantizar el derecho
al recurso, a la tutela judicial efectiva y al debido proceso en caso de existir un
defecto u omisión de forma, el juez o tribunal de apelación debe hacerlo conocer al
recurrente a través de observaciones claras y precisas, otorgándole un plazo de tres
días para que amplíe o corrija, bajo apercibimiento de rechazo. Incluso después de
la corrección efectuada por la parte recurrente, el Tribunal de apelación no debe
aplicar las normas en su estricta literalidad, ni actuar arbitrariamente en el ejercicio
del poder valorativo para determinar si un recurrente ha cumplido o no con los
requisitos de admisibilidad, esta labor tiene su freno en la Constitución; esto no
supone que tenga la obligación de admitir todo recurso que se formule, por el
contrario en ejercicio de la facultad que la propia ley le reconoce, puede
perfectamente inadmitirlo cuando la falta de fundamentos sea evidente, cierta y
patente; pero la determinación debe estar fundamentada en la aplicación e
interpretación de la norma en el ámbito del acceso al recurso, la tutela judicial
efectiva y el principio pro actione. En ese ámbito, a los efectos de la valoración del
cumplimento de los requisitos de admisibilidad, deben aplicarse los criterios
rectores de la actividad jurisdiccional como los principios de interpretación más
favorable, de proporcionalidad y de subsanación. El principio de interpretación más
favorable a la admisión del recurso.- Partiendo del derecho del acceso al recurso, se
entiende que la Constitución contiene un mandato positivo que obliga a interpretar
la normativa vigente en el sentido más favorable para la efectividad del derecho
fundamental, de forma que, aunque las formas y requisitos del proceso cumplen un
papel importante para la ordenación del proceso, no toda irregularidad formal puede
convertirse en un obstáculo insubsanable para su prosecución, este criterio tiene
límites, atendiendo el carácter bilateral de un proceso, al efecto el juzgador deberá
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
considerar si la norma aplicada permite otra interpretación alternativa y segundo si
la interpretación adoptada es arbitraria o inmotivada. Principio de
proporcionalidad.- Los defectos determinantes de inadmisión deben interpretarse
con criterios de proporcionalidad que tengan en cuenta los efectos de la
inobservancia de la regla en relación con la finalidad de los requisitos y
presupuestos procesales o dicho de otro modo, la interpretación debe realizarse
teniendo en cuenta la efectividad del derecho constitucional; en ese sentido, la
mayor o menor severidad en la exigencia de los requisitos de admisión guardará
proporción con el fin. Principio de subsanación.- En la legislación boliviana está
recogido por el art. 399 del CPP, en cuya virtud el rechazo de un recurso de
apelación restringida defectuosamente preparado o interpuesto, no podrá ser
rechazado sin antes darse oportunidad a su subsanación cuando esta sea
susceptible de reparación. (…) En consecuencia, la decisión de rechazo del recurso
de apelación restringida, asumida por el Tribunal de apelación, a través de la
resolución judicial impugnada, ha vulnerado el derecho de acceso al recurso y la
tutela judicial efectiva, por excesivo rigorismo, pues por un lado su decisión se basó
en supuestos defectos que fueron advertidos al recurrente para su subsanación
dentro del plazo otorgado por el art. 399 del CPP, aspecto que cumplió el recurrente;
y por otro, no consideró que el ejercicio de la valoración para determinar la
admisibilidad o inadmisibilidad del recurso, debe interpretar estas exigencias en el
respeto del derecho de acceso al recurso y de la tutela judicial efectiva, sin limitarse
a una aplicación literal de la disposición legal o aplicarla de forma excesivamente
rigurosa y formalista, determinando obstáculos innecesarios carentes de
justificación. A tal efecto, todo tribunal de apelación, debe analizar cuidadosamente
la fundamentación que el recurrente realiza tanto en su recurso de apelación
restringida como en la subsanación, para determinar el cumplimiento o no de las
exigencias legales para su admisión.
Descriptor: Admisibilidad del Recurso de apelación restringida
Restrictor: principios de interpretación más favorable, de proporcionalidad y de
subsanación
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuanto al cumplimiento de los requisitos previstos por el art. 408 del CPP, que, la
recurrente pese al plazo otorgado por el art. 399 del CPP, a fin de que pueda señalar
cuál la aplicación que pretende, en los motivos primero, segundo, tercero y cuarto
motivo de la apelación, confundió el requisito con la forma de decisión que pretende,
señalando, de manera reiterativa y sin coherencia alguna, en los cuatro motivos que,
lo que pretende es la aplicación del art. 413 del CPP, pidiendo se la declare absuelta
o en su caso se ordene la reposición del juicio, cuando conforme la fundamentación
clara y lógica, realizada por el Ad quem, correspondía a la parte recurrente, expresar
cuál la aplicación que pretendía de las normas que acusó como violadas por el
Tribunal de Sentencia, hecho que al no haberse cumplido, se reitera, no obstante el
plazo otorgado a la acusada para la respectiva subsanación, correspondía declarar
la inadmisibilidad del recurso de apelación restringida en aplicación del art. 399
parte in fine del CPP, tal como lo determinó el Tribunal de alzada en la Resolución
recurrida. En los motivos segundo y cuarto; además, de no haber señalado la
aplicación que pretendía de las normas presuntamente violadas, no fundamentó de
qué manera se habían violado cada una de las normas que señala; defectos
establecidos por el Tribunal de alzada que justifican la correcta decisión de la
Resolución recurrida, habiendo cumplido la misma con los parámetros establecidos
para una correcta y debida fundamentación, y hacer efectivo el cumplimiento del
art. 124 del CPP, al ser una Resolución expresa, clara y completa, por lo que
presunta contradicción con la doctrina legal invocada, carece de mérito.
Descriptor: Admisibilidad del recurso de apelación restringida
Restrictor: Observado por el Tribunal de alzada el recurso de apelación restringida,
si el acusado no realiza la respectiva subsanación material, corresponde declarar la
inadmisibilidad en aplicación del art. 399 parte in fine del CPP
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
buscando en esencia impedir que a tiempo de resolver el proceso judicial o administrativo se
aplique una norma contraria con la Constitución.
Es por ello que tanto el legislador como la jurisprudencia constitucional, han establecido
determinados requisitos que deben cumplirse para posibilitar su activación dentro de los
procesos judiciales o administrativos. Así el Auto Constitucional 0509/2012-CA de 27 de abril,
estableció que “Dentro del marco normativo desarrollado precedentemente, se estable que el
legislador consignó los siguientes requisitos de contenido para la procedencia del incidente de
inconstitucionalidad: a) Debe ser promovido dentro de la tramitación de un proceso judicial
o administrativo por la autoridad encargada del proceso, ya sea, el juez, tribunal o autoridad
administrativa, de oficio a solicitud de alguna de las partes que intervienen en el
proceso; b) La mención de la disposición legal cuya constitucionalidad se cuestiona y el
precepto constitucional que se considera infringido; c) La existencia de duda razonable y
fundada sobre la constitucionalidad de la disposición legal aplicable al caso concreto y la
vinculación necesaria entre la validez constitucional de la norma con la decisión que deba
adoptar la autoridad judicial o administrativa; es decir, para la procedencia de este recurso
no basta con cuestionar la constitucionalidad de la disposición legal sino que además la
misma tenga que ser necesariamente aplicada a la resolución del caso concreto a ser
dilucidado dentro del proceso judicial o administrativo; y, d) La presentación del incidente
hasta antes de la ejecutoria de la sentencia” .
Respecto a la relevancia de la norma impugnada en la decisión del proceso judicial o
administrativo, el Auto Constitucional 0132/2014-CA de 24 de abril, haciendo referencia a lo
expuesto en el Auto Constitucional 0312/2012-CA de 9 de abril, determinó lo siguiente “… La
expresión de los fundamentos jurídico-constitucionales es esencial, pues no es suficiente la
mera identificación de las normas Constitucionales que se considera estarían siendo
infringidas (…) también es imprescindible que se exprese y justifique en qué medida la
decisión que debe adoptar el Juez o Tribunal depende de la Constitucionalidad o
inconstitucionalidad de la disposición legal impugnada'; en consecuencia, la inobservancia de
estos requisitos hace inviable el ejercicio de un verdadero control de Constitucionalidad y
determina el rechazo del recurso” .
Similar entendimiento fue expresado en los Autos Constitucionales 0035/2014 de 29 de enero
y 0100/2014-CA de 10 de marzo. Así el primero de ellos, determinó que si la acción de
inconstitucionalidad concreta se la plantea contra una norma que no será aplicada en la
resolución final del asunto, deberá ser rechazada por el juez o tribunal respectivo, señalando
lo siguiente: “…a través del AC 0713/2012-CA de 22 de agosto, el Tribunal Constitucional
Plurinacional, estableció en virtud del AC 0438/2006-CA de 18 de septiembre, lo siguiente:…
los aspectos que de manera ineludible deben ser considerados para formular el incidente de
inconstitucionalidad son: a) La existencia de un proceso judicial o administrativo dentro del
cual se pueda promover la acción; b) Que la ley, decreto o resolución de cuya
constitucionalidad se duda, tenga que ser aplicada a la decisión final del proceso; pues al
tratarse de un recurso que se plantea dentro de un proceso concreto, lo que se busca es que
en la resolución del mismo, no se aplique una norma que se considera inconstitucional, por lo
que, si es planteado contra una norma que no será aplicada a la resolución final del asunto,
deberá ser rechazado por el juez o tribunal respectivo” .
La cita jurisprudencial precedente, permite concluir a este Tribunal Supremo, que la autoridad
judicial o administrativa, de acuerdo con lo previsto en el art. 80.II del CPCo, promoverá la
acción de inconstitucionalidad concreta siempre y cuando exista una disposición legal, cuya
sospecha sobre su constitucionalidad sea razonable y fundada y aplicable en el proceso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
judicial; entonces, además de existir la duda razonable sobre su constitucionalidad, deberá
verificarse, si la norma será aplicada en la resolución del caso concreto a ser dilucidado
dentro del proceso judicial.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
requisitos exigidos en el art. 408 del CPP; es decir, sin ingresar al fondo de la
resolución. Así, se advierte que, en lugar de especificar las razones, de manera
fundamentada y motivada, por las que la impugnación de alzada no contenía los
datos y requisitos legales suficientes para su admisión, el Tribunal de apelación se
limitó a afirmar vagamente que el recurso no cumplió con la expresión de agravios,
la cita concreta de leyes violadas o erróneamente aplicadas, ni la aplicación que
pretende, sin explicar por qué motivo la argumentación expuesta en el recurso de
apelación restringida no bastaba para el análisis de fondo de la resolución,
omitiendo a su vez otorgar un plazo de tres días al recurrente para la respectiva
subsanación, conforme los alcances del art. 399 del Código adjetivo penal. Por lo
expuesto, se advierte que el Tribunal de alzada, contradijo la doctrinal legal
invocada por el recurrente y la adicional desglosada en el presente Auto Supremo, al
haber omitido su deber de fundamentación respecto a los criterios de admisibilidad
que no hubieran sido cumplidos por el recurrente y la concesión del plazo legal para
la correspondiente rectificación, para luego, en su mérito, decidir,
fundamentadamente, sobre la admisibilidad o inadmisibilidad del recurso; a cuyo
efecto, se concluye que el agravio denunciado tiene sustento para dejar sin efecto la
resolución recurrida.
Descriptor: Admisión del Recurso de Apelación Restringida
Restrictor: Tribunal de Alzada debe fundamentar respecto a los criterios de
admisibilidad que no hubieran sido cumplidos por el recurrente, explicando por qué
motivo la argumentación expuesta en el recurso de apelación restringida no bastaba
para el análisis de fond
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de interponer el recurso (insubsanable). (…) En el caso de autos, la recurrente
denuncia que el Tribunal de alzada, sin haber observado el motivo primero del
recurso de alzada -solo el segundo- declaró inadmisible dicho motivo, suprimiendo
con ello su derecho a la defensa, toda vez que no se le dio la oportunidad de
subsanarlo, con el argumento de que la recurrente no cumplió los requisitos de
"fondo" establecidos en el art. 408, cuando al examinar el motivo segundo, consideró
dichos requisitos eran de forma, por lo que observaron los mismos a efectos de su
subsanación. Contrastados los fallos, precedente y Auto de Vista impugnado, se
establece que ambos tienen temática similar que permite a este Tribunal la
verificación de la denuncia. Ahora bien, revisados los antecedentes del proceso,
cuyas partes pertinentes fueron citadas y resumidas en el acápite II de este fallo, se
establece que, una vez presentado el recurso de apelación restringida, el Tribunal de
Alzada, por proveído de 27 de noviembre de 2009, observó el motivo segundo del
recurso de alzada relativo al defecto previsto por el art. 370 inc. 11) del CPP, con el
argumento de que la recurrente no señaló expresamente las normas violadas,
tampoco cuál la aplicación que pretendía con cada una de ellas, razón por la que
concedió tres días de plazo para su corrección; lo que no sucedió con el motivo
primero del recurso planteado al amparo del art. 370 inc. 1) del citado Código; sino,
una vez presentado el memorial de subsanación, el Tribunal de alzada radicó el
proceso por decreto de 2 de diciembre de 2009, señalando audiencia para la
fundamentación oral del recurso, que se llevó a cabo, emitiéndose posteriormente el
Auto de Vista en el que, respecto al primer motivo reclamado en alzada, en "juicio de
admisibilidad", se declaró su inadmisibilidad por incumplimiento de supuestos
requisitos de fondo, por no señalar cuál la aplicación que se pretende, toda vez que,
a decir del Tribunal de alzada, si bien formalmente hubiere cumplido dicho requisito
al señalar a fs. 905 vta. "APLICACIÓN QUE PRETENDE", pero que en fondo no se lo
hizo, sino, que la recurrente ingresó en confusión al plantear la forma en que debe
resolver el Tribunal de alzada el recurso y no vincular, a partir de la identificación de
la norma violada o erróneamente aplicada, corno debieron ser entendidas y
aplicadas fundamentando su criterio. De lo analizado se establece que el Tribunal de
alzada, fue el que incurrió en confusión entre los requisitos que pueden ser
subsanados o no, los que están establecidos en los arts. 407 y 408 del CPP; pues, no
dio cumplimiento a lo preceptuado por el art. 399 del mismo cuerpo legal, toda vez
que si entendió que la recurrente confundió el requisito de señalar la aplicación que
pretendía, debió observar el motivo, al igual que el motivo segundo, haciéndole saber
de forma clara el yerro en el que se incurrió, concediéndole el plazo de tres días para
su corrección, toda vez que dicho requisito, es una exigencia formal, cuya
subsanación es posible conforme todo lo expresado en el acápite "III.1" de esta
Resolución y no someter el motivo a doble juicio de admisibilidad como se desprende
del proveído de 27 de noviembre de 2009 y el Auto de Vista ahora impugnado.
Descriptor: Admisión del recurso de apelación restringida
Restrictor: Requisitos subsanables e insubsanables
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ADMISIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN RESTRINGIDA por errónea valoración
probatoria/ La remisión que efectuó el recurrente en el escrito de subsanación, al
agravio referido a la errónea valoración de la prueba y a la apelación de excepciones
e incidentes planteados, no constituían argumentos válidos capaces de sustituir la
falta de base legal en la que se sustentó el referido agravio
AUTO SUPREMO Nº 193/2016-RA
Sucre, 21 de marzo de 2016
Delitos: Resoluciones Contrarias a la Constitución y a las Leyes, Incumplimiento de
Deberes, Contratos Lesivos al Estado y Conducta Antieconómica
Resultado de resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: La remisión que efectuó el recurrente en el escrito de
subsanación, al agravio referido a la errónea valoración de la prueba y a la apelación
de excepciones e incidentes planteados, no constituían argumentos válidos capaces
de sustituir la falta de base legal en la que se sustentó el referido agravio, aspecto
cierto, por cuanto en el referido memorial se advierte que el recurrente, simplemente
expresó: “Al haber explicado y complementado que he opuesto apelación restringida
e incidental de manera conjunta bajo tutela del Juez Cautelar, dichos argumentos
los hago propicios como parte del alegato que demuestra errónea valoración de la
prueba en base a la cual se me condena y eventualmente como parte del
fundamento respecto de las excepciones e incidentes declarados improbados en mi
perjuicio” (sic); en consecuencia, el fundamento del Tribunal de alzada para
rechazar sin conocer el fondo, los agravios deducidos en apelación, resultan
coherentes, suficientes y lógicos, careciendo la denuncia efectuada por el recurrente
de veracidad. El Tribunal de alzada concluyó que el recurrente en el escrito de
subsanación, refrendó con carácter descriptivo el fundamento del recurso omitiendo
señalar qué normas fueron violadas y la aplicación que pretendía de las mismas,
detonando inobservancia a la doctrina legal asumida en el Auto Supremo 214 de 28
de marzo de 2007.
Descriptor: Admisión del recurso de apelación restringida por errónea valoración
probatoria
Restrictor: La remisión que efectuó el recurrente en el escrito de subsanación, al
agravio referido a la errónea valoración de la prueba y a la apelación de excepciones
e incidentes planteados, no constituían argumentos válidos capaces de sustituir la
falta de base legal en la que se sustentó el referido agravio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En una acción de amparo constitucional el accionante alega que el Juez demandado, vulneró
su derecho a la defensa, por cuanto dicha autoridad no aceptó su apersonamiento mediante
poder notariado para asumir defensa. El Tribunal Constitucional Plurinacional confirmó la
resolución que denegó la tutela.
RATIO DECIDENCI
F.J.III.5.”En relación a los alcances de la representación mediante poder, estos, se utilizan
para los casos de pleitos civiles, actos de administración, principalmente de carácter
patrimonial y en ninguna parte de la normativa positiva se establece de forma expresa que el
mandato podrá ser utilizado en la defensa de los imputados por delitos de acción pública; al
respecto, las normas adjetivas penales, establecen de forma específica, los casos en los que
se puede asumir defensa mediante apoderado; respecto a los delitos de acción pública, la
defensa se sustenta en el principio de que el autor o participe de un hecho punible, debe
asumir defensa de forma personal, considerando que la presencia directa del imputado, tiene
la finalidad de identificar en forma directa al autor de la presunta comisión de un delito;
asimismo, nadie puede realizar la declaración informativa sobre los hechos donde
presuntamente participó el autor, estos entre otros son actos personalísimos, que no pueden
desarrollarse con la participación de una tercera persona como es el aperado; situación
distinta sería, en los casos donde los delitos de acción privada; empero, de la misma forma,
los primeros actuados y la resolución deben ser cumplidos de forma personal.
Sin embargo, no es aplicable en el presente caso, toda vez que, el imputado según el
informe presentado por la autoridad demandada, no compareció ante el Ministerio Público, y
tampoco ante la autoridad jurisdiccional para proceder con la respectiva notificación personal,
procesalmente es exigible la comparecencia de Adolfo Ludwin Ustarez Centellas al estar
formalmente imputado, para que la causa prosiga conforme a procedimiento; la normativa
penal dispone que la defensa mediante apoderado sólo será procedente para el querellante y
para el imputado en delitos de acción privada, conforme se desarrolló en los Fundamentos
Jurídicos III.2, III.3 y III.4 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
De lo expuesto se deduce que la autoridad demandada, al haber denegado la personería del
representante para asumir defensa de su mandante mediante poder notariado, ha procedido
correctamente, en ningún momento se manifiesta un acto que impida de manera injusta e
ilegal ejercer su derecho a la defensa, considerando que la representación, está destinada a
los actos que no son personalísimos; empero, en el caso que nos ocupa, el representado
debe asumir su defensa por la imputación de un delito de acción pública de manera personal,
considerando que las resoluciones que impongan medidas cautelares personales deben
notificarse personalmente de conformidad al art. 163 inc. 3) del CPP, en el entendido de que
el representado tiene imputación formal mediante la Resolución 73/2010; asimismo, la
denegación de la personería al apoderado, no afecta al principio de igualdad toda vez que
este principio está referido a los actos procesales donde las partes puedan interceder en los
distintos actuados en iguales condiciones, tengan los mismos derechos, posibilidades y
cargas, sin privilegios a favor o en contra de alguna de ellas.
PRECEDENTE
F.J.III.4.”El poder en materia penal, se utiliza excepcionalmente, normalmente se otorga en
materia civil y administrativa donde los actuados no son personalísimos, se puede otorgar
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
para que otro a su nombre pueda gestionar y realizar actos en nombre de su mandatario; sin
embargo, en materia penal, está específicamente señalado su alcance y las instancias y
actos en los que se puede emplear un poder notariado, entre ellas el art. 375 del CPP,
referido a la acusación particular, establece: “Quien pretenda acusar por un delito de acción
privada, deberá presentar su acusación ante el juez de sentencia por sí o mediante
apoderado especial, conforme a lo previsto en este Código”; con referencia al uso de un
poder notariado para la defensa o representación en los delitos de acción” pública, este
extremo no está establecido textualmente en la norma positiva penal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Tribunal de Alzada para revalorizar la prueba o revisar las cuestiones de hecho que
determinan los Jueces o Tribunales de Sentencia; por ello, el Tribunal de Alzada está
obligado a ajustar su actividad jurisdiccional a los siguientes aspectos: Anular total o
parcialmente la Sentencia y ordenar la reposición del juicio por otro Juez o Tribunal,
cuando no sea posible reparar directamente la inobservancia de la ley o su errónea
aplicación; cuando la nulidad sea parcial, se indicara el objeto concreto del nuevo
juicio, y; cuando sea evidente que para dictar una nueva sentencia no es necesaria la
realización de un nuevo juicio, resolverá directamente.
Sobre el último aspecto descrito precedentemente, el Tribunal de Alzada aplicando
debidamente el principio de economía procesal y sobre todo el de legalidad debe
observar lo prescrito en el artículo 413 parte in-fine del Código de Procedimiento
Penal, que textualmente dice: "...Cuando sea evidente que para dictar una nueva
sentencia no sea necesaria la realización de un nuevo juicio, el tribunal de alzada
resolverá directamente", el supuesto que posibilita la disposición legal citada está
facilitando subsanar errores de derecho existentes en el proceso, sin que se
modifiquen los hechos probados en juicio que se hallan sujetos al principio
de intangibilidad, una interpretación contraria importaría que por una indebida
aplicación de norma sustantiva o indebida interpretación de la ley tenga que
efectuarse un nuevo juicio oral, aspecto que llevaría a que los juicios orales tengan
duraciones demasiado largas y dificultosas, restringiendo el derecho que tienen los
sujetos procesales a un juicio pronto, oportuno y sin dilaciones, en observancia de la
garantía jurisdiccional consagrada en el artículo 115 parágrafo II de la Constitución
Política del Estado; sin perjuicio de destacar que esa posibilidad no puede ser
entendida como una facultad que le permita al Tribunal de Alzada cambiar
diametralmente la parte dispositiva de la Sentencia, esto es cambiando la situación
jurídica del imputado, de absuelto a condenado o viceversa.
Finalmente, si bien ninguna persona puede ser condenada por un hecho distinto al
atribuido en la acusación conforme al principio de congruencia, empero se debe tomar
en cuenta el principio "iura novit curia", por el cual la congruencia debe existir entre el
hecho y la Sentencia y no respecto a la calificación jurídica que provisionalmente
establece el Ministerio Público o la acusación particular de manera indistinta; por ello,
luego del desfile probatorio y del análisis de las pruebas incorporadas a juicio oral y
ordinario, el Juez o Tribunal que pronuncia Sentencia tiene que realizar la subsunción
del hecho al tipo penal que corresponda pudiendo ser diferente al de la calificación
jurídica provisional realizada por la acusación, en aplicación precisamente del
principio procesal indicado -siempre que se trate de la misma familia de delitos-“
ALLANAMIENTO/Atipicidad
AUTO SUPREMO Nº 721/2014-RRC
Sucre, 10 de diciembre de 2014
Delitos: Robo Agravado y Allanamiento de Domicilio o sus Dependencias
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: No hay delito si el imputado tiene acceso libre e
irrestricto al inmueble, al compartir derecho propietario sobre el mismo
[44]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conjuntamente sus hermanos y tener efectos personales en uno de los cuartos del
inmueble.
Descriptor: Allanamiento
Restrictor: Atipicidad
[45]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
individuo puede desenvolverse sin la injerencia de terceros. Ahora bien, del análisis
del tipo penal debe considerarse que la entrada arbitraria en el domicilio o en
algunos de los lugares a los que hace referencia el precepto en estudio, tiene como
limitante la de circunscribirse únicamente al domicilio de las personas individuales,
prueba de ello es que considera domicilio al recinto habitado por otro (alusión a la
persona física), así como al lugar de trabajo (haciendo alusión al lugar de trabajo de
la persona física). Esta interpretación restrictiva encuentra sustento y base jurídica
en el principio de taxatividad, que implica la suficiente predeterminación normativa
de los ilícitos y sus consecuencias jurídicas, principio que constituye un elemento
esencial del principio de legalidad. Sin embargo, el tipo penal no establece en forma
taxativa la figura del allanamiento del domicilio de las personas jurídicas, vacío legal
que no puede ser suplido por este Tribunal supremo vía interpretación extensiva
facultad que en materia penal le está vedada, porque implicaría una inobservancia
del principio de legalidad, pilar fundamental de poder punitivo del Estado;
circunstancia por la cual cumple al legislador contemplar esta figura penal,
introduciendo en el ordenamiento jurídico penal los elementos del tipo penal
conducentes al resguardo del domicilio de las personas jurídicas, toda vez que
conforme ha establecido el Auto Supremo 660/2014-RRC, la razón de ser de la
protección del domicilio de las personas físicas es el resguardo de su privacidad e
intimidad personal y familiar que se desenvuelve en el ámbito domiciliario,
intimidad que estaría ausente en el caso de las personas jurídicas, si se concluye
que éstas no son titulares del derecho a la intimidad; por lo que el fundamento que
justifica y explica que las personas también tengan un resguardo de protección
penal no sería otro que el derecho garantía de la inviolabilidad del domicilio,
configurando como está por la Constitución como un derecho autónomo. Por lo
expuesto, en consideración a la normativa vigente en Bolivia, se concluye que
constitucional y legalmente, así personas jurídicas son titulares del derecho-
garantía a la inviolabilidad de domicilio, y por lo tanto también pueden verse
afectadas, por terceras personas de los elementos que hacen al tipo penal del
allanamiento del domicilio o dependencias, previsto en el art. 298 del CP, pero sin
embargo, es tipo penal no refiere en forma expresa a las persona jurídicas, sino que
su configuración se encuentra diseñada para el allanamiento de domicilio de las
personas físicas; por lo que las conductas que atenten contra los domicilios cuyos
titulares sean personas jurídicas son conductas atípicas, que deben ser reguladas
por el legislador e incorporadas a la brevedad posible en la legislación penal
boliviana
Descriptor: Allanamiento
Restrictor: ingreso al domicilio de personas jurídicas
[46]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Asimismo, cabe recordar que, conforme advirtió el AS
660/2014-RRC, el concepto de domicilio que la ley enuncia como objeto de
protección no es el de la ley civil, entendido como el asiento principal de la
residencia o negocios, que puede o no estar realmente habitado por el titular, sino
que adquiere otro carácter, pues tratándose de las personas físicas cuyos bienes
jurídicos a proteger son la privacidad e intimidad y la inviolabilidad del domicilio,
como manifestación de la libertad, exige la ocupación real del lugar por el titular del
domicilio, según ha señalado el referido Auto Supremo, porque no se puede vulnerar
la intimidad en un lugar donde ella no se desarrolla; con el advertido que la
ocupación real alcanza, no sólo cuando el titular se encuentra en él, sino también
cuando se ausenta temporalmente, pues la esfera de la intimidad también abarca o
tiene su campo de protección, a la privacidad de todo cuanto ocurre al interior del
domicilio, de ahí que resulta erróneo sostener que sólo se incurre en el marco
descriptivo del tipo penal de allanamiento cuando el sujeto pasivo se encuentra
presente. Con la línea de razonamiento referida, también cabe destacar que el tipo
penal hace referencia no sólo al domicilio, sino a otros lugares, descartando la idea
de que únicamente deba tratarse del lugar donde actualmente reside o mora
determinada persona física, sino que también extiende a otros lugares, como las
dependencias, que son los espacios unidos de manera material a la morada o al
lugar donde se realiza una actividad principal de cualquier carácter y que sirven de
accesorios para las actividades que se despliegan en ella, tal los casos de jardines,
sótanos, cocheras, azoteas, depósitos, etc. Sobre este aspecto, la doctrina establece
que deben tratarse de lugares cerrados con cercamientos, que indiquen la voluntad
del titular de preservar su intimidad dentro de ellos y que requieran la acción de
entrar por parte del agente (Carlos Creus. Derechos Penal. 7ª edición. Editorial
Astrea. 2008. Tomo I, p. 374). De otro lado, el código también se refiere al recinto
habitado por otro que es el lugar transitoriamente destinado a la habitación de una
persona, dentro del cual ella tiene derecho a la intimidad (habitación del hotel,
camarote, etc.). Asimismo, se refiere a un lugar de trabajo, sin que interese el tipo de
actividad legítima que se desarrolle en él, extendiendo el concepto de domicilio.
Descriptor: Allanamiento
Restrictor: alcance del término “domicilio”
[47]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Auto Supremo 217/2014-RRC de 4 de junio, que declaró infundado el motivo. Al
respecto y a partir del criterio básico de que la amenaza tiene la finalidad de causar
inquietud en el amenazado en este caso en la víctima, se evidencia que este extremo
fue constatado por el Tribunal de Sentencia, que siguiendo su sana crítica explicó
que sus contenidos y fines son el sometimiento de la prueba a las leyes, pues, de la
declaración de la víctima manifiesta que: "tiene particular relevancia por la notoria
afección emocional", por lo que no se advierte quebrantamiento al art. 370 inc. 6) del
CPP, pues no le restan credibilidad ni valor probatorio a su declaración, porque en
estos delitos de carácter sexual la declaración de la víctima resulta relevante ya que
la sana crítica enseña que por lo general en este tipo de conductas delictivas no
existen testigos presenciales; en consecuencia, el Tribunal actuó con base en los
criterios de verdad otorgados a cada elemento de prueba, dentro de las reglas de la
lógica y la experiencia, postulados que rigen el razonamiento.
Descriptor: Amenazas como elemento de la Violación
Restrictor: Declaración de la víctima de violencia sexual resulta relevante ya que la
sana crítica enseña que por lo general en este tipo de conductas delictivas no existen
testigos presenciales
AMNISTIA: Las autoridades judiciales en materia penal, deben resolver los trámites de
homologación de las resoluciones de amnistía, en los plazos fijados por la norma especial, en
resguardo al principio de celeridad procesal y derecho a la libertad
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0001/2018-S3
Sucre, 14 de febrero de 2018
Sobre el particular, la SCP 0881/2017 de 23 de agosto, señaló: “El accionante denuncia la vulneración
de sus derechos a la libertad, al debido proceso, a la seguridad jurídica, y a la celeridad de la justicia,
en razón a que la autoridad judicial demandada, dilató indebidamente el trámite de homologación de
la Resolución de amnistía dictada a su favor por el Régimen Penitenciario de La Paz, habiendo
transcurrido varios días sin que se hubiese dado respuesta a la misma, menos haber procedido a la
homologación y emisión del mandamiento de libertad, y por el contrario se remitió el trámite al
Juzgado Primero de Ejecución, siendo competencia específica del juez donde ha radicado la causa.
(…)
De conformidad con lo dispuesto por el art. 16 del DP 3030, citado precedentemente, se establece que,
presentada la Resolución de amnistía por la Dirección de Régimen Penitenciario, la autoridad judicial
que conoció la causa, en el plazo de un día, debe homologar la misma si así corresponde, y emitir
mandamiento de libertad; sin embargo, en el caso objeto de análisis, la autoridad judicial ahora
demandada, en lugar de seguir el procedimiento previsto en la norma señalada, remitió el trámite al
Juez Primero de Ejecución Penal, acto que constituye una dilación innecesaria que incide en la
libertad del accionante, por cuanto la autoridad demandada, como autoridad judicial de la causa, sin
más trámite y conforme mandan los arts. 5.IV.c) y 16 del DP 3030, debió homologar la Resolución de
amnistía y librar el mandamiento de libertad en favor del accionante, si correspondía en derecho”.
Todo trámite de homologación de resoluciones de amnistía, debe ser resuelto en los plazos fijados por
la norma especial, en resguardo al principio de celeridad procesal del privado de libertad.
[48]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[49]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: No se puede considerar como contradictorio una parte sesgada en la
redacción de la Sentencia lo correcto exige la valoración o interpretación contextual
de todo el acápite o considerando
[50]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 0610/2013 - Sucre, 27 de mayo de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.6.De los hechos que motivan la interposición de la presunta acción y tomando en
cuenta que el Tribunal Constitucional Plurinacional asume un rol de protección y
cumplimiento de los derechos constitucionales, corresponde en este caso asumir un criterio
respecto al derecho sustancial en relación al derecho formal; toda vez que, teniendo en
cuenta lo establecido por el art. 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el
derecho de recurrir de un fallo ante juez o tribunal superior, principio universal recogido por la
Constitución Política del Estado en su art. 180.II, que garantiza el principio de impugnación
en los procesos judiciales, conlleva que la resolución que resuelve un incidente por actividad
procesal defectuosa, en una interpretación extensiva del art. 403 inc. 2) del CPP, es
recurrible a través de la apelación incidental en la etapa preparatoria; en consecuencia, todos
los incidentes son objeto de apelación, según sostuvo la SCP 0530/2012, cuyo trámite y
medios de impugnación admitidos se equiparan a las excepciones, por ser ambas cuestiones
accesorias que surgen al interior del proceso.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.4 (...) la regulación de la actividad procesal defectuosa se tiene que no cualquier
defecto es necesariamente invocable, sino sólo aquellos que causen perjuicio o agravio a la
parte interesada. A esto debe añadirse que las formas procesales precautelan el ejercicio de
los derechos de las partes y las garantías constitucionales; en consecuencia, no se puede
decretar la nulidad, sino sólo cuando hay un defecto que por haber causado una afectación a
un derecho o garantía es absoluto; es decir, la nulidad no deriva sólo del quebrantamiento de
la forma, pues es necesario que ese quebrantamiento haya afectado los derechos de alguna
de las partes y que ésta haya demostrado el agravio para poder solicitar la anulación del acto
defectuoso'” (negrillas añadidas) (SCP 0530/2012 de 9 de julio).
PRECEDENTE: 1083/2006-R
[51]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ingresar al análisis de fondo de la cuestión planteada a efecto de resolver la misma, ya sea
aprobando o revocando la resolución impugnada, de acuerdo a los antecedentes que
informan el proceso, definiendo de esta manera la situación jurídica del o de la imputada.
(…) En la especie, de los antecedentes que informan el cuaderno procesal se tiene que, el
recurrente dentro del proceso penal seguido a instancia del Ministerio Público en su contra,
solicitó la cesación de su detención preventiva que fue rechazada por el Juez Sexto de
Instrucción en lo Penal, por Resolución 202/07, y apelada que fue, los Vocales recurridos,
cual era su obligación y en sujeción a sus atribuciones contenidas en las normas
precedentemente glosadas, no definieron la situación jurídica del recurrente, revocando o
aprobando la Resolución impugnada; por el contrario, dispusieron la anulación de obrados
con el argumento de que, el a quo proceda a dictar una nueva resolución, porque la misma
no contenía el fundamento que exige el art. 124 del CPP ni la valoración que exigen las
normas precedentemente señaladas, cuando lo que correspondía en sujeción al art. 251 del
CPP, era que se pronuncien sobre lo apelado, revocando lo impugnado o en su caso
manteniendo incólume la determinación adoptada por el a quo, mediante una resolución
debidamente fundamentada previa valoración de los hechos y pruebas aportadas al
respecto, salvando cualquier omisión en la que el inferior hubiere incurrido en aplicación del
art. 168 del CPP, ello tomando en cuenta que el derecho a la libertad no puede estar sujeto a
la demora que implica la anulación de obrados” (las negrillas son nuestras)”.
PRECEDENTE SC 0838/2007-R de 11 de diciembre
[52]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
incidentes planteados en etapa de juicio oral [inc. II) del apartado II.5 del presente
Auto Supremo], en aplicación del art. 403 del CPP y en sujeción a los arts. 404, 405
y 406 del mismo Código, determinó que “las excepciones e incidentes resueltos en la
audiencia conclusiva, son susceptibles de apelación incidental conforme establece el
art. 403 inc. 2) del CPP, solo que necesariamente debe seguir la tramitación
diseñada por el legislador para el efecto, no existe una norma específica que
establezca que las resoluciones que resuelva excepciones e incidentes en la
audiencia referida, las partes tengan que acudir la reserva de recurrir para una
eventual apelación restringida, situación restrictiva que desnaturaliza la finalización
de la etapa preparatoria…” (sic, razonamiento que como se detalló ampliamente en
el acápite III.2 del presente Auto Supremo, es perfectamente compatible con la
voluntad del legislador y la naturaleza de la fase conclusiva de la etapa preparatoria,
previa a la celebración del juicio oral, razonamiento que además era perfectamente
conocido por el acusado, conforme se describió en el párrafo segundo precedente; en
consecuencia, no se advierte que el Tribunal de alzada haya omitido ilegalmente
resolver el fondo de la referida apelación incidental, sino, por el contrario, se sujetó a
los alcances de la normativa procesal penal y a los criterios jurisprudenciales que
sobre la temática lograron disipar dudas sobre el procedimiento a seguir en cuanto a
las resoluciones de excepciones e incidentes, así como su impugnación, en la
audiencia conclusiva, incorporada a través de la Ley 007 de 18 de mayo de 2010 –
actualmente derogada
Descriptor: Apelación incidental en etapa conclusiva
Restrictor: en casos con audiencia conclusiva la apelación incidental deberá ser
resuelta antes de remitirse antecedentes al Tribunal de juicio
[53]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
una dilación indebida y consecuentemente posibles vulneraciones a derechos y garantías de
los particulares'.
Ahora bien, en virtud de que el art. 7.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011 de
Transición para el Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Consejo de la
Magistratura y Tribunal Constitucional Plurinacional determina expresamente: 'A partir del 3
de enero de 2013, se suprime y elimina todo pago por concepto de formularios de
notificación y papeletas de apelación, en todo tipo y clase de proceso'; dicha sentencia
constitucional (SCP 0286/2012 de 6 de junio), concluyó, en esa fecha (6 de junio de 2012)
que '…mientras tanto, las partes interesadas deberán continuar proveyendo los recaudos de
ley para impulsar la continuidad del proceso…', debido a que como se tiene anotado, la fecha
de emisión de la sentencia constitucional, temporalmente otorgaba esa posibilidad; situación
que a partir del 3 de enero de 2013, por imperio de la ley (art. 7.II de la Ley 212),
constitucionalmente válida a la luz del principio de gratuidad (art. 178.I de la CPE), ya no
puede sostenerse, debido a que la norma taxativamente, desde esa data, suprime y elimina
cualquier pago por concepto de formularios de notificación y papeletas de apelación, en todo
tipo y clase de proceso con cargo a las partes interesadas quienes ya no tienen la obligación
de proveer los recaudos de ley para impulsar la continuidad del proceso…” .
[54]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
interpretación equivocada y defectuosa de la prueba”, a formular simples conjeturas
y a solicitar al Tribunal de alzada una valoración correcta de la prueba, cuando esta
tarea no le es inherente en la resolución de un recurso de apelación restringida,
atentos los principios rectores que regulan el proceso penal, como el de inmediación,
entre otros; en consecuencia, el recurso de casación sujeto al presente análisis,
deviene en infundado.
Descriptor: Apelación restringida
Restrictor: no puede basarse en simples conjeturas y a solicitar al Tribunal de
alzada una valoración correcta de la prueba
[55]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fuera debidamente fundamentado por el Tribunal de alzada, lo cual no es evidente,
pues si la apelante pretendía recibir una respuesta fundamentada, primero debió de
cumplir con las previsiones legales que regulan la interposición del recurso de
apelación restringida. De la misma forma, debe considerarse que la obligación de la
debida fundamentación es extensible no sólo para el juzgador o tribunal, sino
también para las partes que hacen uso de los medios de impugnación previstos en
la norma procesal penal, quienes tienen como carga argumentativa: exponer de
forma clara, precisa y coherente los agravios que considera lesivos, extremo que no
sucedió en el presente caso, tal como destacara el Tribunal de alzada en la
resolución impugnada de casación. De lo que se infiere, que la denuncia de la
recurrente no es evidente al no existir vulneración de principios, derechos y
garantías constitucionales; en consecuencia, el presente recurso deviene en
infundado.
Descriptor: Apelación Restringida
Restrictor: Obligación de la debida fundamentación es extensible no sólo para el
juzgador o tribunal, sino también para las partes que hacen uso de los medios de
impugnación previstos en la norma procesal penal, quienes tienen como carga
argumentativa: exponer de forma clara, precisa y coherente los agravios que
considera lesivos
[56]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
0542/2004-R, 1136/2004-R, 1577/2005-R y en las Sentencias Constitucionales
Plurinacionales 0692/2012 de 2 de agosto y 1760/2013 de 21 de octubre, entre otras.
[57]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la medida adoptada dentro de las veinticuatro horas de producida la aprehensión', se refiere
a los casos en los que el Fiscal solicitó previamente la aprehensión del recurrente, como lo
señala el art. 234 del CNNA, que determina que 'El Fiscal deberá tramitar ante el Juez de la
Niñez y Adolescencia la aprehensión del adolescente, al que se le imputa la comisión de un
delito cuando exista suficientes indicios de autoría o participación en un delito de acción
pública'; pues, se entiende que sólo en ese caso, el Fiscal puede solicitar la ratificación de la
medida adoptada, ya que no está facultado para disponer la aprehensión del adolescente
infractor sin previa autorización del Juez”.
Precedente: SCP 1335/2004-R
[58]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
APREHENSION DE MENORES DE EDAD: EL FISCAL DEBE TRAMITAR SU DETENCIÓN
ANTE EL JUEZ DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA
S.C.P. 1148/2013 - Sucre, 23 de julio de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.4. “…el Fiscal de Materia de Huacareta, estableció mediante un requerimiento fiscal
realizado el 24 de enero del presente año, ordenando al Hogar “Guadalupe” dependiente del
Gobierno Autónomo Municipal de Sucre el acogimiento a la menor AA, tomando en cuenta
que no existen centros de esa naturaleza para menores infractores en la citada localidad; al
respecto, tal decisión debió haberse solicitado al Juez de la Niñez y Adolescencia….
Al no haberse puesto a conocimiento del Juez de la Niñez y Adolescencia a fin de que esta
autoridad decida sobre la situación jurídica de la menor de acuerdo con lo dispuesto por la
Norma Suprema, Código Niño, Niña y Adolescente y, al haberse ordenando su acogimiento
en el referido Hogar, el Fiscal de Materia demandado, vulneró el derecho a su libertad,
correspondiendo otorgar la tutela solicitada”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…En cuanto a las responsabilidades atribuibles a conductas tipificadas como
delitos en la ley penal, incurridas como autores o partícipes, por adolescentes, el art. 221 del
CNNA las denomina infracciones, cuya competencia para su conocimiento y tramitación le
corresponde exclusivamente al Juez de la Niñez y Adolescencia; autoridad que conocerá y
decidirá acciones para lograr la plena vigencia de los derechos individuales del niño, niña y
adolescente, aún cuando éste hubiere cumplido dieciocho años durante la ejecución de una
sanción socio-educativa. Responsabilidad social que se aplicará, conforme a las previsiones
del art. 222 del CNNA; es decir, a los adolescentes comprendidos desde los doce hasta los
dieciséis años de edad, al momento de la comisión del hecho”.
PRECEDENTE SC 1688/2011-R de 21 de octubre
[59]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.2. “La jurisprudencia constitucional expresada por el Tribunal Constitucional a través
de la SC 0699/2010-R de 26 de julio, estableció que: “…la jurisprudencia de este Tribunal ha
dejado claro que: `…la protección que brinda el recurso de hábeas corpus en cuanto al
debido proceso se refiere, no abarca a todas las formas en que el mismo puede ser
infringido, sino sólo a aquellos supuestos en los que está directamente vinculado al derecho
a la libertad personal o de locomoción, por operar como causa para su restricción o
supresión, correspondiendo en los casos no vinculados a la libertad utilizar las vías legales
pertinentes'. (SSCC 1034/2000-R, 1380/2001-R, 0111/2002-R, 0940/2003-R, 1758/2003-R y
0219/2004-R). En ese entendido, sólo podrá otorgarse la tutela cuando sea evidente que el
derecho a la libertad fue restringido, suprimido o amenazado, o cuando se constate que la
inobservancia al debido proceso es la causa directa para restringir, suprimir o amenazar
dicho derecho”.
A este efecto, el art. 125 de la CPE, determina que la acción de libertad es un mecanismo
extraordinario de defensa oportuno y eficaz, que tiene por finalidad el resguardo y protección
de derechos como son la vida y la libertad tanto física como de locomoción, a favor de toda
persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida,
procesada o privada de su libertad personal, reconociendo también en sus arts. 115.II y
117.I, el derecho al debido proceso como un instrumento de sujeción a las reglas del
ordenamiento jurídico, a las que deben ceñirse las partes procesales y los administradores
de justicia, y que persigue proteger a los particulares frente a posibles abusos de las
autoridades, que se originen en actuaciones u omisiones procesales o en decisiones que
adopten y de las cuales emerja la lesión a derechos y garantías…”
Precedente.- SSCC 1034/2000-R
[60]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Juvenal Flores Reyes, por entonces Juez de Instrucción de Caranavi, ejerció suplencia legal
del Juzgado de Instrucción cautelar de Caranavi, situación que evidencia que Ramiro Ariel
Julio Blanco Fuentes, reunió en su persona la calidad de acusador y juez dentro del mismo
proceso penal; figura que de conformidad al mandato legal previsto en los art. 316.1 y 318
del CPP, lo obligaba a excusarse, independientemente si la imputada, ahora accionante,
promovía o no la recusación contra su persona”.
“…del mandamiento de aprehensión de 30 de noviembre de 2011 cursante a fs. 7, expedido
por la autoridad en cuestión, se advierte que éste fue ejecutado el 10 enero de 2012 (fs. 7
vta.), por lo que se concluye que se trató de una detención ilegal”.
PRECEDENTE IMPLÍCITO:
F.J.III.3. La autoridad judicial “ fungió como fiscal de material dentro del proceso penal…
quien posteriormente asumió como juez de instrucción …situación que evidencia que …
reunió en su persona la calidad de acusador y juez dentro del mismo proceso penal; figura
que de conformidad al mandato legal previsto en los art. 316.1 y 318 del CPP, lo obligaba a
excusarse, independientemente si la imputada, ahora accionante, promovía o no la
recusación contra su persona …por lo que se concluye que se trató de una detención
ilegal…”.
[61]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
competente y es emitido por escrito, salvo el caso de flagrancia, de conformidad a lo
establecido por el art. 23. IV de la CPE” (las negrillas nos pertenecen).
Conforme a las normas constitucionales y la jurisprudencia citadas precedentemente, el
derecho a la libertad, es un derecho fundamental de todas las personas que no puede ser
restringida, sino, soloen los límites señalados por la ley; en consecuencia, para que una
restricción al derecho a la libertad sea constitucional y legalmente válido se debe cumplir con
determinados requisitos materiales y formales; con relación a los requisitos materiales, solo
puede ser restringido en los casos previstos por ley, emanada del órgano legislativo; y, con
relación a los requisitos formales, la restricción solo es válida, cuando se respetan las formas
establecidas por ley y el mandamiento es emitido por escrito por autoridad competente y
ejecutado contra la persona que está expedida, salvo el caso de flagrancia”.
Precedente.- SC 2558/2010-R de 19 de noviembre
[62]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
normas para la aprehensión del imputado, el juez deberá examinar la legalidad material de la
aprehensión.
2) Legalidad material de la aprehensión.- Cuando el fiscal aprehendió directamente al imputado,
haciendo uso de la facultad prevista en el art. 226 del CPP…
Si del análisis efectuado, el juzgador concluye que tanto el aspecto formal como material fue
observado al momento de la aprehensión, determinará la legalidad de la aprehensión y, con los
elementos de convicción existentes, pronunciará la Resolución mediante la cual aplicará la medida
cautelar pertinente, si es el caso, ajustada a lo previsto por el art. 233 del CPP, definiendo la situación
jurídica del imputado.
Si al contrario, del análisis efectuado por el juez cautelar, se concluye que no se observaron las
formalidades o existió infracción a la legalidad material en la aprehensión ordenada, el juez anulará
la actuación realizada con violación a las normas constitucionales y legales, y pronunciará la
resolución de medidas cautelares, en base a los elementos de convicción existentes, que no hubiesen
sido obtenidos en infracción a los derechos y garantías del imputado, a consecuencia del acto ilegal
declarado nulo…'”
APROPIACIÓN INDEBIDA / Concurso aparente y iuria novit curia, la finalidad de
la Falsificación de Documento Privado por parte del autor era la de apropiarse
indebidamente del dinero por lo que corresponde subsumir a Apropiación Indebida
y no a Falsificación de Documento Privado
AUTO SUPREMO Nº 453/2015-RRC-L
Sucre, 04 de agosto de 2015
Delitos: Falsificación de Documento Privado y Estafa
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Con relación al delito de Apropiación Indebida, previsto
y sancionado por el art. 345 del CP establece que ''El que se apropiare de una cosa
mueble o un valor ajeno, en provecho de si o de un tercero y de los cuales el autor
tuviera la posesión o tenencia legítima y que implique la obligación de entregar o
devolver, será sancionado...”. Al respecto, analizado el tipo penal así como el hecho
del presente caso, se tiene que el delito de referencia consiste en el acto de
apropiarse para sí o a favor de un tercero, bienes, objetos o valores de los cuales el
actor tuviere lícita posesión, porque no solamente no los entrega u omite
devolverlos, sino que además se los apropia cual si fuera el dueño sin tener potestad
para poder hacerlo; en este caso, el autor tuvo en posesión el dinero que manejaba
que le fue confiado; de ahí, que se puede establecer que el hecho tal como señaló el
Auto de Vista se adecua al delito de Apropiación Indebida, previsto y sancionado por
el art. 345 del CP fundamentando que la Sentencia incurrió en error de subsunción
legal al no considerar la verdadera finalidad de la Falsificación de Documento
Privado por parte de D.E.M., cuál era la de apropiarse indebidamente del dinero
recibido por la venta de los productos de propiedad de la empresa del empleado, de
esta forma el tipo penal de Falsificación de Documento Privado queda erróneamente
subsumido y lo que corresponde es la subsunción por el delito de Apropiación
Indebida, previsto y sancionado por el art. 345 del CP; además, al respecto el
recurrente no realizó un reclamo específico en el que haga constar su
disconformidad en la subsunción del hecho al tipo penal de Apropiación Indebida en
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
lugar de Falsificación de Documento Privado, de ahí que se ve sustentado la
subsunción del hecho al tipo penal ya referido.
Descriptor: Apropiación Indebida
Restrictor: Concurso aparente y iuria novit curia, la finalidad de la Falsificación de
Documento Privado por parte del autor era la de apropiarse indebidamente del
dinero por lo que corresponde subsumir a Apropiación Indebida y no a Falsificación
de Documento Privado
ASESINATO (ART. 252 CP)/ para facilitar, consumar u ocultar otro delito, o para
asegurar sus resultados/entendimiento
AUTO SUPREMO Nº 272/2015-RRC
Sucre, 27 de abril de 2015
Delitos: Asesinato, Violación Agravada y Encubrimiento
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Por otra parte debe tenerse presente que si la conducta
del agente está destinada a facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar
sus resultados o para vencer la resistencia de la víctima son razones cualificantes,
por el desprecio del sujeto activo del delito por la vida humana.
Descriptor: Asesinato (art. 252 CP)
Restrictor: para facilitar, consumar u ocultar otro delito, o para asegurar sus
resultados/entendimiento
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
particular de la víctima, que le impide defenderse, poniendo astucia, engaño, celada, traición o cualquier
otra vía que conduzca al mismo fin, pero sin riesgo ni peligro para el agente. A continuación, destacó que
de las declaraciones del testigo E.M.V., se estableció que J.J., se encontraba en total indefensión, al
estar desarmado, mientras el acusado se encontraba con un arma de fuego, concluyendo que el autor no
dio lugar a que la víctima tenga la mínima posibilidad de defenderse o impedir el ataque con un arma de
fuego, siendo desproporcional el medio utilizado.
Descriptor: Asesinato (art.252 CP)/
Restrictor: alevosía/entendimiento
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ASESINATO (ART. 252 CP)/ es suficiente que concurra una de las circunstancias
descritas en el art. 252 del CP
AUTO SUPREMO Nº 272/2015-RRC
Sucre, 27 de abril de 2015
Delitos: Asesinato, Violación Agravada y Encubrimiento
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: De lo expuesto, se establece que no es evidente la
vulneración del principio de congruencia e incumplimiento del art. 398 del CPP,
porque el Tribunal de apelación de pronunció de manera amplia sobre los
presupuestos de alevosía o ensañamiento, estableciendo que es suficiente que
concurra una de las circunstancias descritas en el art. 252 del CP, y siendo que en
la Resolución recurrida además se determinó que concurrieron los presupuestos
relativos a los motivos fútiles o bajos, resulta intrascendental pretender la anulación
del Auto de Vista impugnado por este motivo, razón por lo que se establece que esta
denuncia carece de fundamento
Descriptor: Asesinato (art. 252 CP)
Restrictor: es suficiente que concurra una de las circunstancias descritas en el art.
252 del CP
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del CPP, a fijar audiencia para su consideración, a desarrollarse dentro de los tres días
siguientes a la recepción del recurso, sin recurso ulterior. Obligación que constituye una
potestad reglada, es decir, que no queda a criterio de los administradores de justicia, el
señalamiento o no, de la audiencia para la resolución del caso, sino que están constreñidos
a celebrarla, en cumplimiento de lo estipulado por la precitada norma legal, que más allá de
ser un simple postulado, persigue fines específicos, como es la materialización de los
principios de oralidad, contradicción e inmediación, pilares fundamentales del actual sistema
procesal penal; y, precisamente por ello, se debe asegurar a las partes, la oportunidad de
que fundamenten sus alegatos o de que los amplíen si así lo desean, en la oportunidad
reservada para el efecto, como es el verificativo señalado al efecto, dado que como se
demostró en el Fundamento Jurídico III.4 de la presente Resolución, es perfectamente
posible expresar o desarrollar los argumentos de la apelación, de manera oral, en la propia
audiencia.
Al margen de lo afirmado, es importante recalcar que el señalamiento, instalación y
celebración de estas audiencias, no puede ser comprendido como una mera formalidad, al
contrario, debe concretizar el ejercicio de los principios, valores y valores ético morales
instituidos en la Constitución que deberá impregnar a la función de impartir justicia, al
encontrarse en tela de juicio un derecho de carácter primario para el desarrollo de la
persona, como es la libertad física así como la de locomoción; por lo que, el Constituyente
boliviano dejó expresamente establecido que dicho derecho es inviolable y, respetarlo y
protegerlo es un deber primordial del Estado (art. 6.II de la CPE); por ello, vía jurisprudencial
se establecieron varias condiciones para garantizar su ejercicio, entre ellas, que deberá ser
privado sólo en los casos expresamente señalados por ley, previo cumplimiento de las
formalidades exigidas expresamente al efecto, así como la celeridad que debe cumplirse en
las solicitudes vinculadas con el mismo, principio que debe saturar cada acto procesal de las
autoridades jurisdiccionales. Desde esa perspectiva, ante la presentación de un incidente en
materia penal o de su apelación, éstos deben ser tramitados conforme a los principios
constitucionales y las normas procedimentales de la materia; entre ellos, seguridad jurídica,
celeridad y legalidad (arts. 178 y 180 de la CPE).
(…)
Conforme a lo afirmado, este Tribunal arriba al siguiente convencimiento: la aplicación del
principio de celeridad, también obliga a las autoridades jurisdiccionales a otorgar pronta
respuesta a la tramitación de incidentes procesales, actuando de forma oportuna de acuerdo
a la necesidad que emerja de la evaluación de la situación particular de cada caso; la
prontitud, necesariamente implica actuación antes del cumplimiento del plazo y a la brevedad
posible; así, siendo una situación común que los jueces atiendan varios casos al mismo
tiempo, deberán priorizar la atención de excepciones e incidentes de quienes se encuentren
detenidos preventivamente, por la supresión del derecho a la libertad de que son objeto,
siendo merecedores de que dicha autoridad abrevie los plazos procesales resolviendo sus
peticiones y solicitudes».
Entonces, en coherencia con lo sostenido, ante la interposición de una apelación incidental
de medidas cautelares o su sustitución, previo a la celebración de la audiencia de
consideración, deberá asegurarse la notificación efectiva a las partes implicadas en el
proceso, lo que implica además, que si el imputado se encuentra privado de su libertad, el
tribunal de alzada, deberá garantizar su presencia en el verificativo, corriendo con los
trámites de rigor para el efecto. Luego y una vez verificada la presencia de las partes, se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dará inicio al mismo, otorgándoles la oportunidad de fundamentar oralmente sus alegatos,
para finalmente emitir una resolución debidamente motivada, en la que, las autoridades
jurisdiccionales, de un lado, deben dar respuesta a todos los agravios denunciados en la
apelación; no correspondiendo por tanto, pronunciarse sobre aquellos no apelados, salvo
que se trate de defectos absolutos, al no ser, estos últimos, susceptibles de convalidación; y
de otro, tratándose de medidas cautelares, fundamentar sobre la concurrencia de los dos
presupuestos que la normativa legal prevé para la procedencia de la detención preventiva,
como es la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado
es, con probabilidad autor o partícipe de un hecho punible; y la existencia de elementos de
convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso y/u obstaculizará la
averiguación de la verdad; sustento que imprescindiblemente deberán estar incluidos en la
resolución de alzada; argumentos jurídicos que no pueden ser sustituidos por los
relacionados por el a quo en el fallo impugnado; y menos dar lugar a la nulidad de obrados,
por su falta de consideración.
En resumen, al tribunal de apelación no le está permitido anular obrados cuando verifique
que el juez de instrucción omitió explicar los motivos que le llevaron a determinar, rechazar o
modificar una medida cautelar, o que lo hizo, pero de manera insuficiente; puesto, que como
se señaló, tratándose de la disputa del derecho a la libertad, en cumplimiento de los
principios constitucionales señalados anteriormente, deberá resolver directamente el caso
remitido en apelación, precisando las razones y los elementos de convicción que sustentaron
su decisión de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva, o viceversa.
...sin embargo, las autoridades recurridas no consideraron que el objeto del recurso de
apelación contra la Resolución de medidas cautelares, es precisamente la aplicación de tales
medidas, entonces, no podían dejar de pronunciarse sobre el objeto de la alzada, por cuanto
ello importa denegación de justicia, que ligada a la libertad, importa a su vez la privación
indebida de ese derecho, debiendo tomarse en cuenta que las vocales debieron resolver la
apelación aprobando o revocando la Resolución -si es que existían elementos probatorios
que determinaban que no le era aplicable al representado del recurrente la detención
preventiva- pero en ningún momento podían anular obrados por defectos absolutos pues las
autoridades demandadas tienen plena competencia para revisar y modificar la resolución
revisada, ya que ése es justamente el objeto del recurso'. En el mismo sentido se refirió la
SC 1824/2004-R.
En este marco, el Tribunal ad quem tiene la obligación de someterse a lo dispuesto por el art.
403 inc. 3) del CPP e ingresar al fondo del asunto apelado, aprobando o revocando el fallo
del inferior, pues ese es el objetivo de dicha apelación incidental; sin embargo, en el
presente proceso en distintas ocasiones los Vocales se limitaron a disponer que el Tribunal a
quo proceda a dictar una nueva resolución en forma correcta, sin considerar que en ese
momento inclusive el imputado gozaba de libertad en virtud a la aplicación de medidas
sustitutivas a la detención preventiva; consiguientemente se evidencia que no hicieron uso
de las facultades que tienen para revisar y modificar la resolución impugnada, para ese
efecto les correspondía subsanar el error inmediatamente, puesto que si consideraron que el
fallo dictado por el Tribunal de Sentencia contenía contradicciones, errores u otros, debieron
revocarlo o aprobarlo previa valoración y análisis respectivo, emitiendo para ello la resolución
debidamente fundamentada tal cual exige los art. 124 y 173 del CPP y no anular más de tres
veces la resolución del referido Tribunal de Sentencia por defectos; al no hacerlo, han
incurrido en una omisión contraria a los derechos del imputado…”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesales, puedan ejercitar los derechos que la ley les otorga, debiendo convocar a
audiencia pública en dos supuestos conforme expresa el art. 411 de la norma
procesal de la materia, que dispone: “Recibidas las actuaciones, si se ha ofrecido
prueba o se ha solicitado expresamente la audiencia de fundamentación, el
tribunal convocará a una audiencia pública…” (Negrillas nuestras) de lo que se
infiere que la audiencia a celebrarse ante el Tribunal de alzada, opera en dos
supuestos: a)Cuando el apelante solicite expresamente en su memorial de recurso
de apelación el señalamiento de audiencia con el propósito de fundamentar
oralmente los motivos que denuncie a través del citado medio de impugnación;
o b)Cuando se haya ofrecido prueba ante la denuncia de un defecto de forma o de
procedimiento, en cuyo caso corresponde el señalamiento de audiencia dentro de los
diez días de recibidas las actuaciones, sin necesidad de que la parte apelante la
solicite expresamente, debiendo resolver el Tribunal sólo con la prueba incorporada.
Estos dos supuestos emergen del contenido de dicha norma y de la propia
jurisprudencia de este Tribunal de Justicia establecida sobre el tema, como la
precisada en el Auto Supremo 135/2014-RRC de 28 de abril de 2014, que
señaló:“… debiendo convocar a audiencia pública en los supuestos de que se haya
ofrecido prueba o se haya solicitado expresamente su realización conforme previene el
art. 411 del CPP…” , ratificado en el Auto Supremo 142/2015-RRC de 27 de febrero
y la propia jurisprudencia constitucional en la Sentencia Constitucional 321/2004
de 10 de marzo.
Entonces, ofrecida la prueba o solicitada expresamente su realización, y una vez que
el Tribunal de apelación haya señalado la misma, dicha actuación está sujeta a las
reglas del juicio oral en lo que fuere pertinente. Cabe destacar que esta audiencia de
fundamentación, tiene la finalidad de dar la oportunidad a las partes a exponer sus
posiciones, razón por la cual bajo los principios de igualdad y de contradicción, el
Tribunal de alzada debe escuchar las respectivas posturas expresadas en este acto,
pudiendo incluso concluida la última intervención, interrogar libremente conforme
prevé el citado artículo, sin que el ejercicio de esa potestad implique prejuzgamiento.
Pertinencia del ofrecimiento de prueba. Efectuada la anterior precisión, también
resulta necesario definir el alcance de los arts. 410 y 411 del CPP, en relación al
ofrecimiento de la prueba, pues el primero prevé: “Cuando el recurso se fundamente
en un defecto de forma o de procedimiento se podrá acompañar y ofrecer prueba con
ese objeto…”, y el segundo que dispone: “…si se ha ofrecido prueba…”.
De ambas normas, se establece que el ofrecimiento de prueba está dirigido
exclusivamente a un defecto de procedimiento o de forma, más no así para sostener
argumentos relativos a los hechos juzgados que se constituyen en el objeto del
juicio, conforme lo entendió el Auto Supremo 512 de 16 de noviembre de 2006, al
manifestar que:“(…) el tribunal de apelación tiene competencia para aceptar
prueba ofrecida y dilucidar defectos de forma o de procedimiento, la
producción de la prueba se realizará con las reglas del juicio oral y contradictorio,
valorará sólo la prueba o testigos ofrecidos; empero, carece de competencia para
aceptar y valorar prueba referida al objeto del proceso penal” (las negrillas
son nuestras), entendimiento que guarda coherencia con el principio de que la
valoración probatoria relativa a los hechos, constituye una facultad privativa del
Juez o Tribunal de mérito, tal como lo precisó el Auto Supremo 524 de 17 de
noviembre de 2006 al señalar: “que de acuerdo a la uniforme línea jurisprudencial
definida por éste Tribunal de Alzada se encuentran impedidos de valorar la prueba,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
puesto que por mandato imperativo de la ley, es facultad privativa del Juez o Tribunal
de Sentencia hacerlo, porque estos perciben, interpretan y comprenden como se
producen las pruebas en el fragor de la contradicción de las partes”, motivo por el
cual la misma Resolución destacó: “De conformidad al mandato del artículo 410 del
Código de Procedimiento Penal, ´cuando el recurso se fundamente en un defecto de
forma o de procedimiento, se podrá acompañar y ofrecer prueba con ese objeto la
misma deberá ser producida y judicializada aplicándose las normas previstas para la
producción de prueba en el recurso de apelación incidental´ y las reglas previstas
para el juicio oral, teniendo la obligación el Tribunal de apelación, resolver de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 413 del Procedimiento Penal”.
En el mismo sentido, se pronunció la Sentencia Constitucional 1811/2003-R de 5
de diciembre, que sobre la temática abordada precisó lo siguiente: “ (…) si bien es
cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en grado de apelación;
empero, esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar defectos
de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el tribunal
se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la posibilidad de la
doble instancia que permita al Tribunal de Apelación, ingresar a considerar los hechos
debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o incorporar prueba encaminada
a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto del debate”.
Además, es preciso aclarar que el señalamiento de la audiencia de fundamentación
en base al ofrecimiento de prueba se la hará siempre y cuando el Tribunal de alzada
considere su utilidad y su necesidad, entendimiento coherente con el criterio
establecido en la Sentencia Constitucional 321/2004 de 10 de marzo, que
señalo: “En cuanto al señalamiento de la audiencia para la fundamentación oral y la
recepción de prueba, cabe aclarar que en ambos casos el verificativo de la
audiencia no constituye un actuado obligatorio e ineludible, por el contrario, el
recurrente, en el primer caso, a tiempo de la interposición del recurso debe manifestar
si fundamentará oralmente su recurso para que el Tribunal de apelación señale
audiencia y, en el segundo, el tribunal señalará la audiencia correspondiente
si lo estima necesario y útil. Así se colige de la previsión de los arts. 408 in fine,
410 concordante con el art. 406 CPP” (Negrillas son nuestras).
Ahora bien, establecido el alcance del ofrecimiento probatorio que está vinculado a
cuestiones de procedimiento y que podrá ser fijado si el Tribunal de apelación lo ve
pertinente, también es necesario hacer referencia en esa línea de análisis que una
oferta probatoria está estrechamente vinculada a la pertinencia, que implica la
carga tenida para el apelante de explicar mínimamente en que consiste el hecho
procesal que pretende demostrar con la prueba ofertada, razonamiento que se
desprende del contenido del art. 410 del CPP, que sostiene que “Cuando el recurso
se fundamente en un defecto de forma o de procedimiento, se podrá acompañar y
ofrecer prueba con ese objeto” y en relación al principio de igualdad que tienen las
partes conforme el art. 180 de la CPE, toda vez que ofrecida la prueba la parte
contraria tiene el derecho a conocer el efecto al cual apunta dicho ofrecimiento; ello
quiere decir, que en un eventual ofrecimiento de prueba en el recurso de apelación
restringida, el denunciante no se limitará simplemente a citar la prueba ofrecida
sino está obligado a señalar el defecto procedimental que alega en el cual
incurrió el juez o tribunal que emitió la sentencia; de no hacerlo el Tribunal de
alzada no está obligado a fijar la audiencia de fundamentación oral.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La falta de señalamiento de audiencia de fundamentación no significa per se la
nulidad de actuados. Si bien se ha mantenido latente la doctrina en sentido de que
si el Tribunal de apelación ante el ofrecimiento de la prueba o solicitud de la
audiencia de fundamentación, no señala audiencia conforme se precisó en el Auto
Supremo 455 de 14 de noviembre de 2005, que sostuvo que el Tribunal de
apelación “al omitir la petición de audiencia de ampliación y fundamentación oral del
recurso de apelación restringida, vulnera el derecho a la defensa y,
consecuentemente, a la garantía constitucional del ‘debido proceso’ ”, y el Auto
Supremo 61 de 27 de enero de 2007, que estableció que “La celebración de la
audiencia de fundamentación oral del recurso de apelación restringida, como parte del
derecho a la defensa del recurrente, necesariamente debe ser celebrada por el
Tribunal que resolverá la causa, a efecto de garantizar los principios de publicidad,
oralidad e inmediación.”; incurrirá en un defecto absoluto previsto en el art. 169
inc. 3) del CPP y corresponderá la consiguiente nulidad de la resolución de alzada
emitida, siempre y cuando con esa omisión se haya provocado una vulneración
directa del derecho al debido proceso en su elemento del derecho a la defensa,
resulta necesario a los fines de establecer si se incurrió en dicha vulneración, tomar
en cuenta los siguientes parámetros:
i) El ofendido se encuentre en un estado de debilidad manifiesta frente a la
contraparte.
ii) El denunciante carezca de los medios jurídicos para asumir su defensa o
aun existiendo dichos medios, estos resultan ser ineficaces por tanto
insuficientes para repeler una vulneración de sus derechos.
iii) El afectado no tenga la posibilidad de emprender una respuesta efectiva
ante la violación o posible vulneración de sus derechos.
Estos criterios que se asumen, resultan de la jurisprudencia comparada y de la
entendida por el Tribunal Constitucional Plurinacional referente al estado de
indefensión; así se tiene que la Corte Constitucional de Colombia en la Sentencia T-
277 de 1999, que: “La jurisprudencia de esta Corporación tiene previsto que de
ordinario una persona se encuentra en estado de indefensión cuando no puede
enfrentar los ataques de que es víctima, no solo por la ausencia o ineficacia de los
medios que la ley tiene previsto para repelerlos, sino porque ante su especial situación
dichos mecanismos pierden toda eficacia. Y, esto es lo que le viene sucediendo con el
actor, quien acudió a la justicia y fue escuchado, pero los trámites iniciados y las
decisiones que le correspondía tomar, en aras de solucionar el litigio que tiene con la
accionada Castaño, superaron, ampliamente, su capacidad de discernimiento,
comprensión y decisión”; además, la Sentencia Constitucional T-015/15 estableció
que:“ … ante la consideración de que las personas no siempre se encuentran en un
plano de igualdad (…) , es preciso establecer si existe o no un estado de
subordinación o indefensión por parte de los accionantes frente a las demandadas y,
en caso de ser así, si por dicho motivo, es procedente esta acción. (…) según la
jurisprudencia, el estado de indefensión es un concepto de carácter fáctico que se
configura cuando una persona se encuentra en un estado de debilidad manifiesta
frente a otra, de modo que, por el conjunto de circunstancias que rodean el caso, no le
es posible defenderse ante la agresión de sus derechos[7].
Así mismo, la jurisprudencia ha dicho que la indefensión se presenta en aquellas
circunstancias en las cuales la persona ofendida carece de medios jurídicos de
defensa o también, cuando a pesar de existir dichos medios, los mismos resultan
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
insuficientes para resistir o repeler la vulneración o amenaza de sus derechos
fundamentales [8].
Al delimitar el alcance conceptual de la indefensión como criterio para legitimar la
tutela contra particulares, ha precisado la Corte que ésta `(…) no tiene su origen en
la obligatoriedad derivada de un orden jurídico o social determinado sino en
situaciones de naturaleza fáctica en cuya virtud la persona afectada en su derecho
carece de defensa, entendida ésta como posibilidad de respuesta efectiva ante la
violación o amenaza de que se trate (...)´[9]”.
Por otra parte, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia, en las Sentencias
0995/2004-R de 29 de junio y 0451/2015-S3 de 7 de mayo definió que: “…los
errores o defectos de procedimiento que materialmente no lesionan derechos y
garantías fundamentales no tienen relevancia constitucional y por lo mismo, no son
susceptibles de corrección por la vía del amparo, a menos que concurran
necesariamente, los presupuestos jurídicos que se detallan a continuación: a) cuando
el error o defecto procedimental en el que incurra el Juez o Tribunal, provoque una
lesión evidente del debido proceso en cualquiera de sus elementos constitutivos;
b) los errores o defectos procedimentales que ocasionan una indefensión
material en una de las partes que interviene en el proceso judicial,
impidiéndole toda posibilidad de que pueda hacer valer sus pretensiones,
alegando, contrastando o probando; y c) esas lesiones tengan relevancia
constitucional, es decir, que esa infracción procedimental de lugar a que la decisión
impugnada tenga diferente resultado al que se hubiera dado de no haberse incurrido
en los errores o defectos denunciados”.
Consecuentemente, la ausencia de fijación de la audiencia de fundamentación oral
pese al pedido expreso u ofrecimiento de prueba no significa per se la nulidad de
actuaciones posteriores sino se comprueba que existió evidentemente la vulneración
del derecho a la defensa en aplicación de los principios de celeridad, igualdad y
economía procesal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
facultad de anunciar que hará uso de dicha facultad; y en cuyo caso, cuando se manifieste
expresamente el uso de esa facultad, el Tribunal de alzada está obligado a atender dicha
solicitud, pues conforme a lo preceptuado por el primer párrafo del art. 411 de la norma
adjetiva penal, no es una facultad discrecional del Tribunal Ad quem, dar o no curso a dicha
solicitud, por el contrario, deberá inexcusablemente señalar audiencia dentro de los diez días
de recibidas las actuaciones procesales ” (Auto Supremo 173/2016-RRC de 8 de marzo). ” La
finalidad de esta audiencia, radica en otorgar oportunidad a las partes para fundamentar los
agravios que considera producidos por el juez o Tribunal de Sentencia; asimismo, debe
celebrarse en los casos en los cuales se alegue defectos de forma o procedimiento a cuyo
efecto se ofreció prueba, incluso si la parte no la solicitó expresamente, el Tribunal de
apelación debe fijar audiencia dentro los diez días de recibidas las actuaciones, a objeto de
garantizar el debido proceso en sus componentes del derecho a la defensa y la tutela judicial
efectiva; lo contrario implica la vulneración de los mismos y con ello el derecho a la petición,
que en materia penal es amplio e irrestricto; ello en el entendido que las normas procesales
son de orden público y de cumplimiento obligatorio ” (Auto Supremo 394/2015-RRC-L de 4 de
agosto).
Por otro lado, se debe tener en cuenta los últimos lineamientos establecidos en el Auto
Supremo 332/2016-RRC de 21 de abril, respecto a esta temática: “(…) el art. 411 del CPP
señala que recibidas las actuaciones, si se ha ofrecido prueba o se ha solicitado
expresamente la audiencia de fundamentación, el tribunal convocará a una audiencia pública
dentro de los diez días de recibidas las actuaciones; concluida la audiencia o si no se convocó
a la misma, la resolución se dictará en el plazo máximo de veinte días, de lo que se infiere
que la audiencia a celebrarse ante el Tribunal de alzada, opera en dos supuestos: a) Cuando
el apelante solicite expresamente en su memorial de recurso de apelación el señalamiento de
audiencia con el propósito de fundamentar oralmente los motivos que denuncie a través del
citado medio de impugnación; ob) Cuando se haya ofrecido prueba ante la denuncia de un
defecto de forma o de procedimiento, en cuyo caso corresponde el señalamiento de
audiencia dentro de los diez días de recibidas las actuaciones, sin necesidad de que la parte
apelante la solicite expresamente, debiendo resolver el Tribunal sólo con la prueba
incorporada. Estos dos supuestos emergen del contenido de dicha norma y de la propia
jurisprudencia de este Tribunal de Justicia establecida sobre el tema, como la precisada en el
Auto Supremo 135/2014-RRC de 28 de abril de 2014, que señaló: `… debiendo convocar a
audiencia pública en los supuestos de que se haya ofrecido prueba o se haya solicitado
expresamente su realización conforme previene el art. 411 del CPP…´ , ratificado en el Auto
Supremo 142/2015-RRC de 27 de febrero y la propia jurisprudencia constitucional en la
Sentencia Constitucional 321/2004 de 10 de marzo.
Ahora bien, en el caso de autos se establece que el recurrente no solicitó expresamente la
realización de la audiencia de fundamentación oral del recurso de apelación restringida, por
lo que la problemática planteada no requiere mayor análisis en cuanto al primer supuesto
previsto por el art. 411 del CPP; y, respecto al segundo supuesto, es pertinente traer a
colación el análisis efectuado en el Auto Supremo 273/2016-RRC de 31 de marzo, que al
abordar la temática relativa a la pertinencia del ofrecimiento de prueba, señaló: “(…)también
resulta necesario definir el alcance de los arts. 410 y 411 del CPP, en relación al ofrecimiento
de la prueba, pues el primero prevé: “Cuando el recurso se fundamente en un defecto de
forma o de procedimiento se podrá acompañar y ofrecer prueba con ese objeto…”, y el
segundo que dispone: “…si se ha ofrecido prueba…” (el subrayado es propio).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De ambas normas, se establece que el ofrecimiento de prueba está dirigido
exclusivamente a un defecto de procedimiento o de forma, más no así para
sostener argumentos relativos a los hechos juzgados que se constituyen en el
objeto del juicio, conforme lo entendió el Auto Supremo 512 de 16 de noviembre de 2006,
al manifestar que: “(…) el tribunal de apelación tiene competencia para aceptar prueba
ofrecida y dilucidar defectos de forma o de procedimiento, la producción de la prueba se
realizará con las reglas del juicio oral y contradictorio, valorará sólo la prueba o testigos
ofrecidos; empero, carece de competencia para aceptar y valorar prueba referida al objeto
del proceso penal” (las negrillas son nuestras), entendimiento que guarda coherencia con el
principio de que la valoración probatoria relativa a los hechos, constituye una facultad
privativa del Juez o Tribunal de mérito, tal como lo precisó el Auto Supremo 524 de 17 de
noviembre de 2006 al señalar: `que de acuerdo a la uniforme línea jurisprudencial definida
por éste Tribunal de Alzada se encuentran impedidos de valorar la prueba, puesto que por
mandato imperativo de la ley, es facultad privativa del Juez o Tribunal de Sentencia hacerlo,
porque estos perciben, interpretan y comprenden como se producen las pruebas en el fragor
de la contradicción de las partes´, motivo por el cual la misma Resolución destacó: `De
conformidad al mandato del artículo 410 del Código de Procedimiento Penal, ´cuando el
recurso se fundamente en un defecto de forma o de procedimiento, se podrá acompañar y
ofrecer prueba con ese objeto la misma deberá ser producida y judicializada aplicándose las
normas previstas para la producción de prueba en el recurso de apelación incidental´ y las
reglas previstas para el juicio oral, teniendo la obligación el Tribunal de apelación, resolver de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 413 del Procedimiento Penal´.
En el mismo sentido, se pronunció la Sentencia Constitucional 1811/2003-R de 5 de
diciembre, que sobre la temática abordada precisó lo siguiente: `(…) si bien es cierto, que el
recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en grado de apelación; empero, esta prueba
únicamente puede ser producida para acreditar defectos de procedimiento y de ninguna
manera para acreditar o desvirtuar los hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema
de impugnación, el tribunal se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo,
desaparece la posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de Apelación, ingresar
a considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o incorporar
prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto del debate´ (Las
negrillas son nuestras).
Además, es preciso aclarar que el señalamiento de la audiencia de fundamentación en base
al ofrecimiento de prueba se la hará siempre y cuando el Tribunal de alzada considere su
utilidad y su necesidad, entendimiento coherente con el criterio establecido en la Sentencia
Constitucional 321/2004 de 10 de marzo, que señalo: `En cuanto al señalamiento de la
audiencia para la fundamentación oral y la recepción de prueba, cabe aclarar que en ambos
casos el verificativo de la audiencia no constituye un actuado obligatorio e ineludible, por el
contrario, el recurrente, en el primer caso, a tiempo de la interposición del recurso debe
manifestar si fundamentará oralmente su recurso para que el Tribunal de apelación señale
audiencia y, en el segundo, el tribunal señalará la audiencia correspondiente si lo estima
necesario y útil. Así se colige de la previsión de los arts. 408 in fine, 410 concordante con el
art. 406 CPP´ (Negrillas son nuestras)”.
En la temática a resolver, se advierte que la parte recurrente de manera genérica y
simultánea denuncia que el Tribunal de apelación omitió señalar audiencia de prueba o
fundamentación, dejándole en indefensión, sin concretar si lo que pidió fue una audiencia de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentación complementaria y oral, una de producción de prueba para demostrar los
defectos de la sentencia o ambas cosas.
No obstante de ello, habiéndose denunciado la lesión de sus derechos al debido proceso, en
el que alude al estado de indefensión en el que se le hubiera puesto, este Tribunal debe
verificar si el referido reproche contiene sustento fáctico y legal. Así, de la revisión del recurso
de apelación restringida, se advierte que en ningún apartado de su escrito, los representantes
de la Gobernación de Pando efectuaron una solicitud expresa de audiencia en alzada, ya sea
para la fundamentación oral o la presentación de prueba, pues no es posible considerar que
la sola mención efectuada en el Otrosí 1º del escrito, de la Sentencia recurrida como prueba
preconstituida y de: “…todos los actuados cursantes en el cuaderno procesal…”, pueda
considerarse una petición expresa de audiencia o la intención de producir prueba, pues; por
un lado, no solicita audiencia de fundamentación complementaria o de producción de prueba;
y por otro, el único documento que identifica como prueba, la Sentencia impugnada carece
de la debida explicación respecto al defecto de forma o procedimiento al que está
relacionado, razón por la cual no es evidente que exista una solicitud de audiencia de
fundamentación o de prueba que haya podido ser considerada por el Tribunal de apelación; y
que sin embargo, habría omitido, entonces mucho menos existe lesión a los derechos al
debido proceso y a la defensa del recurrente, resultando este motivo infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte la SCP 0089/2015-S2 de 5 de febrero, citando a la SCP 0112/2012 de 27 de
abril, reiterando la línea jurisprudencial sobre el deber de tramitar todas las cuestiones
vinculadas con la libertad personal con la celeridad necesaria, recordó que: “La celeridad en
la tramitación, consideración y concreción de la cesación de la detención preventiva u otro
beneficio que tenga que ver con la libertad personal no sólo le es exigible a la autoridad
judicial encargada del control jurisdiccional, sino también a todo funcionario judicial o
administrativo que intervenga o participe en dicha actuación y de quien dependa para
que la libertad concedida se haga efectiva”.
Entonces la obligación y responsabilidad, de otorgarle la mayor celeridad en su tratamiento y
efectividad, da este tipo de solicitudes, no sólo recae en el juez o tribunal de la causa, sino
también en los funcionarios de apoyo jurisdiccional, pues ellos son los encargados de
proporcionarle la operatividad necesaria, para que las decisiones judiciales se efectivicen
dentro de los plazos legales, más tratándose de gestiones relacionadas directamente con el
derecho a la libertad de las personas.
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AUDIENCIA EN APELACIÓN RESTRINGIDA / No es una atribución de oficio del
Tribunal de alzada, sino por solicitud expresa de las partes y ante la denuncia de un
defecto de forma o procedimiento cometido por el Juez o Tribunal inferior
AUTO SUPREMO Nº 397/2015-RRC-L
Sucre, 13 de agosto de 2015
Delitos: Prevaricato, Peculado e Incumplimiento de Deberes.
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: En ese sentido, al no haber realizado una correcta
argumentación de algún defecto de forma o procedimiento en que hubiese incurrido
el Tribunal de juicio y el señalamiento expreso de adjuntar prueba que demuestre el
mismo, impidieron al Tribunal de apelación conocer este reclamo dentro de los
límites de los arts. 410, 411 y 412 del CPP razón por la cual no señalaron fecha de
audiencia de fundamentación, al no ser esta una atribución de oficio del Tribunal de
alzada, sino por solicitud expresa de las partes y ante la denuncia de un defecto de
forma o procedimiento cometido por el Juez o Tribunal inferior. Este entendimiento
se halla también plasmado en el Auto Supremo 350/2006, que en su tercer párrafo
señaló: "Este razonamiento se sustenta en el artículo 411 del Código de la materia,
que dispone la realización de una audiencia cuya exclusiva finalidad puede ser la
producción de la prueba, ofrecida dentro de los límites del artículo 410 del Código de
Procedimiento Penal” (el resaltado es propio); ello en razón a restringir la posibilidad
de introducir prueba en la etapa de apelación, que desvirtuaría la concepción del
juicio oral, público y contradictorio, etapa única e idónea para la producción y
valoración de la misma.
Descriptor: Audiencia en Apelación Restringida
Restrictor: No es una atribución de oficio del Tribunal de alzada, sino por solicitud
expresa de las partes y ante la denuncia de un defecto de forma o procedimiento
cometido por el Juez o Tribunal inferior
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Segundo, la peticionante de tutela, ha acreditado también su titularidad o dominialidad sobre
el bien inmueble, en relación al cual se ejercitaron las vías de hecho, puesto que presentó
documentación que demuestra que adquirió el mismo, a través de escritura pública de su
anterior propietaria, documento que fue debidamente registrado en DD.RR…
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “Al respecto y a fin de orientar el entendimiento y la activación de la justicia
constitucional, en los casos en que se solicita tutela frente a medidas de hecho, corresponde
remitirnos a lo establecido en SCP 0998/2012 de 5 de septiembre, donde se establecieron
los siguientes aspectos:
Finalidades, definición y presupuestos de activación
“…es imperante señalar que la tutela de derechos fundamentales a través de la acción de
amparo constitucional frente a estas vías de hecho, tiene dos finalidades esenciales: a)
Evitar abusos contrarios al orden constitucional vigente; y, b) Evitar el ejercicio de la
justicia por mano propia; en ese orden, a partir de estas dos finalidades y dentro del
alcance de los presupuestos de activación de la acción de amparo constitucional como
mecanismo idóneo para la eficacia tanto vertical como horizontal de derechos
fundamentales, las vías de hecho se definen como el acto o los actos cometidos por
particulares o funcionarios públicos, contrarios a los postulados del Estado
Constitucional de Derecho por su realización al margen y en prescindencia absoluta
de los mecanismos institucionales vigentes para una administración de justicia,
afectando así derechos fundamentales reconocidos por el bloque de
constitucionalidad, por lo que al ser actos ilegales graves que atentan contra los
pilares propios del Estado Constitucional de Derecho, de acuerdo al mandato inserto
en el art. 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, la acción de amparo
constitucional, es un medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los
derechos fundamentales lesionados como consecuencias de vías de hecho”.
Precedente.- SCP 0998/2012 de 5 de septiembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
también se evidenció la existencia de dos viviendas precarias; asimismo se adjuntaron
fotografíase imágenes satelitales del inmueble como medio de prueba.
(…)
En el caso analizado, la carga probatoria aportada por el accionante antes descrita, no
acredita de manera objetiva y fehaciente la existencia de medidas de hecho asumidas sin
causa jurídica; toda vez que, cuando el ahora accionante, se apersonó al inmueble en
cuestión, fue atendido por Betty Vallejos Guerrero, ahora demandada, quien le indicó que
cuida el lugar desde hace cinco días por encargo de Diego David Aban Avidano, también
demandado; éste a su vez, alegó que tiene el referido inmueble en calidad de
alquiler,presentando documento privado de arrendamiento suscrito el 14 de septiembre de
2012, con Rafael Aguilar “Chinchilla”, ahora tercero interesado; quien, a su turno, para
acreditar su derecho propietario presentó como medio prueba el instrumento 769/95 de 15 de
noviembre de 1995, de la Notaría de Fe Pública 42, de Santa Cruz de la Sierra, registrado
bajo el folio real 7.01.1.99.0106354 ante oficinas de DD.RR.
PRECEDENTE:
F.J.III.2."En ese orden, la sentencia constitucional plurinacional citada (SCP 0998/2012),
desarrolló jurisprudencialmente las siguientes sub reglas procesales de activación de amparo
constitucional frente a acciones vinculadas a medidas de hecho, reafirmando algunas que ya
estaban establecidas en nuestra tradición jurisprudencial, como la prescindencia o
flexibilización del principio de subsidiariedad, las que sin embargo, a partir del principio de
comprensión efectiva que manda el Código Procesal Constitucional (CPCo) en su art. 3.8, en
el desarrollo de la argumentación jurídica de las resoluciones constitucionales, se pasan a
sistematizar de la siguiente forma:
a) Flexibilización al principio de subsidiariedad.
Las acciones vinculadas a medidas o vías de hecho, constituyen una excepción a la
aplicación del principio de subsidiariedad, por tanto, el control tutelar de constitucionalidad, a
través de la acción de amparo, puede ser activado frente a estas circunstancias sin
necesidad de agotar previamente otros mecanismos ordinarios de defensa. (SCP
0998/2012, Fundamento Jurídico III.3).
b) Flexibilización de las reglas de legitimación pasiva: Su consecuencia es que para
personas no expresamente demandadas no opera la preclusión en la oportunidad para
presentar la prueba o hacer valer sus derechos
Por regla general para la activación de la acción de amparo constitucional, el accionante
deberá cumplir en primera instancia con la identificación de los particulares o autoridades
demandadas (art. 77.2 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional y el art. 33.2 del
Código de Procedimientos Constitucionales); sin embargo, tratándose de peticiones de tutela
vinculadas con medidas o vías de hecho, la parte accionante deberá cumplir con esta
exigencia; sin embargo, de manera excepcional y siempre y cuando no sea posible, por las
circunstancias particulares del caso, la identificación de las personas demandadas, se
deberán flexibilizar las reglas de la legitimación pasiva. (SCP 0998/2012, Fundamento
Jurídico III.5).
Ahora bien, en ese supuesto (cuando el peticionante de la tutela no haya podido identificar
expresamente a todas los demandados o a los terceros interesados) en resguardo del
[80]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derecho a la defensa de éstos,no se les aplica el principio de preclusión procesal para la
presentación ulterior a la audiencia pública de medios de defensa, por lo mismo, en
cualquier etapa del proceso de amparo, incluso en revisión ante el Tribunal
Constitucional Plurinacional, podrán hacer valer sus derechos, debiendo en estos casos ser
oídos de manera amplia y admitidos sus medios probatorios en cualquier instancia procesal.
SCP 0998/2012, Fundamento Jurídico III.5.
c) Carga de la prueba debe ser cumplida por el peticionante de tutela
c.1) Regla general
La carga probatoria a ser realizada por el peticionante de tutela, debe: i) Acreditar de manera
objetiva la existencia de actos o medidas, asumidas sin causa jurídica, es decir en
prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales establecidos para la definición de
hechos o derechos; y, ii) Estar circunscrita a aspectos que no impliquen la existencia de
hechos controvertidos a ser sustanciados por la jurisdicción ordinaria. (SCP 0998/2012,
Fundamento Jurídico III.4).
c.2) Especificidades de la carga de la prueba en caso de avasallamientos cuando se
denuncia afectación al derecho a la propiedad
Para los supuestos de avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios urbanos
o rurales privados o públicos cuando se denuncie afectación al derecho a la propiedad, es
decir, que constituya una limitación arbitraria a la propiedad, la parte accionante, al margen
de la carga probatoria desarrollada en el inciso c) referido a la regla general, tiene la carga
probatoria específica de acreditar su titularidad o dominialidad del bien en relación al
cual se ejerció vías de hecho, aspecto demostrado con el registro de propiedad en mérito del
cual se genera el derecho de oponibilidad frente a terceros, es decir, no puede exigirse al
peticionante de tutela ninguna otra carga procesal adicional. (SCP 0998/2012, Fundamento
Jurídico III.4.1).
c.3) Especificidades de la carga de la prueba en caso de avasallamientos cuando se
denuncia pérdida o perturbación de la posesión
Para los supuestos de avasallamientos u ocupaciones por vías de hecho de predios urbanos
o rurales privados o públicos cuando se denuncie pérdida o perturbación de la posesión,
la parte accionante, al margen de la carga probatoria desarrollada en el inciso c), referido a
la regla general, tiene la carga probatoria específica de acreditar su posesión legal del
bien en relación al cual se ejerció vías de hecho, a través de una resolución judicial emitida
por autoridad competente, que no esté sometida a controversia judicial” (las negrillas son
propias)."
Precedente: SC 0998/2012
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RATIO DECIDENDI
S.C.P. 0327/2013 - Sucre, 18 de marzo de 2013
F.J.III.3. “El representante del accionante alega que dentro del proceso penal que se siguió
en su contra se le condenó a tres años de reclusión, por lo que en la misma Sentencia fue
beneficiado con la suspensión condicional de la pena, sin embargo, pese haber cumplido y
coadyuvado para que se libre el respectivo mandamiento de libertad, hasta la interposición
de la presente acción no se hizo efectiva la misma, fundamentando la autoridad judicial
demandada, este hecho en que previamente se debe ejecutoriar la Resolución, por ende se
mantiene a su defendido detenido de manera ilegal.
De la jurisprudencia en el Fundamento Jurídico III.2, la cual de acuerdo al Fundamento
Jurídico III.1, es aplicable dado que no se opone a derecho o principio alguno de la actual
Ley Fundamental, y también de la normativa expuesta, se tiene que la finalidad del beneficio
de suspensión condicional de la pena, de ninguna manera puede estar condicionada a la
ejecutoria de la resolución que lo concedió, ya que se desvirtuaría la razón y la naturaleza de
dicho beneficio, que es de evitar a los condenados a los efectos negativos de las penas
privativas de libertad de corta duración, por lo que una vez otorgado el mismo su efecto
inmediato es dejar en suspenso la ejecución de la condena y únicamente se podrá revocar
por la autoridad que la concedió”.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2. “…la SC 0528/2010-R de 12 de julio, señaló que: “El trámite y efectivización del
beneficio de suspensión condicional de la pena establecido en el procedimiento penal,
responde a la naturaleza y finalidad de dicho beneficio, que como un elemento de la nueva
concepción de la política criminal concordante con el sistema penal vigente en el país, busca
reorientar el comportamiento del condenado reinsertándolo en la sociedad, otorgándole
oportunidades de enmienda pero en ejercicio y goce de su libertad, situación que garantiza la
eficacia de la prevención especial de la pena que es la reinserción y el reencauce del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
comportamiento social; este entendimiento es concordante con lo establecido por la
jurisprudencia constitucional que al respecto indica: '…la suspensión condicional de la pena,
al igual que el perdón judicial, constituye un beneficio instituido por el legislador como una
medida de política criminal con similar finalidad a la que persigue el perdón judicial,
encuentra su fundamento en la necesidad de privar de los efectos negativos de las penas
privativas de libertad de corta duración, por ello es un instituto de carácter sustantivo que se
encuentra condicionado al cumplimiento de los requisitos que el legislador ha previsto'”.
El razonamiento indicado supra tiene como precedente la SC 1614/2005-R de 9 de
diciembre, que a momento de resolver cuestionamientos respecto a si se justifica por su
utilidad que el favorecido por beneficio del perdón judicial sea privado de su libertad en tanto
se ejecutoria la condena que le fue impuesta, estableció que: “…no es constitucionalmente
justificable, que el condenado favorecido con perdón judicial deba continuar privado de su
libertad, por haber desaparecido el factor utilidad procesal en el que se justificó desde el
juicio de proporcionalidad, el sacrificio del derecho a la libertad por la eficacia en la
protección de los bienes jurídicos penalmente tutelables que se realiza a través de la defensa
social, que la Constitución le encomienda al Ministerio Público”
PRECEDENTE SC 1614/2005-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
libertad, para el análisis de la problemática planteada, corresponde precisar que el perdón
judicial constituye una medida de política criminal adoptada por el legislador, que encuentra
su fundamento en la necesidad de privar de los efectos negativos de las penas privativas de
libertad de corta duración, cuya concesión es facultad única del juez de la causa, es por ello
que dicho beneficio se concede al autor o partícipe, que por un primer delito sea condenado
a la pena privativa de libertad no mayor de dos años, medida que podrá ser concedida a
tiempo de dictarse la sentencia condenatoria, conforme lo dispone el art. 368 del CPP
vigente”.
Igualmente refiere: “…sobre la posibilidad de que pueda librarse y ejecutarse el mandamiento
de condena, estando en trámite la solicitud de concesión del perdón judicial, la jurisprudencia
de este Tribunal ha establecido que mientras el beneficio sea tramitado, no se puede ejecutar
el mandamiento de condena. Así la SC 1515/2005-R, de 23 de noviembre, realizando una
interpretación sobre la finalidad de este beneficio y su vinculación con la libertad, expresó el
siguiente razonamiento `No obstante que es cierto que el Juez puede negar el perdón judicial
contemplado en el art. 14 del CP, no es menos cierto que atendiendo la naturaleza y finalidad
del perdón judicial, está claro que a una interpretación de la norma aludida conforme a la
Constitución y más propiamente al principio de favorabilidad que nace de los arts. 16.IV y 33
de la CPE, se entiende que mientras el beneficio sea tramitado, no se puede ejecutar el
mandamiento de condena, pues resultaría contrario a la naturaleza del beneficio, el hecho de
tener que encarcelarlo antes de su otorgación”.(...)
PRECEDENTE: SC 0533/2001-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por último, los recurrentes alegan que el Auto de Vista de manera general señala que no
existe incongruencia entre la Sentencia y la acusación; al respecto sobre esta alegación de la
misma forma, este Tribunal ya fundamentó sobre la temática en el apartado III.2 de la
presente Resolución, indicando que el Tribunal de alzada, dando cumplimiento al AS
494/2015-RRC de 17 de julio, fundamentó razonablemente con relación a la supuesta
incongruencia entre la acusación y la Sentencia, por lo que, no corresponde mayor análisis.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, garantizando el Estado el derecho
al debido proceso; estos derechos, considerados como la garantía de un procedimiento
legal en resguardo de los derechos de las personas en el curso de un proceso judicial,
así como el que tiene toda persona de recurrir ante un Juez o Tribunal superior
competente e imparcial, para hacer valer sus pretensiones; son reconocidos por los
instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, en el art. 8 y 11; la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su
art. 8; y, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su art. 14.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hechos mediante la revalorización de la prueba, o por el acusador que, ante la
absolución del imputado plantea que esos hechos demostrados y establecidos en
sentencia, sí se subsumen en alguna conducta prohibida por el Código Penal. En
consecuencia, en estos casos el Tribunal de alzada no tiene necesidad alguna de
valorar prueba (lo que se reitera le está vetado), por cuanto los hechos ya están
establecidos en sentencia y no son objeto de discusión, correspondiéndole únicamente
verificar si el trabajo de subsunción o adecuación del hecho acreditado fue correcta o
no, entonces, de advertir que el juez incurrió en error al adecuar la conducta del
imputado, ya sea por haber establecido la absolución o determinando la condena en
forma indebida, tiene plena facultad para enmendar el mismo, sin necesidad de
anular la Sentencia, puesto que el error se cometió en la operación lógica del juzgador
y no en la valoración de la prueba que dio lugar al establecimiento de los hechos
tenidos como probados; consiguientemente, no es razonable ni legal que se repita
el juicio únicamente para que otro juez realice una correcta subsunción del
hecho.” (sic)
En consecuencia, en el referido Auto Supremo se consideró necesario establecer la
siguiente subregla: “El Tribunal de alzada en observancia del art. 413 ultima parte
del CPP, puede emitir nueva sentencia incluso modificando la situación del imputado
de absuelto a condenado o de condenado a absuelto, siempre y cuando no
proceda a una revalorización de la prueba, menos a la modificación de los
hechos probados en juicio al resultar temas intangibles, dado el principio de
inmediación que rige el proceso penal boliviano; supuestos en los cuales, no está
eximido de dar estricta aplicación del art. 124 del CPP, esto es, fundamentar
suficientemente su determinación, ya sea para la absolución o condena del imputado
y respectiva imposición de la pena.
Consecuentemente, en respeto de los hechos probados en Sentencia y la valoración
establecida en la fundamentación de la prueba, el Tribunal de alzada puede cambiar
la situación del imputado del estado de condenado a absuelto o viceversa, cuando
constate una errónea aplicación de la norma sustantiva o, lo que es lo mismo, una
incorrecta adecuación o concreción de los hechos al marco penal sustantivo; si por
el contrario, observa que el defecto se encuentra en la valoración de la prueba o en
temas relativos a la relación de los hechos, debe disponer juicio de reenvío, con la
finalidad de que el Juez o Tribunal en juicio oral determine la culpabilidad o la
inocencia del acusado, pues en este último supuesto no puede ingresar en una
nueva valoración.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
siendo coincidentes en referir que esa labor le corresponde enteramente al Tribunal
o Juez de Sentencia, así, en el Auto Supremo 74/2008 se señaló: “El recurso de
apelación restringida es el medio legal para impugnar la errónea aplicación o
interpretación de la ley sustantiva o adjetiva, y no resulta ser un medio o recurso
jerárquico para revalorizar la prueba o revisar las cuestiones de hecho que fueron de
conocimiento de los jueces o tribunales inferiores. Que al no existir la doble instancia
el tribunal de alzada está obligado a ajustar su actividad jurisdiccional a anular total
o parcialmente la sentencia ordenando la reposición del juicio, cuando no sea posible
reparar directamente la inobservancia de la ley o su errónea aplicación; esta
posibilidad no puede ser entendida como una facultad que le permita al tribunal de
alzada cambiar diametralmente la parte dispositiva de la sentencia, pues para
realizar dicha actuación el tribunal de apelación tendría que considerar y valorar los
aspectos fácticos o de hecho que fueron presentados ante el tribunal de la causa; esto
significa que no se considera dentro del alcance del artículo 413 última parte del
Código de Procedimiento Penal la posibilidad de que el Tribunal de apelación
cambie directamente la determinación de la condena o absolución del
imputado, porque para ello se requiere imprescindiblemente valorar la
prueba”.
Antes de ingresar al análisis de caso, corresponde señalar que este
Tribunal mantuvo incólume su postura respecto que a los Tribunales de
alzada no les está permitido descender al examen de la prueba y
consiguiente modificación de los hechos, pues está desprovisto de la
inmediación con el que cuentan los tribunales de sentencia con relación a
la prueba desfilada en el juicio oral; igualmente se ha ratificado que, el
cambio de situación jurídica del imputado de absuelto a condenado o
viceversa, cuando esa decisión emerge de la modificación de los hechos en
base a una nueva valoración de la prueba, es inviable, caso en el que
necesariamente debe disponerse la nulidad de la Sentencia y la reposición
del juicio por otro tribunal.
Siguiendo la afirmación anterior, no es menos evidente que este
Tribunal incorporó una sub regla para los supuestos de cambio de
situación jurídica del imputado, en los que sí es posible y obligación del
Tribunal de alzada, en aplicación del art. 413 última parte del CPP,
ingresar al análisis de aspectos relacionados con lasubsunción de la
conducta del imputado, en base a los hechos establecidos en sentencia, se
entiende sin cambiar en absoluto los mismos; es decir, adecuar la
conducta al o los delitos que correspondan y en caso de evidenciar que no
se reúnan los elementos configurativos del tipo penal, disponer la
absolución; y, a contrario sensu, si advierte que el Juez o Tribunal de
Sentencia, al absolver al imputado incurrió en errónea aplicación
de la norma sustantiva en la labor de subsunción; siendo que su conducta
sí se acomoda a un tipo o a varios tipos penales, puede condenar e
imponer la pena que corresponda; estos criterios y sus fundamentos se
encuentran plasmados y explicados en el Auto Supremo 660/2014-RRC de
20 de noviembre, en el que se estableció: “…es conocido que el actual sistema
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesal penal garantiza la no revalorización de prueba, y en consecuencia, el
establecimiento o modificación de los hechos por parte del Tribunal de apelación,
siendo profusa la doctrina legal emitida por este Tribunal y la extinta Corte Suprema
de Justicia al respecto, que mediante reiterados fallos hizo énfasis en la característica
de intangibilidad que tienen los hechos establecidos en sentencia, no siendo
permisible el descenso al examen de los hechos y la prueba, lo que es innegable, por
cuanto el único que tiene la posibilidad de valorar la prueba y a partir de ello
establecer la verdad histórica de los hechos (verdad material), es el Juez o Tribunal de
Sentencia, al gozar de la inmediación que tiene con las partes y la prueba, que le
permite forma un criterio, lo más cercano posible, de lo que pasó en el hecho
investigado, posibilidad del que está desprovisto el Tribunal de alzada.
En efecto, la uniforme doctrina legal emitida por el Tribunal Supremo de Justicia
estableció que, al no tener la facultad el Tribunal de alzada de modificar el hecho o
hechos establecidos en sentencia (principio de intangibilidad), obviamente está
impedido de cualquier posibilidad de, mediante una nueva valoración probatoria y
consiguiente modificación o alteración de los hechos establecidos por el Juez o
Tribunal de Sentencia, cambiar la situación jurídica del imputado, ya sea de absuelto
a condenado o viceversa. Este entendimiento se ha ratificado mediante diferentes
fallos; así, en el Auto Supremo 200/2012-RRC de 24 de agosto, este Tribunal
señaló ‘Es necesario precisar, que el recurso de apelación restringida, constituye un
medio legal para impugnar errores de procedimiento o de aplicación de normas
sustantivas en los que se hubiera incurrido durante la sustanciación del juicio o en la
Sentencia, no siendo el medio idóneo que faculte al Tribunal de alzada, para
revalorizar la prueba o revisar cuestiones de hecho que es de potestad exclusiva de
los Jueces o Tribunales de Sentencia; por ello, si el ad quem, advierte que la
Sentencia no se ajusta a las normas procesales, con relación a la valoración de la
prueba y la falta de fundamentación y motivación, que haya tenido incidencia en la
parte resolutiva, le corresponde anular total o parcialmente la Sentencia, y ordenar la
reposición del juicio por otro Tribunal.
Se vulnera los derechos a la defensa y al debido proceso, reconocidos por el art.
115.II de la CPE, y existe una inadecuada aplicación de los arts. 413 y 414 del CPP,
cuando el Tribunal de alzada, revalorizando la prueba rectifica la Sentencia,
cambiando la situación jurídica del imputado, de absuelto a condenado o viceversa;
decisión que al desconocer los principios de inmediación y contradicción, incurre en
defecto absoluto no susceptible de convalidación’.
Sin embargo, este Tribunal entiende que no siempre la modificación de la
situación jurídica del imputado implica un descenso al examen de la prueba
y a los hechos per se, pues ello no sucede cuando lo que se discute en esencia no
son los hechos establecidos por el juzgador; sino, la adecuación o concreción de esos
hechos al marco penal sustantivo, ya sea por el imputado que sostiene que el hecho
por el que se lo condenó no constituye delito por falta de alguno de sus elementos
(acción, tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad) y que lógicamente no implique
modificación de los hechos mediante la revalorización de la prueba, o por el acusador
que, ante la absolución del imputado plantea que esos hechos demostrados y
establecidos en sentencia, sí se subsumen en alguna conducta prohibida por el
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Código Penal. En consecuencia, en estos casos el Tribunal de alzada no tiene
necesidad alguna de valorar prueba (lo que se reitera le está vetado), por cuanto los
hechos ya están establecidos en sentencia y no son objeto de discusión,
correspondiéndole únicamente verificar si el trabajo de subsunción o adecuación del
hecho acreditado fue correcta o no, entonces, de advertir que el juez incurrió en error
al adecuar la conducta del imputado, ya sea por haber establecido la absolución o
determinando la condena en forma indebida, tiene plena facultad para enmendar el
mismo, sin necesidad de anular la Sentencia, puesto que el error se cometió en la
operación lógica del juzgador y no en la valoración de la prueba que dio lugar al
establecimiento de los hechos tenidos como probados; consiguientemente, no es
razonable ni legal que se repita el juicio únicamente para que otro juez realice una
correcta subsunción del hecho.
En tal sentido, a tiempo de ratificar el concepto rector de que el Tribunal de alzada no
puede cambiar la situación del imputado como consecuencia de la revalorización de la
prueba o de la modificación de los hechos probados en juicio; debe concebirse la
posibilidad en el supuesto de que se advierta y constate que el Juez o Tribunal de
Sentencia, incurrió en errónea aplicación de la norma sustantiva, que el Tribunal de
alzada en estricta aplicación del art. 413 último párrafo del CPP y con base a los
hechos probados y establecidos en Sentencia, en los casos de que éstos no sean
cuestionados en apelación o de serlo se concluya que fue correcta la operación lógica
del juzgador en la valoración probatoria conforme a la sana crítica, pueda resolver en
forma directa a través del pronunciamiento de una nueva sentencia, adecuando
correctamente la conducta del imputado al tipo penal que corresponda, respetando en
su caso la aplicación del principio iura novit curia, ya sea para condenar al imputado
o en su caso, para declarar su absolución, de no poder subsumirse la conducta al o
los tipos penales, por no ser punible penalmente el hecho o porque no reúne todos los
elementos de delito.
En consecuencia, este Tribunal considera necesario establecer la siguiente sub regla:
El Tribunal de alzada en observancia del art. 413 última parte del CPP, puede emitir
nueva sentencia incluso modificando la situación del imputado de absuelto a
condenado o de condenado a absuelto, siempre y cuando no proceda a una
revalorización de la prueba, menos a la modificación de los hechos probados
en juicio al resultar temas intangibles, dado el principio de inmediación que rige
el proceso penal boliviano; supuestos en los cuales, no está eximido de dar estricta
aplicación del art. 124 del CPP, esto es, fundamentar suficientemente su
determinación, ya sea para la absolución o condena del imputado y respectiva
imposición de la pena”.
Concluimos estos razonamientos señalando que, la posibilidad de hacer un nuevo
análisis de la concurrencia o no de los elementos del tipo penal acusado, se extiende
al análisis de todos los elementos de delito (acción, tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad) pues se trata de una valoración eminentemente de derecho que
tampoco puede considerarse revalorización de la prueba, más aún si consideramos
que el último estadio de la fundamentación de una sentencia, precisamente es la
jurídica -ulterior a la fáctica, descriptiva e intelectiva, donde los hechos ya fueron
determinados- en el que debe establecerse si esa conducta establecida como hecho
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
probado, merece reproche penal y consiguientemente la imposición de una pena o
medida de seguridad, lo que despeja cualquier duda y nos permite señalar con
absoluta certeza, que el Tribunal de alzada está plenamente facultado para corregir
una errónea aplicación de la norma sustantiva, lo que de ninguna manera puede
considerarse revalorización de la prueba, pues como se dijo, esta labor siempre es
en función a los hechos establecidos por el Juez o Tribunal de Sentencia.
Ingresando al análisis de la problemática planteada y revisando los argumentos
en que basó su decisión el Tribunal de alzada, evidenciamos que entre sus
fundamentos centrales señaló: “Que, la sentencia apelada, tiene por probado el
hecho (…) que en fecha 18 de diciembre de 2003, el imputado Tito Edwin Santelices
Velásquez, que fungía como Presidente Ejecutivo de MUSEPOL autorizó la emisión
del Cheque No. 16021 por la suma de $us. 70.000, (…) para el pago de una
supuesta regularización impositiva (…) sin que exista una Resolución de Directorio
de MUSEPOL que consienta o permita la emisión del mencionado cheque” (sic);
asimismo, respecto a la participación de los coimputados: “…se probó con relación a
Selman Jorge Ibáñez Vargas, Richard Avila Chambi, Juan Carlos Fajardo Cuevas,
que son o eran funcionarios de MUSEPOL, que realizaron todos los trámites para la
emisión del cheque; es en esa situación que en forma incorrecta el Juez hace una
exposición equivocada de lo que se entiende por dominio del hecho, ya que si bien
existía una orden superior sin embargo, tenían sus funciones establecidas, no
pudiendo considerarse siquiera cómplices, no siendo causa de justificación, que
exista dominio del hecho, por lo que el Juez ha aplicado incorrectamente la ley” (sic);
prosigue su argumentación el Tribunal de alzada señalando que no se encuentra
causa de justificación, por cuanto, tomando en cuenta que la defensa se basó en la
orden que recibieron, los imputados no hicieron una representación; agregando
respecto a la teoría del dominio del hecho: “Por lo que, respecto a estas conductas
acusadas contra los tres imputados, el Juez no ha realizado una adecuada
apreciación de lo que se entiende de la teoría del dominio del hecho, que según la
doctrina expresa en su parte principal la doctrina ha sentado bases para afirmar
que ‘es posible caracterizar al dominio del hecho como la síntesis que consiste en
tener en las manos el curso del acontecer típico’ en la posibilidad fáctica de dirigir
en todo momento la configuración típica. Su inclusión en el dolo es indispensable.
´ (…) Lo que quiere decir es que en la teoría del dominio del hecho no se podría
entender como excluyente de responsabilidad en la participación de un hecho, sino
de los grados de participación a no ser que se aplique las causas de justificación o
eximentes de responsabilidad, lo cual no ha ocurrido en el presente caso, pues si
bien la orden la dio el acusado Tito Edwin Santelices (autor), no menos cierto es
que, los 3 declarados absueltos tienen también participación, tomando en cuenta la
aplicación exacta del Art. 20 del Código Penal, (…) Porque es precisamente en la
misma sentencia (…) que se hubiera probado lo siguiente: (…) con relación a los
imputados Selman Jorge Ibáñez Vargas, Jefe de Contabilidad, Richard Avila
Chambi – Encargado de Presupuestos y Juan Carlos Fajardo Cuevas –Encargado de
Tesorería de MUSEPOL, en el curso del juicio se evidenció que realizaron todos los
trámites para la emisión del cheque No. 16021, sin que ello signifique que éstos solo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hubieran ejecutado, tomando en cuenta la formación profesional y la capacidad para
el cargo” (sic).
De las conclusiones extractadas del Auto de Vista y que fundaron la emisión de una
nueva sentencia declarando también autores a los coimputados por considerar que
en su participación no es posible invocar como eximente de responsabilidad penal,
el hecho de haberse limitado a cumplir una orden superior y que la teoría del
dominio del hecho no se aplica a este caso; se advierte que el Tribunal de alzada no
ingresó en una nueva valoración probatoria, pues a lo largo de sus fundamentos en
todo momento se circunscribió a los hechos establecidos en la Sentencia; se afirma
esto, por cuanto todos los aspectos mencionados en el Auto de Vista, efectivamente
están inmersos en las conclusiones de hechos probados contenidos en la Sentencia,
siendo cuidadoso el Tribunal de alzada en aclarar reiterativamente que su análisis
partió en función a lo establecido por el Juez de Sentencia como hechos probados;
cuestión sobre la que no hay duda alguna, pues lo que estaba en discusión no eran
los hechos; sino, que éstos -a decir de la parte querellante- a contrario de lo
señalado en Sentencia, sí son reprochables penalmente; es decir, el análisis del
Tribunal de alzada debía -y así fue- enmarcarse en establecer si el haber cumplido
una orden es eximente de responsabilidad o no y si es aplicable la teoría del dominio
del hecho en que se basó el Juez, aspectos netamente de derecho sustantivo sobre
los que no había la necesidad de valoración probatoria alguna y menos de la
modificación de los hechos establecidos en Sentencia, lo que como se tiene dicho, no
ocurrió.
En consecuencia, no es evidente que el Tribunal de alzada haya modificado la
situación jurídica del recurrente en base a revalorización de la prueba y
modificación de los hechos, habiéndose respetado el principio de intangibilidad, y si
bien la doctrina legal invocada por el imputado refiere que el cambio de situación
jurídica no ingresa en los supuestos de corrección facultado al Tribunal de alzada;
empero, conforme a doctrina legal inserta en el Auto Supremo 660/2014-RRC, a la
cual se hizo referencia y se desglosó al iniciar este análisis, debe comprenderse que
esa prohibición está limitada a supuestos en los que para el cambio de la situación
jurídica se requiere descender al análisis de la prueba y consiguiente modificación
de los hechos, y no siendo este el caso, se concluye que el Tribunal de alzada no
contradijo la doctrina legal aplicable sentada por este Tribunal.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
diferenciación, respecto a los casos en los que antes de acudir a la jurisdicción constitucional
se debe acudir a la institución respectiva adjuntando la orden judicial expresa que exija la
cancelación de antecedentes policiales, como requisito de cumplimiento al principio de
subsidiariedad; así también dicho fallo constitucional hizo referencia a las circunstancias en
las que no se puede exigir tal formalidad, pudiendo el interesado interponer directamente su
demanda de acción de protección de privacidad; cuando haya existido negativa u omisión en
la cancelación de antecedentes policiales así el entendimiento de la Sentencia Constitucional
Plurinacional citada, de manera clara señala: “De los fallos constitucionales plurinacionales
citados, se llega al siguiente entendimiento: En el caso de antecedentes policiales, en los
que conste denuncia, que no hubiera derivado en el inicio de un proceso penal ni
investigación alguna respecto a la misma, resulta procedente la cancelación de éstos,
sin orden judicial previa alguna, toda vez que se entiende que, la causa no estuvo
sometida a control jurisdiccional alguno, por las razones indicadas; no obstante, en el
supuesto en que, se hubiera dado apertura a la acción penal, extinguiéndose ésta por algún
criterio de oportunidad reglada, aplicada en el marco de los arts. 21 y 22 del CPP, es
necesaria una orden judicial expresa, que establezca aquello, acompañando la Resolución
ejecutoriada pertinente, que hubiere emitido dicha determinación”
Razonamiento que se comparte y que merece ser reiterado a través de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, por cuanto desde el enfoque garantista de la Norma
Suprema, se deben evitar los formalismos excesivos a fin de asegurar la eficacia máxima de
los derechos fundamentales, sin que ello signifique el desconocimiento formal que si bien no
debe ser desmesurado, es necesario dentro del trámite de los procesos judiciales,
administrativos y constitucionales. Bajo esa óptica, tomando como parámetro el asunto que
ahora se dilucida, se concluye que no es exigible la presentación de orden judicial expresa
ante la FELCN, para la cancelación de antecedentes policiales, cuando no se inició proceso
ni investigación alguna contra la persona que lo solicita, porque ello implicaría establecer un
requisito formal que no tiene razón de ser, por el mismo hecho de que no se le abrió causa
penal; pudiendo consecuentemente la misma dirigir directamente su pretensión ante la
institución referida para la solicitud de cancelación de antecedentes policiales y en caso de
contar con su negativa, interponer la acción de protección de privacidad, demostrando la no
existencia de apertura de proceso penal ni investigativo en su contra.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recurso, toda vez que, en primer lugar, no procede contra toda sentencia sino sólo contra
aquellas que el legislador expresamente señala en la Ley; y, en segundo lugar, porque su fin
principal es la unificación de la jurisprudencia nacional y no propiamente la composición del
litigio, es decir, la dilucidación de los hechos objeto del litigio, sino que el Tribunal de
casación ponga correctivos a la diversidad de las interpretaciones del derecho realizadas por
los distintos jueces o tribunales de instancia, así como a las transgresiones en que éstos
puedan incurrir contra la legislación.
De los criterios doctrinales referidos, se infiere que la finalidad sustancial del recurso de
casación es que las normas jurídicas del país sean interpretadas de manera uniforme por el
Tribunal de casación en los casos particulares, creando así la jurisprudencia que se
constituya en la fuente del derecho, para satisfacer el anhelo de goce material del principio
de igualdad y el derecho a la seguridad jurídica”.
Entonces, el recurso de casación se constituye en un medio de impugnación que la ley
concede a las partes, para que el Tribunal Supremo de Justicia, resuelva, en base al derecho
objetivo, una posible contradicción entre el fallo impugnado con otro dictado por la misma
Sala Penal, por otro Tribunal Departamental o por la Sala Penal del Tribunal Supremo de
Justicia.
Ahora bien, en cuanto a la procedencia del recurso de casación en Bolivia, el art. 416 del
CPP, establece que: “El recurso de casación procede para impugnar autos de vista dictados
por las Cortes Superiores de Justicia contrarios a otros precedentes pronunciados por otras
Cortes Superiores o por la Sala Penal de la Corte Suprema.
El precedente contradictorio deberá invocarse por el recurrente a tiempo de interponer
la apelación restringida. Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación
de hecho similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida con
el del precedente, sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso
alcance”.
Por su parte, respecto a los requisitos de admisibilidad el art. 417 del adjetivo penal, dispone:
“El recurso deberá interponerse dentro de los cinco días siguientes a la notificación del Auto
de
Vista impugnado ante la sala que lo dictó, la que remitirá los antecedentes a la Corte
Suprema de Justicia dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes. En el recurso se
señalará la contradicción en términos precisos y como única prueba admisible se
acompañará copia del recurso de apelación restringida en el que se invocó el
precedente. El incumplimiento de estos requisitos determinará su inadmisibilidad”.
Es preciso referir que, con la finalidad de efectivizar los fines y objeto del recurso de
casación, la figura jurídica del precedente contradictorio, fue incluida por el legislador,
concebida como un suceso anterior o pasado que sirve de parámetro para analizar, mediante
analogía, una situación actual revestida de las mismas características que la anterior; es
decir, cuando entre la situación presente y la pasada existan supuestos de hecho que
permitan aplicar los razonamientos pasados al presente.
Esta esencia e importancia del precedente contradictorio en materia de casación penal, a
decir de la SCP 0895/2012 de 22 de agosto, que analizó la constitucionalidad de los arts. 416
y 417 del CPP, se desglosa en cuatro componentes igualmente importantes: i) El
establecimiento y uniformización de la jurisprudencia; ii) La materialización del principio de
igualdad procesal a partir de la aplicación de los mismos razonamientos jurídicos en
situaciones fácticas similares, lo que conlleva la eliminación de la conflictuabilidad procesal y
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por ende coadyuva a la disminución de la carga procesal y la retardación de justicia; iii) A
partir del establecimiento de la jurisprudencia sobre diversos aspectos, se establece
simultáneamente la superioridad del Tribunal Supremo de Justicia como máximo
representante del Órgano Judicial, a cuyos razonamientos, se hallan supeditados los
Tribunales Departamentales de Justicia; y iv) La materialización del principio de celeridad
como elemento del debido proceso, en el entendido que la labor intelectual de los juzgadores
se verá alivianada a partir de la existencia de jurisprudencia uniforme que permita la
resolución de los procesos de manera más ágil.
En este sentido, la precitada Sentencia Constitucional Plurinacional, determinó que: “…el
precedente contradictorio se constituye en el elemento básico para la procedencia del
recurso de casación y que éste cumpla su finalidad dentro del sistema procesal penal, cual
es la de unificar la jurisprudencia, materializando el principio de seguridad jurídica de las
partes en relación al principio de igualdad, en consecuencia, el requisito de invocar el
precedente contradictorio a momento de interponer el recurso de apelación restringida
responde a la finalidad del recurso de casación conforme se señaló precedentemente, sin
que pueda desvirtuarse la misma por quien recurre de casación, pretendiendo que el
Tribunal Supremo de Justicia, prescinda de precedentes contradictorios, e ingrese a analizar
aspectos que no fueron observados por los tribunales o jueces inferiores”.
Razonamiento que llevó a concluir a este Tribunal que: “…la exigencia de invocar el
precedente contradictorio a quien recurre de casación, no se constituye en un ritualismo o
formalismo que impida el acceso a la justicia, por cuanto conforme se desarrolló en los
Fundamentos Jurídicos precedentes, dicho requisito responde a la procedencia y objeto del
recurso de casación, porque define su alcance y objeto, ello implica que de no exigirse la
existencia de precedente contradictorio se estaría desnaturalizando el recurso de casación y
los cuatro elementos que definen su configuración procesal desarrollados en el párrafo
precedente.
Conforme a ello, la apelación restringida se constituye en el recurso procesal previsto y
otorgado por ley a las partes para ejercer a plenitud el derecho a recurrir, constituyéndose el
recurso de casación en un medio que a su vez materializa el principio de impugnación en
cuanto a la inseguridad jurídica que puede causarse a las partes procesales cuando la
interpretación y/o aplicación de la norma contraría a la efectuada en su caso particular,
situación en la cual en efecto procede el recurso de casación siendo necesario citar dicho
precedente por la parte recurrente, a objeto de que el Tribunal Supremo de Justicia efectúe
el contraste y uniforme la jurisprudencia materializando a su vez el principio de igualdad
procesal. De ello deriva además, que la cita del precedente corresponde a la parte procesal
que en conocimiento de otro precedente que resuelve un caso con supuestos fácticos
análogos al suyo, considera que el mismo es contrario a la interpretación o aplicación
normativa realizada en su caso, requisito que coadyuva a su vez a la existencia de un filtro
que impida el uso indiscriminado y hasta abusivo del recurso de casación, sólo con la
intención de dilatar procesos judiciales o evadir la justicia”.
De donde se infiere que, la cita del precedente contradictorio, no puede considerarse como
un requisito de orden netamente formal que, bajo el principio de informalismo procesal y el
principio pro actione, pueda ser omitido en su cumplimiento; sino que en definitiva, se
constituye en un elemento fundamental de la demanda de casación que no solamente
delimita el campo de acción del Tribunal de casación, sino que establece de manera concreta
el ámbito jurídico dentro del cual deberá desenvolverse este nuevo juicio de derecho.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Presidencia del Tribunal de Justicia a horas 9:50 del indicado día, desconociéndose que esta
haya sido admitida o rechazada administrativamente, generando una incertidumbre sobre la
audiencia pública definida con anterioridad, además cabe indicar que la autoridad
demandada, en su informe señaló que no fue él quien suspendió la audiencia sino su similar,
extremo que no es del todo cierto por cuanto el Juez suplente según providencia de la
indicada fecha, tomo conocimiento de la causa a horas 10:15, de donde se desprende, que a
pesar de saber que ese acto debió merecer su atención, el Juez demandado opto por
delegar dicha responsabilidad al suplente, generando una incertidumbre sobre ese acto
público, aspectos que muestran una actitud negligente e irresponsable por la nombrada
autoridad, tomando en cuenta que al tratarse de una audiencia de cesación a la detención
preventiva, fijada con anticipación, correspondía al Juez demandado, prever las
eventualidades que suponían su permiso…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “Al respecto la SCP 0614/2013-L de 8 de julio, al referirse al principio de celeridad y
con relación a las solicitudes de cesación de la detención preventiva impetrada por el
imputado, coincide con el entendimiento desarrollado en la SCP 1102/2012 de 6 de
septiembre, expreso: “La SCP 0110/2012 de 27 de abril, en un amplio entendimiento acerca
de la garantía a un proceso sin dilaciones, señaló: 'La Convención Americana sobre
Derechos Humanos en el art. 8.1, determina que toda persona tiene derecho a ser oída, con
las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial. Asimismo, el art. 14.3.c del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, consagra el derecho de toda persona acusada de un delito a ser juzgada
sin dilaciones indebidas.
‘…pues el juzgador tiene el 'deber' de resolver los casos sometidos a su consideración
de manera diligente, mucho más cuando está de por medio la libertad de las personas;
por lo que el juez, aparte de considerar la seguridad personal del imputado y la
presunción de inocencia, debe tener presente que la libertad es la regla y la detención
es la excepción; de ahí la necesidad de atender con la debida prontitud el beneficio de
cesación de la detención preventiva en los procesos en los que el imputado se
encuentra detenido.
En el entendido que el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas constituye una
garantía, el Tribunal Constitucional Plurinacional considera que una demora
injustificada e irrazonable en la tramitación del proceso penal, implica el
desconocimiento de la garantía del debido proceso y la violación del principio de
celeridad procesal, que puede dar lugar incluso, a la conclusión del proceso cuando los
jueces y tribunales de justicia no dirigen e impulsan su tramitación hacia su conclusión dentro
de un plazo razonable; toda vez que ellos tienen la obligación de dirigir el proceso y concluir
el mismo en tiempo oportuno y conforme a ley…”.
Precedente.- SC 0224/2004-R de 16 de febrero
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CELERIDAD – PLAZO PARA FIJACIÓN DE AUDIENCIA DE CESACIÓN DE DETENCIÓN
PREVENTIVA
S.C.P. 0453/2014 - Sucre, 25 de febrero de 2014
RATIO DECIDENDI
F.J.III.4. De la documentación que informa los antecedentes del expediente se establece que
dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a denuncia de Dionicio Rocha
Arriaga contra Rider Vásquez Torrez por la presunta comisión del delito de violación, el 17 de
septiembre de 2013 -según cargo de recepción-, el accionante solicitó a la Jueza demandada
la cesación a su detención preventiva; y, mediante memorial del mismo día, que no cuenta
con cargo de recepción del indicado juzgado, pidió se fije día y hora de audiencia para la
consideración y resolución de lo solicitado.
De ese contexto, según lo informado por la autoridad demandada y la certificación emitida
por la Secretaria de Sala Plena del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, la
Jueza Tercero de Instrucción en lo Penal, fue declarada en comisión para participar en el
Taller “Especialización en Materia de Género, Derechos Humanos y Violencia (Ley 348)” a
desarrollarse en el departamento de Potosí los días miércoles 18, jueves 19 y viernes 20 de
septiembre de 2013; por lo tanto, difícilmente esa autoridad pudo providenciar el memorial
presentado por el accionante el 17 de ese mes y año, considerando que de acuerdo al art.
132.1 del CPP, tiene el plazo de veinticuatro horas para hacerlo. Consiguientemente, no se
advierte acto u omisión de la Jueza ahora demandada, que implique lesión a los derechos
invocados en la presente acción de defensa. Una vez reincorporada a sus funciones, por
decreto de 23 de igual mes y año, señaló audiencia para el 26 del mismo mes y año, para
considerar y resolver la petición formulada por Rider Vásquez Torrez.
En ese sentido, no se infringió el principio de celeridad procesal; por cuanto, la Jueza
demandada, inmediatamente tomó conocimiento de la solicitud del accionante se pronunció
dentro del plazo de veinticuatro horas, fijando fecha y hora para considerar y resolver la
misma, cumpliendo de este modo con el mandato contenido en el art. 115.II de la CPE…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “En base al indicado marco constitucional y legal, la SCP 0110/2012 de 27 de abril,
sostuvo: “En el entendido que el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas constituye
una garantía, el Tribunal Constitucional Plurinacional considera que una demora injustificada
e irrazonable en la tramitación del proceso penal, implica el desconocimiento de la garantía
del debido proceso y la violación del principio de celeridad procesal, que puede dar lugar
incluso, a la conclusión del proceso cuando los jueces y tribunales de justicia no dirigen e
impulsan su tramitación hacia su conclusión dentro de un plazo razonable…”.
Específicamente y teniendo presente que el pronunciamiento del órgano jurisdiccional ante la
solicitud de señalamiento de audiencia para la consideración y resolución de una petición de
cesación a la detención preventiva, se trata de un decreto de mero trámite; es decir, que no
requiere mayor fundamentación dado que se limita al simple señalamiento de día y hora para
el desarrollo de dicho acto procesal, de acuerdo al art. 132.1 del Código de Procedimiento
Penal (CPP), tendrá que fijarse en el plazo de veinticuatro horas. Así lo entendió la citada
Sentencia Constitucional Plurinacional, al afirmar: “…ante la inexistencia de un plazo
específico determinado por ley para que el juez señale día y hora de audiencia para
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el memorial
de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su
presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de
mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora
o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso
de incumplimiento”.
Precedente.-CP 0110/2012 de 27 de abril.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como
máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad (…)
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el
juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva,
es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el
art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido,
habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse
el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo,
bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento.
Lo anterior, constituye una modulación de la subregla establecida en el inc. b) del
Fundamento Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para
fijar audiencia, el que queda determinado en según lo señalado supra; vale decir, tres
días hábiles.
Precedente.- SCP 0110/2012 de 27 de abril.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
significaría dilación indebida que vulnera el derecho a la libertad, en el entendido que la
variación de la situación jurídica del imputado depende de la ponderación que efectué el
tribunal de apelación de los fundamentos de la medida cautelar, para disponer su revocatoria
o confirmación'.
(…)
En ese contexto, se advierte que el recurso de apelación de medidas cautelares es de
naturaleza sumaria, una vez interpuesto, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas
ante el Tribunal Departamental de Justicia en el término de veinticuatro horas -previa
notificación a las partes con el decreto de remisión de actuados- a efectos de que el tribunal
ad quem, sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia dentro del plazo de los tres
días siguientes de recibidas las actuaciones y por ese mismo diseño procesal la SC
0160/2005-R de 23 de febrero, señaló la necesidad de su agotamiento previamente al
planteamiento de la acción de libertad”.
Por lo que de acuerdo a la jurisprudencia señalada precedentemente se concluye que, de
acuerdo a la naturaleza jurídica de esta acción tutelar, podrá reclamarse a través de ella la
protección al debido proceso, cuando el administrador de justicia haya omitido dar
cumplimiento a los plazos procesales establecidos en el ordenamiento jurídico y en su
defecto, realizar las actuaciones procesales en un plazo razonable, y dicha omisión o
dilación, ocasione lesión directa e inmediata al derecho a la libertad.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se
encuentra privada de libertad.
Este tipo de hábeas corpus, implícito en el art. 125 de la CPE, emerge directamente del art.
89 de la LTC, que establece que, también procede el hábeas corpus cuando se aleguen '…
otras violaciones que tengan relación con la libertad personal en cualquiera de sus formas, y
los hechos fueron conexos con el acto motivante del recurso, por constituir su causa o
finalidad…', e implícitamente fue reconocido por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional,
cuando tuteló los supuestos de demora en la celebración de la audiencia de medidas
cautelares (SSCC 1109/2004-R, 1921/2004-R),o cuando existieron notificaciones ilegales
con las resoluciones de medidas cautelares que lesionan el derecho a la defensa,
concretamente el derecho a recurrir, impidiendo que el tribunal superior revise la resolución
del inferior (SC 826/2004-R)'” .
“De donde se colige que, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional sentada por el
Tribunal Constitucional, el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, se constituye en el
medio idóneo y efectivo en caso de existir vulneración al principio de celeridad respecto a
trámites judiciales o administrativos que se encuentren directamente vinculados con el
derecho a la libertad; es decir, cuando existen dilaciones indebidas que retardan o evitan
resolver la situación jurídica de una persona que se encuentra privada de libertad” (el
resaltado es agregado) (SCP 1135/2012 de 6 de septiembre)…”.
PRECEDENTE SC 0826/2004-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pluralidad de imputados, etc., casos en los que, la jurisprudencia otorgó un plazo adicional que no
puede exceder de tres días, pasado el cual, el trámite se convierte en dilatorio y vulnera el derecho a
la libertad del agraviado’” (las negrillas nos corresponden).
Conforme a lo establecido por la jurisprudencia constitucional, planteado el recurso de apelación
incidental, la autoridad jurisdiccional tiene el deber ineludible de remitir los antecedentes procesales
ante el Tribunal de apelación, dentro de las veinticuatro horas, conforme lo establecidas por el art. 251
del CPP; lo contrario implica, que dicha autoridad incurre en dilación innecesaria lesionando el derecho
a la libertad del apelante.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CELERIDAD EN LA EFECTIVIZACIÓN DEL ARRAIGO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1024/2017-S2
Sucre, 25 de septiembre de 2017
La SCP 1234/2014 de 6 de junio, establece que: “A efectos del análisis de la problemática planteada,
resulta ineludible citar la SC 0226/2005-R de 16 de marzo, que examinando el régimen legal previsto
por el Decreto Suprema (DS) 24423 de 2 de diciembre de 1996, estableció que: '…la Dirección
Nacional de Inspectoría y de Arraigos, organismo operativo de la Subsecretaría de Migración, tiene
como atribución, entre otras, la de llevar y controlar el Registro Nacional de Arraigos y disponer a
nivel nacional la inscripción y el levantamiento de arraigos informados por las Administraciones
Departamentales [art. 20 inc. m]; y, si bien es evidente, que para el efecto debe realizarse el trámite
correspondiente para que la orden de arraigo o desarraigo se encuentre registrada y de ese modo se
pueda obtener una certificación; no es menos cierto, que dicho trámite al estar vinculado al derecho
fundamental de locomoción de la persona, debe concluir en un plazo razonable; con mayor razón, si
se tiene en cuenta, que tratándose del arraigo, la certificación expedida por el responsable de
Migración dando cuenta del registro, representa la evidencia para que la autoridad judicial tenga la
certeza de que la medida que ha impuesto ha sido efectivamente cumplida por el imputado o
procesado…', '(…) si bien la efectivización de una orden de arraigo está sujeta a un trámite previo
regulado por el DS 24423, éste debe ser realizado en el menor tiempo posible, de manera que, una vez
practicado el arraigo en el Registro Nacional, el plazo para expedir el correspondiente certificado de
arraigo no debe exceder de las veinticuatro horas, por depender del mismo la materialización de la
libertad física de la persona interesada'.
Por otra parte, el Manual de Procedimientos y Requisitos Administrativos del Dirección General de
Migración, aprobado con posterioridad al DS 24423 por Resolución Administrativa (RA) 002-2 de 15
de enero de 2002, establece el trámite, el procedimiento, los requisitos necesarios, el valor para
arraigos y desarraigos, determinando el plazo de dos días para el trámite de ambos; término
computable desde el momento de presentación de solicitud hasta la emisión del certificado
correspondiente, trámite que no podrá exceder las veinticuatro horas, establecidas como un plazo
razonable el efecto, por la SC 0226/2005-R, precitada”.
[106]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conoce de la investigación, haya tomado la previsión de requerir del Ministerio Público, la
remisión del cuaderno procesal”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.4. “ Sobre este tema la jurisprudencia constitucional, estableció que los
administradores de justicia respecto a las solicitudes de cesación de la detención preventiva
tienen la obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible o cuando menos dentro de
los plazos razonables, así la SCP 0110/2012 de 27 de abril, estableció que:“…tratándose de
señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe ser
conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el
imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la
realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la
cesación de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las
notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la
libertad…” señalando además la citada Sentencia que el memorial de la solicitud de cesación
de detención preventiva: “…debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al
tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la
libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de
señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo…”.
Precedente.- SCP 0110/2012 de 27 de abril.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Asimismo, la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, agregó que: «…toda autoridad que conozca
de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el
deber de tramitarla con la mayor celeridad posible o cuando menos dentro de los plazos
razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado
derecho…». De igual forma se razono en sentido de que, debe imprimirse celeridad en la
apelación de medidas cautelares:'…por la jurisprudencia constitucional, que a toda solicitud
relativa o vinculada a la libertad de las personas, debe imprimírsele celeridad en su
resolución sea positiva o negativamente para quien la pide, este mismo entendimiento es
aplicable para los recursos de apelación sobre medidas cautelares, así como también para
las de cesación de detención preventiva…', así lo estableció la SSCC 0304/2010-R de 7 de
junio.
Precedente.- SC 0224/2004-R de 16 de febrero.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto este recurso, las actuaciones
pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior del Distrito en el término de
veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación resolver el recurso, sin más trámite y en
audiencia, dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones'.(...)
PRECEDENTE:SC0387/2010-R
[109]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[110]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación
indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal
dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de
incumplimiento”.
Precedente.- SCP 0110/2012 de 27 de abril.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuando no hubiere un término establecido por la ley; al respecto, la SC 0900/2010-R de 10
de agosto, recogiendo el razonamiento de la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, indicó: «…
toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el
derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible,
o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar
una restricción indebida del citado derecho…»
Bajo este razonamiento, el principio de celeridad, constituye uno de los principios que
rige la administración de justicia, por lo tanto, implica que los actos procesales sean
realizados de manera pronta y oportuna, más aun cuando la celeridad esté vinculada
con el derecho a la libertad; por lo que cuando una autoridad, deba resolver, una
solicitud en la que se involucre el derecho a la libertad, debe tramitar la misma, sin
ninguna dilación”
Precedente.- SCP 0024/2012 de 16 de marzo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
precisamente la potestad de impartir justicia según el art. 178.I de la CPE, emana del pueblo
boliviano y se sustenta en la seguridad jurídica, en la celeridad y el respeto a los derechos,
entre otros no menos importantes'.
(…)
Asimismo la jurisprudencia constitucional, ha desarrollado ampliamente sobre la aplicación
del principio de celeridad, señalando al respecto que: '…para resolver y compulsar cualquier
solicitud que se encuentre vinculada con el derecho a la libertad, el juez encargado del
control jurisdiccional o el juez o tribunal del juicio, deberá fijar la audiencia con la prontitud
que el caso aconseja, o en su caso, dadas las circunstancias que puedan presentarse,
dentro de un plazo razonable. En ese contexto, tanto autoridades judiciales, fiscales u otras
autoridades administrativas, deben atender las solicitudes y trámites en los que esté de por
medio el derecho a la libertad, con la mayor celeridad posible, con la finalidad de que la
situación jurídica de las personas, dado el derecho primario que se encuentra amenazado o
restringido, pueda ser definida sin dilaciones indebidas'” (SC 0570/2006-R de 19 de junio).
CELERIDAD EN LA TRAMITACIÓN DE LA SOLICITUD DE CESACIÓN DE DETENCIÓN
PREVENTIVA
S.C.P. 0758/2014 - Sucre, 15 de abril de 2014
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE IMPLICITO
F.J.III.3. “Revisada la documentación cursante en obrados, se constata que la Jueza
demandada suspendió la audiencia de cesación a la detención preventiva en dos
oportunidades, sin que exista un motivo legalmente justificable. Así, la primera suspensión
de la audiencia de 23 de agosto de 2013, se debió a que el Fiscal de Materia no asistió a la
misma pese a su legal notificación, no obstante que, como lo ha establecido la SC
0224/2004-R de 16 de febrero, si el fiscal no se hace presente a la audiencia pese a su
notificación, la misma debe desarrollarse indefectiblemente, pues a su ausencia con respecto
señala que: “…importará su aceptación a la solicitud, más aún si se trata del Ministerio
Público, ya que éste en razón del Principio de Unidad que le caracteriza puede asistir a la
audiencia no siempre a través del Fiscal asignado al caso sino a través de otro, si no lo hace,
implica que renuncia a su derecho a objetar la cesación, por lo mismo, el Juez deberá ser
quien compulse si la parte imputada ha demostrado con suficiente prueba que los elementos
de juicio que fundaron la detención preventiva ya no existen, pues de ser así deberá dar
curso a la cesación, caso contrario deberá negarla”. Dicho entendimiento, ha sido reiterado
por la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, entre muchas otras.
La segunda suspensión de la audiencia se dio el 26 de agosto de 2013, a simple
requerimiento del Fiscal de Materia, quien solicitó además la nulidad de la notificación, sin
tomar en cuenta que, si la diligencia tenía vicios de nulidad, la misma quedó subsanada al
haberse apersonado a la audiencia de forma personal.
Posteriormente, el accionante solicitó nuevamente la cesación de su detención preventiva el
5 de septiembre de 2013, señalándose audiencia para el 17 de septiembre del mismo año,
intermediando entre la solicitud y la fecha de la audiencia, doce días, cuando de acuerdo a
la jurisprudencia constitucional contenida en la SCP 0110/2012 de 27 de abril, “…las
autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva, tienen la
obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible (…) tratándose de señalamientos de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un
término brevísimo, de tres días hábiles como máximo (…) incluidas las notificaciones
pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en
que los jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas
de libertad”.
…se constata que dicha autoridad judicial demandada, lesionó la garantía del debido proceso
y el derecho a la libertad del accionante, por cuanto no actuó con la celeridad exigida en las
solicitudes vinculadas al derecho a la libertad de los imputados, que tienen como efecto la
definición de su situación jurídica. Así, suspendió injustificadamente, por dos veces, las
audiencias, y fijo la nueva audiencia fuera del plazo establecido por la jurisprudencia
constitucional”.
Precedente.- SC 0078/2010-R de 3 de mayo.
[114]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que
siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá
de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la
lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud
de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa
conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que
exige la solicitud (...)».
Precedente.-SC 0224/2004-R de 16 de febrero.
[115]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud'”.
Precedente.- SC 0078/2010-R de 3 de mayo.
[117]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ella el Constituyente boliviano ha dejado expresamente establecido que la libertad es
inviolable y, respetarla y protegerla es un deber primordial del Estado. Atendiendo esta
misma concepción de protección es que creó un recurso exclusivo, extraordinario y
sumarísimo a fin de que el citado derecho goce de especial protección en casos de que se
pretenda lesionarlo o esté siendo lesionado.
Bajo esa premisa fundamental, debe entenderse que toda autoridad que conozca de una
solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de
tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables,
pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no
significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues
esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que
se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de
una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una
compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la
celeridad que exige la solicitud ” (SSCC 0224/2004-R de 16 de febrero y 0465/2010-R de 5
de julio; y, SCP 0009/2015-S3 de 5 de enero).
[118]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
previene el art. 178.I. de la CPE; además, que la jurisprudencia constitucional de este
Tribunal, es de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio al tenor de lo previsto en el
art. 203 de la Norma Suprema."
Precedente: 0570/2006-R, 19 de junio
[119]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
resueltas (SC 0224/2004-R de 16 de febrero) y efectivizadas (SC 0862/2005-R de 27 de julio)
con la mayor celeridad.
Esta línea jurisprudencial si bien fue recogida en innumerables sentencias constitucionales
tanto del Tribunal Constitucional anterior, como del Tribunal Constitucional transitorio, es la
SCP 0112/2012 de 27 de abril, la que sistematiza todas las reglas procesales penales en
medidas cautelares, sobre el tema. Asimismo, a partir del desarrollo del principio de
aplicación directa de la Constitución Política del Estado, las características del nuevo modelo
de Estado que se configura como un Estado Constitucional de Derecho Plurinacional
Comunitario e Intercultural traspasado por la Unidad del Estado y la concepción de las
normas constitucionales-principios, que: “…son la pluralidad de valores, principios, derechos
fundamentales no sólo individuales (liberales y sociales) sino un amplio catálogo de
derechos y garantías, principios y valores plurales y colectivos que la Constitución
representa como un pacto de postulados distintos y hasta veces contradictorios, pero que al
final deben coexistir”
Precedente.- SCP 0112/2012 de 27 de abril.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el mismo en tiempo oportuno y conforme a ley, pues obrar en forma tardía o lenta en contra
de las normas estatuidas no es administrar justicia; por lo que el impulso procesal, entendido
como la acción de llevar adelante el proceso hacia la sentencia definitiva, no es de
responsabilidad exclusiva de las partes litigantes, sino principalmente de los propios órganos
jurisdiccionales, cuyo incumplimiento da lugar a la retardación de justicia, lo cual amerita se
adopten las medidas necesarias encaminadas a evitar la paralización del proceso o su
dilación indebida a través de la ejecución de actuados procesales en plazos demasiados
prolongados, cuando, por ejemplo, no están expresamente normados en nuestra economía
procesal, tal como ocurre en los señalamientos de audiencias para considerar el beneficio de
la cesación de la detención preventiva'”.
Precedente.- SCP 0110/2012.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
legales si están fijados, y en un plazo razonable, si no está establecido por ley. De no ser
así, tal actuación procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en
consecuencia repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola
privación de libertad en que se encuentra, sin que este razonamiento implique que
necesariamente se deba deferir a su petición, sino, se refiere a que sea escuchado
oportunamente a fin de que obtenga una respuesta positiva o negativa”. Al referirse al
principio de celeridad y con relación a los administradores de justicia se determinó: “…el
principio de celeridad procesal, impone a quienes imparten justicia, actuar con
diligencia despachando los asuntos sometidos a su conocimiento, sin dilaciones
indebidas, exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la
libertad personal, aún cuando no exista una norma que establezca un plazo mínimo…”.
Así lo instituyo en la SCP 1103/2012 de 6 de septiembre(…)
El art. 180.I de la CPE, con relación a la celeridad como uno de los principios que rige la
potestad de impartir justicia con celeridad, prontitud y eficacia, así en coherencia con esa
disposición constitucional, los arts. 3.7 y 30.3 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), determina
que la celeridad comprende el ejercicio oportuno y rápido, sin dilaciones en la administración
de justicia”.
F.J.III.4. “El art. 132 inc. 1) del Código de Procedimiento Penal (CPP), establece el Juez o
Tribunal: “Dictará las providencias de mero trámite dentro de las veinticuatro horas de la
presentación de los actos que la motivan”, de lo que se deduce que el señalamiento de día y
hora de audiencia para la consideración de cesación a la detención preventiva impetrada,
debe ser providenciado ineludiblemente dentro de lasveinticuatro horas de su presentación.
Tal como refirió la SCP 1077/2012 de 5 de septiembre, entendimiento que fue citada enla
SCP 0110/2012 de 27 de abril, que: “…las autoridades que conozcan las solicitudes de
cesación de la detención preventiva, tienen la obligación de tramitarlas con la mayor
celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos razonables, mas su aplicabilidad en la
praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los juzgadores, lo cual amerita que la
frase 'plazo razonable', tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para
considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días
hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este
entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis,
consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva,
será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes…”
Precedente.- SCP 1103/2012 de 6 de septiembre; SCP 0110/2012 de 27 de abril
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
consideración dentro del plazo de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del CPP, lo
cual constituye dilación y origina una detención ilegal en su contra.
(...) En consecuencia, conforme se tiene establecido en los Fundamentos Jurídicos III.2 y
III.2.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, con la conducta asumida por la
autoridad demandada, se ha vulnerado uno de los principios básicos sobre los que se
fundamenta la jurisdicción ordinaria plasmado no solo en la Ley Fundamental, sino en la
normativa vigente, como es el principio de celeridad que impone a los operadores de justicia,
el deber jurídico ineludible de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento, sin
dilaciones indebidas, deber que se torna con mayor prioridad cuando de por medio se
encuentra la libertad personal; máxime si existe una norma expresa que señala el plazo que
debe ser observado por las autoridades jurisdiccionales, para remitir las actuaciones
pertinentes, tomando en cuenta además la naturaleza sumaria del recurso de apelación de
medidas cautelares; motivo por el cual, encontrándose dentro del ámbito de protección que
brinda la acción de libertad traslativa o de pronto despacho, corresponde conceder la tutela
impetrada.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2.1. “En ese contexto, se advierte que el recurso de apelación de medidas cautelares
es de naturaleza sumaria, una vez interpuesto, las actuaciones pertinentes deben ser
remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia en el término de veinticuatro horas
-previa notificación a las partes con el decreto de remisión de actuados- a efectos de que el
tribunal ad quem, sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia dentro del plazo de los
tres días siguientes de recibidas las actuaciones y por ese mismo diseño procesal la SC
0160/2005-R de 23 de febrero, señaló la necesidad de su agotamiento previamente al
planteamiento de la acción de libertad”.
Precedente: 044/2010-R, 20 de abril
[123]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se
aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la
demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la
solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud' . En específico y en relación a
la remisión al Tribunal de alzada de la apelación incidental interpuesta contra una Resolución
que impone la medida cautelar de detención preventiva, la SC 0076/2010-R de 3 de mayo,
refirió que: '…el Código de Procedimiento Penal, dentro del sistema de recursos que
dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones que dispongan,
modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un recurso sumario,
pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto
este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior
del Distrito en el término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación
resolver el recurso, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes
de recibidas las actuaciones'. A su vez en la SC 0387/2010-R de 22 de junio y ratificado
por la SC 1181/2011-R de 6 de septiembre, se expresó: '…que a toda solicitud relativa o
vinculada a la libertad de las personas, debe imprimírsele celeridad en su resolución sea
positiva o negativamente para quien la pide, este mismo entendimiento es aplicable para los
recursos de apelación sobre medidas cautelares, así como también para las de cesación de
detención preventiva, las que pueden traducirse en la remisión de los antecedentes ante el
superior en grado, para su resolución, más aún si existe un procedimiento establecido para
ello en el que se fijan plazos para la emisión de la resolución correspondiente, como se
estableció en la SC
0160/2005 de 23 de febrero'.
Es por ello que el anterior Tribunal Constitucional, determinó en la SC 044/2010-R de 20 de
abril, que el hábeas corpus ahora acción traslativa o de pronto despacho: '…se constituye en
el mecanismo procesal idóneo para operar en caso de existir vulneración a la celeridad
cuando esté relacionada a la libertad y devenga de dilaciones indebidas, que retardan o
evitan resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad'.
Finalmente, resulta menester también citar lo dispuesto en la SCP 0286/2012 de 6 de junio,
en la que se concluyó: '…toda resolución que disponga, modifique o rechace una medida
cautelar, es susceptible de apelación; entonces, una vez interpuesto el recurso de apelación
incidental, éste deberá ser tramitado dentro los plazos previstos por la normativa procesal
penal (art. 251 CPP), es decir, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte
Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas. El tribunal ad quem, resolverá sin
más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones,
sin recurso ulterior'”.
[124]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
realizada por una persona que se encuentra privada de libertad en la SC 0224/2004-R de 16
de febrero, reiterada por la SC 0900/2010-R de 10 de agosto, estableció lo siguiente: '…toda
autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la
libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos
dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida
del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la
solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se
aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la
demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la
solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud' .
En específico y en relación a la remisión al Tribunal de alzada de la apelación incidental
interpuesta contra una Resolución que impone la medida cautelar de detención preventiva, la
SC 0076/2010-R de 3 de mayo, refirió que: '…el Código de Procedimiento Penal, dentro del
sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones
que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un
recurso sumario, pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una
vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte
Superior del Distrito en el término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación
resolver el recurso, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes de
recibidas las actuaciones'. A su vez en la SC 0387/2010-R de 22 de junio y ratificado por la
SC 1181/2011-R de 6 de septiembre, se expresó: '…que a toda solicitud relativa o vinculada
a la libertad de las personas, debe imprimírsele celeridad en su resolución sea positiva o
negativamente para quien la pide, este mismo entendimiento es aplicable para los recursos
de apelación sobre medidas cautelares, así como también para las de cesación de detención
preventiva, las que pueden traducirse en la remisión de los antecedentes ante el superior en
grado, para su resolución, más aún si existe un procedimiento establecido para ello en el que
se fijan plazos para la emisión de la resolución correspondiente, como se estableció en la SC
0160/2005 de 23 de febrero'.
Es por ello que el anterior Tribunal Constitucional, determinó en la SC 0044/2010-R de 20 de
abril, que el hábeas corpus ahora acción traslativa o de pronto despacho: '…se constituye en
el mecanismo procesal idóneo para operar en caso de existir vulneración a la celeridad
cuando esté relacionada a la libertad y devenga de dilaciones indebidas, que retardan o
evitan resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad'.
(…)
Finalmente, resulta menester también citar lo dispuesto en la SCP 0286/2012 de 6 de junio,
en la que se concluyó: '…toda resolución que disponga, modifique o rechace una medida
cautelar, es susceptible de apelación; entonces, una vez interpuesto el recurso de apelación
incidental, éste deberá ser tramitado dentro los plazos previstos por la normativa procesal
penal (art. 251 CPP), es decir, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte
Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas. El tribunal ad quem, resolverá sin
más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones,
sin recurso ulterior'”.
[125]
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CELERIDAD QUE DEBE IMPRIMIRSE EN LA REMISIÓN DE LA APELACIÓN
INCIDENTAL AL TRIBUNAL DE ALZADA Y LA ACCIÓN DE LIBERTAD TRASLATIVA O
DE PRONTO DESPACHO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0794/2017-S2
Sucre, 14 de agosto de 2017
En relación a la celeridad que debe imprimirse en la remisión de la apelación incidental al tribunal de
alzada y la acción traslativa o de pronto despacho, la SCP 1866/2012 de 12 de octubre, estableció que:
“El anterior Tribunal Constitucional con relación a la forma de actuar de toda autoridad que tiene
conocimiento de una petición realizada por una persona que se encuentra privada de libertad en la SC
0224/2004-R de 16 de febrero, reiterada por la SC 0900/2010-R de 10 de agosto, estableció lo
siguiente: ‘…toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el
derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando
menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida
del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en
forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso,
dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de
una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa
conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la
solicitud’.
En específico y en relación a la remisión al Tribunal de alzada de la apelación incidental interpuesta
contra una Resolución que impone la medida cautelar de detención preventiva, la SC 0076/2010-R de
3 de mayo, refirió que: ‘…el Código de Procedimiento Penal, dentro del sistema de recursos que
dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones que dispongan, modifiquen o
rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un recurso sumario, pronto y efectivo, dado
que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto este recurso, las actuaciones
pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior del Distrito en el término de veinticuatro horas,
debiendo el tribunal de apelación resolver el recurso, sin más trámite y en audiencia, dentro de los
tres días siguientes de recibidas las actuaciones’. A su vez en la SC 0387/2010-R de 22 de
junio y ratificado por la SC 1181/2011-R de 6 de septiembre, se expresó: ‘…que a toda solicitud
relativa o vinculada a la libertad de las personas, debe imprimírsele celeridad en su resolución sea
positiva o negativamente para quien la pide, este mismo entendimiento es aplicable para los recursos
de apelación sobre medidas cautelares, así como también para las de cesación de detención
preventiva, las que pueden traducirse en la remisión de los antecedentes ante el superior en grado,
para su resolución, más aún si existe un procedimiento establecido para ello en el que se fijan plazos
para la emisión de la resolución correspondiente, como se estableció en la SC 0160/2005 de 23 de
febrero’.
Es por ello que el anterior Tribunal Constitucional, determinó en la SC 0044/2010-R de 20 de
abril, que el hábeas corpus, ahora acción traslativa o de pronto despacho: ‘…se constituye en el
mecanismo procesal idóneo para operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté
relacionada a la libertad y devenga de dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la
situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad’.
(…)
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Finalmente, resulta menester también citar lo dispuesto en la SCP 0286/2012 de 6 de
junio, en la que se concluyó: ‘…toda resolución que disponga, modifique o rechace una medida
cautelar, es susceptible de apelación; entonces, una vez interpuesto el recurso de apelación incidental,
éste deberá ser tramitado dentro los plazos previstos por la normativa procesal penal (art. 251 del
CPP), es decir, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el
termino de veinticuatro horas. El Tribunal ad quem, resolverá sin mas tramite y en audiencia, dentro
de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior’”.
CELERIDAD: SOLICITUD EN LA QUE SE ENCUENTRA INVOLUCRADO EL DERECHO A
LA LIBERTAD FÍSICA, DEBE TRAMITARSE CON LA MAYOR CELERIDAD POSIBLE O
DENTRO DE LOS PLAZOS RAZONABLES
S.C.P. 1990/2013 - Sucre, 4 de noviembre de 2013
RATIO DECIDENDI
F.J.III.5. “…se evidencia que la autoridad demandada no habría tramitado la solicitud de
cesación a la detención preventiva, ya que por decreto de 15 de julio de 2013, al haber
negado su pedido con el argumento de que previamente adjunte prueba, incurrió en un acto
ilegal y dilatorio; toda vez, que para la fijación de una audiencia conforme establece el art.
132 inc. 1) del CPP, el memorial de solicitud debe ser providenciado dentro las veinticuatro
horas de su presentación, de donde se establece que la autoridad accionada asumió una
actitud dilatoria contrario al derecho a la libertad del ahora accionante, pese a que por
memorial de 11 de junio del mismo año, adjuntó pruebas que se constituyen en nuevos
elementos de juicio que precisamente debieron ser analizados en audiencia pública y
ponderados bajo los principios de inmediación y contradicción, garantizando la igualdad de
las partes….
Consiguientemente, se establece que la autoridad demandada al negar la solicitud de
audiencia de cesación a la detención preventiva, actuó contrariamente al ordenamiento
jurídico y a la jurisprudencia constitucional establecida en el Fundamento Jurídico III.3 de la
presente Resolución”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…modulando el entendimiento asumido en el inciso b) del Fundamento Jurídico III.3
de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, citado en el Fundamento Jurídico precedente, señaló
que: '…ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez
señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es
necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente
dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del
CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del
derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto
pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo, bajo sanción
disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento' razonamiento del cual se
infiere que bajo ninguna circunstancia, el juez de la causa que conoce de una solicitud de
cesación de la detención preventiva, podrá abstraerse del señalamiento de fecha y hora de
audiencia de consideración, dentro del plazo de veinticuatro horas conforme ha dispuesto la
jurisprudencia glosada, por tratarse de providencias de mero trámite; de obrar en contrario,
ocasionaría dilaciones procesales innecesarias que afectan el debido proceso y que se
[127]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hallan en directa vinculación con el derecho a la libertad del peticionante, haciéndose pasible
de sanciones disciplinarias, pues resulta contradictorio al orden constitucional que el
administrador de justicia haciendo abstracción de los preceptos legales, consienta de manera
injustificada en derecho el aplazamiento o suspensión en la atención de estas solicitudes,
toda vez que el sustento fáctico de lo peticionado se halla precisamente en la concepción de
la libertad como derecho, valor y garantía constitucional; en consecuencia, el juzgador no
puede actuar ignorando estos…' extremos y exhibiendo un razonamiento subjetivo y por
demás arbitrario”.
PRECEDENTE SC 0078/2010-R de 3 de mayo
[128]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRECEDENTE SCP 0110/2012 de 27 de abril
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Censura de la Pena
Restrictor: Tribunal de mérito en la Sentencia debe referir de manera expresa que
aspectos son considerados como atenuantes y agravantes
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se atribuye; o, c) Demostrar
en su aplicación el transcurso de más de dieciocho meses sin que se haya dictado acusación
o de treinta y seis meses sin sentencia…”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derechos fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el
argumento de existencia de 'sobrecarga procesal' para justificar una negligencia e
incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad. Por otra parte, ante la inexistencia de
un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y hora de audiencia para
considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el
memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al
tratarse de una providencia de mero trámite.
En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación
indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal
dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de
incumplimiento.
Lo anterior, constituye una modulación de la sub regla establecida en el inc. b) del
Fundamento
Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para fijar audiencia,
el que queda determinado en según lo señalado supra; vale decir, tres días hábiles”.
Sobre la celeridad en la tramitación de incidentes en procesos en los que existe detención, la
jurisprudencia constitucional en la SCP 0182/2014 de 30 de enero, mencionando a la SCP
0507/2012 de 9 de julio, señaló: “En ese orden de ideas, la Sentencia Constitucional
Plurinacional citada, expresó: 'Para impartir justicia conforme imponen los mandatos de la
Constitución Política del Estado, las autoridades jurisdiccionales deben cultivar los valores y
principios que son la base del nuevo documento constituyente, el cual contiene una vocación
axiológica, principista y finalista que configura un Estado sustentado en valores y principios
con una convicción progresista en relación a la clásica confección estatal de tipo positivo;
dicho de otro modo, nuestra Carta Fundamental construye el Estado Plurinacional sobre la
base de valores, principios y principios ético morales, que erigen una sociedad respetuosa
de la libertad, la igualdad, la equidad y la justicia, los cuales se encuentran previstos en
muchos de los artículos del texto constitucional, además del Capítulo Segundo del Título
Primero, de la Primera Parte, titulado: <<Principios, Valores y Fines del Estado>>.
En ese contexto, de la lectura del texto constitucional, es posible identificar valores y
principios en los arts. 1, 2, 11, 178, 180, 186, 190, 196 y otros del documento constitutivo del
Estado Plurinacional boliviano; muchos de esos principios son dedicados con exclusividad a
la función de impartir justicia, siendo imprescindibles en la labor jurisdiccional, por lo que se
constituyen en la dogmática constitucional inexcusable en todo acto judicial. Por ello, este
Tribunal afirma que la labor del juez sólo será acomodada a la Constitución Política del
Estado, cuando cada uno de los actos jurisdiccionales sea ejecutado tomando en cuenta los
principios que rigen la función de impartir justicia; a tal efecto, no es suficiente la simple
enunciación de los principios constitucionales rectores de la jurisdicción, pues su aplicación
debe ser verificable por medios de la racionalización y análisis del acto jurisdiccional; de
modo tal, que el usuario del sistema judicial, luego de cumplidos los actos jurisdiccionales,
pueda percibir en los resultados de tal actuación, la vigencia y materialización de los
principios constitucionales que otorgan validez a los eventos judiciales Conforme a lo
afirmado, este Tribunal arriba al siguiente convencimiento: la aplicación del principio de
celeridad, también obliga a las autoridades jurisdiccionales a otorgar pronta respuesta a la
tramitación de incidentes procesales, actuando de forma oportuna de acuerdo a la
necesidad que emerja de la evaluación de la situación particular de cada caso; la prontitud,
[132]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
necesariamente implica actuación antes del cumplimiento del plazo y a la brevedad posible;
así, siendo una situación común que los jueces atiendan varios casos al mismo tiempo,
deberán priorizar la atención de excepciones e incidentes de quienes se encuentren
detenidos preventivamente, por la supresión del derecho a la libertad de que son
objeto, siendo merecedores de que dicha autoridad abrevie los plazos procesales
resolviendo sus peticiones y solicitudes'
Enfatizando nuevamente que si bien el fallo constitucional glosado, se refiere a la atención
célere de las excepciones e incidentes de quienes se encuentren detenidos
preventivamente, resulta lógico que dicho actuar debe ser siempre la regla, en todas las
peticiones que involucren el derecho a la libertad y a la vida, dados los principios que
involucran, postulados por nuestra Norma Suprema” .
[133]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Posteriormente, programó audiencias para la consideración de medidas cautelares para el
14, 16, 19 y 21 de marzo de 2012, las cuales también fueron suspendidas por falta de
notificación a las partes, incluso se fijó una última para el 23 del mismo mes y año, sin
haberse practicado notificación alguna.
La celebración de la audiencia de medidas cautelares, no era de carácter voluntario para la
autoridad judicial demandada, al contrario era emergente de un deber establecido por fallo
dictado por el Tribunal ad quem, que adquirió la calidad de cosa juzgada; además, de un
deber legal (arts. 44 y 122 del CPP) y sobretodo de un deber constitucional al incidir en el
derecho a la libertad (art. 23.I y III de la CPE) y el principio procesal de celeridad que rige a la
jurisdicción ordinaria (180.I de la CPE) y art. 8 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos que resguarda el derecho a ser juzgado en plazo razonable.
La Jueza demandada, no dio cumplimiento a la Resolución de 17 de febrero de 2012, dictada
por el Tribunal ad quem, que dispuso que en el término de setenta y dos horas de recibido el
cuaderno procesal, renueve el acto llevando a cabo la audiencia de aplicación de medidas
cautelares, contrariamente demoró dieciséis días en únicamente señalar audiencias
cautelares, sin que las mismas fueran llevadas a cabo, por falta de notificación de las partes,
incumpliendo de esta forma la orden del Tribunal ad quem por no efectuar el acto procesal en
el plazo ordenado, incurriendo así en dilación indebida en cuanto a la tramitación de las
medidas cautelares, cuando la autoridad judicial demandada conforme se vio en el
Fundamento Jurídico III.3, tiene el deber de tomar las medidas necesarias para impedir que
el hecho dilatorio de suspender la realización de la audiencia de medidas cautelares vuelva a
reiterarse.
En el caso la autoridad demandada no puede escudar su actuación en el hecho de no contar
con el servicio de fotocopiadora, no resulta racional que mientras no se subsane ello, no se
celebre la audiencia de medidas cautelares ya que la suspensión de este acto se dio en seis
oportunidades, superando abundantemente el término de las setenta y dos horas dispuestas
por la Sala Penal primera, siendo que los jueces y tribunales en conocimiento de una causa
penal, tienen la competencia para ejecutar sus decisiones, conforme al art. 44 del CPP, pese
a ello adoptó una posición pasiva, conformándose con sólo señalar audiencias de medidas
cautelares, aunque de manera reiterada, pero sin hacer efectiva la misma, afectando de esta
forma el desarrollo de un debido proceso penal, repercutiendo en una lesión al derecho a la
libertad del accionante.
La inactividad lesionó la tutela judicial efectiva en su elemento efectivización de las
resoluciones judiciales, en el caso directamente vinculado a la celeridad y en definitiva a la
libertad”
PRECEDENTE
F.J.III.2. “Si bien esta Sentencia Constitucional desarrolló las sub reglas referentes a que
debe considerarse un acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva;
pero, razonando que no existe dilación indebida cuando se suspende la audiencia de
medidas cautelares por falta de notificación, debiendo fijarse nueva fecha; sin embargo, este
razonamiento debe precisarse, en el sentido de que la autoridad judicial en el trámite de la
cesación de la detención preventiva, no debe prolongar de forma indefinida la
suspensión de audiencias de medidas cautelares, con el simple justificativo de
[134]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proceder de esa forma, por una falta de notificación a las partes procesales o por una
carencia de medios técnicos que pueden ser suplidos por otros.
Estableciéndose que, cuando una autoridad judicial disponga la realización de un acto
procesal, como la realización de una audiencia de medidas cautelares, no sólo debe disponer
la misma sino también procurar para que se realice en un tiempo prudencial y razonable, ya
que para el cumplimiento de los actos que ordene en el ejercicio de sus funciones puede
disponer las medidas que sean necesarias, tanto al personal que tenga bajo su dependencia
como a las autoridades administrativas que correspondan”.
Contextualización de Línea
La SC 0758/2000-R fue la primera que, basándose en el principio de celeridad procesal
consagrado en el art. 116.X de la CPE abrogada, estableció el deber jurídico de los jueces de
“despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones indebidas, exigencias
que se hace más apremiante a aquellos casos vinculados a la libertad personal” ,
concediendo la tutela, en el caso concreto, por “no haber tramitado en forma inmediata y
oportuna la solicitud de cesación de detención preventiva”; la SC 0248/2002-R, de manera
expresa estableció que la audiencia de cesación de medidas cautelares no puede ser
suspendida por la ausencia de los sujetos procesales; la SC 0078/2010-R sistematizó las
subreglas respecto a qué actos deben ser considerados dilatorios en los trámites de cesación
de la detención preventiva (que fueron complementadas en la SC 0348/2011-R), fijando el
plazo de tres a cinco días como máximo para la fijación de la audiencias; plazo que
posteriormente fue modificado a tres días por la SCP 110/2012.
Entre las subreglas establecidas por la SC 0078/2010-R, se encuentra la establecida en el
inc c)., es decir “Cuando se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos
que no justifican la suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del
representante del Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido
notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia”; añadiéndose posteriormente que,
“…en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del
propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso
deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas”.
Es en este punto que la SCP 247/2012 realiza una modulación al sostener que la autoridad
judicial en el trámite de la cesación de la detención preventiva, no debe prolongar de forma
indefinida la suspensión de audiencias de medidas cautelares con el justificativo de falta de
notificación a las partes procesales.
[135]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
según manifiesta en memorial de acción de libertad y reiterado en audiencia por sus
abogados, no cuenta con los suficientes recursos económicos para hacerla efectiva, motivo
por el cual, el 23 de noviembre de 2012, solicitó su modificación por una fianza personal.
Empero, pese a haberse señalado audiencia en dos oportunidades, ninguna se desarrolló
debido a que la autoridad demandada las suspendió por inconcurrencia, en una primera
oportunidad del fiscal y víctima y en la segunda, por ausencia del Secretario del Juzgado y
del fiscal, esta última que según refiere el Tribunal de garantías no consta en acta.
(…)En el presente caso, la suspensión injustificada del indicado acto procesal, constituye
lesión al derecho a la libertad del accionante, dado que al negarle la oportunidad de
demostrar su estado de pobreza o imposibilidad de cumplir con la fianza económica
impuesta, impidió que de manera pronta obtenga un pronunciamiento sobre su solicitud,
vinculando a su derecho a la libertad, considerando que el mismo se encuentra con
detención preventiva”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…la SCP 0110/2012 de 27 de abril, modificó a tres días, al sostener: “…la frase
'plazo razonable', tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar
este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como
máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo
razonable para la realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del
beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado,
incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la
libertad, en el entendido en que los jueces no pueden obrar contra los derechos
fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el
argumento de existencia de “sobrecarga procesal” para justificar una negligencia e
incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el
juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva,
es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el
art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido,
habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse
el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo,
bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento”
PRECEDENTE SCP 0110/2012
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
respuesta oportuna a las solicitudes de señalamiento de audiencia de modificación de
medidas cautelares, incumpliendo lo determinado por el art. 132 inc.1) del CPP, al decretar
(…) cuatro días más tarde y finalmente, al haber suspendido la audiencia fijada para el 12 de
abril de 2013, con el argumento de que el Fiscal se encontraba impedido de asistir, cuando
en merito a la jurisprudencia constitucional, se ha precisado que la inasistencia del Ministerio
Público a las audiencias de modificación de medidas cautelares o en su caso de cesación a
la detención preventiva, cuando se han cumplido los actos de comunicación respectivos
conforme a ley, no son causal suficiente para determinar la suspensión del acto, situación
que se presenta en la problemática analizada.
En consecuencia, habiéndose establecido que la autoridad jurisdiccional demandada, ha
incurrido en actuaciones dilatorias contrarias al principio de celeridad que lesionando el
debido proceso por el incumplimiento de plazos procesales determinados por el
ordenamiento jurídico y la jurisprudencia constitucional respecto a la atención de solicitudes
vinculadas con el derecho a la libertad, ha ocasionado una retardación injustificada en la
definición de la situación jurídica de la imputada, la Sala Tercera del Tribunal Constitucional
Plurinacional, determina conceder la tutela impetrada”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o
prudencial. Plazo que puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la
particularidad de cada caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas
múltiples que tengan que ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un
determinado acto previo y esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el
juzgado esté de turno, etc. Con la excepción única y exclusiva en los casos que exista
complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del proceso, como los derechos e
intereses comprometidos y relacionados a la petición; situación que deberá ser justificada por
la autoridad judicial competente a momento de señalar la fecha de audiencia, teniendo en
cuenta la razonabilidad.
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la
suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del
Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y
no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el
principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al
querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho
acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la
formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a
la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho
alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas” (resaltado fuera del texto original)”.
PRECEDENTE SC 0078/2010-R de 3 de mayo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 0505/2015-S2 Sucre, 21 de mayo de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La antes citada SCP 2052/2013, respecto a la solicitud de cesación a la detención preventiva
y el señalamiento de audiencia, señalo que: “'…los arts. 22, concordante con los 23.I y 180.I
de la CPE establece que: «La dignidad y la libertad de la persona son inviolables.
Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado', postulado que, a partir de una
interpretación axiológica, sistemática, dogmática y teleológica, efectuada en base al art. 8.II
de la misma Norma Suprema, nos permite concluir que, siendo los valores de libertad y
dignidad, entre otros, el sustento del Estado Plurinacional, cualquier restricción, lesión o
límite a su ejercicio en materia penal, con carácter provisional o cautelar, posee de acuerdo a
los preceptos constitucionales, una naturaleza instrumental que la hace modificable a través
de varios mecanismos intra procesales entre los que se halla la cesación de la detención
preventiva descrita en el art. 239 del Código de Procedimiento Penal (CPP) que establece
los casos en los cuales procede».
«En efecto, si bien es evidente que la normativa legal vigente no prevé un plazo
específico para la sustanciación de la audiencia de consideración de cesación a la
detención preventiva, tratándose de una solicitud en la que se halla involucrado el
derecho a la libertad de una persona '…la autoridad jurisdiccional en observancia de
los valores y principios constitucionales contenidos en el referido art. 8.II de la CPE
con relación al 180.I del mismo cuerpo legal y en aplicación del principio procesal de
celeridad, cuando conozca una solicitud de un privado de libertad, se encuentra
obligado a tramitar la misma dentro del menor tiempo posible y cumpliendo a
cabalidad los plazos establecidos en la norma legal, toda vez que actuar en contrario
implicaría la afectación de los derechos y garantías del imputado» (SCP 0759/2012 de
13 de agosto, entre otras).
(…)
A lo anterior, corresponde referir que, respecto al razonamiento inserto en el inciso b), éste
entendimiento fue modulado por la SCP 0110/2012 de 27 de abril, que señaló: «…ante la
inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y
hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario
establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente
dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc.
1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite.
En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o
dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador
en caso de incumplimiento», estableciendo además que en cuanto al plazo para la
realización de la audiencia, tratándose de un derecho fundamental como lo es la
libertad, debe señalarse en un plazo máximo de tres días a partir de la solicitud,
término que incluirá las notificaciones pertinentes; es decir, la autoridad jurisdiccional
que conozca una solicitud de cesación a la detención preventiva, se encuentra
compelida por ley, para atender la pretensión del impetrante dentro de las siguientes
veinticuatro horas a su recepción debiendo señalar fecha de audiencia dentro de los
tres días siguientes, plazo que incluye las correspondientes notificaciones a las partes
procesales, y en caso de no observarse estas determinaciones, los encargados de
[138]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
impartir justicia serán pasibles de sanciones disciplinarias de acuerdo a lo establecido
en el art. 135 del CPP'”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho
alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas”.
Dicha sentencia fue complementada con la SC 0384/2011-R de 7 de abril, que sostuvo que
también se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva,
cuando:
“d) Interpuesto el recurso de apelación contra la resolución que rechaza la solicitud de
cesación de detención preventiva, los antecedentes de la apelación no son remitidos por el
juez a quo dentro del plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del CPP
-salvo justificación razonable y fundada- ante el tribunal de apelación, o se imprima un
procedimiento o exigencias al margen de la ley”
PRECEDENTE SC 0078/2010-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
violación de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, una vez agotadas las
vías de reclamación en sede administrativa, podrá acudirse a la vía tutelar; empero, de
ninguna manera como una instancia paralela que reemplace a la administrativa y supla su
competencia.
Respecto a la petición de los actos hostiles, se debe aclarar que las denuncias contenidas en
el memorial de demanda, las últimas son de 28 de mayo de 2013, luego de lo cual, Teodocio
Quilca Acarapi retornó a desempeñar sus funciones, a más de ello, no se encuentra en todo
el expediente que con posterioridad a dicha fecha, se hubieran suscitado nuevos hechos que
impidan el ejercicio de los cargos electos y menos el desempeño de las actividades de los
funcionarios públicos. Pese a lo cual, de manera extraña, el 29 de julio de 2013, cuando ya
había retornado el sistema democrático en el ejercicio de la administración pública, el Alcalde
Municipal junto a tres funcionarios del ejecutivo municipal, recién denuncian hechos pasados,
cuando los efectos de los actos reclamados ya habían cesado dos meses antes de la
presentación de la acción de amparo constitucional en revisión.
Consiguientemente, las lesiones denunciadas de ilegales en la presente acción de amparo
constitucional, cesaron mucho antes de su activación, por lo que corresponde aplicar la línea
jurisprudencial glosada precedentemente, denegando la tutela por la causal contenida en el
art. 53.2 el CPCo; al haber cesado los efectos del acto reclamado; por ende, la intervención
de la jurisdicción constitucional y de la tutela solicitada, es innecesaria en razón a los motivos
explicados."
PRECEDENTE
F.J.III.2."A fin de dilucidar adecuadamente la problemática planteada, corresponde en
principio, revisar el mandato contenido en el art. 53.2 del Código Procesal Constitucional
(CPCo), referido a la improcedencia de la acción de amparo constitucional: “…cuando hayan
cesado los efectos del acto reclamado”, lo que equivale a decir, cuando se denuncian actos
ilegales u omisiones indebidas; y éstos cesan con anterioridad a la celebración de la
audiencia del recurso, sin mayor análisis se deberá negar la tutela por la cesación de la
causa que la motivó, dado que ello implica la desaparición del objeto del recurso.
Al respecto, este Tribunal Constitucional, a través de la SC 0998/2003-R de 15 de julio,
estableció que: “(...) la cesación del acto ilegal en el sentido del citado precepto, radica
básicamente en el hecho de que la resolución o acto de la autoridad o particular denunciado
de ilegal, por su voluntad o por mandato de otra autoridad superior, hubiere quedado sin
efecto antes de la notificación con el amparo al que hubiere dado lugar, vale decir, que si
bien se produjo la lesión, ésta se reparó de motu propio del legitimado pasivo”. Línea
jurisprudencial reiterada en la SC 0339/2011-R de 7 de abril.
Complementando la jurisprudencia glosada, la SC 1314/2004-R de 17 de agosto, señaló lo
siguiente: “...para la existencia de cesación de los actos denunciados de ilegales, éstos
deben quedar sin efecto antes de la notificación con el amparo, cabe hacer notar que el
sentido de la norma refleja la necesidad de que esos actos tengan la efectividad que tuvieron
los actos denunciados, de tal forma que restituyan la situación fáctica al estado en que se
encontraba antes de los actos ilegales, haciendo por ello innecesaria la intervención de la
jurisdicción constitucional y de la tutela solicitada; ello importa que siendo actos de motu
propio el legitimado pasivo está obligado a la utilización de todos los medios materiales
[141]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
necesarios a su alcance por si o por otras personas, para informar al interesado de que los
actos agresivos a sus derechos quedaron sin efecto, ya que es su voluntad y acciones para
solucionar el conflicto lo que motiva la improcedencia del recurso, caso contrario, de ser
insuficientes las acciones asumidas para la restitución de los derechos vulnerados sin que se
haya favorecido efectivamente al perjudicado, es también responsabilidad suya, por lo que
en ese caso no opera la causal de improcedencia del recurso”. Siguiendo ese entendimiento,
también se pronunciaron en ese sentido las SSCC 1359/2010-R, 1376/2010-R, 1491/2010-R,
entre otras.
De lo manifestado, se concluye que la protección que brinda la presente acción tutelar no se
activa cuando los efectos de la resolución o acto impugnado hubieren cesado, por lo tanto,
cuando el acto hubiere quedado revocado o anulado, el amparo debe ser denegado; porque
se supone que el acto lesivo de los derechos y garantías de las personas ha desaparecido.
Precedente: 0998/2004-R de 17 de agosto
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Asimismo, la SC 2417/2010-R de 19 de noviembre, la vacación judicial estableció también
este entendimiento: '…la jurisprudencia constitucional, fue uniforme al establecer en
diferentes Sentencias Constitucionales, que las Cortes Superiores suspendan la ejecución de
mandamientos durante el período de duración de la vacación judicial anual, el evitar posibles
violaciones de derechos que podrían acontecer frente a la ausencia de todos los juzgados,
puesto que los litigantes únicamente contarían con los juzgados de turno”'.
PRECEDENTE SC 0141/2001-R de 15 de febrero
[143]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuestionamientos apelados, es decir, hay una ausencia de pronunciamiento a
uno o a varios de los extremos denunciados en la apelación restringida.
[144]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CITRA PETITA O EX SILENTIO - El defecto de incongruencia omisiva
AUTO SUPREMO Nº 144/2017-RRC
Sucre, 22 de febrero de 2017
[145]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De conformidad con el desarrollo jurisprudencial de este Tribunal, se incurre en el defecto de
incongruencia omisiva (citra petita o ex silentio), al no pronunciarse una autoridad
jurisdiccional sobre las denuncias planteadas, vulnerando las disposiciones contenidas en los
arts. 124 y 398 del CPP, temática que fue ampliamente desarrollada por este Tribunal en el
Auto Supremo 297/2012-RRC de 20 de noviembre, refiriendo que: “…sin embargo, debe
exigirse el cumplimiento de los siguientes requisitos para la concurrencia del fallo corto: i)
Que la omisión denunciada se encuentre vinculada a aspectos de carácter jurídico y no a
temas de hecho o argumentos simples; ii) Que las pretensiones ignoradas se hayan
formulado claramente y en el momento procesal oportuno; iii) Que se traten de pretensiones
en sentido propio y no de meras alegaciones que apoyan una pretensión; y, iv) Que la
Resolución emitida no se haya pronunciado sobre problemáticas de derecho, en sus dos
modalidades; la primera que la omisión esté referida a pretensiones jurídicas, y la segunda
cuando del conjunto de los razonamientos contenidos en la Resolución judicial puede
razonablemente deducirse no sólo que la autoridad jurisdiccional ha valorado la pretensión
deducida, sino además los motivos que fundamentan la respuesta tácita.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto, referido
en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y resolver a las
pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente, frustrando con ello
el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho sobre la cuestión
formalmente planteada”.
Asimismo, la citada doctrina fundamentó que: “La incongruencia omisiva quebranta el
principio tantum devolutum quantum apellatum, así lo ha establecido la doctrina legal
aplicable citada en el Auto Supremo 6 de 26 de enero de 2007 invocado como precedente
por la recurrente; aforismo que a decir del tratadista Hugo Alsina, significa que los poderes
del Tribunal de apelación se hallan limitados por la extensión del recurso, por lo cual ‘...sufre
una limitación en los casos en que el recurso se interpone contra una parte determinada de
la sentencia, pues, entonces, el tribunal no puede pronunciarse sino sobre lo que es materia
del mismo’ (Alsina, Hugo. Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial.
Editorial Ediar Soc. Anón. Buenos Aires 1961. Segunda Edición, Tomo IV, Pág. 416)” .
En este orden concluyó que: “Lo anterior significa que el Tribunal de alzada debe dar
respuesta fundamentada a todos y cada uno de los agravios denunciados por el apelante; lo
contrario significaría la vulneración del art. 124 del CPP, que señala que las Sentencias y
Autos interlocutores serán fundamentados; expresarán los motivos de hecho y de derecho en
que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba; así también, la
fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos o la
mención de los requerimientos de las partes; finalmente el art. 398 del CPP textualmente
refiere: `Los tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados
de la resolución´, se entiende con la adecuada motivación en las resoluciones que pronuncie
el Tribunal de alzada”. (Las negrillas son nuestras)
[146]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
COACCIÓN (ART. 294 CP) / Alcance del tipo penal
AUTO SUPREMO Nº 388/2015-RRC-L
Sucre, 27 de julio de 2015
Delitos: Coacción, Extorsión, Robo Agravado y Secuestro
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Al respecto es preciso dejar claramente establecido que
la Coacción no es otra cosa que obligar a una persona a hacer algo que la ley no le
obliga o negarle una cosa que la ley le permite. El bien jurídicamente protegido es la
libertad de obrar o de actuar de la persona de acuerdo a su voluntad; puesto que, la
Coacción es un mecanismo de presión psicológica que altera el comportamiento y la
voluntad de una persona empleando para ello amenazas graves e intimidación. El
sujeto activo puede ser cualquier persona natural y el sujeto pasivo de la misma
forma puede ser cualquier persona, incluso inimputables, en la medida que
mantenga su libertad de actuación; este delito, supone restricción de la libertad
personal del sujeto pasivo, mediante violencia o amenazas, para realizar todo
aquello que la ley no prohíba u obligarle a hacer lo que ella no exige, siendo por ello
un delito de acción.
Descriptor: Coacción (art. 294 CP)
Restrictor: Alcance del tipo penal
[147]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
COMPETENCIA DE ESTE TRIBUNAL PARA RESOLVER CUESTIONES INCIDENTALES
REFERIDAS A LA EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL
AUTO SUPREMO Nº 250/2017
Sucre, 07 abril de 2017
La Sentencia Constitucional 1061/2015-S2 de 26 de octubre, estableció el siguiente
entendimiento: “Pues bien, al estar fijados los entendimientos desarrollados
precedentemente, los fundamentos de la SC 1716/2010-R, no constituyen argumentos
suficientes para determinar que la única autoridad competente para asumir el conocimiento
de los incidentes de extinción de la acción penal, sean las autoridades jurisdiccionales que
emitieron la sentencia de primera instancia, sino que, en virtud a lo establecido por el art. 44
del CPP, Él juez o tribunal que sea competente para conocer de un proceso penal, lo será
también para decidir todas las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su
tramitación, así como para dictar las resoluciones respectivas y ejecutarlas´. En este
sentido, es menester dejar establecido que, la autoridad competente para asumir
el conocimiento y resolver los incidentes de extinción de la acción penal, ya sea
por duración máxima del proceso o por prescripción, es el juez o Tribunal donde
radica la causa principal, así, si el planteamiento de la excepción se da en etapa de
apelación o casación, las decisiones emergentes de las salas penales y del Tribunal Supremo
de Justicia, en virtud los entendimientos plasmados precedentemente, pero
fundamentalmente por la naturaleza de la etapa procesal, no admiten impugnación; en
efecto, lo que se pretende es evitar las exageradas dilaciones que conllevan las peticiones y
envíos de expedientes entre el Tribunal Supremo de Justicia y los tribunales o jueces
conocedores de la causa principal, que a cuya consecuencia, en muchos casos, se han
postergado innecesariamente las decisiones oportunas en cuanto al fondo del proceso se
refiere, muchas veces por las comunicaciones inoportunas de los jueces y tribunales
conocedores de la causa principal, como ocurrió en el caso analizado; asimismo, como se
expresó, la interposición de los incidentes ante las prenombradas autoridades, en la práctica
sirvió para paralizar el pronunciamiento de fondo, ya que inclusive, estando sorteada la
causa, el máximo Tribunal de justicia ordinaria, se vio impedido de emitir la resolución
mientras no esté resuelta la excepción ante el Juez de instancia, lo que sin duda constituye
una clara vulneración de los derechos a ser juzgado dentro de un plazo razonable, de acceso
a la justicia y una afrenta a la vigencia del principio de celeridad y también de concentración
de actos. En este sentido, cuando el justiciable decida plantear extinción de la
acción penal por duración máxima del proceso, deberá formularlo ante el Juez o
Tribunal que conoce la causa principal; sin embargo, también es imperioso aclarar
que, si el incidente fuere suscitado ante el Juez de Instrucción en lo Penal o, ante
los Tribunales o Jueces de Sentencia Penal, sus decisiones efectivamente son
impugnables, ya que la naturaleza de la etapa procesal así lo permite. El presente
entendimiento implica la reconducción de la línea jurisprudencial establecida en la
SC 1716/2010-R a los entendimientos asumidos en la SC `0245/2006´, que
emergió de los razonamientos establecidos en las SSCC `0101/2004, 1868/2004-
R, 0036/2005, 0105-R, 1365/2005-R´y AC 0079/2004-ECA.”
En el caso presente, se evidencia que como emergencia de la Sentencia Constitucional
0274/2016-S2 de 23 de marzo, se dejó sin efecto el Auto Supremo 148/2014 de 10 de junio y
su complementario 148-A de 25 de junio y se dispuso que este Tribunal se pronuncie de
manera previa sobre el incidente de Excepción de Extinción de la Acción Penal por
[148]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Prescripción planteada por el imputado, por lo que en cumplimiento a esa resolución se emite
la presente a efectos de resolver la excepción opuesta.
[149]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: El planteamiento precedente, conlleva a analizar los
argumentos del Auto de Vista impugnado a efectos de determinar si lo resuelto por
el Tribunal de alzada se encuentra adecuada a derecho; en ese sentido, el Auto de
Vista impugnado 62/2014 de 21 de noviembre, dispuso reponer actuados procesales
hasta la resolución de 27 de enero de 2012, a efectos de que el Tribunal de
Sentencia emita nueva resolución con la motivación y fundamentación conforme al
art. 124 del CPP, de acuerdo a la línea jurisprudencia! sentada por el Tribunal
Constitucional y el Auto Supremo 320/2014-RRC de 15 de julio. El justificativo del
Tribunal de alzada para esta decisión, yace en el argumento de que el Auto de
explicación, complementación y enmienda de 27 de enero de 2012 de fs. 359 a 360,
no responde a los argumentos solicitados por el imputado, siendo incompleta y
vulneratoria al debido proceso, correspondiendo previamente enmendar el error
antes de ingresar al análisis de los aspectos cuestionados en la apelación
restringida; al respecto, abstrayendo analizar si efectivamente el contenido del Auto
de 27 de enero de 2012 se encuentra o no fundamentado y motivado, sin desconocer
el derecho de los sujetos procesales que conlleva el art. 125 del CPP, al reconocer a
las partes la facultad de solicitar la explicación, complementación y enmienda de las
resoluciones judiciales, tanto de las Sentencias como de Autos Interlocutorios,
respecto a los fundamentos de fallo, sin que con ello se pretenda la modificación del
fondo de la Resolución por su naturaleza altamente restrictiva, y de merecer la
respuesta pertinente en la forma legal, que como se advierte fue respondida por el
ad quo; extraña la reiterada reticencia de la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, que nuevamente por tercera vez, incurre en
actitud negativa de dar cumplimiento a las decisiones que emanan de este máximo
Tribunal a partir del Auto Supremo 324/2012 de 12 de diciembre, que dejó sin
efecto el Auto de Vista 37 /2012 de 20 de junio, con el argumento de haber
incurrido en falta de fundamentación y motivación, respecto de todos los motivos del
recurso de apelación restringida y la constatación del pronunciamiento del Auto
complementario con la concurrencia de un solo de los integrantes del Tribunal de
apelación, ordenando a la Sala Penal que dictó la Resolución de apelación dejada sin
efecto, emita nuevo Auto de Vista corrigiendo los errores advertidos, por contravenir
la doctrina legal glosada en esa oportunidad; de igual manera, en cuanto al Auto
Supremo 320/2014 de 15 de julio, por contener expresiones genéricas volviendo a
incurrir en respuestas y argumentos genéricos, que evidencian la falta de
fundamentación en la respuesta al recurso de apelación restringida, inobservando la
doctrina legal que fue desglosada y en particular la establecida en el Auto Supremo
324/2012-RRC, respecto al deber de fundamentación de toda resolución, en virtud a
que las expresiones genéricas asumidas en la Resolución impugnada, no reflejan de
modo alguno el ejercicio de control sobre la logicidad de los razonamientos
plasmados en la Sentencia; asimismo, se dejó establecido que de acuerdo a la norma
establecida en el art. 420 del CPP, la doctrina legal asumida por este máximo
Tribunal tiene el carácter de obligatorio para los Jueces y Tribunales inferiores, que
observando estos fundamentos se emita nueva resolución o Auto de Vista en forma
inmediata. En el caso presente, la determinación del Tribunal de alzada desoye
reiteradamente el mandato que deviene del Auto Supremo 320 /2014 de 15 de julio,
[150]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que bajo el argumento vano e insustancial de una supuesta falta de fundamentación
y motivación en el mencionado Auto de explicación, complementación y enmienda a
la Sentencia, se desbanda sin ningún respaldo normativo o jurisprudencia!, como
falsamente pretendió sustentar, de lo establecido en la normativa prevista en los
arts. 398 inc. 3), 413 y 414 del CPP teniendo presente que su obligación se
encuentra constreñida a circunscribir sus actos jurisdiccionales a los puntos
apelados que en definitiva delimitan su competencia de acuerdo a los previsto por
los arts. 398 y 413 del CPP, sin apartarse del contexto legal y de los puntos
impugnados, realizando un análisis pormenorizado para desestimar o asimilar los
cuestionamientos realizados por las partes, y en este caso de acuerdo a los
parámetros establecidos en el Auto Supremo 320/2014, por ello que resulta
inaceptable, la forma de resolución - previa- asumida por el Tribunal de alzada, que
en desproporción de sus actos decidió de manera fútil "REPONER ACTUADOS
PROCESALES", con absoluto desconocimiento de sus facultades procedimentales y
generando el consiguiente perjuicio a las partes, sin considerar que de por medio
existen intereses que concernientes a la minoridad, incurriendo de esta forma en
defectos absolutos que violan derechos y garantías previsto en el art. 169 inc. 3) del
CPP, debiendo en consecuencia el Tribunal de alzada dictar nueva resolución,
respondiendo de manera fundada, clara y precisa el recurso de apelación
restringida, cumpliendo con la Doctrina Legal aplicable esbozada anteriormente por
el AS 320/2014-RRC de 15 de julio, para que las omisiones observadas sean
subsanadas.
Descriptor: Competencia del Tribunal de alzada
Restrictor: Solo puede pronunciarse en una de las formas del art. 413 del CPP / No
se pude disponer “reponer actuados procesales”
[151]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
se radique la causa en el Juzgado o Tribunal al que se derivó la misma, el Juzgado remitente sigue
teniendo competencia para resolver solicitudes de cesación o modificación de medidas cautelares.
CÓMPUTO DE LA PRESCRIPCIÓN
AUTO SUPREMO Nº 309/2017
Sucre, 02 de mayo de 2017
El art. 29 del CPP determina los plazos para la prescripción de la acción penal, atendiendo al
máximo legal de la pena privativa de libertad (presidio o reclusión) prevista para los distintos
tipos penales establecidos en el Código Penal. Los términos señalados en esa norma, de
acuerdo al art. 30 del CPP, empiezan a correr desde la media noche del día en que se
cometió el delito o en que cesó su consumación, y pueden interrumpirse por la declaratoria
de rebeldía del imputado, como se analizará posteriormente, y suspenderse en los siguientes
casos previstos en el art. 32 del CPP:
1. Cuando se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el periodo
de prueba correspondiente.
2. Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones prejudiciales
planteadas.
3. Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la conformidad de un
gobierno extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y,
4. En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio regular
de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese estado.
Ahora bien, de acuerdo a nuestra norma procesal, sólo esas causales suspenden la
prescripción; en consecuencia, fuera de ellas, la prescripción continúa corriendo,
independientemente de que se hubiera iniciado o no la acción penal correspondiente, lo que
sin duda marca una clara diferencia con la anterior normativa sobre el particular, que en el
art. 102 del Código Penal (CP) establecía que la prescripción se interrumpía con el inicio de la
instrucción penal y se la computaba nuevamente desde la última actuación que ésta
registrara.
Efectivamente, el anterior sistema procesal, permitía la prolongación indefinida de los
procesos y el sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio Público y/o del
querellante, quienes, de manera arbitraria, podían hacer abandono del proceso penal y
reactivarlo después de mucho tiempo, sólo con la finalidad de evitar la prescripción, lo que
determinaba la constante zozobra del imputado y la vulneración de sus derechos y garantías,
fundamentalmente del derecho a la seguridad jurídica.
El nuevo Código de Procedimiento Penal, conforme se tiene dicho, cambia radicalmente el
sistema anterior, puesto que no establece entre sus causales de interrupción o prescripción
de la acción penal, el inicio de la acción penal; consecuentemente, es posible interponer esta
excepción en cualquier momento del proceso, conforme ha quedado establecido en la
jurisprudencia del Tribunal contenida en la SC 1510/2002-R, de 9 de diciembre, que de
manera expresa determinó que la denuncia no constituye causal de interrupción o suspensión
de la prescripción al no estar contemplada en los arts. 29 y 31 CPP. Entendimiento que fue
reiterado en la SC 0187/2004-R, de 9 de febrero, en la que se determinó que `…para la
interrupción o suspensión de la prescripción, necesariamente tienen que presentarse uno de
los supuestos descritos, entre los que no se encuentra el inicio de la acción penal, debiendo
contarse el plazo desde el día en que supuestamente se consumó el delito, sin
interrupción.`. En similar sentido se ha pronunciado la SC 0101/2006-R, de 25 de enero”.
[152]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Más adelante, al referirse a la otra excepción expresó: “La jurisprudencia del Tribunal
Constitucional contenida en la SC 101/2004, sobre el derecho a la conclusión de los
procesos en un plazo razonable, ha establecido la siguiente doctrina constitucional:
`…Si bien nuestra Constitución no establece de manera expresa el derecho fundamental del
imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo razonable, de manera
implícita lo consagra al proclamar en forma genérica que la `celeridad´ es una de las `…
condiciones esenciales de la administración de justicia´, entendimiento que se extrae del
contenido del art. 116.X Constitucional. Nos parece que una interpretación en sentido
contrario sólo podría tener sustento si se aceptara que tal proclamación carece de significado,
lo que no es posible tratándose de una norma jurídica, y aún más, de la norma fundamental
del país, siempre cargada de significado y fines”.
'A su vez, la normativa internacional sobre derechos humanos (los Pactos), que según la
doctrina de este Tribunal integran el bloque de Constitucionalidad y por tanto tienen rango
constitucional (Así SSCC 1494/2003-R, 1662/2003-R, 69/2004, entre otras), de manera
expresa reconocen tal derecho, conforme a lo siguiente:
'1) Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8.1) 'Toda persona tiene derecho a
ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un Tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por ley, en la
sustanciación de cualquier acusación formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter'.
'2) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 14.3) 'Durante el proceso, toda
persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías
mínimas: c. A ser juzgada sin dilaciones indebidas' .
'De lo anterior se extrae que la finalidad que persigue el legislador constituyente
boliviano al introducir, en concordancia con los preceptos internacionales
aludidos, el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable, es que el
imputado pueda definir su situación ante la ley y la sociedad dentro del tiempo
más corto posible, desde un punto de vista razonable; poniendo fin a la situación
de incertidumbre que genera todo juicio, y la amenaza siempre latente a su
libertad que todo proceso penal representa. Con esto se persigue evitar que la dilación
indebida del proceso, por omisión o la falta de la diligencia debida de los órganos
competentes del sistema penal, pueda acarrear al procesado lesión a otros derechos, entre
ellos, el de la dignidad y la seguridad jurídica, que resulten irreparables'.
'[…] en el sentido de la Constitución, se vulnera el derecho a la celeridad procesal y, dentro
de ello, a la conclusión del proceso en un plazo razonable, cuando los órganos competentes
de la justicia penal del Estado omiten desplegar, injustificadamente, la actividad procesal
dentro de los términos que el ordenamiento jurídico establece; por tanto, en sentido del
orden constitucional, no habrá lesión a este derecho, si la dilación del proceso, en términos
objetivos y verificables, es atribuible al imputado o procesado. Un entendimiento distinto no
guardaría compatibilidad ni coherencia con las exigencias de seguridad jurídica que la
Constitución proclama [art. 7 inc. a)] así como el deber del Estado de proteger de manera
eficaz, toda lesión o puesta en peligro concreto, de los bienes jurídicos protegidos por el
orden penal boliviano´. (las negrillas son nuestras).
Conforme a lo anotado, el fundamento de la extinción de la acción penal por duración
máxima del proceso, prevista en el art. 133 del CPP se encuentra en el derecho del
imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo razonable, derecho
que implica, como señala la jurisprudencia glosada, que el imputado pueda definir su
[153]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
situación jurídica dentro del tiempo más corto posible, desde un punto de vista razonable;
poniendo fin a la situación de incertidumbre que genera todo juicio.
Ante la infracción a ese derecho, por sobrepasar el proceso penal el término razonable, que
en muchas legislaciones -como la nuestra- está previsto en la norma procesal penal, se
impone, entonces, la extinción de la acción penal ante la omisión o falta de diligencia de los
órganos competentes del sistema penal”.
Debe agregarse que el art. 314 del CPP, establece que las excepciones se tramitarán por la
vía incidental por una sola vez, estableciendo como carga procesal para quien las oponga a
ofrecer prueba idónea y pertinente, lo que implica que no será suficiente el planteamiento de
la excepción, sino el ofrecimiento de prueba destinada a acreditar los argumentos o
fundamentos en los que se base la pretensión, se entiende encaminada a demostrar que la
excepción resulta fundada.
CÓMPUTO DE LA PRESCRIPCIÓN
AUTO SUPREMO Nº 593/2017
Sucre, 14 de agosto de 2017
El art. 29 del CPP determina los plazos para la prescripción de la acción penal, atendiendo al
máximo legal de la pena privativa de libertad (presidio o reclusión) prevista para los distintos
tipos penales establecidos en el Código Penal. Los términos señalados en esa norma, de
acuerdo al art. 30 del CPP, empiezan a correr desde la media noche del día en que se
cometió el delito o en que cesó su consumación, y pueden interrumpirse por la declaratoria
de rebeldía del imputado, como se analizará posteriormente, y suspenderse en los siguientes
casos previstos en el art. 32 del CPP:
1. Cuando se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el periodo
de prueba correspondiente.
2. Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones prejudiciales
planteadas.
3. Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la conformidad de un
gobierno extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y,
4. En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio regular
de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese estado.
Ahora bien, de acuerdo a nuestra norma procesal, sólo esas causales suspenden la
prescripción; en consecuencia, fuera de ellas, la prescripción continúa corriendo,
independientemente de que se hubiera iniciado o no la acción penal correspondiente, lo que
sin duda marca una clara diferencia con la anterior normativa sobre el particular, que en el
art. 102 del Código Penal (CP) establecía que la prescripción se interrumpía con el inicio de la
instrucción penal y se la computaba nuevamente desde la última actuación que ésta
registrara.
Efectivamente, el anterior sistema procesal, permitía la prolongación indefinida de los
procesos y el sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio Público y/o del
querellante, quienes, de manera arbitraria, podían hacer abandono del proceso penal y
reactivarlo después de mucho tiempo, sólo con la finalidad de evitar la prescripción, lo que
determinaba la constante zozobra del imputado y la vulneración de sus derechos y garantías,
fundamentalmente del derecho a la seguridad jurídica.
El nuevo Código de Procedimiento Penal, conforme se tiene dicho, cambia radicalmente el
sistema anterior, puesto que no establece entre sus causales de interrupción o prescripción
de la acción penal, el inicio de la acción penal; consecuentemente, es posible interponer esta
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
excepción en cualquier momento del proceso, conforme ha quedado establecido en la
jurisprudencia del Tribunal contenida en la SC 1510/2002-R, de 9 de diciembre, que de
manera expresa determinó que la denuncia no constituye causal de interrupción o suspensión
de la prescripción al no estar contemplada en los arts. 29 y 31 CPP. Entendimiento que fue
reiterado en la SC 0187/2004-R, de 9 de febrero, en la que se determinó que `…para la
interrupción o suspensión de la prescripción, necesariamente tienen que presentarse uno de
los supuestos descritos, entre los que no se encuentra el inicio de la acción penal, debiendo
contarse el plazo desde el día en que supuestamente se consumó el delito, sin
interrupción.`. En similar sentido se ha pronunciado la SC 0101/2006-R, de 25 de enero”.
Más adelante, al referirse a la otra excepción expresó: “La jurisprudencia del Tribunal
Constitucional contenida en la SC 101/2004, sobre el derecho a la conclusión de los
procesos en un plazo razonable, ha establecido la siguiente doctrina constitucional:
`…Si bien nuestra Constitución no establece de manera expresa el derecho fundamental del
imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo razonable, de manera
implícita lo consagra al proclamar en forma genérica que la `celeridad´ es una de las `…
condiciones esenciales de la administración de justicia´, entendimiento que se extrae del
contenido del art. 116.X Constitucional. Nos parece que una interpretación en sentido
contrario sólo podría tener sustento si se aceptara que tal proclamación carece de significado,
lo que no es posible tratándose de una norma jurídica, y aún más, de la norma fundamental
del país, siempre cargada de significado y fines”.
'A su vez, la normativa internacional sobre derechos humanos (los Pactos), que según la
doctrina de este Tribunal integran el bloque de Constitucionalidad y por tanto tienen rango
constitucional (Así SSCC 1494/2003-R, 1662/2003-R, 69/2004, entre otras), de manera
expresa reconocen tal derecho, conforme a lo siguiente:
'1) Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8.1) 'Toda persona tiene derecho a
ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por ley, en la
sustanciación de cualquier acusación formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter'.
'2) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 14.3) 'Durante el proceso, toda
persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías
mínimas: c. A ser juzgada sin dilaciones indebidas' .
'De lo anterior se extrae que la finalidad que persigue el legislador constituyente
boliviano al introducir, en concordancia con los preceptos internacionales
aludidos, el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable, es que el
imputado pueda definir su situación ante la ley y la sociedad dentro del tiempo
más corto posible, desde un punto de vista razonable; poniendo fin a la situación
de incertidumbre que genera todo juicio, y la amenaza siempre latente a su
libertad que todo proceso penal representa. Con esto se persigue evitar que la dilación
indebida del proceso, por omisión o la falta de la diligencia debida de los órganos
competentes del sistema penal, pueda acarrear al procesado lesión a otros derechos, entre
ellos, el de la dignidad y la seguridad jurídica, que resulten irreparables'.
'[…] en el sentido de la Constitución, se vulnera el derecho a la celeridad procesal y, dentro
de ello, a la conclusión del proceso en un plazo razonable, cuando los órganos competentes
de la justicia penal del Estado omiten desplegar, injustificadamente, la actividad procesal
dentro de los términos que el ordenamiento jurídico establece; por tanto, en sentido del
orden constitucional, no habrá lesión a este derecho, si la dilación del proceso, en términos
[155]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
objetivos y verificables, es atribuible al imputado o procesado. Un entendimiento distinto no
guardaría compatibilidad ni coherencia con las exigencias de seguridad jurídica que la
Constitución proclama [art. 7 inc. a)] así como el deber del Estado de proteger de manera
eficaz, toda lesión o puesta en peligro concreto, de los bienes jurídicos protegidos por el
orden penal boliviano´. (las negrillas son nuestras).
Conforme a lo anotado, el fundamento de la extinción de la acción penal por duración
máxima del proceso, prevista en el art. 133 del CPP se encuentra en el derecho del
imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo razonable, derecho
que implica, como señala la jurisprudencia glosada, que el imputado pueda definir su
situación jurídica dentro del tiempo más corto posible, desde un punto de vista razonable;
poniendo fin a la situación de incertidumbre que genera todo juicio.
Ante la infracción a ese derecho, por sobrepasar el proceso penal el término razonable, que
en muchas legislaciones -como la nuestra- está previsto en la norma procesal penal, se
impone, entonces, la extinción de la acción penal ante la omisión o falta de diligencia de los
órganos competentes del sistema penal”.
Debe agregarse que el art. 314 del CPP, establece que las excepciones se tramitarán por la
vía incidental por una sola vez, estableciendo como carga procesal para quien las oponga a
ofrecer prueba idónea y pertinente, lo que implica que no será suficiente el planteamiento de
la excepción, sino el ofrecimiento de prueba destinada a acreditar los argumentos o
fundamentos en los que se base la pretensión, se entiende encaminada a demostrar que la
excepción resulta fundada.
[156]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la Sentencia, y no como se afirma en el Auto de Vista impugnado, el 21 de febrero
de 2014, pues esa fecha corresponde a las notificaciones practicadas a las partes
con la lectura de la Sentencia (fs. 147).
Descriptor: Computo del plazo para apelación restringida
Restrictor: corre desde la notificación con la sentencia completa.
[157]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
accionante: a) Las autoridades demandadas, realizan una persecución ilegal e indebida en contra
del accionante, puesto que al haberse promovido una recusación, hasta que la misma sea resuelta, no
podrían desarrollar ningún acto procesal, más aún cuando la petición de recusación fue presentada
antes de la audiencia para la que fue citado el accionante; y, b) La supuesta ilegal citación que
expresamente consigna la advertencia de librarse aprehensión contra su mandante en caso de
incumplimiento, fue emitida en Sucre, para ser cumplida y efectivizada en la misma ciudad, lugar
donde -en criterio del accionante-, no existe el control jurisdiccional del Juez Quinto de Instrucción en
lo Penal, autoridad jurisdiccional que por su competencia en razón al territorio, no podría ejercer
funciones jurisdiccionales en un Distrito Judicial diferente, existiendo por tanto, una restricción
absoluta de acceso a la justicia y a la defensa, puesto que en la presente problemática, el control
jurisdiccional lo ejerce una autoridad con jurisdicción territorial en La Paz.
En mérito a lo expuesto, corresponde analizar si los actos denunciados como lesivos a los derechos
del accionante, pueden ser tutelados a través de la acción de libertad, tarea que será desarrollada
infra.
(…) La acción de libertad. Su contenido esencial
En primera instancia, no podría abordarse la presente problemática sin analizar con carácter previo
la naturaleza jurídica de la acción de libertad, en tal sentido, a la luz del sistema interamericano de
protección de derechos humanos, cuya normativa, decisiones, opiniones consultivas u otros
lineamientos son vinculantes para el Estado Plurinacional de Bolivia -tal como lo entendió la SC
0110/2010-R de 10 de mayo-, debe establecerse que la piedra angular que estructura este sistema
interamericano de protección de derechos humanos, está constituida por la Convención Americana de
Derechos Humanos (CADH), instrumento que por su naturaleza y en el marco del mandato inserto en
el art. 410 de la CPE, forma parte del bloque de constitucionalidad del Estado Plurinacional de
Bolivia; bajo esta perspectiva, el art. 25.1 de esta normativa, señala que “ Toda persona tiene derecho
a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
constitución, la ley o la presente Convención, aún cuando tal violación sea cometida por personas que
actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”, disposición que de acuerdo a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH), constituye “…uno de los pilares básicos, no sólo de la Convención
Americana, sino del propio Estado de Derecho en una sociedad democrática en el sentido de la
Convención.
En ese contexto, la CPE, en su art. 125, disciplina la acción de libertad señalando lo siguiente: “Toda
persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es
indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y
acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela
a su vida, cesa la persecución indebida y se restablezcan las formalidades legales o se restituya su
derecho a la libertad”, diseño que es perfectamente compatible con la definición que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha desarrollado para este mecanismo, instancia que ha
catalogado a esta institución como una herramienta indispensable y de gran polivalencia al ser ‘el
medio idóneo tanto para garantizar la libertad, controlar el respecto a la vida e integridad de la
persona, e impedir su desaparición o la indeterminación de su lugar de detención, así como para
proteger al individuo contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes’.
[158]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En el orden de ideas expuesto, corresponde desarrollar la primera nota fundamental que configura el
‘contenido esencial’ de esta garantía, es decir su naturaleza procesal, bajo esta perspectiva, se
establece que su esencia procesal, está estructurada al amparo de los principios de sumariedad,
celeridad, inmediación e informalismo y eficacia, postulados que pueden ser inferidos del texto del art.
125 de la CPE y que garantizan una tutela judicial efectiva y un acceso a la justicia constitucional,
asegurando en definitiva el cumplimiento por parte del Estado Plurinacional de Bolivia, del mandato
inserto en el art. 25 de la CADH.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el ‘contenido esencial’ de esta garantía, está configurado
por sus presupuestos de activación, que a la luz de la ingeniería del art. 125 de la CPE, son cuatro: a)
los atentados contra el derecho a la vida; b) afectación del derecho a la libertad; c) cualquier acto u
omisión que constituya procesamiento indebido; y, d) cualquier acto o omisión que implique
persecución indebida. En mérito a lo expuesto, ciñéndonos estrictamente al objeto y la causa de la
presente problemática, es objetivo de la presente sentencia, abordar la temática de la persecución
ilegal o indebido, tarea que será desarrollada infra.
(…) La persecución ilegal. Su configuración dogmática a la luz del nuevo orden constitucional
Para abordar la presente problemática, prima facie, debe señalarse que al amparo del régimen
constitucional abrogado, este Tribunal, a través de sus líneas jurisprudenciales, ya definió la
persecución ilegal o indebida, así las SSCC 0419/2000-R, 0261/2001-R y 0535/2001-R, entre otras,
definieron a este aspecto como: ‘…la acción de una autoridad que busca, persigue, u hostiga a una
persona sin que exista motivo legal alguno ni una orden expresa de captura emitida por autoridad
competente en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una orden de detención, captura o
aprehensión al margen de los casos previstos por ley, e incumpliendo las formalidades y requisitos
establecidos por ella’ (resaltado nuestro), entendimiento, que fue acogido por las SSCC 0016/2010-R
y 0237/2010-R entre muchas otras.
Bajo esta perspectiva, la SC 0237/2010-R de 31 de mayo, asumiendo el entendimiento adoptado por la
SC 0036/2007-R de 31 de enero, señaló que la persecución ilegal o indebida, implica la existencia de
los siguientes presupuestos: ‘1) la búsqueda u hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su
libertad sin motivo legal o por orden de una autoridad no competente, y 2) la emisión de una orden de
detención, captura o aprehensión al margen de lo previsto por ley’
Ahora bien, a la luz del nuevo diseño constitucional, es imperante definir la persecución ilegal en sus
dos causes configurativos, que dan lugar a la activación de la llamada acción de libertad restringida
y preventiva.
En efecto, bajo el primer cause configurativo de este presupuesto de activación de la acción de
libertad, se establece que la persecución ilegal o indebida, debe ser entendida como toda acción
ilegal cometida por un funcionario público o un particular, conducta que implica una manifiesta y
evidente persecución, acoso, búsqueda u hostigamiento, sin que exista una justa causa fundada en
derecho, destinada a suprimir, restringir, perturbar o limitar el derecho a la libertad física, la vida o
algún otro derecho estrictamente vinculado a éstos dos últimos; afectaciones que por su naturaleza,
inequívocamente deben ser tuteladas a través de la acción de libertad, aspecto que a la luz de la
tipología de la acción de libertad ya desarrollada por la SC 0044/2010-R de 20 de abril, se enmarca
dentro de lo que en doctrina se conoce como ‘Habeas Corpus’ restringido. Asimismo, debe precisarse
que el segundo cause configurativo de la persecución ilegal tutelable a través de la acción de libertad,
está constituido por todo acto que merced a una orden de detención, captura o aprehensión, que no
[159]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cumpla con los presupuestos procesales establecidos para su legal emisión, esté destinada a suprimir,
restringir o limitar el derecho a la libertad física o incluso a la vida, supuestos fácticos que deben ser
protegidos a través de la acción de libertad bajo la figura conocida en doctrina como ‘Habeas Corpus
preventivo’ y desarrollada por la SC 0044/2010-R de 20 de abril, entre otras.
En este contexto, debe precisarse que este segundo cause, debe ser entendido de manera sistémica con
la línea jurisprudencial plasmada en las SSCC 0008/2010-R y 0080/2010-R, entendimientos que
plasman la subsidiaridad excepcional de la acción de libertad.
En efecto, la SC 0008/2011-R de 6 de abril, ha establecido que: ‘…el recurso de hábeas corpus,
ahora acción de libertad, se constituye en el medio idóneo y eficaz para conocer y restituir cualquier
tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a la vida, la libertad o constituir una
persecución o procesamiento indebido que atente o ponga en peligro el derecho a la libertad, empero
para ello, previamente se deben agotar los mecanismos de protección específicos de defensa que
sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la persecución o
procesamiento indebido, operando la acción de libertad solamente en caso de no haberse restituido
los derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas’ (resaltado nuestro).
Asimismo, la citada línea jurisprudencial, señaló lo siguiente: ‘…que en caso de existir norma expresa
que prevea mecanismos intra-procesales efectivos y oportunos de defensa de estos derechos
fundamentales, deben ser utilizados previamente antes de activarse la tutela constitucional…’, aspecto
que se encuentra enmarcado en los mandatos insertos en los arts. 8 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos; y, 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
En conclusión, la línea jurisprudencial precedentemente glosada, debe ser aplicada sistemáticamente
a los entendimientos jurisprudenciales que desarrollan el segundo cause de la persecución indebida,
es decir, que todo acto denunciado como lesivo a los derechos a la libertad física o a la vida,
referentes a órdenes de detención, captura o aprehensión, que en criterio del accionante, no cumpla
con los presupuestos procesales establecidos para su legal emisión y estén destinados a suprimir,
restringir o limitar el derecho a la libertad física o incluso a la vida, en caso de estar la causa bajo el
control jurisdiccional, el o los afectados, antes de activar la jurisdicción constitucional, deben
previamente, denunciar dichos aspectos ante esta autoridad.
(…) Análisis del primer acto denunciado como lesivo
En mérito al contenido del memorial de acción de libertad, se evidencia que el accionante -entre uno
de los actos denunciados como lesivos-, alega persecución indebida por parte de las autoridades
demandadas, afirmando que al haberse promovido con carácter previo una recusación en contra de
ellas -hasta que la misma sea resuelta-, éstas no podían emitir citación bajo apercibimiento de
expedirse mandamiento de aprehensión para que el accionante preste declaración en Sucre, ni
tampoco podrían emitir ningún otro acto procesal, como es el aviso por parte de las autoridades
demandadas, al Juez de Instrucción Quinto en lo Penal, sobre la inasistencia del accionante al acto
procesal de declaración” (negrillas ilustrativas).
CON RELACIÓN AL PLAZO PARA PROVIDENCIAR SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA
DETENCIÓN PREVENTIVA Y AL DE SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIAS PARA LA
CONSIDERACIÓN DE DICHO BENEFICIO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1150/2017-S2
Sucre, 6 de noviembre de 2017
[160]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto la SCP 0182/2017-S2 de 13 de marzo, estableció que: ”Antes de la promulgación de la Ley
586, que establece los plazos procesales para resolución de solicitudes de cesación a la detención
preventiva, la jurisprudencia constitucional, a través de la SCP 0110/2012 de 27 de abril, estableció lo
siguiente: ’El art. 178.I de la CPE, señala que la potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta, entre otros, en el principio de celeridad; por lo que, ante la ausencia de una
disposición legal que fije un plazo en el que debe realizarse la audiencia de cesación de la detención
preventiva, se debe aplicar los arts. 22, 23.I y 180.I de la CPE, relativas a la libertad y celeridad.
Si bien las SSCC 1115/2011-R, 1130/2011-R, 1150/2011-R y 1179/2011-R, entre otras, coinciden en
señalar que las autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva,
tienen la obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos
razonables, mas su aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los
juzgadores, lo cual amerita que la frase «plazo razonable», tratándose de señalamientos de día y hora
de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres
días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido,
el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del
beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado,
incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad,
en el entendido en que los jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas
privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el argumento de existencia de «sobrecarga
procesal» para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale
día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario
establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de
una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando
existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de
incumplimiento‘.
Tomando en cuenta los vacíos legales existentes y en el marco de lo que establece la Constitución
Política del Estado, la Ley 586 de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal
entre otros, estableció modificaciones al Código de Procedimiento Penal, al respecto la mencionada
norma refiere:
’Artículo 239. (Cesación de la Detención Preventiva). La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se
juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de veinticuatro
(24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción, seguridad del
Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para su
resolución en el plazo máximo de cinco (5) días‘“(las negrillas son nuestras).
[161]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CON RELACIÓN AL PLAZO PARA PROVIDENCIAR SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA
DETENCIÓN PREVENTIVA Y AL DE SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIAS PARA LA
CONSIDERACIÓN DE DICHO BENEFICIO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1057/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
Al respecto la SCP 0182/2017-S2 de 13 de marzo, estableció que: ”Antes de la promulgación de la Ley
586, que establece los plazos procesales para resolución de solicitudes de cesación a la detención
preventiva, la jurisprudencia constitucional, a través de la SCP 0110/2012 de 27 de abril, estableció lo
siguiente: ’El art. 178.I de la CPE, señala que la potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta, entre otros, en el principio de celeridad; por lo que, ante la ausencia de una
disposición legal que fije un plazo en el que debe realizarse la audiencia de cesación de la detención
preventiva, se debe aplicar los arts. 22, 23.I y 180.I de la CPE, relativas a la libertad y celeridad.
Si bien las SSCC 1115/2011-R, 1130/2011-R, 1150/2011-R y 1179/2011-R, entre otras, coinciden en
señalar que las autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva,
tienen la obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos
razonables, mas su aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los
juzgadores, lo cual amerita que la frase ’plazo razonable‘, tratándose de señalamientos de día y hora
de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres
días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido,
el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del
beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado,
incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad,
en el entendido en que los jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas
privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el argumento de existencia de ’sobrecarga procesal‘
para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale
día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario
establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de
una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando
existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de
incumplimiento‘“ (las negrillas son nuestras).
Tomando en cuenta los vacíos legales existentes y en el marco de lo que establece la Constitución
Política del Estado, la Ley 586 de 30 de octubre de 2014, entre otros, estableció modificaciones al
Código de Procedimiento Penal, al respecto la mencionada norma refiere:
”Artículo 239. (CESACIÓN DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA). La detención preventiva cesará:
4. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
5. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se
juzga;
[162]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
6. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de veinticuatro
(24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción, seguridad del
Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
7. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para
su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días”
CON RELACIÓN AL PLAZO PARA PROVIDENCIAR SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA
DETENCIÓN PREVENTIVA Y AL DE SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIAS PARA LA
CONSIDERACIÓN DE ESTE BENEFICIO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1081/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
La sentencia constitucional plurinacional 0072/2015- S2, señala: rrespecto a la dilación en los
trámites de cesación a la detención preventiva, la SCP 0110/2012 de 27 de abril, que moduló el
entendimiento asumido en la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, con relación al plazo para fijar audiencia
desarrollados en la segunda sub regla establecida en el inc. b) del Fundamento Jurídico III.3,
estableció que:"...tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este
beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues
el imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la
realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la
detención preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes,
lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad (...).
'...ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y hora
de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el
memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de
su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de
mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o
dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro
del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento’
CON RELACIÓN AL PLAZO PARA PROVIDENCIAR SOLICITUDES DE CESACIÓN A LA
DETENCIÓN PREVENTIVA Y AL DE SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIAS PARA LA
CONSIDERACIÓN DE DICHO BENEFICIO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0887/2017-S2
Sucre, 21 de agosto de 2017
Al respecto la SCP 0182/2017-S2 de 13 de marzo, estableció que: “Antes de la promulgación de la Ley
586, que establece los plazos procesales para resolución de solicitudes de cesación a la detención
preventiva, la jurisprudencia constitucional, a través de la SCP 0110/2012 de 27 de abril, estableció lo
siguiente: ‘El art. 178.I de la CPE, señala que la potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta, entre otros, en el principio de celeridad; por lo que, ante la ausencia de una
disposición legal que fije un plazo en el que debe realizarse la audiencia de cesación de la detención
preventiva, se debe aplicar los arts. 22, 23.I y 180.I de la CPE, relativas a la libertad y celeridad.
Si bien las SSCC 1115/2011-R, 1130/2011-R, 1150/2011-R y 1179/2011-R, entre otras, coinciden en
señalar que las autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva,
[163]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tienen la obligación de tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos
razonables, mas su aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los
juzgadores, lo cual amerita que la frase «plazo razonable», tratándose de señalamientos de día y hora
de audiencia para considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres
días hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el
plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del
beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas
las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad, en el
entendido en que los jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas
privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el argumento de existencia de «sobrecarga
procesal» para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale
día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario
establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las
veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una
providencia de mero trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe
demora o dilación indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado
procesal dentro del referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de
incumplimiento’”.
Tomando en cuenta los vacíos legales existentes y en el marco de lo que establece la Constitución
Política del Estado, la Ley 586 de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal
entre otros, estableció modificaciones al Código de Procedimiento Penal, al respecto la mencionada
norma refiere:
“Artículo 239. (Cesación de la Detención Preventiva). La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se
juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de veinticuatro
(24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción, seguridad del Estado,
feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia para su
resolución en el plazo máximo de cinco (5) días”.
[164]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imputado adecuó su conducta a los tipos penales de Estafa y Estelionato, lo cual
decantaría en un concurso real de ambos delitos (tercer punto del cuarto
considerando), error in iudicando que no ameritaría volver a renovar el juicio,
correspondiendo resolver directamente al tenor de la última parte del art.413 del
CPP.
Descriptor: Concurso
Restrictor: Falta de aplicación de las reglas para imponer la pena no amerita juicio
de Reenvió
CONCURSO DE DELITOS
AUTO SUPREMO Nº 125/2016-RRC
Sucre, 17 de febrero de 2016
Delitos: Homicidio en Accidente de Tránsito y otro
Resultado de Resolución: DEJA SIN EFECTO
El Código Penal, en sus arts. 44 y 45, establecen el concurso ideal y el concurso
real, en el primer caso se refiere a una hipótesis de conducta (acción u omisión)
única, en tanto que el concurso real de dos o más conductas (acciones u
omisiones). Al regular el concurso real, la segunda disposición legal establece la
siguiente fórmula: “El que con designios independientes, con una o más acciones u
omisiones, cometiere dos (2) o más delitos, será sancionado con la pena del más
grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta la mitad” (sic); y, en el caso del
concurso ideal, la primera norma prevé: “El que con una sola acción u omisión
violare diversas disposiciones legales que no se excluyan entre sí, será sancionado
con la pena del delito más grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta en
una cuarta parte”(sic).
El Código Penal, respecto a la sanción en el caso de concurso real dispone que: “será
sancionado con la pena del más grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta
la mitad” (sic); y en el concurso ideal dispone que: “ será sancionado con la pena del
delito más grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta en una cuarta
parte” (sic), coligiéndose de estos mandatos que en estos casos debe sancionarse al
imputado con la pena del delito más grave, teniendo el juez o tribunal de juicio la
facultad de aumentar esa pena, según el caso hasta la mitad (concurso real) y una
cuarta parte (concurso ideal); nótese que, el precepto legal no dispone aplicar la
pena máxima; sino, sancionar con la pena del
[165]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CONCURSO DE DELITOS Y DE LA TENTATIVA A TIEMPO DE IMPONER LA PENA:
CONSIDERACIÓN
AUTO SUPREMO Nº 131/2016-RRC
Sucre, 22 de febrero de 2016
Delitos: Tentativa de Homicidio
Resultado de Resolución: SE DEJA SIN EFECTO
Conforme se dejó establecido, los Jueces de Sentencia, en la determinación de la
pena a imponer, como los Vocales de alzada, cuando revisan la labor del inferior
para fijar el quantum de la pena, deben adecuar su resolución al derecho-garantía-
principio del debido proceso en su elemento de fundamentación, cuidando que la
misma sea específica, completa, legítima y lógica; es decir, que expliquen de manera
clara las razones por las cuales se determinó graduar la pena en
un quantum determinado, sujetándose a los parámetros orientadores establecidos
en la normativa penal, a partir del art. 37 del CP, establecidos con la finalidad de
limitar la discrecionalidad del Juzgador a tiempo de definir la pena, entre el mínimo
y máximo establecido en cada tipo penal.
Así, el art. 45 del CP, establece en cuanto al concurso real, que: “El que con
designios independientes, con una o más acciones u omisiones, cometiere dos o más
delitos, será sancionado con la pena más grave, pudiendo el juez aumentar el
máximo hasta la mitad”, respecto a lo cual, con la finalidad de aclarar los alcances
de la citada norma, este Tribunal estableció: “…cuando concurre el concurso real de
delitos, la pena a aplicarse debe ser (nótese lo imperativo de la norma) la del delito
más grave, lo que no necesariamente implica la pena máxima del referido tipo penal,
previendo a continuación que el juez puede (aquí se establece una facultad
potestativa) aumentar el máximo hasta la mitad.
En ese entendido, cuando existe el concurso real de delitos, es deber del juez de
instancia, fundamentar de manera clara, precisa y justificada la fijación de la pena,
tomando en cuenta lo estipulado en los arts. 37 al 40 del cuerpo normativo citado, de
tal forma que si decide aplicar la pena máxima del delito más grave, queda obligado a
fundamentar las razones del porqué de su aplicación; en el mismo sentido, deberá
fundamentar si decide agravar la pena máxima hasta la mitad; por lo mismo, si la
pena del delito más grave es una pena indeterminada, corre a cargo del Juez o
Tribunal de Sentencia fundamentar la imposición de la pena en correspondencia con
las reglas fijadas para su determinación, ponderando y justificando las atenuantes y
agravantes para establecer la pena dentro de los límites legales, esto con la finalidad
de crear certeza y certidumbre en el acusado de las razones por las cuales la
autoridad jurisdiccional determinó tal o cual pena en su condena, en observancia del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
principio de seguridad jurídica y de cumplir con el deber de fundamentación de las
resoluciones, exigencia que alcanza también a lo relacionado con la imposición del
quantum de la pena fijada en la condena, la misma que debe estar debidamente
fundamentada atendiendo la personalidad del autor, la mayor o menor gravedad del
hecho, las circunstancias y las consecuencias del delito.” (Auto Supremo 555/2014-
RRC de 15 de octubre).
Con relación a la tentativa, el art. 8 del CP, establece: “El que mediante actos
idóneos o inequívocos comenzare la ejecución del delito y no lo consumare por
causas ajenas a su voluntad, será sancionado con los dos tercios de la pena
establecida para el delito consumado” (sic); es decir, el legislador ha previsto que,
ante la interrupción de la consumación de un acto delictivo, por causas externas al
autor, se fije una sanción menor a la que se determinaría de haberse consumado el
delito. En ese entendido, el Juzgador considerando la personalidad de la autora, la
gravedad del hecho, las circunstancias y consecuencias del mismo, para imponer
una pena debe situarse en el supuesto de que el tipo penal se consumó, fijando
el quantum de la pena, seguidamente, debe aplicar la disposición referente a la
tentativa, que establece que la misma será sancionada con los dos tercios del tipo
penal a imponerse, resultando que la pena inicialmente pensada para el delito
consumado, disminuirá en dos terceras partes, siendo esta la que debe aplicarse a
la conducta del acusado, lo que no implica que la disminución de la sanción deba
regirse al mínimo legal previsto para el tipo penal cuya consecuencia jurídica se
pretende aplicar.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sanción del art. 142 del CP, que establece similar penalidad con relación al también
atribuido delito de Uso Indebido de Influencias consignado en el art. 146 del mismo
cuerpo Sustantivo Penal, aspecto que no implicó influir de modo alguno en el fondo
o parte dispositiva de la Sentencia, en aplicación de lo prescrito por el art. 414 del
CPP, sin que exista necesidad de disponer la nulidad de la Sentencia y ordenar el
reenvío del juicio, como inicialmente se dispuso en el Auto de Vista 316/2012 de 9
de octubre.
Descriptor: Concurso Real
Restrictor: Tribunal de alzada puede corregir directamente la omisión en las reglas
del art. 45 CP para la imposición de la pena
CONCURSO REAL
AUTO SUPREMO Nº 124/2017-RRC
Sucre, 21 de febrero de 2017
El Código Penal, en el art. 45 del CP, establece la siguiente fórmula: “ El que con designios
independientes, con una o más acciones u omisiones, cometiere dos o más delitos, será
sancionado con la pena del más grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta la mitad ”.
En ese entendido, el Auto Supremo 125/2013-RRC de 10 de mayo, estableció que: “De la
previsión legal, en el concurso real de delitos un mismo agente ejecuta una pluralidad de
acciones independientes, las cuales generan también, la realización de una pluralidad de
delitos autónomos. Para esos casos se debe decidir una pena global que sancione esta
presencia plural pero autónoma de infracciones, así Zaffaroni al referirse al concurso real de
delito establece “…El presupuesto necesario del concurso de delito es una pluralidad de
conductas. En el fondo no pasa de ser la concurrencia de varios delitos en un único
proceso…”.
El Código Penal, respecto a la sanción en el caso de concurso real dispone que: `será
sancionado con la pena del más grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta la mitad
´; coligiéndose de este mandato que en estos casos debe sancionarse al imputado con la
pena del delito más grave, teniendo el juez o tribunal de juicio la facultad de aumentar esa
pena hasta la mitad; nótese que, el precepto legal no dispone aplicar la pena máxima, sino
sancionar con la pena del delito más grave.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que para la fijación de la pena debe partirse de la premisa
general de que la individualización de la pena debe responder a los fines políticamente
asignados a ésta. La decisión del fin de la pena es de naturaleza política criminal, de modo
que los tribunales o jueces en el caso concreto y sin separarse de las líneas maestras
señaladas en el ordenamiento jurídico, deben cuantificar la pena en cumplimiento de aquellos
principios básicos de la política criminal. Consecuencia de lo anterior, resulta obligada la
consulta a la Constitución Política del Estado (CPE), al Código Penal y a la Ley de Ejecución
de Penas y Sistema Penitenciario, para determinar prioritariamente la finalidad política de la
pena en el Estado Plurinacional de Bolivia; es así, que el art. 118.III de la CPE, establece que
el cumplimiento de las sanciones privativas de libertad y las medidas de seguridad están
orientadas a la educación, habilitación e inserción social de los condenados, con respeto a
sus derechos. De este mandato, se puede colegir que la pena no puede ir más allá de la
persona del condenado y debe aplicarse en la medida necesaria para su reinserción social,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
bajo esta directriz debe aplicarse la norma sustantiva penal que establece principios para la
fijación de la pena, entre otros la consideración de atenuantes y agravantes.
Partiendo de ese criterio, se concluye que la pena no es el resultado de una simple operación
lógica, sino de la valoración de los hechos, las acciones y del imputado mismo, su
personalidad, la motivación y otras circunstancias concomitantes, presupuestos que sirven
para determinar la pena dentro del marco normativo del delito, que identifica los aspectos
que agravan o atenúan la pena, por lo que resulta necesario considerar la normativa
contenida en los artículos 37, 38, 39, 40 y 44 del CP, para la determinación de la pena,
teniendo en cuenta especialmente las circunstancias y las condiciones de vida del imputado,
las causas que llevaron a la comisión del hecho delictivo y el hecho mismo.
En ese contexto, la fijación de la pena debe sujetarse al principio de legalidad en cuya virtud
el Juez o Tribunal tiene la facultad de fijar la pena entre el mínimo y máximo señalado por la
norma con base en la valoración de las circunstancias existentes”.
Concurso Real
AUTO SUPREMO Nº 124/2014-RRC
Sucre, 21 de febrero de 201
Delitos : Homicidio y Lesiones Graves y Gravísimas en Accidente de Tránsito y otro
Resultado de la resolución: deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: El Código Penal, en el art. 45 del CP, establece la siguiente
fórmula: “El que con designios independientes, con una o más acciones u omisiones,
cometiere dos o más delitos, será sancionado con la pena del más grave, pudiendo el juez
aumentar el máximo hasta la mitad”.
El Código Penal, respecto a la sanción en el caso de concurso real dispone que: `será
sancionado con la pena del más grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta la mitad
´; coligiéndose de este mandato que en estos casos debe sancionarse al imputado con la
pena del delito más grave, teniendo el juez o tribunal de juicio la facultad de aumentar esa
pena hasta la mitad; nótese que, el precepto legal no dispone aplicar la pena máxima, sino
sancionar con la pena del delito más grave.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que para la fijación de la pena debe partirse de la premisa
general de que la individualización de la pena debe responder a los fines políticamente
asignados a ésta. La decisión del fin de la pena es de naturaleza política criminal, de modo
que los tribunales o jueces en el caso concreto y sin separarse de las líneas maestras
señaladas en el ordenamiento jurídico, deben cuantificar la pena en cumplimiento de aquellos
principios básicos de la política criminal. Consecuencia de lo anterior, resulta obligada la
consulta a la Constitución Política del Estado (CPE), al Código Penal y a la Ley de Ejecución
de Penas y Sistema Penitenciario, para determinar prioritariamente la finalidad política de la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pena en el Estado Plurinacional de Bolivia; es así, que el art. 118.III de la CPE, establece que
el cumplimiento de las sanciones privativas de libertad y las medidas de seguridad están
orientadas a la educación, habilitación e inserción social de los condenados, con respeto a
sus derechos. De este mandato, se puede colegir que la pena no puede ir más allá de la
persona del condenado y debe aplicarse en la medida necesaria para su reinserción social,
bajo esta directriz debe aplicarse la norma sustantiva penal que establece principios para la
fijación de la pena, entre otros la consideración de atenuantes y agravantes.
Partiendo de ese criterio, se concluye que la pena no es el resultado de una simple operación
lógica, sino de la valoración de los hechos, las acciones y del imputado mismo, su
personalidad, la motivación y otras circunstancias concomitantes, presupuestos que sirven
para determinar la pena dentro del marco normativo del delito, que identifica los aspectos
que agravan o atenúan la pena, por lo que resulta necesario considerar la normativa
contenida en los artículos 37, 38, 39, 40 y 44 del CP, para la determinación de la pena,
teniendo en cuenta especialmente las circunstancias y las condiciones de vida del imputado,
las causas que llevaron a la comisión del hecho delictivo y el hecho mismo.
En ese contexto, la fijación de la pena debe sujetarse al principio de legalidad en cuya virtud
el Juez o Tribunal tiene la facultad de fijar la pena entre el mínimo y máximo señalado por la
norma con base en la valoración de las circunstancias existentes”.
Descriptor: Concurso Real Art. 45 CP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
exigencias que resultan estrictamente necesarias para la aplicación de la medida de
restricción, respetando la esfera de la autodeterminación personal. Por lo que, todo
mandamiento de detención o aprehensión, así como cualquier determinación que establezca
la privación de libertad de una persona, debe estar expresamente definida por ley,
detallándose en la misma las condiciones y requisitos mínimos que se deben cumplir para
aplicar este tipo de medidas.
Al respecto, la jurisprudencia prevista en la SC 0010/2010-R de 6 de abril, expresó que: “El
art. 23.I de la CPE, reconoce el derecho a la libertad personal, estableciendo que ésta sólo
puede ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de
la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales. Conforme a ello, el
parágrafo III de la misma norma dispone que: 'Nadie podrá ser detenido, aprehendido o
privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La
ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea
emitido por escrito'.
Por su parte, el art. 9.1 del PIDCP determina que: 'Todo individuo tiene derecho a la libertad
y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias.
Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al
procedimiento establecido en ésta'; y el art. 7 inc.2) de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos dice: 'Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas
y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados
Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas. (…) Estas condiciones de validez, también
han sido desarrolladas por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Así en la Sentencia de 21 de enero de 1994, caso Gangaram Panday, la Corte
señaló: '…Nadie puede ser privado de la libertad personal sino por las causas, casos o
circunstancias expresamente tipificadas en la ley (aspecto material) pero, además, con
estricta sujeción a los procedimientos objetivamente definidos por la misma (aspecto
formal)'”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
previamente en la ley los casos en los que podrá aplicarse esa medida; pero además, es
necesario definir las condiciones y requisitos mínimos que deben cumplirse para aplicar la
misma; ello con la finalidad de evitar que la restricción se convierta en la regla y no en la
excepción, tal como actualmente se encuentra concebido en el diseño del sistema
constitucional, y así evitar los excesos y abusos de poder en la aplicación de esta medida.
Incumbe precisar que, las condiciones y requisitos exigidos por ley, no deben ser entendidos
como formalismos ni ritualismos procedimentales; sino más bien, como exigencias que
resultan estrictamente necesarias para la aplicación de la medida de restricción, respetando
la esfera de autodeterminación personal. Es decir, todo mandamiento de detención o
aprehensión, así como cualquier determinación que establezca la privación de libertad de
una persona, debe estar expresamente definida por ley, detallándose en la misma las
condiciones y requisitos mínimos que se deben cumplir para aplicar este tipo de medidas.
Al respecto, la jurisprudencia prevista en la SC 0010/2010-R de 6 de abril, estableció que: “El
art. 23.I de la CPE, reconoce el derecho a la libertad personal, estableciendo que ésta sólo
puede ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de
la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales.
Conforme a ello, el parágrafo III de la misma norma dispone que: 'Nadie podrá ser detenido,
aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por
la ley. La ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y
que sea emitido por escrito'.
Por su parte, el art. 9.1 del PIDCP determina que: «Todo individuo tiene derecho a la libertad
y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias.
Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al
procedimiento establecido en ésta»; y el art. 7 inc.2) de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos dice: 'Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas
y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados
Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.
Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así en la Sentencia de 21 de enero de 1994,
caso Gangaram Panday, la Corte señaló: '…Nadie puede ser privado de la libertad personal
sino por las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley (aspecto
material) pero, además, con estricta sujeción a los procedimientos objetivamente definidos
por la misma (aspecto formal)'” .
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
y señala: "Art. 210.- (Conducción Peligrosa de Vehículos). El que al conducir un
vehículo, por inobservancia de las disposiciones de Tránsito o por cualquier otra
causa originare o diere lugar a un peligro para la seguridad común, será sancionado
con reclusión de seis (6) meses a dos (2) años" (sic). Ahora bien, los elementos
objetivos que describe el tipo penal, que pueden dan lugar a que se configure este
delito son la inobservancia de las normas de tránsito (Código y Reglamento de
Tránsito) o cualquier otra causa que ponga en peligro la seguridad común, teniendo
en cuenta que el legislador utiliza el "o" como conjunción disyuntiva que denota
diferencia, así como separación de ideas, es decir que alternativamente puede
presentarse uno u otro supuesto. Por otra parte, es un delito de peligro cuyo bien
jurídico protegido como resalta la norma es la seguridad común de las personas, se
entiende que la seguridad común incluye a toda la sociedad en su conjunto, tanto a
conductores de motorizados como a los peatones, el tipo penal es un delito con
cláusula abierta o ley penal en blanco; por cuanto, no describe los elementos
constitutivos del delito, sino, es remisivo a normas o circunstancias extra penales
como las referidas supra; por lo que no es evidente que la individualización de una
disposición de tránsito resulte exigible para la configuración del delito previsto en el
art. 210 del CP, en el caso del segundo supuesto, por lo que el análisis del tipo penal
atribuido a la imputada, implica que el planteamiento que expone en su recurso de
casación de inicio resulta errado. Ahora bien, el Juez de Sentencia tal como se
destaca en el punto II.4, emitió sentencia condenatoria contra la imputada a partir
de la acreditación de una secuencia de acciones que valoradas con objetividad y
conforme a las reglas de la sana crítica, se constituirían en "cualquier otra causa",
pues utiliza las siguientes formas verbales: perdió el control del vehículo, se
encunetó, salió bruscamente, invadió el carril y colisionó el vehículo de la víctima;
por lo que el reclamo contenido en esta temática carece de sustento, si se considera
que el Tribunal de alzada en el ámbito del planteamiento de la apelación restringida,
dio una respuesta clara y precisa, al sostener que el actuar de la imputada puso en
inminente peligro la seguridad común y vida de las personas, no siendo condición
sine qua non la referencia a normas de Tránsito específicas, siendo estos
razonamientos correctos conforme los antecedentes, sin que sea cierta por lógica
consecuencia la vulneración de los arts. 37 y 38 del CP, más cuando se advierte que
la sanción fue impuesta dentro de los márgenes legales en mérito a la inexistencia
de antecedentes penales y ser la primera vez que la imputada se encuentra
procesada penalmente, siendo incluso concedido el beneficio del perdón judicial; por
lo que el presente motivo deviene en infundado.
Descriptor: Conducción Peligrosa de Vehículos (art. 210 CP)
Restrictor: Al referir el tipo penal “cualquier otra causa” no es condición sine qua
non la referencia a normas de Tránsito específicas
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Delitos: Falsedad Ideológica y Conducta Antieconómica
Resultado de Resolucion: Infundado
Estracto Jurisprudencial: Finalmente, en cuanto al Auto Supremo invocado como
precedente contradictorio, el auto de Vista impugnado, de ninguna manera puede
considerarse contradictorio al mismo, puesto que el Tribunal de Sentencia aplicó
correctamente la ley sustantiva, habiendo realizado la labor de subsunción
exactamente a la conducta descrita en el tipo penal; es decir, observó los elementos
objetivos y subjetivos del delito previsto en el art. 224 párrafo primero del CP, lo que
implica que no existe “atipicidad”, en el entendido de que el delito en cuestión, no
tiene como elemento normativo la acreditación previa del daño económico que se
pudo haber ocasionado. Empero, resalta que la Sentencia de grado no reprochó la
falsedad, sino la conducta funcionaria de los imputados, quienes estando a cargo de
la revisión de las cotizaciones y al tener conocimiento de alteraciones, diferencias e
irregularidades perceptibles a simple vista, convalidaron con sus firmas; por otra
parte, con acertado criterio expresa que en cuanto al daño patrimonial al Estado, la
ley no hace referencia a un previo establecimiento de un monto económico; es decir
dentro de los elementos constitutivos del tipo penal denominado Conducta
Antieconómica, el que se analizó en la fundamentación del primer motivo de la
presente Resolución, no se encuentra normado que el daño económico debe ser
preestablecido mediante un proceso de auditoría; es más, el daño económico es
averiguable en ejecución de sentencia cuando la misma haya adquirido la calidad de
cosa juzgada tanto formal como material; por otra parte, el tribunal de Sentencia a
tiempo de efectuar el juicio de tipicidad observó y valoró todos los elementos
probatorios incorporados al juicio oral, conforme las reglas de la sana crítica, no
estableció la existencia de duda para aplicar el principio latino in dubio pro reo; es
decir, en caso de duda favorecerá al imputado; puesto que, para la emisión de
Sentencia condenatoria tiene que existir certeza acerca de la culpabilidad del
imputado, en caso de incertidumbre, debe ser absuelto en observancia del principio
mencionado.
Descriptor: Conducta Antieconómica (art. 224 CP)
Restrictor: no tiene como elemento normativo la acreditación previa del daño
económico que se pudo haber ocasionado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que, lo que se juzga son los hechos y no así los delitos; por lo tanto, es perfectamente
posible que el fallo de mérito concluya con la subsunción del hecho en otro tipo penal distinto
al atribuido en la acusación o auto de apertura de juicio, lo que no significa inobservancia de
la normativa recientemente señalada; empero, para ello, existe un límite que protege
concretamente, el derecho a la defensa, pues la Sentencia, de ninguna manera, se encuentra
reatada a la calificación jurídica que provisionalmente se pudo establecer tanto en la
acusación fiscal como en la particular, limite que implica que el nuevo tipo penal distinto al
consignado en los precitados actuados procesales, en el que se concluyó en Sentencia
haberse consumado o tentado, debe ser adecuado a un tipo penal que afecte el mismo bien
jurídico protegido; es decir, que se refiera a la misma familia del delito, de modo que proteja
similar bien jurídico; lo contrario, implicaría una indebida aplicación de una norma sustantiva
o indebida interpretación de la ley penal y ante su eventual comisión, en cuyo caso la
actuación judicial se encuadraría a la disposición contenida en el precitado art. 370 inc. 11)
del CPP; y por ende, se requeriría sin duda, la realización de un nuevo juicio oral, por
violación al principio de congruencia.
Ahora bien, en consonancia con lo explicado recientemente, tan posible como la subsunción a
un nuevo tipo penal dentro de la misma familia de delitos que protegen el mismo bien
jurídico, diferente al acusado, resulta ser la determinación de la tentativa dentro de ese
marco; es decir, siempre y cuando la misma esté ligada o vinculada a un delito que se
encuentre dentro del ámbito de protección del mismo bien jurídico protegido.
Ello en razón a que, como se explicó en el Fundamento Jurídico III.4 de la presente
Resolución, la tentativa consagrada por el art. 8 del CP, no es un tipo penal independiente;
puesto que, en su concepción general, se trata de haber intentado cometer un delito y no
haberlo logrado por la intervención de un agente externo que no permite que el delito de
perfeccione; entonces, su grado de comisión dependerá siempre de otro tipo penal, sin duda
en cuanto los hechos acusados y consignados en el auto de apertura de juicio, los cuales no
pueden ser modificados de modo alguno; empero, sí asimilados a un delito específico, ya sea
el acusado o bien, el determinado en Sentencia (siempre dentro de la misma familia de
delitos), de acuerdo a su grado de participación. Por tanto, no es posible alegar la existencia
de incongruencia entre la acusación y la sentencia, cuando se demanda por uno o más delitos
y se concluye en su comisión en grado de tentativa, pudiendo ser claro está, en el mismo tipo
penal o bien en algún otro que protege el mismo bien jurídico, lo que diferirá esencialmente
es el tiempo de la imposición de la pena; puesto que, los demás elementos son similares en
cuanto a los actos ejecutivos iniciados, los medios idóneos empleados y la voluntad del sujeto
activo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Conforme el art. 329 del CPP, el juicio es la fase esencial del proceso penal, que se realizará
sobre la base de la acusación; en estas condiciones, tanto la acusación fiscal como particular
contendrán: 1) Los datos que sirvan para identificar al imputado y su domicilio
procesal; 2) La relación precisa y circunstanciada del delito atribuido; 3) La fundamentación
de la acusación, con la expresión de los elementos de convicción que la motivan; 4) Los
preceptos jurídicos aplicables; y, 5) El ofrecimiento de la prueba que producirá en el juicio.
Lo anterior significa, que el juicio se desarrollará en base a los hechos referidos en la
acusación y no sobre los tipos penales provisionalmente atribuidos al imputado; al respecto,
el Auto Supremo 103 de 25 de febrero de 2011, estableció “…que el principio procesal de
congruencia consiste en que la Sentencia que emita el Tribunal o Juez de la causa debe
circunscribirse en lo fáctico y legal a los hechos acusados probados y no probados, aspecto
que necesariamente debe encontrarse fundamentado tanto de hecho como de derecho,
tomando en cuenta el derecho a la defensa e igualdad de las partes, que consiste
básicamente en la necesidad de ser oídos, alegar y probar sus propias teorías sobre el hecho
traído a juicio.
Que en ese entendido, se debe tener muy claro que los hechos son acusados desde la óptica
del acusador y es la base del juicio, donde el juzgador transcribe su percepción que tiene
sobre los hechos y la participación o no del sujeto activo, donde necesariamente debe tomar
en cuenta la verificación de las pruebas producidas en juicio oral, lo que implica, que no
necesariamente este debe contener todos los términos empleados en la
acusación, sino incluso puede calificar el hecho dentro de un tipo penal diferente
pero siempre cuidando que sea dentro de la misma familia de ilícitos, aspecto que
se expresa en el principio de Iura novit curia” (las negrillas son nuestras).
Este razonamiento se ha mantenido de manera uniforme y reiterada; habida cuenta, que esta
Sala en el Auto Supremo 085/2013-RRC de 28 de marzo, si bien declaró infundado el recurso
de casación que fuera planteado, realizó la siguiente fundamentación que es necesaria citar
para efectos de la presente Resolución: “El principio de congruencia está referido a la
imprescindible correspondencia que debe existir en materia penal, entre los
hechos acusados por la acusación pública y/o particular, con los hechos por los
que se condena en sentencia, estando reconocido en el art. 362 del CPP, que
prescribe: ‘(Congruencia). El imputado no podrá ser condenado por un hecho distinto al
atribuido en la acusación o su ampliación’, norma que guarda concordancia con el art. 342 de
la misma Norma Procesal, al establecer que en ningún caso los juzgadores pueden incluir en
el auto de apertura de juicio, hechos no contemplados en alguna de las acusaciones.
En ese contexto, la calificación legal de los hechos investigados precisada en los actos
procesales anteriores a la sentencia, tales como imputación formal, aplicación de medidas
cautelares, acusación pública o particular, son eminentemente provisionales, esto es,
susceptibles de modificación, siendo que, la facultad de establecer en definitiva la adecuación
penal que corresponde al hecho delictivo, es del Juez o Tribunal en Sentencia, en el fallo
final, quien después de establecer el hecho probado, subsume el mismo en el tipo penal que
corresponde conforme a los presupuestos configurativos preestablecidos por el Código Penal,
para finalmente imponer la sanción prevista.
Esta facultad conocida en la doctrina como principio iura novit curia (El juez conoce el
derecho), no implica vulneración alguna del principio de congruencia, ya que el legislador, si
bien ha prohibido al juzgador la modificación o inclusión de hechos no contemplados en las
acusaciones; empero, no así la calificación legal que se traduce en el trabajo de subsunción
desarrollado en la fundamentación jurídica de la Sentencia.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
También es importante remarcar, que la facultad privativa de realizar la adecuación
penal del hecho al tipo penal, no puede ser discrecional ni arbitraria, pues resulta
atentatorio al principio de congruencia y como consecuencia al derecho a la
defensa y al debido proceso, el establecer una calificación jurídica por un delito
que no se trate de la misma familia de delitos, pues no debe perderse de vista, que los
medios de defensa del sindicado están orientados a rebatir un determinado hecho delictivo, y
en función a ello es que se dirige su actividad probatoria de descargo, por lo que existiría
quebrantamiento al derecho a la defensa, si por ejemplo, se pretende sancionar un hecho
por el delito de Robo (que tutela la propiedad), cuando se acusó por Asesinato u otros delitos
análogos (que protegen la vida)”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Española, la congruencia es: “1.f. Conveniencia, coherencia, relación lógica. 2. f. Der.
Conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones de las partes formuladas
en el juicio”.
En el marco de la premisa anterior y, desde una óptica doctrinal, la congruencia de las
resoluciones judiciales amerita una comprensión desde dos acepciones; primero, relativo a la
congruencia externa, la cual se debe entender como el principio rector de toda determinación
judicial, que exige la plena correspondencia o coincidencia entre el planteamiento de las
partes (demanda, respuesta e impugnación y resolución) y lo resuelto por las autoridades
judiciales, en definitiva, es una prohibición para el juzgador considerar aspectos ajenos a la
controversia; es decir, cuestiones que no fueron identificados por las partes como puntos de
discusión o consideración; y, segundo, la congruencia interna, referida a que, si la
resolución es comprendida como una unidad congruente, en ella se debe cuidar un
hilo conductor que le dote de orden y racionalidad, desde la parte considerativa de
los hechos, la identificación de los agravios, la valoración de los mismos, la
interpretación de las normas y los efectos de la parte dispositiva; es decir, se
pretende evitar que, en una misma resolución existan consideraciones
contradictorias entre sí o con el punto de la misma decisión” (Las negrillas son
nuestras).
Ahora bien, es preciso dejar sentado que, la exigencia de congruencia, debe ser acatada
también por los Tribunales de impugnación; toda vez, que una resolución incongruente, no
permite cumplir con eficacia la Resolución y por ende no se brinda la tutela judicial efectiva
solicitada, pues la congruencia constituye un requisito de validez para todo fallo.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
referida a pretensiones jurídicas, y la segunda cuando del conjunto de los
razonamientos contenidos en la Resolución judicial puede razonablemente deducirse
no sólo que la autoridad jurisdiccional ha valorado la pretensión deducida, sino
además los motivos que fundamentan la respuesta tácita.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto,
referido en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y
resolver a las pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente,
frustrando con ello el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho
sobre la cuestión formalmente planteada.
[179]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pronunciamiento judicial sobre las pretensiones planteadas, el derecho a la
ejecución de las sentencias y resoluciones ejecutoriadas y, el derecho a los recursos
previstos por ley.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto,
referido en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y
resolver a las pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente,
frustrando con ello el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho
sobre la cuestión formalmente planteada.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes; finalmente el art. 398
del CPP textualmente refiere: ‘Los tribunales de alzada circunscribirán sus
resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución’, se entiende con la
adecuada motivación en las resoluciones que pronuncie el Tribunal de alzada”.
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circunstancia al Juez de la causa y a la parte contraria, en procura de coadyuvar a la
sustanciación de un proceso sin dilaciones ni futuras nulidades.
CONTENIDO ESENCIAL DE LA RESOLUCIÓN EMITIDA POR EL TRIBUNAL DE
APELACIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0886/2017-S1
Sucre, 23 de agosto de 2017
A efectos de establecer, cuál es el campo de acción de los tribunales de alzada a tiempo de resolver una
apelación incidental planteada contra una imposición de medida cautelar, la SCP 0077/2012 de 16 de
abril, analizó el mandato contenido en el art. 398 del CPP, que en su texto señala: ‘“Los tribunales de
alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución”, precepto
normativo que establece que los aspectos apelados, establecen, circunscriben y delimitan la
competencia del tribunal de alzada para pronunciar su resolución, imponiendo una restricción al
pronunciamiento respecto a los asuntos; exceptuando aquellos casos en los que se evidencie la
existencia de defectos absolutos, dado que éstos no son susceptibles de convalidación; en este mérito,
la precita Sentencia Constitucional Plurinacional, estableció que: “De la norma legal precedente, de
manera general es posible concluir que los tribunales de alzada sólo pueden resolver y pronunciarse
sobre los agravios expresados en la apelación, no pudiendo ir más allá de lo que la parte apelante no
hubiere cuestionado respecto de la resolución apelada, dado que el ámbito en el que deben
circunscribir su actuación es a resolver los aspectos impugnados de quien tiene derecho de recurrir.
Sin embargo, tratándose de la aplicación de medidas cautelares, dicha normativa no debe ser
entendida en su literalidad sino interpretada en forma integral y sistemática, por lo que también cabe
referirse a lo establecido en el art. 233 del CPP, modificado por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010,
cuando señala que: ‘Realizada la imputación formal, el juez podrá ordenar la detención preventiva del
imputado, a pedido fundamentado del fiscal o de la víctima aunque no se hubiera constituido en
querellante, cuando concurran los siguientes requisitos: 1. La existencia de elementos de convicción
suficientes para sostener que el imputado es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible;
2. La existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso u
obstaculizará la averiguación de la verdad’.
Finalmente, cabe remitirse a lo previsto en el 236 del CPP, entre cuyos requisitos del auto de
detención preventiva se encuentran: ‘3) La fundamentación expresa sobre los presupuestos que
motivan la detención, con cita de las normas legales aplicables’.
En el marco de las normas legales citadas, aplicables al caso que se examina, se establece que el
límite previsto por el art. 398 del CPP a los tribunales de alzada, de circunscribirse a los aspectos
cuestionados de la resolución, no implica que los tribunales de apelación se encuentren eximidos de la
obligación de motivar y fundamentar la resolución por la cual deciden imponer la medida cautelar de
detención preventiva, quedando igualmente obligados a expresar la concurrencia de los dos
presupuestos que la normativa legal prevé para la procedencia de la detención preventiva, en el
entendido que ésta última determinación únicamente es válida cuando se han fundamentado los dos
presupuestos de concurrencia, para cuya procedencia deberá existir: 1) El pedido fundamentado del
fiscal o de la víctima aunque no se hubiere constituido en querellante; 2) La concurrencia de los
requisitos referidos a la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el
imputado es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible y la existencia de elementos de
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convicción suficiente de que el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de
la verdad; circunstancias que deben ser verificadas y determinadas por el tribunal y estar
imprescindiblemente expuestas en el auto que la disponga, por lo mismo, la falta de motivación por
parte de los tribunales de alzada no podrá ser justificada con el argumento de haberse circunscrito a
los puntos cuestionados de la resolución impugnada o que uno o varios de los presupuestos de
concurrencia para la detención preventiva no fueron impugnados por la o las partes apelantes.
En tal sentido, el tribunal de alzada al momento de conocer y resolver recursos de apelación de la
resolución que disponga, modifique o rechace medidas cautelares, deberá precisar las razones y
elementos de convicción que sustentan su decisión de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la
detención preventiva; expresando de manera motivada la concurrencia de los presupuestos jurídicos
exigidos para su procedencia, no pudiendo ser justificada su omisión por los límites establecidos en el
art. 398 del CPP”.
En consecuencia, en mérito a la previsión contenida en el art. 398 del CPP, a tiempo de resolver la
apelación, el Tribunal de alzada, deberá dar respuesta a todos los puntos apelados, lo que no implica
per sé que no deba analizar la concurrencia de los presupuestos descritos en el art. 233 del adjetivo
penal, siendo por el contrario su verificación, de cumplimiento inexorablemente; esto, en virtud a que
el imputado tiene derecho a conocer inequívocamente los motivos que llevaron al Tribunal de
apelación a mantener, revocar o modificar una medida cautelar, lo que no implica de ninguna manera,
que la valoración de los elementos concurrentes, represente un apartamiento de los aspectos
impugnados.
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contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter».
2) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 14.3) «Durante el proceso, toda persona
acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: c. A ser
juzgada sin dilaciones indebidas».
De lo anterior se extrae que la finalidad que persigue el legislador constituyente boliviano al
introducir, en concordancia con los preceptos internacionales aludidos, el derecho a ser juzgado
dentro de un plazo razonable, es que el imputado pueda definir su situación ante la ley y la sociedad
dentro del tiempo más corto posible, desde un punto de vista razonable; poniendo fin a la situación
de incertidumbre que genera todo juicio, y la amenaza siempre latente a su libertad que todo proceso
penal representa. Con esto se persigue evitar que la dilación indebida del proceso, por omisión o la
falta de la diligencia debida de los órganos competentes del sistema penal, pueda acarrear al
procesado lesión a otros derechos, entre ellos, el de la dignidad y la seguridad jurídica, que resulten
irreparables´(SC 0101/2004 de 14 de septiembre). Normas constitucionales que imponen a las
autoridades jurisdiccionales, a cumplir con la función de impartir justicia, de forma pronta, oportuna
y sin dilaciones; prevaleciendo el cumplimiento del principio de celeridad dentro de un debido
proceso; imponiendo al Estado la carga de garantizar su cumplimiento; motivo por el cual, las
normativas adjetivas penales contienen institutos jurídicos como el de la prescripción que causan la
extinción de la responsabilidad criminal por el transcurso de un determinado tiempo desde la
comisión del delito sin que el procedimiento se dirija o se reanude contra el supuesto culpable. Fin
para el cual, el propio Estado, a través de las normas penales, establece los límites de tiempo para
ejercer la persecución penal.
Refiriéndose a la prescripción en materia penal, la SC 0023/2007-R de 16 de enero, señaló lo
siguiente: «El art. 29 del CPP determina los plazos para la prescripción de la acción penal,
atendiendo al máximo legal de la pena privativa de libertad (presidio o reclusión) prevista para los
distintos tipos penales establecidos en el Código Penal. Los términos señalados en esa norma, de
acuerdo al art. 30 del CPP, empiezan a correr desde la media noche del día en que se cometió el delito
o en que cesó su consumación, y pueden interrumpirse por la declaratoria de rebeldía del imputado,
como se analizará posteriormente, y suspenderse en los siguientes casos previstos en el art. 32 del
CPP:
i.Cuando se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el período de prueba
correspondiente.
ii. Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones prejudiciales
planteadas.
iii. Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la conformidad de un gobierno
extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y,
iv. En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio regular de la
competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese estado.
Ahora bien, de acuerdo a nuestra norma procesal, sólo esas causales suspenden la prescripción; en
consecuencia, fuera de ellas, la prescripción continúa corriendo, independientemente de que se
hubiera iniciado o no la acción penal correspondiente, lo que sin duda marca una clara diferencia con
la anterior normativa sobre el particular, que en el art. 102 del Código Penal (CP) establecía que la
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prescripción se interrumpía con el inicio de la instrucción penal y se la computaba nuevamente desde
la última actuación que ésta registrara.
Efectivamente, el anterior sistema procesal, permitía la prolongación indefinida de los procesos y el
sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio Público y/o del querellante, quienes,
de manera arbitraria, podían hacer abandono del proceso penal y reactivarlo después de mucho
tiempo, sólo con la finalidad de evitar la prescripción, lo que determinaba la constante zozobra del
imputado y la vulneración de sus derechos y garantías, fundamentalmente del derecho a la seguridad
jurídica.
El nuevo Código de Procedimiento Penal, conforme se tiene dicho, cambia radicalmente el sistema
anterior, puesto que no establece entre sus causales de interrupción o prescripción de la acción penal,
el inicio de la acción penal; consecuentemente, es posible interponer esta excepción en cualquier
momento del proceso, conforme ha quedado establecido en la jurisprudencia del Tribunal contenida
en la SC 1510/2002-R, de 9 de diciembre, que de manera expresa determinó que la denuncia no
constituye causal de interrupción o suspensión de la prescripción al no estar contemplada en los arts.
29 y 31 CPP. Entendimiento que fue reiterado en la SC 0187/2004-R, de 9 de febrero, en la que se
determinó que: ‘…para la interrupción o suspensión de la prescripción, necesariamente tienen que
presentarse uno de los supuestos descritos, entre los que no se encuentra el inicio de la acción penal,
debiendo contarse el plazo desde el día en que supuestamente se consumó el delito, sin
interrupción…’.
Conviene dejar claramente establecido que tanto en la jurisprudencia glosada, así como las SSCC
0187/2004-R y 1214/2004-R, entre otras, se estableció que el inicio de la acción penal o la denuncia
ante el Ministerio Público, no constituye causal de interrupción o suspensión de la prescripción al no
estar contemplado en los citados arts. 29 y 31 del CPP, de manera tal que, al no constituir la denuncia
del hecho causal de suspensión ni de interrupción de la prescripción, no es posible derivar
conclusiones a partir de ésta, con relación a la prescripción de la acción penal seguida contra el
procesado’”
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días domingos; si bien en el caso de examen a audiencia de 22 de mayo de 2009, fue
suspendida hasta el 13 de julio del mismo año (cincuenta y dos días), esto se explica
por la recusación planteada en contra del Juez Técnico L.S.G.; es decir, todas las
demás suspensiones fueron realizadas dentro del plazo máximo de diez días; es
más, no consta en el acta de juicio oral que las partes hubiesen realizado declamo
alguno respeto a la dilación del proceso o saneamiento o en su caso conste reserva
de apelación conforme expresa el art. 407 del CPP, lo que implica que el Tribunal de
alzada aplicó erróneamente el art. 130 de la ley adjetiva procesal penal y dispuso la
nulidad de la Sentencia de manera arbitraria, puesto que la sola inobservancia de
los plazos no amerita la nulidad del proceso, sino más bien como se explicó en el
acápite III.1 de la presente resolución, el Tribunal de apelación debe considerar y
valorar las causas de la suspensión o interrupción al juicio, establecer a quien es
atribuible, si éstas son legítimas o razonables y fundamentalmente determinar si es
necesaria o justificable la nulidad del juicio, lo que no ocurrió en el caso, pues no
existe ninguna justificación sobre la nulidad de anular o disponer el reenvío del
juicio, menos si no se demostró objetivamente el quebrantamiento del principio de
continuidad o que hubiere dado lugar a la dispersión de la prueba, fundamento que
habilita la nulidad del juicio por vulneración al principio de continuidad.
Descriptor: Continuidad de juicio
Restrictor: criterios para valorarla
CONTROL DE ADMISIBILIDAD
AUTO SUPREMO Nº 448/2015-RRC
Sucre, 29 de junio 2015
En estricta relación con la temática planteada, es preciso desarrollar la
jurisprudencia referida a la facultad del Tribunal de alzada de verificar el
cumplimiento de los requisitos formales para la admisión del recurso de apelación,
examen que está supeditado a la debida fundamentación respecto a las razones por
las cuales la impugnación carecería de la carga argumentativa mínima para resolver
el fondo, dando lugar a un plazo de subsanación conforme los alcances del art. 399
del CPP, debido a que la normativa procesal penal no reconoce el rechazo in limine,
en resguardo de los derechos al debido proceso, en su elemento defensa, y a la
tutela judicial efectiva que detentan las partes procesales.
En ese sentido, a través de Auto Supremo 98/2013-RRC de 15 de abril, este
Tribunal concibió que: “Compete a los Tribunales Departamentales de Justicia en el
marco previsto por los arts. 51.2) y 407 y siguientes del CPP, examinar el
cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y resolver la admisión del recurso de
apelación restringida; al llevar a cabo esta misión, no pueden aplicar las normas de
modo automático ni literal, sino que su actividad debe estar regida por una serie de
principios que tiene su base en el derecho a la tutela judicial efectiva y a un debido
proceso con todas las garantías, considerando que el principio pro actione es el
principio informador de las normas procesales penales; en ese sentido, cuando el
Tribunal de apelación interpreta y aplica de forma excesivamente rigurosa y
formalista los criterios de admisibilidad, vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva
y el debido proceso, que buscan efectivizar la posibilidad de que todos puedan utilizar
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los recursos procesales previstos por ley, sin obstáculos innecesarios,
desproporcionados o carentes de justificación, de ahí que la norma procesal no
permite un rechazo in limine sino que a efectos de garantizar el derecho al
recurso, a la tutela judicial efectiva y al debido proceso en caso de existir un
defecto u omisión de forma, el juez o tribunal de apelación debe hacerlo
conocer al recurrente a través de observaciones claras y precisas,
otorgándole un plazo de tres días para que amplíe o corrija, bajo
apercibimiento de rechazo.
Incluso después de la corrección efectuada por la parte recurrente, el Tribunal de
apelación no debe aplicar las normas en su estricta literalidad, ni actuar
arbitrariamente en el ejercicio del poder valorativo para determinar si un recurrente ha
cumplido o no con los requisitos de admisibilidad, esta labor tiene su freno en la
Constitución; esto no supone que tenga la obligación de admitir todo recurso
que se formule, por el contrario en ejercicio de la facultad que la propia ley
le reconoce, puede perfectamente inadmitirlo cuando la falta de fundamentos
sea evidente, cierta y patente; pero la determinación debe estar
fundamentada en la aplicación e interpretación de la norma en el ámbito del
acceso al recurso, la tutela judicial efectiva y el principio pro actione.
En ese ámbito, a los efectos de la valoración del cumplimento de los requisitos de
admisibilidad, deben aplicarse los criterios rectores de la actividad jurisdiccional como
los principios de interpretación más favorable, de proporcionalidad y de subsanación.
El principio de interpretación más favorable a la admisión del recurso.- Partiendo del
derecho del acceso al recurso, se entiende que la Constitución contiene un mandato
positivo que obliga a interpretar la normativa vigente en el sentido más favorable para
la efectividad del derecho fundamental, de forma que, aunque las formas y requisitos
del proceso cumplen un papel importante para la ordenación del proceso, no toda
irregularidad formal puede convertirse en un obstáculo insubsanable para su
prosecución, este criterio tiene límites, atendiendo el carácter bilateral de un proceso,
al efecto el juzgador deberá considerar si la norma aplicada permite otra
interpretación alternativa y segundo si la interpretación adoptada es arbitraria o
inmotivada.
Principio de proporcionalidad.- Los defectos determinantes de inadmisión deben
interpretarse con criterios de proporcionalidad que tengan en cuenta los efectos de la
inobservancia de la regla en relación con la finalidad de los requisitos y presupuestos
procesales o dicho de otro modo, la interpretación debe realizarse teniendo en cuenta
la efectividad del derecho constitucional; en ese sentido, la mayor o menor severidad
en la exigencia de los requisitos de admisión guardara proporción con el fin.
Principio de subsanación.- En la legislación boliviana está recogido por el art. 399 del
CPP, en cuya virtud el rechazo de un recurso de apelación restringida
defectuosamente preparado o interpuesto, no podrá ser rechazado sin antes darse
oportunidad a su subsanación cuando esta sea susceptible de reparación”.
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Delitos: Estelionato
Resultado de Resolución: Admisible
Extracto Jurisprudencial: Contrastados los precedentes arriba mencionados con
los razonamientos insertos en el Auto de Vista impugnado, en relación a los
fundamentos contenidos en el recurso de casación, se evidencia que efectivamente,
el Tribunal de alzada en su último considerando modificó el quantum de la pena, sin
que este aspecto haya sido reclamado por la parte imputada en el recurso de
apelación restringida con los fundamentos ya esgrimidos supra; sin embargo, no es
cierto que se vulneró el principio de legalidad al no circunscribir sus actos a los
puntos apelados conforme los arts. 396 inc. 3 y 398 del CPP, pues cuando el
Tribunal de alzada evidencia de que concurrieron en la Sentencia impugnada
errores u omisiones formales relativas a la imposición de penas, cuenta con la
facultad para modificar directamente el quantum de la pena, conforme lo prescrito
en la primera parte del art. 414 del CPP, a través de su corrección observando los
principios constitucionales, procesales y los aspectos contemplados en los arts. 37,
38, 39 y 40 del CP, debiendo contener suficiente fundamentación, emitiendo
criterios jurídicos relativos al tipo penal, a la valoración de los hechos, las acciones y
del propio imputado, su personalidad, la motivación y otras circunstancias
concomitantes que corresponden al caso concreto, explicando de manera clara y
expresa cuáles son los aspectos o circunstancias que agravan o atenúan la pena, así
como las razones objetivas que determinan la reforma, lo contrario atenta contra el
derecho al debido proceso. Además de lo anterior, es el mismo Auto Supremo
333/2011 de 9 de junio, citado como precedente que establece excepciones cuando
señala: "Exceptuando los casos de vulneración de derecho fundamental defectos
absolutos, en los cuales puede pronunciarse de oficio. Debiendo realizar un análisis
pormenorizado de todo lo obrado y en caso de no ser ciertas las aseveraciones de las
partes confirmar la Sentencia, corrigiendo los errores de derecho como se tiene
referido precedentemente” (El subrayado es añadido). El caso en análisis, se
subsume claramente en las excepciones que establece el art. 169 inc. 3) del CPP que
regula: "Los que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías
previstos en la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados
internacionales vigentes y en este Código"; por lo tanto, en materia de derecho toda
regla tiene su excepción, al que se adecua perfectamente el caso, por existir una
vulneración de derechos y garantías constitucionales.
Descriptor: Control de la determinación de la pena
Restrictor: tribunal de Alzada puede realizar correcciones directamente en caso de
defectos absolutos por vulneración de derechos fundamentales
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regulan la forma y el contenido de la motivación; al respecto Keller citado por el
autor Fernando de la Rúa, refiere: “sólo al tribunal de mérito compete la selección del
material probatorio. Pero no cabe reconocer una facultad sin límites, porque los tiene
desde que la ley le obliga a desechar pruebas ilegales, so pena de incurrir en
nulidad (…), así como también a no dejar de valorar un elemento de juicio
debidamente incorporado al debate, si es pertinente y decisivo para la
dilucidación del caso, bajo la misma sanción (…). Es que tanto aquella valoración
como esta omisión, afectan la garantía de la inviolabilidad de la defensa en
juicio”
Este Tribunal en varias resoluciones como el Auto Supremo 354/2014-RRC de 30
de julio, en cuanto a la fundamentación y motivación probatoria, dispuso: “Respecto
a la Sentencia, el sistema procesal penal, impone requisitos esenciales de forma y
contenido, que se encuentran descritos en el art. 360 del CPP, concordante con los
arts. 124 y 173 del mismo cuerpo legal; exigencias, de las que se establece la
estructura básica de la Resolución de mérito, que debe encontrarse debidamente
fundamentada y motivada.
En lo atinente al objeto del recurso en examen, el inc. 2) del art. 360 del CPP, señala
que la Sentencia debe contener la enunciación del hecho y circunstancias que hayan
sido objeto del juicio; es decir, debe contener la relación de los hechos que dieron
origen al proceso, además de todas las circunstancias que se consideran probadas
(fundamentación fáctica), que inexcusablemente deben encontrarse
apropiadamente sustentadas por los medios probatorios incorporados legalmente al
juicio y que deben ser descritos de forma individual en la Sentencia
(fundamentación probatoria descriptiva), cuya valoración requiere, conforme el
art. 173 del CPP, que el Juez o Tribunal asigne el valor correspondiente, a cada uno
de los medios de prueba, aplicando las reglas de la sana crítica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales otorga un determinado
valor (positivo, negativo, relevante, irrelevante, útil, pertinente, etc.), para
posteriormente, vincular cada medio de prueba y con base en la apreciación conjunta
y armónica del elenco probatorio producido, emitir el fallo correspondiente
(fundamentación probatoria intelectiva).
En la parte dispositiva del fallo, conforme establece el art. 360 inc. 4) del CPP, el
juzgador debe justificar normativamente la decisión; es decir, debe citar, las normas
aplicables y en caso de emitirse Sentencia condenatoria de acuerdo al art. 365 del
CPP, el juzgador debe fijar con precisión la sanción correspondiente, con base en los
arts. 37, 38, 39, 40, 40 bis del CP -los últimos, cuando corresponda- tomando en
cuenta las atenuantes y agravantes que concurran (fundamentación jurídica).”
El autor Fernando de la Rúa haciendo referencia a los errores de fundamentación
distingue: i) falta de motivación, sobre la cual refiere que no puede consistir,
simplemente, en que el juzgador no consigne por escrito las razones que lo
determinan al declarar una concreta voluntad de la ley material que aplica, sino
también en no razonar sobre los elementos introducidos en el proceso de
acuerdo con el sistema impuesto por la ley procesal, esto es en no dar razones
suficientes para legitimar la parte resolutiva de la sentencia; ii) insuficiente
motivación, que no deja a la resolución privada de fundamentos eficaces. La ley
manda que la sentencia sea motivada, pero el pronunciamiento es fulminado con
nulidad, únicamente cuando falta la motivación, no cuando ella es sólo imperfecta o
defectuosa; iii) motivación contradictoria, que a decir de dicho autor se reconduce a
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la falta de motivación, porque los fundamentos contradictorios se destruyen
recíprocamente y dejan al pronunciamiento sin sustentación legal.
Debe agregarse que por Auto 073/2013-RRC de 19 de marzo, este Tribunal
precisó: “Una vez desarrollado el acto de juicio oral y agotadas las distintas
actividades descritas por el Código de Procedimiento Penal, que hacen a su
sustanciación, el Juez o Tribunal de Sentencia, en observancia del derecho al debido
proceso, en su vertiente de debida fundamentación de toda resolución judicial, deberá
emitir la Sentencia que corresponda, a través de una resolución debidamente
motivada que comprenda una fundamentación descriptiva, fáctica, analítica o
intelectiva y jurídica, lo que supone la precisión del conjunto de hechos que se tienen
por ciertos o debidamente probados con los requisitos de claridad, precisión y en
términos positivos; la trascripción sintética pero completa del contenido de la prueba;
la valoración propiamente dicha de la prueba o el análisis de los elementos de juicio
con que se cuenta, esto implica que en la Sentencia debe dejarse constancia sobre el
merecimiento o desmerecimiento de la prueba, así como su relevancia o no; la
calificación jurídica de la conducta desplegada por el imputado, lo que importa
analizar los elementos del delito como la tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad, esto
es la labor, a partir de los hechos estimados probados, de adecuar o no el hecho al
presupuesto normativo aplicable; y, en caso de optarse por la responsabilidad del
imputado, la determinación de la pena; incurriéndose en fundamentación insuficiente
la ausencia de cualquiera de las fundamentaciones señaladas; por ende, en el defecto
previsto por el art. 370 inc. 5) del CPP.
Ahora bien, el Tribunal de apelación, en ejercicio de la competencia asignada por el
art. 51 inc. 2) del CPP, y ante el reclamo del apelante en su recurso de apelación
restringida, tiene el deber de verificar que el Tribunal inferior al emitir la
Sentencia haya desarrollado la debida labor de motivación, por lo que, de
constatar la concurrencia de fundamentación insuficiente; en consecuencia, del
defecto insubsanable señalado por el citado art. 370 inc. 5) del CPP, debe disponer la
reposición del juicio por otro Juez o Tribunal de Sentencia en observancia del art. 413
del CPP”.
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establecido que de ninguna manera el Tribunal de apelación puede rever hechos y
volver a analizar las pruebas otorgándoles nuevo valor, conocido como la
revalorización de la prueba, incurriendo el Tribunal de alzada en el error de
"subsanar directamente" la defectuosa valoración de la prueba, hecho que le está
completamente vetado, puesto que su única competencia sobre este aspecto es
ejercer el control de la valoración realizada por el Juez o Tribunal de Sentencia, a
efecto de constatar si se ajusta o no a las reglas de la sana crítica y si se halla
debidamente fundamentada; (…) Bajo tales parámetros, se evidencia que el Tribunal
de alzada incurrió en un defecto absoluto no susceptible de convalidación; lo que
implica, que, asumió inadecuadamente el deber de control de la fundamentación
probatoria, tanto descriptiva e intelectiva de la Sentencia, olvidando que la
atribución de valorar la prueba y revisar las cuestiones de hecho, son de exclusiva
competencia del Tribunal de Sentencia; por cuanto, los motivos deviene en
fundados.
Descriptor: Control de la fundamentación probatoria, tanto descriptiva e intelectiva
de la Sentencia
Restrictor: La atribución de valorar la prueba y revisar las cuestiones de hecho, son
de exclusiva competencia del Tribunal de Sentencia
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países de América Latina se ha asumido el modelo acusatorio, garantista, democrático y público, para
el ejercicio de la acción penal.
La importancia del “control de legalidad” de la investigación penal, puede evidenciarse en la práctica
analizando las funciones de los órganos de investigación en el proceso penal, y puede concluirse que
son tres los principales beneficios del control de legalidad: a) Sistema de control de vigencia de los
derechos y garantías constitucionales; b) Manifestación del subprincipio de separación de poderes en
el ejercicio de la persecución penal estatal; y, c) Control del retardo de la etapa de investigación.
1) Sistema de control de vigencia de los derechos y garantías constitucionales.- El juez cautelar se
constituye en un verdadero contralor de constitucionalidad del proceso penal, por lo cual la existencia
de este control viabiliza la descongestión del sistema concentrado de revisión de acciones tutelares; al
respecto tenemos abundante jurisprudencia constitucional que afirma este beneficio, así la SC
0181/2005-R de 3 de marzo, respecto a un recurso de hábeas corpus, en que el entonces recurrente
denunció que el Juez de Instrucción de Villa Tunari vulneró su derecho a la libertad por detención
indebida e ilegal, debido a que la autoridad dispuso su detención preventiva pasadas las veinticuatro
horas desde su aprehensión, desconociendo el art. 303 del CPP, cuando de oficio debió haber
dispuesto su libertad. El Tribunal Constitucional, de la revisión de antecedentes, estableció que la
parte recurrente no impugnó ante el juez competente la supuesta lesión al derecho a la libertad que
invocaba como lesionada en el presente recurso, tampoco lo hizo en la audiencia pública de
aplicación de medidas cautelares, por lo que declaró la improcedencia del recurso presentado. En
virtud del siguiente argumento: “De lo anterior se extrae que todo imputado que considere que en el
curso del proceso investigativo ha sufrido una lesión de un derecho fundamental, entre ellos, el
derecho a la libertad en cualquiera de las formas en que pueda sufrir menoscabo, debe impugnar tal
conducta ante el juez instructor, que es el órgano jurisdiccional que tiene a su cargo el control de la
investigación, desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria. Así, el Código de
procedimiento penal al prever la existencia de un órgano jurisdiccional competente para conocer y
resolver de manera directa y expedita, las supuestas vulneraciones a los derechos y garantías que
pudieran tener origen en los órganos encargados de la persecución penal; no resulta compatible con
el sistema de garantías previsto en el ordenamiento aludido, acudir directamente o de manera
simultánea a la justicia constitucional, intentando activar la garantía establecida por el art. 18
constitucional, ignorando los canales normales establecidos. Consiguientemente, el hábeas corpus
sólo se activa en los casos en que la supuesta lesión no sea reparada por los órganos competentes de
la jurisdiccional ordinaria aludidos”.
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(Pacto de San José de Costa Rica), y art. 14 núm. 5 de la Ley 2119 de 11 de septiembre de
2000 (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos).
En etapa de alzada la normativa procesal penal, establece que el recurso de apelación
restringida constituye el único medio para impugnar la Sentencia; consecuentemente, el
control de la legalidad ordinaria y logicidad del fallo de mérito, debe ser ejercido por el
Tribunal de apelación conforme disponen los arts. 51 inc. 2) del CPP y 58 inc. 1) de la LOJ.
Debe añadirse que este control debe estar sustentado en la Ley, observando, siempre
conforme lo alegado en el recurso de alzada, que la Sentencia no haya incurrido en los
defectos descritos en el art. 370 del CPP, que pudieran tener como consecuencia la
configuración de defectos absolutos inconvalidables por vulneración a normativa penal
sustantiva o adjetiva y con ella infracción de derechos y garantías establecidas en la
Constitución Política del Estado.
Debe añadirse, que en el régimen procesal penal vigente, la valoración de la prueba está
regida por el sistema de valoración de la sana crítica, así el art. 173 del CPP señala: “El juez o
tribunal asignará el valor correspondiente a cada uno de los elementos de prueba, con
aplicación de las reglas de la sana crítica, justificando y fundamentando adecuadamente las
razones por las cuales les otorga determinado valor, en base a la apreciación conjunta y
armónica de toda la prueba esencial producida” Ahora bien, la sana crítica implica que en la
fundamentación de la Sentencia, el juzgador debe observar las reglas fundamentales de la
lógica, la psicología y la experiencia.
Esta fundamentación o motivación sobre la base de la sana crítica, consiste en la operación
lógica fundada en la certeza, observando los principios lógicos supremos que gobiernan la
elaboración de los juicios (conclusiones) y dan base cierta para determinar si son verdaderos
o falsos. Las leyes del pensamiento son leyes que se presentan en el raciocinio como
necesarias, evidentes e indiscutibles a momento de analizar esas conclusiones. Leyes que,
como es conocido en la doctrina están regidas por los principios lógicos de identidad,
contradicción, tercero excluido y razón suficiente.
Siendo así que, ante la impugnación de errónea valoración de la prueba; es decir, incorrecta
aplicación de los anteriores criterios en la fundamentación de la Sentencia por el Juez, es el
Tribunal de alzada el encargado de verificar si los argumentos y conclusiones de la Sentencia
reúnen los requisitos para ser considerados lógicos; esto es, que no contengan afirmaciones
falsas, incoherentes o absurdas, lo que se podrá verificar, haciendo un análisis respecto de la
valoración de la prueba, contrastando justamente con las señaladas leyes del pensamiento
humano. Luego, si el Tribunal de alzada encuentra que se ha quebrantado estas
leyes; es decir, existe errónea aplicación de la ley adjetiva, por inadecuada
valoración de la prueba por parte del Juez o Tribunal de sentencia, corresponde la
nulidad de la Sentencia y ordenar la reposición del juicio por otro Juez o
Tribunal conforme dispone el art. 413 del CPP, al estarle prohibido corregir
directamente el defecto, como consecuencia del impedimento de revalorización de la prueba,
en resguardo de los principios de inmediación, oralidad, concentración, contradicción, que
son rectores del proceso penal y a los que está sometida la valoración de la prueba.
[193]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Conforme la reiterada doctrina legal establecida por el máximo Tribunal de Justicia, se ha
dejado sentando que el sistema recursivo contenido en el Código de Procedimiento Penal, fue
establecido con la finalidad de que los sujetos procesales, que se consideraran agraviados
con la emisión de un fallo, puedan acudir ante un Tribunal superior a efectos de hacer valer
sus pretensiones, efectivizándose así las garantías jurisdiccionales, principios y garantías
constitucionales contenidos en los arts. 109, 115, 116 y 180.I.II de la CPE relativos a los
arts. 8.2 inc. h) de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993 (Pacto de San José de Costa Rica) y
art. 14 núm. 5 de la Ley 2119 de 11 de septiembre de 2000 (Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos).
En etapa de alzada, la normativa procesal penal, establece que el recurso de apelación
restringida constituye el único medio para impugnar la Sentencia; consecuentemente, el
control de la legalidad ordinaria y logicidad del fallo de mérito, debe ser ejercido por el
Tribunal de apelación conforme disponen los arts. 51 inc. 2) del CPP y 58 inc. 1) de la LOJ.
Debe añadirse que este control debe estar sustentado en la Ley; observando siempre
conforme lo alegado en el recurso de alzada, que la Sentencia no haya incurrido en los
defectos descritos en el art. 370 del CPP, que pudieran tener como consecuencia la
configuración de defectos absolutos inconvalidables por vulneración a normativa penal
sustantiva o adjetiva y con ella infracción de derechos y garantías establecidas en la
Constitución Política del Estado.
[194]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Conforme la reiterada doctrina legal establecida por el máximo Tribunal de Justicia, se ha
dejado sentando que el sistema recursivo contenido en el Código de Procedimiento Penal, fue
establecido con la finalidad de que los sujetos procesales, que se consideraran agraviados
con la emisión de un fallo, puedan acudir ante un Tribunal superior a efectos de hacer valer
sus pretensiones, efectivizándose así las garantías jurisdiccionales, principios y garantías
constitucionales contenidos en los arts. 109, 115, 116 y 180.I.II de la CPE relativos a los
arts. 8.2 inc. h) de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993 (Pacto de San José de Costa Rica) y
art. 14 núm. 5 de la Ley 2119 de 11 de septiembre de 2000 (Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos).
En etapa de alzada, la normativa procesal penal, establece que el recurso de apelación
restringida constituye el único medio para impugnar la Sentencia; consecuentemente, el
control de la legalidad ordinaria y logicidad del fallo de mérito, debe ser ejercido por el
Tribunal de apelación conforme disponen los arts. 51 inc. 2) del CPP y 58 inc. 1) de la LOJ.
Debe añadirse que este control debe estar sustentado en la Ley, observando siempre
conforme lo alegado en el recurso de alzada, que la Sentencia no haya incurrido en los
defectos descritos en el art. 370 del CPP, que pudieran tener como consecuencia la
configuración de defectos absolutos inconvalidables por vulneración a normativa penal
sustantiva o adjetiva y con ella infracción de derechos y garantías establecidas en la
Constitución Política del Estado.
[195]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 15 de junio de 2015
De acuerdo a la naturaleza acusatoria del procedimiento penal vigente en Bolivia, en
el que priman los principios de oralidad, inmediación y contradicción, en mérito a
los cuáles el juez o tribunal de juicio tienen conocimiento directo de los hechos y
pruebas sobre los cuales el acusador pretende demostrar la comisión de un hecho
delictivo frente a la actividad defensiva del acusado, constituye su potestad privativa
la valoración de la prueba sobre la cual formará convicción a efectos de emitir su
decisión, determinando si efectivamente la parte acusada tiene responsabilidad en el
hecho delictivo atribuido, limitándose la facultad de los Tribunales de alzada, en
grado de apelación restringida, a pronunciarse únicamente sobre impugnaciones de
derecho, de acuerdo a los alcances del art. 407 del CPP, encontrándose impedido de
replicar la facultad asignada al Tribunal de juicio, de valoración probatoria.
[196]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada
es el principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar las
reglas de la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su crítica con el
razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se encuentran obligados a
motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de quienes motivan sus recursos
en la inobservancia de las reglas de la sana critica, señalar las partes del decisorio
donde constan los errores lógico-jurídicos, proporcionando la solución que pretenden
en base a un análisis lógico explícito; será pues obligación del recurrente, al alegar la
infracción basada en la inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar
en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no referirse ha
actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de mérito, la
inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado en la ley
adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el recurso de
apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos motivos y en
caso de no ser debidamente subsanada la observación referida, los Tribunales
deberán declarar inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán
reiterarse estos argumentos en el recurso de casación.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación
de la sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un hecho
que sea contrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un elemento de
juicio o que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren cosa diferente a
la que se tiene como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica,
tiene que referirse a hechos que en un momento histórico no son imposibles
naturalmente, porque no se opone a ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos
indican ni nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos;
simplemente nos suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad,
sobre el razonamiento del juez” (similar entendimiento en el Auto Supremo 011 de 6
de febrero de 2013).
[197]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La parte recurrente invoca el Auto Supremo 369/2014 de 8 de agosto, que fue
pronunciado dentro de un proceso penal seguido por el delito de Abuso de Confianza; Auto
de Vista que fue dejado sin efecto al evidenciarse que el Tribunal de apelación, no ejerció su
función de control de verificación de la correcta fundamentación probatoria efectuada en la
Sentencia, incumpliendo con su labor de verificación del iter lógico en la valoración de la
prueba, en vulneración al derecho a la defensa invocado por el recurrente, situación por la
que el Tribunal de alzada debía ejercer su deber de control a través de una Resolución
debidamente fundamentada, conforme se estableció en el Fundamento Jurídico III.2.1 de
este Auto Supremo.
Ahora bien, toda vez que el precedente invocado contiene hechos similares al
denunciado vía recurso de casación, se reitera que este Tribunal se avocara únicamente al
análisis del aspecto admitido mediante Auto Supremo 892/2016-RA de 14 de noviembre,
donde el recurrente denuncia que existiría contradicción entre el precedente y el Auto de
Vista ahora impugnado, porque el Tribunal de alzada no hubiese realizado el control de
logicidad sobre las pruebas que llevaron a adecuar su conducta.
De la revisión del Auto de Vista ahora impugnado, se tiene que, el Tribunal de alzada
argumentó que el Tribunal de Sentencia valoró adecuadamente cada una de las pruebas
introducidas al juicio oral y contradictorio, así como de manera conjunta toda la prueba que
fue contrastada con los hechos acusados a partir de la revelación congruente de la denuncia
del padre de la víctima ante el Ministerio Público, también la Defensoría de la Niñez y
Adolescencia, la entrevista psicológica realizada a la menor y el dictamen pericial;
circunstancias conclusivas que fueron determinadas por las pruebas aportadas en juicio y no
fueron desvirtuadas por la defensa, por lo que, se cumplieron los principios rectores que
pregonan los arts. 124 y 173 del CPP, ya que adecuaron a cada una de las reglas de la sana
crítica racional, constatándose suficiente fundamentación y valoración inmersa dentro del
ámbito del derecho al debido proceso.
En este sentido, se constata que el Tribunal de alzada, verificó a tiempo de resolver el
recurso de apelación restringida, el proceso lógico seguido por el Tribunal de Sentencia en su
razonamiento a través del examen sobre la aplicación de las reglas de la sana crítica en la
fundamentación de la Sentencia, cotejando los hechos con cada una de las pruebas, así
identificó de manera clara, cuáles fueron los elementos probatorios que conllevaron a la
convicción de que efectivamente el imputado es autor de la comisión del delito de Abuso
Sexual, en lo esencial, a partir de la labor y análisis conjunto de la prueba judicializada como
es la entrevista psicológica realizada a la menor y el dictamen pericial, que fueron
contrastados armónicamente con los testimonios de la menor de edad, concluyendo el Auto
de Vista que encuentra en la Sentencia la aplicación de las reglas que componen la sana
crítica, detallando así las circunstancias del hecho sucedido, la intimidación por la edad que
tenía el imputado y la mayor vulnerabilidad de la niña por su condición de minoridad;
también dichas pruebas fueron relacionadas con el dolo, ya que se asumió que el imputado
planificó el cómo engañarle a la víctima para llevarle a un lugar en horas de la noche donde
efectivamente no existía gente. Planificación que sirvió como dijo correctamente el Auto de
Vista y la Sentencia, para la satisfacción sexual del imputado acomodando así su conducta al
tipo penal de Abuso Sexual, pues si bien no existió acceso carnal, toda la prueba y
el iter lógico desplegado por el Tribunal de alzada, demuestra que existió actos sexuales
contra una menor de edad y que en el juicio oral, la tesis de la acusación fiscal no fue
desacreditada por ningún medio idóneo.
[198]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En este sentido, a partir de la lógica, no se podría pretender que existan testigos presenciales
como alega el imputado, justamente porque existió un iter criminis con el fin de engañar,
intimidar y llegar a una satisfacción sexual, o sea, existió todo un proceso de desarrollo para
llegar al objetivo, aprovechando se reitera, la minoridad de la víctima y la edad del imputado,
pues su simple presencia en un lugar oscuro (noche) y donde no existe gente, sin duda
atemoriza e intimida a una menor de edad, fruto de ello, que escapó la menor cuando el
imputado la abrazó conforme se tiene en los hechos probados y correctamente analizados
por el Tribunal de alzada; consiguientemente, el Auto de Vista verificó que la Sentencia
contiene la debida fundamentación respecto a la valoración probatoria otorgada, no estando
facultada como dice el propio Tribunal de alzada de otorgarle otro valor al dispuesto por el
Tribunal de mérito, por lo que, no existe contradicción entre el Auto de Vista y el precedente
invocado, deviniendo el motivo en infundado.
[199]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
las reglas de la sana crítica, justificando y fundamentando adecuadamente las
razones por las cuales les otorga determinado valor, en base a la apreciación
conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida”; lo que implica, que el
juzgador debe observar las reglas fundamentales de la lógica, la psicología y la
experiencia en la emisión de la sentencia, que podrá ser impugnada, cuando la parte
considere que no fueron aplicadas correctamente.
Consiguientemente, ante la denuncia de errónea valoración de la prueba por la
incorrecta aplicación de las leyes del pensamiento humano respecto a la sana
crítica, que además deberá contener necesariamente la identificación de cuáles los
elementos de prueba incorrectamente valorados, así como la solución pretendida; el
Tribunal de alzada, verificará si los argumentos y conclusiones de la Sentencia,
reúnen los requisitos para ser considerados lógicos, y de evidenciar el reclamo,
determinará la nulidad de la Sentencia y la reposición del juicio, ante la prohibición
de corregir directamente el defecto, conforme dispone el art. 413 del CPP; en cambio
de resultar incorrecta la denuncia, dispondrá su rechazo y confirmará lo resuelto en
sentencia por el A quo.
Este entendimiento ha sido ampliamente desarrollado en el Auto Supremo 214 de
28 de marzo de 2007, que señala: “El Tribunal de Sentencia, establece la existencia
del hecho y la culpabilidad del procesado, mientras que los Tribunales de alzada
tienen como objetivo verificar si el iter lógico expresado en la fundamentación del fallo
se encuentra acorde con las reglas del recto entendimiento humano; analizando si la
motivación es expresa, clara, completa y emitida con arreglo a las normas de la sana
crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la psicología, controlando si las
conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto entendimiento humano, sin
que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración de los hechos o de las
pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación restringida, la
infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuales
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas
erróneamente, expresando las partes de la sentencia en las que consta el
agravio.
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada
es el principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar
las reglas de la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su
crítica con el razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se
encuentran obligados a motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de
quienes motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas de la sana
critica, señalar las partes del decisorio donde constan los errores lógico-
jurídicos, proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis
lógico explícito; será pues obligación del recurrente, al alegar la infracción basada
en la inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar en sus
argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no referirse ha
actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de mérito, la
inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado en la ley
adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el recurso de
apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos motivos y en
caso de no ser debidamente subsanada la observación referida, los Tribunales
[200]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
deberán declarar inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán
reiterarse estos argumentos en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar
la sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó
adecuadamente el sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del
correcto entendimiento humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las propias
apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes de la
sentencia donde se hubieran infringido los principios alegados, requisitos
indispensables cuando se reclama sobre la presunta falta de coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación
de la sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un hecho
que sea contrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un elemento de
juicio o que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren cosa diferente a
la que se tiene como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica,
tiene que referirse a hechos que en un momento histórico no son imposibles
naturalmente, porque no se opone a ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos
indican ni nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos;
simplemente nos suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad,
sobre el razonamiento del juez”
Por lo señalado precedentemente, el Tribunal de alzada tiene la obligación de
efectuar la labor de control de logicidad ante la denuncia de errónea valoración de la
prueba; como también resulta inexcusable para el recurrente señalar e identificar
qué elementos de prueba fueron incorrectamente valorados y cuál la solución que
pretende; es decir, precisar qué partes de la decisión incurrieron en errores lógico-
jurídicos en el que se aplicaron de manera inadecuada las reglas de la sana crítica,
con el correspondiente análisis lógico buscado; y no referirse a aspectos procesales
que no vayan a tener incidencia en el fondo del litigio; de ser así, el Tribunal de
apelación determinará por declarar inadmisible, si pese a haber otorgado el plazo de
tres días para la subsanación del recurso persistió el incumplimiento de lo
observado.
[201]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la sana crítica, inclusión de prueba que no ha sido producida, exclusión de la
prueba que ha sido producida o valoración de prueba ilícita.
El Auto Supremo 304/2012-RRC de 23 de noviembre, sobre la competencia del
Tribunal de alzada relacionada a la valoración de la prueba, asumió la siguiente
doctrina legal: “El Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación restringida,
tiene el deber de ejercer el control de la valoración de la prueba realizada por el Juez
o Tribunal de Sentencia, a efecto de constatar si se ajusta a las reglas de la sana
crítica y que se halle debidamente fundamentada; sin embargo, esto no supone un
reconocimiento a la posibilidad de que aquel Tribunal pueda ingresar a una nueva
revalorización y en consecuencia cambiar la situación jurídica del imputado, de
absuelto a condenado o viceversa; porque de hacerlo desconocería los principios
rectores de inmediación y contradicción que rigen la sustanciación del juicio penal,
incurriendo en un defecto absoluto no susceptible de convalidación emergente de la
vulneración de los derechos a la defensa y al debido proceso; debiendo reiterarse que
si bien el art. 413 in fine del CPP, establece que: ’Cuando sea evidente que para
dictar una nueva sentencia no es necesaria la realización de un nuevo juicio, el
tribunal de alzada resolverá directamente’, el alcance de la referida disposición legal,
no otorga facultad al Tribunal de apelación de hacerlo respecto a temas relativos a la
relación de los hechos o a la valoración de la prueba, que al estar sujetos a los
principios citados de inmediación y contradicción, propios del sistema procesal
acusatorio vigente en el Estado boliviano, resultan intangibles”.
[202]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por lo que se concluye que, el principio de inmediación probatoria sólo es realizado
por el Tribunal de mérito; en consecuencia, el Tribunal de alzada no puede
pretender ni está facultado para revalorizar prueba ni revisar cuestiones de hecho,
por ser una facultad privativa del A quo y porque el sistema procesal penal no
admite la segunda instancia.
[203]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
S.C.P. 0557/2015-S3 Sucre, 26 de mayo de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El Código de Procedimiento Penal en su art. 54.1, establece que el Juez de Instrucción en lo
Penal, es la autoridad encargada de ejercer el control jurisdiccional de la investigación y
conforme a lo previsto en su art. 279, específicamente de los actos del Ministerio Público y
de funcionarios policiales.
El Tribunal Constitucional, mediante la SC 0080/2010-R de 3 de mayo, señaló que: “Si antes
de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía cometieron arbitrariedades
relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y todavía no existe aviso del
inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante el juez cautelar de turno. En
los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el aviso del
inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella donde se
debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De no ser así, se
estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través del
legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el
control de la investigación” (las negrillas son nuestras).
En ese sentido la SC 0181/2005-R de 3 de marzo, estableció que: “…todo imputado que
considere que en el curso del proceso investigativo ha sufrido una lesión de un
derecho fundamental, entre ellos, el derecho a la libertad en cualquiera de las formas
en que pueda sufrir menoscabo, debe impugnar tal conducta ante el juez instructor,
que es el órgano jurisdiccional que tiene a su cargo el control de la investigación,
desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria. Así, el Código de
procedimiento penal al prever la existencia de un órgano jurisdiccional competente para
conocer y resolver de manera directa y expedita, las supuestas vulneraciones a los derechos
y garantías que pudieran tener origen en los órganos encargados de la persecución penal; no
resulta compatible con el sistema de garantías previsto en el ordenamiento aludido, acudir
directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional, intentando activar la
garantía establecida por el art. 18 constitucional, ignorando los canales normales
establecidos. Consiguientemente, el hábeas corpus sólo se activa en los casos en que la
supuesta lesión no sea reparada por los órganos competentes de la jurisdiccional ordinaria
aludidos”
[204]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en los arts. 200 y 203 del CP; seguidamente, la defensa solicitó se pregunte a las
partes si iban o no a plantear incidentes y excepciones, siendo desestimada la
pretensión con el argumento de que sólo podía plantearse incidentes sobrevinientes,
motivando que la defensa haga reserva de apelación que conforme el sistema
recursivo no correspondía sino el recurso de reposición al tratarse de una
providencia de mero trámite; es más, no es evidente como sostiene el recurrente,
que se le haya privado de incidentar la incompetencia del tribunal, al evidenciarse
de antecedentes que el imputado opuso incidente de actividad procesal defectuosa,
cuestionando precisamente la falta de competencia del Tribunal, pretensión que fue
desestimada mediante Resolución 19/2013 de 5 de abril, que en su parte dispositiva
resolvió: ''RECHAZA LOS DOS INCIDENTES PLANTADOS POR LA DEFENSA
incidente de incompetencia en razón de materia y incidente de actividad procesal
defectuosa" (sic), advirtiéndose que si bien el imputado hizo reserva de apelación, no
la concretizó a tiempo de formular apelación una vez emitida la sentencia
pronunciada en su contra; lo que implica, que aun siendo cierto que la conclusión
asumida por el Tribunal de alzada respecto a que el imputado no hizo reserva de
apelación no es evidente, dicho extremo no tiene el mérito para dejar sin efecto el
Auto de Vista impugnado como pretende la parte recurrente, más cuando se
considera los principios reguladores de las nulidades en el proceso penal
desarrollados en el acápite IIl.1.3. del presente fallo, teniendo en cuenta que
conforme se estableció en el análisis relativo al primer motivo del recurso de
casación, el Tribunal de alzada asumió que los certificados emitidos por las
autoridades Indígena Originaria Campesinas se constituyen en documentos Públicos
y no privados; en consecuencia, al no advertirse contradicción alguna con el
precedente invocado, el presente motivo deviene también en infundado.
Descriptor: Convalidación de defectos
Restrictor: Si bien el imputado hizo reserva de apelación, no la concretizó a tiempo
de formular apelación una vez emitida la sentencia pronunciada en su contra
[205]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ideológica), ambos del CP, en tanto que los querellantes previa afirmación de existir
los elementos constitutivos del delito de Uso de Instrumento Falsificado, en el
subtítulo destinado a su petitorio enfatizaron que las conductas de los imputados,
se ajustaban en los arts. 14, 20, 199 y 203, todos del CP; actuaciones que derivaron
en el pronunciamiento del Auto de Apertura de Juicio Oral, emitido mediante
Resolución 050/2012 de 18 de julio, que cursa de fs. 187 a 187 vta., por el cual el
Tribunal de Sentencia Séptimo, dispuso la Apertura de Juicio Oral, por los delitos de
Uso de Instrumento Falsificado y Falsedad Ideológica, previstos en los arts. 203 y
199 del CP.
Precisados estos antecedentes, conviene señalar que el fundamento del recurso de
casación respecto al cual, este Tribunal abrió su competencia conforme se establece
del Auto Supremo 475/2015-RA de 10 de junio, está referido a la denuncia contra el
Auto de Vista impugnado, que no hubiese considerado la palabra “en relación” (sic),
refiriendo que sus personas habrían acusado por el delito de Uso de Instrumento
Falsificado -en relación- a Falsedad Ideológica y no por dos delitos independientes,
convalidando el de alzada una sentencia que absuelve a los imputados por dos
delitos, fundamentando que con ese actuar, vulneraron según el planteamiento de
los recurrentes, uno de los principios rectores de la correlación entre la acusación y
la Sentencia que es parte del debido proceso por corresponder al eje principal del
sistema acusatorio: el principio de congruencia.
Ahora bien, debe considerarse que el principio de congruencia, consiste en que la
Sentencia que emita el Tribunal o Juez de la causa, debe circunscribirse a los
hechos acusados; es decir, el llamado principio de coherencia o de correlación entre
la acusación y sentencia, implica que la sentencia tiene que versar únicamente
sobre hechos o circunstancias contemplados en la acusación y que constituye una
garantía fundamental del debido proceso en materia penal, que debe ser observado
por los Tribunales y Jueces al emitir sus fallos. Este razonamiento se ha mantenido
de manera uniforme y reiterada, habida cuenta que esta Sala en el Auto Supremo
073/2013-RRC de 19 de marzo, refiriéndose, en uno de sus fundamentos, al
principio de congruencia, sostuvo: “Este principio referido a la imprescindible
correspondencia que debe existir en materia penal, entre los hechos acusados
por la acusación fiscal y/o particular, con los hechos por los que se condena
en sentencia, se halla inmerso en el art. 362 del CPP, al prescribir: ‘El imputado no
podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su
ampliación’, norma que guarda concordancia con el art. 342 del mismo Código, al
establecer que en ningún caso los juzgadores pueden incluir en el Auto de apertura de
juicio, hechos no contemplados en alguna de las acusaciones”.
Entendimiento que guarda relación con el señalado en el Auto Supremo 085/2013-
RRC de 28 de marzo, que sobre el particular añadió: “…la calificación legal de los
hechos investigados precisada en los actos procesales anteriores a la sentencia, tales
como imputación formal, aplicación de medidas cautelares, acusación pública o
particular, son eminentemente provisionales, esto es, susceptibles de modificación,
siendo que, la facultad de establecer en definitiva la adecuación penal que
corresponde al hecho delictivo, es del Juez o Tribunal en Sentencia, en el fallo final,
quien después de establecer el hecho probado, subsume el mismo en el tipo penal que
corresponde conforme a los presupuestos configurativos preestablecidos por el Código
Penal, para finalmente imponer la sanción prevista”.
[206]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En el caso presente, conforme se advierte de los antecedentes expuestos de la
acusación pública, se tiene que el Ministerio Público acusó por el delito de Uso de
Instrumento Falsificado en relación al delito de Falsedad Ideológica; sin embargo,
también se constata de la acusación particular que, no obstante haber acusado por
el delito de Uso de Instrumento Falsificado, también se citó como base normativa los
arts. 199 (Falsedad Ideológica) y 203 (Uso de Instrumento Falsificado) del CP, como
delitos independientes, motivando la emisión del Auto de Apertura que estableció la
base del juicio por ambos delitos, determinándose previo desarrollo del juicio oral
por ambos ilícitos y al no haberse demostrado la culpabilidad de los imputados, su
absolución en términos correlativos a las acusaciones pública y privada y el Auto de
Apertura; motivo por el cual el Tribunal de alzada de manera clara y concisa, explicó
que no era evidente la denuncia, por lo que consideró que no eran viables los
fundamentos de la parte acusadora respecto a este punto siendo finalmente
declarado improcedente, sin que este Tribunal advierta la existencia de vulneración
del debido proceso ni el principio de congruencia, pues siguiendo el entendimiento
jurisprudencial glosado precedentemente, el objeto del juicio oral en materia penal
es el hecho y no el tipo penal, resultando provisional la calificación legal que se haga
en las actuaciones precedentes a la sentencia como las acusaciones y el propio Auto
de apertura de juicio; resultando infundado el motivo sujeto al presente análisis.
[207]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese sentido, y no obstante que la regulación del art. 53 de la LOJ determina que: “Las
resoluciones que adopten las Salas Especializadas serán por mayoría absoluta de votos de sus
miembros”, debe tenerse presente que la votación no es un método para decidir sino solo un
instrumento para cerrar el ya referido proceso deliberativo o argumentativo que genera la decisión,
por lo cual, en el caso de Salas Penales conformadas por dos miembros, resulta necesario que las
decisiones de los casos de su conocimiento, sean sometidas por regla general primero al consenso de
sus dos integrantes, y solo de manera excepcional y ante la imposibilidad de consenso, con la
convocatoria a un tercer y único Vocal dirimidor, pues en este último caso, estando ya conformada la
Sala por un número impar de miembros, están dadas las condiciones para la emisión de una
Resolución consensuada y con un mínimo de dos votos con criterios consensuados.
Ello en atención a que la diferencia de opiniones no puede paralizar o impedir la decisión
judicial, más aun tratándose de medidas cautelares, donde la definición de una situación jurídica
personal debe ser pronta y expedita, siendo en ese sentido que la jurisprudencia constitucional ha
establecido que todo tipo de decisiones judiciales vinculadas con el derecho a la libertad personal,
tienen que ser: tramitadas, resueltas (SC 0224/2004-R de 16 de febrero) y efectivizadas (SC
0862/2005-R de 27 de julio) con la mayor celeridad (SCP 0528/2013 de 3 de mayo).
Así, se entiende que la búsqueda del consenso como primera alternativa para alcanzar la decisión del
caso, refleja un responsable y minucioso proceso de deliberación jurisdiccional, ante cuya imposibilidad
concurre la referida regla de votación por mayoría absoluta (art. 53 de la LOJ), la que debe ser salvada por el
tercero convocado a dirimir, a quien también le corresponde contribuir en primer término al consenso con la
consiguiente fundamentación y argumentos de su posición, y en su defecto, zanjar la disidencia producida entre
los dos Vocales titulares del Tribunal, haciendo operativa la regla de la votación, pero de ningún modo su
actuación puede conllevar empantanar el camino a la decisión, de lo que se concluye que convocado el Vocal
dirimidor, el Tribunal colegiado está constreñido a emitir resolución con voto y decisión mayoritaria, en base a
una deliberación en la que convergerá la fundamentación de posición que necesariamente derivará en asumir
consenso para así lograr una determinación y emitir resolución‴.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
relevante, irrelevante, útil, pertinente, etc.), para posteriormente, vincular cada medio de
prueba y con base en la apreciación conjunta y armónica del elenco probatorio producido,
emitir el fallo correspondiente (fundamentación probatoria intelectiva).
En la parte dispositiva del fallo, conforme establece el art. 360 inc. 4) del CPP, el juzgador
debe justificar normativamente la decisión; es decir, debe citar, las normas aplicables y en
caso de emitirse Sentencia condenatoria de acuerdo al art. 365 del CPP, el juzgador debe fijar
con precisión la sanción correspondiente, con base en los arts. 37, 38, 39, 40, 40 bis del CP
-los últimos, cuando corresponda- tomando en cuenta las atenuantes y agravantes que
concurran (fundamentación jurídica).
De lo anterior se tiene que la Sentencia debe estar estructurada de la siguiente forma: a)
Fundamentación fáctica; b) Fundamentación probatoria que debe ser descriptiva e intelectiva
(la última implica valoración individual y conjunta de la prueba) y; c) Fundamentación
jurídica. La ausencia de cualquiera de las formas de fundamentación en el fallo, importa falta
de fundamentación de la Resolución en infracción con el art. 124 del CPP; sin embargo, no
toda omisión o defecto en la fundamentación implica defecto absoluto, sino, únicamente
aquellos vinculados con la inmediación de la prueba, pues, la indebida fundamentación
jurídica o su ausencia, en cuanto a la imposición de la pena, al corresponder a un momento
posterior a la valoración de la prueba, puede ser objeto de corrección o complementación en
grado de apelación, conforme establece el art. 314 del CPP, sobre la base de las conclusiones
a las que arribó el juez o Tribunal sentenciador, respecto a la existencia del hecho, la
participación del encausado y su culpabilidad en el hecho juzgado.
En cuanto a la fundamentación probatoria, siendo el juzgador de mérito, el único facultado
para valorar prueba, la ausencia de fundamentación, sea descriptiva o intelectiva, implica
defecto absoluto inconvalidable, toda vez que, conforme el vigente sistema recursivo, el
Tribunal de alzada no puede suplir la fundamentación probatoria, porque ello implica
valoración de la prueba; pues, la falta de fundamentación descriptiva sobre alguna de las
pruebas, impide el control sobre ella. De la misma forma, la ausencia de fundamentación
intelectiva, imposibilita verificar, si la valoración de la prueba, sea individual o conjunta, se
hizo en correcta aplicación de las reglas de la sana crítica.
Sobre la temática, el Auto Supremo 74 de 10 de marzo de 2010, señala: “…la
sentencia debe contener una fundamentación probatoria descriptiva que permita al Juez o
Tribunal analizar uno a uno los medios probatorios incorporados en juicio, para
que en alzada, se pueda controlar la valoración de la prueba efectuada con las
reglas de la sana crítica, de tal manera que en la sentencia se describa el
contenido del medio probatorio, sin una inmediata valoración, existiendo una cita
de los documentos incorporados al juicio (la prueba es parte de los antecedentes,
la testifical se encuentra limitada por la ausencia de inmediación que es propia del
juez que conoce la causa, por ello el tribunal de mérito debe informa mediante el
fallo la apreciación del testigo, para que de esta manera, el tribunal de alzada
aprecie si se valoró o no correctamente esa prueba). Por ello, aquella
fundamentación del juez recibe el nombre de descriptiva, porque es una
descripción de los medios de prueba practicados e incorporados en el debate.
Posteriormente a la fundamentación descriptiva, tendrá que existir en la sentencia la
fundamentación probatoria intelectiva , consistente en la apreciación de los medios de
prueba, momento en el cual, el Juez señala por qué un medio de prueba merece crédito y
[209]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cómo lo vincula a los elementos que obtiene de otros medios del elenco probatorio”. (Las
negrillas son nuestras).
Acorde con lo anterior, el Auto Supremo 248/2012-RRC de 10 de octubre, refiriéndose
a la fundamentación analítica o intelectiva, señaló: “…El tercer momento es
la fundamentación analítica o intelectiva , en la que no sólo se trata de apreciar cada
elemento de juicio en su individualidad, sino de aplicar conclusiones obtenidas de un
elemento a otro, lo que implica, una apreciación en el conjunto de toda la prueba
judicializada. En este momento, la autoridad judicial competente de emitir una sentencia,
deberá dejar constancia de los aspectos que le permitieron concluir en el caso de las
declaraciones testificales porque consideró coherente, incoherente, consistente o
inconsistente, veraz o falsa la declaración de los testigos; es decir, expresar tanto las razones
que se tiene para creer a alguno o algunos de los testimonios, como las razones que se tiene
para rechazar o desechar otro u otros; similar tarea deberá ser desarrollada respecto a la
prueba documental y pericial, debiendo dejarse constancia sobre el merecimiento o
desmerecimiento de cada prueba así como su relevancia o no”.
Conforme lo ampliamente señalado, se deja asentado una vez más, que en la Sentencia se
materializa la tutela judicial efectiva, por lo que para su validez, debe cumplir las exigencias
legales establecidas, dentro las cuales se encuentra la exigencia de motivación y
fundamentación en estricto cumplimiento a lo establecido por el art. 124 relacionado con el
art. 173 del CPP; lo que significa, que el juzgador a tiempo de dictar Sentencia, debe
fundamentar la Resolución con base en la sana crítica, aplicando las reglas de la experiencia,
que son aquellas que conoce el hombre común (sentido común - conocimiento adquirido por
cualquier persona de forma espontánea como verdad irrefutable); las reglas de la psicología,
que en el caso del juzgador requiere conocimientos mínimos (se aplican cuando el juzgador
observa comportamientos); además, de las reglas de la lógica (la lógica de lo razonable),
como las de identidad, de contradicción, de tercero excluido o de razón suficiente, para crear
un razonamiento debidamente estructurado.
Al respecto, Couture señala: “El juez, al decidir según la sana crítica, no es libre de razonar a
su voluntad, discrecionalmente, arbitrariamente, porque esto no sería sana crítica, que es la
unión de la lógica y de la experiencia, sin excesivas abstracciones en orden intelectual; es
lógica porque las reglas de la sana crítica consisten en su sentido formal, en una operación
lógica; y es experiencia, porque las máximas de experiencia contribuyen tanto como los
principios lógicos a la valoración de la prueba, pues el juez no es una máquina de razonar,
sino esencialmente, un hombre que toma conocimiento del mundo que lo rodea y lo conoce a
través de sus procesos sensibles e intelectuales. La sana crítica es, además de lógica, la
correcta apreciación de ciertas proposiciones de experiencia de que todo hombre se sirve en
la vida”. (Eduardo Couture, Estudios de Derecho Procesal Civil, Buenos Aires, Ediciones
Depalma, tomo II, 1979).
Ahora bien, el control respecto a la correcta aplicación de las reglas de la sana crítica en la
Sentencia, corresponde al Tribunal de apelación conforme disponen los arts. 51 inc. 2) del
CPP y 58 inc. 1) de la Ley del órgano Judicial (LOJ); en ese entendido, el citado Tribunal, se
encuentra facultado para ejercer el control, no sólo de legalidad de la Sentencia, sino de la
logicidad o razonamiento lógico-jurídico empleado a momento de valorar la prueba, que debe
encontrarse traducida en la fundamentación probatoria del fallo, lo que no implica, que el
Tribunal de alzada pueda rever los hechos u otorgar valor distinto o revalorar los medios
probatorios, sino, ejercer control respecto a la justificación del fallo; sin embargo, esta labor,
debe a su vez encontrase debidamente fundamentada.
[210]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[211]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Es decir que, aún cuando exista identidad parcial en cuanto a los sujetos, en este caso
relativo a la legitimación pasiva y no activa, pero persista la identidad en cuanto al problema
jurídico planteado que involucra el objeto y la causa, amerita se deniegue la tutela solicitada
por existir un fallo anterior sobre el fondo de la problemática planteada, distinto fuera cuando
no se hubiere ingresado a dicho análisis.
[212]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Juez, potestad que podrá también ejercerla cuando el imputado se lo pida y a su juicio éste
haya cumplido los requisitos que la ley refiere”.
PRECEDENTES SSCC 1152/2002-R y 1814/2004-R
[213]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
nulidad, la no concurrencia de estas condiciones, dan lugar a establecer la
inexistencia de defecto absoluto que amerite una medida tan gravosa como la de
disponer la nulidad de la Sentencia, pues en el caso de Autos se tiene que no se
estableció o por lo menos se precisó por parte del Tribunal ad quem la concurrencia de
estos aspectos, pues en contrario sólo dispuso el reenvío de juicio sobre pruebas que
materialmente son inexistentes; es decir, pese a que el propio Tribunal de alzada
estableció que los siete sobres que no fueron sometidos a la prueba de campo fueron
incinerados, dispone que sea otro Tribunal de Sentencia el que valore “de forma
correcta” las pruebas colectadas por el Ministerio Público y ofrecidas en la acusación
fiscal; en consecuencia, cuál el sentido jurídico de la reposición de juicio.
Finalmente, se debe tener presente que desde el punto de vista doctrinal, las
nulidades -según expone JORGE CLARIÁ OLMEDO- consisten en la invalidación de
actos cumplidos e ingresados al proceso sin observarse las exigencias legales
impuestas para su realización, en tal sentido, no todo defecto o no toda
irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento produce la nulidad
y para declarar dicha nulidad se debe tomar en cuenta determinados
principios como: no hay nulidad sin texto, vale decir, que la irregularidad de
la que adolece el acto debe estar sancionada de manera expresa, pero
además debe tener trascendencia; es decir, que el vicio debe ser de tal
magnitud que impida al acto cumplir con las formalidades para el cual fue
establecido en orden al derecho o garantía que se dice violado; pero además,
las nulidades deben ser interpretadas de manera restrictiva a efectos de evitar se
desvirtúe el régimen legal mediante una interpretación extensiva o analógica y por
último debe tomarse en cuenta el interés, pues no hay nulidad por la nulidad misma
en sentido de que la nulidad puede ser pronunciada cuando el incumplimiento de las
formas se traduce en un efectivo menoscabo a los intereses de la defensa. Exacerbar
privilegios o garantías constitucionales en una incorrecta aplicación, daña el supremo
interés u orden público afectando la seguridad del cuerpo social”.
[214]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Para su determinación, el juzgador, debe sujetarse a los lineamientos señalados en
la norma punitiva, relativos a la aplicación de las penas, tomando siempre en cuenta
su finalidad conforme el art. 118.III de la Constitución Política del Estado (CPE); por
lo que, requiere que se encuentre debidamente fundamentada y motivada (art. 124
del CPP), sólo cumplidas las exigencias legales, la imposición de la pena, demostrará
que es producto de un trabajo racional y no del capricho del juzgador. Por otro lado,
conforme la competencia de los Tribunales de alzada previsto por el art. 51 del CPP,
relacionado con los arts. 398 del citado cuerpo legal y 58 de la Ley del Órgano
Judicial, este Tribunal, así como la extinta Corte Suprema de Justicia, emitieron
amplia doctrina legal y entendimientos que establecen requisitos y parámetros a
tomarse en cuenta respecto a la imposición de la pena, su control y la obligación del
Tribunal de apelación cuando evidencia la falta de justificación en la imposición de
una sanción privativa de libertad; es importante tomar en cuenta las circunstancias
atenuantes y agravantes que pudieran concurrir; pero también la finalidad de las
sanciones privativas de libertad, que se encuentra descrita en el art. 118 parágrafo
111 de la CPE. Existen criterios específicos para la fijación de la pena y el control
que debe ejercer el Tribunal superior en grado, como son la evaluación, decisión y
justificación del tipo y la extensión de la pena; por cuanto, no puede considerarse
una cuestión propia de la discrecionalidad del Juez. La individualización de la pena
está sometida al principio de proporcionalidad recogido por el CP, en sus diferentes
artículos y a la finalidad de la pena establecida constitucionalmente. Corresponde al
Tribunal de alzada, ante la constatación de su incumplimiento, proceder
directamente a la modificación del quantum de la pena reconocida por el art. 414
del CPP, considerando a) La personalidad del autor (arts. 37 y 38 del CP) que exige
un análisis del perfil de la personalidad, vinculado al hecho concreto para aplicar la
pena en la dimensión que corresponda a esa persona concreta e individual, de tal
manera que el reproche jurídico, guarde armonía con el hecho, su personalidad y las
circunstancias; la edad, que puede, puede operar como agravante o atenuante; la
educación y la posición económica determinan que el reproche será mayor debido a
que el autor tuvo acceso a una educación, en especial, en casos vinculados a delitos
económicos; la vida anterior libre de sanciones penales que se constituye en
atenuante; la conducta posterior se considerará si el autor demuestra intensión de
reparar el daño causado; también podrán considerarse si se entregó
voluntariamente a la autoridad policial o judicial existiendo la posibilidad de huir o
no ser descubierto; y, la confesión que manifieste arrepentimiento, o ayude al
establecimiento de la verdad. Si la confesión y el arrepentimiento no son reales;
sino, un intento de lograr la impunidad o una sanción más benigna, los
administradores de justicia deben examinar tal situación al momento de decidir la
sanción. La extensión del daño causado debe ser delimitada sólo para aquello que
tenga vinculación con el hecho típico, directamente. Además, debe tenerse en cuenta
que no es necesaria la concurrencia de todas las circunstancias descritas, pues
dependerá de cada caso concreto; también deben considerarse la mayor o menor
gravedad del hecho [(art. 38 inc. 2) del CP)]; es decir, la naturaleza de la acción, los
medios empleados, la extensión del daño causado y del peligro corrido y finalmente
las circunstancias y consecuencias del delito, que también deben ser consideradas
[215]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en el caso concreto. No debe dejarse de lado la fundamentación para fijar la pena, la
cual debe satisfacer la Sentencia condenatoria observando los parámetros descritos
por el legislador; por lo tanto, la resolución debe contener un razonamiento capaz de
dar cuenta de que se consideraron dichos parámetros de tal modo que a través de la
exposición razonada del Juez o Tribunal se pueda evidenciar que su resolución se
ha fundado en parámetros legales, y no es fruto de la apreciación estrictamente
personal o arbitraria al efecto debe explicar cómo aplicó la pena, en término
considero las previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del CP, al caso concreto y qué
atenuantes y agravantes tomo en cuenta para establecer la sanción dentro de los
límites legales. La finalidad de la sanción privativa de libertad y las medidas de
seguridad están orientadas a la educación, habilitación e inserción social de los
condenados, con respeto de sus derechos cuyo máximo no puede exceder los treinta
años de presidio sin derecho a indulto, conforme prevé el art. 118.III de la CPE;
siendo éste el marco constitucional, sobre el cual el legislador impone o define las
penas mínimas y máximas aplicable a cada tipo penal, sobre los márgenes definidos
por el legislador. El Tratadista Franz Von Liszt, señaló que: "La pena es un mal que
el Juez penal inflige al delincuente a causa del delito, para expresar la reprobación
social con respecto al acto y al autor"; de lo expuesto, resulta evidente y esencial el
equilibrio y la proporcionalidad que debe existir entre la culpabilidad y la punición,
teniendo la pena como finalidad, además de la retribución por el daño causado, la
readaptación y reinserción del delincuente a la sociedad, preservando los derechos
del imputado y de la víctima, conforme destaca la visión 'garantista' de nuestro
sistema penal, en ese sentido, nuestro Código Penal, en lo referente a las sanciones,
ha establecido en la mayoría de los delitos penas indeterminadas, es decir, que
existe un margen de un mínimo y un máximo, y para evitar una "discrecionalidad"
mal aplicada de los juzgadores, existe los márgenes establecidos por la misma
norma punitiva para fijar la pena, previstos por los arts. 37, 38 y 40 del CP,
observando la pertinencia de aplicar el concurso de delitos si correspondiera (arts.
44 y 45 del CP). El Tribunal de alzada, dentro de su competencia de ejercer el
control sobre la Sentencia, con base en las denuncias planteadas en el citado medio
de impugnación y ante la constatación de que el fallo de mérito contiene defectos,
corresponde aplicar alguno de los supuestos descritos en los arts. 413 y 314 del
CPP; ante la existencia de errores de derecho en la fundamentación de la Sentencia,
es competente para corregir el error con una nueva Sentencia debidamente
justificada en lo pertinente, sin anular la sentencia impugnada o, cuando existen
errores u omisiones formales, relativos a la imposición o el cómputo de penas, que
necesariamente debe ser ponderada de manera objetiva y con base en la ley (arts.
37, 38, 39, 40, 40 Bis, 44, 45 y 46 del CP -si corresponde- y parágrafo III del art.
118 de la CPE) como se tiene desarrollado precedentemente. De lo anterior, se
establece con total claridad, que el Tribunal de alzada, al modificar el quantum de la
pena impuesta a L.F.V.C., incrementando la sanción en cinco meses, lo hizo en
observancia y cumplimiento de las previsiones descritas en la normativa penal
contenidas en los citados arts. 37, 38, 39, 40 del CP y 118.III de la CPE; y, dentro de
los márgenes normativos y competencias precedentemente expuestos, considerando
no sólo las agravantes, sino también las atenuantes y circunstancias del hecho.
[216]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Cuando existen errores u omisiones formales, relativos a la imposición
o el cómputo de penas el Tribunal de alzada es competente para corregir el error con
una nueva Sentencia debidamente justificada en lo pertinente
Restrictor: Sub Reglas para la individualización de la Pena
[217]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
hecho, aspecto demostrado con el registro de propiedad en mérito del cual se genera el
derecho de oponibilidad frente a terceros…”.
En cuanto a la obligación de la parte accionante de probar la existencia del acto lesivo la
SCP 0693/2013 de 3 de junio, citando a la SC 0208/2010-R de 24 de mayo, indicó que: “…de
no presentar el accionante prueba suficiente que demuestre la existencia del acto lesivo, no
se podría conceder la tutela pues se estaría ante un hecho no probado que impide verificar la
existencia de lesión a un derecho (…). Complementando este entendimiento, teniendo en
cuenta que pueden producirse determinadas situaciones en las que exista la imposibilidad
material de efectuar tal acreditación, la citada sentencia constitucional estableció una
subregla dentro de la línea jurisprudencial que establece la obligatoriedad de probar por parte
del accionante los hechos que denuncia, al establecer que cuando no exista divergencia
sobre los hechos denunciados, es decir, cuando se atribuya a los demandados haber
incurrido en vías de hecho y exista aceptación de los hechos denunciados por parte
de estos, o los mismos no los desvirtúen en forma debida, tendrá que concederse la
tutela…” .
Precedente.- SC 1672/2005-R 19 de diciembre de 2005.
[218]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la existencia de suficiente prueba que ameritaba la condena inclusive por los
delitos de Estelionato y Falsificación de Sellos Oficiales y lo propio con relación a la
personalidad del autor de los hechos como edad, instrucción y la venta del bien en
cuestión consigo mismo, lo que implicaría la concurrencia de agravantes y concurso
real de delitos; en cuyo mérito, lejos de desconocer el Tribunal de alzada su
obligación de ejecutar el Auto Supremo 171 como sostiene la parte recurrente, el
Tribunal de alzada sujetó su accionar a las previsiones contenidas en el art. 420
parte final del CPP.
Descriptor: Cumplimiento de Autos Supremos previos en el mismo proceso (art.
420 CPP)
Restrictor: Tribunal de alzada está en la obligación de aplicar el razonamiento
jurídico asumido por los Autos Supremos emitidos en el mismo proceso y por ende
con la doctrina legal aplicable contenida en ambos
[219]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la detención preventiva; el único requisito exigible para materializar la libertad del
imputado, será el cumplimiento de las últimas medidas impuestas, claro está que se
deben discriminar dos tiempos procesales en su consecución; de un lado, las
exigencias establecidas para ser acatadas antes de otorgarse la libertad, entre ellas,
las fianzas, los arraigos y garantías reales o personales; y de otro lado, están las
posteriores, como ser, presentaciones periódicas ante ciertas autoridades o instancias,
prohibición de concurrir a ciertos lugares y frecuentar a determinadas personas o sujetos
procesales.
Entonces, es lógico suponer que la exigencia de cumplimiento previo de las medidas
sustitutivas debe estar referida a las que son materialmente posibles de realizarse antes de
la obtención de la libertad”'.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
lugares y frecuentar a determinadas personas o sujetos procesales. Entonces, es lógico suponer que la
exigencia de cumplimiento previo de las medidas sustitutivas debe estar referida a las que son
materialmente posibles de realizarse antes de la obtención de la libertad.
(…)‘“.
[221]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
D
DE LA APELACIÓN INCIDENTAL PREVISTA EN EL ART. 251 DEL CPP Y EL PLAZO
PARA LA REMISIÓN DE ANTECEDENTES ANTE EL TRIBUNAL DE ALZADA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1007/2017-S3
Sucre, 29 de septiembre de 2017
Al respecto, la SCP 0435/2015-S3 de 17 de abril, estableció que: “La Constitución Política del
Estado en su art 180.II, garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales; por lo que,
dentro de un proceso judicial, una de las partes que no esté de acuerdo con una resolución emitida por
el administrador de justicia o considere que la misma vulnera sus derechos o en alguna medida atenta
contra sus intereses, tiene derecho a que dicha resolución sea revisada por un tribunal superior, en un
plazo razonable y de forma oportuna; y éste determine si efectivamente el administrador de justicia
obró correctamente. Para el recurso de apelación incidental de medidas cautelares, de forma
específica el art. 251 del CPP, establece que la resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y
una vez interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal de
alzada en el plazo de setenta y dos horas. En relación al plazo otorgado para la remisión de los
antecedentes ante el Tribunal de alzada, una vez interpuesto el recurso de apelación incidental contra
la resolución que imponga medidas cautelares”.
La SC 0160/2005-R de 23 de febrero, sostuvo que: “El Código de Procedimiento Penal, dentro
del sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones que,
que se muestra como un recurso sumario, pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251
del CPP, una vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la
Corte Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación
resolver el recurso, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días siguientes de recibidas las
actuaciones.
[222]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
No cabe duda que recurso de apelación aludido, dada su configuración procesal, es un recurso idóneo e
inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho a la libertad de los imputados, en el
que el tribunal superior tiene la oportunidad de corregir, en su caso, los errores del inferior invocados en el
recurso. Es idóneo, porque es el recurso adecuado, apropiado, establecido expresamente en la ley para
impugnar las medidas cautelares que vulneren el derecho a la libertad del imputado, en ocasión de la
aplicación de las medidas cautelares. Es inmediato, porque el recurso es resuelto sin demora, dado que la ley
establece un lapso brevísimo para su Resolución (tres días).De lo expresado, se concluye que el Código de
procedimiento penal, ha previsto un recurso expedito en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En
consecuencia, ese es el recurso que debe utilizarse para impugnar los actos del juez que se consideren lesivos al
derecho aludido, y no acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional a través del
recurso de hábeas corpus, garantía que podrá ser utilizada sólo cuando el tribunal superior en grado no haya
reparado las lesiones denunciadas” (criterio asumido por la SC 0385/2005-R de 18 de abril, entre otras).
[223]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sobre el particular, la SCP 0435/2015-S3 de 17 de abril, estableció que: “La Constitución Política del
Estado en su art 180.II, garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales; por lo que,
dentro de un proceso judicial, una de las partes que no esté de acuerdo con una resolución emitida por
el administrador de justicia o considere que la misma vulnera sus derechos o en alguna medida atenta
contra sus intereses, tiene derecho a que dicha resolución sea revisada por un tribunal superior, en un
plazo razonable y de forma oportuna; y éste determine si efectivamente el administrador de justicia
obró correctamente. Para el recurso de apelación incidental de medidas cautelares, de forma
específica el art. 251 del CPP, establece que la resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y
una vez interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal de
alzada en el plazo de setenta y dos horas…”
[224]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
DE LA APELACIÓN INCIDENTAL Y EL PLAZO PARA LA REMISIÓN DE
ANTECEDENTES ANTE EL TRIBUNAL DE ALZADA. JURISPRUDENCIA REITERADA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0001/2018-S1 Sucre, 14 de febrero de
2018
En aplicación de la normativa procesal vigente y recogiendo los entendimientos asumidos por la jurisprudencia
constitucional al respecto, la SCP 0435/2015-S3 de 17 de abril, concluyó que: “La Constitución Política del
Estado en su art 180.II, garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales; por lo que, dentro de
un proceso judicial, una de las partes que no esté de acuerdo con una resolución emitida por el administrador
de justicia o considere que la misma vulnera sus derechos o en alguna medida atenta contra sus intereses, tiene
derecho a que dicha resolución sea revisada por un tribunal superior, en un plazo razonable y de forma
oportuna; y éste determine si efectivamente el administrador de justicia obró correctamente. Para el recurso de
apelación incidental de medidas cautelares, de forma específica el art. 251 del CPP, establece que la resolución
que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el
término de setenta y dos horas, y una vez interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas
ante el Tribunal Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal
de alzada en el plazo de setenta y dos horas. En relación al plazo otorgado para la remisión de los
antecedentes ante el Tribunal de alzada, una vez interpuesto el recurso de apelación incidental contra la
resolución que imponga medidas cautelares” (las negrillas nos corresponden).
DE LA APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE LA POTESTAD DE IMPARTIR JUSTICIA
PARA LA SUPERACIÓN DE LA CONCEPCIÓN FORMALISTA DEL DERECHO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1127/2017-S2
Sucre, 23 de octubre de 2017
La SCP 0460/2016-S2 de 9 de mayo, estableció que: ”El art. 178.I de la CPE, establece que: ’La
potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de
independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad,
pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana,
armonía social y respeto a los derechos‘.
En el contexto de los principios referidos precedentemente, el art. 180 de la misma Ley Fundamental
del Estado, señala: ’La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de
gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia,
eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes ante el
juez‘.
Cabe recordar que los principios de rango constitucional cumplen fundamentalmente tres funciones a
saber: ’a) Una interpretativa; b) Una fundamentadora del orden social; y, c) Una supletoria.
(…) interpretativa por tener una aptitud suficiente de dirección y orientación para su aplicación
específica de las normas. Así, los principios generales del derecho tienen aptitud suficiente para
interpretar todos los actos de la vida social, «…porque hacen posible que el intérprete seleccione
entre todos los sentidos posibles que pueda tener un acto jurídico (normativo o no), aquel que sea más
acorde con los principios generales del Derecho; obligación que, si no es cumplida, podrá ser exigida
jurídicamente por quien se vea afectado por el acto incorrectamente interpretado…». En ese orden, se
debe establecer que los principios determinan las fronteras de lo jurídico, así como también sus
fuentes, su rango respectivo y los requerimientos que las normas deben cumplir para respetarlos; su
método de interpretación, y la manera de complementarlas.
[225]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
(…) en su función fundamentadora o informadora del orden jurídico, operativizan la consecución del
fenómeno de constitucionalización, para informar de contenido los actos de la vida social, siendo por
tanto en el Estado Plurinacional de Bolivia, herramientas idóneas para la materialización de la
Constitución axiomática desarrollada en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional. En este marco, García de Enterría señala que los principios son los
únicos instrumentos disponibles para dar sentido a las instituciones y para articular el sistema general
del ordenamiento.
Los principios tienen también una función supletoria, ya que por su naturaleza directriz e informadora
del orden jurídico, a través de la labor hermenéutica, servirán para cubrir vacíos o indeterminaciones
normativas, brindando un alcance acorde con el orden constitucional imperante‘ (SCP 0003/2013
de 3 de enero).
Entonces, los principios de rango constitucional identificados en las normas de carácter constitucional
precedentemente citadas, constituyen elementos que orientan la labor de impartir justicia; es decir, las
autoridades judiciales y administrativas, a tiempo de emitir sus decisiones respecto a una determinada
controversia o en cuestiones accesorias al proceso principal, tienen la obligación de orientar sus actos
en los principios anteriormente señalados.
En el marco de los preceptos constitucionales precedentemente citados, la jurisprudencia
constitucional desarrolló los principios informadores de la teoría de los derechos fundamentales, entre
ellos, la prevalencia del derecho material o sustantivo sobre las formalidades, pro actione y justicia
material. En este sentido, SCP 0450/2012 de 29 de junio, sostuvo lo siguiente: ’Esta jurisdicción
constitucional, en su función específica de proteger los derechos fundamentales de las personas, se
encuentra impregnada de los principios informadores de la teoría de los derechos fundamentales, lo
que implica, entre otros, aplicar los principios de prevalencia del derecho material o sustantivo sobre
las formalidades, así como los de indubio pro homine, favorabilidad y pro actione…‘.
Con relación a la prevalencia del derecho sustancial frente al formal, la SC 0897/2011 de 6 de junio,
declaró lo siguiente: ’…se desprende del valor-principio justicia, que es uno de los pilares
fundamentales del Estado Constitucional y Democrático de Derecho, que se encuentra consagrado por
el art. 8.II de la CPE, pues en mérito a éste los ciudadanos tienen derecho a la justicia material. Así se
ha plasmado en el art. 180.I de la CPE que ha consagrado como uno de los principios de la justicia
ordinaria el de «verdad material», debiendo enfatizarse que ese principio se hace extensivo a todas las
jurisdicciones, también a la justicia constitucional.
De este modo se debe entender que la garantía del debido proceso, con la que especialmente se
vincula el derecho formal, no ha sido instituida para salvaguardar un ritualismo procesal estéril que
no es un fin en sí mismo, sino esencialmente para salvaguardar un orden justo que no es posible
cuando, pese a la evidente lesión de derechos, prima la forma al fondo, pues a través del
procedimiento se pretende lograr una finalidad más alta cual es la tutela efectiva de los derechos.
En este sentido, debe considerarse que la Constitución Política del Estado, en el art. 9 inc. 4),
establece como fines y funciones esenciales del Estado, «Garantizar el cumplimiento de los principios,
valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución». En coherencia con
dicha norma, el art. 13.I de la CPE, establece que el Estado tiene el deber de promover, proteger y
respetar los derechos. Por otra parte, el art. 196 establece que: «El Tribunal Constitucional
Plurinacional vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de constitucionalidad, y
precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las garantías constitucionales».
[226]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
(…).
…no debe de olvidarse que una de las finalidades de la justicia constitucional es precautelar el respeto
y la vigencia de derechos y garantías constitucionales‘.
La prevalencia del derecho sustancial frente al formal guarda estrecha vinculación con el principio de
verdad material; así, la SCP 1662/2012 de 1 de octubre, concluyó lo siguiente: ’…el principio de
verdad material consagrado por la propia Constitución Política del Estado, corresponde ser aplicado
a todos los ámbitos del derecho; en ese orden, debe impregnar completamente la función de impartir
justicia. Por ende, no es posible admitir la exigencia de extremados ritualismos o formalismos, que
eclipsen o impidan su materialización, dado que todo ciudadano tiene derecho a una justicia
material, como se desprende de lo estipulado por el art. 1 de la CPE, por lo que, debe garantizarse
que las decisiones de las autoridades jurisdiccionales a cargo del proceso, sean producto de
apreciaciones jurídicas, procurando la resolución de fondo de las problemáticas sometidas a su
jurisdicción y competencia; pues si bien, las normas adjetivas prevén métodos y formas que aseguren
el derecho a la igualdad de las partes procesales, para garantizar la paz social evitando cualquier tipo
de desorden o caos jurídico; sin embargo, los mecanismos previstos no pueden ser aplicados por
encima de los deberes constitucionales, como es la de otorgar efectiva protección de los derechos
constitucionales y legales, accediendo a una justicia material y por lo tanto, verdaderamente eficaz y
eficiente. Todo ello con el objetivo final de que el derecho sustancial prevalezca sobre cualquier
regla procesal que no sea estrictamente indispensable para resolver el fondo del caso sometido a
conocimiento del juez‘.
En lo que concierne al principio pro actione se tiene que, de acuerdo a la jurisprudencia contenida en
la SC 0501/2011-R de 25 de abril, reiterada en la SCP 2271/2012 de 9 de noviembre, el mismo ’… se
constituye como el deber de interpretar las normas procesales en el sentido más favorable a la
admisibilidad de la acción, lo que también evita pronunciamiento de inadmisibilidad por defectos que
puedan ser subsanados sin dar la oportunidad de hacerlo, prohibiendo asimismo la discriminación al
acceso de la justicia de cualquier persona y brindar una justicia pronta y oportuna, sin dilaciones. Así,
el constituyente boliviano, incluyó de manera acertada dicho principio dentro del texto constitucional,
de esta manera, la Constitución Política del Estado, en su art 14.III señala: «El Estado garantiza a
todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de los
derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de derechos
humanos»; de igual forma, el 14.V establece: «Las leyes bolivianas se aplican a todas las personas,
naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, en el territorio boliviano»; dichos artículos se
encuentran vinculados y concordantes con el art. 115 del texto constitucional que indica: «I. Toda
persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a
una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones»‘.
Entonces, los principios precedentemente enunciados buscan la concreción del valor-principio
justicia, prescindiendo de los excesivos formalismos establecidos en los ordenamientos jurídicos de
rango infraconstitucional; asimismo, la aplicación de los mismos no está reservada a una determinada
jurisdicción, sino que, todas las jurisdicciones oficialmente reconocidas por el Constituyente
boliviano, tienen la obligación de orientar sus actos en los principios ya señalados anteriormente“ (las
negrillas y el subrayado fueron agregados).
[227]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
DE LA APLICACIÓN INMEDIATA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL Plurinacional 1085/2015-S2, Sucre 27 de octubre de 2015
[228]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese entendido, toda ampliación de derechos fundamentales y garantías que efectúe la
Constitución, implica el reconocimiento normativo, en sede interna, de los derechos humanos
contenidos en pactos internacionales que, sin embargo, ya fueron incorporados al bloque de
constitucionalidad por la jurisprudencia constitucional y, en tal medida, protegidos por la
jurisdicción constitucional.
Por otra parte, cabe aclarar que la Constitución abrogada, en la cláusula abierta prevista en
su art. 35 -que fue la base para la elaboración de la teoría del bloque de constitucionalidad-
señalaba que: ‘Las declaraciones, derechos y garantías que proclama esta Constitución no
serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enunciados que nacen de
la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno’.
Conforme a dicha norma, la propia Constitución abrogada, en virtud al carácter progresivo de
los derechos, dejaba abierta la posibilidad de reconocer otros derechos no enunciados
expresamente en sus normas, lo que efectivamente sucedió a través de la jurisprudencia
constitucional.
Además de lo anotado, cabe mencionar el art. 109.I de la Constitución vigente que establece
que: ‘Todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y
gozan de iguales garantías para su protección’.
2. Tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, reconocen en sus arts. 5 y 29, respectivamente, el
principio pro hómine como criterio de interpretación de las normas sobre Derechos
Humanos. En virtud a este principio, el juzgador debe aplicar aquellas normas que resulten
más favorables para la persona, para su libertad y sus derechos, cuando es el Estado, a
través de sus autoridades o servidores públicos, quienes los lesionan.
Este principio también implica que las normas sobre Derechos Humanos deben ser
interpretadas en el sentido que más favorezca a la persona, vinculándose, en consecuencia,
con el principio de interpretación progresiva de los derechos, en virtud del cual entre varios
entendimientos posibles, debe optarse por aquél que limite en menor medida el derecho o
garantía que se denuncia como vulnerado, es decir, se debe elegir la interpretación más
extensiva en cuanto al reconocimiento de derechos y una interpretación más restringida
cuando se establezcan límites al ejercicio de los mismos.
El principio pro homine, por otra parte, está reconocido en los arts. 13.IV y 256 de la CPE,
normas que expresamente prevén que se debe adoptar la interpretación más favorable para
los derechos humanos.
Ahora bien, analizando la Constitución Política vigente se puede sostener, de manera
general, que aquellas normas que reconocen derechos y garantías constitucionales, de
ninguna manera restringen su alcance; al contrario, se constata que los protege de manera
más amplia, dotándolos de mayores garantías.
Finalmente, para la aplicación inmediata de la Constitución Política del Estado, es necesario
considerar un argumento legal: La Ley 003 de 13 de febrero de 2010, en su art. 4.II
determina que: ‘Los Tribunales, Jueces y autoridades administrativas del Estado
Plurinacional podrán considerar la jurisprudencia constitucional emitida con anterioridad a la
aprobación del nuevo orden constitucional, en tanto no se contraponga a la Constitución
Política del Estado’.
Conforme a dicha norma, es posible la aplicación de la jurisprudencia constitucional emitida
en vigencia de la Constitución abrogada siempre que no se contraponga a la Constitución
Política del Estado, entendiéndose que la norma hace referencia a la Constitución Política
[229]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vigente, pues, de lo contrario, la jurisprudencia no podría contraponerse a la Constitución de
la cual emanó.
En ese entendido, implícitamente la Ley 003 manda a aplicar la Constitución vigente y a
considerar la jurisprudencia anterior cuando no sea contraria a la nueva Ley Fundamental.”
Por su parte, la SC 0076/2005 de 13 de octubre, refirió: “De acuerdo a las características
anotadas, la Constitución Política del Estado, al ser el fundamento del ordenamiento jurídico,
no puede estar sometida a las reglas de la irretroactividad establecidas por la propia
Constitución (art. 33) para las leyes y, en general, para toda norma jurídica
infraconstitucional. En este sentido, se entiende que las reformas introducidas al texto
constitucional tampoco están sometidas a esas reglas; al contrario, en virtud de las
características anotadas y de la fuerza expansiva de la Constitución, es el ordenamiento
jurídico el que tendrá que readecuarse a los nuevos lineamientos establecidos por la Ley
Suprema.
En ese orden, la Constitución, al ser la base que estructura el sistema jurídico y la
convivencia social, no está regida por el principio de irretroactividad, sino que, a diferencia de
las otras normas jurídicas, sus preceptos tienen eficacia plena en el tiempo, lo que implica
que pueden ser aplicados en forma inmediata, salvo que el mismo texto constitucional
disponga otra cosa, en resguardo de una aplicación ordenada, y de la seguridad jurídica”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pudiendo posteriormente y como resultado de su deposición, establecerse o no medidas cautelares en
su contra”’
DE LA COMPETENCIA DE ESTE TRIBUNAL PARA RESOLVER CUESTIONES
INCIDENTALES REFERIDAS A LA EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL.
AUTO SUPREMO Nº 026/2017
Sucre, 20 de enero de 2017
El Tribunal Constitucional Plurinacional, efectuando una reconducción de la línea asumida por
el Tribunal Constitucional de transición; en cuanto, a los Jueces y Tribunales competentes
para resolver las Excepciones o Incidentes de solicitud de Extinción de la Acción Penal,
estableció el siguiente razonamiento, que este máximo Tribunal de Justicia ordinaria, tiene el
deber de acatar en mérito al carácter vinculante y cumplimiento obligatorio que los
pronunciamientos constitucionales ostentan en mérito al art. 203 de la Constitución Política
del Estado (CPE).
Así la Sentencia Constitucional 1061/2015-S2 de 26 de octubre, estableció el siguiente
entendimiento: “Pues bien, al estar fijados los entendimientos desarrollados
precedentemente, los fundamentos de la SC 1716/2010-R, no constituyen argumentos
suficientes para determinar que la única autoridad competente para asumir el conocimiento
de los incidentes de extinción de la acción penal, sean las autoridades jurisdiccionales que
emitieron la sentencia de primera instancia, sino que, en virtud a lo establecido por el art. 44
del CPP, Él juez o tribunal que sea competente para conocer de un proceso penal, lo será
también para decidir todas las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su
tramitación, así como para dictar las resoluciones respectivas y ejecutarlas´. En este
sentido, es menester dejar establecido que, la autoridad competente para asumir
el conocimiento y resolver los incidentes de extinción de la acción penal, ya sea
por duración máxima del proceso o por prescripción, es el juez o Tribunal donde
radica la causa principal, así, si el planteamiento de la excepción se da en etapa de
apelación o casación, las decisiones emergentes de las salas penales y del Tribunal Supremo
de Justicia, en virtud los entendimientos plasmados precedentemente, pero
fundamentalmente por la naturaleza de la etapa procesal, no admiten impugnación; en
efecto, lo que se pretende es evitar las exageradas dilaciones que conllevan las peticiones y
envíos de expedientes entre el Tribunal Supremo de Justicia y los tribunales o jueces
conocedores de la causa principal, que a cuya consecuencia, en muchos casos, se han
postergado innecesariamente las decisiones oportunas en cuanto al fondo del proceso se
refiere, muchas veces por las comunicaciones inoportunas de los jueces y tribunales
conocedores de la causa principal, como ocurrió en el caso analizado; asimismo, como se
expresó, la interposición de los incidentes ante las prenombradas autoridades, en la práctica
sirvió para paralizar el pronunciamiento de fondo, ya que inclusive, estando sorteada la
causa, el máximo Tribunal de justicia ordinaria, se vio impedido de emitir la resolución
mientras no esté resuelta la excepción ante el Juez de instancia, lo que sin duda constituye
una clara vulneración de los derechos a ser juzgado dentro de un plazo razonable, de acceso
a la justicia y una afrenta a la vigencia del principio de celeridad y también de concentración
de actos. En este sentido, cuando el justiciable decida plantear extinción de la
acción penal por duración máxima del proceso, deberá formularlo ante el Juez o
Tribunal que conoce la causa principal; sin embargo, también es imperioso aclarar
que, si el incidente fuere suscitado ante el Juez de Instrucción en lo Penal o, ante
los Tribunales o Jueces de Sentencia Penal, sus decisiones efectivamente son
impugnables, ya que la naturaleza de la etapa procesal así lo permite. El presente
[231]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
entendimiento implica la reconducción de la línea jurisprudencial establecida en la
SC 1716/2010-R a los entendimientos asumidos en la SC `0245/2006´, que
emergió de los razonamientos establecidos en las SSCC `0101/2004, 1868/2004-
R, 0036/2005, 0105-R, 1365/2005-R´y AC 0079/2004-ECA.”
En el caso de autos, se advierte que como emergencia de la formulación del recurso de
casación por parte del propio excepcionista en contra del Auto de Vista de 24 de abril de
2015, la causa se encuentra radicada ante esta Sala Penal, de modo que en observancia del
entendimiento jurisprudencial glosado, que fue advertido por la Presidenta del Tribunal
Primero de Sentencia de Cochabamba, que de acuerdo al Auto de 29 de noviembre de 2016,
cursante de fs. 380 y vta.; y, en base y aplicación de la Sentencia Constitucional indicada
1061/2015-S2 de 26 de octubre, se declaró sin competencia para el conocimiento y
resolución de la excepción opuesta.
[232]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en una ley previamente establecida, de modo que, cualquier intromisión o invasión en asuntos no
consentidos por la norma jurídica, conlleva a la nulidad de actos por constituir infracción de la
garantía del debido proceso en su componente juez natural.
Al respecto, la Corte Interamericana de Derecho Humanos, en el caso Barreto Leiva Vs. Venezuela,
Sentencia de 17 de noviembre de 2009 (Fondo, reparaciones y costas), declaró que: ‘El juez natural
deriva su existencia y competencia de la ley, la cual ha sido definida por la Corte como la «norma
jurídica de carácter general, ceñida al bien común, emanada de los órganos legislativos
constitucionalmente previstos y democráticamente elegidos, y elaborada según el procedimiento
establecido por las constituciones de los Estados Partes para la formación de las leyes»
Consecuentemente, en un Estado de Derecho sólo el Poder Legislativo puede regular, a través de
leyes, la competencia de los juzgadores’. De ahí que se concluye que el elemento competencial de la
autoridad judicial debe estar supeditada a la voluntad del legislador, de modo que cualquier
conocimiento de casos concretos al margen de lo previsto por ley, constituye un grave atentado contra
la garantía del juez natural y por ende del debido proceso.
En el trámite de las acciones de defensa, la norma procesal contenida en el art. 32, declara lo
siguiente:
‘I. La Acción de Libertad podrá interponerse ante cualquier Jueza, Juez o Tribunal competente, en
Materia Penal. El resto de las acciones de defensa se interpondrán ante cualquiera de los siguientes
Juzgados:
1. En las capitales de Departamento, ante la Sala de turno de los Tribunales Departamentales de
Justicia o ante los Juzgados Públicos de Materia.
2. Fuera de las capitales de Departamento, ante los Juzgados Públicos o Juzgados Públicos Mixtos.
II. El juzgado o tribunal competente será el del lugar en el que se haya producido la violación del
derecho. Si en el lugar no hubiere autoridad judicial será competente la Jueza, Juez o Tribunal al que
la parte pueda acceder por razones de cercanía territorial o mejores condiciones de transporte. Si la
violación hubiese sido cometida fuera del lugar de residencia de la afectada o afectado, ésta o éste
podrá presentar la acción, si lo estima pertinente, ante el juzgado o tribunal competente por razón del
domicilio’.
La norma procesal glosada precedentemente, es clara al señalar que todo juez en materia penal tiene
competencia para conocer y resolver la acción de libertad, de lo que se deduce que los jueces de otras
materias carecen de competencia para el conocimiento de la presente acción de defensa, con la
aclaración que los jueces mixtos, entre tanto estén facultados para el conocimiento de asuntos en
materia penal, también son competentes para el conocimiento y resolución de la presente acción
tutelar, así como los jueces de ejecución penal, conforme entendió la SCP 1465/2013 de 22 de agosto,
reiterada en la SCP 1301/2014 de 23 de junio.
No obstante, el Segundo Parágrafo de la norma procesal constitucional precedentemente glosada,
aclara y es específica en cuanto a la gradación para el conocimiento de las acciones de defensa en
general; así, de la interpretación de dicha norma procesal se concluye que, para el conocimiento y
resolución de la acción de libertad, se debe observar la siguiente regla:
Primero, es competente para el conocimiento y resolución de la acción de libertad, el juez del lugar
donde se produjo el acto ilegal; segundo, si en el lugar donde se originó la acción u omisión
vulneradora de derechos y garantías constitucionales, no existe juez en materia penal, la demanda
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
puede ser planteada ante el juez en materia penal o mixto más cercano o de fácil acceso para el
agraviado, considerando las condiciones de transporte; y, tercero, si el acto ilegal tuviere lugar fuera
del domicilio del agraviado, la acción también puede ser planteada de acuerdo a la regla del
domicilio, lo que implica que el accionante debe acreditar que su morada se encuentra situada en el
mismo asiento judicial donde se pretende plantear la demanda tutelar y activar la competencia del
juez o tribunal de garantías.
Entonces, de acuerdo a lo precisado anteriormente, la competencia del juez o tribunal de garantías
para el conocimiento y resolución de la acción de libertad, no está librada a la mera voluntad o
capricho del agraviado, sino que, este tiene el deber y la obligación de plantear su demanda
observando la regla prevista en el art. 32 del Código Procesal Constitucional (CPCo), ya que un
planteamiento de la acción de libertad sin observar lo preceptuado por la norma procesal, implica un
grave atentado contra la garantía procesal del debido proceso en su componente juez natural, cuya
consecuencia inmediata es la nulidad de actos procesales, conforme determina el art. 122 de la CPE,
que establece que: ‘Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no les competen,
así como los actos de las que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la ley’”.
DE LA CONCRECIÓN DEL PRINCIPIO DE CELERIDAD EN LA TRAMITACIÓN DE LA
APELACIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES
S.C.P. 0017/2016-S1, Sucre 6 de enero de 2016
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La SCP 0062/2014 de 3 de enero, sobre el principio de celeridad, en las tramitaciones que se
efectúan dentro de la apelación de las medidas cautelares señaló que: “El principio de
celeridad, está consagrado en el art. 178.I de la CPE, cuando señala: ‘La potestad de
impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo
jurídico…’ de igual forma el art. 115.II de la CPE, señala que: ‘El Estado garantiza el derecho
al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones’.
En este entendido, el principio de celeridad, constituye un principio que rige la
administración de justicia, el cual implica que los actos procesales sean realizados de
manera pronta y oportuna, sin dilaciones ni demoras indebidas, más aun cuando la
celeridad esté vinculada con el derecho a la libertad, consecuentemente, cuando una
autoridad deba resolver una solicitud en la que se involucre el derecho a la libertad, debe
tramitar la misma, sin demora ni dilación alguna.
El art. 251 del CPP, regula el trámite de apelación de las medidas cautelares, señalando: ‘La
resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el
efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos (72) horas. Interpuesto el recurso las
actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia, en el
término de veinticuatro (24) horas.
El Tribunal de Apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior’.
El referido trámite al tenor del artículo mencionado, no está sujeto a formalidades
innecesarias, toda vez que a través del mismo se dilucida la situación jurídica del imputado,
con relación a la aplicación, modificación y rechazo de las medidas cautelares que le sean
[234]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
impuestas, por lo que dicho trámite debe ser objeto de la concreción del principio de
celeridad, a efectos de garantizar el cumplimiento de los plazos procesales que permiten la
materialización de los derechos de las partes y la efectivización de una justicia pronta,
oportuna y más aún cuando se encuentra comprometido el derecho a la libertad.
Con relación precisamente a la concreción del principio de celeridad en el trámite de
apelación incidental de las medidas cautelares conforme el art. 251 del CPP, la
jurisprudencia constitucional a través de la SCP 0281/2012 de 4 de junio,
señala: ‘(…) El trámite del referido medio de impugnación, no establece que previo a su
remisión ante el superior jerárquico, deba ser corrido en traslado para que las partes
del proceso contesten, con el fin de proseguir el trámite. Por encontrarse de por medio
el bien jurídico de la libertad, no puede estar sujeto a dilaciones indebidas que
tendieren a demorar la pronta definición de la situación jurídica del imputado,
debiendo en consecuencia, tramitarse dentro de los plazos establecidos por la norma
adjetiva penal.
Cabe agregar que, cuando el recurso de apelación incidental, hubiere sido planteado
oralmente en audiencia o por escrito, con o sin contestación de las partes que
intervinieren en el proceso, deberá ser concedido en el acto si fuere en audiencia y
remitido inexcusablemente en el plazo improrrogable de veinticuatro horas, y el
tribunal de apelación deben resolver en setenta y dos horas; lo contrario significaría
dilación indebida que vulnera el derecho a la libertad y en su caso a la vida, en el
entendido que la variación de la situación jurídica del imputado depende de la ponderación
que efectúe el tribunal de apelación de los fundamentos de la medida cautelar, para disponer
su revocatoria o confirmación’.
Consecuentemente conforme lo expuesto, a efectos de no provocar dilaciones indebidas, el
trámite de apelación incidental establecido por el art. 251 del CPP, debe ser tramitado de
acuerdo a los plazos establecidos en el referido artículo, en observancia y bajo el criterio
rector del principio de celeridad”
[235]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
facultad conocida como principio de iura novit curia (el juez conoce el derecho) puede
adecuar el tipo penal al hecho delictivo juzgado.
Entonces son los hechos los que deben ser probados; es decir, el hecho ilícito que se atribuye
como acción u omisión del acusado, que durante la sustanciación de juicio será demostrado o
no y cuyos fundamentos jurídicos y fácticos del fallo quedarán contenidos en la Sentencia,
este argumento quedó sentado en el Auto Supremo 93 de 24 de marzo de 2011 que refiere:
“ Conforme a la previsión contenida en el artículo 342 del Código de Procedimiento Penal, la
base del juicio constituye la acusación pública o la del querellante y cuando estos sean
irreconciliables el Tribunal tiene la potestad de precisar los hechos sobre los cuales se abre el
juicio, vale decir que lo que se juzgan son hechos, no así tipos penales o calificaciones
abstractas; bajo esta precisión conceptual tanto la imputación formal como la acusación tanto
pública como particular establecen una calificación provisional en relación a la conducta del
imputado y que la congruencia que debe existir es entre el hecho (base fáctica) y la
sentencia y no así respecto a la calificación jurídica que provisionalmente contiene la
acusación, teniendo el Juez o Tribunal, luego del desfile probatorio y del análisis de las
pruebas incorporadas a juicio, realizar la `subsunción´ del hecho al tipo o tipos penales que
correspondan pudiendo ser diferente al de la calificación jurídica realizada por la acusación en
aplicación del principio procesal del iura novit curia y será la sentencia la que en definitiva
efectúe la calificación definitiva del hecho como regla, siendo innecesario bajo el nuevo
sistema procesal penal emitir una sentencia mixta condenando por unos delitos y absolviendo
respecto a otros que no fueron probados en juicio, pues como se tiene señalado la
calificación definitiva de la conducta punible se la efectúa en sentencia” .
[236]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP, cuando prescribe: ‘(Impedimento del imputado emplazado). El imputado o cualquiera a su
nombre, podrá justificar ante el juez o tribunal su impedimento; caso en el que se concederá al
impedido un plazo prudencial para que comparezca’.
La citada norma procesal penal lleva a sostener que, la mera inasistencia a un acto legalmente
convocado, no acarrea la rebeldía del ausente. Esta condición procesal opera únicamente cuando el
imputado pese a su legal citación y notificación, no comparezca al acto o no justifique la inasistencia.
La declaratoria de rebeldía lleva consigo ciertos efectos o consecuencias contra el sujeto
desobediente; así, el art. 89 del CPP, señala: ‘El juez o tribunal del proceso, previa constatación de la
incomparecencia, evasión, incumplimiento o ausencia, declarará la rebeldía mediante resolución
fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o ratificando el expedido.
Declarada la rebeldía el juez o tribunal dispondrá:
1) El arraigo y la publicación de sus datos y señas personales en los medios de comunicación para su
búsqueda y aprehensión;
2) Las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes del imputado para asegurar la
eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado;
3) La ejecución de la fianza que haya sido prestada;
4) La conservación de las actuaciones y de los instrumentos o piezas de convicción; y,
5) La designación de un defensor para el rebelde que lo represente y asista con todos los poderes,
facultades y recursos reconocidos a todo imputado’.
Es importante puntualizar que, en primer término, la declaratoria de rebeldía deriva en la emisión del
mandamiento de aprehensión contra el rebelde o la ratificación del mismo si estuviese expedido. Sin
embargo, esta medida tiene una finalidad exclusiva, la de conducir al rebelde ante la autoridad de
quien emanó la orden.
Una vez ejecutado el mandamiento y conducido el imputado a la presencia de la autoridad judicial, o
si el rebelde decide comparecer de manera voluntaria ante quien dispuso dicha medida, las
consecuencias o los efectos establecidos en el art. 89 incs. 1), 2), 3), 4) y 5) del CPP, cesan
automáticamente, ello significa que el proceso debe retrotraerse al momento en que se dispuso la
rebeldía y seguir el curso normal.
El art. 91 del CPP, al referirse a la comparecencia del imputado hace alusión a las costas de rebeldía,
que al tenor de la citada disposición legal, ellas deben ser cubiertas por el imputado o en su defecto
por su fiador; sin embargo, nótese que dicho aspecto no es un condicionante directo para que la
autoridad judicial acepte la comparecencia del declarado rebelde; es decir, el imputado puede
comparecer ante la autoridad judicial sin que previamente se haya cubierto esta obligación (costas de
rebeldía); lo cual no significa que deba dejarse de lado lo estipulado expresamente en la norma. De
presentarse el imputado sin haber cumplido la obligación económica, el juez de la causa no está
impedido para aceptar su comparecencia, al contrario, debe aprobarlo y otorgarle un plazo prudente
para que cumpla con la obligación pecuniaria. A este efecto, se debe considerar que, la libertad del
imputado se encuentra en peligro a consecuencia de la declaratoria de rebeldía y no puede
condicionarse su apersonamiento o comparecencia a un factor estrictamente económico”.
[237]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PlurinacionaL 0891/2017-S2
Sucre, 21 de agosto de 2017
La SCP 0211/2017-S2 de 13 de marzo, refirió lo siguiente: “La rebeldía básicamente es una cualidad
del sujeto procesal que incumple, desobedece o se resiste al llamamiento de la autoridad judicial. El
Código de Procedimiento Penal, establece las condiciones y requisitos para la declaratoria de rebeldía
del imputado; así, el art. 87 del citado cuerpo legal, señala: ‘El imputado será declarado rebelde
cuando:
1) No comparezca, sin causa justificada, a una citación de conformidad a lo previsto en este Código;
2) Se haya evadido del establecimiento o lugar donde se encontraba detenido;
3) No cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por autoridad competente; y,
4) Se ausente sin licencia del juez o tribunal del lugar asignado para residir’.
Entre tanto, el imputado incurra en uno de los presupuestos y condiciones previstas en la norma citada
ut supra y sea debidamente constatado tal aspecto, la autoridad judicial, mediante resolución
fundamentada se encuentra facultada en declarar la rebeldía del mismo.
Por otro lado, cuando el encausado se encuentre imposibilitado de asistir al acto convocado y que a
consecuencia de ello sea previsible la declaratoria de su rebeldía, no necesariamente se encuentra en la
obligación de justificar su impedimento de manera personal, estando facultado para ello, inclusive un
tercero sin que a éste se le exija poder o cualquier otra formalidad, así lo establece el art. 88 del CPP,
cuando prescribe: ‘(Impedimento del imputado emplazado). El imputado o cualquiera a su nombre,
podrá justificar ante el juez o tribunal su impedimento; caso en el que se concederá al impedido un
plazo prudencial para que comparezca’.
La citada norma procesal penal lleva a sostener que, la mera inasistencia a un acto legalmente
convocado, no acarrea la rebeldía del ausente. Esta condición procesal opera únicamente cuando el
imputado pese a su legal citación y notificación, no comparezca al acto o no justifique la inasistencia.
La declaratoria de rebeldía lleva consigo ciertos efectos o consecuencias contra el sujeto desobediente;
así, el art. 89 del CPP, señala: ‘El juez o tribunal del proceso, previa constatación de la
incomparecencia, evasión, incumplimiento o ausencia, declarará la rebeldía mediante resolución
fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o ratificando el expedido.
Declarada la rebeldía el juez o tribunal dispondrá:
1) El arraigo y la publicación de sus datos y señas personales en los medios de comunicación para su
búsqueda y aprehensión;
2) Las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes del imputado para asegurar la
eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado;
3) La ejecución de la fianza que haya sido prestada;
4) La conservación de las actuaciones y de los instrumentos o piezas de convicción; y,
5) La designación de un defensor para el rebelde que lo represente y asista con todos los poderes,
facultades y recursos reconocidos a todo imputado’.
Es importante puntualizar que, en primer término, la declaratoria de rebeldía deriva en la emisión del
mandamiento de aprehensión contra el rebelde o la ratificación del mismo si estuviese expedido. Sin
embargo, esta medida tiene una finalidad exclusiva, la de conducir al rebelde ante la autoridad de quien
emanó la orden.
Una vez ejecutado el mandamiento y conducido el imputado a la presencia de la autoridad judicial, o si
el rebelde decide comparecer de manera voluntaria ante quien dispuso dicha medida, las consecuencias
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
o los efectos establecidos en el art. 89 incs. 1), 2), 3), 4) y 5) del CPP, cesan automáticamente, ello
significa que el proceso debe retrotraerse al momento en que se dispuso la rebeldía y seguir el curso
normal.
El art. 91 del CPP, al referirse a la comparecencia del imputado hace alusión a las costas de rebeldía,
que al tenor de la citada disposición legal, ellas deben ser cubiertas por el imputado o en su defecto por
su fiador; sin embargo, nótese que dicho aspecto no es un condicionante directo para que la autoridad
judicial acepte la comparecencia del declarado rebelde; es decir, el imputado puede comparecer ante la
autoridad judicial sin que previamente se haya cubierto esta obligación (costas de rebeldía); lo cual no
significa que deba dejarse de lado lo estipulado expresamente en la norma. De presentarse el imputado
sin haber cumplido la obligación económica, el juez de la causa no está impedido para aceptar su
comparecencia, al contrario, debe aprobarlo y otorgarle un plazo prudente para que cumpla con la
obligación pecuniaria. A este efecto, se debe considerar que, la libertad del imputado se encuentra en
peligro a consecuencia de la declaratoria de rebeldía y no puede condicionarse su apersonamiento o
comparecencia a un factor estrictamente económico”.
DE LA DECLARATORIA DE REBELDÍA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1154/2017-S1
Sucre, 19 de octubre de 2017
La SCP 0765/2012 de 13 de agosto, manifestó: “La declaratoria de rebeldía tiene como consecuencia
entre otros la expedición del mandamiento de aprehensión tal cual prevé el art. 89 del citado código
adjetivo penal, ésto con la finalidad de lograr que el declarado rebelde acuda a la citación o
llamamiento judicial y la investigación o el proceso penal continúen (…).
Consecuentemente, la declaratoria de rebeldía y el consiguiente mandamiento de
aprehensión, de acuerdo al art. 87 inc. 1) del CPP, tienen como objetivo principal e inmediato lograr
la comparecencia del imputado y/o acusado a fin de que la investigación o el proceso penal continúen
con su tramitación.
El Auto 118/2010 que declaró la rebeldía de (…) con la consiguiente orden de aprehensión
en su contra, para que concurra a la sustanciación del juicio oral, no es ilegal o indebida, puesto que
responde a la aplicación estricta del art. 87 inc. 1) del CPP, que dispone: 'El imputado será declarado
rebelde cuando: 1) No comparezca sin causa justificada a una citación…'; en consecuencia, la
limitación a su libertad emerge del incumplimiento a un acto procesal al que se encontraba
constreñido de asistir y que no justificó previamente, considerando el tiempo entre su notificación y
la realización del mismo, ahora bien, es evidente que toda declaratoria de rebeldía que sea resultado
de la incomparecencia a una citación de conformidad a lo previsto por el Código de Procedimiento
Penal y sin que exista una causa debidamente justificada, no puede ser considerada como
persecución ilegal o indebida, por cuanto no se encuentra dentro de los dos presupuestos para ello,
ya que no existe búsqueda u hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin
motivo legal o por orden de una autoridad no competente…”
DE LA DETENCIÓN ILEGAL O INDEBIDA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1161/2015-S2, Sucre 10 de
noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Al respecto, la SCP 1526/2012 de 24 de septiembre, estableció que:”…existen dos
categorías de presos. Unos que se encuentran privados de su libertad como consecuencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de una medida judicial de carácter preventiva o cautelar; y los otros que se encuentran
privados de su libertad como consecuencia de una sentencia condenatoria a pena privativa
de libertad. En los dos casos la privación de libertad es como consecuencia de una decisión
judicial fundamentada y basada en disposiciones legales.
Así también, se entiende como detención “la privación judicial, gubernativa o disciplinaria, de
la libertad personal, como medio de contribuir a la investigación de un delito o como sanción
discrecional de una falta o contravención. La detención es por esencia, en el proceso penal,
interina; ya que procede desavenida la sospecha, la libertad; o, al contrario, por confirmarse
los indicios acusatorios, se transforma en procesamiento, e incluso en prisión preventiva, si
la gravedad del delito y los antecedentes del procesado lo determinan así” (Diccionario
Enciclopédico de Derecho Usual de Guillermo Cabanellas)”.
En ese contexto se entiende que la detención legal, es la privación de libertad de una
persona, dispuesta por la autoridad judicial competente, como medida cautelar o sanción
punitiva, y ésta restricción a la libertad física se encuentra acorde al ordenamiento jurídico.
De este entendimiento, se puede inferir que la detención es ilegal o indebida, cuando ésta no
ha sido dispuesta por autoridad competente, cuando se alarga más allá de los límites
establecidos por la ley; y, cuando se la mantiene después de que se haya cumplido con la
condena o merecido algún beneficio otorgado conforme a ley, asimismo, una privación de
libertad puede devenir en ilegal cuando se niega sin justificativo legal alguno ante solicitud de
los beneficios que franquea la ley, en ejecución de la pena.
[240]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los
Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas’.
Las normas antes citadas establecen que el derecho a la libertad física o personal sólo puede ser
restringido cuando se cumplan con determinados requisitos formales y materiales de validez; pues
caso contrario, se entenderá que la privación de libertad resulta ilegal y, por tanto, que existe una
detención ilegal o indebida”.
Asimismo, el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de su SCP 1161/2015-S2 de 10 de
noviembre, haciendo referencia a la SCP 1526/2012 de 24 de septiembre, al respecto estableció
que:”’…existen dos categorías de presos. Unos que se encuentran privados de su libertad como
consecuencia de una medida judicial de carácter preventiva o cautelar; y los otros que se
encuentran privados de su libertad como consecuencia de una sentencia condenatoria a pena
privativa de libertad. En los dos casos la privación de libertad es como consecuencia de una decisión
judicial fundamentada y basada en disposiciones legales.
Así también, se entiende como detención «la privación judicial, gubernativa o disciplinaria, de la
libertad personal, como medio de contribuir a la investigación de un delito o como sanción
discrecional de una falta o contravención. La detención es por esencia, en el proceso penal, interina;
ya que procede desavenida la sospecha, la libertad; o, al contrario, por confirmarse los indicios
acusatorios, se transforma en procesamiento, e incluso en prisión preventiva, si la gravedad del delito
y los antecedentes del procesado lo determinan así» (Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual de
Guillermo Cabanellas)’.
En ese contexto se entiende que la detención legal, es la privación de libertad de una persona,
dispuesta por la autoridad judicial competente, como medida cautelar o sanción punitiva, y ésta
restricción a la libertad física se encuentra acorde al ordenamiento jurídico.
De este entendimiento, se puede inferir que la detención es ilegal o indebida, cuando ésta no ha sido dispuesta
por autoridad competente, cuando se alarga más allá de los límites establecidos por la ley; y, cuando se la
mantiene después de que se haya cumplido con la condena o merecido algún beneficio otorgado conforme a
ley…”
DE LA DIRECCIÓN Y EL PODER ORDENADOR Y DISCIPLINARIO DEL JUEZ EN
MATERIA PENAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0857/2017-S2
Sucre, 21 de agosto de 2017
En La SC 0249/2013 de 8 de marzo, establece: “De los elementos descritos puede afirmarse que la
potestad disciplinaria del Juez en audiencia (o antes y después de ella) es incontrastable pues obedece
a la necesidad de que éste mantenga el orden y el decoro que debe caracterizar a la función judicial;
sin embargo de ello, esta actividad disciplinaria debe obedecer a ciertos requisitos indispensables en
miras a construir un sistema equilibrado entre la potestad disciplinaria y las garantías judiciales con
las que cuenta todo ser humano.
De ahí que por su naturaleza inmediata y sumarísima, no sería posible exigir que el Juez instale un
juicio, latu sensu, en miras a determinar la imposición de una medida disciplinaria, sin embargo de
ello deberán cumplirse mínimamente dos requisitos indispensables: a) Instalación de audiencia de
consideración y Resolución inmediata antes de proseguir con los actos procesales principales deberá
suspenderlos y en la vía incidental determinar la aplicación de medidas disciplinarias, para ello
deberá considerar, que éstas tiene como fin mantener el orden y el decoro en la Audiencia y los actos
[241]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conexos, por ende en la consideración de medida disciplinaria deberá permitir que quienes serán
sometidos a la medida disciplinaria presenten alegatos y pruebas (espontáneamente) en miras a que el
Juzgador respaldado de la fuerza pública asuma una decisión que deberá considerar tres elementos:
1) La necesidad de aplicar la medida disciplinaria para garantizar los dos elementos antes
mencionados; 2) El fin de la medida deberá ser idóneo para asegurar la continuidad del proceso
principal; y, 3) La medida disciplinaria deberá ser proporcional a la situación que la genera; y, b)
La Resolución debidamente motivada y fundamentada deberá producirse inmediatamente en audiencia
haciendo una valoración de todos los elementos de prueba espontáneamente presentados por ende
deberá aplicarse la regla de la sana crítica en la determinación a asumirse, esto quiere decir que el
Juez deberá escuchar a las partes intervinientes sometidas a consideración de medida disciplinaria y
sobre esa base emitir una Resolución debidamente motivada, que exprese claramente los motivos por
los cuales se han de tomar las medidas disciplinarias en el caso concreto, cumpliendo necesariamente
con la regla de individualización de los sometidos a medida disciplinaria y cumpliendo con el estándar
del derecho a una resolución judicial motivada.
En relación a las medidas que pueden ser asumidas por el juzgador, éstas no han sido objetivamente
determinadas, ésta situación genera un vacío normativo que debería ser llenado por el Legislador,
empero ante la carencia relatada, el vacío debe ser llenado por el Juzgador sobre la base de
ponderaciones que garanticen su poder ordenador, sin restringir absurdamente los derechos
fundamentales de quienes participan en las audiencias, en ese marco, si bien el Legislador tiene el
mandato de llenar el vacío normativo referido, pues no puede dejarse bajo ningún caso en vacío
normativo las medidas disciplinarias que pueda adoptar una autoridad pública, pues podría incurrir
en excesos y arbitrariedades. No obstante tampoco puede desconocerse la facultad disciplinaria que
debe ejercer, pues lo contrario podría poner en riesgo al Sistema Judicial en su integridad.
Sin embargo de ello, corresponde pronunciarse por su importancia y por lo que se resolverá en la
especie, sobre la privación del derecho a la libertad mediante el arresto como emergencia del poder
disciplinario, al respecto, la SC 0360/2006-R de 12 de abril, señaló: ‘A ese efecto, corresponde
señalar que la norma contenida en el art. 338 del CPP dispone que el juez o presidente del tribunal
dentro de un proceso penal, es quien dirigirá la audiencia y ordenará los actos necesarios para su
desarrollo, garantizando el ejercicio pleno de la acusación y de la defensa. El último párrafo de esta
norma establece que el Tribunal en pleno resolverá cuando una decisión del presidente sea
impugnada.
Concordante con dicha disposición, en ejercicio del rol directivo señalado, el art. 339 del mismo
cuerpo legal dispone que el juez o el presidente del tribunal en ejercicio de su poder ordenador y
disciplinario podrá:
1. Adoptar las providencias que sean necesarias para mantener el orden y adecuado desarrollo de la
audiencia, imponiendo en su caso, medidas disciplinarias a las partes, abogados, defensores,
funcionarios, testigos, peritos y personas ajenas al proceso; y,
2. Requerir el auxilio de la fuerza pública, para el cumplimiento de sus decisiones y suspender el
debate cuando no sea posible restablecer el orden alterado o se produzca un incidente que impida su
continuación.
Por otra parte, por previsión expresa del art. 129 inc. 5) del CPP, el Juez o tribunal podrá expedir
mandamiento de arresto.
[242]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Las normas citadas permiten concluir que en resguardo del normal desarrollo del debate, la
realización de las audiencias y la continuidad del juicio, el juzgador se encuentra facultado a adoptar
las providencias necesarias para mantener el orden en las audiencias de juicio y el respeto debido a
su autoridad y de los demás sujetos procesales, cuidando que las actuaciones del debate se
desarrollen con absoluta normalidad, en cuyo caso, puede observar el comportamiento de las partes,
abogados, defensores, funcionarios, testigos, peritos y personas ajenas al proceso -entre ellos los
fiscales-, realizando las advertencias correspondientes sobre las actitudes irrespetuosas o actos de
desaprobación o censura en los que podrían incurrir, pudiendo aplicar en caso de ser necesario las
medidas disciplinarias que consideren convenientes y para tal efecto requerir el auxilio de la fuerza
pública, para el cumplimiento de sus decisiones y, en su caso, suspender el debate cuando no sea
posible reestablecer el orden alterado o se produzca un incidente que impida su continuación.
Consiguientemente, el Juez o Tribunal, en ejercicio del poder ordenador y disciplinario que la ley le
concede puede adoptar las medidas disciplinarias que considere necesarias, las que pueden ser
graduales de acuerdo a la naturaleza y gravedad de las faltas en que incurrieren los sujetos
procesales o quienes accesoriamente intervienen en el juicio, lo que implica que no resulta ilegal ni
arbitrario que el juzgador adopte como medida disciplinaria el arresto, por cuanto, se encuentra
facultado para emitir esta clase de mandamientos, en función de lo dispuesto por el art. 129 inc. 5)
del CPP. Entendimiento que se sustenta, en el equilibrio que debe existir entre el poder ordenador y
disciplinario de una autoridad judicial y el ejercicio pleno de los derechos y garantías de las partes y
demás sujetos procesales, todo ello en resguardo de garantizar el normal desarrollo de las
audiencias del proceso’.
La Constitución Política del Estado en Bolivia ha asignado a la libertad una dimensión no sólo de
derecho fundamental, sino también de valor, expresando su inviolabilidad, asumiendo además la
obligación de respetarla y protegerla como deber primordial del Estado, en ese marco el art. 23.3 de
la CPE, señala que: «nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los
casos y según las formas establecidas por la ley. La ejecución del mandamiento requerirá que éste
emane de autoridad competente y que sea emitido por escrito». De esta norma se tiene que para una
legítima limitación del derecho a la libertad, se tienen tres condiciones: i) Que su regulación tenga
como fuente normativa la actividad del Legislador (principio de reserva legal); ii) Que se produzca de
acuerdo a las formas establecidas; y, iii) Que emane de autoridad competente. Esto quiere decir que
para su legítima restricción deben concurrir simultáneamente los tres elementos, en el caso que nos
ocupa el Legislador al asignar potestad disciplinaria al juzgador y reconocerle la posibilidad de
emitir el mandamiento de arresto lo faculta expresamente, sin embargo, esta facultad debe limitarse
por analogía del art. 225 del CPP, a un plazo máximo de 8 horas, pues lo contrario sería permitir que
la autoridad ejerza una potestad disciplinaria sin limitación alguna, pues la facultad genérica de
emitir mandamientos de arresto no puede ser entendida de manera irrestricta, y debe entenderse de
acuerdo al art. 23.3 de la CPE, el desarrollo mencionado significa una modulación de la SC
0360/2006-R” (las negrillas son nuestras).
DE LA EXCEPCIÓN DE LITISPENDENCIA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1195/2017-S1
Sucre, 24 de octubre de 2017
[243]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 0910/2016-S1 de 18 de octubre, señalo que: “La expresión de litispendencia se traduce como
litigio pendiente o en sentido amplio, como proceso pendiente o al estado de pleito pendiente y sin
terminar. Es utilizada para señalar la existencia de un proceso pendiente entre la mismas partes sobre
un mismo objeto; por lo cual, este instituto tiende a evitar la emisión de sentencias contradictorias
pudiéndose incluso vulnerar la cosa juzgada y el ne bis in ídem y, también, a precautelar el principio de
economía procesal. Además de impedir que una persona sea juzgado dos veces por lo mismo.
La doctrina establecida en cuanto a los presupuestos para la procedencia de la aludida excepción
identifica los siguientes: 1) La existencia de un proceso pendiente, el primero, se entiende que el
segundo proceso comenzó luego del que ya se encontraba en curso; 2) Que el proceso sea de naturaleza
jurisdiccional; y, 3) Que se haya formulado ante el Juez una pretensión, que constituye el objeto del
proceso.
Por su parte, el autor boliviano Arturo Yáñez Cortez, en su obra Excepciones e Incidentes pág. 263-
264, nos plantea los siguientes requisitos para que la litispendencia surta su efecto excluyente para
posteriores procesos: ‘1) que existan dos procesos jurisdiccionales, por lo que se descartan para esos
efectos los procedimientos o trámites administrativos; 2) que ambos procesos se encuentren pendientes,
pues de lo contrario, si alguno estaría concluido, cabría deducir la excepción de cosa juzgada y no la
que nos ocupa; 3) que el primer proceso se halle pendiente ante el órgano jurisdiccional competente;
toda vez que el órgano que conoce el segundo debe necesariamente analizar si el primero tiene
jurisdicción y competencia para tramitarlo, caso contrario, si considera que no, le cabe decidir una
cuestión de competencia más no acoger la litispendencia 4) que ambos procesos sean de la misma
materia; 5) que entre ambos se den las necesarias identidades subjetivas, objetivas y de causa; es decir,
en forma similar al del instituto de cosa juzgada y la exigencia de tres identidades o correspondencias
ampliamente abordadas en esa oportunidad; y, 6) que el proceso en el que se haga valer la
litispendencia haya comenzado con posterioridad al que la origina, pues como enseña la doctrina al
respecto, es el segundo proceso el que nace muerto y es respecto de este que se aplica la característica
tantas veces citada en este rubro de la eficacia excluyente. Para dilucidar cuál de los procesos empezó
primero, cabe simplemente atender el momento en que empezó el pleito, remitiéndose por tanto al
segundo párrafo del art. 5 del NCPP’.
En ese sentido, se establece que la excepción de litispendencia prospere, tiene que cumplir con sus
elementos integradores de identidad de sujetos, objeto y causa; es decir, la identidad de sujetos tiene
que ser las mismas personas involucradas en un hecho ilícito y por esa causa se hubiere iniciado más de
un proceso; que los sujetos que intervienen en los dos o más procesos expresen los mismos intereses de
investigación y esclarecimiento de la verdad histórica de un mismo hecho, y la identidad que causa, que
conduce a comprender que ambos procesos se hallen en gestión, vale decir, que no tengan resolución
final, lo cual elimina la posibilidad, cuando alguno de ellos ya tuviere resolución o se encontrare en
diferente estado procesal.
En nuestro ordenamiento jurídico vigente, la única referencia que se tiene, es la contenida en el art. 313
del CPP que señala: ‘(Otras excepciones). Cuando se declare la excepción de litispendencia se
remitirán las actuaciones al juez que haya prevenido el conocimiento de la causa’ y, claro la del art. 308
que entre sus incisos, solamente se limita a identificar como una de las excepciones” (las negrillas nos
corresponden).
[244]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
DE LA FUNDAMENTACIÓN DE LA PENA
AUTO SUPREMO Nº 612/2017-RRC
Sucre, 23 de agosto de 2017
Delitos: Despojo y otro
Sobre la determinación de la pena y su debida fundamentación a través del Auto Supremo
038/2013-RRC de 18 de febrero, este Tribunal señaló: “La determinación judicial de la pena
que comprende todo el procedimiento; es decir, la evaluación, decisión y justificación del tipo
y la extensión de la pena, tiene líneas de orientación previstas legalmente, de manera que no
puede considerarse una cuestión propia de la discrecionalidad del juez. La individualización
de la pena está sometida al principio de proporcionalidad recogido por el Código Penal en sus
diferentes artículos y a la finalidad de la pena establecida constitucionalmente como la
educación, habilitación e inserción social de los condenados, con respeto a sus derechos.
En este ámbito, el juez o Tribunal que fija una pena tiene la obligación de someterse a dichos
principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante la constatación de su incumplimiento,
proceder directamente a la modificación del quantum de la pena, en sujeción a los principios
constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad reconocida por el art. 414 del CPP,
considerando los siguientes criterios para la fijación de la pena:
a) La personalidad del autor, el cometido que la ley penal boliviana asigna al juez de
apreciar la personalidad del autor, es una tarea compleja; aunque debe reconocerse que el
Código Penal en los arts. 37 y 38 (atender la personalidad del autor) no exige la realización
de un diagnóstico científico "de la personalidad", sino un perfil de la personalidad, vinculado
al hecho concreto para aplicar la pena en la dimensión que corresponda a esa persona
concreta e individual, distinta a los demás seres humanos. De tal manera que el reproche
jurídico que merezca su comportamiento, guarde armonía con el hecho, su personalidad y las
circunstancias.
La edad, es un factor que, dependiendo del caso, puede operar como agravante o atenuante.
En cuanto a la educación, por regla general como circunstancia agravante, pues el reproche
será mayor cuando el autor ha tenido acceso a la educación y, por lo tanto, ha disminuido su
vulnerabilidad al sistema penal. En similar sentido opera la posición económica, sobre todo
en los casos vinculados a delitos económicos. La vida anterior libre de sanciones penales no
se debe tomar sin más como atenuante para la determinación de la pena. Lo que sí debe
considerarse como factor de atenuación, es que el autor haya desarrollado hasta la comisión
del hecho punible una vida ordenada y acorde al derecho, de tal manera que el hecho
delictivo signifique una notoria contracción con su conducta anterior. Respecto a la conducta
posterior, debe tomarse en cuenta como factor para la fijación de la pena, el esfuerzo del
autor por reparar el daño causado. También puede apreciarse como favorable la conducta
del procesado en el proceso penal, cuando: i) Se haya entregado a la autoridad policial o
judicial voluntariamente, pese a haber contado con la posibilidad de una fácil huida, o tener
la posibilidad de no ser descubierto, y, ii) La confesión que manifieste arrepentimiento, o
bien que haya ayudado significativamente al establecimiento de la verdad mediante su
declaración.
Sin embargo, la sola falta de arrepentimiento o confesión no puede valorarse para hacer más
rigurosa la sanción. Ahora bien, si la confesión no es tal, sino un intento de lograr la
impunidad y si el “arrepentimiento” no es sincero, sino una manera de procurar un trato
benigno de los jueces, cuando se sabe, por la prueba, que no hay forma alguna de eludir la
acción de la justicia, los jueces deben examinar ese dato como parte de las manifestaciones
defensivas, pero deben ignorarlo al momento de fijar la pena, pues ni las mentiras, ni las
[245]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
falsas actitudes del acusado constituyen un factor que deba perjudicarlo cuando se decida
sobre la sanción a imponer. La reparación del daño, consiste fundamentalmente en aliviar las
consecuencias materiales del hecho delictivo son también factor de atenuación; empero,
también pueden tener un efecto atenuante de la pena, los actos que denoten voluntad de
reparar. La extensión del daño causado debe ser delimitada sólo para aquello que tenga
vinculación con el hecho típico, directamente. Además, debe tenerse en cuenta que no es
necesaria la concurrencia de todas las circunstancias descritas, pues dependerá de cada caso
concreto.
b) La mayor o menor gravedad del hecho, que tiene que ver con lo previsto por el art.
38 inc. 2) del CP; es decir, la naturaleza de la acción, los de los medios empleados, la
extensión del daño causado y del peligro corrido.
c) Circunstancias y las consecuencias del delito, que también deben ser consideradas
en el caso concreto.
La fundamentación de la fijación de la pena es inexcusable, en este ámbito la exigencia de
fundamentación que debe satisfacer la Sentencia condenatoria en el proceso de
individualización de la pena, obliga al juez a observar los parámetros descritos por el
legislador; por lo tanto la resolución debe contener un razonamiento capaz de dar cuenta de
que se consideraron dichos parámetros de tal modo que a través de la exposición razonada
del juez o Tribunal se pueda evidenciar que su resolución se ha fundado en parámetros
legales, y no es fruto de la apreciación estrictamente personal o arbitraria al efecto debe
explicar cómo aplicó la pena, en término considero las previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del
CP, al caso concreto y qué atenuantes y agravantes tomo en cuenta para establecer la
sanción dentro de los límites legales”.
[246]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda
autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una
situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para
lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo
exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y
comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a
las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está
regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose
cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió´.
En coherencia con este razonamiento, la jurisprudencia constitucional contenida en la SC
0089/2010-R de 4 de mayo, respecto a la fundamentación de las resoluciones de
medidas cautelares, manifestó que: ´...la aplicación de una medida cautelar de carácter
personal en el ámbito procesal penal debe cumplir con las condiciones de validez
legal, lo que significa que, la autoridad judicial competente, para adoptar la decisión
de aplicar la detención preventiva, de una parte, está obligado a verificar y determinar
la concurrencia de los requisitos previstos por el art. 233 CPP, para lo que deberá
contrastar la solicitud fundamentada del Ministerio Público con los elementos de
prueba presentados sobre la concurrencia de los requisitos, en el marco de las
normas previstas por los arts. 234 y 235 CPP; de otra parte, deberá fundamentar en
derecho la decisión de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues tomando
en cuenta que uno de los principios fundamentales inherentes al Estado Democrático
de Derecho es la motivación de las decisiones de las autoridades públicas, el juez está
obligado a expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa su convicción
determinativa de la concurrencia de los requisitos, así como el valor otorgado a los
medios de prueba, esa fundamentación no puede ser reemplazada por la simple
relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes; de modo
que está obligado a expresar los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con cita de
las normas legales aplicables y la descripción clara y objetiva de los elementos de convicción
concurrentes.
(…)
Asimismo, la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es exigible al momento
de imponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la solicitud de cesación
de la detención preventiva, se dispone la sustitución o modificación de esa medida o,
finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se exige tanto en
las resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas en
apelación y en toda decisión judicial´.
Entendimiento que ha sido profundizado a través de la SCP 0401/2012 de 22 de junio que,
estableció que: ´A momento de motivar una resolución, la autoridad judicial deberá
compulsar las pruebas y arribar a conclusiones jurídicas ciertas sobre la base de
hechos probados, sea cual fuere la pretensión de la parte, realizando una adecuada
fundamentación legal, citando las normas que sustentan la parte dispositiva de la
misma; lo contrario significa que, cuando esta autoridad omite realizar una correcta
motivación elimina la parte estructural de la resolución, asumiendo una decisión de hecho y
[247]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
no de derecho, lesionando efectivamente el debido proceso, derivando en el extremo
inaceptable que los procesados no puedan conocer cuáles son las razones del fallo’”
DE LA LEGITIMACIÓN PASIVA EN LA ACCIÓN DE LIBERTAD RESPECTO AL
PERSONAL JUDICIAL SUBALTERNO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1074/2017-S1
Sucre, 3 de octubre de 2017
La SCP 0427/2015 de 29 de abril, efectuando un cambio de entendimiento respecto a la legitimación
pasiva del personal judicial, señaló que: “Con relación a la legitimación pasiva de los servidores de
apoyo judicial, la jurisprudencia constitucional, contenida en la SC 0332/2010-R de 17 de junio,
sostuvo que: ‘Con relación a la responsabilidad del personal subalterno de los Juzgados y Salas de las
Cortes Superiores de Distrito y Corte Suprema de Justicia, la jurisprudencia constitucional estableció
que la administración de justicia está encomendada a los órganos jurisdiccionales del Estado, de
acuerdo con el art. 16.I, IV CPE y art. 3 de la Ley de Organización judicial (LOJ); en consecuencia
son los jueces los funcionarios que ejercen esa jurisdicción entre tanto que los secretarios, actuarios y
oficiales de diligencias, no tienen facultades jurisdiccionales sino que están obligados a cumplir las
órdenes o instrucciones del Juez, emergentes de sus decisiones, por lo que no tienen legitimación
pasiva para ser demandados por cuanto no son los que asumen determinaciones de orden
jurisdiccional dentro de los procesos, salvo que incurrieran en excesos contrariando o alterando esas
determinaciones de la autoridad judicial’. Posteriormente, la SC 1279/2011-R de 26 de septiembre,
estableció la excepción a la regla anterior, declarando lo siguiente: ‘El personal subalterno puede ser
demandado en los casos en los que contrarían lo dispuesto por dicha autoridad o cometieran excesos
en sus funciones que pudieran vulnerar derechos fundamentales o garantías constitucionales; sin
embargo si la autoridad judicial conocedora del acto vulneratorio de derechos y garantías no
reconduce el procedimiento y lo convalida, se deslinda la responsabilidad del funcionario subalterno’;
ahora bien, este Tribunal considera que el entendimiento asumido en ambas Sentencias
Constitucionales citadas, no guarda coherencia con el razonamiento plenamente fundamentado
contenido en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, puesto que conforme a la explicación
realizada, la presente acción constitucional puede ser dirigida incluso contra particulares, entonces,
con mayor razón podrá ser dirigida contra funcionarios de apoyo judicial o incluso de orden
administrativos, pues a partir del momento en que las leyes les imponen deberes, y particularmente la
Ley del Órgano Judicial en el caso de los funcionarios de apoyo judicial, son sujetos de
responsabilidad por el incumplimiento de esos deberes, tal es así, que pueden ser objeto incluso de
responsabilidad administrativa, civil o penal; consecuentemente, con mayor razón serán responsables,
y por tanto, tendrán legitimación pasiva para ser demandados por esta vía, cuando sus actos u
omisiones relacionados a sus deberes contribuyan o lesionen directamente derechos fundamentales de
las personas, siendo así, no se puede concebir el razonamiento expuestos en dichas Sentencias que
liberan de responsabilidad al funcionario de apoyo judicial, para cargar la misma únicamente sobre
el juzgador cuando éste no reconduce el procedimiento y lo convalida, puesto que, si el
incumplimiento de los deberes y funciones del personal de apoyo, no es reconducido por el juez,
corresponderá establecer responsabilidad en relación a ambos funcionarios; es decir, el juez y el
personal de apoyo judicial, cuyos actos u omisiones merezcan reproche en la vía constitucional.
[248]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En base a los fundamentos supra expuestos, el entendimiento generado en el presente acápite implica
cambio de línea jurisprudencial en relación a los razonamientos asumidos en las SSCC 0332/2010-
R de 17 de junio y 1279/2011-R de 26 de septiembre, en las que se estableció que los servidores de
apoyo judicial no tiene legitimación pasiva para ser demandados en las acciones de defensa
DE LA PRODUCCIÓN DE PRUEBA EN APELACIÓN INCIDENTAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0874/2017-S3
Sucre, 4 de septiembre de 2017
Al respecto, la norma adjetiva penal a tiempo de regular la interposición del recurso de apelación
incidental, prevé la posibilidad de producir prueba en segunda instancia, estableciendo asimismo cuál
es el trámite a seguirse, al disponer que:
“Artículo 404º.- (Interposición). El recurso se interpondrá por escrito, debidamente fundamentado,
ante el mismo tribunal que dictó la resolución, dentro de los tres días de notificada la resolución al
recurrente.
Cuando el recurrente intente producir prueba en segunda instancia, la acompañará y ofrecerá
junto con el escrito de interposición, señalando concretamente el hecho que pretende probar” (las
negrillas son nuestras).
“Artículo 406º.- (Trámite). Recibidas las actuaciones, la Corte Superior de Justicia decidirá, en una
sola resolución, la admisibilidad del recurso y la procedencia de la cuestión planteada, dentro de los
diez días siguientes, salvo lo dispuesto en el Artículo 399º de este Código.
Si alguna de las partes ha ofrecido prueba y el tribunal la estima necesaria y útil, señalará una
audiencia oral dentro de los quince días de recibidas las actuaciones y resolverá en la misma
audiencia aplicando en lo pertinente las reglas del juicio oral y público únicamente con la prueba
que se incorpore y con los testigos que se hallen presentes” (las negrillas fueron añadidas).
Conforme a lo transcrito precedentemente, se tiene que la producción de la prueba en segunda instancia
emergente de un recurso de apelación incidental requiere por parte del recurrente el cumplimiento de
determinadas exigencias, traducidas en el ofrecimiento y acompañamiento de la prueba que se pretende
producir a tiempo de plantear dicho recurso, debiendo además señalarse en esa oportunidad de forma
concreta cuál es el hecho que el recurrente quiere demostrar con la prueba cuya valoración pretende por
parte del Tribunal de alzada, exigencia de ineludible observancia por parte del apelante y que permitirá
al ad quem observar si la misma es necesaria y útil para la resolución de ese recurso.
En ese entendido, en caso que el recurrente cumpla con el ofrecimiento y presentación de prueba a
tiempo de interponer el recurso de apelación incidental, el art. 406 del CPP transcrito ut supra, prevé
como prerrogativa del Tribunal de alzada la estimación de la necesidad y utilidad de esa prueba para la
resolución del mencionado recurso, facultad a partir de la cual, únicamente en caso de considerarla
necesaria y útil, el ad quem fijara audiencia dentro de los quince días de recibidas las actuaciones -a
efectos de controvertir la prueba adjuntada-, por lo que la fijación de audiencia para la producción de la
prueba presentada se encuentra supeditada a la valoración de la necesidad y utilidad de esta como
atribución privativa del Tribunal de apelación a ser efectuada en caso de que las partes hayan cumplido
con las exigencias identificadas en la presentación de la misma.
Asimismo, es importante referir que la prueba que el recurrente pretenda hacer valer en segunda
instancia debe necesariamente estar circunscrita a la comprobación de hechos que fueron previamente
denunciados ante el Juez a quo y resueltos por este, aspecto que hace a la pertinencia de los medios
probatorios ofrecidos y presentados en consideración al momento procesal en el que son propuestos, ya
[249]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que no sería admisible pretender la valoración de prueba dirigida a demostrar hechos distintos a los que
ya fueron de conocimiento del Juez de la causa, situación que desnaturalizaría la finalidad del recurso
de apelación incidental convirtiéndolo en un instrumento de instancia y no así en un medio recursivo.
DE LA SOLICITUD DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA Y EL
SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1044/2015-S1, Sucre 30 de octubre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El art. 22 concordante con los arts. 23.I y 180.I de la CPE, establece que: “La dignidad y la
libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del
Estado”; postulado que, a partir de una interpretación axiológica, sistemática, dogmática y
teleológica, efectuada en base al art. 8.II de la misma Norma Suprema, nos permite concluir
que, siendo los valores de libertad y dignidad, entre otros, el sustento del Estado
Plurinacional, cualquier restricción, lesión o límite a su ejercicio en materia penal, con
carácter provisional o cautelar, posee de acuerdo a los preceptos constitucionales, una
naturaleza instrumental que la hace modificable a través de varios mecanismos intra
procesales entre los que se halla la cesación de la detención preventiva descrita en el art.
239 del Código de Procedimiento Penal (CPP), que establece los casos en los cuales
procede.
Sin embargo, no se debe dejar de lado que la presunción de inocencia, que es una garantía
constitucional (conforme al art. 116.I de la CPE), de raigambre constitucional contenido no
solamente en nuestra Norma Suprema, sino también en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (art. 11), el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (art.
14.II) y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8), que hacen parte del
denominado bloque de constitucionalidad (en arreglo al art. 410 de la CPE), pues el
procesado no puede ser condenado, ni tratado como culpable, menos como
delincuente, mientras no exista una sentencia condenatoria que adquiera la calidad de
cosa juzgada formal y material. Esto implica que únicamente la sentencia condenatoria firme,
es el instrumento idóneo capaz de vencer el estado de presunción de inocencia del
procesado. Consiguientemente, esta cualidad del imputado, tiene una repercusión muy
relevante sobre la detención preventiva, pues ésta se constituye en una excepción a que el
imputado se defienda en libertad, de lo que se tiene que dicha medida debe ser aplicada
con carácter restrictivo, de manera compatible con la Ley Fundamental y la normativa
aplicable vigente. Es a partir de ello, que igualmente se determina la importancia de atender
las solicitudes que versen sobre la modificación o cesación de la detención preventiva, con
celeridad.
El Tribunal Constitucional Plurinacional mediante la SCP 1155/2013 26 de julio, señaló que:
“Una de las medidas cautelares establecidas en el ordenamiento jurídico destinadas a
asegurar la averiguación de la verdad de los hechos, es la detención preventiva, misma que,
conforme ha reiterado la jurisprudencia constitucional, se constituye en una medida cautelar
que si bien involucra la privación temporal del derecho a la libertad, no tiene por finalidad la
condena prematura del imputado; en este sentido, se encuentra sometida a reglas
específicas que determinan los requisitos para su imposición y del mismo modo, las formas
en que esta medida puede ser suspendida o modificada”.
[250]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese contexto, la SCP 0759/2012 de 13 de agosto, estableció que: “… Por otra parte,
parte, no obstante que la ley no dispone un plazo determinado para la realización de
audiencia de consideración de cesación de la detención preventiva, la autoridad jurisdiccional
en observancia de los valores y principios constitucionales contenidos en el referido art.8.II
de la CPE, con relacione al 180.I del mismo cuerpo legal
y en aplicación del principio procesal de celeridad, cuando conozca una solicitud de un
privado de libertad, se encuentra obligado a tramitar la misma dentro del menor tiempo
posible y cumpliendo a cabalidad los plazos establecidos en la norma legal, toda vez que
actuar en contrario implicaría la afectación de los derechos y garantías del imputado,
cuando conozca una solicitud de un privado de libertad, se encuentra obligado a
tramitar la misma dentro del menor tiempo posible y cumpliendo a cabalidad los plazos
establecidos en la norma legal, toda vez que actuar en contrario implicaría la afectación de
los derechos y garantías del imputado…” (las negrillas son añadidas).
Ahora bien, entre los actos dilatorios que lesionando el debido proceso inciden
negativamente sobre el derecho a la libertad, identificados por la SC 0078/2010-R de 3 de
mayo, se estableció como dilatorio que: “ b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más
allá de lo razonable o prudencial”.
En relación al plazo razonable, anteriormente el Código de Procedimiento Penal, no
establecía un plazo específico para que el juez señale día y hora de audiencia para
considerar la cesación de la detención preventiva; sin embargo, la Ley de
Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Penal, Ley 586 de 30 de octubre de
2014, en su art. 8, modificó el art. 239 del CPP, que quedó redactado de la siguiente forma:
“La detención preventiva cesará:
4. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
5. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más
grave que se juzga;
6. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de
corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño,
adolescente, e infanticidio; y,
7. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad
terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar
audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24)
horas siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres
(3) días. Con contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad
de audiencia, dentro de los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre
que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia del
beneficio, sin posibilidad de suspensión de plazos”. (las negrillas son añadidas).
En este sentido, por tratarse de una solicitud que involucra el derecho fundamental a la
libertad, no puede dejarse de lado, que en caso de no observarse éste plazo, los encargados
de impartir justicia, serán pasibles a las sanciones disciplinarias conforme lo establece el art.
135 del CPP.
[251]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
DE LA SOLICITUD DE CESACIÓN DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0938/2017-S1
Sucre, 28 de agosto de 2017
El art. 8 de la Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal -Ley 586 de
30 de octubre de 2014- modificó el art. 239 del CPP, de acuerdo al siguiente texto:
Artículo 239. (CESACION DE LA DETENCION PREVENTIVA). La detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se
juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de veinticuatro
(24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción, seguridad del Estado,
feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia
para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24) horas
siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres (3) días. Con
contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad de audiencia, dentro de
los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre que la demora no sea atribuible a los
actos dilatorios del imputado, o la Improcedencia del beneficio, sin posibilidad de suspensión de
plazos.
En los casos previstos en los numerales 2, 3 y 4 del presente Artículo, la o el Juez o Tribunal aplicará
las medidas sustitutivas que correspondan, previstas en el Artículo 240 de este Código” (las negrillas
son nuestras).
En ese sentido, ante la solicitud de la cesación de detención preventiva prevista en el art. 239.1 del
Código de Procedimiento Penal, el Juez o Tribunal que la conozca deberá señalar audiencia para su
consideración y resolución en el plazo de cinco días.
[252]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En este sentido, la Resolución de imputación formal por su carácter provisional
puede ser modificada, ampliada o complementada, únicamente por el Ministerio Público,
hasta antes de la presentación de la acusación formal.
Ahora bien, se ha dejado claramente establecido que el fiscal es la única autoridad
competente que atribuye la comisión de un hecho delictivo a una persona, y será ante la
autoridad jurisdiccional que deberá demostrar con toda la carga probatoria, su grado de
participación en el referido hecho, a fin de que sea en esta instancia que se determine la
culpabilidad o no del imputado, no teniendo la justicia constitucional potestad para interferir
en la emisión de criterios relacionados con el grado de culpabilidad del imputado o la
existencia o inexistencia de un delito.
Es así que la jurisprudencia constitucional en la SC 539/2011-R de 29 de abril,
señaló: '…bajo ningún justificativo la jurisdicción constitucional puede interferir en el criterio
que puedan emitir los jueces para determinar la culpabilidad o no de un imputado; de igual
manera, la existencia o no del delito que se investigó, siendo que esta atribución le está
asignada exclusivamente a la jurisdicción ordinaria, no hallándose sujeta a control
constitucional, pues ello significaría suplantarla. Resultando aplicable también esta
comprensión, a los actos investigativos que son parte de la etapa preparatoria, al ser los
fiscales en esta etapa, autónomos sobre la compulsa de elementos probatorios respecto a la
comisión del hecho denunciado.
En ese orden, a momento de resolver problemáticas referidas a la calificación
provisional del delito efectuada en la imputación formal, expresó inicialmente que, las
lesiones al debido proceso, únicamente pueden ser consideradas a través de esta acción de
defensa, cuando como consecuencia de aquéllas se hubiere lesionado la libertad física y
exista absoluto estado de indefensión; y que, la calificación legal del hecho, no se halla
directamente relacionada con este derecho, cuya restricción en caso de existir, resulta de la
decisión adoptada por el Juez de la causa en consideración de la aplicación de medidas
cautelares y en su caso, por la revisión a cargo del Tribunal de apelación'.
Por otro lado la SC 0460/2011-R de 18 de abril, si bien fue emitida en base a la
interposición de una acción de amparo constitucional; sin embargo, su razonamiento
constitucional llega a ser aplicable al caso concreto, puesto que en la misma se señaló que
en materia penal lo que se juzga no son los tipos penales acusados, sino los hechos
denunciados, de la siguiente manera: ‘Conforme al art. 362 del CPP, el imputado 'no podrá
ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su ampliación'
(relacionado con el art. 348 del CPP, sobre la admisibilidad de ampliar la acusación por
nuevos hechos o circunstancias); es decir que, la responsabilidad penal que se atribuye al
imputado depende del conjunto de elementos fácticos contenidos en la acusación; y no
exclusivamente del tipo penal, porque no se juzga tipos o delitos, sino hechos.
Resumiendo, la congruencia en materia penal, se concreta de la relación
circunstanciada de los hechos fácticos punibles y la pena que por ellos -si resultaren
probados- se disponga en sentencia; no así, de la sola calificación de éstos. Cabe aclarar
entonces, que en la acusación no se imputan delitos, sino hechos calificados en un
determinado tipo penal, que -como corolario de la sustanciación del proceso penal- el
juzgador -al ser conocedor del derecho- establecerá con fundamento y base probatoria, la
adecuación a una conducta típica punible, que puede ser distinta a la dispuesta en inicio;
esto, sin agregar ni cambiar los hechos, sino que respecto a ellos determinará la comisión de
un ilícito sobre el cual el Estado pueda ejercer su potestad punitiva. Esta determinación, por
[253]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
un lado, garantiza castigar la comisión evidente y comprobable de un delito, que haya sido
dilucidada en la tramitación de un proceso penal, aún éste no hubiera sido previsto en la
acusación; y también, modificar la imposición de la pena, ante la contingencia que la
correspondiente al ilícito cometido, sea proporcionalmente menor a la del inicialmente
calificado o viceversa, de modo que se haga efectiva la finalidad del proceso penal’” .
DE LA SUSPENSIÓN TEMPORAL DEL ARRAIGO
[254]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
temporal. Esos criterios deberán sustentarse en la necesidad de preservar otros derechos
fundamentales esenciales cuya restricción podrían causar daños irreparables; entre ellos se
puede referir a manera enunciativa no limitativa los siguientes: a) el derecho a la vida y la
salud, esto es que el imputado o procesado arraigado tenga la necesidad urgente de realizar
un viaje a otro punto geográfico del lugar en el que se encuentre arraigado, para someterse a
un tratamiento médico urgente o alguna cirugía, que sólo le puede ser suministrado en el
lugar al que debe viajar; b) el derecho al trabajo, ello significa que el imputado o procesado
tenga como actividad, ya sea por cuenta propia o ajena, la de viajar fuera del país en forma
continua, siempre que dicha actividad se constituya en su ingreso económico para su
manutención y la de su familia, vale decir, que esa sea su función laboral insustituible e
indelegable por razón de profesión u oficio’”.
DE LA TUTELA FRENTE AL AVASALLAMIENTO O DESPOJO VIOLENTO DE LA
PROPIEDAD DEBIDAMENTE DEMOSTRADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1049/2017-S1
Sucre, 11 de Septiembre de 2017
[255]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
materia penal, su tramitación y resolución; y la no suspensión de la investigación ante su
planteamiento, en el marco de lo dispuesto por el art. 314 del CPP.
En ese orden de ideas, la SCP 2475/2012 de 28 de noviembre, efectuando un análisis exhaustivo y
minucioso de dicha figura procesal, concluyó que: ’…las excepciones son medios de defensa, distintos
o diferentes al litigio principal, pero relacionados directamente con él, se sustancian y deciden por
separado; pueden ser planteadas en cualquier momento a lo largo del proceso penal. Dependiendo de
su regulación, en la generalidad de los casos no suspenden la tramitación del proceso principal a
menos que hubiere disposición expresa o cuando excepcionalmente así lo resolviera el órgano
jurisdiccional cuando fuera indispensable por la naturaleza de la cuestión incoada; son ventiladas y
decididas por resolución distinta a la de fondo. Las normas adjetivas del Código de Procedimiento
Penal, establecen que las excepciones en materia penal, gozarán de idéntico tratamiento que los
incidentes.
El último párrafo del art. 44 del CPP, dispone que el juez o tribunal que sea competente para conocer
de un proceso penal, lo será también para decidir sobre todas las cuestiones e incidentes que se
susciten en el curso de su tramitación, así como para dictar las resoluciones respectivas y ejecutarlas.
El art. 308 del citado Código adjetivo penal, establece una lista taxativa de los tipos de excepciones
que pueden ser presentadas por las partes del proceso, correspondiendo a las siguientes: 1)
Prejudicialidad; 2) Incompetencia; 3) Falta de acción, porque no fue legalmente
promovida o porque existe un impedimento legal para proseguirla; 4) Extinción de la acción penal
según lo establecido en los arts. 27 y 28 del mismo cuerpo legal; 5) Cosa juzgada; y, 6)
Litispendencia. El mismo artículo dispone más adelante que si concurren dos o más excepciones, éstas
deben plantearse conjuntamente.
Las excepciones persiguen dos motivos: i) Evitar que se ingrese al fondo del asunto, guardan relación
con situaciones enteramente formales que merecen una solución previa; por ende, pretenden dilatar el
proceso; éstas son las contenidas en los incs. 1), 2), y 3) del art. 308 del CPP; y, ii) Las que no sólo
buscan dilatar el proceso sino tienden a ponerle fin, sin ingresar al fondo; son las previstas en los
incs. 4), 5) y 6) del precitado artículo. De donde se concluye que las excepciones en general, como
oposiciones a la acción penal, buscan dilatar el proceso penal o en su defecto, extinguirlo; y por ello,
son de previo y especial pronunciamiento.
En cuanto a su tramitación, el art. 314 del CPP, explicita que las excepciones y las peticiones o
planteamientos de las partes que por su naturaleza o importancia deban ser rebatidas o requieran la
producción de prueba, se tramitarán por la vía incidental sin interrumpir la investigación y serán
propuestas por escrito y fundamentado en la etapa preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo
prueba y acompañando la documentación correspondiente. Planteada la excepción o el incidente, el
juez o tribunal la correrá en traslado a las otras partes para que dentro de los tres días siguientes a su
notificación, contesten y ofrezcan prueba‘“ (las negrillas nos pertenecen).
DE LAS NOTIFICACIONES EN PROCESO PENAL
S.C.P. 1008/2015-S1, Sucre 26 de octubre de 2015
[256]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
“Las notificaciones se practicarán por cualquier medio legal de comunicación que el
interesado expresamente haya aceptado o propuesto, excepto las notificaciones personales.
Cuando el interesado no haya señalado un medio de comunicación específico, aquellas se
podrán realizar por cualquier otro medio que asegure su recepción”. Por su parte, el art. 163
del mismo cuerpo legal, indica que se notificarán personalmente: “…1) La primera
resolución que se dicte respecto de las partes; 2) Las sentencias y resoluciones de
carácter definitivo; 3) Las resoluciones que impongan medidas cautelares personales; y, 4)
Otras resoluciones que por disposición de este Código deban notificarse personalmente”.
Finalmente, se menciona lo prescrito por el art. 164 de dicho Código, que: “La diligencia de
notificación hará constar el lugar, fecha y hora en que se la práctica, el nombre de la persona
notificada, la indicación de la resolución, la firma y sello del funcionario encargado de
realizarla, dejándose además expresa constancia del medio utilizado”.
Al respecto la SC 1845/2004-R de 30 de noviembre, señaló que: “…los emplazamientos,
citaciones y notificaciones (notificaciones en sentido genérico), que son las modalidades más
usuales que se utilizan para hacer conocer a las partes o terceros interesados las
providencias y resoluciones de los órganos jurisdiccionales o administrativos, para tener
validez, deben ser realizados de tal forma que se asegure su recepción por parte del
destinatario; pues la notificación, no está dirigida a cumplir una formalidad procesal en
si misma, sino a asegurar que la determinación judicial objeto de la misma sea
conocida efectivamente por el destinatario (así SC 0757/2003-R, de 4 de junio); dado
que sólo el conocimiento real y efectivo de la comunicación asegura que no se
provoque indefensión en la tramitación y resolución en toda clase de procesos; pues
no se llenan las exigencias constitucionales del debido proceso, cuando en la tramitación de
la causa se provocó indefensión (art.16.II y IV de la CPE); sin embargo, en coherencia con
este entendimiento, toda notificación por defectuosa que sea en su forma, que cumpla con
su finalidad (hacer conocer la comunicación en cuestión), es válida” .
[257]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
(…)
En ese orden, desde una interpretación de y conforme a la Constitución, en su art. 178.I contempla el
principio de gratuidad como rector de la administración de justicia. Sobre este principio, la SCP
0286/2012, de 6 de junio, reiterando lo señalado por la SC 1739/2011-R de 7 de noviembre, determinó
que: «No obstante que la Ley 025 de 24 de junio de 2010 (Ley del Órgano Judicial), establece que será
progresiva la gratuidad en la tramitación de las causas en cuanto a la provisión de cédulas, papeletas
valoradas de apelación, formularios de notificación, hojas bond, timbres de ley y otros, la autoridad
jurisdiccional no puede paralizar la prosecución del proceso por esa circunstancia, por cuanto en
los hechos implica dilación procesal indebida que atenta no sólo contra una de las partes afectada
directamente, sino contra todo el sistema procesal diseñado en el nuevo texto constitucional».
(…)
En mérito a las consideraciones señaladas, al constituirse el principio de gratuidad en uno de los
pilares del sistema de administración de justicia, no es compatible con el orden constitucional que la
autoridad jurisdiccional, a título de falta de provisión de recaudos, paralice la tramitación de una
causa o de un recurso de impugnación bajo el justificativo de no haberse proporcionado los
recaudos de ley, toda vez que tal determinación incide directamente en la afectación del derecho a la
libertad, ocasionando una dilación indebida y consecuentemente un estado de indefinición jurídica
sobre la situación de la parte procesal, en el caso, de un privado de libertad.
(…)
… En cuyo mérito, a fin de evitar dilaciones indebidas en el tratamiento de la remisión de actuados
por parte del Juez a quo ante el Tribunal de alzada, cumple a la autoridad judicial competente la
observancia de lo siguiente:
i) Remitir al Tribunal ad quem, en el término de veinticuatro horas, conforme previene el art.
251 del CPP, las actuaciones pertinentes a efectos que se resuelva el recurso de apelación que
corresponda. En caso que no haberse proporcionado los recaudos necesarios, mínimamente deberán
ser remitidos al Tribunal de apelación: a) Copia del acta de audiencia de medidas cautelares, b)
Copia del Auto que disponga las medidas cautelares; y, c) Copia del mandamiento de detención
preventiva del o los imputados, a efectos de dar continuidad inmediata al trámite de apelación; y,
ii) Sin perjuicio de cualquier determinación que viabilice la continuidad con el trámite de
apelación, adoptar la diligencia necesaria a efectos de dar curso a la tramitación de la apelación
formulada de manera inmediata, independientemente de las medidas a adoptarse para exigir el
cumplimiento de los recaudos de ley por parte del apelante.
A su vez la parte apelante:
1) Deberá proporcionar los recaudos necesarios para remitir las actuaciones que
correspondan a la apelación.
2) Deberá adoptar una actitud diligente a fin de no dilatar el tratamiento de la apelación formulada.
Consecuentemente, ante la falta de remisión de los recaudos de ley, lo que corresponde es dar la
continuidad inmediata al trámite de la apelación de la medida cautelar en resguardo del derecho a
libertad y al principio de celeridad procesal, sin perjuicio de las facultades conducentes para exigir el
cumplimiento de los recaudos de ley, en el entendido que ante el incumplimiento por parte del
apelante en no proveer los recaudos de ley, se suma la actitud pasiva de la autoridad judicial, que
genera una obstaculización indebida en la tramitación del recurso de apelación, al originar la
paralización de su trámite, lo que supone -se reitera- no sólo una dilación indebida e injustificada que
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pone en riesgo indebido la libertad personal, al provocar un estado de indefinición jurídica, sino una
obstaculización en el ejercicio del derecho a recurrir de los fallos con su grave afectación al derecho
a la libertad física y el debido proceso”’.
En este contexto, se puede establecer que la no provisión de los recaudos de ley por parte del apelante,
pueda constituirse en un mecanismo que obstaculice la celeridad en la remisión de los antecedentes,
para resolver el trámite del recurso de apelación incidental, debiendo aplicarse el principio de
gratuidad, que debe ser reflejado y plasmado de manera progresiva, debiendo la autoridad
jurisdiccional enmarcar sus actuaciones con la debida diligencia a efectos de cumplir con los plazos
procesales previstos en el procedimiento penal.
DE LOS RECAUDOS DE LEY Y EL PRINCIPIO DE GRATUIDAD EN LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1008/2017-S2
Sucre, 25 de septiembre de 2017
La SC 1739/2011-R de 7 de noviembre, estableció lo siguiente: “El Código de Procedimiento Penal no
prevé explícitamente que deban cumplirse ciertas formalidades para elevar la apelación al ad quem;
empero, en un caso similar, interpretando el citado art. 251 del CPP, la SC 0146/2006-R de 6 de
febrero, sostuvo: ‘…De la lectura del precepto anotado se establece que si el Juez tiene la obligación
de remitir el recurso de apelación planteado dentro del término de veinticuatro horas, se entiende que
el apelante en su propio interés, deberá proveer los recaudos correspondientes hasta antes del
vencimiento de dicho plazo; empero, la autoridad judicial de su parte, no podrá exigir, en cuanto a
dichos recaudos, más allá de lo que sea estrictamente necesario, puesto que en observancia del
principio pro actione no puede dificultar o entorpecer la viabilidad y celeridad en la tramitación de
un recurso que ya fue concedido, tomando en cuenta muy especialmente la situación jurídica de la
imputada…’.
No obstante que corresponde al imputado proporcionar los recaudos de ley necesarios para remitir la
apelación de la Resolución que rechazó la solicitud de cesación de su detención preventiva y que la
autoridad jurisdiccional a cargo del proceso tiene la obligación de exigirlos, es sólo un aspecto
formal que no puede superponerse un fin en sí mismo, como es la apelación presentada urgida de
revisión y resolución conforme a ley; por tanto, en aquellos casos en los que se hubiere omitido
dicha formalidad, como la falta de los recaudos de ley, no pueden ser óbice para dilatar su
tratamiento y menos para devolver obrados por ese motivo postergando su consideración. En estas
circunstancias, corresponde resolver el recurso con la celeridad necesaria conforme a los plazos
establecidos en la ley y en la jurisprudencia. El tribunal de alzada, podrá imponer el cumplimiento de
la omitida formalidad previa notificación a las partes en el Juzgado de origen” (las negrillas son
agregadas).
Entendimiento que también fue asumido en la SCP 0286/2012 de 6 de junio.
Ahora bien, tomando en consideración que, por un lado, se tiene el trámite establecido por la ley para la
consideración del recurso de apelación de medidas cautelares con directa vinculación con la libertad
personal, y por otra, la exigencia de los recaudos necesarios para que las actuaciones pertinentes sean
remitidas al Tribunal de apelación, resulta imprescindible ponderar estas dos circunstancias a la luz de
los mandatos constitucionales.
En ese orden, desde una interpretación de y conforme a la Constitución Política del Estado, cabe hacer
referencia que la Norma Suprema en su art. 178.I, contempla el principio de gratuidad como un
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
principio rector de la administración de justicia. Sobre este principio, la SCP 0286/2012 de 6 de junio,
reiterando lo señalado por la SC 1739/2011-R de 7 de noviembre, determinó que: “No obstante que la
Ley 025 de 24 de junio de 2010 (Ley del Órgano Judicial), establece que será progresiva la gratuidad
en la tramitación de las causas en cuanto a la provisión de cédulas, papeletas valoradas de apelación,
formularios de notificación, hojas bond, timbres de ley y otros, la autoridad jurisdiccional no puede
paralizar la prosecución del proceso por esa circunstancia, por cuanto en los hechos implica
dilación procesal indebida que atenta no sólo contra una de las partes afectada directamente, sino
contra todo el sistema procesal diseñado en el nuevo texto constitucional” (las negrillas y subrayado
son nuestras).
En el marco señalado, el art. 10 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), inspirado en este principio rector,
ha establecido la siguiente regulación: “(SUPRESION DE VALORES Y ARANCELES
JUDICIALES). En atención del principio de gratuidad proclamado en la presente Ley, queda
suprimido y eliminado todo pago por concepto de timbres, formularios, y valores para la
interposición de cualquier recurso judicial en todo tipo y clase de proceso, pago por
comprobantes de caja del Tesoro Judicial y cualquier otro tipo de pago que se grave a los
litigantes” y en su Disposición Transitoria Décima Segunda, puntualiza que: “La supresión de valores
y aranceles judiciales a favor de los litigantes según lo establece el Artículo 10, será de aplicación
progresiva conforme lo determine el Tribunal Supremo de Justicia” (las negrillas y subrayado son
nuestras).
En las circunstancias señaladas, la previsión del legislador demuestra una correspondencia con los
postulados constitucionales de materializar el principio de gratuidad en la administración de justicia. En
mérito a ello, si bien es evidente que las normas procesales establecen la necesaria remisión de los
actuados principales, los mismos no pueden ser remitidos en originales, si se tiene en cuenta que los
efectos del recurso de apelación es en el efecto devolutivo, ello supone que imprescindiblemente
deben remitirse fotocopias de las piezas principales; empero, sobre el costo de los mismos, no se
encuentra previsión legal alguna y menos referencia a que estarán a cargo de la administración de
justicia, por el contrario, la práctica procesal ha entendido que los gastos debe soportarlo la parte
procesal.
En mérito a las consideraciones señaladas, al constituirse el principio de gratuidad en uno de los pilares
del sistema de administración de justicia, no es compatible con el orden constitucional que la
autoridad jurisdiccional, a título de falta de provisión de recaudos, paralice la tramitación de una
causa o de un recurso de impugnación bajo el justificativo de no haberse proporcionado los
recaudos de ley.
En este contexto, es necesario señalar que los recaudos de ley, no pueden constituirse en un
mecanismo que obstaculice la celeridad en el trámite del recurso de apelación incidental de la
Resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, en razón a que la norma
fundamental ha introducido el principio de gratuidad, que debe ser reflejado y plasmado de manera
progresiva, ello impele a que en observancia del principio de celeridad, la autoridad judicial
competente guíe su actuación con la debida diligencia a efectos de cumplir con los plazos
procesales previstos en el procedimiento penal, descartando toda actuación pasiva u omisión que
implique un obstáculo o una dilación indebida en el tratamiento de las solicitudes y recursos
vinculados con la libertad personal. Al mismo tiempo, en tanto el principio de gratuidad se
plasme en su integridad en la administración de justicia, finalidad a la que debe estar orientada
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la política y gestión pública, corre a cargo de la parte procesal proveer los recaudos
correspondientes, concretamente al apelante, para que todas las actuaciones necesarias sean remitidas
al Tribunal de apelación, recaudos que deberán ser proporcionados de manera inmediata a efectos que
se remitan las actuaciones pertinentes en el plazo previsto por la norma procesal; en cuyo mérito,
corresponde exigir a la parte procesal una conducta que demuestre una actuación acorde con el
principio de celeridad, así como una actitud de lealtad procesal con el sistema de administración
de justicia en el diligenciamiento de los recaudos referidos.
Por su parte, la SCP 0394/2012 de 22 de junio, al señalar lo siguiente: “En ese contexto, no constituye
causal que exima de responsabilidad a la Jueza demandada, el hecho que el abogado del
representado del accionante no hubiere realizado la provisión de recaudos para las fotocopias de los
actuados y consiguiente remisión ante el Tribunal de alzada, dado que bien pudo ordenar el envío
del acta de audiencia de consideración de medida cautelar y respectiva resolución, con el objeto de
efectivizar la específica finalidad del recurso de apelación incidental en medidas cautelares,
consistente en que el tribunal ad quem repare las presuntas ilegalidades en que se hubiera incurrido
a tiempo de disponer la detención preventiva. En el entendido, que siendo el referido medio de
impugnación, de acuerdo a su configuración procesal oportuno, eficiente y eficaz, no puede estar
supeditado a formalismo, cuando el derecho a la libertad se encuentra restringido en su ejercicio
-como sucede en el caso concreto-; y de cuya consideración, depende que la medida cautelar personal
continúe, sea revocada o modificada por otra. Lo referido, no puede entenderse en sentido que
constituya obligación del órgano jurisdiccional cubrir o proveer los medios que hagan a la
tramitación de la causa, en reemplazo de la parte interesada o agraviada; sino, desde el punto de
vista, que el derecho a la libertad no puede estar sujeto a ritualismos que dilaten de algún modo su
ejercicio plenamente, debiendo entonces, el órgano jurisdiccional actuar en forma práctica e
inmediata a los efectos de materializar dicho bien jurídico y el principio de impugnación contenido en
el art. 180 de la CPE, a través del recurso de apelación incidental” (las negrillas nos corresponden).
Con relación a este tema, este Tribunal a través de la SCP 1392/2013 de 16 de agosto, ya se ha
pronunciado respecto al tema de la remisión de actuados procesales por parte del Juez de la causa, ante
el Tribunal de alzada, estableciendo el siguiente entendimiento:“…la inobservancia de la parte
procesal en proporcionar inmediatamente los recaudos necesarios no faculta convalidar una actitud
dilatoria que entorpezca el tratamiento rápido y oportuno que deben merecer las solicitudes
vinculadas con la libertad personal; ante estos supuestos corresponde a la autoridad judicial
competente adoptar todas las medidas conducentes para que se efectivice la remisión de actuados y de
manera inmediata se tramite la apelación presentada, debiendo la autoridad judicial dar la
continuidad inmediata al trámite de apelación en atención al principio de celeridad procesal y en
resguardo del derecho a la libertad física. En cuyo mérito, a fin de evitar dilaciones indebidas en el
tratamiento de la remisión de actuados por parte del Juez a quo ante el Tribunal de alzada, cumple a
la autoridad judicial competente la observancia de lo siguiente:
i) Remitir al Tribunal ad quem, en el término de veinticuatro horas, conforme prevé el art. 251 del
CPP, las actuaciones pertinentes a efectos que se resuelva el recurso de apelación que corresponda.
En caso de no haberse proporcionado los recaudos necesarios, mínimamente deberán ser remitidos al
Tribunal de apelación: a) Copia del acta de audiencia de medidas cautelares, b) Copia del Auto que
disponga las medidas cautelares; y, c) Copia del mandamiento de detención preventiva del o los
imputados, a efectos de dar continuidad inmediata al trámite de apelación; y,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ii) Sin perjuicio de cualquier determinación que viabilice la continuidad con el trámite de
apelación, adoptar la diligencia necesaria a efectos de dar curso a la tramitación de la apelación
formulada de manera inmediata, independientemente de las medidas a adoptarse para exigir el
cumplimiento de los recaudos de ley por parte del apelante.
A su vez la parte apelante:
1) Deberá proporcionar los recaudos necesarios para remitir las actuaciones que correspondan a la
apelación.
2) Deberá adoptar una actitud diligente a fin de no dilatar el tratamiento de la apelación formulada.
Consecuentemente, ante la falta de remisión de los recaudos de ley, lo que corresponde es dar la
continuidad inmediata al trámite de la apelación de la medida cautelar en resguardo del derecho a
libertad y al principio de celeridad procesal, sin perjuicio de las facultades conducentes para exigir el
cumplimiento de los recaudos de ley, en el entendido que ante el incumplimiento por parte del
apelante en no proveer los recaudos de ley, se suma la actitud pasiva de la autoridad judicial, que
genera una obstaculización indebida en la tramitación del recurso de apelación, al originar la
paralización de su trámite, lo que supone -se reitera- no sólo una dilación indebida e injustificada que
pone en riesgo indebido la libertad personal, al provocar un estado de indefinición jurídica, sino una
obstaculización en el ejercicio del derecho a recurrir de los fallos con su grave afectación al derecho
a la libertad física y el debido proceso”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en su trámite el mismo no se agotó, estando al momento de la interposición y tramitación del
amparo, pendiente de resolución…”"
Precedente: SC 1337/2012
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
durante la sustanciación del juicio o en la Sentencia, no siendo el medio idóneo que
faculte al Tribunal de alzada, para revalorizar la prueba o revisar cuestiones de hecho
que es de potestad exclusiva de los Jueces o Tribunales de Sentencia; por ello, si el ad
quem, advierte que la Sentencia no se ajusta a las normas procesales, con relación a
la valoración de la prueba y la falta de fundamentación y motivación, que haya tenido
incidencia en la parte resolutiva, le corresponde anular total o parcialmente la
Sentencia, y ordenar la reposición del juicio por otro Tribunal.
Se vulnera los derechos a la defensa y al debido proceso, reconocidos por el art.
115.II de la CPE, y existe una inadecuada aplicación de los arts. 413 y 414 del CPP,
cuando el Tribunal de alzada, revalorizando la prueba rectifica la Sentencia,
cambiando la situación jurídica del imputado, de absuelto a condenado o viceversa;
decisión que al desconocer los principios de inmediación y contradicción, incurre en
defecto absoluto no susceptible de convalidación”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
se realizaron con violación de los requisitos, formas y procedimientos legalmente
establecidos…”.
Por lo expuesto, resulta imperioso resaltar que el deber de revisión del Tribunal de
alzada de los actuados que dieron lugar al recurso de apelación restringida, que
ciertamente puede efectuarse de oficio, debe desarrollarse con la mayor diligencia y
con la finalidad de garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales, más aún
cuando el Tribunal actúa de oficio, por cuanto se entiende que al no haber sido
solicitado por las partes, debe revisar los antecedentes de manera detallada,
ejerciendo las facultades que esté a su alcance con la finalidad de verificar si se
produjo la inobservancia de normas procesales o sustantivas, decisión que además
debe contar con el sustento jurídico y fáctico necesario, debiendo considerar la
incidencia y relevancia de la inobservancia del acto procesal extrañado para
disponer la nulidad de obrados; en razón a que no cumple con la exigencia de
debida fundamentación, para disponer la nulidad de determinado acto procesal, por
considerarlo defecto absoluto, la sola mención de haberse afectado determinados
derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, sin explicar los criterios del
porqué dicho acto se considera defecto absoluto y cómo se encuentran afectados
esos derechos y garantías constitucionales, en la medida que es la incidencia en la
afectación de derechos fundamentales y garantías constitucionales lo que
fundamenta la ineficacia de los actos procesales que se realizaron con violación de
los requisitos, formas y procedimientos legalmente establecidos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pertinentes consta en el acápite II.3 de este fallo; se limitó a emitir conclusiones
genéricas, sin señalar de forma clara el porqué de sus afirmaciones, pues no existe
fundamento que brinde explicación del porqué considera que el Tribunal de
Sentencia contiene la fundamentación descriptiva como intelectiva; asimismo, omite
pronunciarse sobre los demás motivos alegando que no se encuentran facultados
para valorar total o parcialmente la prueba producida en juicio, cuando en realidad
el recurrente no solicitó tal revalorización. Ahora bien, siendo una condición de
validez necesaria, que toda Resolución cumpla con su obligación de motivar y
fundamentar de forma adecuada sus conclusiones, realizando un análisis completo
de cada uno de los motivos alegados, que deben merecer una respuesta fundada en
derecho y motivada de forma tal, que de la lectura del fallo se advierta el vínculo
entre lo alegado y lo resuelto con base en la Ley, revisado el Auto de Vista,
contrapuesto así como su Complementario con los motivos alegados en el recurso de
apelación restringida y la solicitud de Explicación Complementación y Enmienda, se
advierte, que efectivamente, el Tribunal de alzada, no cumplió con dicha labor,
constituyéndose en un pronunciamiento primero incompleto y luego evasivo, pues
omitió responder a cada punto específico alegado en el recurso de alzada;
contrariamente, se limitó a señalar de forma general que la Sentencia no incurrió en
los vicios señalados, lo que denota, que el fallo no se encuentra vinculado a cada
una de las denuncias, pues no se puede advertir la existencia de pronunciamiento
expreso, si bien en el Auto Complementario se trató de subsanar la grave omisión
incurrida en la Resolución principal, de igual manera los argumentos expuestos en
este resultan generales y nada precisos, tal cual se puede advertir del resumen y
posterior análisis del Auto de Vista, para luego ingresar de forma directa expresar
sus conclusiones, sin emitir pronunciamiento que explique de forma lógica el
razonamiento empleado en dicho análisis, convirtiéndose en un fallo arbitrario y
contrario a los precedentes invocados, que establecen de forma clara la obligación de
fundamentar y motivar las Resoluciones de forma clara, completa, expresa, legítima
y lógica.
Descriptor: Deber de Fundamentación
Restrictor: Tribunal de alzada no puede limitarse a emitir conclusiones genéricas,
sin señalar de forma clara el porqué de sus afirmaciones, explicando de forma lógica
el razonamiento empleado en dicho análisis, convirtiéndose en un fallo arbitrario
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
legitimidad y logicidad, respondiendo y emitiendo los criterios jurídicos sobre cada
punto impugnado que se encuentre en el recurso de apelación restringida; asimismo
es preciso dejar sentado de que toda fundamentación debe circunscribirse a absolver
de manera puntual y objetiva el fondo de la denuncia o denuncias realizadas, sin que
la argumentación vertida sea evasiva, incongruente o haga alusión a aspectos
distintos a los denunciados, toda vez que esta circunstancia deja en estado de
indeterminación e incertidumbre a las partes, al no haberse absuelto de manera
efectiva sus acusaciones.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
decir, el Tribunal de Apelación debe plasmar el por qué del decisorio, emitiendo
criterios lógico-jurídicos sobre la base de las conclusiones arribadas por el Tribunal de
mérito en cumplimiento a su obligación de ejercer el control de logicidad, con el
cuidado de no expresar nuevos criterios respecto a la prueba producida en juicio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurisprudencia del Tribunal Constitucional en la SC 0323/2003-R de 17 de marzo, ha señalado que:
'…el art. 39 de la LEPS, cuando señala que el interno será liberado en el día, sin necesidad de trámite
alguno, se refiere a que el detenido con la sola presentación del mandamiento será dejado en libertad,
empero, resulta implícito el deber jurídico que recae sobre la Gobernación de la cárcel, de tomar las
debidas previsiones para evitar que alguien pueda ser puesto en libertad teniendo otros mandamientos
pendientes o que el mandamiento de libertad pueda contener alguna falsedad material o ideológica, lo
cual le impele a tener que verificar y solicitar la información pertinente y revisar previamente los
registros antes de dar curso al mandamiento…'»’” (las negrillas nos pertenecen).
DEBIDA FUNDAMENTACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES
AUTO SUPREMO Nº 114/2016-RRC
Sucre, 17 de febrero de 2016
Delitos: Difamación y otros
Resultado de Resolución Infundado
El art. 180.I de la CPE, entre los principios rectores en los que se fundamenta la
jurisdicción ordinaria, establece el debido proceso como principio que garantiza a
todo sujeto procesal, tener acceso a un pronunciamiento motivado y fundamentado,
sobre todos los motivos alegados en cualquier recurso que la ley prevé, por lo mismo
las autoridades que ejercen jurisdicción a nombre del Estado, deben manifestar por
escrito los motivos de sus resoluciones, resguardando de esa manera tanto a los
particulares como a la colectividad, de decisiones arbitrarias.
Orlando A. Rodríguez Ch., en su obra “Casación y Revisión Penal”, refiriéndose a la
fundamentación y motivación, refiere: “…constituye un sello de garantía a los
usuarios de la administración de justicia, porque con ello se evita la arbitrariedad, el
capricho, decisiones contrarias, errores de lógica jurídica, y el actuar irrazonado de
los funcionarios judiciales”.
El mismo autor citando a Joan Pico I Junoy, manifiesta que la motivación cumple
las siguientes finalidades: a) Le permite controlar a la sociedad la actividad judicial y
cumplir así con el de publicidad; b) Garantía intraprocesal de los derechos y
libertades fundamentales de las partes; c) Logra el convencimiento de las partes
sobre la justicia y corrección de la decisión judicial, eliminando la sensación de
arbitrariedad y estableciendo su razonabilidad, al conocer el porqué concreto de su
contenido; y, d) Les garantiza a las partes procesales la posibilidad de control de la
resolución judicial interponiendo ante los tribunales superiores que conocen de los
correspondientes recursos.
Ese entendimiento fue asumido por este Tribunal mediante varios Autos Supremos,
tales como el Auto Supremo 5 de 26 de enero de 2007, que estableció la siguiente
doctrina legal: “La exigencia de motivación es una garantía constitucional de justicia,
fundada en el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la publicidad de las
razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias, permiten el
control del pueblo, sobre su conducta, resguardando con ello a los particulares y a la
colectividad contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde
también a otros fines, ya que podrán los interesados conocer las razones que
justifican el fallo y decidir su aceptación o fundar su impugnación por los medios que
la ley concede. Al mismo tiempo brinda al Tribunal de alzada el material necesario
para ejercer su control, y finalmente sirve para crear la jurisprudencia, entendida
como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las sentencias judiciales.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa,
clara, legítima y lógica.
a) Expresa: porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o
a las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley
exige que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando
sus propias argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él,
para arribar a la conclusión.
b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan,
aún por los legos.
c) Completa: la exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las
partes en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos
decisivos que justifican cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas
las cuestiones esenciales o fundamentales que determinan el fallo. En este sentido,
cualquier aspecto de la indagación susceptible de valoración propia, asume
individualidad a los fines de la obligación de motivar; y sobre la base del principio de
exhaustividad habrá falta de motivación, cuando se omita la exposición de los
razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre los hechos
secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza también a
ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la conclusión
sobre la causa petendi.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la Resolución impugnada y expresando
las conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las
denuncias formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre
en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los
que las partes han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen
el objeto del recurso. Al conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano
judicial incurre, en las formas de incongruencia conocidas como ultra petita, citra
petita o extra petita partium.
d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las
denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del
proceso. Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas
del objeto particular del recurso deducido, no está debidamente motivada.
e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad,
de ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral,
empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la
sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es
decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.
En consecuencia, queda claramente establecida la obligación de toda autoridad que
emita un fallo, de motivar y fundamentar de forma adecuada las Resoluciones
expedidas, razón por la cual, ninguna autoridad jurisdiccional debe omitir esa parte
esencial del fallo y que le otorga validez y/o legalidad, pues constituye uno de los
elementos fundamentales del debido proceso, toda vez que debe quedar demostrado
que la Resolución emitida, es fruto de un análisis racional y objetivo del caso puesto
a conocimiento, y no un acto mecánico y arbitrario, por lo que la autoridad
jurisdiccional está constreñida a emitir Resoluciones que respondan a cada
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
denuncia, desarrollando de manera suficiente y coherente, los motivos o razones
que determinaron su decisión (el porqué), con base en la Ley, otorgando seguridad
jurídica y con ello el convencimiento de que se actuó de forma transparente y en
procura de otorgar justicia, permitiendo el control del iter lógico seguido en el
razonamiento.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
garantiza la aplicación del debido proceso al constituirse en fundamento esencial del
Estado Plurinacional, que tiene entre sus fines y funciones esenciales garantizar el
cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes reconocidos y
consagrados en ella. Debe añadirse, que el debido proceso está referido al
cumplimiento de los requisitos constitucionales y legales en materia de
procedimiento; en este contexto, se encuentra presente en todas las etapas del
proceso penal, desde la investigación inicial ante la comisión de un hecho ilícito,
hasta la ejecutoria de la Sentencia.
Descriptor: Debido proceso
Restrictor: Alcances como principio procesal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Resolución de confirmar la sentencia por parte del Tribunal de apelación es correcta;
en este sentido, no se evidencia que se hubiese vulnerado los arts. 20, 22 y 23 del
CP, ya que como se dijo, la declaración del empleado de la empresa privada
"Frontera S.A." como funcionario de Balanza, aseguró conocer al chofer P.L., el cual
no hubiese traído la mercadería sino más bien, S.V.E.; aspecto que tiene total
coherencia con el informe pericial cursante a fs. 441 a 442 de obrados, por lo que no
es evidente lo alegado por el recurrente en el sentido de que no existen elementos
que lo involucren en la acciones de juzgamiento en calidad de autoría.
Descriptor: Debido Proceso
Restrictor: No constituye restricción la sentencia en la que la convicción y decisión
a la que arribo el juzgador a partir de una declaración de un testigo efectuada en un
juicio envestido de garantías constitucionales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones; precepto
constitucional que se sustenta, conforme se anotó, en el principio de celeridad, previsto por el
art. 180.I cuando señala:
'La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad, publicidad,
transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia,
accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes ante el
juez´; en consecuencia, la celeridad, es entre otros requisitos, la exigencia esencial de
la administración de justicia y, es por ello, que la Ley del Órgano Judicial, en su art.
3.7. adopta este principio el cual 'comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la
administración de justicia'”.
De ello se tiene que el derecho al debido proceso es una garantía que tiene toda persona frente a la
arbitrariedad judicial que garantiza que las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el
mero capricho de los jueces, sino en datos objetivos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
formalistas, sean causal suficiente para establecer la extrema medida cautelar, se hace
preciso que los jueces y tribunales de apelación expongan las argumentaciones pertinentes
que conduzcan a establecer la decisión correspondiente, puesto que la resolución no puede
pronunciarse sobre una materia distintita a la apelada, ni puede dejar de hacerlo respecto de
cualesquiera de ellas, a efectos de generar convicción de cuáles fueron las razones del fallo
y cuál es la posición del tribunal de alzada en relación con los puntos impugnados.
Mayor es la exigencia de cumplir con estos elementos cuando se trata de la aplicación,
revocatoria o mantención de una medida cautelar, porque antes de tomar una decisión que
pudiera afectar el derecho a la libertad de una persona, el Tribunal de alzada, está en la
obligación de verificar y determinar la concurrencia de los requisitos previstos por el art. 233,
para lo cual, deberá también justificar la existencia de los referidos requisitos en el marco de
las normas previstas por los arts. 234 y 235 del CPP; así como fundamentar en derecho la
decisión de aplicar, revocar o mantener la medida cautelar de carácter personal, dado que
como se advirtió, la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es exigible al
momento de imponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la solicitud de
cesación de la detención preventiva, se dispone la sustitución o modificación de esa medida
o finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la misma (fundamentación y motivación),
se exige tanto en las resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas
emitidas en apelación y en toda decisión judicial, conforme se estableció en el Fundamento
Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2. Entonces, en el marco de la normativa citada precedentemente y en conformidad
con los argumentos expresados en el Fundamento Jurídico anterior, corresponde señalar
que, la debida fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales o administrativas,
se constituye en uno de los elementos esenciales del debido proceso; en este contexto, la
SC 0871/2010-R de 10 de agosto, partiendo del análisis de la SC 1365/2005-R de 31 de
octubre, estableció que: “…la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus
elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda
autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una
situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para
lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo
exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y
comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a
las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está
regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose
cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió”.
Precedente reiterado: SC 1365/2005-R
[275]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.6.2. Con relación a este punto, de acuerdo a lo que se tiene expresado en el
Fundamento Jurídico III.4 del presente fallo, la motivación y fundamentación de las
resoluciones, no implica la exposición ampulosa de considerandos y citas legales, sino que
exige una estructura de forma y fondo que satisfaga todos los puntos demandados. En el
caso presente, se demuestras que los Vocales demandados, en los Autos de Vista
pronunciados, expusieron los motivos que sustentan su decisión, en base a las Resoluciones
pronunciadas por la Jueza Octava de Instrucción en lo Penal, a través de una motivación
razonable y expresando sus convicciones que justifican su decisión en base a la normativa
legal establecida; consiguientemente, las citadas autoridades a momento de pronunciar las
Autos de Vista 62 y 64, lo hicieron conforme a derecho, de manera fundamentada y
motivada, observando además el principio de congruencia establecido en el Fundamento
Jurídico III.5 del presente fallo; consiguientemente, no cometieron ningún acto ilegal u
omisión indebida que amerite otorgar la tutela impetrada con relación a este extremo.
PRECDENTE REITERADO:
F.J.III.4. Al respecto, la SC 0752/2002-R de 25 de junio, que ampliando el entendimiento de
la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre, señaló lo siguiente: “…el derecho al debido proceso,
entre su ámbito de presupuestos exige que toda Resolución sea debidamente fundamentada.
Es decir, que cada autoridad que dicte una Resolución debe imprescindiblemente exponer
los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte
dispositiva de la misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una
Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos
toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado
derecho que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal
o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la
decisión” (las negrillas son nuestras corresponden).
Por su parte, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, a su vez complementó dicho
entendimiento, añadiendo que: “…la motivación no implicará la exposición ampulosa de
consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. En
cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos los
puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que
justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se
tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la resolución aun siendo
extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma una decisión, dichas
normas se tendrán por vulneradas”.
Dicho entendimiento a su vez fue reiterado por la SC 1305/2011-R de 26 de septiembre,
agregando que: “El razonamiento expuesto, no implica que la exposición deba ser exagerada
y abundante de consideraciones, citas legales y argumentos reiterativos, al contrario, una
debida motivación conlleva que la resolución sea concisa, clara e integre todos los puntos
demandados, debiendo expresar la autoridad jurisdiccional o en su caso administrativa, las
razones determinativas que justifican su decisión, exponiendo los hechos, realizando la
fundamentación legal y citando las normas que sustentan la parte dispositiva de la resolución
asumida.
[276]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La jurisprudencia desarrollada precedentemente da cuenta que toda resolución
necesariamente debe estar motivada y fundamentada, respetando además el principio de
congruencia que se constituye en componente de la garantía del debido proceso y exige
plena coherencia y concordancia entre la parte motivada y la parte dispositiva de una
resolución” (las negrillas nos corresponden).
Asimismo, la SCP 0050/2013 de 11 de enero, añadió:“…el juez o tribunal, dentro de un
procedimiento judicial, emitirán su fallo exponiendo con claridad los motivos en los cuales
sustentan su decisión, con la finalidad de dejar certeza a las partes actoras del litigio que se
obró conforme a la normativa legal vigente, tanto sustantiva como adjetiva, además, en
franco respeto por los principios y valores que rigen el ordenamiento jurídico; asimismo,
realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de la
misma” (las negrillas son nuestras).
Precedente reiterado: SCP 1360/2014 , 0050/2013, SC 1369/2001-R
[277]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
por el mismo hecho, en resumen del derecho a un debido proceso, se determina que,
únicamente cuando se trata de materia penal, la acción de libertad es el medio idóneo, eficaz
y eficiente para restablecer el debido proceso, en todos sus elementos.
En consecuencia, se hace necesario establecer a partir de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional que las lesiones al debido proceso en materia penal en aquellos
casos en los que se colocó al accionante en absoluto estado de indefensión o cuando éste
agotó los medios de impugnación intra procesales, son susceptibles de la tutela
constitucional que brinda la acción de libertad”.
Precedente.-SCP 0217/2014 de 5 de febrero.
[278]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
garantías constitucionales, concluye que la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental
de Justicia de Santa Cruz, al emitir un pronunciamiento sin la debida motivación, vulneró el
debido proceso.
PRECEDENTE
F.J.III.3. "(…) en la SC 0752/2002-R de 25 de junio, precisó que:“…el derecho al debido
proceso, entre su ámbito de presupuestos exige que toda resolución sea debidamente
fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una resolución debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas
que sustenta la parte dispositiva de la misma. (…) consecuentemente cuando un juez omite
la motivación de una resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino
también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera
flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que
se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al
Juez a tomar la decisión”.
Entonces, en función a la línea jurisprudencial antes citada, corresponde asumir el
entendimiento de la SC 2227/2010-R de 19 de noviembre, que citando los razonamientos de
las SSCC 0871/2010-R y 1365/2005-R, señaló: “Es imperante además precisar que toda
resolución ya sea jurisdiccional o administrativa, con la finalidad de garantizar el derecho a la
motivación como elemento configurativo del debido proceso debe contener los siguientes
aspectos a saber: a) Debe determinar con claridad los hechos atribuidos a las partes
procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos fácticos pertinentes, c)
Debe describir de manera expresa los supuestos de hecho contenidos en la norma jurídica
aplicable al caso concreto, d) Debe describir de forma individualizada todos los medios de
prueba aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera concreta y explícita
todos y cada uno de los medios probatorios producidos, asignándoles un valor probatorio
específico a cada uno de ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad
entre las denuncias o pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en
la norma aplicable, la valoración de las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia
jurídica emergente de la determinación del nexo de causalidad antes señalado”.
(…)"
Precedente: 1057/2011-R de 1 de julio
[279]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
disposiciones normativas. En este último caso, cobra especial importancia, el derecho a una resolución
debidamente fundamentada y motivada.
Cabe precisar que: 1) Fundamentar un acto o una resolución, implica indicar con precisión la norma
que justifica la emisión del acto o de la decisión en uno u otro sentido; y, 2) Motivar una resolución,
consiste en describir las circunstancias de hecho que hacen aplicable la norma jurídica al caso concreto.
La motivación explica la manera en que se opera la adecuación lógica del supuesto de derecho a la
situación subjetiva del particular; por lo que, deben señalarse con precisión las circunstancias
especiales, razones particulares o causas inmediatas que se tuvieron en consideración para asumir dicha
decisión; siendo necesario además, que exista adecuación y coherencia entre los motivos aducidos y las
normas aplicables; es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis normativas.
En cuanto a la fundamentación y motivación de las resoluciones emitidas por el Ministerio Público,
resolviendo la impugnación del sobreseimiento, la SCP 0267/2015-S3 de 26 de marzo, manifestó que
“…corresponde precisar que entre los efectos de una ratificatoria de sobreseimiento se encuentra el
impedimento para un nuevo procesamiento penal a la persona sobreseída por el mismo hecho (art.
324 del CPP), pues lo contrario lesionaría la garantía de la persecución penal única; es decir, tiene
efectos similares a una sentencia absolutoria aunque no son equivalentes; por lo que, a objeto de dar
protección a los derechos de la víctima el análisis de la justicia constitucional respecto a la
fundamentación debe ser intensa.
Por el contrario, el efecto de la revocatoria de sobreseimiento no es en absoluto similar a
una sentencia condenatoria ni contiene los mismos resultados, ya que pronunciada la misma por el
Fiscal Departamental, el Fiscal de Materia deberá emitir acusación formal delimitando el objeto del
proceso al identificar a los posibles autores del hecho presuntamente delictuoso y los hechos que se
deben probar en juicio; por otra parte, el procesado es la contraparte y ejerce su derecho a la defensa,
pudiendo demostrar ampliamente en juicio si la acusación del fiscal es errónea, siendo en ese
entendido el juez un tercero imparcial, quien luego de valorar la prueba de cargo y de descargo
producida en juicio, emitirá un pronunciamiento al respecto; por otro lado, la revisión sobre la
fundamentación por la justicia constitucional, en este tipo de casos, solo podrá realizarse cuando las
incongruencias de tal magnitud sean evidentes; empero, de ninguna manera corresponderá revisar la
contundencia o no de las pruebas consideradas por un Fiscal Departamental para emitir una
acusación, pues la emisión de una acusación atinge exclusivamente al Ministerio Público bajo
responsabilidad (art. 166 del CP)”.
De lo citado precedentemente, se colige que, en consideración a que los fiscales, no
determinan la culpabilidad o inocencia de los imputados y no realizan una valoración probatoria, sino
únicamente el análisis sobre la utilidad e idoneidad de los elementos recolectados, para formular
acusación o en su defecto desestimar aquella, la fundamentación entendida como la invocación del
precepto jurídico aplicable al caso y los supuestos que ella contiene, están referidos esencialmente a la
descripción del tipo penal y la subsunción de las conductas del o los imputados al o los tipos penales;
en tanto que la motivación, quedará satisfecha con el análisis de la utilidad de los elementos
recolectados, para sostener la existencia del hecho y la participación de las personas sometidas a
investigación.
DECLARACIÓN POR COMISIÓN (art. 199 CPP)/Es plenamente válida para fundar
sentencia
[280]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 455/2015-RRC
Sucre, 29 de junio de 2015
Delitos: Abuso Deshonesto
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Adicionalmente sobre la afirmación del recurrente en
sentido de que el Tribunal de mérito tenía la obligación de trasladarse a otra ciudad
para la toma de la declaración de T.H.P., se debe tener en cuenta que la misma fue
recepcionada mediante comisión según se desprende del acta de juicio (fs. 830 vta.),
sin que se haya acreditado la vulneración de los arts. 329 a 339 del CPP, que el
ahora recurrente aduce.
Descriptor: Declaración por comisión (art. 199 CPP)
Restrictor: Es plenamente válida para fundar sentencia
[281]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contrapartida al poder punitivo del Estado, el legislador ha previsto la extinción de la acción y
la prescripción del proceso, que opera conforme a ciertos requisitos y cuando la dilación es
atribuible al órgano judicial o Ministerio Público.
Ahora bien, para garantizar el cumplimiento de este principio y evitar dilaciones
injustificadas, entre otros casos, tratándose del imputado, el art. 87 del CPP, ha
establecido como medio compulsivo, la declaratoria de rebeldía con sus respectivos
efectos que entre otros es la aprehensión del rebelde, tal cual prevé el art. 89 del CPP'” .
El señalado instituto, se halla reglado por el Código de Procedimiento Penal que respecto a
las causales de declaratoria de rebeldía, establece en su art. 87 que: “ El imputado será
declarado rebelde cuando: 1. No comparezca, sin causa justificada, a una citación de
conformidad a lo previsto en este Código; 2. Se haya evadido del establecimiento o lugar
donde se encontraba detenido; 3. No cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por
autoridad competente; y,
4. Se ausente sin licencia del juez o tribunal del lugar asignado para residir”; pudiendo en tal
caso, señalar el juez o tribunal las medidas a objeto se comparecencia señaladas por el art.
89 de la precitada norma procesal penal. Asimismo, respecto a la comparecencia del rebelde
y los efectos de su comparecencia, el art. 91 del CPP, dispone que: “Cuando el rebelde
comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso continuará
su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su comparecencia y
manteniendo las medidas cautelares de carácter real. El imputado o su fiador pagará las
costas de su rebeldía. Si justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento,
la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza”.
Los alcances de la comparecencia descrita por el precitado artículo, han sido desarrollados
por la jurisprudencia sentada por éste Tribunal, que describiendo los supuestos de
comparecencia, la voluntaria y la realizada en ejecución del mandamiento de aprehensión,
expresó en la SCP 1449/2012 de 24 de septiembre, que: “La comparecencia del rebelde en
el proceso penal, según lo dispuesto en el art. 91 del CPP, puede ser de dos formas:
a) La comparecencia voluntaria del rebelde al proceso penal antes de la ejecución del
mandamiento de aprehensión.
En efecto, cuando el art. 91 del CPP, señala 'Cuando el rebelde comparezca…', está
regulando la comparecencia voluntaria del rebelde al proceso penal antes de la ejecución del
mandamiento de aprehensión.
En este supuesto, efectuada la presentación voluntaria del rebelde, como manda la
misma norma procesal penal corresponderá dejar sin efecto las órdenes emergentes
de la declaratoria de rebeldía y, por ende, el mandamiento de aprehensión dispuesto
contra el procesado, debido a que la finalidad, cuál era su comparecencia en el
proceso penal, fue cumplida; lo contrario, esto es, mantener la orden de aprehensión,
implica persecución indebida, debido a que se deja latente una orden de restricción a la
libertad sin causa justificada.
La SC 1404/2005-R de 8 de noviembre, sobre las consecuencias de la comparecencia
voluntaria del rebelde al proceso penal, indicó que: '…cabe expresar que el mandamiento
de aprehensión [emitido en mérito a lo dispuesto en los] arts. 87 y 89 del CPP, [fue]
únicamente para conducirlo al acto de la audiencia del juicio; y si el representado
acude voluntariamente, no hay necesidad que se ejecute el mandamiento expedido en
su contra'.
[282]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
b) La comparecencia del rebelde al proceso penal en ejecución del mandamiento de
aprehensión…”
[283]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
si la inconcurrencia a la audiencia se encuentra debidamente justificada o no…' (SC
0237/2010-R de 31 de mayo)” .
Así ante la declaratoria de rebeldía según la primera parte del art. 89 del CPP, se podrá
emitir mandamiento de aprehensión en contra del declarado rebelde, con el fin de garantizar
su presencia en el proceso, al efecto de lo señalado, el imputado o cualesquiera a su nombre
de acuerdo al art. 88 de la citada norma adjetiva penal podrá: “…justificar ante el juez o
tribunal su impedimento; caso en el que se concederá al impedido un plazo prudencial
para que comparezca”, caso contrario “la autoridad está facultada para emitir mandamiento
de aprehensión a fin de que el desobediente a la resolución judicial sea presentado para
realizar el acto para el que fue inicialmente citado” (SCP 2544/2012 de 21 de diciembre y SC
1768/2004-R de 11 de noviembre).
[284]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
limitación al derecho a la locomoción, sino que además tiene otro propósito y es evitar
la manifiesta mala fe procesal de la parte procesada, que a veces con la
intencionalidad de retrasar el proceso, no acude al llamado de la autoridad judicial
provocando que ésta y la parte civil estén reatados al proceso indefinidamente, lo cual
no sólo se traduce en un perjuicio innecesario sino también en una evidente vulneración del
principio de celeridad, el cual no sólo debe ser observado por la autoridad judicial, sino
también por las partes, quienes tienen el deber de adecuar sus actos conforme a las normas
procesales que sean aplicables al proceso en el que están interviniendo'” .
A esta facultad compulsiva -y bajo una interpretación protectora de los derechos y garantías
constitucionales- debe agregarse que nace un mandato para el juez, cuidar que la misma sea
dejada sin efecto una vez haya cumplido su finalidad; es decir, cuando el procesado haya
comparecido y justificado su inconcurrencia, debiendo atender todas las solicitudes sobre su
comparecencia y justificativos a la brevedad posible a efectos de no restringir o prolongar
indebidamente una medida sobre la que no existe necesidad de mantenerla, sobre todo por
las consecuencias restrictivas que tiene respecto al derecho a la libertad y sobre los efectos
que implica la declaratoria de rebeldía. Asimismo, para la revocatoria de la medida, a la
autoridad judicial sólo le es permisible exigir las condiciones establecidas por la norma, no
pudiendo pedirse condiciones ajenas que no estén orientadas a su finalidad; por ende, el
mandamiento de aprehensión, en caso de comparecencia deberá ser dejado sin efecto a la
brevedad posible, pues sólo las medidas cautelares de carácter real pueden ser mantenidas
siempre y cuando el imputado o procesado no justificare que su inconcurrencia obedeció a
un grave y legítimo impedimento, caso contrario no habrá lugar a la ejecución de la fianza.
La jurisprudencia constitucional a través de la SC 0535/2007-R de 28 de junio, expresó: “La
declaratoria de rebeldía tiene como consecuencia la expedición del mandamiento de
aprehensión, el arraigo y la publicación de los datos y señales personales del imputado en
los medios de comunicación, para su búsqueda y aprehensión, esto con la finalidad de lograr
que el declarado rebelde acuda a la citación o llamamiento judicial y la investigación o el
proceso penal continúen” .
Bajo ese entendimiento jurisprudencial, se tiene que la autoridad judicial puede determinar
las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes del imputado para
asegurar la eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado; la ejecución de la
fianza que haya sido prestada, entre otras medidas (art. 89 del CPP).
En definitiva, estos preceptos legales de orden procesal buscan la materialización de la
justicia, trascendiendo que ella se constituya en pronta, justa, rápida y oportuna, cumpliendo
así con el mandato constitucional que deviene de lo establecido en el art. 178.I de la CPE,
que determina que el principio de celeridad, entre otros, sustenta la potestad de impartir
justicia emanada del pueblo boliviano.
[285]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El art. 87 del CPP, establece los casos en los que procede la declaratoria de rebeldía,
indicando que el imputado será declarado rebelde cuando: “1) No comparezca sin causa
justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código. 2) Se haya
evadido del establecimiento o lugar donde se encontraba detenido. 3) No cumpla un
mandamiento de aprehensión emitido por autoridad competente; y, 4) Se ausente sin licencia
del juez o tribunal del lugar asignado para residir”. No obstante de dicha disposición legal
procesal, y de la facultad de los administradores de justicia de declarar la rebeldía,
resguardando el principio de equidad, por determinación del art. 88 de la misma norma
adjetiva penal: “El imputado o cualquiera a su nombre, podrá justificar ante el juez o
tribunal su impedimento; caso en el que se concederá al impedido un plazo prudencial
para que comparezca” (negrillas adicionadas).
A su vez, el art. 89 del CPP, estipula: “El juez o tribunal del proceso, previa constatación
de la incomparecencia, evasión, incumplimiento o ausencia, declarará la rebeldía
mediante resolución fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o
ratificando el expedido…” (negrillas añadidas).
Empero: “Cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo
requiera, el proceso continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas
a efectos de su comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de carácter real. El
imputado o su fiador pagará las costas de su rebeldía. Si justifica que no concurrió debido a
un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución
de la fianza” (negrillas agregadas).
Respecto a esta temática, la SCP 0089/2012 de 19 de abril, entre otras, precisó: “En cuanto
al objeto de la declaratoria de rebeldía y como consecuencia el mandamiento de
aprehensión, el Tribunal Constitucional, a través de la SC 0222/2011-R de 11 de marzo,
refirió que: 'Con la finalidad de evitar las constantes incomparecencias de parte de los
procesados a la distintas audiencias que emergen de la persecución penal y
consecuentemente no generar dilaciones indebidas que a la postre generen no sólo
retardación de justicia sino también denegación de la misma con el efecto inmediato de
vulnerar los derechos de la víctima, entre ellos la tutela judicial efectiva, el ordenamiento
procesal vigente tiene previsto a su interior, una serie de medidas para viabilizar el
cumplimiento del principio de celeridad y evitar demoras injustificadas, es así, que
tratándose del imputado, se tiene previsto específicamente en el art. 87 del CPP, un
medio compulsivo cual es la declaratoria de rebeldía con sus respectivos efectos que,
entre otros, se encuentra la aprehensión del rebelde, tal cual prevé el art. 89 del citado
Código. Ahora bien, entre las causales para declarar la rebeldía, el art. 87 inc. 1) del CPP,
establece que: 'El imputado será declarado rebelde cuando no comparezca sin causa
justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código'; es decir, que
respecto de este supuesto la declaratoria de rebeldía se adopta a raíz de la
desobediencia al llamamiento judicial o citación de quien se encuentra sometido a un
proceso.
(…)
Bajo ese entendimiento jurisprudencial, se tiene que la autoridad judicial puede determinar
las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes del imputado para
asegurar la eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado; la ejecución de la
fianza que haya sido prestada, entre otras medidas (art. 89 del CPP). Es así que la misma
SC 0535/2007-R, indicó que: '…el art. 91 del CPP, determina que cuando el rebelde
[286]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso
continuará su trámite, dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su
comparecencia, manteniendo las medidas cautelares de carácter real; añadiendo que
si el imputado justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la
rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza'.
Al respecto, cabe referir que la rebeldía es la situación procesal en que se encuentra
quien, existiendo o mediando proceso en su contra, evita o rehuye someterse al
mismo, ya sea no compareciendo, evadiéndose, incumpliendo un llamado judicial o
ausentándose sin justa causa del lugar asignado para residir; es decir, que asume una
actitud pasiva e indiferente en el proceso, con estos antecedentes el juez mediante
resolución expresa y fundamentada puede declarar la rebeldía, dando lugar a medidas
cautelares personales y reales de carácter precautorio, como ser: expedirse mandamiento
de aprehensión, arraigo y otros; entonces se puede decir que el objetivo principal de la
declaratoria rebeldía es lograr la comparecencia del imputado para la continuación del
proceso penal, y en caso de comparecencia voluntaria del rebelde, o que sea
aprehendido y puesto a disposición de la autoridad, el proceso continúa dejándose sin
efectos las órdenes e instrucciones dispuestas salvo las medidas cautelares de
carácter real” (las negrillas nos pertenecen).
Por su parte, en igual sentido, la SCP 2608/2012 de 21 de diciembre, expresó que: “…para
garantizar el derecho constitucional de las partes a una tutela judicial pronta y oportuna, el
sistema procesal penal boliviano se encuentra regido entre otros, por el principio de
celeridad, habiendo previsto el legislador, para evitar dilaciones injustificadas, la declaratoria
de rebeldía (art. 87 del CPP), instituto procesal que se caracteriza por ser: a) Una sanción
procesal impuesta al imputado o acusado que sin razón válida no acude al llamado del
juez o tribunal, a pesar de estar citado y notificado; se fuga del establecimiento o lugar
donde se encontraba detenido; no cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por
autoridad competente; y, se ausente sin licencia del juez o tribunal del lugar asignado para
residir; y, b) La persona convocada puede evitar sus efectos demostrando la existencia
de caso fortuito o fuerza mayor; es decir, el imputado o acusado deberá acreditar que
su incomparecencia es atribuible a un hecho natural o humano irresistible que no
pudo prever o de haberlo previsto no ha podido evitarlo, siendo éste el motivo por el
que no pudo asistir al acto procesal programado por la autoridad jurisdiccional, en
cuyo caso se hará beneficiario de la previsión contenida en el art. 88 del CPP, que
señala:
'El imputado o cualquiera a su nombre podrá justificar ante el juez o tribunal su impedimento,
caso en el que se concederá al impedido un plazo prudencial para que comparezca'” (las
negrillas son nuestras).
Finalmente, la SCP 0765/2012 de 13 de agosto, señaló: “La declaratoria de rebeldía tiene
como consecuencia entre otros la expedición del mandamiento de aprehensión tal cual prevé
el art. 89 del citado código adjetivo penal, ésto con la finalidad de lograr que el declarado
rebelde acuda a la citación o llamamiento judicial y la investigación o el proceso penal
continúen (…).
Consecuentemente, la declaratoria de rebeldía y el consiguiente mandamiento de
aprehensión, de acuerdo al art. 87 inc. 1) del CPP, tienen como objetivo principal e
inmediato lograr la comparecencia del imputado y/o acusado a fin de que la
[287]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
investigación o el proceso penal continúen con su tramitación” (las negrillas nos
corresponden).
Añadiendo el fallo constitucional plurinacional glosado, en relación al caso en concreto que le
tocó resolver, que: “…el Auto 118/2010 que declaró la rebeldía de (…) con la consiguiente
orden de aprehensión en su contra, para que concurra a la sustanciación del juicio oral, no
es ilegal o indebida, puesto que responde a la aplicación estricta del art. 87 inc. 1) del CPP,
que dispone: 'El imputado será declarado rebelde cuando: 1) No comparezca sin causa
justificada a una citación…'; en consecuencia, la limitación a su libertad emerge del
incumplimiento a un acto procesal al que se encontraba constreñido de asistir y que
no justificó previamente, considerando el tiempo entre su notificación y la realización
del mismo, ahora bien, es evidente que toda declaratoria de rebeldía que sea resultado
de la incomparecencia a una citación de conformidad a lo previsto por el Código de
Procedimiento Penal y sin que exista una causa debidamente justificada, no puede ser
considerada como persecución ilegal o indebida, por cuanto no se encuentra dentro
de los dos presupuestos para ello, ya que no existe búsqueda u hostigamiento a una
persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo legal o por orden de una
autoridad no competente…”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de carácter real. El imputado o su
fiador pagarán las costas de su rebeldía. Si justifica que no concurrió debido a un grave y
legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza”
(art. 91 del CPP) (las negrillas son nuestras).
Respecto a esta temática, la SCP 0089/2012 de 19 de abril, entre otras, precisó: “En
cuanto al objeto de la declaratoria de rebeldía y como consecuencia el mandamiento de
aprehensión, el Tribunal Constitucional, a través de la SC 0222/2011-R de 11 de marzo,
refirió que: ‘Con la finalidad de evitar las constantes incomparecencias de parte de los
procesados a la distintas audiencias que emergen de la persecución penal y
consecuentemente no generar dilaciones indebidas que a la postre generen no sólo
retardación de justicia sino también denegación de la misma con el efecto inmediato de
vulnerar los derechos de la víctima, entre ellos la tutela judicial efectiva, el ordenamiento
procesal vigente tiene previsto a su interior, una serie de medidas para viabilizar el
cumplimiento del principio de celeridad y evitar demoras injustificadas, es así, que
tratándose del imputado, se tiene previsto específicamente en el art. 87 del CPP, un
medio compulsivo cual es la declaratoria de rebeldía con sus respectivos efectos que,
entre otros, se encuentra la aprehensión del rebelde, tal cual prevé el art. 89 del citado
Código. Ahora bien, entre las causales para declarar la rebeldía, el art. 87 inc. 1) del CPP,
establece que: ‘El imputado será declarado rebelde cuando no comparezca sin causa
justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código’; es decir, que
respecto de este supuesto la declaratoria de rebeldía se adopta a raíz de la
desobediencia al llamamiento judicial o citación de quien se encuentra sometido a un
proceso.
(…)Bajo ese entendimiento jurisprudencial, se tiene que la autoridad judicial puede
determinar las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes del
imputado para asegurar la eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado; la
ejecución de la fianza que haya sido prestada, entre otras medidas (art. 89 del CPP). Es así
que la misma SC 0535/2007-R, indicó que: '…el art. 91 del CPP, determina que cuando el
rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el
proceso continuará su trámite, dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos
de su comparecencia, manteniendo las medidas cautelares de carácter real;
añadiendo que si el imputado justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo
impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza’.
Al respecto, cabe referir que la rebeldía es la situación procesal en que se encuentra
quien, existiendo o mediando proceso en su contra, evita o rehuye someterse al
mismo, ya sea no compareciendo, evadiéndose, incumpliendo un llamado judicial o
ausentándose sin justa causa del lugar asignado para residir; es decir, que asume una
actitud pasiva e indiferente en el proceso, con estos antecedentes el juez mediante
resolución expresa y fundamentada puede declarar la rebeldía, dando lugar a medidas
cautelares personales y reales de carácter precautorio, como ser: expedirse mandamiento
de aprehensión, arraigo y otros; entonces se puede decir que el objetivo principal de la
declaratoria rebeldía es lograr la comparecencia del imputado para la continuación del
proceso penal, y en caso de comparecencia voluntaria del rebelde, o que sea
[289]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
aprehendido y puesto a disposición de la autoridad, el proceso continúa dejándose sin
efectos las órdenes e instrucciones dispuestas salvo las medidas cautelares de
carácter real’” (las negrillas nos corresponden).
En similar sentido, la SCP 2608/2012 de 21 de diciembre, expresó que: “…para
garantizar el derecho constitucional de las partes a una tutela judicial pronta y oportuna, el
sistema procesal penal boliviano se encuentra regido entre otros, por el principio de
celeridad, habiendo previsto el legislador, para evitar dilaciones injustificadas, la declaratoria
de rebeldía (art. 87 del CPP), instituto procesal que se caracteriza por ser: a) Una sanción
procesal impuesta al imputado o acusado que sin razón válida no acude al llamado del
juez o tribunal, a pesar de estar citado y notificado; se fuga del establecimiento o lugar
donde se encontraba detenido; no cumpla un mandamiento de aprehensión emitido por
autoridad competente; y, se ausente sin licencia del juez o tribunal del lugar asignado para
residir; y, b) La persona convocada puede evitar sus efectos demostrando la existencia
de caso fortuito o fuerza mayor; es decir, el imputado o acusado deberá acreditar que
su incomparecencia es atribuible a un hecho natural o humano irresistible que no
pudo prever o de haberlo previsto no ha podido evitarlo, siendo éste el motivo por el
que no pudo asistir al acto procesal programado por la autoridad jurisdiccional, en
cuyo caso se hará beneficiario de la previsión contenida en el art. 88 del CPP , que
señala: ‘El imputado o cualquiera a su nombre podrá justificar ante el juez o tribunal su
impedimento, caso en el que se concederá al impedido un plazo prudencial para que
comparezca’” (las negrillas son nuestras).
Finalmente, la SCP 0765/2012 de 13 de agosto, señaló: “La declaratoria de rebeldía
tiene como consecuencia entre otros la expedición del mandamiento de aprehensión tal cual
prevé el art. 89 del citado código adjetivo penal, ésto con la finalidad de lograr que el
declarado rebelde acuda a la citación o llamamiento judicial y la investigación o el proceso
penal continúen (…).
Consecuentemente, la declaratoria de rebeldía y el consiguiente mandamiento de
aprehensión, de acuerdo al art. 87 inc. 1) del CPP, tienen como objetivo principal e
inmediato lograr la comparecencia del imputado y/o acusado a fin de que la
investigación o el proceso penal continúen con su tramitación” (las negrillas nos
pertenecen).
Añadiendo el fallo constitucional plurinacional glosado, en relación al caso en concreto
que le tocó resolver, que: “…el Auto 118/2010 que declaró la rebeldía de (…) con la
consiguiente orden de aprehensión en su contra, para que concurra a la sustanciación del
juicio oral, no es ilegal o indebida, puesto que responde a la aplicación estricta del art. 87 inc.
1) del CPP, que dispone: ‘El imputado será declarado rebelde cuando: 1) No comparezca sin
causa justificada a una citación…’; en consecuencia, la limitación a su libertad emerge del
incumplimiento a un acto procesal al que se encontraba constreñido de asistir y que
no justificó previamente, considerando el tiempo entre su notificación y la realización
del mismo, ahora bien, es evidente que toda declaratoria de rebeldía que sea resultado
de la incomparecencia a una citación de conformidad a lo previsto por el Código de
Procedimiento Penal y sin que exista una causa debidamente justificada, no puede ser
considerada como persecución ilegal o indebida, por cuanto no se encuentra dentro
de los dos presupuestos para ello, ya que no existe búsqueda u hostigamiento a una
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo legal o por orden de una
autoridad no competente…”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
rebeldía mediante resolución fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión o ratificando el
expedido…». Empero: «Cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que
lo requiera, el proceso continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de
su comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de carácter real. El imputado o su fiador
pagará las costas de su rebeldía. Si justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo
impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza» (art. 91 del
CPP)’”.
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Descriptor: Defecto absoluto
Restrictor: Omisión de disponer la subsanación del recurso (art. 399 del CPP)
[294]
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Delitos: Tráfico de Sustancias Controladas
Resultado de Resolución: Fundado
Extracto Jurisprudencial: Al respecto, se debe establecer de forma precisa si lo
denunciado constituía un defecto absoluto no susceptible de convalidación y que
ameritaba la nulidad de la Sentencia emitida por el Tribunal de grado; es así, que
para la consideración de la problemática planteada (defectos absolutos) estos deben
cumplir con ciertas premisas que permitan su análisis y resolución: 1) Que, el acto
procesal denunciado de viciado debe haber causado gravamen y perjuicio personal y
directo; en el caso presente, la no realización de pruebas de narco test a la totalidad
de los sobres encontrados en posesión de la recurrente, no desvirtúa la existencia de
delito, pues en todo caso tendría significancia, para determinar la cantidad de
sustancia controlada encontrada para establecer el quantum de la pena; 2) El vicio
procesal debe haberle colocado en un verdadero estado de indefensión, la recurrente
en todo momento del proceso penal – etapa investigativa y de juicio- pudo activar los
mecanismos de defensa previstos por ley, para hacer valer sus derechos y
pretensiones jurídicas; es decir, solicitar las pruebas toxicológicas pertinentes y en
su caso plantear las exclusiones probatorias; 3) El perjuicio debe ser cierto,
concreto, real, grave y además demostrable, como se estableció en el primer numeral
se establece que la cantidad de la sustancia controlada no determina la inexistencia
de delito, por lo que, no generó mayor perjuicio al haberse impuesta la pena mínima
(diez años de presidio); 4) El vicio procesal debió ser argüido oportunamente y en la
etapa procesal correspondiente, se destaca este aspecto en mérito a que en etapa de
producción y judicialización de la prueba, se debió oponer los medios de defensa
pertinentes, aspecto no considerado por el Tribunal de alzada; y, 5) No se debe
haber convalidado ni consentido con el acto impugnado de nulidad, la no
concurrencia de estas condiciones, dan lugar a establecer la inexistencia de defecto
absoluto que amerite una medida tan gravosa como la de disponer la nulidad de la
Sentencia, pues en el caso de Autos se tiene que no se estableció o por lo menos se
apreció por parte del Tribunal ad quem la concurrencia de estos aspectos, pues en
contrario sólo dispuso el reenvío de juicio sobre pruebas que materialmente sin
inexistentes; es decir, pese a que el propio Tribunal de alzada estableció que los
siete sobres que no fueron sometidos a la prueba de campo fueron incinerados,
dispone que sea otro Tribunal de Sentencia el que valore “de forma correcta” las
pruebas colectadas por el Ministerio Público y ofrecidas en la acusación fiscal; en
consecuencia, cuál el sentido jurídico de la reposición de juicio.
Descriptor: Defectos Absolutos
Restrictor: Premisas para analizar y resolver
DEFECTOS ABSOLUTOS/naturaleza
AUTO SUPREMO Nº 139/2015-RRC
Sucre, 27 de febrero de 2015
Delitos: Falsedad Material, Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: Respecto a los defectos absolutos emergentes de
actividad procesal defectuosa y nulidad de estos actos, debe considerarse que en el
sistema procesal penal vigente se prevé la invalidez de aquellos actos que no
observan las formas previstas por el bloque de constitucionalidad en materia penal,
distinguiendo los defectos relativos; es decir, aquello que pueden ser convalidados,
de los absolutos, que de ninguna manera son susceptibles de saneamiento, por
cuanto su concurrencia involucra vulneración de derechos y garantías que amparan
a todo ciudadano y cuya protección tiene alcance constitucional. Como se observa,
la redacción de los arts. 167 y 169 inc. 3) son similares, habida cuenta que, ambos
de manera general hablan de actos que conllevan inobservancia de las previsiones
contenidas en la Constitución, Convenios y Tratados Internacionales, esto es,
derechos fundamentales y garantías constitucionales; asimismo, el art. 170 no
precisa ni identifica cuáles son los actos defectuosos convalidables; por ello, resulta
imperioso saber precisar e identificar qué actos procesales constituyen defectos
absolutos y cuáles resultan relativos. A este fin, partimos señalando que, la
diferencia entre defectos absolutos y relativos radica en que en los primeros, el
incumplimiento de la forma establecida para un determinado acto, tiene
trascendencia constitucional, pues implica que un determinado derecho o garantía
resulta efectivamente menoscabado o desconocido; en cambio, los defectos relativos
implican un quebrantamiento de la forma; empero, sin implicar o afectar al derecho
fundamental, por ello pueden ser subsanados, o como la norma señala
convalidados. En ese entendido, es importante remarcar que no todo
incumplimiento de las formas establecidas en Código de Procedimiento Penal u otras
normas del bloque constitucional en materia penal, debe o puede considerarse
defecto absoluto, sino sólo aquél acto defectuoso que ingrese en efectiva vulneración,
restricción o desconocimiento de derechos y garantías, de ahí que, al momento de
analizar si un determinado acto constituye defecto absoluto, debe hacérselo siempre
en vinculación a algún derecho o garantías a fin de establecer si el vicio resulta ser
absoluto o relativo.
Descriptor: Defectos absolutos
Restrictor: naturaleza
CONCORDANCIA:
Conforme a lo establecido en el art. 19 parágrafo primero de la Constitución Política del Estado, los derechos
reconocidos en ella son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos.
[296]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Bajo dicha premisa de caracterización, resulta imprescindible en toda actuación procesal velar por el respeto y
vigencia del derecho al debido proceso y en consecuencia de todos sus elementos constitutivos o configurativos
como el derecho a la defensa, el derecho de recurrir y el derecho a la tutela judicial efectiva, entre otros.
En ese sentido, corresponde al Tribunal de Alzada velar por el ejercicio pleno de aquellos derechos y garantizar
su consecución, por lo que ante la interposición de las partes agraviadas por una sentencia de su recurso de
apelación restringida en el marco de su derecho a recurrir de las resoluciones judiciales, corresponde aplicar de
manera objetiva lo dispuesto en el art. 399 del Código de Procedimiento Penal, ello implica, que no pueden
rechazar dicho recurso por defectos de forma subsanables, por el contrario, si se evidencia que existe defecto u
omisión de forma, el tribunal debe hacérselo saber al recurrente, otorgándole el plazo establecido por el art. 399
del Código de Procedimiento Penal para que lo amplíe o corrija bajo apercibimiento de rechazo, y si la parte
recurrente no corrige o amplia su recurso, recién corresponde su rechazo, ello en el marco del respeto al
principio pro actione puesto que si bien las formas exigidas por ley, tienen la finalidad de contribuir a la celeridad
procesal, mediante la claridad y precisión en la formulación de la apelación restringida, el rechazo sólo puede
ser dispuesto cuando previamente se ha concedido el plazo establecido en el precepto legal aludido; por lo que
resulta atentatorio al debido proceso cuando a pesar de que se otorgó el plazo correspondiente para la
subsanación y una vez cumplido dicho recaudo por parte de los apelantes, se ingrese al fondo del asunto y se
declare en la parte dispositiva inadmisibilidad de un punto no observado, tornando además la resolución en
incongruente, pues toda resolución al margen de contener la suficiente fundamentación y motivación, debe
también ser congruente en cuanto a su contenido ya que ello importaría lesionar el derecho al debido proceso y
los que éste a su vez subsume como los derechos a la defensa y al no ser condenado sin haber sido oído y
juzgado.
De lo expuesto, se evidencia la existencia de un fallo dictado sin la observancia de las reglas del debido
proceso y las garantías constitucionales, que constituye un defecto absoluto al tenor del art. 169-3) del Código
de Procedimiento Penal, lo que amerita en aplicación del art. 419 del Código de Procedimiento Penal, dejar sin
efecto el Auto de Vista recurrido, para que las omisiones observadas, sean subsanadas, no ingresando a
resolver los demás puntos reclamados en el recurso de casación, en virtud a que previamente deberá otorgarse
en el marco del derecho a la defensa a los apelantes, la posibilidad de subsanar su recurso de apelación
restringida.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Delitos: Falsedad Material e Ideológica, Uso de Instrumento Falsificado, Robo
Agravado y Estafa
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: Del razonamiento expuesto, se concluye que el Tribunal
de alzada, no fundamentó ni motivó en derecho por qué la trascripción de la
acusación pública y particular como relación circunstanciada de los hechos implica
defecto de Sentencia previsto en el inc. 3) del CPP (art. 370), que hace alusión a la
falta de este requisito esencial de sentencia; es decir, en el caso de autos, la
Sentencia cumple con este requisito aun así se haya transcrito las acusaciones,
aunque lo correcto es que se incluya un resumen entendible;
Descriptor: Defectos de Sentencia (Art. 370.inc. 3 CPP)
Restrictor: No constituye defecto la transcripción de la acusación fiscal y particular
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 256/2017-RRC
Sucre, 17 de abril de 2017
La denuncia por defectuosa valoración de la prueba, defecto de Sentencia descrito en el inc.
6) del art. 370 del CPP, como norma habilitante, debe encontrarse vinculada a la infracción
del art. 173 del mismo cuerpo legal; es decir, a la vulneración de las reglas de la sana crítica,
que son aquellas que conoce el hombre común (sentido común – conocimiento adquirido por
cualquier persona de forma espontánea como verdad irrefutable), las reglas de la ciencia
entre las cuales la más aplicada es la de la psicología, que en el caso del juzgador requiere
conocimientos mínimos (se aplican cuando el juzgador observa comportamientos), además
de las reglas de la lógica (la lógica de lo razonable); es decir, las reglas de la identidad, de
contradicción, de tercero excluido o de razón suficiente, para crear un razonamiento
debidamente estructurado. Lo que implica, que quien alegue defectuosa valoración de la
prueba, debe brindar información necesaria que posibilite identificar cuál de las reglas del
recto entendimiento humano fueron infringidas o soslayadas, señalando de forma ineludible,
cuáles las afirmaciones o hechos contrarios a la experiencia común, cuáles los hechos no
ciertos en los que se sustenta el fallo, de qué manera los medios de prueba fueron valorados
indebidamente, cuáles las conclusiones que demuestren cosa diferente a la que se tuvo como
cierta con base en ellos, cuál el o los elementos analizados arbitrariamente, únicamente
planteado en esos términos el recurso, es posible el control sobre la valoración de la prueba,
control que debe ser ejercitado sobre la logicidad de la Sentencia, teniendo como
circunscripción lo argumentado en el recurso.
Sobre la temática, el Auto Supremo 214 de 28 de marzo de 2007, estableció como doctrina
fundadora que: "Los jueces de mérito son soberanos en la valoración de las pruebas, que las
estiman o desestiman, debiendo siempre indicar las razones para admitir o desestimar
determinados elementos probatorios, los razonamientos del fallo deben estar acordes a las
reglas del pensamiento humano, siendo este el iter lógico de una sentencia, el que debe
fundarse en las leyes del pensamiento, las que independientemente de nuestra experiencia
se presentan como necesarias en nuestro raciocinio.
Para que la fundamentación de una sentencia sea válida se requiere no sólo que el Tribunal
de juicio funde sus conclusiones en pruebas de valor decisivo, sino también, que éstas no
sean contradictorias entre sí, ni ilegales y que en su valoración se observen las reglas
fundamentales de la lógica, no puede considerarse motivación legal ni aplicación integral de
las reglas de la sana crítica, a una simple y llana referencia a una prueba por parte del
juzgador y que se formula de un modo general y abstracto, en el que se omite realizar una
exposición razonada de los motivos en los que se funda.
El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del procesado,
mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar si el iter lógico
expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las reglas del recto
entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con
arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente,
expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada es el
principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar las
reglas de la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su crítica con el
razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se encuentran obligados
a motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de quienes motivan sus
recursos en la inobservancia de las reglas de la sana critica, señalar las partes del
decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos, proporcionando la solución
que pretenden en base a un análisis lógico explícito; será pues obligación del
recurrente, al alegar la infracción basada en la inadecuada aplicación de las reglas
de la sana crítica, atacar en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la
sentencia y no referirse ha actuaciones procesales sin incidencia directa en la
resolución de mérito, la inobservancia de estas reglas emergentes de lo
expresamente determinado en la ley adjetiva penal deberán ser observadas por
los Tribunales que conocen el recurso de apelación restringida previamente ha
admitirse los recursos por estos motivos y en caso de no ser debidamente
subsanada la observación referida, los Tribunales deberán declarar inadmisibles
los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán reiterarse estos argumentos
en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar la
sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente el
sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del correcto entendimiento
humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las
propias apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes
de la sentencia donde se hubieran infringido los principios alegados, requisitos
indispensables cuando se reclama sobre la presunta falta de coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la
motivación de la sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que
invoque afirmaciones imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o
que se refiera a un hecho que sea contrario a la experienciacomún, que analice
arbitrariamente un elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre
pruebas que demuestren cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en
ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a hechos que en
un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a ellos
ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni
nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos
suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento
del juez.
El análisis de las resoluciones a partir de la formulación de una crítica al sistema de
valoración de la prueba, requiere un alto nivel de tecnicidad y fundamentalmente un
adecuado manejo de las leyes del pensamiento; así, los profesionales que asisten en los
procesos donde se pretende criticar la actividad valorativa del titular del órgano
jurisdiccional, requiere un especial manejo de principios tales como el de razón
suficiente, de identidad, contradicción, del tercer excluido, etc.; de igual manera,
las máximas de experiencia que son las obtenidas de la observación de la
[300]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
realidad, y que comprueban que ciertos hechos o sucesos se comportan
reiteradamente de determinada manera, son parámetros básicos que nos
permiten explicar la ocurrencia de ciertos fenómenos cuya extensión, notoriedad,
regularidad e identidad, han permitido convertirlos en estándares generales para
la comprensión de acontecimientos suscitados a lo largo del tiempo.”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar cuáles
son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas erróneamente,
expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada es el
principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar las reglas de
la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su crítica con el razonamiento base
del fallo, de ahí que si bien los jueces se encuentran obligados a motivar debidamente sus
resoluciones, es obligación de quienes motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas
de la sana critica, señalar las partes del decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos,
proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis lógico explícito; será pues
obligación del recurrente, al alegar la infracción basada en la inadecuada aplicación de las
reglas de la sana crítica, atacar en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la
sentencia y no referirse ha actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de
mérito, la inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado en la
ley adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el recurso de
apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos motivos y en caso de
no ser debidamente subsanada la observación referida, los Tribunales deberán declarar
inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán reiterarse estos
argumentos en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar la
sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente el
sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del correcto entendimiento
humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las propias
apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes de la sentencia
donde se hubieran infringido los principios alegados, requisitos indispensables cuando se
reclama sobre la presunta falta de coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación de la
sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones
imposibles ocontrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se refiera a un hecho que
sea contrario a la experiencia común, que analice arbitrariamente un elemento de juicio o
que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren cosa diferente a la que se tiene
como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a
hechos que en un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a
ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni
nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos
suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento
del juez.
El análisis de las resoluciones a partir de la formulación de una crítica al sistema de
valoración de la prueba, requiere un alto nivel de tecnicidad y fundamentalmente un
adecuado manejo de las leyes del pensamiento; así, los profesionales que asisten en los
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesos donde se pretende criticar la actividad valorativa del titular del órgano jurisdiccional,
requiere un especial manejo de principios tales como el de razón suficiente, de identidad,
contradicción, del tercer excluido, etc.; de igual manera, las máximas de experiencia que son
las obtenidas de la observación de la realidad, y que comprueban que ciertos hechos o
sucesos se comportan reiteradamente de determinada manera, son parámetros básicos que
nos permiten explicar la ocurrencia de ciertos fenómenos cuya extensión, notoriedad,
regularidad e identidad, han permitido convertirlos en estándares generales para la
comprensión de acontecimientos suscitados a lo largo del tiempo”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
beneficiado haya demostrado el cabal cumplimiento de las mismas, por lo que éste se mantendrá
detenido en tanto no cumpla con lo dispuesto por el juez de la causa, en ese sentido están dirigidas
varias sentencias constitucionales como la SC 1194/2011-R de 6 de septiembre; y por otro lado, está
el supuesto cuando la persona a momento de que se le impone medidas sustitutivas se halla gozando
de libertad; es decir, no tiene una detención preventiva previa, por lo que la autoridad judicial no
puede disponer su detención como una medida de presión para que el procesado acate su
determinación, por el contrario otorgará al imputado un plazo prudente para que haga efectivas las
medidas impuestas y si es que vencido el mismo, se constata su incumplimiento, recién podrá
revocarlas y ordenar su detención preventiva a fin de garantizar su presencia en el proceso que se le
sigue, en ese sentido ya la SC 1194/2000-R de 18 de diciembre, indicó sobre el tema que: “En efecto,
como quiera que no concurrían las causales o requisitos establecidos por el art. 233 del nuevo Código
de Procedimiento Penal, en la audiencia pública realizada el 6 de noviembre de 2000 (fs. 189 a 191)
dispuso la aplicación de medidas sustitutivas a la detención preventiva a favor del encausado, hoy
recurrente, sin embargo, de manera contradictoria y en una inadecuada aplicación de la norma
prevista por el art. 245 del nuevo Código de Procedimiento Penal, ordenó su detención preventiva
hasta que ofrezca la fianza, dando como resultado la desnaturalización de la medida cautelar de
detención preventiva, al ser utilizada como un medio de coacción para lograr el cumplimiento de la
fianza; pues debe entenderse que la norma prevista por el art. 245 del citado cuerpo legal es aplicable
a los casos en los que el encausado o procesado se encuentre privado de su libertad por una detención
preventiva y se disponga la cesación de la medida sustituyéndola por una fianza económica, es en ese
caso que la libertad sólo se hará efectiva luego de haberse otorgado la fianza, hecho que no se dio en
el caso que motiva el presente Recurso, por cuanto el encausado no estuvo privado de su libertad sino
que al haber prestado su declaración indagatoria, a solicitud del mismo y al no concurrir los
requisitos establecidos por Ley, la Jueza dispuso la aplicación de medidas cautelares de fianza
económica y obligación de presentarse periódicamente ante la autoridad" (las negrillas y el subrayado
fueron agregados).
DEL CUMPLIMIENTO DE LAS RESOLUCIONES DICTADAS DENTRO DE LAS
ACCIONES TUTELARES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0788/2017-S3
Sucre, 17 de agosto de 2017
Recogiendo la jurisprudencia constitucional establecida al respecto, la SCP 0091/2017-S3 de 24 de
febrero, sobre esta situación sostuvo que: “Respecto a la pretensión de exigir el cumplimiento de una
Sentencia Constitucional a través de otra acción tutelar; el extinto Tribunal Constitucional en la SC
0526/2007-R de 28 de junio, estableció que:’…la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, de
manera reiterada ha dejado establecido que los recursos constitucionales no son la vía o mecanismo
idóneo para pedir el cumplimiento de las resoluciones dictadas dentro de las acciones tutelares de
habeas corpus y amparo constitucionales; así en las SSCC 1326/2003-R, 1526/2002-R, 1016/2002-R,
1198/2003-R, 0026/2004-R,-entre otras-, ha señalado que: '(…) un eventual incumplimiento de una
Sentencia Constitucional emitida dentro de una acción tutelar (de amparo o habeas corpus), no puede
resolverse a través de la interposición de otro recurso constitucional. En efecto, al conocer y resolver
casos análogos este Tribunal ha sostenido que 'en los casos de desobediencia a las resoluciones
dictadas en recursos de habeas corpus, así como en los de amparo constitucional, no corresponde la
deducción de otro recurso extraordinario, sino, que se debe acudir al Tribunal que conoció el recurso
y que dio origen a la Sentencia, que será ante el cual se solicitara se haga cumplir el fallo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
constitucional y para el caso de resistencia o incumplimiento, pedir la remisión de antecedentes al
Ministerio Publico para el procesamiento penal de los demandados por la comisión del delito previsto
en el art. 179 BIS del Código Penal (CP)', independientemente de las medidas que debe adoptar el
tribunal que conoció el recurso para asegurar el cumplimiento de su sentencia…’.
En coherencia con ese entendimiento, el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de la SCP
0243/2012 de 29 de mayo, sostuvo que: “…en los casos de desobediencia, resistencia o
incumplimiento a las resoluciones dictadas en las diferentes acciones constitucionales, no corresponde
la deducción de otra acción tutelar, pues ella debe ser solicitada al mismo juez o tribunal que conoció
de la acción, por ser la autoridad llamada a hacer cumplir el fallo constitucional, y en su defecto,
pedir la remisión de antecedentes al Ministerio Público para el procesamiento penal del o los
demandados por la comisión del delito previsto en el art. 179 BIS del Código Penal (CP), que
sanciona con dos a seis años de reclusión y multa de cien a trescientos días al 'funcionario o
particular que no diere cumplimiento exacto a dichas resoluciones...’; lo contrario, implicaría
desconocer su eficacia jurídica y generar un círculo vicioso que podría colapsar el sistema (SC
0529/2011-R de 25 de abril)” .
Conforme a la legislación penal boliviana, los mandamientos de libertad emitidos por los órganos
jurisdiccionales, deben ser cumplidos o ejecutados por los responsables de los centros penitenciarios,
con la debida celeridad, de modo que la persona beneficiada, pueda ejercer este derecho fundamental
de manera expedita y sin dilación alguna; sin embargo, no es menos cierto que las autoridades
policiales de estas reparticiones, tienen también la obligación de verificar y asegurar que exista plena
correspondencia entre la identidad y la causa penal que consigna el mandamiento, con la persona
procesada o condenada por el mismo hecho que será puesta en libertad; asimismo verificarán, que no
pesa sobre ésta otro mandamiento restrictivo de su libertad que aún se encuentre vigente, así como la
autenticidad del mandamiento librado; al respecto la SCP 1306/2014 de 30 de junio, estableció que:
"Sobre el cumplimiento inmediato de los mandamientos de libertad, en el art. 39 de la LEPS, se señala
que: 'Cumplida la condena, concedida la Libertad Condicional o cuando cese la detención preventiva,
el interno será liberado en el día, sin necesidad de trámite alguno. El funcionario que incumpla esta
disposición, será pasible de responsabilidad penal, sin perjuicio de aplicarse las sanciones
disciplinarias que correspondan', disposición que tiene por finalidad garantizar los derechos de las
personas privadas de libertad pero sobre todo el principio de celeridad, vale decir, que se restituya el
derecho a la libertad de la manera más pronta posible; sin embargo, ya el anterior Tribunal
Constitucional estableció dos aspectos que deben ser observados a momento de cumplir esta
disposición legal y que de ninguna manera puede ser interpretada como restrictiva de la libertad, es
así que como primer punto se señaló que los encargados de recintos penitenciarios de manera previa
a la ejecución del mandamiento de libertad deben verificar si en el file de la persona privada de
libertad no existe otro mandamiento que restrinja el derecho a la libertad y segundo, deben verificar
si el mandamiento presentado es auténtico, razonamiento este que se encuentra en la SC 0323/2003-R
[306]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de 17 de marzo, que señala: «…el art. 39 LEPS, cuando señala que el interno será liberado en el día,
sin necesidad de trámite alguno, se refiere a que el detenido con la sola presentación del mandamiento
será dejado en libertad, empero, resulta implícito el deber jurídico que recae sobre la Gobernación de
la Cárcel, de tomar las debidas previsiones para evitar que alguien pueda ser puesto en libertad
teniendo otros mandamientos pendientes o que el mandamiento de libertad pueda contener alguna
falsedad material o ideológica, lo cual le impele a tener que verificar y solicitar la información
pertinente y revisar previamente los registros antes de dar curso mandamiento»
Reglas que no son limitativas, pues al margen de velar porque se respeten los derechos y garantías del
detenido, tienen también la alta responsabilidad que les asigna la ley, de evitar que el interno que
estuviese detenido por orden de otras autoridades evada la ley, burlando a la justicia, lo que le
generaría igualmente responsabilidad” ( las negrillas son nuestras)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
referencia al indebido procesamiento, en ningún momento se condiciona la procedencia de la
acción tutelar a la vinculación directa con el derecho a la libertad física o personal.
Es así que, la referida SCP 0217/2014, estableció que ‘el debido proceso penal, es una
garantía procesal establecida por la Constitución Política del Estado, que tiene como objetivo
proteger los derechos constitucionales que de él emergen y en ese proceso controlar la
capacidad punitiva del Estado que, en su momento puede afectar la libertad personal y la
presunción de inocencia de aquellos que se encuentran involucrados en una contienda
judicial penal.
En este contexto y estando establecido que toda persona sometida a un proceso penal, se
halla constitucionalmente imbuido del derecho a la defensa, a la asistencia de un abogado
para su asesoramiento en las diferentes etapas del proceso, a un debido proceso sin
dilaciones injustificadas, a la posibilidad de presentar pruebas y controvertir las que se
alleguen en su contra, a impugnar la sentencia condenatoria y a no ser juzgado dos veces
por el mismo hecho, en resumen del derecho a un debido proceso, se determina que,
únicamente cuando se trata de materia penal, la acción de libertad es el medio idóneo,
eficaz y eficiente para restablecer el debido proceso, en todos sus elementos.
En consecuencia, se hace necesario establecer a partir de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional que las lesiones al debido proceso en materia penal en aquellos
casos en los que se colocó al accionante en absoluto estado de indefensión o cuando éste
agotó los medios de impugnación intra procesales, son susceptibles de la tutela
constitucional que brinda la acción de libertad’.
Conforme a dicho razonamiento, la exigencia de vinculación entre el derecho a la libertad y
el debido proceso, como presupuesto exigible para su tutela a través de la acción de libertad,
desaparecía; sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional considera que, partiendo
de la propia naturaleza jurídica de la acción de libertad, desarrollada en el Fundamento
Jurídico anterior y cuyo principal objetivo es precisamente tutelar de manera específica el
derecho a la libertad, no puede modificarse su esencia y ampliar su espectro de acción a
aquellos asuntos netamente procedimentales que, aún cuando devengan
del área penal, no se hallen en vinculación con el derecho a la libertad; en
consecuencia, mediante la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, se hace necesario reconducir el anterior entendimiento y restablecer la
jurisprudencia constitucional previa, respecto a la exigencia de vinculación entre el
derecho a la libertad y el debido proceso.
Este entendimiento, emerge precisamente de la interpretación literal y teleológica del
art. 125 CPE, que establece la procedencia de la acción de libertad, cuando se
produzca una restricción o amenaza de restricción ilegal o indebida a los derechos
fundamentales a la vida y a la libertad física a raíz de una persecución ilegal o un
indebido procesamiento; en consecuencia, tratándose de la procedencia de la acción
de libertad en relación al debido proceso, debe entenderse que la inobservancia a éste
-debido proceso-, ha sido la causal principal para la afectación del bien jurídico
libertad; pues, de lo contrario, si los actos emergentes del procesamiento no ponen en
riesgo la libertad y no ocasionan su restricción, no podrán ser evaluados y
considerados a través de la acción de libertad, correspondiendo su tratamiento, una
[308]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vez agotados todos los medios intra procesales, a la acción de amparo constitucional,
como medio de defensa idóneo en el jurisdicción constitucional para reparar y
subsanar los defectos procesales en que pudieran haber incurrido tanto servidores
públicos como personas particulares.
En este contexto, corresponde reconducir al entendimiento asumido anteriormente
por las SSCC 0219/2004-R de 19 de octubre y 1865/2004-R de 1 de diciembre”’.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
está reconocido por la misma Constitución en su triple dimensión: como derecho
fundamental de los justiciables, un principio procesal y una garantía de la administración de
justicia. De ello, se desprende el debido proceso como derecho fundamental autónomo,
indirecto o garantía, que a decir de Carlos Bernal Pulido en «El Derecho de los Derechos»:
«El derecho fundamental al debido proceso protege las facultades del individuo para
participar en los procedimientos del Estado constitucional democrático y el ejercicio dentro
del marco de dichos procedimientos de las facultades de hacer argumentaciones,
afirmaciones, aportar pruebas, y las capacidades de rebatir los argumentos de los demás y
de autocriticarse (…) es un mecanismo para la protección de otros derechos fundamentales
en el estado democrático…»'.
Como se advierte de la jurisprudencia citada, la congruencia se constituye en un principio
procesal que hace a la garantía del debido proceso, que le señala el camino al juzgador para
llegar a una resolución o sentencia, además de fijarle un límite a su poder discrecional. Es
así, que el principio de congruencia, se manifiesta en la concordancia entre lo pedido y la
decisión judicial, puesto que ésta debe estar referida exclusivamente a las partes
intervinientes, al objeto o petición y a la causa. Por ello, el juzgador, debe fundamentar y
motivar el porqué de su decisión, haciendo alusión a los hechos que las partes invocaron y a
las pruebas producidas y aplicando las normas jurídicas pertinentes.
Si bien es cierto que el legislador incorporó este delito en el título correspondiente a los
delitos contra la libertad; sin embargo, del contenido de la descripción penal, se advierte que
existen otros bienes jurídicos protegidos por el tipo, los cuales son la intimidad, privacidad e
inviolabilidad del domicilio y que sumados a la libertad de las personas para permitir o no a
otra el ingreso a su domicilio, hacen comprender el fundamento del referido precepto penal
sustantivo, en materia penal el domicilio está estrechamente relacionado con el derecho de
intimidad; en consecuencia, compartiendo la explicación que hace Francisco Muñoz Conde en
su obra Derecho Penal Parte Especial, se debe entender que domicilio o morada -término
empleado en la redacción del Código Penal español, por supuesto con las mismas
características descriptivas al nuestro es: “el espacio cerrado o en parte abierto, separado del
mundo exterior, que evidencia la voluntad del morador de excluir a terceras personas y que
está destinado a actividades propias de la vida privada, propia o familiar”, de tal suerte que
se ataca el bien jurídico, no sólo cuando el titular se encuentra en él, sino también cuando se
ausenta temporalmente, pues la esfera de la intimidad también abarca o tiene su campo de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
protección, a la privacidad de todo cuanto ocurre al interior del domicilio, lo que sería
vulnerado de pensarse que únicamente se puede cometer delito de Allanamiento, sólo
cuando el sujeto pasivo se encuentra presente. Asimismo, tampoco debe confundirse
domicilio con el derecho de propiedad del inmueble, siendo así que de ocurrir que el
propietario ingrese a un departamento o habitación de su
En cuanto a la acción típica, el tipo penal señala que se configura el delito de dos maneras, la
primera cuando se ingresa “arbitrariamente” al domicilio de otro, esto significa que el ingreso
se hace sin la autorización o consentimiento del titular ya sea expreso o tácito; en
consecuencia, y razonando en contrario no se configura el delito, cuando existe autorización
del morador o titular; y la segunda, cuando habiendo accedido al inmueble con autorización
del que lo habita, ante el inequívoco comunicado, sea expreso o tácito, de abandonar el
mismo, el sujeto activo no lo hace y permanece en él en contra de la voluntad del titular. El
delito es doloso, excluyéndose la pena por culpa, al no estar expresamente castigada la
acción imprudente y se asume la presencia de dolo, siempre que la acción se realice con
conocimiento de que se ingresa o permanece en un domicilio ajeno sin consentimiento. Así lo
entendió el Auto Supremo 660/2014-RRC, pronunciado en una problemática en la que
desarrolló los fundamentos y bienes jurídicos protegidos por el delito de Allanamiento de
Domicilio o sus Dependencias.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
constitucional ha sido uniforme al señalar que la vía idónea para su impugnación es el
amparo constitucional; sin embargo, cuando se demuestre que esas vulneraciones
afectaron directamente al derecho a la libertad física o libertad de locomoción del accionante,
dicha protección se verá materializada a través de la acción de libertad, en aquellos casos
en los cuales, el procesamiento indebido constituya la causa directa que originó la
restricción o supresión de los antes citados derechos previo cumplimiento de la
subsidiariedad excepcional que rige a este tipo de acciones.
(…)
En consecuencia, la acción de libertad, tratándose de medidas cautelares de carácter
personal, sólo puede activarse ante un procesamiento indebido, cuando se encuentra
relacionado directamente con la amenaza, restricción o supresión de la libertad física
o de locomoción y se hubieren agotado todos los mecanismos intraprocesales de
impugnación, salvo que al actor se le hubiere colocado en un absoluto estado de
indefensión, caso en el que no resulta razonable la exigencia de la observancia del
principio de subsidiariedad excepcional que rige a la acción de libertad, precisamente
por su imposibilidad de activar los medios de reclamación; de tal manera que otras formas de
procesamiento indebido, no pueden ser compulsadas mediante la presente acción de
defensa, debiendo hacérselas en su caso en el ámbito de la otra acción tutelar como el
amparo constitucional” (las negrillas son agregadas); tal como lo tiene expresado
esta Sentencia Constitucional Plurinacional, en similar sentido se han pronunciado las SSCC
0200/2002-R, 0414/2002-R, 1865/2004-R, 0619/2005-R y 0057/2010-R, entre otras; de
manera tal que afianzando esta línea jurisprudencial y precisando los requisitos para la
activación de la acción de libertad vinculados a la lesión al debido proceso, la SC 0619/2005-
R de 7 de junio, ratificando el entendimiento de la SC 1865/2004-R de 1 de diciembre,
estableció “… para que la garantía de la libertad personal o de locomoción pueda ejercerse
mediante el recurso de hábeas corpus cuando se denuncia procesamiento ilegal o
indebido deben presentarse, en forma concurrente, los siguientes presupuestos: a) el
acto lesivo, entendido como los actos ilegales, las omisiones indebidas o las amenazas
de la autoridad pública, denunciados, deben estar vinculados con la libertad por operar
como causa directa para su restricción o supresión; b) debe existir absoluto estado de
indefensión, es decir, que el recurrente no tuvo la oportunidad de impugnar los supuestos
actos lesivos dentro del proceso y que recién tuvo conocimiento del mismo al momento de la
persecución o la privación de la libertad” (las negrillas son ilustrativas).
Al respecto, es preciso señalar que en un caso concreto que emerge de un proceso penal en
el que el accionante sometido a procedimiento inmediato para delitos flagrantes, alegó que,
no obstante haber acreditado cambio de asesor jurídico mediante pase profesional, no le
fueron notificados los actuados posteriores al 6 de mayo de 2013, por lo que no tuvo
conocimiento oportuno de los Autos de 21 de mayo y 5 de junio de 2013, colocándolo en
absoluto estado de indefensión e impidiéndole hacer uso de los medios de defensa que el
ordenamiento jurídico prevé, en tal sentido considero lesionado su derecho al debido
proceso, habiéndose dictado la SCP 0217/2014 de 5 de febrero, en cuyo F.III.1., anuncia el
cambio de línea jurisprudencial, sin señalar expresamente la línea precedentemente citada,
manifestando textualmente: “En este contexto y estando establecido que toda persona
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sometida a un proceso penal, se halla constitucionalmente imbuido del derecho a la defensa,
a la asistencia de un abogado para su asesoramiento en las diferentes etapas del proceso, a
un debido proceso sin dilaciones injustificadas, a la posibilidad de presentar pruebas y
controvertir las que se alleguen en su contra, a impugnar la sentencia condenatoria y a no
ser juzgado dos veces por el mismo hecho, en resumen del derecho a un debido proceso, se
determina que, únicamente cuando se trata de materia penal, la acción de libertad es el
medio idóneo, eficaz y eficiente para restablecer el debido proceso, en todos sus
elementos.
En consecuencia, se hace necesario establecer a partir de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional que las lesiones al debido proceso en materia penal en
aquellos casos en los que se colocó al accionante en absoluto estado de indefensión
o cuando éste agotó los medios de impugnación intra procesales, son susceptibles de
la tutela constitucional que brinda la acción de libertad”.
No obstante, las Sentencias Constitucionales Plurinacionales que siguieron, como la SCP
110/2014-S1 de 26 de noviembre, 158/2014 de 5 de diciembre entre otras, de manera clara y
tácitamente, 1609/2014 de 19 de agosto y 0151/2015-S1 de 26 de febrero, recondujeron la
línea jurisprudencial que precede, a la línea jurisprudencial concerniente a la SC 1865/2004-
R de 1 de diciembre, respecto a la exigencia de la vinculación entre el derecho a la libertad y
el debido proceso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en definitiva deben desarrollar y resolver la causa en el marco de los principios de la potestad de
impartir justicia previstos en el art. 178 de la CPE.
Así, de acuerdo a lo afirmado precedentemente, debe señalarse que el inicio del juicio en materia
penal o disciplinaria tiene como base a la acusación o la decisión de procesamiento, pues es a partir
de dicha determinación que se inicia el juicio propiamente dicho, que es la fase esencial del proceso
para la comprobación del delito -o la falta- y la responsabilidad del imputado -acusado- (art. 329 del
CPP); aclarándose que si bien en la etapa preparatoria de los proceso penales -y en la fase de
investigación de los procesos disciplinarios- existe una autoridad jurisdiccional, ésta se encarga,
fundamentalmente del control de la investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en el
Código de Procedimiento Penal, sin conocer ni resolver el fondo de la causa, salvo claro está los
supuestos establecidos en el mismo Código.
Bajo dicha interpretación, cuando la Constitución Política del Estado señala que la autoridad
jurisdiccional debe estar establecida «con anterioridad al hecho de la causa» hace referencia a que
ninguna persona puede ser sometida a juzgados o tribunales que no hubieren estado instituidos antes
del inicio de la causa; es decir, antes del inicio del juicio propiamente dicho, en el que la autoridad,
con plena jurisdicción y competencia, conocerá y resolverá el proceso judicial o disciplinario. En ese
sentido, la norma procesal que instituya a una nueva autoridad jurisdiccional, no podrá afectar
aquellos procesos iniciados en vigencia de la anterior ley procesal, pues de hacerlo, se lesionaría la
garantía del juez natural, de ahí que sea necesario que, en los casos de sucesión de leyes en el tiempo,
se establezca un régimen transitorio en el que de manera clara se determinen los supuestos de
ultractividad (aplicación de la norma derogada o abrogada) o de retrospectividad (aplicación de la
norma vigente a procesos en curso), con el fin de dotar de seguridad jurídica a las personas y de
respetar los derechos y garantías jurisdiccionales previstos en la Constitución Política del Estado y
las normas del bloque de constitucionalidad.
Cabe señalar -como argumento a manera de ejemplo- que un entendimiento similar fue asumido por la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano, en el expediente:
8662-2006-PHC/TC, al señalar que el derecho al juez natural supone dos exigencias: En primer lugar,
que quien juzgue sea un juez o un órgano que tenga potestad jurisdiccional, garantizándose así, la
interdicción de ser enjuiciado por un juez excepcional o comisión especial y, en segundo lugar, «…que
la jurisdicción y competencia del juez sean predeterminadas por la ley, por lo que la asignación de
competencia judicial necesariamente debe haberse establecido con anterioridad al inicio del proceso,
garantizándose así que nadie pueda ser juzgado por un juez ex post facto o por un juez ad hoc».
Similar razonamiento se encuentra en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español, que en la STC
060/2008 de 26 de mayo, estableció que el derecho al juez natural «…exige que el órgano judicial haya sido
creado previamente por la norma jurídica, que ésta le haya investido de jurisdicción y competencia con
anterioridad al hecho motivador de la actuación o proceso judicial y que su régimen orgánico y procesal no
permita calificarle como órgano especial o excepcional…». Es decir, en otras palabras, que el legislador ha de
haber determinado en una norma con rango de ley y con carácter previo al hecho las reglas de competencia
fundadas en criterios objetivos y generales‘“
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 11 de septiembre de 2017
Sobre el particular, la SCP 0435/2015-S3 de 17 de abril, estableció que: “Para el recurso de
apelación incidental de medidas cautelares, de forma específica el art. 251 del CPP, establece que la
resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto no
suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y una vez interpuesto el recurso, las actuaciones
pertinentes serán remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia, en el término de
veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal de alzada en el plazo de setenta y dos horas. En
relación al plazo otorgado para la remisión de los antecedentes ante el Tribunal de alzada, una vez
interpuesto el recurso de apelación incidental contra la resolución que imponga medidas cautelares”
DEL PRECEDENTE INVOCADO Y SU APLICABILIDAD AL CASO CONCRETO
AUTO SUPREMO Nº 607/2017-RRC
Sucre, 23 de agosto de 2017
Delito: Apropiación Indebida y otro
El Auto Supremo 425/2014-RRC de 28 de agosto, fue emitido en un proceso penal seguido
por la comisión del delito de Daño simple, en el que este Tribunal constató que el Auto de
Vista entonces impugnado, que confirmó la Sentencia apelada, lo hizo a través de una
argumentación limitada a la cita de autos supremos referidos a la prohibición de
revalorización de la prueba, para luego concluir que la facultad de valorar la prueba
corresponde con exclusividad al Juez o Tribunal de Sentencia y que: “en la apelación si bien
se toma en cuenta el hecho sin embargo no se establece que aplicación es la que se
pretende” (sic), que de la revisión de la Sentencia apelada ésta se encontraba debidamente
fundamentada en conformidad al art. 124 del CPP, sin que se haya efectuado análisis alguno
respecto al agravio expresado por el entonces recurrente respecto a su alzada y sin emitir
una respuesta debidamente fundamentada y motivada, que cumpla con los requisitos
esenciales de ser expresa, clara, lógica, completa y legítima; a cuyo efecto, y recogiendo el
entendimiento jurisprudencial asumido de forma reiterada por este Tribunal, con relación al
deber de fundamentación que tienen todos los Jueces y Tribunales de justicia de
fundamentar debida y suficientemente sus resoluciones, estableció:
“En desarrollo a lo establecido en el art. 124 del CPP, referido al deber de fundamentación de
las resoluciones como elemento esencial de la garantía del debido proceso, previsto en los
arts. 115.II, 117.I y 180.I de la Constitución Política del Estado (CPE), los Autos Supremos
342 de 28 de agosto de 2006 y 207 de 28 de marzo de 2007, ratificados por Auto Supremo
319/2012 de 4 de diciembre, entre otros, han establecido las exigencias mínimas en el
contenido de la fundamentación o motivación de un fallo, determinando que toda resolución
debe ser expresa, clara, completa, legítima y lógica: ‘i) Expresa, porque se debe
señalar los fundamentos que sirvieron de soporte para sustentar su tesis, sin remisión a otros
actos procesales; ii) Clara, en sentido que el pensamiento del juzgador debe ser
aprehensible, comprensible y claro, no dejando lugar a dudas sobre las ideas que expresa el
juzgador; iii) Completa, debiendo abarcar los hechos y el derecho; iv) Legítima, ya que debe
basarse en pruebas legales y válidas. Para que exista legitimidad en la denuncia de
valoración defectuosa de la prueba en la Sentencia, el Tribunal de alzada debe realizar el
análisis de iter lógico por el que se evidencie la correcta o incorrecta valoración de la prueba
efectuada por el Juez a quo; y, v) lógica, que es el requisito transversal que afecta a los otros
requisitos; debiendo la motivación, en términos generales, ser coherente y debidamente
derivada o deducida, pero utilizando las máximas de la experiencia, la psicología y las reglas
de la sana crítica.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Estos requisitos de la fundamentación o motivación, deben ser tomados en cuenta
por el juzgador a momento de emitir la Resolución, a fin de que sea válida; lo
contrario significaría incurrir en falta de fundamentación y de
motivación. Asimismo, para una fundamentación o motivación no se precisa que esta sea
extensa o redundante de argumentos y cita de normas legales, sino ser clara, concisa y
responder todos los puntos denunciados.
Lo anterior significa, que estamos ante una la falta de fundamentación o motivación
cuando la resolución emitida por el Juez o Tribunal carezca de alguno de los
elementos (expresa, clara, completa, legítima y lógica) del iter lógico o camino del
razonamiento efectuado, a efecto de llegar a una
determinada conclusión, incumpliendo de esta manera lo determinado por el art. 124 del
CPP y vulnerando los derechos del debido proceso y de la publicidad’.
De otro lado, este Tribunal a través del Auto Supremo 319/2012-RRC de 4 de diciembre, ha
ratificado y complementado la doctrina legal sobre la falta de fundamentación y
desarrollando los fundamentos de la misma determinó que: ‘…si una resolución cumple con
la garantía de la debida motivación y está sustentada en argumentos claros, también cumple
con otras dos garantías adicionales, una en interés de las partes y otra en interés de la
sociedad en general: la de hacer asequible el acceso a la justicia mediante la utilización de
los recursos y la de garantizar el derecho a la publicidad, pues una sentencia obscura no
permite el acceso a este derecho, pero una sentencia clara la garantiza y la hace realmente
efectiva, en tanto que no sólo se tiene acceso a ella, sino además que cumple con la función
última de hacer saber a la sociedad por qué el juzgador falló de una determinada manera y
no de otra.
De ahí que los fallos deben ser debidamente fundamentados, no siendo suficiente que el
juzgador se limite a transcribir los antecedentes procesales, los fundamentos de
las partes o hacer una relación de normas legales sin que se ponga en evidencia el
iter lógico, o camino del razonamiento, a efecto de arribar a determinada
conclusión, para de esta manera cumplir con la previsión del art. 124 del CPP, lo
contrario significaría vulneración al debido proceso en su elemento de la debida
fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales, como ocurrió en el
presente caso, donde no se da respuesta fundamentada ni motivada a varias denuncias
efectuadas en la apelación restringida, lo que hace que este Tribunal deje sin efecto el Auto
de Vista impugnado’.
Ahora bien, la obligación de fundamentar las resoluciones es extensible a los
tribunales de alzada, los que también deben observar el cumplimiento de los
requisitos esenciales de claridad, completitud, legitimidad, logicidad y de ser
expresa respecto de los puntos de agravio denunciados, a fin de emitir una
resolución formal y materialmente válida, conforme ha establecido la doctrina legal de
este Tribunal. Así el Auto Supremo 448 de 12 de septiembre de 2007, determinó ‘Que es
una premisa consolidada que toda resolución, como la emitida por el Tribunal de
Alzada, debe ser debidamente fundamentada, vale decir, que es necesario que el
Tribunal de Apelación, emita los criterios jurídicos sobre cada punto impugnado que se
encuentran en el recurso de casación, además de revisar de oficio si existen defectos
absolutos en cuyo caso, es necesario que en la fundamentación se vierta los criterios
jurídicos del porque dicho acto se considera defecto absoluto y que principios
constitucionales fueron afectados.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La falta de fundamentación en las resoluciones jurisdiccionales constituye un
defecto absoluto, porque afecta al derecho a la defensa, al debido proceso, a la
seguridad jurídica y a la tutela judicial efectiva; de ahí, que es necesario que cada
resolución brinde a las partes procesales y a terceras personas interesadas, los
razonamientos jurídicos esenciales del por qué se ha dispuesto de una u otra manera la
resolución del conflicto penal; además, con la fundamentación jurídica, el Juez o Tribunal
legitima sus actos, esa motivación no puede ser sustituida por una repetición de frases
hechas sobre el alcance del recurso o los requisitos de su fundamentación, sino que, en
verdad debe descansar en la expresión del razonamiento requerido por la norma
procedimental de forma imperativa.
La jurisprudencia penal tiene sentada una línea con respecto a la falta de fundamentación en
las resoluciones; al respecto, el Auto Supremo Nº 141 de 22 de abril de 2006, establece ‘…el
Tribunal de Apelación al circunscribir su competencia a los puntos impugnados o a los
defectos absolutos, los mismos deben encontrarse con el fundamento respectivo, obligación
que debe cumplir ineludiblemente, la falta de fundamento en uno de ellos en la resolución
emitida por el Tribunal de Alzada vulnera los principios de tutela judicial efectiva, derecho a
la defensa y debido proceso’” (El resaltado es propio).
Ahora bien, el referido precedente, igualmente estableció la obligación de fundamentar la
resolución judicial de alzada, cuando el Tribunal de apelación ejerce su labor de control de la
valoración de la prueba del inferior, razonando que: “La exigencia de cumplir con los
requisitos esenciales de una debida fundamentación parte de los Tribunales de Alzada ha
sido puntualizada en el Auto Supremo 394/2014-RRC de 18 de agosto, que a tiempo de
dejar sin efecto el Auto de Vista impugnado determinó que ‘la labor de control de
logicidad ante la denuncia de errónea valoración de la prueba; debe ser cumplida
a través de una resolución debidamente fundamentada que exponga de manera
clara y precisa, las razones para sostener que existió una correcta valoración
acorde a la sana crítica; vale decir, que la fundamentación exigida no podrá se
suplida por una exposición retórica y general, sino que también deberá estar
regida bajo el cumplimiento de los requisitos mínimos que hacen a una resolución
motivada, cual es: ser expresa, clara, legítima, completa y lógica ”. (El resaltado nos
pertenece).
En ese contexto, es posible establecer la similitud de supuestos fácticos del motivo traído en
casación y del precedente invocado, ambos referidos a la falta de fundamentación del Auto
de Vista recurrido, haciendo especial énfasis en la obligación del Tribunal de apelación de
fundamentar su resolución incluso cuando efectúa su labor de control de logicidad ante la
denuncia del errónea valoración de la prueba, correspondiendo en consecuencia, efectuar la
labor de contraste.
[317]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El art. 251 del CPP, establece que: “La resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y
dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas...”
La SCP 0248/2012 de 29 de mayo, señaló que: “Toda autoridad que conozca una solicitud
en la que se encuentra involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla
con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, evitando
de ésta manera dilaciones innecesarias que en definitiva lesionan el derecho
fundamental de la libertad.
El art. 178.I de la CPE, indica: 'La potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad
jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad,
equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto a los
derechos'.
El art. 115 de la CPE, expresamente determina lo siguiente:
'I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos.
II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”’ (las negrillas y subrayados
pertenecen al texto original).
Al respecto, la SCP 0071/2012 de 12 de abril, mencionó que: “…la administración de justicia
debe ser rápida y eficaz tanto en la tramitación como en la resolución de las causas, ya que
las personas que intervienen en el proceso esperan una definición oportuna de su situación
jurídica, máxime si está comprometido un derecho fundamental de primer orden como es el
de la libertad.
La jurisprudencia constitucional al referirse al principio de celeridad y con relación a los
administradores de justicia, estableció que este principio: '…impone a quien administra
justicia el deber jurídico de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin
dilaciones indebidas; exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos
vinculados a la libertad personal, toda vez que tales peticiones deben ser atendidas de
forma inmediata si no existe una norma que establezca un plazo, y si existiera, el plazo
deberá ser cumplido estrictamente…”’ (las negrillas son nuestras).
Finalmente, la SCP 1884/2012 de 12 de octubre, dispuso sobre la remisión de la apelación
interpuesta contra resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen medidas cautelares,
señalando que: “En cuanto a las acciones de libertad de pronto despacho y con relación a
las apelaciones incidentales de medidas cautelares, el Tribunal Constitucional se ha
pronunciado en reiteradas oportunidades, así por ejemplo la SC 1279/2011-R de 26 de
septiembre, precisó lo siguiente: 'Cuando el recurso de apelación incidental, hubiere sido
planteado oralmente en audiencia o por escrito, con o sin contestación de las partes que
intervienen en el proceso, deberá ser concedido en el acto si fuere en audiencia y remitido
inexcusablemente en el plazo improrrogable de veinticuatro horas y el tribunal de
[318]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
apelación resolver en el término de setenta y dos horas; lo contrario significaría dilación
indebida que vulnera el derecho a la libertad, en el entendido que la variación de la situación
jurídica del imputado depende de la ponderación que efectué el tribunal de apelación de los
fundamentos de la medida cautelar, para disponer su revocatoria o confirmación'.
(…)
En ese contexto, se advierte que el recurso de apelación de medidas cautelares es de
naturaleza sumaria, una vez interpuesto, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas
ante el Tribunal Departamental de Justicia en el término de veinticuatro horas -previa
notificación a las partes con el decreto de remisión de actuados- a efectos de que el tribunal
ad quem, sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia dentro del plazo de los tres
días siguientes de recibidas las actuaciones...”
DEL PRINCIPIO DE CELERIDAD EN LA REMISIÓN DE LA IMPUGNACIÓN
INTERPUESTA CONTRA RESOLUCIONES QUE DISPONGAN, MODIFIQUEN O
RECHACEN MEDIDAS CAUTELARES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1089/2017-S1
Sucre, 3 de octubre de 2017
El art. 251 del CPP, establece: “La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de Justicia, en
el término de veinticuatro horas...”
La SCP 0248/2012 de 29 de mayo, señaló: “Toda autoridad que conozca una solicitud en la que se
encuentra involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor
celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, evitando de ésta manera
dilaciones innecesarias que en definitiva lesionan el derecho fundamental de la libertad.
El art. 178.I de la CPE, indica: 'La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se
sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad,
celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad,
participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos'.
El art. 115 de la CPE, expresamente determina lo siguiente:
'I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de
sus derechos e intereses legítimos.
II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta,
oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”’ (las negrillas nos pertenecen).
Al respecto, la SCP 0071/2012 de 12 de abril, mencionó que: “…la administración de justicia debe ser
rápida y eficaz tanto en la tramitación como en la resolución de las causas, ya que las personas que
intervienen en el proceso esperan una definición oportuna de su situación jurídica, máxime si está
comprometido un derecho fundamental de primer orden como es el de la libertad.
La jurisprudencia constitucional al referirse al principio de celeridad y con relación a los
administradores de justicia, estableció que este principio: '…impone a quien administra justicia el
deber jurídico de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones indebidas;
exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad personal, toda vez
que tales peticiones deben ser atendidas de forma inmediata si no existe una norma que establezca
un plazo, y si existiera, el plazo deberá ser cumplido estrictamente…”’ (las negrillas son nuestras).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 1884/2012 de 12 de octubre, dispuso sobre la remisión del recurso de apelación interpuesto
contra resoluciones que disponga, modifiquen o rechacen medidas cautelares, que: “En cuanto a las
acciones de libertad de pronto despacho y con relación a las apelaciones incidentales de medidas
cautelares, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado en reiteradas oportunidades, así por ejemplo
la SC 1279/2011-R de 26 de septiembre, precisó lo siguiente: 'Cuando el recurso de apelación
incidental, hubiere sido planteado oralmente en audiencia o por escrito, con o sin contestación de las
partes que intervienen en el proceso, deberá ser concedido en el acto si fuere en audiencia y remitido
inexcusablemente en el plazo improrrogable de veinticuatro horas y el tribunal de apelación resolver
en el término de setenta y dos horas; lo contrario significaría dilación indebida que vulnera el
derecho a la libertad, en el entendido que la variación de la situación jurídica del imputado depende
de la ponderación que efectué el tribunal de apelación de los fundamentos de la medida cautelar, para
disponer su revocatoria o confirmación'.
(…)
En ese contexto, se advierte que el recurso de apelación de medidas cautelares es de naturaleza
sumaria, una vez interpuesto, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia en el término de veinticuatro horas (…) a efectos de que el tribunal ad quem,
sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia dentro del plazo de los tres días siguientes de
recibidas las actuaciones…”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
impugnación intra procesales, prescindiendo de la vinculación directa con la restricción o
supresión del derecho a la libertad, antes exigida.
Ahora bien, la SCP 1609/2014 de 19 de agosto, recondujo la línea jurisprudencial
cambiada por la SCP 0217/2014, a la antes asumida, detallada en las primeras líneas del
párrafo que precede, entendiendo que, conforme a la interpretación literal y teleológica del
art. 125 de la Norma Suprema, es necesario que, tratándose de denuncias relativas al debido
proceso, éstas sean la causa principal para la afectación del derecho a la libertad; por
cuanto, de no producirse aquello, la vía pertinente para efectuar dichas demandas, es la
acción de amparo constitucional, agotados lógicamente, los medios intra procesales de
defensa.
Lo expuesto, fue sintetizado por la nombrada SCP 1609/2014, señalando: “…la
referida SCP 0217/2014, estableció que ‘el debido proceso penal, es una garantía procesal
establecida por la Constitución Política del Estado, que tiene como objetivo proteger los
derechos constitucionales que de él emergen y en ese proceso controlar la capacidad
punitiva del Estado que, en su momento puede afectar la libertad personal y la presunción de
inocencia de aquellos que se encuentran involucrados en una contienda judicial penal.
En este contexto y estando establecido que toda persona sometida a un proceso penal, se
halla constitucionalmente imbuido del derecho a la defensa, a la asistencia de un abogado
para su asesoramiento en las diferentes etapas del proceso, a un debido proceso sin
dilaciones injustificadas, a la posibilidad de presentar pruebas y controvertir las que se
alleguen en su contra, a impugnar la sentencia condenatoria y a no ser juzgado dos veces
por el mismo hecho, en resumen del derecho a un debido proceso, se determina que,
únicamente cuando se trata de materia penal, la acción de libertad es el medio idóneo,
eficaz y eficiente para restablecer el debido proceso, en todos sus elementos.
En consecuencia, se hace necesario establecer a partir de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional que las lesiones al debido proceso en materia penal en aquellos
casos en los que se colocó al accionante en absoluto estado de indefensión o cuando éste
agotó los medios de impugnación intra procesales, son susceptibles de la tutela
constitucional que brinda la acción de libertad’.
Conforme a dicho razonamiento, la exigencia de vinculación entre el derecho a la libertad y
el debido proceso, como presupuesto exigible para su tutela a través de la acción de libertad,
desaparecía; sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional considera que,
partiendo de la propia naturaleza jurídica de la acción de libertad, desarrollada en el
Fundamento Jurídico anterior y cuyo principal objetivo es precisamente tutelar de
manera específica el derecho a la libertad, no puede modificarse su esencia y ampliar
su espectro de acción a aquellos asuntos netamente procedimentales que, aún
cuando devengan del área penal, no se hallen en vinculación con el derecho a la
libertad; en consecuencia, mediante la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, se hace necesario reconducir el anterior entendimiento y restablecer la
jurisprudencia constitucional previa, respecto a la exigencia de vinculación entre el
derecho a la libertad y el debido proceso.
Este entendimiento, emerge precisamente de la interpretación literal y teleológica del art. 125
CPE, que establece la procedencia de la acción de libertad, cuando se produzca una
restricción o amenaza de restricción ilegal o indebida a los derechos fundamentales a la vida
y a la libertad física a raíz de una persecución ilegal o un indebido procesamiento; en
consecuencia, tratándose de la procedencia de la acción de libertad en relación al
[321]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
debido proceso, debe entenderse que la inobservancia a éste -debido proceso-, ha
sido la causal principal para la afectación del bien jurídico libertad; pues, de lo
contrario, si los actos emergentes del procesamiento no ponen en riesgo la libertad y
no ocasionan su restricción, no podrán ser evaluados y considerados a través de la
acción de libertad, correspondiendo su tratamiento, una vez agotados todos los
medios intra procesales, a la acción de amparo constitucional, como medio de
defensa idóneo en el jurisdicción constitucional para reparar y subsanar los defectos
procesales en que pudieran haber incurrido tanto servidores públicos como personas
particulares.
En este contexto, corresponde reconducir al entendimiento asumido anteriormente por
las SSCC 0219/2004-R de 19 de octubre y 1865/2004-R de 1 de diciembre”.
Línea jurisprudencial aplicable en el presente; por lo que, al haberse reconducidos
los razonamientos asumidos en la SCP 0217/2014, a través de la SCP 1609/2014; es
exigible que, en caso de aducirse vulneraciones al debido proceso, las mismas tengan
vinculación directa con la restricción del derecho a la libertad para ser analizadas vía acción
de libertad; caso contrario, al no ocurrir ello, la situación denunciada, deberá ser considerada
y resuelta mediante la acción de amparo constitucional, previo al agotamiento de los medios
intra procesales de defensa instituidos por el ordenamiento jurídico; garantía constitucional
que, en consecuencia, se constituye en la idónea para reparar y subsanar los defectos
procesales relativos al debido proceso, en el que pudieran haber incurrido tanto los
servidores públicos como particulares, en el supuesto, se reitera, de no tener incidencia
alguna, en el derecho a la libertad, por no causar su restricción o supresión.
[322]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vinculación inmediata ni directa con el derecho a la libertad, deben ser reclamadas a través de los
medios ordinarios de defensa ante los mismos órganos jurisdiccionales que conocen la causa, lo que
implica que quien ha sido objeto de esa lesión, debe pedir la reparación a los jueces y tribunales
ordinarios, asumiendo activamente su rol dentro del proceso, a través de los medios y recursos que
prevé la ley, y sólo agotados éstos, se podrá acudir ante la jurisdicción constitucional a través del
recurso de amparo constitucional, que es el recurso idóneo para precautelar las lesiones a la garantía
del debido proceso; a no ser que se constate que a consecuencia de las violaciones al debido proceso
invocadas, se colocó al recurrente en absoluto estado de indefensión, lo que no le permitió impugnar
los supuestos actos ilegales y que recién tuvo conocimiento del proceso al momento de la persecución
o la privación de la libertad, lo contrario significaría una desnaturalización a la actuación de los
jueces y tribunales ordinarios, que son los que tienen competencia, primeramente, para ejercer el
control del proceso, y sólo si la infracción no es reparada se abre la tutela constitucional. Así ya se ha
establecido en la SC 0102/2010-R de 10 de mayo, reiterando el entendimiento
jurisprudencial asumido por este Tribunal Constitucional al respecto»’”.
DEL RECURSO DE APELACIÓN INCIDENTAL EN MEDIDAS CAUTELARES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1276/2015, Sucre 13 de noviembre de
2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
De acuerdo a la configuración procesal asignada por la Código Adjetivo Penal al
recurso de apelación incidental, para el caso de medidas cautelares se constituye en el
medio idóneo e inmediato para el restablecimiento del derecho a la libertad que a
consecuencia de la imposición, modificación o rechazo de una medida cautelar personal se
ha limitado. Asignándole un trámite breve y rápido -veinticuatro horas- a efectos que el
Tribunal superior de manera inmediata -tres días-, resuelva sin más trámite las presuntas
irregularidades en que hubiere incurrido el inferior a tiempo de imponer, modificar o rechazar
una medida cautelar personal.
“Artículo 251. (APELACIÓN). La resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y
dos (72) horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de Apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
Premura en el trámite que se explica por la naturaleza del derecho que se busca
restablecer; el cual, debe realizarse sin dilaciones injustificadas que tiendan a demorar la
pronta definición de la situación jurídica del imputado (s), debiendo tramitarse en el plazo
establecido por la citada disposición legal. Medio de impugnación, que puede interponerse de
forma oral en audiencia o por escrito, con o sin contestación, debiendo ser concedido en el
acto y remitido juntamente con los antecedentes pertinentes ante el superior jerárquico para
su resolución sin demora alguna, considerando que de ello depende la modificación o no de
la situación jurídica del accionante.
[323]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
DEL RECURSO DE APELACIÓN INCIDENTAL CONTRA LAS RESOLUCIONES QUE
RESUELVEN CUESTIONES INCIDENTALES EN MATERIA PENAL EN ETAPA
PREPARATORIA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1009/2015-S2 , Sucre, 14 de octubre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
En el presente apartado, al emerger la problemática planteada de la interposición de
un incidente de devolución de avioneta formulado por el hoy accionante, que mereció el Auto
de 9 de noviembre de 2009, ordenando proceder en dicho sentido; la que apelada, mereció
el Auto 142 de 10 de septiembre de 2013, anulando la decisión aludida, ingresando al fondo
no obstante de haberse presentado apelación restringida; compele referir, qué recurso es el
idóneo para plantear contra las cuestiones incidentales resueltas en materia penal en etapa
preparatoria.
Al respecto, inicialmente atañe señalar que: “Según la doctrina procesal, el incidente
es un medio defensivo, distinto o diferente al litigio principal, pero relacionado
directamente con él, se sustancia y decide por separado; puede ser planteado durante
la tramitación del proceso penal, es decir, durante la etapa preparatoria, juicio,
recursos o de manera sobreviniente en la fase de ejecución de la sentencia.
Dependiendo de su regulación, en la generalidad de los casos no suspende la tramitación
del proceso principal a menos que hubiere disposición expresa o cuando excepcionalmente
así lo resolviera el órgano jurisdiccional cuando fuera indispensable por la naturaleza de la
cuestión incoada; es ventilado y decidido por resolución distinta a la de fondo.
El último párrafo del art. 44 del CPP dispone que el juez o tribunal que sea competente para
conocer de un proceso penal, lo será también para decidir todas las cuestiones e incidentes
que se susciten en el curso de su tramitación, así como para dictar las resoluciones
respectivas y ejecutarlas.
(…)
A diferencia de las excepciones, los incidentes son indeterminados, dado que no existe una
norma legal específica que los enumere de manera taxativa, de donde se concluye que
pueden existir tantos como la parte procesal considere conducente deducirlos en la práctica
procesal” (SC 0007/2011-R de 7 de febrero).
Sólo a efectos pedagógicos, se debe precisar que la jurisprudencia constitucional ha
establecido que las resoluciones que resuelven un incidente, son apelables vía
incidental, en ese sentido, la SC 0636/2010-R de 19 de julio, señaló lo siguiente: ‘El derecho
a recurrir se halla establecido en el art. 394 del CPP, adicionando las dos limitaciones que lo
caracterizan, una objetiva y otra subjetiva. Por la primera, no todas las resoluciones son
recurribles, sino aquellas 'en los casos expresamente establecidos…'. Por la segunda el 'El
derecho a recurrir corresponderá a quien le sea expresamente permitido por ley, incluida la
víctima aunque no se hubiera constituido en querellante' (…).
De otro lado el Capítulo IV del Título I del Libro Primero de la Segunda Parte del Código de
Procedimiento Penal, tiene como nomen juris 'Excepciones e incidentes', cuyo procedimiento
se rige por el art. 314 y ss. del CPP, precisando: 'Las excepciones y las peticiones o
planteamientos de las partes…', por ello dentro un sentido amplio de interpretación de
[324]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
las normas analizadas, encontramos en el art. 403 inc. 2) del mismo cuerpo legal, el
derecho a impugnar resoluciones que resuelvan incidentes al incluirse su trámite
dentro de las excepciones e incidentes, dado que sujetarnos a la enunciación que
hace dicho precepto, correspondería a una interpretación restrictiva en desmedro de
una norma internacional y de la propia Constitución. Este razonamiento implica un
cambio de la línea asumida al respecto por las SSCC 0731/2005-R, 0265/2006-R,
0537/2006-R y 0721/2007-R, entre otras).
Sin embargo, como todos los derechos, el de recurrir está sujeto a las normas
generales que lo rigen, entre ellos la oportunidad o el plazo, el contenido o expresión
de agravios y la forma en que deban formularse. En cuanto a la apelación incidental se
la debe presentar y tramitar en sujeción a las previsiones de los arts. 404 a 406 del
CPP, deduciéndose la imposibilidad de plantearla directamente dentro del juicio oral, cuyo
objeto la averiguación de los hechos, no permite su sustanciación durante la celebración del
mismo, correspondiendo en su caso hacer reserva de apelación restringida…” (las negrillas
nos corresponden) (SCP 0507/2012 de 9 de julio).
Conforme a lo ampliamente expuesto por el fallo constitucional plurinacional glosado, resulta
claro que, contra las resoluciones que resuelven incidentes en materia penal en etapa
preparatoria del proceso, procede el recurso de apelación incidental dentro de los alcances
del art. 403 de la norma adjetiva penal, tal como se describe en el intitular del presente
Fundamento Jurídico, asegurando así el derecho de todo litigante a impugnar determinado
fallo judicial que le es contrario, por cuanto, no obstante que una resolución incidental no
define el fondo de la causa, por sus efectos accesorios vinculados al proceso, es susceptible
de cuestionamiento ante una instancia superior, en virtud al art. 180.II de la Norma Suprema.
[325]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sobre el tema en análisis, el Tribunal Constitucional con relación al art. 125 del
CPP, en la Sentencia Constitucional Plurinacional 0341/2013-L de 20 de mayo,
estableció el siguiente entendimiento: “Este Tribunal ha entendido que en el caso
concreto que nos ocupa con referencia al art. 125 del CPP, correspondiente a la
explicación, complementación y enmienda, es una facultad de los jueces y de los
tribunales que de oficio y después de sus actuaciones y resoluciones pueda aclarar
las expresiones oscuras, suplir alguna omisión o corregir cualquier error material o de
hecho siempre que ello no importe una modificación esencial de la misma, o a solicitud
de parte con referencia a sentencias y autos interlocutorios dentro del primer día hábil
posterior a su notificación.
La explicación, complementación y enmienda a solicitud de parte se emplea cuando
en la sentencia o auto interlocutorio hubo omisión o exceso accidental, pero no en el
fondo; las sentencias y autos interlocutorios no pueden revocarse en su parte
dispositiva a título de enmienda, menos aún a título de explicación o
complementación, no puede revocarse la parte sustancial de dichas resoluciones.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional, mediante la SC 0447/2011-R de 18 de
abril, que a su vez cita a la SC 1215/2006-R de 1 de diciembre, indica que: “'De la
disposición legal [art. 125 CPP] (…), se tiene que dictada la sentencia, auto
interlocutorio, auto de vista o auto supremo, según sea el caso, y notificada la
resolución judicial a las partes, el juez o tribunal de oficio podrá subsanar los
siguientes aspectos, o bien las partes podrán impetrar su complementación o
enmienda en los supuestos de que existan: 1) errores materiales o de hecho; 2)
expresiones oscuras, u 3) omisiones concebidas como un defecto en la resolución de
algo que debía existir en ella. Esto implica que la explicación o enmienda de una
determinación judicial no procede sino cuando contiene alguna expresión oscura,
omisión o error material o de hecho; sin embargo, la facultad reconocida al juzgador
no es ilimitada conforme se establece incuestionablemente de la propia redacción de
la norma citada, pues el juez a título de explicación o de enmienda no puede modificar
la parte sustancial de la resolución pronunciada cuya explicación o Enmienda se
solicitó, al no ser un medio por el cual el tribunal de justicia pueda cambiar su propia
decisión en el fondo; lo que implica que un pronunciamiento que contradiga y
modifique esencialmente una sentencia o un fallo, constituye inobservancia y violación
de los derechos y garantías previstos en la Constitución Política del Estado y el
Código de Procedimiento Penal, como refiere el art. 169 inc. 3) Del CPP, pues la
corrección de la actividad procesal defectuosa en los procesos penales sólo podrá
hacerla valer por la vía incidental ante el juez cautelar en la etapa preparatoria o ante
el juez o tribunal de sentencia en el juicio oral, y, en su caso, a través del recurso de
apelación restringida' ”.
De lo anotado, se concluye que la explicación, complementación y enmienda, es una
facultad de los Jueces y de los Tribunales que de oficio o a solicitud de parte, se
pueda aclarar las expresiones oscuras, suplir alguna omisión o corregir cualquier
error material o de hecho siempre que ello no importe una modificación esencial de
la Resolución principal.
[326]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Respecto al trámite de las excepciones, el Código de Procedimiento Penal prevé en sus arts. 314 y 315
el procedimiento aplicable a efectos de resolver dicho mecanismo de defensa procesal, teniéndose en el
contenido de estos, que:
“Artículo 314º.- (Trámites).-
I. Las excepciones se tramitarán por la vía incidental por una sola vez, ofreciendo prueba idónea y
pertinente, las cuales podrán plantearse por escrito ante la o el Juez de Instrucción en lo Penal dentro
del plazo de diez (10) días computables a partir de la notificación judicial con el inicio de la
investigación preliminar, sin interrumpir actuaciones investigativas.
II. La o el Juez de Instrucción en lo Penal en el plazo de veinticuatro (24) horas, correrá en traslado a
la víctima y a las otras partes, quienes podrán responder de forma escrita en el plazo de tres (3) días;
con respuesta de la víctima o de las otras partes, la o el Juez señalará audiencia para su resolución en
el plazo fatal de tres (3) días, previa notificación; la inasistencia de las partes no será causal de
suspensión de audiencia salvo impedimento físico debidamente acreditado con prueba idónea. Sin
respuesta de la víctima o de las otras partes y vencido el plazo, la o el Juez o Tribunal resolverá de
forma fundamentada en el plazo fatal de dos (2) días, sin necesidad de convocar a audiencia, así como
las excepciones de puro derecho.
(…)
Artículo 315º.- (Resolución).-
I. La o el Juez o Tribunal, dictará resolución fundamentada conforme a los plazos previstos en el
Artículo precedente, declarando fundada o infundada las excepciones y/o incidentes, según
corresponda.
II. Cuando las excepciones y/o incidentes sean manifiestamente improcedentes, por carecer de
fundamento y prueba, la o el Juez o Tribunal, deberá rechazarlas in limine sin recurso ulterior,
en el plazo de veinticuatro (24) horas, sin necesidad de audiencia y sin mayor trámite.
(…)” (las negrillas son nuestras).
Del contenido de la norma antes transcrita, para la resolución del fondo de la excepción o incidente
planteado, se tiene que una vez cumplidas las exigencias para su presentación establecidas en el art.
314.I del CPP, la autoridad jurisdiccional en el plazo de veinticuatro horas, debe correr en traslado la
excepción interpuesta a fin de dar la oportunidad a las partes de responder los fundamentos que
motivan la pretensión del incidentista, en ese entendido, la norma prevé como primera posibilidad, la
presentación de respuesta de las otras partes al traslado del incidente -de forma escrita y en plazo de
tres días-, en cuyo caso se deberá proseguir con el trámite debiendo señalarse audiencia pública a cuya
finalización se resolverán las cuestiones planteadas con la intervención de las partes; teniéndose como
segunda posibilidad el caso de la inexistencia de respuesta, en cuyo supuesto la norma adjetiva penal
prevé la resolución de las cuestiones planteadas sin la instalación del verificativo y en plazo de dos
días. En ese entendido, el art. 315.I del citado Código señala como formas de resolución la declaratoria
de fundado o infundado el mecanismo de defensa interpuesto.
Además de lo anteriormente explicado como procedimiento que permite la obtención de una respuesta
efectiva del fondo de un incidente, la norma procesal penal da la posibilidad de resolver las cuestiones
planteadas sin considerar el fondo de lo propuesto a través del rechazo in limine sin recurso ulterior
establecido en el art. 315.II del CPP, posibilidad que puede ser aplicada únicamente en caso de que los
incidentes y excepciones presentados sean manifiestamente improcedentes por carecer de fundamento
y prueba, por lo que dicha valoración realizada por la autoridad jurisdiccional debe ser resuelta en el
[327]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
plazo de veinticuatro horas de interpuesto el incidente e implica un procedimiento distinto al previsto
por el art. 314.II del CPP en atención a que no se resolverá el fondo de la pretensión del incidentista por
lo que el rechazo in limine debe necesariamente ser resuelto de forma inmediata a la presentación del
incidente planteado.
[328]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En la misma línea, es preciso referirnos a lo asumido por Benjamín Miguel Harb 2,
que señala que este delito “…se consuma en el momento en que se llena el
documento de modo distinto a la voluntad de quien lo entregó. El delito es de
resultado, pues basta que el Código estipule que sea en perjuicio de quien firmó o de
un tercero…”, aclarando al respecto Fernando Villamor Lucía, establece que: “…se
consuma en el momento en que el infractor extiende un documento en perjuicio del
que firmó en blanco”.
Conforme a lo desglosado, en el delito de Abuso de Firma en Blanco, el agente es la
persona a quien ha sido confiada la firma en blanco; el sujeto pasivo es el que sufre
el perjuicio, que puede ser el que ha cedido la firma con un objeto determinado o un
tercero. Al ser un delito material o de resultado, exige una acción de parte del sujeto
activo y no así una simple omisión, por cuanto el daño que exige el tipo penal debe
resultar de confeccionar o insertar datos en el documento distintos a los queridos
por el signatario, del cual resulte un perjuicio, que puede depender del mismo
contenido del documento o del uso que se haga de él.
[329]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
término de la prescripción establecido en el Adjetivo Penal en relación al art. 132 del CPP, en
sus dos partes. Ahora bien, si se asume la segunda tesis que hace alusión al carácter
permanente del delito de Asociación Delictuosa, el cómputo de la prescripción se iniciaría
desde la fecha de desintegración de la Asociación Delictuosa, que como refiere la misma
Sentencia, sería el 25 de mayo de 2008, que contrastada con los términos que establece el
Adjetivo Penal, se llega a la conclusión que al presente habrían transcurrido también nueve
(9) años, con lo que también se hubiera cumplido el plazo establecido por el Código de
Procedimiento Penal, en mención de sus dos partes; por lo que al presente, dicho delito, en
relación a Jhon Clive Cava Chávez, habría prescrito.
DELITO DE COACCIÓN
AUTO SUPREMO Nº 244/2017
Sucre, 27 de marzo de 2017
Ingresando al delito de Coacción, establecido en el art. 294 del CP, el mismo se divide en
dos partes, una primera que constituye el tipo básico y una segunda parte que constituye el
tipo agravado, en ambos casos, el delito es instantáneo, es decir, se consuma en el momento
en que se cumplen los verbos rectores “obligare” y “usando arma”, respectivamente, en tal
antecedente, de una revisión de la denuncia, acusaciones y Sentencia, se establece que el
término de inicio para el cómputo de la prescripción es el 24 de mayo de 2008; en
consecuencia, al presente transcurrieron ocho (8) años; con lo que se habrían cumplido los
términos establecidos por el Adjetivo Penal en relación a dicho ilícito, tanto en el tipo básico
como en el agravado, por ello, la fecha de ese delito también habría prescrito.
[330]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
transcurrieron ocho (8) años, sobrepasando el término de cinco años establecido por el
Adjetivo Penal; por lo que a la fecha también habría prescrito con relación a su persona.
DELITO DE VEJACIONES Y TORTURAS
AUTO SUPREMO Nº 244/2017
Sucre, 27 de marzo de 2017
i. En lo que toca al delito de Vejaciones y Torturas, previsto por el art. 295 del CP, en
cuyo texto constan tres partes, la primera que hace alusión exclusiva a la acción de “vejar”, la
segunda que se refiere a la acción de torturar; y la tercera que se refiere a la agravante en
caso de lesiones o en caso de muerte. En cualquiera de los casos se trata de un delito
instantáneo que se consuma con el resultado. Bajo tales antecedentes, de una revisión de la
denuncia, acusaciones y Sentencia, se establece que el término se inició para el cómputo de
la prescripción, el 24 de mayo de 2008; en consecuencia, al presente habrían transcurrido
ocho (8) años; con lo cual, se habrían cumplido los términos establecidos por el Adjetivo
Penal, en relación a dicho ilícito en sus tres partes, y por ende, también habría prescrito.
[331]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De lo señalado, es posible concluir que tanto la Constitución Política del Estado como el
Código Penal, prohíben toda forma de tortura, desaparición, confinamiento, coacción,
exacción o cualquier forma de violencia física o moral; por lo que, el Código Penal se
encuentra destinado a tipificar conductas que de algún modo atentan contra la libertad y
dignidad humanas. El sujeto activo según el texto glosado, sólo puede ser un funcionario
público y el pasivo puede ser cualquier persona.
Vejar significa maltratar, molestar, perseguir, perjudicar, hacer padecer. El solo hecho de
sufrir la privación de libertad ya es padecimiento. La vejación y la tortura generalmente
persiguen un fin, como es que sea privado de libertad, diga o haga algo. Aunque la vejación y
la tortura en sí mismas y sin más fin que hacer sufrir a las víctimas también son usuales.
Tortura significa tormento, suplicio, padecimiento, que al igual que la vejación puede ser con
o sin finalidad.
Tanto las vejaciones como las torturas pueden ser materiales como morales, estas últimas si
bien aparentemente no provocan ninguna lesión corporal, muchas veces son más crueles que
éstas. Como se expresó, es autor de estos delitos, el funcionario que las comete
directamente, que las ordena y permite que las hagan. Por tanto, pueden ser cometidos por
comisión o por omisión, como es el no impedir vejar, torturar o simplemente desentenderse
de que se cometan o no. Quien recibe la orden para vejar y/o torturar también comete delito
si la ejecuta.
En el analizado art. 295 del CP, existen tres agravantes; una primera, relativa a que cuando
en lugar de vejar se causan tormentos o torturas; una segunda, si se causan lesiones en la
víctima, y un tercer grado de agravación, si se provoca la muerte.
Complementariamente a lo prescrito por la legislación nacional, las normas internacionales
también se ocuparon de legislar el tema en concreto. Así la Convención contra la Tortura, de
las Naciones Unidas de Nueva York, 1984, en su art. 1 señala lo siguiente: “A los efectos de
la presente Convención, se entenderá por el término ‘tortura’, todo acto por el cual se inflija
intencionalmente a una persona dolores ó sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales,
con el fin de obtener de ella ó de un tercero información ó una confesión, de castigarla por
un acto que haya cometido, ó se sospeche que ha cometido, ó de intimidar ó coaccionar a
esa persona ó a otras, ó por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación,
cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona
en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, ó con su consentimiento ó
aquiescencia…”
Por su parte, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en su art. 7.2 inc. e)
dispone que por Tortura “…se entenderá causar intencionalmente dolor o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, a una persona que el acusado tenga bajo su custodia o
control; sin embargo, no se entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que se deriven
únicamente de sanciones licitas o que sean consecuencia normal o fortuita de ellas”.
[332]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
resulta necesario analizar el tipo penal de Vejaciones y Torturas, prescrito por la legislación
del país así como por las normas internacionales.
En ese orden, se tiene que el art. 15 de la CPE, dispone que: “Toda persona tiene derecho a
la vida y a la integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos
crueles, inhumanos, degradantes o humillantes. No existe la pena de muerte”.
Así a continuación, el mismo artículo, en su parágrafo I establece que: “El Estado adoptará
las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género y
generacional, así como toda acción u omisión que tenga por objeto degradar la condición
humana, causar muerte, dolor y sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto en el ámbito
público como privado”.
Más adelante el art. 114 de la CPE, en sus dos parágrafos, agrega lo siguiente:
“I. Queda prohibida toda forma de tortura, desaparición, confinamiento, coacción,
exacción o cualquier forma de violencia física o moral. Las servidoras públicas y los servidores
públicos o las autoridades públicas que las apliquen, instiguen o consientan, serán destituidas
y destituidos, sin perjuicio de las sanciones determinadas por la ley.
Las declaraciones, acciones u omisiones obtenidas o realizadas mediante el empleo de
tortura, coacción, exacción o cualquier forma de violencia, son nulas de pleno derecho”.
En el mismo orden normativo, concordante con las normas precitadas, el art. 295 del CP,
dispone que: “Será sancionado con privación de libertad de seis meses a dos años, el
funcionario que vejare, ordenare o permitiere vejar a un detenido.
La pena será de privación de libertad de dos a cuatro años, si le infligiere cualquier especie
de tormento o torturas.
Si éstas causaren lesiones, la pena será de privación de libertad de dos años a seis años; y si
causaren la muerte, se aplicará la pena de presidio de diez años”.
De lo señalado, es posible concluir que tanto la Constitución Política del Estado como el
Código Penal, prohíben toda forma de tortura, desaparición, confinamiento, coacción,
exacción o cualquier forma de violencia física o moral, por lo que el Código Penal se
encuentra destinado a tipificar conductas que de algún modo atentan contra la libertad y
dignidad humanas. El sujeto activo según el texto glosado, sólo puede ser un funcionario
público y el pasivo puede ser cualquier persona.
Vejar significa maltratar, molestar, perseguir, perjudicar, hacer padecer. El solo hecho de
sufrir la privación de libertad, ya es padecimiento. La vejación y la tortura generalmente
persiguen un fin, como es que sea privado de libertad, diga o haga algo. Aunque la vejación y
la tortura en sí mismas y sin más fin que hacer sufrir a las víctimas también son usuales.
Tortura significa tormento, suplicio, padecimiento, que al igual que la vejación puede ser con
o sin finalidad.
Tanto las vejaciones como las torturas pueden ser materiales como morales, estas últimas si
bien aparentemente no provocan ninguna lesión corporal, muchas veces son más crueles que
éstas. Como se expresó, es autor de estos delitos, el funcionario que las comete
directamente, que las ordena y permite que las hagan. Por tanto, pueden ser cometidos por
comisión o por omisión, como es el no impedir vejar, torturar o simplemente desentenderse
de que se cometan o no. Quien recibe la orden para vejar y/o torturar también comete delito
si la ejecuta.
En el analizado art. 295 del CP, existen tres agravantes; una primera, relativa a que cuando
en lugar de vejar se causan tormentos o torturas; una segunda, si se causan lesiones en la
víctima y un tercer grado de agravación, si se provoca la muerte.
[333]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Complementariamente a lo prescrito por la legislación nacional, las normas internacionales
también se ocuparon de legislar el tema en concreto. Así la Convención contra la Tortura, de
las Naciones Unidas de Nueva York, 1984, en su art. 1 señala lo siguiente: “A los efectos de
la presente Convención, se entenderá por el término ‘tortura’, todo acto por el cual se inflija
intencionalmente a una persona dolores ó sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales,
con el fin de obtener de ella ó de un tercero información ó una confesión, de castigarla por
un acto que haya cometido, ó se sospeche que ha cometido, ó de intimidar ó coaccionar a
esa persona ó a otras, ó por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación,
cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona
en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, ó con su consentimiento ó
aquiescencia…”
Por su parte, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en su art. 7.2 inc. e)
dispone que por Tortura: “…se entenderá causar intencionalmente dolor o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, a una persona que el acusado tenga bajo su custodia o
control; sin embargo, no se entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que se deriven
únicamente de sanciones licitas o que sean consecuencia normal o fortuita de ellas”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del sistema constitucional, sus dogmas y principios o los derechos fundamentales de la
persona (SCP 0410/2013 de 23 de marzo).
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.3. La SC 1332/2010-R de 20 de septiembre, expresó que:”…El Tribunal Constitucional,
con relación a los delitos instantáneos y permanentes en la SC 1190/2001-R de 12 de
noviembre, señaló que: '...corresponde precisar que los delitos por la duración de la ofensa al
bien jurídico atacado, se clasifican en tipos instantáneos y tipos permanentes. En los delitos
instantáneos, la ofensa al bien jurídico cesa inmediatamente después de consumada la
conducta típica (Ej. El delito de homicidio); en cambio, en los delitos permanentes, la
actividad consumativa no cesa al perfeccionarse la acción típica sino que perdura en el
tiempo, de modo que todos los momentos de su duración, se imputan como consumación de
la acción delictiva'. Sobre el tema, la SC 1709/2004-R de 22 de octubre, enfatizó la diferencia
entre delitos instantáneos y permanentes, al determinar que: '... en función a la duración de
la ofensa al bien jurídico vulnerado, los hechos ilícitos se dividen en delitos instantáneos, que
-como se tiene referido en la Sentencia constitucional citada precedentemente- son aquellos
que con la sola realización de la conducta, acción u omisión, por el sujeto activo quedan
realizados o tipificados, sin que se requiera acción posterior para su continuidad o vigencia.
Los delitos permanentes, son los que se caracterizan porque el hecho que los constituye o
realiza da lugar a una situación dañosa o de peligro, que se prolonga en el tiempo a causa de
la continuidad del comportamiento del sujeto. Para la existencia de estos delitos, es
necesario que el estado dañoso o de peligro, provenga de la conducta del sujeto activo de
manera continua, es decir, que no se agote en un solo instante, sino que prosiga durante
determinado tiempo; y que la prórroga de la situación antijurídica se deba a la exclusiva
conducta voluntaria del sujeto, que prosigue con ella ininterrumpidamente después de la
realización del hecho que constituye el delito. Sin embargo, la doctrina también considera
dentro de esta clasificación a los delitos instantáneos con efectos permanentes, que son
aquellos cuya conducta destruye o disminuye el bien jurídico tutelado, en forma instantánea,
en un solo momento, pero permanecen las consecuencias nocivas del mismo'”.
Por su parte, la SCP 0283/2013, citada precedentemente, determinó “Una temática que
precisa ser considerada, es la relativa a la clasificación de los delitos por el momento de su
consumación y la duración de la ofensa al bien jurídico protegido. Al respecto, la SC
0190/2007-R de 26 de marzo, haciendo referencia a las SSCC 1190/2001-R y 1709/2004-R,
concluyó lo siguiente: '…en los delitos instantáneos, la acción coincide con el momento de
consumación del delito, en tanto que en los delitos permanentes, la consumación del delito
se prolonga en el tiempo. Ambos tipos de delitos están previstos, de manera indirecta en el
art. 30 del CPP, cuando la norma que establece el momento desde el cual empieza a
computarse el término de la prescripción. Así, para los delitos instantáneos, el cómputo se
inicia desde la media noche en que se cometió el delito, y para los permanentes, desde que
cesó su consumación.
Precedente reiterado: SC 1332/2010-R, SC 0190/2007-R
[335]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 244/2017
Sucre, 27 de marzo de 2017
Los delitos de lesa humanidad se refieren a actos determinados de violencia contra cualquier
persona, privándola de lo que es más esencial para ella, su vida, libertad, bienestar psíquico,
salud y/o dignidad; son consecuencia de persecución contra un grupo identificable o personas
indistintamente de la composición de ese grupo;trascienden al individuo porque cuando éste
es lesionado, la humanidad es atacada y anulada.
La doctrina menciona que los delitos de lesa humanidad son desarrollados desde hace
algunos siglos; sin embargo, tomaron relevancia en el siglo XX donde se dieron muchos actos
de violencia, especialmente en la Primera y Segunda Guerra Mundial. El art. 29 del Estatuto
de Roma de la Corte Penal Internacional, aprobado y ratificado por el Estado Boliviano con la
firma de 17 de julio de 1998 mediante la Ley 2398 de 24 de mayo de 2002, estableció que
los delitos internacionales son imprescriptibles; por tanto, los delitos de lesa humanidad son
imprescriptibles aun si esos actos no constituyen una violación del derecho interno del país
donde fueron cometidos. Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la
Convención sobre imprescriptibilidad de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad.
Lo peculiar de los delitos de lesa humanidad, es que, siendo “comunes”, como ejemplo,
asesinato, violación de la libertad sexual y torturas; en determinados contextos y bajo ciertas
exigencias, pueden convertirse en delitos de lesa humanidad. Una de las principales
consecuencias de ello, como recientemente se señaló, es que se tornan imprescriptibles y que
los Estados tienen la obligación de perseguir al delincuente sin importar su nacionalidad o el
lugar en el que se cometieron los hechos y los responsables no podrán gozar de los posibles
beneficios del indulto o amnistía. Por eso, la constatación de un comportamiento como delito
de lesa humanidad es de mucha trascendencia para el destino de la persona que
presuntamente lo ha cometido, debido a las restricciones de libertad que ello implicaría.
Los crímenes de Lesa Humanidad se encuentran regulados por el art. 7 del Estatuto de la
Corte Penal Internacional y los distingue de los delitos ordinarios, de la siguiente manera:
1. Tienen que haber sido cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático.
2. Tienen que ir dirigidos contra una población civil.
3. Tienen que haberse cometido de conformidad con la política de un Estado o de una
organización.
Asimismo, existen tipos penales que tienen potencialidad de convertirse en delitos de Lesa
Humanidad, porque siendo comunes tipificados por la normativa penal, bajo determinados
presupuestos se podrían convertir en los precitados; pues, el hecho de que el agente cometa
un delito de Tortura, Desaparición Forzada o Violación Sexual, no significa per sé que se trate
de crimen de Lesa Humanidad, sino sólo cuando cumpla los requisitos típicos adicionales,
esto es, que los hechos formen parte de un ataque generalizado o sistemático contra una
población civil y con conocimiento de dicho ataque. Entonces, la potencialidad significa la
posibilidad de que un delito sea considerado de lesa humanidad, en la medida que cumplan
con los elementos típicos que exige el art. 7.1 del Estatuto de la Corte Penal Internacional
(ECPI); por tanto, un comportamiento para ser considerado de lesa humanidad es que se
trate de un ataque generalizado o sistemático que debe estar dirigido contra una población
civil y el agente debe tener conocimiento de la misma.
Los delitos con potencialidad de convertirse en lesa humanidad, son aquellos que se
encuentran contenidos en el catálogo que proporciona el precitado art. 7.1 del Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional; a
saber: a) Asesinato; b)Exterminio; c) Esclavitud; d) Deportación o Traslado Forzoso de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Población; e)Encarcelación y Otra Privación Grave de la Libertad Física en Violación de
Normas Fundamentales de Derecho Internacional; f) Tortura; g) Violación, Esclavitud Sexual,
Prostitución Forzada, Embarazo Forzado, Esterilización Forzada u Otros Abusos Sexuales de
Gravedad Comparable; h) Persecución de un Grupo o Colectividad con Identidad Propia
Fundada en Motivos Políticos, Raciales, Nacionales, Étnicos, Culturales, Religiosos, de Género
y otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho
internacional, o cualquier crimen de la competencia de la Corte; i) Desaparición Forzada de
Personas; j) El crimen de Apartheid; y, k) Otros Actos Inhumanos de Carácter Similar que
Causen Intencionalmente Grandes Sufrimientos o Atenten Gravemente contra la Integridad
Física o la Salud Mental Física. En este último inciso, se verifica la existencia de una cláusula
abierta de discrecionalidad para el operador jurídico, que indudablemente podría incluir al
delito de terrorismo con posibilidades de convertirse de lesa humanidad.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en cualquiera de sus formas, y los hechos fueron conexos con el acto motivante del recurso, por
constituir su causa o finalidad…’, e implícitamente fue reconocido por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, cuando tuteló los supuestos de demora en la celebración de la audiencia de medidas
cautelares (SSCC 1109/2004-R, 1921/2004-R),o cuando existieron notificaciones ilegales con las
resoluciones de medidas cautelares que lesionan el derecho a la defensa, concretamente el derecho a
recurrir, impidiendo que el tribunal superior revise la resolución del inferior (SC 826/2004-R), o en
los casos en que se ha demorado la efectividad de la libertad, pese a que el imputado ha cumplido con
las medidas sustitutivas impuestas (SSCC 1477/2004-R, 046/2007-R, entre otras)”.
Por su parte la SCP 0653/2015-S2 de 10 de junio, respecto al señalamiento de audiencia de cesación a
la detención preventiva señaló: “…la jurisprudencia constitucional, al conocer y resolver una acción
tutelar, relativa a medidas cautelares y la celeridad en el tratamiento, la tramitación, consideración y
concreción de la cesación a la detención preventiva, estableció inicialmente, que dicha solicitud debía
ser atendida en un ‘plazo razonable’, tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para
considerar este beneficio; empero, ello no fue suficiente, instituyendo posteriormente una nueva norma
adscrita, que conceptualizó ‘plazo razonable’ como un término brevísimo, de tres días hábiles como
máximo, incluidas las notificaciones, en el que los jueces o tribunales en materia penal deben atender
dichas solicitudes, en razón a que el art. 239 del CPP, no señalaba un plazo específicamente
determinado, en el que el juez o tribunal debía señalar la audiencia para resolver la solicitud.
En la actualidad el ordenamiento jurídico boliviano, cuenta con la Ley 586 de 30 de octubre de
2014, conocida como Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal, que
tiene por objeto implementar procedimientos para agilizar la tramitación de las causas penales, a
efecto de descongestionar el sistema penal y reducir la retardación de justicia para garantizar una
justicia pronta, oportuna y eficaz, en el marco de la Constitución Política del Estado. Norma legal
que en su Capítulo III, incluye las modificaciones al Código de Procedimiento Penal, concretamente
en el art. 8, que describe todos aquellos artículos modificados y sustituidos, entre los que se encuentra
el art. 239 que establece: ‘Planteada la solicitud, en el caso de los numerales 1 y 4, la o el Juez
deberá señalar audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días…’” (las negrillas
son nuestras).
De la jurisprudencia desarrollada se establece que cuando se plantee una solicitud de cesación a la
detención preventiva las autoridades jurisdiccionales deberán señalar audiencia para su resolución en el
plazo de máximo de cinco días, debiendo efectuarse el acto sin dilaciones indebidas, toda vez que la
situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad se encuentra de por medio.
DEMORA EN EL SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIA PARA LA CONSIDERACIÓN DE LA
CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0940/2017-S1
Sucre, 28 de agosto de 2017
Con relación a la celeridad procesal que se debe imprimir en las peticiones que se efectúan y que estén
vinculadas a la libertad, como el señalamiento de audiencia para la consideración y resolución de la
cesación a la detención preventiva, el Tribunal Constitucional Plurinacional, entre otras, ha establecido
en la SCP 0303/2016-S2 de 1 de abril, estableció que: “La acción de libertad en su modalidad
traslativa o de pronto despacho, tiene por finalidad acelerar los trámites y evitar dilación indebidas,
así la SC 0044/2010-R, refirió: “…hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, a través del cual lo
[338]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que se busca es acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebidas,
para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad.
Este tipo de hábeas corpus, implícito en el art. 125 de la CPE, emerge directamente del art. 89 de la
LTC, que establece que, también procede el hábeas corpus cuando se aleguen ‘…otras violaciones que
tengan relación con la libertad personal en cualquiera de sus formas, y los hechos fueron conexos con
el acto motivante del recurso, por constituir su causa o finalidad…’, e implícitamente fue reconocido
por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, cuando tuteló los supuestos de demora en la
celebración de la audiencia de medidas cautelares (SSCC 1109/2004-R, 1921/2004-R),o cuando
existieron notificaciones ilegales con las resoluciones de medidas cautelares que lesionan el derecho a
la defensa, concretamente el derecho a recurrir, impidiendo que el tribunal superior revise la
resolución del inferior (SC 826/2004-R), o en los casos en que se ha demorado la efectividad de la
libertad, pese a que el imputado ha cumplido con las medidas sustitutivas impuestas (SSCC
1477/2004-R, 046/2007-R, entre otras)”.
Por su parte, la SCP 0653/2015-S2 de 10 de junio, respecto al señalamiento de audiencia de cesación
a la detención preventiva señaló: “…la jurisprudencia constitucional, al conocer y resolver una
acción tutelar, relativa a medidas cautelares y la celeridad en el tratamiento, la tramitación,
consideración y concreción de la cesación a la detención preventiva, estableció inicialmente, que
dicha solicitud debía ser atendida en un ‘plazo razonable’, tratándose de señalamientos de día y hora
de audiencia para considerar este beneficio; empero, ello no fue suficiente, instituyendo
posteriormente una nueva norma adscrita, que conceptualizó ‘plazo razonable’ como un término
brevísimo, de tres días hábiles como máximo, incluidas las notificaciones, en el que los jueces o
tribunales en materia penal deben atender dichas solicitudes, en razón a que el art. 239 del CPP, no
señalaba un plazo específicamente determinado, en el que el juez o tribunal debía señalar la audiencia
para resolver la solicitud.
En la actualidad el ordenamiento jurídico boliviano, cuenta con la Ley 586 de 30 de octubre de
2014, conocida como Ley de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal, que
tiene por objeto implementar procedimientos para agilizar la tramitación de las causas penales, a
efecto de descongestionar el sistema penal y reducir la retardación de justicia para garantizar una
justicia pronta, oportuna y eficaz, en el marco de la Constitución Política del Estado. Norma legal
que en su Capítulo III, incluye las modificaciones al Código de Procedimiento Penal, concretamente
en el art. 8, que describe todos aquellos artículos modificados y sustituidos, entre los que se encuentra
el art. 239 que establece: ‘Planteada la solicitud, en el caso de los numerales 1 y 4, la o el Juez
deberá señalar audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días…’” (las negrillas
son nuestras).
De lo cual se establece que cuando se plantee una solicitud de cesación a la detención preventiva
debido a que concurren nuevos elementos que demuestren la no existencia de motivos que fundaron la
detención o se acredite la enfermedad terminal del privado de libertad, las autoridades jurisdiccionales
deben señalar audiencia para su Resolución en el plazo máximo de cinco días.
DEMORA JUDICIAL EN LIBRAR MANDAMIENTO DE LIBERTAD: CUMPLIDAS LAS
MEDIDAS SUSTITUTIVAS A LA DETENCIÓN PREVENTIVA IMPUESTAS, SE DEBE
EFECTIVIZAR EL MANDAMIENTO DE LIBERTAD
S.C.P. 2012/2013 Sucre, 13 de noviembre de 2013
RATIO DECIDENDI
[339]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.2. “…el ejercicio del recurso de apelación incidental no paraliza ni quita competencia al
Juez de la causa y por ende tampoco la ejecución de la aplicación de las medidas
sustitutivas impuestas, por cuanto en atención al derecho que se encontraba de por medio, la
Jueza debió imprimir y tomar todas las medidas tendientes a que no se dilate la restricción
del derecho a la libertad del accionante una vez se cumpla con las medidas impuestas que
en este caso son la fianza real y el arraigo, que cumplidos éstos como bien reconoce la
misma autoridad judicial librar el correspondiente mandamiento de libertad sin que sea óbice
la interposición del recurso de apelación y es como se indicó este no tiene carácter
suspensivo…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “…el Juez a cargo de la investigación, una vez que se cumplieron las medidas
sustitutivas impuestas, antes de disponer la emisión del mandamiento de libertad, tendrá que
compulsar si efectivamente el imputado dio cumplimiento a las exigencias impuestas por
dicha autoridad a efectos de obtener la cesación de la detención preventiva; y cuando
evidencie el cumplimiento de las exigencias, la decisión lógica será de conceder la libertad,
sin mayor trámite.
Conforme a ello, una vez que el imputado ha otorgado la fianza, se materializa el derecho a
exigir al Juez su libertad, como también se impone al juzgador el deber de efectivizar el
mismo, sin más trámite, enmarcando sus actos en lo previsto por el art. 178.I de la CPE; es
precisamente en ese sentido que debe ser interpretada la norma establecida en el art. 245
del CPP, justamente preservando la seguridad jurídica y la coherencia del ordenamiento
jurídico.
Bajo esta interpretación, si bien para otorgar la libertad es necesario acreditar que
efectivamente se ha cumplido -en éste caso- con la medida sustitutiva (…), pero no es
menos cierto que la tramitación del mismo y su efectividad, debe obedecer a la esencia y
alcance del principio de celeridad, al encontrarse afectado por medio un derecho
fundamental y primario como resulta ser la libertad. Actuar de manera contraria, sin duda
provocaría dilaciones indebidas sobre la situación jurídica de los imputados o procesados…”.
PRECEDENTE SC 0224/2004 de 16 de febrero
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de libertad, su situación jurídica se definirá en la audiencia que se programara para el efecto,
donde según las circunstancias, los hechos y los tipos penales de cada caso, se decidirá lo
que corresponde planteado.
Consiguientemente, estos hechos denunciados vía constitucional, no se encuentran
vinculados directamente con el derecho a la libertad del accionante, en todo caso, si
considera que la actuación del Fiscal de Materia se encuentra fuera del marco de la
objetividad, corresponde activar otro medio constitucional de defensa como se constituye la
acción de amparo constitucional, claro está, previo el cumplimiento de los requisitos previstos
por ley…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “Según señaló la SC 0003/2012 de 13 de marzo, entre otras, la acción de libertad ,
“…es un mecanismo de defensa constitucional extraordinario de carácter preventivo,
correctivo y reparador, instituido para la protección inmediata y efectiva de los derechos
fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores
públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o
amenazada por la restricción o supresión de la libertad.
Está consagrada por el art. art. 125 de la CPE, cuando dispone que: 'Toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es
indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad
y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna
formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará
que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad'.
Norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), la cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la
garantía, protección o tutela de los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción,
para el restablecimiento inmediato y efectivo de estos derechos, en los casos en que sean
restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión.
Precedente.- SC 0003/2012 de 13 de marzo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de libertad, su situación jurídica se definirá en la audiencia que se programara para el efecto,
donde según las circunstancias, los hechos y los tipos penales de cada caso, se decidirá lo
que corresponde planteado.
Consiguientemente, estos hechos denunciados vía constitucional, no se encuentran
vinculados directamente con el derecho a la libertad del accionante, en todo caso, si
considera que la actuación del Fiscal de Materia se encuentra fuera del marco de la
objetividad, corresponde activar otro medio constitucional de defensa como se constituye la
acción de amparo constitucional, claro está, previo el cumplimiento de los requisitos previstos
por ley…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “Según señaló la SC 0003/2012 de 13 de marzo, entre otras, la acción de libertad ,
“…es un mecanismo de defensa constitucional extraordinario de carácter preventivo,
correctivo y reparador, instituido para la protección inmediata y efectiva de los derechos
fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores
públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o
amenazada por la restricción o supresión de la libertad.
Está consagrada por el art. art. 125 de la CPE, cuando dispone que: 'Toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es
indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad
y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna
formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará
que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad'.
Norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), la cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la
garantía, protección o tutela de los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción,
para el restablecimiento inmediato y efectivo de estos derechos, en los casos en que sean
restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión.
Precedente.- SC 0003/2012 de 13 de marzo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
elementos de prueba, con aplicación de las reglas de la sana crítica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales les otorga determinado
valor, en base a la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial
producida"; lo que implica, que el juzgador debe observar las reglas fundamentales
de la lógica, la psicología y la experiencia en la emisión de la sentencia, que podrá
ser impugnada, cuando la parte considere que no fueron aplicadas correctamente.
Consiguientemente, ante la denuncia de errónea valoración de la prueba por la
incorrecta aplicación de las leyes del pensamiento humano respecto a la sana
crítica, que además deberá contener necesariamente la identificación de cuáles los
elementos de prueba incorrectamente valorados, así como la solución pretendida; el
Tribunal de alzada, verificará si los argumentos y conclusiones de la Sentencia,
reúnen los requisitos para ser considerados lógicos, y de evidenciar el reclamo,
determinará la nulidad de la Sentencia y la reposición del juicio, ante la prohibición
de corregir directamente el defecto, conforme dispone el art. 413 del CPP; en cambio
de resultar incorrecta la denuncia, dispondrá su rechazo y confirmará lo resuelto en
sentencia por el Tribunal de Sentencia.
Descriptor: Denuncia de errónea valoración de la prueba por la incorrecta
aplicación de las leyes del pensamiento humano respecto a la sana crítica
Restrictor: Tribunal de alzada, verificará si los argumentos y conclusiones de la
Sentencia, reúnen los requisitos para ser considerados lógicos
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentación y defectuosa valoración de la prueba, ordenó la reposición del juicio oral,
público y contradictorio por otro Tribunal de Sentencia, debiendo cumplir con las
observaciones efectuadas en el fallo de alzada.
Tal como se explicó en el Fundamento Jurídico III.1. de la presente Resolución, de acuerdo al
criterio asumido por este Tribunal en el Auto Supremo 450 de 19 de agosto de 2004, el
recurso de apelación restringida es esencialmente de puro derecho; por lo tanto, el Juez o
Tribunal a cargo de su resolución, no tiene ninguna remota posibilidad de retrotraer su
actividad jurisdiccional, a circunstancias, hechos y pruebas fácticas que ya fueron sometidos
al contradictorio en la audiencia del juicio oral; por lo tanto, ante la verificación de errónea,
contradictoria o carente valoración de las pruebas desfiladas en el citado verificativo oral, no
podrá reparar directamente el defecto, al no tener competencia para proceder a una nueva
valoración de los elementos probatorios introducidos al juicio; en todo caso, de acuerdo a las
circunstancias de cada caso, le corresponderá aplicar una de las opciones otorgadas por el
precitado Auto Supremo, a saber: “a) Anular total o parcialmente la sentencia ordenando la
reposición del juicio por otro juez o tribunal cuando no sea posible reparar directamente la
inobservancia de la ley o su errónea aplicación; b) Cuando la nulidad sea parcial, indicar el
objeto concreto del nuevo juicio; y, c) Cuando sea evidente que, para dictar una nueva
sentencia no es necesaria la realización de un nuevo juicio, resolver directamente el caso”.
De lo referido, en la presente causa, el Tribunal de apelación, determinó anular la Sentencia
10/2015 de 20 de mayo, ante la constatación de ausencia de fundamentación y defectuosa
valoración de la prueba, esta última carencia que, como bien explica la misma instancia en el
Auto de Vista, no puede ser reparada directamente, ante su imposibilidad de revalorización
probatoria; por lo tanto, decide acogerse al recientemente glosado inc. a) del Auto Supremo
450 de 19 de agosto de 2004; esto es, anular la Sentencia al no ser posible subsanar la
inobservancia de la ley o su errónea aplicación, aplicando correctamente lo preceptuado por
el art. 413 del CPP.
Ahora bien, en cuanto a la aclaración que el recurrente pretende que se exija al Tribunal de
Sentencia bajo pena de nulidad, no resulta coherente, puesto que lo señalado en el Auto de
Vista sobre la nulidad de la Sentencia de mérito y la reposición, conlleva al convencimiento
pleno de que se trata de una nulidad total, no existiendo ninguna razón para comprender que
lo fuera por una nulidad parcial, caso en el cual, sin duda, se habría tenido que indicar el
objeto concreto del nuevo juicio; sin embargo, en el caso que se analiza, en ningún momento
se estimó una nulidad parcial, al contrario, se determinó claramente la anulación de la
“Sentencia Nº 10/2015 de fecha 20 de mayo de 2015” (sic), lo que da como resultado, la
reposición de un nuevo juicio ante la evidencia de ausencia de fundamentación y defectuosa
valoración de la prueba. Decisión que resulta clara y coherente con todos los argumentos del
mismo fallo, no siendo necesario realizar ningún aditamento ni explicación adicional; por
tanto, el presente motivo debe ser declarado infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El segundo de los motivos denunciados por el recurrente y admitido por este Tribunal se
circunscribe al hecho de que en el Considerando IV, punto 4.1 del Auto de Vista impugnado,
se hubiere generado inseguridad jurídica, al haber hecho mención que no se habría
fundamentado correctamente la Sentencia, citando al efecto la Sentencia Constitucional
2227/2010-R de 19 de noviembre.
Con relación a lo manifestado se tiene que en la parte identificada recientemente por el
recurrente; en efecto, el Tribunal de alzada, señaló que la Sentencia tiene ausencia de
fundamentación y motivación al haber hecho simplemente mención de documentos, dado
que a su criterio, en el Título II Voto de los Miembros del Tribunal, así como el Título III
Exposición de Motivos de Derecho y Doctrinales, no se habría desarrollado lo observado, tan
sólo se limitó a efectuar una relación de hechos y documentos. Alegando a continuación que
el tema referido a la debida fundamentación, fue desarrollado por la Sentencia Constitucional
2227/2010 de 19 de noviembre, elementos emergentes que no reúne la Resolución apelada y
que con ello se hubiera vulnerado lo previsto por el art. 124 del CPP y se encuadró en lo
preceptuado por el art. 370 inc. 5) del CPP, con relación a la ausencia de fundamentación y
constituye igualmente, un defecto de la Sentencia.
Lo denunciado en esta parte por el recurrente, no cuenta con asidero legal alguno,
puesto que las autoridades jurisdiccionales tienen impuesto como canon para la
configuración de sus resoluciones en cuanto a la debida fundamentación, que sea
expresa, clara, completa, legítima y lógica. Así se determinó, entre otros, en el
Auto Supremo 207 de 28 de marzo de 2007, en cuya doctrina legal se señaló lo
siguiente: “La exigencia de motivación es una garantía constitucional de justicia,
fundada en el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la publicidad de
las razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias,
permiten el control del pueblo, sobre su conducta, resguardando con ello a los
particulares y a la colectividad contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la
motivación responde también a otros fines, ya que podrán los interesados conocer
las razones que justifican el fallo y decidir su aceptación o fundar su impugnación
por los medios que la ley concede. Al mismo tiempo brinda al Tribunal de alzada el
material necesario para ejercer su control y finalmente sirve para crear la
jurisprudencia, entendida como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las
sentencias judiciales.
De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa, clara,
legítima y lógica.
a) Expresa: Porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o a las
constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley exige que el
juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando sus propias
argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él, para arribar a la
conclusión.
b) Clara: En la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente determinado,
de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan, aun por los legos.
c) Completa: La exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las partes en los
diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos decisivos que justifican cada
conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas las
cuestiones esenciales o fundamentales que determinan el fallo. En este sentido, cualquier
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
aspecto de la indagación susceptible de valoración propia, asume individualidad a los fines de
la obligación de motivar y sobre la base del principio de exhaustividad habrá falta de
motivación, cuando se omita la exposición de los razonamientos efectuados sobre un punto
esencial de la decisión y sobre los hechos secundarios alegados en el mismo, porque la
obligación de motivar alcanza también a ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual
el Tribunal llega a la conclusión sobre la causa petendi.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe referirse
al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las conclusiones a las
que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las denuncias formuladas, resolver
apartándose del petitum significa que el fallo incurre en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los que las partes han
formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el objeto del recurso. Al conceder más,
menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre, en las formas de incongruencia conocidas como
ultra petita, citra petita o extra petita partium.
d) Legítima: La legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las
denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del proceso.
Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas del objeto
particular del recurso deducido, no esta debidamente motivada.
e) Lógica: Finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad, de ahí
que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral, empleando el
razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la sana crítica y
exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es decir, sustentándolos en
las reglas de la lógica, psicología y experiencia.
Cuando a tiempo de emitir un decisorio, los Tribunales no observan los presupuestos
señalados supra, incurren en vicios absolutos que atenta contra al derecho a la defensa y al
debido proceso, debiendo la autoridad jurisdiccional dictar sus resoluciones debidamente
motivadas, guardando coherencia entre la parte considerativa y la dispositiva, esto es sin
incurrir en contradicciones, en desorden de ideas, yuxtaposición numerativa de folios o de
afirmaciones formuladas mecánicamente, o en una frondosa, enrevesada y superficial
acumulación de disgresiones sin mayor relación con el caso a resolver, una resolución resulta
insuficientemente motivada cuando en el caso concreto resulta superficial y/o unilateral o
cuando los argumentos esgrimidos resultan contradictorios antagónicamente, o cuando se
detectan vicios de razonamiento o de demostración (falacias o paralogismos), en todo caso la
redacción debe guardar claridad explicativa, no siendo una exigencia que los decisorios sean
extensos o ampulosos”.
Por lo demás, en cuanto a su estructura y fundamentos que en el fondo contengan las
resoluciones jurisdiccionales, las autoridades a cargo de su emisión tienen la libertad de
hacerlo, de acuerdo a su criterio y sana crítica, apoyando sus argumentos, primero en las
normas legales en vigencia; y segundo, de manera potestativa, en doctrina o jurisprudencia
que consideren pertinente; no siendo de carácter necesario ni obligatorio que además de los
requisitos exigidos por este Tribunal, deban sustentar sus fallos en Autos Supremos; puesto
que, el recurso de apelación restringida tiene por objetivo verificar la inobservancia o errónea
aplicación de la ley en la Sentencia de mérito, siempre y cuando el precepto legal que se
invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituya un defecto de procedimiento
y no así demostrar contradicciones entre ellos, con las actuaciones de los jueces y tribunales,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dado que dicha tarea le corresponderá, de manera privativa, a esta máxima instancia de
justicia ordinaria.
Dicho en otras palabras, las autoridades jurisdiccionales, pueden sustentar sus fallos, tanto
en jurisprudencia constitucional como en doctrina u otro soporte legal, que sea pertinente y
coadyuve para una mejor comprensión de los fundamentos del fallo, pues no debe perderse
de vista que de acuerdo a las previsiones contenidas por el art. 203 de la CPE, las decisiones
y sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de
cumplimiento obligatorio, y contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno.
En consecuencia, por las razones anotadas no resulta evidente que el Tribunal de alzada
hubiere incurrido en violación al principio de seguridad jurídica, al haber citado una Sentencia
Constitucional a tiempo de emitir el Auto de Vista impugnado, por lo que el motivo
denunciado resulta carente de fundamento jurídico.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
lógica que hacen que dicha valoración sea o no convincente para el Juez Segundo de Sentencia;
previa a esta actuación debe cumplir con los presupuestos que rigen en los artículos 398 y 399 del
Código de Procedimiento Penal”.
Ahora bien, a los fines de resolver el motivo, es menester hacer referencia a la labor de control de
logicidad por parte del Tribunal de alzada ante la denuncia de errónea valoración de la prueba y la
obligación de la carga argumentativa del apelante.
Al respecto, aunque la apreciación valorativa de las pruebas y las conclusiones fácticas (intangibilidad
de la prueba y de los hechos), de la sentencia son inatacables en apelación restringida; empero, están
sujetas al control de logicidad a cargo del Tribunal de apelación, que verificará a tiempo de resolver el
recurso de apelación restringida, el proceso lógico seguido por el juzgador en su razonamiento a través
del examen sobre la aplicación de las reglas de la sana crítica en la fundamentación de la sentencia,
cotejando si en su fundamentación se observaron las reglas fundamentales de la lógica, la psicología y
la experiencia.
Pues bien, el juzgador debe observar los principios lógicos supremos o leyes supremas del pensamiento
que gobiernan la elaboración de los juicios y otorgan base cierta para determinar cuáles son,
necesariamente verdaderos o falsos. A decir del profesor De la Rúa, las leyes del pensamiento son
leyes a priori que están constituidas por las leyes fundamentales de coherencia y derivación, por los
principios lógicos de identidad, contradicción, tercero excluido y razón suficiente. (De la Rúa,
Fernando. Teoría General del Proceso. Editorial Depalma, Buenos Aires 1991. Pág. 154-158).
Asimismo, en relación a las leyes de la psicología, el tribunal o juez tiene el deber de aplicarlas en la
valoración de las pruebas, no siendo necesario que indique cuál sea el procedimiento psicológico
empleado; además, de aplicar las normas de la experiencia, que son los juicios hipotéticos de contenido
general desligados de los hechos concretos que se juzgan en el proceso, procedentes de la experiencia,
pero independientes de los casos particulares de cuya observación se han inducido y que, por encima de
esos casos, pretenden tener validez para otros nuevos. (Arroyo, Gutiérrez José Manuel y Rodríguez,
Campos Alexander. Lógica Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal. Editorial Jurídica Continental.
San José-Costa Rica 2003. 2da. Edición. Pág. 91).
En el ordenamiento jurídico boliviano, el sistema de valoración de la sana crítica, se encuentra
establecido en el art. 173 del CPP, que refiere: “El juez o tribunal asignará el valor correspondiente a
cada uno de los elementos de prueba, con aplicación de las reglas de la sana crítica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales les otorga determinado valor, en base a la
apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida”; lo que implica, que el juzgador
debe observar las reglas fundamentales de la lógica, la psicología y la experiencia en la emisión de la
sentencia, que podrá ser impugnada, cuando la parte considere que no fueron aplicadas correctamente.
Consiguientemente, ante la denuncia de errónea valoración de la prueba por la incorrecta aplicación de
las leyes del pensamiento humano respecto a la sana crítica, que además deberá contener
necesariamente la identificación de cuáles los elementos de prueba incorrectamente valorados, así
como la solución pretendida; el Tribunal de alzada, verificará si los argumentos y conclusiones de la
Sentencia, reúnen los requisitos para ser considerados lógicos y de evidenciar el reclamo, determinará
la nulidad de la Sentencia y la reposición del juicio, ante la prohibición de corregir directamente el
defecto, conforme dispone el art. 413 del CPP; en cambio de resultar incorrecta la denuncia, dispondrá
su rechazo y confirmará lo resuelto en sentencia por el A quo.
Este entendimiento ha sido ampliamente desarrollado en el Auto Supremo 214 de 28 de marzo de 2007,
que señala: “El Tribunal de Sentencia, establece la existencia del hecho y la culpabilidad del
procesado, mientras que los Tribunales de alzada tienen como objetivo verificar si el iter lógico
expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las reglas del recto entendimiento
humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida con arreglo a las normas
de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la psicología, controlando si las
conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto entendimiento humano, sin que para ello les
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
esté permitido ingresar a una reconsideración de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como
motivo del recurso de apelación restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al
impugnante a señalar cuales son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o
aplicadas erróneamente, expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada es el principal
llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los razonamientos plasmados en
la sentencia, los recurrentes además de expresar las reglas de la lógica que hubieran sido
inobservadas, deben vincular su crítica con el razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los
jueces se encuentran obligados a motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de quienes
motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas de la sana critica, señalar las partes del
decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos, proporcionando la solución que pretenden en
base a un análisis lógico explícito; será pues obligación del recurrente, al alegar la infracción basada
en la inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar en sus argumentaciones el
silogismo desarrollado en la sentencia y no referirse a actuaciones procesales sin incidencia directa
en la resolución de mérito, la inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente
determinado en la ley adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el
recurso de apelación restringida previamente a admitirse los recursos por estos motivos y en caso de
no ser debidamente subsanada la observación referida, los Tribunales deberán declarar inadmisibles
los recursos por este motivo, en cuyo caso no podrán reiterarse estos argumentos en el recurso de
casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar la sentencia
impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente el sistema de la sana
crítica o si se transgredieron las reglas del correcto entendimiento humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las propias apreciaciones
del recurrente en lugar de señalar concretamente las partes de la sentencia donde se hubieran
infringido los principios alegados, requisitos indispensables cuando se reclama sobre la presunta falta
de coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la motivación de la sentencia
esté fundada por un hecho no cierto, que invoque afirmaciones imposibles o contrarias a las leyes de
la lógica, la ciencia o que se refiera a un hecho que sea contrario a la experiencia común, que analice
arbitrariamente un elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre pruebas que demuestren
cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica,
tiene que referirse a hechos que en un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no
se opone a ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni nos
enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos suministran un
criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento del juez”.
Por lo señalado precedentemente, el Tribunal de alzada tiene la obligación de efectuar la labor de
control de logicidad ante la denuncia de errónea valoración de la prueba, como también resulta
inexcusable para el recurrente señalar e identificar qué elementos de prueba fueron incorrectamente
valorados y cuál la solución que pretende; es decir, precisar qué partes de la decisión incurrieron en
errores lógico-jurídicos en el que se aplicaron de manera inadecuada las reglas de la sana crítica, con el
correspondiente análisis lógico buscado y no referirse a aspectos procesales que no vayan a tener
incidencia en el fondo del litigio; de ser así, el Tribunal de apelación determinará por declarar
inadmisible, si pese a haber otorgado el plazo de tres días para la subsanación del recurso persistió el
incumplimiento de lo observado.
En la especie, el recurrente alega que el Tribunal de alzada incurrió en revalorización de la prueba
testifical; por cuanto, claramente manifestó y confesó que procedió a dar una lectura responsable de las
mismas, arribando a la conclusión de que el Tribunal Segundo de Sentencia, solamente las copió y no
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
las valoró, afirmando que de haberse realizado una valoración correcta de las declaraciones testificales,
se debió haber dictado una Sentencia condenatoria en su contra, extremo prohibido por la doctrina del
Tribunal Supremo de Justicia y vulneratorio de sus derechos fundamentales y garantías
constitucionales; por cuanto, a su decir, las declaraciones testificales fueron sometidas al contradictorio
entre partes, aplicándose para dicho efecto, las reglas de la inmediación y contradicción que solamente
el Tribunal de Sentencia pudo evidenciarlas y valorarlas; sin embargo, los Vocales, señalan que no se
procedió a una correcta valoración sin explicar por qué fueron incorrectamente valoradas o cuál, según
su criterio, debía haber sido la correcta valoración.
Previo a realizar el análisis de fondo, resulta necesario dejar claramente establecido que,
conforme a lo desarrollado en los Fundamentos Jurídicos precedentes, la labor de valoración
probatoria, en efecto les corresponde de manera privativa a los jueces y tribunales de juicio, no
pudiendo los tribunales de alzada suplir dicha función, al no ser viable retrotraer su actividad
jurisdiccional a circunstancias a hechos y pruebas fácticas que ya fueron sometidos al
contradictorio; en cuyo caso, cuando se detecte que el a quo no cumplió adecuadamente con su
obligación de valoración probatoria de acuerdo a las reglas de la sana crítica, la lógica, la
psicología y la experiencia, entonces corresponderá asumir una de las opciones descritas en el
Auto Supremo 450 de 19 de agosto de 2004, cuya doctrina legal establece: “Que conforme a la
normativa legal vigente, la apelación restringida, por su naturaleza y finalidad legal, es
esencialmente de puro derecho, motivo por el cual, en su análisis, el Tribunal no puede retrotraer su
actividad jurisdiccional a circunstancias, hechos y pruebas fácticas que ya fueron sometidos al
control oral, público y contradictorio por el órgano judicial de sentencia. Consecuentemente, no
existe la doble instancia y, por ello, el Tribunal de Alzada se encuentra obligado a alguna de las
siguientes decisiones: a) Anular total o parcialmente la sentencia ordenando la reposición del juicio
por otro juez o tribunal cuando no sea posible reparar directamente la inobservancia de la ley o su
errónea aplicación; b) Cuando la nulidad sea parcial, indicar el objeto concreto del nuevo juicio; c)
Cuando sea evidente que, para dictar una nueva sentencia no es necesaria la realización de un
nuevo juicio, resolver directamente el caso.
Consecuentemente; ‘En aquellos supuestos en que el Tribunal de alzada comprueba la
inobservancia de la ley o su errónea aplicación, por cuyo motivo tenga la convicción plena de la
culpabilidad del imputado, no es pertinente anular totalmente la sentencia y disponer que se abra
nuevo juicio sino dar cumplimiento a lo establecido por la última parte del artículo 413 del Código
de Procedimiento Penal, dictando directamente una nueva sentencia que defina la situación jurídica
del imputado’"; es decir, anular total o parcialmente la sentencia, si es parcial, entonces deberá
además indicar el objeto concreto del nuevo juicio; y cuando no sea necesaria la realización de un
nuevo juicio, resolverá directamente el caso, dictando otra resolución.
Dicho ello, corresponde a continuación revisar los argumentos del Auto de Vista impugnado, a efectos
de determinar si tal como denuncia el recurrente, se incurrió en revalorización de la prueba y se
incurrieron en contradicciones con los precedentes invocados, o si al contrario, el Tribunal de alzada
ajustó su accionar a la doctrina y normativa legal vigente, en resguardo de los derechos fundamentales
y/o garantías constitucionales.
En ese orden, de la revisión de los argumentos expuestos en el Auto de Vista ahora impugnado, se tiene
que en cuanto a la determinación asumida por el Tribunal a quo con relación a valoración probatoria,
los Vocales determinaron que dicha instancia incurrió en insuficiente y contradictoria motivación sobre
la valoración de las pruebas testificales, por las siguientes razones:
a. En el acápite Fundamentación Probatoria de la Sentencia, se evidencia que no se efectuó
un análisis integral de las pruebas testificales presentadas por el Ministerio Público y no se cuenta con
fundamentación alguna, pues respecto de las pruebas documentales ofrecidas por la Aduana Nacional,
el Tribunal de Sentencia sólo efectuó una mención de números y fechas; con relación a los testigos, se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tienen las atestaciones de José Gerardo Rojas Saavedra, Eloy Iván Rojas del Carpio, Santos Marino
Laura Mamani, Víctor Sullca Quispe, Narciso Claudio Mamani Bolo, Yolanda Francisca Escobar,
Lucía Quispe Gutiérrez, Raymundo Cusiquispe Sirpa, Victoriano David Siñani Aruquipa, Hugo Vargas
Nina y Porfirio Aguilar Mayta; de las cuáles, dada su lectura analítica y responsable de cada una de las
ellas, se concluye la ausencia de valoración, pues simplemente se limita a efectuar copias de las
atestaciones prestadas en su momento, sin efectuar el análisis intelectual de las mismas, menos se
evidencia la aplicación de las reglas de la sana crítica. Peor existe pronunciamiento expreso sobre la
ratificación de las declaraciones de los testigos Narciso Mamani Bolo y Lucía Quispe Gutiérrez, si se
las considera o no y por qué motivo.
a. También se tiene ausencia de fundamentación y motivación, pues la resolución apelada
simplemente hizo mención de documentos, pues en el Título II Voto de los Miembros del Tribunal, así
como el Título III Exposición de Motivos de Derecho y Doctrinales, no se desarrolla lo observado,
puesto que se limitó a efectuar una relación de hechos y documentos. Este tema fue desarrollado por la
Sentencia Constitucional 2227/2010 de 19 de noviembre, elementos emergentes que no reúne la
Resolución apelada y con ello se vulneró lo previsto por el art. 124 del CPP. Consiguientemente, se
tiene el encuadramiento del art. 370 inc. 5) del CPP, con relación a la ausencia de fundamentación y
constituye igualmente, un defecto de la Sentencia.
a. Bajo esos argumentos y evidenciando la concurrencia del art. 370 incs. 5) y 6) del CPP,
se concluye que el obrar del Tribunal de Sentencia ha sido fuera de contexto legal y ello
imperiosamente incide en la emisión de una Resolución como la presente.
Conclusiones a las cuales, los Vocales arribaron bajo el argumento que, en mérito a lo previsto por el
art. 173 del CPP, la valoración probatoria es una facultad privativa de los jueces y tribunales de
sentencia; por consiguiente, el Tribunal de alzada no cuenta con esa facultad, a objeto de efectuar una
revalorización de las pruebas testificales, conforme se analizó en el Auto Supremo 224/2006 de 3 de
julio, alegando finalmente que en el presente caso, se evidencia la existencia del defecto previsto por el
art. 370 inc. 6) del CPP, con relación a la defectuosa valoración de la prueba, lo que constituye un
defecto absoluto de la Sentencia, no susceptible de reparación directa.
De lo referido, es posible evidenciar que el Tribunal de alzada, determinó con la precisión necesaria,
las vulneraciones en la que incurrió el Tribunal de Sentencia, en sentido que éste, hubiere efectuado
una insuficiente y contradictoria motivación a tiempo de la consideración de los elementos probatorios,
en especial de las testificales presentadas por el Ministerio Público, respaldando su afirmación en la
cita concreta de las declaraciones, respecto de las cuáles, no habría realizado un análisis integral, sino
sólo una copia de las mismas; así como, de las documentales adjuntadas por la Aduana Nacional, que
solamente se hubiera efectuó una mención de números y fechas. Asimismo, se sostiene que sobre la
ratificación de las declaraciones de los testigos Narciso Mamani Bolo y Lucía Quispe Gutiérrez no
existe en la Sentencia, pronunciamiento alguno, ni se explica por qué no fueron consideradas.
Lo mencionado anteriormente, no implica de modo alguno, que el Tribunal de alzada, hubiera
procedido a una revalorización, es más, no se encuentra entre los fundamentos del Auto de Vista, ni un
solo argumento que implique la otorgación de un valor determinado a alguna prueba, únicamente se
identifica a la misma de manera concreta, cumpliendo adecuadamente con su obligación de control de
logicidad de la valoración de prueba, no siendo atendible el argumento del recurrente sobre el hecho de
que el Tribunal de apelación hubiere incurrido en revalorización al confesar y señalar que procedieron
a dar una lectura responsable de las mismas, para concluir que el Tribunal de Sentencia solamente
copió las mismas y no las valoró; puesto que, dicha labor tal como se demostró precedentemente, es la
que precisamente debe cumplirse a tiempo de atender la apelación restringida, lógicamente sin incurrir
ni inducir a una valoración determinada, extremo que no se encuentra que el Tribunal de alzada, en el
caso de análisis hubiere cometido y menos que hubiera adelantado criterio alguno que implique la
condena del imputado, tal como se señala en el presente recurso.
[351]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
A mayor abundamiento, lo referido en el Auto de Vista, de ninguna forma, constituye una
revalorización de la prueba, habida cuenta que no existe otra forma de control de la logicidad, si no es
ingresando a su análisis que permita la explicación de insuficiencia de la misma; para lo cual, resulta
imprescindible realizar una descripción de ella, extremo que en el caso analizado se limitó a la mención
de la prueba que no hubiera sido valorada y/o fundamentada, para luego detectar y demostrar la
deficiente labor del a quo; sentando las bases fácticas para establecer la forma en la que debe
subsanarse dicha obligación.
En ese orden, y determinado como está por parte del Tribunal de alzada, que en el proceso penal se
pronunció una Sentencia, sustentada en defectuosa valoración de la prueba, se explicó adecuadamente
las previsiones legales a las que debe sujetarse dicha labor, sosteniendo que dicho fallo contiene vicios
insubsanables de procedimiento contenidos en el art. 370 incs. 5) y 6) del CPP, al haber incurrido en
insuficiente y contradictoria motivación con relación a la valoración probatoria; por lo tanto, previo a
explicar legalmente las razones por las cuáles no puede suplir dicha función, la que en su caso, se
encuentra circunscrita al control de la logicidad, determinó dejar sin efecto la Sentencia impugnada;
procediendo de manera correcta y legal, acorde a lo determinado en la doctrina legal desarrollada por
este Tribunal.
De lo señalado, realizando una contrastación entre lo demandado por la recurrente y lo resuelto por el
Tribunal de alzada es posible determinar que no es evidente que dichas autoridades hubieren incurrido
en revalorización de la prueba; al contrario, emitieron una Resolución respetuosa de la doctrina legal
aplicable como de los derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, en observancia de los
requisitos de logicidad y completitud, habiendo ejercido un control adecuado de la labor efectuada por
la Jueza de Sentencia; y por lo tanto, cumplieron a cabalidad la doctrina legal aplicable invocada por el
recurrente, deviniendo este motivo en infundado.
[352]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vulneración del derecho a la debida fundamentación conforme establece el art. 124
del CPP, además de incumplir los parámetros establecidos en la doctrina legal
aplicable sostenida en esta resolución, en el apartado III.2. (…) Consecuentemente,
es evidente que el Tribunal de alzada no dio respuesta fundamentada a los agravios
denunciados a través de la alzada, procediendo a desestimar las denuncias del
recurrente en base a simples afirmaciones de manera genérica, nada precisas,
denotando la ausencia de su tarea como Tribunal de apelación de ejercer el efectivo
control de si: la incorporación de la prueba fue legal, si hubo ausencia de
fundamentación de la sentencia y si evidencio errónea valoración de la prueba,
limitándose a exponer conclusiones escuetas e imprecisas que lejos de causar
certidumbre sobre la determinación asumida, generan desconocimiento de las
razones por las que se estableció las afirmaciones de carácter general; razón por la
cual, el Auto de Vista impugnado no es expreso, claro, legítimo y lógico, por omitir la
exposición de los razonamientos efectuados para las conclusiones asumidas, en
vulneración al principio de exhaustividad base esencial de la motivación que debe
guardar cada resolución, más aún al tratarse de un Auto de Vista donde debe
plasmarse el examen previo de la Resolución recurrida a las cuestiones planteadas,
resultando por consiguiente dicha determinación, contrario al precedente invocado
contenido en el Auto Supremo 114 de 20 de abril de 2006, deviniendo el presente
motivo recurrido en fundado.
Descriptor: Derecho a la debida fundamentación
Restrictor: Se violenta por omitir la exposición de los razonamientos efectuados
para las conclusiones asumidas por el tribunal de alzada
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
persona preparada en derecho para interponer y hacer uso de los elementos de
carácter técnico que manejan los abogados; en el presente caso, el denunciante
conto con la asistencia constante de un abogado defensor durante toda la
tramitación del proceso; no siendo posible atender el argumento de que los abogados
que le defendían no eran de su confianza y que por la presión social y política no
contaba con uno, sino que le fuera impuesto, y que por eso pretendía asumir su
defensa; esto supone que confunde en su reclamo los papeles o entendimiento entre
ambos tipos de defensa; habiendo pretendido en realidad asumir la defensa técnica
a pesar de contar con un abogado defensor, lo que no es posible, ya que solo le está
reservada el derecho a la defensa material; ahora bien, si pretendía asumir la
defensa material, es decir, contribuir al esclarecimiento de la verdad dando su
parecer y oponerse a situaciones que tuvieran incidencia en la decisión final de la
juzgadora, podía hacerlo, -pero ese aspecto no argumenta en su reclamo- y de
habérsele prohibido o restringido denunciar como una vulneración a ese derecho; en
el presente caso, primero confunde en su reclamo los derechos de la defensa técnica
como material y segundo no asume un reclamo sobre la defensa material
especificando cuales los momentos, las circunstancias y el agravio que le provocó
este impedimento, por la no intervención a juicio; consiguientemente, no es viable
atender una denuncia de vulneración del derecho constitucional a la defensa
material, por las razones señaladas.
Descriptor: Derecho a la defensa
Restrictor: El recurrente debe alegar concretamente si se trata de afectación a su
defensa técnica o material
DERECHO A LA DEFENSA
AUTO SUPREMO Nº 109/2017-RRC
Sucre, 20 de febrero de 2017
El derecho de defensa, como parte integrante del debido proceso, ha sido y es uno de los
pilares fundamentales en los cuales descansa la protección constitucional del imputado al
asumir su defensa activa en el proceso penal, asegurando su participación en el mismo, a
efectos de precautelar la correcta administración de justicia; al respecto, la jurisprudencia ha
precisado en el Auto Supremo 041/2012-RRC de 16 de marzo, lo siguiente:
“El derecho a la defensa definido como el: ‘...derecho público constitucional que asiste a toda
persona física a quien se le pueda atribuir la comisión de un hecho punible, mediante cuyo
ejercicio se garantiza al imputado la asistencia técnica de un abogado defensor y se les
concede a ambos la capacidad de postulación necesaria para oponerse eficazmente a la
pretensión punitiva y poder hacer valer dentro del proceso el derecho constitucional a la
libertad del ciudadano’ (Gimeno Sendra, Vicente, El derecho de defensa en ‘Constitución y
proceso’, Madrid, 1988, página 89), se constituye en un derecho básico del ciudadano de
rango constitucional y de protección especial, pues la CPE establece en el art. 109.I
que:‘Todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan
de iguales garantías para su protección’; motivo por el cual en su art. 115.II señala que: ‘El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta,
[354]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones’ y el art. 119.II prevé que toda persona
tiene derecho inviolable a la defensa.
A su vez, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Bolivia a través
de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993, en su art. 8.1. referente a las garantías judiciales
expresa que: ‘Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido
con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra
ella, ó para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter’.
De manera específica la misma norma internacional en el acápite 2 del citado art. 8,
establece que durante el proceso, toda persona tiene derecho en plena igualdad, a varias
garantías mínimas, de las cuales se destacan las siguientes vinculadas a la problemática
planteada en el recurso de casación sometido al presente análisis; es así, que el imputado
tiene derecho a la comunicación previa y detallada de la acusación formulada; a la concesión
del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa; de defenderse
personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor y en su caso de ser asistido por un defensor proporcionado
por el Estado; de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos; y a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable.
Esto significa, que dentro del proceso penal se visualizan tres funciones, como son la
requirente cumplida por la parte acusadora, sea la Fiscalía o la parte querellante, la decisoria
desarrollada por la autoridad que ejerce jurisdicción; y, la función defensiva que le
corresponde a toda persona a quien se le atribuya la comisión de un hecho delictivo; lo que
implica, que dentro de cualquier ordenamiento jurídico penal, en el que se reconozcan
derechos y garantías, de manera inevitable ha de reconocerse el derecho al imputado de
ejercer el derecho a la defensa reconocido constitucionalmente y por tratados
internacionales, habida cuenta que: ‘El derecho de defensa cumple, dentro del proceso
penal, un papel particular: por una parte, actúa en forma conjunta con las demás garantías;
por la otra, es la garantía que torna operativas a todas las demás. Por ello, el derecho de
defensa no puede ser puesto en el mismo plano que las otras garantías procesales. La
inviolabilidad del derecho a defensa es la garantía fundamental con la que cuenta el
ciudadano, porque es el único que permite que las demás garantías tengan una vigencia
concreta dentro del proceso penal’ (Binder, Alberto M., Introducción al Derecho Procesal
Penal, Ad-Hoc S.R.L., 1993, página 151).
(…) tiene un carácter dual ya que puede ser ejercido por el defensor y por el propio
imputado, en los términos previstos por los arts. 8 y 9 del CPP, que establecen la defensa
material y la defensa técnica, siendo la primera la potestad procesal que la ley reconoce al
imputado en forma personal de poder decir y hacer en su defensa aquello que fuere
oportuno y razonable y la segunda el derecho del imputado de estar asistido por un abogado,
constituyendo una obligación para la administración de justicia velar porque ese derecho se
cumpla, asignándole en su caso de oficio un defensor”.
DERECHO A LA DEFENSA
AUTO SUPREMO Nº 260/2017-RRC
Sucre, 17 de abril de 2017
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El derecho de defensa, como parte integrante del debido proceso, ha sido y es uno de los
pilares fundamentales en los cuales descansa la protección constitucional del imputado al
asumir su defensa activa en el proceso penal, asegurando su participación en el mismo, a
efectos de precautelar la correcta administración de justicia; al respecto, la jurisprudencia ha
precisado en el Auto Supremo 041/2012-RRC de 16 de marzo, lo siguiente: “El derecho a la
defensa definido como el: ‘...derecho público constitucional que asiste a toda persona física a
quien se le pueda atribuir la comisión de un hecho punible, mediante cuyo ejercicio se
garantiza al imputado la asistencia técnica de un abogado defensor y se les concede a ambos
la capacidad de postulación necesaria para oponerse eficazmente a la pretensión punitiva y
poder hacer valer dentro del proceso el derecho constitucional a la libertad del
ciudadano’ (Gimeno Sendra, Vicente, El derecho de defensa en ‘Constitución y proceso’,
Madrid, 1988, página 89), se constituye en un derecho básico del ciudadano de rango
constitucional y de protección especial, pues la CPE establece en el art. 109.I que:‘Todos los
derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan de iguales
garantías para su protección’; motivo por el cual en su art. 115.II señala que: ‘El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones’ y el art. 119.II prevé que toda persona tiene derecho
inviolable a la defensa.
A su vez, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Bolivia a través
de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993, en su art. 8.1. referente a las garantías judiciales
expresa que: ‘Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido
con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra
ella, ó para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter’.
De manera específica la misma norma internacional en el acápite 2 del citado art. 8,
establece que durante el proceso, toda persona tiene derecho en plena igualdad, a varias
garantías mínimas, de las cuales se destacan las siguientes vinculadas a la problemática
planteada en el recurso de casación sometido al presente análisis; es así, que el imputado
tiene derecho a la comunicación previa y detallada de la acusación formulada; a la concesión
del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa; de defenderse
personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor y en su caso de ser asistido por un defensor proporcionado
por el Estado; de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos; y a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable.
Esto significa, que dentro del proceso penal se visualizan tres funciones, como son la
requirente cumplida por la parte acusadora, sea la Fiscalía o la parte querellante, la decisoria
desarrollada por la autoridad que ejerce jurisdicción; y, la función defensiva que le
corresponde a toda persona a quien se le atribuya la comisión de un hecho delictivo; lo que
implica, que dentro de cualquier ordenamiento jurídico penal, en el que se reconozcan
derechos y garantías, de manera inevitable ha de reconocerse el derecho al imputado de
ejercer el derecho a la defensa reconocido constitucionalmente y por tratados
internacionales, habida cuenta que: ‘El derecho de defensa cumple, dentro del proceso
penal, un papel particular: por una parte, actúa en forma conjunta con las demás garantías;
por la otra, es la garantía que torna operativas a todas las demás. Por ello, el derecho de
defensa no puede ser puesto en el mismo plano que las otras garantías procesales. La
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
inviolabilidad del derecho a defensa es la garantía fundamental con la que cuenta el
ciudadano, porque es el único que permite que las demás garantías tengan una vigencia
concreta dentro del proceso penal’ (Binder, Alberto M., Introducción al Derecho Procesal
Penal, Ad-Hoc S.R.L., 1993, página 151).
…tiene un carácter dual ya que puede ser ejercido por el defensor y por el propio imputado,
en los términos previstos por los arts. 8 y 9 del CPP, que establecen la defensa material y la
defensa técnica, siendo la primera la potestad procesal que la ley reconoce al imputado en
forma personal de poder decir y hacer en su defensa aquello que fuere oportuno y razonable
y la segunda el derecho del imputado de estar asistido por un abogado, constituyendo una
obligación para la administración de justicia velar porque ese derecho se cumpla, asignándole
en su caso de oficio un defensor.
En términos prácticos, la defensa material faculta al imputado a intervenir en toda la
actividad procesal, esto es en todos los actos del proceso que incorporen elementos de
prueba y a formular alegatos, implicando ello las distintas etapas que puedan darse en las
fases de investigación o del proceso en sí, desde el primer acto del proceso conforme
establece el art. 5 del CPP, de modo que siempre pueda realizar todos los actos que le
posibiliten excluir o atenuar la reacción penal estatal, siendo importante precisar que ambas
clases de defensa deben ser desarrolladas en forma armónica, pues la defensa material de
modo alguno puede perjudicar la eficacia de la defensa técnica” .
[357]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentar y ampliar su recurso. Debe tenerse presente que la audiencia de
fundamentación prevista en el art. 412 del CPP, es un derecho de las partes y tiene
vital importancia especialmente para quien ha ofrecido producir prueba, en la que
además, puede efectuar una fundamentación complementaria al recurso de
apelación restringida en su cometido de impugnación de la Sentencia, argumentos
que serán sometidos a consideración del Tribunal de apelación, instancia que
conforme al párrafo tercero del art. 412 del CPP, podrá interrogar libremente a los
recurrentes sobre los aspectos insuficientes de la fundamentación o de la solución
propuesta, la doctrina que sustenta sus pretensiones o la jurisprudencia que se
utilizó, sin que ello implique prejuzgamiento; dentro de ese marco, este Tribunal
concluye que, la denuncia de vulneración del derecho a la defensa efectuada por la
recurrente, resulta evidente, puesto que habiendo solicitado y ofrecido prueba que -
según su criterio- demostraría los defectos procesales en los que incurrió el Tribunal
de Sentencia, se vio imposibilitada de hacerlo, en razón a la errónea notificación
efectuada en un domicilio distinto al que señaló en su memorial de apelación
restringida, lo que impidió que tuviera conocimiento del día y hora en que debía
efectuarse dicho actuado, lo que también trae como consecuencia, la vulneración del
debido proceso consagrado en la Constitución Política del Estado concordante con el
art. 1 del CPP, cuando señala que nadie será condenado a sanción alguna si no es
por Sentencia ejecutoriada, dictada luego de haber sido oído previamente en juicio
oral y público, celebrado conforme a la Constitución, las Convenciones y Tratados
Internacionales vigentes y el Código Procesal Penal, por cuanto el recurso de
casación interpuesto por la recurrente F.S.T.M., deviene en fundado. Cabe aclarar,
que en el caso de los coimputados V.H.M.T. y R.F.V.O., quienes también alegaron
restricción de su derecho a la defensa por omisión de notificación con la fecha de
realización de la audiencia de fundamentación, el motivo denunciado no resulta
evidente porque los mismos fueron debidamente notificados en su domicilio
procesal, conforme se tiene expuesto precedentemente, deviniendo su denuncia en
infundada.
Descriptor: Derecho a la defensa
Restrictor: Vulneración por errónea notificación que impide al recurrente enterarse
de la audiencia de producción de prueba y fundamentación del recurso de apelación
restringida
DERECHO A LA DEFENSA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1215/2015-S1, Sucre 7 de diciembre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Este derecho, según la doctrina, es la oportunidad que tiene toda persona de desvirtuar las
acusaciones que pesan en su contra, afirmando su inocencia ante cualquier situación que le
asigna el matiz de una supuesta culpabilidad. Este derecho es predicable en todos los
órdenes jurisdiccionales y administrativos y se aplica en cualquiera de las fases del
[358]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procedimiento. La finalidad del mismo es asegurar la efectiva realización de los principios
procesales de contradicción y de igualdad, que imponen a los órganos judiciales el deber de
evitar desequilibrios en la posición procesal de ambas partes, e impedir que las limitaciones
de alguna de ellas puedan desembocar en una situación de indefensión, prohibida por la
Constitución Política del Estado.
La jurisprudencia constitucional, refiriéndose al derecho a la defensa como elemento
componente del debido proceso, en la SC 0788/2010-R de 2 de agosto, estableció: "…el
debido proceso, es entendido como el derecho de toda persona a un proceso justo,
oportuno, gratuito, sin dilaciones y equitativo, en el que entre otros aspectos, se garantice al
justiciable el conocimiento o notificación oportuna de la sindicación para que pueda
estructurar eficazmente su defensa, el derecho a ser escuchado, presentar pruebas,
impugnar, el derecho a la doble instancia, en suma, se le dé la posibilidad de defenderse
adecuadamente de cualquier tipo de acto emanado del Estado, donde se encuentren en
riesgo sus derechos, por cuanto esta garantía no sólo es aplicable en el ámbito judicial, sino
también administrativo" .
El debido proceso se encuentra integrado por varios elementos, entre ellos, el derecho a la
defensa; consagrado de manera autónoma en el art. 115.II de la CPE. Al respecto, la SC
1842/2003-R de 12 de diciembre, identificó dos connotaciones: “La primera es el derecho
que tienen las personas, cuando se encuentran sometidas a un proceso con formalidades
específicas, a tener una persona idónea que pueda patrocinarle y defenderle oportunamente,
mientras que la segunda es el derecho que precautela a las personas para que en los
procesos que se les inicia, tengan conocimiento y acceso de los actuados e impugnen los
mismos con igualdad de condiciones conforme a procedimiento preestablecido y por ello
mismo es inviolable por las personas o autoridad que impidan o restrinjan su ejercicio…” .
La segunda característica anotada, guarda estrecha relación con las actuaciones
comunicacionales, dado que la finalidad de estas últimas es asegurar el ejercicio del derecho
a la defensa de manera amplia e irrestricta en la sustanciación de los procesos
jurisdiccionales como administrativos, de manera que se garantice entre otros, el ejercicio
pleno del derecho a la defensa, por tanto, las actuaciones comunicacionales deben cumplir
su eficacia material, asegurando que el contenido de las determinaciones asumidas en las
instancias correspondientes sea de conocimiento de las partes del proceso, de lo contrario,
se estaría provocando indefensión y por tanto, lesionando el citado derecho.
DERECHO A LA DEFENSA
AUTO SUPREMO Nº 043/2016-RRC
Sucre, 21 de enero de 2016
Delitos: Difamación y otros
Resultado de Resolución: infundado
El derecho de defensa, como parte integrante del debido proceso, ha sido y es uno
de los pilares fundamentales en los cuales descansa la protección constitucional del
imputado al asumir su defensa activa en el proceso penal, asegurando su
participación en el mismo, a efectos de precautelar la correcta administración de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
justicia, al respecto la jurisprudencia, ha precisado en el Auto Supremo 041/2012-
RRC de 16 de marzo, lo siguiente:
“El derecho a la defensa definido como el: ‘...derecho público constitucional que
asiste a toda persona física a quien se le pueda atribuir la comisión de un hecho
punible, mediante cuyo ejercicio se garantiza al imputado la asistencia técnica de un
abogado defensor y se les concede a ambos la capacidad de postulación necesaria
para oponerse eficazmente a la pretensión punitiva y poder hacer valer dentro del
proceso el derecho constitucional a la libertad del ciudadano’ (Gimeno Sendra,
Vicente, El derecho de defensa en ‘Constitución y proceso’, Madrid, 1988, página 89),
se constituye en un derecho básico del ciudadano de rango constitucional y de
protección especial, pues la CPE establece en el art. 109.I que: ‘Todos los derechos
reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan de iguales
garantías para su protección’; motivo por el cual en su art. 115.II señala que: ‘El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones’ y el art. 119.II prevé que
toda persona tiene derecho inviolable a la defensa.
A su vez, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Bolivia a
través de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993, en su art. 8.1. referente a las
garantías judiciales expresa que: ‘Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación
de cualquier acusación penal formulada contra ella, ó para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter’.
De manera específica la misma norma internacional en el acápite 2 del citado art. 8,
establece que durante el proceso, toda persona tiene derecho en plena igualdad, a
varias garantías mínimas, de las cuales se destacan las siguientes vinculadas a la
problemática planteada en el recurso de casación sometido al presente análisis; es
así, que el imputado tiene derecho a la comunicación previa y detallada de la
acusación formulada; a la concesión del tiempo y de los medios adecuados para la
preparación de su defensa; de defenderse personalmente o de ser asistido por un
defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor y en
su caso de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado; de interrogar a
los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o
peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos; y a no ser
obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable.
Esto significa, que dentro del proceso penal se visualizan tres funciones, como son la
requirente cumplida por la parte acusadora, sea la Fiscalía o la parte querellante, la
decisoria desarrollada por la autoridad que ejerce jurisdicción; y, la función defensiva
que le corresponde a toda persona a quien se le atribuya la comisión de un hecho
delictivo; lo que implica, que dentro de cualquier ordenamiento jurídico penal, en el
que se reconozcan derechos y garantías, de manera inevitable ha de reconocerse el
derecho al imputado de ejercer el derecho a la defensa reconocido constitucionalmente
y por tratados internacionales, habida cuenta que: ‘El derecho de defensa cumple,
dentro del proceso penal, un papel particular: por una parte, actúa en forma conjunta
con las demás garantías; por la otra, es la garantía que torna operativas a todas las
demás. Por ello, el derecho de defensa no puede ser puesto en el mismo plano que las
otras garantías procesales. La inviolabilidad del derecho a defensa es la garantía
fundamental con la que cuenta el ciudadano, porque es el único que permite que las
[360]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
demás garantías tengan una vigencia concreta dentro del proceso penal’ (Binder,
Alberto M., Introducción al Derecho Procesal Penal, Ad-Hoc S.R.L., 1993, página 151).
(…) tiene un carácter dual ya que puede ser ejercido por el defensor y por el propio
imputado, en los términos previstos por los arts. 8 y 9 del CPP, que establecen la
defensa material y la defensa técnica, siendo la primera la potestad procesal que la
ley reconoce al imputado en forma personal de poder decir y hacer en su defensa
aquello que fuere oportuno y razonable y la segunda el derecho del imputado de estar
asistido por un abogado, constituyendo una obligación para la administración de
justicia velar porque ese derecho se cumpla, asignándole en su caso de oficio un
defensor”.
[361]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
bloque de constitucionalidad por mandato del art. 410.II de la CPE, establecen con
claridad que uno de los componentes del derecho a la defensa, y concretamente de
la defensa técnica, es el derecho que tiene el imputado a contar con un abogado de
su elección, que ha sido definido como: '( .. ) el derecho esencial del imputado de
elegir un jurista que lo asesore y defienda (facultad de elección) desde el primer
momento del procedimiento seguido en su contra. '(Maier, Julio B.J.: Derecho
Procesal Penal, Fundamentos; pág. 549). Por su parte, Binder expresa que: ''El
imputado también tiene el derecho -amplio, en principio- a la elección de su
defensor. Se trata de un asistente de confianza y, por tanto, el imputado debe tener
la mayor libertad posible para elegirlo. Es él quien debe controlar la calidad del
defensor y quien debe admitirlo o no. "(Binder, Alberto: Introducción al Derecho
Procesal Penal, pág. 160). Bajo ese entendimiento, la inviolabilidad de la defensa
técnica implica necesariamente el derecho de contar con un abogado defensor de
confianza, es decir, de libre elección por el imputado, desde el primer acto del
proceso hasta el fin de la ejecución de la sentencia, entendiéndose por primer acto
del proceso cualquier sindicación en sede judicial o administrativa, con mayor razón
si el imputado no posee conocimientos jurídicos, o aun poseyéndolos, no puede
ponerlos en práctica con idoneidad ( arts. 5 y 9 del CPP). En el supuesto de que el
imputado una vez consultado no elige a su defensor, porque no quiere o no puede
designarlo, o si el elegido no acepta inmediatamente el cargo, de oficio se le debe
nombrar un defensor. En éste último supuesto, debe precisarse que el derecho a la
defensa no se agota con la simple designación de oficio del defensor o su presencia
ineficaz, sino que debe observarse la asistencia efectiva de la defensa técnica, ya que
el mero formalismo de la designación y presencia del defensor no puede prevalecer
sobre el ejercicio material del derecho, de acuerdo al mandato de eficacia de los
derechos fundamentales, consagrado en los arts. 14.III, 109.I, 196.I y410 de la
CPE”. De la jurisprudencia constitucional anotada, se concluye que todo imputado
tiene derecho a la defensa técnica; es decir, un abogado de confianza; sin embargo,
en caso de no contar con un abogado, se le debe designar uno de oficio para que lo
defienda de manera eficaz.(…) A objeto de resolver la problemática planteada,
corresponde realizar una revisión de los antecedentes procesales que dieron origen
al motivo del recurso de casación. El imputado J.A.M.L., ahora recurrente, en el
desarrollo del proceso fue asistido por varios profesionales abogados, así en su
declaración informativa participó el abogado H. R.J. (fs. 1 y vta.), ofreció prueba de
descargo con el abogado R.J. F. P. (fs. 23 y vta.), el que renunció a la defensa técnica
conforme el pase profesional (fs. 73), habiendo asistido a la primera audiencia del
juicio oral con el abogado F.P.S.M. (fs. 74 y vta.), cuyo profesional solicitó la
suspensión del juicio para interiorizarse del proceso en observancia del art. 104 del
CPP, pedido que fue deferido favorablemente; empero, a efectos de evitar
suspensiones dilatorias el Tribunal de Sentencia, le designó como defensor de oficio
al abogado Á.C.; reiniciada la audiencia de juicio oral (fs. 111 a 118 vta.), estuvo
asistido por el defensor de oficio, quién ejercitó la defensa técnica con absoluta
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
amplitud, pues contrainterrogó a los testigos de cargo, asumió defensa a tiempo de
que el Ministerio Público y la acusación particular formularon exclusiones
probatorias con relación a la prueba literal de descargo, incorporó en el juicio
prueba documental de descargo y expuso las conclusiones por parte de la defensa
incluso en la etapa de los medios de impugnación; el recurso de apelación
restringida, fue suscrito por el abogado F.P.S.M. (fs. 132 a 135); y, el recurso de
casación por el abogado R.J. F. P. (fs.174 a 176). Ahora bien, de la cronología
descrita en cuanto a la participación de abogados en el proceso, se advierte que el
imputado en todo momento fue asistido por un profesional abogado; en
consecuencia, la denuncia de que le impusieron un abogado defensor de oficio lo
que hubiere ocasionado una presunta indefensión y vulneración al debido proceso
en su componente del derecho a la defensa consagrado en los arts. 115 y 116 de la
CPE, no es evidente; por cuanto, ante la renuncia del patrocinio del abogado
R.J.F.P., el imputado eligió un abogado defensor de su confianza, al abogado
F.P.S.M., quién inclusive para tener conocimiento del proceso y asumir una
adecuada defensa, solicitó la suspensión del juicio en la primera audiencia; sin
embargo, ante su inconcurrencia en la subsiguiente audiencia, participó el abogado
defensor de oficio Á.C., lo que implica que se cumplieron todas las formalidades del
derecho a la defensa desarrolladas en el acápite III.1 de la presente Resolución,
cumpliéndose con lo establecido en los arts. 9 y 104 del CPP; esto es, la asistencia
de la defensa técnica para que el imputado ejerza su irrenunciable derecho a la
defensa, lo que significa que no existió vulneración de sus derechos y garantías
constitucionales denunciados, máxime si desde el inicio del proceso hasta su
culminación ejercitó su derecho a la defensa con los abogados de su elección,
concluyéndose que el actuar del Tribunal de alzada fue correcto y no es evidente que
haya incurrido en defecto absoluto conforme el art. 169 inc. 2) del CPP, tampoco se
vulneró sus derechos y garantías constitucionales del debido proceso y la seguridad
jurídica, razones suficientes que hacen que el recurso de casación sea declarado
infundado.
Descriptor: Derecho a la defensa técnica
Restrictor: No causa indefensión la designación de defensor de oficio que ejerza la
defensa técnica de manera eficaz (contrainterrogando a los testigos de cargo,
asumiendo defensa a tiempo de que el Ministerio Público y la acusación particular
formularon exclusiones
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 0011/2015 de 20 de febrero, ha señalado que: “...respecto al derecho a la igualdad
de las partes procesales que la Constitución Política de Estado, define los valores de la
sociedad en su art. 8, disponiendo que el Estado Plurinacional de Bolivia se sustenta entre
otros, en el valor de igualdad para vivir bien; en tal sentido, en sus arts. 178.I y 180.I,
establece que la administración de justicia se fundamenta en los principios procesales de
gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad,
eficacia, eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de
partes ante el juez; postulados constitucionales que armonizan con el art. 7 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General que en
su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, dispone que: ‘Todos son iguales ante
la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley…’, precepto normativo de
orden internacional aplicable en mérito al bloque de convencionalidad establecido en los arts.
410.II con relación al 13.IV, ambos de la CPE.
El contexto normativo precedente, se materializa a través de la previsión contenida en el art.
14.V de la CPE, que determina que las leyes se aplican a todas las personas dentro del
territorio boliviano; estableciendo en su art. 119, que las partes en conflicto gozarán de
iguales oportunidades para ejercer durante el proceso las facultades y derechos que les
asistan, siendo oídas por autoridad jurisdiccional competente, independiente e imparcial (art.
120.I de la CPE); de donde se extrae que todas las personas tienen derecho a acceder de
forma igualitaria ante los jueces, no solamente en el sentido estricto de una idéntica
oportunidad para acudir a los estrados judiciales, sino también como la posibilidad cierta y
evidente de recibir de los juzgadores idéntico tratamiento ante situaciones similares, a no ser
que el juez o jueza de la causa exprese razones serias que justifiquen su posición,
excluyendo cualquier atisbo de privilegios por parte del juzgador en favor o en contra de
alguna de ellas.
Dicho de otra forma, cada una de las partes que interviene en el proceso, es titular de
deberes y derechos procesales y por ende, debe recibir el mismo trato, tanto por parte del
legislador como por el juez o tribunal que conozca el proceso; motivo por el cual, la autoridad
judicial debe mantenerse imparcial en sus apreciaciones y determinaciones sin favorecer con
su actuación a alguna de las partes en conflicto.
Entonces, el derecho a la igualdad se manifiesta en su máxima expresión cuando se
efectiviza la igualdad en el proceso a través del equilibrio de las actuaciones judiciales
respecto a las partes; razonamiento que emerge de la interpretación teleológica del art. 119.I
de la CPE, que determina que este derecho, sea exigible para los sujetos procesales.
Para Isidro Montiel y Duarte, la igualdad se constituye en: ‘…una garantía individual, general
y común a todos los hombres indistintamente, sean naturales o extranjeros, y sean o no
ciudadanos, puede y debe decirse que es el derecho que todos los hombres tienen para ser
juzgados por unas mismas leyes que constituyan el derecho común, fundado sobre reglas
generales y no sobre prescripciones excepcionales de puro privilegio. Así, pues, la garantía
de la igualdad está bien presentada con las palabras de igualdad ante la ley”.
Al respecto, la SCP 0080/2012 de 16 de abril, manifestó que: “La igualdad, por tanto es un
valor guía y eje del todo colectivo, que se halla reconocido en el art. 8.II de la CPE, cuando
señala: 'El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad…'.
La Constitución Política del Estado considera a la igualdad, no únicamente como un valor
supremo, sino también como un principio motor de todo el aparato jurídico, siempre en
procura del logro de un régimen de igualdad real, donde no se reconozcan privilegios y se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
erradique toda forma de discriminación, consolidando los rasgos e impronta de nuestro
nuevo modelo de Estado.
La igualdad, además de ser un valor y un principio, es también un derecho y una garantía.
Es un derecho que a su vez reivindica el derecho a la diferencia y es una garantía porque
avala su ejercicio activando la tutela judicial y constitucional en caso de su violación.
‘Igualdad, como Garantía individual es un elemento consubstancial al sujeto en su situación
de persona humana frente a sus semejantes todos (…) es una situación en que está
colocado todo hombre desde que nace”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Esto supone, conforme expresó la SC 1842/2004-R de 30 de noviembre, que: “La regla de la
igualdad procesal aludida impide una ruptura irreflexiva e irrazonada con el precedente,
producido por el mismo órgano”.
(…) sólo se puede exigir la igualdad en la aplicación de la Ley al mismo órgano, es decir que
un juez o tribunal aplique a supuestos o hechos iguales consecuencias jurídicas también
iguales sin que pueda exigírsele la aplicación de resoluciones o Sentencias dictados por
otros órganos…”.
PRECEDENTE SC 1842/2004-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 0092/2014-S3 de 27 de octubre, desarrolló el derecho de impugnación como
garantía procesal señalando que: “La Constitución Política del Estado a través de su art.
180.II, garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales, por su parte la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en su art. 8.2 inc. h), ha señalado entre
las garantías judiciales el 'derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior'.
En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional Plurinacional, mediante la SCP 0275/2012 de
4 de junio, se refirió a la vinculación existente entre derecho a la defensa, la garantía de la
impugnación y la doble instancia, señalando que: '…La garantía de la doble instancia admite
el disenso con los fallos, permitiendo que una autoridad distinta de la inicialmente
competente, investida además de otra jerarquía administrativa, pueda evaluar, revisar,
compulsar y en definitiva corregir los defectos insertos en la decisión inicial, dando lugar de
ésta manera a un irrestricto acceso a la justicia, aspecto íntimamente relacionado con el
derecho a la defensa.
La eventualidad de impugnar un fallo desfavorable, posibilita que el administrado, reclame
aspectos específicos que considera injustos a sus pretensiones, fundamentando en qué
grado estas omisiones o distorsiones han afectado sus derechos. El responder en segunda
instancia todos los agravios denunciados es obligación ineludible de la instancia de alzada
materializar los derechos’”.
DERECHO A LA IMPUGNACIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1231/2015-S2, Sucre 12 de
noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
La impugnación es el mecanismo a través del cual, las partes del proceso tienen el derecho
de objetar la resolución que estiman lesiva a sus intereses, a efectos de que el tribunal
superior revise las actuaciones del juez a quo y repare las lesiones denunciadas; en ese
entendido, el art. 180.II de la CPE establece que: “Se garantiza el principio de impugnación
en los procesos judiciales”, norma que resulta concordante con el art.8.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, que señala: “…Durante el proceso, toda persona tiene
derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas (…) h) Derecho de recurrir
del fallo ante juez o tribunal superior”; así como en el art. 9.4 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), establece que: “Toda persona que sea privada de
libertad en virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de
que éste decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisión y ordene su libertad si
la prisión fuera ilegal”, disposiciones que por determinación del art. 410 de la CPE, forman
parte del bloque de constitucionalidad.
En ese contexto la SCP 0386/2015-S2 de 8 de abril, al referirse al ejercicio del derecho a la
impugnación refirió que: “El derecho a la defensa se constituye en la capacidad reconocida
por el texto constitucional a favor de un individuo sometido a proceso (judicial o
administrativo), a conocer el estado del mismo y en consecuencia, impugnar o
contradecir las pruebas y providencias o decisiones que resulten adversas a sus
intereses; a este efecto, el ejercicio de este derecho se halla garantizado por la propia
Constitución Política del Estado, a través del debido proceso que, conforme establecimos en
el Fundamento Jurídico anterior, se halla reconocido constitucionalmente en una triple
dimensión: como derecho, principio y garantía; coligiéndose entonces que el derecho a la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
defensa implica para todo habitante, la posibilidad real y cierta de acudir ante los órganos
jurisdiccionales en demanda de justicia mediante el ejercicio de la facultad que la propia
constitución le otorga de que todos los actos jurisdiccionales sean razonables y se hallen
encaminados a una cabal defensa personal de sí mismo o de sus derechos durante el juicio.
Ahora bien, teniendo en cuenta que uno de los elementos del derecho al defensa se
materializa a través de la contradicción o no consentimiento de resoluciones o actos que
emerjan durante la tramitación del proceso, queda claro entonces que, la impugnación
implica un ataque contra una determinación judicial que se considere gravosa o lesiva
a los intereses jurídicos de una de las partes sometidas a la jurisdicción de una autoridad,
con ello se pretende garantizar el acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva, derechos
que están ampliamente reconocidos y garantizados por la Norma Suprema; es decir que,
mediante el régimen de impugnaciones, que constituyen un elemento imprescindible del
debido proceso, es posible cuestionar los fallos dentro de una misma estructura jurídica del
Estado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ahora bien, a objeto de materializar el ejercicio del derecho a la salud dentro de los recintos
penitenciarios, el ordenamiento jurídico prevé medios específicos para resguardar este
derecho por su directa vinculación con el derecho a la vida de aquellas personas que
circunstancialmente se encuentran privadas de libertad, es así que, la Ley de Ejecución
Penal y Supervisión, dispone en su Título Tercero, Capítulo Segundo, arts. 90 al 93 y 96,
concordantes con el art. 2.2 y 11 del Decreto Supremo (DS) 26715 de 26 de julio de 2002
(Reglamento de Ejecución de Penas Privativas de Libertad), que debe existir en cada centro
penitenciario un servicio de asistencia médica que funcione las veinticuatro horas, encargado
de otorgar a los internos, atención básica y de urgencia, en medicina general y odontología y
en caso de tratarse de enfermedades o dolencias que precisen tratamiento especial
izado, será el Di rector del establecimiento el encargado de comunicar estos hechos a
las personas indicadas, pudiendo el interno a solicitud expresa ante el Director del
establecimiento, acceder a su costo, a atención médica ajena a la del establecimiento,
cuya decisión podrá ser apelada ante el juez de ejecución penal.
Del mismo modo, tratándose de casos de emergencia, el legislador ha dispuesto en el art. 94
del mismo compilado legal que el director del establecimiento penitenciario o quien se
encuentre a su cargo, ordenará el traslado del interno a un Centro de Salud adoptando
las Medidas de Seguridad necesarias; debiendo informar de inmediato, al Juez
competente; es decir que, cuando la salud de una persona privada de libertad se encuentra
disminuida, le corresponde en primera instancia al interno dirigirse en consulta al médico del
recinto penitenciario a efecto de sea este quien determine a prima facie la gravedad del
cuadro y adopte las medidas necesarias para asegurar y precautelar el ejercicio de este
derecho y por ende su derecho a la vida, y cuando corresponda, en virtud a una
emergencia particular o la necesidad específica de tratamiento especializado, el galeno
del penal deberá poner en conocimiento de la situación al Director del recinto quien,
tomando las previsiones de seguridad necesarias, autorizará el traslado del enfermo a
un centro de salud y pondrá dicha determinación en conocimiento del juez
competente; similar razonamiento ha manifestado esta Jurisdicción mediante la SCP
0257/2012 de 29 de mayo”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De lo expresado y respecto a la protección del derecho a la vida de las personas privadas de
su libertad, que adolezcan de problemas de salud, en principio establecer de que es posible
su detención, sin embargo existen mecanismos para salvaguardar su derecho a la vida; así
se tiene que, el art. 90 de la Ley de Ejecución Penal y Supervisión (LEPS), establece la
existencia de un servicio de asistencia médica que debería funcionar las veinticuatro horas
del día en cada establecimiento penitenciario, el cual se encuentra a cargo de funcionarios
públicos dependientes del Ministerio de Salud y Previsión Social y funcionalmente de la
administración penitenciaria; de igual manera el art. 92 del mismo cuerpo legal establece la
posibilidad para que, cuando el médico constate la necesidad de un tratamiento
especializado por parte del interno, éste pueda ser trasladado a un centro hospitalario, previo
informe y recomendación al Juez de Ejecución Penal; por último, el art. 94 de la ya
mencionada Ley, contempla la posibilidad de que en casos de emergencia, el Director del
establecimiento o quien se encuentra a cargo, ordenará el traslado del interno a un centro de
salud, sin embargo es menester aclarar que los jueces y tribunales, así como el Ministerio
Público y autoridades penitenciarias, tienen el deber ineluctable de garantizar que estas
condiciones se materialicen, puesto que dichas autoridades están en posición de garantes de
su cumplimiento que además implica el cumplimiento de las prescripciones contenidas en la
Constitución”.
“En efecto dicha posición de garante deviene impuesta del propio texto constitucional, así el
art. 73.I de la CPE, establece: 'Toda persona sometida a cualquier forma de privación de
libertad será tratada con el debido respeto a la dignidad humana', debiendo entenderse que
esta norma se dirige precisamente a las autoridades con competencia y capacidad real de
efectivizar dichas condiciones y por tanto responsables de las mismas, aspecto que
concuerda con el art. 74.I del propio texto constitucional, que sostiene: 'Es responsabilidad
del Estado la reinserción social de las personas privadas de libertad, velar por el respeto de
sus derechos, y su retención y custodia en un ambiente adecuado, de acuerdo a la
clasificación, naturaleza y gravedad del delito, así como la edad y el sexo de las personas
retenidas', provocando que la responsabilidad sobre el resguardo de esas condiciones
recaiga inicialmente sobre el Estado que luego deviene en responsabilidad individual de sus
funcionarios por ello puede aseverar que es el Estado y sus servidores los que se encuentran
en posición de garante respecto a los derechos de sus ciudadanos y en el caso de cárceles
de las personas privadas de su libertad.
En este mismo sentido se encuentra la uniforme jurisprudencia de la Corte Interamericana de
los Derechos Humanos que integra el denominado bloque de constitucionalidad
internacional, así en la Sentencia de 16 de agosto de 2000, dentro del Caso Durand y Ugarte
vs. Perú, sostuvo: toda persona privada de libertad tiene derecho a vivir en condiciones de
detención compatibles con su dignidad personal y el Estado debe garantizarle el derecho a la
vida y a la integridad personal. En consecuencia, el Estado, como responsable de los
establecimientos de detención, es el garante de estos derechos de los detenidos, sin que
puedan alegar la falta de recursos humanos, económicos, técnicos o de otra naturaleza, pues
conforme al art. 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, los Estados
deben: adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de
esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para
hacer efectivos tales derechos y libertades” y conforme la sentencia de fondo, reparaciones y
costas de 3 de abril de 2009 dentro del caso Kawas Fernández vs. Honduras «En este
sentido, los Estados no pueden invocar privaciones económicas para justificar condiciones
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de detención que no cumplan con los estándares mínimos internacionales en esta área y no
respeten la dignidad del ser humano».
Ahora bien, si inicialmente la tutela del derecho a la vida debe ejercerse por las autoridades
penitenciarias, dicha obligación alcanza a todo el aparato estatal, así en la sentencia de 2 de
septiembre de 2004, dentro del caso 'Instituto de Reeducación del Menor' la Corte
Interamericana de Derechos Humanos sostuvo: «Frente a las personas privadas de libertad,
el Estado se encuentra en una posición especial de garante, toda vez que las autoridades
penitenciarias ejercen un fuerte control o dominio sobre las personas que se encuentran
sujetas a su custodia. De este modo, se produce una relación e interacción especial de
sujeción entre la persona privada de libertad y el Estado, caracterizada por la particular
intensidad con que el Estado puede regular sus derechos y obligaciones, y por las
circunstancias propias del encierro, en donde al recluso se le impide satisfacer por cuenta
propia una serie de necesidades básicas que son esenciales para el desarrollo de una vida
digna».
Finalmente y a efectos de resolver la presente causa, la posición de garante provoca la
responsabilidad del Estado y sus órganos incluso frente a actos de terceros, así en la
sentencia de 28 de enero de 2009, dentro del Caso Perozo y otros vs. Venezuela la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, afirmó que: 'La Corte ha señalado que la
responsabilidad internacional del Estado puede generarse por actos violatorios cometidos por
terceros, que en principio no le serían atribuibles. Esto ocurre si el Estado incumple, por
acción u omisión de sus agentes que se encuentren en posición de garantes de derechos
humanos, las obligaciones erga omnes contenidas en los artículos 1.1 y 2 de la Convención',
y para determinar esta responsabilidad «Debe atenderse a las circunstancias particulares del
caso y a la concreción de dichas obligaciones de garantía, considerando la previsibilidad de
un riesgo real e inmediato», aspectos que sin duda deben considerarse por los jueces,
fiscales, policías y personas en posición de garante respecto a las personas privadas de su
libertad.
Respecto a los jueces de instrucción en lo penal, conforme al art. 54.1 del CPP, entre otros,
deben ejercer 'El control de la investigación, conforme a las facultades y deberes previstos
en este Código', entendiéndose además las normas constitucionales y los tratados de
derechos humanos que integran el bloque de constitucionalidad, por lo que también se
encuentran en posición de garantes de los derechos de las personas privadas de libertad
máxime cuando esté de por medio el derecho a la vida, por lo que ante solicitudes y
denuncias vinculadas con el derecho a la vida deben tramitar las mismas de oficio y con la
debida celeridad (SC 0166/2010-R de 17 de mayo)»'” (SCP 0965/2014 de 23 de mayo).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
interpretaciones, ya sea en la determinación de los hechos o en la aplicación del
derecho”.
Para la vigencia de este derecho, no basta con el reconocimiento formal del recurso
de impugnación, sino que se deben eliminar todos aquellos obstáculos que impidan
ejercerlo, tales como la exigencia de demasiados requisitos formales o plazos muy
breves para su interposición, etc. En consecuencia, el ejercicio del derecho de
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior, implica que toda persona tiene
derecho a disponer, en un plazo razonable y por escrito, de los fallos dictados en la
determinación de su responsabilidad, debidamente motivados, a efectos de su
posible apelación.
Dada la magnitud de este derecho corre a cargo de los Estados, en sus diferentes
órganos, entre ellos, el de administración de justicia, evitar que el mismo sea
desconocido por interpretaciones que en lugar de efectivizarlo tiendan a restringirlo
o eliminarlo.
En la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, este derecho se
encuentra reconocido en el art. 180.II que establece: “Se garantiza el principio de
impugnación en los procesos judiciales”; derecho, que se constituye no sólo en un
derecho humano sino también en un principio, que debe ser observado en la
administración de justicia, lo que importa, el deber de toda autoridad judicial de
asegurarlo y garantizarlo en el curso de cualquier proceso sometido a su
conocimiento, convirtiéndose, a su vez, en una garantía fundamental que debe ser
otorgada por el Estado en la administración de justicia.
De otra parte, cabe señalar que en virtud del principio pro actione, la doctrina y la
jurisprudencia constitucional han establecido que para efectivizar el derecho a
impugnar o recurrir, el sistema recursivo debe estar sustentado en: a) el
antiformalismo del que deben ser resguardados todos los medios de impugnación;
y, b) la posibilidad efectiva, para subsanar los defectos formales que impiden el
ejercicio de ese derecho. Entendimiento que ha sido asumido al estar en juego el
derecho de acceso a la justicia.
Ahora bien, ello no implica desconocer las diferentes posibilidades de organización
de los distintos órdenes jurisdiccionales y procesos, por tanto de igual manera
instancias y recursos, de acuerdo con la naturaleza de las pretensiones cuya
satisfacción se inste y de las normas que las fundamentan; cuando el legislador ha
establecido un sistema de recursos, configurando así la tutela judicial efectiva y el
acceso a la justicia de un modo concreto y determinado, las partes dentro de un
proceso están obligados a utilizar los recursos legalmente previstos en la forma y
con los requisitos que la ley prevé, tanto ordinarios como extraordinarios.
Bajo este entendimiento, el derecho de impugnación si bien está reconocido
constitucionalmente, está encaminado por las normas de desarrollo constitucional
debiendo atenerse en cada caso a lo que establezcan las mismas, correspondiendo a
los órganos judiciales la verificación y control de la concurrencia de los requisitos y
presupuestos procesales que condicionan el acceso a los mismos, empero este
control debe efectuarse en la forma que sea más favorable a la efectividad de los
mismos. Por eso, la denegación o inadmisión de un recurso no vulnera el
derecho a la impugnación si viene fundada en una causa legal que ha sido
objeto de una interpretación razonable y no puede ser sustituida por otra que,
siendo permitida por el texto legal y admisible en derecho, resulte más
favorable a la efectividad del derecho a acceder al recurso denegado. En
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
consecuencia también, no debe rechazarse o declararse inadmisible un recurso
defectuoso interpuesto o formalizado sin dar previamente ocasión a la subsanación
de los defectos advertidos, siempre que no tengan su origen en una actitud
negligente o maliciosa del interesado y no dañe la regularidad del procedimiento ni
los intereses de la parte contraria.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
presupuestos procesales que condicionan el acceso a los mismos, empero este control
debe efectuarse en la forma que sea más favorable a la efectividad de los
mismos. Por eso, la denegación o inadmisión de un recurso no vulnera el
derecho a la impugnación si viene fundada en una causa legal que ha sido
objeto de una interpretación razonable. Tampoco, debe rechazarse o
declararse inadmisible un recurso defectuoso interpuesto o formalizado sin
dar previamente ocasión a la subsanación de los defectos advertidos, siempre
que no tengan su origen en una actitud negligente o maliciosa del interesado y no
dañe la regularidad del procedimiento ni los intereses de la parte contraria.
Sobre la misma temática, el Auto Supremo 98/2013-RRC de 15 de abril,
refiriéndose a la naturaleza y presupuestos procesales del recurso de apelación
restringida estableció: “En el sistema procesal penal, en los arts. 394 y siguientes del
CPP, se establecen las normas generales y los requisitos de tiempo y forma que se
deben observar a tiempo de interponer los diferentes recursos, siendo facultad
privativa de los Tribunales de apelación o alzada, velar por el cumplimiento de las
normas que regulan el trámite y resolución de dichos recursos, y por ende,
pronunciarse sobre la admisibilidad de los mismos.
(…) Conforme señalan los arts. 408 y 410 CPP, a tiempo de interponer el recurso de
apelación restringida, deberá citarse inexcusablemente, de manera concreta y
precisa, las disposiciones legales que se consideran violadas o erróneamente
aplicadas, además de expresar cuál es la aplicación que se pretende,
indicando separadamente cada violación con sus fundamentos, con el
advertido de que posteriormente no podrá invocarse otra violación; esta
exigencia se explica, porque el Tribunal tiene que saber cuál es la norma
procesal o sustantiva que el procesado considera inobservada o erróneamente
aplicada y fundamentalmente, cuál es la aplicación de la norma que
pretende aquel que impugna de una sentencia, es decir, el recurrente tiene el
deber, a partir de los motivos que alega en su recurso, indicar en su planteamiento
cuál la solución que el Tribunal de alzada debiera dar a su caso. Es menester tener
en cuenta que de acuerdo a la Sentencia Constitucional 1075/2003-R de 24 de
julio: ‘Estas exigencias, tienen la finalidad de que el Tribunal que conozca el recurso
no tenga que indagar qué ha querido decir el recurrente, cuál ha podido ser la norma
procesal o sustantiva que el procesado entiende inobservada o violada. Pues, una
tarea así para el tribunal que debe conocer el recurso, dada la recargada e intensa
actividad judicial, podría determinar el colapso (la mora judicial), imposibilitando el
cumplimiento de las exigencias constitucionales de celeridad procesal’.
Por otra parte, si bien es cierto, que el recurrente tiene derecho de ofrecer prueba en
grado de apelación; esta prueba únicamente puede ser producida para acreditar
defectos de procedimiento y de ninguna manera para acreditar o desvirtuar los
hechos juzgados, en razón de que en el nuevo sistema de impugnación, el Tribunal de
alzada se limita a revisar el juicio de derecho y por lo mismo, desaparece la
posibilidad de la doble instancia que permita al Tribunal de apelación, ingresar a
considerar los hechos debatidos en el juicio oral y público, y menos, admitir o
incorporar prueba encaminada a demostrar o desvirtuar los hechos que fueron objeto
del debate.
De las previsiones legales referidas, se puede establecer que en la legislación
penal boliviana el derecho al recurso no es absoluto, pues su existencia
primero y su ejercicio después va a depender de la concurrencia de todos y
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cada uno de los presupuestos, requisitos o condiciones de admisibilidad del
recurso; además, no puede ser ejercitado por cualquier persona, ni de
cualquier forma, pues su ejercicio exige el cumplimiento de una serie de
condiciones legalmente establecidas. Por lo tanto, el derecho a recurrir está
supeditado y condicionado legalmente o dicho de otro modo, el recurso de
apelación restringida debe ser formulado tal y como prevé la norma procesal,
requiriendo la diligencia del recurrente”. (El subrayado y resaltado es nuestro).
En virtud de lo señalado, si el Tribunal de alzada observa el recurso de apelación
restringida y otorga un plazo para subsanar el recurso conforme a la previsión del
art. 399 del CPP, debe precisar de manera clara y expresa en el decreto respectivo,
la observación que realiza y los requisitos que extraña, toda vez que las resoluciones
judiciales deben ser expresas y no tácitas.
En cuyo caso, si transcurridos los tres días, el recurrente no subsana el recurso
conforme a las observaciones realizadas, precluye el derecho del recurrente por el
transcurso del tiempo, debiendo el Tribunal de apelación RECHAZAR el recurso, sin
ingresar a consideraciones de fondo; por el contrario, si el recurrente cumple con las
observaciones advertidas tramitará el recurso conforme a procedimiento y dictará
resolución declarando procedente o improcedente el recurso. (Entendimiento
asumido por los Autos Supremos 10 de 26 de enero de 2007, 98/2013 de 15 de
abril, entre otros).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
exigencias de carácter procedimental: plazos, formas de presentación,
oportunidad, requisitos de contenido y de carácter formal, pues a través de
ellas se canaliza el debido proceso y la seguridad jurídica.
En efecto, el derecho al recurso o a impugnar de los fallos no es un derecho
absoluto, pues su ejercicio en aras de un debido proceso y tutela judicial efectiva
dependerá de la concurrencia de todos y cada uno de los presupuestos, requisitos o
condiciones de admisibilidad del recurso; es por ello, que las disposiciones legales de
carácter procesal establecen una serie de condiciones para asegurarlo, con el
condicionante de eliminar a aquellos formalismos innecesarios que en lugar de
viabilizar su ejercicio se constituyan en obstáculo para su efectivización.
Este fue la directriz expresada en el citado Auto Supremo 627/20014-RRC al
sostener: “Bajo este entendimiento, el derecho de impugnación si bien está reconocido
constitucionalmente, está encaminado por las normas de desarrollo constitucional
debiendo atenerse en cada caso a lo que establezcan las mismas, correspondiendo a
los órganos judiciales la verificación y control de la concurrencia de los requisitos y
presupuestos procesales que condicionan el acceso a los mismos, empero este control
debe efectuarse en la forma que sea más favorable a la efectividad de los
mismos. Por eso, la denegación o inadmisión de un recurso no vulnera el
derecho a la impugnación si viene fundada en una causa legal que ha sido
objeto de una interpretación razonable. Tampoco, debe rechazarse o
declararse inadmisible un recurso defectuoso interpuesto o formalizado sin
dar previamente ocasión a la subsanación de los defectos advertidos, siempre
que no tengan su origen en una actitud negligente o maliciosa del interesado y no
dañe la regularidad del procedimiento ni los intereses de la parte contraria.
En ese contexto el art. 396 inc. 3) del CPP, establece entre una de las reglas
generales, que los recursos se interpondrán, en las condiciones de tiempo y forma
que se determina en ese código, con indicación específica de los aspectos
cuestionados de la resolución, regulando en ese sentido el recurso de apelación
restringida en las disposiciones contenidas en los arts. 407 a 415 del cuerpo legal
citado; pero además dispone en su art. 399, que: “Si existe defecto u omisión de
forma, el tribunal de alzada lo hará saber al recurrente, dándole un término de tres
días para que lo amplíe o corrija, bajo apercibimiento de rechazo…”, disposición
aplicable al recurso de apelación restringida.
Ahora bien, el art. 408 del CPP, dispone que el recurso de apelación restringida será
interpuesto por escrito en el plazo de quince días de notificada la sentencia,
debiendo citarse concretamente las disposiciones legales que se consideren violadas
o erróneamente aplicadas y expresarse cuál es la aplicación pretendida. Además,
deberá indicarse separadamente cada violación con sus fundamentos, no pudiendo
invocarse otra violación en forma posterior.
Consecuentemente, debe tenerse en cuenta, que el establecimiento de estas formas
en la norma procesal penal tiene la finalidad de contribuir a la celeridad procesal,
mediante claridad y precisión en la formulación de la apelación restringida, por ello
faculta al superior disponer que el recurrente corrija los defectos de forma de su
recurso, bajo apercibimiento de rechazo, éste de ninguna manera puede ser directo,
necesariamente debe darse oportunidad de corregir los defectos de forma. Debe
anotarse que estos requisitos de forma tienen por finalidad facilitar a la autoridad
judicial la determinación del objeto de la impugnación dado que el límite de la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
competencia queda establecido por los puntos apelados, siendo éstos los que deben
ser resueltos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese sentido, la SCP 0077/2012 de 16 de abril, expresó lo siguiente: “De la norma legal
precedente, de manera general es posible concluir que los tribunales de alzada sólo
pueden resolver y pronunciarse sobre los agravios expresados en la apelación, no
pudiendo ir más allá de lo que la parte apelante no hubiere cuestionado respecto de la
resolución apelada, dado que el ámbito en el que deben circunscribir su actuación es a
resolver los aspectos impugnados de quien tiene derecho de recurrir”.
[379]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
precisa los razonamientos lógico-jurídicos base de su decisorio, en observancia
del principio de la razón suficiente; lo contrario implica dejar en estado de incertidumbre
y/o inseguridad a las partes respecto a su pretensión jurídica.
Se vulnera el debido proceso, el derecho a la tutela judicial efectiva y, en concreto, el
derecho a la debida motivación de las resoluciones, que obliga a los órganos judiciales a
resolver las alegaciones de las partes de manera expresa cada una de ellas, cuando se emite
una resolución sin atender todas las denuncias realizadas; por lo que las resoluciones deben
responder emitiendo los criterios jurídicos sobre cada punto impugnado, caso contrario,
genera indefensión en el recurrente.
Bajo esas consideraciones, se establece la falta de fundamentación en el Auto de Vista
impugnado, cuando se evidencia que el Tribunal de Apelación, se limita a un
resumen de la Sentencia y de los requerimientos plasmados en la apelación
restringida, arriba a conclusiones sin expresar los fundamentos fácticos, lógicos y
jurídicos que justifiquen su decisión, vulnerando así el Art. 124 del Código de
Procedimiento Penal, la garantía al debido proceso, la tutela judicial efectiva y el
derecho a la motivación, dejando al recurrente en estado de indeterminación
frente a la resolución. De igual forma se vulnera el art. 124 del Código de Procedimiento
Penal, además del art. 398 de la Ley precitada, así como las garantías y derechos señalados
precedentemente, cuando el Tribunal de Apelación omite pronunciarse sobre todas
las alegaciones realizadas en el recurso de alzada, incurriendo en el vicio de
incongruencia omisiva (citra petita o ex silentio), que tiene como esencia, la
infracción por parte del Tribunal del deber de atendimiento y resolución de
aquellas alegaciones que se hayan traído al proceso de manera oportuna,
frustrando con ello el derecho de la parte a obtener una respuesta fundada en derecho sobre
la cuestión formalmente planteada, deviniendo en consecuencia en defecto absoluto
inconvalidable”.
Específicamente, en cuanto a la omisión de pronunciamiento, también lesivo de la garantía
del debido proceso, en su elemento debida fundamentación y motivación de las resoluciones
jurisdiccionales, este Tribunal explicó lo siguiente, en el Auto Supremo 394/2014-RRC de 18
de agosto:
“De conformidad con el desarrollo jurisprudencial de este Tribunal, se incurre en el defecto
de incongruencia omisiva (citra petita o ex silentio) al no pronunciarse una autoridad
jurisdiccional sobre las denuncias planteadas, vulnerando las disposiciones contenidas en los
arts. 124 y 398 del CPP; temática que fue ampliamente desarrollada por este Tribunal en el
Auto Supremo 297/2012-RRC de 20 de noviembre, refiriendo que: ’…sin embargo, debe
exigirse el cumplimiento de los siguientes requisitos para la concurrencia del fallo
corto: i) Que la omisión denunciada se encuentre vinculada a aspectos de carácter jurídico y
no a temas de hecho o argumentos simples; ii) Que las pretensiones ignoradas se
hayan formulado claramente y en el momento procesal oportuno; iii) Que se traten
de pretensiones en sentido propio y no de meras alegaciones que apoyan una pretensión;
y, iv) Que la Resolución emitida no se haya pronunciado sobre problemáticas de derecho, en
sus dos modalidades; la primera que la omisión esté referida a pretensiones jurídicas, y la
segunda cuando del conjunto de los razonamientos contenidos en la Resolución judicial
puede razonablemente deducirse no sólo que la autoridad jurisdiccional ha valorado la
pretensión deducida, sino además los motivos que fundamentan la respuesta tácita.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto, referido
en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y resolver a las
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente, frustrando con ello
el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho sobre la cuestión
formalmente planteada’.
Asimismo, la citada doctrina fundamentó que: ‘La incongruencia omisiva quebranta el
principio tantum devolutum quantum apellatum, así lo ha establecido la doctrina legal
aplicable citada en el Auto Supremo 6 de 26 de enero de 2007 invocado como precedente
por la recurrente; aforismo que a decir del tratadista Hugo Alsina, significa que los poderes
del Tribunal de apelación se hallan limitados por la extensión del recurso, por lo cual ‘...sufre
una limitación en los casos en que el recurso se interpone contra una parte determinada de
la sentencia, pues, entonces, el tribunal no puede pronunciarse sino sobre lo que es materia
del mismo’ (Alsina, Hugo. Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial.
Editorial Ediar Soc. Anón. Buenos Aires 1961. Segunda Edición, Tomo IV, Pág. 416)”.
En este orden concluyó que: ‘Lo anterior significa que el Tribunal de alzada debe dar
respuesta fundamentada a todos y cada uno de los agravios denunciados por el apelante; lo
contrario significaría la vulneración del art. 124 del CPP, que señala que las Sentencias y
Autos interlocutores serán fundamentados; expresarán los motivos de hecho y de derecho en
que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba; así también, la
fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos o la
mención de los requerimientos de las partes; finalmente el art. 398 del CPP textualmente
refiere: ‘Los tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados
de la resolución’, se entiende con la adecuada motivación en las resoluciones que pronuncie
el Tribunal de alzada’” (resaltado propio).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
para su defensa; n) el derecho a la comunicación privada con su defensor; o) el derecho a
que el Estado le otorgue un defensor proporcionado por el Estado cuando el imputado no
tuviere medios o no nombrare un defensor particular.
Por otra parte, el debido proceso reconocido en la CPE, en su triple dimensión como derecho,
garantía y principio, se encuentra establecido en el art. 115.II que señala: “El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones”; el art. 117.I de la referida Ley fundamental, dispone:
“Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un
debido proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya sido impuesta por autoridad judicial
competente en sentencia ejecutoriada”; finalmente, el art. 180.I de la referida CPE, declara
que: “La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad,
publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia,
eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes
ante el juez”.
DERECHO AL DEBIDO PROCESO
AUTO SUPREMO Nº 125/2016-RRC
Sucre, 17 de febrero de 2016
Delitos: Homicidio en Accidente de Tránsito y otro
Resultado de Resolución Infundado
Dentro de la jurisprudencia establecida por el Tribunal Supremo de Justicia
respecto al debido proceso ha señalado a través del Auto Supremo 199/2013 de 11
de julio, lo siguiente: “El debido proceso, es un principio legal por el cual toda persona
tiene derecho a ciertas garantías mínimas tendientes a asegurar un resultado justo y
equitativo dentro del proceso, a permitir la oportunidad de ser oído y hacer valer sus
pretensiones legítimas frente al juez o tribunal, quienes deben observar los derechos
fundamentales de las partes, principios y reglas esenciales exigibles dentro del
proceso como instrumento de tutela de los derechos subjetivos; la Constitución Política
del Estado, en sus artículos 115 y 117, reconoce y garantiza la aplicación del debido
proceso al constituirse en fundamento esencial del Estado Plurinacional…
(…) En lo relativo a la denuncia de defecto absoluto, por indebida motivación en la
Sentencia, vinculada a la infracción de la garantía del debido proceso en su
componente derecho a la debida fundamentación de las resoluciones, es necesario
destacar que éste derecho es una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad
judicial y garantiza que las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el
mero capricho de los jueces, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento
jurídico o los que se deriven del caso”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
equitativo dentro del proceso, a permitir la oportunidad de ser oído y hacer valer sus
pretensiones legítimas frente al juez o tribunal, quienes deben observar los derechos
fundamentales de las partes, principios y reglas esenciales exigibles dentro del
proceso como instrumento de tutela de los derechos subjetivos; la Constitución Política
del Estado, en sus artículos 115 y 117, reconoce y garantiza la aplicación del debido
proceso al constituirse en fundamento esencial del Estado Plurinacional, que tiene
entre sus fines y funciones esenciales garantizar el cumplimiento de los principios,
valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados en ella. Entre los elementos
que configuran el debido proceso se encuentran: a) el derecho a la defensa, b) el
derecho al juez natural, c) la garantía de presunción de inocencia, d) el derecho a
ser asistido por un traductor o intérprete, e) el derecho a un proceso público, f) el
derecho a la conclusión del proceso dentro de un plazo razonable, f) el derecho a
recurrir, g) el derecho a la legalidad de la prueba, h) el derecho a la igualdad
procesal de las partes, i) el derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse
culpable, j) el derecho a la motivación y congruencia de las resoluciones, k) la
garantía del non bis in idem, l) el derecho a la valoración razonable de la prueba, ll) el
derecho a la comunicación previa de la acusación; m) la concesión al inculpado del
tiempo y los medios para su defensa; n) el derecho a la comunicación privada con su
defensor; o) el derecho a que el Estado le otorgue un defensor proporcionado por el
Estado cuando el imputado no tuviere medios o no nombrare un defensor particular.
En lo relativo a la denuncia de defecto absoluto, por indebida motivación en la
Sentencia, vinculada a la infracción de la garantía del debido proceso en su
componente derecho a la debida fundamentación de las resoluciones, es necesario
destacar que éste derecho es una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad
judicial y garantiza que las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el
mero capricho de los jueces, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento
jurídico o los que se deriven del caso”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
respecto a la seguridad jurídica como principio expresó que cuando se alegue la
vulneración de la misma como derecho, no es posible conceder la tutela, dado que
está instituida en la Constitución Política del Estado, como principio rector de los actos
de la jurisdicción judicial o administrativa, al señalar:
La SC 0788/2010-R de 2 de agosto estableció que: ´Sobre la seguridad jurídica,
invocada en su momento por la accionante, como «derecho fundamental», cabe señalar
que, si bien la Constitución Política del Estado abrogada, en el catálogo de derechos
fundamentales contenidos en su art. 7 inc. a), establecía que toda persona tiene el
derecho: «A la vida, la salud y la seguridad », a partir de lo cual, la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional estableció la consagración del «derecho a la seguridad jurídica
» como derecho fundamental, y en su mérito, ante la constatación de su vulneración,
en repetidas ocasiones otorgó la tutela del amparo. No obstante, al presente, y en
vigencia de la Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, la
seguridad jurídica, no se encuentra consagrada como derecho fundamental, sino como
un principio que sustenta la potestad de impartir justicia emanada del pueblo (art.
178 de la CPE); y por otro lado, como un principio articulador de la economía plural en
el modelo económico boliviano (art. 306.III de la CPE). Esta característica actual, es
coincidente con lo establecido por otra Constitución y Tribunal Constitucional, tal el
caso de España que en su Constitución en el art. 9.3, establece a la seguridad jurídica
como principio, y en su jurisprudencia, a través de la STC 3/2002 de 14 de enero, ha
señalado que: «la seguridad jurídica es un principio general del ordenamiento jurídico
y un mandato dirigido a los poderes públicos que no configura, sin embargo, derecho
fundamental alguno a favor de los ciudadanos que pueda interesarse en el proceso
constitucional de amparo”.
DERECHO DE IMPUGNACIÓN
AUTO SUPREMO Nº 405/2014-RRC
Sucre, 21 de agosto de 2014
La Constitución Política del Estado vigente desde el 7 de febrero de 2009, reconoce,
entre otros derechos, el de recurrir conforme lo previsto por el art. 180.II de la
mencionada norma suprema; por su parte, el art. 394 del CPP, establece que las
resoluciones judiciales serán recurribles en los casos expresamente establecidos por
ese Código. Además, el art. 8.2. inc. h) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, establece que toda persona tiene derecho de recurrir del fallo ante el juez
o tribunal superior y en su art. 25 refiere que toda persona tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o
tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales.
Por otro lado, la Constitución Política del Estado, proclama los principios
constitucionales de verdad material y el debido proceso entre otros, conllevando a
considerar el respeto de los derechos humanos y el alcance de principios como
el pro homine y pro actione; sobre el segundo, el Tribunal Constitucional de Bolivia
en la Sentencia Constitucional 0501/2011-R de 25 de abril, con base a las normas
contenidas en instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, señaló: “…el principio pro actione se constituye
como el deber de interpretar las normas procesales en el sentido más favorable a la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
admisibilidad de la acción, lo que también evita pronunciamiento de inadmisibilidad
por defectos que puedan ser subsanados sin dar la oportunidad de hacerlo,
prohibiendo asimismo la discriminación al acceso de la justicia de cualquier persona y
brindar una justicia pronta y oportuna, sin dilaciones”.
El principio pro actione, que a la luz de la presente problemática, está directamente
vinculado con los derechos a la tutela judicial efectiva y al acceso a la Justicia, es
una manifestación del principio pro homine en el ámbito procesal, en virtud del cual,
la interpretación de una disposición legal, debe hacerse en el sentido que sea lo más
accesible posible a un adecuado y recíproco sistema garantista, en el cual prevalezca
más la justicia que cualquier formalismo extremo que obstaculice u obstruya una
tutela constitucional efectiva.
Sobre este principio “pro actione” el Auto Supremo 201/2013-RRC de 2 de agosto de
2013, expresó: “…principio de interpretación más favorable, que es parte inmanente
del principio pro actione, que significa que el órgano jurisdiccional tiene la inexcusable
obligatoriedad de interpretar las normas previstas para la admisibilidad de la
apelación restringida en el sentido más favorable del presentante; es decir, que un
defecto formal puede ser superado siempre y cuando la norma no identifique
dicha irregularidad como requisito esencial en la admisión”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cualquier persona y brindar una justicia pronta y oportuna, sin dilaciones” (La
negrilla es nuestra).
El principio pro actione, que a la luz de la presente problemática, está directamente
vinculado con los derechos a la tutela judicial efectiva y al acceso a la Justicia, es
una manifestación del principio pro homine en el ámbito procesal, en virtud del cual,
la interpretación de una disposición legal, debe hacerse en el sentido que sea lo más
accesible posible a un adecuado y recíproco sistema garantista, en el cual prevalezca
más la justicia que cualquier formalismo extremo que obstaculice u obstruya una
tutela constitucional efectiva.
En ese contexto, la Constitución Política del Estado, refiere sobre el principio pro
actione, en su art 14.III: “El Estado garantiza a todas las personas y colectividades,
sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de los derechos establecidos en
esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de derechos humanos”, de
igual forma, el 14.V establece: “Las leyes bolivianas se aplican a todas las personas,
naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, en el territorio boliviano”; dichos
artículos se encuentran vinculados y concordantes con el art. 115 del texto
constitucional que indica: “I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente
por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. II. El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”.
Sobre el principio pro actione el Auto Supremo 201/2013-RRC de 2 de agosto de
2013, expresó: “…principio de interpretación más favorable, que es parte inmanente
del principio pro actione, que significa que el órgano jurisdiccional tiene la inexcusable
obligatoriedad de interpretar las normas previstas para la admisibilidad de la
apelación restringida en el sentido más favorable del presentante; es decir, que un
defecto formal puede ser superado siempre y cuando la norma no identifique dicha
irregularidad como requisito esencial en la admisión”.
Este principio, significa que la autoridad jurisdiccional tiene el deber y obligación de
interpretar las normas, en el sentido más favorable y por tanto, a la luz de los
principios y valores que irradia la Constitución.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
uno de sus elementos la exigencia de la fundamentación y motivación de las
resoluciones, lo que significa que el juzgador al emitir el fallo debe resolver los
puntos denunciados, mediante el conjunto de razonamientos de hecho y de derecho
en los que apoya su decisión; además, esta expresión pública de las razones
justificadas de la decisión judicial, garantiza también el derecho a la publicidad
otorgado a las partes como a la sociedad en general respecto a la información de la
Resolución, fallo que debe ser: expreso, claro, completo, legítimo y lógico; exigencia
que también se halla establecida en el art. 124 del CPP.
Es así, que en consideración a la exigencia contenida en la Constitución Política del
Estado y el Código de Procedimiento Penal, la doctrina legal aplicable de este
Tribunal ha establecido en los Autos Supremos 342 de 28 de agosto de 2006, 207 de
28 de marzo de 2007 y 319/2012-RRC de 4 de diciembre, entre otros, determinados
parámetros o exigencias mínimas en el contenido de la fundamentación o
motivación de un fallo; es decir, que toda resolución debe ser expresa, clara,
completa, legítima y lógica;i) Expresa porque se debe señalar los fundamentos que
sirvieron de soporte para sustentar su tesis, sin remisión a otros actos
procesales; ii) Clara, en sentido que el pensamiento del juzgador debe ser
aprehensible, comprensible y claro, no dejando lugar a dudas sobre las ideas que
expresa el juzgador;iii) Completa, debiendo abarcar los hechos y el
derecho; iv) Legítima, ya que debe basarse en pruebas legales y válidas. Para que
exista legitimidad en la denuncia de valoración defectuosa de la prueba en la
Sentencia, el Tribunal de alzada debe realizar el análisis de iter lógico por el que se
evidencie la correcta o incorrecta valoración de la prueba efectuada por el Juez de
Sentencia; y, v) Lógica, que es el requisito transversal que afecta a los otros
requisitos; debiendo la motivación, en términos generales, ser coherente y
debidamente derivada o deducida, pero utilizando las máximas de la experiencia, la
psicología y las reglas de la sana crítica.
Estos requisitos de la fundamentación o motivación, deben ser tomados en cuenta
por el Tribunal de alzada a momento de emitir el Auto de Vista que resuelve la
apelación restringida formulada por las partes, a fin de que sea válida; lo contrario,
significaría incurrir en falta de fundamentación y de motivación. Siendo necesario
reiterar que para una fundamentación o motivación suficiente, no se precisa que
esta sea extensa o redundante de argumentos y cita de normas legales, sino ser
clara, concisa y responder todos los puntos denunciados.
Lo anterior significa, que la falta de fundamentación o motivación, concurriría
cuando la resolución emitida por el Juez o Tribunal carezca de alguno de los
elementos (expresa, clara, completa, legítima y lógica) del iter lógico o camino del
razonamiento efectuado, a efecto de llegar a una determinada conclusión,
incumpliendo de esta manera lo determinado por el art. 124 del CPP y vulnerando
los derechos al debido proceso y debida fundamentación.
DERECHOS DE LA VÍCTIMA
AUTO SUPREMO Nº 619/2017-RRC
Sucre, 23 de agosto de 2017
Delito: Homicidio y otro
El modelo de Estado asumido en Bolivia, se constituye en un verdadero Estado constitucional
de Derecho, establecido sobre valores universales y el principio fundamental de legalidad, sin
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
desechar los principios generales de soberanía popular en el ejercicio del poder público y
reforzando el principio de respeto y vigencia de los Derechos Humanos, pues se establece un
amplio catálogo de derechos fundamentales, garantías constitucionales, principios y valores;
además, se señalan como fines y funciones del Estado, entre otras, el garantizar el
cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados en la
Constitución (art. 9.4 de la CPE); se señalan como deberes de los bolivianos y bolivianas el
conocer, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, conocer, respetar y promover los
derechos reconocidos en la Constitución y la práctica de los valores y principios que proclama
la Constitución (art. 108 numerales 1, 2 y 3), así como también consagra de manera expresa
el principio de legalidad y supremacía constitucional en el art. 410.I de la CPE, señalando
que: “Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos, funciones
públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución”, añadiendo el
segundo parágrafo que: La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico
boliviano y goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa (Sentencia
Constitucional 0112/2012).
En ese ámbito normativo, la Constitución Política del Estado, asume una nueva visión
del principio de eficacia y la protección a la víctima, conforme a la voluntad del constituyente
-arts. 180.I y 113.I CPE-, a partir de estos postulados fundamentales deben desarrollarse, la
normatividad, la doctrina y la jurisprudencia, orientando el sistema hacia un Estado más
garantista y respetuoso de los derechos humanos.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas adoptó en la Asamblea General del 29 de
noviembre de 1985 en la Resolución Nº 40/34, la primera declaración sobre la protección a la
víctima: “Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de
delitos y del abuso de poder”, estableciendo, los siguientes derechos de las víctimas:
Acceso a la justicia y trato justo: Las víctimas deben ser tratadas con compasión y respeto a
su dignidad, superando los paradigmas del proceso penal para facilitar el acceso y permitir el
pago por los daños y perjuicios ocasionados por la existencia de un hecho delictivo, para ello
los procesos judiciales y administrativos deberán adecuarse a las necesidades de la víctima, el
resarcimiento y la asistencia.
Sobre los derechos de las víctimas, la Corte Constitucional de Colombia, en la Sentencia C-
277/98, emitió el siguiente discernimiento: “Los derechos de las víctimas del proceso penal y,
en particular a la indemnización de perjuicios, no son sólo una manifestación de los derechos
de justicia e igualdad sino que se constituyen también en una expresión de los
deberes constitucionales del Estado. "(…).
Dentro de la concepción de Estado social de derecho, que reconoce como principios
esenciales la búsqueda de la justicia y el acceso a la misma, el derecho procesal penal no
sólo debe operar, como manifestación del poder sancionador del Estado, a favor del
incriminado, sino que debe procurar también por los derechos de la víctima. Debe
entonces -el proceso penal- hacer compatibles los intereses de ambos sujetos
procesales, pues, el perjudicado con el delito no puede convertirse en una pieza
suelta e ignorada por la política criminal del Estado ya que, como se ha explicado, los
derechos de los sujetos procesales constituyen valores y principios reconocidos por la
Constitución Política”.
En este mismo marco, la jurisprudencia constitucional refiriéndose a la revalorización de la
víctima en el proceso penal, mediante la SC 01388/2011-R, del 30 de septiembre señaló:
“Debemos tener presente que todo hecho punible genera como su natural efecto, una
colisión entre las garantías fundamentales de la víctima, del imputado y en último término de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la sociedad; por ello, el debido proceso se muestra en toda su intensidad como la única
lógica para resolver los conflictos penales.
En ese marco, la Constitución Política del Estado, asume una nueva visión sobre la protección
a la víctima; así tenemos el art. 113.I. A partir de éste postulado fundamental deben
desarrollarse la normatividad, la doctrina y la jurisprudencia, orientando el sistema
constitucional hacia un Estado más garantista y respetuoso de los Derechos Humanos.
Si bien es el Estado el que asume el ius puniendi; actualmente cobran importancia
trascendental los derechos de la víctima, que antes pasaron a un segundo plano, por ello,
desde que el Estado se hace cargo de procesar y sancionar a los delincuentes, éste debe
garantizar a la víctima un mínimo de condiciones que permitan su recuperación moral y
material; por ello debe formarse conciencia en torno que, necesariamente, se requiere lograr
un justo equilibrio entre los derechos constitucionales de la víctima y las garantías procesales
del imputado, que naturalmente nadie niega y todos deben respetar; así encontramos entre
los valores en el que se sustenta el estado Plurinacional, el `equilibrio`y `el bienestar común
´ reconocidos por el art. 8.II de la CPE; valores éstos que forman parte del concepto `buen
vivir´y del modelo boliviano de ´Estado de Derecho del vivir bien`, asumiendo el Estado una
responsabilidad fundamental.
En la misma línea, se constata que existe una revalorización de la víctima en este nuevo
modelo de Estado Constitucional, plasmado en el art. 121.II de la CPE que determina que:
`La víctima en un proceso penal podrá intervenir de acuerdo con la ley, y tendrá derecho a
ser oída antes de cada decisión judicial. En caso de no contar con los recursos económicos
necesarios, deberá ser asistida gratuitamente por una abogada o abogado asignado por el
Estado`; norma que claramente amplía los derechos establecidos en el Código de
Procedimiento Penal que en su art. 11, modificado por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010,
establece: `La víctima por si sola o por intermedio de un abogado, sea particular o del
Estado, podrá intervenir en el proceso penal aunque no se hubiera constituido en
querellante`.
Asimismo, refiriéndose a la víctima, el art. 77 del CPP, establece que: ´Aun cuando la víctima
no hubiera intervenido en el proceso, deberá ser informada por la autoridad responsable de
la persecución penal sobre sus derechos y por el juez o tribunal sobre los resultados del
proceso, bajo responsabilidad que corresponda en caso de incumplimiento´.
Por su parte, el art. 76 del CPP, revoluciona el concepto de víctima e incluye en el término no
solo a las personas directamente ofendidas por el delito sino también al cónyuge o
conviviente, a los parientes y otros.
En coherencia de dichas normas procesales penales, y dando concreción a los derechos de la
víctima, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en la SC 1173/2004-R de 26 de julio,
señaló el equilibrio necesario que debe existir entre el respeto a los derechos del imputado y
de la víctima, conforme al siguiente entendimiento: `…tanto los derechos del imputado como
los de la víctima pueden encontrar equilibrio si se respetan los lineamientos procesales del
Código de procedimiento, pues como ha quedado establecido, la opción política asumida por
el Estado Boliviano 'asigna dos fines al sistema procesal penal (igual de importantes uno y
otro): garantiza la libertad del ciudadano y la seguridad de la sociedad. En este orden de
cosas, en el sistema penal elegido, destacan dos derechos de amplio contenido y realización
material: el derecho al debido proceso y a la tutela judicial efectiva'.
Así, SC 1859/2010-R de 25 de octubre, reiterando lo señalado por la SC 1844/2003-R de 12
de diciembre, dijo que: Se considera víctima a la persona directamente ofendida por el delito,
la que puede participar en el proceso como querellante, pero aun cuando no hubiere
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
participado en el proceso en tal calidad, es obligación del fiscal, juez o tribunal y bajo su
responsabilidad, informarle sobre el resultado de las investigaciones y el proceso, pues ésta
(la víctima) tiene derecho a ser escuchada antes de cada decisión que implique la extinción o
suspensión de la acción penal y, en su caso, a impugnarla…” .
Consiguientemente, en un Estado Constitucional de Derecho, el razonamiento de los jueces
debe partir de la Constitución, y en caso de que exista un choque jurídico entre los derechos
de víctima como las del imputado -considerando que todos los derechos reconocidos en la
Constitución son directamente aplicables y gozan de igualdad de garantías para su protección
(Art. 109 de la CPE)- el juzgador debe buscar el estándar más alto según cada caso
concreto, para que partir de la ponderación, resuelva la causa siempre en busca de la
eficacia de los derechos y garantías constitucionales llegando sobre todo a efectivizar el valor
justicia, pues no debe olvidarse que el principio de aplicación directa de los derechos, como
sostuvo la SCP 0121/2012, supone la superación formalista del sistema jurídico y se
constituye en un postulado para consolidar el valor normativo de la Constitución Política del
Estado:
“…la premisa en virtud de la cual se debe asegurar la eficacia máxima de los derechos
fundamentales, exige en términos de teoría del derecho, la superación de una concepción
ius-positivista y formalista del sistema jurídico, e implica la adopción de postulados jurídicos
enmarcados en cánones constitucionales no solamente destinados a limitar el poder, sino
fundamentalmente direccionados a consagrar y consolidar la vigencia material de los
derechos fundamentales.
(…) el principio de aplicación directa y eficaz de los derechos fundamentales, constituye un
postulado que consolida el valor normativo de la Constitución, por el cual, los derechos
fundamentales tienen una efectividad plena más allá de un reconocimiento legislativo o de
formalismos extremos que puedan obstaculizar su plena vigencia, aspecto que caracteriza la
'última generación del Constitucionalismo', en el cual, el fenómeno de constitucionalización
del ordenamiento jurídico, se consagra y alcanza su esplendor a través del principio de
aplicación directa de los derechos fundamentales, el cual se materializa a través del nuevo rol
de las autoridades jurisdiccionales en su labor de interpretación constitucional acompañada
de una coherente teoría de argumentación jurídica”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
traductor o interprete, derecho a un proceso público, a la conclusión del proceso
dentro de un plazo razonable; derecho a recurrir, a la legalidad de la prueba, a la
igualdad procesal de las partes, a no declarar contra sí mismo y a no confesarse
culpable, a la congruencia entre acusación y condena, la garantía del no bis in ídem;
derecho a la valoración razonable de la prueba, a la comunicación previa de la
acusación, concesión al inculpado del tiempo y los medios para su defensa, derecho
a la comunicación privada con su defensor, a que se le otorgue un defensor
proporcionado por el Estado cuando el imputado no tuviere medios o no nombrare
un defensor particular, derecho a la debida fundamentación de las resoluciones
judiciales y a conocer las decisiones judiciales de relevancia. Garantías de la
Víctima/ no requiere querellarse para participar en el juicio oral la jueza dispuso la
notificación a la parte querellante para que presente su acusación particular, es así
que la entidad financiera Eco Futuro S.A. FFP, presentó su acusación a efecto de su
consideración en la audiencia conclusiva, una vez desarrollada esa etapa y remitidos
los actuados al Tribunal de Sentencia, éste ordenó nueva notificación a la parte
querellante para que presente acusación particular y ofrezca pruebas de cargo, y no
habiendo ocurrido ello, dejando constancia sobre la falta de presentación de
acusación por el querellante, dispone la prosecución de los trámites y la notificación
a la imputada; contra esa determinación la victima interpuso recurso de reposición,
solicitando que se tome en cuenta que presento acusación particular para la
audiencia conclusiva, el Juez Cautelar únicamente ejerce control jurisdiccional de
las actuaciones del Ministerio Público, por lo que no podía presentarse la acusación
particular en esa instancia; sino, ante el Tribunal de Sentencia. Este criterio del
Tribunal de Sentencia, como se tiene precisado en el párrafo relativo al marco
teórico de este acápite, resulta errado pues es en la audiencia conclusiva donde se
sanean ambas acusaciones, pudiendo por ello ser objeto de observación, por lo que
el pretender que se presente nuevamente acusación cuando esa etapa ya precluyó y
peor aún, cuando la misma ya cursa en antecedentes, resulta tan innecesario como
arbitrario. En consecuencia, los argumentos anteriores permiten concluir que el
Tribunal de Sentencia vulneró la garantía de la víctima de participar en el juicio
oral, así como de que su pretensión punitiva plasmada en que su acusación sea
dilucidada en Sentencia, cuya consideración fue obviada con un argumento que no
correspondía a la ley procesal vigente en ese entonces, constituye defecto que por su
connotación constitucional resulta absoluto, el cual no fue advertido por el Tribunal
de alzada.
Descriptor: Derechos y Garantías
Restrictor: listado enunciativo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Delitos: Lesiones Graves
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Después de fijar los cimientos jurídicos que le permitan
un pronunciamiento sólido, a continuación en el séptimo considerando, el Auto de
Vista otorga las razones suficientes que justifican su determinación, en la cual las
autoridades que constituyen el Tribunal de alzada, principalmente en protección de
los derechos de la víctima, concluyen que se han vulnerado sus derechos
constitucionales y legales previstos tanto por el constituyente como el legislador, ya
que el documento cuestionado hubiese sido firmado sin la presencia del abogado de
la víctima y porque además, el propio Juez hubiese posteriormente aceptado y
admitido la participación activa de la acusadora particular; por ello mismo es que el
Auto de Vista también concluye que se ha lesionado el derecho a la participación
activa de la víctima en el proceso y que pese a los reclamos oportunos efectuados
por la acusadora respecto al referido desistimiento, estos no fueron atendidos; sin
considerar así que la SC 0324/2002-R de 25 de marzo, entre otras, señalo que: " ...
en el caso que se examina, se ha denunciado en contra del recurrente la comisión
del delito de tentativa de asesinato y robo agravado, pero al existir un documento de
desistimiento firmado por el denunciante, el recurrente considera que no existe
delito alguno de su parte, por lo que solicita la procedencia del recurso
extraordinario planteado. Que al tratarse (el caso), de delitos de acción pública, no
tiene relevancia jurídica el hecho de que el denunciante haya presentado un
desistimiento, por cuanto la acción penal por delitos públicos no es renunciable... ";
sin embargo, dicho entendimiento debe ser aplicado según las circunstancias de
cada caso concreto y en el presente caso, su alcance de la misma, es totalmente
aplicable y atendible porque como expreso el Auto de Vista, la victima reclamo
oportunamente respecto a la negativa del memorial de desistimiento, otorgando al
Juez como al Fiscal una concepción y posición material respecto a su plena
voluntad de seguir el juicio conforme al derecho constitucionalizado del cual goza;
sin que ello quiera decir que posteriormente, efectiva y materialmente las partes
lleguen a un acuerdo satisfactorio que no refleje ninguna situación de negativa como
sucedió en el presente caso, sino más bien de aceptación plena tanto de la víctima
como del imputado, siempre precautelando los derechos fundamentales a partir de
una correcta ponderación de derechos. En este sentido, se constata que el Auto de
Vista contiene una fundamentación y motivación razonable, donde se entiende
claramente que a partir de una interpretación desde y conforme a la Constitución y
en resguardo y protección efectiva de derechos fundamentales y garantías
constitucionales de la víctima, se procedió a anular obrado con la facultad especifica
que en ese momento le otorgaba al Tribunal de alzada el art. 15 de la LOJ (ahora
abrogada) es decir, ante la existencia de defectos absolutos podían actuar de oficio y
proceder a la nulidad de obrados aunque ésta no hubiere sido reclamada; por lo que
al estar vigente dicha norma al momento de la emisión del Auto de Vista de ninguna
manera contraviene el principio de seguridad jurídica. Consiguientemente, a partir
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de un control de legalidad objetivo acorde a los nuevos postulados constitucionales,
este Máximo Tribunal Supremo considera que, el Auto de Vista no vulnera el debido
proceso, ya que el mismo, contiene las razones que justifican su clara y precisa
determinación enmarcados en cánones constitucionales que consolidan la vigencia
material de los derechos fundamentales de la víctima en el proceso penal, pues en el
presente caso tratándose de delitos de acción pública, no puede estar por encima un
documento de desistimiento, ante la voluntad material y real de la víctima, cuyas
señales y expresiones en el proceso es de proseguir el mismo.
Descriptor: Desistimiento en delitos de acción pública
Restrictor: No puede está por encima de la voluntad material y real de la víctima,
cuyas señales y expresiones en el proceso es de proseguir el proceso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
inclusive en grado de revisión ante este Tribunal’. En sentido similar se pronunció la SC 0281/2010-R
de 7 de junio.
Por todo lo señalado, se puede establecer que ante una situación donde el accionante presente su
desistimiento o retiro de demanda dentro de una acción de amparo constitucional, ya sea ante el juez
o tribunal de garantías o en la fase de revisión ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, dada
la naturaleza de la misma, corresponde a este Tribunal aceptar el desistimiento o retiro sin ingresar
al análisis de fondo de la problemática planteada; sin embargo, para ello se requiere la concurrencia
de los siguientes elementos:
1) El desistimiento o retiro de la demanda es de carácter voluntario, por lo que debe emerger de una
manifestación de voluntad inequívoca y que no denote la existencia de presión o mediación alguna
que conlleve al accionante a efectuar contra su voluntad el desistimiento o retiro.
2) El memorial de desistimiento o de retiro de demanda, debe presentarse en forma escrita, con la
firma del o de la titular del derecho y la de su abogado, excepto en los casos en los que se hubiese
otorgado poder en el que se especifique la facultad de desistir o retirar la demanda; actuado que
deberá ser realizado antes del pronunciamiento de la respectiva Sentencia Constitucional, pues
aunque se haya enviado por fax el memorial correspondiente, es imprescindible que se presente el
memorial original a los fines de constatar su autenticidad.
3) Se aceptará el desistimiento o retiro de demanda, siempre y cuando no existan razones de orden
público o relevancia nacional que conlleven a denegar dicha solicitud. En este sentido, en un estado
democrático, el orden público no debe entenderse como un fin en sí mismo sino como una situación de
paz para el ejercicio de derechos y los valores democráticos, de forma que para la aceptación del
desistimiento de un derecho subjetivo en una acción de amparo constitucional, no debe afectarse un
bien jurídico constitucional superior” (las negrillas son nuestras). Entendimiento que fue reiterado en
la SCP 0421/2014 de 25 de febrero.
La jurisprudencia transcrita relativa al desistimiento y retiros de demandas, que si bien fue establecida
para la acción de amparo constitucional, ello no obsta a que pueda ser aplicada al conflicto de
competencias jurisdiccionales entre la JIOC y la justicia ordinaria, por el efecto que conlleva y las
consecuencias que de ello devienen; empero, en consideración al pluralismo jurídico vigente en nuestro
país y dada la libre determinación que caracteriza a las naciones y pueblos indígenas originarios
campesinos (NPIOC), así como en respeto a las decisiones soberanas que adopten sus autoridades en
base a sus usos y costumbres, para la solución de sus propias controversias, tratándose de
desistimientos o retiros de los conflictos de competencia jurisdiccionales promovidos ante el Tribunal
Constitucional Plurinacional, no se requerirán de la firma de abogado en los memoriales de
desistimientos y/o retiros, pues ello resultaría un excesivo formalismo y desnaturalizaría las especificas
determinaciones que hubieren sido asumidas al interior de la respectiva nación o pueblo indígena
originario campesino; además, la exigencia del cumplimiento de esa formalidad, para su aceptación,
supondría condicionar o supeditar las decisiones soberanas adoptadas por las autoridades IOC que son
de obligatorio cumplimiento, a un simple requisito que impediría efectivizar las mismas, destinadas a la
consecución del arreglo pacífico de sus controversias y la consolidación del principio del vivir bien;
por lo que con la finalidad de promover la cultura de paz y evitar la intromisión en sus decisiones, es
admisible la presentación de memoriales de desistimiento o retiros de los conflictos de competencias
jurisdiccionales, sin necesidad de que los mismos se encuentren firmados por algún abogado, debiendo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ello sí, contar con la firma de la máxima autoridad o de las autoridades respectivas de la NPIOC,
respaldado de la determinación asumida al interior de las mismas.
DESVINCULACIÓN CONDICIONADA
AUTO SUPREMO Nº 137/2017-RRC
Sucre, 21 de febrero de 2017
Esta postulación, recogida por la Sentencia Constitucional 0506/2005-R de 10 de mayo,
reconoce la posibilidad de modificar la pretensión jurídica realizada en la acusación, sin
modificar los hechos, con la condición inexcusable de que dicha modificación se comunique
previamente al imputado a objeto de que pueda pronunciarse al respecto; sin embargo,
este entendimiento, fue modulado por la Sentencia Constitucional 0460/2011-R
de 18 de abril, que previo desarrollo de entendimientos respecto a la congruencia como
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
elemento constitutivo del debido proceso, y su vinculación con la citada garantía y el derecho
a la defensa, señaló:“ (…) la congruencia en materia penal, se concreta de la relación
circunstanciada de los hechos fácticos punibles y la pena que por ellos -si resultaren
probados- se disponga en sentencia; no así, de la sola calificación de éstos. Cabe aclarar
entonces, que en la acusación no se imputan delitos, sino hechos calificados en un
determinado tipo penal, que -como corolario de la sustanciación del proceso penal- el
juzgador -al ser conocedor del derecho- establecerá con fundamento y base
probatoria, la adecuación a una conducta típica punible, que puede ser distinta a
la dispuesta en inicio; esto, sin agregar ni cambiar los hechos, sino que respecto a
ellos determinará la comisión de un ilícito sobre el cual el Estado pueda ejercer su
potestad punitiva. Esta determinación, por un lado, garantiza castigar la comisión evidente
y comprobable de un delito, que haya sido dilucidada en la tramitación de un proceso penal,
aún éste no hubiera sido previsto en la acusación; y también, modificar la imposición de la
pena, ante la contingencia que la correspondiente al ilícito cometido, sea proporcionalmente
menor a la del inicialmente calificado o viceversa, de modo que se haga efectiva la finalidad
del proceso penal.
En definitiva, la conformidad, coherencia y concordancia entre la relación fáctica del fallo
-determinante para lo que se resuelva- y los hechos o circunstancias penalmente relevantes
descritos en la acusación, suponen la observancia y cumplimiento del debido proceso, en su
elemento `congruencia`; por tanto, las autoridades administradoras de justicia penal `están
obligadas a esclarecer por completo el hecho, tanto en su aspecto fáctico como jurídico´
(ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal. Pág. 59)” .
Por otra parte, la referida Sentencia Constitucional definió los alcances del principio iura
novit curia a la concurrencia de las siguientes condiciones:
1) En virtud a la unidad del objeto procesal entre la acusación y la sentencia, la autoridad
juzgadora puede variar la calificación legal inicialmente efectuada, cuando no implique la
añadidura de hechos que no hubieran sido sometidos a averiguación ni investigación en el
proceso penal; de modo que, no pueda calificarse de `sorpresiva´ la modificación del tipo
penal imputado, pese a tener diferentes elementos constitutivos, versa sobre igual
condicionamiento fáctico.
2) En concordancia con el presupuesto que antecede, tampoco puede variarse el tipo penal
cuando difiera en sustancia con los hechos atribuidos; dicho de otro modo, es imposible
atribuir al imputado, un delito del que no tuvo oportunidad de defenderse y aportar prueba,
en razón a que el objeto del proceso penal seguido en su contra versaba en distintos
supuestos fácticos.
3) El cambio de calificación jurídica a los hechos sometidos a un proceso penal, debe recaer
-necesariamente- sobre delitos de la misma naturaleza. Ello, por la lógica comparativa de los
elementos constitutivos de los tipos penales, cuyo componente fáctico no dista del sentido
jurídico propio de la clasificación de las conductas típicas antijurídicas esquematizadas en el
Código Penal; que, según se advirtió en el Fundamento Jurídico precedente, si se advierte y
comprueba su comisión, corresponde materializar el ius puniendi.
4) La modificación en la calificación de los hechos, no debe incurrir en pasar de un delito de
persecución pública, a uno de índole privada, en el que se requiera el impulso necesario de la
parte querellante y/o la víctima.
Para concluir este Fundamento Jurídico, cabe reiterar que el juzgador está sujeto a los
hechos contenidos en la acusación y son éstos -a su vez- los que limitan el objeto
del debate y la sentencia, no así, su calificación jurídica, enfatizando que la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
congruencia recae sobre los hechos y la subordinación de éstos a la ley; por tanto, las
autoridades demandadas, al pronunciar el Auto Supremo 451, no infringieron norma ni
cometieron acto lesivo alguno, se subordinaron al cumplimiento de la ley, luego que
advirtieran la comisión de un delito en los hechos que fueron materia del juicio seguido
contra MG, mismo que -a su juicio- ameritaba la materialización de la facultad punitiva del
Estado, al tratarse de un ilícito de relevancia social y de orden público. Y es que la
congruencia entre la acusación y el fallo, no puede reducirse a la similitud meramente
nominativa del delito, entre los hechos imputados de los establecidos en la sentencia, sino,
recaer en los hechos que fueron objeto de persecución en el proceso penal, de modo que sus
elementos esenciales se mantengan. Entendimiento que importa la modulación de la
SC 0506/2005-R de 10 de mayo, respecto a la aplicación del principio de
congruencia entre la acusación y la sentencia, que discurre en relación al hecho y
no así, al tipo penal” .
En concordancia con la jurisprudencia constitucional, este Tribunal Supremo de Justicia,
emitió doctrina legal aplicable, desarrollando entendimientos semejantes, como los
contenidos en los Autos Supremos 166/2012 de 20 de julio y 239/2012-RRC de 3 de octubre,
por los que se deja establecido que, la tesis de “desvinculación condicionada”, no es aplicable
en el sistema procesal penal vigente en Bolivia.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
procesal latente, es decir, la existencia de los riesgos procesales prescritos en los artículos
234 y 235 del CPP (riesgo de fuga y peligro de obstaculización), mientras que su finalidad,
radica esencialmente en asegurar la presencia del imputado en el proceso y su no
interferencia en el normal desarrollo en el esclarecimiento de la verdad; al respecto la SCP
0289/2011 de 29 de marzo, indicó: 'La detención domiciliaria responde al principio de
presunción de inocencia y a la doctrina del derecho penal de última ratio, por cuanto al ser un
instrumento jurídico, excepcional y transitorio durante la tramitación del proceso, el imputado
no necesariamente debe estar detenido en un recinto penitenciario, sino también en un
domicilio propio o ajeno, con vigilancia o sin ella, e inclusive con la posibilidad de poder
ausentarse a su fuente laboral; siendo su finalidad la de asegurar su presencia en el proceso
y/o juicio y que el mismo se desarrolle con normalidad; es decir, la detención domiciliaria
busca materializar la facultad punitiva del Estado, por cuanto sólo se da en los casos en que
si bien no procede la detención preventiva del imputado; empero, está latente el peligro de
fuga o de obstaculización del procedimiento, como también su sustitución a la cesación de
detención preventiva por ser menos gravosa, pero que sigue justificando su existencia
como medida cautelar”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
suspensivo, y no suspenden la competencia del Juez para atender dicha solicitud, previsión
que no ha sido debidamente compulsada por la autoridad judicial demandada, quien no da
lugar a su pedido, manifestando que –debe resolverse previamente la apelación por el
Tribunal de alzada-.
Premisa fundamental, encaminada a que toda autoridad que conozca de una solicitud en la
que se encuentre involucrado el derecho a la libertad de un individuo, tiene el deber de
tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables
(tres a cinco días), de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho,
lo que no significa, que cuando tenga que pronunciarse en el fondo, es decir, sobre la
cesación de la detención preventiva, propiamente dicha, tenga que otorgarla o dar curso en
forma positiva, pues ello dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en el
caso, por lo que se reitera que la lesión del derecho a la libertad, está en la demora o dilación
indebida de una solicitud de tal naturaleza; vale decir, que si la solicitud es negada de
acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
encontrar una medida adecuada que suponga un equilibrio de ambas circunstancias, o sea,
deberá ser objeto de consideración, por una parte, el deber de asegurar la presencia del
imputado en el desarrollo del proceso y el cumplimiento de la ley, y por otra, la protección a
la madre y del nasciturus o ser gestante, a cuyo efecto, en función de lo previsto por el último
párrafo del art. 232 del CPP, deberá tener en cuenta, que antes de imponer la detención
preventiva de la gestante o madres durante la lactancia de hijos menores de un año, la
autoridad competente tiene el deber de agotar todas las posibilidades de aplicar otras
medidas cautelares alternativas o sustitutivas previstas por ley”.
Precedente.- SC 0120/2005-R, 2 de febrero de 2005
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
párrafo del art. 232 del CPP, deberá tener en cuenta, que antes de imponer la detención
preventiva de la gestante o madres durante la lactancia de hijos menores de un año, la
autoridad competente tiene el deber de agotar todas las posibilidades de aplicar otras
medidas cautelares alternativas o sustitutivas previstas por ley”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad
histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales.
Conforme a ello, el parágrafo III de la misma norma dispone que: 'Nadie podrá ser detenido,
aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por
la ley. La ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y
que sea emitido por escrito'.
(…) De las normas glosadas, se concluye que para que una restricción al derecho a la
libertad sea constitucional y legalmente válida, se deben cumplir con determinados requisitos
materiales y formales. Respecto a los primeros, sólo se puede restringir el derecho a la
libertad en los casos previstos por Ley, que de acuerdo a la Opinión Consultiva (OC) 6/86 de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos debe tratarse de una Ley formal, es decir de
aquella que emana del órgano legislativo. Con relación a los requisitos formales, la
restricción al derecho a la libertad sólo será válida si se respetan las formas establecidas por
ley, si el mandamiento emana de autoridad competente y es emitido por escrito, salvo el caso
de flagrancia, de conformidad a lo establecido por el art. 23.IV de la CPE…”.
PRECEDENTE SC 0010/2010-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proporcionalidad, la gravedad del ilícito tipificado en un tipo penal y determina la pena
aplicable en abstracto. En la segunda, el Juez penal, a la conclusión del proceso y
establecida que sea conforme al debido proceso de ley, la responsabilidad penal del autor del
hecho, fija la pena al caso concreto, tomando como base el marco punitivo determinado por
el legislador. La tercera etapa, denominada ejecución penal, se halla destinada al
cumplimiento de los pronunciamientos contenidos en el fallo de una sentencia penal
ejecutoriada y se desarrolla por la administración penitenciaria, bajo control jurisdiccional.
Ahora bien, en lo que respecta a la primera etapa de individualización de la pena llamada
legal, ‘…en el marco penal, el legislador establece los límites de la pena en el caso
individual para cada delito’, ‘Las valoraciones sociales respecto de un determinado delito
quedan plasmadas dentro de este marco, y en él quedan recogidas, entre otras cosas, las
razones de prevención general. Las valoraciones previamente dadas por el legislador,
reflejadas en el marco penal, son vinculantes para el juez, quien debe dejar de
lado sus propias valoraciones y aplicar las valoraciones legales’ (segunda etapa)
(Determinación Judicial de la Pena - Patricia Ziffer P. y otros autores)”.
[403]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la autoridad jurisdiccional), circunstancias que debe demostrar fehacientemente ante las autoridades
jurisdiccionales, pues la presentación de las certificaciones que acreditan que el recurrente no tiene
registrado a su nombre ningún inmueble, línea telefónica y vehículo, es insuficiente para
determinar su situación económica precaria o de pobreza que aduce, más aún si se tiene presente
que la fianza económica fijada puede ser constituida por un tercero, tal como las autoridades
recurridas en su Resolución señalan que los argumentos esgrimidos por la defensa ante este
Tribunal de Alzada ya fueron analizados adecuada y ampliamente por el Tribunal inferior a tiempo
de dictar el Auto apelado, cuya decisión se fundó esencialmente en el hecho de que el imputado no
se encuentra en estado de insolvencia económica por cuanto cuenta con un entorno familiar y
según lo previsto en la parte in fine del art. 240 del CPP, la fianza económica podrá ser prestada por
el imputado o por otra persona mediante depósito de dineros, valores, constitución de prenda o
hipoteca. Consecuentemente, al no haber presentado el imputado apelante, nuevos elementos de
convicción para que puedan ser analizados por este Tribunal de Alzada a efecto de reconsiderar la
decisión del inferior corresponde confirmar el Auto apelado. Por consiguiente, no puede refutarse de
ilegal el Auto de Vista dictado por los Vocales demandados’.
Jurisprudencia, que resalta la parte in fine del art. 240 del CPP, que prevé que la fianza económica no
sólo podrá ser prestada por el imputado u obligado, sino, también por un tercero que tenga solvencia
económica y pueda garantizar la presencia del imputado, a través de la cesión de un bien inmueble o
títulos valores o el depósito de dineros, con la única finalidad de viabilizar la obtención de la libertad
del imputado o acusado”.
DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA PENA
AUTO SUPREMO Nº 217/2017-RRC
Sucre, 21 de marzo de 2017
Al respecto, este Tribunal aclaró los alcances de las normas aplicables a tiempo de definirse
cuál el quantum de la pena correspondiente a la conducta de cada acusado, estableciendo
que: “La determinación judicial de la pena que comprende todo el procedimiento; es decir, la
evaluación, decisión y justificación del tipo y la extensión de la pena, tiene líneas de
orientación previstas legalmente, de manera que no puede considerarse una cuestión propia
de la discrecionalidad del juez. La individualización de la pena está sometida al principio de
proporcionalidad recogido por el Código Penal en sus diferentes artículos y a la finalidad de la
pena establecida constitucionalmente como la educación, habilitación e inserción social de los
condenados, con respeto a sus derechos.
En este ámbito, el juez o tribunal que fija una pena tiene la obligación de someterse a dichos
principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante la constatación de su incumplimiento,
proceder directamente a la modificación del quantum de la pena, en sujeción a los principios
constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad reconocida por el art. 414 del CPP,
considerando los siguientes criterios para la fijación de la pena:
a) La personalidad del autor, el cometido que la ley penal boliviana asigna al juez de apreciar
la personalidad del autor, es una tarea compleja; aunque debe reconocerse que el Código
Penal en los arts. 37 y 38 (atender la personalidad del autor) no exige la realización de un
diagnóstico científico "de la personalidad", sino un perfil de la personalidad, vinculado al
hecho concreto para aplicar la pena en la dimensión que corresponda a esa persona concreta
e individual, distinta a los demás seres humanos. De tal manera que el reproche jurídico que
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
merezca su comportamiento, guarde armonía con el hecho, su personalidad y las
circunstancias.
La edad, es un factor que, dependiendo del caso, puede operar como agravante o atenuante.
En cuanto a la educación, por regla general como circunstancia agravante, pues el reproche
será mayor cuando el autor ha tenido acceso a la educación y, por lo tanto, ha disminuido su
vulnerabilidad al sistema penal. En similar sentido opera la posición económica, sobre todo en
los casos vinculados a delitos económicos. La vida anterior libre de sanciones penales no se
debe tomar sin más como atenuante para la determinación de la pena. Lo que sí debe
considerarse como factor de atenuación, es que el autor haya desarrollado hasta la comisión
del hecho punible una vida ordenada y acorde al derecho, de tal manera que el hecho
delictivo signifique una notoria contracción con su conducta anterior. Respecto a la conducta
posterior, debe tomarse en cuenta como factor para la fijación de la pena, el esfuerzo del
autor por reparar el daño causado. También puede apreciarse como favorable la conducta
del procesado en el proceso penal, cuando: i) Se haya entregado a la autoridad policial o
judicial voluntariamente, pese a haber contado con la posibilidad de una fácil huida, o tener
la posibilidad de no ser descubierto, y, ii) La confesión que manifieste arrepentimiento, o bien
que haya ayudado significativamente al establecimiento de la verdad mediante su
declaración.
Sin embargo, la sola falta de arrepentimiento o confesión no puede valorarse para hacer más
rigurosa la sanción. Ahora bien, si la confesión no es tal, sino un intento de lograr la
impunidad y si el "arrepentimiento" no es sincero, sino una manera de procurar un trato
benigno de los jueces, cuando se sabe, por la prueba, que no hay forma alguna de eludir la
acción de la justicia, los jueces deben examinar ese dato como parte de las manifestaciones
defensivas, pero deben ignorarlo al momento de fijar la pena, pues ni las mentiras, ni las
falsas actitudes del acusado constituyen un factor que deba perjudicarlo cuando se decida
sobre la sanción a imponer. La reparación del daño, consiste fundamentalmente en aliviar las
consecuencias materiales del hecho delictivo son también factor de atenuación; empero,
también pueden tener un efecto atenuante de la pena, los actos que denoten voluntad de
reparar. La extensión del daño causado debe ser delimitada sólo para aquello que tenga
vinculación con el hecho típico, directamente. Además, debe tenerse en cuenta que no es
necesaria la concurrencia de todas las circunstancias descritas, pues dependerá de cada caso
concreto.
b) La mayor o menor gravedad del hecho, que tiene que ver con lo previsto por el art. 38 inc.
2) del CP; es decir, la naturaleza de la acción, los de los medios empleados, la extensión del
daño causado y del peligro corrido.
c) Circunstancias y las consecuencias del delito, que también deben ser consideradas en el
caso concreto.
La fundamentación de la fijación de la pena es inexcusable, en este ámbito la exigencia de
fundamentación que debe satisfacer la sentencia condenatoria en el proceso de
individualización de la pena, obliga al juez a observar los parámetros descritos por el
legislador; por lo tanto la resolución debe contener un razonamiento capaz de dar cuenta de
que se consideraron dichos parámetros de tal modo que a través de la exposición razonada
del juez o tribunal se pueda evidenciar que su resolución se ha fundado en parámetros
legales, y no es fruto de la apreciación estrictamente personal o arbitraria al efecto debe
explicar cómo aplicó la pena, en término considero las previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CP, al caso concreto y qué atenuantes y agravantes tomo en cuenta para establecer la
sanción dentro de los límites legales”(Auto Supremo 038/2013-RRC de 18 de febrero).
En cuanto a la facultad del Tribunal de apelación de corregir directamente la falencia
detectada en la determinación de la pena incurrida por el inferior, este Tribunal, estableció:
“En cuanto a la determinación del quantum de la pena, el Tribunal de apelación, en caso de
considerar inobservados los preceptos legales que rigen la materia, puede corregirlos
directamente en base a la facultad reconocida en su favor por el art. 414 del CPP, que
establece que los errores de derecho en la fundamentación de la resolución impugnada, que
no hayan influido en la parte dispositiva, no la anularán, pero serán corregidos en la nueva
sentencia, y que deberá proceder de la misma manera, cuando se trate de errores u
omisiones formales y también los que se refieran a la imposición o el cómputo de penas,
consecuentemente, los Tribunales de apelación tienen la facultad de corregir directamente el
error referido al quantum de la pena; empero, deberán realizar una debida fundamentación
complementaria, especificando puntualmente las atenuantes y/o agravantes que prevé la
Ley, puesto que la falta de fundamentación de las Resoluciones jurisdiccionales, constituye
un defecto absoluto, porque vulnera el derecho a la defensa, la seguridad jurídica y
especialmente el debido proceso, en su elemento del deber de fundamentación de las
Resoluciones, pues toda Resolución imprescindiblemente debe expresar los razonamientos
jurídicos esenciales a objeto de garantizar la comprensión cabal de las partes, única manera
de que los Tribunales recubran de legitimidad sus fallos, deber que adquiere mayor
relevancia cuando de Tribunales de segunda instancia se trata” .
En ese contexto jurisprudencial, es posible culminar en que la determinación que asuma el
Tribunal de apelación a tiempo de analizar el cuánto de la pena establecida por el Tribunal o
Juez de mérito, debe estar enmarcada en las normas que rigen la materia; es decir,
considerar la personalidad del autor, la mayor o menor gravedad del hecho, las circunstancias
y las consecuencias del delito (arts. 37 adelante del CP), lo que obedece al principio de
legalidad, por cuanto la fijación de una sanción no es una potestad discrecional de la
autoridad jurisdiccional, sino que es producto de un análisis profundo y razonado de los
parámetros establecidos en la ley, siendo primordial que la fijación de la pena se establezca a
través de la expresión de razones lógicas y debidamente sustentadas.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pena establecida constitucionalmente como la educación, habilitación e
inserción social de los condenados, con respeto a sus derechos.
En este ámbito, el juez o tribunal que fija una pena tiene la obligación de
someterse a dichos principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante
la constatación de su incumplimiento, proceder directamente a la
modificación del quantum de la pena, en sujeción a los principios
constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad reconocida por el
art. 414 del CPP, considerando los siguientes criterios para la fijación de la pena:
a) La personalidad del autor, el cometido que la ley penal boliviana asigna al juez de
apreciar la personalidad del autor, es una tarea compleja; aunque debe reconocerse
que el Código Penal en los arts. 37 y 38 (atender la personalidad del autor) no exige la
realización de un diagnóstico científico "de la personalidad", sino un perfil de la
personalidad, vinculado al hecho concreto para aplicar la pena en la dimensión que
corresponda a esa persona concreta e individual, distinta a los demás seres
humanos. De tal manera que el reproche jurídico que merezca su comportamiento,
guarde armonía con el hecho, su personalidad y las circunstancias.
La edad, es un factor que, dependiendo del caso, puede operar como agravante o
atenuante. En cuanto a la educación, por regla general como circunstancia agravante,
pues el reproche será mayor cuando el autor ha tenido acceso a la educación y, por lo
tanto, ha disminuido su vulnerabilidad al sistema penal. En similar sentido opera la
posición económica, sobre todo en los casos vinculados a delitos económicos. La vida
anterior libre de sanciones penales no se debe tomar sin más como atenuante para la
determinación de la pena. Lo que sí debe considerarse como factor de atenuación, es
que el autor haya desarrollado hasta la comisión del hecho punible una vida
ordenada y acorde al derecho, de tal manera que el hecho delictivo signifique una
notoria contracción con su conducta anterior. Respecto a la conducta posterior, debe
tomarse en cuenta como factor para la fijación de la pena, el esfuerzo del autor por
reparar el daño causado. También puede apreciarse como favorable la conducta del
procesado en el proceso penal, cuando: i) Se haya entregado a la autoridad policial o
judicial voluntariamente, pese a haber contado con la posibilidad de una fácil huida, o
tener la posibilidad de no ser descubierto, y, ii) La confesión que manifieste
arrepentimiento, o bien que haya ayudado significativamente al establecimiento de la
verdad mediante su declaración.
Sin embargo, la sola falta de arrepentimiento o confesión no puede valorarse para
hacer más rigurosa la sanción. Ahora bien, si la confesión no es tal, sino un intento de
lograr la impunidad y si el "arrepentimiento" no es sincero, sino una manera de
procurar un trato benigno de los jueces, cuando se sabe, por la prueba, que no hay
forma alguna de eludir la acción de la justicia, los jueces deben examinar ese dato
como parte de las manifestaciones defensivas, pero deben ignorarlo al momento de
fijar la pena, pues ni las mentiras, ni las falsas actitudes del acusado constituyen un
factor que deba perjudicarlo cuando se decida sobre la sanción a imponer. La
reparación del daño, consiste fundamentalmente en aliviar las consecuencias
materiales del hecho delictivo son también factor de atenuación; empero, también
pueden tener un efecto atenuante de la pena, los actos que denoten voluntad de
reparar. La extensión del daño causado debe ser delimitada sólo para aquello que
tenga vinculación con el hecho típico, directamente. Además, debe tenerse en cuenta
que no es necesaria la concurrencia de todas las circunstancias descritas, pues
dependerá de cada caso concreto.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
b) La mayor o menor gravedad del hecho, que tiene que ver con lo previsto por el art.
38 inc. 2) del CP; es decir, la naturaleza de la acción, los de los medios empleados, la
extensión del daño causado y del peligro corrido.
c) Circunstancias y las consecuencias del delito, que también deben ser consideradas
en el caso concreto.
La fundamentación de la fijación de la pena es inexcusable, en este ámbito la
exigencia de fundamentación que debe satisfacer la sentencia condenatoria
en el proceso de individualización de la pena, obliga al juez a observar los
parámetros descritos por el legislador; por lo tanto la resolución debe
contener un razonamiento capaz de dar cuenta de que se consideraron dichos
parámetros de tal modo que a través de la exposición razonada del juez o
tribunal se pueda evidenciar que su resolución se ha fundado en parámetros
legales, y no es fruto de la apreciación estrictamente personal o arbitraria al
efecto debe explicar cómo aplicó la pena, en término considero las
previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del CP, al caso concreto y qué atenuantes
y agravantes tomo en cuenta para establecer la sanción dentro de los límites
legales” - (Auto Supremo 038/2013-RRC de 18 de febrero).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: En la apropiación, el acto de disposición constituye la esencia de la
acción del autor, mientras que en la Estafa es solo una consecuencia del
comportamiento engañoso, que debe realizar, justamente, la víctima del engaño: el
acto de disposición, en la Apropiación Indebida, puede encubrirse mediante un
engaño, previo o posterior, sin que ello transforme el delito en Estafa.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
entendimiento jurisprudencial contenido en la Sentencia Constitucional 0023/2007 de 16 de
enero que precisó: “El Código de Procedimiento Penal, al referirse a la extinción de la acción
penal, establece diferentes supuestos, entre los que se encuentran la prescripción (art. 27
inc. 8) del CPP) y el vencimiento del plazo máximo de duración del proceso (art. 27 inc. 10)
del CPP), haciendo una diferenciación entre ambas causales de extinción, que se
traduce en un tratamiento específico para ambos institutos.
En la doctrina, si bien se reconoce que ambos supuestos tienen fundamentos diferentes y
particularidades que los distinguen, se considera a la prescripción de la acción penal por
vencimiento del plazo máximo de duración del proceso, como una especie de prescripción,
atendiendo, fundamentalmente, a la característica común del transcurso del tiempo como
medio para la extinción de derechos; sin embargo, como se tiene dicho, nuestro Código,
sin desconocer esa similitud, pero resaltando las diferencias, regula a estos
institutos de manera independiente (…)”
En ese ámbito, la citada Sentencia Constitucional estableció respecto a la prescripción lo
siguiente: “De acuerdo a la doctrina, la prescripción se traduce en los efectos que produce el
transcurso del tiempo sobre el ejercicio de una determinada facultad. Esta definición,
aplicada al ámbito penal, significa la expresa renuncia por parte del Estado del derecho a
juzgar debido al tiempo transcurrido.
Conforme a ello, es el propio Estado el que, a través de la norma penal (procesal o
sustantiva, según las legislaciones), establece los límites de tiempo en que puede ejercer la
persecución penal. La actividad represiva del Estado no puede ser ejercida de manera
indefinida, ya que al hacerlo se quebrantaría el equilibrio que debe existir entre la función de
defensa de la sociedad y la protección de derechos y garantías individuales.
Tradicionalmente se ha fundamentado la prescripción en diferentes razones, unas de tipo
subjetivo, vinculadas a los cambios que el tiempo opera en la personalidad del delincuente,
que determinan la desaparición de su peligrosidad para la sociedad; otras consideradas
objetivas y de utilidad social, que señalan que con el transcurso del tiempo desaparece la
alarma social y no existe necesidad de prevención general; aquellas de orden procesal que
sostienen que existen dificultades en la recolección de elementos probatorios para determinar
la culpabilidad o inocencia del presunto autor. También se han aducido razones de política
criminal, en sentido que el castigo impuesto mucho tiempo después de la comisión del hecho
no alcanza los fines de la pena (prevención especial y prevención general, positiva y
negativa), careciendo, en consecuencia, su imposición de razón de ser; así como razones
jurídicas, que inciden en la necesidad de eliminar la incertidumbre en las relaciones jurídicas
y la desaparición de la intranquilidad causada por el delito.
Si bien los anteriores fundamentos son válidos, actualmente la prescripción debe
fundamentarse desde la Constitución, en la medida en que este instituto está íntimamente
vinculado con los principios, valores, derechos y garantías constitucionales,
fundamentalmente la garantía del debido proceso, la prohibición de indefensión y el derecho
a la seguridad jurídica.
Así, respecto al derecho a la defensa, es innegable que si pese al tiempo transcurrido, la
acción penal se dirigiera contra el supuesto culpable, llegando inclusive a imponerse una
pena, se produciría una grave indefensión, pues los medios de defensa de los que podría
servirse el imputado, o ya no existirían o se encontrarían debilitados, corriéndose el riesgo de
condenar a un inocente por el tiempo transcurrido. En síntesis, el transcurso del tiempo
incrementa el riesgo del error judicial, por encontrarse debilitadas las pruebas de la defensa.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
A su vez, el derecho a la defensa se encuentra conectado con la seguridad jurídica, derecho
que se garantiza al evitar que se celebren procesos que no gozan de las mínimas garantías
que permitan obtener una sentencia justa y que ocasionarían lesión a la garantía del debido
proceso.
De lo dicho se desprende que la prescripción sirve también para compeler a los órganos
encargados de la persecución penal, y a la misma administración de justicia penal, a resolver
de forma rápida y definitiva el ilícito que se ha cometido; combinándose, entonces, la
necesidad de una justicia pronta y efectiva (art. 116.X de la CPE), como garantía de la
sociedad, y un debido proceso, como garantía del imputado (art. 16.IV de la CPE), que a su
vez precautele sus derechos a la defensa (art. 16.II de la CPE) y a la seguridad jurídica (art.
7 inc. a) de CPE).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Tradicionalmente se ha fundamentado la prescripción en diferentes razones, unas de tipo
subjetivo, vinculadas a los cambios que el tiempo opera en la personalidad del delincuente,
que determinan la desaparición de su peligrosidad para la sociedad; otras consideradas
objetivas y de utilidad social, que señalan que con el transcurso del tiempo desaparece la
alarma social y no existe necesidad de prevención general; aquellas de orden procesal que
sostienen que existen dificultades en la recolección de elementos probatorios para determinar
la culpabilidad o inocencia del presunto autor. También se han aducido razones de política
criminal, en sentido que el castigo impuesto mucho tiempo después de la comisión del hecho
no alcanza los fines de la pena (prevención especial y prevención general, positiva y
negativa), careciendo, en consecuencia, su imposición de razón de ser; así como razones
jurídicas, que inciden en la necesidad de eliminar la incertidumbre en las relaciones jurídicas
y la desaparición de la intranquilidad causada por el delito.
Si bien los anteriores fundamentos son válidos, actualmente la prescripción debe
fundamentarse desde la Constitución, en la medida en que este instituto está íntimamente
vinculado con los principios, valores, derechos y garantías constitucionales,
fundamentalmente la garantía del debido proceso, la prohibición de indefensión y el derecho
a la seguridad jurídica.
Así, respecto al derecho a la defensa, es innegable que si pese al tiempo transcurrido, la
acción penal se dirigiera contra el supuesto culpable, llegando inclusive a imponerse una
pena, se produciría una grave indefensión, pues los medios de defensa de los que podría
servirse el imputado, o ya no existirían o se encontrarían debilitados, corriéndose el riesgo de
condenar a un inocente por el tiempo transcurrido. En síntesis, el transcurso del tiempo
incrementa el riesgo del error judicial, por encontrarse debilitadas las pruebas de la defensa.
A su vez, el derecho a la defensa se encuentra conectado con la seguridad jurídica, derecho
que se garantiza al evitar que se celebren procesos que no gozan de las mínimas garantías
que permitan obtener una Sentencia justa y que ocasionarían lesión a la garantía del debido
proceso.
De lo dicho se desprende que la prescripción sirve también para compeler a los órganos
encargados de la persecución penal, y a la misma administración de justicia penal, a resolver
de forma rápida y definitiva el ilícito que se ha cometido; combinándose, entonces, la
necesidad de una justicia pronta y efectiva (art. 116.X de la CPE), como garantía de la
sociedad, y un debido proceso, como garantía del imputado (art. 16.IV de la CPE), que a su
vez precautele sus derechos a la defensa (art. 16.II de la CPE) y a la seguridad jurídica (art.
7 inc. a) de CPE).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
condicionamiento de la dirección del proceso con sus peticiones; en otras palabras, la parte
es la única que puede decidir si acude al proceso a través de la acción y los términos de su
pretensión, no pudiendo la autoridad jurisdiccional apartarse de la misma.
A diferencia del proceso civil el proceso penal es generado por el delito y busca imponer una
sanción al responsable del mismo, siendo el instrumento para la aplicación o materialización
de la ley penal, podrá emerger de acción pública o privada; no obstante, el proceso civil
siempre emerge de una demanda privada, protegiendo intereses privados y disponibles por
las partes; empero, el proceso penal protege intereses públicos considerados imprescindibles
para la convivencia social que no son disponibles; en ese entendido, es el Estado el que
promueve de oficio la investigación de los hechos que revista las características de delito y
su esclarecimiento para la sanción, estableciendo qué comportamientos deben ser
sancionados.
Al ser la finalidad de cada uno de los procesos referidos distinta, los bienes jurídicamente
tutelados también son diferentes, al igual que el interés jurídico que protegen, teniendo
normas de contenido y alcance propios, siendo tarea del Ministerio Público, a través de
resoluciones debidamente fundamentadas y motivadas observar las mismas, no permitiendo
que se tergiverse el propósito del proceso penal a tiempo de interponerse una denuncia o
querella, ya que es cotidiano que procesos de carácter estrictamente civil -cumplimiento de
obligaciones, rescisión de contratos, nulidad o anulabilidad de contratos que tienen
finalidades diferentes-, sean presentados mediante denuncia o querella dándose una
sustentación diferente al que realmente le corresponde y con un nomen juris previsto en el
Código Penal, sobrecargando de esa manera las labores de los Fiscales de Materia y del
sistema procesal penal; en ese sentido, corresponde al Ministerio Publico identificar estos
casos desde un inicio siempre considerando que no se deja en indefensión a la parte
denunciante en la medida en la cual cuenta con la vía procesal eficaz para la satisfacción de
su pretensión, además de ser más beneficioso para los denunciantes o querellantes.
Asimismo, debe considerarse que el Ministerio Público a tiempo de emitir cualquier
resolución dentro del proceso penal, se encuentra impelido a aplicar el principio in dubio pro
reo ; es decir, que ante la duda de si constituye o no el hecho un delito o es de naturaleza
civil, debe sobreseer al imputado; dicho de otro modo, en caso de duda sobre la
responsabilidad del imputado el proceso debe resolverse en su favor, pues si los hechos que
constituyen causa para la denuncia o querella, después de la investigación no están
sustentados, o no conducen a un grado de certeza que permita concluir que el investigado es
responsable, mal podría continuarse con el proceso contra quien no se pudo demostrar la
autoría o participación en la conducta antijurídica.
Por otro lado, las partes deben activar la vía idónea y no pretender resolver por la vía penal
cuestiones civiles, debido a que únicamente se estaría postergando la satisfacción de sus
pretensiones; al respecto, la SC 0051/2000-R de 21 de enero, refirió que: “…el derecho penal
moderno es de 'última ratio', es decir que se debe recurrir a éste cuando las demás ramas
del derecho no brinden protección para el bien jurídico lesionado”; aspecto que debe
considerarse por los fiscales en el marco de sus competencias, los cuales ante la duda están
habilitados por la ley para rechazar denuncias o querellas que consideren que constituyen
temáticas civiles, pero siempre efectuando la debida fundamentación que el debido proceso
requiere.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
DILACIÓN EN LA REMISIÓN DE LA APELACIÓN INCIDENTAL DE MEDIDAS
CAUTELARES ANTE EL TRIBUNAL DE ALZADA POR FALTA DE PROVISIÓN DE
RECAUDOS: PREVALENCIA DEL PRINCIPIO DE GRATUIDAD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0025/2016-S3, Sucre, 4 de enero de
2016
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Concomitante con el razonamiento supra señalado, la misma Sentencia Constitucional
Plurinacional, asumió el siguiente entendimiento: “La Norma Suprema en su art. 180.I,
expresamente establece que la jurisdicción ordinaria se basa en los principios de gratuidad,
publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia,
eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las
partes ante el juez; constituyéndose el principio de gratuidad en uno de los pilares que
sustenta la administración de justicia ordinaria en nuestro país. En relación al principio de
gratuidad y al pago de recaudos de ley que el litigante debía cubrir con la compra de
formularios, valores, timbres para las legalizaciones, entre otros; en aplicación del art. 7 de la
Ley 212 de 23 de diciembre de 2011, el Tribunal Constitucional Plurinacional a través de la
SCP 2075/2013 de 18 de noviembre, citando a la SCP 0286/2012 de 6 de junio, determinó
que: ‘Sobre el principio de gratuidad en la administración de justicia y su desarrollo en la Ley
del Órgano Judicial y la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011, la citada
Sentencia Constitucional Plurinacional resaltó que: 'De donde se infiere que, al constituirse
el principio de gratuidad en uno de los pilares del sistema de administración de justicia, no
puede, la autoridad jurisdiccional, a título de la falta de provisión de recaudos,
paralizar la tramitación de una causa o de un recurso dentro de la misma, toda vez que
dicha actuación incidiría directamente en su tramitación, ocasionando una dilación
indebida y consecuentemente posibles vulneraciones a derechos y garantías de los
particulares’.
Ahora bien, en virtud de que el art. 7.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011 de
Transición para el Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Consejo de la
Magistratura y Tribunal Constitucional Plurinacional, determina expresamente: 'A partir del 3
de enero de 2013, se suprime y elimina todo pago por concepto de formularios de
notificación y papeletas de apelación, en todo tipo y clase de proceso'; dicha sentencia
constitucional (SCP 0286/2012 de 6 de junio), concluyó, en esa fecha (6 de junio de 2012)
que '…mientras tanto, las partes interesadas deberán continuar proveyendo los recaudos de
ley para impulsar la continuidad del proceso…, debido a que como se tiene anotado, la fecha
de emisión de la sentencia constitucional, temporalmente otorgaba esa posibilidad; situación
que a partir del 3 de enero de 2013, por imperio de la ley (art. 7.II de la Ley 212),
constitucionalmente válida a la luz del principio de gratuidad (art. 178.I de la CPE) ya no
puede sostenerse, debido a que la norma taxativamente, desde esa data, suprime y elimina
todo pago por concepto de formularios de notificación y papeletas de apelación, en todo tipo
y clase de proceso con cargo a las partes interesadas quienes ya no tienen la obligación de
proveer los recaudos de ley para impulsar la continuidad del proceso…”.
DILACIÓN EN LA REMISIÓN DE LA APELACIÓN INCIDENTAL EN MEDIDAS
CAUTELARES ANTE EL TRIBUNAL DE ALZADA POR FALTA DE PROVISIÓN DE
RECAUDOS DE LEY
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1118/2015-S3, Sucre, 16 de
noviembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El Tribunal Constitucional Plurinacional haciendo referencia al art. 180.I de la CPE, a
través de la SCP 0691/2014 de 10 de abril, señaló que la jurisdicción ordinaria se
fundamenta entre otros, en los principios de gratuidad y celeridad, manifestando que: «En
relación al principio de gratuidad y al pago de recaudos de ley que el litigante debía cubrir
con la compra de formularios, valores, timbres para las legalizaciones, entre otros; en
aplicación del art. 7 de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011, el Tribunal Constitucional
Plurinacional a través de la SCP 2075/2013 de 18 de noviembre haciendo cita de la SCP
0286/2012 de 6 de junio, determinó: “Sobre el principio de gratuidad en la administración de
justicia y su desarrollo en la Ley del Órgano Judicial y la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011, la citada Sentencia Constitucional Plurinacional resaltó que:
'De donde se infiere que, al constituirse el principio de gratuidad en uno de los pilares del
sistema de administración de justicia, no puede, la autoridad jurisdiccional, a título de
la falta de provisión de recaudos, paralizar la tramitación de una causa o de un recurso
dentro de la misma, toda vez que dicha actuación incidiría directamente en su
tramitación, ocasionando una dilación indebida y consecuentemente posibles
vulneraciones a derechos y garantías de los particulares'.
Ahora bien, en virtud de que el art. 7.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011 de
Transición para el Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Consejo de la
Magistratura y Tribunal Constitucional Plurinacional, determina expresamente: 'A partir del 3
de enero de 2013, se suprime y elimina todo pago por concepto de formularios de
notificación y papeletas de apelación, en todo tipo y clase de proceso'; dicha sentencia
constitucional (SCP 0286/2012 de 6 de junio), concluyó, en esa fecha (6 de junio de 2012)
que '…mientras tanto, las partes interesadas deberán continuar proveyendo los recaudos de
ley para impulsar la continuidad del proceso…', debido a que como se tiene anotado, la
fecha de emisión de la sentencia constitucional, temporalmente otorgaba esa posibilidad;
situación que a partir del 3 de enero de 2013, por imperio de la ley (art. 7.II de la Ley 212),
constitucionalmente válida a la luz del principio de gratuidad (art. 178.I de la CPE) ya no
puede sostenerse, debido a que la norma taxativamente, desde esa data, suprime y elimina
todo pago por concepto de formularios de notificación y papeletas de apelación, en todo tipo
y clase de proceso con cargo a las partes interesadas quienes ya no tienen la obligación
de proveer los recaudos de ley para impulsar la continuidad del proceso…”».
[415]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
debido proceso e igualdad de las partes ante el juez; constituyéndose el principio de gratuidad en uno
de los pilares que sustenta la administración de justicia ordinaria en nuestro país. En relación al
principio de gratuidad y al pago de recaudos de ley que el litigante debía cubrir con la compra de
formularios, valores, timbres para las legalizaciones, entre otros; en aplicación del art. 7 de la Ley
212 de 23 de diciembre de 2011, el Tribunal Constitucional Plurinacional a través de la SCP
2075/2013 de 18 de noviembre, citando a la SCP 0286/2012 de 6 de junio, determinó que: “Sobre el
principio de gratuidad en la administración de justicia y su desarrollo en la Ley del Órgano Judicial y
la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011, la citada Sentencia Constitucional Plurinacional resaltó que:
‘De donde se infiere que, al constituirse el principio de gratuidad en uno de los pilares del sistema de
administración de justicia, no puede, la autoridad jurisdiccional, a título de la falta de provisión de
recaudos, paralizar la tramitación de una causa o de un recurso dentro de la misma, toda vez que
dicha actuación incidiría directamente en su tramitación, ocasionando una dilación indebida y
consecuentemente posibles vulneraciones a derechos y garantías de los particulares’.
Ahora bien, en virtud de que el art. 7.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011 de Transición
para el Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Consejo de la Magistratura y
Tribunal Constitucional Plurinacional, determina expresamente: ‘A partir del 3 de enero de
2013, se suprime y elimina todo pago por concepto de formularios de notificación y
papeletas de apelación, en todo tipo y clase de proceso’; dicha sentencia constitucional (SCP
0286/2012 de 6 de junio), concluyó, en esa fecha (6 de junio de 2012) que ‘…mientras tanto, las
partes interesadas deberán continuar proveyendo los recaudos de ley para impulsar la
continuidad del proceso…’, debido a que como se tiene anotado, la fecha de emisión de la
sentencia constitucional, temporalmente otorgaba esa posibilidad; situación que a partir del 3 de
enero de 2013, por imperio de la ley (art. 7.II de la Ley 212), constitucionalmente válida a
la luz del principio de gratuidad (art. 178.I de la CPE) ya no puede sostenerse, debido a que la
norma taxativamente, desde esa data, suprime y elimina todo pago por concepto de formularios de
notificación y papeletas de apelación, en todo tipo y clase de proceso 7 con cargo a las partes
interesadas quienes ya no tienen la obligación de proveer los recaudos de ley para impulsar la
continuidad del proceso…” (las negrillas nos corresponden).
DILACIÓN INDEBIDA EN LA TRAMITACIÓN DE LA SOLICITUD DE LA CESACIÓN DE
LA DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0939/2017-S3
Sucre, 18 de septiembre de 2017
Al respecto la jurisprudencia a través de la SC 0224/2010-R de 16 de febrero, sostuvo que: “…toda
autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad
física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los
plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo
que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto
dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la
lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal
naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es
ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud” (las negrillas son
añadidas).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Asimismo, la SC 0465/2010-R de 5 de julio, concluyó que: “…todas aquellas solicitudes vinculadas
a la libertad del imputado, en especial la cesación de la detención preventiva, deben ser tramitadas
con la debida celeridad, puesto que el ingresar en una demora o dilación indebida en que incurra
una autoridad judicial al resolver una solicitud de tal naturaleza, implica una lesión a ese derecho
fundamental, supuesto ante el cual se activa el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho;
empero se deja claramente establecido, que no existirá lesión si la demora o dilación es promovida
por el propio imputado” (el resaltado es nuestro).
DOCUMENTO PÚBLICO / Las certificaciones que emiten tiene la misma validez y
jerarquía a las que emiten las Autoridades de la Justicia Ordinaria
AUTO SUPREMO Nº 610/2015-RRC
Sucre, 21 de septiembre de 2015
Delitos: Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Ahora bien, de la revisión del Auto de Vista recurrido,
se tiene que el Tribunal de alzada respondió de manera concisa y sucinta, respecto a
la acusación de errónea aplicación de la ley sustantiva, señalando que la calificación
de los tipos penales fueron subsanados en la apertura de juicio, a petición del
Ministerio Público; y, que el cambio del tipo penal se realizó respondiendo al
principio de iuria novit curia, conforme al análisis doctrinal establecido en el Auto
Supremo 85 de 28 de enero de 2013 emitido por este Tribunal, indicando que los
certificados emitidos por las autoridades Indígena Originaria Campesinas se
constituyen en documentos Públicos, porque si bien la Ley de Deslinde
Jurisdiccional es posterior a la data del documento que es objeto del presente
proceso, se debe considerar que con anterioridad a la citada Ley, la Constitución
Política del Estado, reconoció la Justicia Indígena Originaria Campesina, en la
misma jerarquía que la justicia ordinaria; por lo que, pretender que las
certificaciones las cuales emiten estas autoridades no son de orden público, resulta
impertinente. Lo que implica, que el motivo en análisis, fue objeto de
pronunciamiento, advirtiéndose como se señaló en el párrafo anterior que el
Tribunal de apelación respondió la denuncia respecto a la errónea aplicación de la
ley sustantiva de manera fundamentada, apoyando su decisión en el Auto Supremo
85 de 28 de marzo de 2013 emitido por este Tribunal, relievando el hecho de que
independientemente la Ley de Deslinde Jurisdiccional, la norma suprema del país
reconoce a las autoridades Indígena originarias con sus usos y costumbres; por lo
que, las certificaciones que emiten tiene la misma validez y jerarquía a las que
emiten las Autoridades de la Justicia Ordinaria. Por lo señalado, se concluye que el
Tribunal de alzada, emitió pronunciamiento correcto, fundamentado y motivado,
sucintamente desarrollado en el último considerando de la Resolución recurrida, en
aplicación del principio iura novit curia, que de acuerdo al sistema procesal penal
vigente es legalmente aplicable; consiguientemente, bajo ningún aspecto es
sostenible la contradicción o incumplimiento denunciado del Auto Supremo
369/2014-RRC de 8 de agosto, deviniendo en consecuencia este motivo en
infundado.
[417]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Documento Público
Restrictor: Las certificaciones que emiten tiene la misma validez y jerarquía a las
que emiten las Autoridades de la Justicia Ordinaria
[418]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por otra parte, es necesario precisar que los seis meses previstos para el desarrollo de la etapa
preparatoria es un plazo máximo, conforme determinó la SC 0405/2005-R de 20 de abril, citando a su
vez a la SC 0103/2004-R de 21 de enero, al indicar: ‘«...el plazo de los seis meses previsto por el art.
134 del CPP, es un plazo máximo, lo que significa que el Fiscal puede antes de su vencimiento
presentar la acusación formal si estima que la investigación proporcionó fundamentos para el
enjuiciamiento del imputado, decretar el sobreseimiento o requerir ante el juez de instrucción, la
suspensión condicional del proceso, la aplicación de un procedimiento abreviado, de un criterio de
oportunidad o que se promueva la conciliación». De modo que de acuerdo a la simplicidad del caso,
número de imputados, avances de la investigación y otros factores de la labor investigativa, la etapa
preparatoria puede concluir antes de ese plazo máximo, pero no a escasos días desde la notificación
al imputado con la imputación formal…´” (las negrillas y el subrayado nos corresponden).
[419]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
judicial de tramitar con mayor diligencia y prontitud aquellos procesos penales en los cuales
el imputado se encuentre privado de su libertad (…)”.
PRECEDENTE SC 0110/2010-R de 10 de mayo
[420]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Este entendimiento, aunque no de manera expresa, moduló los razonamientos vigentes con
anterioridad.
Posteriormente, el art. 239.2.3 del CPP, fue modificado por la Ley 007 de modificaciones al
sistema normativo penal, cuyo tenor literal prescribe que cesará la detención preventiva: “…
2) Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito
más grave que se juzga; y 3) Cuando su duración exceda de dieciocho (18) meses sin
que se haya dictado acusación o de treinta y seis (36) meses sin que se hubiera
dictado sentencia. Vencidos los plazos previstos en los numerales 2) y 3), el juez o
tribunal aplicará las medidas cautelares que correspondan previstas en el Artículo 240
de este Código, siempre que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del
imputado”.
[421]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
enmienda y complementación de la SC 1506/2005-R de 25 de noviembre que: '…si bien es
cierto que la SC 0947/2001-R exigía únicamente el transcurso del tiempo para la
viabilización de la cesación de detención preventiva por la causal comprendida en el
inc. 3) del art. 239 del CPP, no es menos evidente que los alcances de dicho fallo
fueron modulados de manera general por la SC 0034/2005-R, que establece que es el
imputado quien debe demostrar con los elementos de convicción necesarios, que los
motivos que fundaron su detención preventiva, han sido modificados o ya no existen,
aspectos que no sólo serán valorados por el juez cautelar sino por el propio tribunal
de alzada que conozca en apelación la resolución que conceda o rechace la cesación
de la detención preventiva; cual aconteció en autos‘ ’” (las negrillas son nuestras). Este
entendimiento, aunque no de manera expresa, moduló los razonamientos vigentes con
anterioridad.
Posteriormente, el art. 239 del CPP, modificado por la Ley de Descongestionamiento y
Efectivización del Sistema Procesal Penal, cuyo tenor literal prescribe que cesará la
detención preventiva: “…4. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los
motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
5. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más
grave que se juzga;
6. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de
corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña,
niño, adolescente, e infanticidio; y,
7. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad
terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar
audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24)
horas siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres
(3) días. Con contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad
de audiencia, dentro de los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre
que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia
del beneficio, sin posibilidad de suspensión de plazos.
En los casos previstos en los Numerales 2, 3 y 4 del presente Artículo, la o el Juez o Tribunal
aplicará las medidas sustitutivas que correspondan, previstas en el Artículo 240 de este
Código”
[422]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
EFECTIVO CONTROL DE LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA REALIZADA POR EL
JUEZ O TRIBUNAL DE SENTENCIA
AUTO SUPREMO Nº 447/2015-RRC
Sucre, 29 de junio de 2015
La actuación y límites circunscritos a los Tribunales de alzada en la resolución del
recurso de apelación restringida, en primer plano se hallan dispuestos por la
competencia otorgada por el art. 51 inc. 2) del CPP; asumiendo un segundo plano en
el marco sobre el cual aquel tipo de recurso debe ser resuelto; es así que, los arts.
407 y siguientes de la norma adjetiva penal, predisponen a partir de la propia
naturaleza jurídica de este recurso dos aspectos, una incorrecta interpretación o
aplicación de la ley (error in iudicando) o bien que la decisión de presunto agravio
haya sido emitida a través de un procedimiento que no reúna requisitos o
condiciones de validez (error in procedendo); de ello se desprende que la labor de los
tribunales de apelación debe necesariamente estar apartada de una nueva
valoración de la prueba producida en juicio, debiendo limitar su ámbito de decisión
a que la revisión de la sentencia de grado posea fundamentos suficientes (tanto
descriptivos como intelectivos) sobre la valoración de la prueba, su coherencia,
orden, idoneidad a los principios de la sana crítica, motivación eficaz, y que ofrezcan
en consecuencia, certidumbre sobre la decisión de condena o absolución según el
caso.
Sobre los anteriores argumentos, este Tribunal se ha pronunciado mediante el Auto
Supremo 200/2012-RRC de 24 de agosto, al señalar que: "Es necesario precisar, que
el recurso de apelación restringida, constituye un medio legal para impugnar errores
de procedimiento o de aplicación de normas sustantivas en los que se hubiera
incurrido durante la sustanciación del juicio o en la Sentencia, no siendo el medio
idóneo que faculte al Tribunal de alzada, para revalorizar la prueba o revisar
cuestiones de hecho que es de potestad exclusiva de los Jueces o Tribunales de
Sentencia; por ello, si el ad quem, advierte que la Sentencia no se ajusta a las normas
procesales, con relación a la valoración de la prueba y la falta de fundamentación y
motivación, que haya tenido incidencia en la parte resolutiva, le corresponde anular
total o parcialmente la Sentencia, y ordenar la reposición del juicio por otro
Tribunal". Argumentos concordantes con los entendimientos asumidos en los Autos
Supremos 332/2012-RRC de 18 de diciembre y 304/2012-RRC de noviembre.
En ese contexto, el Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación restringida,
tiene el deber de ejercer el efectivo control de la valoración de la prueba realizada por
el Juez o Tribunal de Sentencia, a efecto de constatar si se ajusta a las reglas de la
sana crítica y que se halle debidamente fundamentada; sin embargo, esto no supone
un reconocimiento a la posibilidad de que aquel Tribunal pueda ingresar a una
nueva revalorización de la prueba (por la característica de la intangibilidad de la
prueba) o revisar cuestiones de hecho (intangibilidad de los hechos), como también
realizar afirmaciones imprecisas, incorrectas o alejadas de la realidad; porque de
hacerlo desconocería los principios rectores de inmediación y de contradicción que
rigen la sustanciación del juicio penal, incurriendo en un defecto absoluto no
susceptible de convalidación emergente de la vulneración de los derechos a la
defensa y al debido proceso.
[423]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 28 de agosto de 2017
El Tribunal Constitucional Plurinacional a través de la SCP 0454/2016-S1 de 25 de abril estableció
que: “Al respecto la SCP 1449/2012 de 24 de septiembre, reiterada en la SCP 0626/2015-S1 de 15 de
junio, refirió: ‘Conforme a los arts. 87.1 y 89 del CPP, si habiendo sido citado personalmente el
imputado no comparece sin causa justificada, el Tribunal lo declarará rebelde pudiendo disponer,
entre otras medidas, su aprehensión; empero, el art. 91 del mismo cuerpo legal establece que:
«Cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso
continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su comparecencia y
manteniendo las medidas cautelares de carácter real.
El imputado o su fiador pagará las costas de su rebeldía. Si justifica que no concurrió debido a un
grave y legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución de la fianza».
Ahora bien, de las normas procesales penales glosadas se tiene que la finalidad del instituto procesal
de la rebeldía y, por ende, de la medida de aprehensión, es lograr la comparecencia del imputado al
proceso. La comparecencia del rebelde en el proceso penal, según lo dispuesto en el art. 91 del CPP,
puede ser de dos formas:
a) La comparecencia voluntaria del rebelde al proceso penal antes de la ejecución del mandamiento
de aprehensión.
En efecto, cuando el art. 91 del CPP, señala «Cuando el rebelde comparezca…», está regulando la
comparecencia voluntaria del rebelde al proceso penal antes de la ejecución del mandamiento de
aprehensión.
En este supuesto, efectuada la presentación voluntaria del rebelde, como manda la misma norma
procesal penal corresponderá dejar sin efecto las órdenes emergentes de la declaratoria de rebeldía y,
por ende, el mandamiento de aprehensión dispuesto contra el procesado, debido a que la finalidad,
cuál era su comparecencia en el proceso penal, fue cumplida; lo contrario, esto es, mantener la orden
de aprehensión, implica persecución indebida, debido a que se deja latente una orden de restricción a
la libertad sin causa justificada.
La SC 1404/2005-R de 8 de noviembre, sobre las consecuencias de la comparecencia voluntaria del
rebelde al proceso penal, indicó que: «…cabe expresar que el mandamiento de aprehensión (emitido
en mérito a lo dispuesto en los) arts. 87 y 89 del CPP, (fue) únicamente para conducirlo al acto de la
audiencia del juicio; y si el representado acude voluntariamente, no hay necesidad que se ejecute el
mandamiento expedido en su contra».
De lo que se concluye que una vez el rebelde comparece al proceso, como consecuencia de esa
presentación, las ordenes emitidas a efectos de su comparecencia deben quedar sin efecto, puesto que
la finalidad que persigue este instituto (comparecencia) ya habría sido cumplida, lo contrario
implicaría persecución indebida.”
[424]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
justificada, el Tribunal lo declarará rebelde pudiendo disponer, entre otras medidas, su
aprehensión; empero, el art. 91 del mismo cuerpo legal establece que:
'Cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo requiera, el
proceso continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su
comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de carácter real.
El imputado o su fiador pagará las costas de su rebeldía. Si justifica que no concurrió debido
a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a la ejecución
de la fianza'.
Ahora bien, de las normas procesales penales glosadas se tiene que la finalidad del instituto
procesal de la rebeldía y, por ende, de la medida de aprehensión, es lograr la comparecencia
del imputado al proceso. La comparecencia del rebelde en el proceso penal, según lo
dispuesto en el art. 91 del CPP, puede ser de dos formas: a) La comparecencia voluntaria del
rebelde al proceso penal antes de la ejecución del mandamiento de aprehensión.
En efecto, cuando el art. 91 del CPP, señala 'Cuando el rebelde comparezca…', está
regulando la comparecencia voluntaria del rebelde al proceso penal antes de la ejecución del
mandamiento de aprehensión.
En este supuesto, efectuada la presentación voluntaria del rebelde, como manda la misma
norma procesal penal corresponderá dejar sin efecto las órdenes emergentes de la
declaratoria de rebeldía y, por ende, el mandamiento de aprehensión dispuesto contra el
procesado, debido a que la finalidad, cuál era su comparecencia en el proceso penal, fue
cumplida; lo contrario, esto es, mantener la orden de aprehensión, implica persecución
indebida, debido a que se deja latente una orden de restricción a la libertad sin causa
justificada.
La SC 1404/2005-R de 8 de noviembre, sobre las consecuencias de la comparecencia
voluntaria del rebelde al proceso penal, indicó que: '…cabe expresar que el mandamiento de
aprehensión [emitido en mérito a lo dispuesto en los] arts. 87 y 89 del CPP, [fue] únicamente
para conducirlo al acto de la audiencia del juicio; y si el representado acude voluntariamente,
no hay necesidad que se ejecute el mandamiento expedido en su contra'”.
De lo que se concluye que una vez el rebelde comparece al proceso, como consecuencia de
esa presentación, las ordenes emitidas a efectos de su comparecencia deben quedar sin
efecto, puesto que la finalidad que persigue este instituto (comparecencia) ya habría sido
cumplida, lo contrario implicaría persecución indebida.
[425]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días siguientes de recibidas las
actuaciones, sin recurso ulterior.
De lo señalado, es posible verificar que la apelación incidental planteada contra una resolución que
disponga, modifique o rechace una medida cautelar, ingresa dentro del ámbito de la excepción
prevista por el art. 396 inc. 1) del CPP, al estar dispuesta expresamente por el art. 251 del mismo
cuerpo legal en sentido que tendrá efecto no suspensivo, lo que implica que la decisión debe ejecutarse
inmediatamente después de haber sido adoptada; sin perjuicio de que la parte que se considere
agraviada, haga uso del recurso de alzada y lógicamente sin aguardar pronunciamiento del Tribunal
superior donde radicó la impugnación planteada.
Al respecto la jurisprudencia constitucional ha señalado lo siguiente: '…El art. 251 del Código de
procedimiento penal (CPP), modificado según la Ley 2494 de 4 de agosto de 2003 del Sistema
Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC), establece que la resolución que disponga, modifique o
rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto 'no suspensivo', lo que implica que la
competencia del Juez que dictó la resolución no queda suspendida por un eventual recurso que
hubiere sido planteado, la que no obstante podrá ser ejecutada…' (SC 0236/2004-R de 20 de febrero).
Entendimiento reiterado en las SSCC 1419/2005-R, 0660/2006-R y 0522/2011-R entre otras”.
Por su parte, la SCP 0631/2014 de 25 de marzo, señaló que: “…En los casos en que la persona hubiera
presentado de manera paralela sus reclamos en la vía ordinaria y en la vía constitucional, es posible
denegar la tutela por subsidiariedad; causal que, empero, no se aplica en los supuestos en los cuales
exista una apelación pendiente de la medida cautelar impuesta y, de manera paralela, el imputado
hubiera presentado una nueva solicitud de cesación de la medida cautelar impuesta.
(…) debe considerarse que, de conformidad a las características de las medias cautelares (…), estas
pueden ser modificadas cuando el fin constitucional y legal de las mismas ya no tenga fundamento, es
decir cuando no sea necesario para asegurar el descubrimiento de la verdad, el desarrollo del proceso
y la aplicación de la ley. En ese sentido, se entiende que una nueva solicitud de modificación de
medidas cautelares presenta nuevos argumentos y elementos que demuestran la inexistencia de los
motivos que determinaron su aplicación y, por lo mismo, el fundamento de la solicitud es diferente al
que fuera resuelto en la anterior resolución apelada por el mismo imputado.
Por otra parte, debe considerarse que la solicitud de modificación de medidas cautelares, más aún en
aquellas vinculadas a la libertad física o personal, no puede estar condicionada a que se resuelva una
apelación pendiente; pues en mérito al principio de favorabilidad (…) en caso de duda respecto a la
aplicación de una mediad cautelar o de otras disposiciones que restrinjan derechos o facultades del
imputado, debe estarse a lo que le sea más favorable.
En virtud a lo expuesto, corresponde señalar que las solicitudes de modificación de medidas
cautelares, cuando se funde en nuevos elementos o argumentos tendientes a demostrar que ya no se
presentan los motivos que determinaron la aplicación de esas medidas, deben ser tramitadas por los
jueces y tribunales, con independencia de la existencia de una apelación en trámite (…).
Cabe aclarar que dicha conclusión bajo ninguna circunstancia implica generar disfunciones
procesales ni dualidad de resoluciones en la misma vía ordinaria, por cuanto, se reitera, la nueva
solicitud de modificación de medidas cautelares tiene un sustento diferente a la resolución que se
encuentra impugnada y, por lo mismo, no existiría la posibilidad de que se emitieran dos resoluciones
contradictorias; pues, se repite, el fundamento de ambas resoluciones sería distinto” (las negrillas nos
corresponden).
[426]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Así las cosas, encontrándose formulada -por parte de la víctima-, apelación incidental contra el auto de
aplicación de medidas cautelares (como sucedió en el presente caso) y paralelamente el imputado -hoy
accionante- a través de su representante pidió cesación de la detención preventiva; en el marco del
principio de favorabilidad, corresponde atender la cesación a la detención preventiva con la mayor
celeridad; pues en el supuesto caso de que el juez de Instrucción determine revocar las medidas
cautelares y disponer la aplicación de medidas sustitutivas, no significa que la víctima o querellante y
el propio Ministerio Público a partir de un eventual resultado del recurso de apelación interpuestos por
estos últimos (a la medida cautelar) puedan solicitar la modificación de la medida sustitutiva e incluso
pueden apelar la propia resolución que otorgó dicho beneficio al imputado; pero de ninguna manera
puede ser justificativo que la solicitud de cesación a la detención preventiva sea suspendida y
condicionada al resultado del recurso de apelación interpuesto por la víctima; toda vez que el
resultado de ambas resoluciones sería distinto, pero inclusive -como se dijo- existe la posibilidad de
que el querellante o el fiscal puedan solicitar la modificación de las medidas sustitutivas en su caso”.
[427]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
carácter suspensivo como sostuvo la SC 0421/2007-R de 22 de mayo citada por la SCP 1876/2013 de
29 de octubre al señalar: ’… en la etapa preparatoria es posible interponer recurso de apelación
incidental contra las resoluciones que resuelven excepciones; aclarándose que, en virtud a la finalidad
de esa etapa, la apelación no tiene efecto suspensivo‘.
A objeto de determinar con precisión, si las apelaciones incidentales tienen o no efecto suspensivo, es
preciso recurrir a un estudio metódico de la normativa, tanto procesal como constitucional, como las
razones de orden lógico; así dentro de la sistemática del código procesal penal, las situaciones que
ameritarían dejar en suspenso la tramitación de la causa serán aquellas que, por su propia naturaleza
impidan continuar con el proceso si resultan atendibles en razón a que tienden a destruir el proceso
penal, esto considerando que la resolución impugnada evidenció la existencia de pruebas que
sustenten la veracidad de lo afirmado por el incidentista; obviamente, sin interrumpir el proceso
investigativo hasta que se confirme por el superior jerárquico; contrario sensu resulta si los motivos
que fundaron el incidente carecen de sustento, aspecto que habría derivado en su declaratoria de
infundado, coligiéndose que la finalidad de su interposición simplemente obedeció a lograr la dilación
del proceso. Evidentemente, no constituye una regla el hecho de que la resolución emitida por el juez
cautelar sea infalible, es decir, constituya una verdad absoluta; es por estas razones, que la autoridad
jurisdiccional debe analizar con detenimiento si se debe proseguir con la tramitación de la causa
penal o suspender el mismo hasta que se resuelva la apelación incidental de acuerdo con la naturaleza
de la cuestión incoada, esto únicamente en cuanto a la consideración de la aplicación de alguna
medida cautelar, en razón a que no implica que se deje pendiente la investigación inherentes a esta
etapa y que la autoridad carezca de competencia para ejercer el debido control jurisdiccional.
En términos generales, un incidente interpuesto en la etapa preparatoria, de acuerdo a su naturaleza
y la afectación que de su resolución pueda emerger, debe ser analizado desde la perspectiva procesal
(la continuidad de la tramitación y sustanciación de todo cuanto soliciten las partes y, en su caso, el
Ministerio Público) por la obvia razón de que no puede dejarse de lado el normal avance del proceso
en una fase en que ellas perderían todo interés, así como a efectos de evitar que los elementos de
prueba que sirvan para la defensa como para la acusación puedan modificarse o destruirse; y, desde
la perspectiva constitucional, debe considerarse si se afectaran derechos y garantías
constitucionales; en ese sentido, la autoridad jurisdiccional analizando si se tratan de incidentes de
carácter formal que no perjudicarán el fondo del proceso penal, podrá continuar la sustanciación de
la etapa preparatoria y sus diferentes emergencias remitiendo la apelación ante el superior
jerárquico; y, sólo en caso de que las mismas tiendan a destruir el proceso, entonces podrá determinar
la suspensión de considerar la aplicación de alguna medida cautelar de carácter personal por
considerarla restrictiva a los derechos y garantías, esto si advierte que existen suficientes elementos
para no continuar con la prosecución de la causa“ (las negrillas son nuestras).
EFECTOS EN RECHAZO IN LIMINE DE RECUSACIONES DENTRO DE PROCESO
PENALES: Inexistencia de procesamiento indebido, porque en los supuestos de rechazo in
límine de recusaciones dentro de proceso penales, los jueces deben continuar de manera
inmediata con el conocimiento y resolución de la causa.
S.C.P. 0038/2012 Sucre, 26 de marzo de 2012
SUPUESTOS FÁCTICOS
En una acción de libertad, el accionante alegó la lesión de sus derechos a la libertad, al
debido proceso, a la “seguridad jurídica” y a la defensa, por cuanto los vocales demandados
[428]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
revocaron las medidas sustitutivas a su detención preventiva, no obstante que planteó
recusación contra ellos en mérito a que ya emitieron criterio respecto a su situación procesal
en la primera audiencia. El Tribunal Constitucional confirmó la resolución que denegó la
tutela.
RATIO DECIDENDI
F.J.III.2.1”… al estar la problemática relacionada con un rechazo in límine de recusación, tal
como ya se explicó, las autoridades frente a causales enmarcadas en la segunda parte del
art. 321 de la Ley 007; es decir, los supuestos de rechazo in límine de recusaciones, una vez
dispuesto el rechazo in límine, deben continuar de manera inmediata con el
conocimiento y resolución de la causa, procedimiento aplicado en la especie tal como
lo evidencia las documentales detalladas supra, razón por la cual, se colige que en el
caso concreto, no existió vulneración a presupuestos del debido proceso y por tanto,
no existió procesamiento indebido”.
PRECEDENTE
F.J.III.2”…considerando que la teleología de un rechazo in límine de recusaciones es el resguardo del
principio de celeridad y por ende del plazo razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es
evitar dilaciones procesales indebidas, no sería coherente con esta interpretación teleológica,
atribuirle a este supuesto los mismos presupuestos disciplinados para la tramitación de recusaciones
enmarcadas en las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por cuanto,a la luz de esta
interpretación teleológica, es razonable señalar que en este supuesto (rechazo in límine), los
jueces o tribunales ordinarios, precisamente para asegurar esa celeridad procesal, en caso de
enmarcarse la recusación a una causal de rechazo in límine, deberán establecer de manera
previa y motivada este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del primer supuesto disciplinado
en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera inmediata con el conocimiento y
resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera vicia de nulidad los actos procesales
ulteriores”.
[429]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
EJERCICIO DEL DERECHO A LA IMPUGNACIÓN COMO MEDIO MATERIAL DEL
EJERCICIO DEL DERECHO A LA DEFENSA
S.C.P. 0386/2015-S2 Sucre, 8 de abril de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El derecho a la defensa se constituye en la capacidad reconocida por el texto constitucional a
favor de un individuo sometido a proceso (judicial o administrativo), a conocer el estado del
mismo y en consecuencia, impugnar o contradecir las pruebas y providencias o decisiones
que resulten adversas a sus intereses; a este efecto, el ejercicio de este derecho se halla
garantizado por la propia Constitución Política del Estado, a través del debido proceso que,
conforme establecimos en el Fundamento Jurídico anterior, se halla reconocido
constitucionalmente en una triple dimensión: como derecho, principio y garantía; coligiéndose
entonces que el derecho a la defensa implica para todo habitante, la posibilidad real y cierta
de acudir ante los órganos jurisdiccionales en demanda de justicia mediante el ejercicio de la
facultad que la propia constitución le otorga de que todos los actos jurisdiccionales sean
razonables y se hallen encaminados a una cabal defensa personal de sí mismo o de sus
derechos durante el juicio.
Bajo similar entendimiento, la Corte Constitucional de Colombia, reconociendo el derecho a
la defensa como un derecho que encarna otro valor trascendental en los ordenamientos
jurídicos, como lo es la justicia, señaló: “El proceso es un juicio y es lícito en cuanto implica
un acto de justicia. Y como es evidente por la naturaleza procesal, se requieren tres
condiciones para que un proceso sea debido: Primera, que proceda de una inclinación por la
justicia; Segunda, que proceda de la autoridad competente; Tercera, que se profiera de
acuerdo con la recta razón de la prudencia, en este caso, que se coteje integralmente toda
pretensión, de tal manera que siempre esté presente el derecho de defensa, y que el juez en
ningún momento se arrogue prerrogativas que no están regladas por la ley, ni exija,
asimismo, requisitos extralegales. Siempre que faltaren estas condiciones, o alguna de ellas,
el juicio será vicioso e ilícito: en primer lugar, porque es contrario a la rectitud de justicia el
impedir el derecho natural a la defensa; en segundo lugar, porque si el juez impone requisitos
que no están autorizados por la ley, estaría extralimitándose en sus funciones; en tercer
lugar, porque falta la rectitud de la razón jurídica” 2 . Ahora bien, teniendo en cuenta que uno
de los elementos del derecho al defensa se materializa a través de la contradicción o no
consentimiento de resoluciones o actos que emerjan durante la tramitación del proceso,
queda claro entonces que, la impugnación implica un ataque contra una determinación
judicial que se considere gravosa o lesiva a los intereses jurídicos de una de las partes
sometidas a la jurisdicción de una autoridad, con ello se pretende garantizar el acceso a la
justicia y la tutela judicial efectiva, derechos que están ampliamente reconocidos y
garantizados por la Norma Suprema; es decir que, mediante el régimen de impugnaciones,
que constituyen un elemento imprescindible del debido proceso, es posible cuestionar los
fallos dentro de una misma estructura jurídica del Estado.
Esencialmente, su naturaleza jurídica emerge de la posibilidad de revisar la determinación
judicial por ser, presuntamente vulneratoria de los derechos que asisten a las partes en
contienda; por tanto, el ejercicio del derecho a la impugnación, garantiza la imparcialidad del
juzgador, por cuanto, las decisiones del inferior, podrán ser sometidas al control de un
tribunal superior, garantizando así la protección efectiva de los derechos de los justiciables,
no otra cosa significa acudir a una autoridad con la esperanza de que se reparará las
lesiones sufridas en una instancia inferior.
[430]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Así lo determina la Constitución Política del Estado cuando, mediante el art. 180.II, señala:
“Se garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales”, postulado que
garantiza el derecho fundamental de recurrir el fallo judicial ante la autoridad superior en
jerarquía, comprensión que refleja el espíritu de las diferentes normas de orden internacional,
como el art. 8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo texto prevé: “Toda
persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que
la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución o por la ley”. En esa misma línea de entendimiento, el art. 8.2 inc. h) de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, prescribe: “derecho de recurrir del fallo
ante juez o tribunal superior”, de donde se infiere que toda impugnación debe entenderse
como un elemento integrador del debido proceso, en su dimensión del derecho a recurrir el
fallo judicial o cualesquier tipo de resoluciones que puedan ser sujetas a contradicción.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tiene referido, resuelve la controversia exenta de toda injerencia o intromisión de otras
autoridades o poderes del Estado; yJuez imparcial aquel que decida la controversia
judicial sometida a su conocimiento exento de todo interés o relación personal con el
problema, manteniendo una posición objetiva al momento de adoptar su decisión y
emitir la Resolución” Precedente: 0491/2003-R de 15 de abril
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imprescindiblemente expuestas en el auto que la disponga, por lo mismo, la falta de motivación por
parte de los tribunales de alzada no podrá ser justificada con el argumento de haberse circunscrito a
los puntos cuestionados de la resolución impugnada o que uno o varios de los presupuestos de
concurrencia para la detención preventiva no fueron impugnados por la o las partes apelantes.
En tal sentido, el tribunal de alzada al momento de conocer y resolver recursos de apelación de la
resolución que disponga, modifique o rechace medidas cautelares, deberá precisar las razones y
elementos de convicción que sustentan su decisión de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la
detención preventiva; expresando de manera motivada la concurrencia de los presupuestos jurídicos
exigidos para su procedencia, no pudiendo ser justificada su omisión por los límites establecidos en el
art. 398 del CPP“ (las negrillas son nuestras).
EL ALCANCE DEL ART. 391 DEL CPP DESDE UNA PERSPECTIVA PLURAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1235/2017-S1
Sucre, 28 de diciembre de 2017
El alcance del art. 391 del CPP desde una perspectiva plural
De acuerdo a la base pluralista y principista de la Constitución Política del Estado, se incluyeron una
serie de disposiciones que aseguren su reconocimiento, como es el caso del art. 391 del CPP en lo que
respecta a la diversidad cultural, el cual dispone que: “Cuando un miembro de un pueblo indígena o
comunidad indígena o campesina, sea imputado por la comisión de un delito y se lo deba procesar en la
jurisdicción ordinaria, se observarán las normas ordinarias de este Código y las siguientes reglas
especiales.
1) El fiscal durante la etapa preparatoria y el juez o tribunal durante el juicio serán asistidos por un
perito especializado en cuestiones indígenas; el mismo que podrá participar en el debate, y,
2) Antes de dictarse sentencia, el perito elaborará un dictamen que permita conocer con mayor
profundidad los patrones de comportamiento referenciales del imputado a los efectos de fundamentar,
atenuar o extinguir su responsabilidad penal; este dictamen deberá ser sustentado oralmente en el
debate.”
El hecho de incluirse un perito especializado en cuestiones indígenas, desde la etapa preparatoria
dentro del proceso penal ordinario, implica el respeto al reconocimiento de la plurinacionalidad
establecido en la Constitución Política del Estado, que tiene que ver con la garantía del ejercicio de los
derechos de las NPIOC en lo que concierne a su sistema socio cultural; es decir, sus formas de
relacionamiento en virtud a sus cosmovisiones dentro de su comunidad y con las demás personas,
como parte integrante de dichas naciones y pueblos; que forma parte de un proceso descolonizante de
la justicia.
Aunque, la disposición mencionada no implica todavía una verdadera inclusión de los sistemas de
justicia indígena, puesto que aún persiste un sometimiento a la justicia ordinaria, a pesar de que la
misma Norma Suprema instituye una igualdad jerárquica entre ellas, puesto que el artículo en cuestión
establece que el indígena se someterá al Código de Procedimiento Penal y el perito que viene a ser un
intermediario entendido en cuestiones indígenas, que tiene la función de acompañamiento a la
autoridad Fiscal durante la investigación que debe realizar sobre los delitos que se les imputa al
miembro o miembros de los pueblos indígenas, a fin de proporcionarle datos o ejemplos de las formas
de vida que aplican aquellos en las relaciones sociales, conforme a su identidad cultural, cuando lo
requiera y en caso del juez o Tribunal, emitirá su informe sobre los patrones de comportamiento del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
mismo, el cual es tomado en cuenta para fundamentar, atenuar o extinguir su responsabilidad penal, en
todo caso teniendo dicha autoridad la última palabra.
EL ARRAIGO EFECTIVAMENTE ES UNA MEDIDA CAUTELAR DE CARÁCTER
TEMPORAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1109/2017-S2
Sucre, 23 de octubre de 2017
La acción de libertad es una acción tutelar de carácter extraordinario, instituida en el art. 125 de la
CPE, manteniendo el mismo carácter y finalidad de protección a la libertad física, personal o de
locomoción y al debido proceso vinculado con la libertad, además de haber ampliado su ámbito de
aplicación y protección haciéndola extensible al derecho a la vida, por lo que se constituye en una
garantía constitucional por el bien jurídico primario (vida) y fuente de los demás derechos del ser
humano, al señalar: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente
perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción
de Libertad y acudir, de manera oral o escrita por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna
formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se
guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se
restituya su derecho a la libertad”.
”El texto constitucional contenido en el citado art. 125, establece la naturaleza jurídica de esta acción
tutelar, así como las características esenciales como son: ’El informalismo, por la ausencia de
requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por la urgencia en la protección de los derechos
que resguarda; la sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad; la generalidad porque
no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere
que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada de libertad’” (SCP 0054/2012 de 9 de
abril) (las negrillas y resaltado son nuestros).
La Sentencia Constitucional Plurinacional 0620/2017-S2 de 19 de junio, señala: “Al respecto la SCP
0559/2012 de 20 de julio, estableció que: ‘En nuestro sistema procesal penal, el legislador ha creado
para el Juzgador y el Ministerio Público, un conjunto de medidas para someter al imputado al
proceso, mismas que deberán ser aplicadas, justamente cuando no proceda la aplicación de la medida
cautelar de carácter personal.’
En este marco, la SCP 0339/2012 de 18 de junio, señaló que: «Consiguientemente, se encuentra
claramente establecido por el art. 233 CPP, modificado por la Ley 007 que, la detención preventiva
procederá cuando de forma simultánea concurran ambos requisitos (numeral 1) y (numeral 2 peligro
de fuga ‘o’ peligro de obstaculización previa evaluación integral), sin que esto importe que en algunos
casos se constituyan todos los presupuestos y requisitos previstos por la ley; pues en casos de que no
concurran paralelamente los dos numerales, o en su caso, se enmarque a los presupuestos
establecidos en el art. 232 del CPP, el legislador ha previsto las medidas sustitutivas a la detención
preventiva, conforme establece el art. 240 del CPP, modificado por la Ley 007, que establece:»
(…)
En este sentido, tenemos que el arraigo efectivamente es una medida cautelar de carácter temporal,
misma que constituye un medio de restricción o limitación al ejercicio del derecho fundamental de
locomoción o de libre tránsito, entendido éste como la libertad del hombre de poder mantenerse,
circular, transitar, salir de su radio de acción cuando él así lo desee; situación prevista
constitucionalmente por el art. 21.7 de la CPE, la cual establece que el derecho ‘a la libertad de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
residencia, permanencia y circulación en todo el territorio boliviano, que incluye la salida e ingreso
del país’. Por ello, es una medida sustitutiva a la detención preventiva que limita el ejercicio de un
derecho fundamental, por eso mismo y a la luz de los valores y principios de la Constitución que
irradian en nuestro ordenamiento jurídico, en el marco previsto por los arts. 7, 221 y 222 del CPP, su
aplicación deberá efectuarse con criterio restrictivo y cumpliendo con las condiciones de validez legal
previstas por las normas procesales respectivas. Empero, una vez aplicada la medida en el marco
referido, su cumplimiento es obligatorio para el imputado o procesado a quien se impone la medida de
arraigo.
Bajo este razonamiento, en el ámbito procesal penal constituye una medida restrictiva al derecho a la
locomoción y de carácter temporal -sustitutiva a la detención preventiva- impuesta por el Juez o
Tribunal al imputado o procesado, determinándose así, la prohibición de salir del país, de la localidad
en la cual reside o de un determinado ámbito territorial sin previa autorización judicial, en el supuesto
que haya peligro de fuga; por ello, su finalidad es asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo
del proceso y la aplicación de la ley; los sujetos que intervienen en esta medida, son necesariamente el
órgano jurisdiccional competente, el Ministerio Público y el imputado o procesado que debe quedar
arraigado, a no ser en otros delitos donde el Ministerio Público no participa.
(…)
La SC 1737/2011-R, citando la SC 0577/2011-R de 3 de mayo, indicó que el arraigo: '…como medida
cautelar de carácter personal y temporal, constituye un medio de restricción o limitación al ejercicio
del derecho fundamental de locomoción o de libre tránsito, entendido éste como la libertad del hombre
de poder mantenerse, circular, transitar, salir de su radio de acción cuando él así lo quiera y
pretenda, consagrado por el art. 21.7 de la CPE; es decir, el derecho «a la libertad de residencia,
permanencia y circulación en todo el territorio boliviano, que incluye la salida e ingreso del país».
Siendo una medida que limita el ejercicio de un derecho fundamental, en el marco de las normas
previstas por los arts. 7, 221 y 222 del CPP, su aplicación será efectuada con criterio restrictivo y
cumpliendo con las condiciones de validez legal previstas por las normas procesales pertinentes.
Empero, una vez aplicada la medida en el marco antes referido, su cumplimiento es obligatorio para
el imputado o procesado a quien se impone el arraigo. ‘Consecuentemente la medida cautelar de
arraigo, en sí misma, supone una limitación al derecho de circulación o de locomoción y no así al
derecho a la libertad física’’”.
EL ARRAIGO SOLO SE DEMUESTRA CON LA PRESENTACION DEL RESPECTIVO
CERTIFICADO
S.C.P. 0024/2014-S2 Sucre, 10 de octubre de 2014.
RATIO DECIDENDI
F.J.III.4. “De los antecedentes expuestos, así como del memorial presentado por el
accionante el 24 de marzo de 2014, ante el Juzgado Quinto de Sentencia de El Alto,
adjuntando la boleta de control 4087/14, de trámite de solicitud de arraigo de 20 del mismo
mes y año, expedida por la Dirección General de Migración, dependiente del Ministerio de
Gobierno, se advierte que efectivamente no fue cumplida la medida sustitutiva del arraigo;
por cuanto para el cumplimiento de la referida exigencia, conforme lo desarrollado en la
jurisprudencia constitucional señalada en el Fundamento Jurídico III.3 del presente fallo, es
imprescindible y necesaria, la presentación del Certificado de arraigo emitido por la indicada
Dirección de Migración, puesto que este es el único documento idóneo que demuestra su
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
establecimiento, no así la boleta de trámite de arraigo presentada por el accionante, que sólo
demuestra que su solicitud se encontraba en proceso; por lo que, al no haberse cumplido con
este requisito se tiene que el arraigo aún no estaba materializado; no advirtiéndose en
consecuencia actuación ilegal alguna por parte de las autoridades demandadas, al no emitir
el mandamiento de libertad del accionante, quienes, previamente a disponer su emisión
tenían la obligación de compulsar si efectivamente el imputado dio cumplimiento a las
exigencias que le fueron impuestas a efectos de obtener la cesación de la detención
preventiva”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “Respecto a la forma efectiva de acreditar el cumplimiento de la medida sustitutiva
de arraigo, la jurisprudencia constitucional a través de SCP 0559/2012 de 20 de julio,
estableció que: “Para que el imputado o procesado pueda exigir que se haga efectiva la
libertad física, cuando ha sido cambiada su situación jurídica mediante la imposición
de medidas sustitutivas a la detención preventiva, es imprescindible que se acredite
su cumplimiento con la presentación del Certificado de Arraigo emitido por la oficina
de la Dirección Nacional de Migración, pues solo así el Juez tendrá la certeza de que la
medida sustitutiva será cumplida. Así la SC 0575/2007-R de 5 de julio, citando a la SC
0835/2004-R de 1 de junio, indicó que: '…para alegar el cumplimiento de la medida
sustitutiva prescrita en la norma prevista por el art. 240.3 del CPP; por ende, para exigir se
haga efectiva la libertad física cuando se ha obtenido el beneficio de la cesación de la
detención preventiva, es imprescindible la presentación del certificado de arraigo emitido por
la oficina de Migración, pues sólo ese documento es el idóneo para acreditar que la medida
sustitutiva ha sido cumplida, así en este sentido se dictó la SC 0997/2001-R de 18 de
septiembre, cuya línea jurisprudencial fue recogida y abundada en la SC 1096/2003-R de 7
de agosto que dice: '(…) la línea jurisprudencial referida sobre la forma en cómo se debe
acreditar el cumplimiento del arraigo tiene su razón de ser y sustento jurídico, puesto
que si bien puede expedirse la orden de arraigo y entregarse a la Oficina
correspondiente de Migración, con este único acto no basta para que la autoridad
responsable del control jurisdiccional de una investigación dé como cumplida su
orden, pues es razonable que exija una certificación de que se ha procedido al
registro, de modo que no se deje posibilidad alguna de que el procesado pueda salir
del país, ya que la medida se constituye de máxima importancia para evitar la fuga del
imputado o procesado, pues de existir tal posibilidad sería de responsabilidad del
juzgador por no haberse cerciorado de que el imputado o procesado realmente estaba
arraigado, de manera que, cuando el Juez Cautelar exige la certificación de ningún modo
está trabando u obstaculizando la libertad, sino que simplemente está cumpliendo con su
deber de asegurarse que las medidas que ha impuesto han sido efectivamente cumplidas
por el imputado'.
Precedente.- SC 1096/2003-R de 7 de agosto
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El arresto considerado como una privación del derecho a la libertad, constituye una medida
que se encuentra efectivamente contemplada en el Código de Procedimiento Penal que
puede ser ejercida por el Ministerio Público o funcionarios policiales, teniendo un tiempo de
duración no mayor a las ocho horas, siendo su finalidad de tres tipos; 1) Como una medida
cautelar; 2) Como sanción; y, 3) Como un apremio para el cumplimiento de determinados
actos previstos en el Código de Procedimiento Penal, en ese sentido, ya el anterior Tribunal
constitucional primeramente definió esta medida, señalando que: “El arresto, es la privación
de libertad de corta duración de un ciudadano que puede ser ordenado por el Fiscal o el
funcionario policial y procede dentro de una investigación que se inicia luego de la acción
directa, cuyas características y alcances están claramente establecidos en el art. 225 del
CPP”(SC 1704/2004-R de 22 de octubre, razonamiento que fue seguido por las SSCC
870/2005-R y 0798/2011-R).
En relación a la competencia para efectuar el arresto la SC 0834/2005-R de 25 de julio,
haciendo alusión a la SC 0326/2003-R, de 19 de marzo, señaló que: «…el arresto es una
atribución del fiscal o la policía que puede ser dispuesto sólo en los presupuestos que
prevé dicho artículo, y no por más de ocho horas “(...) el ‘arresto’ al no ser una medida
judicial, es una atribución del Fiscal o la Policía, pero a fin de evitar decisiones arbitrarias o
no justificadas, es que el art. 225 del CPP, ha establecido los presupuestos materiales para
la adopción de esa medida que son, por una parte, la imposibilidad de individualización de
los autores, partícipes y testigos y, por otra parte, el riesgo de que puedan perjudicar la
investigación; además la privación de la libertad como consecuencia de un arresto, debe
quedar condicionada a un tiempo corto no mayor de ocho horas, es decir, que el máximo es
precisamente las 8 horas”» (las negrillas son nuestras).
Finalmente, sobre los alcances y limitaciones del arresto la SC 0871/2004-R de 8 de junio,
señaló que: “…la autoridad facultada para disponer una aprehensión, arresto, detención o
apresamiento, debe sujetarse estrictamente a las normas que rijan sus funciones, de modo
que no puede disponer ninguna limitación sino en los casos estipulados en las normas
legales vigentes; y de no hacerlo, incurre en persecución, aprehensión, detención o
apresamientos indebidos”, por cuanto, si bien el arresto es una medida reconocida, empero,
para que la misma sea legal es necesario que se cumplan las normas que regulan dicha
medida, ello con el objetivo de no lesionar derechos de las personas, es así que el art. 225
del Código de Procedimiento Penal (CPP), faculta tanto al Fiscal y a la Policía, en los
primeros actos de una investigación criminal, disponer arresto, cuando no se puedan
identificar ni individualizar a los autores, partícipes o testigos.
EL ARRESTO; COMPETENCIAS Y PRESUPUESTOS EN ACCIÓN DE LIBERTAD
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1158/2017-S1
Sucre, 19 de octubre de 2017
La SC 1072/2015-S3 de 5 noviembre, refirió: “El arresto considerado como una privación del derecho
a la libertad, constituye una medida que se encuentra efectivamente contemplada en el Código de
Procedimiento Penal que puede ser ejercida por el Ministerio Público o funcionarios policiales,
teniendo un tiempo de duración no mayor a las ocho horas, siendo su finalidad de tres tipos; 1) Como
una medida cautelar; 2) Como sanción; y, 3) Como un apremio para el cumplimiento de determinados
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
actos previstos en el Código de Procedimiento Penal, en ese sentido, ya el anterior Tribunal
constitucional primeramente definió esta medida, señalando que: ‘El arresto, es la privación de
libertad de corta duración de un ciudadano que puede ser 5 ordenado por el Fiscal o el funcionario
policial y procede dentro de una investigación que se inicia luego de la acción directa, cuyas
características y alcances están claramente establecidos en el art. 225 del CPP”(SC 1704/2004-R de
22 de octubre, razonamiento que fue seguido por las SSCC 870/2005-R y 0798/2011-R). En relación a
la competencia para efectuar el arresto la SC 0834/2005-R de 25 de julio, haciendo alusión a la SC
0326/2003-R, de 19 de marzo, señaló que: «…el arresto es una atribución del fiscal o la policía que
puede ser dispuesto sólo en los presupuestos que prevé dicho artículo, y no por más de ocho horas
‘(...) el ‘arresto’ al no ser una medida judicial, es una atribución del Fiscal o la Policía, pero a fin de
evitar decisiones arbitrarias o no justificadas, es que el art. 225 del CPP, ha establecido los
presupuestos materiales para la adopción de esa medida que son, por una parte, la imposibilidad de
individualización de los autores, partícipes y testigos y, por otra parte, el riesgo de que puedan
perjudicar la investigación; además la privación de la libertad como consecuencia de un arresto, debe
quedar condicionada a un tiempo corto no mayor de ocho horas, es decir, que el máximo es
precisamente las 8 horas”» (las negrillas son nuestras). Finalmente, sobre los alcances y limitaciones
del arresto la SC 0871/2004- R de 8 de junio, señaló que: “…la autoridad facultada para disponer una
aprehensión, arresto, detención o apresamiento, debe sujetarse estrictamente a las normas que rijan
sus funciones, de modo que no puede disponer ninguna limitación sino en los casos estipulados en las
normas legales vigentes; y de no hacerlo, incurre en persecución, aprehensión, detención o
apresamientos indebidos”, por cuanto, si bien el arresto es una medida reconocida, empero, para que
la misma sea legal es necesario que se cumplan las normas que regulan dicha medida, ello con el
objetivo de no lesionar derechos de las personas, es así que el art. 225 del Código de Procedimiento
Penal (CPP), faculta tanto al Fiscal y a la Policía, en los primeros actos de una investigación
criminal, disponer arresto, cuando no se puedan identificar ni individualizar a los autores, partícipes
o testigos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Así las cosas, encontrándose formulada -por parte de la víctima-, apelación incidental contra el auto
de aplicación de medidas cautelares (como sucedió en el presente caso) y paralelamente el imputado
-hoy accionante- pidió cesación de la detención preventiva; en el marco del principio de
favorabilidad, corresponde atender la cesación a la detención preventiva con la mayor celeridad;
pues en el supuesto caso de que el juez cautelar determine revocar las medidas cautelares y disponer
la aplicación de medidas sustitutivas, no significa que la víctima o querellante y el propio Ministerio
Público a partir de un eventual resultado del recurso de apelación interpuestos por estos últimos (a
la medida cautelar) puedan solicitar la modificación de la medida sustitutiva e incluso pueden
apelar la propia resolución que otorgó dicho beneficio al imputado; pero de ninguna manera puede
ser justificativo que la solicitud de cesación a la detención preventiva sea suspendida y condicionada
al resultado del recurso de apelación interpuesto por la víctima; el resultado de ambas resoluciones
sería distinto, pero inclusive -como se dijo- existe la posibilidad de que el querellante o el fiscal
puedan solicitar la modificación de las medidas sustitutivas en su caso“ (las negrillas son nuestras).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sobre la valoración de la prueba; en consecuencia, tampoco es posible efectuar la labor de
contraste.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
incidentes que se produjeran durante la etapa de ejecución; norma concordante con el art. 19 de la
LEPS, que de manera expresa dispone que: ‘El Juez de Ejecución Penal es competente para conocer y
controlar: 1. La ejecución de las sentencias condenatorias ejecutoriadas que impongan penas o
medidas de seguridad y de los incidentes que se produzcan durante su ejecución; y 7. Otras
atribuciones establecidas por Ley’ asimismo, el art. 428 del CPP dispone lo siguiente: ‘Las sentencias
condenatorias serán ejecutadas por el Juez de Ejecución penal, quien tendrá competencia para
resolver todas las cuestiones o incidentes que se susciten durante la ejecución’, el que finalmente
concuerda con la norma prevista por el art. 163 de la Ley de Organización Judicial (LOJ). En ese
orden corresponde al Juez de Ejecución penal el control de la ejecución de las penas privativas de
libertad en el sistema progresivo que comprende los siguientes periodos: 1.- De observación y
clasificación iniciales; 2.- De readaptación social en un ambiente de confianza; 3.- De prueba; y, 4.-
De libertad Condicional. Correspondiéndole también como es lógico la revocatoria de las salidas
prolongadas, el extramuro y la libertad condicional, por el incumplimiento de las condiciones
impuestas, conforme lo prevé el art. 176 de la Ley de Ejecución Penal y Supervisión (LEPS)”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
esencialmente de aplicación sustantiva, difiere del cuestionado contenido del Auto de Vista,
por lo que no es posible efectuar la labor de contraste.
Otro precedente invocado, es el contenido en el Auto Supremo 314 de 25 de agosto de 2006,
que fue pronunciado en un proceso seguido por la comisión de los delitos de Calumnia e
Injuria, en el que la extinta Corte Suprema, ante la denuncia de defectuosa valoración de la
prueba denunciada por la víctima, verificó que la Sentencia incurrió en defectos y
contradicciones en su fundamentación descriptiva; por otro lado, el Auto de Vista se
contradijo respecto a señalar de manera ambigua que se subsanaron los defectos formales
advertidos al recurrente en la etapa de admisión, sin embargo a tiempo de dictar la parte
considerativa de la resolución, fundamentó "inobservancia de los artículos 399, 407 y 408 del
Código de Procedimiento Penal", incurriendo en los defectos del artículo 370 del citado
Código adjetivo de la materia en cuanto que los fundamentos del Auto de Vista impugnado;
temática que refiriéndose a la incongruencias internas tanto de la Resolución de mérito como
la de alzada, no tienen relación alguna con el supuesto fáctico de cuestionado en casación,
que se refiere esencialmente a cuestionamiento referentes a la errónea interpretación de la
ley sustantiva, con relación a la conducta de los recurrentes; en consecuencia, tampoco
corresponde efectuar el contraste jurisprudencial asignado a la Sala Penal de este Tribuna,
por la disimilitud de supuestos fácticos del precedente contradictorio y del defecto atribuido al
Auto de Vista recurrido.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
requisitos o realización de diligencias, como condición previa ha viabilizar la libertad de los
imputados beneficiados con la cesación de la detención preventiva »
Conforme a ello, una vez que el imputado ha otorgado la fianza, se materializa el derecho del
atribuido a exigir al Juez su libertad, como también se impone al juzgador la obligación de concederla
sin más trámite (SC 1447/2004-R), y es en ese sentido que debe ser entendida la norma prevista en el
art. 245 del CPP.
Situación diferente plantea el art. 246 del CPP, que no hace referencia a la efectividad de la libertad,
sino al acta que debe levantarse antes de la ejecución de las medidas sustitutivas impuestas.
Efectivamente, dicha norma sostiene:
‘Antes de proceder a la ejecución de estas medidas, se levantará acta, en la cual constará:
1) La especificación de las obligaciones que debe cumplir el imputado y la advertencia sobre las
consecuencias de su incumplimiento;
2) La identificación de las persona que intervengan en la ejecución de la medida y la aceptación de la
obligación que les ha sido impuesta;
3) El domicilio real que señalen todos ellos; y,
4) La promesa formal del imputado de cumplir con las citaciones dispuestas’
La norma glosada tiene que ser interpretada en coherencia con el art. 240 del CPP, que en el último
párrafo establece: «…Al resolver la aplicación de las medidas enumeradas anteriormente, el juez
determinará las condiciones y reglas que deberá cumplir el imputado, con la expresa advertencia de
que la comisión de un nuevo delito o el incumplimiento de las reglas impuestas, dará lugar a la
revocatoria de la medida y su sustitución por otra más grave incluso la detención preventiva cuando
esta sea procedente».
Conforme a ello, es en esa audiencia, donde se debe cumplir con lo previsto en el art. 246 del CPP, no
siendo necesaria la realización de una posterior; pues debe entenderse que las medidas sustitutivas
fueron impuestas en una audiencia en la que intervinieron las partes, debatiendo precisamente sobre
la aplicación de dichas medidas, y como resultado se dictó una resolución que las impuso; la misma
que debe ser ejecutada cuando el imputado ha cumplido con los requisitos ordenados por el juez para
hacer efectiva su libertad, sin que está quede supeditada a la confirmación y contradicción de aspectos
que, por su naturaleza, pueden ser verificados únicamente por el juzgador y no requieren de la
intervención de la otra parte y del Ministerio Público.
En ese entendido, la regla general es que luego de la audiencia de medidas sustitutivas a la detención
preventiva, en la que se debe observar el art. 246 del CPP, y una vez cumplidos los requisitos
señalados por el juez, se disponga la libertad del imputado, salvo que la naturaleza de las medidas
sustitutivas impuestas y la necesidad de escuchar a la otra parte, obliguen al juzgador,
excepcionalmente, a fijar una posterior audiencia.
Ese fue el razonamiento contenido en la SC 1533/2005-R de 29 de noviembre, en la que luego de
analizar el caso concreto, se concluyó que ‘…la autoridad judicial recurrida al condicionar la emisión
del mandamiento de libertad, en principio a que se oiga al representante del Ministerio Público; y
luego, a que se realice una audiencia para «la efectivización de la fianza económica», -a decir suyo-
en ese orden, en resguardo de la igualdad procesal de las partes y en cumplimiento de lo dispuesto en
el art. 246 del CPP, incurrió en acto ilegal que vulnera el derecho a la libertad del representado de la
recurrente; por cuanto, éste al haber presentado el certificado de depósito judicial de 30 de abril de
2005, cumplió con la medida sustitutiva de fianza económica que se le impuso; por ello, no es
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
justificable en derecho, las conclusiones a las que arribó la autoridad judicial recurrida para no
emitir el mandamiento de libertad y por lo mismo, efectivizar la libertad al imputado, luego de que
cumplió con la acreditación de haber cumplido con la fianza económica; máxime, si se tiene en cuenta
que la forma de efectivizar esta medida sustitutiva, es justamente con el depósito judicial que hace el
imputado, y el certificado que presenta al Juzgado, siendo innecesaria la realización de una audiencia
para compulsar un documento público que de por sí merece fe probatoria…’.
Y también de la SC 426/2007-R de 22 de mayo, en la que se estableció que la celebración de una
audiencia para la efectividad de las medidas cautelares no es exigible en todos los supuestos, en los
que se impongan esas medidas, sino sólo en aquellos casos en los que la naturaleza de las medidas
sustitutivas impuestas así lo exijan, por ejemplo, la fianza personal”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas cautelares
dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas, ello no significa que
el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención preventiva, esté exento de pronunciar
una resolución lo suficientemente motivada, en la que se exprese la concurrencia de los dos requisitos
que la ley impone para la procedencia de esa medida cautelar». Entendimiento reiterado en la SCP
0531/2013 de 8 de mayo.
Consecuentemente, la fundamentación de las resoluciones judiciales se constituyen en un elemento
esencial en los fallos emitidos por las autoridades jurisdiccionales, exigible tanto en las resoluciones
pronunciadas en primera instancia por el Juez cautelar como contralor de derechos y garantías
constitucionales, como también en aquellas que se emiten en apelación por los tribunales de alzada y
en toda decisión judicial, de acuerdo a lo establecido en el art. 124 del CPP‘“.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención preventiva, esté exento de pronunciar
una resolución lo suficientemente motivada, en la que se exprese la concurrencia de los dos requisitos
que la ley impone para la procedencia de esa medida cautelar’. Entendimiento reiterado en la SCP
0531/2013 de 8 de mayo.
Consecuentemente, la fundamentación de las resoluciones judiciales se constituyen en un elemento
esencial en los fallos emitidos por las autoridades jurisdiccionales, exigible tanto en las resoluciones
pronunciadas en primera instancia por el Juez cautelar como contralor de derechos y garantías
constitucionales, como también en aquellas que se emiten en apelación por los tribunales de alzada y
en toda decisión judicial, de acuerdo a lo establecido en el art. 124 del CPP”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no había otra forma de
resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió'.
En ese contexto, es una obligación para toda autoridad judicial y/o administrativa, a
tiempo de resolver todos los asuntos sometidos a su conocimiento, exponer las
razones suficientes de la decisión adoptada acorde a los antecedentes del caso, en
relación a las pretensiones expuestas por el ajusticiado o administrado; pues, omitir la
explicación de las razones por las cuales se arribó a una determinada resolución,
importa suprimir una parte estructural de la misma”
[447]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El derecho al debido proceso se encuentra reconocido en el art. 115.II de la CPE, el
cual dispone: “El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones.”, a su vez, el art. 117.I de la
Norma suprema, determina: “Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y
juzgada previamente en un debido proceso…”. El debido proceso ha sido entendido por el
Tribunal Constitucional a través de las SSCC 1674/2003-R, 0119/2003-R, entre muchas
otras, como: “...el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus
derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar; comprende la potestad de ser
escuchado presentando las pruebas que estime convenientes en su descargo (derecho a la
defensa) y la observancia del conjunto de requisitos de cada instancia procesal, a fin de que
las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos. Se entiende que el derecho al debido proceso es de
aplicación inmediata, vincula a todas las autoridades judiciales o administrativas y constituye
una garantía de legalidad procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la libertad,
la seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales”.
Bajo el marco conceptual señalado y en consonancia con los tratados internacionales
que forman parte del bloque de constitucionalidad, a través de la jurisprudencia constitucional
se estableció los elementos que componen al debido proceso, en ese sentido se determinó
que aquellos son: “…el derecho a un proceso público; derecho al juez natural; derecho a la
igualdad procesal de las partes; derecho a no declarar contra si mismo; garantía de
presunción de inocencia; derecho a la comunicación previa de la acusación; derecho a la
defensa material y técnica; concesión al inculpado del tiempo y los medios para su defensa;
derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; derecho a la congruencia entre acusación y
condena; la garantía del non bis in idem; derecho a la valoración razonable de la prueba;
derecho a la motivación y congruencia de las decisiones…”. Así se ha establecido en las
SSCC 1641/2010-R, 1491/2010-R, entre otras.
Consecuentemente, al ser la exigencia de la motivación de las resoluciones un
elemento constitutivo del debido proceso, la SC 0752/2002-R de 25 de junio, precisó: “…el
derecho al debido proceso, entre su ámbito de presupuestos exige que toda resolución sea
debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una resolución debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas
que sustenta la parte dispositiva de la misma. (…) consecuentemente cuando un juez omite
la motivación de una resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino
también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera
flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que
se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al
Juez a tomar la decisión”.
En ese entendido, siguiendo la línea sentada por las SSCC 0871/2010-R y 1365/2005-
R, citadas por la SC 2227/2010-R de 19 de noviembre, se señaló que: “Es imperante
además precisar que toda resolución ya sea jurisdiccional o administrativa, con la finalidad
de garantizar el derecho a la motivación como elemento configurativo del debido proceso
debe contener los siguientes aspectos a saber: a) Debe determinar con claridad los hechos
atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos
fácticos pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de hecho
contenidos en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir de forma
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
individualizada todos los medios de prueba aportados por las partes procesales, e) Debe
valorar de manera concreta y explícita todos y cada uno de los medios probatorios
producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de ellos de forma
motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o pretensiones de
las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la valoración de
las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica emergente de la determinación
del nexo de causalidad antes señalado”.
Otro elemento que compone el debido proceso es el principio de congruencia,
expresado en la SC 1289/2010-R de 13 de septiembre, como “…principio característico del
debido proceso, entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe
existir entre lo peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de
la coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que
implica también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva: sino que además,
debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y
armonizado entre los distintos considerandos y razonamientos contenidos en la
resolución. La concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia
entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones
legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En base a
esas consideraciones, es que quien administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes
y pertinentes” (las negrillas nos pertenecen).
Al respecto debe agregarse el entendimiento de la SCP 0049/2013 de 11 de enero, que
expresó: “El principio de congruencia hace a la garantía del debido proceso, que en definitiva
marca el desarrollo del proceso para poder llegar a la sentencia, estableciendo un límite al
poder discrecional del juzgador. A través de este principio se obtiene la concordancia
entre el petitum de las partes y la decisión asumida por el juez o tribunal; quedando
entendido que los mismos no pueden modificar el petitorio ni los hechos planteados en la
demanda. En ese sentido, el juez o tribunal no podrá iniciar una acción invocando ciertas
conductas previamente tipificadas para en el curso de la sustanciación del proceso, cambiar
las mismas, o peor aún, arribar a una conclusión de que fueron vulnerados otros preceptos
por los cuales no se dio inicio al proceso en curso, aquello indudablemente significaría
vulneración del principio de congruencia y atentatorio contra el debido proceso y el derecho a
la defensa, por cuanto efectivamente se deja en indefensión al procesado quien no podrá
asumir la misma de una manera efectiva, alterando inclusive la producción de la prueba de
descargo”.
Conforme a ello, toda autoridad que conozca un reclamo o resuelva una situación
jurídica, se encuentra constreñida a exponer de manera clara y concreta la fundamentación
de su decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, de
manera que quien acude en resguardo de sus derechos quede plenamente convencido que
se ha actuado de acuerdo a las normas sustantivas y procesales, y que además la decisión
asumida se encuentre regida por los principios y valores que rigen la administración de
justicia.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 14 de agosto de 2017
La SCP 0618/2012 de 23 de julio, al respecto señaló lo siguiente: “En primera instancia, conviene
resaltar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha establecido que el derecho a la salud de
los privados de libertad, se mantiene intacto durante la ejecución de la medida, entendiendo este
derecho como ‘…el disfrute del más alto nivel posible de bienestar físico, mental y social, que incluye,
entre otros, la atención médica, psiquiátrica y odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de
personal médico idóneo e imparcial; el acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos; la
implementación de programas de educación y promoción en salud, inmunización, prevención y
tratamiento de enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y las medidas especiales para
satisfacer las necesidades particulares de salud de las personas privadas de libertad pertenecientes a
grupos vulnerables o de alto riesgo, tales como: las personas adultas mayores, las mujeres, los niños y
las niñas, las personas con discapacidad, las personas portadoras del VIH-SIDA, tuberculosis, y las
personas con enfermedades en fase terminal. El tratamiento deberá basarse en principios científicos y
aplicar las mejores prácticas’.
En este contexto, partiendo de este razonamiento, en nuestro país, de conformidad al art. 23.I de la
CPE, si bien el privado de libertad sufre temporalmente las limitaciones de la ley, no se convierte en un
ser sin derechos, el Estado, de acuerdo al art. 74.I de la Norma Suprema, les garantizan el respeto de
todos aquellos derechos inserto en el texto constitucional, considerados como fundamentales por
diferentes instrumentos internacionales; resulta oportuno, analizando el derecho a la salud del grupo
humano conformado por los privados de libertad, efectuar un análisis previo respecto a la atención
médica que se les otorga durante el período de reclusión.
Si consideramos que la salud es imprescindible para que el hombre y en general la sociedad alcancen
un total desarrollo respecto a sus necesidades personales y sociales, este aspecto es determinante para el
buen desenvolvimiento del ser humano como tal, y partiendo de que la salud es vida y este derecho no
puede verse afectado por la mera disminución del derecho a la libertad, en base a los razonamientos
expuestos en los Fundamentos Jurídicos precedentes, es pertinente establecer respecto a los privados de
libertad que éstos reciben atención médica gratuita en los centros de salud o consultorios médicos
existentes en todos los recintos penitenciarios, dependiente del Ministerio de Salud, en los cuales se les
brinda asistencia en medicina general y odontología ejecutando un plan de actividades destinadas a la
prevención de enfermedades y a la protección de la salud de la población penal, dando estricto
cumplimiento a lo establecido en la Constitución Política del Estado, cuando dispone ‘El Estado en
todos sus niveles, protegerá el derecho a la salud, promoviendo políticas públicas orientadas a mejorar
la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso gratuito de la población a los servicios de salud’,
postulado que se encuentra en directa concordancia con el art. 14.I de la CPE, que prescribe que todo
ser humano goza de los derechos reconocidos por la Constitución, sin distinción alguna, siendo de
acuerdo al art. 13.I, deber del Estado proteger, promover y respetar los derechos reconocidos por la
Norma Fundamental.
Ahora bien, a objeto de materializar el ejercicio del derecho a la salud dentro de los recintos
penitenciarios, el ordenamiento jurídico prevé medios específicos para resguardar este derecho por su
directa vinculación con el derecho a la vida de aquellas personas que circunstancialmente se encuentran
privadas de libertad, es así que, la Ley de Ejecución Penal y Supervisión, dispone en su Título Tercero,
Capítulo Segundo, arts. 90 al 93 y 96, concordantes con el art. 2.2 y 11 del Decreto Supremo (DS)
26715 de 26 de julio de 2002 (Reglamento de Ejecución de Penas Privativas de Libertad), que debe
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
existir en cada centro penitenciario un servicio de asistencia médica que funcione las veinticuatro
horas, encargado de otorgar a los internos, atención básica y de urgencia, en medicina general y
odontología y en caso de tratarse de enfermedades o dolencias que precisen tratamiento especializado,
será el Director del establecimiento el encargado de comunicar estos hechos a las personas indicadas,
pudiendo el interno a solicitud expresa ante el Director del establecimiento, acceder a su costo, a
atención médica ajena a la del establecimiento, cuya decisión podrá ser apelada ante el juez de
ejecución penal.
Del mismo modo, tratándose de casos de emergencia, el legislador ha dispuesto en el art. 94 del mismo
compilado legal que el director del establecimiento penitenciario o quien se encuentre a su cargo,
ordenará el traslado del interno a un Centro de Salud adoptando las Medidas de Seguridad necesarias;
debiendo informar de inmediato, al Juez competente; es decir que, cuando la salud de una persona
privada de libertad se encuentra disminuida, le corresponde en primera instancia al interno dirigirse en
consulta al médico del recinto penitenciario a efecto de sea este quien determine a prima facie la
gravedad del cuadro y adopte las medidas necesarias para asegurar y precautelar el ejercicio de este
derecho y por ende su derecho a la vida, y cuando corresponda, en virtud a una emergencia particular o
la necesidad específica de tratamiento especializado, el galeno del penal deberá poner en conocimiento
de la situación al Director del recinto quien, tomando las previsiones de seguridad necesarias,
autorizará el traslado del enfermo a un centro de salud y pondrá dicha determinación en conocimiento
del juez competente; similar razonamiento ha manifestado esta Jurisdicción mediante la SCP
0257/2012 de 29 de mayo” (las negrillas nos pertenecen).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
diferentes instrumentos internacionales; resulta oportuno, analizando el derecho a la salud del grupo
humano conformado por los privados de libertad, efectuar un análisis previo respecto a la atención
médica que se les otorga durante el período de reclusión.
Si consideramos que la salud es imprescindible para que el hombre y en general la sociedad alcancen
un total desarrollo respecto a sus necesidades personales y sociales, este aspecto es determinante para
el buen desenvolvimiento del ser humano como tal, y partiendo de que la salud es vida y este derecho
no puede verse afectado por la mera disminución del derecho a la libertad, en base a los
razonamientos expuestos en los Fundamentos Jurídicos precedentes, es pertinente establecer respecto
a los privados de libertad que éstos reciben atención médica gratuita en los centros de salud o
consultorios médicos existentes en todos los recintos penitenciarios, dependiente del Ministerio de
Salud, en los cuales se les brinda asistencia en medicina general y odontología ejecutando un plan de
actividades destinadas a la prevención de enfermedades y a la protección de la salud de la población
penal, dando estricto cumplimiento a lo establecido en la Constitución Política del Estado, cuando
dispone ‘El Estado en todos sus niveles, protegerá el derecho a la salud, promoviendo políticas
públicas orientadas a mejorar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso gratuito de la
población a los servicios de salud’, postulado que se encuentra en directa concordancia con el art.
14.I de la CPE, que prescribe que todo ser humano goza de los derechos reconocidos por la
Constitución, sin distinción alguna, siendo de acuerdo al art. 13.I, deber del Estado proteger,
promover y respetar los derechos reconocidos por la Norma Fundamental.
Ahora bien, a objeto de materializar el ejercicio del derecho a la salud dentro de los recintos
penitenciarios, el ordenamiento jurídico prevé medios específicos para resguardar este derecho por su
directa vinculación con el derecho a la vida de aquellas personas que circunstancialmente se
encuentran privadas de libertad, es así que, la Ley de Ejecución Penal y Supervisión, dispone en su
Título Tercero, Capítulo Segundo, arts. 90 al 93 y 96, concordantes con el art. 2.2 y 11 del Decreto
Supremo (DS)26715 de 26 de julio de 2002 (Reglamento de Ejecución de Penas Privativas de
Libertad), que debe existir en cada centro penitenciario un servicio de asistencia médica que funcione
las veinticuatro horas, encargado de otorgar a los internos, atención básica y de urgencia, en
medicina general y odontología y en caso de tratarse de enfermedades o dolencias que precisen
tratamiento especializado, será el Director del establecimiento el encargado de comunicar estos
hechos a las personas indicadas, pudiendo el interno a solicitud expresa ante el Director del
establecimiento, acceder a su costo, a atención médica ajena a la del establecimiento, cuya decisión
podrá ser apelada ante el juez de ejecución penal.
Del mismo modo, tratándose de casos de emergencia, el legislador ha dispuesto en el art. 94 del
mismo compilado legal que el director del establecimiento penitenciario o quien se encuentre a su
cargo, ordenará el traslado del interno a un Centro de Salud adoptando las Medidas de Seguridad
necesarias; debiendo informar de inmediato, al Juez competente; es decir que, cuando la salud de
una persona privada de libertad se encuentra disminuida, le corresponde en primera instancia al
interno dirigirse en consulta al médico del recinto penitenciario a efecto de sea este quien determine a
prima facie la gravedad del cuadro y adopte las medidas necesarias para asegurar y precautelar el
ejercicio de este derecho y por ende su derecho a la vida, y cuando corresponda, en virtud a una
emergencia particular o la necesidad específica de tratamiento especializado, el galeno del penal
deberá poner en conocimiento de la situación al Director del recinto quien, tomando las previsiones
de seguridad necesarias, autorizará el traslado del enfermo a un centro de salud y pondrá dicha
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
determinación en conocimiento del juez competente; similar razonamiento ha manifestado esta
Jurisdicción mediante la SCP 0257/2012 de 29 de mayo”(la negrillas son añadidas).
Por su parte la SCP 0048/2014-S1 de 11 de noviembre, con relación a los permiso de salidas judiciales
por motivos de saludo señalo que: “‘…el accionante, aduciendo que por su grave estado de salud,
acreditado mediante certificados médicos, solicitó a las autoridades demandadas, orden de salida
para ser atendido, librándose providencia luego de más de cinco días en la cual se señaló que
previamente se le debe practicar un examen médico forense; posteriormente, con el certificado médico
requerido, reiteró su petición, otorgándole día y hora de salida; sin embargo, como la fecha fijada no
coincidía con los días de atención del especialista, instó sea cambiado, mereciendo una respuesta
negativa.
En estos casos, las autoridades judiciales no pueden calificar el estado de salud, sino valorar la
credibilidad de los certificados médicos, pues lógicamente no puede asegurar que un simple dolor
devenga o no en una enfermedad o problema de salud, que de no ser tratada a tiempo ponga en riesgo
la vida, la salud o integridad de una o un imputado'.
De lo anteriormente citado se tiene que toda autoridad de Régimen penitenciario, al momento de
conocer una solicitud de atención médica, por aducir un deterioro grave en su salud, de una persona
privada de su libertad, respaldado por certificados médicos, debe garantizar la atención inmediata de
solicitante, a fin de evitar poner en riesgo la vida y salud del mismo, sin dilación alguna ” (las negrillas
son añadidas).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está
regida por los principios y valores supremos rectores que orientan al juzgador, eliminándose
cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió (SSCC
0863/2007-R, 0752/2002-R, SC 1369/2001-R, entre otras).
En cuanto a la motivación, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, determinó lo siguiente: "…la
motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que
exige una estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación puede
ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo expresar el Juez
sus convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso
las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario,
cuando la resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se
toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas", coligiéndose que toda
resolución emitida dentro de un proceso judicial o administrativo, debe inexcusablemente
contener una adecuada motivación respecto a los hechos en los que se base, a las pruebas
que se aportaron y a las disposiciones legales en las que se sustente su decisión, puesto que
el relacionamiento de estas con los hechos que le dieron origen, constituye la
fundamentación y motivación a la que el debido proceso se refiere.
Ahora bien, de manera inescindible, el derecho a una debida fundamentación y motivación
de las resoluciones, se halla interrelacionado con el principio de congruencia entendido como
“’…la estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en materia
penal la congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no podrá ser condenado por
un hecho distinto al atribuido en la acusación o su ampliación. Esa definición general, no es
limitativa de la congruencia que debe tener toda resolución ya sea judicial o administrativa y
que implica también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva, y que debe
mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre
los distintos considerandos y juicios de valor emitidos por la resolución, esta concordancia de
contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo
resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan la razón que llevó
a la determinación que se asume’” (SCP 0387/2012 de 22 de junio); de donde se infiere que
las resoluciones judiciales, deben emitirse, en función al sentido y alcance de las peticiones
formuladas por las partes procesales.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
no efectuarse el respectivo pronunciamiento del fiscal superior jerárquico; el juez a cargo del
proceso penal, debe disponer de oficio o a petición de parte la libertad inmediata del
imputado sobreseído.
Por consiguiente, el ahora accionante, estuvo detenido preventivamente por más de cuatro
años, a pesar de existir una resolución de sobreseimiento a su favor y sin que la misma haya
sido revocada del modo y forma que exige el CPP”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…la SCP 1206/2012 de 6 de septiembre, que deja claramente sentado que “Este
Tribunal debe presumir que el sobreseimiento es el resultado de una investigación
seria y suficiente (SC 0399/2006-R de 25 de abril) desarrollada en un plazo razonable
previsto por el art. 134 del CPP, debiendo además encontrarse la resolución de
sobreseimiento debidamente fundamentada (SC 1523/2004-R de 28 de septiembre) por lo
que inicialmente existe un convencimiento del fiscal encargado al caso y por tanto
responsable de la misma” (las negrillas son añadidas).
‘…corresponde precisar lo siguiente: 1) Una vez que el Fiscal inferior presenta el
sobreseimiento al juez, ya sea como efecto de una impugnación o de oficio, deberá remitir
dicho actuado dentro del plazo máximo de veinticuatro horas al Fiscal Departamental para su
revisión, y el Fiscal Departamental, o superior jerárquico, una vez recibido el sobreseimiento
deberá emitir su resolución de ratificación o de revocatoria al sobreseimiento,
indefectiblemente dentro de los cinco días siguientes; y, 2) Una vez transcurrido el lapso
señalado, sin que el Fiscal Departamental se haya pronunciado en cualquiera de sus
formas, el juez a cargo del proceso, dispondrá de oficio o a petición de parte la
libertad inmediata del imputado sobreseído. Entendimiento que implica una superación
de la SCP 0068/2012 de 12 de abril” (las negrillas nos corresponden).
Bajo dicho entendimiento legal y jurisprudencial, corresponde colegir que en el caso de
constituirse una parte querellante dentro determinado proceso penal, le corresponde a ésta
impugnar la resolución de sobreseimiento inmediatamente tenga conocimiento de la misma,
a efecto de habilitar la competencia del fiscal jerárquicamente superior para el respectivo
análisis y resolución. Considerando que de la lectura del segundo párrafo del art. 324 del
CPP, el fiscal solo está impelido a remitir la resolución de sobreseimiento de oficio cuando no
se haya constituido parte querellante, o en su caso, ésta se haya ausentado o abandonado el
proceso penal”.
Precedente.- SCP 1206/2012 de 6 de septiembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Procedimiento Penal, considerando al caso particular concreto y adecuando las reglas
establecidas en la línea jurisprudencial. El accionante al plantear la referida extinción de su
causa, por memorial de 8 de febrero de 2010, de fs. 67 a 72, no fundó ni demostró
materialmente la atribución directa o la responsabilidad de la demora procesal, es decir, si
fue responsabilidad del Ministerio Público, que sigue el proceso de oficio en su contra o del
Órgano Judicial; ni estableció en que etapa procesal de la causa surgió esta demora
procesal, ya que se debe tener una apreciación objetiva y exacta de los actuados procesales
y la intervención de las partes".
PRECEDENTE REITERADOR:
F.J.III.2. "Al respecto, la SC 0036/2005 de 16 de junio, estableció que la solicitud de extinción
de la acción penal puede formularse: '…en cualquier estado del proceso puesto que una
causal extintiva como la anotada impide definitivamente toda actividad de los órganos
jurisdiccionales una vez que estén acreditados los extremos de la motivación a cuyo fin
deberá confrontarse con los antecedentes que informan el proceso, sea por el juez de la
causa, de apelación o, de casación o nulidad en su caso, según donde esté radicada la
tramitación de la causa'
En cuanto a la forma de resolver una petición de extinción de la acción penal, la SC
0551/2010-R de 12 de julio, puntualiza: ´…la aplicación de dichos preceptos legales por las
autoridades jurisdiccionales, requiere en cada caso concreto de una valoración integral de
varios factores que hacen a la defensa del debido proceso con relación al procesado, pero
también al resguardo de las garantías jurisdiccionales que asisten a las otras partes
procesales, ya sea Ministerio Público o el acusador particular (víctima), determinando y
posibilitando de esa manera que la potestad de impartir justicia efectivice los principios
ordenadores del sistema de administración de justicia.
(…) y que no esté supeditada única y exclusivamente al transcurso del tiempo…'".
Precedente: SC 0101/2004-R y SC 1042/2005-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Juez demandado, no obstante de haber admitido encontrarse asesorado y actuando
contrariamente se abstuvo de ratificar su voluntad de someterse a esta salida alternativa; lo
que evidencia que la autoridad judicial demandada, actuó en cumplimiento de la normativa
legal vigente que regula este procedimiento especial”.
PRECEDENTE REITERADO.
F.J.III.2. “La SCP 1542/2013 de 10 de septiembre, con relación a la conclusión de la etapa
preparatoria señaló:
“El art. 323 del CPP, modificado por la Ley 007, señala que: 'Cuando el fiscal concluya la
investigación:
1) Presentará ante el juez de instrucción la acusación si estima que la investigación
proporciona fundamento para el enjuiciamiento público del imputado;
2) Requerirá ante el juez de instrucción, la suspensión condicional del proceso, la aplicación
del procedimiento abreviado o de un criterio de oportunidad o que se promueva la
conciliación;
3) Decretará de manera fundamentada el sobreseimiento, cuando resulte evidente que el
hecho no existió, que no constituye delito o que el imputado no participó en él, y cuando
estime que los elementos de prueba son insuficientes para fundamentar la acusación.
En los casos previstos en los numerales 1) y 2), remitirá al juez o tribunal las actuaciones y
evidencias'”.
Precedente.- SCP 1542/2013 de 10 de septiembre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F.J.III.2. “La SCP 1542/2013 de 10 de septiembre, con relación a la conclusión de la etapa
preparatoria señaló:
“El art. 323 del CPP, modificado por la Ley 007, señala que: 'Cuando el fiscal concluya la
investigación:
1) Presentará ante el juez de instrucción la acusación si estima que la investigación
proporciona fundamento para el enjuiciamiento público del imputado;
2) Requerirá ante el juez de instrucción, la suspensión condicional del proceso, la aplicación
del procedimiento abreviado o de un criterio de oportunidad o que se promueva la
conciliación;
3) Decretará de manera fundamentada el sobreseimiento, cuando resulte evidente que el
hecho no existió, que no constituye delito o que el imputado no participó en él, y cuando
estime que los elementos de prueba son insuficientes para fundamentar la acusación.
En los casos previstos en los numerales 1) y 2), remitirá al juez o tribunal las actuaciones y
evidencias'”.
Precedente.- SCP 1542/2013 de 10 de septiembre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En estos casos, al juez de instrucción le corresponderá conocer y resolver las denuncias de
aprehensión ilegal previo a atender la imputación formal y resolver la medida cautelar; por
tanto, en la audiencia señalada al efecto, deberá en primer término, emitir una resolución
debidamente fundamentada respecto a las denuncias de aprehensión ilegal, determinando si
ésta se enmarcó dentro de los límites de la legalidad o la ilegalidad antes de pronunciarse
sobre la aplicación de alguna medida cautelar, dado que a dicha autoridad no le está
permitido convalidar los actos que vulneraron derechos, al contrario, tiene el deber de
pronunciarse sobre la legalidad de los mismos; y a continuación, una vez resuelta la lesión
alegada con relación a la aprehensión, corresponderá recién someter a su conocimiento, la
consideración de la imputación formal y consecuente aplicación de la medida cautelar, si
corresponde. Así la SC 0957/2004-R de 17 de junio, reiterada, entre otras, por la SC
0651/2010-R de 19 de julio, afirmó lo siguiente: “…al juez no le está permitido convalidar los
actos en los que se vulneraron esos derechos; al contrario, tiene el deber, impuesto por la
norma antes transcrita, de pronunciarse sobre la legalidad de los mismos; por consiguiente,
frente a una presunta aprehensión ilegal, le corresponde al juez cautelar, conforme lo
establece el art. 54 inc. 1) del CPP, controlar la investigación y, en consecuencia, proteger
los derechos y garantías en la etapa investigativa; por lo que, frente a una petición efectuada
por el imputado, en sentido de que se pronuncie sobre la legalidad de su detención…”
Precedente.- SC 0957/2004-R de 17 de junio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pronuncie declarando legal o ilegal la aprehensión realizada por el fiscal de materia. Al
respecto, la SC 0957/2004 de 17 de junio, señalo lo siguiente: `…al juez no le está permitido
convalidar los actos en los que se vulneraron esos derechos; al contrario, tiene el deber,
impuesto por la norma antes transcrita, de pronunciarse sobre la legalidad de los mismos;
por consiguiente, frente a una presunta aprehensión ilegal, le corresponde al juez cautelar,
conforme lo establece el art. 54.1) del CPP, controlar la investigación y, en consecuencia,
proteger los derechos y garantías en la etapa investigativa; por lo que, frente a una petición
efectuada por el imputado, en sentido de que se pronuncie sobre la legalidad de su
detención, el juez está impelido, antes de pronunciar la resolución sobre cualquier medida
cautelar, a analizar los siguientes aspectos:
1) Legalidad formal de la aprehensión.- Es decir, deberá evaluar si se observaron los
presupuestos constitucionales y legales para la aprehensión, consistentes en: a) orden
escrita emanada de autoridad competente -salvo caso de flagrancia-; b) adopción de la
medida en base a las formalidades legales (aprehensión en caso de desobediencia a la
citación prevista en el art. 224 del CPP o resolución debidamente fundamentada si se trata
de la atribución conferida al fiscal de acuerdo al art. 226); c) el cumplimiento del término
previsto por ley para remitir al aprehendido ante autoridad judicial (art. 226). Si después del
análisis formal realizado por el juzgador, se concluye que se observaron las normas para la
aprehensión del imputado, el juez deberá examinar la legalidad material de la aprehensión.
2) Legalidad material de la aprehensión.- Cuando el fiscal aprehendió directamente al
imputado, haciendo uso de la facultad prevista en el art. 226 del CPP, el juez deberá evaluar
los siguientes aspectos: a) la existencia de suficientes indicios para sostener la autoría del
imputado en el momento de la aprehensión; b) si el delito imputado tiene una pena privativa
de libertad cuyo mínimo legal es igual o superior a dos años y; c) si existieron los elementos
de convicción suficientes para sostener que el imputado podía ocultarse, fugarse o
ausentarse del lugar u obstaculizar la averiguación de la verdad (art. 226 del CPP)”’.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
…el Código procesal de la materia atribuye, en el art. 54.1 del CPP al Juez Instructor la
función de ejercer «el control de la investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en
este Código». A su vez, el art. 54 del mismo Código adjetivo establece que el imputado puede ejercer
la defensa de sus derechos y garantías desde el primer momento del proceso'” (las negrillas son
nuestras).
En ese sentido, la SCP 0822/2016-S2 de 12 de septiembre, manifestó: “'«…Cabe aclarar, que toda
actuación del fiscal, que a juicio del denunciado, imputado o querellado y/o víctima o querellante,
sea contraria a procedimiento o sus derechos y que se hubieren producido durante la etapa
preliminar, preparatoria o juicio y que correspondieren al ámbito de competencia del juez instructor
en lo penal o del Tribunal de Sentencia, deberán ser reclamadas en esa instancia…»'”
EL JUEZ DE INSTRUCCIÓN PENAL Y EL CONTROL DE LA INVESTIGACIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0965/2017-S1
Sucre, 11 de septiembre de 2017
La regla excepcional contenida en el Fundamento Jurídico anterior, no solo persigue preservar la
naturaleza de la acción de libertad mediante la activación previa de un mecanismo idóneo y más
expedito para la reparación del derecho conculcado; sino que más allá de ello, materializa y pretende
hacer efectiva la función y rol del juez de instrucción en lo penal, como autoridad jurisdiccional
facultada competencialmente para controlar el desenvolvimiento de los actos de investigación
realizados tanto por funcionarios policiales, como por fiscales. Es justamente con dicho propósito que
los arts. 54 inc.1) y 279 del CPP, otorgan la facultad al mencionado juez para disponer lo que en ley
corresponda a efectos de restituir derechos que fueron transgredidos en todos los casos donde se
constate vulneraciones.
Concordante con lo manifestado, los arts. 289 y 298 del CPP, compelen al fiscal a dar aviso al
juez de instrucción penal, sobre la apertura de la investigación dentro de las veinticuatro horas de su
inicio, pues el aludido juez, es la autoridad encargada de precautelar la fase de investigación, para
que la misma se desarrolle acorde al sistema de garantías y derechos reconocidos por la Norma
Suprema, así como el bloque de constitucionalidad establecido en el art. 410 de la Constitución Política
del Estado (CPE).
Bajo este mismo razonamiento, la SCP 0609/2015-S1 de 5 de junio, haciendo alusión a la SC
0181/2005-R de 3 de marzo, señaló que: “…De donde se infiere, que las aprehensiones policiales o
fiscales deben ser previamente denunciadas ante el juez cautelar, y sólo cuando la lesión al derecho
a la libertad no hubiera sido reparada por dicha autoridad, recién es posible acudir a la jurisdicción
constitucional a través de la acción de libertad” (las negrillas son añadidas).
Finalmente en igual sentido, la SC 0080/2010-R de 3 de mayo (reiterada por las Sentencias
Constitucionales Plurinacionales 0760/2015 de 8 de julio y 0587/2015-S3 de 5 de junio, por citar
algunas), refirió situaciones excepcionales, en las que a través de la acción de libertad no es posible
ingresar a efectuar un análisis de fondo de la problemática planteada; para lo cual estableció tres
supuestos de improcedencia, siendo el primero: “Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía
como la Fiscalía cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de
locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante
el Juez Cautelar de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es
decir, con el aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De no ser
así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través del
legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el control de la
investigación” (las negrillas nos corresponden).
Debe considerarse igualmente, que dichas reglas no son aplicables si el derecho a la vida es
denunciado, además existiendo otras situaciones en que la justicia constitucional puede ingresar a
efectuar un análisis de fondo, conforme desarrolla la SCP 1888/2013 de 29 de octubre, que estableció:
“…es posible la presentación directa de la acción de libertad, prescindiendo de la subsidiariedad
excepcional, cuando: i) La supuesta lesión o amenaza al derecho a la libertad física o personal no esté
vinculada a un delito o, ii) Cuando, existiendo dicha vinculación, no se ha informado al juez cautelar
sobre el inicio de las investigaciones, no obstante haber transcurrido los plazos establecidos para el
efecto en el Código de procedimiento penal; no siendo exigible, en ninguno de los dos supuestos
anotados, acudir ante el juez cautelar de turno con carácter previo…”.
EL JUEZ DE INSTRUCTOR EN LO PENAL ENCARGADO DE EJERCER EL CONTROL
JURISDICCIONAL DE LA INVESTIGACIÓN
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0999/2017-S1
Sucre, 11 de septiembre de 2017
El art. 54.1 del CPP, señala que los jueces de instrucción penal serán competentes para el control de la
investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en el mismo ordenamiento legal.
Asimismo, el art. 279 del mismo Código establece que el Ministerio Público y la Policía Nacional
actuaran siempre bajo control jurisdiccional y que los fiscales no podrán realizar actos jurisdiccionales
ni los jueces actos de investigación que comprometan su probidad.
Este Tribunal, a través de la jurisprudencia constitucional estableció: "…ante denuncia de
irregularidades, actos ilegales u omisiones presuntamente cometidas por los fiscales o policías en la
etapa preparatoria del proceso, que impliquen lesión a los derechos fundamentales de todo
denunciado o sindicado, la misma debe presentarse ante el juez cautelar como el encargado de ejercer
el control jurisdiccional de la investigación, en aplicación de lo dispuesto por las normas previstas en
los arts. 54.1) y 279 del CPP, sin que sea admisible acudir en forma directa a esta acción tutelar si
con carácter previo los hechos denunciados no fueron reclamados ante la autoridad encargada del
control jurisdiccional, que es la apta para restablecer las presuntas lesiones a derechos fundamentales
y -se reitera- sólo en caso de verificarse que existirá una dilación o que esa instancia no se constituye
en la eficaz y oportuna para restablecer esos derechos, es que se abre la posibilidad de acudir a la
presente acción tutelar en forma directa" así lo entendió la SC 0054/2010-R de 27 de abril.
En ese mismo sentido, la SC 0943/2011-R de 22 de junio indicó: “…es necesario precisar que esta
acción de defensa, no puede ser desnaturalizada en su propósito, evitando que se convierta en un
medio paralelo con la jurisdicción ordinaria; criterio que fue asimilado por la jurisprudencia emitida
por este Tribunal cuando citando a los arts. 54.1 y 279 del CPP, advirtió que el Juez de Instrucción en
lo Penal dentro de la etapa investigativa, es la autoridad encargada del control jurisdiccional de la
investigación, así como de los actos del Ministerio Público y los funcionarios policiales, determinando
que toda persona que considere la existencia de una acción u omisión que lesione su derecho a la
libertad dentro de dicha etapa, debe inexcusablemente con carácter previo a acudir a este medio de
defensa efectuar sus reclamos ante el Juez cautelar para que dentro de un plazo razonable éste se
pronuncie sobre la legalidad o ilegalidad de su arresto o aprehensión, ordenando lo que en derecho
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
corresponda, y en caso de persistir la supuesta lesión, recién activar la presente acción de libertad
como medio de defensa” .
Por otra parte, la SC 0185/2012 de 18 de mayo, estableció: “…cuando la restricción se hubiera
presuntamente operado al margen de los casos y formas establecidas por ley y que, sin embargo, tal
hecho se hubiera dado a conocer al juez cautelar del inicio de la investigación y, en su caso, de la
imputación, resulta indispensable recordar que el art. 54.1 del CPP, establece que entre las
competencias del Juez de Instrucción en lo Penal, está el ejercer el control jurisdiccional de la
investigación, lo que significa, que es la autoridad encargada de resguardar que la etapa de
investigación se realice conforme a procedimiento y en estricta observancia de respeto a los derechos
fundamentales y garantías constitucionales de las partes del proceso -imputado, querellante y
víctima-. En ese contexto, corresponde al juez ejercer el control jurisdiccional de la investigación y,
por lo mismo, que ésta se desarrolle de manera correcta e imparcial y no en forma violatoria de
derechos fundamentales o garantías constitucionales; es decir, desde otra perspectiva, cualquier acto
ilegal y/o arbitrario durante la investigación en que incurriere el Ministerio Público como titular de la
acción penal o la Policía Boliviana como coadyuvante, deberá ser denunciado ante el Juez de
Instrucción en lo Penal, que tenga a su cargo el control jurisdiccional de la investigación”.
En el mismo sentido, la SCP 0482/2013 de 12 de abril, a tiempo de desarrollar e integrar el
entendimiento jurisprudencial y presupuestos procesales en los que la acción de libertad no procede de
manera dicta establece, entre otros supuestos, lo siguiente: “2. Cuando el fiscal da aviso del inicio de
la investigación al Juez cautelar y ante la denuncia de una supuesta ilegal aprehensión, arresto u otra
forma de restricción de la libertad personal o física por parte de un Fiscal o de la Policía, el
accionante, previo a acudir a la jurisdicción constitucional debe en principio, denunciar todos los
actos restrictivos de su libertad personal o física ante la autoridad que ejerce el control
jurisdiccional”. (las negrillas son añadidas).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
protección a los derechos a la libertad personal y de locomoción, a la vida y a la integridad
personal; además, ante un procesamiento indebido vinculado con el derecho a la libertad y la
existencia de persecución ilegal, en este sentido la autoridad judicial constituida en juez o
tribunal de garantías, conforme al art. 126.I de la CPE, a tiempo de señalar día y hora de
audiencia pública debe disponer que: a) La persona accionante sea conducida a su
presencia, con dicha orden se practicará la citación personal o por cédula a la autoridad o a
la persona denunciada, orden que será obedecida sin observación ni excusa, tanto por la
autoridad o la persona denunciada como por los encargados de las cárceles o lugares de
detención, sin que éstos, una vez citados, puedan desobedecer; o, b) Acudirá al lugar de la
detención para asegurar la presencia y participación del accionante, ante el juez o tribunal de
garantías en resguardo del principio de inmediación y poder verificar la existencia de una
amenaza a la vida e integridad personal, evidenciar las condiciones de privación de libertad
que pudiera existir respecto del accionante -en casos de torturas y vejámenes-; además de
poder alegar nuevos hechos; es decir, por regla general la celebración de la audiencia
necesariamente debe llevarse a cabo con la presencia del accionante”.
“…la Ley 027 de 6 de julio de 2010 -Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional-, con
referencia al procedimiento en la tramitación de la acción de libertad, en su art. 68.5, indicó
que: “ En caso de tratarse de una privación de libertad indebida, la jueza, juez o tribunal
dispondrá que la o el privado de libertad sea conducido a su presencia sin observación
ni excusa, tanto por la autoridad o persona denunciada, como por los encargados de las
cárceles o lugares de detención. En caso de peligro, resistencia de la autoridad u otra
situación que a criterio de la jueza, juez o tribunal, resulte importante, acudirá
inmediatamente al lugar de la detención e instalará la audiencia”. De una interpretación
“desde la Constitución” de dicha normativa se tienen los siguientes presupuestos: 1) El juez o
tribunal de garantías, tendrá la obligación de disponer que la o el privado de libertad sea
conducido a su presencia; y, 2) El juez o tribunal de garantías, acudirá inmediatamente al
lugar de detención -sea éste público o privado- e instalará la audiencia, ante la existencia de
peligro, resistencia de la autoridad pública o persona particular denunciadas u otra
circunstancia que a criterio de la autoridad judicial resulte importante”.
“En el caso presente pese a estar debidamente notificado el Director de la cárcel Villa Busch
incumplió con su obligación de conducir al accionante a la audiencia pública de la presente
acción de defensa y tampoco justificó dicha ausencia, con lo que omitió dar cumplimiento no
sólo a una resolución judicial sino también a una norma constitucional y el Juez prescindió de
la presencia del accionante alegando de manera genérica e indeterminada la imposibilidad
de trasladarse al penal de Villa Busch al sostener que “no se tiene ningún tipo de
comunicación con la cárcel, se continua con la presente audiencia, en vista que esta
presente el Dr. Jesús Mamani, quien presento la acción de libertad en representación sin
mandato de Luciano Alvez” inobservando en dicha actuación la debida fundamentación, pese
a ello en el presente caso independientemente a la responsabilidad jurídica que podría
originarse no corresponde anular obrados porque el representante manifestó en la
continuación de la audiencia de acción de libertad, se impugna una resolución objetiva
constatable por este tribunal, e incluso la autoridad jurisdiccional advertida de deficiencias en
la demanda de libertad, puede subsanar las mismas resolviendo de oficio a favor del
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
accionante, en razón a que en las acciones de libertad no rige el principio de congruencia y
en todo caso existe la posibilidad de interponer un nuevo planteamiento de acción de libertad
si el accionante considera que no pudo manifestar todos los actos que creyere atentatorios a
su derecho”.
PRECEDENTE
F.J.III.2. ” De una interpretación “desde la Constitución” de dicha normativa (Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional) se tienen los siguientes presupuestos: 1) El juez o tribunal de
garantías, tendrá la obligación de disponer que la o el privado de libertad sea conducido a su
presencia; y, 2) El juez o tribunal de garantías, acudirá inmediatamente al lugar de detención
-sea éste público o privado- e instalará la audiencia, ante la existencia de peligro, resistencia
de la autoridad pública o persona particular denunciadas u otra circunstancia que a criterio de
la autoridad judicial resulte importante”.
CONTEXTUALIZACIÓN
La SCP 0059/2012 es considerada fundadora por establece los supuestos en los que el juez
o tribunal de garantías debe acudir al lugar de detención. Con relación a la orden que deme
emitir respecto a la conducción del detenido a su presencia, debe mencionarse a la SC
1908/2011-R que estableció que es el juez o tribunal de garantías el que debe ordenar que el
detenido sea conducido a su presencia, y no ordenar al demandado que conduzca al
detenido, conforme al siguiente razonamiento: “…el Tribunal de la acción…no dispuso en
forma expresa que el accionante -que se encontraba detenido preventivamente en el penal
de San Pedro-, sea conducido a su presencia, conforme manda la norma constitucional antes
transcrita, sino que ordenó que el demandado sea quien oficie al Director de la citada cárcel,
para la conducción del interno a la audiencia señalada, ocasionando con ello, que en
audiencia sólo estuviera presente su abogado, según consta en el acta cursante de fs. 12 a
20”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por todo lo explicado, las autoridades demandadas a excepción de Félix Peralta Peralta,
Vocal de la Sala Penal Segunda y la Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal, Dina Larrea
-quién sólo pronuncio la Resolución 104/2013 de 12 de marzo que motivó el recurso de
apelación-, con sus actuaciones lesionaron derechos del accionante, por cuanto
correspondía que las autoridades demandadas tramiten las recusaciones conforme a lo
previsto por el Código de Procedimiento Penal y la jurisprudencia Constitucional, sin tener
que sustanciar las recusaciones interpuestas contra los miembros del Tribunal que conocería
las recusaciones interpuesta…”
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. De acuerdo a lo instituido por la jurisprudencia constitucional: '“… el juez o tribunal
llamado a resolver una recusación, que es un incidente de puro derecho sometido a un
trámite especial, al tener competencia únicamente para resolver la recusación en base a la
prueba ofrecida en su interposición, es irrecusable, ya que no está a cargo del proceso
principal, ni se pronunciara de forma alguna sobre el fondo del mismo, puesto que sólo está
llamado a resolver la recusación de los que resolverán el asunto principal…'” en ese sentido
la SC 0054/2005 de 12 de septiembre, citada entre otras por la SCP 0812/2013 de 11 de
junio.
Precedente.- SC 0054/2005 de 12 de septiembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
o sostener la acusación; y, en lo formal, se exige que la decisión esté debidamente
fundamentada. Entonces, cuando la decisión de sobreseimiento se aparta de los
presupuestos precedentemente señalados o se funda en supuestos ajenos a los mismos, la
decisión de sobreseimiento será arbitrario; asimismo, si dicha determinación adolece de la
debida motivación y fundamentación, también es contrario al orden constitucional vigente,
por vulnerar el debido proceso. Al respecto, la SCP 0245/2012 de 29 de mayo,
sostuvo lo siguiente: “Respecto a la vulneración de los derechos de las víctimas por una
resolución sin la debida fundamentación se tiene que en la SC 1523/2004-R de 28 de
septiembre, se declaró la procedencia de un amparo constitucional en razón a que el
requerimiento de sobreseimiento y su ratificación por el Fiscal de Distrito demandado se
circunscribieron a citar algunas pruebas ignorando el resto de las mismas y a partir de
generalizaciones se llegó a la conclusión de que no existían suficientes elementos de juicio
para el juzgamiento penal sin individualizar siquiera a los imputados, ni analizar sus
conductas en relación a los elementos constitutivos de los delitos por los que fueron
imputados, lesionándose el derecho de acceso a la justicia de la víctima e ignorándose que
toda resolución que resuelva el fondo del asunto: ‘…no sólo deberán circunscribirse a relatar
lo expuesto por las partes sino también citar las pruebas que aportaron las partes, exponer
su criterio sobre el valor que le dan a las mismas luego del contraste y valoración que hagan
de ellas dando aplicación a las normas jurídicas aplicables para finalmente resolver…’, de lo
contrario su decisión resultaría arbitraria: ‘…pues el sujeto procesal a quien no le sea
favorable no podrá entender y menos saber la razón jurídica de la decisión…’; lo que en
definitiva debió ser observado por el fiscal superior”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
esencialmente acusadora, los actos y/o resoluciones de sobreseimiento que emite, pudieran lesionar
derechos, o afectar intereses de la víctima, toda vez la desestimación de acusar, impedirá activar un
juicio; en tanto que una resolución de acusación, no implica la determinación de la responsabilidad de
los imputados, sino únicamente la apertura del enjuiciamiento; por ello, es que la norma procesal penal
y la propia ley del Ministerio Público, prevé la impugnación solamente en caso de haberse decretado
sobreseimiento, y en caso de no existir querellante, esta decisión deberá ser revisada de oficio por el
superior en grado. En ambos casos, la autoridad jerárquica, de acuerdo a los arts. 65 y 66 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público (LOMP), se encuentra obligada a realizar un análisis integral de los
antecedentes, sin tener como límite la expresión de agravios, en consideración a que no ejerce función
procesal, mucho menos jurisdiccional.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La SCP 0024/2012 de 16 de marzo, con relación al principio de celeridad señaló que: ”El art. 178.I de
la Ley Fundamental, establece como uno de los principios que rigen la administración de justicia a la
celeridad, como componente del debido proceso, entendido como la prontitud debida en los actos
procesales a objeto de brindar la tutela jurisdiccional efectiva y acceso a la justicia (art. 115 de la
CPE) y no colocar a las partes en incertidumbre jurídica durante el desarrollo del proceso. Cuando la
celeridad esté vinculada con el derecho a la libertad, el órgano jurisdiccional tiene la obligación de
tramitar la solicitud sin dilaciones indebidas, aún cuando no hubiere un término establecido por la
ley; al respecto, la SC 0900/2010-R de 10 de agosto, recogiendo el razonamiento de la SC 0224/2004-
R de 16 de febrero, indicó: “…toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre
involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible,
o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción
indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la
solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en
cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación
indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una
compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que
exige la solicitud‘“.
Con relación al trámite de las solicitudes de cesación a la detención preventiva, la SC 0078/2010-R de
3 de mayo, afirmó que: ”…es preciso puntualizar que la detención preventiva, no tiene por finalidad la
condena prematura, por cuanto la presunción de inocencia, sólo es desvirtuada ante un fallo
condenatorio con calidad de cosa juzgada, por ello su imposición como medida precautoria está
sujeta a reglas, como también su cesación, lo cual implica el trámite a seguir; y si bien no existe una
norma procesal legal que expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe realizarse la
audiencia de consideración, corresponde aplicar los valores y principios constitucionales, previstos en
el ya citado art. 8.II de la CPE, referido al valor libertad complementado por el art. 180.I de la misma
norma constitucional…“.
Bajo el razonamiento precedente, el principio de celeridad, constituye uno de los principios que rige la
administración de justicia, por lo que implica que los actos procesales sean realizados de manera pronta
y oportuna, más aún cuando la celeridad esté vinculada con el derecho a la libertad, es decir cuando una
autoridad, deba resolver, una solicitud en la que se involucre el derecho a la libertad, debe tramitarse la
misma, sin ninguna dilación.
La jurisprudencia constitucional, con referencia a la dilación en los trámites de cesación a la
detención preventiva, de manera reiterada, estableció subreglas en las que se puede considerar la
existencia de actos dilatorios, así la SCP 0110/2012 de 27 de abril, modulando el entendimiento del
Tribunal Constitucional Plurinacional, con relación a la segunda subregla establecida en el inc. b) del
Fundamento Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R, en cuanto al plazo para fijar
audiencia, señaló que: ”…tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar
este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo,
pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la
realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la
detención preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes,
lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad, en el entendido en que los jueces no
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de
la CPE)…
…ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y hora de
audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el
memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su
presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero
trámite. En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación
indebida al no emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del
referido plazo, bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento“.
Por lo que conforme a la jurisprudencia de este Tribunal, ante una solicitud de cesación a la detención
preventiva, el juez de instrucción penal debe providenciar dicha petición en el término de veinticuatro
horas computables desde su presentación y efectivizar la audiencia a efectos de la consideración y
resolución del beneficio de la cesación a la detención preventiva en el plazo de tres días hábiles,
considerando que este incluye las notificaciones pertinentes.
Asimismo, la SC 0078/2010-R, estableció una tercera subregla en la que se puede considerar la
existencia de actos dilatorios, señalando que: ”c) Se suspende la audiencia de consideración, por
causas o motivos que no justifican la suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la
inasistencia del representante del Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han
sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al
estar regido por el principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto
al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho acto, y
por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la
formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a la
inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo
caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas“ (el resaltado fue
agregado).
Del razonamiento que antecede se infiere que no puede suspenderse una audiencia de cesación a la
detención preventiva por causas o motivos que no justifiquen la suspensión, tales como la inasistencia
del representante del Ministerio Público, de la víctima o querellante habiendo sido notificadas
legalmente, por cuanto el Ministerio Público en virtud al principio de unidad, puede ser representado
por otro fiscal, y la participación del querellante es potestativa.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
finalidad de que la situación jurídica de las personas, dado el derecho primario que se encuentra
amenazado o restringido, pueda ser definida sin dilaciones indebidas…”.
La línea jurisprudencial citada, ha establecido que el juez encargado del control jurisdiccional, está en
la obligación de fijar audiencia con prontitud o en el plazo razonable para resolver cualquier solicitud
que esté vinculada con el derecho de la libertad del imputado empero, la Ley de Descongestionamiento
y Efectivización del Sistema Procesal Penal, en su art. 8 que modifica el art. 239 CPP, refiriéndose al
plazo para el señalamiento de la audiencia de cesación a la detención preventiva, señaló que: “La
detención preventiva cesará:
1. Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se
juzga;
3. Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado acusación o de veinticuatro
(24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de corrupción, seguridad del Estado,
Feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
4. Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con enfermedad terminal.
Plateada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la jueza deberá señalar audiencia para su
resolución en el plazo máximo de cinco (5) días” (las negrillas son nuestras).
Consecuentemente, según la línea jurisprudencial y la norma citada precedentemente, toda autoridad
jurisdiccional en conocimiento de una petición de cesación a la detención preventiva, cuando este
fundada en los numerales 1 y 4 del art. 239 del CPP que fue modificado por el art. 8 de la Ley de
Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal Penal –Ley 586 de 30 de octubre de
2014–; es decir, en nuevos elementos que demuestren que no concurre los motivos que la fundaron o
torne conveniente que sea sustituida por otra medida y cuando la persona privada de libertad acredite
que se encuentra con enfermedad terminal, debe ser atendida con la mayor celeridad posible; debiendo
fijar la audiencia en el plazo de cinco días, y resuelta en la misma, por estar este derecho íntimamente
vinculado con el principio de celeridad, consagrado por el art. 178.I de la CPE.
EL PRINCIPIO DE CELERIDAD EN LA TRAMITACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN
INCIDENTAL
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0898/2017-S1
Sucre, 28 de agosto de 2017
El art. 178.I, de la CPE, determina que la potestad de impartir justicia se sustentará entre otros en el
principio de celeridad, en concordancia a ello el art. 115.II de la CPE, señala: “El Estado garantiza el
derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y
sin dilaciones”, estableciendo además en el art. 180.I de la Norma Suprema el referido principio como
específico de la jurisdicción ordinaria. Por su parte, el art. 3.7 de la LOJ, establece que la celeridad
“Comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la administración de justicia”. En consecuencia,
resulta que el principio de celeridad en los casos relativos a privación de libertad es más imperante,
debiendo por ello las actuaciones jurisdiccionales procurar la materialización del mismo.
Sobre el particular, este Tribunal a través de la SCP 1000/2016-S1 de 19 de octubre, en un caso
análogo, estableció que: “…a pesar de llevarse adelante la audiencia de consideración de su
impugnación, las autoridades que la conformaron no pudieron pronunciarse unánimemente,
generando Votos contradictorios; por lo que tuvieron que convocar al Vocal dirimidor; quien hasta la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fecha de presentación de esta demanda tutelar, no se pronunció al respecto, ocasionando que su
recurso de apelación no sea resuelto en el plazo dispuesto por el art. 251 del CPP, ni pueda remitirse
el respectivo cuaderno procesal ante el Juzgado de origen, a efectos de poder plantear la cesación de
su detención preventiva; razón por la cual, se considera indebidamente procesado y privado de
libertad. Consiguientemente, este Tribunal emitirá pronunciamiento respecto al referido supuesto
fáctico”.
rzo”.
EL PRINCIPIO DE CELERIDAD EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0892/2017-S1
Sucre, 31 de agosto de 2017
El art. 178.I de la Norma Suprema, establece que: “La potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica,
publicidad, probidad, celeridad…”.
En concordancia con lo referido precedente, el art. 115.II de la Ley Fundamental, señala: “El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones”
De donde se puede establecer que, los operadores de justicia deben actuar de forma rápida y eficaz,
tanto en lo que se refiere a la tramitación de las causas como en la resolución de las mismas; toda vez
que, las personas que intervienen en los procesos, esperan una definición oportuna de su situación
jurídica, máxime si de por medio se encuentra comprometido su derecho fundamental a la libertad.
De acuerdo con el texto constitucional, el art. 3 de la Ley del Órgano Judicial ‒Ley 025 de 24 de junio
de 2010‒ establece los principios sobre los cuales se sustenta, destacando el principio de celeridad en el
numeral 7 en los siguientes términos: “Comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la
administración de justicia”. En concordancia al mismo, es pertinente mencionar la prohibición
establecida por el art. 128 de la
citada Ley, que señala: “I. Se incurrirá en demora culpable por dictar resoluciones en los procesos fuera
de los plazos fijados por la ley. Igualmente importará demora culpable el uso impropio y reiterado de
providencias de sustanciación como traslado, vista fiscal, informe y otras, fuera de los casos señalados
en las leyes procesales, bajo responsabilidad.
II. Quedan prohibidos los decretos que dispongan informe sobre aspectos contenidos en el expediente”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La jurisprudencia constitucional glosada al respecto señaló: “…toda autoridad que conozca de una
solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla
con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo
podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá
que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y
las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física,
está en la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud
es negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud'; o sea que, el principio de celeridad procesal, impone
a quienes imparten justicia, actuar con diligencia despachando los asuntos sometidos a su
conocimiento, sin dilaciones indebidas, exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos
vinculados a la libertad personal, aún cuando no exista una norma que establezca un plazo mínimo”
así lo estableció la SC 0900/2010 de 10 de agosto, la misma que es citada en la SCP 0286/2012 de 6 de
junio
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la suspensión,
ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del Ministerio Público o
de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la
audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el principio de unidad tiene los
medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar
notificado, su participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la
autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión
se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida
ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a
las directrices expuestas” (las negrillas son nuestras).
EL PRINCIPIO DE CELERIDAD QUE RIGE EN LA SOLICITUD DE CESACIÓN DE LA
DETENCIÓN PREVENTIVA
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1087/2017-S3
Sucre, 18 de octubre de 2017
La SCP 0032/2016-S3 de 4 de enero, en análisis concordado sostuvo que: “La potestad de
impartir justicia se rige entre otros, por el principio de celeridad, establecido en el art. 178.I de la
CPE, al señalar que: ‘La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en
los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad,
gratuidad, pluralismo jurídico…’
En concordancia con esta disposición, el art. 115.II de la Norma Suprema, determina que: ‘El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones’; en ese sentido la actuación de la jurisdicción ordinaria debe
ser rápida, oportuna y eficaz, tanto en la tramitación como en la resolución de las causas, ya que las
personas que intervienen en el proceso esperan una definición pronta de su situación jurídica, máxime
si está comprometido un derecho fundamental como es la libertad; premisa que también se encuentra
establecida en el art. 180.I de la CPE, que sustenta a la jurisdicción ordinaria en el principio procesal
de celeridad entre otros.
En ese contexto, la jurisprudencia constitucional, a través de la SC 1010/2010-R de
23 de agosto, al referirse al instituto procesal de la cesación de la detención preventiva, estableció
que: ‘…toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o privado de libertad,
debe tramitar la misma, con la mayor celeridad posible, y dentro de los plazos legales si están fijados,
y en un plazo razonable, si no está establecido por ley. De no ser así, tal actuación procesal
provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en consecuencia repercute o afecta a
su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola privación de libertad en que se encuentra, sin
que este razonamiento implique que necesariamente se deba deferir a su petición, sino, se refiere a que
sea escuchado oportunamente a fin de que obtenga una respuesta positiva o negativa’.
La citada jurisprudencia constitucional, determinó tres situaciones para considerar acto
dilatorio, en el trámite de la cesación de la detención preventiva, concluyendo: ‘En consecuencia, se
considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva, cuando:
a) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se
dispongan traslados previos e innecesarios no previstos por ley.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. (…)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la suspensión,
ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del Ministerio Público o de
la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia.
En el caso del Ministerio Público al estar regido por el principio de unidad tiene los medios para
asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su
participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad
jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la
falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación
a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas’.
Concomitante con este entendimiento jurisprudencial, el instituto procesal penal de cesación a
la detención preventiva, se encuentra normado por el Código de Procedimiento Penal en su art. 239
modificado por la Ley 586, que taxativamente establece:
‘(CESACIÓN DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA). La detención preventiva cesará:
4.- lo correcto es 1- Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la
fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
5.- lo correcto es 2-Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el
delito más grave que se juzga;
6.- lo correcto es 3-Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado
acusación o de veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, excepto en delitos de
corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato, violación a infante, niña, niño, adolescente, e
infanticidio; y,
7.- lo correcto es 4- Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con
enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá señalar audiencia
para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las veinticuatro (24) horas
siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán responder en el plazo de tres (3) días. Con
contestación o sin ella, la o el Juez o Tribunal dictará resolución sin necesidad de audiencia, dentro
de los cinco (5) días siguientes, declarando la procedencia, siempre que la demora no sea atribuible a
los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia del beneficio, sin posibilidad de suspensión de
plazos.
En los casos previstos en los Numerales 2, 3 y 4 del presente Artículo, la o el Juez o Tribunal
aplicará las medidas sustitutivas que correspondan, previstas en el Artículo 240 de este Código’”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Continuando la línea jurisprudencia, al respecto, la SCP 0616/2012 de 23 de
julio, estableció:
“La administración de justicia se rige entre otros, por el principio de celeridad, establecido en
el art. 178.I de la CPE, al señalar que: ‘La potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad
jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico…’ (las negrillas
son nuestras).
En concordancia con esta disposición, el art. 115.II de la Norma Fundamental, determina: ‘El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta,
oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones’ (…); por lo que, se puede determinar que
la administración de justicia debe ser rápida, oportuna y eficaz, tanto en la tramitación como
en la resolución de las causas, ya que las personas que intervienen en el proceso esperan
una definición pronta de su situación jurídica, máxime si está comprometido un derecho
fundamental como es la libertad.
En ese entendido, la solicitud de cesación a la detención preventiva se encuentra prevista en
el art. 239 del CPP y se halla íntimamente relacionada con el principio de celeridad procesal
porque el derecho a la libertad forma parte de los derechos fundamentales, así como lo
indica el art. 22 de la CPE: ‘La dignidad y la libertad de la persona son inviolables.
Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado’, pues está orientado a
proteger primordialmente, la necesidad y facultad humana inherente a cada ser humano.
Asimismo en el art. 180.I de la Norma Suprema, establece que la jurisdicción ordinaria se
fundamenta en el principio procesal de celeridad entre otros, se puede decir que la rapidez
con que se puedan tramitar los procesos judiciales, permitirán que la justicia llegue en forma
oportuna.
Asimismo la jurisprudencia constitucional, a través de la SC 1010/2010-R de 23 de
agosto, estableció los casos en que procede la cesación de la detención preventiva,
‘…toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o
privado de libertad, debe tramitar la misma, con la mayor celeridad posible, y
dentro de los plazos legales si están fijados, y en un plazo razonable, si no está
establecido por ley. De no ser así, tal actuación procesal provocaría efectos
dilatorios sobre los derechos del detenido y en consecuencia repercute o afecta a su
libertad que de hecho ya está disminuida por la sola privación de libertad en que se
encuentra, sin que este razonamiento implique que necesariamente se deba deferir a
su petición, sino, se refiere a que sea escuchado oportunamente a fin de que obtenga
una respuesta positiva o negativa’ (…).
En consideración a la jurisprudencia señalada, se colige que, todo pedido o trámite en el que
se encuentre involucrado el derecho a la libertad física o de locomoción debe tramitarse
dentro del plazo de los cinco días siguientes de recibidas las actuaciones, considerando el
art. 239 del CPP y la modificación introducida por el art. 8 de la Ley 586; más aún, tratándose
de las solicitudes de cesación de la detención preventiva, las que deben dilucidarse de forma
rápida y oportuna ya que se encuentra de por medio el derecho a la libertad.
III.3. La valoración de la prueba corresponde privativamente a los jueces y tribunales
ordinarios
Sobre la problemática planteada la jurisprudencia constitucional a través de la SC
1929/2011-R de 28 de noviembre, estableció que:
“Es necesario dejar claro, que en lo relativo a la prueba, la competencia sólo se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
reduce a establecer si fue o no valorada, pero de ninguna manera a imponer mediante
esta acción extraordinaria, cómo debe ser compulsada y menos aún a examinarla; situación
que, sólo se deberá disponer principalmente en casos de omisión de compulsa que se
la analice y cuando el juzgador se hubiese apartado de las previsiones legales
que rigen el acto procesal como de los marcos de razonabilidad y equidad previsibles
para la decisión.
En este sentido, a través de la jurisprudencia constitucional, se ha establecido ciertos límites
respecto a la acción de libertad, dentro de los que se encuentra la valoración de la prueba
realizada por la justicia ordinaria, razonamiento que de acuerdo a la SC 1085/2005-R de 12
de septiembre, se indicó que: ‘…la recurrente estima como acto ilegal restrictivo de los
derechos invocados, entre los cuales está el derecho a la libertad, la revocatoria que
en apelación dispusieron los vocales demandados de la cesación de la detención
preventiva a favor de su representado, decisión que conforme se evidencia de los
antecedentes que cursan en obrados, fue motivada fundamentalmente en la valoración
de los elementos probatorios aportados por las partes, valoración que conforme a lo
sostenido por el art. 173 del CPP corresponde al juez o tribunal en base a las reglas de
la sana crítica, por lo que al respecto resulta pertinente remitirse a lo señalado por la
jurisprudencia de este Tribunal en la SC 0162/2000-R, de 25 de febrero, en la que
refiriéndose al hábeas corpus se expresó que este recurso «(...) no puede ser utilizado
para revisar resoluciones dictadas por autoridades judiciales en pleno y legal ejercicio
de sus atribuciones jurisdiccionales y menos para establecer si efectuaron una
correcta valoración de las pruebas destinadas a determinar la existencia o no de
materia justiciable (...)». Asimismo, dicha jurisprudencia en la SC 0873/2004-R, de 8 de
junio, determinó que: «|la compulsa de las pruebas que se aporten con el fin de obtener
la cesación de la detención preventiva, es facultad exclusiva del Juez Cautelar que
esté a cargo del control de la investigación, pues en los únicos casos que este
Tribunal puede intervenir en la revisión de dicho análisis será cuando el juzgador se
hubiera apartado de las previsiones legales que rigen el acto procesal como de los
marcos de razonabilidad y equidad previsibles para decidir, si estos casos no se dan,
esta jurisdicción no puede intervenir para dejar sin efecto la resolución que conceda la
cesación o la rechace, ya que ello importaría una doble valoración de la prueba».
Finalmente, en la SC 0651/2005-R, de 14 de junio se estableció que: «(...) los vocales
recurridos al dictar el Auto de Vista 37/2004, han obrado conforme a sus facultades
jurisdiccionales valorando la prueba aportada por el actor, toda vez que la misma debe
cumplir con los requisitos de forma y contenido, más aún cuando por determinación
del art. 250 del CPP, el Auto que imponga una medida cautelar o la rechace es
revocable o modificable, aún de oficio, es decir no causa estado, el recurrente puede
volver a solicitar la cesación de su detención preventiva cuando nuevos elementos de
juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente
que sea sustituida por otra medida como señala el art. 239.1 del CPP»”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto la jurisprudencia ilustrada a través de la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, sostuvo: “…
toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la
libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de
los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado
derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma
positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado
que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una
solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa
conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la
solicitud”.
Así también, la SC 0465/2010-R de 5 de julio, concluyó que: “…todas aquellas solicitudes vinculadas
a la libertad del imputado, en especial la cesación de la detención preventiva, deben ser tramitadas
con la debida celeridad, puesto que el ingresar en una demora o dilación indebida en que incurra una
autoridad judicial al resolver una solicitud de tal naturaleza, implica una lesión a ese derecho
fundamental, supuesto ante el cual se activa el hábeas corpus traslativo o de pronto despacho; empero
se deja claramente establecido, que no existirá lesión si la demora o dilación es promovida por el
propio imputado”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
desenvolvimiento; por otra, respecto a la estructura de la Resolución, a fin de que absuelva todos los
puntos a consideración del juzgador.
(…)
De esa esencia, deriva a su vez la congruencia como principio característico del debido proceso,
entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo
peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la coherencia que
debe tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que implica también la concordancia
entre la parte considerativa y dispositiva: sino que además, debe mantenerse en todo su contenido,
efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de contenido de la resolución y su
estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las
disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En
base a esas consideraciones, es que quien administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes
y pertinentes‘.
Por su parte, la SC 0460/2011-R de 18 de abril de 2011, ha señalado: ’Como un elemento constitutivo
del debido proceso (SC 0316/2010-R de 15 de junio), la congruencia vela por la conexitud del objeto
del proceso entre la acusación y la sentencia, en atención a los hechos atribuidos e impidiendo la
sanción sobre otros arbitrariamente incluidos. A decir de Claus Roxin, los hechos referidos en la
acusación se constituyen en el objeto del proceso penal, que circunscribe su desarrollo a lo descrito
en ella (Derecho Procesal Penal. Editores Del Puerto. Buenos Aires, 2010). Al respecto, el «hecho»
no es simplemente un determinado tipo penal, sino el acontecimiento fáctico que puede o no
configurar una conducta típica, supuesto que -se reitera- será dilucidado a través del proceso penal y
que previo debate concluirá en una sentencia‘“
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De la normativa y doctrina citada en los acápites precedentes, se tiene que este principio
procesal es aplicable en Bolivia, teniendo como exigencia que el juzgador bajo ningún
aspecto puede modificar, suprimir ni incluir hechos que no hubieren sido parte del pliego
acusatorio, debiendo emitir resolución sobre la base fáctica probada en juicio.
Sobre la temática, el Auto Supremo 239/2012-RRC de 3 de octubre, estableció la siguiente
doctrina legal aplicable: “Los jueces y tribunales deben considerar que el papel de
la ‘acusación’ en el debido proceso penal frente al derecho de defensa. La descripción
material de la conducta imputada contiene los datos fácticos recogidos en la acusación, que
constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la
consecuente consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el imputado tenga
derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y precisa, los hechos que se
le imputan. La calificación jurídica de éstos puede ser modificada durante el
proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente contra el
derecho de defensa, cuando se mantengan sin variación los hechos mismos y se
observen las garantías procesales previstas en la ley para llevar a cabo la nueva
calificación. El ‘principio de congruencia o coherencia entre acusación y sentencia’ implica
que la sentencia puede versar únicamente sobre hechos o circunstancias contemplados en la
acusación.” (Las negrillas son nuestras). En el mismo sentido se pronunció el Auto Supremo
166/2012-RRC de 20 julio.
Entonces, se deja asentado una vez más que, la facultad de modificar la calificación jurídica,
otorgada al juzgador, conocida como principio iura novit curia, no significa infracción al
principio de congruencia, como ya fue explicado, pues el primero únicamente tiene como
límite el hecho acusado y el segundo, a partir de la comprobación del hecho acusado, y la
convicción adquirida por el Tribunal de la existencia del hecho, la participación del imputado y
su culpabilidad, permite la subsunción al tipo penal adecuado, con las limitantes ya
especificadas; es decir, que el juzgador debe emitir Sentencia sobre la base fáctica acusada y
comprobada y que la nueva tipificación tenga el mismo objeto de protección jurídica que el
delito acusado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
De la normativa citada en el acápite precedente, se tiene que este principio procesal, es
aplicable en Bolivia, siempre y cuando se cumpla con las condiciones señaladas
anteriormente; es decir, el juzgador bajo ningún aspecto puede modificar, suprimir ni incluir
hechos que no hubieran sido parte del pliego acusatorio, debiendo emitir resolución sobre la
base fáctica probada en juicio. Al respecto, este Máximo Tribunal de justicia, estableció
doctrina legal aplicable en el Auto Supremo 239/2012-RRC de 3 de octubre, que señala: “Los
jueces y tribunales deben considerar que el papel de la‘acusación’ en el debido proceso penal
frente al derecho de defensa. La descripción material de la conducta imputada contiene los
datos fácticos recogidos en la acusación, que constituyen la referencia indispensable para el
ejercicio de la defensa del imputado y la consecuente consideración del juzgador en la
sentencia. De ahí que el imputado tenga derecho a conocer, a través de una descripción
clara, detallada y precisa, los hechos que se le imputan. La calificación jurídica de éstos
puede ser modificada durante el proceso por el órgano acusador o por el juzgador,
sin que ello atente contra el derecho de defensa, cuando se mantengan sin
variación los hechos mismos y se observen las garantías procesales previstas en la
ley para llevar a cabo la nueva calificación. El‘principio de congruencia o coherencia
entre acusación y sentencia’ implica que la sentencia puede versar únicamente sobre hechos
o circunstancias contemplados en la acusación” .
A mayor abundamiento, cabe expresar respecto al iura novit curia, principio de locución
latina, que el Juez es quien asume la facultad de administrar justicia aplicando e
interpretando la norma jurídica y determina -en materia penal- la comisión o no de un tipo
penal, en base a los hechos sometidos a su conocimiento y que hubieren sido descritos en la
acusación, en virtud a los principios de congruencia procesal y de verdad material, sobre la
conexitud entre los hechos determinantes para dictarse un fallo y los expuestos y debatidos
en la acusación y posterior desarrollo del proceso penal y la existencia comprobable de una
conducta antijurídica, típica y culpable, respectivamente.
Si bien -con límites- es admisible que en sentencia se otorgue una calificación jurídica distinta
a la efectuada en la acusación, o bien, se agrave o disminuya la pena a imponerse, en virtud
a los derechos a la defensa y de congruencia, se restringe el principio iura novit
curia circunscribiendo su aplicación únicamente a los hechos investigados en el proceso
penal, de modo que no induzca al imputado a un estado de indefensión, ni a la parte
contraria se le prive de una eficaz intervención en el cometido de obtener justicia. Así, a
modo de no transgredir la garantía del debido proceso, en su elemento del derecho a la
defensa, ni el de congruencia, es necesario definir los alcances del principio iura novit curia a
la concurrencia de las siguientes condiciones:
1) En virtud a la unidad del objeto procesal entre la acusación y la sentencia, la autoridad
juzgadora puede variar la calificación legal inicialmente efectuada, cuando no implique la
añadidura de hechos que no hubieran sido sometidos a averiguación ni investigación en el
proceso penal; de modo que, no pueda calificarse de “sorpresiva” la modificación del tipo
penal imputado, pese a tener diferentes elementos constitutivos, versa sobre igual
condicionamiento fáctico.
2) En concordancia con el presupuesto que antecede, tampoco puede variarse el tipo penal
cuando difiera en sustancia con los hechos atribuidos; dicho de otro modo, es imposible
atribuir al imputado, un delito del que no tuvo oportunidad de defenderse y aportar prueba,
en razón a que el objeto del proceso penal seguido en su contra versaba en distintos
supuestos fácticos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
3) El cambio de calificación jurídica a los hechos sometidos a un proceso penal, debe
recaer -necesariamente- sobre delitos de la misma naturaleza. Ello, por la lógica comparativa
de los elementos constitutivos de los tipos penales, cuyo componente fáctico no dista del
sentido jurídico propio de la clasificación de las conductas típicas antijurídicas esquematizadas
en el Código Penal, que según se advirtió en el Fundamento Jurídico precedente, si se
advierte y comprueba su comisión, corresponde materializar el ius puniendi.
4) La modificación en la calificación de los hechos, no debe incurrir en pasar de un delito de
persecución pública, a uno de índole privada, en el que se requiera el impulso necesario de la
parte querellante y/o la víctima.
En todos los casos, debe ser evidente la congruencia entre la unidad fáctica de la acusación
con la sentencia, entendida -la primera- como la relación circunstanciada del hecho histórico
a investigar, y sea sobre el cual, recaiga el fallo fundamentado y motivado, indicando con
precisión las condiciones por las que se modificó el tipo penal por otro, en base al análisis
puntual de los hechos y su adecuación al delito finalmente atribuido (Sentencia Constitucional
0460/2011-R del 18 de abril).
De la doctrina y jurisprudencia anterior se establece que, de conformidad al principio de
congruencia, ninguna persona puede ser condenada por un hecho distinto al atribuido en la
acusación; sin embargo, cuando los hechos comprobados no se adecuen a la calificación
jurídica realizada en la acusación, tomando en cuenta que el juzgador tiene la facultad
privativa de realizar la subsunción del hecho al tipo penal correspondiente, se encuentra
facultado para aplicar el principio iura novit curia, siempre que el objeto de protección jurídica
sea el mismo (misma familia de delitos), ello en consideración a que la exigencia de
congruencia dispuesta en la normativa procesal penal, se refiere a la coherencia que debe
existir entre los hechos acusados o base fáctica y la Sentencia (congruencia fáctica) y no
respecto a la calificación jurídica asignada por el acusador, por lo que se reitera, la aplicación
de este principio no compromete la imparcialidad del juzgador, ni coloca en estado de
indefensión a las partes, las que tuvieron oportunidad de defenderse o alegar a favor o en
contra, sobre los hechos y circunstancias descritas en el pliego acusatorio.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
resultaron insuficientes para configurar la conducta del imputado en el delito
endilgado, aludiendo a aspectos físicos y a muestras que no habrían sido
introducidas a juicio precisamente porque el Ministerio Fiscal arguyó haberlas
extraviado, lo que haría presumir que se cuestiona principalmente una defectuosa
valoración probatoria, mas no expone un fundamento claro respecto a la
denunciada errónea aplicación de la norma sustantiva, partiendo de alguna
explicación jurídica respecto a la adecuada aplicación del art. 308 Bis del CP en su
caso. Por otro lado, se limita a efectuar consideraciones también subjetivas con
relación a la imposición de la pena, sin sustento o fundamento jurídico claro, que
permitan establecer cuál la pretensión del recurrente al respecto, por cuanto si le
resulta excesiva, no argumento cuál debió haber sido el cómputo exacto para su
determinación, aspectos que de ninguna manera fueron subsanados en etapa de
admisión, por lo que el razonamiento del Tribunal de alzada, al no resultar contrario
a los principios de interpretación más favorable a la admisión del recurso y de
proporcionalidad, dado que fue la parte impugnante la que no efectuó una clara y
precisa fundamentación del recurso, no obstante habérsele otorgado un plazo
prudente al efecto, con observaciones concretas, conforme se constata del Auto de
23 de diciembre de 2014; así, como al principio de subsanación, debido a que fue el
propio Tribunal de alzada que advertido de las falencias argumentativas del recurso
de apelación restringida, ejerció la facultad prevista en el art. 399 del CPP, con la
advertencia de declarase el rechazo en caso de inobservancia, no resulta lesiva al
derecho del debido proceso, en sus elementos de acceso a la justicia, impugnación,
presunción de inocencia y legalidad.
Descriptor: El recurrente no puede alegar apreciaciones generales, subjetivas e
incongruentes unas con otras
Restrictor: Tribunal de alzada advertido de las falencias argumentativas del recurso
de apelación restringida debe aplicar el art. 399 del CPP
[483]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
corregir, en su caso, los errores del inferior alegados, una vez interpuesto este recurso; igualmente, se
tiene que la apelación en cuestión, resulta ser sumarísima y efectiva, pues las actuaciones pertinentes
deben ser remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia en el término de 24 horas, debiendo el
Tribunal de apelación referido, resolver dicho recurso, sin más trámite y en audiencia dentro de los
tres días siguientes de recibidos los obrados.
Bajo tal razonamiento, la jurisprudencia constitucional ha establecido que en los casos en que la
solicitud de cesación a la detención preventiva sea rechazada, el imputado y procesado tienen la
oportunidad de utilizar y activar la apelación incidental, que resulta el mecanismo procesal específico
de defensa, idóneo, eficiente y oportuno, como tiene previsto en el art. 251 del CPP; así la SC
0861/2011-R, 6 de junio, (por citar alguna) indicó: …el accionante, previamente a acudir a una
acción extraordinaria, en el caso presente, la acción de libertad, y considerar que la Resolución
14/2010 de 14 de enero, que dispuso el rechazo de la solicitud de cesación de la detención preventiva
impuesta en su contra, vulneraba alguno de sus derechos fundamentales, debió actuar conforme al art.
251 del CPP (modificado por la Ley 2494 del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana), y tal cual lo
expresa la Resolución impugnada; consecuentemente, interponer el recurso de apelación incidental
que dicha norma le faculta, y que es considerado un medio idóneo, adecuado y apropiado, establecido
expresamente en la ley para impugnar las medidas cautelares que vulneren el derecho a la libertad del
imputado…"'
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPP, modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC),
dispone que: ’La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable,
en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas‘…“.
EL RECURSO DE APELACIÓN EN MEDIDAS CAUTELARES DE CARÁCTER PERSONAL
S.C.P. 1057/2015-S2, Sucre 20 de octubre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El Tribunal Constitucional Plurinacional sobre los recursos de apelación de medias cautelares
carácter personal a través de la SCP 0774/2015-S2 de 8 de julio de 2015, señaló lo
siguiente: “El art. 251 del CPP, dispone:
‘La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en
el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos (72) horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro (24) horas.
El Tribunal de Apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior’.
La SCP 0025/2012 de 16 de marzo, al referirse al recurso de apelación para impugnar
resoluciones que imponen medidas cautelares de carácter personal, previsto en el art. 251
del CPP, señaló que: ‘...el trámite del recurso de apelación contra las resoluciones que
dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, es de naturaleza sumaria, pues
una vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la
Corte Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas, a efectos de que el tribunal de
alzada, sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia dentro de los tres días siguientes
de recibidas las actuaciones; es decir, que el mencionado recurso de apelación, por su
configuración procesal, constituye un medio idóneo, eficaz e inmediato de defensa
con el que cuentan las partes para reclamar supuestas lesiones a sus derechos,
posibilitando que el tribunal de alzada corrija los errores del inferior denunciados en el
recurso. El referido recurso de apelación, resulta idóneo porque está expresamente
establecido en el Código de Procedimiento Penal para impugnar las medidas cautelares que
vulneren el derecho a la libertad del imputado, como emergencia de la aplicación de las
medidas cautelares; e inmediato, porque debe ser resuelto sin demora, en un plazo de sólo
tres días’.
En ese sentido, dado que en el caso de las medidas cautelares, la interposición del recurso
de apelación contra dicha determinación pueda formularse en la misma audiencia en
forma oral, o mediante escrito en el plazo establecido por ley, sumado a que los
antecedentes deben ser remitidos al Tribunal de alzada, que a su vez debe resolver en tres
días, en efecto, plantea una configuración procesal de resolución de la impugnación idóneo
para la defensa dentro del proceso”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El recurso de apelación de medidas cautelares, por su configuración constituye un medio de
impugnación idóneo y eficaz, la SCP 0994/2012 de 5 de septiembre, precisó que: “El Código de
Procedimiento Penal, dentro del sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación
contra las resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen medidas cautelares, el mismo se
desarrolla como un recurso sumario, pronto y efectivo, conforme se tiene del art. 251, cuando
determina que una vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la
‘Corte Superior de Justicia’ –ahora Tribunal Departamental de Justicia–, en el término de
veinticuatro horas, debiendo el Tribunal de apelación resolver el recurso, sin más trámite y en
audiencia, dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones.
No cabe duda que la apelación descrita, dada su configuración procesal, es un recurso idóneo e
inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho a la libertad, por cuanto el
ad quem tiene la oportunidad de corregir, los errores del ad quo invocados. En ese sentido la SC
1941/2011-R de 28 de noviembre, aclara que: ‘…Es idóneo, porque es el recurso adecuado
establecido expresamente en la ley para impugnar resoluciones sobre medidas cautelares que vulneren
el derecho a la libertad del imputado. Es inmediato, porque es resuelto sin demora, dado que la ley
establece un plazo brevísimo de tres días para su resolución...’”.
“De lo expresado, podemos afirmar que el Código de Procedimiento Penal, ha previsto un recurso
expedito en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En consecuencia, ese es el medio que
debe utilizarse para impugnar los actos del juez que se consideren lesivos al derecho aludido, y no
acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional a través de la acción de
libertad, garantía que podrá ser utilizada sólo cuando el Tribunal ad quem no haya reparado las
lesiones denunciadas” (SCP 0114/2017-S2 de 20 de febrero).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En el tema relacionado a los recursos, el art. 331 del CPP.1972, establece: “La sentencia que
califique la responsabilidad civil, será apelable ante la Corte Superior del Distrito, en el
término de cinco días de su notificación y el auto de vista que se pronuncie, recurrible de
nulidad o casación ante la Corte Suprema de Justicia, en el término fatal de ocho días.
Estos recursos será conocidos por las salas en materia penal de las respectivas Cortes, de
acuerdo a las normas procesales y alternativas establecidas para causas civiles”.
Ello significa que la norma procedimental citada, prevé que el recurso de nulidad o casación
en contra el Auto de Vista que resuelve la responsabilidad civil, tiene categóricamente
determinado un plazo para su interposición, que es de ocho días, que se computa a partir de
la notificación a la parte interesada con la resolución de apelación o Auto de Vista pertinente,
siendo el término fatal entendido como tal, que no admite prórroga o excepción, que corre de
momento a momento sin lugar a prolongación, interrupción o aplazamiento, teniendo en
cuenta el art. 141 del CPC, que ordena que los plazos transcurrirán ininterrumpidamente y
sólo se suspenderán durante las vacaciones judiciales, norma que es de orden público y de
cumplimiento obligatorio tal cual lo reconoce el art. 90 del CPC, aplicable al caso de autos en
razón del art. 355 del CPP.1972 y conforme esta Sala lo precisara en el Auto
Supremo330/2015-RRC de 29 de mayo de 2015, al señalar: “(…) el art. 331 del CPPabrg, en
cuanto a los recursos de casación sobre la calificación del daño civil, establece que el término
para interponer dichos recurso es de ocho días, que correrá de momento a momento, desde
la notificación a la parte interesada con el Auto de Vista pertinente”.
Asimismo, el art. 307 inc. 1) del CPP.1972, refiere que corresponderá la improcedencia del
recurso de casación por incumplimiento de los requisitos señalados en el art. 301 de la misma
norma procesal penal y por la presentación extemporánea del recurso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en observancia de su condición como personas en proceso de desarrollo físico,
mental, emocional, espiritual, moral y social’” (las negrillas son nuestras)
La Constitución Política del Estado en cuanto a los derechos de la niñez, adolescencia y
juventud, establece:
“Artículo 58. Se considera niña, niño o adolescente a toda persona menor de edad. Las
niñas, niños y adolescentes son titulares de los derechos reconocidos en la Constitución, con
los límites establecidos en ésta, y de los derechos específicos inherentes a su proceso de
desarrollo; a su identidad étnica, sociocultural, de género y generacional; y a la satisfacción
de sus necesidades, intereses y aspiraciones”.
“Artículo 60. Es deber del Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés
superior de la niña, niño y adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la
primacía en recibir protección y socorro en cualquier circunstancia, la prioridad en la atención
de los servicios públicos y privados, y el acceso a una administración de justicia pronta,
oportuna y con asistencia de personal especializado (las negrillas nos pertenecen)”.
La normativa legal precedente, emerge de un proceso paulatino de modificación a la
legislación nacional, para garantizar los derechos de la niñez y adolescencia reconocidos en
instrumentos internacionales; cuyo hito trascendental, surge a partir de la aprobación por la
Asamblea General de las Naciones Unidas de la “Convención sobre los Derechos del Niño”
Adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en su Resolución 44/25
el 20 de Noviembre de 1989, (ratificada por el Estado boliviano el 14 de mayo de 1990
mediante Ley 1152); a través de la cual, se estableció un cambio de paradigma en la
concepción de la niñez y adolescencia, al reconocer a los menores como sujetos de
derechos y partícipes de su propio desarrollo, bajo la premisa del respecto por el “interés
superior del niño”, constituyéndose en la esencia reguladora de la normativa a desarrollarse
en torno a los derechos de la niñez y adolescencia, traduciéndose en la responsabilidad de
protegerlos a través de una efectiva tutela legal y judicial.
La Convención sobre los Derechos del Niño estipuló -entre otros aspectos-:
“Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño”.
“Artículo 37
(…)
d) Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la asistencia
jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a impugnar la legalidad de la
privación de su libertad ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e
imparcial y a una pronta decisión sobre dicha acción”.
“Artículo 40.2 inc. b)
(…)
v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que esta decisión y toda
medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas a una autoridad u órgano
judicial superior competente, independiente e imparcial, conforme a la ley”.
En este mismo enfoque normativo, y dentro del paraguas de protección internacional de los
derechos de la niñez y adolescencia, se tienen las:
REGLAS MÍNIMAS DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA
JUSTICIA DE MENORES (REGLAS DE BEIJING)
Adoptadas por la Asamblea General en su resolución 40/33, de 28 de noviembre de 1985
“7. Derechos de los menores
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
7.1 En todas las etapas del proceso se respetarán garantías procesales básicas tales
como la presunción de inocencia, el derecho a ser notificado de las acusaciones, el derecho
a no responder, el derecho al asesoramiento, el derecho a la presencia de los padres o
tutores, el derecho a la confrontación con los testigos y a interrogar a éstos y el derecho de
apelación ante una autoridad superior”.
“22. Necesidad de personal especializado y capacitado
22.2 El personal encargado de administrar la justicia de menores responderá a las
diversas características de los menores que entran en contacto con dicho sistema…”.
Que conjuntamente las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la
delincuencia juvenil (Directrices de Riad) aprobadas y proclamadas por la Asamblea General
en su Resolución 45/112 de 14 de diciembre de 1990, contienen pautas contra la
discriminación, haciendo énfasis en la reintegración social, resaltando la imperiosa necesidad
de contar con personal capacitado para el tratamiento de los menores infractores en el
sistema de justicia, con el consecuente respeto a los derechos fundamentales y las garantías
jurisdiccionales -como el derecho al debido proceso en su elemento de la doble instancia-,
encaminados en la concreción de una legislación y administración de justicia especializadas,
sustentadas en el principio del interés superior del niño -ut supra citado- y el respeto a la
dignidad de los menores, que fortalezca la vigencia de sus derechos fundamentales y
libertades.
Los lineamientos de estos instrumentos internacionales universales, también se encuentran
reconocidos en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, cuando:
La Convención Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”,
adherida por Decreto Supremo (DS) 16575 de 13 de junio de 1979 (elevado al rango de Ley
1430 de 11 de febrero de 1993), establece:
“ARTÍCULO 19
Derechos del Niño
Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requieren
por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.
Dentro de su labor consultiva la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su
Opinión Consultiva OC-17/2002 de 28 de agosto, referida a la “Condición Jurídica y
Derechos Humanos del Niño”, respecto a la garantía jurisdiccional de la doble instancia (arts.
8.2.h. de la Convención Americana y 40.2.b.v de la Convención sobre Derechos del Niño),
precisó:
d. Doble instancia: (artículos 8.2.h de la Convención Americana y 40.b.v de la Convención
sobre los Derechos del Niño): el niño debe gozar del derecho a que un tribunal revise la
medida que le ha sido impuesta, para controlar así el poder punitivo de las
autoridades.
Dicha garantía debe estar vigente en cualquier procedimiento en el que se determinen
los derechos del niño, y en especial cuando se apliquen medidas privativas de
libertad.
En este sentido, y conforme a la normativa supranacional pre existente, la promulgación del
Código Niña, Niño y Adolescente, como normativa especial, dentro de su carácter teleológico
configura en cuanto al “Sistema Penal para Adolescente”, una jurisdicción especializada así
como la aplicación de procedimientos especiales, que permiten una intervención jurídica
distinta a la prevista el Código de Procedimiento Penal, conteniendo elementos esenciales
propios de cualquier jurisdicción, entendidos como derechos procesales y garantías
jurisdicciones (imparcialidad, independencia, principio de legalidad, doble instancia, etc);
empero, que adquieren connotaciones especiales en su ejercicio para el caso de los niños y
adolescentes; debiendo las autoridades judiciales, imperativamente privilegiar el interés
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
superior del niño, niña y adolescente, orientados por los principios de protección integral y su
condición de vulnerabilidad.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
público, por ello el legislador, categorizándolas por su gravedad, estableció
sanciones que llegan a penas privativas de libertad para castigarlas;
consecuentemente, toda conducta que no se adecúe a alguna descripción contenida
en la norma sustantiva de la materia, es atípica, en aplicación del principio de
legalidad.
El tipo penal, está compuesto por elementos, tanto objetivos como subjetivos, pero
además, en algunos casos normativos y descriptivos.
a) Elemento objetivo, es el aspecto objetivo o material de la conducta calificada como
ilícita; es decir, es la manifestación externa del comportamiento humano, que puede
consistir en una acción u omisión y que es perceptible por los sentidos; entonces,
son las exigencias de carácter material que se encuentran descritas en el tipo penal,
como ser: despojar, matar, ofender, apropiarse, sustraer, etc.
b) Elemento subjetivo o volitivo, es el elemento intangible, que pertenece al mundo
psíquico, por responder a cuestiones internas del agente, como lo son su voluntad y
la motivación al momento de cometer un ilícito, que además de estar constituido por
el dolo y la culpa, incluye otros elementos de carácter subjetivo, o elementos
subjetivos del injusto, que son requisitos de carácter intencional y que el legislador
ha incluido en el texto de la norma como: “el ánimo de, con la finalidad de, con la
intención de, etc.”, elemento subjetivo, que además de constituirse en una exigencia
de carácter subjetivo, describe la finalidad de la acción, pero además, incluye
elementos que deben ser demostrados a partir de su naturaleza intelectual
(conocimiento de ciertas condiciones del autor o de la víctima), afectivos (motivado
por emociones) o volitivas (intención direccionada de llegar a un resultado).
c) El elemento normativo, es un elemento valorativo, no material, requiere para su
comprensión, un juicio o una valoración jurídica complementaria por pate del
juzgador, por cuanto la descripción realizada por el legislador, no resulta
satisfactoria, obligando a la autoridad a realizar diversas interpretaciones de la
situación con la finalidad de concretar el hecho, como la situación cultural o la
significación jurídica de alguna circunstancia descrita en el tipo, sin que
corresponda a la acción propiamente dicha, ya que no es realizada por el actor,
teniendo como función, especificar la antijuricidad de la conducta descrita en el
ordenamiento legal, de forma estricta, con el objeto de aplicar la pena.
d) Elemento descriptivo, pertenece al mundo físico y al psíquico, por cuanto al
describir acciones, personas, lugares, cosas, etc., tienen naturaleza material
objetiva, pero además es comprobable a través de un procedimiento cognoscitivo,
toda vez que describe elementos perceptibles por los sentidos (acciones) como:
dañar, apropiarse, matar, etc.; así como, objetos del mundo síquico como: ánimo de
perjudicar, con el objeto de, con el ánimo de etc.
La tipicidad y la correcta subsunción
La tipicidad, conforme señala Muñoz Conde, es: “…la adecuación de un hecho
cometido a la descripción que de ese hecho se hace en la ley penal” (MUÑOZ C.,
Francisco y GARCIA A., Mercedes. Derecho Penal. Parte General, Valencia, España:
Tirant lo Blanch, 2004, página 251.); entonces, corresponde al juzgador realizar
juicio de tipicidad objetivo, para establecer de forma cierta e inequívoca, que la
acción desplazada por el sujeto activo del delito, se adecúa en todas sus partes a los
presupuestos o elementos específicos (objetivos, subjetivos, normativos y
descriptivos) contenidos en el delito atribuido, sin obviar ningún elemento requerido
para su configuración (subsunción).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sobre la temática, este Tribunal Supremo de Justicia, estableció abundante doctrina
legal, señalando: “Una vez desarrollada la audiencia en sus distintas fases, incluida
la actividad probatoria de las partes, corresponde al Juez o Tribunal de Sentencia
resolver aquellas cuestiones relativas a la comisión del hecho punible que determine
en su caso la absolución o la condena del imputado, debiendo la sentencia contener la
exposición de los motivos de hecho y de derecho en que se funda conforme se tiene
establecido en el art. 360 inc. 3) del Código de Procedimiento Penal (CPP). En este
ámbito, debe tenerse en cuenta que la labor de subsunción, es una labor lógica del
aplicador, para determinar si el hecho específico legal, o la consecuencia jurídica
establecida por la norma coincide o difiere; consecuentemente, lo que debe hacer el
juzgador es encuadrar el hecho específico concreto en el hecho específico legal.
Por tal razón, toda sentencia condenatoria se compone de dos operaciones, sin
perjuicio de que las mismas se descompongan en otras varias. Una primera operación
se concentra en determinar el hecho probado, y la segunda, una vez conocido el
hecho, se ocupa de la labor de subsunción del mismo en alguno o algunos preceptos
penales. A la primera se la denomina juicio histórico o fundamentación fáctica y la
segunda es conocida como juicio jurídico o fundamentación jurídica y ambas deben
gozar de una adecuada fundamentación. Esta exigencia de la motivación tiene un
fundamento de carácter constitucional y permite que la Sentencia se justifique
objetivamente; además, de exteriorizar una ineludible convicción judicial. Esto implica
que la Sentencia ha de ser racional, de manera que la convicción del juez no puede
basarse en la intuición o sospecha, sino que el mismo debe proceder de la prueba
practicada en el juicio. Sólo una convicción derivada de la prueba es atendible, por lo
que cualquier otra convicción que procede de un motivo ajeno no es adecuada al
razonamiento judicial y es pura arbitrariedad, por lo que la motivación sirve de control
para evitar que se dicten las sentencias basadas únicamente en certidumbres
subjetivas del juez, pero carentes de todo sustento probatorio.
En cuanto al control de la subsunción jurídica, corresponde precisar que la
exteriorización del razonamiento efectuado por el Juez o Tribunal de Sentencia,
permite su control al Tribunal de apelación.
Por otra parte, debe tenerse presente que en el juicio sobre la observancia de la ley
sustantiva existen limitaciones, como la falta o insuficiencia de determinación del
hecho que sirve de sustento a la calificación jurídica, que impide constatar si la ley ha
sido bien o mal aplicada, y fundamentalmente los problemas ligados a la
interpretación de los conceptos jurídicos que integran la ley sustantiva y a la
subsunción jurídica. Para superar estas limitaciones, el Tribunal de apelación al
realizar la labor de control de la subsunción debe partir del hecho acusado, para
saber si corresponde o no subsumirlo en el tipo o tipos penales acusados, siendo
además importante interpretar los conceptos jurídicos que integran la ley sustantiva;
de ese modo, el Tribunal de casación podrá cumplir con su labor de uniformar la
jurisprudencia, estableciendo criterios rectores que permitan la aplicación del principio
de seguridad jurídica. Además, cabe recordar la necesidad de que las resoluciones en
general y las judiciales en particular, estén debidamente motivadas, por ser este un
principio básico que informa el ejercicio de la función jurisdiccional; y, al mismo
tiempo, un derecho de los justiciables a obtener de los órganos judiciales una
respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones oportunamente
propuestas; de tal manera, los jueces o tribunales cualquiera sea la instancia a la que
pertenezcan, están obligados a expresar la argumentación jurídica que los ha llevado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de administrar
justicia se haga en sujeción a la ley; pero también, con la finalidad de facilitar un
adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables.
Con base a lo expuesto, se establece que ante la formulación de recurso de apelación
restringida, corresponde al Tribunal de apelación en ejercicio de la competencia que la
ley le asigna, controlar a partir de los elementos constitutivos de cada delito, si el
Juez a quo efectuó una adecuada subsunción del hecho a los tipos penales
acusados, realizando al efecto la correspondiente motivación.” (A.S. 25/2014-RRC de
24 de marzo)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
precedencial que involucra un respeto y eficacia horizontal de sus decisiones, pues lo
contrario significa atentar contra un principio de la administración de justicia que es el de
predictibilidad, el mismo que se encuentra respaldado por el derecho de los actores
procesales de igualdad ante la Ley (art. 119.I de la CPE) y del principio de seguridad jurídica
(art. 178.I de la CPE).
De acuerdo a lo antes expresado, el Tribunal Supremo de Justicia, se halla vinculado a sus
propias interpretaciones; sin embargo, también se encuentra facultado para cambiar de
criterio, para ello debe tener la debida y adecuada fundamentación…”
Precedente.- SC 1690/2005-R, 19 de diciembre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
a consideración de este Tribunal Constitucional Plurinacional, no permiten establecer la
prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales, que permitan fundar que la
demandada u otras personas hubiesen incurrido en una situación establecida como medida
de hecho, vinculada al avasallamiento sobre el inmueble de la accionante, es decir, no se
acredita de manera objetiva la existencia de actos o medidas asumidas sin causa jurídica
que deban ser reparados a través de la tutela de la acción de amparo constitucional”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “…fue la SCP 0998/2012 de 5 de septiembre, la que determinó que la carga
probatoria en casos de afectación al derecho propietario mediante medidas de hecho
vinculadas al avasallamiento corresponde al accionante en ese entendido indicó que:
(…) Modulación de línea jurisprudencial
La línea jurisprudencial precedentemente señalada es modulada por la presente sentencia,
cambio de entendimiento que responde a un real acceso a la justicia constitucional, a una
tutela constitucional efectiva y a una interpretación extensiva y bajo pautas de hermenéuticas
armoniosas al postulado plasmado en el art. 256.1 de la CPE, que indica que el principio de
favorabilidad; por cuanto, en base al Fundamento Jurídico III.4, se establecen los siguientes
presupuestos: i) La carga probatoria a ser realizada por el peticionante de tutela, debe
acreditar de manera objetiva la existencia de actos o medidas, asumidas sin causa
jurídica, es decir en prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales
establecidos para la definición de hechos o derechos; y, ii) Para el caso específico de
vías de hecho vinculadas al avasallamiento, al margen de la carga probatoria desarrollada en
el anterior inciso, el peticionante de tutela debe acreditar su titularidad o dominialidad del
bien en relación al cual se ejerció vías de hecho, aspecto demostrado con el registro de
propiedad en mérito del cual se genera el derecho de oponibilidad frente a terceros”
Precedente.- SCP 0998/2012 de 5 de septiembre.
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apelación por los Vocales codemandados, que incurrieron en los mismos errores. El Tribunal
Constitucional Plurinacional aprobó la Resolución que denegó la tutela.
RATIO DECIDENDI
F.J.III.3. “…el recurso de apelación formulado por el accionante contra la Resolución
pronunciada por la Jueza demandada, se sustentó únicamente en cuestionar la concurrencia
de los peligros procesales que determinaron su detención preventiva, aportando nueva
prueba al efecto,misma que data de fecha posterior a la emisión de la Resolución
076/2012; más no señaló como agravio el pronunciamiento de la Jueza a quo respecto a lo
resuelto sobre la actuación de los fiscales codemandados en la presente acción, lo que
supone su tácito consentimiento en relación al fallo de la juzgadora (…) Así, en atención a lo
desarrollado en el Fundamento Jurídico III.2.1, corresponde hacer énfasis en que el recurso
de alzada tiene por objeto conocer y resolver los puntos apelados en relación al contenido de
la resolución emitida por el juez (a) de primera instancia y eventualmente corregir las
irregularidades en las que habría incurrido éste al asumir su determinación. Sin embargo, en
el caso concreto, al formular el recurso en cuestión, el accionante impidió que el Tribunal de
alzada se pronuncie sobre una presunta ilegalidad o falencia cometida por la autoridad
judicial a quo, al no exponer agravio alguno en relación a la Resolución 076/2012; más al
contrario, ofreció nueva prueba obtenida posteriormente a la emisión de la Resolución
referida, de imposible compulsa y valoración en alzada; en razón a que la autoridad de
primera instancia dispuso la detención preventiva de Víctor Hugo Sanabria Nava sin conocer
ni valorar la prueba presentada en apelación, por lo que no puede exigirse su consideración
a los Vocales demandados, a quienes por su competencia se les ciñe pronunciarse en
revisión del fallo de primera instancia, ponderando los agravios formulados y compulsando la
actuación del juzgador a quo, para en base a ello, resolver el recurso de apelación”.
PRECEDENTE
F.J.III.2.1. “(…) la apelación incidental se concibe como un recurso para resolver incidentes y
no aquellas cuestiones vinculadas a la causa de fondo o resolución principal; por ello, tiene
un trámite sumario, pronto y efectivo, lo que conlleva a que interpuesto y admitido este
recurso, se abre la competencia del tribunal de alzada únicamente para la revisión
sobre cuestiones de derecho y no de hecho que hubieran sido resueltas por la
autoridad judicial a quo; ya que no constituye una nueva instancia en la que sea
admisible la consideración de nueva prueba por el tribunal de apelación, que está
obligado únicamente a pronunciarse sin más trámite sobre la base exclusiva de los puntos
cuestionados de la resolución de primera instancia, ciñéndose a su competencia establecida
en el art. 398 del CPP, por cuanto a través del recurso de apelación incidental se impugnan
los agravios que el juzgador de primera instancia pudo causar al emitir su fallo .
En ese orden de ideas, la apelación incidental no puede sustanciarse en elementos
probatorios distintos a los considerados y ponderados por el juez a quo; de hacerlo,
su revisión sería intrascendente, por cuanto los agravios tendrían un sustento
sustancialmente diferente a los fundamentos de la resolución cuestionada, de donde
resulta la imposibilidad de admitir prueba en apelación incidental sobre lo ya resuelto por el
inferior; puesto que desvirtuaría la naturaleza y alcance del recurso de alzada que -se reitera-
tiene por objeto únicamente conocer y resolver los puntos apelados en relación al contenido
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de la resolución emitida por el juzgador a quo y eventualmente corregir las irregularidades en
las que habría incurrido al asumir su determinación. Razonamiento que implica el cambio
de línea jurisprudencial establecido por las SSCC 1181/2006-R, 1432/2010-R y
1036/2011-R.”
CONTEXTUALIZACIÓN DE LÍNEA
En las SSCC 1181/2006-R, 1432/2010-R y 1036/2011-R,entre otras, el Tribunal Constitucional
estableció que podía admitirse prueba en apelación de las medidas cautelares.
[497]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dichas impugnaciones, a que cumplan con la instalación del actuado procesal, como
es la audiencia, para asegurar que los principios mencionados supra impregnen la
actividad de las precitadas autoridades”.
[498]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
un derecho fundamental, caso contrario, es decir, de no presentar el accionante prueba
suficiente que demuestre la existencia del acto lesivo, no se podría conceder la tutela
pues se estaría ante un hecho no probado que impide verificar la existencia de lesión
a un derecho. Así la SC 0374/2007-R de 10 de mayo, complementando este entendimiento,
teniendo en cuenta que pueden producirse determinadas situaciones en las que exista la
imposibilidad material de efectuar tal acreditación, la citada sentencia constitucional
estableció una subregla dentro de la línea jurisprudencial que establece la obligatoriedad de
probar por parte del accionante los hechos que denuncia, al establecer que cuando no exista
divergencia sobre los hechos denunciados, es decir, cuando se atribuya a los demandados
haber incurrido en vías de hecho y exista aceptación de los hechos denunciados por parte de
estos, o los mismos no los desvirtúen en forma debida, tendrá que concederse la tutela; para
ello, tendrán que concurrir los dos aspectos: a) La imposibilidad de obtener y presentar la
prueba correspondiente y, b) La aceptación de los hechos acusados o la no
desvirtuación de los mismos por parte de los demandados” (las negrillas y el subrayado
nos corresponden).
Precedente.- SC 0208/2010-R de 24 de mayo.
[499]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
CPE, referido al valor libertad complementado por el art. 180.I de la misma norma constitucional, que
establece que la jurisdicción ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad entre
otros; motivo por el cual toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o
privado de libertad, debe tramitar la misma, con la mayor celeridad posible, y dentro de los plazos
legales si están fijados, y en un plazo razonable, si no está establecido por ley. De no ser así, tal
actuación procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en consecuencia
repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola privación de libertad en
que se encuentra, sin que este razonamiento implique que necesariamente se deba deferir a su
petición, sino, se refiere a que sea escuchado oportunamente a fin de que obtenga una respuesta
positiva o negativa’.
En base a ello, estableció sub reglas al indicar que: ‘En consecuencia, se considera acto
dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva, cuando:
a) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se
dispongan traslados previos e innecesarios no previstos por ley.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada caso,
cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que ser
notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y esencial -como
sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la excepción única y
exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del proceso,
como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición; situación que deberá ser
justificada por la autoridad judicial competente al momento de señalar la fecha de audiencia, teniendo
en cuenta la razonabilidad.
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la
suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del Ministerio
Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la
audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el principio de unidad tiene los medios
para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su
participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad
jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No obstante, en caso de que la suspensión se deba a la
falta de notificación o a la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación
a derecho alguno, en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices
expuestas’.
No obstante, dada la problemática planteada y la necesidad procesal de dar respuesta a la
misma, cabe señalar que el principio de celeridad no comprende el conocimiento del trámite de
cesación de detención preventiva hasta llevar a cabo la audiencia; sino también en forma posterior,
como ser el dar curso con la debida celeridad procesal al trámite de apelación de la resolución
respectiva, en los casos que corresponda.
Por ello, resulta necesario complementar las sub-reglas establecidas en la SC 0078/2010-R,
citada precedentemente, en sentido de que: ‘…se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación
de la detención preventiva:…’; también cuando:
d) Interpuesto el recurso de apelación contra la resolución que rechaza la solicitud de cesación de
detención preventiva, los antecedentes de la apelación no son remitidos por el juez a quo dentro del
plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del CPP -salvo justificación razonable y
fundada- ante el tribunal de apelación, o se imprima un procedimiento o exigencias al margen de la
ley.
[500]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En consecuencia, en los casos de darse esta dilación de manera injustificada, corresponde
otorgar la tutela solicitada, por cuanto ello repercute en el derecho a la libertad física del agraviado”
(las negrillas nos pertenecen).
EN CUANTO A LA COMPETENCIA DEL JUEZ DE EJECUCIÓN PENAL
S.C.P. 0922/2015, Sucre 29 de septiembre de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El art. 55 del Código de Procedimiento Penal previene que: “ Los Jueces de Ejecución
Penal, además de las atribuciones contenidas en la Ley de Organización Judicial y en la Ley
de Ejecución de Penas y Sistema Penitenciario, tendrán a su cargo:
1. El control de la ejecución de las sentencias y de las condiciones impuestas en la
suspensión condicional del proceso, del control de la suspensión condicional de la pena y del
control del respeto de los derechos de los condenados;
2. La sustanciación y resolución de la libertad condicional y de todos los incidentes
que se produjeran durante la etapa de ejecución; y,
3. La revisión de todas las sanciones impuestas durante la ejecución de la condena que
equivocadamente resultarán contrarias a las finalidades de enmienda y readaptación de los
condenados”. (las negrillas son nuestras)
El art. 19 de la LEPS prevé que: “El Juez de Ejecución Penal es competente para conocer y
controlar:
1. La Ejecución de las sentencias condenatorias ejecutoriadas que impongan penas o
medidas de seguridad y de los incidentes que se produzcan durante su ejecución;”
(…).
Señalar que conforme la SC 2521/2010-R de 19 de noviembre, que reitera la jurisprudencia
emitida por el extinto Tribunal Constitucional mediante la SC 1041/2005-R de 5 de
septiembre, “el control de la ejecución de sentencias condenatorias ejecutoriadas, así
como el cumplimiento de la condena es competencia del Juez de Ejecución penal, así
se colige de la norma prevista por el art. 55 del
Código de procedimiento penal (CPP) que señala que los Jueces de
Ejecución Penal tienen la atribución de controlar la ejecución de las sentencias, sustanciar y
resolver la libertad condicional y todos los incidentes que se produjeran durante la etapa de
ejecución; norma concordante con el art. 19 de la LEPS, que de manera expresa dispone
que: “El Juez de Ejecución Penal es competente para conocer y controlar: 1. La
ejecución de las sentencias condenatorias ejecutoriadas que impongan penas o
medidas de seguridad y de los incidentes que se produzcan durante su ejecución; y.,
Otras atribuciones establecidas por Ley”; asimismo, el art. 428 del CPP dispone lo siguiente:
“Las sentencias condenatorias serán ejecutadas por el Juez de Ejecución Penal, quien
tendrá competencia para resolver todas las cuestiones o incidentes que se susciten durante
la ejecución”
[501]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Norma de la cual se establece que aun en casos en los que pueda existir defectos absolutos
que ameriten la nulidad, éstas para su procedencia deben necesariamente ser denunciadas,
es decir, que ni el Tribunal de apelación ni el de casación tiene facultades para desbordar la
propuesta formulada por los recurrentes, lo cual se conoce como principio de limitación,
norma y principio procesal que es ratificado en el procedimiento penal en su art. 398, que
prevé que los Tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos
cuestionados de la resolución; forma de resolución que al tratarse de una apelación
restringida, puede ser revisada vía casación, empero únicamente en cuanto a los aspectos
expuestos por el impugnante, lo que quiere decir que no existe revisión de oficio, facultad
que estaba prevista por el art. 15 de la Ley 1455, actualmente abrogada por la Ley 025,
entendimiento asumido por el Auto Supremo 392/2012 de 21 de diciembre.
Estando claramente establecido que para la procedencia de la nulidad por defectos absolutos,
estos deben ser necesariamente demandados, también se debe tener presente que, este
Tribunal tomando en cuenta las denuncias de existencia de defectos absolutos por
vulneración de derechos y garantías constitucionales, instituyó la admisibilidad extraordinaria;
a cuyo fin, estableció parámetros que deben ser cumplidos por los recurrentes y los cuales
fueron reconocidos por el Tribunal Constitucional Plurinacional a través de la Sentencia
Constitucional 1112/2013 de 17 de julio, que a tiempo de resolver la denuncia referida a que
el Tribunal Supremo en su Sala Penal Liquidadora habría rechazado la admisión de un recurso
de casación, bajo el argumento de que el mismo no cumplió con su deber de postular las
contradicciones entre la resolución impugnada y el precedente invocado, sin tomar en cuenta
que el recurrente habría denunciado defectos absolutos, expresamente refiere que este
Tribunal formalmente estableció de manera excepcional como causal de admisión de recurso
de casación las denuncias vinculadas a defectos absolutos, así se desprende de los Autos
Supremos 010/2013-RA de 6 de febrero, 26/2012, 77/2012, etc., en los que se expresó:
“Ahora bien, un supuesto de flexibilización de los requisitos del recurso de casación que
permite abrir excepcionalmente la competencia de este Tribunal, es aquel en el que se
denuncia la existencia de graves y evidentes infracciones a los derechos a las partes y que
constituyan defectos absolutos no susceptibles de convalidación; …La identificación de la
línea jurisprudencial sería incompleta si acaso no se advierte que el Tribunal
Supremo ha precisado que `Este entendimiento, no implica que el recurrente se
limite en el recurso de casación a formular una simple denuncia de actividad
procesal defectuosa sin la debida fundamentación, por el contrario, en este tipo de
situaciones, la parte recurrente deberá formular las denuncias vinculadas a la existencia de
defectos absolutos, teniendo como obligación el proveer los antecedentes de hecho
generadores del recurso, detallar con precisión la restricción o disminución del derecho o
garantía, precisando el mismo y finalmente explicar el resultado dañoso emergente del
defecto, así como la consecuencias procesales cuya relevancia tenga connotaciones de orden
constitucional”
[502]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
instituto de la recusación; norma especial que se encuentra en total armonía con el principio
constitucional de celeridad y los que rigen el sistema procesal penal; pues el tenor literal de
la norma refiere:
“Artículo 321º.- (Efectos de la Excusa y Recusación).
Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá realizar en el proceso
ningún acto, bajo sanción de nulidad. Aceptada la excusa o la recusación, la separación del
juez será definitiva aunque posteriormente desaparezcan las causales que las determinaron.
Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in limine cuando:
1. No sea causal sobreviniente;
2. Sea manifiestamente improcedente;
3. Se presente sin prueba en los casos que sea necesario; o
4. Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos”.
En el marco de la norma legal citada supra, y a partir de la interpretación teleológica del
rechazo in limine , la SCP 1347/2013 de 15 de agosto señaló que: “…en el marco de las
reglas del debido proceso, corresponde determinar los presupuestos para recusaciones
establecidos en las normas adjetivas vigentes. En ese contexto, es pertinente establecer que
los presupuestos procesales de las recusaciones en procesos penales, forman parte de las
reglas de un debido proceso y su vulneración, deberá ser tutelada a través de la acción de
libertad, siempre y cuando el acto lesivo se hubiere cometido como emergencia de la
imposición de una medida cautelar de carácter personal que esté directamente vinculado con
la libertad y se hubieran agotado todos los mecanismos intraprocesales de defensa
establecidos en la normativa imperante.
En este orden, debe señalarse que el Código de Procedimiento Penal, en el marco de las
reglas de un debido proceso, disciplina el trámite de recusación, señalando taxativamente en
su artículo 320 lo siguiente: 'La recusación se presentará ante el juez o tribunal que conozca
el proceso, mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba y acompañando la
documentación correspondiente'.
Asimismo, mediante Ley 007 de 18 de mayo de 2010, denominada 'Ley de Modificaciones al
Sistema Normativo Penal', en su artículo primero, se establece las reformas parciales al
Código de Procedimiento Penal, entre las cuales se encuentra la modificación al artículo 321
del mencionado Código, estableciendo esta ley para las excusas y recusaciones el siguiente
contenido textual: 'Producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá realizar
en el proceso ningún acto, bajo sanción de nulidad.
Aceptada la excusa o la recusación, la separación del juez será definitiva aunque
posteriormente desaparezcan las causales que las determinaron'.
Luego de este supuesto, de manera textual señala esta disposición: 'Las excusas y
recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando: 1. No sea causal sobreviniente; 2.
Sea manifiestamente improcedente; 3. Se presente sin prueba en los casos que sea
necesario; o 4. Habiendo sido rechazada sea reiterada en los mismos términos'.
Ahora bien, para el establecimiento de las reglas de un debido proceso en relación al tópico
de recusaciones, es imperante interpretar a la luz de pautas exegéticas, teleológicas y
sistémicas, la disposición legal antes señalada, en ese orden, a diferencia del anterior
régimen adjetivo aplicable en materia de recusaciones, esta nueva disposición, de acuerdo al
tenor literal, introduce un aspecto adicional, es decir el rechazo in límine de recusaciones,
disciplinando específicamente los requisitos para este fin.
[503]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En ese orden, en una interpretación literal del art. 321 de la Ley 007, acorde con pautas
teleológicas y sistémicas, se tiene que la prohibición de conocimiento de ulteriores actos
procesales una vez promovida la recusación, es un presupuesto aplicable para las
recusaciones formuladas en el marco del art. 320 del CPP; empero, considerando que el
rechazo in límine no contempla las causales del art. 320 del CPP, sino por el contrario, sus
presupuestos son distintos, del tenor literal del art. 321, se establece que no existe una
regulación normativa expresa del procedimiento de rechazo in límine de recusaciones
formuladas en procesos penales, razón por la cual, de acuerdo a pautas objetivas de
interpretación, a la luz del debido proceso, deberán interpretarse los postulados a seguirse.
En el contexto señalado, siguiendo un criterio teleológico de interpretación, se tiene que el
primer supuesto del art. 321 del CPP en el marco de las causales reguladas por el art. 320
del mismo cuerpo adjetivo, cuando establece la prohibición de realización de actos
procesales ulteriores bajo sanción de nulidad, tiene una finalidad concreta, que es asegurar
el principio de imparcialidad como elemento del debido proceso. Ahora bien, la finalidad de
establecer un rechazo in límine cuando se presenten los supuestos regulados en la
última parte del artículo 321 del CPP, los cuales por su naturaleza no se encuentran
contemplados en el artículo 320, de acuerdo a una pauta teleológica y sistémica, tiene
la finalidad de evitar dilaciones procesales indebidas y asegura así la consagración del
principio de celeridad como presupuesto de un debido proceso penal.
En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de un rechazo in
límine de recusaciones es el resguardo del principio de celeridad y por ende del plazo
razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar dilaciones procesales
indebidas, no sería coherente con esta interpretación teleológica, atribuirle a este supuesto
los mismos presupuestos disciplinados para la tramitación de recusaciones enmarcadas en
las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por cuanto, a la luz de esta interpretación
teleológica, es razonable señalar que en este supuesto (rechazo in límine), los jueces o
tribunales ordinarios, precisamente para asegurar esa celeridad procesal, en caso de
enmarcarse la recusación a una causal de rechazo in límine, deberán establecer de manera
previa y motivada este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del primer supuesto
disciplinado en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera inmediata con el
conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera
EN CUANTO AL JUEZ CAUTELAR DEMANDADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1017/2015-S2, Sucre 16 de octubre
de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
Con relación al Juez Primero de Instrucción en lo Penal del departamento de Chuquisaca, el
accionante considera que dicha autoridad judicial vulneró su derecho al debido proceso, por
haber prolongado su condición de aprehendido, más allá de los límites temporales previstos
por el ordenamiento jurídico, aspectos que se pasan a analizar:
Los antecedentes del proceso informan que, presentada la imputación formal el 12 de abril
de 2015 a horas 14:30, la autoridad judicial señaló audiencia para el 13 del mismo mes y año
a horas 11:00; es decir, dentro del plazo previsto por el art. 226 del CPP, para considerar la
aplicación de medidas cautelares, oportunidad en la que, el abogado del imputado, solicitó la
suspensión del acto argumentado que el justiciable manifestó su predisposición de
[504]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
someterse a proceso abreviado, pretensión que fue favorablemente atendida por el juzgador,
señalándose nuevo verificativo para el 14 del mismo mes y año a hrs. 10:00.
Se evidencia que, el 13 de abril de 2015, a hrs. 15:13, se suscribió el acuerdo de
sometimiento para procedimiento abreviado entre el imputado y el Ministerio Público.
Ahora bien, en audiencia instalada a hs. 11:50 del 14 de abril de 2015, el ahora demandado,
pronunció Sentencia condenatoria 09/2015, declarando al justiciable, autor y culpable del
delito de lesiones graves y gravísimas en accidente de tránsito, condenándolo a sufrir la pena
privativa de libertad de tres años en el Recinto Penitenciario de San Roque de Sucre,
habiendo, mediante providencia del 15 de igual mes y año, advertido de su error y al amparo
del art. 168 del CPP, dispuesto la libertad inmediata del condenado.
En este contexto, de lo expuesto se observa que la autoridad judicial demandada tomó
conocimiento de la aprehensión del ahora accionante, el 12 de abril de 2015, a horas 14:30;
por lo que, al sentir del art. 226 del CPP, tenía el deber de resolver su situación jurídica en el
plazo máximo de veinticuatro horas computables a partir de la remisión del aprehendido; es
decir, hasta horas 14:30 del 13 de abril del mismo año; consiguientemente, la audiencia de
13 de abril de 2015, ha sido fijada dentro del plazo previsto por la norma adjetiva penal, lo
que demuestra que el Juez Primero de Instrucción en lo Penal del departamento de
Chuquisaca, no vulneró los derechos alegados por el accionante.
En cuanto a la supuesta dilación en la sustanciación de la audiencia de medidas cautelares,
es menester indicar que el abogado del imputado el 11 de abril de 2015, previo a considerar
la medida cautelar, solicitó la suspensión de la audiencia con el argumento de que el
justiciable tenía intenciones de suscribir un acuerdo de sometimiento a proceso abreviado y
reunir en consecuencia los requisitos del REJAP, así como firmar un acuerdo con la víctima,
pretensión que fue concedida difiriendo el acto para el 14 de igual mes y año a horas 10:00;
por lo que, el retraso en todo caso es atribuible solo al accionante y no así a la autoridad
ahora demandada.
Finalmente, en cuanto a la situación jurídica del ahora accionante, se observa que; en
audiencia de 14 de abril, previa presentación de acuerdo para salida alternativa de
procedimiento abreviado, mediante Sentencia 09/2015, el Juzgador dictó Sentencia
condenatoria contra el imputado declarándolo autor del delito de lesiones graves y
gravísimas en accidente de tránsito, condenándolo a pena privativa de libertad de tres años,
concediendo el beneficio de suspensión condicional de la pena; sin embargo, omitió extender
el mandamiento de libertad correspondiente, error que subsanó mediante providencia de 15
de igual mes y año; es decir, dentro de un plazo razonable al amparo del art. 168 del CPP;
actuación que se enmarca dentro de la norma y que no justifica reproche alguno, por haber
sido subsanado con la celeridad del caso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El art. 403 del Código de Procedimiento Penal (CPP), dispone contra qué resoluciones procede el
recurso de apelación incidental y el art. 396 del citado Código, establece las reglas generales para los
recursos, señalando en su inciso 1) que estos tienen efecto suspensivo, salvo disposición contraria.
Por su parte, la jurisprudencia constitucional precisó cuándo el recurso de apelación incidental tiene
efecto suspensivo en etapa de juicio oral; en ese sentido la SC 0421/2007-R de 22 de mayo sostuvo
que: “…la resolución de las excepciones en la audiencia de juicio oral o en sentencia es una facultad
potestativa del tribunal; en ese sentido, si el Tribunal opta por la primera alternativa, deberá definir la
situación declarando probada o rechazando la excepción. En el primer caso, es decir, cuando se declara
probada la excepción, las partes pueden hacer uso de la apelación incidental señalada en el art. 403 inc.
2) del CPP, con los efectos previstos en el art. 396 inc. 1) del mismo Código; pues, en este caso, a
consecuencia de la resolución, se interrumpe el juicio oral y público. Así, tratándose de la excepción de
prejudicialidad, por disposición del art. 309 del CPP el juicio se suspende; en las excepciones de
incompetencia y litispendencia, se dispone la remisión de antecedentes al juez o autoridad llamada por
ley (arts. 310 y 313 del CPP); en la excepción de falta de acción se archivan las actuaciones (art. 312
del CPP), y en las excepciones de extinción de la acción penal y cosa juzgada, se declara la extinción
de la acción penal, disponiéndose el archivo de obrados (art. 313 del CPP).
En el segundo caso, es decir, cuando se rechace la excepción planteada, y se causa agravio, las partes
deberán reservarse el derecho de plantear la apelación o recurrir de la decisión adoptada, junto con la
sentencia, a través de la apelación restringida, debido a las siguientes razones de orden procesal:
1. Conforme se ha anotado precedentemente, el juicio oral debe desarrollarse sin interrupción, lo que
implica que los medios de impugnación deben ser racionalizados atendiendo a las características de
continuidad, inmediación y oralidad del juicio; características que se desnaturalizarían si las
resoluciones dentro del juicio oral fueran impugnadas en forma sistemática, provocando serias
disfunciones procesales.
Si se realizaría una lectura parcial de las normas contenidas en los arts. 403.2 y 396 del CPP,
aceptando la posibilidad de que las resoluciones que rechacen excepciones en el juicio sean apeladas
incidentalmente en efecto suspensivo, el juicio tendría que suspenderse, en muchos casos por meses,
desconociendo la previsión contenida en el art. 335 del CPP que establece en forma categórica los
casos en los que el juicio puede suspenderse, entre los que no figura la apelación de las excepciones
planteadas durante esta etapa, atentando contra el propio sistema acusatorio oral.
Por otra parte, si se aceptara la apelación de las resoluciones que rechacen las excepciones en efecto no
suspensivo, se provocarían irregularidades en la prelación de las resoluciones, pues, en la mayoría de
los casos, las sentencias serían pronunciadas antes que las resoluciones en apelación; situación que
aconteció, por ejemplo, en la problemática resuelta en la SC 1178/2005-R de 26 de septiembre.
(…)
2. La racionalización de los medios de impugnación, significa también que sólo deben ser recurribles
aquellas resoluciones que causen agravio, conforme a la norma general contenida en el párrafo segundo
del art. 167 del CPP, que determina: 'En los casos y formas previstos en este Código, las partes sólo
podrán impugnar, con fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u omisiones de
procedimiento que les causarán agravio'.
El requisito del agravio, denominado por la doctrina procesal como interés, gravamen o personalidad
del agravio, es uno de los elementos de la impugnabilidad subjetiva -junto al reconocimiento que hace
[506]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la ley a las partes para que pueden interponer el recurso-, que conforma el conjunto de requisitos
establecidos por la ley a los sujetos procesales, legitimándolos para recurrir.
El agravio significa que las partes sólo pueden impugnar aquellas decisiones que les resulten
desfavorables, requiriéndose que la decisión cause un perjuicio efectivo y objetivo; perjuicio que será
medido comparando la situación del recurrente antes y después de la decisión; esto con la finalidad de
evitar la proliferación de impugnaciones y la sobrecarga procesal de los tribunales de apelación.
Conforme a lo anotado, la decisión que rechace las excepciones en el juicio oral no causan un perjuicio
efectivo y objetivo a las partes, debido a que su situación jurídica, con el rechazo de la excepción, no se
vería modificada, al mantenerse las condiciones que se tenían antes de emitirse la resolución; toda vez
que será la sentencia la que en definitiva resuelva la situación jurídica de las partes dentro del proceso
y, a partir de ella, se determinará la conveniencia, por la existencia del agravio, de impugnar las
decisiones relativas a las excepciones planteadas. De ahí que será el tribunal del juicio, el que en
definitiva, en función de lo dispuesto por el art. 345 del CPP, pueda decidir si las cuestiones
incidentales serán tratadas en un solo acto o en sentencia; pues lo que realmente importa es que todas
las decisiones sobre los incidentes, incluidas las excepciones, que se presenten en el juicio, sean
plasmadas en sentencia, conforme lo exige el art. 360 del CPP, con relación al art. 359.
Consecuentemente, al momento de resolver en la audiencia de juicio las excepciones o incidentes, será
suficiente que las mismas, sean resueltas en forma oral, debido a que, conforme lo determina el art. 371
del CPP en el acta del juicio oral quedan registradas, entre otros aspectos, las solicitudes y decisiones
producidas en el curso del juicio, las objeciones de las partes y sus protestas de recurrir; lo que abre la
posibilidad de que estos aspectos sean impugnados a través del recurso de apelación restringida, como
lo establece expresamente el art. 407 del CPP.
De lo anotado se concluye que en el juicio oral no es posible interponer el recurso de apelación
incidental para impugnar las resoluciones que rechacen excepciones, sino que las partes podrán
reservarse el derecho de recurrir una vez pronunciada la sentencia cuando exista agravio” (las negrillas
nos corresponden).
EN LA NUEVA VISIÓN CONSTITUCIONAL, EXISTEN DELITOS QUE POSEEN UN
TRATAMIENTO ESPECÍFICO, RESPECTO A SU PRESCRIPCIÓN Y A LA IMPUNIDAD
S.C.P. 0140/2014 - Sucre, 10 de enero de 2014
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE IMPLICITO
F.J.III.6.1. “El Juez Segundo de Instrucción en lo Penal, a través de la Resolución 966/2012,
(ahora impugnada,) resolvió declarar improcedente la extinción de la acción penal formulada
por los imputados Víctor Otto Laime Veizán, Álvaro Javier Martínez Laime y Wara Tabita
Guevara Terán, fundamentando en su segundo Considerando que de acuerdo a los arts. 29,
30 y 31 del CPP y las SSCC 1510/2002-R y 0023/2007-R, la extinción de la acción penal no
se produce de manera mecánica o automática, por lo que antes tiene que acreditarse que el
tiempo transcurrido no es atribuible a la conducta dilatoria del imputado y de conformidad al
libro de control de investigación y de los actuados judiciales, se evidenció que la dilación en
la tramitación del proceso penal fue atribuible a los imputados Víctor Otto Laime Veizan,
Víctor Michel Laime Rocha y Álvaro Javier Martínez Laime (ahora accionantes)…´
Asimismo, la autoridad ahora demandada, en la Resolución 966/2012, refiere que uno de los
aspectos fundamentales a considerar, es la SC 1907/2011-R que señala: “Desde la nueva
visión constitucional, existen delitos cuya inocuidad merece un tratamiento
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
específico, respeto a la variable 'tiempo', por una parte, se prevé que a estos ilícitos no
les afecte el transcurso del tiempo, y por otra, que en ningún caso pueda admitirse su
impunidad. Estas premisas se aplicarán al caso concreto, limitando los beneficios
procesales para el encausado y ampliando las formas y plazos para los tribunales de
justicia” (las negrillas nos pertenecen). En el caso presente se trata de un delito de
asesinato producido contra una menor de dieciséis años, lo que significa que el bien jurídico
protegido a través del art. 15.I de la CPE, es “la vida”, a la cual se atentó, así sea por
encubrimiento de este delito. En consecuencia, la autoridad judicial demandada, al
considerar las solicitudes de extinción de la acción penal, tomó en cuenta las circunstancias
procesales, como el delito en el que se solicitó la misma, en cualquiera de sus modalidades,
en mérito a ello dispuso la continuidad de las investigaciones conforme a derecho,señalando
audiencia conclusiva para considerar exclusivamente incidentes de exclusión probatoria.
Ante esta Resolución y habiendo sido notificados con la misma, los accionantes, solicitaron
explicación y enmienda del referido fallo, por lo que mediante Auto complementario de 15 de
octubre de 2012, el juez a quo ratificó la improcedencia de la extinción de la acción penal por
prescripción.”.
Precedente.- SC 1907/2011-R
[508]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior'.
En ese contexto, se advierte que el recurso de apelación de medidas cautelares es de
naturaleza sumaria, que una vez interpuesto el mismo, las actuaciones pertinentes deben ser
remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia en el término de veinticuatro horas, a
efectos de que el tribunal ad quem, sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia
dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones y por ese mismo diseño
procesal la SC 0160/2005-R estableció la necesidad de su agotamiento previamente al
planteamiento de la acción de libertad”.
Así entendida la jurisprudencia constitucional precedente, se tiene que ante la revocatoria de
una medida sustitutiva a la detención preventiva, se debe apelar tal determinación, por
cuanto la modificación de esa medida cautelar de carácter personal debe ser previamente
impugnada en la jurisdicción ordinaria a través del recurso de apelación incidental previsto en
el art. 251 del Código de Procedimiento Penal (CPP), por cuanto el acudir directamente ante
la vía de la acción de libertad significa no activar la vía idónea que el ordenamiento jurídico
prevé”.
Precedente.- SC 0710/2011-R de 16 de mayo.
[509]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “…la SC 0710/2011-R de 16 de mayo, se señaló que: “El Código de procedimiento
penal, dentro del sistema de recursos que dispensa a las partes, prevé el de apelación
contra las resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que
se muestra como un recurso sumario, pronto y efectivo…’
No cabe duda que recurso de apelación aludido, dada su configuración procesal, es un
recurso idóneo e inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho
a la libertad de los imputados, en el que el tribunal superior tiene la oportunidad de corregir,
en su caso, los errores del inferior invocados en el recurso…’
Conforme a la jurisprudencia glosada precedentemente, para que se abra la tutela que
brinda la acción de libertad, es necesario que las resoluciones que impongan, modifiquen o
rechacen la aplicación de medidas cautelares de carácter personal sean previamente
impugnadas a través del recurso previsto en el art. 251 del CPP…”
Precedente.- SC 0710/2011-R de 16 de mayo.
[510]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
considerar este beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días
hábiles como máximo, pues el imputado se encuentra privado de su libertad. En este
entendido, el plazo razonable para la realización de la audiencia de análisis, consideración y
resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva, será el término máximo
antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración
del derecho a la libertad, en el entendido en que los jueces no pueden obrar contra los
derechos fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el
argumento de existencia de sobrecarga procesal, para justificar una negligencia e
incumplimiento de un deber de servicio a la sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo especifico determinado por ley para que el
juez señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva,
es necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el
art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido,
habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse
el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo,
bajo sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento.
Lo anterior, constituye una modulación de la sub regla establecida en el inc. b) del
Fundamento Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para
fijar audiencia, el que queda determinado según lo señalado supra; vale decir tres días
hábiles”
Precedente.- SCP 0110/2012 de 27 de abril.
[511]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dicha formalidad, como la falta de los recaudos de ley, no pueden ser óbice para dilatar su
tratamiento y menos para devolver obrados por ese motivo postergando su consideración. En estas
circunstancias, corresponde resolver el recurso con la celeridad necesaria conforme a los plazos
establecidos en la ley y en la jurisprudencia. El tribunal de alzada, podrá imponer el cumplimiento de
la omitida formalidad previa notificación a las partes en el Juzgado de origen” (las negrillas son
agregadas).
(…)
En ese orden, desde una interpretación de y conforme a la Constitución, cabe hacer referencia que la
Norma Suprema en el art. 178.I de la CPE, contempla el principio de gratuidad como un principio
rector de la administración de justicia. Sobre este principio, la SCP 0286/2012 de 6 de junio,
reiterando lo señalado por la SC 1739/2011-R de 7 de noviembre, determinó que: ‘No obstante que la
Ley 025 de 24 de junio de 2010 (Ley del Órgano Judicial), establece que será progresiva la gratuidad
en la tramitación de las causas en cuanto a la provisión de cédulas, papeletas valoradas de apelación,
formularios de notificación, hojas bond, timbres de ley y otros, la autoridad jurisdiccional no puede
paralizar la prosecución del proceso por esa circunstancia, por cuanto en los hechos implica
dilación procesal indebida que atenta no sólo contra una de las partes afectada directamente, sino
contra todo el sistema procesal diseñado en el nuevo texto constitucional” (las negrillas y subrayado
son nuestras).
En el marco señalado, el art. 10 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), inspirado en este principio
rector ha establecido la siguiente regulación: “(SUPRESION DE VALORES Y ARANCELES
JUDICIALES). En atención del principio de gratuidad proclamado en la presente Ley, queda
suprimido y eliminado todo pago por concepto de timbres, formularios, y valores para la
interposición de cualquier recurso judicial en todo tipo y clase de proceso, pago por comprobantes
de caja del Tesoro Judicial y cualquier otro tipo de pago que se grave a los litigantes” y en su
Disposición Transitoria Décima Segunda, puntualiza que: “La supresión de valores y aranceles
judiciales a favor de los litigantes según lo establece el Artículo 10, será de aplicación progresiva
conforme lo determine el Tribunal Supremo de Justicia” (las negrillas y subrayado son nuestras).
(…)
En este contexto, es necesario señalar que los recaudos de ley, no pueden constituirse en un
mecanismo que obstaculice la celeridad en el trámite del recurso de apelación incidental de la
Resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, en razón a que la norma
fundamental ha introducido el principio de gratuidad, que debe ser reflejado y plasmado de manera
progresiva, ello impele a que en observancia del principio de celeridad, la autoridad judicial
competente guíe su actuación con la debida diligencia a efectos de cumplir con los plazos procesales
previstos en el procedimiento penal, descartando toda actuación pasiva u omisión que implique un
obstáculo o una dilación indebida en el tratamiento de las solicitudes y recursos vinculados con la
libertad personal. Al mismo tiempo, en tanto el principio de gratuidad se plasme en su integridad en
la administración de justicia, finalidad a la que debe estar orientada la política y gestión pública,
corre a cargo de la parte procesal proveer los recaudos correspondientes, concretamente al apelante,
para que todas las actuaciones necesarias sean remitidas al Tribunal de apelación, recaudos que
deberán ser proporcionados de manera inmediata a efectos que se remitan las actuaciones pertinentes
en el plazo previsto por la norma procesal; en cuyo mérito, corresponde exigir a la parte procesal
una conducta que demuestre una actuación acorde con el principio de celeridad, así como una
[512]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
actitud de lealtad procesal con el sistema de administración de justicia en el diligenciamiento de los
recaudos referidos (las negrillas y el subrayado pertenecen al texto original).
[513]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Constitución Política del Estado en consecuencia, el principio se asienta en la
seguridad jurídica (artículo 7 inciso a) de la Constitución Política del Estado), en la
medida en que el individuo puede prever sus actos y las consecuencias jurídicas de
los mismos.
Este principio no se agota en la clásica formulación elaborada por Feuerbach: ´Nullum
crimen, nulla poena sine previa lege`, sino que actualmente se presentan otros
requisitos que completan la formulación del principio, dotándoles de mayor exigencia
y contenido, como son los principios de ´taxatividad`, ´tipicidad`, ´lex escripta` y
especificidad.
El principio de tipicidad desarrolla el principio fundamental ´nullum crimen, nulla
poena sine lege`, se aplica como la obligación de que los jueces y Tribunales apliquen
la ley sustantiva debidamente enmarcando la conducta del imputado exactamente en
el marco descriptivo de la ley penal a efectos de no incurrir en calificación errónea que
afecte al debido proceso y devenga en defecto absoluto insubsanable.
Será el intérprete -juzgador- que deberá concretar el sentido de la norma legal,
mediante una valoración que tome en cuenta los códigos, leyes o el orden normativo al
que remite la norma legal. El artículo 55 de la ley 1008 (transporte) se halla inmerso
en la descripción del artículo 48 en relación al artículo 33 inciso m) de la misma, a
efectos de la aplicación de una u otra norma se deben aplicar los principios de
´especificidad` y ´favorabilidad` porque este tipo penal contiene una sanción menor al
de tráfico. (Auto Supremo Nº 215 de 28 de junio de 2006)”.
Ahora bien, precisados los precedentes invocados en el recurso, es menester señalar
en cuanto al delito de Estafa inserto en el art. 335 del CP, que éste se configura
como un fraude manifiesto; por el cual, se induce a otro en error con artificios y
engaños que según los principios doctrinarios es todo comportamiento positivo con
que se falsea la verdad en lo que se hace, dice o promete y que encierra una
concreta situación para inducir a otro en error, despertándole una conciencia
ilusoria; así, el artificio es el disimulo, cautela, doblez que según la real Academia es
el medio hábil y mañoso para lograr algún intento. El engaño a su vez importa
astutamente sacar algo; estos elementos componen lo esencial del delito de Estafa
que provoca en error a la víctima, que se basa en la falsa o incorrecta apreciación
para establecer la determinación, siendo de considerar que en el caso presente el
Tribunal de Sentencia estableció que el imputado con engaños, artificios, simulando
montar un negocio familiar de venta de repuestos y accesorios de computadoras,
que generaría utilidades mensuales de doscientos a trescientos dólares, utilizó esta
oferta como medio de inducción en error, provocando en la víctima el
desprendimiento patrimonial de diez mil dólares y con esta actitud creó en el
demandante una falsa expectativa obteniendo de él una ventaja económica indebida
en su provecho, en detrimento del patrimonio de la víctima, sin que a la fecha de la
denuncia (cinco años) recibiera las utilidades prometidas y mucho menos la
devolución del dinero, denotando con dicha conducta que el recurrente adecuó su
conducta al delito de Estafa.
Efectuadas estas precisiones, se tiene en el caso presente que efectivamente el
proceso no se originó a raíz de la suscripción de un contrato de préstamo de dinero
tal como se establece tanto en la acusación pública como particular, simplemente se
hace mención a la existencia de un recibo que data del 18 de mayo de 2011,
mediante el cual el imputado le ofrecía a la víctima un vehículo con placa de control
1403EXR, motorizado que resultó ser de otro propietario, motivo por el que se inició
[514]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el presente proceso; en ese entendido, es de precisar que en el presente motivo se
señalan dos precedentes referidos al debido proceso penal y la prohibición de
penalizar el cumplimiento de un contrato privado; de ahí que es preciso establecer
que el delito de Estafa, no emerge de la suscripción de un contrato, tal como se
establece en los hechos; y por otro lado, si bien se suscribió un recibo en el cual se
comprometía a pagar lo adeudado con la garantía de un vehículo el cual no era de
su propiedad, esta situación no implica la imposibilidad de que concurra el delito
acusado de estafa, pues conforme se estableciera precedentemente, el Tribunal de
Sentencia al emitir el fallo, estableció claramente la concurrencia de los distintos
elementos constitutivos del tipo penal previsto y sancionado por el art. 335 del CP;
asimismo, el Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación restringida
formulado por el imputado, concluyó que la Sentencia cumplió con los requisitos
previstos por el art. 360 del CPP; por lo que, el Auto de Vista impugnado no incurrió
en contradicción con los referidos precedentes, al no tratarse de una similar
situación de hecho, habida cuenta que en aquel caso se advirtió la inconcurrencia
del elemento engaño a diferencia del caso de autos, en el que se acreditó con la
actividad probatoria desplegada por la parte acusadora, que el imputado a través del
engaño y dolo logró que la víctima realizara un acto de disposición patrimonial.
Al respecto, debe tenerse presente que la concurrencia de contratos en actos de
disposición no conlleva necesariamente la existencia de una relación jurídica
material de orden civil, pues, entre los distintos tipos de Estafa encontramos uno
especialmente sensible cual es la estafa realizadas mediante la contratación
simulada en perjuicio de otro de algún negocio jurídico. El supuesto de este tipo de
estafa consiste en simular un contrato o un negocio jurídico cuyo incumplimiento
determina que se produzca un perjuicio directo en el patrimonio ajeno como
consecuencia del acto de disposición patrimonial del contratante que ha sido
engañado. Este supuesto es denominado como “negocio jurídico criminalizado” o
“contrato criminalizado”, que se configura a través de la celebración de un contrato o
negocio jurídico con la clara y absoluta intención de incumplirlo, aspecto que ya fue
dilucidado por este Tribunal de Casación a través del Auto Supremo 134 de 11 de
junio de 2012.
Así, desde esta perspectiva, es posible la consumación del delito de estafa a través
de la celebración de contratos, donde el sujeto activo sabe, desde el momento en el
que plantea la negociación contractual o antes, que no cumplirá la contraprestación
que le incumbe, de modo que la criminalización de los negocios se produce cuando
el propósito defraudatorio se concibe antes o en el momento de la celebración del
contrato y es capaz de cambiar la voluntad del otro contratante que realmente desea
llevar a buen término el negocio jurídico concertado, aspecto en el que se diferencia
de un mero incumplimiento contractual civil donde concurre simplemente un dolo
posterior; es decir, cuando no existe dicha intención de engañar de manera previa o
consecuente a la firma de los diferentes contratos o documentos, en estos casos los
hechos podrán definirse como un incumplimiento contractual de trascendencia civil,
pero no como un delito de estafa. Precisamente, respecto del momento en el que
debe aparecer el engaño en la dinámica defraudatoria del agente, se ha dicho que el
artificio engañoso sobre la víctima tiene que anteceder o ser concurrente, no
pudiendo ser valorado penalmente el denominado "dolo subsequens" de orden civil,
esto es, el sobrevenido y no anterior a la celebración del contrato de que se trate.
[515]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Como se tiene dicho precedentemente, en el caso de autos la voluntad previa del
recurrente de incumplir lo pactado quedó de relieve al firmar un recibo para cumplir
lo adeudado y finalmente al conocerse que el vehículo en garantía no era de su
propiedad, se consolida la operación engañosa y dolosa del imputado.
Consiguientemente, la línea divisoria entre el dolo penal y el dolo civil en los delitos
contra el patrimonio es la tipicidad, de modo que únicamente si la conducta del
agente se subsume en el tipo penal de estafa es punible la acción; ello no supone –es
fundamental precisarlo a través de esta resolución- criminalizar todo
incumplimiento contractual, cuando el ordenamiento jurídico establece remedios
para restablecer la norma infringida cuando es conculcado por vicios puramente
civiles. La tipicidad es la verdadera enseña y divisa de la antijuricidad penal,
quedando fuera de ella el resto de las ilicitudes para las que la “sanción” no es
precisamente la penal. Solo así se salvaguarda la función del derecho penal, como
última ratio y el principio de mínima intervención que lo inspira. Siendo la acción
típica cuando el autor simula un propósito serio de contratar cuando, en realidad,
sólo pretende aprovecharse del cumplimiento de las prestaciones a que se obliga la
otra parte, ocultando a ésta su decidida intención de incumplir sus propias
obligaciones contractuales, aprovechándose el infractor de la confianza y la buena fe
del perjudicado con claro y terminante ánimo inicial de incumplir lo convenido, al
servicio de un ilícito afán de lucro propio, desplegando unas actuaciones que desde
que se conciben y planifican prescinden de toda idea de cumplimiento de las
contraprestaciones asumidas en el seno del negocio jurídico bilateral.
De lo expuesto precedentemente, se establece que en el caso de autos no concurre
contradicción entre el Auto de Vista impugnado y los precedentes invocados, en los
términos señalados por el recurrente al no ser evidente que se penalizó el
incumplimiento de un contrato privado de supuesto carácter civil, como tampoco la
vulneración de la garantía del debido proceso respecto de la tipicidad del delito de
Estafa.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
engaño, abuso de confianza, o cualquier otro medio, despojare a otro de la posesión o
tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea
que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o
expulsando a los ocupantes, incurrirá...’,
Que, de la norma transcrita se desprende que no necesariamente debe exigirse el
cumplimiento de todos los elementos establecidos, debiendo la conducta del imputado
subsumirse en uno de los elementos ya sea al¡ de la posesión o tenencia de un
inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que se
produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él’.
Que, los Tribunales del país en materia penal deben tener presente al realizar la
subsunción de las conductas acusadas de ilícitas tomando en cuenta la estructura de
la ‘teoría del delito’ y de cada uno de los elementos del delito de acuerdo a
la ‘Escuela Moderna del delito’ basada en la Escuela ‘finalista del delito’ y
la ‘Teoría del riesgo’, a fin de no caer en ‘errores injudicando’ tal el caso de la
sentencia y de Autos en que se incurre en error de interpretación penal al exigir la
concurrencia de algunos elementos del tipo objetivo y obviar otros, violando el
principio rector del sistema penal como es el de ‘legalidad’ y del ‘debido
proceso’ ” (sic).
El Auto Supremo 231/2006 de 4 de julio, proviene del delito Apropiación
Indebida, en la Sentencia de grado, se absolvió al imputado, la misma fue
confirmada por el Tribunal de alzada, en casación se denunció como agravio entre
otros errónea aplicación de la ley sustantiva, con el argumento de que el hecho no
constituye delito y previamente debió acudirse a la vía civil, en el análisis del
recurso de casación, se estableció que hubo evidente infracción a la norma penal
sustantiva respecto a la subsunción del hecho (base fáctica) al tipo penal de
Apropiación Indebida; y, utilizando el juicio de imputación objetiva se llegó a
establecer que los elementos objetivos del tipo penal indicado son: a) Apropiarse de
una cosa mueble ajena o valor ajeno; b) Que la conducta de apropiarse sea en
provecho de si o de tercero; c) Que el autor tuviera la posesión o tenencia legítima
del bien; y, d) Que la posesión del bien implique la obligación de entregar o devolver,
elementos que no se dieron en el caso, el Auto Supremo dejó sin efecto el Auto de
Vista impugnado emergiendo la siguiente doctrina legal aplicable: “La doctrina legal
existente establece que es imprescindible que el juzgador realice adecuadamente el
trabajo de subsunción del hecho (base fáctica) con el tipo penal en el que se subsuma
la conducta tachada de delictiva, lo contrario daría lugar al denominado caso
de ‘atipicidad’ o conducta no delictiva en el Código Penal, para este efecto y de
acuerdo al giro positivo sufrido por el Código Penal a partir del año 1997 es necesario
establecer la conducta final del imputado siendo para este efecto preciso determinar:
1.- La creación de un riesgo jurídico-penalmente relevante o no permitido. 2.- La
realización del riesgo imputable en el resultado y 3.- La concurrencia de todos los
elementos objetivos y subjetivos en la conducta del agente con el tipo de injusto
imputado. En el primer aspecto deberá constatarse si la conducta del agente
genera ‘riesgo ilegal o no permitido’. Para ello habrán de valorarse en primer lugar
las normas administrativas de control de la actividad en que se desenvuelve el
imputado, respecto al segundo aspecto esa conducta generadora de riesgo ilegal debe
dar lugar a la vulneración de un bien jurídico, consecuentemente a la subsunción del
hecho a un determinado tipo penal, de lo contrario y ante su inexistencia dará lugar a
la ‘falta de tipicidad’ en la conducta del agente y finalmente en el tercer aspecto es
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imprescindible la concurrencia de todos los elementos del tipo de injusto, objetivos y
subjetivos, detallados en el tipo penal en el cual se pretende subsumir la conducta del
imputado, su no concurrencia da a lugar a la ‘falta de tipicidad’, tal el caso de Autos
en que no se establece en la conducta del agente ‘generación de riesgo ilegal’ o
relevante penalmente de acuerdo a la segunda base fáctica por la que fue juzgado,
dando lugar a ausencia de ‘relación de causalidad’ entre su conducta final y el
resultado (vulneración del bien jurídico), consecuentemente, su conducta no se
subsume en el tipo penal de ‘apropiación indebida’ por el que fue condenado
ilegalmente además de no existir todos los elementos del tipo de injusto
de‘apropiación indebida’ en la conducta del imputado ”.
En cuanto a los Autos Supremos 329/2006 de 29 de agosto y 315/2006 de 25 de
agosto, ambos se pronunciaron sobre el delito de Tráfico de Sustancias Controladas
y determinaron de igual manera la errónea subsunción de la conducta en el tipo
penal, cuya doctrina legal determinó que se incurre en violación al “principio
de legalidad” al no calificarse adecuadamente la conducta ilícita del imputado en el
tipo penal correcto.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Gutiérrez José Manuel y Rodríguez, Campos Alexander. Lógica Jurídica y Motivación
de la Sentencia Penal. Editorial Jurídica Continental. San José-Costa Rica 2003.
2da. Edición. Pág. 91). En el ordenamiento jurídico boliviano, el sistema de
valoración de la sana crítica, se encuentra establecido en el art. 173 del CPP, que
refiere: "El juez o tribunal asignará el valor correspondiente a cada uno de los
elementos de prueba, con aplicación de las reglas de la sana crítica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales les otorga determinado
valor, en base a la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial
producida"; lo que implica, que el juzgador debe observar las reglas fundamentales
de la lógica, la psicología y la experiencia en la emisión de la Sentencia, que podrá
ser impugnada, cuando la parte considere que no fueron aplicadas correctamente.
Consiguientemente, ante la denuncia de errónea valoración de la prueba por la
incorrecta aplicación de las leyes del pensamiento humano respecto a la sana
crítica, que además deberá contener necesariamente la identificación de cuáles los
elementos de prueba incorrectamente valorados, así como la solución pretendida; el
Tribunal de alzada, verificará si los argumentos y conclusiones de la Sentencia,
reúnen los requisitos para ser considerados lógicos, y de evidenciar el reclamo,
determinará la nulidad de la Sentencia y la reposición del juicio, ante la prohibición
de corregir directamente el defecto, conforme dispone el art. 413 del CPP; en cambio
de resultar incorrecta la denuncia, dispondrá su rechazo y confirmará lo resuelto en
Sentencia por el A quo.
Descriptor: Errónea valoración de la prueba
Restrictor: Obligación de la carga argumentativa del apelante en la vulneración de
las reglas de la sana crítica
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vencer la resistencia de la víctima; evidenciándose así que se cometieron errores de
tipeo que no privan de validez a las conclusiones. En cuanto al reclamo relativo a
que el art. 353 no está compuesto por los incs. “3), 3) y 7)”, habiéndose establecido
que se trata de un lapsus calami en la transcripción, y que en realidad se hizo
alusión al delito de Asesinato, descrito y sancionado en el art. 252 del CP, se verifica
que este tipo penal está compuesto por siete incisos, aclarándose así la confusión
con la que tropezaron los recurrentes y que no constituyen defectos absolutos tal
cual fue aseverado en el recurso de casación; consecuentemente, corresponde
declarar infundado el motivo examinado.
Descriptor: Error de transcripción/Lapsus calami
Restrictor: no amerita nulidad si se entiende el verdadero sentido en el texto de la
resolución
[520]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de Lesiones Graves y Leves, quedó del siguiente modo: “Se sancionará con privación de
libertad de tres (3) a seis (6) años, a quien de cualquier modo ocasione a otra persona un
daño físico o psicológico, no comprendido en los casos del artículo anterior, del cual derive
incapacidad para el trabajo de quince (15) hasta noventa (90) días. Si la incapacidad fuere
hasta catorce (14) días, se impondrá al autor sanción de trabajos comunitarios de
uno (1) a tres (3) años y cumplimiento de instrucciones que la juez o el juez
determine. Cuando la víctima sea una niña, niño, adolescente o persona adulta mayor
la pena será agravada en dos tercios tanto en el mínimo como en el máximo”
(resaltado propio); es decir, en la última modificación se agrega persona adulta mayor, en lo
demás el contenido de la Ley 348 se mantiene.
Respecto a lo cual, dicho Tribunal concluyó que la Juez de mérito, habiendo sostenido su
razonamiento condenatorio en la aplicación de la segunda parte del art. 271 de la Ley 1768
de 10 de marzo de 1997 (vigente antes de las modificaciones descritas), omitió explicar las
razones por las que consideró su aplicabilidad, soslayando que el referido artículo sufrió una
modificación por la Ley 348 y después, por la Ley 369; en cuyo contexto, determinó que la
impugnación con relación a la carencia de apreciación concreta de los hechos y cómo estos
se subsumieron en el tipo penal del art. 271 del CP, contaba con sustento legal, dado que no
sería aplicable la Ley 1768, sino por ser más favorable la Ley 369, porque no establece pena
privativa de libertad, siendo correcto que la acusada sea juzgada y condenada bajo dichos
parámetros, no siendo condenable a pena privativa de libertad sino a trabajos comunitarios,
“…siempre y cuando se haya demostrado el hecho ilícito y la participación de la acusada en el
ilícito para ser sancionada con trabajos comunitarios” (sic), habiendo sostenido dicha postura
en los principios de legalidad y de irretroactividad de la leyes penales desfavorables,
reconocidos en la Norma Fundamental y el Código Penal, que reconocen la retroactividad de
las leyes cuando son favorables al imputado, aclarando que si bien la conducta de la
recurrente no resulta atípica, pero por la levedad de la conducta hace que sea sancionado
con trabajos comunitarios, por lo que es previsible aplicar la ley más favorable por el principio
de favorabilidad; en consecuencia, la Jueza de Sentencia, obró incorrectamente aplicando la
ley sustantiva que no le corresponde en un marco de una sindéresis jurídica, menos explicó
por qué aplicó la ley penal con sanción desfavorable; es decir, la ultractividad de la ley penal
desfavorable.
El razonamiento expuesto por el Tribunal de apelación, está debidamente enmarcado en la
aplicación directa de la Constitución Política del Estado que expresamente reconoce en el art.
123 que la ley dispone para lo venidero y no tendrá efecto retroactivo, obedeciendo a los
principios de legalidad y seguridad jurídica; empero, dispone en materia penal, entre otras, la
excepción a la regla de irretroactividad cuando prevé la aplicación de la ley más favorable a la
imputada o imputado, en coherencia con lo establecido en el art. 116.II de la misma Norma
Fundamental que establece que cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho
punible, lo que es acogido y consolidado con la interpretación efectuada en la Sentencia
Constitucional Plurinacional 770/2012 de 13 de agosto, al establecer: “ Se aplica la norma
penal sustantiva vigente al momento de cometer el acto presuntamente delictivo. Por el
principio de seguridad jurídica se encuentra vedada la aplicación retroactiva de la ley penal
más gravosa de forma retroactiva en cuyo caso debe aplicarse la ley penal sustantiva vigente
a momento de cometer el ilícito de forma ultractiva.
[521]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ESTABLECIMIENTO DE HECHOS FÁCTICOS LO QUE CONSTITUIRÍA
REVALORIZACIÓN DE LA PRUEBA
AUTO SUPREMO Nº 340/2017-RRC
Sucre, 17 de mayo de 2017
Reclaman los recurrentes que el Tribunal de alzada al resolver el agravio referido a la errónea
aplicación de la norma sustantiva, había establecido sus propios hechos fácticos señalando
que: los imputados transfirieron la fracción de terreno a favor de Jorge Martínez Coa y Alicia
García Soto: “dando la apariencia que al momento de esa transferencia no existía el supuesto
documento falso”, también habría establecido que: “se consolidó la espuria transferencia con
la entrega del referido testimonio a los compradores”, además que su conducta típica fue
ratificada por segunda vez dentro del proceso agrario de mejor derecho en el que los
compradores presentaron el testimonio de declaratoria de herederos, argumentos que a sus
criterios constituirían revalorización de la prueba.
Como una consideración previa antes de ingresar a resolver la problemática planteada
mediante la labor de contraste entre el precedente citado con el Auto de Vista recurrido,
corresponde señalar que el recurso de casación es un mecanismo de impugnación que se
encuentra garantizado por la Constitución Política del Estado y regulado por la Ley, así la
Constitución Política del Estado, en el marco de las garantías recogidas, establece el principio
de impugnación en su art. 180.II, como un medio eficaz para buscar el control de la actividad
de los administradores de justicia, precautelando la vigencia de los derechos y garantías
constitucionales, esto es la aplicación correcta de la norma sustantiva como adjetiva. En ese
contexto normativo, este Tribunal ha reiterado constantemente en sus exámenes de
admisibilidad que el art. 416 del CPP, establece que el recurso de casación procede para
impugnar autos de vista dictados por los Tribunales Departamentales de Justicia, que sean
contrarios a otros precedentes pronunciados por las Salas Penales de estos Tribunales o del
Tribunal Supremo de Justicia, entendiéndose que existe contradicción, cuando en una
situación de hecho similar, el sentido jurídico que se asigna al Auto de Vista impugnado no
coincide con el o los precedentes invocados, sea por haberse aplicado normas distintas o una
misma norma con diverso alcance, pues debe tenerse presente que en el actual régimen de
recursos establecido por el Código de Procedimiento Penal, el recurso de casación tiene como
función que el Tribunal Supremo de Justicia desarrolle la tarea de unificar la jurisprudencia a
fin de asegurar la vigencia del principio de igualdad, de forma que todo ciudadano tenga la
certeza y seguridad que la norma procesal y sustantiva será efectivamente aplicada por igual.
De tal manera que, en la labor de verificación o contraste entre lo resuelto en un caso
concreto, con lo resuelto en los precedentes invocados, primero es necesario que, se
identifiquen plenamente la similitud de los supuestos de hecho, para que en segundo
término, se analice si el fundamento jurídico que da origen a la doctrina legal es aplicable al
caso examinado, correspondiendo hacer hincapié en que el precedente establecido por el
Tribunal Supremo o los Tribunales Departamentales de Justicia, es de estricta observancia
conforme impone el art. 420 del CPP, en los casos en que se presente una situación de hecho
similar, en coherencia con los principios de seguridad jurídica e igualdad.
En esa línea esta Sala Penal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de diciembre, ha
precisado que: “Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar, considera esta
Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo necesario precisar que
en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que el hecho analizado sea similar;
en cambio, en material procesal el supuesto fáctico análogo se refiere a una problemática
procesal similar”.
[522]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ahora bien, a los fines de resolver la problemática planteada necesariamente debe acudirse al
Auto Supremo invocado por los recurrentes, a objeto de verificar si se contradijo o no el
mismo. Es así que el Auto Supremo 236 de 7 de marzo de 2007, conforme se señaló en
el análisis del anterior motivo, fue dictado por la Sala Penal Primera de la extinta Corte
Suprema de Justicia, en la resolución de un recurso de casación en una causa seguida por los
delitos de Peculado, Falsedad Material, Uso de Instrumento Falsificado, Estafa y Engaño a
personas incapaces, donde constató que el Tribunal de alzada incurrió en errónea aplicación
de la ley sustantiva respecto al delito de Uso de Instrumento Falsificado, razón por el que el
entonces Auto de Vista recurrido fue dejado sin efecto; sin embargo, en el caso en examen,
no se presenta el mismo supuesto de hecho; toda vez, que el recurrente reclama una
cuestión de índole procesal en sentido de que el Tribunal de alzada habría establecido sus
propios hechos fácticos, lo que constituiría revalorización de la prueba, denuncia que no
guarda relación alguna con los fundamentos del precedente invocado, que estableció que: “ El
debido proceso se manifiesta en que las partes procesales gocen de los derechos y garantías
previstas para que la investigación y juzgamiento se desarrollen en el marco del respeto a los
derechos fundamentales de la persona, sea aquella el acusador particular o público, y el
acusado; precepto al que se suma el derecho a la seguridad jurídica, debiendo la actividad
jurisdiccional esmerarse para brindar a los administrados la seguridad que las decisiones se
enmarquen en los preceptos establecidos en la Constitución Política del Estado, Los Tratados
y Convenios Internacionales, y la Ley.
Los delitos para ser considerados como tales, deben reunir todas las condiciones exigidas
para cada tipo en el Código Penal y ser probado en juicio oral, público, contradictorio y
continuo, y en la fase de subsunción legal los Tribunales y Jueces de Sentencia, y
excepcionalmente los Tribunales de Apelación, deben tener el cuidado de observar que a la
ausencia de alguno de los elementos configurativos del tipo penal, no existe delito”.
Por los fundamentos expuestos y por la naturaleza del recurso de casación, queda establecido
que el precedente invocado respecto a este motivo no resulta aplicable al Auto de Vista
recurrido; toda vez, que no contiene una problemática similar; en consecuencia, deviene en
infundado.
[523]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Se tiene que analizar la capacidad de engañar (personalidad) del
acusado y también la capacidad para ser engañado (personalidad) de la víctima
ESTAFA (ART. 335 CP) / Necesaria causalidad entre los engaños y artificios,
empleando ardides o faltando a la verdad, que demuestren el dolo desplegado, y el
beneficio patrimonial que adquiere el sujeto activo o un tercero
AUTO SUPREMO Nº 531/2015-RRC-L
Sucre, 13 de agosto de 2015
Delitos: Estafa
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: De lo señalado se percibe la condición subjetiva; es
decir, el dolo usado para obtener un beneficio económico indebido, usando engaños,
artificios para provocar o fortalecer el error que inducen el acto de disposición.
Engaño que debe tener la idoneidad relacionada con las condiciones personales del
sujeto pasivo; los artificios en cambio, deben entenderse como las manipulaciones y
maniobras para agravar el falso juicio de la realidad. Tanto engaños como artificios,
deben provocar error en el sujeto pasivo o fortalecer el error en el que está y que
motiva a la disposición del patrimonio; es decir, a perder el poder o parte del mismo
sobre una cosa económicamente valorable. Desarrollando este tipo penal, el Auto
Supremo 59 de 27 de enero de 2007, estableció lo siguiente: " ... de acuerdo a la
doctrina penal el delito de 'estafa' objetivamente se perfecciona cuando el sujeto
activo -delincuente- realiza la lesión jurídica que ha pretendido; es decir que, con la
consumación se alcanza la objetividad jurídica que constituye el tipo especial de un
delito. De tal manera, en el delito de 'estafa' la consumación se produce en el
momento en que el sujeto activo obtiene el beneficio o ventaja económica al que hace
referencia el artículo 335 del Código Penal; La acción del agente debe consistir en
emplear artificios o engaños, es decir inducir a error al sujeto pasivo empleando
[524]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ardides o faltando a la verdad sobre la calidad, cantidad o veracidad de algo,
conductas que adquieren connotación jurídica cuando inducen a error determinado
a la víctima a dejarse sonsacar dinero u otro beneficio. El resultado es sonsacar a
otro dinero o beneficio o ventaja económica, lo que significa perjuicio al patrimonio.
Es por ello, que en la estafa el propio sujeto pasivo realiza la consumación, cuando
por error, artificios o engaños da una parte de su patrimonio a un tercero, para lo
cual se requiere que exista una relación de causalidad entre los artificios, engaños y
el sonsacamiento de dinero, beneficios o ventajas económicas”. Los referidos
razonamientos, determinan la necesaria causalidad entre los engaños y artificios,
empleando ardides o faltando a la verdad, que demuestren el dolo desplegado, y el
beneficio patrimonial que adquiere el sujeto activo o un tercero, en detrimento del
patrimonio del sujeto pasivo, inducido en error, o de un tercero.
Indice por Materia:
Descriptor:
Estafa (Art. 335 CP)
Restrictor:
Necesaria causalidad entre los engaños y artificios, empleando ardides o
faltando a la verdad, que demuestren el dolo desplegado, y el beneficio
patrimonial que adquiere el sujeto activo o un tercero
[525]
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patrimonio de la víctima.” ; los cuales son descritos en el precedente citado, Auto
Supremo 237 de 4 de julio de 2006, que una errada aplicación conduce a un error
in judicando. La doctrina legal sobre el delito de Estafa, que el mismo Auto Supremo
invocado determina cual su conceptualización y descripción al detallar el objeto, la
acción, resultado, tipicidad, antijuricidad y la especificación de los elementos
constitutivos del tipo penal; refiere un concepto más amplio de su tipicidad al
señalar: " ... que en la estafa el propio sujeto pasivo realiza la consumación, cuando
por error, artificios o engaños da una parte de su patrimonio a un tercero, para lo
cual se requiere que exista una relación de causalidad entre los artificios, engaños y
el sonsacamiento de dinero, beneficios o ventajas económicas, consecuentemente es
necesaria la existencia de dolo directo en el actuar del agente, su inconcurrencia
trae como consecuencia falta de tipicidad ..” de lo que se concluye por su contraste
la no concurrencia de contradicción con el precedente, mas al contrario establece los
lineamientos y razonamientos a aplicarse en los casos de delitos de Estafa para su
subsunción pero que requieren el cumplimiento de los otros requisitos que permitan
establecer esa correcta aplicación de la norma que en el caso presente no se lo
realizó; cumplimiento de requisitos que lógicamente dependerán de la valoración
probatoria, que realice el Tribunal de origen para su correcta subsunción en base a
las reglas de la sana crítica en sus elementos de la logicidad, experiencia y
psicología, que no permitan incurrir en una aplicación errada de la ley sustantiva.
Descriptor: Estafa elementos
Restrictor: a) Existencia de engaños o artificios, b) Relación de causalidad entre
conducta activa y resultado, c) El elemento psíquico o sea la voluntad de engañar y
d) El enriquecimiento del sujeto activo y la disminución del patrimonio de la víctima
[526]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Al respecto, la SCP 1755/2012 de 1 de octubre, reiterando la jurisprudencia sentada en la SC
1036/2002-R de 29 de agosto, dejó establecido que: “…un primer acercamiento a la
estructura del nuevo sistema procesal penal reflejada en el Código de Procedimiento Penal
-en ese entonces, recién promulgado-, se identificaron tres partes, como se cita a
continuación: 'El proceso consiste en una progresiva y continuada secuencia de actos. Así, el
Código procesal vigente, al igual que sus similares aludidos, con diversos matices configuran
el procedimiento ordinario del juicio penal en tres partes, a saber: 1) La Etapa Preparatoria;
2) La Etapa Intermedia y 3) El juicio propiamente dicho (oral y público)' (las negrillas fueron
añadidas); esta distinción básica sobre el camino del proceso penal desde el primer acto
hasta la emisión de sentencia, nos indica la primera aproximación sobre la posición de la
etapa intermedia, la que mereciendo su nombre, se ubica entre dos etapas procesales; y a
pesar de que el Código de Procedimiento Penal, no identificaba -y aún no lo hace- clara y
expresamente la etapa intermedia, esta se encontraba y se encuentra definitivamente
prevista en la normativa adjetiva penal entre los art. 325 al 328 del referido
procedimiento; o visto de otra forma, se encuentra ubicada de forma posterior a la etapa
preparatoria, a la finalización de su fase conclusiva (secuencialmente prevista desde el
art. 277 hasta el art. 324 del citado procedimiento); y, antes de que el proceso ingrese a la
etapa de juicio oral y público (a partir del art. 329 y ss. del CPP). Ahora bien, por definición, la
etapa intermedia del proceso penal es aquella parte del procedimiento en la que se
examina el resultado de la instrucción o investigación previa (etapa preparatoria) de un
suceso penal; este resultado bien puede tomar la forma de un sobreseimiento o una
acusación; y es en este último caso, en que se materializa el objetivo principal de la etapa
intermedia, cual es el de verificar que aquella acusación cumpla con los requisitos
mínimos de forma y contenido, prácticos y razonables para llevar la causa a un juicio
oral y público, momento esencial del proceso penal. Claus Roxin, citado por Ciro Añez
Nuñez, indica que: '…la importancia principal del procedimiento intermedio reside en su
función de control negativo: discutiendo la admisibilidad y la necesidad de una persecución
penal posterior por un juez independiente o por un tribunal colegiado en una sesión a puertas
cerradas, se pretende proporcionar otra posibilidad de evitar el juicio oral, que siempre es
discriminatorio para el afectado. De modo significativo, en todos los tribunales deciden sobre
ello sólo los jueces profesionales, a quienes la ley les atribuye mayor objetividad' (AÑEZ
NUÑEZ, Ciro, La etapa intermedia. Colección Jurídica El País Nº 35, Santa Cruz de la Sierra:
El País, 2010. ISBN: 978-99954-39-81-1. p. 35).
Nuestro procedimiento penal, producto de un profundo cambio a nivel internacional originado
en la búsqueda del fortalecimiento del Estado de Derecho, previno desde un principio, pero
no de forma nominal, esta etapa procedimental; sin embargo, las modificaciones anteriores a
la vigencia plena del Código de Procedimiento Penal, entre ellas, la modificación de su art.
325, no permitieron que la acusación en si misma sea objeto de revisión en audiencia
conclusiva, sino sólo aquellas circunstancias previstas por el art. 323 inc. 2) del CPP. Es a
partir de la Ley 007, que nuevamente se modifica el procedimiento penal, permitiendo que el
requerimiento conclusivo de acusación presentado por el Fiscal (representante del Ministerio
Público) sea objeto de revisión en audiencia conclusiva (etapa intermedia), aunque
únicamente en la forma, a través de los arts. 323 y 325 del CPP; y para este fin, además se
dispone que el Fiscal remita a poder del Juez las 'actuaciones y evidencias', se entiende que
también para su análisis por las partes y de ese modo poder ejercer las facultades que
prevén tanto el art. 325 como el art. 326 del CPP”.
[527]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ahora bien, a manera de ilustración, conforme se tiene a partir de la Ley 586 de 30 de
octubre de 2014, el actual texto del art. 325 del CPP es el siguiente: “(PRESENTACIÓN DE
REQUERIMIENTO CONCLUSIVO). I. Presentado el requerimiento conclusivo de
acusación, la o el Juez Instructor dentro del plazo de vienticuatro (24) horas, previo
sorteo, remitirá los antecedentes a la o el Juez o Tribunal de Sentencia, bajo
responsabilidad. II. En caso de presentarse requerimiento conclusivo para la aplicación de
salidas alternativas, la o el Juez deberá resolver de manera escrita y sin necesidad de
audiencia los criterios de oportunidad, siempre que se hubieran presentado los documentos
que acrediten el cumplimiento de los requisitos legales correspondientes, dentro del plazo de
cinco (5) días siguientes; cuando se hubiera requerido la aplicación de la suspensión
condicional del proceso, el procedimiento abreviado o que se promueva la conciliación,
deberá resolverse en audiencia a llevarse a cabo dentro de los diez (10) días siguientes. III.
En caso de que la persona imputada guarde detención preventiva, el plazo máximo será de
cinco (5) días para la realización de la audiencia, bajo responsabilidad. IV. En los casos
establecidos en los Parágrafos II y III del presente Artículo, la audiencia no podrá ser
suspendida si la víctima o querellante no asistiere, siempre que haya sido notificada, bajo
responsabilidad de los servidores judiciales encargados de la notificación, la resolución
asumida deberá ser notificada a la víctima o querellante”.
En ese marco, conforme a la normativa precedentemente señalada, se tiene que quedó
eliminada la audiencia conclusiva en la etapa intermedia, por lo que ante la presentación de
una resolución de acusación formal por el Ministerio Público, la autoridad jurisdiccional a
cargo del control de investigación tiene el plazo para remitir vía sorteo a un tribunal de
sentencia penal sin más trámite, a efecto que se instaure el juicio oral, público y
contradictorio en contra del acusado.
[528]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuando se constata la verdad histórica de los hechos por la integralidad de las
pruebas que pasaron a formar parte de la comunidad de prueba, teniendo en cuenta
la prevalencia del conocimiento de los hechos sobre las formas.
Descriptor: Exámenes médico forenses/estudios especializados/verdad material y
libertad probatoria
Restrictor: Prevalencia del conocimiento de los hechos sobre las formas
[529]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
vez concluida la lectura de la misma, el abogado defensor de la acusada, en vía de
complementación impetró la excepción de la sanción a su favor, (…) con el argumento de
que la ahora accionante se encuentra casada con Benedicto Estrella Rojas, con el cual tiene
una hija de ocho años….
(…) cabe señalar que el art. 75 de la L1008, prevé claramente que la excepción de sanción
procederá cuando los ascendientes, descendientes, cónyuge o convivientes; hayan sido
sancionados dentro de un juicio penal por el delito de encubrimiento, debiendo ser solicitada
ante el Juez que conoció la cusa, previa acreditación documental; en ese marco, si bien
cursa en obrados la libreta de familia y certificado de nacimiento de la menor NN, que
acredita que la misma se encuentra casada y tiene una hija con el coimputado Benedicto
Estrella Rojas, de la revisión del expediente se advierte que la ahora accionante fue
procesada y condenada por el delito de tráfico de sustancias controladas, tipificado y
sancionado por el art. 48 con relación al 33 inc. m) de la L1008, condenándole a diez años de
pena privativa de libertad; y no por el ilícito de encubrimiento (Conclusiones II.4), situación
que hace imposible su viabilidad; habida cuenta que el art. 75 de la L1008, claramente
estipula que esta excepción procede únicamente por el delito de encubrimiento…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “El Tribunal Constitucional mediante la SC 0261/2001-R de 2 de abril, estableció
que: “…el párrafo segundo del art. 75 de la Ley N° 1008, con referencia al delito de
encubrimiento prescribe: 'procederá excepción de sanción con referencia a ascendientes,
descendientes, cónyuge o conviviente', de lo que se extrae claramente, que impuesta la pena
mediante sentencia ejecutoriada procede la excepción de sanción cuando se demuestran
dichos vínculos con el autor principal del delito, en el caso presente, la recurrente al solicitar
la excepción ha cumplido con tal requisito, pues la resolución que le niega la solicitud no
desvirtúa el vínculo alegado por un lado; y por otro, los recurridos para efectos de que la
apelación sea resuelta por el tribunal ad-quem en el auto de concesión de dicho recurso
dispone que entre las piezas procesales se eleven fotocopias legalizadas del certificado de
matrimonio y la libreta de familia, de lo cual se evidencia que la recurrente es la esposa de
Jaime Layme Peredo autor del delito de tráfico de sustancias controladas, por lo que
corresponde la aplicación del citado precepto…”.
PRECEDENTE SC 0261/2001-R
[530]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
circunstancia no impide que el juez que conoció la causa se pronuncie al respecto, más aún
si se toma en cuenta que la exención de la sanción solamente puede ser solicitada en ese
estado del proceso; es decir, después de ejecutoriada la sanción…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…la recurrente al solicitar la excepción ha cumplido con tal requisito, pues la
resolución que le niega la solicitud no desvirtúa el vínculo alegado por un lado; y por otro, los
recurridos para efectos de que la apelación sea resuelta por el tribunal ad-quem en el auto de
concesión de dicho recurso dispone que entre las piezas procesales se eleven fotocopias
legalizadas del certificado de matrimonio y la libreta de familia, de lo cual se evidencia que la
recurrente es la esposa de Jaime Layme Peredo autor del delito de tráfico de sustancias
controladas, por lo que corresponde la aplicación del citado precepto.
Que la exención de pena en el sentido de la Ley, no interfiere con la ejecución de un fallo
condenatorio con calidad de cosa juzgada, ni lo altera, pues la excepción de sanción no
puede darse antes de tal estado, sino cuando aquél se concreta, de lo que también se colige
que todos los tribunales llamados a conocer un proceso en sus diferentes instancias han
perdido competencia; empero, esto, no impide que el Juez o tribunal que conoció la causa se
pronuncie en los casos de la problemática analizada, al igual que en los casos de suspensión
condicional de la pena y libertad condicional…".
PRECEDENTE SC 0261/2001-R de 2 de abril
[531]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ambas son cuestiones accesorias que se interponen dentro del proceso o con
motivo de él, se llega a la conclusión de que también pueden ser objeto de apelación, un
entendimiento contrario sería coartar al litigante de los medios de impugnación que
actualmente se encuentra reconocido como principio fundamental en el art. 180.II de la
actual Constitución Política del Estado, cuando señala que: 'Se garantiza el principio de
impugnación en los procesos judiciales', garantía que no solo puede circunscribirse a algunos
actos del Juez, sino a todos sus actos, sea en materia civil, penal, familiar y otros; lo
contrario significaría, dejar indefenso al litigante frente a un eventual abuso y exceso de los
jueces”.
En tal ámbito, fue el Tribunal Constitucional Plurinacional que interpretó el ejercicio de
impugnación de las excepciones e incidentes, estableciendo la secuencia procesal a seguir en
las distintas etapas que comprende el procedimiento; siendo que en lo que refiere a la
impugnación de las resoluciones relativas a excepciones e incidentes cuando éstos
son interpuestos en juicio oral que la Sentencia Constitucional Plurinacional (SCP)
0178/2013-L de 5 de abril, señaló: “…si las partes procesales, ya sea acusador -Ministerio
Público o querellante- el imputado o la víctima, consideran que dicha resolución es lesiva de
sus derechos, en aplicación del principio de impugnación garantizado por el art. 180.II de la
CPE para todos los procesos judiciales, tienen la vía de la apelación para hacer valer sus
pretensiones. Al respecto, es conveniente remarcar que la impugnación en juicio, contra la
extinción de la acción penal, como cualquier otra excepción o incidente, se la
planteará con reserva de apelación restringida, conforme previene la segunda
parte del Art. 407 del CPP, '…o ha efectuado reserva de recurrir.
El citado razonamiento desarrollado por la jurisprudencia de este Tribunal, afirma: `…como
todos los derechos, el de recurrir está sujeto a las normas generales que lo rigen, entre ellos
la oportunidad o el plazo, el contenido o expresión de agravios y la forma en que deban
formularse. En cuanto a la apelación incidental se la debe presentar y tramitar en sujeción a
las previsiones de los arts. 404 a 406 del CPP, deduciéndose la imposibilidad de plantearla
directamente dentro del juicio oral, cuyo objeto la averiguación de los hechos, no permite su
sustanciación durante la celebración del mismo, correspondiendo en su caso hacer reserva
de apelación restringida, conforme tiene anotada la jurisprudencia constitucional' (SC
2255/2010-R de 19 de noviembre).
[532]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
proceso penal, en los casos previstos en dicho precepto legal, entre los que se cita
aquellas que resuelven una excepción, siendo ampliado este ámbito por la
jurisprudencia constitucional, a toda cuestión incidental; sin embargo, respecto al
procedimiento, la Sentencia Constitucional 421/2007-R, cuyos razonamientos
fueron recogidos y reiterados por el Tribunal Constitucional Plurinacional en las
Sentencias 80/2014, 1542/2013 y 1508/2013, entre otras, con base a la naturaleza
y finalidad de la etapa preparatoria y la del juicio oral, así como el efecto que genera
la formulación de los medios de impugnación regulados por la norma procesal
penal, efectuó las siguientes precisiones: “De acuerdo a las normas glosadas, el
juicio oral debe realizarse en forma ininterrumpida, salvo los casos previstos en el art.
335 del CPP antes referidos, y los supuestos contemplados en los arts. 104 y 90 del
CPP; ello en virtud al principio de continuidad que busca, fundamentalmente, que se
asegure el conocimiento inmediato, por parte del juzgador y de las partes, del
conjunto de los elementos de prueba introducidos en forma oral a la audiencia;
conocimiento que puede perder su eficacia o desaparecer por el olvido o el transcurso
del tiempo si se suspende el juicio de manera prolongada.
Esa característica esencial de continuidad, está íntimamente vinculada a la
inmediación, en cuyo mérito, las excepciones en esta etapa tienen que ser propuestas
en forma oral, tramitadas y resueltas en el juicio en un solo acto, salvo que el tribunal
resuelva hacerlo en sentencia, conforme dispone el art. 345 del CPP.
De donde resulta, que la resolución de las excepciones en la audiencia de
juicio oral o en sentencia es una facultad potestativa del tribunal; en ese
sentido, si el Tribunal opta por la primera alternativa, deberá definir la
situación declarando probada o rechazando la excepción. En el primer caso, es
decir, cuando se declara probada la excepción, las partes pueden hacer uso de la
apelación incidental señalada en el art. 403 inc. 2) del CPP, con los efectos previstos
en el art. 396 inc. 1) del mismo Código; pues, en este caso, a consecuencia de la
resolución, se interrumpe el juicio oral y público. Así, tratándose de la excepción de
prejudicialidad, por disposición del art. 309 del CPP el juicio se suspende; en las
excepciones de incompetencia y litispendencia, se dispone la remisión de
antecedentes al juez o autoridad llamada por ley (arts. 310 y 313 del CPP); en la
excepción de falta de acción se archivan las actuaciones (art. 312 del CPP), y en las
excepciones de extinción de la acción penal y cosa juzgada, se declara la extinción de
la acción penal, disponiéndose el archivo de obrados (art. 313 del CPP).
En el segundo caso, es decir, cuando se rechace la excepción planteada, y se
causa agravio, las partes deberán reservarse el derecho de plantear la
apelación o recurrir de la decisión adoptada, junto con la sentencia, a través
de la apelación restringida, debido a las siguientes razones de orden procesal:
1. Conforme se ha anotado precedentemente, el juicio oral debe desarrollarse sin
interrupción, lo que implica que los medios de impugnación deben ser racionalizados
atendiendo a las características de continuidad, inmediación y oralidad del juicio;
características que se desnaturalizarían si las resoluciones dentro del juicio oral
fueran impugnadas en forma sistemática, provocando serias disfunciones procesales.
Si se realizaría una lectura parcial de las normas contenidas en los arts. 403.2 y 396
del CPP, aceptando la posibilidad de que las resoluciones que rechacen excepciones
en el juicio sean apeladas incidentalmente en efecto suspensivo, el juicio tendría que
suspenderse, en muchos casos por meses, desconociendo la previsión contenida en el
art. 335 del CPP que establece en forma categórica los casos en los que el juicio puede
[533]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
suspenderse, entre los que no figura la apelación de las excepciones planteadas
durante esta etapa, atentando contra el propio sistema acusatorio oral.
Por otra parte, si se aceptara la apelación de las resoluciones que rechacen las
excepciones en efecto no suspensivo, se provocarían irregularidades en la prelación de
las resoluciones, pues, en la mayoría de los casos, las sentencias serían
pronunciadas antes que las resoluciones en apelación; situación que aconteció, por
ejemplo, en la problemática resuelta en la SC 1178/2005-R de 26 de septiembre.
2. La racionalización de los medios de impugnación, significa también que sólo deben
ser recurribles aquellas resoluciones que causen agravio, conforme a la norma general
contenida en el párrafo segundo del art. 167 del CPP, que determina: “En los casos y
formas previstos en este Código, las partes sólo podrán impugnar, con fundamento en
el defecto, las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento que les causarán
agravio´.
El requisito del agravio, denominado por la doctrina procesal como interés, gravamen
o personalidad del agravio, es uno de los elementos de la impugnabilidad subjetiva
-junto al reconocimiento que hace la ley a las partes para que pueden interponer el
recurso-, que conforma el conjunto de requisitos establecidos por la ley a los sujetos
procesales, legitimándolos para recurrir.
El agravio significa que las partes sólo pueden impugnar aquellas decisiones que les
resulten desfavorables, requiriéndose que la decisión cause un perjuicio efectivo y
objetivo; perjuicio que será medido comparando la situación del recurrente antes y
después de la decisión; esto con la finalidad de evitar la proliferación de
impugnaciones y la sobrecarga procesal de los tribunales de apelación.
Conforme a lo anotado, la decisión que rechace las excepciones en el juicio oral no
causan un perjuicio efectivo y objetivo a las partes, debido a que su situación jurídica,
con el rechazo de la excepción, no se vería modificada, al mantenerse las condiciones
que se tenían antes de emitirse la resolución; toda vez que será la sentencia la que en
definitiva resuelva la situación jurídica de las partes dentro del proceso y, a partir de
ella, se determinará la conveniencia, por la existencia del agravio, de impugnar las
decisiones relativas a las excepciones planteadas. De ahí que será el tribunal del
juicio, el que en definitiva, en función de lo dispuesto por el art. 345 del CPP, pueda
decidir si las cuestiones incidentales serán tratadas en un solo acto o en sentencia;
pues lo que realmente importa es que todas las decisiones sobre los incidentes,
incluidas las excepciones, que se presenten en el juicio, sean plasmadas en sentencia,
conforme lo exige el art. 360 del CPP, con relación al art. 359.
Consecuentemente, al momento de resolver en la audiencia de juicio las
excepciones o incidentes, será suficiente que las mismas, sean resueltas en
forma oral, debido a que, conforme lo determina el art. 371 del CPP en el
acta del juicio oral quedan registradas, entre otros aspectos, las solicitudes y
decisiones producidas en el curso del juicio, las objeciones de las partes y sus
protestas de recurrir; lo que abre la posibilidad de que estos aspectos sean
impugnados a través del recurso de apelación restringida, como lo establece
expresamente el art. 407 del CPP.
De lo anotado se concluye que en el juicio oral no es posible interponer el
recurso de apelación incidental para impugnar las resoluciones que rechacen
excepciones, sino que las partes podrán reservarse el derecho de recurrir una
vez pronunciada la sentencia cuando exista agravio”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
EXCLUSIÓN PROBATORIA/prueba excluida si solo es mencionada y no valorada
en sentencia no causa defecto anulable
AUTO SUPREMO Nº 722/2014-RRC
Sucre, 10 de diciembre de 2014
Delitos:
Allanamiento de Domicilio o sus Dependencias y Hurto Agravado
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: El tribunal de alzada, estableció en el orden fáctico que
la prueba cuestionada solamente fue mencionada más no valorada, sin constituirse
en un elemento probatorio determinante en la decisión asumida por el Tribunal de
Sentencia y en consecuencia aplicando los principios que rigen en materia de
nulidades procesales y los alcances del art. 413.
Descriptor: Exclusión probatoria
Restrictor: Prueba excluida si solo es mencionada y no valorada en sentencia no
causa defecto anulable
EXCLUSIÓN PROBATORIA / Son admisibles informes y placas fotográficas pertinentes realizados por la
Policía de acuerdo al art. 295 del CPP
AUTO SUPREMO Nº 831/2015-RRC-L
Sucre, 20 de noviembre de 2015
Delitos: Conducción Peligrosa de Vehiculo
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Para una mayor comprensión la prueba signada como MP-1, consistente en un
croquis referencial del lugar del hecho y placario fotográfico, fue cuestionada, porque fue obtenida sin
control fiscal ni jurisdiccional (fs. 244), debido a que el hecho sucedió el 19 de enero de 2008 y recién se
puso en conocimiento del Fiscal el 22 de enero del mismo año, vulnerándose los arts. 279 y 297 del CPP,
referidos al control jurisdiccional y la dirección funcional de la investigación a cargo del fiscal, así como
el debido proceso; de antecedentes se tiene, que el informe policial fue recibido el 22 de enero de 2008 y
el Fiscal puso en conocimiento del Juez de Instrucción el 23 del mismo mes y año (fs. 246 intervención
fiscal); no obstante, la mencionada prueba fue colectada con la facultad conferida a la Policía Nacional
en el art. 295 del CPP; es decir, se practicó un croquis del lugar del hecho y se sacó fotografías,
actuaciones que por la naturaleza del hecho y el delito calificado como Conducción Peligrosa de
Vehículo, era absolutamente pertinente, de tal forma que su obtención y su incorporación al juicio oral
fue conforme a derecho.
Descriptor: Exclusión Probatoria
Restrictor: Son admisibles informes y placas fotográficas pertinentes realizados por la Policía de
acuerdo al art. 295 del CPP
[535]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
AUTO SUPREMO Nº 831/2015-RRC-L
Sucre, 20 de noviembre de 2015
Delitos: Conducción Peligrosa de Vehículo
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: La prueba signada como MP-2, fue observada por
cuanto en el pliego acusatorio se ofreció como Certificado de la División Licencias
del Organismo Operativo de Transito; empero, se incorporó una Certificación de la
División Registros de Vehículos del Organismo Operativo de Transito, el cual daba
cuenta que el motorizado con placa 1741-CIH corresponde a una vagoneta marca
Toyota de propiedad de E.C.R.; es decir, no existió identidad entre la prueba ofrecida
y la que se judicializó, vulnerándose con ello los arts. 172 y 341 inc. 5) del CPP (fs.
245), relativos a la exclusión probatoria y al ofrecimiento de prueba en la acusación
fiscal; el hecho de que se hubiese ofrecido prueba de una forma distinta a la que se
incorporó al juicio oral, no significa vulneración de artículos referidos
precedentemente; toda vez, que se cumplió con las normas que refiere el
procedimiento penal en sus vertientes de obtención e introducción al juicio oral.
Descriptor: Exclusión Probatoria
Restrictor: El hecho de que se hubiese ofrecido prueba de una forma distinta a la
que se incorporó al juicio oral, no significa vulneración a los arts. 172 y 341 inc. 5)
del CPP
[536]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Descriptor: Exclusión Probatoria
Restrictor: Informe técnico policial no se regula por las reglas de pericia
[537]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sino que esencialmente se refiere a aspectos de fondo alusivos a que el juez, de una forma
imparcial debe expresar en su resolución los hechos, pruebas y normas en función de las
cuales adopta su posición; además, de explicar las razones por las que valora los hechos y
pruebas de una manera determinada, y el sentido de aplicación de las normas” (SCP
0205/2014-S3 de 25 de noviembre).
EXIGENCIA DE FUNDAMENTACIÓN DE LAS RESOLUCIONES.
S.C.P. 0673/2015-S3 Sucre, 2 de junio de 2015
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
“El debido proceso implica, entre otros aspectos, la exigencia de motivación o
fundamentación de las resoluciones, sean éstas judiciales o administrativas; y
concretamente, tratándose de resoluciones judiciales en el ámbito penal, el art. 124 del CPP,
determina que: 'Las sentencias y autos interlocutores serán fundamentados. Expresarán los
motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios
de prueba. La fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes'. La norma legal transcrita
guarda relación con la norma contenida en el art. 236 inc. 3) del mismo Código, que hace
referencia a la forma y contenido de la decisión, señalando que debe hacerse una '…
fundamentación expresa sobre los presupuestos que motivan la detención, con cita de las
normas legales aplicables…'.
En ese orden, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, refirió que: '…la motivación no implicará
la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de
forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa, pero clara y
satisfacer todos los puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones
determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del
debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la
resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma una
decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas'.
La obligación de fundamentar las resoluciones también es aplicable a aquellas que resuelven
apelaciones; así la SC 0040/2007-R de 31 de enero, haciendo referencia a la SC 0577/2004-
R de 15 de abril, indicó que: 'Esta exigencia de fundamentar las decisiones, se torna aún
más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación la impugnación de
las resoluciones pronunciadas por las autoridades de primera instancia; (…), es
imprescindible que dichas Resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan
con claridad las razones y fundamentos legales que las sustentan y que permitan
concluir, que la determinación sobre la existencia o inexistencia del agravio sufrido
fue el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo modo
que se exige al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por cuanto,
en la medida en que las resoluciones contengan, los fundamentos de hecho y de derecho, el
demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa; por lo que no le esta
permito a un Juez o Tribunal, reemplazar la fundamentación por la relación de antecedentes,
la mención de los requerimientos de las partes o hacer alusión de que el Juez de instancia
obró conforme a derecho, (…); con mayor razón, si se tiene en cuenta que el contar con una
Resolución debidamente fundamentada y motivada es un derecho fundamental de la persona
y forma parte del debido proceso…' .
De la jurisprudencia citada, se concluye que la fundamentación y motivación de las
resoluciones judiciales no se traduce en una exigencia de extensión o simplemente de forma,
[538]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sino que esencialmente se refiere a aspectos de fondo alusivos a que el juez, de una forma
imparcial debe expresar en su resolución los hechos, pruebas y normas en función de las
cuales adopta su posición; además, de explicar las razones por las que valora los hechos y
pruebas de una manera determinada, y el sentido de aplicación de las normas ” (SCP
0205/2014-S3 de 25 de noviembre).
EXISTENCIA DE PERSECUCIÓN INDEBIDA POR CUANTO NO EXISTIÓ EL ESTADO
ABSOLUTO DE NECESIDAD A MOMENTO DE UTILIZAR ARMAS DE FUEGO, PUES NO
RESULTA IDÓNEO UTILIZARLAS PARA EJECUTAR UN MANDAMIENTO DE
APREHENSIÓN FISCAL CON EL OBJETIVO DE LOGRAR UNA DECLARACIÓN
INFORMATIVA
S.C.P. 2299/2012 - Sucre, 16 de noviembre de 2012
SUPUESTOS FÁCTICOS
En una acción de libertad el accionante por sí y en representación de su hijo menor de edad,
alega que las autoridades demandadas vulneraron sus derechos a la vida, a la libertad de
locomoción y al debido proceso, por cuanto pese a que se presentó voluntariamente ante el
Fiscal a efecto de presentar su declaración informativa, cuando se encontraba con su esposa
y sus dos hijos menores retornando del colegio, su cónyuge bajo del automóvil para comprar
el almuerzo momento en el cual un grupo operativo bajo de un motorizado y empezó a
disparar en su contra sin tomar en cuenta que su hija menor de edad se encontraba junto a él
en aquel lugar. El Tribunal Constitucional Plurinacional revocó la resolución y concedió la
tutela.
RATIO DECIDENDI
F.J.III.5.” De lo señalado, se puede determinar que no existió el estado “absoluto de
necesidad”, pues la ejecución de un mandamiento de aprehensión fiscal a un presunto ladrón
de llantas requería una planificación distinta a la realizada
PRECEDENTE
F.J.III.4.2.”Como se vio en el desarrollo pretoriano de la cuestión a nivel europeo, de la Corte
Interamericana y según los Principios básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de
fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, ya no basta que los agentes
policiales escuden su actuación en la necesidad de emplear la fuerza pública, sino más bien
deben justificar una situación de “absoluta necesidad”; es decir, un conjunto de
circunstancias en las cuales no es posible acudir a otro recurso que no sea aquél de la fuerza
pública, cuyo único sustento de justificación es el de salvaguardarla vida de las personas,
más aún si se ha de usar armas letales, la absoluta necesidad se justifica únicamente en la
inexistencia de otro medio idóneo para precautelar la vida de las personas, para ello se
reafirman las nociones de excepcionalidad y última ratio del uso de las armas de fuego, para
minimizar su utilización se recomiendo asumir medidas de organización de los operativos
policiales en los cuales sean ya minimizados los riesgos de uso de la violencia como lo
señala el segundo principio de los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de
Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley.
En este caso la importancia de la necesidad termina incluyendo dentro de sus elementos a la
proporcionalidad y no como tradicionalmente ocurre, es decir que la proporcionalidad incluye
a la necesidad, este cambio conceptual aplicable exclusivamente al uso de la fuerza pública
[539]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
se debe al alto estándar de la necesidad absoluta, por ello la necesidad como componente
de la proporcionalidad será desarrollada conceptualmente como necesidad strictu sensu.
[540]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
[541]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando dicha
normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal previsto en el art. 133
del CPP, se computa a partir de la primera sindicación efectuada en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión de un
delito; en consecuencia, para computar la extinción de la acción penal por el transcurso
máximo del tiempo previsto en el referido art. 133 del CPP, es necesario considerar lo
manifestado” (Sentencia Constitucional 033/2006 de 11 de enero, resaltado propio).
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional en reiterados
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo, sino que se
debe analizar caso por caso la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, también
a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de las
autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al imputado
(Sentencia Constitucional 101/2004 de 14 de septiembre de 2004, Auto Constitucional
0079/2004-ECA de 29 de septiembre y 1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa
misma línea, la Sentencia Constitucional 0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “(…) vale
dejar claramente establecido que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único
criterio para extinguir una causa por duración máxima del proceso, sino que también debe
ponderarse en forma concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional
glosada, efectuando un análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen
elementos suficientes que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las
partes que intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo,
aspectos que constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar
que la situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se
encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano,
como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias
que inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna
administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los
elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción
penal favoreciendo a la impunidad ”.
De ahí que se entiende que el plazo previsto por el art. 133 del CPP, constituye un parámetro
objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso concreto la razonabilidad del
plazo en el cual se desarrolla el proceso, para cuyo análisis, la propia Corte Interamericana de
Derechos Humanos adoptó tres criterios esenciales: a) La complejidad del asunto; b) La
actividad procesal del interesado; y, c) La conducta de las autoridades judiciales, criterios
que fueron asimilados por el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia Constitucional
0101/2004 de 14 de septiembre y el Auto complementario 0079/2004-ECA de 29 del mismo
mes. Por ello, no todo proceso que exceda el plazo de duración máxima previsto por ley
vulnera la garantía de juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente cuando resulta
evidente la indebida dilación de la causa.
La garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía a una justicia sin
dilaciones indebidas, pues, lo que se pretende es resguardar al imputado de aquellos actos
injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final, provocando y
manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado, por ello corresponde en cada caso,
analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley, obedece o no
a dilaciones indebidas.
[542]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El art. 315 del CPP, modificado por el art. 8 de la Ley 586 de 30 de octubre de 2014, señala
que: I) La o el Juez o Tribunal, dictará resolución fundamentada conforme a los plazos
previstos en el artículo precedente, declarando fundada o infundada las excepciones y/o
incidentes, según corresponda; II) Cuando las excepciones y/o incidentes sean
manifiestamente improcedentes, por carecer de fundamento y prueba, la o el Juez o Tribunal,
deberá rechazarlas in limine sin recurso ulterior, en el plazo de veinticuatro (24) horas, sin
necesidad de audiencia y sin mayor trámite; III) En caso de que las excepciones y/o
incidentes sean declaradas manifiestamente dilatorias, maliciosas y/o temerarias,
interrumpirán los plazos de la prescripción de la acción penal, de la duración de la etapa
preparatoria y de duración máxima del proceso, computándose nuevamente los plazos.
Consecuentemente la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su poder coercitivo y
moderador, impondrá a la o el abogado una sanción pecuniaria equivalente a dos salarios
mínimos nacionales, monto de dinero que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial y
en caso de continuar con la actitud dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el
abogado de la actuación del proceso en particular, designando a un defensor público o de
oficio; y, IV. El rechazo de las excepciones y de los incidentes impedirá que sean planteados
nuevamente por los mismos motivos.
[543]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
interposición del recurso de amparo constitucional una vez agotados los medios y recursos
reconocidos en la jurisdicción ordinaria'” .
El mismo razonamiento, fue aplicado cuando los accionantes plantearon a través de esta
acción de defensa, vulneración a su derecho a la libertad por haber sido rechazada su
solicitud de extinción de la acción penal, por cuanto en este caso tampoco concurría la
exigencia de la vinculatoriedad entre el acto lesivo y la vulneración al derecho a la libertad
personal o de locomoción, circunstancia en la que también se entendió que era la acción de
amparo la idónea para resolver esa problemática.
Bajo el mismo razonamiento, este Tribunal pronunció que tampoco era posible que el
accionante a través de esta acción, pretenda que la jurisdicción constitucional, declare
extinguida la acción penal, y que como consecuencia de ello, ordene su libertad, puesto que
este petitorio se encuentra fuera de los alcances del art. 125 de la Norma Fundamental, “en
razón a que los actos acusados como violatorios de su derecho a una justicia sin dilaciones
indebidas, no tiene directa relación con la detención preventiva de la que es objeto, sino,
como él mismo lo reconoce, se le está vulnerando el principio de celeridad; además, que este
Tribunal, ha dejado establecido en su uniforme jurisprudencia, que la extinción de la acción
penal, debe ser planteada, mediante la acción de amparo constitucional” (SCP 1225/2012 de
6 de septiembre).
Para concluir, todo acto procesal que surja en torno al planteamiento de la extinción de la
acción penal, en el que se alegue procesamiento indebido, corresponde ser dilucidado por
medio de la acción de amparo constitucional previamente agotados los mecanismos
intraprocesales y no a través de la acción de libertad, conforme ya fue razonado.
[544]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal, determina: “Se
entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa
contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano”.
Sobre la temática y en relación al cómputo del plazo para determinar la duración máxima del
proceso, el Tribunal Constitucional estableció, analizando la actuación del Tribunal de alzada,
que: “…no tomaron en cuenta lo previsto por la SC 1036/2002-R, de 29 de agosto, pues el
cómputo de los seis meses previstos por el art. 134 del CPP para el desarrollo de la etapa
preparatoria, empieza a partir de que el Juez cautelar pone en conocimiento del encausado la
imputación formal, y a partir de ahí, se tiene un término máximo de seis meses para
presentar la acusación, plazo que en casos de existir pluralidad de imputados se computa
desde la última notificación con la imputación formal; lo que no implica que el plazo de tres
años (art. 133 CPP) en el que deben finalizar los juicios se amplíe, con ese razonamiento
interpretativo la ya citada SC 1036/2002-R, en forma clara, determinó que el computo de los
tres años de duración del proceso no debía efectuarse desde la imputación formal al señalar
que: ‘este entendimiento interpretativo (se refiere a la imputación formal y al inicio del
proceso) no significa que nuestro sistema procesal se aparte del mandato de justicia pronta y
efectiva, que contiene el art. 116.X constitucional, por cuanto el plazo de tres años (art. 133
del CPP) en el que deben finalizar los juicios, no se amplía con este razonamiento
interpretativo’.
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá por primer acto
del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona como
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando dicha
normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal previsto en el art. 133
del CPP, se computa a partir de la primera sindicación efectuada en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión de un
delito; en consecuencia, para computar la extinción de la acción penal por el transcurso
máximo del tiempo previsto en el referido art. 133 del CPP, es necesario considerar lo
manifestado” (Sentencia Constitucional 033/2006 de 11 de enero).
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional en reiterados
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo; sino, que se
debe analizar caso por caso la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, también
a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de las
autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al imputado
(SSCC 101/2004 de 14 de septiembre de 2004, AC 0079/2004-ECA de 29 de septiembre y
1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa misma línea, la Sentencia
Constitucional 0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “… vale dejar claramente establecido
que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único criterio para extinguir una
causa por duración máxima del proceso, sino que también debe ponderarse en forma
concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional glosada, efectuando un
análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen elementos suficientes
que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las partes que
intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo; aspectos
que, constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar que la
situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se encuentra
[545]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sujeta únicamente a su propia voluntad; sino, a aspectos ajenos al propio órgano, como la
falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e intempestivas
renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias que inciden
negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna administración de
justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los elementos que
incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción penal favoreciendo
a la impunidad”.
De ahí que, se entiende que el plazo previsto por el art. 133 del CPP, constituye un
parámetro objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso concreto la
razonabilidad del plazo en el cual se desarrolla el proceso, para cuyo análisis la propia Corte
Interamericana de Derechos Humanos adoptó tres criterios esenciales:
a) La complejidad del asunto;
b) La actividad procesal del interesado; y,
c) La conducta de las autoridades judiciales; criterios que fueron asimilados por el Tribunal
Constitucional mediante la Sentencia Constitucional 0101/2004 de 14 de septiembre y el Auto
complementario 0079/2004-ECA de 29 del mismo mes. Por ello no todo proceso que exceda
el plazo de duración máxima previsto por ley vulnera la garantía de juzgamiento en plazo
razonable, sino únicamente cuando resulta evidente la indebida dilación de la causa.
La garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía a una justicia sin
dilaciones indebidas, pues lo que se pretende es resguardar al imputado de aquellos actos
injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final, provocando y
manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado, por ello corresponde en cada caso
analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley, obedece o no
a dilaciones indebidas.
Por otro lado, el art. 315 del CPP, modificado por el art. 8 de la Ley 586 de 30 de octubre de
2014, señala que: I) La o el Juez o Tribunal, dictará resolución fundamentada conforme a los
plazos previstos en el Artículo precedente, declarando fundada o infundada las excepciones
y/o incidentes, según corresponda; II) Cuando las excepciones y/o incidentes sean
manifiestamente improcedentes, por carecer de fundamento y prueba, la o el Juez o Tribunal,
deberá rechazarlas in limine sin recurso ulterior, en el plazo de veinticuatro (24) horas, sin
necesidad de audiencia y sin mayor trámite; III) En caso de que las excepciones y/o
incidentes sean declaradas manifiestamente dilatorias, maliciosas y/o temerarias,
interrumpirán los plazos de la prescripción de la acción penal, de la duración de la etapa
preparatoria y de duración máxima del proceso, computándose nuevamente los plazos.
Consecuentemente, la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su poder coercitivo
y moderador, impondrá a la o el abogado una sanción pecuniaria equivalente a dos salarios
mínimos nacionales, monto de dinero que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial y
en caso de continuar con la actitud dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el
abogado de la actuación del proceso en particular, designando a un defensor público o de
oficio; y, IV. El rechazo de las excepciones; y, de los incidentes impedirá que sean
planteados nuevamente por los mismos motivos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Entre las formas de extinción de la acción penal que fija la norma procesal penal, el art. 27
inc. 10) del CPP, dispone: “Por vencimiento del plazo máximo de duración del proceso”; en
relación a ello, el mismo Código, en el art. 133, establece la forma de realizar el cómputo,
disponiendo: “Todo proceso tendrá una duración máxima de tres años, contados desde el
primer acto del procedimiento, salvo el caso de rebeldía.
Las causas de suspensión de la prescripción suspenderán el plazo de duración del
procedimiento. Cuando desaparezcan éstas, el plazo comenzará a correr nuevamente
computándose el tiempo ya transcurrido.
Vencido el plazo, el juez o tribunal del proceso, de oficio o a petición de parte, declarará
extinguida la acción penal”.
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal, determina: “Se
entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión
de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano” (resaltado propio).
Sobre la temática y en relación al cómputo del plazo para determinar la duración máxima del
proceso, el Tribunal Constitucional estableció, analizando la actuación del Tribunal de alzada,
que: “…no tomaron en cuenta lo previsto por la SC 1036/2002-R, de 29 de agosto, pues el
cómputo de los seis meses previstos por el art. 134 del CPP para el desarrollo de la etapa
preparatoria, empieza a partir de que el Juez cautelar pone en conocimiento del encausado la
imputación formal, y a partir de ahí, se tiene un término máximo de seis meses para
presentar la acusación, plazo que en casos de existir pluralidad de imputados se computa
desde la última notificación con la imputación formal; lo que no implica que el plazo de tres
años (art. 133 CPP) en el que deben finalizar los juicios se amplié, con ese razonamiento
interpretativo la ya citada SC 1036/2002-R, en forma clara, determinó que el computo de los
tres años de duración del proceso no debía efectuarse desde la imputación formal al señalar
que: ‘éste entendimiento interpretativo (se refiere a la imputación formal y al inicio del
proceso) no significa que nuestro sistema procesal se aparte del mandato de justicia pronta y
efectiva, que contiene el art. 116.X constitucional, por cuanto el plazo de tres años (art. 133
del CPP) en el que deben finalizar los juicios, no se amplía con este razonamiento
interpretativo’.
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá por primer acto
del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona como
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando dicha
normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal previsto en el
art. 133 del CPP, se computa a partir de la primera sindicación efectuada en sede
judicial o administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la
comisión de un delito; en consecuencia, para computar la extinción de la acción penal por
el transcurso máximo del tiempo previsto en el referido art. 133 del CPP, es necesario
considerar lo manifestado” (SC 033/2006 de 11 de enero, resaltado propio).
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional, en reiterados
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo sino que se
debe analizar, caso por caso, la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, sino
también a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de
las autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
imputado (SSCC 101/2004 de 14 de septiembre de 2004, AC 0079/2004-ECA de 29 de
septiembre y 1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa misma línea, la SC
0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “Con relación a ello, vale dejar claramente
establecido que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único criterio para
extinguir una causa por duración máxima del proceso, sino que también debe ponderarse en
forma concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional glosada,
efectuando un análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen
elementos suficientes que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las
partes que intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo,
aspectos que constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar
que la situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se
encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano,
como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias
que inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna
administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los
elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción
penal favoreciendo a la impunidad ”.
De ahí, que se entiende que el plazo previsto por el art. 133 del CPP constituye un parámetro
objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso concreto la razonabilidad del
plazo en el cual se desarrolla el proceso, para cuyo análisis, la propia Corte Interamericana de
Derechos Humanos adoptó tres criterios esenciales: a) la complejidad del asunto; b) la
actividad procesal del interesado; y, c) la conducta de las autoridades judiciales, criterios que
fueron asimilados por el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia Constitucional
0101/2004 de 14 de septiembre y el Auto complementario 0079/2004-ECA de 29 del mismo
mes. Por ello, no todo proceso que exceda el plazo de duración máxima previsto por ley
vulnera la garantía de juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente cuando resulta
evidente la indebida dilación de la causa.
La garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía a una justicia sin
dilaciones indebidas, pues lo que se pretende es resguardar al imputado de aquellos actos
injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final, provocando y
manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado, por ello corresponde en cada caso
analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley, obedece o no
a dilaciones indebidas.
Además, es menester señalar que la Sentencia Constitucional 1061/2015-S2 de 26 de
octubre, estableció: “(…) al estar fijados los entendimientos desarrollados precedentemente,
los fundamentos de la SC 1716/2010-R, no constituyen argumentos suficientes para
determinar que la única autoridad competente para asumir el conocimiento de los incidentes
de extinción de la acción penal, sean las autoridades jurisdiccionales que emitieron la
sentencia de primera instancia, sino que, en virtud a lo establecido por el art. 44 del CPP, Él
juez o tribunal que sea competente para conocer de un proceso penal, lo será también para
decidir todas las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su tramitación, así
como para dictar las resoluciones respectivas y ejecutarlas´. En este sentido, es
menester dejar establecido que, la autoridad competente para asumir el
conocimiento y resolver los incidentes de extinción de la acción penal, ya sea por
duración máxima del proceso o por prescripción, es el juez o Tribunal donde
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
radica la causa principal, así, si el planteamiento de la excepción se da en etapa de
apelación o casación, las decisiones emergentes de las salas penales y del Tribunal Supremo
de Justicia, en virtud los entendimientos plasmados precedentemente, pero
fundamentalmente por la naturaleza de la etapa procesal, no admiten impugnación; en
efecto, lo que se pretende es evitar las exageradas dilaciones que conllevan las peticiones y
envíos de expedientes entre el Tribunal Supremo de Justicia y los tribunales o jueces
conocedores de la causa principal, que a cuya consecuencia, en muchos casos, se han
postergado innecesariamente las decisiones oportunas en cuanto al fondo del proceso se
refiere, muchas veces por las comunicaciones inoportunas de los jueces y tribunales
conocedores de la causa principal, como ocurrió en el caso analizado; asimismo, como se
expresó, la interposición de los incidentes ante las prenombradas autoridades, en la práctica
sirvió para paralizar el pronunciamiento de fondo, ya que inclusive, estando sorteada la
causa, el máximo Tribunal de justicia ordinaria, se vio impedido de emitir la resolución
mientras no esté resuelta la excepción ante el Juez de instancia, lo que sin duda constituye
una clara vulneración de los derechos a ser juzgado dentro de un plazo razonable, de acceso
a la justicia y una afrenta a la vigencia del principio de celeridad y también de concentración
de actos. En este sentido, cuando el justiciable decida plantear extinción de la
acción penal por duración máxima del proceso, deberá formularlo ante el Juez o
Tribunal que conoce la causa principal; sin embargo, también es imperioso aclarar
que, si el incidente fuere suscitado ante el Juez de Instrucción en lo Penal o, ante
los Tribunales o Jueces de Sentencia Penal, sus decisiones efectivamente son
impugnables, ya que la naturaleza de la etapa procesal así lo permite. El presente
entendimiento implica la reconducción de la línea jurisprudencial establecida en la
SC 1716/2010-R a los entendimientos asumidos en la SC `0245/2006´, que
emergió de los razonamientos establecidos en las SSCC `0101/2004, 1868/2004-
R, 0036/2005, 0105-R, 1365/2005-R´y AC 0079/2004-ECA.”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Las causas de suspensión de la prescripción suspenderán el plazo de duración del
procedimiento. Cuando desaparezcan éstas, el plazo comenzará a correr nuevamente
computándose el tiempo ya transcurrido.
Vencido el plazo, el Juez o Tribunal del proceso, de oficio o a petición de parte, declarará
extinguida la acción penal”.
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal, determina: “Se
entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión
de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano” (resaltado propio).
Sobre la temática y en relación al cómputo del plazo para determinar la duración máxima
del proceso, el Tribunal Constitucional estableció, analizando la actuación del Tribunal de
alzada, que: “…no tomaron en cuenta lo previsto por la SC 1036/2002-R, de 29 de agosto,
pues el cómputo de los seis meses previstos por el art. 134 del CPP para el desarrollo de la
etapa preparatoria, empieza a partir de que el Juez cautelar pone en conocimiento del
encausado la imputación formal, y a partir de ahí, se tiene un término máximo de seis meses
para presentar la acusación, plazo que en casos de existir pluralidad de imputados se
computa desde la última notificación con la imputación formal; lo que no implica que el plazo
de tres años (art. 133 CPP) en el que deben finalizar los juicios se amplíe, con ese
razonamiento interpretativo la ya citada SC 1036/2002-R, en forma clara, determinó que el
computo de los tres años de duración del proceso no debía efectuarse desde la imputación
formal al señalar que:‘éste entendimiento interpretativo (se refiere a la imputación formal y al
inicio del proceso) no significa que nuestro sistema procesal se aparte del mandato de
justicia pronta y efectiva, que contiene el art. 116.X constitucional, por cuanto el plazo de
tres años (art. 133 del CPP) en el que deben finalizar los juicios, no se amplía con este
razonamiento interpretativo’.
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá por primer acto
del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona como
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando dicha
normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal previsto en el art. 133
del CPP, se computa a partir de la primera sindicación efectuada en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión de un
delito; en consecuencia, para computar la extinción de la acción penal por el transcurso
máximo del tiempo previsto en el referido art. 133 del CPP, es necesario considerar lo
manifestado” (Sentencia Constitucional 033/2006 de 11 de enero, resaltado propio).
A lo expresado debe añadirse que con relación al momento a partir del cual debe computarse
el término previsto en el art. 133 del CPP en los delitos de acción privada, la Sentencia
Constitucional 0023/2007-R de 16 de enero, efectuó la siguiente precisión: “De acuerdo al
art. 133 del CPP, todo proceso tendrá una duración máxima de tres años, contados desde el
primer acto del procedimiento, salvo el caso de rebeldía.
En los delitos de acción privada, ese plazo se computa desde la notificación con la
admisión de la acusación particular presentada por el querellante, ya que se constituye
en el primer actuado por el cual se hace conocer al juez y al procesado de la existencia de
una acusación” (resaltado propio).
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional en reiterados
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo, sino que se
debe analizar caso por caso la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, también
a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de las
autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al imputado
(Sentencia Constitucional 101/2004 de 14 de septiembre de 2004, Auto Constitucional
0079/2004-ECA de 29 de septiembre y 1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa
misma línea, la Sentencia Constitucional 0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “(…) vale
dejar claramente establecido que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único
criterio para extinguir una causa por duración máxima del proceso, sino que también debe
ponderarse en forma concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional
glosada, efectuando un análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen
elementos suficientes que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las
partes que intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo,
aspectos que constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar
que la situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se
encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano,
como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias
que inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna
administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los
elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción
penal favoreciendo a la impunidad ”.
De ahí que se entiende que el plazo previsto por el art. 133 del CPP, constituye un parámetro
objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso concreto la razonabilidad del
plazo en el cual se desarrolla el proceso, para cuyo análisis, la propia Corte Interamericana de
Derechos Humanos adoptó tres criterios esenciales: a) La complejidad del asunto; b) La
actividad procesal del interesado; y, c) La conducta de las autoridades judiciales, criterios
que fueron asimilados por el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia Constitucional
0101/2004 de 14 de septiembre, y el Auto complementario 0079/2004-ECA de 29 del mismo
mes. Por ello, no todo proceso que exceda el plazo de duración máxima previsto por ley
vulnera la garantía de juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente cuando resulta
evidente la indebida dilación de la causa.
La garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía a una justicia sin
dilaciones indebidas; pues, lo que se pretende es resguardar al imputado de aquellos actos
injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final, provocando y
manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado; por ello, corresponde en cada caso
analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley, obedece o no
a dilaciones indebidas.
El art. 315 del CPP, modificado por el art. 8 de la Ley 586 de 30 de octubre de 2014, señala
que: I) La o el Juez o Tribunal, dictará resolución fundamentada conforme a los plazos
previstos en el Artículo precedente, declarando fundada o infundada las excepciones y/o
incidentes, según corresponda; II) Cuando las excepciones y/o incidentes sean
manifiestamente improcedentes, por carecer de fundamento y prueba, la o el Juez o Tribunal,
deberá rechazarlas in limine sin recurso ulterior, en el plazo de veinticuatro (24) horas, sin
necesidad de audiencia y sin mayor trámite; III) En caso de que las excepciones y/o
incidentes sean declaradas manifiestamente dilatorias, maliciosas y/o temerarias,
interrumpirán los plazos de la prescripción de la acción penal, de la duración de la etapa
[551]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
preparatoria y de duración máxima del proceso, computándose nuevamente los plazos.
Consecuentemente, la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su poder coercitivo
y moderador, impondrá a la o el abogado una sanción pecuniaria equivalente a dos salarios
mínimos nacionales, monto de dinero que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial y
en caso de continuar con la actitud dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el
abogado de la actuación del proceso en particular, designando a un defensor público o de
oficio; y, IV. El rechazo de las excepciones y de los incidentes impedirá que sean planteados
nuevamente por los mismos motivos.
[552]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Vencido el plazo, el Juez o Tribunal del proceso, de oficio o a petición de parte, declarará
extinguida la acción penal”.
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal, determina: “Se
entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión
de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano” (resaltado propio).
Sobre la temática y en relación al cómputo del plazo para determinar la duración máxima
del proceso, el Tribunal Constitucional, analizando la actuación del Tribunal de alzada,
estableció que: “…no tomaron en cuenta lo previsto por la SC 1036/2002-R, de 29 de agosto,
pues el cómputo de los seis meses previstos por el art. 134 del CPP para el desarrollo de la
etapa preparatoria, empieza a partir de que el Juez cautelar pone en conocimiento del
encausado la imputación formal, y a partir de ahí, se tiene un término máximo de seis meses
para presentar la acusación, plazo que en casos de existir pluralidad de imputados se
computa desde la última notificación con la imputación formal; lo que no implica que el plazo
de tres años (art. 133 CPP) en el que deben finalizar los juicios se amplíe, con ese
razonamiento interpretativo la ya citada SC 1036/2002-R, en forma clara, determinó que el
computo de los tres años de duración del proceso no debía efectuarse desde la imputación
formal al señalar que: ‘éste entendimiento interpretativo (se refiere a la imputación formal y
al inicio del proceso) no significa que nuestro sistema procesal se aparte del mandato de
justicia pronta y efectiva, que contiene el art. 116.X constitucional, por cuanto el plazo de
tres años (art. 133 del CPP) en el que deben finalizar los juicios, no se amplía con este
razonamiento interpretativo’.
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá por primer acto
del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona como
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando
dicha normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal
previsto en el art. 133 del CPP, se computa a partir de la primera sindicación
efectuada en sede judicial o administrativa contra una persona como presunto
autor o partícipe de la comisión de un delito; en consecuencia, para computar la
extinción de la acción penal por el transcurso máximo del tiempo previsto en el referido art.
133 del CPP, es necesario considerar lo manifestado ” (Sentencia Constitucional 033/2006 de
11 de enero, resaltado propio).
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional en reiterados
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo, sino que se
debe analizar caso por caso la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, también
a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de las
autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al imputado
(Sentencia Constitucional 101/2004 de 14 de septiembre de 2004, Auto Constitucional
0079/2004-ECA de 29 de septiembre y 1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa
misma línea, la Sentencia Constitucional 0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “(…) vale
dejar claramente establecido que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único
criterio para extinguir una causa por duración máxima del proceso, sino que también debe
ponderarse en forma concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional
glosada, efectuando un análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen
[553]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
elementos suficientes que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las
partes que intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo,
aspectos que constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar
que la situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se
encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano,
como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias
que inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna
administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los
elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción
penal favoreciendo a la impunidad ”.
De ahí que se entiende, que el plazo previsto por el art. 133 del CPP, constituye un
parámetro objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso concreto la
razonabilidad del plazo, en el cual se desarrolla el proceso, para cuyo análisis la propia Corte
Interamericana de Derechos Humanos adoptó tres criterios esenciales: a) La complejidad del
asunto; b) La actividad procesal del interesado; y, c) La conducta de las autoridades
judiciales, criterios que fueron asimilados por el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia
Constitucional 0101/2004 de 14 de septiembre y el Auto complementario 0079/2004-ECA de
29 del mismo mes. Por ello, no todo proceso que exceda el plazo de duración máxima
previsto por ley, vulnera la garantía de juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente
cuando resulta evidente la indebida dilación de la causa.
Se debe entender por la complejidad del asunto, que éste debe determinarse en
función de las circunstancias de jure y de facto del caso concreto, que a su vez,
alternativamente, pueden estar compuestas por: a) El establecimiento y esclarecimiento de
los hechos, los cuales pueden ser simples o complejos; b) El análisis jurídico de los hechos
por los cuáles se inicia el proceso penal; c) La prueba de los hechos, la cual puede ser difícil,
necesariamente prolongada o de complicada actuación; y, d) La pluralidad de agraviados o
inculpados, con sus respectivas defensa, entre otros elementos.
La actividad o conducta procesal del imputado; con relación a la conducta procesal,
cabe destacar que ésta puede ser determinante para la pronta resolución del proceso o para
su demora, en el caso que el imputado demuestre un comportamiento procesal
obstruccionista o dilatorio. Por ello, para determinar si la conducta procesal del imputado ha
contribuido a la demora en la resolución del proceso penal, es necesario verificar si éste fue
obstruccionista o dilatoria y si trascendió o influyó en la resolución de éste, para lo cual debe
tenerse presente si hizo uso abusivo e innecesario de los instrumentos que la ley pone a su
disposición, bajo la forma de recursos o de otras figuras.
La conducta de las autoridades judiciales; para evaluar la conducta o comportamiento
de las autoridades judiciales es necesario tener presente: a) La insuficiencia o escasez de los
Tribunales; b) La complejidad del régimen procesal; y, c) Si los actos procesales realizados
han contribuido, o no, a la pronta resolución del proceso penal.
En definitiva, la garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía a
una justicia sin dilaciones indebidas, pues lo que se pretende es resguardar al imputado de
aquellos actos injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final,
provocando y manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado, por ello corresponde en
cada caso analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley,
obedece o no a dilaciones indebidas.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En consecuencia, la garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía
a una justicia sin dilaciones indebidas, pues lo que se pretende es resguardar al imputado de
aquellos actos injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final,
provocando y manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado, por ello, corresponde
en cada caso, analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley,
obedece o no a dilaciones indebidas. Asimismo, debe agregarse que el art. 314 del CPP,
establece específicamente que en las excepciones planteadas el impetrante deberá correr con
la carga de la prueba acompañando la documentación correspondiente.
EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL POR DURACIÓN MÁXIMA DEL PROCESO - De la base legal
y jurisprudencial
AUTO SUPREMO Nº 726/2017
Sucre, 21 de septiembre de 2017
Delito: Violación
El art. 315 del CPP, modificado por el art. 8 de la Ley 586 de 30 de octubre de 2014, señala
que: I) La o el Juez o Tribunal, dictará resolución fundamentada conforme a los plazos
previstos en el artículo precedente, declarando fundadas o infundadas las excepciones y/o
incidentes, según corresponda; II) Cuando las excepciones y/o incidentes sean
manifiestamente improcedentes, por carecer de fundamento y prueba, la o el Juez o Tribunal,
deberá rechazarlas in limine sin recurso ulterior, en el plazo de veinticuatro (24) horas, sin
necesidad de audiencia y sin mayor trámite; III) En caso de que las excepciones y/o
incidentes sean declaradas manifiestamente dilatorias, maliciosas y/o temerarias,
interrumpirán los plazos de la prescripción de la acción penal, de la duración de la etapa
preparatoria y de duración máxima del proceso, computándose nuevamente los plazos.
Consecuentemente, la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su poder coercitivo
y moderador, impondrá a la o el abogado una sanción pecuniaria equivalente a dos salarios
mínimos nacionales, monto de dinero que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial y
en caso de continuar con la actitud dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el
abogado de la actuación del proceso en particular, designando a un defensor público o de
oficio; y, IV. El rechazo de las excepciones y de los incidentes impedirá que sean planteados
nuevamente por los mismos motivos.
La Constitución Política del Estado en su art. 15.II dispone lo siguiente: “El Estado garantiza
el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones”; asimismo, el art. 178.I relativo a los principios que sustentan
la potestad del Órgano Judicial de impartir justicia, contempla como tales a la celeridad, la
seguridad jurídica y el respeto a los derechos, principios reconocidos en los arts. 115, 178 y
180.I de la CPE. De igual manera, la LOJ en los arts. 3 con relación al 30, establece los
principios en los que se sustenta, siendo éstos los de seguridad jurídica, celeridad, respeto a
los derechos, eficiencia y debido proceso.
Entre los motivos de extinción de la acción penal que fija la norma procesal penal, el art. 27
inc. 10) del CPP, dispone: “Por vencimiento del plazo máximo de duración del proceso”; en
relación a ello, el mismo Código, en el art. 133, establece la forma de realizar el cómputo,
disponiendo: “Todo proceso tendrá una duración máxima de tres años, contados desde el
primer acto del procedimiento, salvo el caso de rebeldía.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Las causas de suspensión de la prescripción suspenderán el plazo de duración del
procedimiento. Cuando desaparezcan éstas, el plazo comenzará a correr nuevamente
computándose el tiempo ya transcurrido.
Vencido el plazo, el Juez o Tribunal del proceso, de oficio o a petición de parte, declarará
extinguida la acción penal”.
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal, determina: “Se
entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa
contra una persona como presunto autor o partícipe de la comisión de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano” (resaltado propio).
Sobre la temática y en relación al cómputo del plazo para determinar la duración máxima del
proceso, el Tribunal Constitucional analizando la actuación del Tribunal de alzada, estableció
que: “…no tomaron en cuenta lo previsto por la SC 1036/2002-R, de 29 de agosto, pues el
cómputo de los seis meses previstos por el art. 134 del CPP para el desarrollo de la etapa
preparatoria, empieza a partir de que el Juez cautelar pone en conocimiento del encausado la
imputación formal, y a partir de ahí, se tiene un término máximo de seis meses para
presentar la acusación, plazo que en casos de existir pluralidad de imputados se computa
desde la última notificación con la imputación formal; lo que no implica que el plazo de tres
años (art. 133 CPP) en el que deben finalizar los juicios se amplíe, con ese razonamiento
interpretativo la ya citada SC 1036/2002-R, en forma clara, determinó que el computo de los
tres años de duración del proceso no debía efectuarse desde la imputación formal al señalar
que: ‘éste entendimiento interpretativo (se refiere a la imputación formal y al inicio del
proceso) no significa que nuestro sistema procesal se aparte del mandato de justicia pronta y
efectiva, que contiene el art. 116.X constitucional, por cuanto el plazo de tres años (art. 133
del CPP) en el que deben finalizar los juicios, no se amplía con este razonamiento
interpretativo’.
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá por primer acto
del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona como
presunto autor o partícipe de la comisión de un delito’; por consiguiente, considerando
dicha normativa, el cómputo de los tres años de duración del proceso penal
previsto en el art. 133 del CPP, se computa a partir de la primera sindicación
efectuada en sede judicial o administrativa contra una persona como presunto
autor o partícipe de la comisión de un delito; en consecuencia, para computar la
extinción de la acción penal por el transcurso máximo del tiempo previsto en el referido art.
133 del CPP, es necesario considerar lo manifestado ” (SC 033/2006 de 11 de enero, resaltado
propio).
Ahora bien, en cuanto a los aspectos que la autoridad jurisdiccional debe observar para
determinar la extinción de la acción penal, la jurisprudencia constitucional en reiterados
fallos, aclaró no ser suficiente considerar únicamente el transcurso del tiempo, sino que se
debe analizar caso por caso la complejidad del asunto, referida no sólo a los hechos, también
a la cuestión jurídica, la conducta de las partes que intervienen en el proceso y de las
autoridades competentes -Órgano Judicial y Ministerio Público-, carga atribuida al imputado
(SC 0101/2004 de 14 de septiembre de 2004, AC 0079/2004-ECA de 29 de septiembre y
1042/2005-R de 5 de septiembre, entre otras); en esa misma línea la Sentencia
Constitucional 0551/2010-R de 12 de julio, estableció: “(…) vale dejar claramente establecido
que el plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único criterio para extinguir una
causa por duración máxima del proceso, sino que también debe ponderarse en forma
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
concurrente los factores ya citados en la jurisprudencia constitucional glosada, efectuando un
análisis para cada caso concreto, donde deberá analizarse si existen elementos suficientes
que establezcan la extinción de la acción, como son la conducta de las partes que
intervinieron en el proceso penal y de las autoridades que conocieron el mismo, aspectos que
constituyen una omisión indebida por parte de los codemandados, sin soslayar que la
situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del Ministerio Público no se
encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al propio órgano,
como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias
que inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna
administración de justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los
elementos que incidieron en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción
penal favoreciendo a la impunidad ”.
De ahí que se entiende, que el plazo previsto por el art. 133 del CPP, constituye un
parámetro objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso concreto la
razonabilidad del plazo, en el cual se desarrolla el proceso, para cuyo análisis la propia Corte
Interamericana de Derechos Humanos adoptó tres criterios esenciales: a) La complejidad del
asunto; b) La actividad procesal del interesado; y, c) La conducta de las autoridades
judiciales, criterios que fueron asimilados por el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia
Constitucional 0101/2004 de 14 de septiembre y el AC 0079/2004-ECA de 29 del mismo mes.
Por ello, no todo proceso que exceda el plazo de duración máxima previsto por ley, vulnera la
garantía de juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente cuando resulta evidente la
indebida dilación de la causa.
Se debe entender por la complejidad del asunto, que éste debe determinarse en función de
las circunstancias de jure y de facto del caso concreto; que a su vez, alternativamente
pueden estar compuestas por: a) El establecimiento y esclarecimiento de los hechos, los
cuales pueden ser simples o complejos; b) El análisis jurídico de los hechos por los cuales se
inicia el proceso penal; c) La prueba de los hechos, la cual puede ser difícil, necesariamente
prolongada o de complicada actuación; y, d) La pluralidad de agraviados o inculpados, con
sus respectivas defensas, entre otros elementos.
La actividad o conducta procesal del imputado, con relación a la conducta procesal, cabe
destacar que ésta puede ser determinante para la pronta resolución del proceso o para su
demora, en el caso que el imputado demuestre un comportamiento procesal obstruccionista o
dilatorio. Por ello, para determinar si la conducta procesal del imputado ha contribuido a la
demora en la resolución del proceso penal, es necesario verificar si éste fue obstruccionista o
dilatoria y si trascendió o influyó en la resolución de éste, para lo cual debe tenerse presente
si hizo uso abusivo e innecesario de los instrumentos que la ley pone a su disposición, bajo la
forma de recursos o de otras figuras.
La conducta de las autoridades judiciales, para evaluar la conducta o comportamiento de las
autoridades judiciales es necesario tener presente: a) La insuficiencia o escasez de los
Tribunales; b) La complejidad del régimen procesal; y, c) Si los actos procesales realizados
han contribuido, o no, a la pronta resolución del proceso penal.
En definitiva, la garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía a
una justicia sin dilaciones indebidas, pues lo que se pretende es resguardar al imputado de
aquellos actos injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final,
provocando y manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado, por ello corresponde en
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cada caso analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley,
obedece o no a dilaciones indebidas.
En consecuencia, la garantía de juzgamiento en plazo razonable, es coherente con la garantía
a una justicia sin dilaciones indebidas, pues lo que se pretende es resguardar al imputado de
aquellos actos injustificados que dilatan la tramitación del proceso y la resolución final,
provocando y manteniendo en incertidumbre y zozobra al encausado; por ello, corresponde
en cada caso, analizar si la no conclusión de un proceso en el plazo máximo previsto por ley,
obedece o no a dilaciones indebidas. Asimismo, debe agregarse que el art. 314 del CPP,
establece específicamente que en las excepciones planteadas el impetrante deberá correr con
la carga de la prueba acompañando la documentación correspondiente.
2. Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones
prejudiciales planteadas.
4. En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio
regular de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese
estado.
Ahora bien, de acuerdo a la norma procesal, sólo esas causales suspenden la prescripción; en
consecuencia, fuera de ellas la prescripción continúa corriendo, independientemente de que
se hubiere iniciado o no la acción penal correspondiente, lo que sin duda marca una clara
diferencia con la anterior normativa sobre el particular, que en el art. 102 del CP, establecía
que la prescripción se interrumpía con el inicio de la instrucción penal y se la computaba
nuevamente desde la última actuación que ésta registrara.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Efectivamente, el anterior sistema procesal permitía la prolongación indefinida de los
procesos y el sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio Público y/o del
querellante, quienes, de manera arbitraria, podían hacer abandono del proceso penal y
reactivarlo después de mucho tiempo, sólo con la finalidad de evitar la prescripción, lo que
determinaba la constante zozobra del imputado y la vulneración de sus derechos y garantías,
fundamentalmente del principio a la seguridad jurídica.
El vigente Código de Procedimiento Penal, cambió radicalmente el sistema anterior; puesto
que, no establece entre sus causales de interrupción o prescripción de la acción penal, el
inicio de la acción penal; consecuentemente, es posible interponer esta excepción en
cualquier momento del proceso, conforme ha quedado establecido en la jurisprudencia del
Tribunal contenida en la Sentencia Constitucional 1510/2002-R, de 9 de diciembre, que de
manera expresa determinó que la denuncia no constituye causal de interrupción o suspensión
de la prescripción al no estar contemplada en los arts. 29 y 31 CPP. Entendimiento que fue
reiterado en la Sentencia Constitucional 0187/2004-R, de 9 de febrero en la que se determinó
que: “…para la interrupción o suspensión de la prescripción, necesariamente tienen que
presentarse uno de los supuestos descritos, entre los que no se encuentra el inicio de la
acción penal, debiendo contarse el plazo desde el día en que supuestamente se consumó el
delito, sin interrupción. En similar sentido se ha pronunciado la SC 0101/2006-R, de 25 de
enero”.
Debe agregarse que el art. 314 del CPP, establece que las excepciones se tramitarán por la
vía incidental por una sola vez, estableciendo como carga procesal para quien las
oponga ofrecer prueba idónea y pertinente, lo que implica que no será suficiente el
planteamiento de la excepción, sino el ofrecimiento de prueba destinada a acreditar los
argumentos o fundamentos en los que se base la pretensión, se entiende encaminada a
demostrar que la excepción resulta fundada.
Sobre la carga e importancia de la prueba para sustentar una pretensión se tiene desarrollado
por Carnelutti: Como aquella que no sólo sirve para el conocimiento del hecho, sino también
como la certeza o convicción que aquella proporciona, siendo en sentido amplio, un
equivalente sensible del hecho que habrá de valorarse; o por Chiovenda: Consiste en crear el
convencimiento del Juez sobre la existencia o inexistencia de los hechos en el proceso,
suministrando los medios para tal fin.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
penales establecidos en el Código Penal. Los términos señalados en esa norma, de acuerdo al
art. 30 del CPP, empiezan a correr desde la media noche del día en que se cometió el delito o
en que cesó su consumación y pueden interrumpirse por la declaratoria de rebeldía del
imputado, conforme lo prevé el art. 31 del CPP y suspenderse en los siguientes casos
previstos en el art. 32 del CPP:
1) Cuando se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el
periodo de prueba correspondiente.
2) Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones
prejudiciales planteadas.
3) Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la conformidad de un
gobierno extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y,
4) En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio
regular de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese
estado.
Ahora bien, de acuerdo a la norma procesal, sólo esas causales suspenden la prescripción; en
consecuencia, fuera de ellas la prescripción continúa corriendo, independientemente de que
se hubiere iniciado o no la acción penal correspondiente, lo que sin duda marca una clara
diferencia con la anterior normativa sobre el particular, que en el art. 102 del CP, establecía
que la prescripción se interrumpía con el inicio de la instrucción penal y se la computaba
nuevamente desde la última actuación que ésta registrara.
Efectivamente, el anterior sistema procesal permitía la prolongación indefinida de los
procesos y el sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio Público y/o del
querellante, quienes, de manera arbitraria podían hacer abandono del proceso penal y
reactivarlo después
de mucho tiempo, sólo con la finalidad de evitar la prescripción, lo que determinaba la
constante zozobra del imputado y la vulneración de sus derechos y garantías;
fundamentalmente, del derecho a la seguridad jurídica.
En relación a este instituto, a través de la Sentencia Constitucional 0023/2007-R de 16 de
enero, se estableció: “De acuerdo a la doctrina, la prescripción se traduce en los efectos que
produce el transcurso del tiempo sobre el ejercicio de una determinada facultad.
Esta definición, aplicada al ámbito penal, significa la expresa renuncia por parte del
Estado del derecho a juzgar debido al tiempo transcurrido.
Conforme a ello, es el propio Estado el que, a través de la norma penal (procesal o
sustantiva, según las legislaciones), establece los límites de tiempo en que puede ejercer la
persecución penal. La actividad represiva del Estado no puede ser ejercida de manera
indefinida, ya que al hacerlo se quebrantaría el equilibrio que debe existir entre la función de
defensa de la sociedad y la protección de derechos y garantías individuales.
Tradicionalmente se ha fundamentado la prescripción en diferentes razones, unas de tipo
subjetivo, vinculadas a los cambios que el tiempo opera en la personalidad del delincuente,
que determinan la desaparición de su peligrosidad para la sociedad; otras consideradas
objetivas y de utilidad social, que señalan que con el transcurso del tiempo desaparece la
alarma social y no existe necesidad de prevención general; aquellas de orden procesal que
sostienen que existen dificultades en la recolección de elementos probatorios para determinar
la culpabilidad o inocencia del presunto autor. También se han aducido razones de política
criminal, en sentido que el castigo impuesto mucho tiempo después de la comisión del hecho
no alcanza los fines de la pena (prevención especial y prevención general, positiva y
negativa), careciendo, en consecuencia, su imposición de razón de ser; así como razones
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurídicas, que inciden en la necesidad de eliminar la incertidumbre en las relaciones jurídicas
y la desaparición de la intranquilidad causada por el delito.
Si bien los anteriores fundamentos son válidos, actualmente la prescripción debe
fundamentarse desde la Constitución, en la medida en que este instituto está íntimamente
vinculado con los principios, valores, derechos y garantías constitucionales,
fundamentalmente la garantía del debido proceso, la prohibición de indefensión y el derecho
a la seguridad jurídica.
Así, respecto al derecho a la defensa, es innegable que si pese al tiempo transcurrido, la
acción penal se dirigiera contra el supuesto culpable, llegando inclusive a imponerse una
pena, se produciría una grave indefensión, pues los medios de defensa de los que podría
servirse el imputado, o ya no existirían o se encontrarían debilitados, corriéndose el riesgo de
condenar a un inocente por el tiempo transcurrido. En síntesis, el transcurso del tiempo
incrementa el riesgo del error judicial, por encontrarse debilitadas las pruebas de la defensa.
A su vez, el derecho a la defensa se encuentra conectado con la seguridad jurídica, derecho
que se garantiza al evitar que se celebren procesos que no gozan de las mínimas garantías
que permitan obtener una sentencia justa y que ocasionarían lesión a la garantía del debido
proceso.”
A lo dicho, debe agregarse lo que el Auto Supremo 554/2016 de 15 de julio, estableció
respecto a los requisitos que deben observarse en la interposición de la excepción, habiendo
razonado que: “…en el ordenamiento jurídico procesal penal, la prescripción como motivo de
extinción de la acción penal, se halla reconocida en el inc. 8) del art. 27 del CPP, siendo
regulado el requisito temporal por el art. 29 de la norma adjetiva penal, que por disposición
del art. 30 de la misma norma mencionada, inicia a computarse desde: i) La media noche
del día en que se cometió el delito; o, ii) Desde la media noche en que cesó su
consumación, de modo que corresponde para su procedencia, demostrarse por un
lado el tiempo transcurrido conforme lo previsto por el art. 29 del CPP, así como la
falta de una resolución que ponga fin al proceso; además, de la inconcurrencia de
las causales de interrupción o suspensión del término de la prescripción conforme
las previsiones de los arts. 31 y 32 del CPP…” .
Razonamiento que tiene estricta relación con la previsión establecida en el art. 314 del CPP,
que dispone que las excepciones se tramitarán por la vía incidental por una sola vez,
estableciendo como carga procesal para quien las oponga, la obligatoriedad de ofrecer
prueba idónea y pertinente, lo que implica que no será suficiente el planteamiento de la
excepción, sino el ofrecimiento de prueba destinada a acreditar los argumentos o
fundamentos en los que se base la pretensión, se entiende encaminada a demostrar que la
excepción resulte fundada.
Sobre la carga e importancia de la prueba para sustentar una pretensión se tiene desarrollado
por Carnelutti: Como aquella que no sólo sirve para el conocimiento del hecho, sino también
como la certeza o convicción que aquella proporciona, siendo en sentido amplio, un
equivalente sensible del hecho que habrá de valorarse, Chiovenda señaló que: Consiste en
crear el convencimiento del Juez sobre la existencia o inexistencia de los hechos en el
proceso, suministrando los medios para tal fin.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Delitos: Coacción, Extorsión, Robo Agravado y Secuestro
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: En el referido delito se busca claramente, constreñir la
voluntad de una persona por medio de una amenaza grave, intimidándola a hacer o
dejar de hacer algo relativo a su vida privada. El sujeto activo es directo, al igual que
el pasivo y el mecanismo empleado para lograr la extorción es mediante intimidación
o amenaza grave. La intimidación no es otra cosa que ejercitar la violencia
psicológica, atemorizando a la víctima, limitando su voluntad personal para actuar
espontáneamente y convertirse en un peón del actor, quien puede manipular a la
víctima; las amenazas consisten en infundir miedo y temor fundado en la víctima,
tras advertir que se atentará contra su vida, su integridad, la de su familia, su
patrimonio.
Descriptor: Extorsión (art. 333 CP)
Restrictor: Alcance del tipo penal
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
F
FACULTAD DEL MINISTERIO PÚBLICO PARA EMITIR RESOLUCIÓN DE RECHAZO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1074/2017-S2
Sucre, 9 de octubre de 2017
En cuanto a la facultad del Ministerio Público para emitir resolución rechazo, el extinto Tribunal
Constitucional a través de la SC 1460/2011-R de 10 de octubre, estableció que: ”La Ley Fundamental,
reconoce al Ministerio Público la atribución de ejercer la acción penal pública en representación de
la sociedad y del Estado, empero, dicha actuación se encuentra sujeta a principios, de los cuales no
puede apartarse, así lo dispone el art. 225: ’I. El Ministerio Público defenderá la legalidad y los
intereses generales de la sociedad, y ejercerá la acción penal pública. El ministerio público tiene
autonomía funcional, administrativa y financiera. II. El Ministerio Público ejercerá sus funciones de
acuerdo con los principios de legalidad, oportunidad, objetividad, responsabilidad, autonomía, unidad
y jerarquía‘; en concordancia con esta disposición constitucional, la Ley Orgánica del Ministerio
Público, también establece que este órgano, sujeta su actuar a los principios de unidad, jerarquía,
objetividad, obligatoriedad y probidad (arts. 4, 5, 6, 7 y 8), lo que significa que el Ministerio Público,
es único e indivisible en el ejercicio de sus funciones y cuando tenga conocimiento de la comisión de
un hecho punible, le corresponde promover de oficio la acción penal pública, observando los
principios señalados, sujetando su actuación a los criterios de justicia, transparencia, eficiencia y
eficacia, durante las distintas etapas de la investigación (preliminar, preparatoria y juicio) en las
cuales considerará no sólo las circunstancias que permitan probar o demostrar la acusación, sino,
también, aquellas circunstancias que sirvan para disminuir o eximir de responsabilidad al imputado o
acusado, empero, enmarcado en razones objetivas y generales (SC 2888/2010-R de 17 de diciembre).
En ejercicio de la titularidad de la investigación en los delitos que se encuentren en el marco de la
competencia del Ministerio Público, el art. 45.7 de la LOMP, reconoce a los fiscales de materia, la
facultad de disponer de manera fundamentada la imputación formal, el rechazo o el sobreseimiento. Al
respecto, el art. 301.3 del CPP (modificado por Ley 007 de 18 de mayo de 2010), señala que recibidas
las actuaciones policiales (informe preliminar), el fiscal, analizará su contenido y en función a ello,
optará por el rechazo de la denuncia, querella, actuaciones policiales, disponiendo el archivo de
obrados. El art. 304 del CPP, precisa que la resolución de rechazo deberá estar debidamente
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
fundamentada, cuando: «1) Resulte que el hecho no existió, que no está tipificado como delito o que el
imputado no ha participado en él; 2) No se haya podido individualizar al imputado; 3) La
investigación no haya aportado elementos suficientes para fundar la acusación; y, 4) Exista algún
obstáculo legal para el desarrollo del proceso. En los casos previstos en los numerales 2), 3) y 4), la
resolución no podrá ser modificada mientras no varíen las circunstancias que la fundamentan o se
mantenga el obstáculo que impide el desarrollo del proceso».
En consecuencia, el representante del Ministerio Público que tuviere a su cargo el ejercicio de la
acción penal pública, iniciada la investigación y efectuada la recolección de los elementos que sirvan
para demostrar la comisión del hecho delictivo si considera que son suficientes para fundar una
imputación, formalizará la misma; empero, si realizado el análisis del contenido de dichos elementos
recolectados, considera que no son suficientes para sostener inicialmente la imputación formal y
posterior acusación, rechazará la denuncia, la querella o las actuaciones policiales, en uso de la
facultad que le otorga la ley, salvando en su caso, la modificación de la resolución y reapertura de la
investigación en el supuesto de variar las circunstancias que dieron lugar al rechazo (incs. 2, 3 y 4 del
art. 301 del CPP). En el mismo sentido se expresó en la citada SC 2288/2010-R‘“.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que resuelva la pretensión del afectado con la resolución de primer grado” (resaltado
propio) (Auto Supremo 438 de 11 de octubre de 2006).
Ampliando dicho razonamiento, este Tribunal estableció los siguientes lineamientos
en cuanto al juicio de admisibilidad del recurso de apelación restringida, con la
finalidad de evitar una rigurosidad excesiva en la verificación del cumplimiento de
los requisitos legales para su admisión, que signifiquen una negación de acceso a la
justicia del impugnante, elemento del derecho-garantía-principio del debido proceso:
“Compete a los Tribunales Departamentales de Justicia en el marco previsto por los
arts. 51.2) y 407 y siguientes del CPP, examinar el cumplimiento de los requisitos de
admisibilidad y resolver la admisión del recurso de apelación restringida; al llevar a
cabo esta misión, no pueden aplicar las normas de modo automático ni literal, sino
que su actividad debe estar regida por una serie de principios que tiene su base en el
derecho a la tutela judicial efectiva y a un debido proceso con todas las garantías,
considerando que el principio pro actione es el principio informador de las normas
procesales penales; en ese sentido, cuando el Tribunal de apelación interpreta y
aplica de forma excesivamente rigurosa y formalista los criterios de admisibilidad,
vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva y el debido proceso, que buscan
efectivizar la posibilidad de que todos puedan utilizar los recursos procesales
previstos por ley, sin obstáculos innecesarios, desproporcionados o carentes de
justificación, de ahí que la norma procesal no permite un rechazo in limine sino que a
efectos de garantizar el derecho al recurso, a la tutela judicial efectiva y al debido
proceso en caso de existir un defecto u omisión de forma, el juez o tribunal de
apelación debe hacerlo conocer al recurrente a través de observaciones claras y
precisas, otorgándole un plazo de tres días para que amplíe o corrija, bajo
apercibimiento de rechazo.
Incluso después de la corrección efectuada por la parte recurrente, el
Tribunal de apelación no debe aplicar las normas en su estricta literalidad,
ni actuar arbitrariamente en el ejercicio del poder valorativo para
determinar si un recurrente ha cumplido o no con los requisitos de
admisibilidad, esta labor tiene su freno en la Constitución; esto no supone
que tenga la obligación de admitir todo recurso que se formule, por el
contrario en ejercicio de la facultad que la propia ley le reconoce, puede
perfectamente inadmitirlo cuando la falta de fundamentos sea evidente,
cierta y patente; pero la determinación debe estar fundamentada en la
aplicación e interpretación de la norma en el ámbito del acceso al recurso, la
tutela judicial efectiva y el principio pro actione.
En ese ámbito, a los efectos de la valoración del cumplimento de los requisitos de
admisibilidad, deben aplicarse los criterios rectores de la actividad jurisdiccional como
los principios de interpretación más favorable, de proporcionalidad y de subsanación.
El principio de interpretación más favorable a la admisión del recurso.- Partiendo del
derecho del acceso al recurso, se entiende que la Constitución contiene un mandato
positivo que obliga a interpretar la normativa vigente en el sentido más favorable para
la efectividad del derecho fundamental, de forma que, aunque las formas y requisitos
del proceso cumplen un papel importante para la ordenación del proceso, no toda
irregularidad formal puede convertirse en un obstáculo insubsanable para su
prosecución, este criterio tiene límites, atendiendo el carácter bilateral de un proceso,
al efecto el juzgador deberá considerar si la norma aplicada permite otra
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
interpretación alternativa y segundo si la interpretación adoptada es arbitraria o
inmotivada.
Principio de proporcionalidad.- Los defectos determinantes de inadmisión deben
interpretarse con criterios de proporcionalidad que tengan en cuenta los efectos de la
inobservancia de la regla en relación con la finalidad de los requisitos y presupuestos
procesales o dicho de otro modo, la interpretación debe realizarse teniendo en cuenta
la efectividad del derecho constitucional; en ese sentido, la mayor o menor severidad
en la exigencia de los requisitos de admisión guardara proporción con el fin.
c. Principio de subsanación.- En la legislación boliviana está recogido por el art.
399 del CPP, en cuya virtud el rechazo de un recurso de apelación restringida
defectuosamente preparado o interpuesto, no podrá ser rechazado sin antes darse
oportunidad a su subsanación cuando esta sea susceptible de reparación” –resaltado
propio- (Auto Supremo 098/2013-RRC de 15 de abril).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
concluya que fue correcta la operación lógica del juzgador en la valoración probatoria
conforme a la sana crítica, pueda resolver en forma directa a través del pronunciamiento de
una nueva sentencia, adecuando correctamente la conducta del imputado al tipo penal que
corresponda, respetando en su caso la aplicación del principio iura novit curia, ya sea para
condenar al imputado o en su caso, para declarar su absolución, de no poder subsumirse la
conducta al o los tipos penales, por no ser punible penalmente el hecho o porque no reúne
todos los elementos de delito.
En consecuencia, este Tribunal considera necesario establecer la siguiente sub regla: El
Tribunal de alzada en observancia del art. 413 última parte del CPP, puede emitir nueva
sentencia incluso modificando la situación del imputado de absuelto a condenado o de
condenado a absuelto, siempre y cuando no proceda a una revalorización de la
prueba, menos a la modificación de los hechos probados en juicio al resultar
temas intangibles, dado el principio de inmediación que rige el proceso penal boliviano;
supuestos en los cuales, no está eximido de dar estricta aplicación del art. 124 del CPP, esto
es, fundamentar suficientemente su determinación, ya sea para la absolución o condena del
imputado y respectiva imposición de la pena”.
De ello, se comprende que cuando los hechos se encuentran establecidos, el Tribunal de
alzada ante la errónea aplicación de la norma sustantiva en la que hubiere incurrido el
Tribunal de sentencia, en observancia de la última parte del art. 413 del CPP, puede emitir
nueva sentencia.
FALSEDAD IDEOLÓGICA/Atipicidad
AUTO SUPREMO Nº 717/2014-RRC
Sucre, 10 de diciembre de 2014
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Atipicidad
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Auto Supremo 262/2012-RA de 19 de octubre, estableció el siguiente
entendimiento: “El derecho a la impugnación en materia penal es de carácter
personalísimo, el cual debe ser ejercido por quien tenga legitimidad activa, conforme
se entiende de lo dispuesto por el segundo párrafo del art. 394 del CPP, cuando
señala en forma precisa que: ’El derecho de recurrir corresponderá a quién le sea
expresamente permitido por ley.’; de esta manera se infiere que tiene legitimación
activa para recurrir de una resolución judicial dictada en un juicio penal, el
sujeto procesal que hubiera sufrido algún agravio, entre estos están el
imputado, la parte acusadora, la víctima y en su caso el defensor público quien
no requiere de mandato conforme dispone el art. 109 del CPP, por ello corresponde
precisar que el abogado patrocinador particular carece de facultad para interponer
recursos en representación de su defendido, esto porque la defensa materia penal es
personalísima”.
Si bien el Auto Supremo que precede, constituye una Resolución de admisibilidad de
un recurso de casación, pero en este fallo con la finalidad de resolver la admisión o
no del recurso planteado por un abogado particular, se estableció un entendimiento,
por el que se precisó que el abogado particular carece de legitimación activa
para interponer recursos en representación del imputado, esto por no ser el
directamente afectado con los supuestos agravios que contendría la resolución
recurrida.
Identificados los precedentes citados por la parte imputada en calidad de
contradictorios, se tiene respecto a esta primera problemática, relativa a la supuesta
falta de legitimación del abogado-apoderado para interponer recurso de apelación
restringida; que la denuncia refiere que el abogado apoderado del SIN, interpuso
recurso de apelación sin tener legitimación, pues el poder otorgado por la
representante legal de dicha institución, era insuficiente, ya que no autorizaba la
interposición de recursos, observación que realizó al contestar la apelación y en la
audiencia de fundamentación, misma que no fue respondida por el Tribunal de
alzada; contradiciendo el entendimiento asumido por los Autos Supremos 177 de 27
de mayo de 2005 y 262/2012-RA de 19 de octubre.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
omisión en la consideración de ese acto procesal traducido en la respuesta, representa
efectivamente la vulneración al derecho de igualdad jurídica, ya que no se le otorgó al
recurrente una respuesta sobre su pretensión jurídica ”.
Del referido contenido, es posible concluir que existe similitud de supuestos fácticos
procesales entre el precedente invocado y el motivo de casación relativo a la falta de
consideración por el Tribunal de apelación del memorial de respuesta del actual recurrente al
recurso de apelación de la víctima; en consecuencia, también corresponde ingresar al fondo
de la problemática planteada.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Falsificado, donde constató que el Auto de Vista entonces recurrido ante la denuncia de
defectuosa valoración de la prueba, no ejerció el control de verificación de la correcta
fundamentación probatoria siendo equivocado el justificativo de que el ejercicio de esa labor
constituiría revalorización de la prueba; toda vez, que si bien es indiscutible que la apelación
restringida no es un medio legítimo para la revalorización de la prueba, esa limitación no
significa que el Tribunal de alzada no pueda ejercer la función de examinar la
fundamentación probatoria intelectiva de la sentencia y con ello evidenciar si el Juez de
primera instancia aplicó la sana crítica, teniendo en cuenta que de acuerdo con la doctrina
legal aplicable, el Tribunal de apelación, verificará a tiempo de resolver el recurso de
apelación restringida, el proceso lógico seguido por el juzgador en su razonamiento a través
del examen sobre la aplicación de las reglas de la sana crítica en la fundamentación de la
sentencia, cotejando si en su fundamentación se observaron las reglas fundamentales de la
lógica, la psicología y la experiencia; aspecto que, no fue cumplido por el Tribunal de alzada,
situación por el que fue dejado sin efecto la Resolución entonces recurrida.
De la revisión y análisis de antecedentes, se evidencia que la parte recurrente denunció bajo
el título vulneración al debido proceso en su componente valoración defectuosa de la prueba
que se aleja de los marcos y reglas de la sana crítica (Defecto de sentencia establecido por el
art. 370 inc. 6), que respecto a la documental MP11 se alejó de las reglas de la sana crítica,
ya que la sentencia había establecido que el uso de la declaratoria de herederos 47/2011
ameritó el inicio de un interdicto de retener la posesión ante el juzgado agrario por parte de
las víctimas; empero afirman, que la documental MP11 sería de 3 de mayo de 2011 cuando
no existía la declaratoria de herederos por lo que mal establecería el Tribunal de sentencia al
señalar que el proceso de interdicto de retener la posesión fue una consecuencia de la
utilización del testimonio 47/2011, alejándose las reglas de la sana crítica, ya que la demanda
de interdicto de retener la posesión de 3 de mayo de 2011 se basó en hechos acaecidos del
19 de abril de 2011 y no menciona en absoluto una declaratoria de herederos que recién fue
dictada el 12 de mayo de 2011 y el testimonio recién salió el 26 de mayo de ese año,
denuncia que fue desestimada por el Tribunal de alzada, que sobre el reclamo señaló que
el apelante reitera el juego de fechas para dar la apariencia que el Testimonio 47/2011 al ser
de una fecha posterior al interdicto de retener la posesión, no constituiría un elemento del
Uso de Instrumento Falsificado; empero, aclaró que dicho testimonio consolidó la venta de 17
de febrero de 2011 efectuada por los acusados, quienes en dicho documento privado habían
sostenido que el bien que transfieren fue adquirido por herencia, cuya declaratoria se
encontraba en trámite.
De esta relación necesaria de antecedentes, se evidencia que el Tribunal de Alzada al
momento de emitir el Auto de Vista respecto a este motivo verificó el cuestionamiento de los
apelantes y no expuso argumentos evasivos; puesto que, explicó, que si bien el Testimonio
de declaratoria de herederos fuere de fecha posterior; no obstante, dicho testimonio habría
consolidado la venta de 17 de febrero de 2011, donde los acusados en dicho documento
privado habían sostenido que el bien que transfieren fue adquirido por herencia, cuya
declaratoria se encontraba en trámite, fundamentos que resultan coherentes, que si bien no
son extensos; sin embargo, se tiene que el Tribunal de alzada efectuó su deber de control
respecto a la valoración de la prueba signada como MP11 cuestionado por los recurrentes.
Por los argumentos expuestos se concluye que el Tribunal de alzada al momento de emitir el
Auto de Vista recurrido respecto a este motivo, fundamentó del por qué la improcedencia del
recurso de apelación restringida interpuesto por la parte recurrente, no existiendo
contradicción con los Autos Supremos invocados como afirman los recurrentes; toda vez, que
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el Tribunal de alzada resolvió de manera fundamentada efectuando su deber de control
respecto a la valoración de la prueba cuestionada; toda vez, que aclaró que si bien el
testimonio de declaratoria de herederos fue emitido en fecha posterior; sin embargo, explicó
que la entrega de dicho testimonio consolidó la venta de 17 de febrero de 2011; en
consecuencia, este motivo deviene en infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuestionar el resultado de las valoraciones a través del incumplimiento de
formalidades, actuación reprochable desde todo punto de vista.
Descriptor: Falta de ética
Restrictor: recurrente no puede alegar un error que consintió para tratar de
invalidar un acto.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: Por último, respecto a la aducida falta de
fundamentación de la Sentencia también se constata que el Tribunal de alzada de
manera pormenorizada analizó la Sentencia estableciendo que cumplió con el art.
124 del CPP, cumpliendo con la asignación de valor a cada uno de los elementos de
prueba, tanto de cargo como de descargo, con aplicación de las reglas de la sana
crítica y prudente arbitrio, justificando y fundamentando adecuadamente las
razones por la cuales les otorgó determinado valor, en base a la apreciación
conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida en juicio. Igualmente,
advirtió que enumeró el hecho objeto del juicio y efectuó su determinación
circunstanciada, además de haber relacionado los hechos con los demás medios de
prueba aportados por el Ministerio Público, relevando el estudio toxicológico
efectuado sobre las sustancias encontradas en poder del imputado, que concluyó en
que se trataba de cocaína, dando como resultado su culpabilidad, culminando en
que la Sentencia no incurrió en ninguno de los defectos establecidos en el art. 370
del CPP.
Descriptor: Falta de Fundamentación
Restrictor: Deben aplicarse las reglas de la sana crítica y prudente arbitrio en la
valoración de la prueba
[574]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: La relación precedente, claramente denota que el
Tribunal de alzada incurrió en absoluta falta de fundamentación, toda vez que no
cumplió con la obligación de pronunciarse observando la previsión establecida en el
art. 124 y 398 del CPP, en otorgar una respuesta cabal y precisa a los
cuestionamientos planteados por el imputado en el recurso de apelación restringida,
absolviendo cada punto cuestionado y emitiendo criterios jurídicos en base a los
parámetros de especificidad, claridad, completitud, legitimidad y logicidad, hecho
inexistente en el sub lite, toda vez que no es suficiente señalar de manera genérica y
desprovista, que la Sentencia no se encuentra motivada y fundamentada, y sin más
justificación disponer la nulidad de la Sentencia, en contrasentido a todo lo que
pregona respecto de la exigencia y el deber de fundamentación y motivación para
otorgar validez a una resolución, inclusive apoyado en la línea jurisprudencia! que
emerge de la doctrina legal aplicable y Sentencias Constitucionales, que no observa
en la emisión de su propia determinación de manera fundamentada y motivada; es
más, de manera incongruente al asumir la procedencia en parte de los recursos de
apelación restringida, no explica qué aspectos o motivos fueron analizados y
finalmente acogidos para arribar a esa conclusión; situación o carencia de
fundamentación que representa defecto absoluto inconvalidable presente en la labor
del Tribunal de alzada.
Descriptor: Falta de Fundamentación
Restrictor: No es suficiente señalar de manera genérica y desprovista, que la
Sentencia no se encuentra motivada y fundamentada y sin más justificación
disponer la nulidad de la Sentencia
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
finalmente sirve para crear la jurisprudencia, entendida como el conjunto de las
enseñanzas que derivan de las sentencias judiciales.
De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa,
clara, legítima y lógica.
a) Expresa: porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o a
las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley
exige que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando
sus propias argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él,
para arribar a la conclusión.
b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan,
aún por los legos.
c) Completa: la exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las partes
en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos decisivos que
justifican cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas las
cuestiones esenciales o fundamentales que determinan el fallo. En este sentido,
cualquier aspecto de la indagación susceptible de valoración propia, asume
individualidad a los fines de la obligación de motivar; y sobre la base del principio de
exhaustividad habrá falta de motivación, cuando se omita la exposición de los
razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre los hechos
secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza también a
ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la conclusión
sobre la causa petendi.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las
conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las
denuncias formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre
en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los que las partes
han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el objeto del recurso. Al
conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre, en las formas de
incongruencia conocidas como ultra petita, citra petita o extra petita partium.
d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las
denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del
proceso. Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas
del objeto particular del recurso deducido, no esta debidamente motivada.
e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad, de
ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral,
empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la
sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es
decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Así también, este Tribunal a través del Auto Supremo 319/2012-RRC de 4 de
diciembre, ratificó y complementó la doctrina legal sobre la falta de fundamentación
y desarrollando los fundamentos de la misma determinó que: “El art. 115.I de la
CPE, reconoce el derecho de acceso a la justicia, al disponer que toda persona será
protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos; este derecho, considerado como el que tiene, toda
persona de recurrir ante un Juez o Tribunal superior competente e imparcial, para
hacer valer sus pretensiones; también reconocido por los instrumentos internacionales
como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el art. 8; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en su art. 8.2 inc. h); y, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, en su art. 14.
Así, si una resolución cumple con la garantía de la debida motivación y está
sustentada en argumentos claros, también cumple con otras dos garantías
adicionales, una en interés de las partes y otra en interés de la sociedad en general:
la de hacer asequible el acceso a la justicia mediante la utilización de los recursos y la
de garantizar el derecho a la publicidad, pues una sentencia obscura no permite el
acceso a este derecho, pero una sentencia clara la garantiza y la hace realmente
efectiva, en tanto que no sólo se tiene acceso a ella, sino además que cumple con la
función última de hacer saber a la sociedad por qué el juzgador falló de una
determinada manera y no de otra.
De ahí que los fallos deben ser debidamente fundamentados, no siendo suficiente que
el juzgador se limite a transcribir los antecedentes procesales, los fundamentos de las
partes o hacer una relación de normas legales sin que se ponga en evidencia el iter
lógico, o camino del razonamiento, a efecto de arribar a determinada conclusión, para
de esta manera cumplir con la previsión del art. 124 del CPP, lo contrario significaría
vulneración al debido proceso en su elemento de la debida fundamentación y
motivación de las resoluciones judiciales, …”.
De ello, se establece que los Tribunales de alzada a momento de emitir sus fallos
deben tener presente estos requisitos, pues su función de controlador debe abocarse
a responder a todos los puntos denunciados por los recurrentes, no siendo
necesaria una respuesta extensa, lo contrario sería incurrir en falta de
fundamentación, vulnerando el debido proceso, incumpliendo las exigencias de los
arts. 124 y 398 del CPP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
es una garantía constitucional de justicia, fundada en el régimen republicano de
gobierno que, al asegurar la publicidad de las razones que tuvieron en cuenta los
jueces para pronunciar sus sentencias, permiten el control del pueblo, sobre su
conducta, resguardando con ello a los particulares y a la colectividad contra las
decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde también a otros fines, ya
que podrán los interesados conocer las razones que justifican el fallo y decidir su
aceptación o fundar su impugnación por los medios que la ley concede. Al mismo
tiempo brinda al Tribunal de alzada el material necesario para ejercer su control, y
finalmente sirve para crear la jurisprudencia, entendida como el conjunto de las
enseñanzas que derivan de las sentencias judiciales (sic).
De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser
expresa, clara, legítima y lógica.
a) Expresa: porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o a
las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley
exige que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando
sus propias argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él,
para arribar a la conclusión.
b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan,
aún por los legos.
c) Completa: la exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las
partes en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos
decisivos que justifican cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas
las cuestiones esenciales o fundamentales que determinan el fallo. En este
sentido, cualquier aspecto de la indagación susceptible de valoración propia, asume
individualidad a los fines de la obligación de motivar; y sobre la base del principio de
exhaustividad habrá falta de motivación, cuando se omita la exposición de
los razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre
los hechos secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza
también a ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la
conclusión sobre la causa petendi.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las
conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las
denuncias formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre
en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los
que las partes han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen
el objeto del recurso. Al conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano
judicial incurre, en las formas de incongruencia conocidas como ultra petita, citra
petita o extra petita partium.
d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las
denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del
proceso. Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas
del objeto particular del recurso deducido, no está debidamente motivada.
e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad,
de ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral,
empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es
decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.
Así también, este Tribunal a través del Auto Supremo 319/2012-RRC de 4 de
diciembre, ratificó y complementó la doctrina legal sobre la falta de fundamentación
y desarrollando los fundamentos de la misma determinó que: “El art. 115.I de la
CPE, reconoce el derecho de acceso a la justicia, al disponer que toda persona será
protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos; este derecho, considerado como el que tiene, toda
persona de recurrir ante un Juez o Tribunal superior competente e imparcial, para
hacer valer sus pretensiones; también reconocido por los instrumentos internacionales
como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el art. 8; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en su art. 8.2 inc. h); y, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, en su art. 14.
Así, si una resolución cumple con la garantía de la debida motivación y está
sustentada en argumentos claros, también cumple con otras dos garantías
adicionales, una en interés de las partes y otra en interés de la sociedad en
general: la de hacer asequible el acceso a la justicia mediante la utilización de los
recursos y la de garantizar el derecho a la publicidad, pues una sentencia obscura no
permite el acceso a este derecho, pero una sentencia clara la garantiza y la hace
realmente efectiva, en tanto que no sólo se tiene acceso a ella, sino además que
cumple con la función última de hacer saber a la sociedad por qué el juzgador falló de
una determinada manera y no de otra.
De ahí que los fallos deben ser debidamente fundamentados, no siendo
suficiente que el juzgador se limite a transcribir los antecedentes procesales,
los fundamentos de las partes o hacer una relación de normas legales sin que
se ponga en evidencia el iter lógico, o camino del razonamiento, a efecto de
arribar a determinada conclusión, para de esta manera cumplir con la
previsión del art. 124 del CPP, lo contrario significaría vulneración al debido
proceso en su elemento de la debida fundamentación y motivación de las
resoluciones judiciales, …”.
De ello, se establece que los Tribunales de alzada a momento de emitir sus fallos
deben tener presente estos requisitos, pues su función de controlador debe abocarse
a responder de manera fundamentada a los puntos denunciados por los
recurrentes, no siendo necesaria una respuesta extensa, lo contrario sería incurrir
en vulneración al debido proceso, incumpliendo la exigencia del art. 124 del CPP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
conducta, resguardando con ello a los particulares y a la colectividad contra las
decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde también a otros fines, ya
que podrán los interesados conocer las razones que justifican el fallo y decidir su
aceptación o fundar su impugnación por los medios que la ley concede. Al mismo
tiempo brinda al Tribunal de alzada el material necesario para ejercer su control, y
finalmente sirve para crear la jurisprudencia, entendida como el conjunto de las
enseñanzas que derivan de las sentencias judiciales.
De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser
expresa, clara, legítima y lógica.
a) Expresa: porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o a
las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley
exige que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando
sus propias argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él,
para arribar a la conclusión.
b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan,
aún por los legos.
c) Completa: la exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las
partes en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos
decisivos que justifican cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas
las cuestiones esenciales o fundamentales que determinan el fallo. En este
sentido, cualquier aspecto de la indagación susceptible de valoración propia, asume
individualidad a los fines de la obligación de motivar; y sobre la base del principio de
exhaustividad habrá falta de motivación, cuando se omita la exposición de
los razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre
los hechos secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza
también a ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la
conclusión sobre la causa petendi.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las
conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las
denuncias formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre
en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los que las partes
han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el objeto del recurso. Al
conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre, en las formas de
incongruencia conocidas como ultra petita, citra petita o extra petita partium.
d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las
denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del
proceso. Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas
del objeto particular del recurso deducido, no está debidamente motivada.
e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad,
de ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral,
empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la
sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es
decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Así también, este Tribunal a través del Auto Supremo 319/2012-RRC de 4 de
diciembre, ratificó y complementó la doctrina legal sobre la falta de fundamentación
y desarrollando los fundamentos de la misma determinó que: “El art. 115.I de la
CPE, reconoce el derecho de acceso a la justicia, al disponer que toda persona será
protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos; este derecho, considerado como el que tiene, toda
persona de recurrir ante un Juez o Tribunal superior competente e imparcial, para
hacer valer sus pretensiones; también reconocido por los instrumentos internacionales
como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el art. 8; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en su art. 8.2 inc. h); y, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, en su art. 14.
Así, si una resolución cumple con la garantía de la debida motivación y está
sustentada en argumentos claros, también cumple con otras dos garantías
adicionales, una en interés de las partes y otra en interés de la sociedad en
general: la de hacer asequible el acceso a la justicia mediante la utilización de los
recursos y la de garantizar el derecho a la publicidad, pues una sentencia obscura no
permite el acceso a este derecho, pero una sentencia clara la garantiza y la hace
realmente efectiva, en tanto que no sólo se tiene acceso a ella, sino además que
cumple con la función última de hacer saber a la sociedad por qué el juzgador falló de
una determinada manera y no de otra.
De ahí que los fallos deben ser debidamente fundamentados, no siendo
suficiente que el juzgador se limite a transcribir los antecedentes procesales,
los fundamentos de las partes o hacer una relación de normas legales sin que
se ponga en evidencia el iter lógico, o camino del razonamiento, a efecto de
arribar a determinada conclusión, para de esta manera cumplir con la
previsión del art. 124 del CPP, lo contrario significaría vulneración al debido
proceso en su elemento de la debida fundamentación y motivación de las
resoluciones judiciales, …” (sic).
De ello, se establece que los Tribunales de alzada a momento de emitir sus fallos
deben tener presente estos requisitos, pues su función de controlador debe abocarse
a responder de manera fundamentada a los puntos denunciados por los
recurrentes, no siendo necesaria una respuesta extensa, lo contrario sería incurrir
en vulneración al debido proceso, incumpliendo la exigencia del art. 124 del CPP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Supremo 268/2012-RRC de 24 de octubre sobre esta temática, en el cual se
estableció:“Cuando en un Tribunal de alzada se suscite disidencia respecto al
proyecto del primer relator, se debe convocar a otro Vocal, convocatoria que
necesariamente debe ser notificada a las partes en el domicilio que hubieran señalado
al momento de la interposición de su recurso y en su defecto, en el domicilio señalado
en el Tribunal de Sentencia, a efectos de que puedan ejercer o no su derecho a
recusar a dicho Magistrado, en resguardo del derecho a la defensa y al juez natural
en su elemento de imparcialidad; la falta de notificación legal en el domicilio señalado
por las partes, es contrario al principio de publicidad en la administración de justicia,
puesto que si las actuaciones o decisiones no son públicas, difícilmente los sujetos
procesales tendrán la posibilidad de ejercer la contradicción al interior del proceso
respectivo; sobre el particular, el art. 5 concordante con el 84 del CPP señala: ‘...El
imputado podrá ejercer todos los derechos y garantías que la Constitución, las
Convenciones y los Tratados Internacionales vigentes y este Código le reconozcan,
desde el primer acto del proceso hasta su finalización’, uno de esos derechos, es
precisamente el de ser debidamente informado oportunamente en las diversas
instancias del proceso, que permite materializar dentro de este, el derecho a la
defensa en igualdad de condiciones, y en de definitiva, permite ejercer a las partes,
su derecho a ser oído (art. 1 del CPP)”.
dilaciones´, precepto que distingue esta garantía fundamental, y que debe ser
interpretada siempre conforme al principio de favorabilidad, antes que
restrictivamente, sea cual fuere la característica del proceso (administrativo, judicial o
constitucional); con ese antecedente, cabe señalar que la jurisprudencia
constitucional, al referirse al derecho a la defensa resaltó sus alcances señalando,
que es el derecho que tienen las personas, cuando se encuentran sometidas a un
proceso con formalidades específicas, a tener una persona idónea que pueda
patrocinarle y defenderle oportunamente, mientras que un segundo elemento o
alcance, es el entendido como el derecho que precautela a las personas para que en
los procesos que se les inicia, tengan conocimiento y acceso de los actuados, e
impugnen los mismos con igualdad de condiciones conforme a procedimiento
preestablecido, y por ello mismo, resulta inviolable por las personas o cualesquier
autoridad, entendimiento asumido también en el Auto Supremo 225/2012-RRC de 16
de octubre”, agregando que, cuando no se efectiviza la comunicación con este
actuado procesal (convocatoria de Vocal) a las partes, se “…impide el conocimiento
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
oportuno de las actuaciones efectuadas en el proceso, y que resulta contrario al
principio de publicidad en la administración de justicia, puesto que si las actuaciones
o decisiones no son públicas, difícilmente los sujetos procesales tendrán la posibilidad
de ejercer la contradicción al interior del proceso respectivo; sobre el particular, el art.
5 concordante con el art. 84 del CPP, señala: ‘...El imputado podrá ejercer todos los
derechos y garantías que la Constitución, las Convenciones y los Tratados
Internacionales vigentes y este Código le reconozcan, desde el primer acto del proceso
hasta su finalización´, uno de esos derechos, es precisamente el de ser debidamente
informado en las diversas instancias del proceso, que permite materializar dentro de
este, el derecho a la defensa en igualdad de condiciones, y en de definitiva, ejercer su
derecho a ser oído (art. 1 del CPP…”.
[583]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
individual en primera instancia -fundamentación probatoria descriptiva-, y no
asignar el valor correspondiente a cada medio de prueba en forma individual en
primer lugar para posteriormente hacer una valoración conjunta y armónica
-valoración probatoria intelectiva-; falta de fundamentación probatoria que
constituye defecto absoluto conforme lo dispuesto por el art. 169 inc. 3) del CPP, por
vulnerar el debido proceso en su elemento la debida fundamentación, criterio que
fue asumido por este Tribunal en varios Autos Supremos, entre ellos, el 354/2014-
RRC de 30 de julio, que dispone: "En cuanto a la fundamentación probatoria, siendo
el juzgador de mérito, el único facultado para valorar prueba la ausencia de
fundamentación, sea descriptiva o intelectiva, implica defecto absoluto
inconvalidable, toda vez que, conforme nuestro sistema recursivo, el Tribunal de
alzada no puede suplir la fundamentación probatoria, porque ello implica valoración
de la prueba; pues, la falta de fundamentación descriptiva sobre alguna de las
pruebas, impide el control sobre ella; de la misma forma, la ausencia de
fundamentación intelectiva, impide verificar, si la valoración de la prueba, sea
individual o conjunta, se hizo en correcta aplicación de las reglas de la sana
crítica."; y el cual amerita la nulidad de la Sentencia, al no tener el Tribunal de
alzada facultad para la revisión de hechos o valoración de prueba, al ser la misma
facultad privativa de los Jueces y Tribunales de Sentencia; por lo que la
determinación del Tribunal de alzada a tiempo de anular totalmente la Sentencia, se
ajusta a las normas legales y la doctrina legal aplicable sentada por este Tribunal,
no siendo evidente la supuesta falta de fundamentación en el Auto de Vista
impugnado, respecto a este punto, en el que el Tribunal de alzada identificó
claramente en que considerando de la Sentencia se encuentra esa defectuosa
valoración probatoria, señalando además que el A quo en el considerando VII bajo el
acápite "APRECIACIÓN CONJUNTA DE TODA LA PRUEBA ESCENCIAL
PRODUCIDA" (sic), se limitó a transcribir reiterativamente las declaraciones
testificales, sin asignarles a las mismas ningún valor probatorio.
Descriptor: Falta de fundamentación probatoria
Restrictor: Tribunal de Sentencia debe describir la prueba de forma individual en
primera instancia -fundamentación probatoria descriptiva-, y asignar el valor
correspondiente a cada medio de prueba en forma individual en primer lugar para
posteriormente hacer una valoración conjunta y armónica -valoración probatoria
intelectiva.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
el sentido de que el control jurisdiccional que puede efectuarse respecto a los Fiscales de Distrito
-ahora Fiscales Departamentales- incluso de manera posterior a la ratificatoria de una resolución de
sobreseimiento únicamente puede referir al procedimiento como por ejemplo omisiones en la
notificación a las partes procesales, dilación en la emisión de la correspondiente resolución, entre
otras, que incidan directamente en derechos fundamentales y garantías constitucionales pero de
ninguna manera a los argumentos o a la fundamentación invocados por la autoridad fiscal superior
jerárquica de forma que para la impugnación a una indebida interpretación de legalidad, la errónea
valoración probatoria o una omisión valorativa, no es necesario agotar previamente al planteamiento
del amparo constitucional el control jurisdiccional, por lo que previo cumplimiento de requisitos
establecidos en la jurisprudencia, corresponde de forma directa su activación”, razonamiento a ser
aplicado no solamente ante la ratificación del sobreseimiento sino también ante su revocatoria, lo cual
deja expedita la vía ante la justicia constitucional y poder activar la misma a través de la presentación
directa de la acción de amparo constitucional.
[585]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
porque la obligación de motivar alcanza también a ellos en cuanto comprenden el iter a
través del cual el Tribunal llega a la conclusión sobre la causa petendi.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe referirse
al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las conclusiones a las
que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las denuncias formuladas, resolver
apartándose del petitum significa que el fallo incurre en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los que las partes han
formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el objeto del recurso. Al conceder más,
menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre, en las formas de incongruencia conocidas como
ultra petita, citra petita o extra petita partium.
d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las
denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del proceso.
Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas del objeto
particular del recurso deducido, no esta debidamente motivada.
e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad, de ahí
que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral, empleando el
razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la sana crítica y
exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es decir, sustentándolos en
las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.
Así también, este Tribunal a través del Auto Supremo 319/2012-RRC de 4 de
diciembre, ratificó y complementó la doctrina legal sobre la falta de fundamentación y
desarrollando los fundamentos de la misma determinó que: “El art. 115.I de la CPE, reconoce
el derecho de acceso a la justicia, al disponer que toda persona será protegida oportuna y
efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos; este derecho, considerado como el que tiene, toda persona de recurrir ante un
Juez o Tribunal superior competente e imparcial, para hacer valer sus pretensiones; también
reconocido por los instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, en el art. 8; la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su
art. 8.2 inc. h); y, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su art. 14.
Así, si una resolución cumple con la garantía de la debida motivación y está
sustentada en argumentos claros, también cumple con otras dos garantías
adicionales, una en interés de las partes y otra en interés de la sociedad en
general: la de hacer asequible el acceso a la justicia mediante la utilización de los recursos y
la de garantizar el derecho a la publicidad, pues una sentencia obscura no permite el acceso
a este derecho, pero una sentencia clara la garantiza y la hace realmente efectiva, en tanto
que no sólo se tiene acceso a ella, sino además que cumple con la función última de hacer
saber a la sociedad por qué el juzgador falló de una determinada manera y no de otra.
De ahí que los fallos deben ser debidamente fundamentados, no siendo suficiente
que el juzgador se limite a transcribir los antecedentes procesales, los
fundamentos de las partes o hacer una relación de normas legales sin que se
ponga en evidencia el iter lógico, o camino del razonamiento, a efecto de arribar a
determinada conclusión, para de esta manera cumplir con la previsión del art. 124
del CPP, lo contrario significaría vulneración al debido proceso en su elemento de
la debida fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales, …”.
Por lo expuesto, los Tribunales de alzada a momento de emitir sus fallos deben tener
presente estos requisitos, pues su función de control debe abocarse a responder de manera
fundamentada a todos los puntos denunciados, no siendo necesaria una respuesta extensa;
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
puesto que, de no hacerlo incurriría en falta de fundamentación, incumpliendo lo previsto por
el art. 124 del CPP.
[587]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En cuanto a la supuesta vulneración del art. 116 CPE que dispone “I. Se garantiza
la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda sobre la norma
aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado. II. Cualquier sanción
debe fundarse en una ley anterior al hecho punible”, y el art. 180 de la misma
norma suprema: “I. La jurisdicción ordinaria se funda en los principios procesales
de gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad,
legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido
proceso e igualdad de las partes ante el juez. II. Se garantiza el principio de
impugnación en los procesos judiciales. III. La jurisdicción ordinaria no reconocerá
fueros, privilegios ni tribunales de excepción. La jurisdicción militar juzgará los
delitos de naturaleza militar regulados por ley”; este Tribunal no establece la
vulneración de ninguna de las garantías tuteladas por las normas supremas
referidas precedentemente; por lo que corresponde declarar este motivo de casación,
infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
efectos del proceso con la entrega de la resolución a los abogados que patrocinan o
defienden la causa…
II. Los errores o inobservancias del procedimiento, pueden ser calificados
como lesivos a la Garantía del debido proceso y, consiguientemente,
anulables, solo en aquellos casos en los que tengan relevancia constitucional,
es decir, cuando los defectos o errores in procedendo provoquen indefensión material
a la parte procesal que los denuncia y además sea determinante para la decisión
judicial adoptada en el proceso, de manera tal que de no haberse producido dicho
defecto el resultado sería otro; pues, no tiene sentido jurídico alguno anular los actos
procesales y disponer se subsanen los defectos procedimentales en los que habría
incurrido, cuando al final de ellos se arribará a los mismos resultados a los que se
alcanzó mediante el acto procesal observado, en razón de que en este último caso se
produciría un resultado adverso al sentido y esencia de la garantía del debido
proceso, ya que simplemente demoraría la sustanciación del proceso judicial para
llegar al mismo resultado. Es así que surge también la obligación de demostrar
objetivamente la vulneración de derechos fundamentales para disponerse la
nulidad de actos procesales.
Las nulidades consisten en la invalidación de actos cumplidos e ingresados al proceso
sin observarse las exigencias legales impuestas para su realización, en tal sentido, no
todo defecto o no toda irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento
produce la nulidad y para declarar dicha nulidad se debe tomar en cuenta
determinados principios como: no hay nulidad sin texto, vale decir, que la
irregularidad de la que adolece el acto debe estar sancionada de manera expresa,
pero además debe tener trascendencia, es decir, que el vicio debe ser de tal magnitud
que impida al acto cumplir con las formalidades para el cual fue establecido en orden
al derecho o garantía que se dice violado; pero además las nulidades deben ser
interpretadas de manera restrictiva a efectos de evitar se desvirtúe el régimen legal
mediante una interpretación extensiva o analógica y finalmente debe tomarse en
cuenta el interés, pues no hay nulidad por la nulidad misma en sentido de que la
nulidad puede ser pronunciada cuando el incumplimiento de las formas se traduce en
un efectivo menoscabo a los intereses de la defensa. Consiguientemente, exacerbar
privilegios o garantías constitucionales en una incorrecta aplicación, daña el supremo
interés u orden público afectando la seguridad del cuerpo social.
Toda vez que el sistema procesal penal vigente en el país tiene diseñado un
procedimiento penal finalista y no formalista, se reconoce la corrección de la actividad
procesal defectuosa y no así la nulidad de actuados con reposición de obrados,
siendo así que el art. 168 del Código de Procedimiento Penal dispone: ‘Siempre que
sea posible, el juez o tribunal, de oficio o a petición de parte, advertido del defecto,
deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el error o
cumpliendo el acto omitido’, quedando convalidados aquellos actos procesales que no
obstante presentar un defecto no calificado como absoluto (1) no hayan sido
oportunamente observados por las partes pidiendo se subsanen, (2) acepten expresa
o tácitamente los efectos del acto o (3) no obstante la irregularidad el acto consiguió su
fin con respecto a todos los interesados, conforme así previene el art. 170 del Código
de Procedimiento Penal’” (resaltado propio).
Conforme a los razonamientos expuestos, se concluye que cualquier denuncia de
incumplimiento de las normas procesales sobre las que se pide su nulidad a título
de defecto absoluto, necesariamente debe ir acompañada de la demostración del
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perjuicio provocado a la parte impugnante (vulneración de derechos y garantías), lo
contrario significaría relievar lo formal sobre lo sustancial, provocando una
innecesaria repetición de actuaciones procesales que de todas formas tendrían el
mismo resultado que el dejado sin efecto, en directo detrimento de la administración
de justicia (aparato estatal y población administrada), afectando los principios de
seguridad jurídica y celeridad.
Dentro de ese marco, corresponde verificar si el cuestionamiento de los
recurrentes, referido a la falta de notificación personal con el Auto de Vista
recurrido, no obstante constituir una resolución de carácter definitivo [art. 163 inc.
2) del Código adjetivo penal], provocó alguna lesión a los derechos y garantías de los
acusados, de tal forma que amerite disponer la nulidad de actuaciones procesales,
para lo cual, resulta ilustrativo acudir al razonamiento expuesto en el Auto Supremo
139/2015-RRC de 27 de febrero, que con carácter ejemplificador, con relación a la
diferencia entre defectos absolutos y relativos, especificó: “…dijimos que todos los
actos irregulares por incumplimiento de las formas previstas en la ley, constituyen
defectos, también señalamos que para establecer la diferencia entre defecto relativo y
absoluto, debemos revisar si el acto defectuoso vulneró efectivamente un derecho
fundamental, entonces, puede darse el caso que un mismo acto defectuoso puede ser
relativo o bien absoluto, dependiendo si incidió efectivamente o no en algún derecho o
derechos del afectado, o casos en que en el defecto procesal siempre es relativo o
absoluto, como ejemplo del primer caso, tenemos el art. 163 del CPP, que
prescribe: ‘Se notificarán personalmente: 2) Las sentencias y resoluciones de carácter
definitivo’, por lo que una notificación de este tipo de resoluciones hecha en el
domicilio procesal de la parte constituye defecto; empero, será considerado absoluto,
cuando esa infracción a la ley procesal determine el desconocimiento de la resolución
por parte del sujeto procesal, como sucede cuando el abogado que fue notificado no
informa a su defendido sobre esa comunicación procesal, existiendo desconocimiento
material de la resolución definitiva, lo que impide el ejercicio del derecho a la
impugnación de una posible resolución gravosa, lo que evidentemente conculca el
derecho fundamental al debido proceso en sus vertientes al derecho a la defensa, al
conocimiento de los actuados judiciales de relevancia y de impugnación; por tanto,
acto defectuoso absoluto; por el contrario, en el caso de que pese a dicha
irregularidad, la parte interesada interpone recurso contra la sentencia o
resolución definitiva dentro del plazo legal, el mismo defecto resulta relativo,
pues consiguió su finalidad, el cual era que el interesado asuma
conocimiento real de la resolución, siendo aplicable en este caso el art. 170
del CPP que señala: ‘Los defectos relativos quedarán convalidados en los
siguientes casos: 3) Si no obstante su irregularidad, el acto ha conseguido su
fin con respecto a todos los interesados’” (resaltado propio).
Así, de obrados se advierte que, Mery y Vilma, ambas de apellidos Santander
Monzón, fueron notificadas con el Auto de Vista 23/2014 de 14 de marzo, en su
domicilio procesal, el 4 de junio de 2014 (fs. 1829); Alcides y Valentín, de apellidos
Santander Monzón, fueron notificados con la aludida resolución, igualmente en su
domicilio procesal, el 10 de junio del mismo año (1830). No consta en el expediente,
la fecha de notificación a Dellia Santander Monzón. Al respecto, si bien es evidente
que constituyéndose un Auto de Vista que resuelve una apelación restringida, una
resolución de carácter definitivo, que conforme al art. 163 incs. 2) del CPP, debería
ser notificadopersonalmente a los sujetos procesales, no es menos evidente que no
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obstante dicha omisión, Mery, Vilma y Dellia, el 10 de junio de 2014; y, Alcides y
Valentín, todos de apellidos Santander Monzón, el 13 del mismo mes y año,
formularon recursos de casación, que de acuerdo al Auto Supremo 412/2015-RA de
25 de junio, pronunciado dentro del presente proceso, se sujetaron al plazo
previsto y exigido por el art. 417 del CPP, para la admisión del recurso de casación,
quedando desvirtuada la posible lesión que pudieron haber sufrido losimputados, en
el ejercicio de alguno de sus derechos y/o garantías, por cuanto este Tribunal, a
tiempo del análisis de admisibilidad, concibió que las diligencias de notificación
practicadas a los procesados, cumplieron su finalidad de dar a conocer su contenido
a los interesados, incluso a Dellia Santander Monzon, otorgándoles la oportunidad
de recurrir en casación el Auto de Vista 23/2014, si consideraban que no era
favorable a sus intereses, como efectivamente lo hicieron; en consecuencia, el
defecto detectado al no tener carácter absoluto, sino relativo por el efectivo
conocimiento que los acusados tuvieron de la comunicación procesal cuya de
notificaciónextrañaron, no amerita de ningún modo su nulidad.
Por otra parte, no debe soslayarse la falta de fundamentación en la que incurrió la
parte recurrente con relación al perjuicio que le habría provocado la falta de
notificación personal con el Auto de Vista recurrido, a cuyo efecto, este Tribunal
para verificar la viabilidad de ordenar la nulidad de obrados, se sujetó a los datos
del proceso, llegándose a verificar que el Tribunal de alzada de ningún modo
incurrió en contradicción con la doctrina legal invocada ni con las normas
procesales que rigen la materia, al no denotarse vulneración de derechos y
garantías alguna, que pueda constituir defecto no susceptible de convalidación; en
consecuencia, el motivo analizado deviene infundado.
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jurídico que se asigna al Auto de Vista impugnado no coincide con el o los precedentes
invocados, sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con diverso
alcance, pues debe tenerse presente que en el actual régimen de recursos establecido por el
CPP, el recurso de casación tiene como función que el Tribunal Supremo de Justicia desarrolle
la tarea de unificar la jurisprudencia a fin de asegurar la vigencia del principio de igualdad, de
forma que todo ciudadano tenga la certeza y seguridad que la norma procesal y sustantiva
será efectivamente aplicada por igual.
De tal manera que, en la labor de verificación o contraste entre lo resuelto en un caso
concreto, con lo resuelto en los precedentes invocados; primero se identifiquen plenamente
la similitud de los supuestos de hecho para que en segundo término, se analice si el
fundamento jurídico que da origen a la doctrina legal, es aplicable al caso examinado,
correspondiendo hacer hincapié en que el precedente establecido por el Tribunal Supremo o
los Tribunales Departamentales de Justicia, es de estricta observancia conforme impone el
art. 420 del CPP, en los casos en que se presente una situación de hecho similar, en
coherencia con los principios de seguridad jurídica e igualdad.
En esa línea, esta Sala Penal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de diciembre, ha
precisado que: “Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar, considera esta
Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo necesario precisar que
en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que el hecho analizado sea similar;
en cambio, en material procesal el supuesto fáctico análogo se refiere a una problemática
procesal similar”.
Ahora bien, a los fines de resolver el motivo planteado, debe acudirse al contenido del
precedente invocado consistente en el Auto Supremo 424 de 20 de octubre de
2006,que fue pronunciado por la Sala Penal Segunda de la entonces Corte Suprema de
Justicia, en la resolución de un recurso de casación en una causa seguida por los delitos de
Robo Agravado, Daño Calificado y Organización Criminal, donde constató que el Tribunal de
alzada, omitió señalar día y hora para la fundamentación oral del recurso de apelación
restringida interpuesto por dos de los imputados, a pesar de que en el memorial de
impugnación habían solicitado de manera expresa audiencia conforme prevé el art. 411 del
CPP; aspecto que, afectó la garantía del debido proceso, motivando que la Resolución
recurrida fuera dejada sin efecto, sentándose la siguiente doctrina legal aplicable: “ No hay
duda de que el proceso penal es una de las instituciones jurídicas más sensibles a la
protección de los derechos fundamentales. Existe el riesgo de que creyendo que el imputado
es, ya de algún modo, culpable, se pierda la idea de que es un ciudadano bajo la presunción
constitucional de inocencia, y de hecho consideramos éste un principio básico del proceso
penal; pero hay otros muchos derechos fundamentales, como el de legalidad, el derecho a la
defensa, a ser oído por un juez imparcial e independiente, o la prohibición de actos
cumplidos en violación de un derecho fundamental, al igual que la prueba obtenida por
procedimientos ilícitos.
Así los tribunales deben garantizar que las personas sometidas a proceso, puedan ejercitar
los derechos que la ley les otorga, no pudiendo los Tribunales de alzada, si el recurrente ha
solicitado audiencia de fundamentación oral, omitir señalar día y hora para su realización
conforme prevé el artículo 411 del Código de Procedimiento Penal, en la que se aplican las
reglas del juicio oral en lo que le sea pertinente conforme a la previsión del artículo 412 del
Código de rito de la materia, es decir que se debe dar la oportunidad a las partes a exponer
sus posiciones y ejercitando el principio de igualdad y el contradictorio, escuchándolas en sus
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
respectivas posturas, pudiendo el Tribunal, concluida la última intervención interrogar
libremente conforme prevé el artículo citado.
Esta intervención del Tribunal, es un medio fundamentalmente para que el Tribunal, a partir
del principio de inmediación procesal, adquiera conocimiento además de los antecedentes del
proceso, de las circunstancias personales de las partes, elemento de prueba que servirá para
realizar una confrontación objetiva del razonamiento expresado por el a quo en el fallo cuya
revisión se tramita.”
Del precedente invocado, se tiene que no se presenta el mismo supuesto de hecho; toda vez,
que el recurrente reclama que el Auto de Vista recurrido resulta contradictorio al precedente,
porque no se le dio la oportunidad de designar un consultor técnico a la pericia, validando
con ese defecto las pruebas en vulneración a la seguridad jurídica, denuncia que no guarda
relación alguna con los fundamentos del precedente invocado; por cuanto, los hechos son
completamente distintos, pues en la problemática analizada en el Auto Supremo invocado, el
Tribunal de casación evidenció que el Tribunal de alzada omitió señalar día y hora para la
fundamentación oral del recurso de apelación interpuesto, a pesar de que en el memorial de
impugnación se había solicitado de manera expresa; lo que implica, que en el presente caso
se está ante una situación que de ningún modo resulta similar, deviniendo en infundado el
presente motivo, siendo menester precisar que en casos semejantes al presente, este
Tribunal dejó sentado el siguiente criterio contenido en el Auto Supremo 396/2014-RRC de 18
de agosto de 2014, respecto a los requisitos que deben cumplir los precedentes
contradictorios: “Siendo el recurso de casación un mecanismo que busca otorgar a los
ciudadanos la posibilidad de cuestionar la inadecuada aplicación o interpretación de las
disposiciones legales realizadas por el Tribunal de apelación, contrarios a otros precedentes,
debe señalarse que el precedente contradictorio en materia penal, constituye una decisión
judicial, previa al caso analizado, que al ser emanado por un Tribunal superior en grado o por
uno análogo, debe ser aplicado a casos que contengan similitud con sus hechos relevantes;
al respecto, la normativa procesal penal en el país, ha otorgado al precedente contradictorio
carácter vinculante (art. 420 del CPP). La importancia de precedente contradictorio, deviene
del objetivo y fin del recurso casacional, toda vez que el más alto Tribunal de Justicia del
Estado, tiene la tarea u objetivo de unificar o uniformar la jurisprudencia nacional, con el fin
de brindar seguridad jurídica a las partes inmersas en un proceso judicial, asegurando la
aplicación uniforme de la ley y por ende la efectivización del principio de igualdad y la tutela
judicial efectiva; atribución, que se encuentra descrita en los arts. 419 del CPP y 42 inc. 3)
de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida como función nomofiláctica
(interpretación de la norma en procura de una jurisprudencia uniforme e integrada).
De lo anterior, se establece que únicamente son recurribles en casación, aquellos Autos de
Vista que resulten indudablemente contrarios a la jurisprudencia establecida en un hecho
similar; por este motivo, para que el planteamiento del recurso casacional sea
certero, el recurrente no debe limitarse únicamente a presentarlo dentro el plazo
dispuesto por ley y señalar la contradicción en la que creyere que incurrió el
Tribunal de alzada respecto al fallo citado, lo que podría derivar en la
admisibilidad del recurso, sino, debe asegurarse que el o los precedentes
invocados, correspondan a situaciones fácticas análogas, como exige el art. 416 del
CPP; lo contrario, por simple lógica, imposibilita a este Tribunal, verificar en el fondo la
denuncia de contradicción por ser inexistente; es decir, que al no tratarse de situaciones
fácticas similares, bajo ningún aspecto podría existir contradicción en la
resolución entre uno y otro fallo” .
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por los fundamentos expuestos y por la naturaleza del recurso de casación, queda establecido
que el precedente invocado respecto a este motivo, no resulta aplicable al Auto de Vista
recurrido; toda vez, que no contiene una problemática similar; en consecuencia, deviene en
infundado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recaudos correspondientes, concretamente al apelante, para que todas las
actuaciones necesarias sean remitidas al Tribunal de apelación, recaudos que deberán
ser proporcionados de manera inmediata a efectos que se remitan las actuaciones
pertinentes en el plazo previsto por la norma procesal; en cuyo mérito, corresponde
exigir a la parte procesal una conducta que demuestre una actuación acorde con el principio
de celeridad, así como una actitud de lealtad procesal con el sistema de administración de
justicia en el diligenciamiento de los recaudos referidos.
En este entendido, se reitera, la inobservancia de la parte procesal en proporcionar
inmediatamente los recaudos necesarios no faculta convalidar una actitud dilatoria
que entorpezca el tratamiento rápido y oportuno que deben merecer las solicitudes
vinculadas con la libertad personal; ante estos supuestos corresponde a la autoridad
judicial competente adoptar todas las medidas conducentes para que se efectivice la
remisión de actuados y de manera inmediata se tramite la apelación presentada,
debiendo la autoridad judicial dar la continuidad inmediata al trámite de apelación en
atención al principio de celeridad procesal y en resguardo del derecho a la libertad
física. En cuyo mérito, a fin de evitar dilaciones indebidas en el tratamiento de la remisión de
actuados por parte del Juez a quo ante el Tribunal de alzada, cumple a la autoridad judicial
competente la observancia de lo siguiente:
1) Remitir al Tribunal ad quem, en el término de veinticuatro horas, conforme previene el
art. 251 del CPP, las actuaciones pertinentes a efectos que se resuelva el recurso de
apelación que corresponda. En caso que no haberse proporcionado los recaudos necesarios,
mínimamente deberán ser remitidos al Tribunal de apelación: i) Copia del acta de audiencia
de medidas cautelares, ii) Copia del Auto que disponga las medidas cautelares; y, iii) Copia
del mandamiento de detención preventiva del o los imputados, a efectos de dar continuidad
inmediata al trámite de apelación; y, a) Sin perjuicio de cualquier determinación que
viabilice la continuidad con el trámite de apelación, adoptar la diligencia necesaria a
efectos de dar curso a la tramitación de la apelación formulada de manera inmediata,
independientemente de las medidas a adoptarse para exigir el cumplimiento de los
recaudos de ley por parte del apelante.
Consecuentemente, ante la falta de remisión de los recaudos de ley, lo que corresponde
es dar la continuidad inmediata al trámite de la apelación de la medida cautelar en
resguardo del derecho a libertad y al principio de celeridad procesal, sin perjuicio de
las facultades conducentes para exigir el cumplimiento de los recaudos de ley, en el
entendido que ante el incumplimiento por parte del apelante en no proveer los
recaudos de ley, se suma la actitud pasiva de la autoridad judicial, que genera una
obstaculización indebida en la tramitación del recurso de apelación, al originar la
paralización de su trámite, lo que supone -se reitera- no sólo una dilación indebida e
injustificada que pone en riesgo indebido la libertad personal, al provocar un estado
de indefinición jurídica, sino una obstaculización en el ejercicio del derecho a recurrir
de los fallos con su grave afectación al derecho a la libertad física y el debido
proceso”.
De la jurisprudencia citada, se colige que la falta de provisión de recaudos, no constituye un
óbice para la tramitación de los recursos de apelación que tengan que ver con la libertad;
puesto que se debe otorgar mayor ponderación del derecho al debido proceso en relación a
la libertad que a formalismos procesales como la provisión de “recaudos” a efectos de remitir
la apelación al Tribunal de alzada.
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técnicos, así mismo señor presidente, ya pasando a hacer referencia a lo establecido
en los argumentos expuestos dentro de nuestra apelación restringida, hacemos
referencia al punto 1) y 2) relacionados con la extinción del proceso, por duración
máxima (…) por lo cual nuevamente se declare la procedencia de a prescripción de
la acción penal y en consecuencia archivo de obrados …” (sic); evidenciando este
Tribunal, que el reclamo del recurrente en el segundo motivo no es evidente, ya que
el Tribunal de alzada cumplió con lo establecido en el Auto Supremo 061/2013 de 8 de
marzo y cumpliendo a cabalidad con la doctrina legal aplicable que estableció; es
decir, que ante la petición expresa del recurrente de fundamentar su recurso en
forma oral, se dé cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 408 y 411 del CPP, por
parte del Tribunal de apelación quien tendría la ineludible e insoslayable obligación
de señalar día y hora de audiencia para escuchar los fundamentos del recurso de
apelación restringida; de manera que, al haber constatado este Tribunal, que el Ad
quem cumplió a cabalidad con las citadas disposiciones legales, se concluye no ser
cierta la contradicción alegada entre el Auto de Vista impugnado con la doctrina
legal invocada por el recurrente, consecuentemente, este motivo deviene
en infundado.
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de privación de libertad en reclusión fijadas en Sentencia contra el condenado David
Ramos Choque y la co-procesada Lina Camacho Peredo, están por debajo
del quantum legal establecido; por ende, no se adecúan a la norma sustantiva penal
citada.
A efectos de analizar el fondo de la cuestión, es preciso tomar en cuenta que el art.
45 del CP, establece: “El que con designios independientes, con una o más acciones
u omisiones, cometiere dos o más delitos, será sancionado con la pena del más
grave, pudiendo el juez aumentar el máximo hasta la mitad”, respecto a lo cual, con
la finalidad de aclarar los alcances de la citada norma, este Tribunal estableció: “…
cuando concurre el concurso real de delitos, la pena a aplicarse debe ser (nótese lo
imperativo de la norma) la del delito más grave, lo que no necesariamente implica la
pena máxima del referido tipo penal, previendo a continuación que el juez puede (aquí
se establece una facultad potestativa) aumentar el máximo hasta la mitad.
En ese entendido, cuando existe el concurso real de delitos, es deber del juez de
instancia, fundamentar de manera clara, precisa y justificada la fijación de la pena,
tomando en cuenta lo estipulado en los arts. 37 al 40 del cuerpo normativo citado, de
tal forma que si decide aplicar la pena máxima del delito más grave, queda obligado a
fundamentar las razones del porqué de su aplicación; en el mismo sentido, deberá
fundamentar si decide agravar la pena máxima hasta la mitad; por lo mismo, si la
pena del delito más grave es una pena indeterminada, corre a cargo del Juez o
Tribunal de Sentencia fundamentar la imposición de la pena en correspondencia con
las reglas fijadas para su determinación, ponderando y justificando las atenuantes y
agravantes para establecer la pena dentro de los límites legales, esto con la finalidad
de crear certeza y certidumbre en el acusado de las razones por las cuales la
autoridad jurisdiccional determinó tal o cual pena en su condena, en observancia del
principio de seguridad jurídica y de cumplir con el deber de fundamentación de las
resoluciones, exigencia que alcanza también a lo relacionado con la imposición del
quantum de la pena fijada en la condena, la misma que debe estar debidamente
fundamentada atendiendo la personalidad del autor, la mayor o menor gravedad del
hecho, las circunstancias y las consecuencias del delito” (Autos Supremo 555/2014-
RRC de 15 de octubre).
En ese entendido, queda claramente establecido que el Juzgador, a tiempo de fijar
el quantum de la pena en los casos en los que se determinó la concurrencia del
concurso de delitos, debe efectuar el cálculo sobre el delito más grave, lo que de
ningún modo implica la aplicación automática y sin previo razonamiento o análisis
de la pena máxima; por cuanto, su fijación se debe regir a los parámetros
establecidos a partir del art. 37 del CP. Fuera de ello, constituye potestad facultativa
del Juez, evaluando la personalidad del autor, la mayor o menor gravedad de los
hechos, las circunstancias del mismo y sus consecuencia, aumentar la sanción en la
mitad, decisión que también debe estar razonada y debidamente fundamentada.
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Ahora bien, teniéndose que la impugnación de la parte recurrente se refiere a las
circunstancias y criterios no observados por la Jueza de mérito y el Tribunal de
Sentencia a tiempo de haberse determinado su sanción de privación de libertad, es
preciso referirse a las pautas para la fijación de la pena. Así, el Auto Supremo
38/2013-RRC de 18 de febrero, estableció:
“… el art. 118. III de la CPE dispone que el cumplimiento de las sanciones privativas
de libertad y las medidas de seguridad están orientadas a la educación, habilitación
y reinserción social de los condenados con respeto de sus derechos; por lo tanto, la
pena debe estar dirigida a cumplir fines compatibles con dicho postulado; en
consecuencia, la ejecución de la pena está encaminada a lograr la reinserción social
del delincuente, directriz constitucional que ya fue desarrollada por el legislador
ordinario, al propugnar la enmienda y readaptación social del delincuente y dentro de
ello, la reinserción social, como uno de los fines centrales de la pena, conforme se
tiene de la disposición contenida en el art. 25 del CP.
La doctrina distingue tres etapas en la individualización de la pena: la legal, la
judicial y la penitenciaria. En la primera el legislador valora, desde el marco de la
proporcionalidad, la gravedad del ilícito tipificado en un tipo penal y determina la
pena aplicable en abstracto. En la segunda, el Juez penal a la conclusión del proceso
y establecida que sea conforme al debido proceso de ley, la responsabilidad penal del
autor del hecho, fija la pena al caso concreto, tomando como base el marco punitivo
determinado por el legislador. La tercera etapa, denominada ejecución penal, se halla
destinada al cumplimiento de los pronunciamientos contenidos en el fallo de una
sentencia penal ejecutoriada y se desarrolla por la administración penitenciaria, bajo
control jurisdiccional.
El tratamiento que se da a la fijación de la pena en cada una de las legislaciones no
guarda uniformidad. La tendencia de las legislaciones más modernas es la de limitar
el amplio arbitrio judicial con reglas precisas, resultando que en el caso de Bolivia, el
Código Penal no establece parámetros para fijar las penas, quedado esa
determinación al arbitrio del juez, en el marco del mínimo y máximo legal de la pena
prevista para cada delito, determinando la ley solamente las circunstancias generales
que el juez debe considerar para la fijación de la pena, previstas por el art. 38 del CP;
además, de las reglas de las atenuantes especiales definidas en el art. 39 del mismo
cuerpo legal. Debe destacarse que estas reglas están ausentes en el caso de las
atenuantes generales previstas por el art. 40 del CP, en las cuales no existe un criterio
rector para que el juez atenué la pena.
Así los arts. 37 y 38 del CP, establecen que el juez, para determinar la pena aplicable
a cada delito, dentro de los límites legales, debe tomar en cuenta los siguientes
factores: a) La personalidad del autor, b) La mayor o menor gravedad del hecho y, c)
Circunstancias y las consecuencias del delito.
Debe agregarse que la fundamentación es una exigencia inexcusable tanto para que
el condenado sepa por qué ha recibido tal o cual pena en su condena, así como para
que el Tribunal de apelación valore adecuadamente los fundamentos de la pena
impuesta y en su caso determine los correctivos necesarios. En consecuencia el Juez
está obligado a exponer las circunstancias que para él han sido determinantes en la
fijación de la pena expresando por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o
agravante”
A continuación, estableció como pautas para determinar la pena, que en: “…En este
contexto, es interesante la propuesta de la profesora y consultora internacional Rosaly
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ledezma Jemio, que para el efecto propone los siguientes parámetros: 1) Establecer el
mínimo y el máximo legal del tipo penal; 2) Verificar la existencia de modificaciones al
tipo penal, como la concurrencia de atenuantes o agravantes en el tipo. Si se tratara
de un concurso real o ideal debe determinarse la escala legal aplicable, con el
concurso; 3) Establecer el grado de desarrollo del delito, si se ha consumado o se trata
de una tentativa; 4) Determinar las implicaciones en la fijación de la pena según la
calidad de autor, instigador, cómplice necesario, cómplice no necesario; 5) Verificar la
existencia de atenuantes especiales previstas por el art. 39 del CP, considerando
como parámetro de determinación el inciso 3) del referido artículo; 6) Verificar la
existencia de atenuantes generales observando lo dispuesto por el art. 40 del CP; 7)
Determinar la personalidad del autor y las circunstancias del hecho considerando las
establecidas por el art. 38 del CP, pudiéndose al efecto analizar: la personalidad del
autor -art. 38 num. 1 inc. a)-las condiciones especiales del hecho -art. 38 num. 1) inc.
b)-, la gravedad del hecho -art. 38 num. 2)-, las consecuencias del hecho y la situación
de la víctima -art. 37 inc. 1); 8) Contraponer las circunstancias agravantes generales y
atenuantes, las circunstancias que aconsejen una mayor o menor penalidad; y, 9)
Valorar todas las circunstancias en su conjunto y determinar la pena. Todo ese
análisis debe esencialmente realizarse sobre la consideración de los fines
constitucionales de la pena y en el caso concreto”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derecho a la defensa, se ordene a la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental
de Justicia de Tarija dicte un nuevo Auto de Vista en el que se corrija el defecto
advertido.’
En el caso de autos, se tiene del reclamo ‘J-I’ del memorial de la apelación
restringida, que el recurrente cuestionó la determinación de la pena efectuada por el
Tribunal de Sentencia; sin embargo, de la revisión prolija del Auto de Vista
impugnado, se evidencia que el Tribunal de alzada omitió pronunciarse sobre este
reclamo, lo que indudablemente implica vulneración al derecho al debido proceso,
respecto a obtener una respuesta motivada sobre cada uno de los puntos
impugnados, omisión que fue advertida y reclamada también en el recurso de
casación, a la par de solicitarse que éste Tribunal se pronuncie sobre los
cuestionamientos a la imposición de la pena.
De lo anterior, se colige que el Tribunal de alzada ha incumplido su obligación de
absolver la totalidad de los reclamos del recurrente, impidiendo hacer el trabajo de
contraste que se solicita con lo resuelto en apelación, no siendo factible que éste
Tribunal supla la labor de dicho Tribunal en forma directa, correspondiendo en
consecuencia dejar sin efecto el Auto de Vista impugnado, ante la incongruencia
omisiva en que ha incurrido la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, a objeto de que se pronuncie de forma expresa sobre este motivo,
debiendo en su caso aplicar estrictamente la doctrina legal establecida y expuesta en
el presente acápite III.5. de esta Resolución”.
El Auto Supremo 172/2012 de 24 de julio, fue emitido en un caso en el que se
constató que el Auto de Vista incurrió en incongruencia omisiva respecto algunos
puntos reclamados en apelación restringida; por lo que, emitió la siguiente doctrina
legal: “El Art. 180.I de la Constitución Política del Estado, entre los principios rectores
en los que se fundamenta la jurisdicción ordinaria, establece al debido proceso como
principio que garantiza a todo sujeto procesal, tener acceso a un pronunciamiento
motivado y fundamentado, sobre todos los motivos alegados en un recurso. Por ello a
los Tribunales de alzada, no les está permitido discrecionalmente determinar o
clasificar, qué motivos en su criterio son de fondo y merecen una respuesta
fundamentada y qué motivos no tienen relevancia que no merezcan una respuesta
debidamente fundamentada.
No existe fundamentación ni congruencia en el Auto de Vista impugnado, cuando en el
mismo se evidencia que el Tribunal de alzada, no se pronunció sobre el fondo de los
puntos cuestionados en el recurso de apelación restringida, no siendo suficiente
escudarse en argumentos que tienen por finalidad evadir la responsabilidad de
absolver expresamente los cuestionamientos deducidos por los recurrentes, aspecto
que vulnera lo establecido por los arts. 124 y 398 del CPP, constituyendo un defecto
absoluto no susceptible de convalidación que vulnera derechos y garantías
reconocidos por la Constitución Política del Estado”.
En el Auto Supremo 178/2012 de 16 de julio, se dejó sin efecto el Auto de Vista
recurrido, debido a que emitió un pronunciamiento incompleto; es decir, sin
responder a todos los motivos de apelación; por lo que, sentó la siguiente
jurisprudencia: “Siendo el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, un
componente de la garantía del debido proceso, garantía establecida en el parágrafo II
del art. 115 de la Constitución Política del Estado; se vulnera la misma, cuando el
órgano jurisdiccional, emite resolución sin atender todas las denuncias realizadas. En
el caso de apelación restringida, el Tribunal de Alzada conforme los límites de su
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
competencia, debe circunscribir su actividad jurisdiccional a los puntos cuestionados,
los que deben clasificarse, resumiendo y describiendo cada uno de ellos, a efectos de
expresar los fundamentos de la resolución de manera ordenada, sin omitir ninguna
alegación, expresando los argumentos legales en los que sustenta su decisión. En ese
entendido, el Tribunal de Apelación, al no ajustar su actividad jurisdiccional a los
puntos impugnados, omitiendo pronunciamiento respecto a una o varias de las
alegaciones, incurre en vicio de incongruencia omisiva (citra petita o ex silentio), que
tiene como esencia, su obligación de atender y resolver todas aquellas alegaciones
que se hayan traído al proceso de manera oportuna, frustrando con ello el derecho de
la parte a obtener una respuesta fundada en derecho sobre la cuestión formalmente
planteada, deviniendo en consecuencia en defecto absoluto inconvalidable,
vulnerando además los arts. 124 y 398 del Código de Procedimiento Penal”.
Los referidos razonamientos, denotan que no existen supuestos fácticos análogos
entre los precedentes invocados y el motivo de casación, en el que específicamente
se denuncia una insuficiente e indebida motivación sobre los hechos probados en
Sentencia y la determinación de la pena, y no así incongruencia omisiva que fue la
temática que dio lugar a dejar sin efecto los Autos de Vista entonces analizados; en
cuyo mérito, no corresponde efectuar la labor de contraste con la doctrina legal
invocada.
El Auto Supremo 038/2013 de 18 de febrero, determinó dejar sin efecto el Auto de
Vista recurrido, debido a que no cumplió con su labor de realizar el control de
legalidad sobre la labor de fijación de la pena realizada por el Tribunal de juicio y la
indebida fundamentación que expresó con relación a la denuncia de falta de
fundamentación en la determinación de la pena del Tribunal de mérito, a cuyo efecto
estableció:
“III.2 Consideraciones en cuanto a la fijación de la pena
A efectos de ingresar al análisis del caso concreto, este Tribunal asume que los
precedentes citados como contradictorios, efectúan de manera genérica un desarrollo
respecto al sistema de fijación de la pena y en consideración a la fecha de su
pronunciamiento, resulta pertinente desarrollar el análisis de la temática planteada a
través del presente recurso de casación, teniendo en cuenta la Constitución Política
del Estado, promulgada el 7 de febrero de 2009, que se constituye en la Ley
Fundamental y fundamentadora del ordenamiento jurídico del nuevo Estado
boliviano, acogiendo en su contexto valores y principios propios de la realidad sobre la
cual se cimienta la convivencia social en un Estado Social y Democrático de Derecho;
razón por la cual conforme a sus disposiciones 410.I y II, los órganos públicos se
encuentran sometidos a ella, al constituir la norma suprema del ordenamiento jurídico
boliviano, gozando de primacía frente a cualquier otra disposición normativa.
III.2.1. Fines constitucionales de la pena y marco normativo para su aplicación
Al efecto, el art. 118. III de la CPE dispone que el cumplimiento de las sanciones
privativas de libertad y las medidas de seguridad están orientadas a la educación,
habilitación y reinserción social de los condenados con respeto de sus derechos; por lo
tanto, la pena debe estar dirigida a cumplir fines compatibles con dicho postulado; en
consecuencia, la ejecución de la pena está encaminada a lograr la reinserción social
del delincuente, directriz constitucional que ya fue desarrollada por el legislador
ordinario, al propugnar la enmienda y readaptación social del delincuente y dentro de
ello, la reinserción social, como uno de los fines centrales de la pena, conforme se
tiene de la disposición contenida en el art. 25 del CP.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La doctrina distingue tres etapas en la individualización de la pena: la legal, la
judicial y la penitenciaria. En la primera el legislador valora, desde el marco de la
proporcionalidad, la gravedad del ilícito tipificado en un tipo penal y determina la
pena aplicable en abstracto. En la segunda, el Juez penal a la conclusión del proceso
y establecida que sea conforme al debido proceso de ley, la responsabilidad penal del
autor del hecho, fija la pena al caso concreto, tomando como base el marco punitivo
determinado por el legislador. La tercera etapa, denominada ejecución penal, se halla
destinada al cumplimiento de los pronunciamientos contenidos en el fallo de una
sentencia penal ejecutoriada y se desarrolla por la administración penitenciaria, bajo
control jurisdiccional.
El tratamiento que se da a la fijación de la pena en cada una de las legislaciones no
guarda uniformidad. La tendencia de las legislaciones más modernas es la de limitar
el amplio arbitrio judicial con reglas precisas, resultando que en el caso de Bolivia, el
Código Penal no establece parámetros para fijar las penas, quedado esa
determinación al arbitrio del juez, en el marco del mínimo y máximo legal de la pena
prevista para cada delito, determinando la ley solamente las circunstancias generales
que el juez debe considerar para la fijación de la pena, previstas por el art. 38 del CP;
además, de las reglas de las atenuantes especiales definidas en el art. 39 del mismo
cuerpo legal. Debe destacarse que estas reglas están ausentes en el caso de las
atenuantes generales previstas por el art. 40 del CP, en las cuales no existe un criterio
rector para que el juez atenué la pena.
Así los arts. 37 y 38 del CP, establecen que el juez, para determinar la pena aplicable
a cada delito, dentro de los límites legales, debe tomar en cuenta los siguientes
factores: a) La personalidad del autor, b) La mayor o menor gravedad del hecho y, c)
Circunstancias y las consecuencias del delito.
Debe agregarse que la fundamentación es una exigencia inexcusable tanto para que
el condenado sepa por qué ha recibido tal o cual pena en su condena, así como para
que el Tribunal de apelación valore adecuadamente los fundamentos de la pena
impuesta y en su caso determine los correctivos necesarios. En consecuencia el Juez
está obligado a exponer las circunstancias que para él han sido determinantes en la
fijación de la pena expresando por qué y cómo consideró tal o cual atenuante o
agravante.
III.2.2. Pautas para la fijación de la pena
Como se ha desarrollado en el punto anterior, el Código Penal Boliviano establece
reglas generales que deben ser observadas por el juez a tiempo de determinar la
pena, debiendo reconocerse que la práctica en los tribunales de justicia del país,
demuestran que, cada juez tiene su propio procedimiento, siendo sin embargo
deseable a fin de garantizar la plena vigencia de la seguridad jurídica, contar con
pautas de determinación judicial de la pena. En este contexto, es interesante la
propuesta de la profesora y consultora internacional Rosaly Ledezma Jemio, que para
el efecto propone los siguientes parámetros: 1) Establecer el mínimo y el máximo legal
del tipo penal; 2) Verificar la existencia de modificaciones al tipo penal, como la
concurrencia de atenuantes o agravantes en el tipo. Si se tratara de un concurso real
o ideal debe determinarse la escala legal aplicable, con el concurso; 3) Establecer el
grado de desarrollo del delito, si se ha consumado o se trata de una tentativa; 4)
Determinar las implicaciones en la fijación de la pena según la calidad de autor,
instigador, cómplice necesario, cómplice no necesario; 5) Verificar la existencia de
atenuantes especiales previstas por el art. 39 del CP, considerando como parámetro
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de determinación el inciso 3) del referido artículo; 6) Verificar la existencia de
atenuantes generales observando lo dispuesto por el art. 40 del CP; 7) Determinar la
personalidad del autor y las circunstancias del hecho considerando las establecidas
por el art. 38 del CP, pudiéndose al efecto analizar: la personalidad del autor -art. 38
num. 1 inc. a)-las condiciones especiales del hecho -art. 38 num. 1) inc. b)-, la
gravedad del hecho -art. 38 num. 2)-, las consecuencias del hecho y la situación de la
víctima -art. 37 inc. 1); 8) Contraponer las circunstancias agravantes generales y
atenuantes, las circunstancias que aconsejen una mayor o menor penalidad; y, 9)
Valorar todas las circunstancias en su conjunto y determinar la pena. Todo ese
análisis debe esencialmente realizarse sobre la consideración de los fines
constitucionales de la pena y en el caso concreto”.
El mismo Auto Supremo culmina el análisis, estableciendo en el caso concreto
que: “Con relación al primer motivo del recurso, conforme al sistema de recursos
previsto en nuestra norma procesal penal correspondía al Tribunal de apelación
realizar el control de legalidad sobre la labor de fijación de la pena
realizada por el Tribunal de juicio, a cuyo efecto debe partirse de considerar
el fundamento de la sentencia en cuanto a la fijación de la pena, las
observaciones del recurrente para finalmente determinar si se aplicaron
correctamente o no las previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del CP, con base
en la Constitución y el principio de proporcionalidad, sin que esa labor, como
en el caso, sea soslayada con un argumento pueril como el extrañar la falta de
identificación de los elementos de prueba, con los que se demostró las atenuantes
referidas por el recurrente, cuando la labor del tribunal de apelación no es la de
valorar prueba sino realizar un control de legalidad como se ha señalado; asimismo,
respecto al segundo motivo del recurso el Tribunal de apelación tiene la obligación de
determinar si la fundamentación realizada por el tribunal de juicio permite a las
partes involucradas en el proceso conocer cómo se ha fijado la pena, qué atenuantes y
qué agravantes han sido consideradas para el efecto, labor que en el caso tampoco ha
sido cumplida con el argumento de que no se especificó en qué consistía la falta de
fundamentación, cuando de los antecedentes se establece claramente que el reclamo
versó sobre la falta de fundamentación de la fijación de la pena por el Tribunal de
sentencia”.
Los referidos razonamientos guardan similitud de supuestos fácticos con la
actuación extrañada del Tribunal de alzada en este recurso, referente a una
insuficiente o indebida fundamentación respecto a la determinación de la pena; por
lo que, corresponde considerarlos a efectos de contrastación.
Adicionalmente, debe considerarse que el citado fallo, sobre los criterios que deben
considerarse en la determinación de la pena, especificó:
“La determinación judicial de la pena que comprende todo el procedimiento; es decir,
la evaluación, decisión y justificación del tipo y la extensión de la pena, tiene líneas
de orientación previstas legalmente, de manera que no puede considerarse una
cuestión propia de la discrecionalidad del juez. La individualización de la pena
está sometida al principio de proporcionalidad recogido por el Código Penal
en sus diferentes artículos y a la finalidad de la pena establecida
constitucionalmente como la educación, habilitación e inserción social de los
condenados, con respeto a sus derechos.
En este ámbito, el juez o tribunal que fija una pena tiene la obligación de
someterse a dichos principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la constatación de su incumplimiento, proceder directamente a la
modificación del quantum de la pena, en sujeción a los principios
constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad reconocida por el
art. 414 del CPP, considerando los siguientes criterios para la fijación de la pena:
a) La personalidad del autor, el cometido que la ley penal boliviana asigna al juez de
apreciar la personalidad del autor, es una tarea compleja; aunque debe reconocerse
que el Código Penal en los arts. 37 y 38 (atender la personalidad del autor) no exige la
realización de un diagnóstico científico "de la personalidad", sino un perfil de la
personalidad, vinculado al hecho concreto para aplicar la pena en la dimensión que
corresponda a esa persona concreta e individual, distinta a los demás seres
humanos. De tal manera que el reproche jurídico que merezca su comportamiento,
guarde armonía con el hecho, su personalidad y las circunstancias.
La edad, es un factor que, dependiendo del caso, puede operar como agravante o
atenuante. En cuanto a la educación, por regla general como circunstancia agravante,
pues el reproche será mayor cuando el autor ha tenido acceso a la educación y, por lo
tanto, ha disminuido su vulnerabilidad al sistema penal. En similar sentido opera la
posición económica, sobre todo en los casos vinculados a delitos económicos. La vida
anterior libre de sanciones penales no se debe tomar sin más como atenuante para la
determinación de la pena. Lo que sí debe considerarse como factor de atenuación, es
que el autor haya desarrollado hasta la comisión del hecho punible una vida
ordenada y acorde al derecho, de tal manera que el hecho delictivo signifique una
notoria contracción con su conducta anterior. Respecto a la conducta posterior, debe
tomarse en cuenta como factor para la fijación de la pena, el esfuerzo del autor por
reparar el daño causado. También puede apreciarse como favorable la conducta del
procesado en el proceso penal, cuando: i) Se haya entregado a la autoridad policial o
judicial voluntariamente, pese a haber contado con la posibilidad de una fácil huida, o
tener la posibilidad de no ser descubierto, y, ii) La confesión que manifieste
arrepentimiento, o bien que haya ayudado significativamente al establecimiento de la
verdad mediante su declaración.
Sin embargo, la sola falta de arrepentimiento o confesión no puede valorarse para
hacer más rigurosa la sanción. Ahora bien, si la confesión no es tal, sino un intento de
lograr la impunidad y si el "arrepentimiento" no es sincero, sino una manera de
procurar un trato benigno de los jueces, cuando se sabe, por la prueba, que no hay
forma alguna de eludir la acción de la justicia, los jueces deben examinar ese dato
como parte de las manifestaciones defensivas, pero deben ignorarlo al momento de
fijar la pena, pues ni las mentiras, ni las falsas actitudes del acusado constituyen un
factor que deba perjudicarlo cuando se decida sobre la sanción a imponer. La
reparación del daño, consiste fundamentalmente en aliviar las consecuencias
materiales del hecho delictivo son también factor de atenuación; empero, también
pueden tener un efecto atenuante de la pena, los actos que denoten voluntad de
reparar. La extensión del daño causado debe ser delimitada sólo para aquello que
tenga vinculación con el hecho típico, directamente. Además, debe tenerse en cuenta
que no es necesaria la concurrencia de todas las circunstancias descritas, pues
dependerá de cada caso concreto.
b) La mayor o menor gravedad del hecho, que tiene que ver con lo previsto por el art.
38 inc. 2) del CP; es decir, la naturaleza de la acción, los de los medios empleados, la
extensión del daño causado y del peligro corrido.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
c) Circunstancias y las consecuencias del delito, que también deben ser consideradas
en el caso concreto.
La fundamentación de la fijación de la pena es inexcusable, en este ámbito la
exigencia de fundamentación que debe satisfacer la sentencia condenatoria
en el proceso de individualización de la pena, obliga al juez a observar los
parámetros descritos por el legislador; por lo tanto la resolución debe
contener un razonamiento capaz de dar cuenta de que se consideraron dichos
parámetros de tal modo que a través de la exposición razonada del juez o
tribunal se pueda evidenciar que su resolución se ha fundado en parámetros
legales, y no es fruto de la apreciación estrictamente personal o arbitraria al
efecto debe explicar cómo aplicó la pena, en término considero las
previsiones de los arts. 37, 38 y 40 del CP, al caso concreto y qué atenuantes
y agravantes tomo en cuenta para establecer la sanción dentro de los límites
legales”
En ese sentido, este Tribunal, así como la extinta Corte Suprema de Justicia,
emitieron amplia doctrina legal y entendimientos que establecen requisitos y
parámetros a tomarse en cuenta respecto a la imposición de la pena, su control y la
obligación del Tribunal de apelación cuando evidencia la falta de justificación en la
imposición de una sanción privativa de libertad.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
atenuantes y agravantes que pudieran concurrir, así como los motivos por los que
corresponde o no la aplicación de alguna de las modalidades de concurso; pero
además, debe aplicar la sanción tomando en cuenta la finalidad de las sanciones
privativas de libertad, que se encuentra descrita en el art. 118 parágrafo III de la
Constitución Política del Estado (CPE).
En este ámbito, el juez o tribunal que fija una pena tiene la obligación de someterse a
dichos principios, correspondiendo al Tribunal de alzada, ante la constatación de su
incumplimiento, proceder directamente a la modificación del quantum de la pena, en
sujeción a los principios constitucionales y procesales, en ejercicio de la facultad
reconocida por el art. 414 del CPP, considerando los siguientes criterios para la
fijación de la pena:
a) La personalidad del autor, el cometido que la ley penal boliviana asigna al juez de
apreciar la personalidad del autor, es una tarea compleja; aunque debe reconocerse
que el Código Penal en los arts. 37 y 38 (atender la personalidad del autor) no exige la
realización de un diagnóstico científico ’de la personalidad’, sino un perfil de la
personalidad, vinculado al hecho concreto para aplicar la pena en la dimensión que
corresponda a esa persona concreta e individual, distinta a los demás seres
humanos. De tal manera que el reproche jurídico que merezca su comportamiento,
guarde armonía con el hecho, su personalidad y las circunstancias.
La edad, es un factor que, dependiendo del caso, puede operar como agravante o
atenuante. En cuanto a la educación, por regla general como circunstancia agravante,
pues el reproche será mayor cuando el autor ha tenido acceso a la educación y, por lo
tanto, ha disminuido su vulnerabilidad al sistema penal. En similar sentido opera la
posición económica, sobre todo en los casos vinculados a delitos económicos. La vida
anterior libre de sanciones penales no se debe tomar sin más como atenuante para la
determinación de la pena. Lo que sí debe considerarse como factor de atenuación, es
que el autor haya desarrollado hasta la comisión del hecho punible una vida
ordenada y acorde al derecho, de tal manera que el hecho delictivo signifique una
notoria contracción con su conducta anterior. Respecto a la conducta posterior, debe
tomarse en cuenta como factor para la fijación de la pena, el esfuerzo del autor por
reparar el daño causado. También puede apreciarse como favorable la conducta del
procesado en el proceso penal, cuando: i) Se haya entregado a la autoridad policial o
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
judicial voluntariamente, pese a haber contado con la posibilidad de una fácil huida, o
tener la posibilidad de no ser descubierto, y, ii) La confesión que manifieste
arrepentimiento, o bien que haya ayudado significativamente al establecimiento de la
verdad mediante su declaración.
b) La mayor o menor gravedad del hecho, que tiene que ver con lo previsto por el art.
38 inc. 2) del CP; es decir, la naturaleza de la acción, los de los medios empleados, la
extensión del daño causado y del peligro corrido.
c) Circunstancias y las consecuencias del delito, que también deben ser consideradas
en el caso concreto.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
mínimas y máximas para los distintos tipos penales, que a su vez se constituye en
el ‘espacio o margen’ que el legislador otorgó al Juez, para que éste proceda a
valorar todas y cada una de las particularidades presentes en el caso a resolver,
observando los arts. 37 y siguientes del CP.
La doctrina internacional con autores como Eugenio Raúl Zafaroni en su obra Manual
de Derecho Penal, así como la doctrina nacional con Benjamín Miguel Harb, en su
obra Derecho Penal Tomo II, distinguen tres etapas en la individualización de la
pena: la legal, la judicial y la penitenciaria. En la primera, el legislador
valora, desde el marco de la proporcionalidad, la gravedad del ilícito tipificado en un
tipo penal y determina la pena aplicable en abstracto. En la segunda, el Juez
penal, a la conclusión del proceso y establecida que sea conforme al debido
proceso de ley, la responsabilidad penal del autor del hecho, fija la pena al
caso concreto, tomando como base el marco punitivo determinado por el
legislador. La tercera etapa, denominada ejecución penal, se halla destinada al
cumplimiento de los pronunciamientos contenidos en el fallo de una sentencia penal
ejecutoriada y se desarrolla por la administración penitenciaria, bajo control
jurisdiccional.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, máximo intérprete de la ‘legalidad’,
cumple una función unificadora de la jurisprudencia establecida en materia penal,
siendo de aplicación obligatoria la doctrina legal aplicable, por los tribunales
colegiados y unipersonales inferiores, lo contrario significaría ir en contra de los fines
del Derecho Procesal Penal que busca una justicia pronta, equitativa y justa.
Según Franz Von Liszt, ‘La pena es un mal que el juez penal inflige al delincuente a
causa del delito, para expresar la reprobación social con respecto al acto y al autor’ y
para Pisa, además de significar un mal para el delincuente, ‘es un medio de tutela
jurídica’ afirmando que ‘No es el Estado el que puede decirle al delincuente: tengo
derecho de corregirte, pues de ello sólo puede jactarse el superior de un claustro; es el
culpable el que tiene el verdadero derecho de decir al Estado: estás en la obligación
de irrogarme una pena que me enmiende y no tienes potestad de someterme a una
pena que me degrade y me torne más corrompido de lo que soy’ (Fernando Villamor
Lucia, Derecho Penal Boliviano, Parte General página 198), evitando, como dice
Beristain, que ‘la queja que continuamente brota de las prisiones , donde yacen miles
de hombres sepultados vivos por otros hombres, en nombre de la justicia, en nombre
de la libertad, constituyendo su imposición el alfa y omega de todo el Derecho
Penal’ siendo esencial el equilibrio y la proporcionalidad que debe existir entre la
culpabilidad y la punición que constituye uno de los rasgos esenciales del derecho
penal’ en el que la imposición de la pena tiene como finalidad, además de la
retribución por el daño causado, la readaptación y reinserción del delincuente al
medio social, tomando en cuenta que el nuevo sistema acusatorio penal
es ‘garantista’ y preserva los derechos fundamentales tanto del imputado y de la
víctima y a ambos, así como a la sociedad en su conjunto les interesa la correcta
aplicación de la ley, el respeto irrestricto de los derechos y garantías constitucionales
y procesales, porque así se garantiza la paz social y la pervivencia del Estado Social y
democrático de derecho, debiendo, en la imposición de la pena, inexorablemente,
aplicar lo dispuesto en los artículos 37, 38, 39 y 40 del Código Penal.’
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Por otra parte, respecto a la consideración de atenuantes y agravantes, aun cuando
corresponda aplicar concurso de delitos, el Auto Supremo 41/2013 de 21 de febrero,
estableció la siguiente doctrina legal: ‘…El Tribunal de Alzada ante la evidencia de
que concurren en la Sentencia impugnada errores u omisiones formales que se
refieran a la imposición de penas, cuenta con la facultad para modificar directamente
el quantum observando los principios constitucionales y procesales conforme lo
prescrito en la primera parte del artículo 414 del Código de Procedimiento Penal; sin
embargo ésta corrección debe realizarse observando los principios constitucionales,
procesales y los aspectos contemplados en los artículos 37, 38, 39 y 40 del Código
Penal, debiendo contener suficiente fundamentación, emitiendo criterios jurídicos
relativos al tipo penal y a la valoración de los hechos, las acciones y del imputado
mismo, su personalidad, la motivación y otras circunstancias concomitantes que
corresponden al caso concreto, en el que se explique de manera clara y expresa cuáles
son los aspectos o circunstancias que agravan o atenúan la pena, sin perjuicio de
destacar que las citadas reglas de fijación de la pena inclusive se aplican aún en el
caso de advertirse el concurso ideal o el concurso real de delitos en los cuales se
aplica la sanción con la pena del delito más grave, siendo facultad privativa del juez
aumentar el máximo hasta en una cuarta parte o hasta la mitad, conforme
determinan los artículos 44 y 45 del citado adjetivo penal, respectivamente, sin que
los argumentos vertidos importen modificación de los hechos probados en juicio que se
hallan sujetos al principio de intangibilidad, siendo que el recurso de apelación
restringida no es un medio legítimo para la revalorización de la prueba.’
[611]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la certeza de la existencia de errores de derecho en la fundamentación de la
Sentencia, a corregir el yerro en una nueva Sentencia debidamente justificada, sin
anular la sentencia impugnada. En la misma forma debe proceder, cuando
advierta errores u omisiones formales, relativos a la imposición o el cómputo
de penas, que necesariamente debe ser ponderada de manera objetiva y con
base en la ley (arts. 27, 29, 37, 38, 39, 40, 40 Bis, 44, 45 y 46 del CP
-conforme corresponda- y parágrafo III del art. 118 de la CPE); lo que
significa, que el Tribunal de apelación, debe corregir las faltas referidas al
quantum de la pena y su correspondiente justificación…”
FINALIDAD DEL NUMERAL 2 DEL ART. 370 DEL CPP/ orientada a identificar la
persona contra quien se dirige la acción pena , implicará que a través del
contradictorio característico del acto de juicio, se deba definir y establecer su grado
de autoría o participación / la falta o error en los datos de identificación (generales)
del imputado, no genera la nulidad de la sentencia, en virtud a que esa omisión no
se encuentra expresamente sancionada como defecto inconvalidable de acuerdo al
art. 169 de la norma adjetiva penal, pues cualquier error puede ser corregido aún
durante la ejecución penal.
AUTO SUPREMO Nº 443/2015-RRC
Sucre, 29 junio de 2015
Delitos: Asesinato
Resultado de Resolución: Fundado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Extracto Jurisprudencial: (…) que de antecedentes, se advierte que con relación al
defecto de Sentencia, previsto en el art. 370 inc. 2) del CPP, el recurrente denunció
en apelación restringida que la Sentencia no contenía la suficiente individualización
de la participación del imputado, a quien únicamente lo situó en el lugar de los
hechos, donde participaron más de doscientas personas, y lo sindicó de instigador,
sin aplicar la Teoría del dominio del hecho. Sobre el particular, previamente resulta
necesario señalar que William Herrera Añez, en su obra "Derecho Procesal Penal
Boliviano" haciendo referencia a la estructura de la Sentencia, señala que en el
encabezamiento la Sentencia contendrá la identificación de los jueces que integran
el tribunal o juzgado y de los jueces que la hubieran pronunciado, así como de las
partes, los datos personales del imputado y el lugar y fecha en que se dicta. Es
importante que las partes que intervienen en el proceso estén lo suficientemente
identificadas, con todas sus generales de ley: nombre, apellidos, estado civil,
profesión, etc.; incluso, en el caso del imputado, se debe incluir, si tiene: apodo,
edad ocupación, así como cualquier otra circunstancia personal que hubiera sido
averiguada y verificada y que permita identificarlo, a efecto del registro de
antecedentes y evitar homónimos. Por otro lado, Ricardo Ramiro Tola Fernández, en
su obra "Derecho Procesal Penal" refiriéndose a la individualización de la persona
perseguida, expresa que puede hacerse, primeramente, mediante el nombre; pero
éste, así como los demás datos personales del sujeto comúnmente llamados
generales o generalidades, pueden no ser suficientes. Agrega que: "La homonimia,
generadora de error, o la inexactitud de las referencia de que se disponga ( ... ) el
error que sobre ellos pueda recaer o la imposibilidad de procurarlos, no paralizara ni
afectará el desarrollo de la causa". En tanto que Fernando de la Rúa refiere: "Lo
esencial en el juicio es la realidad de la relación entre el imputado y el hecho
delictuoso que se le atribuye, no entre el hecho y su nombre: el nombre no es más
que un modo, uno de los modos, el más común y conocido civilmente, para la
identificación de la persona, pero no el único y exclusivo". Esto significa que el art.
360 inc. 1) del CPP, se refiere a la identificación del imputado, a partir de la
obtención de datos personales de quien ya es imputado, con el objeto de evitar a lo
largo del proceso, cualquier error o equivocación respecto de la persona contra quien
se dirigen las actuaciones, sin que la falta de estos datos que corresponden al
imputado, genere la nulidad del acto, más propiamente de la sentencia, en virtud a
que esa omisión no se encuentra expresamente sancionada como defecto
inconvalidable de acuerdo al art. 169 de la norma adjetiva penal, pues cualquier
error puede ser corregido aún durante la ejecución penal; en cambio, el defecto de
Sentencia previsto por el art. 370 inc. 2) del CPP, está referido a la falta de
individualización del autor, norma vinculada a las disposiciones contenidas en el
capítulo III (PARTICIPACIÓN CRIMINAL) del Código Penal; es decir, en sentido
contrario al defecto, la exigencia de suficiente individualización del imputado,
implicará que a través del contradictorio característico del acto de juicio, se deba
definir y establecer su grado de autoría o participación. Efectuadas estas
precisiones, se evidencia de los antecedentes, que la denuncia formulada por el
recurrente fue resuelta por el Tribunal de alzada, que en el acápite subtitulado "II.-
FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL DE ALZADA
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
SOBRE LA APELACIÓN RESTRINGIDA INTERPUESTA POR EL IMPUTADO S.J.P. ",
de manera muy concreta, estableció que revisado el contenido de la sentencia, El
Tribunal de la causa cumplió con la identificación e individualización del acusado;
conclusión que si bien no es ampulosa, se ajusta a los antecedentes del proceso al
constatarse del contenido de la Sentencia 24/2013 de 9 de octubre de 2013, que el
Tribunal de Sentencia procedió, en la parte introductoria de la referida resolución, a
la mención del imputado consignando sus nombres y apellidos, figurando también
sus datos personales en el primer considerando. Por otra parte, en el resto de la
sentencia el imputado fue suficientemente individualizado, por cuanto en la
fundamentación descriptiva de la prueba, se hizo clara referencia al imputado
Santos Jordán Pérez, quien tuvo participación en los hechos atribuidos, al ser
reconocido por el funcionario policial M.Q.V., a quien le propinó un golpe en la
clavícula cuando trasladaban a las víctimas a instalaciones de la Policía y a decir del
testigo, era quien instigaba a las demás personas a que se haga justicia por mano
propia; lo propio refirió del testigo W. G. S., quien también reconoció al imputado
como partícipe del hecho y agresor del policía Q., señala que la testigo N. B. S. C.
afirmó que el imputado fue quien le refirió que había quemado a dos personas
acusadas de robo; que la declaración de S.E.M.T. resultó ser relevante para el
Tribunal de Sentencia, porque en su conclusión demostró que el imputado participó
en el hecho delictivo, así como el acta de desfile identificativo en el •que se reconoció
físicamente al imputado como autor de agresiones tanto al funcionario policial,
como a las víctimas; argumentos que sirvieron al Tribunal de mérito para su
individualización, que este Tribunal considera suficientes para la determinación de
las personas sometidas a investigación y posterior enjuiciamiento; por lo que el
reclamo de supuesta falta de fundamentación carece de relevancia jurídica, tomando
en cuenta que el recurrente no alega error en la o las personas procesadas. En
cuanto a la individualización de los imputados, este Tribunal también verifica el
cumplimiento de dicha obligación, en la fundamentación jurídica de la pena y la
parte resolutiva de la sentencia impugnada, concluyéndose que se individualizó el
grado de participación del recurrente como AUTOR del delito de Asesinato, por lo
que se concluye que el argumento del Tribunal de alzada sobre este motivo se halla
ajustado a los argumentos expuestos en la sentencia impugnada, cuando señala que
la finalidad del numeral 2 del Art. 370 del CPP, está orientada a identificar la
persona contra quien se dirige la acción penal y que en la Sentencia claramente se
identificó al recurrente como autor del delito de asesinato.
Descriptor: Finalidad del numeral 2 del Art. 370 del CPP
Restrictor: orientada a identificar la persona contra quien se dirige la acción pena ,
implicará que a través del contradictorio característico del acto de juicio, se deba
definir y establecer su grado de autoría o participación / la falta o error en los datos
de identificación (generales) del imputado, no genera la nulidad de la sentencia, en
virtud a que esa omisión no se encuentra expresamente sancionada como defecto
inconvalidable de acuerdo al art. 169 de la norma adjetiva penal, pues cualquier
error puede ser corregido aún durante la ejecución penal.
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FINALIDAD DEL NUMERAL 2 DEL ART. 370 DEL CPP/ orientada a identificar la
persona contra quien se dirige la acción pena, implicará que a través del
contradictorio característico del acto de juicio, se deba definir y establecer su grado
de autoría o participación/ la falta o error en los datos de identificación (generales)
del imputado, no genera la nulidad de la sentencia, en virtud a que esa omisión no
se encuentra expresamente sancionada como defecto inconvalidable de acuerdo al
art. 169 de la norma adjetiva penal, pues cualquier error puede ser corregido aún
durante la ejecución penal.
AUTO SUPREMO Nº 443/2015-RRC
Sucre, 29 junio de 2015
Delitos: Asesinato
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: (…) que de antecedentes, se advierte que con relación al
defecto de Sentencia, previsto en el art. 370 inc. 2) del CPP, el recurrente denunció
en apelación restringida que la Sentencia no contenía la suficiente individualización
de la participación del imputado, a quien únicamente lo situó en el lugar de los
hechos, donde participaron más de doscientas personas, y lo sindicó de instigador,
sin aplicar la Teoría del dominio del hecho. Sobre el particular, previamente resulta
necesario señalar que William Herrera Añez, en su obra "Derecho Procesal Penal
Boliviano" haciendo referencia a la estructura de la Sentencia, señala que en el
encabezamiento la Sentencia contendrá la identificación de los jueces que integran
el tribunal o juzgado y de los jueces que la hubieran pronunciado, así como de las
partes, los datos personales del imputado y el lugar y fecha en que se dicta. Es
importante que las partes que intervienen en el proceso estén lo suficientemente
identificadas, con todas sus generales de ley: nombre, apellidos, estado civil,
profesión, etc.; incluso, en el caso del imputado, se debe incluir, si tiene: apodo,
edad ocupación, así como cualquier otra circunstancia personal que hubiera sido
averiguada y verificada y que permita identificarlo, a efecto del registro de
antecedentes y evitar homónimos. Por otro lado, Ricardo Ramiro Tola Fernández, en
su obra "Derecho Procesal Penal" refiriéndose a la individualización de la persona
perseguida, expresa que puede hacerse, primeramente, mediante el nombre; pero
éste, así como los demás datos personales del sujeto comúnmente llamados
generales o generalidades, pueden no ser suficientes. Agrega que: "La homonimia,
generadora de error, o la inexactitud de las referencia de que se disponga ( ... ) el
error que sobre ellos pueda recaer o la imposibilidad de procurarlos, no paralizara ni
afectará el desarrollo de la causa". En tanto que Fernando de la Rúa refiere: "Lo
esencial en el juicio es la realidad de la relación entre el imputado y el hecho
delictuoso que se le atribuye, no entre el hecho y su nombre: el nombre no es más
que un modo, uno de los modos, el más común y conocido civilmente, para la
identificación de la persona, pero no el único y exclusivo". Esto significa que el art.
360 inc. 1) del CPP, se refiere a la identificación del imputado, a partir de la
obtención de datos personales de quien ya es imputado, con el objeto de evitar a lo
largo del proceso, cualquier error o equivocación respecto de la persona contra quien
se dirigen las actuaciones, sin que la falta de estos datos que corresponden al
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imputado, genere la nulidad del acto, más propiamente de la sentencia, en virtud a
que esa omisión no se encuentra expresamente sancionada como defecto
inconvalidable de acuerdo al art. 169 de la norma adjetiva penal, pues cualquier
error puede ser corregido aún durante la ejecución penal; en cambio, el defecto de
Sentencia previsto por el art. 370 inc. 2) del CPP, está referido a la falta de
individualización del autor, norma vinculada a las disposiciones contenidas en el
capítulo III (PARTICIPACIÓN CRIMINAL) del Código Penal; es decir, en sentido
contrario al defecto, la exigencia de suficiente individualización del imputado,
implicará que a través del contradictorio característico del acto de juicio, se deba
definir y establecer su grado de autoría o participación. Efectuadas estas
precisiones, se evidencia de los antecedentes, que la denuncia formulada por el
recurrente fue resuelta por el Tribunal de alzada, que en el acápite subtitulado "II.-
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SOBRE LA APELACIÓN RESTRINGIDA INTERPUESTA POR EL IMPUTADO S.J.P. ",
de manera muy concreta, estableció que revisado el contenido de la sentencia, El
Tribunal de la causa cumplió con la identificación e individualización del acusado;
conclusión que si bien no es ampulosa, se ajusta a los antecedentes del proceso al
constatarse del contenido de la Sentencia 24/2013 de 9 de octubre de 2013, que el
Tribunal de Sentencia procedió, en la parte introductoria de la referida resolución, a
la mención del imputado consignando sus nombres y apellidos, figurando también
sus datos personales en el primer considerando. Por otra parte, en el resto de la
sentencia el imputado fue suficientemente individualizado, por cuanto en la
fundamentación descriptiva de la prueba, se hizo clara referencia al imputado
Santos Jordán Pérez, quien tuvo participación en los hechos atribuidos, al ser
reconocido por el funcionario policial M.Q.V., a quien le propinó un golpe en la
clavícula cuando trasladaban a las víctimas a instalaciones de la Policía y a decir del
testigo, era quien instigaba a las demás personas a que se haga justicia por mano
propia; lo propio refirió del testigo W. G. S., quien también reconoció al imputado
como partícipe del hecho y agresor del policía Q., señala que la testigo N. B. S. C.
afirmó que el imputado fue quien le refirió que había quemado a dos personas
acusadas de robo; que la declaración de S.E.M.T. resultó ser relevante para el
Tribunal de Sentencia, porque en su conclusión demostró que el imputado participó
en el hecho delictivo, así como el acta de desfile identificativo en el •que se reconoció
físicamente al imputado como autor de agresiones tanto al funcionario policial,
como a las víctimas; argumentos que sirvieron al Tribunal de mérito para su
individualización, que este Tribunal considera suficientes para la determinación de
las personas sometidas a investigación y posterior enjuiciamiento; por lo que el
reclamo de supuesta falta de fundamentación carece de relevancia jurídica, tomando
en cuenta que el recurrente no alega error en la o las personas procesadas. En
cuanto a la individualización de los imputados, este Tribunal también verifica el
cumplimiento de dicha obligación, en la fundamentación jurídica de la pena y la
parte resolutiva de la sentencia impugnada, concluyéndose que se individualizó el
grado de participación del recurrente como AUTOR del delito de Asesinato, por lo
que se concluye que el argumento del Tribunal de alzada sobre este motivo se halla
ajustado a los argumentos expuestos en la sentencia impugnada, cuando señala que
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la finalidad del numeral 2 del Art. 370 del CPP, está orientada a identificar la
persona contra quien se dirige la acción penal y que en la Sentencia claramente se
identificó al recurrente como autor del delito de asesinato.
Descriptor: Finalidad del numeral 2 del Art. 370 del CPP/ orientada a identificar la
persona contra quien se dirige la acción pena, implicará que a través del
contradictorio característico del acto de juicio, se deba definir y establecer su grado
de autoría o participación
Restrictor: La falta o error en los datos de identificación (generales) del imputado,
no genera la nulidad de la sentencia, en virtud a que esa omisión no se encuentra
expresamente sancionada como defecto inconvalidable de acuerdo al art. 169 de la
norma adjetiva penal, pues cualquier error puede ser corregido aún durante la
ejecución penal.
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derecho o garantía, precisando el mismo y finalmente explicar el resultado dañoso
emergente del defecto, así como las consecuencias procesales cuya relevancia tenga
connotaciones de orden constitucional” (Autos Supremos 026/2012 de 29 de febrero y
312/2012 de 30 de noviembre).
Entonces, para que opere la admisión de un recurso de casación por vía de la flexibilización
“…el recurrente debe cumplir con la obligación de explicitar los hechos que dieron origen al
recurso con detalle preciso del agravio, la restricción o disminución del derecho o garantía,
de forma tal que el resultado dañoso emergente del defecto sea identificado con claridad, así
como las consecuencias procesales cuya relevancia tenga connotaciones de orden
constitucional” (Auto Supremo 010/2013 de 6 de febrero); de donde se infiere que su
incumplimiento, tiene como efecto la inadmisibilidad del motivo de casación o de la totalidad
del recurso.
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actuaciones o resoluciones judiciales emanadas de los jueces o tribunales y que las mismas
deben ser practicadas en el domicilio que hayan constituido en su primera actuación y por el
medio que el interesado haya aceptado, con excepción de aquella que debe ser
practicada en forma personal; es decir, aquellas señaladas en el art. 163 de la normativa
citada, entre las que se encuentran las sentencias y resoluciones de carácter definitivo,
dentro de las cuales los autos de vista que resuelven el recurso de apelación restringida. Así,
la SC 338/2006-R de 10 de abril, expresó: “De acuerdo a la problemática planteada es
menester precisar que el caso descrito por el art. 163.2 del CPP, se justifica por la
necesidad de que las partes asuman conocimiento de las decisiones judiciales cuyo
efecto pueda traducirse en la conclusión del proceso, a fin de garantizar el ejercicio de
los derechos y garantías reconocidas por la Constitución, las Convenciones y
Tratados Internacionales vigentes y el propio Código de procedimiento penal, teniendo
en cuenta que de acuerdo a la doctrina y, fundamentalmente, a la jurisprudencia
sentada por el Tribunal Constitucional: “el debido proceso -entre otros-, consiste en el
derecho que tienen los sujetos procesales de acceder a los recursos y medios
impugnalicios reconocidos por Ley en su favor, desechando rigurosismos o
formalismos exagerados, a fin de que se logren los fines prácticos y políticos
institucionales del sistema de impugnación, que son los de lograr que el mismo Juez o
Tribunal u otro de superior jerarquía, corrija los errores o modifique los fallos y logre
la aplicación correcta de la Constitución y las leyes” (SC 1583/2003-R, de 10 de
noviembre)”.
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ejercen en el Ministerio Público, porque son ellos quienes dan fe probatoria y, por lo tanto legal, a lo
que concierne al estado físico de las partes, de manera que cualquier otro certificado médico si bien
puede ser presentado, necesariamente debe ser refrendado por un médico forense del Ministerio
Público, sino carece de toda validez legal, vale decir, no es idóneo’.
Dicha jurisprudencia delimitó las condiciones de validez del certificado médico en los casos
de suspensión de la audiencia de juicio, que por sus razonamientos es extensible a cualquier tipo de
audiencias y otros actuados procesales que requieran de la presencia del imputado.
Consiguientemente, se debe precisar que el certificado médico será idóneo solamente cuando
se encuentre emitido o hubiere sido refrendado por un médico forense, si bien en muchos casos se
requiere de la asistencia médica de un profesional especializado en áreas específicas de la medicina
acordes a la dolencia o enfermedad sufrida por el imputado; en esos casos, el citado documento será
válido aún cuando hubiere sido suscrito por un médico particular; sin embargo, al margen de ello,
deberá contener el aval del forense; por lo tanto, debe ser presentado en original y estar debidamente
actualizado.
En síntesis, los requisitos que determinan la validez de un certificado médico presentado
como justificativo para no comparecer a un actuado procesal son: 1) Emitido y/o avalado por un
médico forense acreditado por el Ministerio Público; 2) Actualizado; y, 3) Presentado en original”.
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emita la respectiva sentencia, considerando entre otros principios a los verdad material,
eficacia y eficiencia, sobre los cuales se asienta o fundamenta la jurisdicción ordinaria
conforme los términos previstos en el art. 180.I de la Constitución Política del Estado.
Ante este planteamiento, el Tribunal de alzada respondió en el quinto considerando del Auto
de Vista impugnado, con los siguientes argumentos: ”…en el entendido de que el testigo
Nilton Jesús Mamani que él solo participó en la requisa personal, la lectura de derechos
constitucionales y arresto del imputado, y que ha tenido conocimiento del hecho (…) por
información del policía asignado al caso (…) …asimismo la perito Dra. Marcia Barbery Pinto se
presentó al juicio oral manifestando que ella fue la persona que hizo el peritaje de la droga y
que su informe fue presentado en originales al asignado al caso y no así en fotocopias
simples como se encuentra en el expediente; esos dos aspectos jurídicos: el testigo y la
prueba pericial provocaron serias dudas al Tribunal inferior sobre la veracidad de los hechos
relatados, por cuanto el Fiscal de materia solo había presentado fotocopias simples
de las pruebas de cargo, y no así en originales, no se cumple con la normativa
prevista por el Art. 1311 del Código Civil, y no tienen ningún valor probatorio para
efectos de fundar una sentencia condenatoria; es decir todas la pruebas de cargo se
encuentran en fotocopias simples y ni siquiera se encuentran refrendadas por el tenedor de
las mismas; la muestra única y el muestrario fotográfico también sin simples fotocopias; por
lo que el Ministerio Público no ha llegado a probar que el acusado haya tenido conocimiento
de que estaba transportando cocaína, y no existe ningún otro elemento de prueba legal y
original que demuestre lo contrario…” (sic). (Las negrillas no cursan en el original).
Ahora bien, de los antecedentes se constata que el Tribunal Quinto de Sentencia de Santa
Cruz determinó la absolución del imputado por el delito de Transporte de Sustancias
Controladas, con fundamentos que emergen de una falta de valoración razonable de toda la
prueba documental presentada en fotocopias por el Ministerio Público durante el acto de
juicio, en franco desconocimiento del principio de libertad probatoria, que dispone que los
Jueces y Tribunales de juicio, no sólo deben admitir sino valorar cada elemento de prueba
documental propuesto, admitido y producido en juicio, aún en fotocopia, como es el caso de
autos; y no obstante el defecto descrito, el Tribunal de alzada avaló la absolución al declarar
improcedente el recurso de apelación restringida formulado por el acusador público,
sosteniendo como fundamento central que la prueba de cargo no cumplió con la normativa
prevista por el art. 1311 del Código Civil (CC), que por cierto resulta inaplicable en el sistema
procesal penal, dado el varias veces citado principio de libertad probatoria.
Como se advierte, el Juez de Sentencia expresó razones erradas para sostener su decisión de
no otorgar valor a las pruebas documentales de cargo, en vulneración de los arts. 13, 171 y
173 del CPP, incurriendo en una omisión que no fue advertida por el Tribunal de alzada,
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generada por la falta de valoración de las pruebas documentales de cargo que incriminarían
al imputado, incurriendo en contradicción con el precedente invocado al no haber resuelto el
recurso conforme los datos que informan el proceso, asumiendo una posición respecto a la
prueba documental de cargo que desconoce el principio de libertad probatoria que rige el
proceso penal conforme se destacara en el Auto Supremo 131 de 25 de agosto de 2006, por
lo que corresponde dejar sin efecto el Auto de Vista impugnado a los fines del
pronunciamiento de una nueva resolución que previa compulsa correcta de los motivos
alegados por el Ministerio Público en apelación, disponga lo que en derecho corresponda
conforme la normativa prevista en el art. 413 de la norma adjetiva penal, que prescribe
taxativamente: “Cuando no sea posible reparar directamente la inobservancia de la ley o su
errónea aplicación, el tribunal de alzada anulará total o parcialmente la sentencia y ordenará
la reposición del juicio por otro juez o tribunal”.
FUNDAMENTACIÓN/Aunque el fallo contenga errores de orden o precisión en su
estructura es válido si en términos generales, permite establecer el razonamiento
empleado por los juzgadores al momento de emitir el fallo de mérito
AUTO SUPREMO Nº 291/2015-RRC-L
Sucre, 15 de junio de 2015
Delitos: Falsedad Material, Uso de Instrumento Falsificado y Falsedad Ideológica
Resultado de Resolución: Fundado
Extracto Jurisprudencial: Ahora bien, analizada de forma amplia la Sentencia y
sus fundamentos, se advierte que, si bien el fallo de mérito carece cierto de orden y
precisión al momento estructurar la Resolución, incurriendo en errores inclusive al
subtitular las partes de la misma, en general, de todo lo transcrito se establece que
cumple de forma aceptable con la fundamentación requerida, pues tiene un acápite
destinado a establecer los hechos probados con base en la acusación y su
ampliación (fundamentación fáctica) identificado como "FUNDAMENTACIÓN
PROBATORIA DESCRIPTIVA". Se tiene también que en el "CONSIDERANDO II",
identificando como "FUNDAMENTACIÓN PROBATORIA INTELECTIVA", realiza la
fundamentación probatoria descriptiva, realizando la descripción de la prueba
testifical y literal, para luego, en el acápite "FUNDAMENTACIÓN PROBATORIA
JURÍDICA", además de esgrimir fundamentos respecto a los delitos de Falsedad
Material, Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento Falsificado, subtitulando como
realiza "Digresión fundada respecto a los elementos probatorios esenciales
judicializados", realiza fundamentación intelectiva -concisa pero suficiente- respecto
a las pruebas que condujeron al Tribunal al resultado final del fallo,
complementando su análisis con lo manifestado en el punto subtitulado como
"Exención de responsabilidad penal de la imputada Victoria Fuertes Flores, en la
comisión de los delitos de falsedad ideológica en relación con la circunstancia
calificativa señalada en el art. 199 -segunda parte- del CP y uso de instrumento
falsificado, comprendido en el art. 203 del Cód. Sustantivo Penal", pudiendo
entenderse de dichos argumentos las razones por las que se consideró, que la
conducta de la imputada no se adecuaba a los tipos penales acusados
(Fundamentación probatoria intelectiva y jurídica). Por lo señalado, se establece que,
al haber concluido el Tribunal de alzada que la Sentencia se encuentra
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fundamentada, no contradice a los precedentes contradictorios invocados, mucho
menos al entendimiento descrito en el apartado "IIl.1.1." de esta Resolución, pues la
Sentencia en términos generales, permite establecer el razonamiento empleado por
los juzgadores de conocimiento, al momento de emitir el fallo de mérito (…)
Descriptor: Fundamentación
Restrictor: Aunque el fallo contenga errores de orden o precisión en su estructura
es válido si en términos generales, permite establecer el razonamiento empleado por
los juzgadores al momento de emitir el fallo de mérito
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Sentencia en términos generales, permite establecer el razonamiento empleado por
los juzgadores de conocimiento, al momento de emitir el fallo de mérito (…)
Descriptor: Fundamentación
Restrictor: Aunque el fallo contenga errores de orden o precisión en su estructura
es válido si en términos generales, permite establecer el razonamiento empleado por
los juzgadores al momento de emitir el fallo de mérito
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directamente posibles errores en la Sentencia, conforme los arts. 413 y 414 del CPP,
ello debe entenderse, siempre y cuando sea posible; empero cuando se constata la
ausencia de fundamentación descriptiva, fáctica, analítica o intelectiva y jurídica en
la Sentencia, no puede ser corregida de manera directa.
Descriptor: Fundamentación complementaria
Restrictor: No es viable si se constata la ausencia de fundamentación descriptiva,
fáctica, analítica o intelectiva y jurídica en la Sentencia, no puede ser corregida de
manera directa
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Estracto Jurisprudencial: De otro lado en cuanto que no se habría considerado su
situación de estudiante universitario, su edad, su condición familiar; en todo caso,
más al contrario estas situaciones hacen ver efectivamente que el acusado participo
del hecho acusado, puesto que al ser estudiante universitario sabe perfectamente
que es permitido y que está prohibido, pero en lo principal, el recurrente no explica
mínimamente cual la incidencia o trascendencia de la edad en la determinación de
su responsabilidad penal ni en el quantum de la pena interpuesta; máxime si
consideramos que conforme a la normativa penal especial y aplicable, en su art. 5
(CP) establecía claramente la edad de 16 años para la imputabilidad penal; en todo
caso, si bien el Tribunal de alzada efectivamente tiene la facultad para modificar
directamente el quantum de la pena, pero esta labor debe realizarse previo
cumplimiento de principios constitucionales y procesales; pero como se dijo existe la
omisión de que no se explica la incidencia de la edad del imputado lo cual no
permite realizar un efectivo control sobre lo alegado.
Descriptor: Fundamentación de la Pena
Restrictor: Recurrente debe explicar la incidencia o trascendencia de la edad en la
determinación de su responsabilidad penal ni en el quantum de la pena
De manera específica la Sentencia penal que pone fin al acto de juicio debe contener
la necesaria motivación que exige de parte del Juez o Tribunal de Sentencia
desarrollar una actividad fundamentadora o motivadora del fallo que comprende
varios momentos; a saber: la fundamentación descriptiva, la fundamentación fáctica,
la fundamentación analítica o intelectiva y la fundamentación jurídica.
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prueba testifical de las ideas principales y pertinentes que se extraen de la
declaración del testigo, procurando no hacer una trascripción literal de la declaración;
siendo también aplicable este criterio con relación a los peritos que puedan concurrir
personalmente a la audiencia de juicio. En el caso de la prueba documental y pericial,
esta fundamentación descriptiva quedará cumplida al dejarse constancia de los datos
más relevantes de esta prueba con mayor énfasis de las conclusiones atinentes o
relevantes del caso.
Además, es necesario destacar que, de acuerdo a lo previsto por el art. 370 inc. 5) del
CPP, constituye defecto de la Sentencia, el hecho de que no exista fundamentación o
que ésta sea insuficiente o contradictoria.”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Ahora bien, el citado fallo en consideración a esos elementos que hacen a la
estructura de las Sentencia especificó lo siguiente: “Una vez desarrollado el acto de
juicio y agotadas las distintas actividades descritas por el Código de Procedimiento
Penal, que hacen a su sustanciación, el Juez o Tribunal de Sentencia en observancia
del derecho al debido proceso, deberá proceder a emitir la Sentencia que
corresponda a través de una resolución debidamente fundamentada que
comprenda una fundamentación descriptiva, fáctica, analítica o intelectiva y
jurídica, lo que supone la precisión del conjunto de hechos que se tienen por ciertos o
debidamente probados con los requisitos de claridad y precisión; la trascripción
sintética pero completa del contenido de la prueba; la valoración propiamente
dicha de la prueba o el análisis de los elementos de juicio con que se cuenta;
la calificación jurídica de la conducta desplegada por el imputado, lo que
importa analizar los elementos del delito como la tipicidad, la antijuricidad
y la culpabilidad, esto es la labor de adecuación o no del hecho al presupuesto
normativo; y, la aplicación de la pena; incurriéndose en fundamentación insuficiente
la ausencia de cualquiera de las fundamentaciones señaladas; por ende, en el defecto
previsto por el art. 370 inc. 5) del CPP.
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no confesarse culpable, j) el derecho a la motivación y congruencia de las
resoluciones, k) la garantía del non bis in idem, l) el derecho a la valoración razonable de la
prueba, ll) el derecho a la comunicación previa de la acusación; m) la concesión al
inculpado del tiempo y los medios para su defensa; n) el derecho a la comunicación privada
con su defensor; o) el derecho a que el Estado le otorgue un defensor proporcionado por el
Estado cuando el imputado no tuviere medios o no nombrare un defensor particular”.
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resoluciones se encuentren debidamente fundamentadas, citando los argumentos de hecho y
derecho y el valor asignado a las pruebas recolectadas durante la investigación de un delito”.
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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0660/2017-S1
Sucre, 12 de julio de 2017
La SCP 0929/2012 de 22 de agosto, citando la SC 1595/2010-R de 15 de octubre, con relación a la
fundamentación de las resoluciones emitidas por los fiscales, ya sean de materia o departamentales
desarrolló la siguiente jurisprudencia: ‘‘‘El art. 304 del CPP, dispone que: 'El fiscal, mediante
resolución fundamentada, podrá rechazar la denuncia, la querella o las actuaciones policiales,
cuando: 1) Resulte que el hecho no existió, que no está tipificado como delito o que el imputado no ha
participado en él; 2) No se haya podido individualizar al imputado; 3) La investigación no haya
aportado elementos suficientes para fundar la acusación; y, 4) Exista algún obstáculo legal para el
desarrollo del proceso'.
En los casos previstos en los incs. 2), 3) y 4), la resolución no podrá ser modificada mientras no varíen
las circunstancias que la fundamentan o se mantenga el obstáculo que impide el desarrollo del
proceso.
Las partes -conforme indica el art. 305 del CPP- podrán objetar la resolución de rechazo, en el plazo
de cinco días a partir de su notificación, ante el fiscal que la dictó, quien remitirá antecedentes al
fiscal superior en jerarquía, dentro de las veinticuatro horas siguientes. El fiscal superior en
jerarquía, dentro de los diez días siguientes a la recepción de las actuaciones, determinará la
revocatoria o ratificación del rechazo, si dispone la revocatoria, ordenará la continuación de la
investigación; y en caso de ratificación, el archivo de obrados que no impedirá la conversión de
acciones a pedido de la víctima o del querellante. (…) la SC 0012/2006-R de 4
de enero, señaló respecto a la motivación y fundamentación de las resoluciones lo siguiente: «La
motivación de los fallos judiciales está vinculada al derecho al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional eficaz, consagrados en el art. 16.IV Constitucional, y se manifiesta como el derecho que
tienen las partes de conocer las razones en que se funda la decisión del órgano jurisdiccional, de tal
manera que sea posible a través de su análisis, constatar si la misma está fundada en derecho o por el
contrario es fruto de una decisión arbitraria…»’.
El art. 73 del CPP, establece que: 'Los fiscales formularán sus requerimientos y resoluciones de
manera fundamentada y específica', norma concordante con los arts. 61 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público abrogada (LOMP abrg) y 57 de la actual Ley Orgánica del Ministerio Público
(LOMP) que dispone: 'Las y los Fiscales formularán sus requerimientos y resoluciones de manera
fundamentada y específica', normas legales que deben ser observadas por los representantes del
Ministerio Público a momento de emitir sus resoluciones, con el fin de que las partes tengan
conocimiento del porqué se toma una decisión dentro del proceso penal, con el objetivo de que puedan
asumir defensa en resguardo de sus derechos y garantías constitucionales, de ahí la importancia que
estas resoluciones se encuentren debidamente fundamentadas, citando los argumentos de hecho y
derecho y el valor asignado a las pruebas recolectadas durante la investigación de un delito”.
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Resultado de Resolución: infundado
El Auto Supremo 319/2012-RRC de 4 de diciembre de 2012, ha establecido el
entendimiento sobre la debida fundamentación de las resoluciones, entre sus
fundamentos, al señalar: “El art. 115.I de la CPE, reconoce el derecho de acceso a la
justicia, al disponer que toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los
jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos; este derecho,
considerado como el que tiene, toda persona de recurrir ante un Juez o Tribunal
superior competente e imparcial, para hacer valer sus pretensiones; también
reconocido por los instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, en el art. 8; la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en su art. 8.2 inc. h); y, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su
art. 14.
De ahí que los fallos deben ser debidamente fundamentados, no siendo suficiente que
el juzgador se limite a transcribir los antecedentes procesales, los fundamentos de las
partes o hacer una relación de normas legales sin que se ponga en evidencia el iter
lógico, o camino del razonamiento, a efecto de arribar a determinada conclusión, para
de esta manera cumplir con la previsión del art. 124 del CPP, lo contrario significaría
vulneración al debido proceso en su elemento de la debida fundamentación y
motivación de las resoluciones judiciales, como ocurrió en el presente caso, donde no
se da respuesta fundamentada ni motivada a varias denuncias efectuadas en la
apelación restringida, lo que hace que este Tribunal deje sin efecto el Auto de Vista
impugnado.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
sobre todos los motivos alegados en cualquier recurso que la ley prevé, por lo mismo
las autoridades que ejercen jurisdicción a nombre del Estado, deben manifestar por
escrito los motivos de sus resoluciones, resguardando de esa manera tanto a los
particulares como a la colectividad, de decisiones arbitrarias.
El mismo autor citando a Joan Pico I Junoy, manifiesta que la motivación cumple
las siguientes finalidades: a) Le permite controlar a la sociedad la actividad judicial y
cumplir así con el de publicidad; b) Garantía intraprocesal de los derechos y
libertades fundamentales de las partes; c) Logra el convencimiento de las partes
sobre la justicia y corrección de la decisión judicial, eliminando la sensación de
arbitrariedad y estableciendo su razonabilidad, al conocer el porqué concreto de su
contenido; y, d) Les garantiza a las partes procesales la posibilidad de control de
la resolución judicial interponiendo ante los tribunales superiores que conocen
de los correspondientes recursos.
Ese entendimiento fue asumido por este Tribunal mediante varios Autos Supremos,
tales como el Auto Supremo 5 de 26 de enero de 2007, que estableció la siguiente
doctrina legal: “La exigencia de motivación es una garantía constitucional de justicia,
fundada en el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la publicidad de las
razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias, permiten el
control del pueblo, sobre su conducta, resguardando con ello a los particulares y a la
colectividad contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde
también a otros fines, ya que podrán los interesados conocer las razones que
justifican el fallo y decidir su aceptación o fundar su impugnación por los medios que
la ley concede. Al mismo tiempo brinda al Tribunal de alzada el material
necesario para ejercer su control, y finalmente sirve para crear la
jurisprudencia, entendida como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las
sentencias judiciales.
De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa,
clara, legítima y lógica.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan,
aún por los legos.
La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las
conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las
denuncias formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre
en un vicio de incongruencia.
El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los
que las partes han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen
el objeto del recurso. Al conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano
judicial incurre, en las formas de incongruencia conocidas como ultra petita, citra
petita o extra petita partium.
e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad, de
ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral,
empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la
sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es
decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
incumplió o se aplicó correctamente las reglas de la sana crítica y porqué la misma
es lógica, o corresponde a las reglas del recto entendimiento humano.
AUTO SUPREMO Nº 492/2015-RRC
Sucre, 17 de julio de 2015
Delitos: Falsedad Material, Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento Falsificado
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial:
Sobre este primer planteamiento, el Tribunal de alzada, señaló que: " ... en presente
caso se establece que la prueba ha sido valorada correctamente, siendo que se
fundó en un hecho cierto, analizo correctamente y realizo un razonamiento de cada
uno de los elementos probatorios producidos en el transcurso del proceso como ser
las pruebas testificales y documentales en este sentido no sería coherente hablar de
una defectuosa valoración de la prueba, siendo que el juez a quo realizo una
correcta aplicación de las reglas de la sana critica." (sic), (las negrillas son
nuestras). De la anterior transcripción literal, se constata que la consideración del
Tribunal de alzada del primer motivo expuesto en apelación, se redujo a una simple
afirmación, que priva a las partes del conocimiento de su razonamiento, por no
plasmar las razones que tuvo para arribar a la conclusión referida
precedentemente, creando inseguridad en las partes en cuanto a la certeza de que
la forma de su fallo sea la correcta; así, en el primer caso, a tiempo de afirmar que
el Tribunal de Sentencia asignó el valor correspondiente a cada una de las pruebas,
debió identificar en que parte de la Sentencia se encuentra esa valoración
probatoria individual y expresar cuál es ese argumento del Tribunal de Sentencia,
que evidencia esa valoración. En el segundo caso, a tiempo de afirmar que el
Tribunal de mérito aplicó correctamente las reglas de la sana crítica, sin explicar a
qué corresponde tal afirmación, suponiendo que la misma se halla referida a las
denuncia y al cuestionamiento de la conclusión presuntamente "errónea del A quo
con base a la declaración de Sergio Gustavo Camargo", no explica de forma clara y
expresa, porqué en la conclusión arribada por el Tribunal de mérito respecto a la
declaración testifical referida, no se incumplió o se aplicó correctamente las reglas
de la sana crítica y porqué la misma es lógica, o corresponde a las reglas del recto
entendimiento humano; asimismo no expresa nada con relación a que el Tribunal
de instancia no hubiese observado la supuesta falta de la firma del imputado en el
memorial presentado en el Colegio de Abogados de La Paz, el depósito realizado por
otra persona y que no se estableció que documento es falso.
Descriptor: Fundamentación del Auto de Vista (congruencia)
Restrictor: Debe identificar en que parte de la Sentencia se encuentra la valoración
probatoria individual y expresar cuál es ese argumento del Tribunal de Sentencia,
que evidencia esa valoración / Debe explica de forma clara y expresa, porqué en la
conclusión arribada por el Tribunal de mérito respecto a un elemento probatorio, no
se incumplió o se aplicó correctamente las reglas de la sana crítica y porqué la
misma es lógica, o corresponde a las reglas del recto entendimiento humano.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN RESTRINGIDA/No es
suficiente planteamientos generales y subjetivos
AUTO SUPREMO Nº 10/2015-RRC
Sucre, 12 de febrero de 2015
Delitos: Hurto
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: La denuncia de los recurrentes está dirigida a la falta
de consideración y valoración de las declaraciones de los testigos además de las
literales, verificándose de los antecedentes, que respecto a esta temática, el Tribunal
de alzada luego de señalar que la fundamentación y motivación componen la parte
más importante de la Sentencia, y su eventual omisión constituye defecto absoluto,
concluyó señalando por un lado que en el presente caso se cumplió con la
fundamentación y por otro, que la parte recurrente no explicó la posible
contradicción, vulneración o agravios, en cuanto se refieren a una de las
declaraciones testificales y que se debió plantear la exclusión probatoria; extremos
que resultan acordes a los antecedentes, habida cuenta que de la revisión de la
Sentencia emitida por el Tribunal de mérito, se evidencia que en capítulo IV bajo el
epígrafe de: “CONTRASTE INTELECTIVO DE CADA UNO DE LOS MEDIOS DE
PRUEBA OFERTADOS POR LAS PARTES EN COMUNIDAD” (SIC.), SE PROCEDIÒ A
LA VALORACIÒN Y FUNDAMENTACIÒN EXTRAÑADA POR LA PARTE
RECURRENTE; Y, QUE EL CUESTIONAMIENTO QUE EFECTUARON ANTE EL
Tribunal de apelación, fue formulado de forma subjetiva, refiriendo circunstancias o
hechos sin atacar la logicidad o el razonamiento errado de la Sentencia y sin
identificar cuáles de las reglas de la sana crítica fueron obviadas o erróneamente
aplicadas, tampoco estableció cual fue el hecho no cierto, o cuál la afirmación
imposible o contraria a las leyes de la lógica o a la experiencia, cuál o cuáles fueron
los medios probatorios analizados arbitraria o erróneamente, el por qué considera
que no se aplicaron las reglas de la sana crítica, como se desarrolló
precedentemente en el apartado III.1.3; consecuentemente, ante el error en el
planteamiento que resultó general y subjetivo.
Descriptor: Fundamentación del recurso de apelación restringida
Restrictor: No es suficiente planteamientos generales y subjetivos.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
quebranto o inobservancia de las normas penales o derechos y garantías
constitucionales, por el contrario, se debe aludir -de manera específica- la
contradicción, incoherencia, o error detectado en la estructura de sus
razonamientos, en vez de emitir su propia interpretación de lo que se estima como
correcto; y, ante la constatación de la existencia de la debida fundamentación en el
Auto de Vista que otorgó respuesta a cada agravio denunciado en la apelación
restringida, el motivo traído en casación deviene en infundado.
Descriptor: Fundamentación del recurso de apelación restringida
Restrictor: Se debe aludir -de manera específica- la contradicción, incoherencia, o
error detectado en la estructura de sus razonamientos, en vez de emitir su propia
interpretación de lo que se estima como correcto.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
en sus argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no limitarse a
realizar una serie de transcripciones doctrinales, mezcladas incluso con argumentos
correspondientes a otro proceso penal (aparentemente de sustancias controladas),
en el que refiere un almacenamiento de droga al interior de un domicilio y respecto a
la voluntad de acumular o poseer droga.
Descriptor: Fundamentación del recurso por la inobservancia de las reglas de la
sana critica
Restrictor: El recurrente tiene la carga de atacar en sus argumentaciones el
silogismo desarrollado en la sentencia y no limitarse a realizar una serie de
transcripciones doctrinales
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El Auto Supremo 248/2012-RRC de 10 de octubre, razonó lo siguiente: “Concluido el juicio
oral, corresponde al Juez o Tribunal de Sentencia, emitir la Sentencia que corresponda a
través de una resolución debidamente fundamentada que comprenda una fundamentación
descriptiva, fáctica, analítica o intelectiva y jurídica, lo que supone la precisión del conjunto
de hechos que se tienen por ciertos o debidamente probados con los requisitos de claridad y
precisión; la trascripción sintética pero completa del contenido de la prueba; la valoración
propiamente dicha de la prueba o el análisis de los elementos de juicio con que se cuenta; la
calificación jurídica de la conducta desplegada por el imputado, lo que importa analizar los
elementos del delito como la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad, esto es la labor de
adecuación o no del hecho al presupuesto normativo; y, la aplicación de la pena; sólo así, se
permitirá que los sujetos procesales y cualquier persona que lea la Sentencia, comprenda de
dónde obtiene el Juez o Tribunal, la información que le permite llegar a una conclusión, sólo
de esta manera, la Sentencia se explica por sí sola; incurriéndose en fundamentación
insuficiente por la ausencia de cualquiera de los elementos o requisitos señalados; por ende,
en el defecto previsto por el art. 370 inc. 5) del CPP, cuidando además, de no caer en
contradicción entre su parte dispositiva o entre ésta y la parte considerativa, puesto que de
ser así, se incurriría en la previsión del art. 370 inc. 8) del CPP” .
Con dichos insumos, corresponde a continuación analizar los elementos denunciados por el
recurrente. En ese orden, de la revisión de antecedentes se tiene que en la audiencia de
juicio oral de 4 de febrero de 2016 el Presidente del Tribunal de Sentencia, “…convocó al
acusado y le explicó del proceso que se le sigue en su contra, de los derechos y garantías
que la Constitución Política del Estado y las leyes le reconocen en su favor, advertido de ello
se le consulta si va a prestar su declaración; el acusado manifiesta su voluntad de declarar”
(sic). Así a continuación se procedió a recibir la declaración que voluntariamente aceptó
deponer el imputado, ante el Tribunal de Sentencia en el verificativo oral quien prestada su
declaración, a continuación pasó a absolver las preguntas del Fiscal, del querellante, de la
defensa y del propio Tribunal.
A continuación, el A quo dictó la Sentencia 05/2016 en la que consignó como primer
Subtítulo, “DATOS PERSONALES DEL IMPUTADO”, los cuáles en efecto los pasó a detallar y a
continuación en un punto aparte, prosiguió a transcribir la declaración realizada por el
precitado en la audiencia de juicio oral.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
A estas alturas del análisis, corresponde señalar que la declaración del imputado es
considerada como un medio de defensa eficaz para oponerse al poder punitivo del Estado, se
trata de un derecho constitucional, consagrado tanto en los instrumentos internacionales
como en la propia Constitución Política del Estado y las leyes del Estado Plurinacional de
Bolivia. Así entre otras normas, el art. 5 del CPP establece que el imputado podrá ejercer
todos los derechos y garantías que la Constitución, las Convenciones y los Tratados
Internacionales vigentes y el Código de Procedimiento Penal le reconocen, desde el primer
acto del proceso hasta su finalización y según la jurisprudencia desarrollada en la SC
1534/2003-R de 30 de octubre, este derecho alcanza a cuatro ámbitos: El derecho a ser
escuchado en el proceso, a presentar prueba, a hacer uso de los recursos y a la observancia
de los requisitos de cada instancia procesal.
A ello se debe sumar la presunción de inocencia, como presupuesto que acompaña al
procesado durante todo el proceso penal, mientras no se declare su culpabilidad en sentencia
ejecutoriada, precisamente por ello no se puede obligar al imputado a declarar contra sí
mismo, de conformidad a lo establecido por el art. 93 del CPP, en cuyo texto determina que
en ningún caso se exigirá juramento al imputado, ni será sometido a ninguna clase de
coacción, amenaza o promesa, ni se usara medio alguno para obligarlo, inducirlo o instigarlo
a declarar contra su voluntad, ni se le harán cargos tendientes a obtener su confesión.
De lo manifestado, es posible concluir que la sola declaración del imputado, de ningún
modo puede fundar condena alguna; puesto que, la culpabilidad o no del mismo, se deberá
determinar de acuerdo con las pruebas suficientes que acrediten la existencia de los
elementos específicos del tipo penal, su participación y grado de culpabilidad, no
constituyendo tal declaración, un medio probatorio.
Así, revisadas las actuaciones procesales, es posible identificar en estricto cumplimiento
de la normativa procesal penal vigente que una vez instalada la audiencia de juicio oral y
cumplida con la etapa incidental, conforme dispone el art. 346 del CPP, se procedió a
convocar al acusado a efectos de tomársele su declaración ante el Tribunal de Sentencia, a
quien previamente se le hicieron conocer sus derechos fundamentales y garantías
constitucionales, advertido de lo cual, Hugo Paco Mariscal manifestó de manera libre, su
voluntad de declarar; por tanto, no se encuentra ningún elemento o actuado ilegal o
arbitrario de parte de los administradores de justicia a cargo de esta etapa procesal, al
contrario su comportamiento se rigió y ciñó de manera, legal y correcta a las normas legales
en vigencia, tampoco se detecta que se le hubiera coaccionado y doblegado su intención de
otorgar su versión de los hechos; al contrario, el imputado declaró lo que consideró
conveniente, pasando a ser interrogado en el orden establecido por la precitada norma, de
inicio por el Fiscal, luego por el abogado del querellante, su defensor y finalmente por los
miembros del Tribunal de Sentencia. Posterior a ello, se prosiguió con la celebración de la
audiencia de juicio, pasándose a recepcionar las pruebas ofrecidas por las partes, sus
conclusiones así como réplicas.
[640]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Puestas así las cosas corresponde analizar la Sentencia de mérito, en la cual se acredita
tal como se señaló precedentemente, que en la primera parte, luego de la consignación de
los datos personales del acusado, en un párrafo siguiente, se pasó a transcribir la declaración
del imputado, prestada durante la audiencia de juicio oral y ante el mismo Tribunal de
Sentencia, lo que de ningún modo transgrede norma legal alguna; al contrario, cumple con el
mandato contenido en el art. 360 inc. 2) del CPP, que con relación a los requisitos de la
Sentencia, entre otros dispone que la misma, deberá consignar la enunciación del hecho y
circunstancias que hubieran sido objeto del juicio, como en el caso sería la declaración del
imputado prestada en la propia audiencia de juicio oral. La cual indudablemente, a
continuación no puede ser la que determine la culpabilidad o no del encausado.
Verificados los fundamentos de la Sentencia, es posible determinar que en ningún momento
se fundó condena contra el imputado, basada en su declaración depuesta; al contrario, su
conducta derivó del análisis y valoración de las pruebas ofrecidas en el mismo juicio oral,
concluyendo que: “…de la prueba analizada precedentemente, se demuestra que todos los
actos desplegados por el acusado ha sido con el firme propósito de favorecer a la
representante legal de TODO AGRO…, tenía pleno conocimiento de las consecuencias de su
actuar” (sic); agregando más adelante: “...que los miembros del tribunal en forma unánime
votaron por la CULPABILIDAD de Hugo Paco Mariscal, respecto al delito de Falsedad
Ideológica Agravada, previsto en el Art. 199, puesto que la prueba desfilada en juicio ha sido
suficiente para generar en el tribunal, la convicción sobre la participación y culpabilidad del
acusado en el delito…” (sic).
De todo lo descrito, se puede concluir finalmente que la denuncia del recurrente no tiene
asidero legal alguno, tampoco responde a la veracidad de los hechos, pues el Tribunal de
alzada sí realizó un adecuado control de legalidad de la Sentencia, respondiendo de manera
motivada que la declaración brindada voluntariamente por el imputado, en la audiencia de
juicio oral, fue insertada en el fallo de mérito como parte de la fundamentación probatoria
descriptiva; y por lo tanto, no infringió lo preceptuado por el art. 93 del CPP. Extremo que por
las razones explicadas recientemente resulta evidente; puesto que, en ningún momento la
inclusión de tal declaración en la Sentencia constituyó el óbice para declarar la culpabilidad
del encausado, sino se la transcribió como bien lo señaló el Tribunal de alzada, como parte
de la fundamentación probatoria descriptiva de la misma, al constituir la misma una
circunstancia objeto del juicio; diferente hubiese sido que ante la falta de pruebas, tal
declaración hubiera fundado la condena, lo que no ocurrió en el caso de autos.
Por lo señalado, al no encontrarse vulneración alguna a los derechos invocados como
lesionados por parte del recurrente, como la presunción de inocencia, tutela judicial efectiva y
seguridad jurídica, los cuales al contrario fueron resguardados en su ejercicio por parte de los
Vocales, el presente motivo debe ser declarado sin mérito alguno.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 23 de agosto de 2017
Delitos: Estafa y otros
El inc. 3) del art. 360 del CPP, establece: “3) El voto de los miembros del tribunal sobre cada
una de las cuestiones planteadas en la deliberación, con exposición de los motivos de hecho y
de derecho en que se fundan; (…)”.
Este requisito de Sentencia, está destinado a cumplir el parámetro de una resolución
completa, teniendo en cuenta que la exigencia legal prevista en la norma citada que prevé un
requisito de la sentencia, no resulta opcional o atendible para un tipo de sentencia y para
otros no; por el contrario, el legislador dispuso que todos los requisitos son necesarios en la
estructura jurídica del fallo, sobre la cual el profesor Fernando de la Rúa, en su obra “La
Casación Penal” refiere que: “El tribunal está obligado a considerar todas las cuestiones
esenciales o fundamentales que determinan el fallo. (…). La motivación, para ser completa,
debe referirse al hecho y al derecho, valorando las pruebas y suministrando las conclusiones
a que arribe el tribunal sobre su examen, sobre la subsunción del hecho comprobado en un
precepto penal, y sobre las consecuencias jurídicas que de su aplicación se derivan” (las
negrillas son nuestras).
Esa conclusión sobre la subsunción del hecho comprobado en un precepto penal, es uno de
los componentes de la fundamentación jurídica, que toda sentencia sea condenatoria o
absolutoria debe contener, pues en caso de una sentencia absolutoria, en ésta debe
destacarse la existencia o no de los hechos acusados, o si los mismos fueren comprobados,
explicar porque razón no constituyen un delito, sea porque exista duda razonable, porque no
se pueda relacionar el hecho comprobado con el imputado o porque los hechos acusados no
resultan punibles.
En suma, la estructura de una sentencia no debe ser mutilada en la fundamentación jurídica,
cuando sea absolutoria, pues posterior a la enunciación del hecho y circunstancias que hayan
sido objeto del juicio –inc. 2) del art. 360 del CPP-, con base a la fundamentación probatoria,
todo Juez o Tribunal de Sentencia, tiene la obligación de fundamentar por qué considera que
los hechos probados –fundamentación fáctica- son insuficientes para fundamentar una
condena –inc. 3) del art. 360 de la norma adjetiva penal-, lo que implica que en el caso de
una sentencia absolutoria, en la fundamentación jurídica previa a la identificación de los
aspectos fácticos atribuidos a la parte imputada y al análisis de las distintas posibilidades
argumentativas debatidas por las partes, optará racionalmente por una de ellas, precisando
porqué considera que los hechos no deben ser subsumidos en las normas sustantivas
invocadas en la acusación, no siendo suficiente la mera enunciación del tipo y tipos penales
atribuidos, sino a partir de la debida identificación de sus elementos constitutivos, el juzgador
deberá establecer porqué estima su inconcurrencia y que genere el respectivo supuesto
previsto por el art. 363 del CPP, de modo que el juzgador procederá a brindar explicaciones
técnicas que hagan imposible la subsunción del hecho al ilícito penal atribuido.
Posterior a la fundamentación jurídica y conforme lo previsto por el inc. 4) del art. 360 de la
Ley 1970, debe plasmarse la parte resolutiva o dispositiva la cual debe ser corta y clara,
además de citar las normas aplicables al caso.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
advertida, respecto a la carencia de fundamentación probatoria intelectiva de la
prueba de cargo.
AUTO SUPREMO Nº 428/2015-RRC
Sucre, 29 de junio de 2015
Delitos: Asesinato y Violación
Resultado de Resolucion: Infundado
Estracto Jurisprudencial: En efecto, considerando el entendimiento asumido de
parte de este máximo Tribunal, que la fundamentación probatoria intelectiva,
comprende aquella actividad en la que no sólo se trata de apreciar cada elemento de
juicio en su individualidad, sino de aplicar conclusiones obtenidas de un elemento a
otro, mediante la apreciación conjunta de toda la prueba judicializada, que permita
a la autoridad judicial competente dejar constancia de los aspectos que le indujeron
arribar a sus conclusiones; en cuanto a las declaraciones testificales, la debida
consignación del porqué consideró coherente, incoherente, consistente o
inconsistente, veraz o falsa; es decir, expresar tanto las razones que se tiene para
creer a alguno o algunos de los testimonios, como las razones que se tiene para
rechazar o desechar otros; similar tarea deberá ser desarrollada respecto de la
prueba documental y pericial, debiendo dejarse constancia sobre el merecimiento o
desmerecimiento de cada prueba así como su relevancia o no; aspectos que
necesariamente debían ser tomados en cuenta por el Tribunal de Sentencia, así
como las observaciones y cuestionamientos realizados por el Tribunal de alzada,
impedido de ejecutar tales tareas; por cuanto, la obligación de realizar la motivación
en relación a valoración de la prueba, corresponde únicamente a los Jueces y
Tribunales de Sentencia por el principio de inmediación; por lo que, la actividad del
Tribunal de alzada traducida en el Auto de Vista impugnado, es correcta, porque se
limita al control de la razonabilidad de los fundamentos referidos a la valoración de
la pruebas y verificación de la presencia de vicios de fundamentación como la
advertida, respecto a la carencia de fundamentación probatoria intelectiva de la
prueba de cargo, que hubiere conducido al Tribunal de Sentencia asumir la
convicción y certeza para determinar la responsabilidad penal del imputado,
coetánea a la presencia de los elementos constitutivos de los delitos de Asesinato y
Violación, en la forma establecida por el art. 173 del CPP, de donde resulta la
acertada posición de calificar como defecto de sentencia en observación de lo
previsto por los incs. S) y 6) del art. 370 del CPP, que reató observar la disposición
contenida en el primer párrafo del art. 413 del CPP, al carecer de competencia para
realizar o suplir la fundamentación probatoria intelectiva de la Sentencia; por lo que,
los argumentos aducidos por los recurrentes en el motivo analizado, igualmente
carecen de mérito.
Indice por Materia:
Descriptor:
Fundamentación probatoria intelectiva
Restrictor:
Auto de debe limitarse al control de la razonabilidad de los fundamentos
referidos a la valoración de la pruebas y verificación de la presencia de vicios
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
de fundamentación como la advertida, respecto a la carencia de
fundamentación probatoria intelectiva
El mismo autor citando a Joan Pico I Junoy, manifiesta que la motivación cumple
las siguientes finalidades: a)Le permite controlar a la sociedad la actividad judicial y
cumplir así con el de publicidad; b) Garantía intraprocesal de los derechos y
libertades fundamentales de las partes; c) Logra el convencimiento de las partes
sobre la justicia y corrección de la decisión judicial, eliminando la sensación de
arbitrariedad y estableciendo su razonabilidad, al conocer el porqué concreto de su
contenido; y, d) Les garantiza a las partes procesales la posibilidad de control de la
resolución judicial interponiendo ante los tribunales superiores que conocen de los
correspondientes recursos.
Ese entendimiento fue asumido por este Tribunal en varios Autos Supremos, como
el Auto Supremo 218/2014 de 4 de junio, que refirió: “Es así, que en consideración a
la exigencia contenida en la Constitución Política del Estado y el Código de
Procedimiento Penal, la doctrina legal aplicable de este Tribunal estableció (…), entre
otros, determinados parámetros o exigencias mínimas en el contenido de la
fundamentación o motivación de un fallo; es decir, que toda resolución debe ser
expresa, clara, completa, legítima y lógica; i) Expresa por qué se debe señalar los
fundamentos que sirvieron de soporte para sustentar su tesis, sin remisión a otros
actos procesales; ii) Clara, en sentido que el pensamiento del juzgador debe ser
aprehensible, comprensible y claro, no dejando lugar a dudas sobre las ideas que
expresa el juzgador; iii) Completa, debiendo abarcar los hechos y el
[644]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
derecho; iv) Legítima, ya que debe basarse en pruebas legales y válidas. Para que
exista legitimidad en la denuncia de valoración defectuosa de la prueba en la
Sentencia, el Tribunal de alzada debe realizar el análisis de iter lógico por el que se
evidencie la correcta o incorrecta valoración de la prueba efectuada por el Juez a quo;
y, v) Lógica, que es el requisito transversal que afecta a los otros requisitos;
debiendo la motivación, en términos generales, ser coherente y debidamente derivada
o deducida, pero utilizando las máximas de la experiencia, la psicología y las reglas
de la sana crítica”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
ordene la restitución de dichos derechos y garantías, entre los cuales, se encuentra la garantía del
debido proceso, que faculta a todo justiciable a exigir del órgano jurisdiccional a cargo del juzgamiento
una resolución debidamente fundamentada, así se ha entendido en varios fallos de este Tribunal, entre
ellos, la SC 0752/2002-R, de 25 de junio, que ampliando el entendimiento de la SC 1369/2001-R de 19
de diciembre señaló lo siguiente: «(…) el derecho al debido proceso, entre su ámbito de presupuestos
exige que toda Resolución sea debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una
Resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las
normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la
motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los
hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho
que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo
que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión».
Finalmente, cabe señalar que la motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y
citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la
motivación puede ser concisa pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo expresar
el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las
normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la
resolución aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma una decisión,
dichas normas se tendrán por vulneradas’.
La jurisprudencia señaló que el debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las
autoridades judiciales, jurisdiccionales y administrativas, y constituye una garantía de legalidad
procesal prevista por el constituyente para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la
fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales o administrativas. Abarca un conjunto de
derechos y garantías mínimas que garantizan el diseño de los procedimientos judiciales y
administrativos, entre sus elementos se encuentra la fundamentación y motivación de las resoluciones,
a las que toda autoridad a cargo de un proceso está obligada a cumplir, no solamente a efectos de
resolver el caso sometido a su conocimiento, sino exponiendo de manera suficiente, las razones que
llevaron a tomar cierta decisión, así como las disposiciones legales que sustentan la misma, es decir,
debe llevar al convencimiento que se hizo justicia, tanto a las partes, abogados, acusadores y
defensores, así como a la opinión pública en general; de lo contrario, no sólo se suprimiría una parte
estructural de la resolución sino impediría que las partes del proceso conozcan los motivos que llevaron
a dicha autoridad a asumir una determinación, lo que no implica que dicha motivación contenga una
exposición ampulosa y sobrecargada de consideraciones y citas legales, basta con que ésta sea concisa
pero clara y satisfaga todos los aspectos demandados’.
[646]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
intereses legítimos”. Este derecho en su contenido evidencia distintas dimensiones
como el derecho de libre acceso al proceso, a la defensa, al pronunciamiento judicial
sobre las pretensiones planteadas, a la ejecución de las sentencias y resoluciones
ejecutoriadas y el derecho a los recursos previstos por ley.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto,
referido en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y
resolver a las pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente,
frustrando con ello el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho
sobre la cuestión formalmente planteada.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
del Derecho Procesal Civil. Editorial IB de F. Montevideo - Buenos Aires 2005. Euro
Editores S.R.L. 4ta. Edición. Pág. 300).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
esta manera lo determinado por el art. 124 del CPP, en vulneración los derechos al
debido proceso y debida fundamentación.
Entonces, queda clara la diferencia entre lo que se debe comprender por falta de
fundamentación y lo que significa incongruencia omisiva en apelación; si bien,
ambos agravios vulneran el art. 124 del CPP, el primero, concurre cuando la
respuesta de parte del Tribunal de alzada a los cuestionamientos planteados por el
apelante, incumple con los parámetros esenciales de ser expresa, clara, completa,
legítima y lógica; en cambio, la omisión de pronunciamiento o fallo corto, se
presenta cuando el Tribunal de alzada, no se pronuncia positiva ni negativamente
sobre los cuestionamientos apelados. Esta distinción es vital, toda vez que no es
posible atender el reclamo en un recurso de casación confundiendo estos dos
agravios totalmente diferentes, de incurrirse en ese error, el reclamo será rechazado.
[649]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
G
GARANTÍA DE LA DOBLE INSTANCIA Y EL ALCANCE DEL RECURSO DE APELACIÓN
INCIDENTAL EN EL PROCESO PENAL
[650]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
jurisdicción penal también le es inherente al Ministerio Público, incluso por efecto reflejo una
determinada decisión jurisdiccional podría afectar intereses y/o derechos de terceros,
quienes también podrán hacer uso de los medios de impugnación. Finalizando se puede
afirmar que al tenor del art. 241 de la CPE, dicha prerrogativa también la tendría la sociedad
en su conjunto ejerciendo la función del control social”.
Ahora en cuanto al alcance del recurso de apelación incidental en el proceso penal, la misma
SCP 1251/2012, nos dice lo siguiente: “A manera de introducción, es menester establecer el
marco normativo que regula dicho medio de impugnación, nuestro Código de Procedimiento
Penal en su normativa pertinente refiere:
'Artículo 51.- (Cortes superiores de justicia). Las Cortes Superiores de Justicia son
competentes para conocer: 1.- La sustanciación y resolución del recurso de apelación
incidental, según las reglas establecidos en este Código'.
Por otro lado sobre las normas generales de la apelación en el proceso penal, tenemos:
'Artículo 394.- (Derecho de recurrir). Las resoluciones judiciales serán recurribles en los
casos expresamente establecidos por este Código. El derecho de recurrir
corresponderá a quien le sea expresamente permitido por ley, incluida la víctima aunque
no se hubiera constituido en parte querellante.
Artículo 403.- (Resoluciones apelables). El recurso de apelación incidental procederá contra
las siguientes resoluciones:
1) La que resuelve la suspensión condicional del proceso
2) La que resuelve una excepción
3) La que resuelve medidas cautelares o su sustitución
4) La que desestime la querella en delitos de acción privada
5) La que resuelve la objeción de la querella
6) La que declara la extinción de la acción penal
7) La que conceda, revoque o rechace la libertad condicional
8) La que niegue o revoque la solicitud de ampliación de la etapa preparatoria en delitos
relacionados con organizaciones criminales
9) La que admita o niegue la suspensión o la extinción de la pena
10) La que resuelva la reparación del año, y:
11) Las demás señaladas por este Código'
El marco normativo penal anotado y en particular el art. 403 del CPP, nos señala que los
casos de procedencia del recurso de apelación incidental se encuentra sometido a un
sistema de números clausus, dicho de otro modo, procede sólo en los casos señalados por
ley. Sobre el particular la jurisprudencia del anterior Tribunal Constitucional en la SC
1119/2004-R de 20 de julio, entre otras, asumió dicho entendimiento, estableciendo que al
margen de las resoluciones citadas en la referida norma procesal penal, ninguna otra
resolución podría ser objeto de apelación por medio de este recurso” (las negrillas son
añadidas).
Así también, el extinto Tribunal Constitucional, en la SC 1483/2010-R de 4 de octubre, cita a
la SC 0636/2010-R de 19 de junio, que, expresó: “'El derecho a recurrir se halla
establecido en el art. 394 del CPP, adicionando las dos limitaciones que lo caracteriza,
una objetiva y otra subjetiva. Por la primera, no todas las resoluciones son recurribles,
sino aquellas en los casos expresamente establecidos…. Por la segunda el derecho a
recurrir corresponderá a quien le sea expresamente permitido por Ley, incluida la
víctima aunque no se hubiera constituido en querellante…'”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Respecto a la procedencia del recurso de apelación contra la Resolución que resuelve la
solicitud de extinción de la acción penal, la SC 1529/2011-R de 11 de octubre, estableció lo
siguiente: “Resuelta la extinción, si las partes procesales, ya sea acusador –Ministerio
Público o querellante- el imputado o la víctima, consideran que dicha resolución es lesiva de
sus derechos, en aplicación del principio de impugnación garantizado por el art. 180.II de la
CPE para todos los procesos judiciales, tienen la vía de la apelación para hacer valer sus
pretensiones. Al respecto, es conveniente remarcar que la impugnación en juicio, contra la
extinción de la acción penal, como cualquier otra excepción o incidente, se la planteará con
reserva de apelación restringida, conforme previene la segunda parte del Art. 407 del CPP,
`…o ha efectuado reserva de recurrir…´.
El citado razonamiento desarrollado por la jurisprudencia de este Tribunal, afirma: `…como
todos los derechos, el de recurrir está sujeto a las normas generales que lo rigen, entre ellos
la oportunidad o el plazo, el contenido o expresión de agravios y la forma en que deban
formularse. En cuanto a la apelación incidental se la debe presentar y tramitar en
sujeción a las previsiones de los arts. 404 a 406 del CPP, deduciéndose la
imposibilidad de plantearla directamente dentro del juicio oral, cuyo objeto la
averiguación de los hechos, no permite su sustanciación durante la celebración del
mismo, correspondiendo en su caso hacer reserva de apelación restringida, conforme
tiene anotada la jurisprudencia
constitucional´ (SC 2255/2010-R de 19 de noviembre)”
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
debidamente dentro de la lógica, las disposiciones que considera violadas o
erróneamente aplicadas o el error en que hubiera incurrido el Tribunal. Esa
observación centrada en la falta de fundamentación que a criterio del Tribunal de
alzada presentó el recurso de apelación restringida, constituye la crítica principal y
constante en la labor de análisis de las cuestiones que expresa el recurso. En esa
misma lógica, supone la afección directa a todo el recurso, que obviamente
repercutirá en el análisis• individual de los distintos motivos, de donde igualmente
emanen posiciones con la misma consecuencia, cuando expresamente sostuvo en la
parte: "CONCLUSIÓN: Por todo lo manifestado, este Tribunal concluye que las
motivaciones y alegaciones del apelante no son sustentables ni suficientemente
explicadas, mas al contrario resultan contradictorias e incoherentes a más de
incurrir en confusos razonamientos, consecuentemente, corresponde confirmar el
fallo". (sic), ante lo cual y en base a un análisis objetivo, debió tomar en cuenta que
el sistema procesal de impugnación, consagra el derecho de toda persona declarada
culpable sobre el cual pesa una condena, de otorgársele la posibilidad de acceso al
sistema de recursos, más allá de formalismos que puedan impedir el ejercicio
efectivo de sus derechos constitucionalmente proclamados. Por principio general
establecido en el art. 399 del CPP, cuando el Tribunal de alzada, advierte que el
recurso de apelación restringida no cumple con los requisitos exigidos en los
artículos 407 y 408 del CPP, debe otorgar un plazo para subsanar el recurso,
precisando de manera clara y expresa la o las observaciones detectadas y los
requisitos que extraña; toda vez, que las resoluciones judiciales deben ser expresas
y no tácitas. En el caso presente, se advierte que el Tribunal de alzada, no realizó la
observación al recurso a tiempo de su admisión, por cuanto antes de emitir la
Resolución de apelación, tenía la posibilidad de dar aplicación a la previsión del art.
168 del CPP, para subsanar el acto y rectificando el error permitir el cumplimiento
de acto omitido, garantizando de esa forma el ejercicio del referido derecho del
imputado vinculado a la tutela judicial efectiva que le permita sustentar en la forma
debida sus alegaciones, de modo que obtenga respuestas mediante una resolución
igualmente fundamentada, que acoja sus reclamos mediante un pronunciamiento
de fondo, no así atribuir el resultado del recurso a aspectos formales u
observaciones referidas a la falta de fundamentación, insuficiente explicación y
contradicciones, presentes en el recurso de apelación restringida. En su caso, si no
obstante la conminatoria la parte recurrente no procede a subsanar su recurso
conforme a las observaciones extrañadas dentro del plazo determinado por ley, en
aplicación a la norma procesal penal corresponde su rechazo por inadmisible, sin
que ello importe denegación de justicia ni restricción al derecho a la defensa o al
recurso judicial efectivo; toda vez, que se habrían otorgado y garantizado los
mecanismos legales razonables a efecto de que las impugnaciones observen las
formalidades que proveen al operador de justicia el instrumento para su trámite,
sólo así, en caso de haberse subsanado suficientemente el recurso, se señalará la
audiencia de fundamentación oral y posteriormente se dictará la correspondiente
resolución, declarando improcedente o procedente la impugnación formulada según
corresponda. Finalmente, en cuanto al precedente contradictorio invocado, al
presentar similar situación jurídica al caso analizado referida a la posibilidad de
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
otorgar a toda persona la garantía del acceso al sistema de recursos más allá de
formalismos que puedan impedir el ejercicio efectivo del derecho a una segunda
opinión del que, conforme se tiene fundamentado, se apartó el Tribunal de alzada,
supone la existencia de contradicción a los lineamientos jurisprudenciales
esbozados por este Tribunal, que constituye defecto absoluto insubsanable al
vulnerar derechos fundamentales como el debido proceso en su componente de la
tutela judicial efectiva, al tenor del art. 169 inc. 3) del CPP, y en aplicación del art.
419 del mismo cuerpo normativo procedimental, corresponde dejar sin efecto el Auto
de Vista impugnado a efectos de la subsanación de las situaciones defectuosas
fundamentadas.
Descriptor: Garantía del acceso al sistema de recursos más allá de formalismos que
puedan impedir el ejercicio efectivo del derecho a una segunda opinión
Restrictor: Constituye defecto absoluto si el Tribunal de alzada, al advertir que las
cuestiones planteadas en el recurso de apelación restringida no estaban
debidamente fundamentadas, no dispone la conminatoria al apelante para que
subsane las observaciones detectadas
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
IMPARCIALIDAD DEL JUEZ NATURAL / Solo puede reclamarse vía recusación / Si
no se recusa oportunamente al juez que no se considera imparcial se convalida su
actuación en el proceso
AUTO SUPREMO Nº 397/2015-RRC-L
Sucre, 13 de agosto de 2015
Delitos: Prevaricato, Peculado e Incumplimiento de Deberes.
Resultado de Resolución: Infundado
Extracto Jurisprudencial: Por otra parte, conforme el mismo recurrente sostiene,
el juez técnico del Tribunal de Sentencia W.A.V.S. formó parte del Tribunal
sumariante donde se realizó un proceso disciplinario en su contra, con la
consecuente determinación de suspender al imputado en sus funciones como juez
instructor y cautelar; sin embargo, al iniciarse el juicio oral, siendo de conocimiento
del imputado la conformación del Tribunal de Sentencia que lo juzgaría, de los
antecedentes del cuaderno procesal no se advierte que J.A.I.G. hubiese objetado la
participación del juez W.A.V.S., teniendo la oportunidad de activar la recusación
contra el Juez Técnico que según él no era imparcial para conocer y ser parte del
Tribunal de Juicio; sin embargo, como se tiene manifestado precedentemente, no
existe constancia alguna que permita determinar el planteamiento oportuno de la
citada recusación teniéndose presente que la norma procesal penal prevé
situaciones en las cuales, el juzgador puede ser recusado, tal es así que el art. 319
en su parte pertinente al caso en análisis, señala: "La recusación podrá ser
interpuesta: ( ... ) 2) En la etapa del juicio, dentro del término establecido para los
actos preparatorios de la audiencia; y ... "; es decir, que se otorga a las partes la
facultad de impugnar legítimamente la actuación de un juez en un proceso, cuando
considera que no es apto para conocer y resolver el litigio porque su imparcialidad
se encuentra comprometida o está en duda, a cuyo efecto debe fundamentar y
probar la causal por lo cual solicita la recusación; en ese entendido, el Tribunal de
alzada resolviendo este punto manifestó que: " si bien es cierto que él formó parte
del Tribunal disciplinario, éste conoció hechos en el área administrativa y no
jurisdiccional, de ahí que la sanción de este proceso fue la suspensión y no una
pena, es más el recurrente tuvo la oportunidad de recusar al Juez" (sic). Bajo tales
parámetros, debe entenderse que el imputado convalidó la participación del juez
cuestionado, sea porque decidió que su intervención se encontraba dentro de los
marcos del juez natural o, por su descuido o negligencia omitió hacer valer sus
derechos, esto en concordancia con los principios de convalidación, trascendencia y
conservación, en razón a que el recurrente pretende en casación, retrotraer actos
procesales cumplidos y consentidos por el mismo, en ese contexto el motivo deviene
en infundado.
Indice por Materia:
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
acusada en estado de indefensión, llegándose, inclusive, a pronunciarse Resolución en
rebeldía, lo que, conforme se ha desarrollado, desde ningún punto de vista es admisible…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.3. “…faculta a que cuando se trate del procesamiento de los delitos de acción privada
determinados por los preceptos del art. 20 del CPP, es permisible que el imputado asuma su
defensa representado por un defensor instituido mediante poder especial; quedando
subsistente la facultad jurisdiccional de convocar al imputado cuando considere que su
presencia es necesaria para algún o varios actos procesales; de lo que se extrae que, la
defensa que en juicio es inviolable de acuerdo al mandado constitucional contenido en las
normas previstas por el art. 16.II de la CPE, cuando se trata de delito de acción privada, se la
puede ejercer: a) en forma personal y b) mediante representante, el cual deberá estar
investido de un poder especial y no general; ambos casos responden por igual y sin
distinción al derecho inviolable que tiene toda persona de defenderse ante una acusación, en
un debido proceso contradictorio, en el cual tenga la oportunidad de alegar a su favor,
presentar prueba, impugnar la del acusador o querellante y en general realizar todos los
actos permitidos por las normas procesales, que vea por conveniente para la defensa de su
condición de inocente que le es inmanente”.
PRECEDENTE SC 1627/2004-R de 8 de octubre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la Constitución y la ley”.
Es así, que del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la
referida acción es un mecanismo de defensa jurisdiccional, ante la vulneración de derechos
fundamentales reconocidos y consagrados por la Constitución Política del Estado. A través
de la materialización de actos ilegales; empero, si contrariamente, se constata la inexistencia
de acto ilegal alguno restrictivo de derechos o garantías constitucionales, esta acción tutelar
no abre su ámbito de protección, y cae en la improcedencia.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
En consecuencia, una vez instalada la audiencia, el Juez exhorta a una conciliación u
homologa un acuerdo; sin embargo, de no llegar a una conciliación reciben las pruebas
ofrecidas y después de haber sido agotadas las mismas, en la misma audiencia el Juez debe
emitir una Resolución, ya sea aceptando o rechazando la pretensión del resarcimiento o en
su caso fijando el monto exacto del monto indemnizable.
En cuanto a la asistencia de las partes a la audiencia, el último párrafo del art. 386 del CPP,
de forma clara y precisa, establece que la inasistencia del demandante es considerada como
abandono de la causa, correspondiendo por ende su archivo; sin embargo, la
incomparecencia del demandado o de algunos de los demandados no se constituye en una
causal de suspensión de audiencia, quedando obligados a someterse a los resultados del
proceso, sin que ello signifique vulneración a alguno de sus derechos, pues al interponer una
demanda de reparación de daño civil que devenga de una proceso penal con Sentencia
ejecutoriada, el o los demandados adquieren la calidad de condenados, por ende la
declaratoria de rebeldía ya no procede, puesto que es aplicable únicamente a los
demandados que tienen la condición de imputado o procesado; al respecto, el art. 87 inc. 1)
del CPP, refiere que el imputado será declarado rebelde cuando: “No comparezca, sin causa
justificada, a una citación, conforme a lo previsto en este Código”, interpretación aplicada
también por la SC 0299/2007-R de 23 de abril.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
la regla y la detención la excepción, adoptada sólo cuando no exista otra medida que se le
pueda aplicar".
PRECEDENTE SC 1871/2003-R de 15 de diciembre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
minoridad, la libertad de la gestante deberá ser la regla y la detención la excepción, adoptada
sólo cuando no exista otra medida que se le pueda aplicar”'.
PRECEDENTE SC 1871/2003-R de 15 de diciembre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
3) Los que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la
Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este
Código; y,
4) Los que estén expresamente sancionados con nulidad” (las negrillas nos corresponden).
Sobre este tema, la SCP 1484/2014 16 de julio, señaló: “… la jurisprudencia constitucional a través de
la SC 0522/2005-R de 12 de mayo, señaló: “…la corrección de la actividad procesal defectuosa
dentro de los procesos penales puede hacérsela por la vía incidental ante el juez cautelar en la etapa
preparatoria, ante el Juez o Tribunal de Sentencia en el juicio oral, y, en su caso, a través del
recurso de apelación restringida, recursos que deberán ser interpuestos con carácter previo, puesto
que sólo ante el agotamiento de los mismos la jurisdicción constitucional, a través del amparo,
quedará abierta para el análisis y consideración de los actos u omisiones que impliquen lesión de los
derechos y garantías constitucionales’.
De donde se puede establecer que, existen medios de defensa específicos para impugnar errores o
defectos cometidos, ya sea por el Juez o por el Ministerio Público, a través de los Fiscales de Materia
y que hubieran sido detectados por las partes procesales, los cuales deben corregirse por el órgano
jurisdiccional competente, precautelando el debido proceso y los derechos y garantías
constitucionales”.
(…)
En ese sentido, la SCP 0839/2012 de 20 de agosto, ha establecido que: ”… los incidentes se
constituyen en mecanismos de defensa que han sido previstos por el ordenamiento jurídico a efecto
de que las partes puedan solicitar el saneamiento del proceso cuando consideren que durante la
tramitación del mismo se ha incurrido en actos u omisiones que se constituyen en defectos relativos
y absolutos que ocasionan lesión a los derechos y garantías del imputado; es decir, el incidente es un
proceso accesorio que surge y se sustancia dentro del proceso principal y cuya resolución es
independiente pero necesaria para resolver aquel” (las negrillas nos corresponden).
En ese marco, la SC 2888/2010-R de 17 de diciembre, respecto a la actividad procesal defectuosa
glosado precedentemente, señaló lo siguiente: “(…) las decisiones judiciales u omisiones de
procedimiento con inobservancia de la Constitución Política del Estado y del Código de
Procedimiento Penal, que causaren agravio a las partes procesales podrán ser impugnadas ante la
autoridad judicial con el debido fundamento. Lo que implica que cuando el agraviado alegue
nulidad por defectos absolutos, necesariamente deberán ser planteados ante la autoridad
jurisdiccional como contralor de garantías y que el procedimiento se desarrolle sin vicios de
nulidad” (las negrillas nos corresponden).
Razonamiento que a su vez fue reiterado por la SCP 1047/2015-S1 de 30 de octubre.
En ese sentido, según el entendimiento jurisprudencial citado precedentemente, el incidente de
actividad procesal defectuosa prevista en el art. 169 del CPP, resulta ser el medio idóneo para impugnar
ante la autoridad jurisdiccional competente, aquellas omisiones de procedimiento en que se hubiera
incurrido, durante la tramitación o sustanciación del proceso penal, y como consecuencia de ello,
causen agravio a las partes procesales.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
INCIDENTE DE ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA MEDIO IDÓNEO PARA
IMPUGNAR OMISIONES DE PROCEDIMIENTO QUE CAUSAN AGRAVIO A LAS
PARTES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1046/2017-S2
Sucre, 25 de septiembre de 2017
La SCP 1047/2015-S1 de 30 de octubre, citando los razonamientos expresados en la SC 2888/2010-R
de 17 de diciembre, respecto al incidente de actividad procesal defectuosa señaló que: “`Respecto de la
actividad procesal defectuosa, que fuere invocada a través del incidente de nulidad por defectos
absolutos, el art. 169 del CPP, señala: “No serán susceptibles de convalidación los defectos
concernientes a: 1) La intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su participación en los
actos en que ella sea obligatoria; 2) La intervención, asistencia y representación del imputado, en los
casos y formas que este Código establece. 3) Los que impliquen inobservancia o violación de derechos
y garantías previstos en la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados
internacionales vigentes y en este Código; y, 4) Los que estén expresamente sancionados con nulidad',
en consecuencia, las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento con inobservancia de la
Constitución Política del Estado y del Código de Procedimiento Penal, que causaren agravio a las
partes procesales podrán ser impugnadas ante la autoridad judicial con el debido fundamento. Lo
que implica que cuando el agraviado alegue nulidad por defectos absolutos, necesariamente
deberán ser planteados ante la autoridad jurisdiccional como contralor de garantías y que el
procedimiento se desarrolle sin vicios de nulidad´
Según la línea jurisprudencial citada precedentemente, el incidente de actividad procesal defectuosa
prevista en el art. 169 del CPP, es el medio idóneo para impugnar ante el Juez Contralor de Garantías
Constitucionales, aquellas omisiones de procedimiento en que se hubiera incurrido en la tramitación
del proceso y que causen agravio a las partes procesales” (las negrillas son nuestras).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
constitucional como emergencia del cumplimiento y/o ejecución de la Sentencia impuesta en
su contra; vale decir, cuando la misma se encuentra ejecutoriada; sin embargo, en el caso de
autos, fue planteado por la parte querellante cuando el proceso había concluido conforme a
lo dispuesto por la Resolución 004/10, misma que declaró probada la excepción de
prescripción de la acción penal por duración máxima del proceso disponiendo el archivo de
obrados, fallo que fue declarado ejecutoriado de manera posterior al vencimiento del plazo
que la parte afectada tenía para plantear el recurso de apelación si había alguna
impugnación en cuanto al fondo de dicha Resolución tal como lo establece el art. 403 del
CPP, o en su caso solicitar explicación, complementación y enmienda en cuanto a la forma,
conforme al art. 125 del indicado Código, incidente que fue interpuesto justamente por un
aspecto formal (falta de lectura de la Resolución en audiencia), denotándose que la
incidentista lo interpuso cuando precluyó su derecho por su propia negligencia, habiendo de
forma tácita manifestado su consentimiento sobre el aspecto extrañado, por lo que la
autoridad demandada no debió conocer, tramitar y resolver el mismo por las razones
anteriormente expuestas, por cuanto al haberlo hecho vulneró el derecho al debido proceso
del accionante".
PRECEDENTE REITERADO:
F.J.III.2. "Antes de ingresar al análisis de la problemática planteada por esta acción de
amparo constitucional es necesario hacer mención que por incidente se entiende a
cuestiones accesorias que surgen al interior del proceso penal o con motivo de él, pudiendo
ser planteado durante su tramitación, ante el Juez o Tribunal que conoce el mismo, tal como
lo establece el art. 44 del CPP, en su último párrafo, correspondiendo aplicable lo previsto en
el art. 314 del indicado Código respecto a su tramitación, el cual señala: “Las excepciones y
las peticiones o planteamientos de las partes que, por su naturaleza o importancia, deban ser
debatidas o requieran la producción de prueba, se tramitarán por la vía incidental, sin
interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito fundamentado en la etapa
preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo prueba y acompañando la documentación
correspondiente".
Precedente: SC 0522/2005-R
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Restrictor: imposibilidad de ser resueltos en casación.
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quantum apellatum’ (Couture, Eduardo J. Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Editorial
IB de F. Montevideo - Buenos Aires 2005. Euro Editores S.R.L. 4ta. Edición. Pág. 300).
Lo anterior significa que el Tribunal de alzada debe dar respuesta fundamentada a todos y
cada uno de los agravios denunciados por el apelante; lo contrario significaría la vulneración
del art. 124 del CPP, que señala que las Sentencias y Autos interlocutores serán
fundamentados; expresarán los motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones
y el valor otorgado a los medios de prueba; así también, la fundamentación no podrá ser
reemplazada por la simple relación de los documentos o la mención de los requerimientos de
las partes; finalmente el art. 398 del CPP textualmente refiere: ‘Los tribunales de alzada
circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución’, se entiende con
la adecuada motivación en las resoluciones que pronuncie el Tribunal de alzada” .
[667]
ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: se incurre en esta vicio si el tribunal de Alzada realiza aseveraciones
genéricas sin explicar qué razones las respaldan (reiteradora)
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contradijo el precedente invocado, que denota una situación fáctica similar al no
circunscribir su actividad jurisdiccional a los puntos cuestionados de manera
fundamentada, incurriendo en el vicio procesal de inconcurrencia omisiva ( citra
petita o ex silentio), que se presenta cuando el Tribunal de alzada omite resolver
cuestiones denunciadas en la apelación o se pronuncia acudiendo a fundamentos
evasivos y/o generales sin resolver el fondo del agravio, que importa el defecto
absoluto inconvalidable establecido en el art. 169 inc. 3) del CPP, porque
desnaturaliza el recurso y contraviene su propia competencia y al mismo tiempo
implica vulneración del art. 124 del CPP relativo a la debida fundamentación de las
resoluciones, además, de infringir el debido proceso en su componente del derecho a
la tutela judicial efectiva, por dejar en situación de indeterminación a las partes
pues sobre esta petición sea en sentido favorable o negativa, no se tiene una
respuesta a las reiteradas solicitudes del recurrente, debiendo ser absuelto por el
Tribunal de alzada sin necesidad de incurrir en aspectos que no fueron
contemplados en el recurso de alzada o en las peticiones de complementación, efecto
para el cual debe dejarse sin efecto la resolución de alzada, cuando el motivo tiene el
sustento legal a fin de que la incongruencia omisiva sea subsanada adecuadamente.
Descriptor: Incongruencia Omisiva
Restrictor: Otorgar un entendimiento diferente al motivo impetrado constituye
defecto absoluto
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
recurso, señalando que el Juez de Sentencia concluyó que la conducta del imputado
Á.A.G.M.se subsumió al tipo penal atribuido, al concluir que golpeó a la víctima en
la región malar izquierda con una piedra, conforme corrobora el certificado médico
forense que esa lesión fue causada con violencia con el objeto contundente,
produciéndose un daño físico temporal y que se operó un cambio en el equilibrio
funcional del organismo de la víctima, disminuyendo su salud, ocasionando un daño
en el cuerpo y una incapacidad física de doce días, siendo en consecuencia
responsable penalmente. Es decir, ante el planteamiento genérico planteado por el
recurrente en su recurso de apelación restringida, el Tribunal de alzada otorgó una
respuesta negativa en los mismos términos, esto es una respuesta genérica, sin que
pueda alegarse la existencia de incongruencia omisiva; debiendo hacerse hincapié
que del contenido del recurso de apelación restringida, se evidencia que el
recurrente de manera sesgada hizo referencia a la declaración prestada por el policía
O.V.F., quien si bien señaló que el coimputado D.M. le dio una patada con una
zapatilla a la víctima, también declaró conforme el acta de juicio, que fue el
recurrente quien jaló a la víctima, cayó al suelo, se encimó, tomó una piedra y le dio
un golpe en el pómulo izquierdo.
Descriptor: Incongruencia Omisiva
Restrictor: No existe vicio si ante el planteamiento genérico planteado por el
recurrente en su recurso de apelación restringida, el Tribunal de alzada otorgó una
respuesta negativa en los mismos términos, esto es una respuesta genérica
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
permitido revalorizar la prueba producida en juicio, incurriendo en incongruencia
omisiva, desestimando así el motivo de apelación, sin la debida fundamentación,
vulnerando con esa actitud el debido proceso en su vertiente de motivación e
incurriendo en defecto absoluto; consecuentemente, la denuncia de incongruencia
omisiva y la falta de fundamentación expresada en el recurso de casación. Esto
significa que el Tribunal de alzada, no se pronunció sobre el primer motivo alegado
por la recurrente y se pronunció parcialmente sobre los motivos alegados por la
imputada en el segundo motivo, evidenciándose del contenido del Auto de Vista
impugnado, que el Tribunal de apelación incurrió en incongruencia omisiva al no
responder a la denuncia planteada sobre la excepción de la Litispendencia y al
reclamo sobre la falta o defectuosa valoración de las pruebas. Es así que, al no
haberse pronunciado el Tribunal de apelación sobre varios de los motivos en los
que se fundó el recurso de apelación restringida deducido por la imputada, hace
indudable un vicio de incongruencia omisiva ( citra petita o ex silentio) e
inobservancia al deber de fundamentación; por cuanto, siendo evidente la falta de
fundamentación en la que incurre el Tribunal de alzada, esta omisión constituye un
defecto absoluto no susceptible de convalidación, porque vulnera el derecho a la
defensa, seguridad jurídica y al debido proceso. En consecuencia, velando por el
cumplimiento del principio de legalidad y el respeto de la garantía del debido
proceso, corresponde ordenar se dicte nuevo Auto de Vista, en el que se pronuncie
de manera fundamentada y motivada sobre todos y cada uno de los motivos
cuestionados de la apelación restringida.
Descriptor: Incongruencia omisiva /
Restrictor: Respuesta inadecuada a la denuncia desestimando el motivo de
apelación sin la debida fundamentación se constituye en defecto absoluto no
susceptible de convalidación, porque vulnera el derecho a la defensa, seguridad
jurídica y al debido proceso
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
e) y posteriormente en el punto 2 opta por resolver los agravios establecidos en los
incs. f) y g); consecuentemente, se advierte que dicho Tribunal procedió a resolver
todos los puntos apelados, sin que la decisión de agruparlos en dos, implique la
concurrencia de una incongruencia omisiva. Por lo expuesto, este Tribunal establece
que el Tribunal de alzada, circunscribió su resolución a los motivos de apelación
planteados por el imputado, conforme a lo dispuesto por el art. 398 del CPP que
preceptúa ''Los tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos
cuestionados de la resolución", cumpliendo con el requisito de ser una resolución
completa al haberse pronunciado sobre todos los puntos apelados por el recurrente;
en consecuencia, la Resolución impugnada no contradice a los precedentes
invocados, correspondiendo declarar el recurso infundado.
Descriptor: Incongruencia Omisiva
Restrictor: La decisión de agrupar los motivos de apelación en dos grupos, no
implica la concurrencia de una incongruencia omisiva
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
contenidos en la Resolución judicial puede razonablemente deducirse no sólo que la
autoridad jurisdiccional ha valorado la pretensión deducida, sino además los motivos
que fundamentan la respuesta tácita.
Siendo así, que la incongruencia omisiva o fallo corto constituye un defecto absoluto,
referido en esencia a la vulneración por el juez o tribunal del deber de atender y
resolver a las pretensiones que se hayan traído al proceso oportuna y temporalmente,
frustrando con ello el derecho de la parte a obtener un respuesta fundada en derecho
sobre la cuestión formalmente planteada.
La incongruencia omisiva quebranta el principio tantum devolutum quantum
apellatum, así lo ha establecido la doctrina legal aplicable citada en el Auto upremo 6
de 26 de enero de 2007; aforismo que a decir del tratadista Hugo Alsina, significa que
los poderes del Tribunal de apelación se hallan limitados por la extensión del recurso,
por lo cual, ´...sufre una limitación en los casos en que el recurso se interpone contra
una parte determinada de la sentencia, pues, entonces, el tribunal no puede
pronunciarse sino sobre lo que es materia del mismo´ (Alsina, Hugo. Tratado teórico
práctico de derecho procesal civil y comercial. Editorial Ediar Soc. Anón. Buenos Aires
1961. Segunda Edición, Tomo IV, Pág. 416).
Igualmente, refiere el versado Couture, que: ´El juez de la apelación conviene repetir,
no tiene más poderes que los que caben dentro de los límites de los recursos
deducidos. No hay más efecto devolutivo que el que cabe dentro del agravio y del
recurso: tantum devolutum quantum apellatum´ (Couture, Eduardo J. Fundamentos
del Derecho Procesal Civil. Editorial IB de F. Montevideo - Buenos Aires 2005. Euro
Editores S.R.L. 4ta. Edición. Pág. 300).
Lo anterior significa que el Tribunal de alzada debe dar respuesta fundamentada a
todos y cada uno de los agravios denunciados por el apelante; lo contrario significaría
la vulneración del art. 124 del CPP, que señala que las Sentencias y Autos
interlocutores serán fundamentados; expresarán los motivos de hecho y de derecho
en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba; así también,
la fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes; finalmente el art. 398
del CPP textualmente refiere: ´Los tribunales de alzada circunscribirán sus
resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución", se entiende con la
adecuada motivación en las resoluciones que pronuncie el Tribunal de alzada”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Procedimiento Penal en el art. 13, que al tenor indica: ‘Los elementos de prueba sólo
tendrán valor si han sido obtenidos por medios lícitos e incorporados al proceso
conforme a las disposiciones de la Constitución Política del Estado y de este Código.
No tendrá valor de prueba obtenida mediante torturas, malos tratos, coacciones,
amenazas, engaños o violación de los derechos fundamentales de las personas, ni la
obtenida en virtud de información originada en un procedimiento o medio ilícito’.
Aquella garantía procesal, delimita un contrapeso y escudo de protección para con el
imputado, pues de manera taxativa se instruye la labor de los juzgadores de
constatación de no vulneración de garantías tanto constitucionales como procesales,
en el momento preciso del desfile probatorio, como en el trabajo de valoración de la
prueba producida, quedando eximida de manera frontal la probabilidad de valoración
de elementos o medios que contradigan la gama de garantías constitucionales
previstas no solo en la Constitución Política del Estado, sino también en las
Convenciones y Tratados internacionales suscritos y vigentes en el Estado conforme
prevé el art. 172 del CPP.
De igual manera el art. 71 del CPP, al señalar que los fiscales no podrán utilizar en
contra del imputado pruebas obtenidas en violación a la Constitución Política del
Estado, Convenciones y Tratados internacionales vigentes y las leyes, inclina de
manera específica acciones de protección para con el imputado sobre el actuar del
Ministerio Público como sujeto procesal, concepto que se halla estrechamente ligado al
llamado principio de oficialidad de la prueba detentado por aquella Magistratura.
Lo anteriormente dicho, señala de manera clara los instrumentos y limitantes que el
sistema procesal penal vigente posee con referencia a la introducción de pruebas en
juicio oral; que se encuentran frontalmente referidos a los principios rectores de la
prueba, tales como el de libertad probatoria y el de pertinencia (ambos recogidos en el
texto del art. 171 del CPP); y a la plena actividad de acusación y defensa en el
momento procesal pertinente a ser ejercida por las partes”.
La actividad probatoria en el sistema procesal boliviano, tiene una serie de fases,
entre ellas, el ofrecimiento, incorporación al juicio oral y su valoración por el Juez o
Tribunal de Sentencia; en el caso de autos, los recurrentes denuncian que se
incorporó al juicio oral prueba ilícita por parte del Ministerio, la que no fue
observada por el Tribunal de alzada, pese a que se formuló el incidente de exclusión
probatoria, prueba consistente en los informes de 24 de septiembre de 2009 y 16 de
noviembre de 2009, elaborados por el policía Alfredo Mamani Aduviri y Grover
Zubieta Mejía, los que contendrían declaraciones de personas que debieron hacerlo
en el juicio oral conforme el principio de inmediación, contraviniendo los arts. 13,
71, 171, 172 y 307 del CPP, habiendo sido utilizados dichos informes para fundar
una decisión en contravención al art. 167 del CPP, aspecto que constituye defecto
absoluto y vulneración al derecho a la defensa, la equidad, la probidad, el justo y
debido proceso, la legalidad y el principio de oralidad ilegal, consistente en informes
de juicio oral; al respecto, a efecto de verificar la vulneración de la normativa citada
y los derechos y garantías constitucionales referidos por los recurrentes, la revisión
de las actuaciones procesales vinculadas al motivo denunciado.
La acusación pública que cursa de fs. 9 a 11 vta., en el acápite V de ofrecimiento
prueba, entre los medios de prueba, ofreció como prueba documental signados con
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
los números 1 y 18 los informes de 24 de septiembre de 2009 y 16 de noviembre del
mismo año, elaborados por el policía Alfredo Mamani Aduviri y Grover Zubieta
Mejía, prueba a la que el acusador particular se adhirió (fs. 18 a 19 vta.),
cumpliéndose con un primer requisito, el ofrecimiento del medio probatorio,
conforme los arts. 325 y 340 primer párrafo del CPP.
Por otra parte, de la revisión del acta de registro del juicio oral que cursa de fs. 216
a 243, se advierte que, el Ministerio Público conforme consta a fs. 227, solicitó la
incorporación al juicio oral de la prueba signada como “MPP-1”, consistente en el
informe de 24 de septiembre de 2009, informe elaborado por el policía Alfredo
Mamani Aduviri, de cuya literal, la defensa formuló exclusión probatoria en
observancia de los arts. 171 y 172 del CPP, con el fundamento de que en su
contenido recoge declaraciones de Juan Carlos Mercado, Ana María Challapa y
otros, porque no se les permitió el interrogatorio a dichos testigos, vulnerándose el
principio de oralidad, incidente que fue rechazado por el Tribunal por encontrarse
dentro de lo previsto en el art. 295 del CPP; sin embargo, la defensa realizó protesta
de formular apelación en su momento, lo propio ocurrió en la introducción de la
prueba signada como MPP-12 (fs. 229 vta.), consistente en el informe de 16 de
noviembre de 2009, elaborado por el policía Grover Zubieta Mejía, rechazándose el
incidente de exclusión probatoria con el argumento de que la literal referida cumple
lo establecido en el art. 333 incs. 2) y 3) del CPP.
A efectos de establecer si la introducción al juicio oral de las literales mencionadas,
fue de manera ilegal, es importante observar la previsión contenida en el art. 171 del
CPP que señala “El juez admitirá como medios de prueba todos los elementos lícitos
de convicción que puedan conducir al conocimiento de la verdad histórica del hecho
de la responsabilidad y de la personalidad del imputado.
Podrán utilizarse otros medios además de los previstos en este Libro. Su
incorporación al proceso se sujetará a un medio análogo de prueba previsto.
Un medio de prueba será admitido si se refiere, directa o indirectamente, al objeto
de la investigación y sea útil para el descubrimiento de la verdad. El juez limitará los
medios de prueba ofrecidos cuando ellos resulten manifiestamente excesivos o
impertinentes”.
La normativa glosada permite la libertad probatoria; es decir, el Juez o Tribunal de
Sentencia durante el desarrollo del juicio oral, podrá admitir todos los medios de
prueba lícitos que sirvan para esclarecer el hecho y la responsabilidad penal del
imputado; sin embargo, la libertad probatoria tiene el límite establecido en el art.
172 del CPP, esto es, la posibilidad de excluir prueba cuando refiere “Carecerán de
toda eficacia probatoria los actos que vulneren derechos y garantías consagradas en
la Constitución Política del Estado, en las Convenciones y Tratados internacionales
vigentes, este Código y otras leyes de la República, así como la prueba obtenida en
virtud de información originada en un procedimiento o medio ilícito.
Tampoco tendrán eficacia probatoria los medios de prueba incorporados al proceso
sin observar las formalidades previstas en este Código”.
En este marco legal, los elementos de prueba colectados por el Ministerio Público en
la etapa preliminar y preparatoria del proceso, entre ellos, los informes que elaboran
los policías encargados de la investigación, en observancia del art. 280 del CPP, no
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
tiene valor probatorio por sí mismos, con excepción de los elementos que el Código
Procesal Penal autoriza introducir al juicio por su lectura, para cuyo efecto, el art.
333 del mismo cuerpo legal que en su inciso tercero, señala que puede incorporarse
por su lectura: “La denuncia, la prueba documental, los informes y las actas de
reconocimiento, registro o inspección practicadas conforme a lo previsto en este
Código”; es decir, los informes están absolutamente permitidos que se puedan
incorporar al juicio oral como medio de prueba; ahora bien, la policía conforme el
art. 74 del CPP, conjuntamente el IDIF, se constituyen en el brazo operativo de la
investigación a cargo del Fiscal asignado al caso, que a su vez es el Director
funcional de la investigación, por ende, los informes policiales por su naturaleza, se
constituyen en elementos de prueba que en su elaboración están autorizados por el
inc. 2) del art. 295 del CPP, que faculta a la policía: “Recibir declaraciones de
quienes hayan presenciado la comisión de los hechos o identificarlos”; empero, las
declaraciones que reciben de las personas que hayan presenciado algún hecho
antijurídico, no son precisamente declaraciones testificales, sino son simplemente
entrevistas, por cuanto la prueba testifical en mérito a los principios de inmediación
y oralidad, necesariamente deben ser practicados en el juicio oral, conforme las
formalidades establecidas en los arts. 193, 329 y 330 del CPP; en consecuencia, no
es evidente que el Tribunal de Sentencia en el caso de autos, hubiese vulnerado los
arts. 13, 71, 171, 172 y 307 del CPP, tampoco constituye defecto absoluto y
vulneración al derecho a la defensa, la equidad, la probidad, el justo y debido
proceso, la legalidad y el principio de oralidad.
Respecto a la prueba cuestionada también de ilegal incorporación al juicio oral,
relativa a la prueba signada como “MPP-7 y MPP-8”, consistentes en certificados
médicos de 30 de noviembre de 2009, convalidado el 11 de noviembre del mismo
año por el médico forense y el certificado médico de 15 de septiembre de 2009, que
en criterio de los recurrentes, se incorporó forzosamente sin que exista
requerimiento u orden judicial, pruebas que se incorporaron sentando las bases con
el testigo Juan Carlos Mercado Rosales, quién declaró que acudió a un especialista
en oftalmología, vulnerándose los arts. 206, 70, 171, 169 del CPP, además al
haberse admitido como prueba, no se observó el justo y debido proceso y el derecho
a la defensa.
Conforme el acta del juicio oral, el Ministerio Público a fs. 228, solicitó la
incorporación al juicio de la prueba signada como “MPP-7 y MPP-8”, consistente en
certificado médico otorgado por el galeno Boris Quiroga Montaño, el mismo que fue
convalidado por el médico forense Víctor Hugo Sequeiros Siles, el 11 de noviembre
de 2009, quién a su vez extendió el certificado médico de 15 de septiembre del
mismo año; al respecto, la defensa de los imputados formuló el incidente de
exclusión probatoria con el fundamento de que la referida prueba se convalidó sin
la existencia de un requerimiento fiscal, vulnerándose los arts. 171, 169, 172, 167,
206 y 330 del CPP, incidente que fue rechazado por el Tribunal de juicio con el
argumento de no haberse vulnerando ningún derecho constitucional, se sentó las
bases con el testigo Juan Carlos Mercado Rosales, quién acudió a un especialista en
oftalmología y en observancia del art. 171 del CPP, que proclama la libertad
probatoria con el fin de esclarecer la verdad histórica del hecho.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Para la resolución de la problemática planteada, el art. 206 del CPP, si bien dispone
que el Fiscal ordenará la realización de exámenes médicos forenses del imputado o
de la víctima, cuando sean necesarios para la investigación del hecho denunciado,
es importante tomar en cuenta que, por la naturaleza del delito juzgado, Lesiones
Gravísimas en la que se comprometió un sentido de la víctima como es la lesión del
ojo derecho, es razonable y lógico que tuvo que acudir a un especialista en la
materia; es decir, un profesional oftalmólogo, el certificado médico otorgado por este
profesional como se tiene acreditado en los antecedentes procesales, fue convalidado
por el médico forense, en tal virtud, no se puede cuestionar de ilegal, por cuanto
más allá de la propia libertad probatoria establecida en el art. 171 del CPP, que
permite la admisión de prueba para el esclarecimiento de la verdad histórica del
hecho, el art. 180 de la CPE, establece como un principio de la justicia ordinaria la
verdad material; es decir, por encima de los formalismos, debe imponerse la verdad
material; al respecto, la Sentencia Constitucional 0713/2010-R de 26 de julio, sobre
este principio señaló: "El ajustarse a la verdad material, genera la primacía de la
realidad de los hechos sobre la aparente verdad que pueda emerger de los
documentos; aplicando este principio, debe prevalecer la verificación y el conocimiento
de éstos, sobre el conocimiento de las formas. En ese contexto, el régimen de
nulidades, estará subordinado únicamente a la violación de derechos o garantías
constitucionales; y en consecuencia, la inobservancia de las formalidades que no
vulnere derechos o garantías constitucionales, tendrá menos relevancia que justifique
una declaratoria de nulidad a momento de realizar el trabajo de valoración de la
actividad procesal que adolezca de algún defecto formal”. De la Sentencia
Constitucional glosada, se concluye, que si bien la incorporación y judicialización de
toda prueba debe observar las formas establecidas por la norma procesal penal; es
necesario determinar si la valoración de una prueba que no observe la forma, afecta
o es primordial en la decisión final; más cuando se constata la verdad histórica de
los hechos por la integralidad de las pruebas que pasaron a formar parte de la
comunidad de prueba, teniendo en cuenta la prevalencia del conocimiento de los
hechos sobre las formas; en consecuencia, al no haberse acreditado la vulneración
de algún derecho o garantía constitucional, no es viable considerar de ilegal la
incorporación de la prueba en examen.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
accionante, pues como se infiere del Fundamento Jurídico III.2., tanto en el orden penal
como en el orden contravencional, existe un escenario normativo de procedibilidad de
privación de libertad que no se dio en el caso de autos. Situación por la cual corresponde
otorgar la tutela solicitada por el accionante”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.2. “…el Reglamento de Unidades de Conciliación Ciudadana y Familiar, cuyo art. 28.
2) señala que se entenderá por faltas y contravenciones policiales, las riñas y peleas en
locales, instalaciones y en vía pública'” (así las SCCC 0103/2011-R, 1346/2004-R y
1164/2005-R).
Asimismo; siguiendo la jurisprudencia constitucional sostuvo: '…sin embargo, ésta atribución
debe ser ejercida dentro del marco establecido por la Constitución Política del Estado y las
leyes, siendo necesario recordar que en mérito a la garantía reconocida en el art. 9 de la
CPE abrg., y ahora en el art. 23.III de la CPE, nadie puede ser detenido, aprehendido o
privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley.
No obstante, existen faltas y contravenciones policiales, que sin ingresar al ámbito penal, son
sancionadas con medidas punitivas a cargo de las Unidades Policiales, cuya misión es
coadyuvar en el mantenimiento del orden público, con facultades de conocer, tramitar,
resolver y sancionar las contravenciones policiales que afecten a la seguridad, tranquilidad y
moral de los habitantes, según establece el art. 5 del Reglamento que rige el accionar de
dichas dependencias policiales' (así la SC 1250/2010-R y 0103/2011-R).
En ese mismo sentido: '…el arresto por parte de funcionarios de la Policía, no es ilegal ni
indebido tratándose de contravenciones policiales, dado que como se tiene referido, la
Policía por mandato de la Constitución Política del Estado tiene facultad para preservar el
orden público, cuando éste pretende ser alterado por una persona rebasando la autoridad de
los efectivos policiales' SC 0040/2006-R de 11 de enero…”.
PRECEDENTE SC 1346/2004-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
adeudado, pues con mayor razón el paciente no puede permanecer retenido, porque no
existe ningún argumento de adeudo y menos aún algún compromiso de pago que haya
podido dificultar el cumplimiento del alta médica y la posterior salida del paciente, por ello se
considera que el Director General de la Clínica “Aranjuez” debe cumplir con su obligación…”.
PRECEDENTE REITERADO
F.J.III.1. “…1) Que ningún centro hospitalario público o privado, puede retener a un paciente
que no pueda cubrir los gastos que ha demandado su curación, u obligarle a permanecer en
el mismo para ser tratado médicamente; ya que las obligaciones patrimoniales recaen sobre
el patrimonio del deudor y no así sobre la persona, sin que ello signifique negar la atención a
los pacientes que acudan a éstas instituciones, como se tiene entendido en la sentencia
constitucional precedentemente señalada; debiendo demostrar para la tutela, que su
detención y/o retención en el centro hospitalario de salud público o privado, es a
consecuencia de la falta de pago por los servicios prestados en dicha institución y que por
ello se le impide dejar el centro de salud pese a contar con alta médica, o la misma es
negada bajo condicionamiento y retención del paciente.
(…) Consecuentemente, en todos aquellos casos donde se denuncie la retención de una
persona en un centro hospitalario privado, por incumplimiento de obligaciones ante los
servicios prestados, esta debe ser denunciada a través de la acción de libertad, conforme a
la naturaleza y requisitos exigidos para tal efecto, púes solo a través de esta vía toda
persona que se creyere ilegalmente restringida o suprimida de su libertad personal y de
locomoción, a consecuencia de actos de los funcionarios públicos y/o de personas
particulares, obtendrá una respuesta y tutela efectiva a la vulneración de su derecho a la
libertad”.
PRECEDENTE SC 2396/2010-R de 10 de noviembre
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El anterior Tribunal Constitucional a partir de la línea jurisprudencial sentada en la SC
0287/2003-R de 11 de marzo, reiterada por las SSCC 0843/2003-R, 1180/2003-R,
1281/2003-R, 1393/2003-R, 0527/2004-R, 1243/2003-R, entre otras, señaló que: “…no
puede alegarse indefensión cuando la misma ha sido provocada deliberadamente, esto es,
cuando la persona, con pleno conocimiento de la acción iniciada en su contra no interviene
en el proceso, o ha dejado de intervenir en él por un acto de su propia voluntad, provocando
su propia indefensión” (SC 0974/2004-R de 22 de junio).
En ese orden, la SC 0287/2003-R de 11 de marzo, se señaló lo siguiente: “(...) siguiendo la
jurisprudencia comparada establecida por el Tribunal Constitucional de España en su SC Nº
48/1984, “la indefensión no se produce si la situación en la que el ciudadano se ha visto
colocado se debió a una actitud voluntariamente adoptada por él o si le fue imputable por
falta de la necesaria diligencia (…) no se encuentra en una situación de indefensión la
persona a quien se ha dado a conocer la existencia del proceso y ha podido intervenir en él,
ni aquella otra, que conociéndolo, ha dejado de intervenir en él por un acto de su voluntad..”.
En el caso motivo de análisis, los procesados -hoy recurrentes- conocían la existencia del
proceso, fueron legalmente citados (…) emplazados (…) plantearon defensa material,
empero asumieron una actitud negligente, dejando de intervenir en el proceso
voluntariamente”.
De lo que se concluye que no puede invocarse lesión derecho a la defensa, cuando la misma
fue provocada por propia voluntad; es decir, aquella persona que, con pleno conocimiento de
una acción iniciada en su contra, no interviene en el proceso, o que deja de intervenir en él,
por una actitud propia y voluntaria, provoca su misma indefensión.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
encontrada en la habitación del inmueble entre las calles Ecuador y Uruguay fue
resuelto en el anterior motivo; por otra parte, expresó que no era atinente la
consideración del principio in dubio pro reo ya que sólo era factible ante la
concurrencia de duda razonable, sobre los hechos o la participación del imputado, lo
que no acontece en el caso, sosteniendo que el Tribunal de Sentencia en su conjunto
y sin dubitación alguna llegó a la conclusión sobre la existencia del hecho y la
participación del acusado. Del razonamiento expuesto por el Tribunal de alzada, se
advierte que en cumplimiento a la disposición contenida en el art. 398 del CPP,
resolvió todos y cada uno de los motivos que fueron denunciados en el recurso de
apelación restringida que interpuso el imputado M.A.S.V., motivando de manera
clara y precisa las razones jurídicas que sustentan el fallo; es decir, explicó que un
aspecto es la individualización del imputado como sujeto procesal y otra la
participación en el hecho acusado; asimismo, expresó que el principio in dubio pro
reo es de aplicación cuando la prueba incorporada en el juicio oral genera duda
respecto a la participación del imputado en el hecho acusado; en el caso presente, el
Tribunal de Sentencia con absoluta certeza y sin lugar a ninguna duda, determinó
que el ahora recurrente cometió el delito de Tráfico de Sustancias Controladas; en
consecuencia, el Auto de Vista tomó la decisión correcta y actuó conforme a
derecho, de tal forma que los precedentes invocados, no son contrarios al Auto de
Vista recurrido; puesto que, en la problemática planteada y analizada en su
oportunidad, se constató que el Tribunal de apelación omitió pronunciarse respecto
a los puntos alegados en apelación restringida, vulnerando así el debido proceso y la
tutela judicial efectiva, lo que no aconteció en el recuso en análisis; por lo que, este
motivo deviene en infundado.
Descriptor: Individualización del imputado
Restrictor: Un aspecto es la individualización del imputado como sujeto procesal,
que se relaciona con la información personal del acusado que debe constar en la
Sentencia y que permite distinguirlo de otras personas, y otra la participación en el
hecho acusado
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
3. En caso de “cumplimiento”, la carpeta de solicitud deberá ser remitida a la Dirección
General de Régimen Penitenciario, con la Resolución Administrativa de Concesión del
Beneficio del Indulto y documentación de respaldo adjunta;
4. En caso de “no cumplimiento” de los requisitos, la carpeta deberá ser devuelta al
Servicio Legal que corresponda para subsanar la observación o devolver la
documentación a la persona solicitante;
5. La Dirección Departamental de Régimen Penitenciario, una vez recibida la carpeta de
solicitud, con el visto bueno del Director General de Régimen Penitenciario, dentro del plazo
de tres (3) días hábiles y remitirla al Juzgado de Ejecución Penal competente, para la
homologación de la Resolución de Indulto emitida”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
PRECEDENTE
F.J.III.3.”…debe entenderse por delito flagrante, aquel que en el análisis del caso concreto, el
autor es sorprendido –con elementos probatorios– al momento de su ejecución, habiendo
alcanzado la producción del resultado típico (delito consumado) o inmediatamente después
mientras es perseguido por la fuerza pública, el ofendido o los testigos presenciales del
hecho; o bien cuando el autor mediante actos idóneos e inequívocos comienza la ejecución
de la acción típica y no lo consuma por causas ajenas a su voluntad (tentativa), de acuerdo a
la previsión contenida en el art. 8 del CP. Por consiguiente, los actos preparatorios
precedentes a la ejecución del delito flagrante en grado de tentativa no son punibles, dado
que el comienzo de la ejecución determina la tipicidad de la conducta y por ende su
punibilidad. Quedan a salvo los actos preparatorios tipificados como delitos autónomos.
CONTEXTUALIZACIÓN
El Tribunal Constitucional ha analizado la existencia de flagrancia para determinar la
legalidad de la aprehensión en las SSCC 487/2001-R, 0645/2006-R, 0722/2006-R, entre
otras, y, en ese sentido, la SCP224/2012 es confirmadora; empero, es la primera Sentencia
que, de manera específica, analiza la existencia de flagrancia en el delito de contrabando.
Por otra parte, debe hacerse mención que el Tribunal Constitucional, en la SC 1855/2004-R,
hizo referencia a los supuestos de flagrancia establecidos en el art. 230 del CPP, al señalar:
“…respecto a la flagrancia, la doctrina señala que proviene del término latino “flagrare”, que
significa arder, resplandecer. Aplicando esta expresión, al ámbito jurídico penal, se tendría
que cuando se habla de delito flagrante, se hace referencia al delito cometido públicamente y
ante testigos; existiendo, doctrinalmente, tres supuestos que determinan esta situación: 1)
delito flagrante propiamente dicho, cuando el autor es sorprendido en el momento de la
comisión del hecho delictivo, o en el intento, existiendo simultaneidad y evidencia física; 2)
delito cuasi-flagrante, cuando el autor es detenido o perseguido inmediatamente después de
la ejecución del delito, por la fuerza pública u otras personas; en este caso se habla de cuasi-
flagrancia, y la simultaneidad es sustituida por la inmediatividad, y la evidencia física por la
racional; 3) sospecha o presunción de delito flagrante, cuando el delincuente es sorprendido
inmediatamente después de cometido el delito y de cesada la persecución, pero lleva
consigo efectos o instrumentos del delito; en este caso sólo existe una presunción.
En nuestro Código de procedimiento penal, el art. 230 asume en su texto únicamente el
contenido de los dos primeros supuestos referidos, conforme a lo siguiente: los incisos 1) y 2)
del aludido art. 230 del CPP son comprensivos del delito flagrante en sentido estricto; en
cambio el inciso 3), de delito cuasi-flagrante; de lo que se extrae que la tercera hipótesis
planteada por la doctrina no está dentro de los alcances de delito flagrante en nuestra
legislación”.
En la SC 224/2012 -R se efectúa un razonamiento similar, aclarándose que dentro del delito
flagrante también se encuentran los casos en los que el autor mediante actos idóneos e
inequívocos comienza la ejecución de la acción típica y no la consuma por causas ajenas a
su voluntad (tentativa), se acuerdo al art. 8 del CP y que, por tanto, los actos preparatorios
precedentes a la ejecución del delito flagrante en grado de tentativa no son punibles,
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
dado que el comienzo de la ejecución determina la tipicidad de la conducta y por ende
su punibilidad.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
denuncia efectuada en alzada y la comprobación de algún perjuicio cierto en contra
del recurrente, dado que no existe nulidad por nulidad; sino, esta debe regirse
conforme los principios que las regulan. En la denuncia cursante el punto noveno
del recurso de alzada, se verifica que el recurrente alegó, que por existir una
denuncia en contra del personal del juzgado que tramitó el juicio, "PRESUME" que
la juzgadora se habría parcializado con el fiscal para evitar la persecución penal,
señalando además que si "TIENE SOSPECHAS", debe decirlas. (fs. 106); es este el
motivo respecto al cual se alega incongruencia omisiva. De la revisión de los
argumentos vertidos en el motivo examinado, se establece con total claridad que las
afirmaciones realizadas por el recurrente respecto a la infracción al principio de
imparcialidad son enteramente subjetivas, sin base lógica, mucho menos legal, que
permitan a este Tribunal establecer la posibilidad de que, en caso de dejarse sin
efecto el Auto de Vista ahora impugnado, pudiera modificar de forma alguna el
resultado final del fallo; pues, no existe argumento con sustento normativo,
tendiente a demostrar la supuesta parcialización de la Juzgadora a favor del
Ministerio Público, mucho menos se puede establecer la existencia de algún daño
ocasionado a la parte recurrente al haberse omitido pronunciamiento respecto a sus
sospechas que la Jueza se hubiere parcializado; toda vez que, el Tribunal de alzada
no es un ente investigador; sino, como cualquier Tribunal de impugnación, resuelve
las impugnaciones con base en el derecho objetivo; por lo que, es obligación de
quien pretende se deje sin efecto un fallo, acreditar normativa y motivadamente el
perjuicio real e irreparable ocasionado; es decir, el daño debe ser de tal magnitud,
que solo pueda ser enmendado con la emisión de un nuevo fallo, lo que no se da en
los hechos, pues el dejar sin efecto el Auto de Vista por una omisión que en fondo no
ha causado daño al recurrente, no cambiaría el resultado final del fallo;
consecuentemente, se estaría incurriendo en nulidad por nulidad, en contravención
a los principios citados en el acápite "III.1.2." de este fallo, constituyéndose en un
acto meramente dilatorio, lo que no es admisible por afectar a otros principios, entre
ellos el de economía procesal; más, cuando este proceso lleva en trámite más de
siete años, consecuentemente, se declara infundado el motivo examinado al no
existir relevancia constitucional para el efecto pretendido, y por tanto, este Tribunal
no evidencia que exista contradicción con el precedente invocado ni que se hayan
vulnerado ningún derecho fundamental ni garantía constitucional.
Descriptor: Infracción al Principio de Imparcialidad
Restrictor: Recurrente debe acreditar normativa y motivadamente el perjuicio real e
irreparable ocasionado; es decir, el daño debe ser de tal magnitud, que solo pueda
ser enmendado con la emisión de un nuevo fallo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sucre, 15 de junio de 2015
Delitos: Falsedad Material, Uso de Instrumento Falsificado y Falsedad Ideológica
Resultado de Resolución: Fundado
Extracto Jurisprudencial: En cuanto al tercer motivo, en el que se denunció falta
de pronunciamiento del Tribunal de alzada respecto a su denuncia de inobservancia
o errónea aplicación de la Ley sustantiva [inc. 1) de art. 370 de CPP], mismo que fue
admitido en la vía excepcional, verificada la denuncia se tiene que el recurrente en
alzada denunció como tercer motivo de su recurso inobservancia o errónea
aplicación de la Ley sustantiva (fs. 150 a 153), realizando argumentación respecto a
los delitos de Falsedad Material, Falsedad Ideológica y Uso de Instrumento
Falsificado; sin embargo, de la lectura del Auto de Vista, no se encuentra
pronunciamiento específico; pues, simplemente señala que de acuerdo a la prueba
producida y valorada en juicio por el A quo, resulta insuficiente para responsabilizar
a la imputada por los delitos acusados en su contra por el Ministerio Público, que
conforme las conclusiones el Ministerio Público no demostró la dirección final de la
acción de la imputada, y si ésta perseguía de forma deliberada un fin ilícito, que
contrariamente, de acuerdo al razonamiento del Tribunal sentenciador, las partes
interesadas en la conciliación, suscribieron el acta por estar de acuerdo con su
contenido (segundo CONSIDERANDO, punto primero). Que en cuanto a la
ampliación de la acusación en contra de la Fiscal Victoria Fuertes, por el delito de
"Uso de Instrumento Falsificado" (sic), está dirigida al acta signada como PC1, y que
dicho documento, advirtió el Tribunal de mérito que se trataba de una simple
fotocopia y no de un documento público original, impidiendo inferir su autenticidad
y respecto al cual no se puede realizar pericia de acuerdo a las exigencias del IDIF,
concluyendo así que no se demostró el delito de Uso de Instrumento Falsificado,
"por cuanto previamente debe demostrarse la falsedad del documento, es decir el
acta por medio de mecanismos legales y previa decisión judicial de autoridad
competente, consecuentemente un documento público o privado, supuestamente
falso, se considera verdadero hasta tanto no se demuestre jurídicamente lo
contrario; consiguientemente, la valoración de la prueba que el Tribunal ad quo
realiza respecto al delito de uso de instrumento falsificado tampoco se advierte
defecto procesal alguno (sic). " De lo manifestado por el Tribunal de, alzada, no se
advierte pronunciamiento, en la forma exigida por el art. 398 del CPP; toda vez, que
no expresa razonamiento relativo a la forma en que el Tribunal de Sentencia realizó
el examen de las acciones realizadas por la imputada V.F.F. y su comparación con
los elementos específicos que cada tipo penal exige para su configuración;
contrariamente, se limita a argumentar de forma general, confundiendo inclusive el
tipo penal por el que fue ampliado el delito en contra de V.F., señalando que fue por
Uso de Instrumento Falsificado, cuando éste fue acusado inicialmente junto con el
delito de Falsedad Material. Por lo señalado, se declara fundado el motivo en
análisis.
Descriptor: Inobservancia o errónea aplicación de la Ley sustantiva [inc. 1) de art.
370 de CPP]
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Tribunal de Alzada debe expresar razonamientos relativos a la forma en
que el Tribunal de Sentencia realizó el examen de las acciones realizadas por la
imputada y su comparación con los elementos específicos que cada tipo penal exige
para su configuración
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
como objeto de estudio, el primero que considera al segundo como elemento procesas que debe ser
regulado por normas prestablecidas y estos al ser parte de pueblos indígenas, parten del principio que la
“justicia debe recuperar la armonía y equilibrio como consecuencia del conflicto entre personas o de
estas con la naturaleza o las deidades”(sic).
III.3.1. Contexto cultural en el que se sitúa la norma
Desde el punto de vista antropológico la disposición referida sigue a un sistema jurídico monocultural
asimilacionista, a partir del cual tanto las personas como la sociedad se consideran como sujetos que
tienen un solo patrón cultural que regula las interrelaciones sociales; por lo que, las subculturas deben
subordinarse y asimilarse a ese paradigma dominante.
III.3.2. La intermediación pericial condicionada en el proceso penal
De acuerdo al art. 391 del CPP, el perito viene a ser el intermediario entre los sujetos jurídicos;
es decir, acusador- acusado-autoridad competente, que tendrá como papel proporcionar elementos de
convicción de información suficientes a dichas autoridades, con la finalidad de atenuar o extinguir la
responsabilidad penal del acusado indígena, que está condicionada al Código de Procedimiento Penal;
asimismo, la mencionada disposición subsume al sujeto cultural indígena a las normas ordinarias,
aunque pareciera un reconocimiento de sus derechos; sin embargo, establece al perito como
intermediario entre el juez y el acusado indígena.
En cuanto al acápite de la norma en cuestión que se refiere a la diversidad cultural, pretende
concretizar los fines y funciones esenciales del Estado, de “construir una sociedad justa y armoniosa”,
de acuerdo al art. 9.4 de la CPE y si bien se constituye en una acción meramente funcional a favor de
las pretensiones de la justicia ordinaria; donde este sistema monista tiene dominio político y
etnocéntrico sobre las culturas relativamente débiles, como sucede en el presente caso con los
accionantes de Pueblo Nuevo, quienes sustentan el concepto de justicia desde la propia vida del pueblo
guaraní; empero, eventualmente implica una “alternativa transitoria en la consolidación de una justicia
plural auténtica” (sic).
INTERPRETACIÓN DEL ART. 251 DEL CPP
S.C.P. 1328/2012 Sucre, 19 de septiembre de 2012
RATIO DECIDENDI
F.J.III.4.1. "Ahora bien, el hecho de que no se presenten las prohibiciones del art. 232 del
CPP, no implica que la detención preventiva sea automática sino que deben presentarse
ambos supuestos del art 233 del CPP, de forma que: “…la autoridad judicial competente,
para adoptar la decisión de aplicar la detención preventiva, de una parte, está obligado a
verificar y determinar la concurrencia de los requisitos previstos por el art. 233 CPP, para lo
que deberá contrastar la solicitud fundamentada del Ministerio Público con los elementos de
prueba presentados sobre la concurrencia de los requisitos, en el marco de las normas
previstas por los arts. 234 y 235 CPP…” (SC 1141/2003-R de 12 de agosto), aclarándose
que: “…al señalarse la "y", como conjunción copulativa que tiene por finalidad unir palabras o
ideas, se entiende que para disponer una detención preventiva deben necesariamente
concurrir los requisitos establecidos en los incs. 1) y 2) del art. 233 CPP…”, pero: “…en
cuanto al requisito del inc. 2) del art. 233 CPP -que configura el contenido de las previsiones
de los arts. 234 (peligro de fuga) o 235 (peligro de obstaculización) CPP-, se establece la "u"
como conjunción disyuntiva que se emplea en lugar de la "o" y denota diferencia así como
separación de ideas, es decir que alternativamente puede ser lo uno o lo otro; sin embargo
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
corresponde dejar establecido que este razonamiento no impide a que en alguna situación,
de manera conjunta se den todos los requisitos y criterios establecidos en las normas
referidas” (SC 0149/2003-R de 11 de febrero). Finalmente, aclarar que si bien la Ley 007
eliminó la palabra “y” del art. 233 del CPP, la misma es implícita y deducida del contexto
normativo así la SCP 0339/2012 de 18 de junio, sostuvo que: “…si bien la norma modificada
por la Ley 007, no incluye la “y” como conjunción copulativa que une las palabras o ideas; sin
embargo, no podríamos aplicar una interpretación restrictiva y no progresiva al respecto,
pues si bien la “y” se encuentra ausente para unir las palabras y en este caso los dos
numerales del art. 233, eso no significa de ninguna manera que, para disponer la detención
preventiva no deban concurrir simultáneamente los “dos” presupuestos o requisitos
establecidos en la norma, pues lo contrario significaría ir en contra de la voluntad del
legislador, además, de contradecir la esencia y características de las medidas cautelares e
inclusive su sentido teleológico; por ello, para que proceda esta medida drástica contra la
libertad personal, es necesario que no solo existan elementos de convicción suficientes para
sostener que el imputado es con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible, sino
que debe estar necesariamente casado y concurrente con el otro presupuesto, o sea, la
existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al
proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
situación jurídica de las personas, dado el derecho primario que se encuentra
amenazado o restringido, pueda ser definida sin dilaciones indebidas”
El art. 251 del CPP, respecto a la apelación incidental establece que: “La resolución que
disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto no
suspensivo, en el término de setenta y dos (72) horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal
Departamental de Justicia, en el término de veinticuatro (24) horas.
El Tribunal de Apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres
días siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
De lo anterior resulta notoria que el legislador ordinario quiso que el diseño de la apelación
incidental prevista en el art. 251 del CPP, debe ser idónea para tutelar con la suficiente
celeridad la libertad de los detenidos así la SC 0160/2005-R de 23 de febrero, a momento de
establecer que previamente a la acción de libertad debe agotarse la apelación incidental
estableció que: “El Código de procedimiento penal, dentro del sistema de recursos que
dispensa a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones que dispongan,
modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un recurso sumario,
pronto y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto
este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior de
Justicia en el término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación resolver el
recurso, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días siguientes de recibidas las
actuaciones.
No cabe duda que recurso de apelación aludido, dada su configuración procesal, es un
recurso idóneo e inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restricciones al derecho
a la libertad de los imputados, en el que el tribunal superior tiene la oportunidad de corregir,
en su caso, los errores del inferior invocados en el recurso. Es idóneo, porque es el recurso
adecuado, apropiado, establecido expresamente en la ley para impugnar las medidas
cautelares que vulneren el derecho a la libertad del imputado, en ocasión de la aplicación de
las medidas cautelares. Es inmediato, porque el recurso es resuelto sin demora, dado que la
ley establece un lapso brevísimo para su resolución (tres días).
De lo expresado, se concluye que el Código de procedimiento penal, ha previsto un recurso
expedito en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En consecuencia, ese es el
recurso que debe utilizarse para impugnar los actos del juez que se consideren lesivos al
derecho aludido, y no acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional
a través del recurso de hábeas corpus, garantía que podrá ser utilizada sólo cuando el
tribunal superior en grado no haya reparado las lesiones denunciadas”.
Precedentes: SC 0160/2005-R; 1072/2005-R
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Sobre la interpretación sistemática y conforme a la Constitución Política del Estado en lo referente a la
notificación de resoluciones que impongan medidas cautelares, la SCP 1981/2013 de 4 de noviembre,
reiterada por la SCP 1140/2014 de 10 de junio, señaló que: “Si bien el anterior Tribunal
Constitucional, estableció de manera general sobre notificaciones realizadas en audiencias orales; es
decir, por la lectura que se hace en el mismo acto; sin embargo, este razonamiento no se aplica en las
audiencias en las que se impone una medida cautelar de carácter personal como es la detención
preventiva por la transcendencia que tiene para la persona a la que se le aplica.
Ahora bien, el art. 236 del CPP, establece que: 'El auto de detención preventiva será dictado por el
juez o tribunal de proceso y deberá contener: 1) Los datos personales del imputado o, si se ignoran,
los que sirvan para identificarlo; 2) Una sucinta enunciación del hecho o hechos que se le atribuyen;
3) La fundamentación expresa sobre los presupuestos que motivan la detención, con cita de las normas
legales aplicables; y, 4) El lugar de su cumplimiento', en este sentido el art. 124 del CPP, determina
que: 'Las sentencias y autos interlocutorios serán fundamentados. Expresarán los motivos de hecho y
de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba. La
fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos o la mención de
los requerimientos de las partes', entendiéndose que dicha fundamentación y/o motivación debe
expresarse de manera oral en audiencia.
En este sentido el art. 163 del CPP, prescribe que: 'Se notificarán personalmente: (…) 3) Las
resoluciones que impongan medidas cautelares personales (…) La notificación se efectuará mediante
la entrega de una copia de la resolución al interesado y una advertencia por escrito acerca de los
recursos posibles y el plazo para interponerlos, dejando constancia de la recepción…', de forma que el
término para interponer la apelación incidental conforme el art. 251 del mismo Código, se computa a
partir de la entrega de la copia de la resolución de la referida audiencia aclarándose en todo caso que
respecto al registro de la audiencia es aplicable el art. 371 del CPP, que establece que: '(…) Cuando
el juicio se registre por un medio audiovisual es el juez o presidente del Tribunal ordenará las
medidas convenientes para asegurar su conservación, fidelidad y autenticidad, las mismas que
deberán constar en acta que será firmada por el juez o miembros del tribunal, el secretario y las
partes', ello en virtud a que el principio de oralidad es transversal al Código adjetivo penal de forma
que resulta idóneo a efectos del art. 160 del Código adjetivo Penal.
Es decir, de una interpretación sistemática del Código de Procedimiento Penal y a trasluz de los
principios de transparencia, celeridad, oralidad y eficiencia que proclama nuestra Constitución en su
art. 180.I, se tiene que al referirse a copia no se establece que necesariamente deba ser escrita sino
que más bien deja la posibilidad de la utilización de medios y/o mecanismos tecnológicos disponibles
para la grabación de la audiencia accesibles a las partes procesales como copias digitales
debidamente autenticadas por la o el Secretario conforme al art. 120 del CPP, que acrediten con
verisimilitud de lo acontecido en la tramitación de la audiencia, debiendo dejarse plena constancia de
su entrega a las partes y un punteo en su caso de los momentos en los que se realizaron los actuados
relevantes de forma que resulte de fácil búsqueda, aclarándose además que de acuerdo al art. 371 del
mismo Código, la autoridad jurisdiccional competente al inicio del acto debe hacer constar a las
partes el medio que se está empleando y las medidas encargadas al secretario para asegurar la
conservación de la información y la autenticidad del registro a cuyo efecto corresponde la elaboración
de un acta que debe ser firmada por todas las partes intervinientes actuación en la cual además se
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
deje establecido el término de apelación de la resolución a emitirse y que repercutirá en la posterior
notificación a las mismas”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
activación de las acciones tutelares, entre ellos, el relativo a la carga de la prueba, debe ser
interpretado utilizando los criterios de interpretación de los derechos humanos y los principios
propios de la Constitución, a efectos de que no se efectúe una interpretación restrictiva que
inviabilice, dificulte o imposibilite su efectivización y por el contrario, es deber utilizar una
interpretación expansiva que los viabilice.
En ese orden, es posible concluir que la interpretación de la norma contenida en el art. 68 inc. 2) de la
Ley del Tribunal Constitucional (LTCP), referido a la carga de la prueba, lleva implícito el principio
de inversión de la prueba cuando la prueba que acredite o desvirtúe los hechos denunciados se
encuentre en poder del sujeto pasivo de la acción de libertad máxime si este es un servidor público y
por tanto cuenta con el deber jurídico de respaldar y explicar sus actos y no lo hace pese a su legal
citación con la demanda de acción de libertad” (las negrillas nos corresponden).
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
Restrictor: Aunque el recurrente no haya recurrido en apelación restringida porque
la Resolución de primera instancia le habría resultado favorable; estaba en la
obligación de invocar precedentes en la interposición del recurso de casación
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
cuando lo determine expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en
materia penal, cuando beneficie a la imputada o al imputado; en materia de
corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos
contra los intereses del Estado y en el resto de los casos señalados por la Constitución.”
Respecto al principio de irretroactividad de la ley, la Sentencia Constitucional Plurinacional
0770/2012 de 13 de agosto, refirió: “La Constitución Política del Estado en su art. 123,
dentro del Capítulo destinado a garantías jurisdiccionales, establece que: “La ley sólo dispone
para lo venidero y no tendrá efecto retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo
determine expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal,
cuando beneficie a la imputada o imputado; en materia de corrupción, para investigar,
procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos contra los intereses del
Estado; y en el resto de los casos señalados por la Constitución´.
El fundamento jurídico del principio de irretroactividad, es la necesidad de dar estabilidad al
ordenamiento jurídico, porque sin el mencionado principio se presentan confusiones sobre la
oportunidad de regulación, de suerte que en muchas ocasiones con una conveniencia
presente se regulaba una situación pasada, que resultaba exorbitante al sentido de la
justicia, por falta de adecuación entre el supuesto de hecho y la consecuencia jurídica.
Las personas tienen confianza en la ley vigente, y conforme a ella celebran sus transacciones
y cumplen sus deberes jurídicos. Dar efecto retroactivo a una ley equivale a destruir la
confianza y seguridad que se tiene en las normas jurídicas.
La naturaleza jurídica del principio de irretroactividad es la premisa según la cual, en la
generalidad de las circunstancias se prohíbe, con base en la preservación del orden público y
con la finalidad de plasmar la seguridad y estabilidad jurídica, que una ley tenga efectos con
anterioridad a su vigencia, salvo circunstancias especiales que favorezcan, tanto al
destinatario de la norma como a la consecución del bien común, de manera concurrente.
Es por ello, que el principio de irretroactividad no se contrapone con la necesidad de
mutaciones normativas, que impiden la petrificación de un orden jurídico que ha de ser
dinámico, en el sentido de ajustar a las condiciones y circunstancias actuales, sin que esto
implique el desconocimiento de situaciones jurídicas definidas de acuerdo con la ley, ni la
vulneración de los derechos adquiridos”.
En la normativa penal el principio de la retroactividad de la ley penal más favorable se
encuentra en los párrafos segundo y tercero del art. 4 del CP, que determina: “Si la ley
vigente en el momento de cometerse el delito fuere distinta de la que existe al
dictarse el fallo, se aplicará siempre la más favorable. Si durante el cumplimiento de
la condena se dictare una ley más benigna, será ésta la que se aplique”.
En esa línea de análisis, la Sentencia Constitucional Plurinacional 1047/2013 del 27
de junio, efectuó la siguiente precisión respecto a la aplicación de las normas sustantivas o
materiales en el tiempo: “Las normas sustantivas o materiales son las que contienen una
regla de conducta y su consecuencia jurídica, es la de establecer las facultades y los deberes
de cada persona y, en su caso, las respectivas sanciones cuando se cometan determinados
delitos o faltas. Las normas sustantivas definen derechos u
obligaciones y por ello, en general, no tienen carácter retroactivo, pues ello significaría
desconocer los derechos que fueron consolidados en vigencia de una ley anterior y aplicar a
hechos pasados nuevas regulaciones que podrían resultar lesivas a los derechos y garantías
de las personas.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
El principio de irretroactividad de la ley, especialmente la penal, fue una de las conquistas del
Estado de Derecho y en virtud al mismo, sólo aquellas conductas previamente definidas como
delictivas podían ser sancionadas con la pena anteladamente definida por la ley. El principio
no sólo es aplicable al ámbito penal, sino también a las diferentes esferas jurídicas, pues
conforme se tiene dicho, las normas sustantivas están vinculadas a la consolidación de
derechos o al nacimiento de obligaciones y, por ende, las mismas no pueden arbitrariamente
ser modificadas por el Estado, afectando con ello la seguridad jurídica y los derechos y
garantías de las personas.
En ese ámbito, el principio de irretroactividad de las leyes está contemplado en los diferentes
Pactos Internacionales de Derechos Humanos y en nuestra propia Constitución Política del
Estado. Así, el art. 123 de la CPE, consagra este principio como una verdadera garantía
jurisdiccional, al señalar que la ley sólo dispone para lo venidero y no tendrá efecto
retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo determine expresamente a favor de las
trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal, cuando beneficie a la imputada o al
imputado; en materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos
cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado, conforme a la
interpretación efectuada por la SCP 0770/2012”.
De lo señalado se tiene que una de las manifestaciones materiales del principio de legalidad
en el ámbito del derecho penal, es la prohibición de dictar leyes con efectos retroactivos
desfavorables como de aplicarlas a hechos cometidos anteriormente a la entrada en vigencia
de la ley y de igual forma en el sentido perjudicial para el afectado; lo que implica, que la
admisión de la retroactividad de la ley penal, o sancionadoras en general, más benignas para
el encausado, no suponen una suspensión, olvido y menos una vulneración del principio de
legalidad, ya que el principio de irretroactividad de la ley penal se funda en un principio de no
perjudicar al procesado o reo; sin embargo, cuando eso no sucede y más al contrario
beneficia al procesado o reo, la retroactividad de la ley penal es aceptada, ya que el
mandato de retroactividad de las leyes penales más favorables no es una simple excepción a
la general prohibición de retroactividad de las leyes penales, menos una concesión graciosa o
facultativa del legislador o de los órganos jurisdiccionales, sino es una exigencia inmediata
derivada de la función de garantía de la libertad individual que se atribuye al principio de
legalidad penal y que, como tal, forma parte de su contenido esencial.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
que, al realizarse una modificación en la calificación del tipo penal, no constituiría
algo sorpresivo que hubiera vulnerado el derecho a la defensa de los imputados;
toda vez, que desde el primer acto del proceso éstos asumieron su derecho a
defenderse de ese elemento fáctico, que se mantuvo incólume. b) No puede variar el
tipo penal cuando difiera en sustancia con los hechos atribuidos; limitación o
condición que no es aplicable al caso en concreto, porque no hubo cambio en el
hecho. e) Referido a la calificación jurídica, esta modificación debe recaer sobre
delitos de la misma naturaleza. De lo que se establece, que el Tribunal de alzada en
aplicación de los arts.413 y 414 del CPP, resuelve dictar el Auto de Vista,
modificando la calificación jurídica iniciada en contra de Jaime Ávalos Riera,
recalificando su conducta al delito de Giro de Cheque en Descubierto, se evidencia
que el Ad quem incurrió en errónea aplicación de los principios iura novit curia y de
congruencia; toda vez, que la modificación realizada vulnera los límites de su
aplicación porque el delito juzgado y el modificado no son compatibles por no
corresponder a delitos de la misma naturaleza o familia jurídica. El delito de Estafa,
se encuentra normado en el Título XII relativo a los Delitos Contra la Propiedad,
Capítulo IV art. 335 del CP, cuyo bien jurídicamente protegido es la propiedad;
contrariamente el delito de Giro de Cheque en Descubierto normado en el Título IV
relativo a los Delitos Contra la Fe Pública, en el Capítulo IV de los Cheques sin
Provisión de Fondos art. 204 del CP, cuyo bien jurídicamente protegido es la fe
publico.
Descriptor: Iuria Novit Curia límites
Restrictor: a) inexistencia de cambios en el hecho acusado, b) No puede variar el
tipo penal cuando difiera en sustancia con los hechos atribuidos y c) esta
modificación debe recaer sobre delitos de la misma naturaleza o familia jurídica
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advierte del art. 318 del CPP, con la modificación de la ley en actual vigencia, que
dispone:
“I. La o el Juez comprendido en alguna de las causales establecidas en el artículo
316 del presente Código, está obligado a excusarse en el término de veinticuatro (24)
horas mediante resolución fundamentada, apartándose de forma inmediata del
conocimiento del proceso.
II. La o el Juez que se excuse, remitirá en el día la causa a la o el Juez que deba
reemplazarlo, quien asumirá conocimiento del proceso inmediatamente y proseguirá
su curso sin interrupción de actuaciones y audiencias; asimismo, remitirá en el día
copias de los antecedentes pertinentes ante la Sala Penal correspondiente del
Tribunal Departamental de Justicia, la que sin necesidad de audiencia debe
pronunciarse en el plazo improrrogable de cuarenta y ocho (48) horas de recibidos
los actuados, bajo alternativa de incurrir en retardación de justicia, sin recurso
ulterior. Si el Tribunal Superior acepta o rechaza la excusa, según el caso, ordenará
a la o el Juez reemplazante o a la o el Juez reemplazado que continúe con la
sustanciación del proceso. Todas las actuaciones de uno y otro Juez conservarán
validez.
III. Cuando la o el Juez que se excusa integra un Tribunal, pedirá a éste que lo
separe del conocimiento del proceso, sin suspender actuados procesales, el mismo
Tribunal se pronunciará sobre la aceptación o rechazo de la excusa, en caso de ser
aceptada, se elevarán copias de los antecedentes ante la Sala Penal de turno del
Tribunal Departamental de Justicia, la que se pronunciará en el plazo improrrogable
de cuarenta y ocho (48) horas, desde su recepción, bajo responsabilidad, sin recurso
ulterior.
IV. Cuando el número de excusas impida la existencia de quórum o se acepte la
excusa de alguno de sus miembros, el Tribunal se complementará de acuerdo a lo
establecido en las disposiciones orgánicas” (negrillas nuestras).
Ahora bien, en cuanto a las recusaciones, el art. 319 del CPP, modificado en el art. 8
de la Ley 586, dispone:
“I. La recusación podrá ser interpuesta por una sola vez:
1. En la etapa preparatoria, dentro de los tres (3) días de haber asumido la o el Juez,
conocimiento de la causa.
2. En la etapa del juicio, dentro del término establecido para los actos
preparatorios de la audiencia; y,
3. En los recursos, dentro del plazo para expresar o contestar agravios.
II. Cuando la recusación se funde en una causal sobreviniente, podrá plantearse dentro
de los tres (3) días de conocida la causal, acompañando la prueba pertinente,
indicando de manera expresa la fecha y circunstancias del conocimiento de la
causal invocada, hasta antes de la clausura del debate o resolución del recurso.
III. En ningún caso la recusación podrá recaer sobre más de la mitad de una sala
plena o Tribunal de Sentencia, y no se podrá recusar a más de tres (3) Jueces
sucesivamente”.
Entre las modificaciones previstas en el art. 8 de la Ley 586, se encuentran los
fundamentos del art. 320 del CPP, que determina la forma de resolución de la
recusación, señalando los siguientes acápites:
“I. La recusación se presentará ante la o el Juez o Tribunal que conozca el proceso,
mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba pertinente.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
II. Si la o el Juez recusado admite la recusación promovida, continuará el trámite
establecido para la excusa. En caso de rechazo se aplicará el siguiente
procedimiento:
1. Cuando se trate de una o un Juez unipersonal, elevará antecedentes a la Sala
Penal de turno del Tribunal Departamental de Justicia dentro de las veinticuatro
(24) horas de promovida la recusación, acompañando el escrito de interposición
junto con su decisión fundamentada, sin suspender el proceso. El Tribunal Superior
se pronunciará dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes de recibidos los
actuados, sobre la aceptación o rechazo de la recusación, sin recurso ulterior, bajo
responsabilidad. Si el Tribunal Departamental de Justicia acepta la recusación,
reemplazará a la o el Juez recusado conforme a lo previsto en las disposiciones
orgánicas; si la rechaza, ordenará a la o el Juez que continúe con el conocimiento
del proceso, quien no podrá ser recusada o recusado por las mismas causales.
2. Cuando se trate de una o un Juez que integre un Tribunal, el rechazo se
formulará ante el mismo Tribunal, quien resolverá en el plazo y forma establecidos
en el numeral anterior.
3. La recusación deberá ser rechazada cuando no se funde en causal sobreviniente o
no se haya indicado la fecha y circunstancias de la causal invocada, sea
manifiestamente improcedente o se presente sin prueba.
III. Cuando el número de recusaciones impida la existencia de quórum o se acepte
la recusación de uno de sus miembros, el Tribunal se completará de acuerdo a lo
establecido en las disposiciones orgánicas”.
En cuanto a sus efectos, el art. 321 del CPP dispone:
“I. Producida la excusa o recusación, la o el Juez reemplazante no podrá suspender
el trámite procesal; aceptada la excusa o la recusación, la separación de la o el Juez
será definitiva, aun cuando desaparezcan las causales que las determinaron.
II. Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando:
1. No sea causal sobreviniente;
2. Sea manifiestamente improcedente;
3. Se presente sin prueba; o
4. Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos.
III. Las excusas rechazadas deberán ser puestas en conocimiento de la autoridad
disciplinaria competente; si se rechaza la recusación in límine, se impondrá multa
equivalente a tres (3) días de haber mensual de una o un Juez técnico; en caso de
recusaciones rechazadas consecutivamente, la multa deberá ser progresiva en
tres (3) días de haber mensual de una o un Juez técnico.
IV. La tramitación de la excusa o la recusación suspenderá en su caso los plazos de
la prescripción, de la duración de la etapa preparatoria y de la duración máxima del
proceso.
V. En caso de rechazo de una recusación que hubiere sido declarada
manifiestamente infundada, temeraria o alertamente dilatoria, se interrumpirán los
plazos de la prescripción de la acción penal, de la duración de la etapa preparatoria
y de duración máxima del proceso, computándose nuevamente los plazos.
Consecuentemente la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su poder
coercitivo y moderador impondrá a la o el abogado una sanción pecuniaria
equivalente a dos (2) salarios mínimos nacionales, monto de dinero que será
depositado en la cuenta del Órgano Judicial. En caso de continuar con la actitud
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dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el abogado de la actuación del
proceso en particular designado a un defensor público o de oficio”.
Ante el fenómeno creciente de retardación de justicia, el juzgador vio la necesidad de
realizar algunas modificaciones en institutos inmersos en la normativa Procesal
Penal vigente, entre estos el de las Excusas y Recusaciones; toda vez, que estas
fueron mal utilizadas vulnerando el principio de celeridad procesal, por ello se
incorporó el rechazo in limine (del latín en el lumbral), a través de la Ley 007 de 18
de mayo de 2010, habiéndose mantenido dicha forma de rechazo en la Ley 586.
Sobre esta temática, la jurisprudencia constitucional, a fin de aclarar el
procedimiento y efectos del rechazo in liminede la recusación, a través de la
Sentencia Constitucional 038/2012 de 26 de marzo, estableció:
“(…) en una interpretación literal del art. 321 de la Ley 007, acorde con pautas
teleológicas y sistémicas, se tiene que la prohibición de conocimiento de ulteriores
actos procesales una vez promovida la recusación, es un presupuesto aplicable para
las recusaciones formuladas en el marco del art. 320 del CPP; empero, considerando
que el rechazo in límine no contempla las causales del art. 320 del CPP, sino por el
contrario, sus presupuestos son distintos, del tenor literal del art. 321, se establece
que no existe una regulación normativa expresa del procedimiento de
rechazo in límine de recusaciones formuladas en procesos penales, razón por
la cual, de acuerdo a pautas objetivas de interpretación, a la luz del debido proceso,
deberán interpretarse los postulados a seguirse…”
La citada Sentencia Constitucional agregó: “En el contexto señalado, siguiendo un
criterio teleológico de interpretación, se tiene que el primer supuesto del art. 321 del
CPP en el marco de las causales reguladas por el art. 320 del mismo cuerpo adjetivo,
cuando establece la prohibición de realización de actos procesales ulteriores bajo
sanción de nulidad, tiene una finalidad concreta, que es asegurar el principio de
imparcialidad como elemento del debido proceso. Ahora bien, la finalidad de
establecer un rechazo in límine cuando se presenten los supuestos regulados en la
última parte del artículo 321 del CPP, los cuales por su naturaleza no se encuentran
contemplados en el artículo 320, de acuerdo a una pauta teleológica y sistémica, tiene
la finalidad de evitar dilaciones procesales indebidas y asegura así la consagración
del principio de celeridad como presupuesto de un debido proceso penal.
En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de un
rechazo in límine de recusaciones es el resguardo del principio de celeridad y por
ende del plazo razonable de juzgamiento, toda vez que su finalidad es evitar
dilaciones procesales indebidas, no sería coherente con esta interpretación teleológica,
atribuirle a este supuesto los mismos presupuestos disciplinados para la tramitación
de recusaciones enmarcadas en las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por
cuanto, a la luz de esta interpretación teleológica, es razonable señalar que en este
supuesto (rechazo in límine), los jueces o tribunales ordinarios, precisamente para
asegurar esa celeridad procesal, en caso de enmarcarse la recusación a una
causal de rechazo in límine, deberán establecer de manera previa y motivada
este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del primer supuesto disciplinado en el
art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera inmediata con el
conocimiento y resolución de la causa,aspecto que de ninguna manera vicia
de nulidad los actos procesales ulteriores”.
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ABC DE JURISPRUDENCIA PENAL – SPF - MACM - RMC
JUICIO DE REENVÍO / Tribunal de alzada debe explicar las razones y exponer de
forma razonable por qué consideró imposible reparar directamente defectos de la
sentencia, a cuyo efecto estaba obligado también a identificar qué derechos y
garantías consideró vulnerados, así como el agravio al que se refiere el artículo 167
del CPP
AUTO SUPREMO Nº 808/2015-RRC-L
Sucre, 06 de noviembre de 2015
Delitos: Lesiones Graves y Leves, Homicidio en Grado de Tentativa y Amenazas
Resultado de Resolución: Deja sin efecto
Extracto Jurisprudencial: En el caso, el Tribunal de alzada a momento de emitir
la Resolución conforme al artículo 413 del CPP, debió exponer las razones por las
que consideró que el defecto era imposible de repararse directamente y evitar la
realización de un nuevo juicio toda vez que la ley le faculta resolver de manera
directa, debiendo ser la nulidad el último recurso. Contrario a ello, se advierte que
aplicó lo señalado en el párrafo primero del artículo 413 de la norma adjetiva penal,
limitándose a sostener que no podía reparar directamente los agravios, lo que
constituiría defecto absoluto inserto en el artículo 169 inc. 3) del CPP, omitiendo
explicar las razones y exponer de forma razonable por qué consideró imposible
reparar directamente tales defectos, a cuyo efecto estaba obligado también a
identificar qué derechos y garantías consideró vulnerados, así como el agravio al que
se refiere el artículo 167 del CPP, vinculado precisamente al principio de
trascendencia que obliga al juzgador analizar si la lesión tiene relevancia
constitucional, es decir, si la infracción procedimental dio lugar a que la decisión
impugnada tenga diferente resultado al que se hubiera dado de no haberse incurrido
en los errores o defectos denunciados. Verificada la denuncia de defecto absoluto
por falta de fundamentación, se concluye que los argumentos del Tribunal de alzada
son insuficientes y resultan violatorios de lo establecido por el artículo 124 del CPP,
toda vez que de manera tenue pretendió justificar la nulidad de la Sentencia y la
reposición del juicio exponiendo escasos fundamentos de hecho pero no así de
derecho, aspecto que es considerado por este máximo Tribunal de Justicia, como un
defecto absoluto inconvalidable que vulnera el derecho a recurrir, a la seguridad
jurídica, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, dejando en estado de
indefensión al recurrente, así como contradictorio a la doctrina legal establecida en
el precedente invocado. Por lo expuesto, este motivo deviene en fundado.
Descriptor: Juicio de Reenvío
Restrictor: Tribunal de alzada debe explicar las razones y exponer de forma
razonable por qué consideró imposible reparar directamente defectos de la
sentencia, a cuyo efecto estaba obligado también a identificar qué derechos y
garantías consideró vulnerados, así com
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